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La invasión rusa a Ucrania, comenzó el 24 de febrero de 2022, esta es como una continuación del

conflicto o guerra comenzada en 2014. La invasión estuvo precedida por una acumulación militar
rusa que comenzó a principios de 2021, durante la cual el presidente de Rusia Vladímir Putin,
criticó la ampliación de la OTAN posterior a 1997 por considerarla una amenaza para la seguridad
de su país y exigió que se cumplieran los acuerdos entre James Baker y Mijaíl Gorbachov de 1989,
que habían establecido que no se extendería hacia el Este. A pesar de las acumulaciones militares,
los funcionarios rusos desde mediados de noviembre de 2021 hasta el 20 de febrero de 2022
negaron repetidamente que Rusia tuviera planes de invadir Ucrania.

El 21 de febrero de 2022, Rusia reconoció la independencia de la República Popular de Donetsk y


la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados independientes en la región
de Dombás en el este de Ucrania, y envió tropas a esos territorios. Al día siguiente, el Consejo de la
Federación de Rusia autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza militar fuera de las
fronteras de Rusia. El ataque se inició tras varios meses de tensión diplomática por la
concentración de aproximadamente 190 000 soldados rusos en las fronteras de Ucrania
que empezó a finales de 2021.

La invasión recibió una condena internacional generalizada (con excepción de algunos países,


entre ellos China, India y Brasil), incluidas nuevas sanciones impuestas a Rusia, mientras que las
protestas contra la guerra en Rusia se enfrentaron con arrestos masivos, pero inicialmente
Zelenski consideró insuficiente el apoyo internacional, afirmando que los «dejaron solos».

Tanto antes como durante la invasión, varios de los treinta estados miembros de la OTAN están
brindando apoyo militar a Ucrania; sin embargo, la OTAN como organización no lo está haciendo.
El 28 de febrero y el 3 de marzo, las delegaciones rusas y ucranianas sostuvieron reuniones
en Bielorrusia en la que discutieron varios puntos como el cese al fuego y la retirada de las tropas
rusas, pero sin lograr un acuerdo. Entre tanto, en varias ciudades del mundo (incluyendo Rusia), se
produjeron manifestaciones en contra de los ataques de Rusia a Ucrania, donde pedían el fin a la
guerra y se den alternativas más diplomáticas.
El proceso de la caída del muro de Berlín, la reunificación alemana y el colapso de los gobiernos
comunistas (1989-1991) trajeron enormes cambios en los países del Bloque del Este, hasta
entonces integrantes o aliados de la Unión Soviética, El entonces Presidente de la Unión
Soviética, Mijaíl Gorbachov, siempre defendió que habría obtenido garantías en febrero de 1990
de que la OTAN no se expandiría a ningún país del antiguo este (excluyendo Alemania) la versión
es respaldada por algunos historiadores, y documentos publicados.
Después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania y Rusia mantuvieron estrechos
vínculos. En 1994, Ucrania acordó abandonar su arsenal nuclear; firmó el Memorándum de
Budapest sobre garantías de seguridad con la condición de que Rusia, el Reino Unido y los Estados
Unidos brindaran garantías contra las amenazas o el uso de la fuerza contra la integridad territorial
o la independencia política de Ucrania.
En 2008, el presidente ruso, Vladímir Putin, se pronunció en contra de la posible adhesión de
Ucrania a la OTAN.
Rusia fue uno de los signatarios de la Carta para la Seguridad Europea, que reafirmó el derecho
inherente de todos y cada uno de los Estados participantes a ser libres de elegir o cambiar sus
arreglos de seguridad, incluidos los tratados de alianza, a medida que evolucionan. Dejando sin
efecto los compromisos con Rusia de 1989/1991, en la segunda mitad de la década de 1990,
Estados Unidos decidió expandir las fronteras de la OTAN hacia el Este.
En 1999, la OTAN incorporó finalmente a la República Checa, Hungría y Polonia. En 2005 fueron
incorporadas Bulgaria, Lituania, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia y Letonia; estos dos
últimos fronterizos con Rusia. En 2009 se incorporaron Albania y Croacia, y en 2017 se
sumó Montenegro. Bielorrusia y Ucrania quedaron entonces como los dos grandes países
neutrales, ubicados sobre la «línea roja» que separaba a la coalición militar occidental liderada por
Estados Unidos, de Rusia.
En 2008, el presidente de Estados Unidos  declaró públicamente la intención de incorporar a
Ucrania y Georgia a la OTAN. En 2010 ganó el presidente Viktor Yanukóvich, quién retiró el pedido.
Sin embargo, en 2014 con apoyo de EE. UU., derrocó a Yanukóvich y un gobierno antirruso volvió a
asumir el poder, exacerbando el conflicto. Los líderes de las regiones orientales de habla rusa de
Ucrania declararon su lealtad a Yanukovich, lo que provocó los disturbios prorrusos de 2014 en
Ucrania. Los disturbios fueron seguidos por la adhesión de Crimea a Rusia en marzo de 2014 y
la guerra del Dombás, que comenzó en abril de 2014 con la creación de las Repúblicas Populares
de Donetsk y Lugansk apoyadas por Rusia.
El 14 de septiembre de 2020, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aprobó la nueva
Estrategia de Seguridad Nacional de Ucrania, «que prevé el desarrollo de la asociación distintiva
con la OTAN con el objetivo de ser miembro de la OTAN». El 24 de marzo de 2021, Zelenski firmó
el Decreto No. 117/2021 que aprobaba la «estrategia de desocupación y reintegración del
territorio temporalmente ocupado de la República Autónoma de Crimea y la ciudad
de Sebastopol». Rusia ha dicho que una posible adhesión de Ucrania a la OTAN, y la expansión de
la OTAN hacia el este, en general, amenazan su seguridad nacional.
El conflicto comenzó con un importante incremento de actividad militar, inicialmente de marzo a
abril de 2021, y luego de octubre de 2021 a febrero de 2022. Durante la segunda acumulación
militar, Rusia emitió demandas a los Estados Unidos y la OTAN, presentando dos borradores de
tratados que contenían solicitudes de lo que se refirió como «garantías de seguridad», incluida
una promesa legalmente vinculante de que Ucrania no se uniría a la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN), y la reducción de las tropas y el equipo militar de la OTAN estacionados
en Europa del Este. Ante ello, amenazó con una respuesta militar no especificada si sus pedidos
fueran rechazados.
Ante las advertencias de una posible invasión a Ucrania por parte de las agencias de seguridad, el
portavoz del Kremlin declaró que «Rusia, que ha vivido muchas guerras, es el último país en
Europa que quiere siquiera hablar de la guerra».
El 21 de febrero de 2022, el presidente Putin ordenó el envío de tropas rusas (incluidos tanques) a
Donbass, en lo que Rusia llamó una «misión de mantenimiento de la paz». Putin realizó un
discurso donde declaró que la Ucrania moderna era una creación de la «Rusia bolchevique,
comunista». También declaró que tras el Euromaidán se trató de «distorsionar la mentalidad y la
memoria histórica de millones de personas, de generaciones enteras que viven en Ucrania»
resultando en un «ascenso del nacionalismo de extrema derecha, que rápidamente se convirtió
en rusofobia agresiva y neonazismo».
El mismo día, el Consejo de la Federación autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza
militar fuera de Rusia. A su vez, el presidente Zelenski ordenó el reclutamiento de los reservistas
de Ucrania, aunque todavía no se comprometió con la movilización general.
El 24 de febrero, poco antes de las 06:00 hora de Moscú, Putin anunció que había tomado la
decisión de lanzar una «operación militar especial» en el este de Ucrania. En su discurso, Putin
afirmó que no había planes para ocupar el territorio ucraniano y que apoyaba el derecho de los
pueblos de Ucrania a la autodeterminación. Dijo que el propósito de la operación era proteger a la
gente en la región predominantemente de habla rusa de Dombás que, según Putin, «desde hace
ocho años, se han enfrentado a la humillación y el genocidio perpetrados por el régimen de Kiev».
Putin también afirmó que Rusia buscaba la "desmilitarización y desnazificación" de Ucrania.
Minutos después del anuncio de Putin, se reportaron explosiones
en Kiev, Járkov, Odesa y Dombás.
Inmediatamente después del ataque, Zelenski anunció la introducción de la ley marcial en Ucrania;
esa misma noche ordenó una movilización general de todos los hombres ucranianos de entre 18 y
60 años. Las tropas rusas ingresaron a Ucrania desde cuatro direcciones principales: al norte por
Bielorrusia, en dirección a Kiev; al noreste de Rusia, en dirección a Járkov; al este por la República
Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk; y al sur por la región de Crimea.
Para contrarrestar la acción rusa, la UE y varios de sus aliados decidieron aumentar las sanciones
contra el gobierno ruso iniciadas en 2014. La medida buscaba “paralizar” la capacidad rusa para
«financiar su maquinaria de guerra» y dificultar su manejo de activos para obtener liquidez.
Además Alemania negó la certificación de gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2 —que
eventualmente perjudicaría a Ucrania—, cuya construcción finalizó en 2021 pero que aún no había
entrado en funcionamiento. Adicionalmente varios gobiernos nacionales de los Estados miembros
de la UE decidieron enviar armamento y ayuda económica al gobierno ucraniano, así como facilitar
la entrada de refugiados ucranianos a sus respectivos territorios.
Con base en el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, el 28 de febrero de 2022 la Unión Europea
dispuso la creación de una célula encargada de coordinar la compra de armamento para sostener
al Gobierno ucraniano frente al ataque ruso. La Comisión Europea también decidió movilizar
el Centro de Satélites de la Unión Europea para prestar servicios de inteligencia a Ucrania. De esta
forma la guerra ruso-ucraniana permitió así a la UE reafirmarse como fuerza geoestratégica e
implicarse en un conflicto militar.
Entre tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un rearme del ejército de su país de
proporciones nunca vistas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. El gobierno ruso
por su parte ha advertido de que atacará cualquier convoy que entre con armas en territorio
ucranio.

Ciudadanos ucranianos salen de Ucrania por un puesto fronterizo con Polonia el 25 de febrero de


2022. Niños, bebés y mujeres resguardándose en un sótano en Kiev durante los enfrentamientos.
Cientos de miles huyeron en los primeros días después del ataque. La mayoría ha encontrado
refugio en países vecinos al oeste de Ucrania: Polonia, Hungría, Moldavia,( Rumania (recibió
10000) y Eslovaquia (ha recibido a más de 10 000 refugiados hasta el 26 de febrero en su mayoría
niños y mujeres). Muchos de los afectados buscan refugio en casas de familiares que viven en el
exterior.
Se informó que los guardias fronterizos ucranianos no permitieron que varios no ucranianos
(muchos de ellos estudiantes extranjeros atrapados en el país) cruzaran la frontera hacia naciones
vecinas seguras, alegando que se estaba dando prioridad a los ciudadanos ucranianos para cruzar
primero. El Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania dijo que no había restricciones para que
los ciudadanos extranjeros salieran de Ucrania y que se le había dicho a la fuerza fronteriza que
permitiera la salida de todos los ciudadanos extranjeros. 190 Sin embargo, muchas personas que
cruzaron la frontera hacia Polonia denunciaron malos tratos y racismo por parte de la policía
fronteriza ucraniana.191192 Frente a esto, representantes de tres naciones africanas en el Consejo de
Seguridad de la ONU -Kenia, Ghana y Gabón- condenaron los informes de discriminación durante
una reunión en la sede de la ONU en la ciudad de Nueva York el lunes 28 de febrero.
Por su parte, el Ministerio del Interior de Moldavia, dijo el 25 de febrero que más de 15 800
ciudadanos ucranianos habían cruzado la frontera hacia Moldavia. El 27 de febrero, el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) declaró que más de 268 000
personas habían huido de Ucrania desde el comienzo de la invasión.

Por otra parte, para facilitar los cruces fronterizos, Polonia levantó las reglas de entrada por
la pandemia de COVID-19. El 27 de febrero el gobierno polaco informó que 156 000 personas
habían cruzado su frontera, incluidas 77 300 solo el 26 de febrero. En el mismo sentido, el
gobierno de Hungría anunció el 24 de febrero que todas las personas que crucen la frontera desde
Ucrania, las que no tengan un documento de viaje y las que lleguen de terceros países también
serán admitidas después de un control adecuado.

Por otra parte, ha Rusia se le atacó de diferente manera, especialmente de manera económica así
habiendo sanciones económicas en respuesta a la invasión rusa de Ucrania de 2022 tuvo un efecto
inmediato. La bolsa rusa se desplomó, cayendo un 39%, según lo medido por el RTS Index, el 24 de
febrero, el primer día de la invasión, con caídas similares en los días siguientes. El rublo cayó a
mínimos históricos cuando los rusos se apresuraron a cambiar dinero. Las bolsas de valores de
Moscú y San Petersburgo fueron suspendidas. El Banco Central de Rusia anunció sus
primeras intervenciones en el mercado desde la anexión de Crimea en 2014 para estabilizar el
mercado. También elevó las tasas de interés al 20% y prohibió a los extranjeros
vender valores locales. Las sanciones ponen al fondo soberano de Rusia en riesgo de desaparecer.
Se han reportado largas filas y cajeros automáticos vacíos en ciudades rusas.

La segunda ronda de sanciones que vio a varios bancos rusos retirados de SWIFT y sanciones
directas al Banco Central de Rusia vio caer el valor del rublo un 30% frente al dólar
estadounidense, a tan solo ₽119/$1 a partir del 28 de febrero. El banco central ruso elevó las tasas
de interés al 20% como resultado, en un intento de equilibrar el rublo que se hunde, cerró
temporalmente la Bolsa de Valores de Moscú, ordenó que todas las empresas rusas vendieran el
80% de las reservas de divisas y prohibió que los extranjeros liquidaran activos en Rusia.
Como resultado de la invasión, los precios del petróleo Brent subieron brevemente por encima de
los 100 dólares por barril por primera vez desde 2014 antes de perder algunas de sus ganancias.
En total, desde el 22 de febrero, cuando comenzaron las sanciones, hasta el 28 de febrero, cuando
se aplicaron las sanciones al Banco Central de Rusia, el precio del West Texas Intermédiate y el
Brent aumentaron aproximadamente $5/bbl.
Los precios del trigo subieron a sus precios más altos desde 2008 en respuesta al ataque. Ucrania
es el cuarto mayor exportador de maíz y trigo y el mayor exportador mundial de  aceite de girasol,
con Rusia y Ucrania exportando juntos el 29% del suministro mundial de trigo y el 75% de las
exportaciones mundiales de aceite de girasol. El contrato de futuros de trigo de marzo de la Junta
de Comercio de Chicago alcanzó su precio más alto desde 2012 el 25 de febrero, con los precios
del maíz y la soja también subiendo.

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