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Director (a):
Dr. Arq. Angélica Chica Segovia
Agradecimientos
Este trabajo no habría sido posible sin la profesora Angélica Chica Segovia, a quien agradezco
profundamente el aceptar dirigir esta tesis de maestría, entregando siempre su dedicación y
compromiso en mi trabajo, que con sus comentarios no solo enriqueció el desarrollo de este, sino
que también marcó mi formación profesional. Igualmente debo agradecer al padre Eugenio
Fernández, sacerdote encargado de la iglesia Santa Bárbara, quien, con su interés por recuperar y
rescatar esta joya del patrimonio colombiano, me abrió las puertas de la iglesia, permitiéndome
escudriñar hasta el último rincón del edificio, haciendo de este mi segunda casa por un tiempo.
Igualmente es menester nombrar a Lina Reyes, arquitecta y amiga quien me acompañó y apoyó a lo
largo de este camino, quien, con sus constantes consejos y ayuda técnica, me ayudó a culminar este
trabajo. A mi hermano Andrés Pinzón reconozco su constante motivación, y en especial, agradezco
a mi otro hermano Nilson Vásquez, quien siempre trabajó a mi lado en el desarrollo de este estudio,
regalándome su tiempo y haciendo que no faltaran las risas. Finalmente doy las gracias a Martha
Arias, a quien me dio la mano siempre y me brindó de su paciencia, cariño y completo apoyo,
motivándome y ayudándome cada día para finalizar este trabajo.
VII Título de la tesis o trabajo de investigación
I
Resumen
La iglesia de Santa Bárbara en Bogotá es una de las iglesias más antiguas y más importante de la
ciudad siendo uno de los vestigios de la arquitectura religiosa en la colonia, además de ser testigo
de varios de los hechos históricos más importantes en el país. En la actualidad, este edificio
declarado bien de interés cultural de carácter nacional, se encuentra en el olvido de la memoria
bogotana y con varias problemáticas que amenazan su conservación como patrimonio de la ciudad.
Dicho esto, el presente trabajo busca valorar y evaluar la edificación que existe en la actualidad,
teniendo en cuenta su historia, para poder proponer ciertos lineamientos que pugnen por la
conservación del bien, además de la recuperación de la lectura integral de sus valores intrínsecos,
siendo este un aporte para el estudio de los edificios coloniales en el país además de contribuir a la
memoria histórica de la ciudad.
Abstract
The Santa Bárbara`s Church in Bogotá is one of the oldest and most important churches in the city,
being one of the vestiges of religious architecture in the colony, as well as being a witness to several
of the most important historical events in the country. At present, this building, declared an asset of
national cultural interest, is in the forgetfulness of Bogota and with several problems that threaten
its conservation as a city heritage. That said, this work seeks to assess and evaluate the building that
exists today, taking into account its history, in order to propose certain guidelines that fight for the
conservation of the property, in addition to the recovery of the comprehensive reading of its intrinsic
values, this being a contribution to the study of colonial buildings in the country as well as
contributing to the historical memory of the city.
Contenido
Pág.
1. Introducción ........................................................................................................... 17
2. Metodología ............................................................................................................ 20
Lista de planos
Pág.
Lista de figuras
Pág.
Figura 84. Vista desde Altagracia hasta San Roque ............................................................ 125
Figura 85. Detalle de la pintura mural de la capilla de San Roque ........................................ 125
Figura 86. Vista desde la Virgen de la Leche hacia La Inmaculada ...................................... 126
Figura 87. Camarín de la Capilla de la Virgen de la Valvanera ............................................ 126
Figura 88. Vista del depósito ........................................................................................... 126
Figura 89. Vano y vista desde el camarín hacia el expositorio ............................................. 127
Figura 90. Ronda de la fachada norte ............................................................................... 127
Figura 91. Planimetría de la configuración del cimiento en tapia.......................................... 129
Figura 92. Planimetría del cimiento en zonas con ladrillo macizo ........................................ 130
Figura 93. Vista de sobre cimiento en fachada. .................................................................. 130
Figura 94. Técnicas constructivas de la iglesia .................................................................. 131
Figura 95. Muro en tapia pisada de la nave central. ............................................................ 131
Figura 96. Detalle de muro en tapia de la nave central ........................................................ 131
Figura 97. Vanos tapiados de la nave central ..................................................................... 132
Figura 98. Vista de la fachada norte. ................................................................................ 133
Figura 99. Detalle muro en piedra y ladrillo ...................................................................... 133
Figura 100. Vista del baptisterio. ..................................................................................... 134
Figura 101. Detalle de muro en adobe .............................................................................. 134
Figura 102. Vista del muro en ladrillo macizo ................................................................... 134
Figura 103. Detalle muro en ladrillo macizo ...................................................................... 134
Figura 104. Ventana sobre muro en bahareque .................................................................. 135
Figura 105. Detalle de muro en bahareque ........................................................................ 135
Figura 106. Columnas en piedra ...................................................................................... 136
Figura 107. Vista de la estructura de par y nudillo ............................................................. 137
Figura 108. Tipos de estructura de cubierta y cielorraso...................................................... 137
Figura 109. Detalle inicio de estructura de par y nudillo ..................................................... 138
Figura 110. Estructura de cubierta y cielorraso en naves laterales ........................................ 138
Figura 111. Vista de la cubierta del camarín ...................................................................... 139
Figura 112. Detalle de cubierta del camarín ...................................................................... 139
Figura 113. Detalle de la estructura del coro...................................................................... 140
Figura 114. Decoración con pintura retirada del camarín .................................................... 141
Figura 115. Tablón de arcilla y baldosa de cemento. .......................................................... 141
Figura 116. Piso en losas de piedra tallada del atrio ........................................................... 141
Figura 117. Vista del cielorraso abovedado de la capilla de San Roque. ................................ 142
Figura 118. Puerta de acceso a la sacristía ......................................................................... 143
Figura 119. Marcos en madera y metal ............................................................................. 143
Figura 120. Vista aérea de la iglesia ................................................................................. 151
Figura 121. Vista del Archivo de Bogotá .......................................................................... 152
Figura 122. Plano del sector del archivo de Bogotá ............................................................ 152
Figura 123. Anillo de seguridad de la Casa de Nariño. ....................................................... 153
Figura 124. Vista de la calle 6 con carrera 7. ..................................................................... 153
Figura 125. Vista desde la carrera séptima del edificio de la DIAN. ..................................... 154
Figura 126. Detalle del atrio de la iglesia. ......................................................................... 155
XV
La dinámica de conquista y colonia llevada a cabo durante los siglos XV y XVI significó un hito
trascendental dentro de la identidad de los pueblos americanos. Es de este hecho histórico que surgió
toda una cultura sincrética donde se expresarán continuamente tradiciones de las diversas latitudes
que se dieron cita en este espacio geográfico, aunque siempre bajo relaciones de poder que permitían
mucho más ciertas prácticas, mientras condenaban a otras a la subalternidad. Como ejemplo
fehaciente de esto último debe mencionarse el proceso de imposición de la religión católica, que
sirvió como herramienta de avanzada y toma de territorios a través de la historia de la humanidad y
por ende en el proceso de apropiación en el nuevo mundo, colonizaban la tierra al tiempo que
colonizaban el espíritu.
La iglesia Santa Bárbara es un edificio declarado bien de interés cultural de carácter nacional por el
Decreto 1584 del 11 de agosto de 1975, lo cual indica que es un edificio cuyos atributos ya han sido
valorados para procurar una protección y el cual ya ha sido intervenido varias veces buscando ese
mismo fin. Este proyecto busca entre otros objetivos, reforzar y revaluar el valor que se le ha dado a
la iglesia desde su declaración, buscando que esta se siga conservando en el tiempo como un edificio
relevante para la ciudad.
Bajo esta premisa nace la iniciativa por llevar a cabo este trabajo que pugna por la conservación de
la iglesia Santa Bárbara, como un elemento particular dentro del contexto capitalino y de suma
importancia para la memoria histórica de la ciudad. Es así como se pretende poner en valor y
visibilizar las distintas características que hacen de la iglesia un hecho digno de conservar a través
del tiempo, resaltando su papel fundamental como nodo urbano que impulsó el crecimiento de la
ciudad hacia la zona sur, el rol que jugó dentro del adoctrinamiento en Santafé y sobre todo, la
construcción misma como un documento que evidencia las dinámicas culturales, artísticas, políticas
y sociales de varias épocas y por qué no, la historia de un país.
La elaboración del trabajo final de la Maestría en Conservación del patrimonio Cultural inmueble,
constituye una excelente oportunidad para instalar la reflexión sobre un edificio como este, del cual
se destaca justamente su olvido y el del sector en el que se encuentra, de manera que puedan definirse
elementos que contribuyan no solo a la conservación de la edificación sino a enriquecer su entorno
con la apropiación por parte de la comunidad que aún lo ocupa.
Para ello se realizó un estudio que contempló varias etapas de reconocimiento, diagnóstico y
propuesta, mediante las cuales se buscó reconocer el edificio en su contexto y sacar a la luz elementos
que permiten identificar su valor. A partir de leer el edificio como documento, de estudiarlo a la luz
de diversas fuentes documentales, gráficas, fotográficas, entre otras, se construyó la documentación
necesaria para el análisis desarrollado que da cuenta de sus características, su evolución en el tiempo
y su estado actual, avanzando hacia un análisis sobre las posibilidades de conservación que tiene.
un paquete de medidas para la conservación física del edificio considerando el relevante rol que
tiene aún hoy en el sector en el que se encuentra.
20 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
2. Metodología
Dicho esto, la metodología utilizada para este trabajo, sobre todo en el desarrollo del estudio
histórico-critico, se basó en la investigación documental, donde para la reconstrucción de la
evolución urbana, histórico-constructiva y funcional de la iglesia y en la búsqueda de argumentos
que dieran relevancia al valor patrimonial del edificio, se contrastaron fuentes primarias, tales
como archivos de visitas, crónicas, fotografías, planos, cartas, oficios, libros de obra, entre otras;
con fuentes secundarias, comprendidas por estudios históricos sobre el edificio e investigaciones
de restauraciones anteriores realizadas por Alberto Corradine y Ricardo Peñaranda. Dichas fuentes
fueron brindadas en su mayoría por el archivo del Ministerio de cultura y el Archivo General de la
Nación. Es importante anotar que la iglesia misma de Santa Bárbara se constituyó en el documento
material central que como fuente primaria arrojó información de primera mano sobre su historia y
contribuyó en la constatación de muchas de las hipótesis que iban surgiendo durante el desarrollo
del proyecto.
donde no era posible inspeccionar y tomar las respectivas medidas. Posterior a esto se realizó un
análisis descriptivo del edificio estructurado en cuatro líneas principales: Urbano, espacial, formal y
técnico.
Tras esto se formuló la valoración, cuyo fin es identificar los valores que subyacen en el inmueble
haciendo de este un hito digno de conservación; unos criterios de intervención, orientados a exponer
los lineamientos para proteger y exaltar dichos valores que se identificaron en la iglesia, procurando
su conservación en el tiempo.
un reto mayor cuando se enfrenta un caso como este. Así mismo, permitió reconocer la gran
importancia que tienen las comunidades en este proceso de conservación y cuan necesario es que los
proyectos promuevan realmente un nexo entre esta y los bienes, de manera que no se pierda esa
noción de patrimonio construido, que es la que finalmente resulta más relevante.
23
3. Ficha de identificación
La iglesia Santa Bárbara es un edificio que data del siglo XVI, fundado por uno de los personajes
más influyentes a nivel político y social de la época en la ciudad de Santafé. Su planta basilical de
tres naves con capillas laterales, muros blancos y cubierta a dos aguas de teja de barro, entre otros
rasgos de gran sencillez (Figura 1 y Figura 2), la incluye en el grupo de iglesias coloniales más
destacables de la ciudad y del Nuevo Reino de Granada.
Se ubicó en un sector a las afueras de la ciudad, como un edificio exento de toda construcción, que
eventualmente por la presencia del mismo, se transformó en un área urbanizada que impactó tanto
en la estructura formal de la iglesia como en el desarrollo urbano de la ciudad. Con el paso del
tiempo y la creciente estigmatización hacia la zona sur de Santafé, el barrio y la iglesia entraron en
un proceso de degradación , el cual conllevó a la destrucción total del barrio y su arquitectura
principalmente colonial, pasando a un espacio en el que la arquitectura moderna y contemporánea
priman sobre las construcciones existentes, incluso sobre la iglesia misma.
Se expone en la imagen la condición de periferia que posee la iglesia en relación con el resto del
centro histórico. Fuente: Elaboración propia.
Hacia la zona sur de la localidad de La Candelaria se ubica el barrio Santa Bárbara, que adopta su
nombre de la iglesia allí ubicada, limitado al norte por la calle 7, antiguo río San Agustín, y al sur
por la calle 6, antigua Quebrada San Juanito (Plano 2). Su origen se remonta a finales del siglo XVI,
limita con sectores de características urbanas y arquitectónicas similares como Belén, Centro
Administrativo, Las Cruces, entre otros, y es en su corazón donde se ubica la iglesia Santa Bárbara,
exactamente en la carrera 7, antigua Calle Real, con calle 6B, sobre un predio esquinero en el cual
se implanta el edificio en sentido oriente occidente y que se abre a la ciudad gracias al atrio
retrocedido que posee, como se muestra en el Plano 3.
Plano 2. Ubicación de la iglesia respecto al Plano 3. Ubicación y orientación de la
barrio. iglesia en el predio.
Se logra ver que el templo se encuentra Destaca el vacío que conforma el atrio
en inmediaciones de la actual calle 7 y rompiendo la esquina de la manzana y
calle 6. Fuente: Recuperado de Mapas abriéndose a la ciudad. Fuente:
Bogotá, 2020 Recuperado de Mapas Bogotá, 2020
(https://mapas.bogota.gov.co/) (https://mapas.bogota.gov.co/)
En la imagen se logra evidenciar el estado actual de la edificación, destacando por una parte sus
elementos arquitectónicos y por otro, la falta de mantenimiento en elementos como el atrio.
Fuente: Elaboración propia.
10 9 8 7 6 5 4
11
12 3 2
13 14 15
1
16
La iglesia es una joya de la arquitectura colonial que ha crecido progresivamente a través del tiempo,
como evidencia de distintas técnicas constructivas tanto tradicionales como modernas y una muestra
del lenguaje arquitectónico propio del siglo XVI y XVII. Como lo expone la Figura 4,
Volumétricamente la iglesia se plantea como un edificio asimétrico basilical, característica extraña
en los edificios religiosos cuya naturaleza tendía a ser simétrica, el cual se implanta sobre un atrio
esquinero en forma de L que se eleva sobre el nivel de la calle y da acceso al edificio a través de la
nave central, compuesta hacia los pies por un coro alto seguido por el cuerpo de la nave, el presbiterio
y rematando, un camarín que se encuentra clausurado actualmente. La nave norte posee tres capillas
identificadas de occidente a oriente como la capilla de Altagracia, María Auxiliadora y San Roque,
la cual se destaca por estar ricamente decorada en pintura mural. Finalmente, en la nave sur se posan
las escaleras al coro y el baptisterio y las capillas de la Inmaculada, Las Ánimas, La Valvanera, con
su respectivo camarín, y la Virgen de la Leche que da acceso a la sacristía y esta, a un depósito.
Actualmente el edificio enfrenta problemáticas de carácter urbano como la inseguridad, las nuevas
construcciones en el barrio con escalas y densidades distintas (Figura 5) y el desconocimiento del
edificio; así como de carácter más arquitectónico relacionadas con la inestabilidad estructural del
camarín (Figura 6), la alteración morfológica, expresada en las ventanas de la cubierta (Figura 7) y
la reja que cierra el predio sobre el costado norte, que además de mostrar cierto desgaste físico y
abandono, resta protagonismo a los valores arquitectónicos e históricos que se identificarán en este
documento.
En la imagen se aprecia los edificios nuevos que responden a una arquitectura más moderna y
contemporánea. Fuente: Recuperado de Youtube, 2020 (https://www.youtube.com/)
29
Estado actual del camarín, el cual posee Estos dos elementos confunden y no
algunos pares podridos y el permiten ver con claridad los valores que
desprendimiento de pañete del cielorraso. posee la iglesia, siendo un problema para
Fuente: Elaboración propia. la imagen de esta. Fuente: Recuperado de
Google Maps, 2020,
(https://www.google.es/maps/@4.592051
4,-74.0774612,19.75z)
5. De Santafé a Bogotá y el barrio Santa Bárbara
La iglesia de Santa Bárbara se origina como muchas otras de su género, en el periodo colonial con
fines eclesiásticos en el nuevo continente, sin embargo, pertenece a una categoría particular que es
la de ermita, es decir no surge con fines de doctrina para la aculturación de los indígenas en el proceso
de ocupación del territorio o de parroquia para los fines piadosos de los españoles, sino fruto de una
intención religiosa específica y puntual aislada, que no genera oficios religiosos permanentes, al
menos en sus primeros momentos. De esta manera es fundamental estudiarla en el contexto del
proceso de colonización y poblamiento de la tierra en el Nuevo Reino de Granada y particularmente
con la figura de la encomienda que es el proceso económico y administrativo que ayuda a originar
su primera edificación.
Luego de la llegada de los españoles al continente americano en el siglo XV, se emprendió una
campaña en el nuevo territorio orientada a conquistar, colonizar y fundar nuevas ciudades como lo
había dictaminado Isabel La Católica, esto con el fin de asegurar la ocupación y por lo tanto la
dominación sobre la población y las tierras recién “descubiertas”. Según Luis Enrique Rodríguez
(2006) en su libro de historia de Colombia, la colonización se dio ya que:
[…] la corona española empezó a comprender que debía combinar su política de toma de
territorios con el inicio del poblamiento de los mismos, pues solo permaneciendo en las
nuevas tierras podría asegurar un dominio permanente. Ese nuevo propósito atrajo a otro
sector de españoles, dispuestos a cambiar de lugar de residencia, y ávido de aventuras
aunque en menor medida que los primeros expedicionarios. (p.61).
Es entonces a través de la colonización que se inició el poblamiento del territorio, que conllevaba la
construcción de iglesias como evidencia del poder de Dios en el lugar, ya fuera con fines de
32 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
adoctrinamiento, de práctica religiosa o piadosa. El proceso era así en la mayoría de los casos: para
llevar a cabo una fundación de una ciudad se requería un mínimo de 30 vecinos (habitantes españoles
que eran propietarios de solares), los cuales podían ocupar hasta cuatro leguas de territorio en donde
cada ciudad debía estar a una distancia una de otra no menor a cinco leguas, demostrando así el poder
de la colonización como herramienta de control (Rodríguez, 2006).
Dadas estas circunstancias, en 1536 Pedro Fernández de Lugo, gobernador de Santa Marta, organizó
una expedición desde esta ciudad poniendo a cargo al capitán y licenciado Gonzalo Jiménez de
Quesada, quien sería el encargado de dirigir el recorrido a través del río Magdalena buscando
encontrar un territorio con bastas riquezas. Según el antropólogo Marco Forero (2016), la intención
de Jiménez de Quesada era llegar a tierras peruanas, en especial a Cusco, ciudad que también se
decía que estaba llena de las riquezas que tanto buscaban los conquistadores. Es así como dos años
después de iniciada dicha travesía, luego de atravesar por Lenguasaque, Suesca, Tausa, Zipaquirá,
Cajicá, Chía y entrando a la ciudad por lo que hoy se conoce como Suba, Jiménez de Quesada ingresó
a Bogotá, territorio de los muiscas basto en oro y materiales preciosos, los cuales a través de las
batallas se fueron trasladando a las arcas de los colonizadores (Plano 4). De esta manera se realiza
la respectiva fundación de la ciudad la cual:
hasta con su vida, y ordenó que se extendiese instrumento público por ante el Escribano del
ejército. (Ibañez, 1989, p. 15)
Es de suma importancia anotar en este punto que este discurso acerca de la fundación de Bogotá se
ha venido reevaluando, ya que, aunque muchos autores coinciden en que en dicho año se implantaron
las doce casas y la iglesia, el lugar de dicho emplazamiento es tema de varias discusiones ya que hay
quienes afirman que se dispusieron en la actual Plaza de Bolívar y otros en la Plaza de las Hierbas,
actual Parque Santander e incluso, en el lugar conocido como el chorro de Quevedo.
En este plano se evidencia como era la región de Santafé, donde se destaca el área urbana, pero
sobre todo se ve como se configura el territorio hasta el cauce del río Magdalena. Fuente: Vargas J.
(2007) Historia de Bogotá. Conquista y colonia. Villegas editores, Alcaldía mayor de Bogotá.
Bogotá. Colombia.
Luego de esta primera fundación de la ciudad en 1538, la cual se caracterizaba más por ser un
asentamiento militar, dado que no se realizaron los trazados de las calles, no se nombraron regidores
y no se puso el rollo; el 27 de abril de 1539 en presencia de Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián
de Belalcazar y Nicolás de Federman, se realizó la fundación jurídica en la cual se llevaron a cabo
los actos acordes a esta, “ […] se trazaron calles y señalaron solares y se delimitó la plaza mayor,
exactamente en el área que hoy ocupa la de Bolívar. Los solares fueron adjudicados a los vecinos,
según su importancia, cerca o lejos de la plaza.” (Vargas, 2007, p.88)
carrera séptima, o Calle Real como se le conocía en aquel entonces, cobró gran importancia desde la
joven Santafé, debido a que conectaba la Plaza Mayor con la Plaza de las Hierbas, ubicada al norte
de la ciudad, como se muestra en el Plano 5. Dichas plazas entraron en disputa en cuanto a su
importancia, ya que, aunque la de las Hierbas era el centro físico de la ciudad, donde se centraban
todas las actividades importantes de la población, la Mayor era el centro oficial, importante por ser
allí donde se fundó la ciudad y donde se ubicaban los estamentos del poder.
Se puede ver la configuración urbana de Santafé, donde se destaca la estrecha relación de las
actividades importantes entre la Plaza Mayor y la de Hierbas. En verde se define el límite del
sector conocido como Teusaquillo, siendo en estas tierras donde posteriormente se fundó la ermita
a Santa Bárbara. Fuente: Elaboración propia con base en la planimetría recuperada en:
https://badac.uniandes.edu.co/hd/tejiendolaciudad/#como-funciona
Es pues así como la incipiente Santafé del siglo XVI se caracterizó por tener una morfología acorde
a una ciudad colonial, es decir, un trazado en damero, abierto al crecimiento, asentado sobre una
leve pendiente con manzanas cuadradas de cien metros de longitud, calles y carreras de siete y diez
metros de ancho respectivamente, con la presencia de su respectiva Plaza Mayor y una secundaria
llamada Plaza de Hierbas, la Calle Real que conectaba la ciudad y esta con el territorio circundante
en sentido norte sur, que posteriormente será un eje de desarrollo fundamental para el crecimiento
urbano; finalmente, dos cuerpos de agua que abastecían la ciudad, el rio San Francisco al norte y
San Agustín al sur. Este primer casco urbano, según el historiador Pedro María Ibáñez (1989), va a
estar rodeado de tierras fértiles propicias para la siembra de cereales y hortalizas de semilla europea
35
que serán trabajadas por los indígenas. Ejemplo de estos pueblos hacia el sur de la ciudad, pasando
el río San Agustín, será el pueblo de Sisvatiba, que quedaba en inmediaciones del río Fucha y el río
Tunjuelo, y Teusaquillo, sector comprendido entre el río San Agustín y el río Fucha.
Con la fundación de la ciudad y la llegada de los nuevos pobladores europeos a lo que se conocería
como Santafé, se inició casi que inmediatamente la consolidación de la ciudad y su poblamiento,
además de uno de los procesos sociales, políticos y económicos más destacados en esta época. Como
agradecimiento y premio a los grandes conquistadores que ayudaron en las expediciones en el nuevo
continente, el capitán Jiménez de Quesada inició la repartición de encomiendas, la cual:
Una de las primeras encomiendas que repartió Gonzalo Jiménez de Quesada se le otorgó al capitán
Juan de Céspedes, uno de los capitanes de a caballo que acompañaron la expedición para la fundación
de la capital, destacado también por ayudar a la fundación de Santa Marta, entablar el pueblo de
Pasca en Cundinamarca, además de ser alcalde de la apenas naciente ciudad de Santafé. Según
crónicas escritas por Jiménez de Quesada, tomadas del Archivo de Indias de Sevilla y citadas en el
libro “De los chibchas a la colonia y a la república”, el capitán Juan de Céspedes:
[…] es de los que ay ágora vivos y uno de los que más trabajaron y sirvieron en este
descubrimiento y conquista y entro (sic) conmigo por capitán de uno de ocho capitanes que
metí con gente en este reino y él tiene calidad. Tiene tres repartimientos en esta ciudad de
Santafé en que había más de mil quinientos indios poco más o menos, llamados los
36 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
repartimientos de Ubaque, Caqueza, Ubachoque. Tiene bien de comer para este reino.
(Hernández, 1978, p.207).
Según las Leyes de Indias en el Nuevo Reino de Granada las encomiendas solo tenían una duración
de dos o tres vidas, es decir, solo tres generaciones podían heredar y tener provecho de los
repartimientos, el primer encomendado, su hijo primogénito y su nieto; ya después de culminada, la
encomienda volvía a manos del rey para realizar un nuevo repartimiento. Es por tales motivos que
las encomiendas que fueron asignadas a Juan de Céspedes aparecieron después bajo posesión de su
hijo Lope de Céspedes, benefactor y fundador de la iglesia Santa Bárbara, quien se asentó en una
hacienda bajo la figura de pan llevar en terrenos del sector conocido como Teusaquillo, entre el río
San Agustín y la Quebrada San Juanito, sobre el camino que conectaba Santafé con Usme y que
posteriormente se convirtió en extensión de la Calle Real, como se aprecia en el Plano 6. La
ubicación de la vivienda de Lope de Céspedes y el poder económico, político y social brindado por
la institución de la encomienda fueron dos elementos decisivos para el origen de la ermita de Santa
Bárbara.
De esta manera, es importante nombrar que el lugar donde se levantó la ermita fue un punto
estratégico en la zona sur de la ciudad, en cuanto representaba el punto de inflexión entre el área
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urbana y las afueras posibilitando, dadas sus condiciones administrativas y sociales, un mejor control
tanto de población que residía en el casco urbano sur de la ciudad, como de la población indígena
que se le asignó en 1585 y que residía sobre ese costado a las afueras de Santafé.
Como se hablará más adelante y dado que la ubicación de la iglesia se dio por un hecho fortuito, es
importante entender como era dicho lugar y cuál era la importancia para la ciudad, ya que estos
factores incidieron en las decisiones administrativas en las cuales la iglesia de Santa Bárbara será
participe.
Cuenta el escribano Juan Florez de Ocariz (1990) que en 1565 el Capitán Lope de Céspedes, luego
de la caída del primer rayo sobre la ciudad, exactamente en su casa a las afueras de Santafé, que dejó
una de sus esclavas muerta, decidió llevar a cabo la erección de una ermita dedicada a Santa Bárbara,
madre de las tempestades y la buena muerte, con licencia para celebrar misa como agradecimiento
por no salir afectado por dicho acontecimiento. Esta primera construcción fue levantada donde se
38 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
ubica actualmente la iglesia, en predios del sector conocido como Teusaquillo donde se ubicaba la
hacienda de pan llevar de Céspedes, y se convirtió en un punto urbano e histórico neurálgico para
esta zona de la ciudad. En primer lugar, es importante aclarar que dadas las condiciones espaciales
de aislamiento urbano donde se asentó el edificio, se le otorgó la categoría de ermita ya que, como
la define Vargas Lesmes (2007), este es un edificio dedicado al culto religioso, que se levanta en
sitios escarpados de baja población con el fin de proteger un lugar de lo que se concibe como malas
energías. Es así como el lugar donde se fundó la ermita se definió como un territorio en las afueras
de la ciudad ubicado sobre la Calle Real, que para el momento era más como un camino de herradura,
trascendental en cuanto era la única vía que comunicaba la ciudad con territorios lejanos
importantes como Usme, Chipaque y Caqueza, el cual estaba rodeado más que por casas, por bohíos
donde residía población indígena atomizada en el territorio o también, siendo el caso de Céspedes,
por pequeñas haciendas para el desarrollo agrícola de uso doméstico.
En el año de 1568, como se ve en el Plano 7, el mismo Lope de Céspedes afirmaba que luego de la
calle 9 hacia el sur no existían casas, demostrando así que la ciudad no había empezado un proceso
de expansión, aunque ya existiera la ermita a Santa Bárbara. Es hasta la década de los 80 del siglo
XVI cuando la explotación y el maltrato de los encomenderos dio pie a las primeras migraciones
importantes de indígenas que escapaban a la ciudad, lo que aumentó en esta la servidumbre
doméstica y posiblemente, la construcción de viviendas a las afueras de la misma.
Con estos antecedentes acompañados de la fundación de la iglesia de Las Nieves en 1568, las
limitaciones administrativas por solo la presencia de una única parroquia en La Catedral y
aprovechando la ubicación privilegiada de la ermita de Santa Bárbara siendo un lugar de transición
entre el casco urbano de Santafé y los pueblos de indios que se acercaban al sur de la ciudad, en 1585
fueron elevadas a parroquias las ermitas de Las Nieves y Santa Bárbara quedando decretado:
[…] a 23 de marzo de 1585 hizo la fundación de las dos parroquias de Nuestra Señora de
Las Nieves y Santa Bárbara de esta ciudad de Santafé del Nuevo Reino de Granada el señor
don Fray Luis Zapata de Cárdenas, Segundo arzobispo de este dicho Nuevo Reino… agrego
a Santa Bárbara dos pueblos de indios que llaman Teusaquillo, el cual está pegado a la
ciudad y Serbativa, que está poblado junto al río Fucha, con más las estancias que están
pobladas a las riberas de dicho río […] (Ibáñez, 1989, p. 84).
Es importante aclarar que aunque ya hubieran existido algunas primeras migraciones hacia Santafé,
según Julián Vargas Lesmes (2007), en el momento en que fueron elevadas las parroquias el casco
urbano no llegaba hasta la ubicación de las iglesias por lo que, posiblemente, esta decisión de
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convertirlas en parroquias respondía más a atender población indígena que habitaba en viviendas
dispersas con cierta cercanía, dado que las condiciones básicas para poder ascender a parroquia era
contar con habitantes para mantener un curato y costear la luminaria del sagrario.
Se puede ver el crecimiento hacia el norte de la ciudad reforzando la relación entre las plazas
principales. Al sur no se iniciará ningún crecimiento hasta la fundación de la ermita a Santa
Bárbara en 1565, que se ubicará sobre la calle real. Fuente: Elaboración propia con base en la
planimetría recuperada en: https://badac.uniandes.edu.co/hd/tejiendolaciudad/#como-funciona
Luego de declaradas las nuevas parroquias, cuya ubicación se aprecia en el Plano 8, estas tomaron
un papel fundamental en cuanto al desarrollo urbano de Santafé, ya que se convirtieron en “[…]
áreas de desarrollo urbano prioritario. A su alrededor, como si fueran núcleos, aumentaría la
concentración y provocarían la expansión del casco urbano en estas dos direcciones.” (Vargas, 2007,
p.96). Dicho desarrollo urbano, según Vargas Lesmes (1990), se vio apoyado con la aprobación de
la mita urbana en 1590, una institución caracterizada por el trabajo de indígenas dentro de las
ciudades para el pago del tributo, con el fin de poder garantizar con la mano de obra de estos, el
crecimiento y funcionamiento de la ciudad. Con estas dinámicas sociales, siguiendo a Vargas, en los
primeros años de mita urbana, en la ciudad servían cerca de 1500 indígenas anualmente en labores
domésticas y de construcción, lo que da luces del incremento poblacional de alrededor de 800 a 1000
indígenas mensuales que se apreció en los años posteriores. Este crecimiento demográfico en Santafé
obligó a la construcción de bohíos a las afueras de la ciudad para el alojamiento de los indígenas
mitayos, incrementando de esta forma la urbanización alrededor de Las Nieves y por supuesto de la
parroquia de Santa Bárbara.
40 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Plano 8. Diagrama de la división de la ciudad por parroquias incluyendo San Victorino, agregada
posteriormente
Se evidencia el área de influencia de cada una de las parroquias de la época. Santa Bárbara era la
de menor influencia, por lo que se complementaba con la feligresía de Teusaquillo y el pueblo de
Servativa, que se expandían hasta el río Fucha. Fuente: Martínez C. (1983) Bogotá: sinopsis sobre
su evolución urbana, 1536-1900. Editorial Escala. Bogotá. Colombia.
Con el nacimiento como ermita en un contexto aislado, y posteriormente como parroquia que ayudó
a la administración política, religiosa y social de la ciudad, Santa Bárbara inició un proceso en el
cual su contexto fue cambiando progresivamente de condición, es decir, la iglesia pasó de ser un
edificio a las afueras de la ciudad en el siglo XVI a un edificio imbricado en el corazón de un sector
urbano claramente definido en el siglo XVIII y XIX. Este fenómeno se vislumbra a través de la
representación hipotética del área urbana de Santafé a finales del siglo XVI por parte del arquitecto
Carlos Martínez (Plano 9), la cual, apoyada en las migraciones dadas por la mita urbana, evidencia
una gran consolidación urbana en el sector de la parroquia de La Catedral y una primera expansión
a través de pequeñas construcciones que aparecen a los costados de la Calle Real y alrededor de la
iglesia de Las Nieves. Hacia la zona que comprende la parroquia de Santa Bárbara, también aparecen
una serie de construcciones en los costados de la calle 7, destacando un incipiente trazado que irá
apareciendo hacia su costado occidental. Es importante señalar que, aunque no aparecen aun
construcciones cercanas a la iglesia a excepción de lo que se conoce hoy como la Casa Cural ubicada
al norte de la iglesia, el edificio se empieza a circunscribir entre algunas manzanas y calles que se
encuentran en proceso de consolidación, como se aprecia en el Plano 10.
41
Plano 9. Plano hipotético de finales del siglo XVI hecho por Carlos Martínez
En este plano se nota la baja densidad alrededor de la parroquia Santa Bárbara y el constante
crecimiento de la ciudad hacia el costado norte, evidenciado por la consolidación de las manzanas
alrededor de la Calle Real, conectando así la Plaza Mayor y la de las Hierbas. Fuente: Martínez C.
(1983) Bogotá: sinopsis sobre su evolución urbana, 1536-1900. Editorial Escala. Bogotá.
Colombia.
Basado en el plano de Carlos Martínez, alrededor de la calle real empiezan a aparecer otras
edificaciones que irán igualmente dando las directrices para el trazado futuro de las manzanas. La
iglesia de Santa Bárbara, según el plano, aun aparecerá exenta para esta época, aunque ya se podrá
trazar la calle 6B debido a la existencia de la Casa Cural al otro lado de la calle. Fuente:
Elaboración propia
42 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
En 1772 apareció un mapa urbano de Santafé realizado por Joseph Aparicio Morata (Plano 11), este,
más que un plano, es una ilustración panorámica de lo que era la ciudad en ese entonces, destacable
por revelar un poco de la arquitectura de cada edificio, mostrando así una torre al costado norte de
Santa Bárbara, la cual será un tema neurálgico que se tocará más adelante. Respecto al plano de
Martínez la ciudad ilustrada por Aparicio no sufrirá una expansión significativa, mostrando unos
leves cambios en el trazado en cuanto a un mayor poblamiento alrededor de la parroquia de Las
Nieves, en comparación con Santa Bárbara, que también mostrará un mayor poblamiento, pero con
una menor densidad urbana respecto a los otros barrios, corroborando igualmente el efecto de las
parroquias sobre el territorio como núcleos de expansión urbana. Realizando un acercamiento a la
manzana propiamente dicha, como se ve en el Plano 12, se puede percibir una repartición de solares,
destacando una construcción al oriente y al sur de la manzana que se supondría ya están estacadas
definiendo así la división y la forma de la manzana, primando por el momento el vacío respecto al
lleno dentro de la zona. De esta manera se empieza a desarrollar la transición de la iglesia, de un
edificio exento a uno inserto en una manzana, ocupando un predio esquinero, rodeado de
construcciones sencillas.
Se identifica la iglesia de Santa Bárbara con una torre adosada al costado norte, destacando
igualmente las construcciones que ayudaran a configurar la manzana donde se ubica la iglesia.
Fuente: Vargas J. (2007) Historia de Bogotá. Conquista y colonia. Villegas editores, Alcaldía
mayor de Bogotá. Bogotá. Colombia.
43
En este punto es necesario anotar que desde la representación hipotética del área urbana de Santafé
en 1600 planteada por Carlos Martínez hasta la ilustración de Joseph Aparicio Morata realizada en
1772 transcurrieron alrededor de ciento cincuenta años, evidenciando en este lapso un crecimiento
urbano poco significativo. De la misma manera el área de influencia de la parroquia Santa Bárbara,
en comparación a las demás parroquias, tuvo el menor desarrollo de construcciones en la ciudad. Es
relevante anotar que este fenómeno de poca importancia del barrio Santa Bárbara no es nuevo, ya
que venía manifestándose desde el origen mismo de la ciudad e irá incrementándose con los
posteriores hechos históricos y las decisiones administrativas que tomará la ciudad. German Mejía
Pavony afirma que:
Lo que sí es interesante es que el extremo sur de dicha figura, esto es el río San Agustín o
actual Avenida 6a., oculta una parte de la ciudad: la continuación de la calle principal entre
dicho lugar y el sitio donde se edificó la iglesia de Santa Bárbara: son tres manzanas a lado y
lado de la calle real que, existentes físicamente, no tendrán igual importancia para los
habitantes de la ciudad. Desde sus años fundacionales, Santafé ocultó su crecimiento hacia
el sur al segregarlo como lugar de indios. (Mejía, 2008, p.209)
El sistema administrativo de la ciudad a través de las parroquias se mantuvo hasta 1774 cuando el
virrey de la Nueva Granada, Manuel de Guirior, dictaminó la división de la ciudad a través de cuatro
44 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
cuarteles y ocho barrios, en donde los cuarteles conservaron los nombres de las parroquias, cuyos
barrios serán denominados como: La Catedral, El Príncipe, Palacio, San Jorge, Las Nieves oriental,
Las Nieves occidental, San Victorino y Santa Bárbara, anotando que estos dos últimos no se
subdividieron conservando su delimitación y nombre original. Esta distribución urbana se conservó
hasta finales del siglo XIX cuando la configuración de la ciudad y sobre todo los entes de poder a
través de las reformas políticas y administrativas, obligaron a la distribución de Santafé por barrios.
Con la nueva división de Guirior, en el año de 1797 apareció un plano mejor elaborado de la ciudad
(Plano 13), en el cual ya se logra ver un área urbana más consolidada y por ende un barrio Santa
Bárbara más denso, con un trazado más definido de las calles. Es notable la imposibilidad de
expansión generada por los accidentes naturales como ríos y quebradas, que influenciaron de la
misma manera al trazado, produciendo la aparición de manzanas irregulares y rompiendo de esta
manera con la traza ortogonal que se planteó desde la fundación de la ciudad.
Ya para 1849 la barrera de la Quebrada de San Juanito, al sur de la ciudad, fue superada, como es
evidente en el Plano 14, por tales motivos empezaron a formarse en esta zona nuevas manzanas que
siguieron con la lógica de la cuadricula característica de las ciudades coloniales. Es importante
resaltar en el plano de este año la delimitación de la ciudad dada por los terrenos de las afueras
45
usados para el cultivo, igualmente el incipiente trazado en planta de edificios importantes para la
ciudad tales como iglesias, conventos y edificios gubernamentales, además de algunos vacíos dados
por los solares en las manzanas. Haciendo énfasis en la iglesia de Santa Bárbara, es importante
observar que en este plano ya aparece delimitado el vacío que corresponde al atrio de la iglesia,
mostrando así la antigüedad de este retroceso del paramento y exponiéndolo como un elemento
característico de la iglesia, además de singular dentro del trazado de la ciudad dada su geometría en
forma de ele. Con este gesto se puede corroborar el valor que el edificio posee para la ciudad, dado
que esta operación se usaba para demostrar cierta jerarquía y singularidad en las edificaciones
importantes de la época.
Se puede ver acá el retroceso de la fachada que corresponde al atrio, al igual que la importante
aparición de terrenos rurales alrededor de la ciudad. También es valioso notar la aparición de la
ermita de Las Cruces y un incipiente trazado de la plaza del mismo nombre, lo que indica el
crecimiento de la ciudad hacia el sur. Fuente: Recuperado en Cartografías de Bogotá, 2020
(http://cartografia.bogotaendocumentos.com/mapa)
A inicios del siglo XIX, el barrio Santa Bárbara era visto como un suburbio respecto a La Catedral,
ya que quedaba a las afueras de este, el cual se consideraba el corazón de la ciudad y el lugar en
donde vivían las elites y las personas más adineradas del momento, además que allí se llevaban a
cabo las actividades comerciales de la ciudad (Plano 15). Con la aparición de la ermita de Las Cruces
a mediados del siglo XIX, cambió la connotación de la iglesia Santa Bárbara, ya que esta delegó la
función de edificio protector de la ciudad en este sector al nuevo templo. Santa Bárbara sobrepasó
el tamaño del barrio de La Catedral consolidando la configuración de sus manzanas y su identidad
46 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
como un barrio meramente residencial, al tiempo que heredó su condición de suburbio a los barrios
que seguirían desarrollándose a las periferias de este sector de la ciudad tales como Las Cruces y
San Bernardo.
Se puede ver el crecimiento de la ciudad y la aparición del barrio Las Cruces, hecho que modifica
la condición de barrio periférico a Santa Bárbara. Fuente: Recuperado en Cartografías de Bogotá,
2020 (http://cartografia.bogotaendocumentos.com/mapa)
Hay que resaltar que la importancia de este periodo analizado para la iglesia Santa Bárbara, radica
principalmente en dos aspectos: en primer lugar, dada la ubicación donde se erigió el edificio y las
facultades otorgadas con su erección como parroquia, Santa Bárbara jugó un papel importante como
ente administrativo de la ciudad, siendo la encargada de la administración religiosa, política y social
del área urbana sur de Santafé, además de ser la única de las parroquias a la que se le asignaron
pueblos de indios como feligresía, posiblemente cumpliendo funciones como administrarlos y
adoctrinarlos. Esta connotación de parroquia contribuyó a erigirla como un punto atrayente para
nueva población llegada a la ciudad, lo que impulsaría el desarrollo y crecimiento urbano hacia el
sur de la capital.
En segunda instancia, este periodo de tiempo afectó el contexto inmediato de la iglesia de manera
que esta cambiaría su condición, pasando de ser de un edificio exento en una zona rural, a uno aun
exento confinado dentro de una trama urbana. Es la ubicación de este edificio, apoyado por la Calle
Real, lo que dio las directrices para el trazado y posterior crecimiento de la ciudad hacia esta zona.
En los siglos posteriores se consolidó el barrio como uno de los más antiguos de la capital, delegando
en los siguientes años a otros sectores como barrios de periferia en esta zona, de esta manera, se
rompería la relación directa entre la iglesia y el crecimiento de la ciudad, lo que no es un pretexto
para olvidar el importante papel que jugó en la apenas incipiente ciudad de Santafé. El barrio no
sufrió grandes cambios hasta finales del siglo XX cuando fue drásticamente modificado debido a su
48 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
abandono, e igualmente por motivos inmobiliarios y privados que además de eliminar una zona de
la ciudad, eliminaron parte de la historia de esta misma.
El barrio Santa Bárbara se había caracterizado hasta este momento por ser un barrio residencial
donde se desarrollaban algunas actividades económicas basadas en la artesanía. Aun siendo un barrio
de origen popular y con los antecedentes desde su fundación de segregación debido a su población
mayoritariamente indígena, allí se asentaron grandes personajes importantes para la historia patria
como:
[…]el poeta Luis Vargas Tejada; los padres de Policarpa Salavarrieta; el presidente José
María del Castillo y Rada (1814-1821); algunos pintores de la “Expedición Botánica”; los
generales Domingo Caicedo y José María Ortega; el historiador José María Quijano; “el
contador mayor del Tribunal y Real Audiencia de Cuentas, presidente y dictador de
Cundinamarca” Manuel de Bernardo Álvarez; los próceres Pedro Alcántara Herrán,
Pantaleón Gutiérrez Quijano, Luis Eduardo Azuola y Francisco José de Caldas[…]
(Sarmiento, 2015, p.55)
En esta foto se identifica con claridad cómo se consolidaron las manzanas en el barrio y como estas
poseen una morfología similar a las de zonas como La Catedral y Las Nieves, diferenciándose por
un mayor vacío al interior de las manzanas que en los demás barrios. Se destaca una iglesia Santa
Bárbara incluida en un área urbana, donde el atrio continúa resaltando como elemento singular que
se mantiene en el trazado. Fuente: Recuperado en Cartografías de Bogotá, 2020
(http://cartografia.bogotaendocumentos.com/mapa)
49
Con esto se puede decir que el barrio poseía gran importancia histórica ya que por sus calles y en
sus casas residieron personajes muy importantes que posiblemente habrán usado las facultades
sacramentales de la iglesia Santa Bárbara, lo cual, en teoría, podría ser un factor que impulsaría la
conservación del barrio, hecho desestimado en la realidad debido a intereses que desacreditaban el
valor urbanístico, arquitectónico e histórico del sector, lo que produjo al final la demolición del
barrio colonial de Santa Bárbara.
A inicios del siglo XX Santa Bárbara se percibía como un barrio que ya se encontraba consolidado,
en el cual ya todos los predios estaban construidos, aunque era evidente cierta densidad urbana menor
en comparación a barrios como La catedral o Las nieves, esto debido a un mayor vacío en los centros
de manzana, como se ve en la Figura 8. Esta falta de construcción se podría interpretar como un bajo
interés por el residir en dicha zona en comparación a las más centrales, lo cual no obligaría a los
dueños de las casas a ampliar las construcciones para albergar más personas y así aumentar sus
rentas, haciendo relevante nuevamente la segregación histórica del área. Puntualmente, la iglesia
Santa Bárbara en una aerofotografía de 1936, como se muestra en el Plano 17, estaba ubicada en una
manzana consolidada con un centro de manzana no construido, llamando acá la atención la existencia
de la actual estación de policía, un edificio de cuatro pisos de alto con un lenguaje más republicano,
que además de romper con la escala de la manzana y de la iglesia, quebraba el lenguaje colonial que
se mantenía en la manzana y en el perfil urbano.
50 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Para entender los motivos de la degradación del barrio Santa Bárbara en el transcurso del siglo XX,
tomado como el argumento principal por parte del BCH (Banco Central Hipotecario) para su
demolición, es necesario conocer dos factores fundamentales que afectaron la conservación física
del mismo. En primer lugar, los desmanes y la destrucción de inmuebles que trajo consigo El
Bogotazo en 1948 causaron el interés por parte del gobierno de realizar los primeros planes de
renovación urbana en la ciudad, por tal motivo, a finales de la década de los cincuenta se contrataron
renombrados arquitectos a nivel mundial para el diseño de planes urbanísticos para Bogotá. Un claro
ejemplo de esto es el arribo de Le Corbusier al país, quien diseñó su famoso Plan Piloto de Bogotá,
el cual, a pesar de los esfuerzos, nunca se llevó a cabo. El segundo factor significativo, según el
economista Samuel Jaramillo (2006), radicó en un fenómeno de migración por parte de los sectores
de altos ingresos hacia la zona norte de la ciudad, producto de que:
[…] una parte del parque inmobiliario central ocupado tradicionalmente por residencias de
altos ingresos es desplazado por actividades terciarias. Esto a través del mecanismo usual del
mercado del suelo: el comercio y las actividades terciarias suelen arrojar rentas mayores que
la actividad habitacional, aún la de la sección alta del mercado residencial. La gran dinámica
de la ciudad en ese momento generaba una demanda pujante por espacio para estas
actividades en el centro y muchas casas que eran precisamente muy centrales fueron
reafectadas para estas actividades terciarias superiores [...] (p.8)
Posteriormente en los años 60s, 70s y 80s las actividades terciarias se desplazaron hacia el norte y
luego se atomizaron en varios puntos de esta misma zona de la ciudad. Por tales motivos, este nuevo
fenómeno permitió el asentamiento de las actividades económicas populares, alimentando así el
aumento de la densidad urbana a través del incremento de tugurios e inquilinatos en el centro de la
ciudad, como se ve en el Plano 18 (Sarmiento, 2015). Con los nuevos residentes vino la modificación
de las casas para usos que no habían sido diseñadas, entre otras consecuencias como que:
Parte de este fenómeno se vio reflejado en el contexto inmediato de la iglesia a través de la vivienda
que se adosó sobre el ala norte del edificio, la cual casi que se posó sobre la construcción a manera
de tugurio, con el fin, probablemente, de tener un mejor aprovechamiento del suelo.
51
Se ve una mayor densidad en las manzanas del barrio Santa Bárbara a través de la disminución del
vacío en los centros de manzana, lo que denota un aumento en la construcción en el barrio. Fuente:
Elaboración propia.
En la imagen se puede ver la evolución del tamaño del predio desde la erección de la ermita
tomando como predio la hacienda de pan llevar, pasando por la urbanización en el siglo XVIII y
finalizando en la construcción de edificios sobre la manzana en el siglo XX. Fuente: Elaboración
propia.
Con este desgaste progresivo del barrio en general, de la iglesia y tal vez de muchos de los sectores
antiguos del país, se empezaron a promover una serie de políticas dirigidas a la conservación de los
centros históricos. Es el caso de la Ley 264 de 1963 en la cual se decretó la conservación de las
edificaciones antiguas de los siglos XVI, XVII Y XVIII de la ciudad de Bogotá, de esta manera, en
teoría, el barrio quedó cobijado con una ley que impedía la intervención sobre este lugar. Esta
protección se vio quebrantada por dos reglamentaciones más que se publicaron posteriormente y que
de alguna manera excluyeron el sector. En primera instancia, el Decreto 411 de 1977 que definió las
áreas de conservación y redesarrollo, ubicando a Santa Bárbara como un área dentro del centro
histórico, pero de segunda importancia, es decir, que, dadas las condiciones de conservación de los
edificios, no era necesario mantener toda el área entera a excepción de ciertos inmuebles con algún
significado cultural, como la iglesia del barrio y la iglesia de Belén. En segunda instancia, con la
expedición del Acuerdo 10 de 1980 el cual, a diferencia del de 1963 que dio unas pautas generales
sobre la arquitectura a conservar en Bogotá, si definió un límite y un área para el centro histórico de
la ciudad, cobijando el sector que corresponde hoy en día a La Candelaria y excluyendo nuevamente
al barrio Santa Bárbara, lo que lo dejó vulnerable a cualquier intervención.
53
En este plano se logra evidenciar la totalidad del proyecto, su pretensión de destruir totalmente las
manzanas y conservar solamente la iglesia de Santa Bárbara y la Casa Cural. Fuente: Recuperado
de Fundación Rogelio Salmona, 2020, (http://inicio.fundacionrogeliosalmona.org/noticias/noticias-
de-la-fundacion/renovacionurbananuevasantafedebogota)
En 1970 tomó el poder el presidente Misael Pastrana Borrero, quien propuso en su plan de gobierno
lo que se denominó como el “Plan centro”, el cual tenía como objetivo “[…] recuperar el espacio
público, promover la vivienda en el centro, buscar atraer las actividades terciarias superiores, mejorar
la accesibilidad y movilidad y mejorar la imagen del Centro” (Jaramillo, 2006, p.22). Teniendo en
cuenta el mal estado de conservación del barrio y la existencia de las leyes de 1977 y 1980 que
ayudaron a dar vía libre al desarrollo del Plan Centro, en contraposición de la ley de 1963, única que
procuraba la protección de los inmuebles del barrio, en 1980 el BCH planteó el proyecto de
renovación urbana Nuevo Santa Fe, a cargo del arquitecto Rogelio Salmona, el cual tenía como
objetivo dotar de nuevos usos al barrio como por ejemplo el residencial, que tenía por tradición, pero
también incluyendo usos terciarios e institucionales (Plano 20). Dicho proyecto se manifestó con la
demolición de varias de las manzanas del barrio colonial para la construcción de torres de 5 pisos
que cumplieran dicho propósito.
La definición de las políticas para la realización del proyecto tardó desde 1980 hasta 1983, siendo
en el año siguiente cuando se inició la construcción del mismo de manera controversial dada la
destrucción total de la zona histórica. Esto generó varios debates entre la Academia Colombiana de
Historia (ACH) y el BCH, en contra del Concejo de Monumentos Nacionales (CMN) y la revista
54 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
PROA. En estas discusiones los primeros defendían la idea de solo conservar algunos edificios, entre
ellos la iglesia, ya que consideraban que no todo el barrio poseía los valores para su conservación,
totalmente opuesto a sus detractores quienes defendían el conservar todo un conjunto urbano dada
su importancia histórica para la ciudad. Los vecinos también jugaron un papel importante en este
debate, creando por su parte la Asociación de Vecinos de Santa Bárbara Centro, quienes de la mano
del CMN y PROA trataron de mover todos los hilos para conservar el barrio. Finalmente, luego de
las fuertes pugnas entre dichas entidades, el plan se llevó a cabo construyéndose aproximadamente
un 50% de este, pero igualmente, dejando arrasada casi en su totalidad el área que se tenía proyectada
para la realización del Nuevo Santa Fe.
La iglesia pierde su contexto inmediato, quedando amenazada por intervenciones futuras que no
respetaran sus valores urbanos. En el barrio, se ve arrasada la mayor parte de las manzanas y las
existentes, aunque conservan parte de sus construcciones, se van demoliendo dando paso a
parqueaderos. Fuente: Elaboración propia.
Con la destrucción casi total del barrio Santa Bárbara y de las construcciones de la manzana donde
se ubica la iglesia (Plano 21), a excepción de la actual estación de policía, se puede decir que, aunque
esta nació como un elemento aislado, su crecimiento fue paralelo al del barrio y por ende a la
urbanización alrededor del edificio. Esto hace posible afirmar que a través de las intervenciones del
BCH la parroquia perdió el contexto que ayudó a construir, que, de una u otra manera, definía el
carácter urbano del edificio y que ayudó a moldear a través del tiempo la arquitectura de la iglesia
misma. Ejemplo de esto último es el retroceso que generaba el atrio y la jerarquía en altura que esta
poseía dado el predominio de edificaciones de uno y dos pisos en el sector. Por otra parte, la
55
conservación de la iglesia es indiscutible ya que simplemente con este edificio se empezó el barrio
y le dio identidad. Ahora, es uno de los pocos vestigios que quedan de ese que fue uno de los primeros
y más importantes barrios coloniales de la capital.
Por otra parte, dada la norma que abarca las manzanas del frente, estas se ven amenazadas con una
posible demolición para dar paso a nuevos proyectos. Ejemplo de estos es el Proyecto Ministerios,
diseñado por el arquitecto Juan Pablo Ortiz, que a pesar de plantear una propuesta aterrizada en la
cual se pretende recuperar los valores urbanos y arquitectónicos de la época colonial, a través de la
construcción de patios y la recuperación de la escala urbana, como se ve en la Figura 10, actúa bajo
la venia de los entes administrativos distritales que aún le apuestan a la demolición del barrio y a la
nula conservación del patrimonio urbano.
56 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Don Lope de Céspedes, al igual que su padre el capitán Juan de Céspedes, fue un personaje influyente
en los primeros años de la recién fundada Santafé. Según Flórez de Ocariz (1990), fue este capitán
de caballos (definido como “[…] un soldado de caballería provisto de una coraza como armadura
defensiva y de una espada o hacha, y al menos una (Sic) arma de fuego, como armamento ofensivo.”
(Suarez, 2019)), quien como se dijo anteriormente, le sucedió a su padre las encomiendas entregadas
por Gonzalo Jiménez de Quesada, las cuales correspondían a Ubaque, Caqueza y Ubatoque. Fue
alcalde ordinario de Santafé en los periodos de 1577 y 1605, además de ocupar el cargo de procurador
general en 1579 y ser nombrado alférez mayor vitalicio. Estuvo casado en tres ocasiones, pero de
estos matrimonios no dejo descendencia legítima.
Algunos autores como Flórez de Ocariz (1990) cuentan que la casa de Don Lope de Céspedes
quedaba en la ubicación actual de la iglesia Santa Bárbara, lugar que en dicha época era denominado
como Teusaquillo. También Pedro María Ibáñez (1989) afirma que allí él tenía una estancia de pan
llevar, lo que según Nubia Moreno (2019), era una cantidad de tierra que se cedía por la
imposibilidad de trabajarla, en la cual se desarrollaban actividades agrícolas y de ganadería y que en
la colonia equivalía a 150 hectáreas aproximadamente. La ubicación de su vivienda en consonancia
con lo dicho anteriormente resulta atípica dado que cerca de la Plaza Mayor vivían las personas más
influyentes y adineradas como lo era Céspedes, por ende, se podría pensar que este posiblemente
tenía un solar cercano al centro de la ciudad.
Para entender como era el lugar donde se erigió la iglesia e igualmente donde se ubicaba la casa de
Lope de Céspedes, el artículo “Santafé de ciudad fundada a ciudad construida” de German Mejía
Pavony (2008) recopilado en el libro “Urbanismo y vida urbana en Iberoamérica colonial”, realiza
dos aportes importantes: en primer lugar, el autor afirma que el solar de Juan de Céspedes, padre de
Lope de Céspedes, se encontraba ubicado en la manzana que en la actualidad comprende al edificio
Murillo Toro (Figura 11), el cual fue precedido por la iglesia de Santo Domingo. En segundo lugar,
cuenta cómo fue el poblamiento del territorio en Santafé y cómo se complicó por diversos
levantamientos de indígenas que dejaban encomenderos muertos, obligando a estos últimos a la
58 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
construcción de casas amplias en donde pudieran residir algunos soldados para su protección.
Adicional a esto, menciona que en 1538 se dictó la cedula en donde se obligaba a los encomenderos
a construir casas de materiales duraderos como piedra, tapia y teja, esto con el fin de demostrar
poderío, pero también para procurar un asentamiento permanente en la ciudad.
Se expone la ubicación del solar de Juan de Céspedes (Amarillo) y de la hacienda de pan llevar
donde a manera de hipótesis, se deduce que vivía Lope de Céspedes (Rojo). Fuente: Elaboración
propia.
Teniendo en cuenta estas premisas es válido pensar que Lope de Céspedes poseía un solar producto
de la subdivisión del solar de su padre, lo cual, aunque es una suposición producto de las dinámicas
que se llevaban en la colonia, se desmiente, ya que en el año de 1550 se inició la construcción del
convento de Santo Domingo que ocupó dichos solares. Es así como se puede concluir, a manera de
hipótesis, que Lope de Céspedes si residía en el año de 1565 en el lugar donde se erigió la ermita a
Santa Bárbara, suponiendo según las condiciones de vida, una casa amplia con capacidad para
salvaguardar varios soldados, posiblemente construida en piedra o tapia y rodeada de tierras para el
cultivo, como se identificó en los antecedentes a la ermita.
Aclarado esto, la crónica tomada del libro de Pedro María Ibáñez (1989) y que este mismo tomo de
Don Pedro A. Herrán acerca de la fundación de Santa Bárbara cuenta que:
[…] se habían establecido Don Lope de Céspedes y su mujer doña Ana de Vásquez tenían
su estancia de pan llevar en el mismo sitio que ocupa hoy la parroquia de Santa Bárbara, en
las afueras de la ciudad de entonces […] Don Lope y su mujer Vivian allí tranquilos y llenos
59
Posterior a esto, siguiendo a Ibáñez (1989), Céspedes agradecido por el hecho de que ni él ni su
esposa salieran afectados y en conmemoración de su esclava fallecida, decidió en el año de 1565
erigir una pequeña ermita en el lugar donde se ubicaba su vivienda y la cual dedicó a Santa Bárbara,
consagrada como la madre de las tempestades y de la buena muerte. Finalizada la construcción, el
encomendero consiguió que en esta pequeña iglesia se pudieran realizar eucaristías, siendo esta en
tierra y techo de paja.
Para tener una noción de cómo era formalmente la ermita es prudente posar la mirada sobre la capilla
de El Humilladero (Figura 12) construida en 1544, o la tercera versión de La Catedral de 1572
representada por Luis Núñez Borda, las cuales, aunque se construyeron en años distintos, son
relativamente contemporáneas, lo que permite crear una imagen de cómo podía ser esa primera
versión de Santa Bárbara. Es importante aclarar aquí que no se está afirmando que Santa Bárbara
haya copiado la forma de El Humilladero o La Catedral, lo que se busca es, dada la
contemporaneidad de las edificaciones, plantear una posible imagen para Santa Bárbara dada la
cercanía en el tiempo de las edificaciones demostrando un estado en el desarrollo tecnológico
constructivo en la ciudad de la época. Es así como se puede suponer que la ermita a Santa Bárbara
nació como un edificio de pequeñas proporciones y de una sola nave, construido en tierra y el cual,
a diferencia de El Humilladero con su techo en teja, tenía techo de paja, cuya fachada contaba con
una puerta que daba acceso y como extensión de la fachada, sobresalía una pequeña espadaña, tal
como se representó en la Figura 13.
La corrupción que existía en la época de la colonia por parte de los encomenderos los conducía en
muchas ocasiones a no construir los templos para que se llevara a cabo la respectiva evangelización
de los indígenas, esto permite fácilmente suponer que la iglesia de Santa Bárbara, además de una
ofrenda, nació para suplir las necesidades de adoctrinamiento de los repartimientos que poseía Lope
de Céspedes, ya que posiblemente no tenían iglesia propia. Ahondando en el archivo, esta posibilidad
se puede desmentir debido a que como cuenta Angulo (1602-1625), los pueblos de Ubaque, Caqueza
y Ubatoque si tenían iglesia que no correspondía a Santa Bárbara. Es en el año de 1602 cuando se
mandó a construir las iglesias de los pueblos de Ubaque y Caqueza con los elementos constructivos
característicos de los templos doctrineros, reflejados en el contrato de la iglesia de Caqueza. También
60 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
se ordenó que en esta última capilla asistiera el pueblo de Ubatoque para recibir la doctrina. De esta
manera se descarta la posibilidad de que Santa Bárbara hubiera nacido para dicha función de
adoctrinamiento a las encomiendas de Céspedes, aunque luego de su erección como parroquia y con
el incremento demográfico, posiblemente va a suplir esa necesidad de los pueblos de indios que le
fueron asignados.
Desde el ascenso a parroquia, las distintas iglesias que cumplieron esta función fueron creando sus
respectivos libros parroquiales en los cuales se dejaba registrado, todo acto religioso y sacramental
que hacia la iglesia para la comunidad. En la actualidad esta información se encuentra custodiada
por el Archivo de Bogotá, ente que se ha encargado de conservar la documentación en el tiempo y
como quedó estipulado por las partes según la guía del fondo, solo se podrá consultar hasta dentro
de cien años. La guía del fondo parroquia Santa Barbara, es un documento de carácter descriptivo
en el cual se cuenta cuantos y en qué estado se encuentran los distintos folios pertenecientes al fondo.
De este documento llama la atención que, en la reseña histórica se afirma que a Santa Bárbara:
[…] le fueron agregados los pueblos de indios denominados Sisbativa y Teusaquillo asignados
como parte de la feligresía, razón por la cual, la sacristía de la Iglesia se convirtió en la primera
escuela de lengua chibcha que tuvo la ciudad y a la que debían acudir los curas venidos de
España para aprender la lengua nativa antes de recibir el cargo de doctrineros. (Pecha, 2011,
p.3)
Con esto se puede decir que la parroquia, aunque funcionó como un ente altamente participativo en
las decisiones políticas, administrativas y religiosas de la urbe, este espacio fue también una escuela
para curas que potenció el adoctrinamiento en el Nuevo Reino de Granada. Esta información, aunque
queda en duda debido al no encontrarse sustentada con una fuente primaria, podría dar una noción
de la importancia de Santa Bárbara para el adoctrinamiento en territorio americano, y, por otra parte
dar una razón más para su conservación.
Esta nueva connotación que adquirió Santa Bárbara al convertirse en parroquia e iglesia con un
feligresado indígena, cambió su funcionamiento y el cómo era percibida. De esta manera en la
iglesia posiblemente se llevaron a cabo los protocolos para cumplir con el adoctrinamiento,
descrito por Guadalupe Romero en su tesis doctoral sobre los pueblos de indios. La evangelización
de los indios en Santafé, según Romero (2008), radicaba básicamente en enseñar a los indios la
señal de la cruz, la existencia del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y entenderlos como un solo
62 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
ente, enseñar la confesión de la mano de las distintas oraciones como el Ave María, el Padre
Nuestro, el Credo y el Salve Regina. Para poder impartir esta doctrina, los indígenas tenían que ir a
misa todos los domingos (a excepción de los niños menores de ochos años los cuales debían ir
todos los días tres veces al día) la cual se avisaba poniendo a sonar la campana por quince minutos.
En segundo lugar, reforzando lo dicho por Mejía Pavony acerca del barrio Santa Bárbara, la
percepción del barrio como un lugar de indios y su constante menosprecio por parte de los demás
sectores de la ciudad, se vio reforzado por esa condición de la iglesia de Santa Bárbara como
parroquia y como iglesia con feligresía mayoritariamente indígena.
Según los cronistas y con base en el texto de Ibáñez (1989), el 4 de diciembre de 1593 se buscaba
celebrar el día de la mártir Santa Bárbara a través de una procesión, la cual no se pudo llevar a cabo
dado que un canónigo argumentó que no se había votado para que se realizara el acto. Ese mismo
día, a las dos de la tarde, cayó un rayo sobre la casa del canónigo provocando el temor de todos los
habitantes, los cuales aterrorizados al siguiente día realizaron la procesión y con presencia del
cabildo y la Real Audiencia renovaron los votos de fe hacia la santa, decretando que cada 4 de
diciembre se realizara la procesión a Santa Bárbara. Acontecidos estos hechos y con la puesta en
marcha de la mita urbana que incrementó la población en la ciudad, su casco urbano y posiblemente
el feligresado, el párroco se preocupó por brindarle a Santa Bárbara un nuevo y más grande templo,
el cual se financió a través de la limosna y se terminó para el año de 1630. La construcción de este
nuevo edificio implicó la demolición del templo fundacional.
Según Ricardo Peñaranda, quien realizó un estudio histórico de la iglesia que reposa en el Ministerio
de cultura, esta nueva iglesia fue la construcción primaria a la cual se le adosaron las capillas laterales
y la cual describe como “[…] de una nave, con una pequeña torre a los pies en el costado sur que
conducía a un antiguo campanario o al coro alto como hoy.” (Peñaranda, 1983, p. 32). Con esta breve
descripción y basándose en una revisión de la materialidad de la iglesia, en donde la nave central
posee muros de tapia pisada con verdugadas en ladrillo, se podría afirmar que también poseía un
arco toral en ladrillo y el presbiterio, cuya cubierta se encontraba sobreelevada con respecto a la nave
(Figura 14). Es importante anotar que existían tres ventanas a lado y lado de la nave, ya que entre el
cielorraso y la cubierta se logran apreciar los vanos tapiados con adobe, lo cual indica que a los
costados de la nave central no existía construcción alguna, permitiendo que estas ventanas
funcionaran hasta la fabricación de las capillas laterales, que obligaron a extender la cubierta hacia
los lados produciendo el bloqueo de luz natural a las ventanas altas y su posterior sellamiento. De
esta primera construcción hay que destacar el valor de antigüedad de todo el volumen de la nave
63
central y del coro, siendo estos espacios el vestigio que aún se conserva de esta primera fábrica que
fue la base para el posterior crecimiento del templo (Figura 15).
Coro
Presbiterio
Presbiterio
Coro
De esta primera fábrica que corresponde a la actual nave central, se piensa que sirvió como base
para el crecimiento posterior de la iglesia. Fuente: Elaboración propia.
En la imagen se ve el coro soportado por dos columnas en piedra tallada. Este espacio cobra gran
valor para la iglesia siendo de los más antiguos, posiblemente, con algunas variaciones, hacía parte
de la versión de la iglesia de 1630. Fuente: Elaboración propia.
Comparativamente, la iglesia de Santa Bárbara poseía todas las características generales de las
iglesias para el Nuevo Reino de Granada, con algunas diferencias respecto a otras ampliamente
difundidas por el territorio. Por ejemplo, con respecto a las iglesias de doctrina dedicadas
específicamente para la evangelización, cuya tipología describe Sandra Reina como:
[…] edificios sencillos, de una sola nave, con algún tipo de separación entre dicha nave y el
presbiterio, ya fuera a través de un arco toral, de gradas o de cambio de nivel en la cubierta.
64 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Además de la condición de que el presbiterio debía ser de un tercio del largo total de la iglesia y se
hacía recurrente la presencia de un altozano o atrio. El programa de las iglesias de doctrina poseía
sutiles variaciones en virtud del uso, como lo describe Angélica Chica (2015), pues contaba con
sectores claramente diferenciados dependiendo del estado de conversión de los habitantes, además
de los espacios específicos ligados al adoctrinamiento arriba descrito.
En contraste a esta, se encuentra la iglesia de Santa Clara, un templo dedicado a una orden religiosa,
lo que implicaba un uso y dinámicas totalmente distintas en el espacio. Es así como el convento de
Santa clara:
[…] fue fundado en 1.629 por el arzobispo Hernando Arias de Ugarte. Posteriormente, el
Maestro Mayor Matías de Santiago dio inicio a la construcción de la iglesia que se terminó
en 1.647 La iglesia, de una sola nave, fue diseñada para que las monjas del convento
tuvieran acceso a los oficios religiosos. (Castaño, 1996, 14 de septiembre)
De esta manera se erige una iglesia de una sola nave a la cual se accede por un costado a través de
una puerta con una portada de piedra, un presbiterio a mayor altura que el resto de la nave, divididos
entre sí por un arco toral; a los pies de la iglesia, un coro alto cerrado con una celosía para que las
monjas pudieran acceder al acto religioso sin tener contacto con el resto del público. En la fachada
se extiende una espadaña esquinera, unas ventanas altas para la iluminación de la nave y al interior,
un cielorraso abovedado pintado, sobre el que reposa la cubierta en teja de barro como se evidencia
en la Figura 16.
65
Habiendo descrito entre muchas, tres iglesias completamente distintas en cuanto a su función, siendo
Santa Bárbara una parroquia casi contemporánea a Santa Clara, una iglesia adosada a un convento,
y en contraposición a la tipología de iglesias de indios dedicadas a la evangelización, formal y
tipológicamente las tres presentan similitudes, y son algunos elementos sutiles los que modifican la
planta basilical presente en los tres casos. Es entrando en el detalle cuando se hallan las diferencias
significativas que dotaban a los espacios eclesiásticos de una función particular, como era el caso de
los mecanismos de aislamiento de las monjas en Santa Clara o la existencia de la antecapilla para el
adoctrinamiento en las capillas de indios, totalmente diferentes a la iglesia de parroquia abierta sin
subdivisiones o zonas de restricción visual y física.
De esta manera y apoyándose en la comparación de estos tipos de iglesia, se puede evidenciar que
Santa Bárbara, al igual que muchas iglesias, no se ajustaba formalmente a una tipología de edificio
en especifico. Esto permitía que cada iglesia tuviera elementos particulares que hacían de estas
construcciones únicas, al igual que elementos específicos, que las clasificaba en una tipología o una
actividad determinada. El caso de Santa Bárbara es importante, ya que, aunque su nueva construcción
se edificó cuando la iglesia ya recibía población indígena y posiblemente, evangelizaba esta misma,
66 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
este edificio no va a responder a la tipología de una iglesia de indios, debido a que no solamente
cumplía algunas funciones de adoctrinamiento, sino que también y principalmente era parroquia de
Santafé, atendiendo a población como españoles y criollos. Este detalle hizo del edificio un elemento
particular, producto de las relaciones entre las distintas comunidades étnicas y religiosas asentadas
en el territorio.
Finalizada esta primera construcción en 1630, la iglesia, al igual que la ciudad, inició un progresivo
y lento crecimiento basado en una relación simbiótica entre ambas. La condición de parroquia de la
iglesia impulsó el desarrollo urbano de la ciudad hacia la zona sur, lo que implicó una mayor cantidad
de feligreses, los cuales van a ser quienes promuevan la construcción de la misma, atrayendo nuevos
creyentes migrantes al barrio, en lo que configuró un sistema autónomo de crecimiento barrial y
parroquial. Este crecimiento urbano, como ya se dijo, fue muy lento en el siglo XVII, pero, en lo
concerniente a la iglesia, resultó crucial para conseguir gran parte de la estructura arquitectónica que
se logra apreciar en la actualidad.
Con el crecimiento poblacional en la ciudad también aumentó el número de devotos, los cuales se
agruparon en asociaciones civiles que compartían fines piadosos en común. Estas asociaciones se
conocieron en Europa y en el Nuevo Reino de Granada como cofradías, las cuales fueron una pieza
fundamental para el crecimiento y la construcción de varias de las iglesias en Santafé.
Aunque la definición de cofradía pareciese muy clara, es importante anotar que este fenómeno posee
una clasificación que las hace difícil de comprender. Es así como William Callaham (1998) basado
en varios autores plantea distintas clasificaciones de cofradías en España en el siglo XVI siendo
importante anotar la única característica la que las unía más alla que la religión y era el fin de caridad.
Con esto claro, Callaham clasifica las cofradías por el tipo de persona que participaba y el fin de
estas, destacándose: las sacramentales las cuales trabajan sin fines de previsión, las de profesiones
liberales conformadas por profesionales y artesanos y las de hermandad de socorro, que asistían a
sus integrantes y a los pobres. Aunque las cofradías se dedicaran o tuvieran miembros de distinta
índole, todas coincidían en trabajar para la caridad.
Otra clasificación que también brinda Callaham (1998) es un poco más desmenuzada clasificando a
las cofradías en: piadosas, constructivas, benefactoras, de la misma clase social, de igual etnia,
religioso políticas y finalmente recreativas. Con este pequeño esbozo sobre el aclarar el tema de las
cofradías se buscaba aclarar que no todas estas eran iguales y que se podían dedicar a distintos
objetivos independientemente de la adoración de un santo especifico o el servir dentro de una iglesia.
Es así que de las cofradías que participaron en la construcción de Santa Bárbara destaca y se podrían
67
clasificar por un carácter más constructivo y benefactor el cual se veía reflejado en la preocupación
por mantener un templo digno para Santa Bárbara,
De esta capilla se resalta el retablo y la pintura mural sobre el cielorraso y los muros de la misma.
Respecto a las demás figuras destaca en la mitad del retablo la figura de San Roque en su
coronación con un perro, a su derecha una estatua de la Virgen María y a la izquierda un San Jose.
Las demás pinturas las agrego el padre encargado con varios santos entre ellos Santo Tomas, San
Felipe, San Andrés, San Pedro, entre otros. Fuente: Elaboración propia
68 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Sacristía Baptisterio
San Roque
Sacristía
En este periodo de tiempo se presume que se construyó la capilla de San Roque, la sacristía y el
baptisterio. Fuente: Elaboración propia.
En la vista se destaca la presencia del retablo en madera con laminilla de oro, al igual que la
portada en mamposteria que conecta con el espacio de la sacristia. Es de anotar que la estatua
principal no hace referencia a la Virgen de la Leche sino a la Virgen de fatima, haciendo de esto
una posible modificacion en la iconografia de las capillas. A la izquierda se encuentra una estatua
de la inmacula concepcion. Fuente: Elaboracion propia.
Luego de este panorama sobre las primeras ampliaciones de la iglesia, construido a partir de una
hipótesis basada en el análisis del edificio y su función, aparecieron, según Corradine (2002), la
capilla de la Virgen de la Leche antes llamada De los Dolores (Figura 21), ubicada al occidente de
la sacristía, “ […] se levanta con motivo de la epidemia de viruela que afecta a Santafé durante los
primeros años del siglo XVII, durante el tiempo que se desempeñó como párroco el padre Bermúdez
70 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
de Salazar.” (p.223); y, en segundo lugar, la de Las Ánimas (Figura 22), presuntamente erigida en
1637, mismo año en que se fundó la cofradía que lleva su nombre, y que, siguiendo el texto de
Corradine, “ […] el señor Arzobispo, propicia la formación de una capilla independiente, la cual se
edifica sobre el costado sur de la nave principal, con amplitud suficiente como para poder albergar
el gran cuadro de esta devoción y contar además con iluminación lateral […]” (p.225). Para ese
momento se afirmaba la existencia de un cementerio cercano a esta última capilla, el cual debido a
las dinámicas de reducción del predio del edificio, desapareció posteriormente con la construcción
de casas adosadas a la iglesia. Estas adiciones se ven reflejadas en la Figura 23.
Esta capilla es una de las más importantes, en cuanto es la que acompañaba al cementerio que se
implantaba en este costado del predio. De izquierda a derecha se encuentran: una pintura de la
sagrada familia, Santa Bárbara con la torre que simboliza la santísima trinidad y finalmente, los
desposorios de la Virgen María. Fuente: Elaboración propia.
Virgen de la
Leche
Las Ánimas
Las Ánimas
Virgen de la
Leche
Para este año ya se ha construido la capilla de la Virgen de la Leche y se funda la cofradía de Las
Ánimas, construyendo la capilla que lleva su nombre. Fuente: Elaboración propia.
71
Montserrat Capelán (2013) afirma que la cofradía de Altagracia nació en 1614 en el Nuevo Reino
de Granada, en la zona donde actualmente se ubica Venezuela, esta organización estaba conformada
principalmente por indios, quienes iniciaron la construcción de templos dedicados a esta virgen hasta
pasada la mitad del siglo XVII. De acuerdo a esto, se podría suponer que la capilla de Altagracia
(Figura 24) perteneciente a la iglesia de Santa Bárbara y de la que no se conoce, como varias de las
otras capillas, fecha exacta de creación, apareció en la segunda mitad del siglo XVII, época en que
la cofradía inició su trabajo constructivo en el territorio, dando forma a un edificio similar al que se
ilustra en la Figura 25.
Esta capilla posee el acceso a la iglesia por la nave norte y es una de las más sencillas de la iglesia
en cuanto a su ornamentación. La única pintura que posee no corresponde a la que lleva por
nombre la capilla, sino que se trata de la virgen del camino. Fuente: Elaboración propia.
Figura 25. Iglesia de Santa Bárbara en la segunda mitad del siglo XVII
Virgen de
Altagracia
Virgen de
Altagracia
Se presume que para este año apareció la capilla de Altagracia, produciendo así un edificio casi
simétrico. Fuente: Elaboración propia.
72 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Con esta última intervención, se puede decir que los primeros años de la iglesia estuvieron marcados
por múltiples adiciones volumétricas, habiendo construido la nave central, las capillas de San Roque,
La Virgen de la Leche, Las Ánimas y Altagracia, además de la sacristía y el baptisterio, mostrando
así un gran interés por parte de las cofradías y del feligresado de ofrecer a la santa un templo amplio
y de buena factura. El siglo XVII en la iglesia Santa Bárbara va a ser fundamental para el edificio
que se posee en la actualidad, incluso podría afirmarse que gran parte de lo que se ve hoy data de
esa época.
En comparación con la fábrica actual de La Catedral (1538), construida en el siglo XIX, o Las Nieves
(1568), reconstruida en el siglo XX tras un terremoto, Santa Bárbara toma un valor de antigüedad
significativo para la ciudad, siendo la iglesia, en cuanto a la construcción de su templo, una de las
más antiguas de Bogotá, una joya invaluable de la arquitectura religiosa colonial. Vale decir que su
valor arquitectónico es de gran importancia dentro del contexto bogotano, ya que la iglesia hace parte
del fenómeno de crecimiento progresivo que se dio en algunas construcciones importantes de la
época. Es de los muchos edificios públicos que no se planificaron desde un comienzo y que fueron
creciendo progresivamente de acuerdo a las necesidades que el edificio padecía, formando un
edificio coherente y muy particular dada la asimetría de su planta basilical, además de ser uno de los
únicos vestigios materiales del proceso histórico de adoctrinamiento de indigenas en Santafé y por
ende en el Nuevo Reino de Granada. Adicional a esto, es evidencia del trabajo colaborativo y
benefactor de las cofradías en la colonia.
Con el progresivo crecimiento del templo a través de las capillas laterales que formaron la estructura
de tres naves que se conoce en la actualidad, la iglesia fue sufriendo una serie de intervenciones
espaciales y ornamentales que resultaron de gran importancia estética para la misma. Es así como en
1707 se inició la construcción del actual retablo principal con su respectivo sagrario, el cual se
aprecia en la Figura 26, obra que se le otorgó a Antonio de Acero. Las cofradías y los feligreses van
a ser un punto clave para el crecimiento y mantenimiento de las iglesias, incluso en la actualidad se
puede ver que son los mismos devotos quienes en los últimos meses han realizado mantenimientos
locativos a Santa Bárbara. Este fenómeno se evidenció en el pasado cuando la cofradía de Las
Ánimas, según Alberto Corradine (2002), llevó a cabo una serie de mantenimientos en el techo de
73
su capilla, al igual que el dorado del retablo en 1726; la reparación de algunas goteras y la
construcción de una ventana en 1735, que ya no existe; así mismo doraron el arco de la capilla,
instalaron un bastidor en la ventana y pintaron de blanco el espacio en 1736.
Se puede apreciar el retablo construido con laminilla de oro y de alto valor estético. Sobresale el
expositorio construido en el siglo XX, el cual se destaca por su gran tamaño que oculta el vano
que dejaba ver el camarín. Para su fabricación se reciclaron elementos de este último. En la parte
baja del retablo se destacan las estatuas de San Antonio de Padua a la izquierda, y Santa Cecilia
a la derecha. Fuente: Elaboración propia.
Con un barrio Santa Bárbara aún incipiente debido a su lento desarrollo urbano, una población que
progresivamente fue creciendo en el sector al igual que los cofrades en la iglesia, sumando la
condición de edificio exento que permitía aun la adición de volúmenes nuevos a la nave central, en
el año de 1740 se llevó a cabo una modificación espacial substancial en la configuración de la iglesia
y de la que podría decirse es la más importante de acuerdo al valor simbólico que sobre este nuevo
espacio se operaría.
Según Ibáñez (1989), los devotos no tenían una buena imagen que adorar, ya que consideraban que
el retablo recientemente construido no tenía la suficiente factura para dotarlo de algún valor, por
tales motivos y con la llegada al país del padre jesuita y escultor español, Pedro Laboria, se contrató
por el cura Francisco Dávila la fabricación de una figura de bulto de Santa Bárbara. Dicha figura,
siguiendo a Ibáñez, se entregó en 1740 por un costo de 355 pesos y se distinguió por ser tallada y
policromada (Figura 27). Enterados de la insatisfacción por parte de los creyentes hacia el retablo
74 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
por su bajo valor artístico según ellos, y con la adquisición de la nueva imagen de Laboria, continua
Ibáñez, bajo la dirección del cura Francisco de Olalla, se realizó la construcción del camarín, el cual
debía ser un espacio digno para poder albergar la imagen de Santa Bárbara. Esta estructura tuvo un
costo total de 3600 pesos dos reales terminada su construcción, el 4 de febrero de 1742 y financiada
en su totalidad por la cofradía de Santa Bárbara, la cual es fundada en 1615 por el cura Bernardino
del Castillo y Cárcamo (Ibáñez, 1989). El costo del camarín, tomado de “Crónicas de Bogotá”, se
dividió en los siguientes gastos:
Este espacio cobró gran importancia dentro del templo. En primer lugar, al encontrarse ubicado en
la cabeza y remate de la iglesia (Figura 28 y 29) se vio investido por una jerarquía espacial, y en
segundo lugar, al ser una construcción realizada para albergar y proteger la imagen de Santa Bárbara,
se convirtió en el espacio más sagrado e importante del templo en términos arquitectónicos,
compositivos y simbólicos.
El camarín, según Corradine (2002) conservó su uso y jerarquía hasta la segunda década del siglo
XX, cuando el padre Joselyn Castillo lo clausuró y dispuso un expositorio delante del retablo
principal, construyéndolo con piezas recicladas del antiguo espacio recién clausurado. Este se
convirtió en el lugar de residencia del párroco y posteriormente en un simple depósito. Con este
gesto, “[…] fue modificada sustancialmente la estructura espacial del templo, pues se suprime la
secuencia nave-presbiterio-camarín.” (Corradine, 2002, p.228), y no solo se ignoró la importancia
simbólica del camarín, sino que también se fragmentó con una operación arquitectónica que se
basaba en la conexión visual y espacial de los elementos de la nave principal. Con el cambio de uso
del espacio, la estatua también fue retirada de este y de la misma iglesia, ya que esta no brindaba los
75
suficientes protocolos de seguridad, de esta manera, fue trasladada al palacio arzobispal donde reside
en la actualidad.
Figura 27. Imagen de Santa Bárbara por Figura 28. Camarín construido por la
Pedro Laboria cofradía de Santa Bárbara
Camarín
Camarín
Con la aparición del camarín en esta fecha, esta será la apariencia de la iglesia durante todo el
siglo XVIII e inicios del XIX. Fuente: Elaboración propia.
En el año de 1772, Manuel de Guirior se convirtió en el nuevo virrey a cargo del territorio de la
Nueva Granada y durante su primer año de mandato, ordenó que se realizara uno de los primeros
censos conocidos en el territorio de Santafé. Según la base de datos de la página web de “Tejiendo
la ciudad”, desarrollada por el arquitecto Rodrigo Sánchez Méndez (2018), en el censo de Guirior la
ciudad de Santafé contaba con una población de 16.233 habitantes que, comparada con el año de
1600, en el cual, siguiendo al autor, se estimaba una población de 4.275 habitantes, permite concluir
que la población se había cuadruplicado en un lapso poco mayor a 150 años. En 1774, teniendo en
cuenta este crecimiento poblacional y urbano, y sobre todo el cambio hacia una administración civil
y religiosa dictaminada por los Borbones, Guirior modificó la forma en que se gobernaba la ciudad,
pasando del sistema de parroquias a uno de barrios y cuarteles, en el cual, Santa Bárbara no se
subdividió, conservando así su jurisdicción original. Esto indica que el barrio no había crecido lo
suficiente como para ser subdividido como si lo hicieron con otras parroquias. Con esta subdivisión,
el padrón realizado en 1824 arrojó una población de 26.747 habitantes en Santafé, mostrando así que
la ciudad durante el transcurso del siglo XIX sufrió una aceleración en la densidad poblacional
respecto a siglos anteriores, la cual se dispararía exponencialmente a mediados del siglo XX (Figura
30).
77
En la tabla se puede ver el lento crecimiento poblacional en la ciudad hasta mediados del siglo
XIX, donde incrementara levemente para luego dispararse desde inicios del siglo XX. Fuente:
Recuperado de Tejiendo ciudad, 2020, (https://badac.uniandes.edu.co/hd/tejiendolaciudad/)
Con estos aumentos poblacionales que se vieron posiblemente reflejados en el aumento de devotos
y de cofrades, la iglesia no sufrió grandes cambios, a excepción de algunos mantenimientos locativos
realizados en la capilla de Las Ánimas y otros realizados tras los sismos ocurridos en 1826 y 1827.
Estos cambios de bajo impacto permiten, a través de los archivos, saber qué elementos poseía la
iglesia que ya no se conservan o se han visto modificados. Según la cronología constructiva realizada
por la Arquitecta Leonor Gómez (1997) que reposa en el Ministerio de cultura, el 17 de junio de
1826 y el 16 de noviembre de 1827 Bogotá fue víctima de sismos que afectaron la iglesia,
produciendo agrietamientos en el remate de los arcos hechos en ladrillo que comunicaban las capillas
y daños sobre la pared de la sacristía.
Otro de los elementos que se vio afectado fue el campanario, el cual se documentó como en ruina
total y se intervino hasta 1828 “[…] se procede a arreglar el campanario, reparando su corredor o
balcón interior, re entejándolo y enmaderándolo completamente […] también es explicita la
indicación de haberse abierto en ese momento el vano para la puerta que conduce al coro y al
campanario […]” (Corradine, 2002, p.227). Con esta descripción se hace evidente la existencia de
un balcón en el campanario además de la existencia del vano, tapiado en la actualidad, que daba paso
a este elemento, el cual representó Alberto Corradine en su trabajo de 1983 y que se ve en la Figura
31. También es importante anotar que la necesidad de iluminación de la nave central y su solución a
través de ventanas altas (Figura 32) se dio anterior a estos sismos, ya que también aparece anotado
78 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
que estos elementos de iluminación son afectados en 1826 y posteriormente son arreglados por el
maestro Dionisio Roa. Hay que aclarar aquí que la ubicación, la forma y la cantidad de dichos
elementos no es la misma que se aprecia en la actualidad.
Según Philip Koloski (2017) las torres de las iglesias tienen un origen principalmente bíblico, siendo
una representación de Dios, ya que en varios pasajes de la Biblia se le describe a este como una torre
en donde cualquiera que se resguarde estará a salvo. Dado que la altura también es una representación
de estar más cerca de Dios, la torre se usa para indicar donde se encuentra este, al igual que su tamaño
indica la importancia de la iglesia y el tamaño de la población de feligreses, siendo las torres más
altas aquellas que poseen las catedrales. Las torres, siguiendo con el autor, son el indicio más claro
para identificar una iglesia en el paisaje urbano, caracterizándose por ser estructuras verticales
adosadas o separadas del resto de la iglesia, con la función de albergar las campanas para hacer el
llamado al acto litúrgico. Finalmente, y reforzando esta idea:
79
Las torres campanario también se usaban para recordar a la comunidad local que
permaneciera centrada en Dios. Los demás edificios seglares se construían normalmente más
bajos que la torre de la iglesia, convirtiendo a la iglesia local en el edificio más alto e
importante de la localidad. No podías ir a ningún lugar de la ciudad sin ver el campanario y,
como resultado, recordar tu deber hacia Dios. (Koloski, 2017, 12 de septiembre)
Figura 33. Grabado de 1933 por Ortega Figura 34. Foto de la segunda mitad de
Ricaurte siglo XIX
Este grabado se hizo con base a la Se cree que esta es la primera foto de la
primera foto que se conoce. Acá destaca iglesia correspondiente al siglo XIX,
el estado del atrio antes del enchape en aquí destaca el detalle de la espadaña
piedra. Fuente: Ibáñez P. (1989) norte construida a mediados de este
Crónicas de Bogotá. Tomo I. Tercer siglo. Fuente: Recuperado de
mundo editores. Bogotá. Colombia Facebook/Fotos Antiguas Bogotá, 2020,
(https://www.facebook.com/groups/fotos
anttiguasbogota/)
Teniendo en cuenta estas características de las torres y de la expansión de la ciudad que se evidenció
en el plano de 1849, en donde se mostraba un barrio de Las Cruces incipiente, y siguiendo la
cronología constructiva de la iglesia Santa Bárbara de Gómez (1997), en el año de 1850 se construyó
80 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
sobre la fachada, en el costado norte, una espadaña esquinera de grandes proporciones, posiblemente
respondiendo al fenómeno de ampliación de la ciudad, que obligaría a la iglesia a sobresalir entre el
espacio urbano en busca de un mayor impacto en el territorio y por lo tanto una mayor atracción de
fieles. Consultando fotos, relacionando unas con otras y contraponiéndolas a la información histórica
que se posee de la iglesia, aparece una foto (también realizada en un grabado por Ortega Ricaurte en
1933, retratado en la Figura 33) posiblemente de la segunda mitad del siglo XIX (Figura 34), en
donde se logra ver una espadaña de esquina con ochave en el centro, con un vano en cada uno de los
planos, cada uno con su respectiva campana, siendo el que da a la fachada principal de mayor tamaño
que los otros dos; arriba del vano central se encuentra un oculo enmarcado por una voluta a cada
lado y finalmente rematando la espadaña con tres pequeños pináculos. Es posible que esta foto
corresponda a esta representación de la espadaña, ya que se nota la ausencia de piedra sobre el atrio,
elemento que será dispuesto solo hasta 1892. Esta intervención se logra evidenciar en la Figura 35.
En este año apareció la espadaña norte, de la que, a diferencia de la torre del plano de Joseph
Aparicio Morata de 1772, se tiene registro que se construyó en 1850 evidenciándose igualmente en
la foto que se presume es de esta época. Fuente: Elaboración propia.
Desde la fundación de la iglesia, pero sobre todo desde la construcción de la primera sección del
templo en 1630, Santa Bárbara dispuso de recursos suficientes, además del auxilio económico de
varias cofradías, que ayudaron a que esta a través de los años se mantuviera en buen estado y
continuara en un constante crecimiento. Esto se vio afectado por una primera crisis económica de
origen político en la segunda mitad del siglo XIX; en 1860 se llevó a cabo la Guerra Magna la cual:
[…] se inició con una rebelión dirigida por el gobernador del Estado del Cauca, el general
Tomas Cipriano de Mosquera, por las diferencias surgidas entre el gobierno central y
algunos gobiernos regionales, en relación con la autonomía que debían tener los estados en
un régimen federal. (Rodríguez, 2006, p.182).
81
Básicamente esta guerra fue una pugna entre liberales y conservadores en la cual obtuvieron la
victoria los primeros, imponiendo el gobierno de Tomas Cipriano de Mosquera, lo que implicó el
derrocamiento del presidente de turno Mariano Ospina Rodríguez.
De esta manera, las iglesias y las cofradías perdieron casas, templos, claustros, predios, etc., los
cuales, en muchas ocasiones, fueron empleados para usos de carácter estatal.
Puesto en marcha dicho decreto, la Iglesia de Santa Bárbara se vio perjudicada económicamente en
cuanto se “[…] afectó seriamente las rentas de la parroquia al serle confiscada una serie de casas,
locales y otros bienes, de los cuales derivaba seguramente el grueso de sus ingresos […]” (Peñaranda,
1983, P.20). De la misma manera, seguramente, varias de las cofradías que estaban adscritas a esta
iglesia perdieron propiedades, lo que afectó el desarrollo físico del templo. Este hecho histórico que
perjudicó la economía de la iglesia es de suma importancia, ya que posiblemente tras la pérdida del
grueso de su músculo económico con la desamortización, Santa Bárbara empezaría a sufrir ciertos
deterioros físicos que ya no podían intervenirse con la misma facilidad de antes. Posteriormente se
realizaron algunas reparaciones con los pocos dineros que Santa Bárbara y las cofradías aun poseían
y donaciones de capital privado. Toda esta situación hizo que la iglesia no tuviera grandes
modificaciones hasta finales del siglo XIX.
Con las distintas pugnas bipartidistas que se llevaron a cabo en los siguientes años, según Alberto
Escobar (2004), el clero abandonó la política en el país y su protagonismo en la vida civil fue
82 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
muchísimo menor gracias a las medidas impuestas por los liberales, los cuales, perdieron
popularidad debido a las malas decisiones gubernamentales que se reflejaban en cierto atraso en el
país. Con este panorama político, Rafael Núñez se postuló para la presidencia, apoyado en algunos
liberales independientes, ganando las elecciones de 1880 e iniciando su primer mandato en la
dirección del país. Con la entrada de este nuevo presidente, ambiguo políticamente, dado su origen
liberal, pero de políticas estrictamente conservadoras, se buscó remplazar la anarquía por el orden,
en cuanto este “[…] comprendió la necesidad de colocarle un piso moral al país, que no podía ser
otro que la religión, y la religión católica concretamente.” (Elorza (Ed), 1999, p. 796). De esta
manera, siguiendo con Escobar (2004), volvieron los obispos anteriormente expulsados al país y con
la Constitución de 1886 se le devolvió gran parte del poder a la iglesia, además de dictaminar que
la enseñanza en las escuelas debía ir acompañada de la catedra religiosa; posteriormente se firmó el
Concordato en 1887 entre Colombia y el Vaticano, donde quedó estipulada la estrecha relación entre
el estado de Colombia y la fe católica, además de otros acuerdos de indemnización hacia la iglesia
dirigidos a subsanar los daños causados por las políticas liberales.
Con el retorno de la religión católica en la participación del estado colombiano, esta patrocinó la
construcción de nuevas iglesias y la intervención de otras tantas, entre las que posiblemente se
encontraba Santa Bárbara, la cual reportó nuevas reformas físicas durante la década de los 80 del
siglo XIX. La primera gran intervención de estos nuevos tiempos se realizó en 1880, para este año,
acorde con el nuevo pensamiento que se venía gestando, se buscó eliminar el lenguaje colonial en
esta iglesia, caracterizado hasta el momento por ser muy sobrio en cuanto a la ornamentación, vanos
pequeños, fachadas blancas, estructuras de cubierta en par y nudillo a la vista, produciendo un
estrepitoso cambio en la fachada basado en mostrar un lenguaje arquitectónico más republicano,
basado en el pensamiento academicista que se estaba gestando a finales de siglo XIX, mostrando así
en el edificio elementos que evocaban un lenguaje más neoclásico.
Es así como en el exterior se ocultó la cubierta a dos aguas subiendo un poco más el muro de fachada
generando una especie de fronton, se eliminó la portada colonial en piedra presente en la foto de
mediados del siglo XIX, se modificó la ventana superior por una semicircular y finalmente se
remplazó el color blanco característico por un enchape en ladrillo sobre toda la fachada; en el interior,
el cambio se dio a través de la mutilación de los canes, que sostienen los tirantes dobles, para la
instalación de una gran cornisa y un cielo raso de láminas troqueladas que ocultaba los pares de la
cubierta (Figura 36 y 37). Comparando esta información con otro grabado de Ortega Ricaurte (Figura
38), en este último se evidencia la transformación antes descrita que sufrió la fachada, pero con
presencia aun de la espadaña norte, la cual posee un lenguaje totalmente distinto al antes visto en la
83
foto. De acuerdo con la información suministrada por Gómez (1997), esta espadaña y su compañera
en el sur, fueron demolidas en el mismo año.
Figura 36. Cielorraso tras las reformas de Figura 37. Coro y escaleras a la espadaña
1880 norte
Continuando con las mejoras en la iglesia, en 1892 se recibió una donación de 100 varas cuadradas
de piedra, las cuales se usaron para la construcción del atrio y la baranda que lo acompañaba, obra
realizada bajo la dirección del párroco Carlos Torrente. Cruzando esta información con la antes
mencionada acerca de la demolición de la espadaña en 1880, y el grabado de Ortega en el cual se
puede observar la nueva fachada con la espadaña norte, pero sin la sur y el atrio en piedra con su
baranda, es posible pensar que la espadaña norte no se derribó, solamente sufrió una remodelación
acorde a la nueva fachada, ya que continuó apareciendo cuando ya existía el atrio, el cual se
construyó posteriormente a la supuesta demolición.
84 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Figura 38. Grabado de Ortega Ricaurte luego de las reformas de 1892 en Santa Bárbara
Aunque la advocación de María Auxiliadora se veneraba casi que desde el siglo I, esta no se
reconocía oficialmente con este nombre, fue hasta el año de 1862 cuando de la mano de San Juan
Bosco se abrió esta opción oficialmente, convirtiéndose en una de las figuras principales de
adoración por parte de la comunidad salesiana. Dicho esto, y con la apertura que se les dio
nuevamente a las comunidades religiosas al país en los años ochenta del siglo XIX, la comunidad
salesiana ingresó al país en el año de 1890, inaugurando al siguiente mes de su arribo el colegio León
XIII, la primera obra de dicha comunidad en territorio colombiano (Oficina Arquidiocesana de
Comunicaciones, 2016). De esta manera se podría pensar que a finales de dicho siglo pudo aparecer
la capilla dedicada a María Auxiliadora en la iglesia de Santa Bárbara (Figura 39), obra que
posiblemente pudo realizar la comunidad salesiana en la iglesia. Respecto a esto, es importante
anotar que, aunque no se encontraron indicios de comunidades religiosas en América que veneraran
a la Virgen de la Valvanera (Figura 40), lo que impide datar las construcciones en su nombre, esta
capilla y su respectivo camarín posiblemente ya se habían erigido para esta época, configurando así
la estructura de la iglesia de tres naves, como se representa en la Figura 41.
Figura 39. Vista capilla de María Auxiliadora
En la imagen se logra ver parte del cielorraso abovedado de la capilla, además de su retablo en
madera enchapada con laminilla de oro. En las pinturas del retablo se encuentran de izquierda a
derecha: San Jose con el niño Jesús, la virgen del Carmen con las carmelitas y finalmente un Santo
Eccehomo. Fuente: Elaboración propia.
Pese a la poca información que se conoce sobre esta capilla que podría indicar su poca
importancia, esta posee un camarín que la dota de cierto valor para el edificio. Llama la atención
que la estatua no corresponde a la de la Valvanera sino a una copia de la Santa Bárbara de Pedro
Laboria. Fuente: Elaboración propia.
86 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Virgen de la
Valvanera
María Auxiliadora
María Auxiliadora
Virgen de la
Valvanera
La foto permite ver la fachada plana de la casa que se adosó a la iglesia, impidiendo apreciar la
fachada de esta última. Se alcanza a ver parte de la fachada modificada a finales del siglo XIX.
Fuente: Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá, 2020,
(https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/)
Como se describió anteriormente, con la degradación del barrio Santa Bárbara empezó a emerger
una economía más popular y una nueva población que buscaba ocupar más área del suelo,
aumentando así los tugurios. Esto afectó de tal manera a la iglesia Santa Bárbara, que posiblemente
a finales de siglo XIX apareció la construcción que se adosó en su costado oriente y norte (Figura
42), montándose sobre el camarín, disminuyendo su importancia, por una parte, y por otra, ocultando
totalmente el edificio. Esta nueva construcción se fusionó con la fachada principal, modificándola,
87
De acuerdo con la lógica del crecimiento de la ciudad en donde se buscaba densificar mas el centro
y el posiblemente generar un punto de referencia en el paisaje urbano, según Patricia Pecha (2011)
en el año de 1925 la iglesia sufrió una nueva adición substancial, a través de la, ahora sí, demolición
de la espadaña norte y la construcción de una torre de grandes proporciones de la mano del párroco
Rafael Camargo. Esta se construyó, probablemente, con la intención de dar una mayor relevancia a
la iglesia en la ciudad o tambien, cabe la posibilidad, de brindar a la iglesia un elemento mas firme
y de mayor dignidad para la iglesia, continuando este con el lenguaje que tenía la fachada en ese
entonces. Dicha torre estaba conformada de cuatro cuerpos (tres de planta cuadrada y el remate de
planta octogonal) acompañados de vanos con arcos de medio punto, poseía aproximadamente el
doble de la altura de la fachada y en su interior se alojaba las campanas de la iglesia (Figura 43).
Se puede identificar la gran escala que poseía la torre en relación al templo existente. Igualmente
destaca la presencia de color en algunas cornisas y aristas de la torre y la fachada. Fuente:
Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá, 2020,
(https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/)
88 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
En la foto se alcanza a ver el gran faltante que dejó el cañonazo que impacto contra los
francotiradores el 9 de abril de 1948. Fuente: Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá,
2020, (https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/)
La torre se mantuvo en buen estado hasta el 9 de Abril de 1948 cuando, según las crónicas, con los
disturbios que se estaban realizando en Bogotá producto de la muerte del caudillo Jorge Eliecer
Gaitán, un grupo de francotiradores se alojaron en la torre de la iglesia de Santa Bárbara y empezaron
a disparar indiscriminadamente contra la gente en la calle, al ver este terrible acto, un tanque del
ejercito arremetió contra los hombres armados, produciendo así la muerte de estos por una parte y
por otra, la destrucción de la parte alta del campanario. (Peñaranda, 1983) Este daño es retratado en
la Figura 44.
La iglesia permaneció con la torre destruida hasta 1953, cuando el arquitecto Carlos Ulises
Salamanca realizó una nueva restauración, cuyo principal objetivo era recuperar el lenguaje colonial
de la iglesia. Es interesante como Salamanca, a pesar de que el campo de la restauración en el país
aún no estuviera cimentado y no existieran leyes que salvaguardaran el patrimonio construido,
realizó este proceso partiendo de un criterio de recuperar el lenguaje colonial, tratando de respetar la
obra y sus valores. Bajo esta premisa, reconstruyó nuevamente la espadaña sur, demolió la torre
averiada por el cañonazo, agregada a comienzos de siglo, y en remplazo de esta construyó una
espadaña esquinera muy parecida a la que se encontraba en el siglo XIX, con unas proporciones
ligeramente mayores, las cuales permiten diferenciar, a través de la documentación, la nueva de la
vieja. Se retiró todo el enchape en ladrillo de la fachada, modificó la ventana semicircular y recuperó
la rectangular, reconstruyó las dos portadas coloniales que existían antes de la remodelación y agregó
la hornacina sobre la fachada norte, todo esto evidente en la Figura 45. En términos espaciales,
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modificó totalmente el atrio, eliminando las escaleras que subían desde el sur, dejando un espacio
de un solo acceso, además, completó todo el cuerpo de la nave sur a través de la construcción de la
última capilla registrada: La Inmaculada (Figura 46).
Se aprecia como luego de la restauración se recuperó la imagen de la iglesia de finales del siglo
XIX, a partir de la demolición de la torre y la construcción de la nueva espadaña, similar a la de
1850. Fuente: Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá, 2020,
(https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/
Aunque la capilla es de las más recientes, su retablo conserva cierto valor artístico, conformado por
tres calles, una central con una virgen María y un niño Jesús, y dos ángeles cada uno en una de las
calles laterales. A la izquierda se encuentra el vano que conducía a los antiguos osarios, hoy
clausurados. Fuente: Elaboración propia.
90 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
El final del siglo XIX y la primera mitad del XX fueron épocas de grandes modificaciones para la
iglesia, expresadas en cambios en la fachada y en la espacialidad misma, pero, sobre todo, en el
elemento denominado espadaña o torre, el cual fue de los más cambiantes y sobre el que quedan aún
bastantes incógnitas. Para la realización de este estudio y tras la recolección de información, fue
posible encontrar cinco versiones graficas del elemento que acogió la campana y que se ubicó en el
costado norte de la fachada principal, las cuales datan así: 1772 (Figura 47), 1850 (Figura 48), fines
del siglo XIX (Figura 49), inicio de siglo XX (Figura 50) y 1953 (Figura 51).
Figura 47. Figura 48. Figura 49. Figura 50. Figura 51.
Torre de Espadaña de Espadaña de Torre de Espadaña de
1772 1850 fines del 1925 1953
siglo XIX
Figura 47. Torre de 1772. Fuente: Vargas J. (2007) Historia de Bogotá. Conquista y
colonia. Villegas editores, Alcaldía mayor de Bogotá. Bogotá. Colombia.
Figura 48. Espadaña de 1850. Fuente: Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá,
2020, (https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/)
Figura 49. Espadaña de fines del siglo XIX. Fuente: Ibáñez P. (1989) Crónicas de Bogotá.
Tomo I. Tercer mundo editores. Bogotá. Colombia.
Figura 50. Torre de 1925. Fuente: Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá, 2020,
(https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/)
Figura 51. Espadaña de 1953. Fuente: Recuperado de Facebook/Fotos Antiguas Bogotá,
2020, (https://www.facebook.com/groups/fotosanttiguasbogota/
Una de las mayores preguntas respecto a este tema, es la torre que aparece en el plano de 1772. Aquí
se logra evidenciar un elemento de grandes proporciones, con ventanas y un remate con chapitel, del
que no se conoce ninguna información, ya que recién construida la iglesia en 1630 solo se nombra
la espadaña sur y es hasta 1850 que ya aparece nuevamente un elemento donde se ubicaba esta
supuesta torre. Otra duda que se genera es concerniente a la segunda versión de la espadaña, ya que,
aunque la información escrita apunta a que fue demolida, la gráfica indica que se mantuvo en pie
por lo menos hasta cuando aparece el atrio en 1892, con modificaciones parecidas a las que sufrió la
91
fachada en general, pero se mantuvo dicho campanario. Finalmente, cabe aclarar que, aunque suele
confundirse la torre que aparece en las imágenes de 1772 con la de 1925, la datación de las fotos e
información analizada acá presentadas, permite asegurar que son dos elementos totalmente distintos.
Dado el importante cambio del que fue producto la espadaña norte, se puede decir que, aunque la
torre apareció casi que en la mitad de la historia que conocemos de la iglesia, este no es un elemento
que nació con la misma, lo que lo convierte en un elemento que se adicionó con el tiempo, al igual
que las capillas laterales. Este hecho implica que aunque fuera posible reconstruir la torre, dado el
valor histórico y el impacto que tuvo por generaciones en la sociedad bogotana, incluso, teniendo en
cuenta la información que evidencia su existencia, el hacerlo no obedecería a los fines de una
restauración, la cual busca entender el edificio y su trascendencia hasta su imagen actual buscando
recuperar la lectura integral de este, sino que al contrario, seria entrar en el bucle sin salida de
construcción y destrucción por el que ha venido pasando la iglesia a través del tiempo, siendo este
un elemento sin valor ni fundamento para la época actual. No obstante, es importante destacar el
papel protagónico que jugo este elemento, el cual debería ser expuesto al público de alguna manera,
alimentando así la memoria de los vecinos y de la ciudadanía bogotana.
El haber sido seleccionada como una de las cuatro parroquias santafereñas en el siglo XVI, ser
partícipe de los procesos de evangelización en la colonia, además de mantenerse como una de las
principales iglesias al sur de la ciudad, hacen de Santa Bárbara un edificio de prolíficas y variadas
funciones y actividades hacia la comunidad, las cuales le asignan históricamente un rol trascendental
dentro de la capital del país. Sin embargo, como se dijo en capítulos pasados, con el crecimiento de
la ciudad hacia el sur, el cambio administrativo de parroquias a barrios, el inicio de los problemas
de conservación del sector debido al Bogotazo y al cambio de las dinámicas de habitar en la ciudad,
el aumento de la delincuencia en los alrededores y las nuevas actividades económicas que
aparecieron trayendo consigo una población flotante, la iglesia Santa Bárbara empezó a contar con
una progresiva disminución de asistentes. Este panorama hostil para el barrio alcanzó su cúspide en
los años ochenta con el proyecto Nuevo Santa Fe, el cual arrasó con gran parte de este, al tiempo
que con el grueso de la comunidad, que al fin y al cabo es el actor que vive, valora y conserva el
carácter físico y simbólico del edificio.
92 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Con el planteamiento de este proyecto por parte del BCH (Banco Central Hipotecario), el cual solo
consideraba que la iglesia y la Casa Cural poseían valores arquitectónicos e históricos para ser
conservados, también se invirtió simultáneamente en la restauración de Santa Bárbara en el año de
1983, proceso a cargo del arquitecto Alberto Corradine.
Figura 52. Vista posterior de la espadaña Figura 53. Espadaña sur restaurada por
sur de Carlos Salamanca Alberto Corradine en 1983
Dicho esto, según el informe redactado para valorar el estado de conservación del edificio realizado
por COLCULTURA (s/f) en esta intervención, dados los problemas estructurales sobre los muros de
fachada y la cubierta que venía generando la espadaña norte construida por Salamanca, esta se
demolió por completo conservando únicamente la del sur (Figura 52), recuperando en esta última, a
través de los vanos tapiados que se encontraron (Figura 53), cuatro ventanas cada una con su
respectiva campana. La restauración de este año básicamente se centró en la reparación de la
cubierta, la cual se encontraba en muy mal estado de conservación debido a los xilófagos y las
deflexiones de los pares y de la cumbrera, sobre todo en la parte del presbiterio, amenazando con un
posible desplome. Es así como en el proyecto de Corradine, se reacomodaron y recuperaron las
93
Se nota como se empieza a recuperar el lenguaje colonial a través de liberar la vista de los pares de
la estructura de cubierta. Fuente: Consecutivo 1572 en posesión del Centro de documentación del
Ministerio de Cultura.
Como se explicó anteriormente, ya existían una serie de ventanas cenitales que iluminaban la nave
central, inestables estructuralmente, ya que se habían realizado a través de la mutilación de los pares
aportando estos puntos débiles a la estructura de la cubierta, como se ve en la Figura 55.
(COLCULTURA, P. 102, S.f). En esta intervención de Corradine, se recuperó la longitud de los
pares y se levantaron sobre estos los lucernarios, los cuales son más que todo unos sobre pares que
se apoyan en el muro de la nave central gracias a unos parales en madera donde se ubican los marcos
de las ventanas (Figura 56). Dada su construcción parecieran venir de un criterio de reversibilidad,
ya que fácilmente se pueden desmontar dichos lucernarios y recuperar los faldones a dos aguas
totalmente lisos en teja de barro.
Otros trabajos que también quedaron pendientes en la iglesia fueron la construcción de la reja
perimetral, el desmonte de la baldosa de cemento y el traslado del expositorio, la restauración de la
cubierta del camarín, la construcción del balcón posterior a la espadaña sur y algunos trabajos de
micro pilotaje en la cimentación.
Figura 55. Estado de la cubierta y ventanas Figura 56. Claraboyas instaladas por
altas antes de la restauración de 1983 Corradine
Los problemas de degradación del barrio y de la iglesia se acrecentaron luego de que en el año 2000
se llevara a cabo el desalojo y demolición del barrio Santa Inés, mejor conocido como la “Calle del
cartucho”, con lo que miles de habitantes de calle fueron desplazados de este lugar obligándolos a
asentarse en distintos lugares de la ciudad, entre estos la iglesia de Santa Bárbara. Siguiendo la
información consignada en una carta enviada por el administrador de la parroquia Gildardo
Barreneche (2004), la iglesia se vio azotada por actos de vandalismo y hurto de esculturas de
propiedad del templo, una campana y parte de la reja del atrio, se mutilaron retablos por la presencia
de laminilla de oro, aumentó la inseguridad en el sector y el atrio de la iglesia, dado su geometría, se
volvió un nodo para que dicha población se alojase allí, produciendo lesiones en el edificio como
95
malos olores y degradación de los materiales gracias a los desechos que producía esta población.
Con el aumento de la inseguridad en el barrio y posiblemente sobre el atrio de la iglesia, es válido
sugerir que más personas residentes hayan abandonado el barrio o hayan dejado de usar la iglesia
debido a la desconfianza producida por el nuevo fenómeno.
Se logra apreciar en el exterior el cambio, sobre todo en la demolición del muro perteneciente a la
vivienda adosada y la construcción de la reja en reemplazo de este para proteger la iglesia.
Igualmente se ve la geometría del atrio, el cual sigue siendo un problema por la pernoctación de
habitantes de calle. Fuente: Elaboración propia.
Figura 58. Liberación del piso de baldosa Figura 59. Reja perimetral sobre la fachada
de cemento en la capilla de San Roque norte
Aunque se han reunido esfuerzos para intervenir el edificio, hay que aclarar que la iglesia aún posee
problemas de conservación, como la zona del camarín, la cual tiene grandes daños en su cubierta
debido a la pudrición de la mayoría de los pares, con grandes posibilidades de colapso, hecho que se
ha prevenido a través de un apuntalamiento.
Aunque la foto fue tomada recién fueron pintadas sus fachadas, destaca el mal estado del atrio en
piedra. Fuente: Elaboración propia.
Es importante reevaluar las distintas intervenciones que se han hecho y tomar decisiones respecto a
que elementos le brindan a la iglesia algún valor que permita una mejor y más clara lectura del
lenguaje por parte de las personas. Ejemplo de esto, son elementos neurálgicos como la reja recién
instalada o las claraboyas de la nave central, que de alguna manera afectan físicamente el lenguaje
97
Actualmente, como se ha dicho, la iglesia mantiene una baja asistencia debido a las condiciones
descritas a lo largo del texto, lo cual deriva en una baja inversión por parte de los entes encargados
del patrimonio, ya que, al no hacer parte de la zona y de la ruta más turística del centro de la ciudad,
no ha sido tenida en cuenta para inversiones que procuren su conservación. De esta manera, el templo
se mantiene en buen estado, principalmente, con los pocos fondos que consigue a través de
donaciones de personas de la comunidad que aun sienten arraigo por el edificio, algunos aportes de
la arquidiócesis y labores de autogestión que ha llevado a cabo el padre Fernández.
A futuro, el rol de la iglesia radicará principalmente en ser “la perla” del barrio Santa Bárbara, debido
al Proyecto Ministerios que plantea demoler las manzanas antiguas que aún quedan en pie de este.
La iglesia y la Casa Cural se convertirán en los únicos edificios de origen colonial ubicados en el
barrio, que aunque se entiende la dinámica de la ciudad que dicta su constante cambio, se debe
procurar al menos la conservación del uso en el barrio, ya que como siguen las cosas, pasará de un
lugar donde primaba la vivienda a otro donde se encontrará principalmente equipamientos y edificios
institucionales, haciendo que el edificio pierda su actor más importante: la comunidad.
98 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
8. Cronología de la construcción
Para poder sintetizar cómo ha sido el desarrollo constructivo y crecimiento de la iglesia, se realizaron
una serie de modelos y planimetrías, las cuales representan la manera en que creció la edificación e
igualmente cuáles han sido las modificaciones más importantes, entendiendo este desarrollo
progresivo de la iglesia Santa Bárbara como una de las características más importantes y propias de
los edificios de la época. Para cada año, en planta se asigna un color de manera que se pueda
identificar las épocas de cada una de las intervenciones.
1565
1630
Escalera
Coro
Nave central
99
1630-1637
1630-1636
Sacristía
Baptisterio
San Roque
1637
Virgen de
Altagracia
1740
Retablo mayor
Camarín
101
1772
Torre
Atrio
1850
Espadaña
102 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
1880
Fachada
1892
Maria
Auxiliadora
1925
Expositorio
Torre de 1925
1953
Remodelación
del atrio
104 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
1983
Ventanas altas
Liberación de la casa
2017
Reja nueva
105
En la actualidad se conservan solo algunos retrocesos en las fachadas laterales sobre el predio de la
iglesia, haciéndose evidente el cambio y la disminución del predio original. Fuente: Recuperado de
Mapas Bogotá, 2020 (https://mapas.bogota.gov.co/)
106 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
La iglesia Santa Bárbara se erigió en un lugar despoblado para la época, quedando a las afueras de
la ciudad al otro lado del río San Agustín. Este edificio se implantó en el lugar sobre lo que sería la
Calle Real y en sentido oriente- occidente, como se ve en el Plano 22. Tras la consolidación del
barrio, expuesta en la Figura 62, la iglesia se definió en un predio esquinero y el barrio Santa Bárbara
continuó con los lineamientos de la estructura urbana del damero colonial, solares en las viviendas
que conformaron los centros de manzana, con paramentos hacia la calle totalmente lisos, a excepción
de edificios importantes como las iglesias, que poseían retrocesos respecto a la calle, características
fundamentales de las ciudades coloniales.
Plano 22. Representación del lugar donde se Figura 62. Aerofotografía de 1960
erigió la primera ermita a Santa Bárbara
En contraste con la actualidad (Figura 63) y dadas las demoliciones llevadas a cabo en los años
ochenta y las nuevas intervenciones tras dicho suceso, el barrio ha transformado y modificado la
estructura del damero, exponiendo ahora la interrupción de la cuadricula perfecta, en cuanto se han
107
unido y desplazado manzanas provocando la falta de continuidad de las calles. Además, la posterior
ampliación de la calle 7 y sobre todo el nuevo trazado y construcción de la calle 6, rompió de manera
significativa varias de las manzanas cuadradas que pasaban sobre la Quebrada San Juanito,
provocando una ruptura de la ciudad desde este punto hacia el sur, modificando la estructura urbana
colonial por un lado y marcando una división contundente entre la antigua y la nueva ciudad.
Respecto a la morfología de las manzanas, no se logra identificar alguna de estas que conserve la
totalidad de los solares que se veían a mediados del siglo XX, primando en la actualidad los edificios
nuevos con grandes vacíos en la manzana, como es el caso del conjunto Nuevo Santa Fe, el Batallón
de Guardia Presidencial, el edifico de la DIAN o el Archivo de Bogotá. En el caso de la manzana de
la iglesia, no se conservó dicha morfología dada su casi total demolición, encontrando en la
actualidad edificios nuevos que rompieron la lectura de los solares, siendo el templo el único edificio
colonial que se conserva en esta manzana.
Sobre las manzanas al oriente de la iglesia se nota un cambio extremo en la tipología de las
mismas, ya que se implantan edificios de carácter moderno y contemporáneo que rompen la
tipología colonial y sus solares, generando otro tipo de relaciones urbanas en el barrio. Fuente:
Recuperado de Mapas Bogotá, 2020 (https://mapas.bogota.gov.co/)
Es importante anotar que la ciudad está en constante cambio y evolución, lo cual implica que en
ningún caso se va a encontrar un sector urbano con la morfología original, el daño que acá se ha
realizado consiste más en la falta de reinterpretación de los edificios nuevos construidos en un sector
colonial, permitiendo no poder vislumbrar la lectura integral del barrio.
108 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
1
3
2 4
El crecimiento de la ciudad colonial, con su estructura urbana y su arquitectura modesta con casas y
solares, trató de respetar la condición exenta del edificio, de manera que las construcciones daban
espacio al edifico y lo dejaban respirar a través del centro de manzana como era usual. En la
actualidad este se ha perdido, generando una saturación de construcciones en torno a la iglesia que
quita la relevancia que tenía el edificio, característico no solo de las iglesias en general siempre
ubicadas en los sitios más visibles y preeminentes, sino especialmente de las ermitas localizadas de
manera que se pudiera tener el dominio del contexto (Chica, 2015). Adicional a esto, la aparición de
edificios modernos y contemporáneos con retroceso sobre la carrera séptima, restan importancia a
este elemento otrora distintivo de la iglesia, disminuyendo así la singularidad urbana que la
caracterizaba, estado que se aprecia en el mapa de llenos y vacíos del Plano 23.
caso puntual, el cementerio que se adosaba a la zona sur donde se encuentra en la actualidad la capilla
de Las Ánimas (Plano 24).
En esta representación hipotética se proyecta como era el tamaño del predio y del cementerio, el
cual se recortó con la aparición de casas nuevas alrededor de la iglesia. Fuente: Elaboración propia.
1
3 2 4
En este plano se logra identificar la diversidad de usos del suelo que se desarrollan en el barrio. 1.
Batallón 2. Archivo Nacional 3. Edificio Dian 4. Nuevo Santa Fe 5. Archivo de Bogotá. Fuente:
Elaboración propia.
110 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Con la fundación de la ermita a Santa Bárbara, que se desarrolló posteriormente para convertirse en
parroquia, se impulsó un crecimiento urbano alrededor del edificio, principalmente por indígenas
provenientes de la mita urbana que se asentaron consolidando un barrio de carácter meramente
residencial, cuya arquitectura era mucho más sencilla que la de otros como La Catedral, donde sus
habitantes poseían un mayor poder adquisitivo derivado del comercio. Con el proyecto urbano que
obligó a demoler manzanas enteras, además de desaparecer un gran vestigio de la arquitectura
residencial de la colonia, se desalojaron miles de habitantes del barrio dejando lotes vacíos. Estos en
posteriormente provocaron un cambio en la connotación de los usos en el lugar, permitiendo una
implementación de edificios pertenecientes a actividades institucionales, comerciales y de vivienda.
Actualmente, como se ve en el Plano 25, existe cierta dualidad entre los usos institucionales y los
residenciales, cambiando así las dinámicas urbanas con respecto a la iglesia, su relación con la
comunidad y descontextualizando el uso histórico de la edificación.
San Agustín
Belén
Santa
Bárbara
Las Cruces
En el sur, se logra ver la iglesia de Las Cruces con la mayor área de influencia sobre vivienda; al
oriente, la iglesia de Belén posee también en su área viviendas del barrio y parte del conjunto
residencial; al norte, la iglesia de San Agustín con un área de influencia menor, afectando en usos
en su mayor parte dotacionales; al centro, Santa Bárbara con un área de influencia parecida a la
anterior, afectando hacia el occidente áreas residenciales y hacia el oriente áreas institucionales.
Fuente: Recuperado de Mapas Bogotá, 2020 (https://mapas.bogota.gov.co/)
Por otra parte, ese desalojo de habitantes “tradicionales” del barrio, más que romper un entorno
físico, destruyó algunas dinámicas y comportamientos sociales propios del lugar, afectando la
asistencia a la iglesia. Ahora es un edificio que recibe visitantes que oscilan entre funcionarios que
trabajan en las instituciones vecinas y algunas pocas personas propias del barrio. Esto se corrobora
111
haciendo un análisis comparativo del área de influencia entre las iglesias cercanas a la de Santa
Bárbara, ilustrado en la Figura 64, donde se demuestra que los templos que poseen una mayor
asistencia de fieles (Las Cruces y Belén) son aquellos que en su contexto inmediato tienen el uso
residencial altamente marcado, a diferencia de Santa Bárbara y San Agustín, cuya población usuaria
es mucho más inestable debido a las dinámicas relacionadas con las actividades que se generan en
el sector.
Esta baja en la densidad de asistentes, aun así, no ha sido excusa para que en Semana Santa sea este
edificio parte de la procesión, en la cual se visitan varios monumentos como tradición de la fe
católica. En este punto cabe anotar que sobre la carrera 7 también se ubican varias de las iglesias
importantes de la capital, como se muestra en la Figura 65, generando así un eje religioso destacado
para la ciudad, lo que inserta a la iglesia de Santa Bárbara en un conjunto de gran relevancia para la
historia bogotana, así como para la sociedad civil y religiosa local. Igualmente, la construcción del
contra monumento “Fragmentos” de Doris Salcedo ha sido un elemento clave para la reactivación
del sector desde un punto de vista turístico, ya que ha fomentado la visita hacia el sector sur del
centro historico.
En esta imagen se pueden evidenciar todas las iglesias que se encuentran sobre la séptima desde las
cruces hasta las nieves. Fuente: Recuperado de Mapas Bogotá, 2020 (https://mapas.bogota.gov.co/)
Para entender el barrio desde los ojos de un peatón y como es el comportamiento y la circulación en
el barrio, resulta coherente utilizar los conceptos usados por Kevin Lynch (2015) para el análisis de
la imagen de la ciudad, ya que ayudan a entender por qué la iglesia, en la actualidad, posee ciertos
problemas relacionados con la poca asistencia a esta. Usando estos conceptos se puede decir que: el
barrio sólo posee sendas orientadas al transporte automotor, el cual se ve interrumpido por el anillo
de seguridad de la casa presidencial hacia el norte, lo que produce la desviación del flujo vehicular.
Aunque la iglesia Santa Bárbara se considera un hito en el barrio, también se pueden encontrar otros
puntos importantes de referencia como los dos archivos (Nacional y Distrital) y la estación
112 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Bicentenario, los cuales son lugares destacados dado su uso. Existen tres nodos importantes, dos a
extremos de la carrera 7 y uno sobre la rotonda en la carrera 10 con calle 6, estos dos primeros con
la dualidad de ser igualmente limites, es decir: la carrera 7 con calle 7 es un importante cruce
vehicular para la zona, pero es una barrera dadas las condiciones de seguridad de la Casa de Nariño.
Por otro lado, la carrera 7 con calle 6 dado su alto flujo vehicular, por una parte, lo convierte en
nodo, y la inseguridad que allí se presenta por otra, la hacen un límite (Plano 26). Con esta ubicación
entre dos limites, se puede decir que la iglesia y el barrio se encuentran aislados de su contexto
urbano, dada su falta de conectividad por las interrupciones que se producen sobre la carrera 7,
importante eje de conexión de la ciudad y del edificio, a su vez desvinculado del sector principal del
Centro Histórico, lo que refuerza su aislamiento.
Plano 26. Método de imagen urbana de Kevin Lynch aplicado al barrio Santa Bárbara
1
3
8 7 2
4
4
6
Se identifica como se encuentra aislada la iglesia dados los límites que la rodean. 1. Batallón 2.
Archivo Nacional 3. Edificio Dian 4. Nuevo Santa Fe 5. Archivo de Bogotá 6. Iglesia Santa
Bárbara 7. Iglesia de San Agustín 8. Estación Bicentenario. Fuente: Elaboración propia.
consigo la construcción de edificios fuera de escala para el centro histórico y en relación a la iglesia,
como el edificio de la DIAN, el cual en altura rompe las dinámicas arquitectónicas que se presentan
en el sector. Como vecino de la iglesia se encuentra un conjunto residencial de arquitectura
contemporánea que supo acoplarse al perfil urbano de la manzana, respetando la jerarquía y los
valores urbanos de la iglesia, siendo una intervención oportuna para la iglesia.
Con este análisis urbano de la iglesia Santa Bárbara, se concluye que uno de los principales
detonantes para conseguir el barrio que existe en la actualidad fue la demolición del anterior por
parte del BCH, el cual aunque ya se ha venido reconstruyendo a partir de distintas intervenciones
que han tratado de respetar lo que fue este sector antiguo de la ciudad y la iglesia propiamente dicha,
existen otras que han cambiado la escala y la manera de habitar el barrio afectando directamente las
dinámicas con las que interactúa el edificio con el barrio, ejemplo de esto son los retrocesos de los
paramentos o los edificios de mayor altura a la iglesia. Aunque la mayor parte de la manzana de la
iglesia ya está ocupada, es importante aclarar que el edificio aún conserva su carácter exento
destacando que aún posee sus rondas que lo aíslan de los vecinos mostrando así el respeto con el que
se intervino dicha manzana.
El contra monumento “Fragmentos” se ha convertido en uno de los hitos del barrio en cuanto a
traído consigo el incremento paulatino de la actividad turística en el barrio y la iglesia, cuya casa
cural limita con el monumento. Tomado de: Granada Garcés Arquitectos, 2020, (http://granada-
garces.com/fragmentos/hyrfsfrwovzgifymhgcwxegand8s6a)
114 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
En segunda instancia, la disminución de los habitantes del área de influencia de la iglesia de Santa
Bárbara y el aislamiento del edificio, dadas las barreras físicas que la rodean, produjeron una baja
en la asistencia de fieles al templo y en el reconocimiento de la iglesia. Pese a esto, al ser uno de los
pocos edificios coloniales que quedan en el sector y al estar ubicada sobre la carrera séptima,
catalogada como un eje religioso debido a la cantidad de edificios de estas características que allí se
ubican, la iglesia de Santa Bárbara conserva la relevancia dentro del patrimonio cultural bogotano y
nacional, de forma que se hace necesaria su conservación como tal.
En la actualidad se están destacando algunas intervenciones que empiezan a valorar un poco más el
patrimonio existente, como el contra monumento Fragmentos (Figura 66), el cual trato de conservar
las tapias del edificio existente y se posó uno nuevo que se acopla al perfil urbano y respecta la casa
cural de Santa Bárbara, vecino de este, ayudando igualmente a la incorporación del barrio y por ende
de la iglesia, dentro de la agenda turística del centro de la ciudad.
La iglesia es un edificio religioso que corresponde básicamente a una tipología basilical de tres
naves, una central de mayores proporciones que alberga el presbiterio y el cuerpo de la nave y dos
laterales de proporciones menores que contienen en cada una las capillas con su respectiva
advocación (Figura 67). Esta volumetría se complementa con otros volúmenes que se adosan a esta
estructura principal, la cual se asienta sobre un atrio que levanta el edificio del nivel del peatón.
COMPOSICIÓN
2 1-NAVE CENTRAL
2-NAVES
LATERALES
3 1 3-CAMARIN
En la imagen se logra apreciar la tipología de tres naves, en la cual destaca la asimetría dada por la
menor longitud que se genera en la nave norte. Fuente: Elaboración propia.
115
El edificio se encuentra limitado por el occidente con la carrera séptima que bordea el atrio y por el
norte con la calle 6B que delimita la ronda lateral, lo cual genera un espacio virtualmente cerrado
por una reja. Esta misma separación se encuentra en la ronda oriental, que deja el espacio para el
camarín, el cual no es muy amplio, pero permite que el volumen aun sobresalga entre la volumetría
de la iglesia. Sobre el costado sur en la ronda donde la iglesia colinda con el conjunto residencial,
este último le dio cierto espacio a esta a través del acceso de los parqueaderos del edificio,
permitiendo que Santa Bárbara tampoco quedara confinada en este sector, e igualmente planteando
la iglesia como un elemento para observar dados los balcones dispuestos hacia este costado (Figura
68).
La iglesia, aunque se ha visto afectada por construcciones alrededor, aún conserva las rondas sobre
todos sus flancos, lo que permite aun apreciar su integridad volumétrica. Fuente: Elaboración
propia.
uniforme con la estructura formal coherente de una iglesia, siendo algo inevitable el llegar a poseer
la asimetría de la composición, característica particular y extraña para una iglesia de origen colonial.
En la fachada principal se puede evidenciar la asimetría que existe tanto en alturas, como en
elementos como puertas y la espadaña. También se muestra la jerarquía de la nave central, dada su
altura, y la de la espadaña, como elemento que marca la existencia de la iglesia. Fuente:
Elaboración propia.
En la imagen se evidencia la existencia de los tres ejes: el rojo, eje que ordena y orienta el edificio;
naranja, que muestra la relación espacial de las naves laterales; y amarillos, ejes que amarran
transversalmente la composición del edificio. Fuente: Elaboración propia.
117
La iglesia se estructura a través de tres ejes primordiales, analizados en la Figura 70, uno principal
de mayor jerarquía que indica un inicio en el atrio y un remate en el camarín, espacio de mayor
simbolismo e importancia dado por esta operación que enmarca este volumen focalmente en la vista
del visitante; uno secundario al norte, que igualmente inicia en el atrio y remata en la capilla de San
Roque, capilla más importante de la iglesia debido a su carácter de remate del espacio, además de
su rica decoración en pintura mural; un tercer eje que más que una relación de inicio-remate, indica
una relación constante entre los espacios más y menos importantes de esta zona, por un extremo la
sacristía, valiosa por su simbolismo y por otro la capilla de La Inmaculada, la más contemporánea
de la iglesia (Figura 71). Finalmente, un grupo de ejes terciarios que amarran el edificio de manera
transversal, a través de una conexión visual de las capillas, tejiendo así el espacio y el edificio.
Ala izquierda, vista de la nave norte hacia la capilla de San Roque. A la derecha, vista de la nave
sur hacia la sacristía. Se logra ver la comunicación que existe entre las capillas laterales
conformando así los ejes secundarios que comunican la iglesia. Fuente: Elaboración propia.
Dadas las condiciones simbólicas que contiene este tipo de edificaciones, es indiscutible encontrar
cierta jerarquía en cuanto a la ubicación y a la forma de ciertos elementos, como el camarín, que,
aunque debe su importancia a su ubicación, también la planta hexagonal que lo conforma es singular
dentro de la geometría de la iglesia, lo cual, según Angélica Chica (2015), no es de extrañarse toda
vez que el significado del presbiterio y en especial del testero es el más relevante de toda la iglesia
desde el punto de vista ritual y espiritual. Analizando el edificio en corte, es interesante como en las
tres naves se desarrolla una secuencia en la cual se va creciendo en cuanto a la altura del espacio
marcando claramente el tipo basilical común en estos casos, es así como en el acceso del edificio se
118 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
encuentran los espacios de menor altura y hacia la cabeza del templo espacios más altos,
demostrando entonces un ritmo en la composición y una intención de marcar jerarquía en los
espacios de mayor tamaño (Figura 72).
Pasando a un tema un poco más estilístico, la iglesia de Santa Bárbara en términos generales posee
un lenguaje basado en la arquitectura colonial, el cual se caracteriza por la poca ornamentación, tanto
en fachada como en el interior de la iglesia, sistemas constructivos en tierra y madera dispuesta en
par y nudillo, portadas en piedra, vanos de tamaños reducidos, además de la característica teja de
barro. El color blanco es primordial en la paleta de color de este templo, aunque es de anotar que en
la fachada posterior se encuentra pintura desprendida donde se logra apreciar colores pastel y azul
cielo (Figura 73). La fachada principal y posterior se caracterizan por el uso del blanco como color
119
del acabado, a diferencia de las laterales, en las cuales el inmaculado muro contrasta con la piedra y
el ladrillo a la vista, una costumbre que se dio en las iglesias bogotanas a través del siglo XX.
El interior de la iglesia posee pintura mural en algunas de las capillas que allí se encuentran, elemento
característico de la época como decoración y ornamento de las edificaciones, que demostraban cierta
austeridad en el lenguaje y que muchas veces eran pintadas por los indígenas que asistían al templo.
Con los desprendimientos en la pintura en la fachada del camarín, se encontraron colores rosados y
azules en la fachada posterior, mostrando distintas apariencias que pudo tener la iglesia a lo largo
del tiempo. Fuente: Elaboración propia.
Finalmente es importante concluir que, aunque haya tenido un crecimiento paulatino, la iglesia ha
seguido ciertas lógicas compositivas y constructivas que han sido encaminadas a lograr cierta
armonía y unidad volumétrica en el edificio, manteniéndose exento de los predios vecinos lo que
permite respetar su integridad como volumen y con todas las partes que lo componen completas
(Figura 73). Por el contrario, debido a todas las intervenciones que ha sufrido, Santa Bárbara posee
una problemática y una ruptura en la manera como se lee el espacio, es así como la construcción del
expositorio, delante del camarín, rompe todas las cualidades y las intenciones compositivas respecto
a este último espacio, quebrando la relación visual y la secuencia que se estructuraba entre la nave,
el presbiterio y el camarín. Es importante rescatar este planteamiento, ya que es una de las pocas
secuencias de este tipo que existen en las iglesias coloniales bogotanas.
120 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
9.3. Espacialidad
10 9 8 7 6 5 4
11
12 3 2
13 14 15
1
16
Para acceder a la iglesia se debe subir por unas escaleras que quedan en el costado noroccidental y
que conducen a un atrio en piedra, el cual se encuentra elevado alrededor de dos metros por encima
del nivel de la calle y conduce a la entrada del edificio que se implanta siguiendo la inclinación de
la calle generando esta diferencia de nivel. (Figura 75)
La escalera salva la diferencia del terreno producto de la implantación del edificio respecto a la
topografía. Fuente: Elaboración propia.
Figura 76. Detalle de la portada del acceso Figura 77. Detalle de la espadaña rectangular
principal a la iglesia. su
La fachada principal es asimétrica compuesta por dos planos dado el retranqueo de la nave norte. El
plano principal que comprende la nave central y la lateral sur, está rematado por el hastial que forma
la cubierta a dos aguas, a diferencia de la del muro retranqueado que es la continuación del faldón.
El acceso principal se encuentra enmarcado en una portada en piedra, reconstruida con Carlos
Salamanca, coronada por un vano alto de dintel en arco rebajado que ilumina el coro y un pequeño
vano lateral de forma cuadrada que da luz a la escalera que da al coro. La portada de la puerta
principal se compone de dos columnas que se apoyan cada una sobre un pedestal en piedra y que
rematan en un capitel de orden dórico, este soporta un entablamento que en la parte más alta posee
una cornisa que flanquea la puerta; finalmente, sobre el eje de cada columna se remata con un dado
y una esfera, como se evidencia en la Figura 76. La fachada se remata lateralmente en el costado sur
con una espadaña rectangular con lagrimales en teja de barro (Figura 77), que posee tres vanos en la
parte inferior y uno mayor en la parte superior, el cual resguarda la campana. Por su parte en el plano
retrocedido de la nave lateral norte, la fachada solamente tiene la puerta secundaria de acceso con
arco de medio punto enmarcada igualmente en piedra que da acceso a la capilla de Altagracia. Esta
descripción de la fachada se puede ver en la Figura 78.
122 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Al acceder por la puerta principal se encuentra el sotocoro, que alberga dos columnas en piedra
tallada apoyadas sobre una basa en el mismo material, las cuales ayudan a sostener el entrepiso de
madera que soporta el espacio del coro; a la derecha del sotocoro en el costado sur, se encuentran
dos pequeñas puertas: una reja en madera que acompañada de una portada en mampostería, da acceso
al baptisterio, rico en pintura mural (Figura 79), y otra entamborada a la derecha, que conduce a las
escaleras de dos tramos rectos que llevan al coro. Este último es un espacio rectangular con piso en
baldosa de cemento que se encuentra elevado del resto de la iglesia, iluminado por la ventana central
que da a la fachada principal. (Figura 80)
Figura 79. Acceso del baptisterio Figura 80. Vista del coro y la columna que
lo soporta
Siguiendo por la nave central se aprecian tres accesos con arcos de medio punto en cada uno de los
costados enmarcados tímidamente por un bordillo vino tinto, resaltando así el blanco y robusto, pero
plano muro que divide las naves (Figura 81). Estos vanos conducen a cada una de las capillas
laterales y por consiguiente a las naves adyacentes. Sobre los grandes muros que dividen las naves
se encuentra los canes en madera dorada que sirven de apoyo para los tirantes dobles sobre los que
se estructura la cubierta de par y nudillo que conforma la artesa que soporta la cubierta en teja de
barro, la cual posee seis lucernarios que iluminan el espacio. Entre el cuerpo de la nave central y el
presbiterio, que está a una altura mayor que el resto de los espacios tanto en nivel de piso como en
la cubierta, se encuentra el respectivo arco toral que divide la nave, evidente en la Figura 82.
Finalmente, al fondo del espacio se encuentra el retablo principal dorado, donde se destaca su
expositorio (Figura 83), que está fabricado con la decoración que poseía el camarín.
Figura 82. Arco toral de la nave central Figura 83. Expositorio ubicado delante del
retablo
La nave norte posee tres capillas distribuidas de occidente a oriente como: la capilla de la Virgen de
Altagracia, María Auxiliadora y San Roque, cada una con su respectivo retablo dorado con laminilla
de oro, comunicadas entre sí por arcos de medio punto (Figura 84). El cielorraso de estas capillas
125
está construido con bóvedas rebajadas, destacando entre estas la capilla de San Roque ubicada al
lado del retablo mayor que se encuentra adornada tanto en muros como en cielo raso con pintura
mural hecha por indígenas, detalle que se aprecia en la Figura 85.
Figura 84. Vista desde Altagracia hasta San Figura 85. Detalle de la pintura mural de la
Roque capilla de San Roque
Por otra parte, están las cuatro capillas de la nave sur, ubicadas de occidente a oriente como: la capilla
de La Inmaculada, Las Ánimas, la Virgen de la Valvanera y la Virgen de la Leche, las cuales, al
igual que las de la nave norte, poseen retablos dorados (Figura 86). Estas capillas están comunicadas
a través de arcos de medio punto y con cielo raso con bóvedas rebajadas, en donde se destacan la
capilla de la Virgen de la Valvanera, que posee un pequeño camarín (Figura 87), y la de La
Inmaculada, que da acceso a un antiguo espacio destinado para osarios que en la actualidad se
encuentra clausurado. Esta nave, a diferencia de la norte, solo llega hasta donde empieza el
presbiterio en la nave central, allí aparece un muro con su respectiva puerta que da acceso a la
sacristía, la cual posee en el centro del espacio dos columnas talladas en piedra soportadas cada una
en una basa del mismo material, que soportan una arcada y por consiguiente la cubierta.
Figura 86. Vista desde la Virgen de la Figura 87. Camarín de la Capilla de la
Leche hacia La Inmaculada Virgen de la Valvanera
Este espacio que fue uno de los que se conservó tras la construcción de la casa que se adosó a la
iglesia, en la actualidad cumple la función de depósito y contiene el baño visto en el volumen que
se observa a la derecha. Fuente: Elaboración propia.
127
Al fondo del depósito se encuentra una puerta con dos escalones que ascienden a un corredor que
reparte a un área que funciona como baño y a otra que funciona como depósito (Figura 88). Este
último conduce y da acceso al camarín hexagonal de la iglesia, elemento donde remata la nave central
a través del vano que se muestra en la Figura 89.
En la imagen se identifica la ventana que da hacia la nave central, la cual se encuentra bloqueada
por el expositorio, cuya estructura se ve en la imagen. Fuente: Elaboración propia.
Sobre la fachada norte se encuentra la ronda más amplia de la iglesia, siendo sobre esta en la que
se construyó la casa adosada a finales del siglo XIX. Fuente: Elaboración propia.
Saliendo por una puerta que da hacia la fachada oriental, se encuentra la ronda que separa el edificio
del vecino que se encuentra en esta dirección. Alrededor de la iglesia hacia el costado norte y sur, al
estar exenta, se encuentran sus respectivas rondas, las cuales dejan ver los contrafuertes que se
128 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
adosan a estas fachadas y ayudan a soportar los arcos que se encuentran al interior. Es importante
decir que estas rondas no tienen ningún tipo de acabado de piso, destacándose acá el crecimiento de
vegetación y la irregularidad del mismo. (Figura 90)
La iglesia desde el momento de su fundación no ha tenido cambios de actividad o de uso, por lo cual
no ha incurrido en modificaciones espaciales significativas. Sin embargo, algunas áreas si han
cambiado su uso y han tenido consecuencias en cuanto a su espacialidad. Es el caso del antiguo
baptisterio que fue convertido en osarios, lo que generó que allí se construyeran los nichos para llevar
a cabo dicha actividad; o también el mismo camarín, que dejó de ser un espacio para la apreciación
de una figura religiosa, para convertirse primero en un espacio de habitación y finalmente en un
depósito de dos pisos que en la actualidad está a punto de ruina. Con esto se quiere decir que la
iglesia no ha modificado sustancialmente la configuración espacial que ella posee, produciendo así
un edificio que desde esta perspectiva se ha conservado perfectamente, no obstante, sería prudente
recuperar el uso inicial de estos espacios, lo cual ayudaría a entender de mejor manera las dinámicas
compositivas y funcionales del edificio.
9.4. Técnica
Desde que se construyó la primera ermita y la posterior ampliación de esta, la iglesia de Santa
Bárbara ha sido participe de la historia del desarrollo de la construcción en la ciudad, siendo este
fenómeno de crecimiento factor fundamental para poder obtener en la actualidad un edificio en el
cual se evidencian distintas técnicas constructivas, siendo el legado que han dejado siglos de historia
constructiva en el país y que comprenden: técnicas tradicionales en tierra, como la tapia pisada, el
adobe y el bahareque; técnicas de mayor calidad, como lo son las mixtas de piedra y ladrillo; hasta
llegar a unas más contemporáneas como el ladrillo cocido pegado con cemento, esta última popular
en la ciudad a lo largo del siglo XX. Así mismo el trabajo de cubiertas en par y nudillo y bóvedas
encamonadas, entre otros elementos de gran valor. Bajo este panorama se hará un recorrido a través
de todos los elementos constructivos que componen la iglesia, de manera que se pueda entender de
qué manera está construida y, posiblemente, contribuyendo a identificar posibles intervenciones en
la misma.
La iglesia Santa Bárbara, según se identificó en un estudio de suelos realizado en el año 1984, se
encuentra apoyada “[…] sobre limo arcilloso carmelito oscuro […] limo orgánico con piedras […]
arcilla limo arenosa con intercalaciones de grava con un valor N=2 a6, que para suelos granulares
129
corresponde a arenas de baja densidad, que no son adecuadas para el apoyo de fundaciones directas.”
(Roberto Maldonado y CIA, 1984, p. 9). Ya que no fue posible hacer una exploración para poder
identificar como era la cimentación en la iglesia, se puede tener una noción de cómo se compone
esta parte del edificio a través de unos documentos firmados por la arquitecta Leonor Gómez, los
cuales reposan en el Ministerio de cultura, y en los que se indica lo siguiente:
[…] los cimientos de los muros maestros del templo tienen una profundidad media de
1.10mts. y una anchura de 0.55 mts mayor que los muros de tapia…están formados por
piedras partidas y sentadas con una deficiente argamasa en algunas de barro partes. Los
demás muros se apoyan sobre cimientos algo más superficiales y del mismo espesor de los
muros soportados. (Gómez, 1997, p. 24)
Es así como se podria ubicar dicha cimentación de mayor ancho en los muros más antiguos y que
soportan más carga, por ejemplo, los muros de tapia que enmarcan la nave central y los muros de
fachadas laterales en piedra y ladrillo (Figura 91). Bajo esta misma lógica, se podría decir que entre
más nuevos son los muros, menores anchos poseen los cimientos, ejemplo de esto, muros como los
de ladrillo tolete de la capilla de La Inmaculada (Figura 92 y Figura 93) o los nuevos osarios que
hicieron parte de la casa que se adosó en el siglo XIX a la iglesia.
2
3
El cimiento tiene un sobre ancho en los muros más antiguos, siendo el caso de la tapia y la piedra y
ladrillo. 1. Cimentación en piedra rajada pegada con argamasa deficiente de barro. 2. Sobre
cimiento en piedra de labra tosca careada y pegada con mortero de cal y arena. 3. Relleno de tierra
tras excavación. Fuente: Elaboración propia.
130 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Figura 92. Planimetría del cimiento en Figura 93. Vista de sobre cimiento en
zonas con ladrillo macizo fachada.
En las zonas más recientes se cree que el En En la imagen se logra ver parte del sobre
cimiento posee un ancho similar al del cimiento en la fachada sur, sobre la zona
muro. 1. Cimentación en piedra rajada el de la capilla de La Inmaculada, el cual es
pegada con mortero de cal y arena. 2. en piedra labrada pegada con mortero de
Sobre cimiento en piedra labrada y cal y arena. Fuente: Elaboración propia.
pegada con mortero de cal y arena.
Fuente: Elaboración propia.
enrase de los cimientos se posa un sobre cimiento que, por lo general, posee el ancho de los muros
donde se encuentra y que, en las zonas más antiguas como la nave central, está construido en piedra
de labra tosca careada y pegada con mortero de cal y arena; en zonas más nuevas, como en la capilla
de La Inmaculada, la piedra del sobre cimiento tiene una labra un poco más fina e igual se pega con
mortero de cal y arena. Una de las zonas cuyo sobre cimiento no se pudo inspeccionar fue la del
depósito, esta tiene sus muros en bahareque por lo que, investigando sobre esta técnica, este tipo de
muro por lo general se asienta en sobre cimientos de ladrillo de arcilla cocida o incluso directamente
sobre la tierra.
Respecto al atrio, aunque no se pudo realizar una exploración, se puede deducir que se encuentra
sobre un relleno, el cual posiblemente está contenido en el muro de piedra que da hacia la fachada
occidental y norte, sirviendo así mismo de contención para todo el material que se supone hay en el
atrio.
131
Azul: Piedra y ladrillo, Rojo: Tapia pisada, Verde: Adobe, Rosado: Bahareque, Amarillo: Ladrillo
macizo. Es importante anotar que los arcos de la iglesia se encuentran construidos en ladrillo.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 95. Muro en tapia pisada de la nave Figura 96. Detalle de muro en tapia de la
central. nave central
3
2
Desarrollado todo este sistema de cimentación, se erigen los muros que corresponden a las distintas
técnicas constructivas murarías acá encontradas (Figura 94). La tapia pisada (Figura 95), usada en
este edificio en los muros de la nave central y el muro testero del edificio, maneja espesores de hasta
un metro de ancho. Se cree, dada la configuración del muro, que inicia posiblemente sobre una hilera
132 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
de ladrillo tablón que se asienta en el sobre cimiento, dándole el soporte y la nivelación indicados,
que da inicio a los cajones de tapia pisada, los cuales a cada cierta distancia tienen dichas verdugadas
en ladrillo tablón (Figura 96), rematando el muro en dicho material y así dar soporte a los elementos
de madera de la cubierta. No se pudo corroborar la existencia de rafas en las esquinas o a lo largo de
los muros, lo cual era común para esa época en estas construcciones, sin embargo, no se descarta su
existencia, dada la evolución del estado del arte para las técnicas en tierra (Chica, 2015).
Los muros laterales de la nave central solían tener ventanas altas para la iluminación de la nave,
pero fueron tapiadas con mampuestos en adobe, como se ve en la Figura 97, en la medida que se
fueron fundando las capillas laterales. Los arcos que comunican con las otras dos naves y el arco
toral se encuentran construidos en ladrillo, proporcionándole así más estabilidad a estos vanos.
Con estas ventanas altas se iluminaba el espacio de la nave central en la primera versión de la
iglesia de 1630. Fuente: Elaboración propia.
Las fachadas norte y sur, la fachada principal de la iglesia, los contrafuertes y el camarín de Santa
Bárbara, se levantan a través de muros en cajones de piedra de labra tosca con dos hiladas de ladrillo,
pegados con mortero de cal y arena, como se ve en la Figura 98 y la Figura 99. Los vanos poseen en
su mayoría dinteles de madera y están reforzados lateralmente con rafas de ladrillo, al igual que las
esquinas y los remates de los muros, los cuales generan cornisas con ladrillo tablón, ayudando a
soportar así la estructura en madera de la cubierta. Las ventanas del camarín están construidas con
ladrillo al igual que el arco rebajado que cada una posee, los costados de las ventanas también se
encuentran reforzados con este mismo material. Las técnicas aquí expuestas, permiten sustentar la
133
Figura 98. Vista de la fachada norte. Figura 99. Detalle muro en piedra y ladrillo
4
3
Subdividiendo los espacios entre las distintas capillas y con una mayor presencia en la zona del
baptisterio y la escalera, el adobe se dispone arriba del sobre cimiento con mampuestos de distintas
magnitudes pegados con mortero de cal y arena (Figura 100 y Figura 101). Aunque tiene gran
presencia en los muros divisorios de las capillas en las naves laterales, el material se complementa
con el ladrillo que sirve para la fabricación de los arcos que comunican los espacios. En la zona del
baptisterio este material no alcanza gran altura, lo que implica la aparición de muros en ladrillo, que,
sobre un dintel en madera, dan continuidad a los muros perimetrales del baptisterio y la escalera.
Esta intervención vino de la mano con la aparición de la capilla de La Inmaculada, que, al costado
de la fachada sur, posee un muro en ladrillo macizo de arcilla cocida pegado con mortero de cemento,
uno de los materiales más contemporáneos del edificio (Figura 102 y Figura 103).
Figura 100. Vista del baptisterio. Figura 101. Detalle de muro en adobe
3
2
Figura 104. Ventana sobre muro en Figura 105. Detalle de muro en bahareque
bahareque
Como complemento de la estructura vertical, es necesario mencionar las columnas en piedra tallada
que se encuentran en el sotocoro y en la sacristía, las cuales están elaboradas en dos piezas: una basa
en piedra que se apoya en el piso, la cual recibe el cuerpo de la columna con su respectivo capitel
toscano (Figura 106). En la zona del coro estas soportan unas zapatas de madera que ayudan a recibir
las vigas y en la zona de la sacristía, reciben una arcada que ayuda a soportar la estructura de cubierta.
136 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
En la basa de las columnas se destacan las manchas blancas que obedecen a la presencia de
eflorescencias sobre el material. Fuente: Elaboración propia.
La nave principal posee una estructura de cubierta de par y nudillo, que soporta tableros en esterilla
de guadua, los cuales están pañetados con mortero de cal y arena y pintados posteriormente con
pintura de cal (Figura 107 ). De estos se desprende la cubierta de las capillas y naves laterales, cuya
técnica constructiva se desarrolla a través de sobre pares que se apoyan sobre la cubierta de la nave
central y sobre los muros de fachada. Algunas zonas de la iglesia sostienen unos aleros construidos
con canes en madera aserrada, los cuales soportan una serie de tablas burras que sirven de cielorrasos
de estos elementos sobresalientes en fachada. Esta zonificación de estructura de cubierta se evidencia
en la Figura 108.
La cubierta de la nave central se desarrolla a través de soleras dispuestas en los muros de tapia, las
cuales sostienen los canes y estos a su vez soportan la armadura mudéjar de los tirantes dobles. Sobre
estos tirantes se apoya igualmente un estribo paralelo al muro, que finalmente recibe la estructura de
par y nudillo, la cual remata en una viga cumbrera (Figura 109).
137
En naranja: Estructura de cubierta en par y nudillo con tableros en esterilla de guadua pintados. En
rojo: Estructura de cubierta con sobrepares que descansan en la estructura de la nave central y en
los muros de fachada. En estas zonas el cielorraso es abovedado a excepción de la sacristía y la
138 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
capilla de La Inmaculada. En amarillo: Aleros con canes de madera y cielorraso en tabla burra.
Fuente: Elaboración propia.
1 2
1. Viga solera en madera. 2. Can en madera pintado de dorado. 3. Tirantes dobles. 4. Estribo en
madera. 5. Par en madera rolliza. Fuente: Elaboración propia.
3
2
5 4
1. Viga solera en madera. 2. Sobre par en madera. 3. Tornapunta. 4. Tensor en madera. 5. Bóveda
encamonada. 6. Cielorraso en chusque o esterilla de guadua. Fuente: Elaboración propia.
La estructura de cubierta en las naves laterales consta de unos sobre pares que se apoyan en soleras
dispuestas sobre los muros en piedra y ladrillo de fachada; en la parte superior, descansan sobre los
pares de la estructura de cubierta de la nave central. Estos pares trabajan igualmente con una serie
139
de tornapuntas que se anclan al interior de los muros en tapia de la nave central y se adosan a los
pares para evitar una deflexión de estos elementos. Otros componentes que aparecen en algunas
cubiertas de las capillas son unos tirantes que inician en las soleras de los muros laterales y que
descansan sobre otra solera paralela al muro de tapia, la cual descansa a su vez sobre unos canes que
van incrustados en estos muros. Estos elementos son importantes en las naves laterales ya que, con
ayuda de unos tensores de madera apuntillados a la estructura de cubierta, soportan los camones en
madera que dan la curvatura a las bóvedas y los cuales ayudan a soportar los cielorrasos en chusque
y esterilla de guadua (Figura 110).
El camarín por su parte posee una solera en todo el perímetro del muro, la cual soporta todas las
alfardas que llegan a una especie de cumbrera (Figura 111 y Figura 112). Esta estructura igualmente
recibe la esterilla de chusque, la cual esta pañetada con mortero de cal y arena y posteriormente,
pintada de blanco. Todo este sistema de cubiertas de madera de la iglesia soporta un manto de
esterilla de guadua amarrada con fique, la cual a su vez sirve de sustento de una lámina de aluminio
y una malla vena. Finalmente se dispone la teja muslera de barro cocido, pegada con mortero de
tierra, arena, cal y agua.
Figura 111. Vista de la cubierta del camarín Figura 112. Detalle de cubierta del camarín
Por otra parte, el único entrepiso que tiene la iglesia es el del coro, el cual se apoya sobre las vigas
en madera, que soportan las zapatas en el mismo material que a su vez recibe un tirante en madera,
siendo este elemento el que llega a unos canes que se encuentran anclados en los muros. Sobre esta
tirante llega una serie de vigas en madera que sirven de base para recibir un alistado en madera. Este
140 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
piso fue intervenido de manera que en la actualidad el acabado que allí se encuentra es en baldosa
de cemento (Figura 113).
2 3 4
Los acabados en general son muy austeros, en los muros priman los pañetes en cal y arena, que
posteriormente a su aplicación se recubrieron con pintura de cal blanca. Las fachadas norte y sur
están parcialmente pañetadas, ya que, a mediados del siglo XX, periodo en el que se estaba
afianzando la disciplina de la restauración en el país, se tendía a mostrar el material portante de los
muros en las iglesias bogotanas, por lo que otras iglesias como San Agustín, San Francisco o Las
Nieves tienen el material portante de los muros de fachada a la vista. Al interior es de destacar la
capilla de San Roque y el baptisterio, donde se han encontrado vestigios de pintura mural con
pigmentos naturales, usada para decorar ricamente los espacios, invistiéndolos de gran valor
artístico.
En este momento la iglesia ha sido objeto de varios estudios que han permitido identificar la
presencia de la pintura mural de manera parcial en zonas como la capilla de San Roque, el camarín
y el baptisterio. En la capilla de San Roque los hallazgos se hicieron en la totalidad de los muros y
el cielorraso, constituyéndose en el espacio que más posee este tipo de pintura en la iglesia y aquel
donde se han llevado a cabo ya varias restauraciones en pro de recuperar este ornamento, ejemplo
de esto fue la restauración de la pintura que se encuentra sobre el arco que comparte con la capilla
de María Auxiliadora. En segundo lugar, el baptisterio, cuyos muros también son ricos en este
ornamento, en la actualidad se encuentra en proceso de restauración, haciéndose necesario para este
trabajo el recuperar varias de las partes mutiladas y disgregadas en la base del muro. En tercer lugar,
la pintura encontrada en el camarín no fue hallada sobre los muros sino sobre la antigua decoración
141
de este espacio, destacándose un elemento en madera pintado que adornaba el arco de este espacio
el cual se desmontó y se trasladó a la Casa Cural (Figura 114)
Tras el mal estado de conservación en que se encuentra el camarín, el padre Fernández retiró estos
elementos que se encuentran en buenas condiciones, resguardándolos en la Casa Cural. Fuente:
Elaboración propia.
Figura 115. Tablón de arcilla y baldosa de Figura 116. Piso en losas de piedra tallada
cemento. del atrio
De los cielorrasos destaca el de la Capilla de San Roque, el cual es abovedado y está fabricado con
chusque pañetado con mortero de cal y arena amarrado con cuan a la estructura. Este hace de lienzo
de la pintura mural presente a lo largo de esta bóveda, como se aprecia en la Figura 117. Los demás
cielorrasos de las demás capillas también son abovedados, pero fabricados con esterilla de guadua,
igualmente pañetada con mortero de cal y arena y pintadas con pintura blanca de cal.
En esta imagen se aprecian los motivos florales de la pintura mural consignada en el cielorraso
de dicha capilla. Fuente: Elaboración propia.
Las carpinterías de la iglesia en su mayoría son de madera, destacando así las puertas de la fachada
principal fabricadas con marcos en madera anclados a los muros, que a su vez son el soporte de las
hojas en madera lacada con botones decorativos y herrajes en acero. Las puertas interiores
igualmente están fabricadas en madera, destacando de estas la que permite el ingreso al baptisterio,
que obedece más a la forma de una reja fabricada con una serie de “balaustres” que sirven de hojas,
y la puerta de acceso a la sacristía por la nave sur, que se encuentra rematada en un arco rebajado y
143
una serie de vidrios de color que decoran el marco en madera, evidente en la Figura 118. Por otra
parte, las ventanas en su gran mayoría también se encuentran fabricadas con marcos en madera, los
cuales soportan los respectivos vidrios, aunque también es posible encontrar marquetería metálica
en algunas capillas un poco más nuevas, con las mismas proporciones que las ventanas en madera y
cuyos vidrios se encuentran pegados al marco con mastick. La ubicación de estas ventanas con
carpintería metálica se puede encontrar en la figura 119.
Esta puerta es una de las pocas en la iglesia que poseen algún tipo de ornamento, destacándose acá
el diseño sobre las hojas y el marco de la puerta que cierra el vano con esa especie de arco
rebajado. Fuente: Elaboración propia.
Con esta revisión por sistemas constructivos se identificaron varios momentos en la fabricación del
edificio, es así como la tapia pisada y el adobe hacen parte de ese primer momento constructivo
fundacional, el cual de ahí en adelante sirvió de soporte a volúmenes que se adosaron con materiales
y maneras de construir más sofisticadas acorde al estado del arte, evidenciando un desarrollo en las
técnicas constructivas del país. De esta manera se encuentra un segundo momento, que se extendió
hasta el siglo XIX, caracterizado por tener muros de piedra y ladrillo, mostrando una preocupación
por una construcción más duradera y digna para la iglesia; un tercer momento a inicios del siglo XX
caracterizado por muros de bahareque, exponiendo un sistema más liviano, pero con muy buen
comportamiento estructural; y finalmente, a mediados del siglo XX, apareció el ladrillo cocido
pegado con cemento, el cual fue la última etapa constructiva del edificio, demostrando la entrada de
la iglesia a la construcción moderna en el país.
145
10. Valoración
Para poder conservar correctamente la iglesia de Santa Bárbara, es importante identificar los
elementos relevantes tanto históricos como arquitectónicos que posee el edificio, de manera que se
preserve tanto la iglesia como las partes de esta que sean singulares para la historia de la arquitectura
en la ciudad de Bogotá, lo que implica definir los criterios de valoración.
Para poder llegar a este apartado, se realizó anteriormente un estudio histórico crítico en el cual se
pudo revisar e interpretar toda la información concerniente al edificio en cuanto a sus características
urbanas, históricas y arquitectónicas, así como su estado actual. En este punto, el texto se enfocará
en sintetizar aquellos elementos y características que hacen de la iglesia un edificio particular en el
contexto colombiano y bogotano, con el fin de poder conservarlo como un bien que aporte a la
memoria de los ciudadanos y que, además, exalte los valores que la hacen una construcción única y
digna de salvaguardar.
La iglesia de Santa Bárbara representa, en relación con la ciudad, el concepto de antigüedad, ya que
este edificio durante su existencia ha aportado a la escritura de la historia de Bogotá a través de los
distintos hechos importantes que sobre él han acontecido. De esta manera es importante anotar que
como casa de iglesia, entendida esta como la casa de la comunidad religiosa que con el tiempo se ha
reducido al término “iglesia”, siendo la casa de iglesia o para la iglesia, el edificio mismo (Chica,
2015), mas no como construcción, fue fundada en 1565, siendo una de las más antiguas de la ciudad,
de la mano de otras más notorias como La Catedral (1538), Las Nieves (1568) y San Francisco
(1550), convirtiendo esto en un primer argumento para su conservación, en cuanto es la muestra de
la presencia de la religión católica en las ciudades coloniales de América y del rol que jugó esta en
sus fases iniciales en el proceso de ocupación del territorio, a través del posible adoctrinamiento y la
aculturación de los indígenas.
Revisando la historia y el desarrollo constructivo de los templos que se erigieron entre el siglo XVI
y el XVII en la ciudad, los cuales muchas veces fueron demolidos y reconstruidos desde sus
cimientos, se puede afirmar que la iglesia Santa Bárbara es una de las más antiguas de Bogotá, dada
su constitución en 1565 y luego su edificación con el grupo de iglesias coloniales que desde
principios del siglo XVII se construyeron afanosamente. En el caso de Santa Bárbara se erigió la
nave central en 1630, que aún se conserva rodeada de adiciones posteriores en las naves laterales,
las cuales dejan entrever esa construcción inicial como vestigio de la arquitectura del siglo XVII y
146 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
los siguientes, constituyendo una muestra de las construcciones religiosas de la época colonial y su
evolución en el tiempo.
La fundación de la iglesia de Santa Bárbara en 1565 dado su origen, es evidencia del proceso de la
encomienda en Santafé, centro de poder del Nuevo Reino de Granada, y por lo tanto del poder
económico de los encomenderos en la colonia, el que les permitió construir templos de grandes
proporciones, siendo este un ejemplo. Este templo tiene un origen muy particular basado en el
agradecimiento por la protección de los encomenderos ante los rayos, siendo entonces evidencia de
los procesos sociales, políticos y económicos del periodo colonial, entre los cuales se cuentan la
encomienda, la mita urbana y la evangelización, permitiendo entender parte del desarrollo urbano,
los procesos de expansión y de organización social en Santafé.
De la mano de estos fenómenos históricos de dominación, y con los pueblos de indios que se le
asignaron como feligresía en 1585, Santa Bárbara también es muestra de los procesos de
evangelización de los indígenas del territorio en el siglo XVI, la única parroquia a la que se le asignó
población indígena en Santafé. Por otra parte, se le podría designar como uno de los templos más
importantes e indispensables para la evangelización en el territorio, en cuanto que, por este debían
pasar todos los sacerdotes para aprender chibcha, antes de que les fuese asignada una iglesia
doctrinera.
En 1585 cuando se elevó la ermita a parroquia, se detonó un proceso crucial para lo que fue el
desarrollo urbanístico y físico de la ciudad, la iglesia sirvió como ente administrativo, religioso,
político y social luego de este hecho, siendo, en compañía de otros pocos ejemplares, los únicos
vestigios que se conservan y que dan testimonio del funcionamiento de las instituciones
administrativas en la sociedad colonial de la joven Santafé.
Gracias a esta nueva categoría y con la ubicación estratégica que poseía el lugar donde se fundó la
ermita, entre la ciudad y las afueras, el edificio es importante como punto de referencia para el inicio
del desarrollo urbano, ya que es gracias a esa primera construcción que se impulsó el crecimiento de
la ciudad en sentido sur, atrayendo gran cantidad de la población migrante a Santafé. Estos nuevos
pobladores se fueron asentando alrededor de la iglesia, convirtiendo a Santa Bárbara y la carrera
séptima en los elementos que orientaron las directrices físicas para el posterior desarrollo urbano del
barrio.
Con estos dos procesos históricos también es importante señalar que la iglesia, dada su antigüedad,
posiblemente sirvió religiosamente a personajes influyentes para la historia nacional que residieron
147
en el barrio, además de ser testigo y participe de varios hechos históricos ya nombrados, como la
desamortización de manos muertas, la Constitución de 1886, el centenario de la independencia, el
Bogotazo, entre otros. Estos hechos importantes sobre la iglesia la han afectado significativamente,
a tal punto que han contribuido en la conformación de su aspecto formal actual, lo que la convierte
en un documento donde la historia de la ciudad y del país ha quedado plasmada sobre su forma y
materialidad.
Con los procesos de demolición del barrio Santa Bárbara que se llevaron a cabo en el siglo XX, en
donde se derribó casi la totalidad del área que abarcaba, la iglesia pasó a ser, además del elemento
que fundó el lugar, uno de los pocos vestigios que se conservan del sector colonial, siendo importante
su preservación, ya que del barrio del siglo XVI solo se conserva en la actualidad parte del trazado
y algunas casas. Estas pocas construcciones aun existentes que se logren conservar serán las que
cuenten que en esta zona existió un barrio con valores históricos para la ciudad, que desapareció por
la falta de valoración del patrimonio y el descuido por parte de las entidades encargadas de la
protección de los bienes culturales de la ciudad, generando no solo la destrucción de simples
edificios, sino de parte de la historia de la capital.
A pesar de haberse ido restringiendo su espacio, quedando confinada en un contexto ajeno y cada
vez más lejano de su esencia, se han respetado los elementos básicos de su tipología arquitectónica
que permiten identificar con claridad los componentes del programa y su planta basilical. Así mismo
el desarrollo frente a los predios vecinos ha preservado las rondas y las fachadas libres, lo que
favorece su conservación y su apreciación de manera integral.
Por otra parte, el desarrollo arquitectónico de la iglesia posee un valor que radica en la participación
colectiva de las distintas personas y sociedades civiles que han colaborado para que haya llegado
hasta la construcción que se conoce en la actualidad. De esta manera, es importante nombrar el papel
de las cofradías como las agrupaciones que han mantenido a la iglesia por casi quinientos años,
haciendo de Santa Bárbara un objeto que evidencia el papel de las comunidades religiosas civiles en
el territorio nacional. En la actualidad la iglesia tiene un significado relevante para la comunidad
practicante del catolicismo de la capital, ya que, si se analiza la ciudad, la carrera séptima posee gran
cantidad de iglesias de todos los tipos y lenguajes arquitectónicos generando un eje religioso
importante para Bogotá, en donde Santa Bárbara es parte esencial.
los elementos permite revelar las condiciones de la época en que se realizó el edificio, portadas en
piedra que delimitan los accesos, que aunque se agregaron posteriormente, son una reinterpretación
de las que existieron hasta el siglo XIX; pisos en tablón de arcilla, sistemas constructivos en tierra o
piedra, estructuras de cubierta en madera y la característica teja de barro sobre estructura de par y
nudillo, plasmando así una construcción realizada en el siglo XVII. Actualmente destaca respecto a
su contexto, ya que, la arquitectura que ahora rodea el edificio es de un lenguaje más moderno y
contemporáneo.
Además de estos aspectos formales generales respecto al lenguaje que posee la iglesia, esta se
caracteriza también por la calidad artística del Expositorio, el cual, más allá de ser un objeto
agregado, posee gran calidad en el labrado debido al reciclaje de la decoración del camarín. Por otra
parte, la pintura mural encontrada en la capilla de san Roque, el camarín y el baptisterio, es una de
las joyas artísticas coloniales de la iglesia, ya que esta, adicional a la técnica usada, posee un valor
que radica en ser evidencia de la intervención indígena en el templo.
Santa Bárbara posee cierta singularidad que se hace interesante al conocer el desarrollo constructivo
de la iglesia, ya que el edificio se construyó primero hasta cierto punto, presumiblemente diseñado
y planificado, y desde el cual inició un proceso de ampliación paulatina en donde aparecieron nuevos
espacios y capillas gracias a las cofradías, que generaron el templo que se aprecia hoy. Esto hace de
la iglesia un elemento particular, evidenciando un edificio único en cuanto a la heterogeneidad de la
construcción de sus partes, con fases identificables y que logran mostrar un hecho construido
coherente teniendo en cuenta que la conservación de las intervenciones dentro de la iglesia ha sido
uno de los pilares claves para la conformación del edificio actual, de esta manera se genera una
iglesia asimétrica tanto en planta como en alzado, característica sumamente extraña en la estructura
de las iglesias coloniales.
Bajo los pañetes, en los muros de la iglesia, se oculta uno de los valores más importantes en cuanto
a la historia de la arquitectura y la construcción en la ciudad concierne, y es que, dada la antigüedad
149
De esta manera, es uno de los pocos edificios en los que se logra apreciar técnicas tradicionales desde
la tapia pisada, pasando por la piedra con ladrillo y el bahareque, hasta otras más contemporáneas
como el ladrillo macizo, siendo el edificio un buen ejemplo de cómo combinar técnicas para generar
un edificio de un solo lenguaje y sobre todo estructuralmente funcional.
Finalmente, la pintura mural que le acompaña, así como los retablos y otros elementos que hacen
parte del edificio, enriquecen la iglesia a la vez que complementan la lectura del mismo, al permitir
entender la presencia de manos indígenas en ella, así como expresiones artísticas diversas que
contribuyen a la historia del periodo colonial en el país.
150 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
11. Diagnóstico
Hasta aquí se ha realizado una revisión general sobre cómo es la iglesia de Santa Bárbara, pasando
por el estudio histórico crítico en el cual se trataron los antecedentes y la evolución del edificio a la
luz de los diversos hechos y dinámicas del contexto que han producido sus distintos cambios,
dotándolo de elementos históricos y simbólicos que lo revisten de un valor patrimonial muy relevante
para la ciudad y el país. A esto se sumó el reconocimiento y análisis arquitectónico y estructural de
la iglesia a partir de la información consultada y plasmada en la primera parte de este documento.
A partir de lo anterior se describirán las problemáticas que el edificio posee actualmente desde lo
macro hasta lo micro, pasando así desde la escala urbana, la arquitectura desde los ámbitos formales
y funcionales, hasta llegar a la materialidad definiendo así su estado de conservación actual,
caracterizado por ser la identificación y el análisis de las distintas patologías presentes en el edificio
a través de los mecanismos de daño. Esta metodología es óptima para plantear las causas de las
lesiones, para así finalmente, en la propuesta de intervención, definir la atención de los daños que
aquejan a la iglesia.
Con la destrucción de casi la totalidad del barrio por parte del Banco Central Hipotecario (BCH) y
la construcción del conjunto Nuevo Santa Fe en 1980, se desplazaron miles de habitantes oriundos
del barrio hacia otros puntos de la ciudad, dada la gentrificación que se produjo por los altos costos
que poseían las nuevas viviendas. Esta disminución y el cambio de la población tradicional,
acompañada de la construcción de decenas de edificios institucionales en los predios que quedaron
vacíos, propiciaron también un cambió en la connotación del barrio, de meramente residencial a uno
en donde las actividades institucionales ocupan gran parte del suelo, como se retrata en el Plano 27.
151
Se logra ver la dualidad entre las instituciones (gris) y la vivienda (amarillo), lo cual ha
desembocado en la baja asistencia a la iglesia y el aumento de población flotante en el sector.
Fuente: Recuperado de Mapas Bogotá, 2020 (https://mapas.bogota.gov.co/)
Las intervenciones más contemporáneas en el barrio han ido poco a poco confinando la iglesia,
generando la pérdida del conjunto que conformaba con el cementerio, además de hacerla equiparable
y casi imperceptible en el perfil urbano como el edificio notable que fue (Figura 120).
En la imagen se identifican las edificaciones vecinas que, con todas las dinámicas urbanas han
tratado de mantener una escala mesurada respecto a la iglesia. Fuente: Recuperado de Youtube,
2020 (https://www.youtube.com/)
152 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Aunque se brindaron amplias zonas de espacio público en el sector buscando la activación del
lugar, este espacio no se usa en la actualidad permaneciendo la mayor parte del tiempo solo.
Fuente: Recuperado de Google Maps, 2020, (https://www.google.es/maps/@4.5920514)
Por otra parte, no se ha logrado integrar de manera efectiva el sector al centro histórico y, al contrario,
lo que han promovido es su aislamiento y olvido con unas intervenciones poco acertadas. Un ejemplo
153
de esto se ve reflejado en la construcción del Archivo de Bogotá (Figuras 121 y Figura 122), edificio
que se proyectó buscando tejer el centro histórico de la ciudad con barrios más recientes como Las
Cruces y el propio Santa Bárbara, aunque finalmente más que generar dicha conexión, rompió con
la morfología de las manzanas coloniales y continuó con la promoción de las actividades
institucionales por encima de las residenciales en el sector, dotando así a la zona con una gran área
de espacio público que no ha tenido el impacto ni uso esperado.
Con estos antecedentes y agregando los problemas de inseguridad del barrio, se ha producido una
disminución abrupta en el uso de la iglesia, de manera que las misas que allí se imparten tienen un
índice muy bajo de asistencia, encarnada en unos pocos residentes del barrio y población flotante,
correspondiente a funcionarios de las instituciones aledañas. Aunque se entiende que el uso de la
iglesia no va a cambiar, aun si la actividad dentro de esta es muy baja, la poca asistencia y la pérdida
de identidad y pertenencia por parte de los pocos habitantes del barrio seguirá generando gran
desconocimiento acerca del edificio por parte de los bogotanos y hasta de los mismos entes
encargados del patrimonio, produciendo así un continuo deterioro físico que, en el peor de los casos,
podría llevar el templo a la ruina y por ende, a la pérdida del patrimonio local.
Figura 123. Anillo de seguridad de la Casa Figura 124. Vista de la calle 6 con carrera 7.
de Nariño.
En la foto se ve claramente el paramento que se marcaba con las construcciones históricas y que se
rompe con la aparición del retroceso del edificio de la DIAN. Se destaca la desproporción en altura
que este edificio posee. Fuente: Recuperado de Google Maps, 2020,
(https://www.google.es/maps/@4.5920514,-74.0774612,19.75z)
Los procesos de construcción por los que ha pasado el barrio y por los que posiblemente pasará en
el futuro con los proyectos que se implantarán en el barrio en la medida que se sigue consolidando
el sector, han producido la construcción de edificios que disminuyen la jerarquía arquitectónica y
urbana de la iglesia. Un ejemplo de esto es el edificio de la DIAN, ubicado en la carrera 7 con calle
7, el cual con sus casi diez pisos rompe con la escala en altura del barrio, que se caracterizaba en la
colonia por poseer viviendas de uno y dos pisos; además se retrocede el paramento generando un
espacio que, aunque no es simbólico, sí produce un quiebre en el trazado que sólo los edificios
importantes en las ciudades coloniales poseían. Dicha ruptura puede apreciarse en la Figura 125.
Con esto, lo que se quiere decir es que la construcción de edificios de mayor altura a la iglesia y los
retranqueos de los paramentos en el contexto inmediato de la misma es sumamente perjudicial para
155
esta, ya que le arrebata el valor de ser el edificio más importante del barrio y, por ende, la escala
monumental que la caracterizaba en la ciudad colonial. Aunque se entiende que la construcción de
nuevas edificaciones es necesaria, estas deben respetar los parámetros que la historia del barrio dicte
para que la iglesia siga destacando entre las demás construcciones.
Uno de los aspectos que más afectan a la iglesia, constructivamente hablando, es el transporte
automotor que circula sobre la carrera séptima, ya que la contaminación que expulsan los vehículos
ha producido altos problemas de suciedad sobre los muros y en especial sobre la piedra del atrio,
donde las partículas contaminantes han contribuido en la degradación del material (Figura 126). Por
si fuera poco, estas lesiones se han agravado gracias a la vibración del tráfico pesado, lo que ha
producido agrietamientos en los muros de la iglesia. Aunque tomar decisiones como la
peatonalización de la séptima se sale de la capacidad administrativa de la iglesia, es importante tener
en cuenta estos problemas para que sea protegida contra estos factores que van destruyendo su
estructura.
Cuando iniciaron los problemas de degradación física del barrio, también comenzaron los problemas
de inseguridad para la iglesia, siendo esta víctima de varios robos y vandalismo. Es importante decir
que su misma arquitectura dio pie a que el edificio se convirtiera en un foco de inseguridad, favorable
156 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
en las noches para acoger habitantes de calle especialmente sobre el espacio del atrio, que, por su
falta de continuidad evidente en la Figura 127, generó un nicho ideal para la ocupación nocturna.
Buscando evitar que la iglesia siguiera siendo víctima de los robos, el padre encargado decidió
instalar una reja sobre la fachada norte esperando proteger los tesoros y las obras de arte que posee
la iglesia. Esta, aunque cumple con su función, contribuye a que se agraven los problemas de
inseguridad sobre la calle, haciendo de esta un lugar hostil e ideal para actos delictivos, además de
que la reja como elemento arquitectónico se presenta muy denso, generando un bloqueo visual y
físico entre la iglesia y el peatón, que evita que la totalidad de la edificación se aprecie con claridad,
lo que disminuye su valor estético y aleja la propia edificación de las personas, imposibilitando la
apropiación e interacción física con el edificio (Figura 128).
Figura 127. Esquina en la zona sur del atrio Figura 128. Reja instalada en el 2017
Dadas sus características, este rincón es Este elemento oculta y no deja apreciar
propicio para la pernoctación de los con claridad las fachadas de la iglesia,
habitantes de calle. Fuente: Elaboración además de evitar la interactuación con el
propia. peatón. Fuente: Elaboración propia.
157
A través del tiempo, la iglesia Santa Bárbara ha sido objeto de varias intervenciones, no todas con
resultados que exalten sus valores arquitectónicos coloniales. Luego de la construcción de las
capillas laterales de la iglesia, desde una etapa muy temprana del templo, fueron construidas unas
claraboyas de distinto lenguaje al actual sobre la nave central del edificio buscando poder dar
iluminación cenital al espacio. Con la intervención de Corradine en 1983 se construyeron más
claraboyas, modificando la geometría de las existentes, pasando de ser una ventana de vidrio,
simplemente apoyada sobre el faldón, a un volumen con cubierta a un agua y ventanas de vidrio,
como se ve en la Figura 129, señalando que esta intervención se basó sobre las ventanas
preexistentes. Aunque funcionalmente operan muy bien, ya que permiten la iluminación y
ventilación de la nave central, son elementos que por su geometría no se ven comúnmente en la
arquitectura de una iglesia colonial, siendo aquí donde se vuelve problemático el elemento, ya que
su presencia interfiere en el lenguaje y los valores estéticos de la iglesia.
Figura 129. Vista de las claraboyas sobre la cubierta instaladas por Alberto Corradine en 1983.
Las claraboyas son un elemento que, aunque es necesario, su forma actual choca con el lenguaje
colonial de la iglesia. Fuente: Elaboración propia.
Es claro que la iglesia ha sido resultado de las distintas adiciones volumétricas sobre la nave central
y que estas en su mayoría, han prevalecido para dar origen a la iglesia que existe en la actualidad.
Sin embargo, a comienzos del siglo XX se adosó una casa en la zona norte y oriental de la iglesia,
158 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
produciendo su ocultamiento tras la nueva construcción, que más que una adición al edificio fue un
elemento parásito que hizo uso del espacio libre del predio del templo para emplazarse.
En esta foto se aprecia parte de la construccion que se adosaba al camarín y que ya se demolió,
demostrando como el depósito, en el costado izquierdo, también interfiere con la volumetría del
espacio. Fuente: Recuperado de Google Maps, 2020, (https://www.google.es/maps/@4.5920514,-
74.0774612,19.75z)
En 1983 se empezó a demoler esta construcción ya que traía consigo problemas estructurales al
edificio, conservando únicamente dos espacios: en primer lugar, uno que se acopló bien con la
fachada y que en la actualidad funciona como osarios, y otro, ubicado al lado del camarín, que
alberga el depósito y el baño. Aunque las adiciones que se hicieron en el templo a través del tiempo
no fueron regidas por ningún plan o norma, estas trataban de acoplarse y de seguir cierta lógica
compositiva que podría poseer cualquier tipo de iglesia, en contraposición a esto, el volumen del
depósito y el baño se recargan sobre el volumen del camarín, quitándole la jerarquía espacial y
volumétrica a dicha estructura (Figura 130).
Uno de los elementos más problemáticos y neurálgicos en la historia del templo ha sido la existencia
de la torre o espadaña que se ubicaba en la zona norte de la fachada principal, de la cual, como se
dijo anteriormente, existieron cinco versiones distintas desde que apareció en el siglo XVIII y se
demolió finalmente en 1983, ya que generaba daños estructurales sobre los muros de fachada de la
edificación. Aunque volverla a reconstruir sería mantenerse en la discusión infinita si demolerla o
conservarla, es importante demostrar que esta existió, ya que fue una estructura que hizo parte del
edificio por varios años, integrándose a la memoria de los capitalinos y evidenciando el crecimiento
159
de la ciudad, siendo el elemento que destaca y se identifica en el paisaje urbano. Ejemplo de estos
componentes que marcaron la historia del edificio y de los cuales se puede apreciar la huella que
dejó su existencia es: las ventanas superiores de la nave central, los osarios y el depósito, que aún se
conservan, así como el piso en ladrillo tablón, que se encuentra a la vista en la capilla de San Roque.
Con los cambios físicos que ha sufrido la iglesia a través de distintas intervenciones para mejorar la
apariencia del edificio, se agregaron pisos en baldosa de cemento construidos sobre el piso original
en tablón de arcilla, como se aprecia en la Figura 131. Este último fue comúnmente usado en las
construcciones de la colonia, en parte por la posibilidad de mejorar el equilibrio hídrico de la
edificación, por lo cual el baldosín de cemento no solo afectó la estética sino el comportamiento
ambiental y físico de la materialidad del edificio. De la mano de la capilaridad proveniente del suelo
es problemática la instalación del zócalo en madera alrededor de la base de los muros de toda la
iglesia, ya que se presume se construyó para poder ocultarla, sin embargo, este es un elemento que
por esta naturaleza no posee ni aporta ningún valor estético que refuerce la sencillez del leguaje
colonial por el que la iglesia se caracteriza.
En la imagen se logra ver parte del zócalo en madera, piso en listón machihembrado de madera,
piso antiguo en tablón de arcilla y finalmente tableta de cemento. El zócalo en la actualidad oculta
las lesiones de la capilaridad en los muros, al igual que la tableta de cemento contribuye al ascenso
de la humedad. Fuente: Elaboración propia.
160 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Como se mostró en la historia de la iglesia, desde su fundación, Santa Bárbara no ha sufrido cambios
importantes de uso, es decir, el edificio siempre ha funcionado como iglesia y posiblemente, siga
funcionando como tal en un futuro, dadas las tradiciones sociales y culturales que se viven en el país,
y al contrario, se ha ido consolidando con una lógica perfectamente aceptable en términos
funcionales religiosos católicos. Enfatizando en el uso de los espacios, estos aún conservan la
función para la que se construyeron, ejemplo de esto son las distintas capillas y la sacristía, las cuales
nunca han cumplido otra función aparte de salvaguardar las imágenes religiosas y servir de espacio
para llevar a cabo el acto litúrgico y actividades piadosas que son las que mantienen viva la iglesia.
Figura 132. Reja que lleva a la capilla de La Figura 133. Estado actual del baptisterio.
Inmaculada.
A diferencia de estos, existen tres espacios que sí han sufrido cambios de función, siendo estos
curiosamente, de los lugares fundamentales para el funcionamiento de esta iglesia en particular: la
capilla de La Inmaculada, el baptisterio y el camarín. La capilla de La Inmaculada (Figura 132),
construida en 1953 en la restauración realizada por Carlos Ulises Salamanca, es la capilla más nueva
161
de la iglesia y tal vez a la que menor valor se le ha otorgado, en primer lugar, por su poca antigüedad
y en segundo, por la falta de calidad artística que esta capilla posee. Dadas estas condiciones, en los
últimos años el espacio se clausuró dejando de servir para el culto de los fieles, para esto se instaló
una reja imposibilitando la entrada tanto a la capilla como a los antiguos osarios y usando el lugar
como un depósito en donde se guardan imágenes en desuso, materiales de construcción y la nueva
pila bautismal portátil. Ante este panorama, es importante recuperar la función del espacio porque
es evidencia del crecimiento de la iglesia, remata la nave sur e igualmente posee contacto visual y
espacial con el resto de esta, siendo un lugar propicio para salvaguardar alguna advocación. Estas
relaciones arquitectónicas son la principal razón para que el uso de depósito se suprima, ya que
actualmente opaca la función religiosa del resto del templo.
Otro espacio que carece de un uso relevante es el antiguo baptisterio, el cual se clausuró y fue usado
durante varios años como osarios, los cuales en 2017 fueron demolidos dejando el espacio como
depósito de materiales. En la actualidad se han realizado unas calas, identificables en la Figura 133,
que dieron como resultado la existencia de pintura mural, la cual está siendo restaurada,
devolviéndole así la dignidad al espacio. Con esta restauración el baptisterio ha seguido clausurado,
ya que no le ha sido asignado ningún uso en particular, aunque dada la recuperación de los elementos
pictóricos allí encontrados, valdría la pena dotarlo con una función acorde con las dinámicas de la
iglesia.
El coro actualmente se encuentra en buen estado de conservación, siendo un espacio óptimo para
suplir alguna necesidad programática del templo. Fuente: Recuperado de Google Maps, 2020,
(https://www.google.es/maps/@4.5920514,-74.0774612,19.75z)
162 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Los coros en la mayoría de las iglesias han perdido su uso con el paso del tiempo, convirtiéndose en
espacios que, aunque se encuentran en buen estado, carecen de toda actividad para los templos. En
Santa Bárbara el caso no es la excepción, es así como el coro no cumple ninguna función, siendo, en
términos prácticos, un desperdicio de área utilizable en la iglesia, y en términos simbólicos, una
subvaloración de un espacio que historicamente es fundamental, en cuanto se asevera que nació con
el templo (Figura 134).
Figura 135. Estado actual del Figura 136. Rampa metálica de acceso a la
apuntalamiento del camarín. iglesia por la nave norte.
Se puede ver algunos de los pares Esta posee pendientes excesivas y esta
podridos de la estructura de la cubierta, al desprovista de antideslizantes para un
igual que las mutilaciones sobre el arco correcto y seguro uso. Fuente:
de la decoración del espacio. Fuente: Elaboración propia.
Elaboración propia.
Por otra parte, y con un destino parecido al de la capilla de La Inmaculada, se encuentra el camarín
(Figura 135), el cual, como se ha dicho, dado el origen de su construcción y su ubicación en cuanto
a la distribución espacial de todo el templo, se cataloga como el espacio más importante y sagrado
de toda la iglesia, ya que era aquí donde se veneraba la imagen de Santa Bárbara. Con la clausura
que sufrió y la construcción del expositorio que impide la visibilidad del espacio, este empezó a
funcionar como vivienda del párroco y finalmente como un simple depósito abandonado. Como se
dijo anteriormente y como afirma Corradine (2002), la clausura y construcción del expositorio
produjo que se rompiera la relación espacial y visual entre nave- presbiterio- camarín, siendo esta
operación muy poco vista en las iglesias bogotanas. Es lastimoso igualmente el estado en que se
163
encuentra actualmente el camarín, ya que está abandonado, con la cubierta a punto de desplomarse
y siendo desperdiciado como punto focal y sagrado del templo.
Por otra parte, es importante nombrar el espacio asignado a los osarios, el cual ya fue clausurado y
los restos trasladados. Estos se ubican actualmente en el norte de la edificación, mientras que su
antiguo espacio se encuentra en desuso, lo que produce que tenga graves problemas de conservación,
además de estar siendo desperdiciado, pudiendo satisfacer las necesidades programáticas del templo.
Finalmente, frente a la normativa funcional actual, la iglesia no posee la accesibilidad indicada para
las personas con movilidad reducida, el edificio actualmente posee un par de rampas metálicas en el
costado norte que ayudan a acceder al atrio (Figura 136), pero dada la pendiente excesiva, la falta de
antideslizantes y la condición material que poseen, se convierten en un objeto inservible y peligroso.
Para entender cómo es el estado actual de la edificación en cuanto a su estabilidad material, en este
apartado se analizará la información plasmada en los planos de calificación y en las fichas de registro
y calificación patológica. En estas se identificaron las causas y las lesiones en cada uno de los
espacios que componen la iglesia, buscando con esta clasificación armar para cada una de las
lesiones lo que se conoce como el mecanismo de daño, definido como el proceso por el que pasa una
lesión desde sus causas hasta su posible trascendencia y afectaciones en el futuro. Para hacer un
análisis ordenado, se describirán los distintos daños por sistemas de la edificación, identificando las
causas que han producido las lesiones. De esta manera se iniciará el análisis desde la cimentación,
pasando por el sistema murarío, pisos y entrepisos, carpinterías, cielorrasos y finalmente cubiertas.
arco de descarga encontradas en las esquinas de las ventanas que dan a la capilla de María
Auxiliadora, además de otras encontradas en el arco que lleva de esta última capilla a la de la Virgen
de Altagracia, mostrando así fallas en la cimentación de los contrafuertes permitiendo la aparición
de esta lesión.
Figura 137. Grietas por arco de descarga en Figura 138. Diagrama de asentamiento
los vanos de las ventanas del camarín. diferencial
En esta zona se encuentran las grietas Las fallas en la cimentación por causas
mas pronunciadas, evidenciando mayor del terreno producen cierto hundimiento
afectacion en la cimentacion. Fuente: y vuelco en zonas del edificio,el cual se
Elaboración propia. manifiesta a traves de grietas en las
esquinas de los vanos. Fuente:
Elaboración propia.
La zona norte del atrio posee una grieta de gran tamaño producto de un asentamiento diferencial de
la plataforma por el hundimiento del terreno y posiblemente fallas en la cimentación (Figura 79), lo
que ha generado otros daños como suciedad y filtración de agua del terreno a través de esta abertura.
Finalmente, el espacio con peores problemas de cimentación es el camarín, el cual posee un alto
porcentaje de grietas por arco de descarga en las esquinas de las ventanas, siendo aún más grave las
grietas que han ido apareciendo entre la unión del muro del camarín y el muro testero de la iglesia,
165
Las fallas de la cimentacion han producido que se quiebre el atrio debido a los asentamientos
diferenciales. Fuente: Elaboración propia.
Aunque por los daños encontrados se deduce que no existen asentamientos graves, sí es necesario
realizar una verificación de verticalidad y nivelación que permitan deducir la forma en que se ha
deformado la iglesia, de manera que pueda realizarse un seguimiento a futuro. Por otra parte, un
estudio de suelos y un estudio de vulnerabilidad estructural podrían verificar el impacto que se
identifica del tráfico vehicular y los cambios de humedad en el terreno que hoy afectan la iglesia.
La condición de los daños en los muros de la iglesia, los cuales se encuentran construidos con
distintas técnicas constructivas como tapia, piedra y ladrillo, bahareque y adobe, en términos
generales es leve, ya que, aunque no se presentan grietas que amenacen la estabilidad del edificio, a
excepción de las nombradas por asentamientos diferenciales, los muros están siendo objeto de otros
agentes que a futuro podrían traer daños más graves.
Además de las ya nombradas, el edificio posee algunas grietas por junta natural sobre algunos muros,
las cuales suelen aparecer por incompatibilidad de los materiales respecto a su comportamiento físico
con los cambios higrotérmicos. Es así como en algunas zonas de la nave central se ven ciertas fisuras
166 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
horizontales que corresponden a resanes de regatas con morteros en cemento, el cual se comporta
distinto y no se adhiere a los muros en tierra, amenazando, si no se remplazan, con el
desprendimiento de estos resanes. Las zonas construidas con técnicas como bahareque de tierra
poseen una gran cantidad de agrietamientos y desprendimientos precisamente en los lugares donde
colindan los parales con los rellenos de tierra, evidenciado en las grietas verticales vistas en la Figura
140 e interpretado en el diagrama de la Figura 141.
Figura 140. Juntas diferenciales en muros Figura 141. Diagrama de junta natural
de bahareque
Una de las lesiones que más ha venido afectando el sistema murario de la iglesia es la capilaridad,
producto de la alta humedad presente en el terreno, el aumento de la impermeabilidad con el acabado
de piso superpuesto por dentro y por fuera y la falta de ventilación en la base de los muros que evita
la traspiración de los mismos y la evaporación del agua del suelo en ascenso (Figura 142), lo que ha
producido varios daños sobre todo en los pañetes del edificio y en los muros que poseen el material
portante a la vista. Dicho esto, sobre la piedra y el ladrillo a la vista de las fachadas ha crecido una
gran cantidad de vegetación y organismos, que sobre todo ha invadido las superficies bajas de los
muros, debido a la humedad almacenada allí, como se aprecia en la Figura 143. Por otra parte, y
167
gracias a los planos inclinados y texturas rugosas que poseen los contrafuertes, el constante lavado
por las lluvias sobre estos elementos que se encuentran a la intemperie ha propiciado el
almacenamiento de humedad, ambiente óptimo para el crecimiento de musgos y algas, además que
la suciedad dada por el lavado diferencial sobre los elementos produce un aspecto de descuido y
abandono en las fachadas de la iglesia.
antiguo baptisterio, el cual ha perdido gran cantidad de adobe, disminuyendo la capacidad portante
de la estructura muraría (Figura 144)
Se puede ver la costra de sales que se han depositado sobre la columna, siendo este espacio el mas
afectado por dicha patologia. Fuente: Elaboración propia.
Se evidencia la huella de las mutilaciones de los elemento decorativos que se han llevado a cabo en
el espacio, dejando gran cantidad de faltantes sobre los muros. Fuente: Elaboración propia.
169
Es importante nombrar la mutilación que se ha llevado a cabo sobre los muros, dejando así grandes
perforaciones producto de distintas intervenciones sobre el bien, siendo ejemplo de esto: el desmonte
de los antiguos osarios que dejaron la retícula de la estructura marcada en el muro; el retablo de la
capilla de Altagracia junto al cancel ubicado en el acceso de la iglesia que da sobre este mismo
espacio, dejando los huecos de los taquetes con los que se anclaban al muro; además de la decoración
del camarín, la cual también se desmontó dejando bastantes faltantes sobre los muros y el arco del
vano que comunica con el resto de la nave (Figura 145), demostrando con todo esto gran descuido y
falta de interés por mantener una buena imagen de la iglesia.
Las columnas sobre todo se han visto afectadas por factores ambientales producto del tránsito del
transporte automotor que se desplaza por la carrera séptima. De esta manera, la suciedad y la
polución presente ha generado la erosión de los elementos en piedra de las columnas lo cual ha ido
generando la disgregación del material petreo. Este fenómeno se ha visto agravado por la presencia
de habitantes de calle que se aprovechan de la piedra, desprendiendo fragmentos de esta.
Los pisos y entrepisos al interior de la iglesia se encuentran generalmente en buen estado, dado que
el uso constante del edificio ha permitido un mantenimiento juicioso de estos, aunque existen algunos
que, dada su antigüedad, se han visto mayormente afectados. Los pisos en losas de piedra que se
encuentran hacia el exterior del edificio, dada la falta de protección del material pétreo y la alta
contaminación, producto de los vehículos en la carrera séptima, presentan erosión por delaminación
en la mayoría de su superficie, la cual se hace evidente por el desprendimiento de estratos de la
piedra en forma de láminas. Igualmente, dado el constante uso del espacio, se han generado grandes
áreas con erosión mecánica sobre los escalones de acceso al atrio (Figura 146). Es importante decir
que estos se encuentran a la intemperie y no han recibido un adecuado mantenimiento siendo
afectados en primer lugar por, desprendimientos de la piedra producto de impactos por la presencia
de habitantes de calle, quienes, dadas las condiciones urbanas que permiten su constante circulación
en el lugar, también se aprovechan de la piedra amenazando así con la desaparición de los elementos
ornamentales. En segundo lugar, la falta de aislamiento y de mantenimiento, ha provocado que la
alta humedad en el ambiente y el poco deshierbe en las zonas exteriores de la iglesia, propicien el
crecimiento de vegetación en las juntas de las losas de piedra la cual podría amenazar con afectar
por deformación o pérdidas dichos pisos o aun peor, quebrar los elementos.
Figura 146. Vista de las escaleras del atrio. Figura 147. Vista del piso en la nave
central.
En la zona con listones de madera machihembrada se han presentado mutilaciones del piso que no
se han reparado, lo que implica la aparición de unos cambios de nivel, amenazando sobre todo la
seguridad de los usuarios del edificio. Por otra parte, hay zonas que presentan graves problemas de
erosión mecánica de la madera, haciéndose cada vez más delgada producto del uso del edificio, lo
que conlleva a varios desprendimientos de sus fibras. También ha conducido a la ruptura de la
estructura de soporte del piso, lo que, si no se llega a intervenir, podría estar llegando hasta la ruptura
misma del acabado en listones. Es importante enunciar que algunos de los elementos de madera tanto
del piso como de otras zonas como la cubierta o la carpintería no se han inmunizado, lo que
contribuye a su desgaste.
Otras lesiones sobre el piso en baldosa de cemento de la iglesia se han presentado de manera más
puntual, siendo notable el desmonte del cancel secundario en el acceso de la nave norte producto de
modificaciones arquitectónicas en el edificio, dejando así la mutilación de los anclajes sobre el piso;
unas exploraciones en el piso (Figura 148), las cuales no se repararon correctamente con un adecuado
171
apisonamiento del terreno, dejando así las baldosas sueltas y sin una buena estructura de soporte, lo
que ha llevado a la ruptura de varias, además de desprendimientos de las mismas.
Luego de que se levantara todo el piso de baldosa de cemento en una de las capillas dejando en
evidencia el acabado en tablón de arcilla original, se pudo constatar que este último está en muy
buenas condiciones para el uso del espacio mostrándose sin ningún tipo de fractura, lo que solo
implicó el lavado y retiro de mortero que se usó para pegar la baldosa de cemento. Finalmente, el
piso del camarín y el depósito se encuentran en un estado de daño importante, ya que las malas
condiciones de la cubierta que han producido filtraciones, agravándose por su uso como depósito,
han afectado el acabado de madera del piso, el cual se ha venido envejeciendo, dando paso a algunos
desprendimientos de los listones, los que si no se reparan podrían llevar a la pudrición de los pisos
y por ende de los elementos estructurales que los soportan (Figura 149). El acabado del contra piso
del camarín, hecho en cemento, está en pésimas condiciones, dado que se encuentra totalmente
fracturado con un gran faltante en la mitad del espacio producto de la condición de depósito del área
(Figura 150), uso para el que no fue diseñado.
Figura 148. Vista del piso en la nave sur. Figura 149. Estado del piso del depósito
Evidencia de la ruptura del piso del camarin, destacandose la mala factura del mismo y el uso
inapropiado que se ejerce en el espacio. Fuente: Elaboración propia.
La dilatación y contracción del material por cambios de temperatura abruptos en la zona del
cielorraso producto de la falta de ventilación, generan fisuras a lo largo del pañete por el mismo
movimiento de este. Fuente: Elaboración propia.
173
Los cielorrasos de la iglesia, compuestos principalmente en las naves laterales por bóvedas
encamonadas pañetadas con mortero de cal y arena, y en la central por tableros de esterilla pañetada
con este mismo mortero, se encuentran en un estado relativamente bueno de conservación, ya que,
aunque no se encuentran expuestos directamente a problemas de humedad gracias a la buena
restauración de la cubierta, los cambios bruscos de temperatura y la falta de ventilación dentro del
edificio han generado una serie de fisuras longitudinales sobre el acabado de los mismos (Figura
151). Aunque estos no han trascendido a desprendimientos mayores, merecen cierto mantenimiento
que procure la cohesión del pañete. Por otra parte, el cielorraso en triplex, presente en el depósito, sí
ha sufrido un poco más de daños, ya que, gracias a la filtración que se da en la cubierta del espacio
debido al desplazamiento de las tejas, se ha ido pudriendo el material de cielorraso (Figura 152).
Aunque esto no amenaza aun con un desprendimiento, podría ser una alerta de que, en la estructura
de cubierta en madera de dicho espacio que no se logró inspeccionar, existen problemas de pudrición
de los elementos estructurales en madera, que a futuro pueden producir el colapso de la cubierta.
Figura 152. Vista del cielorraso del depósito. Figura 153. Detalle de lesiones del camarín.
Los acabados y revestimientos del edificio, compuestos en su mayoría por morteros de cal y arena
pintados con pintura de cal blanca, se consideran de manera general en un estado aceptable de
conservación, ya que, aunque se ha realizado mantenimiento constante como pintar y restituir
algunos pañetes faltantes, los deterioros causados gracias a los problemas de humedad capilar que
poseen los muros de la iglesia, ocultos por el zócalo de madera, hacen que los acabados del edificio
presenten problemas considerables.
Figura 154. Vista del acceso a la nave norte Figura 155. Vista de la capilaridad en la
fachada oriental
Se ha dicho que el zócalo en madera de la iglesia apareció con el fin de poder ocultar los problemas
que estaba generando la humedad capilar sobre los muros, es así como en los espacios que carecen
de este elemento, se manifiestan embombamientos y descascaramientos de pintura (Figura 154),
además de desprendimientos de pañete producto de la alta humedad. En el exterior este fenómeno
se vislumbra en la fachada oriental (Figura 155), ya que, al no haber recibido mantenimiento,
evidencia los mismos daños sobre los recubrimientos producto de la capilaridad. Este problema
requiere una urgente reparación ya que afecta gravemente los acabados de los muros, además, si se
busca retirar dicho zócalo, la humedad capilar debe ser tratada para que frene todas las lesiones que
esta genera en los pañetes y las pinturas, mostrando así un edificio en óptimas condiciones y
amigable con el usuario.
Figura 156. Salpicadura sobre los muros de Figura 157. Chorretones en el muro del atrio.
fachada.
Dado que no existe un anden perimetral, Se puede ver la gargola que no sobresale
la salpicadura en el terreno tras la lluvia del plano de fachada produciendo dicha
produce el ensuciamiento de la fachada. mancha por el lavado de la misma.
Fuente: Elaboración propia. Fuente: Elaboración propia.
176 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
La ausencia de canaletas que recojan el agua lluvia de la cubierta y la falta de un andén perimetral
en el edificio ha generado que la salpicadura del agua combinada con la tierra del terreno ensucie los
acabados de fachadas como la norte y oriente, provocando un mal aspecto de la edificación (Figura
156). Igualmente, la mala ejecución en la construcción de alfajías sobre las fachadas que dejó los
rebosaderos de estas en los extremos, ha producido la aparición de chorretones, distinguidos por ser
bajantes de agua que caen sobre el muro ensuciando la superficie generando un lavado diferencial.
Un ejemplo de estos se aprecia en la fachada norte bajo las esquinas de las ventanas o más
notablemente, bajo las gárgolas en la fachada del atrio (Figura 157), las cuales, al ser muy cortas,
lavan la fachada produciendo igualmente la aparición de musgos y algas. Es de anotar que algunas
zonas del pañete en las fachadas norte y sur han sufrido de fisuras en mapa, producto de la mala
ejecución al momento de preparar los morteros haciendo que estos se cuartearan, viéndose agravado
por los cambios de temperatura y humedad en el ambiente.
Volviendo al interior, aparecen faltantes sobre el pañete dados por impactos accidentales, producto
del tránsito de obreros con herramientas, que en algunos descuidos han impactado contra los muros
provocando dichos daños. Es de anotar la ausencia de mantenimiento luego de haber realizado calas
estratigráficas en algunas zonas del edificio, dejando los pañetes y hasta el mismo material del muro
a la vista, produciendo un aspecto de abandono al interior de la iglesia.
Dada la geometría de la portada principal, el agua arrastra las partículas que sobre las cornisas se
posan generando que estas, con ayuda de la lluvia, ensucien la fachada y se depositen bajo algunos
elementos, produciendo la aparición de algas y musgos. Fuente: Elaboración propia.
177
Los pocos ornamentos y elementos decorativos que posee la iglesia se encuentran en buen estado de
conservación, destacando la portada en piedra del acceso, la cual solo tiene algunos rastros de
suciedad por lavado diferencial, presencia de algunas algas dada la geometría de las cornisas (Figura
158) y erosiones por la contaminación y desprendimientos en la base de la portada producidos por
el impacto (Figura 159), gracias a la exposición con la suciedad del ambiente y al fácil acceso que
tiene a los habitantes de la calle. Algunas molduras presentes al interior de la iglesia como las que
acompañan los arcos que comunican las naves y la del arco toral se encuentran en buen estado.
uso de depósito del espacio, produciendo un mal funcionamiento de los elementos. La marquetería
de las ventanas está construida en su mayoría con perfilería de madera y metálica, la cual también
se encuentra en buen estado físico, con lugares muy puntuales oxidados (Figura 160) pero de muy
fácil reparación.
Un elemento que se encuentra a lo largo de la iglesia es el zócalo en madera, el cual, a pesar de estar
en constante contacto con la humedad del muro, se ha conservado mostrando así buen estado y
solamente algunos faltantes de láminas de triplex en algunos sectores puntuales. Aunque para este
estudio no se evaluó el estado de los retablos, siendo este un trabajo concerniente a los restauradores
de bienes muebles, a simple vista se pueden ver en buenas condiciones, sin embargo, se pudieron
observar algunos faltantes producto del vandalismo y los robos por los que ha tenido que pasar la
iglesia de Santa Bárbara.
179
Urbanos
Las intervenciones urbanas que se lleguen a plantear en el contexto inmediato del edificio
tendrán que ser propuestas de manera que procuren conservar la integridad y lectura física
de la iglesia y de su aislamiento generado por las rondas, además de salvaguardar y recuperar
los valores en el medio urbano en que se encuentra.
Intervenir el atrio recuperando la fluidez de la circulación que este poseía a través de la
reconstrucción de la escalera sur, tratando de dejar huellas e indicios de su actual apariencia
Dada la importancia del crecimiento paulatino de la iglesia se debe tratar de conservar las
intervenciones y adiciones de las que esta ha sido objeto en los diferentes momentos, siempre
y cuando enriquezcan la lectura y contribuyan a reforzar su uso como iglesia, su tipología y
morfología, de lo contrario o de no ser elementos dignos de conservar se deben dejar
vestigios de su existencia.
Liberar volúmenes agregados que afecten la estructura formal y tipológica de la iglesia, que,
además, estén afectando su composición arquitectónica y el carácter y jerarquía de sus
espacios.
Conservar la tipología basilical de tres naves de la iglesia tratando de evitar adiciones que
rompan con esta lectura interna o externamente.
Igualmente se debe propender por mantener el lenguaje y los elementos de la arquitectura
colonial de las fachadas y de la composición misma de la iglesia, a través de la conservación
del color blanco presente en gran parte del interior y exterior, además de la austeridad en
cuanto a la ornamentación.
En caso de ser necesario agregar cualquier volumen en el predio de la iglesia, es posible
siempre y cuando no interfiera con la tipología de este ni con su implantación actual. La
técnica usada debe ser contemporánea, diferenciándose de las existentes con claridad, sin
afectar la legibilidad del volumen existente o produciendo falsos históricos que entorpezcan
la interpretación del inmueble.
180 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Técnicos
La iglesia Santa Bárbara se encuentra reconocida como edificio patrimonial por el artículo 1, donde
se definen estos como los monumentos de gran interés para el estudio de la cultura y la historia, y el
artículo 2, el cual menciona como se erigen en edificio patrimonial las construcciones de origen
colonial, de la Ley 163 de 1959, que se encuentra orientada hacia la defensa y protección del
patrimonio nacional. Adicionalmente también se ve acogida por La Ley 1185 de 2008, cuya
naturaleza es modificar y adicionar la Ley general de cultura (Ley 397 de 1997), en su artículo 1,
que modifica el artículo 4 de aquella, y donde se afirma, entre otras cosas, que el patrimonio
cultural de la nación está compuesto por los bienes materiales que representan la nacionalidad
colombiana y que se revisten de algún valor histórico, artístico, estético u otro para el país. La
iglesia de Santa Bárbara se encuentra declarada como bien de interés cultural de carácter nacional
por el Decreto 1584 del 11 de agosto de 1975.
Frente a acciones de intervención la iglesia Santa Bárbara se encuentra regida por las normas que
señalan las directrices para la selección, cuidado y procedimientos permitidos en los Bienes de
interés cultural. Al respecto se encuentra el artículo 7 de la Ley 1185 de 2008, que modifica el
artículo 11 de la Ley 397 de 1997, donde se hace manifiesta la creación de los PEMP para el
cuidado de los bienes de interés cultural que lo requieran. Aunque la iglesia no posee un PEMP
propio que pugne por su conservación, esta se ve afectada por el que se plantea para el centro
histórico de Bogotá. Dado que Santa Bárbara se encuentra casi a las afueras del área que define el
183
centro histórico, este plan dicta unas acciones puntuales para la recuperación de los valores grupales
del conjunto, es así como se proyecta en este el mantenimiento del atrio de la iglesia.
En este documento se plantean unos criterios de intervención con los que se busca dar las directrices
para un correcto procedimiento sobre el edificio, estos se encuentran cobijadas bajo los principios
generales de intervención que dicta el capítulo IV del Decreto 1080 del 26 de mayo de 2015. Estos
principios básicamente consisten en la mínima intervención sobre el bien, la compatibilidad de
materiales, la reversibilidad de las intervenciones, la distinción de las intervenciones, etc.
Las acciones a realizar en el templo se amparan en los lineamientos que dictan el capítulo V del
título III del Decreto 763 de 2009, de esta manera la intervención a la iglesia se enfoca principalmente
bajo la figura de restauración, la cual se plantea con el fin de recuperar sus valores estéticos,
históricos y simbólicos. Por consiguiente, a la sombra de esta figura, en el proyecto de intervención
acá construido, se realizarán obras como reforzamiento estructural, consolidación, liberación, entre
otras. Es importante finalmente tener claro que para las intervenciones que implican cálculos
estructurales, el ingeniero civil competente actuaría bajo los preceptos que plantea la norma
sismoresistente colombiana NSR 10.
184 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Este proyecto de intervención recoge y conjuga los distintos apartados de este documento con el fin
de cumplir dos objetivos principalmente: en primer lugar resaltar los valores que la iglesia posee y
que se han ido ocultando a través del tiempo, con el fin de realizar una restauración que recupere la
lectura integral del edificio; en segundo lugar, proponer una serie de intervenciones orientadas a la
conservación del bien, a través de soluciones a las lesiones físicas que posee el edificio, buscando
así que este, con su materialidad y buen estado de conservación, pueda permanecer en el tiempo para
goce de futuras generaciones. En este orden de ideas se desarrollará esta sección del documento,
proponiendo las soluciones a las problemáticas identificadas en el diagnóstico, de igual manera con
el mismo orden con el que se han desarrollado los distintos apartados, es decir desde lo urbano,
pasando por lo arquitectónico hasta el detalle de la materialidad misma del edificio, anotando que
no se discriminaran entre acciones de restauración y de conservación, sino que se seguirá el mismo
orden tratado en el texto.
El Proyecto Ministerios es uno de los que se encuentra diseñado en la actualidad y con el que se
esperará una mejora en los ámbitos de seguridad y una repoblación del barrio que aumente la
asistencia de la iglesia. Fuente: recuperado de Juan Pablo Ortiz Arquitectos, 2020,
(http://juanpabloortiz.co/portfolio/manzana-6-proyecto-ministerios-de-colombia/)
Respecto a las preocupaciones a futuro que se tienen acerca de la baja asistencia de feligreses, el
cerco urbano del barrio y el abandono de la iglesia producto de los cambios urbanos y de usos,
revisando la normatividad de la UPZ que dicta el POT de la ciudad, todo el frente del barrio que da
hacia la calle sexta se encuentra en un tratamiento urbanístico de reactivación, es decir, que dichos
185
predios podrán ser parte de planes de renovación urbana en donde solo será posible la instauración
de usos de vivienda y comerciales (Figura 161). Con estos cambios sobre esta zona, se espera en el
porvenir una mejor fachada urbana sobre la calle sexta con una mejora en los ámbitos de seguridad
en el sector, siendo esta la principal causa de aislamiento del barrio desde el sur de la ciudad. En
segundo lugar, con el aumento de habitantes en el barrio se espera una activación en el uso de la
iglesia, lo cual generaría una apropiación por parte de la comunidad y, por ende, Santa Bárbara
abandonaría la connotación de edificio olvidado, estado que está tratando de mejorar paulatinamente.
Hacia la zona norte del barrio posiblemente el cerco urbano continúe, dado que, por las condiciones
sociales del país, es muy baja la posibilidad de que se elimine el anillo de seguridad que flanquea la
Casa de Nariño, lo cual brindaría una mejor fluidez en cuanto a la movilidad en este sector. Otra
posibilidad un poco más palpable para generar la conectividad que se necesita con la zona norte del
centro histórico, que activaría a Santa Bárbara, es a través de la peatonalización de la carrera séptima,
abarcando este tramo, la cual sería benéfica de dos maneras: en primer lugar cosería el centro
histórico e incentivaría a la gente a recorrer este sector poco visitado y en segundo lugar, la supresión
del transporte automotor beneficiaría el estado de conservación del edificio, ya que la eliminación
de las vibraciones y la contaminación producida por los vehículos detendría los procesos de
agrietamiento y erosión de la piedra de las fachadas del atrio.
Las normativas revisadas también benefician la jerarquía urbana que el edificio posee, a través de la
restricción en la construcción de edificios mayores en altura a la iglesia o de máximo dos pisos,
ayudando al menos a conservar la escala del edificio en relación con su contexto inmediato.
Igualmente es de anotar que los edificios nuevos en predios vacíos no podrán hacer retrocesos
respecto al paramento, ayudando a conservar el espacio del atrio de la iglesia como punto importante
dentro del trazado del centro histórico de la ciudad.
Se desmontará la reja que reemplazó el demolido muro de la fachada norte y se construirá una nueva
con una estructura dinámica de tipo tijera que permita abrir el espacio público al norte en el día para
uso de la comunidad y que en la noche se pueda cerrar, protegiendo la iglesia de la pernoctación de
habitantes de calle en el lugar, de esta manera se busca liberar el espacio sobre la calle brindando así
una fachada más amable a la ciudad (Figura 162), todo esto acompañado de trabajos sobre este
espacio público que se le entregará a la ciudad. Es importante recomendar que esta reja se elabore
con perfiles y elementos menos densos que los existentes, pero igual de resistentes, que permitan
igual una lectura más limpia de la fachada de la iglesia. Los elementos de fijación de la reja formarán
parte del mobiliario urbano como elementos de iluminación que, complementados con lámparas de
186 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Con el nuevo diseño se busca abrir el espacio durante el día dotándolo de actividad. En la noche se
cierra la reja protegiendo el edificio, aunque dejando apreciar la fachada con la reja de menor
densidad y la iluminación de las fachadas. Fuente: Elaboración propia.
Para dar mayor dinamismo al espacio del atrio, disminuir los índices de inseguridad y evitar la
ocupación por parte de habitantes de calle, se reconstruirá la escalera sur que ascendía de manera
frontal al atrio, eliminada en la restauración de 1953. Esta nueva escalera (Figura 163) tendrá la
misma disposición de la que existió en su momento, dando un tratamiento distinto a la piedra para
diferenciar esta intervención, además de hacer notable el quiebre que produce a través de la pequeña
187
reja que acompaña la fachada del atrio, evidenciando aún más la intervención sobre el elemento
actual.
Con esta intervención se busca dar mayor fluidez a la espacialidad del atrio, evitando la ocupación
por parte de habitantes de calle y disminuyendo los indices de peligrosidad del lugar. Fuente:
Elaboración propia.
Para dar testimonio de las claraboyas se buscará mantener su ubicación actual, modificando su
geometria de manera que sigan cumpliendo su funcion y no interfieran con el lenguaje de la
iglesia. Fuente: Elaboración propia.
188 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Dado lo confusas que son las claraboyas agregadas por Alberto Corradine en 1983, se eliminarán
conservando la ubicación que él dispuso, dejando así testimonio de dicha intervención dado que han
sido elementos que, si bien son relativamente nuevos, se han convertido en un rasgo, que aunque es
extraño para las personas que conocen de arquitectura, ya es bastante característico dentro del
lenguaje de la iglesia, haciendo que valga la pena recordarlo por una parte y haciendo que el cambio
no sea tan violento por otra. De esta manera, luego de esto se sustituirán con una alternativa de diseño
acorde con la primera versión de estas ventanas, como se ve en la Figura 164, es decir, unos
elementos en vidrio plano paralelos a los faldones de la cubierta, la cual deberá tratarse buscando
evitar la filtración del agua lluvia al interior del edificio. Con esta nueva geometría se dispondrán
nuevos elementos que no modifiquen de una manera brusca la volumetría de la cubierta de la iglesia,
recuperando así la lectura colonial del exterior del edificio.
Dado que se tiene que suplir con un espacio la función del depósito y el baño de la iglesia, se plantea
construir en el mismo lugar, un volumen más pequeño en estructura metálica con cerramientos en
láminas de Eterboard blancas con la junta a la vista y cubierta plana en placa liviana de concreto, el
cual estará separado del muro testero de la iglesia, buscando así la menor interferencia en la
composición del edificio por un lado y por otro, manteniendo las rondas del edificio haciendo que
este aun conserve su carácter exento (Figura 165).
El muro en ladrillo que comparten la capilla de la inmaculada y los antiguos osarios se alineará al
paramento del muro sur de la fachada de la iglesia, ampliando así estos dos espacios y usando el de
los antiguos osarios para depósito y acceso al sistema para tocar la campana. En este espacio se
189
deberá realizar un acceso independiente por dicha fachada que genere una circulación de servicios
por la ronda sur, al exterior al edificio, de manera que se conecte con el volumen nuevo de servicios
sin tener que atravesar el edificio por el interior interrumpiendo los actos liturgicos.
Se busca que con este volumen nuevo se libere el camarin, ademas que se diferencie claramente la
nueva intervención, aportando asi a la historia constructiva del edificio. Fuente: Elaboración
propia.
Pasando al interior del edificio, se demolerá el piso en baldosa de cemento, agregado posiblemente
cuando se quería eliminar el lenguaje colonial de las iglesias, dado su mal estado en algunos sectores,
el daño que le causa a los muros al impermeabilizar el suelo generando humedad capilar y finalmente
interfiriendo con el lenguaje de la edificación. Igualmente se desmontarán los listones de madera
machihembrada que se encuentran en la nave central, dejando en evidencia el acabado del piso
original construido en tablón de arcilla, si fuera posible conservarlo como se logró en la capilla de
San Roque. Esta superficie tras el desmonte deberá limpiarse de todo mortero de pega de la baldosa
de cemento además tendrá que ser lavada con un cepillo de cerda blanda dando así un mejor acabado
del piso.
Esta decisión además de ayudar a recuperar el lenguaje colonial de la iglesia ayudará para la
mitigación de la humedad capilar en el edificio a través de una mejor respiración del piso. De la
misma manera, se desmontará el zócalo en madera agregado con el fin de ocultar las lesiones
producto de la humedad sobre los muros, reparando en estos, las perforaciones que hayan quedado
de los anclajes en taquetes de madera de dicho elemento y reparando los pañetes afectados.
190 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
No obstante, eliminados estos elementos, se dejará vestigio de su existencia. Es así como en el cancel
y los espacios contiguos a este dentro de la nave central, se conservarán los acabados de piso que se
han de quitar (baldosa de cemento y listón de madera respectivamente), igualmente, alrededor de
toda la iglesia se dejará el elemento de remate que da a la parte más alta del zócalo, como prueba y
vestigio de su existencia, evidente en la Figura 166.
En esta vista de la capilla de altagracia se busca mostrar como se llevaria a cabo el desmonte del
zocalo, del cual se pretende dejar testimonio a traves de la conservacion de la parte alta de este
elemento. Fuente: Elaboración propia.
Se pretende recuperar la conexión visual del camarin, mostrando a traves del desmonte del
expositorio, la puesta en funcionamiento del camarin y el retorno de la imagen de santa barbara a
la iglesia. Fuente: Elaboración propia.
191
Hasta este momento las intervenciones, aunque un poco polémicas en cuanto al alto nivel de
intervención material sobre la iglesia haciendo que esta cambie su aspecto levemente, no inciden
tanto en los objetos simbólicos que posee la iglesia y a lo que los creyentes rinden culto. Dicho esto,
y con la revisión histórica que se llevó a cabo, hacer cambios como el desmonte del expositorio,
serían escandalosos a los ojos de la feligresía dado que es el objeto de culto central de la iglesia y el
único que han conocido. En este punto es importante valorar que importa más, si la apariencia actual
que es querida por los asistentes de la iglesia, o el valor simbólico que se encuentra tras el expositorio
y que busca recuperar un elemento característico de la iglesia misma.
Dicho esto, buscando recuperar la lectura simbólica de Santa Bárbara dispuesta en la colonia, además
de tejer la secuencia de nave-presbiterio-camarín y retomando una de las propuestas de Alberto
Corradine (2006) para la restauración de 1983, se desmontará el expositorio, dejando al descubierto
el vano que permite el contacto visual desde la nave hasta el camarín (Figura 167), el cual, con su
restauración, se convierte en un lugar propicio para disponer nuevamente la imagen original de Santa
Bárbara de Pedro Laboria, guardada actualmente en el palacio arzobizpal. Esta intervención
acarreará igualmente tres labores importantes: en primer lugar, la restauración del retablo mayor, el
cual con la construcción del expositorio posiblemente se vio afectado y deberá ser reparado buscando
recuperar sus valores artísticos; en segundo lugar, el traslado y restauración de parte de la decoración
del camarín guardada en la casa cural y que es rica en pintura mural. Finalmente, una nueva
decoración dentro del camarín con elementos contemporáneos que ayude a exaltar la estatua de Santa
Bárbara recuperada.
192 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Con el valor que posee para el edificio, se plantea trasladar el expositorio a la capilla de la
inmaculada, en donde se desmontara la reja y se recuperara su uso como capilla. Fuente:
Elaboración propia.
Dado que el expositorio también posee valor artístico, además de tener en su decoración elementos
ornamentales reciclados del camarín y que el sacarlo del edificio también sería como mutilar parte
de la historia artística de este y de los objetos de culto por parte de los fieles, se trasladará y dispondrá
en la capilla de La Inmaculada (Figura 100), la cual será reabierta y recuperará su función como
capilla de la iglesia, tal como se propuso en la intervención de 1983. Con este traslado se buscara
dotar de valor a la capilla además de conservar elementos simbolicos de la iglesia, para esto, se
tendrá que desmontar el retablo y la reja que cierra actualmente la capilla, además que se debe
demoler la peana reemplazándola por una nueva similar a la que soporta el expositorio actualmente.
En términos funcionales también se recuperará el uso del baptisterio, luego que termine la
restauración de la pintura mural allí encontrada. Se instalará una pila en piedra la cual tratará de
193
Además de esto para un correcto funcionamiento y una actualización a las normas vigentes, se
retirarán las rampas metálicas y se instalarán unas nuevas en estructura metálica y vidrio esmerilado
con antideslizantes, teniendo en cuenta el uso de una pendiente del 10% adecuada para el acceso de
personas con movilidad reducida.
Respecto al coro, también se desmontará el piso en baldosa de cemento dejando a la vista el tablón
de arcilla; es importante igualmente rectificar el estado de la madera que soporta este espacio ya que,
aunque a simple vista parece estar en buenas condiciones, podría estar siendo atacada por xilófagos
que disminuyan su capacidad estructural. Dado que el espacio del coro en muchas ocasiones no se
usa para suplir la necesidad con el que se diseñó, convirtiéndose en un espacio residual, sería
interesante poner esté en funcionamiento como museo de la iglesia en el cual se pueda mostrar la
historia de esta y así concientizar a la comunidad sobre la joya que poseen.
Dado que este trabajo no tiene el alcance de realizar el estudio de vulnerabilidad estructural, no se
presentan soluciones específicas para ello, sin embargo, es importante resaltar que la edificación
posee una configuración relativamente regular, conserva sus componentes estructurales articulados
en un sistema y no ha sufrido alteraciones que pudieran ocasionar modificaciones que lo hagan
vulnerable, salvo en las adiciones de los volúmenes. Es por eso por lo que, aunque en este trabajo
por su alcance no se plantea un reforzamiento, las principales intervenciones promueven
inicialmente la consolidación de todos los elementos que se encuentren afectados para restituir su
correcto funcionamiento, en cimientos, muros, cubierta y entrepisos. A partir de allí, deberá
discutirse con el ingeniero estructural el resultado de la evaluación y proponer alternativas
adicionales si se requiriera el reforzamiento, cuidando lo mencionado en los criterios de intervención,
especialmente sin cambiar el sistema estructural existente.
Por otra parte, la cimentación del edificio construida en piedra posee afectaciones principalmente en
la fachada norte, el camarín y parte del atrio, es así que se proponen dos soluciones para atacar las
fallas de los cimientos, que han producido grietas por arco de descarga en estas zonas. Para
estabilizar y revertir el asentamiento en el atrio se propone hacer una mejora en el suelo a partir de
194 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
En segundo lugar, para solucionar los problemas en el camarín y la fachada norte, se propone retomar
la intervención de corradine (2006) de 1983 a través del reforzamiento de la cimentación en piedra
a través de micropilotes cruzados a lado y lado del muro de fachada norte y sus contrafuertes, e
igualmente en el perímetro del muro del camarín. Estos micropilotes en concreto reforzado serán
fundidos in situ estabilizando así por una parte el asentamiento de los muros afectados, y por otra,
las grietas que estaban produciéndose sobre los muros y arcos del edificio. Es importante anotar que
estas intervenciones fueron propuestas para la restauración de 1983 pero no se llevaron a cabo, por
lo que en la actualidad sería necesario un estudio de vulnerabilidad, con el fin de confirmar con un
ingeniero estructural la vigencia de este método para la estabilización de la cimentación.
Para reparar las grietas sobre los muros afectados (construidos en piedra y ladrillo) se debe limpiar
muy bien el interior y los labios de la grieta a través de aire a presión, para posteriormente inyectar
mortero de cal y arena que garanticen una mejor adhesión entre las superficies. Esta solución es la
más adecuada dado que al hacer parte del material portante a la vista, no afecta en gran medida su
apariencia física. Se debe tener en cuenta que esto solo debe realizarse una vez se haya estabilizado
el suelo. En caso de que su espesor supere los dos centímetros deberá considerarse la necesidad de
utilizar conectores y llaves de cortante que serán en madera o incluso utilizar el procedimiento de
cosido mediante varillas en fibra de vidrio adherido con mortero de cal y arena, lo cual debe ser
evaluado y especificado por el ingeniero estructural.
Para reparar la ruptura de los pisos que se ha producido por el desplazamiento del estrato portante,
se debe retirar el acabado del piso limpiándose y almacenándose mientras se consolida la base donde
se va instalar nuevamente. De esta manera se rellenarán los hundimientos y se apisonará
correctamente para una posterior instalación del piso en baldosa de arcilla cocida, el material de
compactación deberá ser especificado por el ingeniero estructural y el geotecnista, de manera que se
garantice su estabilidad para el acabado. Es importante anotar que las baldosas de cemento a
conservar que se encuentren quebradas se deben remplazar por unas que se encuentren en buenas
condiciones permitiendo así recuperar la lectura del acabado del piso. Para recuperar un acabado
uniforme en los listones de madera, afectados por la erosión mecánica, se procede a acuchillarlos y
195
barnizarlos, teniendo en cuenta el inmunizar y ajustar el soporte en madera y el acabado del piso. En
cualquier caso, deberá verificarse el estado de los soportes y de ser necesario se deberán cambiar
garantizando la compatibilidad y durabilidad de los mismos.
El piso del atrio se debe inspeccionar, realizando los resanes o prótesis en las piezas que resulten con
pérdidas menores o desmontando las losas que ya hayan perdido gran parte de su material por la
erosión física y mecánica, estas serán volteadas si se pudieran usar, o reemplazadas por unas nuevas
que se diferencien levemente de las existentes si resultaran irrecuperables. En segundo lugar, hay
que limpiar el piso a través de cepillado con cepillos de cerda blanda, con el fin de eliminar depósitos
de contaminantes que producen mal aspecto, además de láminas y alveolos que se están produciendo
y desprendiendo de la piedra. Para ello se requiere revisar desde el punto de vista de los materiales
el estado de la piedra y el tipo de tratamiento que sea más adecuado como el uso de algún producto
químico o un procedimiento mecánico. Con una superficie limpia, se consolidará la piedra a través
de consolidantes determinados por el profesional competente, que serán aplicados a través del
procedimiento establecido por este, procurando una buena penetración en la piedra. Finalmente se
protegerá la piedra a través de productos hidrófugos que aseguren una correcta respiración del
material y una baja absorción de agua, siendo importante que este producto no cambie el color ni la
apariencia de la piedra además que la proteja contra factores ambientales como aceites y grasas. Es
de recalcar que en todos los casos los productos y los procedimientos serán definidos por el químico
de materiales y serán probados antes de su aplicación final.
Las piedras que hayan perdido sección por la erosión mecánica deben recibir un tratamiento con
antideslizantes, evitando un mayor deterioro sobre los elementos, además los goteros, y las piedras
que hayan sido mutiladas por parte de habitantes de calle, se restituirán con prótesis hechas en pasta
de piedra y mortero de restauración, el cual recuperará la forma de los elementos aunque procurando
su diferenciación. Es importante decir que, aunque no se puede eliminar la presencia de habitantes
de calle, es necesario implementar una mejor iluminación en la noche buscando evitar estos actos
sobre la piedra del templo.
En la zona del camarín se propone demoler la placa de contrapiso en concreto, la cual está en un
pésimo estado, siendo reemplazada por un acabado en tablón de arcilla, el cual debe apoyarse sobre
el terreno, debidamente apisonado cuyas especificaciones determinarán el ingeniero geotecnista y el
estructural, procedimiento que también se hará en la nave sur en la exploración mal reparada,
garantizando una correcta base para el asentamiento del tablón. Los listones de madera de los que
está hecho el entrepiso del camarín, aunque han sido sometidos a filtraciones de agua desde la
196 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Para solucionar la humedad capilar en los muros de casi toda la iglesia, causante de varias de las
lesiones que se logran apreciar, además de mejorar el acabado que le permita respirar, se propone
construir en el perímetro exterior de los muros una ataguía o zanja drenante alejada de la edificación.
Esta zanja se debe realizar a partir de la construcción de un cerco con piezas de mampostería
separadas del muro alrededor de 100 cm, que en el interior lleven un tubo perforado a nivel de la
parte alta de la cimentación, el cual conducirá el agua que se drene; por otra parte, dicha zanja se
llenará con materiales de distinta granulometría que funcionen a manera de filtro. De esta zanja
drenante se espera que disminuya los niveles de agua infiltrada en la base de los muros a través de
la ventilación de estos, para recuperar así su acabado original a través del desmonte del zócalo en
madera que oculta las patologías presentes en la zona.
En otras zonas donde la humedad no se produce por el agua en el terreno sino por desniveles en el
suelo en donde se empoza el agua lluvia afectando los muros por microcapilaridad, se propone la
demolición de dichos andenes y el desmonte de algunas losas del atrio para una posterior
reconstrucción y reinstalación respectivamente, en la cual se agregue una pendiente adecuada a
través de un relleno subyacente que nivele los hundimientos y garantice el flujo del agua lejos del
edificio.
Eliminada la humedad es posible limpiar las distintas eflorescencias que se han formado en la base
de los muros (muchas de estas se podrán evidenciar luego de desmontado el zócalo), por ejemplo,
en la sacristía y en la capilla de la Virgen de la Leche. El método de limpieza de estas depende de la
base de soporte donde se encuentren las sales. En el caso de estos espacios donde la sal se presenta
sobre la pintura, se deben limpiar dichas manchas a través de compresas para desalinizar las cuales
serán determinadas por el profesional competente, procurando la menor afectación sobre el material
del área afectada, combinando el tratamiento con el estipulado para la pintura mural.
Los muros en adobe del baptisterio se han venido disgregando en la base producto de la humedad,
estas zonas con pérdida de material del muro deben ser restituidas con nuevos mampuestos de adobe,
197
al igual que las mutilaciones que recibieron los muros del espacio con el desmonte de los antiguos
osarios. Este trabajo del baptisterio en la actualidad está a cargo de un restaurador de bienes muebles
quien está interviniendo la pintura mural allí encontrada.
Otras mutilaciones en la estructura del muro se encuentran en el camarín, las cuales se buscan
restituir, en este caso con ladrillos pegados con mortero de cal y arena para recuperar una lectura
más clara del arco de la apertura que conecta con el resto de la nave central. Con estas intervenciones
es importante llevar a cabo el planteamiento de un régimen de mantenimiento y criterios de manejo
sobre el edificio, orientado a la correcta administración y reparación del edificio en intervenciones
futuras ya que, la nula reparación sobre las mutilaciones del templo cuando se realizan
modificaciones arquitectónicas, transmiten una imagen de descuido del edificio.
Aunque algunas exploraciones y regatas se han reparado, estas se han arreglado con morteros de
cemento, lo que ha producido juntas naturales las cuales se recomienda retirar de manera que se
vuelvan a resanar con morteros de cal y arena, material con el que se han realizado los pañetes en la
iglesia. Dado que la causa de estas regatas es la implementación de instalaciones, se debe diseñar
una correcta canalización de las redes evitando que afecten la materialidad del edificio en el futuro.
Algunos muros en piedra y ladrillo, cuyo acabado es a la vista, han sido atacados por agentes
biológicos como algas y musgos producto de la capilaridad, los que, eliminada la humedad, no
tendrán un ambiente propicio para su crecimiento por lo que tenderán a morir. Para limpiar estos
restos de la fachada, se acogerán las recomendaciones del profesional competente (químico y
microbiólogo) que estipule el método y el producto más adecuado, de manera que no se afecte ni los
mampuestos ni la pega, pero que pueda retirarse el biodeterioro. Finalmente se plantea proteger la
piedra con productos que eviten la penetración de humedad y reaparición de organismos lo cual debe
ser especificado por el profesional competente
La conservación de los pañetes y pinturas del edificio dependen en gran medida de la eliminación
de la humedad capilar, ya que solucionada esta, se desecarán los muros y por lo tanto los pañetes.
Con la estructura de los muros y pañetes totalmente secos, se procederá a retirar los morteros que ya
se encuentren desprendidos de la superficie de soporte ya que estos no se pueden recuperar, siempre
y cuando no tengan pintura mural, pues en este caso deberán ser objeto de restauración por el
profesional competente. Posteriormente se procederá a limpiar la superficie retirando todo polvo y
pañete suelto que no permita una buena adherencia del nuevo mortero. Se deben hacer pruebas de
pañetes con distintas proporciones de cal y arena sobre la superficie de los muros procurando escoger
198 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
el que mejor se comporte con dicho material, efecto manifestado a través de un correcto fraguado
que no muestre fisura en mapa. Aplicado el nuevo pañete, se retirará la pintura de los muros para así
proporcionar una nueva capa de pintura blanca a base de cal, obteniendo un acabado parejo de la
superficie.
Dicho esto, los pañetes de la fachada norte que poseen fisuración en mapa se deben inspeccionar
para verificar la posibilidad de resane con lechada de cal y si es el caso, retirarlos y reconstruirlos.
Al igual que las calas que nunca se resanaron, recibirán una nueva capa de mortero de cal y arena
que se comporte mejor en el caso de los lugares donde se encontró fisuración en mapa, procurando
una buena adherencia a los morteros circundantes en las zonas con calas no resanadas, buscando que
a futuro no vayan a aparecer juntas naturales sobre los acabados. No sobra decir que se deben limpiar
las superficies tanto de los muros como de los pañetes para obtener una mejor adherencia de los
nuevos pañetes y las pinturas de cal respectivamente.
Varios de los problemas de suciedad en la fachada están dados por la salpicadura de las cubiertas
que dan al terreno y ensucian las superficies de los muros. Buscando no generar un cambio abrupto
en la morfología de los aleros, se instalará una lámina metálica en el perímetro de la iglesia donde
más suciedad se produce de manera que se proyecte más lejos la caída del agua y así no ensucie la
fachada nuevamente.
Aquí es válido anotar la mala ejecución en la construcción de las alfajías en ladrillo tablón que
existen en las ventanas, las cuales al estar desniveladas permiten ver en los extremos chorretones de
agua. Para solucionarlo se propone desmontar las alfajías y reconstruirlas con una leve inclinación
hacia el centro de la ventana que canalice el agua evitando que esta se transporte por la superficie
del muro. Solucionando esto, la pintura que esté muy afectada por embobamientos o por la suciedad
se retirará y se aplicará una nueva capa de pintura blanca a base de cal.
En cuanto a las columnas del coro y a las de la portada en piedra, se limpiarán a través del lavado
con cepillos de cerdas blandas y jabones no alcalinos, retirando así la suciedad superficial. Seguido
a esto se impregnarán de consolidantes a través del método que el químico de materiales recomiende,
procurando una buena penetración en el material para finalmente hidrofugarlo. Es de tener en cuenta
que si la columna posee faltantes, se podrán realizar prótesis en mortero de restauración y pasta de
piedra procurando una leve diferenciación entre el material viejo y el nuevo.
La limpieza de la suciedad en la piedra de la fachada del atrio implica varios tratamientos. En primer
lugar, dado lo estrecho del andén y la dificultad para alargar las gárgolas que producen los
199
chorretones en la fachada, se clausurarán siendo remplazadas por una zanja drenante que canalice el
agua y la desagüe por otro sector que no interfiera con la circulación del peatón y que, sobre todo,
proteja la fachada. Posterior a esto, se debe lavar la fachada como se dijo anteriormente en el piso
del atrio con cepillos de cerda blanda y jabones no alcalinos eliminando la suciedad por lavado
diferencial, grafitis, algas muertas, costras y sustratos de piedra suelta producto de la erosión que se
ha venido dando sobre el material, dejando así una superficie limpia propicia para una posterior
consolidación e hidrófugado del material pétreo, todo lo cual será según la especificación establecida
por el profesional competente. Es así como finalmente se plantea recuperar, con ayuda de pasta de
piedra y mortero de restauración, parte de los sillares y las secciones del gotero que se han perdido,
evitando así que con la lluvia se evidencie un futuro lavado diferencial y mostrando nuevamente la
lectura de los elementos completos.
Las reparaciones sobre carpinterías, cornisas y elementos ornamentales no son muchas, debido al
lenguaje de la iglesia que carece de estos elementos. Aunque, es importante complementar la cornisa
de la portada con goteros en plástico transparentes que den un correcto funcionamiento al elemento,
evitando que el agua se deposite bajo las cornisas y genere el crecimiento de organismos. Luego de
esto, se debe limpiar la piedra de la portada a través del lavado con cepillos de cerda blanda y jabones
que no afecten la piedra, eliminando así la suciedad por lavado diferencial y algunos musgos que
han crecido en la parte alta del elemento; posterior a esto se procederá a la consolidación y el
hidrofugado, especificado por el profesional competente. Para la conservación de la portada es
importante preservar la malla que se encuentra en la parte alta, ya que además de ser poco perceptible
al ojo, protege la fachada del anidamiento de aves y la respectiva suciedad que suelen dejar estos
animales. Es fundamental programar la limpieza periódica de las cornisas retirando el polvo
depositado sobre estas, uno de los principales factores de ensuciamiento de la fachada, siguiendo las
recomendaciones del plan de mantenimiento definido por el profesional competente.
La carpintería metálica de la iglesia, presente sobre todo en las ventanas de las fachadas norte y sur,
debe pasar por un proceso de mantenimiento y protección, el cual consta de la limpieza de la
marquetería fabricada en este material a través de chorro de arena o limpieza química, que además
de retirar la pintura, retire las capas de óxido de algunas ventanas que han venido padeciendo de esta
patología. Este procedimiento debe ser verificado por el restaurador buscando el menor daño sobre
el elemento. Con una superficie libre de óxido de hierro, se procederá a aplicar una capa de
anticorrosivo que prevenga la reaparición de óxido, para finalmente dar de nuevo un acabado con
pintura a las ventanas.
200 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
Respecto a la carpintería en madera, aunque la puerta principal que lleva a la nave central y la
secundaria que da ingreso a la nave norte parecen estar en buen estado, se debe hacer un correcto
estudio fitosanitario en el cual se identifique si esta primera impresión es verdadera y no hay ataque
de xilófagos. Igualmente se recomienda una correcta inmunización a través de aspersión e inyección,
buscando prevenir un posterior ataque de un microorganismo, esto avalado por un ingeniero forestal
competente.
Para detener las fisuras longitudinales que se presentan en la mayoría de cielorrasos de la iglesia se
propone manejar los cambios bruscos de temperatura en el espacio entre el cielo raso y la cubierta.
Esto a partir de la ampliación de las rejillas para inspección de la cubierta, con el fin de conseguir
una mayor ventilación en el espacio que permita que los materiales de soporte de cielorraso se
mantengan a una temperatura estable, de manera que no se muevan evitando así la fisuración de los
pañetes. Se debe verificar el estado de los soportes y si fuera necesario estos deben consolidarse o
sustituirse cuando su estado los haga irrecuperables, siempre guardando los criterios establecidos de
compatibilidad y legibilidad. Reparada la causa y haciendo una verificación más cercana del estado
de las fisuras, si estas se encuentran en un estado grave, se remplazará el pañete y pintará nuevamente
con pintura de cal; si por el contrario las fisuras están controladas, únicamente se rellenarán con un
mortero fluido de cal y arena que permita un correcto resane, igualmente al final se pintará con
pintura blanca de cal. Debe descartarse la existencia de pintura mural en estas superficies.
Sobre el cielorraso de los aleros también se han presentado algunas manchas producto de la mala
ubicación de las tejas en los bordes de la cubierta. Para esto se propone desinstalar las tejas que se
encuentran en los bordes y volverlas a instalar adecuadamente procurando un correcto desagüe de la
cubierta. Solucionado esto, se limpiará el cielorraso y se remplazarán los canes podridos para una
posterior inmunización y pintura de los elementos.
Finalmente se debe reparar la cubierta de la zona del camarín, la cual está a punto de desplomarse y
en la actualidad se encuentra apuntalada. Para dicha reparación hay que retirar las tejas y la cama en
201
chusque para poder hacer una inspección del estado de conservación de cada uno de los pares y la
cumbrera que componen la estructura, con el fin de desmontar los elementos que ya no sirvan y
conservar a través de una limpieza e inmunización los que aun tengan capacidad estructural, según
la especificación de los ingenieros forestal y estructural. Posterior a esto y con una estructura de
madera estable, donde los pares nuevos se diferencien de los originales, se dispondrá a la
reconstrucción de la cubierta con el mismo método que uso Alberto Corradine para la restauración
del 83, es decir, montando sobre los pares un manto de esterilla de guadua pañetado con mortero de
cal y arena, el cual soportará una lámina de aluminio y una malla vena, sirviendo para una mejor
adhesión del mortero de cal y arena con el que se instalan las tejas de barro. Igualmente es importante
hacer una revisión detallada de todos los elementos de madera que soportan la cubierta, ya que a
simple vista parecen en buen estado, siendo importante, si fuera el caso, el inmunizarlos nuevamente.
14. Conclusiones
Los bienes de interés cultural hacen parte de la identidad de las personas que habitan el territorio
colombiano, por tanto, su estudio y conservación constituyen un gran esfuerzo por mantener vivo lo
propio. Es así que investigar sobre la iglesia Santa Bárbara es más que investigar sobre un edificio,
en realidad, significa sumergirse en la historia de múltiples generaciones que bajo complejas
dinámicas sociales han participado en su constitución.
Sin embargo, este hecho evidente del patrimonio como parte de la identidad y de la memoria
nacional, parece ser invisibilizado cuando de aplicar las normas se trata, lo que se pudo constatar
cuando se enfrentó toda la gama de decretos y leyes que pugnan por la conservación del patrimonio
inmueble, con el estado actual en que se encuentra la iglesia Santa Bárbara, totalmente descuidada y
con sus valores más sobresalientes olvidados. Dicha realidad radica en una relación directamente
proporcional entre el centro y la periferia, en cuanto a la conservación de los bienes culturales, es
decir, a mayor distancia se encuentre un hecho patrimonial, mayor es el descuido por parte de los
entes encargados de su cuidado. Esto se afirma debido al estado de abandono en que se encuentra la
iglesia ya que, al no estar inmersa en el centro histórico de la ciudad, se le ha dado la espalda
quedando desprotegida y vulnerable, así como su contexto.
Pese a este panorama desesperanzador, cabe reafirmar y subrayar la calidad de diamante en bruto
que es Santa Bárbara. De esta manera es importante resaltar su alto valor estético en cuanto a la
arquitectura colonial que posee y la colección artística que el edificio alberga, destacando además su
construcción como evidencia y documento donde ha quedado consignado, en su materialidad, la
historia política y social patria. En cuanto a la arquitectura el edifico es un estudio de caso integral,
ya que en este se pueden encontrar distintas técnicas constructivas que sirven para documentar la
historia de la arquitectura y de la construcción en Colombia, además de ser producto de la
construcción colectiva de distintas agrupaciones de personas que tuvieron la oportunidad de
materializar sus creencias en el templo, generando un edifico hecho de la comunidad para la
comunidad.
Desde el punto de vista de la conservación del patrimonio, el estudio del edificio deja una serie de
lecciones que permiten pensar acerca de cómo se está interviniendo el patrimonio en el país, es así
como mediante la observación de esta iglesia se reafirma el error en que en múltiples ocasiones cae
la reconstrucción de las estructuras arquitectónicas, al generar falsos históricos. Esta afirmación se
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fundamenta en la constante discusión que se llevó a cabo en Santa Bárbara sobre la conservación o
demolición de la espadaña norte, elemento que perdió todo su valor cuando se convirtió en una
estructura que más allá de cumplir con un objetivo religioso y simbólico pasó a ser un objeto que
debía existir por que sí. De esta manera es importante decir que la actitud de nostalgia hacia el pasado
muchas veces perjudica la intervención del patrimonio, generando elementos falsos que se vuelven
un capricho que nada aporta a los valores de los bienes.
Por otra parte, se destaca el rol fundamental que tienen las comunidades que rodean los bienes de
interés cultura para su efectiva conservación. Sin duda, el acercamiento a ellas, la difusión de la
existencia de estos bienes y el dar a conocer su valor, son la garantía de su conservación, pero
también lo es el poder preservar el contexto que es el que sostiene la comunidad como en este caso,
de ahí la importancia de garantizar una mirada integral que no deje a los BICs en condición de pieza
única inmaculada y desarticulada con su entorno, sino al contrario, lograr que cada intervención se
convierta en una puntada más del tejido urbano que contribuya a la conservación del patrimonio
cultural inmueble pero que adicionalmente enriquezca la ciudad, lo cual no depende solo del
restaurador inmueble sino de muchos otros actores externos políticos, sociales y administrativos, de
allí la relevancia de la difusión cultural.
En segunda instancia y para finalizar, aunque muchas de las leyes que rigen el patrimonio en el país
pugnan por la eliminación de los objetos que interfieren con la lectura integral de los edificios, es
importante rescatar y resaltar los vestigios que Santa Bárbara posee, ya que es a través de estos que
se logra contar y guardar un recuerdo de la historia. Haciendo una analogía con la cicatriz en el
cuerpo humano, es esta la que permite activar el recuerdo de un hecho que marcó fuertemente nuestra
existencia, haciéndose parte de nuestra historia y recordándonos experiencias sobre las que debemos
reflexionar.
204 Propuesta de proyecto de intervención para la iglesia Santa Bárbara
15. Bibliografía
Libros e investigaciones
Tesis académicas
Otros
Para un mejor entendimiento de la información consignada en este documento, se agregan una serie
de anexos para que el lector pueda ampliar la información descrita en este trabajo. Se agregan los
siguientes anexos: