Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CURSO DE INGRESO
AÑO 2020
UNIVERSITARIA”
DOCENTES
CARRERAS
-Contador Público -Lic. en Administración -Lic. en Economía -Tec. Universitaria en Gestión y Administración Contable; Lic. en
Ciencia Política; Lic. en Comunicación Social; Tec. Universitaria en Televisión Digital -Lic. en Trabajo Social -Lic. en Turismo -
Lic. en Criminalística -Tec. en Seguridad -Tec. En Guía de Turismo.
1
CONTENIDOS
Eje Temático I:
Historia de la UNLaR. Breve reseña Histórica. Estructura Académica. Gobierno de la
Universidad.
2
BIENVENIDOS AL MÓDULO DE INTRODUCCIÓN A LA VIDA
UNIVERSITARIA
1
EJE TEMATICO I
2
Este movimiento surge a principios de 1971, y con la finalidad de despertar en los
jóvenes estudiantes la necesidad de promover la creación de una Universidad Riojana.
El petitorio formal de la creación de la misma fue entregado al Ministro de Educación
y Cultura de la época (Dr. Malek) y cuya respuesta de aceptación fue inmediata.
Así nace la Universidad Provincial de La Rioja (UPLR) y a partir de la sanción de la Ley
Provincial N º3.392 iniciando sus actividades en 1973.
A partir de allí y hasta la actualidad la UNLaR, comienza una etapa de
engrandecimiento ya que a partir de este fenómeno se crean estratégicamente en
zonas importantes, las denominadas Sedes Universitarias:
Sede Universitaria Villa Unión
Sede Universitaria Aimogasta
Sede Universitaria Chepes
Sede Universitaria Villa Santa Rita de Catuna
Delegación Académica Tama
Delegación Académica Olta
Delegación Académica Ulapes
Delegación Académica Vinchina
3
movimiento de LA TOMA, fue un ejemplo de conducta cívica: es el primer movimiento
estudiantil en la historia del mundo que fue pacifico, ordenado y muy organizado.
Este importante acontecimiento produjo como consecuencia la más grande
movilización estudiantil y docente desde que se fundó está Universidad.
Este importante acontecimiento produjo como consecuencia la más grande
movilización estudiantil y docente desde que se fundó está Universidad. Y posibilito
una acción democrática que enriquece la vida social y académica de la Universidad.
La Universidad Nacional de La Rioja tuvo un nuevo suceso histórico pos-toma
universitaria, que deviene del transitar democrático que se inició en el 2014. Se trata
de la Asamblea Universitaria, máximo órgano de gobierno, ya que en ella confluyen los
cuatro estamentos de la Universidad, el Consejo Superior, Consejos directivos, y
decanos.
El 31 de agosto del 2015, a partir de la convocatoria del rector Fabián Calderón, el
Consejo Superior de la UNLaR inició el trayecto de reforma integral del Estatuto. Este
contiene 213 artículos, de los cuales sólo el último fue incorporado por el Consejo
Superior de la UNLaR, a sugerencia del área Legal y el resto fueron trabajados en la
Comisión Ad Hoc de reforma estatutaria.
Un nuevo estatuto participativo.
En cuanto al gobierno y la gestión de la Universidad hay cambios fundamentales: La
elección de las autoridades es directa y por medio del voto ponderado de los cuatro
estamentos universitarios; se unifica la duración del mandato de las autoridades en
tres años y se prohíbe la reelección por más de un período consecutivo; según se
dispone, todas las autoridades electas están sometidas a juicio de responsabilidad
política por su desempeño y su conducta, previendo la suspensión o la remoción del
cargo.
El nuevo estatuto incluye como derechos estudiantiles obligatorios la licencia
estudiantil, el seguro obligatorio y el funcionamiento del comedor universitario.
Garantiza el acceso y la permanencia libre y gratuita para todos los estudiantes de
pregrado y grado; fija un régimen de becas y ayudas económicas para incentivos
académicos, profesionales, deportivos y de transporte; garantiza la participación de
los estudiantes en los procesos de evaluación de los docentes; asegura la
4
conformación de los centros de estudiantes y el reconocimiento de las federaciones de
centros de estudiantes.
Para los estamentos Docente y No docente, el proyecto incorpora las disposiciones del
convenio colectivo de trabajo para ambos sectores. La UNLaR pasará a ser la primera
universidad que hace referencia en su estatuto a las normas convencionales del sector,
garantizando así la efectividad docente a través de la carrera y los concursos docentes;
y además afianza los derechos, la estabilidad y la promoción laboral de los
trabajadores No docentes.
Para los Graduados, establece un régimen de becas de posgrado, se les dará prioridad
en el inicio de la carrera docente y asegura la participación de los graduados en la vida
política universitaria, permitiendo la conformación de agrupaciones de graduados.
Estructura Académica
5
Gobierno de la Universidad
La UNLaR tiene entre sus atributos la autonomía y la autarquía. Esto es: que elige a sus
propias autoridades y maneja su economía, como todas la Universidades del País.
Tiene órganos de gobiernos unipersonales y colegiados que son elegidos de forma
indirecta cada tres años.
Los órganos a través de los cuales ejerce sus funciones son:
Los órganos colegiados están conformados en cuatro estamentos:
6
EJE TEMATICO II
Al final del cuadernillo se anexa una copia del mismo para permanente consulta y
evacuación de dudas.
Nos parece muy importante recomendarte que organices tu tiempo. Una buena
distribución de tu horario semanal te permitirá asistir a las clases teóricas, los trabajos
prácticos, conservar tus espacios para el estudio individual y la lectura, intercambiar
ideas con el grupo, sin descuidar encuentros con amigos, familia, pareja, en fin, el
tiempo para vos.
7
Debes estar informado del día en que se inicia el dictado de cada una de las materias
que debas cursar. Tu asistencia al primer día de clase teórica te resultara de gran
utilidad ya que allí podrás recibir información sobre las exigencias de la cátedra, el
programa de la materia, la modalidad de cursado, la forma de evaluación de la misma
y la bibliografía que deberás conseguir.
En algunas carreras todas las materias del plan son obligatorias, en otras se ofrece una
gama de materias optativas, brindándose así la oportunidad de elegir temáticas o
líneas de formación que sean de tu interés.
8
o si en función de tu disponibilidad de tiempo solo podrás optar por algunas. De ser así
debes reflexionar cuidadosamente acerca de los criterios que guían tu selección.
También deberás inscribirte para rendir los exámenes finales, pero para ese entonces
seguramente tendrás mucha más información acerca del movimiento de tu unidad
académica y no tendrás ninguna dificultad para manejarte en ella.
Es otro de los elementos que deberás tener en cuenta a la hora de elegir las materias
que cursaras, al menos si no sigues linealmente la trayectoria que te marca el plan de
estudios.
Una materia es correlativa de otra cuando es necesario tenerla aprobada para poder
cursar o rendir esa otra. Hay materias que te brindan conocimientos o habilidades
básicas indispensables para poder comprender y aprovechar lo que te ofrece una
materia posterior, es decir te aporta pre-requisitos. Decimos entonces que es
correlativa, lo que implica que deberás cursarla o aprobarla (según el caso) para poder
inscribirte en la materia siguiente.
En los planes de estudio están marcadas las redes de correlatividades, debes prestarle
especial atención para seleccionar criteriosamente tu recorrido por el programa y no
llevarte desagradables sorpresas.
9
Allí encontraras los objetivos que se pretenden lograr, los contenidos que serán
desarrollados en las clases teóricas, los temas a abordar en los prácticos, los requisitos
de aprobación, las pautas generales de evaluación y la bibliografía.
Es una clase a cargo del profesor titular de la materia, en algunos casos puede estar a
cargo de profesores asociados, adjuntos o invitados. Generalmente son clases
numerosas porque asisten a ellas todos los alumnos que cursan la materia.
La mayoría de los trabajos prácticos son obligatorios y debes contar con por lo menos
el 80 % de la asistencia para poder aprobarlos.
10
Es importante que te informes al comenzar a cursar cada cátedra acerca de sus
condiciones de sus condiciones de aprobación y allí encontraras el lugar que cada
curso asigna a los Trabajos Prácticos previstos para el mismo.
¿Qué es un Taller?
Cuando comiences a cursar una materia, el profesor te indicara cuales son las
condiciones de aprobación de la misma.
Decimos que una materia es promocional cuando debes cumplir con determinados
requisitos para aprobarla sin necesidad de rendir con examen final.
11
(laborales, de enfermedad, etc.) no te hayas presentado al mismo. Generalmente
después de cada parcial se te permitirá rendir un solo recuperatorio.
Es el examen que debes rendir para aprobar una materia no promocional. Se toman
aquí todos los contenidos consignados en el programa de la materia.
En todas las universidades hay turnos de examen, generalmente en los meses de julio,
diciembre y marzo, pero en algunos casos puede haber otros. En nuestra casa de Altos
Estudios también hay turnos en febrero y mayo.
En cada turno de examen puede haber dos o más llamados para cada materia con
diferencia generalmente de una semana.
12
Cuando no hayas aprobado los trabajos prácticos o exámenes parciales.
Por tesis se entiende, originalmente, una proposición que puede ser sostenida o
demostrada mediante pruebas o razonamientos apropiados. Por extensión, desde
hace mucho tiempo, se ha llamado así a la exposición escrita que una persona
presentaba ante una universidad o colegio para obtener el título de doctor,
demostrando con ella que dominaba la materia de sus estudios y que era capaz,
además, de aportar nuevos y sólidos conocimientos de la misma.
Son periodos de aprendizaje efectuados en la situación real del trabajo, cuyo propósito
es relacionar la teoría con la práctica. Tiene lugar, generalmente, bajo la supervisión de
un académico y un experto de campo. Por ejemplo: prácticas en hospitales, escuelas,
fábricas, etc.
Son periodos más cortos de aprendizaje en situaciones reales. A veces las pasantías
pueden realizarse en instituciones de otras ciudades y permiten al graduado tener una
noción completa del trabajo que realizar esa institución.
13
¿Qué es un trabajo de campo?
14
EJE TEMATICO III
15
postura crítica, sistemática. Exige una disciplina intelectual que no se adquiere sino
practicándola”.
AQUÍ ALGUNOS CONSEJOS PARA QUE LA TAREA DEL ESTUDIAR SEA MAS EFICAZ.
16
Prepara todo aquello que puedes necesitar para luego no tener excusas para
levantarte. Bolígrafos, agua, libros...
Es mejor el estudio individual.
Planifica el estudio: hazte un horario de estudio para diario y uno especial para
la semana.
Ten tu horario en lugar bien visible.
Que tus periodos de estudio sean de unos 50 minutos alternando con
10 minutos de descanso. No prolongues ni un minuto los periodos de descanso
que te fijes. Casi nadie puede estudiar, por ejemplo, dos horas seguidas sin
descansar. Aprovecha los periodos de descanso para: ir al servicio, merendar,
llamar a los amigos, hacer recados.
No abuses de la tele. Si hay algún programa que quieras ver, inclúyelo
en tu horario de estudio como un periodo de descanso.
Si estás inseguro y crees que te faltará fuerza de voluntad, pide a tus padres
que te ayuden a cumplir el horario.
Tus padres te pueden ayudar también, por ejemplo, tomándote la lección.
¿Cuánto estudiar a diario? Entre 2 y 3 horas al día y 5 ó 6 días a la semana.
Pase lo que pase NUNCA duermas menos de 6 horas por la noche. El cansancio
te hará rendir menos.
Evita que tus amigos llamen durante el estudio. Diles cuáles son tus ratos de
descanso para que te llamen en ese momento.
17
- No engañarse dejando las cosas para mañana o para después: Aprovechar las horas
buenas y las malas. Para ello, no dejar las asignaturas de tipo más especulativo para las
horas en las que se tiene más sueño y menos lucidez.
- Protegerse contra los posibles focos de distracción: La televisión y el vídeo, las
incursiones a la nevera, pretender estudiar con música tumbado en la cama, quedar a
estudiar con los amigos que estudian poco y pasarse la tarde luego charlando, etc
- No rendirse antes de tiempo. Salvo honrosas excepciones –normalmente en
situaciones especiales- suele ser un error abandonar las asignaturas para tener más
tiempo para otras. Es mejor resolver el problema haciendo un plan especial de estudio
que permita sacar más horas. Además, muchas veces, esa tensión y esa falta de tiempo
hacen que se incremente el rendimiento del poco tiempo que se tiene. Cuando hay
demasiada holgura de tiempo -en las vacaciones, por ejemplo- es más fácil
desaprovecharlo.
- Todos los momentos del curso son importantes. En el primer cuatrimestre se ponen
las bases, en el segundo se consolidan y se consuman los buenos resultados. La
tentación fácil del principio de curso es pensar que queda tiempo de sobra; la de final
de curso creer que ya nada tiene remedio; y la de mitad de curso, una mezcla de las
dos.
18
2) Condiciones Externas: se denominan circunstancias, y la constituyen el entorno o
ambiente que facilitan u obstaculizan el proceso de estudio:
Tener un lugar adecuado para el trabajo efectivo, con espacio para colocar
libros, apuntes, papeles, etc.; porque se corre el peligro de mal gastar el tiempo
en organizarse y no centrarse en el trabajo. La elección del sitio depende de
cada individuo.
Un ambiente donde se respire tranquilidad y seguridad y no molestia e
inquietud.
La temperatura agradable, con buena iluminación, que no provoque fatiga.
Evitar los ruidos que dispersan la atención, incluido la música o conversaciones
próximas.
Las posibilidades de consulta o de aclaración ante determinadas dificultades
que pueden aparecer. El ejemplo de otras personas, que también.
19
METODOS DE ESTUDIO
1- PRE- LECTURA.
2- LECTURA E IDENTIFICACION DE LAS IDEAS IMPORTANTES.
3- ORGANIZACIÓN DE LA INFORMACION.
4- UTILIZACION DE LA MEMORIA.
5- AUTOEVALUACION Y PREPARACION DE LOS EXAMENES.
Luego podés aplicar diversas técnicas que permitirán una sistematización correcta de
los aprendizajes adquiridos. Aquí te presentamos algunas.
TECNICAS DE ESTUDIO
Con respecto a la lectura de los textos, podemos decir que hay tres momentos
fundamentales:
Veamos juntos a cada uno de ellos.
A.)- Lectura global o exploratoria: Una primera aproximación al texto El primer
encuentro con el texto nos posibilita realizar una mirada o percepción global del
mismo, ya se trate de un capítulo, un documento o un artículo. Esta primera lectura
rápida nos resultará de utilidad para familiarizarnos con el material de estudio y poder
20
tener una visión de conjunto. Se trata de ojear, de familiarizarse con el tema central al
que refiere el texto. Se inicia a partir del título y previo a una lectura detenida. En esta
instancia, es importante formular preguntas, plantear interrogantes y formular
posibles hipótesis sobre el contenido global del mismo. Una vez frente al texto, puede
identificar imágenes, títulos, subtítulos y otros elementos que pudieran ofrecerle más
pistas sobre el contenido del mismo.
A su vez, es importante considerar algunos datos contextuales del material que
estamos leyendo, tales como la fecha de elaboración o los datos del autor. Tiene una
mayor importancia si el autor es experto en la temática que se está desarrollando y si
el mismo contenido está actualizado.
Recuerde que la lectura del Índice es fundamental para conocer el contenido del texto
a leer.
B)-. Lectura comprensiva o analítica. Otro encuentro del lector con el texto es el
momento de realizar una lectura comprensiva o analítica del mismo. En esta
oportunidad es importante que usted se aboque de lleno a la lectura. ¿Qué implica
esto último?
Principalmente, realizar una lectura lenta y detenida, lo que demanda a su vez mucha
concentración. Esto permitirá ir entendiendo el contenido del texto a medida que va
realizando la lectura.
Hay que tratar de balancear la velocidad y la comprensión. El procedimiento consiste
en leer cada sección titulada e ir analizando cada párrafo para descubrir la jerarquía de
las ideas, es decir, identificar las ideas principales y secundarias.
En su conjunto, estas últimas constituyen la lógica que el autor ha querido utilizar para
presentar el tema.
Se debe leer todo, incluyendo los materiales no verbales tales como tablas, gráficos,
fórmulas, diagramas y mapas y utilizar todo el tiempo que se considere necesario para
entender. Es importante comprender que la lectura comprensiva es la base para los
momentos posteriores de estudio. En esta instancia, usted deberá procurar encontrar
respuestas a las preguntas que se planteaban al momento de realizar la lectura global
o exploratoria. A su vez, se abre aquí la posibilidad de formular e intentar dar
respuesta a nuevos interrogantes.
21
A continuación, se presentan algunas técnicas que orientan sobre cómo encarar la
lectura comprensiva de un texto y el estudio de los materiales.
Numerosos autores insisten en señalar que la lectura tiene que ser activa, es decir, que
deben encontrarse las propias maneras de resaltar los conceptos más importantes,
poner señales - una cruz, una estrella - para personalizar el texto y hacerlo propio.
B.1.- El Subrayado: El objetivo del subrayado es destacar las ideas más importantes de
un texto a los fines de poder recordar luego el contenido del mismo con tan sólo leer
aquello que ha sido subrayado. La memoria retiene, en mayor medida, aquello que se
resalta visualmente. Por esto, es necesario que usted no sólo conozca en qué se basa
la técnica, sino que también la domine y esté preparado para comenzar a
implementarla. Es importante evitar subrayar
TODO, sino más bien tener en cuenta sólo las ideas principales y secundarias, y las
palabras que sean específicas de esa materia.
Entendemos que las ideas principales son aquellas que en caso de estar ausentes del
texto, el mismo carece de sentido. Por su parte, las ideas secundarias son aquellas que
complementan o brindan información ampliatoria asociada a la idea central que
plantea el autor de un texto. Cuando uno realiza un subrayado, también intervienen
los conocimientos o saberes previos. Es lógico que si nos encontramos con una
temática novedosa, serán más los elementos a destacar que si nos encontramos con
una ya conocida.
B.2-. El Resumen y la Síntesis: El subrayado es una técnica muy valiosa, pero no es la
única que podemos incorporar en el trabajo con un texto escrito. A medida que vamos
avanzando en la lectura, es importante ir realizando un resumen o bien una síntesis.
Ambas son actividades muy importantes dentro del estudio y pueden realizarse luego
de concluir el subrayado.
Transcribir las ideas contenidas en el libro a un cuaderno de notas con nuestras
propias palabras y de manera abreviada nos ofrece sin duda, importantes beneficios.
Entre otros, nos ayuda a recordar mejor, controlar si estamos comprendiendo,
identificar las ideas principales y a mantenernos atentos y concentrados.
Es interesante realizar una distinción entre el resumen y la síntesis. Ambos dependen
mucho del número de veces que se haya leído el texto y de la comprensión del mismo
22
El primero, se caracteriza por seguir paso a paso la exposición del libro, y suele
escribirse respetando lo dicho por el autor, sin agregar otros datos u opiniones
personales.
El resumen debe ser breve pero completo. Luego de finalizado el resumen, es
conveniente leerlo varias veces y completarlo con aquellas cuestiones que considere
pertinentes.
Por su parte, la síntesis consiste en expresar lo que dice el autor, mencionando
también otras opiniones, e incluso las propias. A su vez, en la síntesis puede añadirse
información extraída de otras fuentes. En la redacción es necesario incorporar las ideas
fundamentales, utilizando el vocabulario propio, al que estamos habituados. Recuerde
que es importante encontrar la manera de articular los distintos párrafos a los fines de
dotar de coherencia al nuevo texto que creamos.
Tanto el Resumen como la Síntesis se utilizan para condensar el contenido de un texto
que luego hay que comentar o estudiar. Así también, facilita su compresión y ayuda a
lograr mayor concentración mientras se estudia.
Notas marginales.
Al emprender la lectura comprensiva es un recurso muy valioso hacer comentarios
escribiendo ideas globales y significativas en los márgenes de la hoja. Estas notas
pueden consistir en la titulación de un párrafo, un signo de admiración, un par de
líneas verticales junto a un párrafo que nos ha parecido muy importante, un signo de
interrogación junto a un párrafo que no entendemos, o bien, pueden ser toda clase de
observaciones como, por ejemplo: “no estoy de acuerdo con la postura de este autor”,
“importante”, “revisar idea”, entre otras. Tal como hemos podido observar, las notas
marginales pueden reflejar nuestras opiniones, remitirnos a otras páginas, a otros
materiales de estudio. En el caso de los contenidos de las asignaturas, las notas
marginales pueden remitirnos a los distintos componentes de las mismas, como por
ejemplo el Glosario, algún Micro objetivo, o bien al Mapa Conceptual.
Es importante que usted advierta la posibilidad de relacionar a través de esta técnica
los contenidos, con su propia opinión, la visión del docente-tutor y, por qué no, el
aporte de algún compañero.
Finalmente, es importante resaltar que estas anotaciones no sólo son interesantes
para sintetizar e identificar la información más relevante que plantea el texto, sino que
23
también nos permiten hacer asociaciones y valoraciones, logrando así mejores
aprendizajes.
C)- . La revisión de lo leído y comunicación de lo comprendido. Luego de la lectura
global y de la analítica, nos detenemos en la Revisión de lo leído y en la comunicación
de lo aprendido. Este es el momento clave en la lectura de textos q u e consiste
básicamente en expresar, de manera comprensible, el contenido de lo que se ha leído.
Haber reconocido algo como cierto no asegura que usted será capaz de recordarlo y
reproducirlo en instancias que lo requiera. Si usted no organiza o codifica la
información de una manera personal, posiblemente no será capaz de retener lo leído
y, por ende, la información leída no será recordada. Mientras realiza la lectura, le
sugerimos detenerse de vez en cuando para expresar las ideas más relevantes de lo
que ha leído hasta el momento. Un aspecto a considerar es que, si bien usted puede
expresar con sus propias palabras lo aprendido, debe tener en cuenta, en un estudio
de nivel superior, la precisión conceptual, utilizando un vocabulario acorde a la
disciplina de que se trate.
EL CUADRO COMPARATIVO
Como su nombre lo indica, son cuadros o tablas, que se caracterizan por presentar
distintos aspectos a relacionar sobre una misma temática, estableciendo semejanzas y
diferencias.
Este tipo de cuadros, llamados frecuentemente cuadros de doble entrada, permiten
organizar la información conforme a criterios previamente establecidos y visualizar con
mayor facilidad las cuestiones a comparar.
24
EL MAPA CONCEPTUAL O RED CONCEPTUAL
Es una técnica de trabajo que ayuda a comprender la idea central de un texto y sus
relaciones con otras ideas.
Es una imagen dinámica de significaciones conceptuales.
25
EL ORGANIGRAMA
Por su parte, un organigrama es otro recurso gráfico que muestra una jerarquía que no
es conceptual, sino de unidades o funciones administrativas.
Generalmente se utiliza para representar de manera gráfica la estructura de una
empresa, institución u organización. Le proponemos considerar, a modo de
ejemplificación, el Organigrama de un hotel.
26
EL CUADRO SINÓPTICO
27
Programa “Tutorías Universitarias”
“Se entiende por tutoría universitaria el proceso que se genera entre profesor y
estudiante dentro del marco institucional, que tiene por finalidad constituir una
relación de apoyo en la que el primero ayuda al segundo a diseñar el logro de sus
objetivos académicos, personales y profesionales”
Álvarez Pérez, 2002.
¿Quién es el tutorando?
o Se propone alumnos que adeuden materias del secundario, se supone que
carece de base sólida de aprendizaje.
o Alumnos recusantes.
28
o El relevamiento de esta información nos permitirá inferir la cantidad de
alumnos que participaran de las tutorías y así mismo determinar la cantidad
necesidad de Docentes tutores por carrera (20 alumnos por tutor).
Taller Grupal y/o con pares: charlas debate con alumnos avanzados, con
profesionales del medio provincial o municipal.
29
EJE TEMATICO IV
SUJETO Y OBJETO
30
asimilar su realidad. Es decir que el sujeto investigador debe a salir de sí", abandonar
su subjetividad, para poder concretar su propósito de comprender cómo es el objeto,
de aprehenderlo. De otro modo permanecería encerrado en el límite de sus conceptos
previos, de sus anteriores conocimientos, y no tendría la posibilidad de ir elaborando
un conocimiento nuevo, más objetivo, que incorpore datos de la realidad externa.
El acercamiento del investigador hacia su objeto puede considerarse como la
operación fundamental, la esencia misma de la investigación, pues es lo que lo vincula
con la realidad, lo que le da acceso a conocerla. Pero para que el proceso se complete
el investigador debe, finalmente, volver otra vez hacia sí mismo a fin de elaborar los
datos que ha recogido, concibiendo ahora al objeto, mentalmente, a la luz de su
contacto con él.
Sujeto y objeto quedan, así como dos términos que sucesivamente se oponen y se
compenetran, se separan y se acercan, en un movimiento que se inicia por la voluntad
del investigador que desea el conocimiento y que en realidad continúa repetidamente,
porque el sujeto debe acercarse una y otra vez hacia lo que está estudiando si se
propone adquirir un conocimiento cada vez más profundo y completo sobre ello.
Es desde este punto de vista que debemos enfocar entonces el problema de la
objetividad, que esbozábamos en el capítulo anterior (v. supra, 1.4). Para que nuestro
conocimiento fuera en realidad objetivo debería suceder que el sujeto de la
investigación se despojara a sí mismo completamente de toda su carga de valores,
deseos e intereses, que se convirtiera en una especie de espíritu puro, liberado de
toda actitud personal o subjetiva. Como el lector puede comprender fácilmente, esto
no es posible. El sujeto de la investigación es siempre un sujeto humano y no puede
dejar de serlo. Se puede llegar, en el mejor de los casos, a utilizar instrumentos,
máquinas y otros dispositivos como complementos tecnológicos en la investigación;
tales instrumentos serán capaces de recoger datos precisos, de ordenarlos y de
procesarlos. Pero lo que no serán capaces de efectuar son las operaciones
propiamente epistemológicas de plantearse un problema, seleccionar el tipo de datos
capaces de resolverlo e interpretar el valor y el sentido de los mismos. Y es más,
podríamos decir que una cierta dosis de subjetividad no sólo es inevitable en un
trabajo de investigación, sino que es además indispensable. Porque para plantearse un
problema de conocimiento, es decir, para querer saber algo, se necesita de una
31
voluntad de una preocupación por conocer la verdad y esclarecer la duda que no
pueda ser sino subjetiva.
Por esta misma razón es que no concebimos la existencia de un conocimiento lisa y
llanamente objetivo y es que afirmamos que todo el conocimiento no deja de ser el
producto de una cultura, de una época y de hombres concretos. De allí que resulte
algo pedante afirmar que el conocimiento científico es objetivo, y que sea más
adecuado sostener que la ciencia se preocupa constantemente por ser objetiva, por
tratar de llegar a serlo, sin que se pueda plantear nunca que haya arribado a la total
objetividad.
De allí que resulte inadecuado afirmar que el conocimiento científico es objetivo, y que
sea más real sostener que la ciencia se preocupa constantemente por ser objetiva, por
tratar de llegar a serlo, sin que se pueda plantear nunca que haya arribado a la total
objetividad.
De otro modo estaríamos negando su propio carácter falible, su posibilidad de
cometer errores, pretendiendo tener un conocimiento absoluto, completamente
cierto y válido hasta el fin de los tiempos, con lo cual nos alejaríamos del pensamiento
científico y caeríamos en el dogmatismo.
Insistimos en lo anterior no sólo porque creemos necesario remarcar el carácter
falible del conocimiento científico sino porque además esto es necesario para
comprender plenamente la naturaleza dinámica y procesal de la misma actividad
cognoscitiva. Este carácter procesal implica evidentemente que ningún conocimiento
puede concebirse como definitivo; pero aquí conviene advertir sobre otro problema
opuesto en esencia al anterior que es necesario abordar para no caer en el extremo
contrario, en una posición completamente
escéptica. [Cf. J. Hessen, Teoría del Conocimiento, Ed. Losada, Bs. Aires 1975. Cap. I y
II.] Porque si bien rechazamos que puedan hallarse verdades definitivas eso no
significa afirmar, por supuesto, que ninguna de nuestras proposiciones pueda
comprobarse o demostrarse. Si dijésemos que todo es subjetivo, que ningún
conocimiento puede obtenerse por cuanto en todos aparece jugando un cierto papel
la subjetividad y el error, arribaríamos también a una posición parecida a la del
dogmatismo, aunque de signo inverso. Rechazar de plano todo conocimiento por falaz
32
es lo mismo, en el fondo, que aferrarse a todo conocimiento obtenido y revestirlo con
el atributo de verdad suprema. Nuestra posición implica entonces recusar ambos
términos extremos, aceptando la falibilidad de toda afirmación, pero sin por eso negar
que, a través de conocimientos falibles, limitados, es que precisamente se va llegando
a la verdad, nos vamos aproximando a ella. (El proceso de investigación, Carlos
Sabino).
ABSTRACCIÓN Y CONCEPTUACIÓN
33
la teoría correspondiente. Esto no es así: el proceso de conocimiento no es una simple
y pasiva contemplación de la realidad; esta misma realidad sólo se revela como tal en
la medida en que poseemos un instrumental teórico para aprehenderla que en otras
palabras poseemos los conceptos capaces de abordarla. Parece evidente, por ejemplo,
que si tomamos un trozo de hierro y lo manipulamos de diferentes maneras, podemos
obtener una variada gama de conocimientos sobre dicho mineral, o que si estudiamos
la historia de las instituciones de un país conseguiremos también una comprensión de
su evolución política y social. Pero lo que no hay que perder de vista aquí es que
podemos realizar dichas investigaciones, en primer lugar, porque ya tenemos un
concepto de hierro o de instituciones políticas sin el cual sería imposible detenerse en
su estudio y, en segundo lugar, porque hemos intervenido directa o indirectamente
sobre tales objetos, ya sea manipulándolos físicamente o comparándolos con otros, de
diversas épocas y lugares.
Por ello lo que llamamos teoría los conocimientos abstractos que obtenemos al
investigar los objetos de estudio no es una simple representación ideal de los hechos:
es algo más, es el producto de lo que elabora nuestro intelecto. Un hecho sólo se
configura como tal a la luz de algún tipo de conceptuación previa, capaz de aislarlo de
los otros hechos, de la infinita masa de impresiones y fenómenos que lo rodean. Esta
operación de aislamiento, de separación de un objeto respecto al conjunto en que está
integrado, se denomina abstracción y resulta en verdad imprescindible. Sólo teniendo
un concepto claro de hierro podemos hablar de la composición de un mineral concreto
o determinar las propiedades físicas de dicho metal. [V. al respecto a Ferrater Mora,
Op. Cit..] La abstracción, en primer lugar, se aprecia claramente en lo que llamamos
análisis, la distinción y descomposición de las partes de un todo para mejor
comprenderlo. Pero la abstracción es también decisiva en la operación lógica contraria,
la síntesis, que consiste en la recomposición de ese todo a partir de los elementos que
lo integran. Porque ninguna síntesis puede efectuarse si no tenemos un criterio que
nos indique qué elementos parciales debemos integrar, si no definimos previamente
sobre qué bases habremos de organizar los múltiples datos que poseemos. Y tal cosa,
desde luego, es imposible de realizar al menos que hayamos abstraído y jerarquizado
las diversas características que poseen los objetos que estamos estudiando. De otro
modo la síntesis no sería tal, sino una simple copia de la primera impresión que
34
tenemos del objeto, es decir, algo muy poco racional y sistemático, más propio del
conocimiento cotidiano que de la ciencia. (El proceso de investigación, Carlos Sabino)
35
serias investigaciones psicológicas; el misterio y la preocupación desde tiempos muy
antiguos por la enfermedad y la reproducción humanas crearon el fermento para la
constitución de la biología.
Pero conviene no confundirse. La ciencia no es una mera prolongación del
pensamiento cotidiano; no cabe la comparación que podría darse entre la limitación
de visión del ojo humano y la amplitud del telescopio y del microscopio. Estas clases de
pensamiento llegan a coincidir en ocasiones, pero no tardan en separarse y resaltar sus
diferencias. Desde este punto la ciencia sigue sola su camino. "La ciencia, en
resolución, crece a partir del conocimiento común y lo rebasa con su crecimiento; de
hecho, la investigación científica empieza en el lugar mismo en que la experiencia y el
conocimiento ordinarios dejan de resolver problemas o hasta de plantearlos." (1)
Ahora ya podemos penetrar un poco más y, retomando los conceptos iníciales, insistir
en que la diferencia fundamental entre los dos tipos de pensamiento expuestos
consiste en el tipo de explicación que cada uno de ellos presenta.
"Hay que agregar que el sentido común, cuando ofrece explicaciones, lo hace -en la
mayoría de los casos- sin demostraciones críticas que destaquen la relevancia de la
explicación para los hechos que intenta aclarar. El deseo de obtener explicaciones, a
los mismos tiempos sistemáticos y controlables por la evidencia fáctica, es
precisamente el hecho generador de la ciencia. La organización y clasificación de los
acontecimientos, con base en principios explicativos, en estructuras cada vez más
definidas y abarcando un número creciente de fenómenos, es lo que constituye la
finalidad de la ciencia." (2)
Dar una explicación es investigar las causas de por qué es así y no de otra manera; se
hace en términos de leyes y principios.
Quizás un ejemplo pueda aclarar algo de lo expresado, con respecto a la explicación. Si
un estudiante va a jugar a un campo deportivo lejano de su casa y regresa después de
la hora convenida con sus padres, puede pretender justificar su tardanza con el hecho
de que una tormenta causó averías en los cables eléctricos del trolebús que lo iba a
transportar. Si esto sucedió realmente, se estará dando una explicación, pues la
tardanza se desprende lógicamente del desperfecto eléctrico. Si este mismo
estudiante hubiera dicho que se demoró porque en otro país su equipo favorito de
fútbol perdió un partido, es claro que tal suceso no puede considerarse como una
36
explicación de valor justificativo. De esa derrota no puede inferirse el porqué del
retorno retrasado.
El ejemplo anterior nos hace ver que existen explicaciones satisfactorias y no
satisfactorias. Las de la ciencia deben ser, entre todas, las más satisfactorias.
Las que, refiriéndose a asuntos de trascendencia, puedan sostenerse por sí mismas y
convencer a toda razón capaz de entenderlas. Antes de ahondar en las explicaciones
científicas, en su estructura y en sus resultados, separado un poco de lo cotidiano,
conviene insistir en confrontar lo científico con lo cotidiano y que ahora ya podemos
entender como no científico.
Hay saberes y saberes. En el capítulo anterior hemos adquirido ciertas ideas sobre el
lenguaje, sus distintos aspectos, sus usos, sus defectos, sus trampas y su poder. Pero,
por encima de todo eso, el lenguaje es, básicamente, un instrumento para tratar con la
realidad. Tratar con la realidad es aprovecharla, modificarla, disfrazarla o adaptamos a
ella; pero esto requiere, ante todo, conocerla.
¿Qué significa "conocer o "saber" algo? Si hemos aprendido nuestra lección, nos
abstendremos de lanzarnos sin más a teorizar sobre el "verdadero" conocimiento: más
modestamente, empezaremos por el uso lingüístico, observaremos si nuestro empleo,
de esas palabras es ambiguo, elegiremos en su caso el significado que nos interese,
examinaremos su grado de vaguedad y, en caso necesario, estipularemos algún
significado más preciso que satisfaga nuestras expectativas.
Veamos, pues, algunos ejemplos: "sé esquiar”; "Roberto sabe que el cuadrado de la
hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos"; " mi tío sabe jugar al
ajedrez'; "sé que algún día seré médico"; "conozco a la novia de mi hermano";
"Benjamín conoce las islas como la palma de su mano".
Advertimos rápidamente que usamos "conocer" y "saber" de la misma forma y en los
mismos casos, por lo que su significado parece ser el mismo1. Pero las cosas se ponen
más complicadas cuando tratamos de analizar.
37
CONOCIMIENTO DIRECTO
Habilidad
"Sé esquiar" y "mi tío sabe jugar al ajedrez" tiene en común algo que las distingue de
los demás ejemplos. En estas proposiciones parece indicarse que alguien posee cierta
capacidad: en la primera de ellas afirmo que, puesto sobre un par de esquíes, soy
capaz de deslizarme por la nieve sin enterrarme en ella de cabeza ni quedar abrazado
al árbol más próximo. La palabra "saber", pues, indica aquí una habilidad, como
escribir a máquina, hablar francés o guisar un excelente conejo al vino blanco. En tales
casos no es común, en idioma castellano, el uso del verbo "conocer"; pero si alguien
38
nos dijera que "conoce mecanografía", o que "conoce a fondo la técnica de la cocina
francesa" lo entenderíamos del mismo modo.
SABER PROPOSICIÓN
39
habrían llegado aún, a dicho estatuto, por cuanto no les ha sido posible alcanzar
unanimidad metodológica.
Para Esther Diaz (1989, pág. 157) existen tres posiciones divergentes respecto de las
ciencias sociales:
* Se las niega como ciencia”.
* Se las acepta como ciencia, pero se les exige que adecuen su método al de las
ciencias naturales”.
*Se las acepta como ciencia teniendo en cuenta su problemática específica o no se
entra en la discusión”.
Muy brevemente debemos decir que las dos primeras posiciones le exigen a las
ciencias sociales que "cumplan" con los requisitos metodológicos que se postulan para
el conocimiento de la realidad del mundo físico, especialmente formulación de leyes y
contrastación empírica.
La negativa en reconocer el estatuto de ciencia para las disciplinas que estudian el
mundo social y humano proviene del ideal de unificar el conjunto de las ciencias bajo
el sello del método fisicomatemático, ideal positivista heredado del pensamiento del
siglo XIX.
La tercera posición tiene entre sus representantes, a aquellos que consideran que las
ciencias sociales han alcanzado grandes logros, los cuales no tienen que ver con la
exactitud propia de las ciencias duras, pero sí con la rigurosidad; no se agrupan bajo un
único método, porque su objeto, el hombre, no es un ser meramente biológico o
determinado por leyes naturales, sino que es un ser inserto en una trama cultural y
simbólica del que es productor y producto.
El Hombre tiene lenguaje, manifiesta de múltiples formas sus deseos, se relaciona con
otros hombres en la construcción de sus condiciones de vida, por ello, concebir el
conocimiento de estas producciones como una simple relación entre sujeto y objeto,
podría ser útil para las ciencias naturales, pero no lo es sin dudas para las ciencias
sociales. No podemos dejar de considerar que en esta relación de conocimiento, el
científico no puede sostener la misma distancia con su objeto de estudio, que es en
realidad un sujeto, como aparentemente lo hacen las ciencias naturales. Cuando el
objeto es otro hombre la relación no es ni imparcial ni transparente. Si el problema de
40
la objetividad científica ha sido fuente de numerosas discusiones entre las corrientes
epistemológicas, se torna aún más complejo, en el caso de las ciencias sociales.
Si tomamos como fuente de reflexión sobre estas cuestiones a una disciplina
eminentemente cualitativa como la Antropología Social, podría resultar más clara la
imposibilidad de insistir en un criterio de cientificidad al estilo de las Ciencias Naturales
o Físicas. La propuesta de reintegrar la Antropología al campo de las Humanidades
implica centrar la atención no en la conducta observable sino en los significados
subjetivos que los propios actores les dan a sus acciones, esto es, buscar la
comprensión de los fenómenos y no aspirar a su explicación a partir de la formulación
de leyes causales.
Esta propuesta de una Ciencia Social interpretativa se funda entre otras cosas, en la
especificidad del objeto de estudio, en contraposición a los objetos de estudio que
encontramos en la naturaleza.
"La vida humana como objeto de estudio se caracteriza por su autoconciencia, por ser
reflexivo, creativo, por imputarle intencionalidad, propósito y significado a sus actos.
En síntesis, la vida humana conforma un fenómeno de estudio cuyas dimensiones son
totalmente diferentes a cualquier otro objeto de la naturaleza y, por lo tanto, no está
sujeto a leyes naturales" (Falomir, R. 1991, pág. 37).
Dos cuestiones deben ser resaltadas; una se refiere al objeto de estudio de estas
disciplinas, formulado no en términos de fenómenos observables, sino de la
comprensión de categorías de comportamiento subjetivo, y la otra, a la dificultad
epistemológica derivada de este objeto de estudio, es decir, la similitud entre objeto y
sujeto de estudio. Ambas se relacionan con el problema de la objetividad del
conocimiento en Ciencias Sociales.
Para Geertz, las formulaciones interpretativas no son explicaciones causales, ni son en
sentido estricto, predictivas o verificables. No obstante, es necesario aclarar que una
disciplina social como la Antropología no escapa a la exigencia derivada de integrar el
plano de la conducta observable y la significación subjetiva imputada por los propios
actores. (Falomir, 1991).
A modo de síntesis queremos resaltar los siguientes puntos de la discusión acerca de la
cientificidad de las disciplinas sociales:
41
- La discusión sobre la cientificidad de estas disciplinas, entre las que se cuentan la
antropología, la sociología y la historia, entre otras, sólo es posible si partimos del
reconocimiento de la singularidad y especificidad de sus objetos de estudio.
- El punto más problemático es el que se refiere a las relaciones entre la interpretación
que remite a la singularidad del fenómeno y la teoría que remite a la generalidad.
Estos procesos no son excluyentes, por el contrario, deben entenderse como la
búsqueda del sentido existente (mediado por la construcción teórica) y no del sentido
"creado" por quien investiga.
La interpretación de lo singular sólo adquiere sentido en el contexto de una explicación
general, contexto teórico mayor, aspecto éste relacionado con el punto anterior.
Si nos referimos a los métodos, lo propio de las ciencias sociales es la pluralidad y la
convergencia metodológica, con el fin de alcanzar distintos puntos de vista sobre el
mismo objeto y partiendo de diversas fuentes de conocimiento. (Vasilachis, 1993, pág.
15)
Si nos referimos a los paradigmas en las ciencias sociales, lo característico de estas, es
también la convergencia y la simultaneidad (no la sustitución de paradigmas como
sostenía Kuhn). Si bien es posible atribuir un momento histórico de surgimiento y
consolidación respecto de un determinado paradigma, la aparición de paradigmas
alternativos a los dominantes no conlleva la sustitución o eliminación de los mismos.
"Podemos sostener que el tipo de acumulación que se da en el conocimiento
sociológico es predominantemente, de tipo intraparadigmático y que las
discontinuidades que se observan no son signos de falta de progreso o del desarrollo
de esta disciplina, sino muestras evidentes de un tipo de desarrollo diferente al
propuesto por el modelo de conocimiento aplicable a las ciencias naturales"
(Vasilachis, 1993, pág. 25).
EL PENSAMIENTO CIENTIFICO
42
La mayoría de los estudiosos de la ciencia coinciden en asignarle al pensamiento
científico las siguientes características:
a) Objetividad.
b) Racionalidad.
c) Sistematicidad.
Estas tres características, ciertamente, también son aspiraciones del pensamiento
cotidiano o de lo que algunos autores llaman sano sentido o sentido común; pero no
son buscadas ni alcanzadas en la misma medida.
a) Objetividad: Se podrá decir, de inmediato, que el pensamiento científico no es
subjetivo, que no depende de los intereses personales de quienes intervienen en él.
Quizás sea preferible darle más importancia a otra aceptación de objetividad,
concordancia o adaptación a su objeto. El pensamiento científico se aplica a los hechos
innegables y no especula arbitrariamente.
Siempre que se mencione la objetividad, se entenderá como adecuación a la realidad,
o como validez independiente de los intereses del que conoce.
En realidad, estos dos sentidos de objetividad se relacionan estrechamente. Sólo los
hechos deben servir de guía a toda investigación científica. No deben mezclarse
factores extraños subjetivos; los instintos y los sentimientos del que investiga y del que
juzga lo investigado deben permanecer al margen del mundo científico. Este requisito
no es fácil de cumplir, pero implica un fin digno de alcanzar. A lo largo de la historia, es
fácil comprobar que la objetividad no siempre se ha cumplido; personas, instituciones
y pueblos poco evolucionados han caído en la subjetividad. Baste recordar el juicio a
que fue sometido Galileo en virtud de que sus tesis científicas no concordaban con las
creencias religiosas de su tiempo.
El pensamiento científico y el hombre científico deben ser imparciales y acostumbrarse
a separar sus sentimientos y sus intereses personales cuando estén en el terreno de la
ciencia. Sólo ha de interesarles que los hechos existan o no, y aceptarlos tal como son.
Se dijo que el pensamiento cotidiano también aspira a la objetividad, racionalidad y
sistematicidad, lo mismo que el científico, pero que las persigue y las alcanza en grados
muy diferentes. La objetividad que llega a obtener el pensamiento cotidiano es
limitada, debido a que se encuentra demasiado atada a la percepción y a lo práctico y
43
cuando se desprende, cae frecuentemente en algunas de las explicaciones no
científicas que se analizaron con anterioridad.
Para aclarar lo mejor posible qué es la objetividad, conviene presentar algunos
ejemplos sencillos. La salida del sol por el oriente es un hecho astronómico que acaece
independientemente de que al astrónomo o a cualquier otra persona le guste o no. El
pensamiento científico es objetivo en el sentido de que se investigan los hechos tal
como son en la naturaleza; la astronomía se subordina a la naturaleza y al
funcionamiento del sol, y no éste a la ciencia astronómica.
Si multiplicamos 6 por 5 obtenemos 30 (6x5=30). Sabemos que este producto vale
independientemente de que nos agrade o no, y del estado de ánimo en que nos
encontremos.
b) Racionalidad: Se ha llamado razón a la facultad que permite distinguir al hombre de
los animales. También se ha entendido por razón el fundamento o la explicación de
algo. El pensamiento científico no está formado de imágenes, sensaciones ni hábitos
de conducta. Se dice que en él hay racionalidad, porque está integrado de principios y
leyes científicas. El hombre de ciencia forja imágenes, tiene sensaciones y posee
determinados hábitos de conducta y con ellos puede realizar su trabajo científico; pero
siempre partirá de elementos racionales y sus resultados también serán entes de
razón.
La racionalidad, asimismo, entraña la posibilidad de asociar conceptos de acuerdo con
leyes lógicas y que generan conceptos nuevos y descubrimientos. Y en último término,
la racionalidad ordena sus conceptos en teorías.
c) Sistematicidad: En la vida cotidiana, con frecuencia oímos hablar de diversos
sistemas: del sistema digestivo, del sistema eléctrico de un automóvil, del sistema de
semáforos, y de otros muchos sistemas. ¿Qué podemos entender, de inmediato, por
sistema? Comúnmente se podría entender por sistema una serie de elementos
relacionados entre sí de manera armónica. Científicamente, el concepto de sistema
debe entenderse con mayor precisión y en un sentido menos amplio. Los
conocimientos científicos no pueden estar aislados y sin orden; siempre están
inmersos en un conjunto y guardan relación unos con otros.
Todo conocimiento científico sólo tiene significado en función de los que que guardan
relación de orden y jerarquía con él.
44
Las explicaciones que da la ciencia, se estructuran sistemáticamente, reflejando el
orden y armonía que existe en la realidad. Los conocimientos de la alquimia y de la
astrología no constituyeron, ni constituyen, ciencia, porque sus conocimientos no se
estructuran armónicamente ni reflejan la realidad.
Si en una teoría sustituimos algunos de sus elementos, la estaríamos cambiando
radicalmente, alteraríamos su sistematicidad.
Anotamos, a continuación, siguiendo a Mario Bunge, una lista de características del
pensamiento científico.
45
Los microscopios y los telescopios son trascendencia de los hechos de la observación.
Los motores de los automóviles han ido más allá de lo observado por los físicos con
respecto al movimiento.
c) Analítico: Lo analítico del conocimiento científico empieza desde la mera
clasificación de las ciencias a que nos referimos en este apartado. Se especializan en
determinado ámbito de la realidad; Y en cada ámbito, una vez ya dentro de su propio
territorio, se esfuerzan continuamente por desintegrar sus objetos de estudio a fin de
conocerlos en profundidad.
Las ciencias analizan sus problemas, los descomponen para estudiarlos mejor. Desde
luego que la ciencia no analiza para tomar una parte y aislarla del todo, por lo
contrario, descompone y recompone, sin cesar, sus objetos de estudio; aunque los
separa, no deja de entenderlos como integrantes de un todo.
d) Claro y preciso: Los conceptos científicos se definen de manera clara y precisa; la
vaguedad daría al traste con cualquier pretensión en el terreno de la ciencia. Pero no
solamente los conceptos, sino también los problemas deben presentarse en forma
clara y precisa. La noción de volumen es clara y precisa, y sólo así puede manejarla el
químico.
e) Simbólico: El pensamiento científico no iría muy lejos si dispusiera solamente del
lenguaje cotidiano. Necesita crear su propio lenguaje artificial cuyos signos y símbolos
adquieren un significado determinado, lo menos variable posible y se someten a
reglas, para crear estructuras más complejas. Hg, y E, por ejemplo, son algunos de los
símbolos empleados por la ciencia.
f) Comunicable: El pensamiento científico no está destinado a un reducido número de
personas, sino que se ofrece a todo aquél cuya cultura le permite entenderlo. La
ciencia cumple con una función informativa; el arte, con una expresiva, y las órdenes o
mandatos, con una imperativa. El pensamiento científico, comunica datos y reflexiones
acerca de los hechos.
g) Verificable: Todo lo que produzca el pensamiento científico debe someterse a
prueba; no debe aceptarse nada que no se adecue a la realidad.
La verificación se obtiene mediante la observación y la experimentación, aunque hay
ciencias, como la astronomía y la economía, que en ciertos aspectos pueden prescindir
de la experimentación. Las aspiraciones científicas de los médicos especializados en
46
trasplantes de órganos no quedarán satisfechas mientras sus investigaciones fracasen
en la realidad.
h) Metódico: el pensamiento no procede desorganizadamente; planea lo que persigue
y la forma de obtenerlo. Procede obteniendo conclusiones particulares o generales y
disponiendo de procedimientos tales como la deducción, la inducción y la analogía,
que serán tratados más adelante.
i) Explicativo: Hubo un día en que el hombre ya no quedó satisfecho de las
explicaciones, basadas en mitos, que le resolvían sus problemas más angustiosos:
¿Qué es la vida? ¿Por qué mueren los humanos? ¿Qué destino le espera a la
humanidad? Este fue el momento, en que el hombre descubrió que estaba dotado de
razón y podía, con ella, resolver por cuenta propia, y ya no por medio de seres
suprahumanos, lo problemático del mundo que le rodeaba.
El pensamiento científico, a diferencia del cotidiano, no acepta únicamente los hechos
tal como se dan; investiga sus causas, busca explicaciones de por qué son así y no de
otra manera. Procura explicar los hechos en términos de leyes y principios. Un físico
explica la caída de los objetos físicos en función de la ley de gravedad.
j) Predictivo: Todo conocimiento científico explica el comportamiento de ciertos
hechos; pero no solamente para lo presente, sino también para lo pasado y para lo
futuro. La predicción le sirve al científico para poder modificar los acontecimientos en
beneficio de la sociedad, toda vez que la técnica procura la comodidad del ser
humano.
Las predicciones científicas no siempre son fatales –es decir que no pueden dejar de
darse-. Cuando fallan, permiten corregir las hipótesis en que se basan. Ocurre que
fallan tanto las predicciones meteorológicas, como también los pronósticos médicos.
k) Abierto: Los objetos de la ciencia, sus conceptos, sus métodos y sus técnicas, no son
definitivos; se encuentran en constante cambio. El pensamiento científico no es
dogmático. Es abierto en virtud de que sus estructuras son falibles y es capaz de
progresar. Un hombre que se conformara con los conocimientos que hasta ese
momento le ha legado la humanidad, sería sabio pero no científico. El científico
contemporáneo, prefiere estar al tanto de las últimas innovaciones mediante las
revistas científicas y no en los manuales de tratados, que día a día van separándose de
los últimos logros de la ciencia.
47
l) Útil: El hombre inculto, es reacio al estudio de la ciencia porque no ve su utilidad;
piensa que solamente aquello con que puede ganar dinero es digno de alcanzarse. En
verdad, comete un grave error. Basta con meditar, detenidamente, para comprobar la
inmensa utilidad del pensamiento científico.
Nuestro mundo actual, sin la ciencia inmersa en él, retornaría a la época de las
cavernas. La técnica es ciencia aplicada. La ingeniería ha hecho posible la construcción
de los enormes edificios llamados rascacielos; a la física y a la matemática se debe que
se hayan logrado realizar los viajes espaciales y la medicina no podría prever, ni
combatir, las enfermedades si no contara con el auxilio de la bioquímica.
"En resumen, la ciencia es valiosa como herramienta para domar a la naturaleza y
remodelar la sociedad; es valiosa, en sí misma, como clave para la inteligencia del
mundo y del yo; y es eficaz en el enriquecimiento, la disciplina y la liberación de
nuestra mente." (5)
Insistimos en las características de las ciencias fácticas o factuales, dejando un poco de
lado el tratamiento de las ciencias formales y la formalización de las factuales que se
abordarán en los módulos que complementan este volumen.
Sin embargo, conviene adelantar un poco para evitar que se pueda caer en el error de
considerar del todo desarticuladas a las ciencias.
El método científico de las ciencias se diferencia por sus objetivos y sus técnicas. Las
ciencias factuales estudian hechos; las formales, ideas. La lógica y la matemática,
ciencias formales, no se relacionan directamente con nada que se encuentre en la
realidad. La física y la química, ciencias factuales, se relacionan con hechos reales y
recurren a la experiencia para comprobar sus fórmulas.
Pero la lógica se ocupa de las ideas, en cuanto a su estructura, sean formales o
factuales.
Mario Bunge, filósofo y físico argentino contemporáneo, nacido en 1919, piensa que la
ciencia formal es autosuficiente por lo que respecta al contenido y al método de
prueba, en tanto que la ciencia factual, depende de hechos en lo tocante al contenido
o significación, y del hecho de la experiencia, para su comprobación. La verdad formal
es mucho más completa que la verdad factual.
La lógica y las matemáticas son un conjunto de ideas, como también lo son la física y la
química teóricas. Y todas las ideas, aunque se relacionen estrechamente con lo
48
concreto, tienen una forma determinada. De esto se desprende que la ciencia factual,
contiene ciertos elementos formales que no se subordinan a los hechos de la
experiencia.
Todas las teorías científicas, sean de ciencias formales o de ciencias factuales, aspiran a
su normalización o reconstrucción lógica. Esta formalización consiste en la formulación
simbólica, plena y completa de sus fundamentos.
La lógica y la matemática han avanzado demasiado en su formalización.
Las ciencias factuales sólo han emprendido intentos parciales y desarticulados.
Aún no está formalizada del todo la mecánica de Newton.
Las ciencias factuales han progresado sin su formalización, que no podría sustituir la
invención ni la contrastación. La formalización beneficia al progreso teorético dado
que facilita un entendimiento crítico.
Lo asentado ha sido, muy de cerca, la concepción, de la ciencia de
Mario Bunge. Pero, ¿qué se puede decir, dentro de este contexto de la historia?
¿Es ciencia o no? Las opiniones están divididas, unos piensan que sí es ciencia y otros
que no.
Los que piensan que la historia no es ciencia argumentan que:
a) El hecho histórico es singular e irrepetible, no tiene la universalidad
de la ciencia.
b) Carece de método riguroso, matemático o experimental.
c) Las conclusiones de los historiadores son subjetivas.
Si ha de aceptarse la historia como ciencia, no debe, necesariamente, comparársele en
todo a las ciencias formales, o a las factuales.
La historia es ciencia sui generis porque:
a) Se interesa, más que en los hechos individuales, en la evolución de grupos humanos.
b) Es válido partir de documentos e inferir mediante hipótesis y verificar hechos
históricos.
c) Pretende explicar unos hechos mediante otros que son sus causas.
Las explicaciones
Para esta confrontación recurriremos al pensamiento de Wartofsky. Son explicaciones
no científicas:
49
a) Las basadas en poderes o seres imaginarios.
b) Aquéllas llamadas "filosofía popular", "sabiduría popular" o "filosofía del pueblo".
c) Las de saberes o técnicas prácticas.
a) Explicaciones basadas en poderes o seres imaginarios: El hombre común, ante lo
desconocido, tiende a buscar explicaciones que eviten temor. Si no encuentra una
razón suficiente, inventará algunas discutibles, pero seguras emocionalmente, que lo
alejen de la incertidumbre. Son creencias sin fundamento en el conocimiento real.
Forman un mundo mágico, atrayente por su desbordante imaginación, poesía e
irresponsabilidad con la realidad. "Un universo poblado de dioses y demonios, espíritus
buenos y malignos, poderes mágicos, encantamientos, hechizos y ritos, palabras y
números místicos por medio de los cuales podrían dominarse los acontecimientos y las
acciones, magia negra y blanca, ritos secretos, tabúes, trucos y pociones para hacerse
amar, para lograr la fertilidad, para, hacerse, temer, para hacer que crezcan las
cosechas, para guardarse del mal de ojo, para burlar a los dioses o para cegar a los
enemigos; el catálogo de las creencias supersticiosas es tan largo como variopinto,
pero no ha de interpretarse como síntoma de la ignorancia del hombre, sino de sus
intentos para explicar y gobernar la naturaleza." (3)
Este tipo de explicaciones se encuentra en las más distintas sociedades, no solamente
en la antigüedad, como pudiera pensarse, sino aún en nuestro siglo XXI; tampoco es
exclusivo de las regiones con menos desarrollo científico y técnico, pues también se
encuentra del todo manifiesto o latente en los hombres temerosos de los ambientes
de mayor cultura.
La mayoría de los diarios y revistas más reputados de nuestro mundo occidental no
dejan de incluir, para agrado de todos, una sección de horóscopos; y, a fin de año, no
faltan las profecías -así siempre pavorosas- de los acontecimientos que están por
llegar, nacidas de la imaginación de adivinos y nutridas en el suelo fértil tanto de la
ingenuidad como del inveterado temor del hombre a lo desconocido. Se imprimen, por
millares, libros con horóscopos que señalan con precisión las características físicas,
morales y mentales de los nacidos bajo determinado signo; y también señalan los días
más favorables, los desfavorables y los que no son ni lo uno ni lo otro, para cada uno
de los acontecimientos de la existencia; tampoco dejan de recomendar las piedras y las
flores que pueden traer "buena suerte". Existen en nuestro medio, social muchas
50
damas -ricas y pobres- que se "echan las cartas" y se dan "limpias", con tal de obtener
amores o fortuna; y no escapan a estas prácticas algunos hombres cultos.
Las precedentes explicaciones no son científicas, lo cual no las hace despreciables, sino
el que pretendan competir y sustituir a las que son fruto de la ciencia. Si no nacieran
de un temor irracional y no desquiciaran, en muchos casos, a quienes profesan tales
creencias; si fueran inofensivas, no merecerían objeción alguna. Más aún,
enriquecerían la vida, llenándola de imaginación y de poesía.
b) Explicaciones llamadas "filosofía popular", "sabiduría popular" o "filosofía del
pueblo": La experiencia del ser humano permite, en muchos casos, refinar ciertas dosis
de sabiduría que el sentido artístico aprisiona en frases casi siempre atinadas. Nos
estamos refiriendo a dichos populares, refranes, proverbios y adagios. Estas
expresiones, de uso común, arraigadas como creencias, se trasmiten de unas
generaciones a otras; son un legado cultural "sabroso": "A. Dios rogando y con el palo
dando", "Más vale pájaro en mano que ciento volando",
"Lo del agua al agua y lo del vino al vino", "Camarón que se duerme, se lo lleva la
corriente", "No por mucho madrugar amanece más temprano", "No importa quién
llega primero, sino quién llega más lejos". Cuando han sido bien logradas son
didácticas, porque excitan la imaginación, el sentido del humor y patentizan un saber
de aplicación personal y práctico.
“Estas expresiones incorporan, en forma gráfica y económica, uniformidades bien
observadas de la experiencia de comunidades enteras, aunque también el genio del
verdadero descubrimiento, y nos sorprenden, por consiguiente, por su aptitud y
alcance y porque revelan, en términos explícitos, verdades de las que ya teníamos
conciencia vagamente." (4)
c) Explicaciones de saberes o técnicas prácticas: Nuestros idiomas poseen un caudal de
términos cuyos significados se pueden presentar en forma restringida y en forma
amplia. Aquí radica su riqueza y su pobreza; si todas las palabras tuvieran para siempre
un mismo sentido preciso, nuestro trato humano carecería de interés por ser rutinario
y frío; la vaguedad o diversidad de sentidos de los términos hace posible que se pueda
imprimir un sello personal a nuestras manifestaciones mediante el lenguaje, siempre y
cuando no se vaya a los extremos que impedían toda comunicación. Esto viene a
51
colación, porque este tercer tipo de explicaciones, no científicas, se apoya,
precisamente, en las connotaciones amplias de ciencia y de sabor.
Aquí sí es grave que un vocablo pueda entenderse en forma amplia y en forma
restringida. Con suma irresponsabilidad el término saber se aplica tanto a la habilidad
para conducir un automóvil, o para organizar grupos, como a la teoría de la relatividad
o el principio de Arquímedes, lo que constituye un abuso de las acepciones de las
palabras y encierra un grave riesgo. Sería recomendable reservar las voces ciencia y
saber para aplicarlas en sus significados más restringidos.
Estas explicaciones no científicas han cumplido una función histórica; pueden
considerarse balbuceos de la ciencia, un querer ordenar la experiencia y ejercer
dominio sobre ella. La ciencia ha requerido, como punto de partida de su desarrollo,
estas explicaciones no científicas. Y, en realidad, no las aparta; las asimila y las supera.
Hasta este punto, se han analizado paralelamente lo cotidiano y lo científico. Es
necesario distinguir, con mayor claridad, el pensamiento científico, para describirlo y
caracterizarlo en función de su estructura interna.
Dos requisitos básicos de las explicaciones científicas. Explicar los fenómenos del
mundo físico es uno de los objetivos primarios de las ciencias naturales. Por lo demás,
casi todas las investigaciones científicas que hemos citado a título de ilustraciones en
los capítulos precedentes no pretendían descubrir ningún hecho concreto, sino
alcanzar una comprensión explicativa; se ocupaban de cómo se contrae la fiebre
puerperal, por ejemplo; de por qué la capacidad de las bombas aspirantes para elevar
el agua tiene una limitación característica, de por qué la transmisión de la luz
concuerda con las leyes de la óptica geométrica, etc. En este capítulo y en el siguiente
examinaremos con algún detalle la naturaleza de las explicaciones científicas y la clase
de comprensión que proporcionan.
Que el hombre se ha ocupado larga y persistentemente de lograr alguna comprensión
de los enormemente diversos, a menudo intrincados y a veces amenazadores sucesos
del mundo que le rodea lo muestran los múltiples mitos y metáforas que ha elaborado
en un esfuerzo por dar cuenta de la simple existencia del mundo y de sí mismo, de la
52
vida y la muerte, de los movimientos de los cuerpos celestes, de la secuencia regular
del día y la noche, del cambio de las estaciones, del trueno y el relámpago, de la luz del
sol y de la lluvia. Algunas de estas ideas explicativas están basadas en concepciones
antropomórficas de las fuerzas de la naturaleza, otras invocan poderes o agentes
ocultos, otras, en fin, se refieren a planes inescrutables de Dios o al destino.
Las explicaciones de este tipo pueden dar al que se Plantea los problemas la impresión
de que ha alcanzado cierta comprensión; pueden resolver sus dudas y en este sentido
«responden» a su pregunta. Pero, por muy satisfactorias que puedan ser
psicológicamente estas respuestas, no son adecuadas para los propósitos de la ciencia,
la cual, después de todo, se ocupa de desarrollar una concepción del mundo que tenga
una relación clara y lógica con nuestra experiencia y sea, por tanto, susceptible de
contrastación objetiva.
Por esta razón, las explicaciones científicas deben cumplir dos requisitos sistemáticos,
que llamaremos el requisito de relevancia explicativa y el requisito de contrastabilidad.
El astrónomo Francesco Sizi ofreció la siguiente argumentación para mostrar por qué,
en contra de lo que su contemporáneo Galileo pretendía haber visto por el telescopio,
no podía haber satélites girando en torno a Júpiter: Hay siete ventanas en la cabeza,
dos orificios nasales, dos orejas, dos ojos y una boca; así en los cielos hay dos estrellas
favorables, dos que no son propias, dos luminarias, y Mercurio, el único que no se
decide y permanece indiferente. De lo cual, así como de muchos otros fenómenos de
la naturaleza similares -los siete metales, etc..., que sería tedioso enumerar, inferimos
que el número de los planetas es necesariamente siete... Además, los satélites son
invisibles a simple vista, y por tanto no pueden tener influencia sobre la Tierra, Y por
tanto serían inútiles, y por tanto no existen.
El defecto crucial de esta argumentación es evidente: los «hechos» que aduce, incluso
sí se aceptaran sin ponerlos en cuestión, son enteramente irrelevantes para el asunto
que se está discutiendo; no dan la más mínima razón por la que debamos suponer que
Júpiter no tiene satélites; las pretensiones de relevancia sugeridas por palabras tales
como «por tanto», «se sigue» y «necesariamente» son enteramente espúreas.
Consideremos, en cambio, la explicación física de un arco iris. Esa explicación nos
muestra que el fenómeno sobreviene como resultado de la reflexión y refracción de la
luz blanca del Sol en pequeñas gotas esféricas de agua tales como las que hay en las
53
nubes. Por referencia a las leyes ópticas relevantes, este modo de dar cuenta del
hecho muestra que es de esperar la aparición de un arco iris cuando quiera que una
rociada o una nube de pequeñas gotas de agua es iluminada por una luz blanca fuerte
situada detrásdel observador. De este modo, aunque se diera el caso de que no
hubiéramos visto nunca un arco iris, la información explicativa proporcionada por la
física constituiría una buena base para esperar o creer que aparecerá un arco iris
cuando se den las circunstancias especificadas. Nos referiremos a esta característica
diciendo que la explicación física cumple el requisito de relevancia explicativa: la
información explicativa aducida proporciona una buena base para creer que el
fenómeno que se trata de explicar tuvo o tiene lugar. Ha de cumplirse esta condición
para que podamos decir: «Esto lo explica.
¡En estas circunstancias era de esperar que se produjera el fenómeno en cuestión! »
Este requisito representa una condición necesaria de una explicación adecuada, pero
no una condición suficiente.
Por ejemplo, una gran masa de datos que indique la presencia de un corrimiento al
rojo en los espectros de las galaxias distantes proporciona una base sólida para creer
que esas galaxias se alejan de la nuestra a enormes velocidades, aunque no explique
por qué. Con el fin de introducir el segundo requisito básico de las explicaciones
científicas, examinemos una vez más la concepción de que la atracción gravitatoria
pone de manifiesto una tendencia ninguna implicación contrastadora. tendencia
natural afín al amor. Como antes hemos señalado, esta concepción no tiene ninguna
implicación contrastadora. Por tanto, no hay ningún dato empírico que pueda
confirmarla o desmentirla. Estando, como está, desprovista de contenido empírico,
esta concepción no proporciona ninguna base para esperar que se produzca el
fenómeno característico de la atracción gravitatoria: le falta poder explicativo objetivo.
Comentarios similares podrían hacerse con respecto a las explicaciones en términos de
un hado inescrutable: invocar esa idea no es alcanzar una comprensión especialmente
profunda, sino abandonar todo intento de explicación. En contraste, los enunciados en
los que se basa la explicación física de un arco iris tienen varias implicaciones
contrastadoras; implicaciones concernientes, por ejemplo, a las condiciones en que
podrá verse un arcoíris en el cielo y al orden de sus colores; la aparición de un
fenómeno de arco iris en la espuma de una ola que rompe en las rocas, y en la hierba
54
cubierta de rocío, etc. Estos ejemplos ilustran una segunda condición que deben
cumplir
Las explicaciones científicas, a la que llamaremos el requisito de contrastabilidad: los
enunciados que constituyen una explicación científica deben ser susceptibles de
contrastación empírica. Ya se ha sugerido que, puesto que la concepción de la
gravitación en términos de una afinidad universal subyacente no tiene implicaciones
contrastadoras, carece de poder explicativo: no proporciona una base para esperar
que se dé la gravitación universal o que la atracción gravitatoria tenga tales y tales
rasgos característicos; porque si implicara esas consecuencias, bien deductivamente,
bien incluso en un sentido más débil, inductivo - probabilístico, entonces sería
contrastable por referencia a esas consecuencias. Como muestra este ejemplo, los dos
requisitos considerados están en interrelación: una explicación propuesta que cumpla
el requisito de relevancia cumple también el requisito de contrastabilidad. (La inversa
es claro que no se da.) Veamos ahora qué formas toman las explicaciones científicas y
cómo cumplen estos dos requisitos básicos.
55