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Cena del Señor

El Jueves Santo es el día en que se conmemora la institución del


ministerio sacerdotal y la institución de la Eucaristía. En la tarde, la
Iglesia se reúne para abrir solemnemente el Triduo Pascual con la
celebración de la Cena del Señor, memorial del sacrificio de Cristo en la
Cruz. Esta es la ocasión en que se recuerda el sacral momento en que
Nuestro Señor se entrega a los hombres en el altar para ser inmolado y
llenarnos de su gracia hasta el final de los tiempos.

Oración:
Oh Señor, Vos que en la Última Cena Os dispusisteis como Alimento de
Vida Eterna para toda la humanidad, venid hoy a nuestros hogares y
alimentadnos del fruto de tu sacrificio en el Calvario. Os pedimos que
nunca despreciemos vuestro Santo Sacrificio del altar y que nos
dispongamos para vivir conforme a vuestra Santa Voluntad.
Pasión del Señor
Este es el día en que se consuma el Santo Sacrificio del mismo Dios por cada uno
de nosotros. Toda la Iglesia permanece en un profundo silencio orante. Las
reflexiones se vuelven todas para la pasión por la cual pasa el Señor, por amor a
cada uno de los hombres, para la salvación de la humanidad y en obediencia al
Padre. Dentro de este silencio se inicia la celebración de la Pasión y Muerte de
Nuestro Señor. Debemos meditar el relato de la Pasión y adorar el Santo Madero
de la Cruz, de la cual nuestra salvación se sostiene.

Oración:
¡Oh Jesús mío, no existe mayor prueba de amor! ¡Disteis vuestra preciosísima
vida por mí! Y, ¿qué debo dar yo? ¡Pensar que ese mismo sacrificio se renueva
todos los días sobre el altar, de manera incruenta, para que me beneficie de él
totalmente!
¡Ah Señor! aceptad mi pobre ser, mi cuerpo, mi alma, mis familiares, todo lo que
me pertenece ahora y en el futuro, incluso mis méritos. Todo es vuestro, Señor, y
os lo entrego en retribución, por medio de María Santísima.
Soledad de María
Vigilia Pascual
En este día la Iglesia entra en el silencio y en la meditación junto a María
Santísima sobre el sepulcro del Señor, acompañando el dolor de María
Santísima, pero también su espera llena de confianza de la Resurrección del
Salvador del género humano. Es en el Sábado Santo que se realiza la Vigilia
Pascual que es considerada "la madre de todas las celebraciones" de la Iglesia,
cuando ya se evoca la Resurrección de Cristo y se canta el triunfante Pregón
Pascual.

Oración:
En Vos, oh Virgen Dolorosa, recuerdo la síntesis de todos los episodios
meditados por mí. ¡Qué gracias místicas no os deben haber sido concedidas en
medio de aquellas angustias! Gracias de sentir en Vos misma los propios
dolores del Redentor. No es sin razón que podéis ser llamada de Co-redentora
de la humanidad. Preparad Señora mi alma para contemplar hoy y siempre los
misterios de nuestra salvación. Hoy me postro a vuestros pies en vigilia para
aguardar la triunfante Resurrección del Salvador.
Resurección del Señor
Para los católicos el Domingo de Resurrección es el gran día y la más
importante celebración de la Fe: "Este es el día que el Señor hizo para
nosotros"; en él se opera la redención: ¡Cristo ha resucitado! Debemos
celebrar y proclamar la grandeza de nuestro Dios, la Pascua de Cristo se
hace viva en cada uno, en cada familia, en toda a Iglesia y en toda la
creación.

Oración:
¡Oh Señor! Que se alegre nuestra Madre la Iglesia resplandeciente de la
gloria de su Señor y que en este lugar resuene unánime la aclamación de un
pueblo en fiesta. Conceded a vuestro pueblo la gracia de resucitar un día
para la vida eterna y concentrad vuestro Divino Amor en nuestra vida
terrena.

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