Está en la página 1de 4

La

Tierra se está quedando sin fauna silvestre. Las plantas serán las siguientes.

Las semillas de esta historia fueron plantadas en un humeante montículo de estiércol de
elefante en algún lugar de la sabana africana. A los elefantes les encanta abarrotarse con
frutas, y los árboles frutales como las marulas (Sclerocarya birrea*) necesitan una forma de
dispersar sus semillas, por lo que las dos especies han desarrollado una relación íntima y
simbiótica. Un solo elefante en la sabana africana es capaz de tirar semillas hasta 65
kilómetros del sitio de su festín, lo que los convierte en los transportadores de semillas más
impresionantes del reino animal. Puede que no sea una forma lujosa de viajar, es decir, en
un tracto digestivo, pero para aproximadamente la mitad de todas las plantas, los animales
son una forma de alcanzar grandes distancias. Pueden ir en el estómago de un mamífero de
colmillo, las pinzas de un insecto o en el pelaje de tu perro. Algunas semillas incluso roban
aventones (tiran dedo) a varios animales antes de llegar a su destino final.
El movimiento es esencial para la supervivencia, especialmente en un clima cambiante. A
medida que las plantas se secan por las olas de calor y son aporreadas por las lluvias
extremas, su mejor oportunidad para evitar la extinción puede ser colonizar nuevas áreas
donde el clima todavía satisface sus necesidades.
Investigaciones sugieren que algunas poblaciones de plantas pueden necesitar viajar
algunos kilómetros al año para mantenerse en las mismas condiciones en las que
evolucionaron, un fenómeno conocido como "climate tracking".
Pero esta estrategia tiene un gran inconveniente: cabalga sobre la fauna silvestre, y la fauna
silvestre está desapareciendo en el mundo. Eso significa que muchas plantas están
perdiendo su manera de transporte, según un nuevo estudio publicado en la revista Science,
dejándolas varadas en áreas que se están volviendo menos acogedoras para su especie y
con un mayor riesgo de desaparecer.
La progresiva disminución de fauna silvestre también podría desencadenar un aterrador
ciclo vicioso: si algunas especies de árboles y plantas merman porque ya no pueden
conseguir un aventón de la fauna silvestre, podría empeorar el cambio climático, lo que
hace más difícil la supervivencia, tanto a plantas como a animales.
Cuando las plantas y los animales sucumben, no es solo la extinción lo que debería
preocuparnos, sino la erosión de interacciones que evolucionaron por millones de años,
dijeron los científicos a Vox. Estos vínculos ancestrales entre especies forman la base misma
de un ecosistema saludable.

Estamos vaciando el medio ambiente de fauna silvestre

Los bosques hoy son mucho más silenciosos de lo que eran hace siglos. Hay menos aves
cantando por sus parejas, menos monos aullando en renacos (Ficus spp.) y menos ranas
oteando insectos para agarrar. En los últimos 50 años, poblaciones de especies de
mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces han disminuido en alrededor del 68 por ciento en
promedio, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Los humanos han ayudado a
desaparecer a más de la mitad de todos los mamíferos medianos y grandes en América
Central y del Sur.
Cada animal que perdemos resuena a través de su ecosistema de forma imprevisible y
profunda. Las plantas y los animales han desarrollado interacciones finamente sintonizadas
con sus semejantes, ya sea en forma de elefantes amantes de las frutas o aves y abejas que
llevan polen entre las flores.
Esta nueva investigación, basada en miles de estudios de aves y mamíferos, así como en
modelos computarizados avanzados, ayuda a delinear el impacto de esas pérdidas. Los
autores, dirigidos por el ecologista Evan Fricke de la Rice University, descubrieron que las
aves y los mamíferos han sufrido tanto en los últimos siglos que muchas plantas son
completamente incapaces de esparcir sus semillas como solían hacerlo. Este problema es
peor fuera de los trópicos, encontraron los científicos.
Para entender lo que todavía tenemos que perder, los autores también consideraron lo que
sucedería si todas las aves y mamíferos que actualmente están clasificados como en peligro
de extinción o vulnerables desaparecieran. Descubrieron que perder a estos animales poco
comunes afectaría especialmente a las plantas en regiones como el sudeste asiático y
Madagascar, donde la fauna silvestre en peligro de extinción lleva gran parte de la carga de
distribuir semillas a largas distancias.

Plantas y animales necesitan moverse para sobrevivir en un planeta en calentamiento

Las plantas y los animales están emprendiendo viajes épicos a medida que el planeta se
calienta. El bacalao del Atlántico y una especie de mariposa en Europa, por ejemplo, han
migrado más de 200 kilómetros en tan solo 10 años o menos, informa Craig Welch de
National Geographic. Mientras tanto, un gran número de caballa del Atlántico (Scomber
scombrus) se ha trasladado desde aguas cercanas al Reino Unido y Escandinavia hasta
Islandia, lo que ha azuzado las tensiones geopolíticas con respecto a derechos de pesca.
En los Estados Unidos y en otros lugares, las garrapatas y otras plagas también están
conquistando nuevo territorio.

Las plantas igualmente están encontrando nuevos lugares para echar raíces. En el último
medio siglo, el límite arbóreo se ha movido aproximadamente 150 metros más arriba en las
montañas de Altai de Asia Central y Oriental, donde la temperatura ha aumentado hasta en
1.7 grados Celsius. A finales de siglo, muchas especies de arces azucareros (Acer
saccharum), que producen jarabe de arce, podrían avanzar hacia el norte hasta 200
kilómetros, según el Servicio Forestal de los Estados Unidos. No todas las plantas y animales
se están moviendo hacia las temperaturas menores de los polos; algunos están
persiguiendo lluvia o compitiendo con otras especies, que es por lo que algunas plantas en
montañas en realidad se están moviendo cuesta abajo.
Muchos ecologistas creen que estas migraciones impulsadas por el clima son un signo de
resiliencia, y eso es lo que hace que este estudio sea una noticia especialmente mala. Solo
se hará más difícil para las plantas sobrevivir en un clima cambiante conforme desaparecen
más animales. De hecho, los investigadores estiman que hoy en día un 60% menos de
semillas son capaces de dispersarse suficientemente lejos como para seguir el clima
cambiante promedio en todo el mundo, comparado con un mundo en el que las aves y los
mamíferos no habían sido exterminados por los humanos.
Esa es una cifra chocante, dice Rodolfo Dirzo, un ecologista de la Universidad de Stanford
que no está afiliado al estudio, y eso que solo considera la vida silvestre que ya hemos
deteriorado. Si las aves y los mamíferos actualmente amenazados de extinción también
desaparecen, la cantidad de semillas capaces de cambiar con el clima se reduciría en
promedio, un 15 por ciento más, según el artículo.
Hasta ahora, el quebrantamiento de estas relaciones ecológicas fundamentales ha afectado
especialmente duro al este de América del Norte y Europa, escriben los autores, "como
resultado de las pérdidas pasadas de grandes mamíferos que proporcionaron dispersión a
larga distancia". Un tipo de alce, por ejemplo, una vez rondó por el este de los Estados
Unidos, dispersando semillas en su estiércol y en su pelaje, y mamuts alguna vez vivieron en
Europa, América del Norte y otros lugares. Tampoco ayuda que las aves migratorias en
Europa lleven las semillas de muchas plantas al sur, donde es más cálido, no a climas más
fríos donde podrían encontrar respiro.


¿Qué sucede cuando las plantas se quedan varadas?
Las plantas almacenan dióxido de carbono que de otro modo calientan el planeta. Pero
cuando no pueden tolerar un clima particular, mueren y eso puede desencadenar un ciclo
peligroso, dijo William Ripple, profesor de ecología en la Universidad Estatal de Oregón. "Es
un círculo vicioso", dice Ripple, que no está afiliado al estudio. Cuando los ecosistemas
naturales se desmoronan, dijo, "perdemos el secuestro de carbono, y eso resulta en mayor
cambio climático". Eso, a su vez, puede hacer que sucumban aún más plantas,
especialmente aquellas que no tienen forma de migrar. Investigaciones anteriores también
han mostrado que la caza furtiva tiende a limitar el crecimiento de grandes árboles que
almacenan gran cantidad de carbono, porque los cazadores tienden a buscar animales más
grandes que son los capaces de dispersar semillas grandes.
"Solo estamos empezando a batallar cuantitativamente con ese círculo vicioso", dice Fricke.
Lo que nos regresa a la idea de resiliencia. Los bosques sin animales tienen mayor dificultad
para recuperarse de perturbaciones como la muerte de un árbol grande, dijo Fricke. En
Guam, por ejemplo, una isla donde casi todas las aves nativas han desaparecido debido a
serpientes introducidas a mediados del siglo 20, los claros físicos creados por árboles caídos,
no se están llenando como deberían, dijo.
"Por lo general, ese es un banco de semillas para regeneración que inicia el proceso
autosostenible de un bosque siendo un bosque", dijo Fricke. "Lo que estamos viendo es que
estos claros de dosel tienen menos especies de árboles que crecen en ellas. No cierran tan
rápido".

"Un enorme potencial para la restauración"
Si bien muchas especies nativas de animales se encuentran en una situación desalentadora,
otras especies que los humanos han introducido en áreas determinadas, organismos que a
menudo son etiquetadas como invasoras, como los estorninos europeos en los Estados
Unidos, están prosperando. ¿Podrían asumir el papel de animales nativos y ayudar a las
plantas a migrar?
Sí y no, dijo Yasmine Antonini, bióloga de la Universidad Federal de Ouro Preto, en Minas
Gerais, Brasil. Es cierto que los recién llegados pueden ayudar a las plantas a dispersar sus
semillas, pero no tan eficientemente como las plantas nativas, y a menudo con costos para
el medio ambiente en el proceso, dijo Antonini, quien no participó en la investigación.
En Hawai, por ejemplo, la mayoría de las plantas arbóreas nativas dependen de las aves
para dispersar sus semillas, sin embargo, dos tercios de las especies de aves del archipiélago
se han extinguido. Ahora, las aves introducidas son los principales dispersores de muchas
plantas nativas allí, escribe Sam Case, un estudiante de doctorado en la Universidad de
Wyoming. El problema es que sus picos no evolucionaron para picotear plantas nativas. Sus
bocas son demasiado pequeñas para transportar muchas de las semillas, y estas aves
también están dispersando semillas de plantas que no son nativas de las islas.

"Definitivamente no debemos descartar los beneficios de las especies no nativas en el
ecosistema donde existen", dijo Fricke. "Muchas veces no son exclusivamente negativos, y a
veces sus beneficios pueden superar el costo". Pero generalmente es una mejor idea
recuperar las especies nativas que evolucionaron con las plantas, dijo.
Esa es un área donde este estudio puede trazar un camino para el futuro. Muestra el valor
de devolver la fauna silvestre al paisaje, por ejemplo, creando redes bien conectadas de
áreas protegidas. "Hay un enorme potencial para la restauración", dijo Fricke. Si bien le
preocupan las plantas que ya no pueden moverse como solían hacerlo, "podríamos recorrer
un largo camino para revertir eso, recuperando los dispersores de semillas que aún
tenemos".

Ayudar incluso a una criatura llegar muy lejos, y hay algunos ejemplos bastante maravillosos
de esto. En la sabana brasileña, conocida como el Cerrado, los lobos de crin, criaturas
olorosas que se parecen a zorros sobre zancos, engullen una fruta llamada fruta de lobo
(Solanum lycocarpum) que parecen tomates verdes y constituyen hasta la mitad de la dieta
de los lobos. A cambio de la merienda, los lobos de crin depositan excretas ricas en semillas
en toda la sabana, para deleite de los escarabajos peloteros próximos. Los escarabajos luego
arman bolas de heces perfectamente redondas y a menudo las entierran, efectivamente
plantando semillas de fruta de lobo en pequeños paquetes fertilizados.

La naturaleza ha cultivado todo tipo de estas notables conexiones entre especies. Si dañas a
algunos, eso perjudica a otros en un efecto dominó que no siempre podemos predecir. Pero
cuando incluso uno solo prospera y se multiplica, los beneficios pueden reverberar entre
muchas plantas y animales, hacia arriba y abajo en el árbol de la vida.



Benji Jones
13 de enero 2022
benji.jones@vox.com
(traducción: Thomas Valqui)
En VOX Vox is an American news and opinion website owned by Vox Media. The website was founded in
April 2014 by Ezra Klein, Matt Yglesias, and Melissa Bell, and is noted for its concept of explanatory
journalism. Vox's media presence also includes a YouTube …

También podría gustarte