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1.

2 – Psicología y modernidad: la modernidad y su función metafísica fundamental


(Heidegger); sus consecuencias en la psicología. Galileo-Descartes. Naturalismo y
mecanicismo; el Yo como subjectum. Psicología y filosofía: apertura del campo de
la subjetividad. La constitución plural de la psicología.

Descartes, R (1637) El discurso de Método Buenos Aires, Losada 1959.

El Discurso del método, es una obra que pretende dar a conocer el método


para poder llegar al conocimiento verdadero y encontrar la verdad. Fue escrito por
René Descartes en 1637, este tratado es una de sus obras más importantes, considerada
como una de las primeras obras de la filosofía moderna.
El contenido de esta obra es extenso y variado está dividida en seis partes:

Primera parte: Sienta las bases del método cartesiano y habla acerca de una
nueva teoría del conocimiento
Segunda Parte: Es la parte más famosa de la obra. Aquí Descartes habla acerca de su
método el cual es capaz de perfeccionar el conocimiento, el cual tiene como principio
base la duda, como lo refleja su máxima: "pienso, luego existo".
Tercera Parte: Aquí Descartes habla acerca de su "moral provisional" la cual le ayudaría
a no extraviarse en la búsqueda de la verdad mientras reestructuraba su razón con ayuda
del método que había descubierto.
Cuarta Parte: Pretende demostrar aquí Descartes la existencia de Dios como garantía de
todo conocimiento perfecto.
Quinta parte: Descartes expone sus teorías acerca de la tierra y el universo, aunque no
declara abiertamente que concuerda con las teorías de Galileo por temor a ser perseguido
por la iglesia.
Sexta parte: Habla acerca de la utilidad de la ciencia, como puede beneficiar al hombre y
que debe y que no debe ser divulgado.

Primera parte
En la primera parte del Discurso del Método, Descartes habla acerca del método que ha
logrado desarrollar para elevar y aumentar sus conocimientos de forma gradual y
paulatina, y de la confianza que tiene en él ya que menciona por propia experiencia los
beneficios que le ha proporcionado este método. Aunque el mismo hace una advertencia
al lector: “... mi propósito no es enseñar aquí el método que cada uno ha de seguir para
conducir bien su propia razón, sino tan solo permitir ver de qué manera he tratado de
conducir la mía." Por lo que el lector debe ser objetivo y no tomar este método como
absoluto, más bien debe juzgarlo, analizarlo y mejorarlo si le es posible.
Posteriormente Descartes habla acerca de su formación intelectual, su deseo por
aprender y adquirir conocimiento para poder vivir mejor, sin embargo después de tanto
leer decide estudiar el "Gran Libro del Mundo y de Sí Mismo", esto es encontrar el
conocimiento exacto por medio de las experiencias que hay el mundo y por medio de
la meditación, ya que según el, el conocimiento no se adquiere pasivamente.
Lo cual creo que es muy cierto ya que no es posible tener un conocimiento global y exacto
si se ven las cosas desde un solo ángulo, por lo tanto es necesario cambiar de
perspectiva constantemente.

Segunda Parte
Esta es la parte central del libro, en esta Descartes expone los pasos del método que ha
descubierto.
Descartes se había dado cuenta de que existían muchas ciencias, pero no todas ellas son
verdaderas ni tampoco útiles, tal como lo habían hecho los matemáticos de
su tiempo quienes según él "se han sujetado tanto a ciertas reglas y a ciertas cifras que
han hecho de ella un arte confuso y oscuro, que confunde al espíritu, en lugar de
una ciencia que lo cultive."
Por eso él creyó que debía existir un método que sin ser demasiado extenso en sus pasos
permitiera lograr el conocimiento verdadero, ya que si un método o una fórmula es muy
larga, en la práctica resultara difícil de aplicar y bastante confusa.
Por lo que Descartes condensa su método en cuatro pasos fundamentales:
*1ero: nunca aceptar como verdadera ninguna cosa que no conociese con evidencia que
lo era.
Con esto Descartes nos dice que no debemos precipitarnos al aceptar una proposición
como verdadera si dudamos que de alguna forma lo es, no debemos aceptar algo como
verdad solo porque es lo que queremos oír.
*2do: dividir cada una de las dificultades que examinase, en tantas partes como fuese
posible y como requiriese su mejor solución.
Para resolver un problema es necesario hacerlo ordenadamente, o sea hay que averiguar
que se necesita y qué posible respuesta será necesaria para resolverlo.
*3ero: conducir por orden mis pensamientos comenzando por los objetos más fáciles de
conocer, para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más
compuestos..."
Aquí Descartes evidencia su forma de pensar la cual se basa en las matemáticas donde
para resolver un problema matemático es necesario comenzar por lo más fácil y después
se resuelve lo más difícil con el fin de no perdernos y no lograr un resultado erróneo, o
confundirnos de tal manera que nos quedemos atorados en una encrucijada.
*4to: hacer en todas enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que
adquiriese la seguridad de no omitir nada.
Para que la solución a un problema sea lo más completa y general posible, es necesario
que sea revisada y puesta a prueba a fin de que no pueda ser rebatida ni puesta en tela
de juicio por alguien más, con lo que se lograría un conocimiento certero.
A partir de estos cuatro pasos Descartes menciona que le fue posible aumentar sus
conocimientos e incluso logró entender cosas que parecían bastante complicadas.

Tercera parte
Descartes habla aquí de lo que el llama su "Moral provisional" la cual consistía en 5
máximas.
Descartes creyó que era adecuado apegarse a ciertos principios para no "extraviarse en
su búsqueda de la verdad" que mientras reestructuraba su mente y sus conocimientos por
medio de su método antes descrito.
La primera máxima consistía en llevar un estilo de vida moderado y obedecer las leyes del
país, para así poder convivir mejor con la gente de su sociedad.
La segunda consistía en ser de carácter firme y decidido, esto es "siempre caminar lo más
directamente hacia un lugar determinado y no cambiar de dirección por débiles razones".
Descartes creyó que solo así podía evitar arrepentirse de efectuar una mala acción por
ser de espíritu débil.
La tercera máxima consistía en dominarse a sí mismo debido a que en la vida nada
es seguro, las cosas cambian constantemente y no todo está bajo nuestro poder. Sería
decepcionante intentar esperar que todo resulte tal y como lo planeamos.
Como conclusión a moral provisional Descartes destaca la importancia de elegir la
ocupación que se debe seguir en la vida y el concluye que lo mejor que podría hacer es
continuar en la búsqueda de la verdad por medio de su método.

Cuarta parte
"Pienso, luego existo", es la premisa fundamental sobre la cual Descartes fundamenta su
método, ya que según el este razonamiento es tan sólido y veraz que no puede ser
rebatido ni ignorado. Así que la duda es el primer principio de la filosofía cartesiana.
Es imposible fingir que no existimos ya que nuestra naturaleza se basa en el hecho de
pensar, si no pensamos no existimos, Descartes menciona que es posible fingir que no se
tiene cuerpo, que no se está en permanencia en algún lugar, pero al negar la existencia
esta queda irremediablemente reafirmada, por lo que Descartes creyó que esa parte del
ser que puede seguir existiendo es el alma, la cual no depende de ningún lugar, ni de
ninguna cosa material.
En esta parte Descartes demuestra la existencia de Dios, según él nosotros tenemos en
la mente metida, por decirlo así la idea de perfección, aunque nosotros mismos no somos
perfectos, así que de algún modo o de alguna parte hemos adoptado esa idea. Descartes
llega así a la conclusión de que debe de existir algo o alguien de donde provenga esa
idea, ya que sería ilógico decir que proviene de la nada y más ilógico sería decir que lo
más perfecto proviene del no-ser. Por eso para Descartes la idea de Dios es una idea
innata, en la cual Dios es eterno, inmutable, omnisciente y omnipotente, es decir posee
todas las cualidades que podemos imaginar pero no podemos poseer.

Quinta parte
La quinta parte del Discurso del Método trata temas científicos en contraste a la cuarta
que es más bien metafísica, Descartes concordaba con Galileo en sus teorías pero por
miedo a la Iglesia decide cambiar lo que originalmente tenía preparado y hace una vaga
teoría sobre la creación y la evolución, para así no contradecir a la Iglesia.
Esta parte es más variada, habla acerca de biología, cree que los animales y los hombres
son iguales desde un punto de vista biológico, pero lo único que nos distingue es el uso
de la razón, por lo tanto los animales son almas de grado inferior.
Hace una analogía diciendo que el corazón de un hombre y un animal de sangre caliente
son similares y habla acerca de los mecanismos y funciones del mismo.
Por último hace un estudio sobre la razón o alma racional diciendo que no se deriva de
la materia sino que fue creada para conducir al cuerpo como lo hace un piloto en su nave.

Sexta parte
Descartes en la última parte de su tratado nos habla acerca de la utilidad de la ciencia.
La sexta y última supone un análisis de la investigación científica en general y en ella el
autor confía en la necesidad de una comunidad científica que permita extender los
conocimientos, así como en la necesidad de cultivar la salud del propio cuerpo para poder
pensar adecuadamente.

Descartes, R (1649) Tratado de las Pasiones del alma Barcelona, Planeta,


1994.

DESCARTES define a las pasiones como percepciones, sentimientos o emociones del


alma que se refieren particularmente a ella y que son causadas, sostenidas y fortificadas
por algún movimiento de los espíritus animales. Al hablar de espíritus animales y del
movimiento de ellos se está refiriendo a las partículas más ligeras de la sangre que se
desplazan entre el corazón, el cerebro y los músculos y llenan las cavidades de la
conexión entre el alma y el cuerpo que acontece en una pequeña glándula alojada en el
cerebro llamada Pineal . Por lo tanto,   considera que para entender a las pasiones del
alma deben diferenciarse sus funciones de las del cuerpo, ya que todo lo que es en el
alma una pasión, en el cuerpo es una acción. De acuerdo al dualismo cartesiano, puede
considerarse que, el cuerpo, que es la sede del calor y del movimiento, se encuentra del
lado de lo que él llama la res extensa, a través de él circulan los espíritus animales que
son causa y sostén de las pasiones, según su definición. El alma, como sede de las
pasiones, se hallaría del lado de la res cogitans. Descartes trabaja a las pasiones,
entonces, desde una mecánica corporal aunque éstas pertenezcan al alma, plantea que
las pasiones son naturales, es decir, fisiológicas. Las pasiones, por lo tanto, se
encontrarían entre la res extensa  y la res cogitans, serían como un concepto límite, ya
que están del lado de la res cogitans puesto que son percepciones, emociones y
sentimientos del alma y también del lado de la res extensa, a causa de que
son acciones del cuerpo. Las mismas pertenecen al alma pero se originan o nacen en el
cuerpo. En relación a esto podría plantearse que lo que es acción del cuerpo y del mundo
se inscribe como pasión en el alma.

      Entonces, hay un sujeto que es el poseedor de un alma, (pasiva y contraria a la


acción) que siente u obtiene ciertos pensamientos, que son las funciones del Alma. Estos
pensamientos son principalmente de dos géneros, unos son las acciones del alma y otros
son sus pasiones.

      Las acciones del Alma son nuestras voluntades, porque provienen y dependen
directamente del Alma. A su vez estas voluntades se dividen en dos clases: unas son
acciones del Alma que terminan precisamente en ella, como por ejemplo el amor a un
dios y las otras son acciones que terminan en el propio cuerpo, como ser la voluntad de
moverse.

      Las pasiones son todos los tipos de percepciones que se encuentran en nosotros. A


su vez, estas pasiones son de dos clases, unas son las llamadas representaciones o
percepciones de lo que sucede en el propio cuerpo, es decir que se las siente en el
cuerpo, tanto lo bueno como lo malo, lo placentero o lo doloroso, como por ejemplo, sentir
sed, sueño, y las otras son las llamadas en sentido estricto pasiones, las que se sienten
en el alma, por ejemplo el amor o el odio…“… podemos llamarlas percepciones cuando
empleamos en general esta palabra para designar todos los pensamientos que no son
acciones del alma o voluntades”.
      De acuerdo con lo que sostiene Descartes, las pasiones, aunque puedan ser
producidas por la acción del alma, también podrían ser suscitadas por los objetos que
mueven los sentidos. Esto mueve a pensar que las representaciones se darían por esa
agitación de los espíritus animales sobre el cerebro y sobre la pequeña glándula y
contribuirían, de este modo a liberar las pasiones.

Descartes, R (1641) Meditaciones Metafísicas, Ediciones Libertador, 2010.

Las meditaciones metafísicas de Descartes tienen como principal objetivo la demostración


de Dios mediante razonamientos lógicos y de definir las bases del conocimiento del
momento con el fin de disponerlo sobre unas bases más sólidas de las que había hasta
entonces.
Descartes también estudiará la naturaleza dual del hombre compuesta por la “res
cogitans” (pensamiento) y la “res extensa” (cuerpo). En resumen y en palabras del autor,
podríamos decir que Descartes busca encontrar “la verdad” de las cosas a través de la
razón.
Meditación primera: En esta primera meditación Descartes se plantea la duda principal y
la que conlleva todo el desarrollo posterior. Descartes vio que afirmar o negar todas las
verdades individualmente sería una idea estúpida e inútil. Sin embargo, se percató de que
todos los conocimientos que había adquirido a lo largo de su vida se basaban en los
sentidos. Por eso se planteó: ¿puedo fiarme de los sentidos? No, puesto que si he podido
comprobar que a veces me han engañado, quién me dice que no lo hacen siempre. Otra
observación que lo llevo a la duda fue el hecho de que no pudiera distinguir el sueño de la
vigilia.
Todo esto llevó a Descartes a pensar si realmente, este Dios que el tanto quiere
demostrar, quiere que vivamos en un mundo de engaño y mentira. Pero esto no es
posible, puesto que Dios es bondad suprema y no sería coherente que quisiera que
fuéramos engañados. Así pues, llega a la conclusión de la posibilidad de la existencia de
un genio maligno, que mediante trampas nos lleva al error.
Meditación segunda: Una vez destruidos todos los conocimientos que había adquirido
durante su vida, busca volverlos a reconstruir mediante un patrón fiable y de mucha más
solidez. Para encontrar algo 100% fiable, Descartes busca entre las funciones del alma,
pues las tareas que necesitan del cuerpo no pueden afirmarse puesto que no podemos
demostrar la existencia de tal cuerpo. Descartes llega a la conclusión de que si piensa,
existe. Con esto ya ha encontrado la verdad absoluta y ya ha demostrado la existencia del
espíritu. Luego el cuerpo no es más que el medio que usa el alma para interactuar con el
mundo material creado por Dios.
Meditación tercera: En esta tercera meditación, Descartes demuestra la existencia de
Dios. ¿Cómo demostramos su existencia? Los humanos son una sustancia, pero una
sustancia pensante, una sustancia que desea, si desea es porque le falta algo, si le falta
algo es porque hay algo mejor, completo, perfecto. ¿Cómo sabemos que nosotros no
somos seres perfectos? Porque nosotros, aunque captemos las cualidades de los objetos,
no sabemos si realmente estas cualidades son las auténticas o si simplemente son
aproximaciones nuestras, distintas seguramente a las que realmente son de su
naturaleza. Descartes distingue entre dos tipos de cualidades: las primarias y las
secundarias. Las primarias son las que captamos a través de la razón y las secundarias a
través de los sentidos; por lo tanto, las cualidades primarias son claras y distintas,
mientras que las secundarias nos pueden llevar al error.
Aún pensando que fuéramos seres perfectos y autosuficientes, se nos plantea la duda de
quién nos creó. El cuerpo evidentemente nace de un parto y lo explica la biología; lo que
nos falta es quién crea el alma. Evidentemente debe venir de un ser superior, Dios; sólo
Él es capaz de unir al cuerpo una alma. Y así queda resuelto el segundo argumento de la
existencia de Dios.
Aún así nos faltaría saber cómo adquirimos la idea de la existencia de Dios. Como
evidentemente no puede percibirse a través de los sentidos, nos percatamos de que sólo
Dios mismo nos pudo introducir esa idea de forma natural.
Meditación cuarta: Habiendo demostrado la existencia de Dios hemos apreciado
también que nosotros somos imperfectos, una imperfección que se demuestra a la hora
de realizar juicios. No podemos saber si algo es cierto o no, pero si Dios es perfecto el
engaño y el fraude son imperfectos, lo que nos lleva a pensar que no pueden proceder de
Dios. Aunque nosotros, a través de la razón, podemos distinguir entre lo verdadero y lo
falso, también muchas veces hemos sido inducidos al error. Pues siendo producto de
Dios, como somos, ¿cómo es posible que seamos imperfectos? Cuando queremos
distinguir entre lo verdadero y lo falso usamos el entendimiento y la voluntad. El
entendimiento nos permite captar nuestro entorno pero no afirma ni niega nada; por lo
tanto el error tiene que proceder de la voluntad, al ser más amplia realiza juicios sobre
cosas que no conoce, llevándonos al error.
Para no caer en el error debemos usar la razón antes que la voluntad. Dios nos
proporcionó la “herramienta” de la voluntad y nosotros le hemos dado un mal uso. Para
realizar buenos juicios debemos ver si la idea viene de Dios y es clara y distinta, pues
será verdadera, y debemos evitar ideas confusas probablemente creadas por un genio
maligno.
Meditación quinta: En esta meditación Descartes vuelve a demostrar la existencia de
Dios a base de razonamientos matemáticos e incluso vuelve a demostrar la esencia de
las cosas materiales. Dice que nosotros percibimos la esencia de los objetos, de tal
manera que sin haber visto un paralelogramo cuadrilátero cualquiera, podemos tener una
idea clara de tal figura. De la misma manera nosotros tenemos una idea de la esencia de
Dios: la fe, y es una idea clara y distinta; además Dios es perfecto y cómo una cosa puede
ser 100% perfecta: existiendo. No puede haber luz sin oscuridad de la misma manera que
no puede haber la perfección y no existir.
Meditación sexta: Esta es la última meditación de Descartes en “Meditaciones
Metafísicas”. En esta última meditación se une todo lo adquirido en las anteriores para
definir finalmente el dualismo cartesiano.
Descartes piensa que el hombre a través de la “res extensa” (cuerpo) tiene percepciones
y sentimientos. La “res cogitans” (alma) piensa, reflexiona, razona, imagina... pero
necesita de un cuerpo para interactuar/unir el alma con el mundo exterior. Evidentemente
será también tarea del cuerpo toda decisión que afecte al cuerpo. No comemos ni
bebemos por voluntad, sino por necesidad; dicho de otra forma, las reacciones
emocionales dependen del cuerpo.
Según Descartes, el hombre es la unión de la “res cogitans”, que concibe las propiedades
primarias de los objetos a través de la razón, y la “res extensa”, que se encarga de las
propiedades sensoriales y emocionales para transmitirlas a la “res cogitans”.
Luego la pregunta que surge es: ¿podrían existir cuerpo y alma por separado? Según
Descartes, sí, podrían, pero no se da el caso. Pero si tenemos en cuenta que ambos son
ideas claras y distintas cabe pensar que sí es posible. Pero, ¿cómo sabemos que cuerpo
y alma son sustancias distintas? Para empezar el cuerpo es un mecanismo muy complejo
que está adaptado a ciertas tareas y sin la “res cogitans” sólo es capaz de sobrevivir. Por
otro lado el espíritu es indivisible, uno y único. Si cortas los brazos a un hombre el espíritu
sigue siendo el mismo. Con esto vemos que cuerpo y alma son dos sustancias distintas
unidas para crear al hombre, pero existentes independientemente. Cuerpo y alma
experimentan un mutualismo donde el alma se encarga de reflexionar, pensar, y el
cuerpo, puro mecanismo, de unir el alma con el mundo.

Heidegger: “Ciencia y meditación”


Según una concepción corriente se designa con el nombre de “Cultura” al ámbito en el
que se tiene lugar la actividad espiritual y creadora del hombre. En la cultura también se
computa a la ciencia, su ejercicio y organización. Así, la ciencia colocada entre los valores
que el hombre aprecia, valores hacia los cuales orientan su interés por motivos diversos.
Sin embargo, mientras tomemos la ciencia sólo en este sentido cultural, no nos daremos
cuenta del alcance de su esencia. Lo mismo vale para el arte. El arte también se deja
concebir como un sector de los asuntos culturales. Pero, entonces no se experimenta
nada de su esencia. Visto desde su esencia, el arte es una consagración y un refugio,
donde lo real obsequia al hombre, siempre de nuevo, su brillo ahora oculto, a fin de que
en un tal resplandor él vea más puramente y más claramente lo que alienta en su esencia.
La ciencia, lo mismo que el arte, no es sólo una actividad cultural del hombre. La ciencia
es un modo, y por cierto decisivo, en el que se nos expone todo lo que es. Por esto
tenemos que decir: la realidad, en medio de la cual el hombre de hoy se mueve y trata de
mantenerse, está como determinada, según sus rasgos fundamentales y en medida
creciente, por lo que se denomina ciencia europeo-occidental. Si meditamos este proceso,
entonces se muestra que la ciencia, en occidente, ha desplegado un poder que no se
encuentra en ninguna otra parte de la tierra y que, finalmente, está cerca de poner ese
poder por sobre toda la tierra.
Las ciencias, desde hace mucho tiempo, se ensamblan cada vez más resuelta
inadvertidamente en todas las formas de organización de la vida moderna: en la industria,
en economía, en la enseñanza, en la política, estrategia, en la publicidad de topo tipo. Es
importante conocer esta articulación. La ciencia es la teoría de lo real.
La frase la ciencia es la teoría de lo real, no vale ni para la ciencia de la edad media ni
para la ciencia de la antigüedad. A pesar de todo, la esencia moderna, que entre tanto
como europea ha llegado a ser planetaria, se funda en el pensar de los griegos, que
desde Platón se llama filosofía. Lo característico del saber moderno consiste en la
decidida elaboración de un rasgo que aún permanecería oculto en la esencia del saber
griego debidamente comprendido y en utilizar el saber griego para, frente a él, llegar a ser
otro saber.
No hay que observar sólo que nuestro mundo actual está gobernado por la voluntad de
saber de la ciencia, sino que también y ante todo hay que reflexionar en que toda
meditación sobre lo que ahora es, sólo puede brotar y prosperar si pone sus raíces en el
suelo de nuestra existencia histórica a través de un dialogo con los pensadores griegos y
su lengua. Sin embargo, el dialogo con los pensadores griegos no alude a ningún
renacimiento de los antiguos. Tampoco se refiere a una curiosidad historiográfica por algo
que, aunque ha pasado mucho tiempo, no obstante podría servir para aclararnos
historiográficamente en su nacimiento algunos rasgos del mundo moderno.
Para experimentar este presente de la historia, tenemos que desligarnos de la concepción
historiográfica de la historia, todavía dominante. El concebir historiográfico toma a la
historia como un objeto, donde transcurre un acontecer que, al mismo tiempo, declina en
su transitoriedad.
En la frase “la ciencia es la teoría de lo real” sigue estando presente lo pensado
tempranamente y lo destinado tempranamente. Se aclara la frase respecto de 2
cuestiones. Se pregunta en 1er lugar: ¿qué significa lo real? Y en 2do lugar: ¿qué
significa la teoría? La aclaración mostrará que ambos, lo real y la teoría, se aproximan
mutuamente desde su esencia. Para esclarecer qué significa lo real en la frase, nos
atenemos a la palabra. “Lo real” cubre el ámbito de lo actuante, de lo que actúa. ¿Qué
significa actuar, obrar? La respuesta tiene que atenerse a la etimología.
Actuar significa hacer. ¿A qué se llama hacer? Pero este hacer no es entendido sólo
como actividad humana, especialmente en el sentido de acción y ejecución. También el
crecimiento, el imperar de la naturaleza es un hacer. La palabra actuar, nombra un modo
como lo presente presencia. Actuar es ex –traer y a-portar, ya que algo se aporte en el
presenciar por sí y desde sí mismo, o bien el hombre realice el extraer y el aportar de
algo.
Lo real (das wirkiche) es lo actuante y lo ha actuado: lo pro-ductor y lo pro-ducido en el
presenciar. Realidad, pensada suficiente y ampliamente, significa entonces la presencia
consumada en sí misma de lo que se produce. Que la palabra real signifique desde el
comienzo de la época moderna, desde el siglo XVII “cierto”, no es ni una casualidad ni un
capricho del cambio de significado de meras palabras. Lo real en el sentido de lo efectivo
es lo contrapuesto a lo que no tiene una posición firme y que es concebido como simple
apariencia o mera opinión. Esta significación múltiplemente transformada de lo real
conserva aunque de otra manera el rasgo primigenio de lo presente. Pero ahora se
manifiesta en el conseguir (obtener, apresar, sacar tajada, beneficiarse). La consecuencia
hace que lo presente llegue, a través de ella, a un estado más seguro, y como tal estado
hace frente. Lo real se muestra ahora como lo contra-stado, como objeto.
La objetividad es un carácter de lo presente mismo. Sin embargo, como aparece la
objetividad de lo presente y como se convierte lo presente en objeto para un representar,
sólo puede aparecernos si preguntamos qué es lo real con respecto a la teoría, y
mediante la teoría? Dicho de otro modo, se pregunta qué significa la palabra teoría en la
frase. El nombre teoría proviene del griego. Aporta por un lado el sentido de la cara o el
aspecto en el que algo se muestra, en donde lo presente muestra lo que es. Por otro lado,
también significa mirar algo, tenerlo bajo la vista, inspeccionarlo. Así resulta que teoría es
mirar el aspecto en el que lo presente aparece. Demorarse en él viéndolo mediante tal
visión (contemplación).
La teoría debidamente pensada, queda oscurecida cuando hablamos hoy de física de la
teoría de la relatividad, en la biología de teoría de la evolución, en la historiografía de
teoría de los ciclos, en la jurisprudencia de teoría del derecho natural.
Para responder qué significa teoría en la frase ciencia moderna es la teoría de lo real, se
elige un camino aparentemente externo. Las palabras, es decir en la esencia e imperar
del lenguaje; es decir en el modo de existir de los romanos hace que desaparezca de
golpe lo esencial que dicen las palabras griegas, y cada vez se decide un destino.
Sin embargo, la ciencia moderna es en cuanto teoría, una reelaboración inquietante e
interventora de lo real. Precisamente por ésta reelaboración corresponde a un rasgo
fundamental de lo real mismo. Lo real es lo presente auto-producente. Lo real se muestra
modernamente de modo que su presencia llega a estar en la objetividad. A este imperar
objetivador de la presencia corresponde la ciencia; provoca (induce) lo real hacia su
objetividad. La ciencia pone lo real (concierta, regula) lo pone de manera tal que lo real se
presente en cada caso como efecto, como consecuencia de determinadas causas. Así
llega a ser lo real controlable en sus consecuencias. Lo real es asegurado (sujetado) en
su objetividad. De esto resultan campos de objetos, a cada uno de los cuales puede
ajustar el tratamiento científico según su manera. El representar ajustador, es el rasgo
fundamental del representar, por medio del cual la ciencia moderna corresponde a lo real.
La objetividad en cuanto tal sigue invariable en sus rasgos fundamentales. Lo que
determina es, de antemano, un fin: una manera de comportarse y proceder. Cuando algo
queda determinado en sí mismo mediante un fin, entonces es pura teoría. Ésta determina
por la objetividad de lo presente. Si la objetividad fuera abandonada, entonces sería
negada la esencia de la ciencia.
Porque la ciencia moderna es teoría en el sentido caracterizado, por eso tiene una
preeminencia decisiva en su contemplar, el modo de sub tratar; es decir, el modo de
proceder ejecutivo-asegurado, es decir, el “método”.
La delimitación de campos de objeto, no separa las ciencias unas de otras, sino que sólo
produce un trato fronterizo entre ellas, allí donde se marcan las zonas fronterizas. En
estas zonas fronterizas está enraizado un impulso propio que libera nuevos problemas,
frecuentemente decisivos.
[Hasta aquí se hace referencia a la esencia de la ciencia moderna. Ahora cabe preguntar
cuál es el asunto latente que se oculta en la esencia de la ciencia]
La psiquiatría trata de la vida psíquica humana en sus manifestaciones normales y
patológicas. Ella consigue esto desde la objetividad de la unidad corporal-espiritual-tica de
todo hombre. En la objetividad de la psiquiatría se ex -pone en cada caso la existencia
humana ya presente. El ser-ahí, la existencia, el hombre en cuanto hombre, queda como
lo inabarcable para la psiquiatría. Lo inabarcable domina en la esencia de la ciencia. La
ciencia no puede abordar científicamente su propia esencia, no puede pensarse a sí
mismas. Con mayor razón está impedido a la ciencia el acceder a lo inabarcable que
impera en su esencia.
Solo si consideramos esta imposibilidad de acceder a lo inabarcable se hace visible la
situación que impera en la esencia de la ciencia. Se habla hoy de una crisis de
fundamentos de las ciencias. Esta crisis de fundamentos sólo concierne de manera
especial a los conceptos fundamentales de las ciencias particulares.
Introducirse en el sentido es la esencia de la meditación. La “meditación” significa algo
más que el simple tomar conciencia de algo; el tomar conciencia y saber de la ciencia.
Meditación es más. Es el resignarse (serenidad) a lo digno de ser preguntado. La
meditación también tiene esencia distinta de la cultura como formación; la formación trae
un prototipo ante el hombre, para que, según él, eduque su hacer o no hacer; la formación
requiere una imagen directriz asegurada de antemano. Por el contrario, la meditación nos
lleva por el camino hacia el lugar de nuestra morada.
Nuestra humanidad del hombre necesita meditación, pero no para allanar una perplejidad
accidental. Necesita meditación como un corresponder que se olvidan de él lo inagotable
de lo digno de ser preguntado y, a partir del cual, el corresponder, pierde el carácter del
preguntar y se convierte en sencillo decir.

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