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1. Admitir el retiro de la excepción preliminar interpuesta por el Estado. En este punto se destaca
que cuando se cuestiona la actuación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la
Corte ha establecido que solamente en aquellos casos en los que se demuestre que en el
procedimiento llevado a cabo ante la Comisión existió un grave error que vulneró el derecho de
defensa de las partes, procede efectuar este alegato como excepción preliminar.
Así la Corte ha desestimado una excepción preliminar, sustentada en la omisión por parte de la
Comisión de brindar en la demanda información completa sobre el estado actual de la causa en la
jurisdicción interna. En aquella oportunidad, estableció que: “…la circunstancia de que la parte
demandante haya omitido la mención de determinados hechos no impide que la parte
demandada los alegue y presente las pruebas correspondientes. Esta Corte no lanza a comprender
en qué medida la conducta de la Comisión ha afectado el derecho de debido proceso que
corresponde a Colombia y considera que la excepción interpuesta carece de fundamento, razón
por la cual la desestima”.
6. El Estado es responsable por la violación del derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en el domicilio, en relación con la obligación de respetar los derechos, en perjuicio de la
señora Fernández Ortega, del señor Prisciliano Sierra y de Noemí, Ana Luz, Colosio y Nélida, todos
ellos de apellidos Prisciliano Fernández, de conformidad con lo expuesto en los párrafos 157 a 159
de esta Sentencia. Las injerencias arbitrarias suelen usarse para referir aquellos procesos en los
cuales una persona o institución se involucra o interfiere en un asunto ajeno, por lo que tiene un
carácter negativo.
11. El Estado deberá conducir en el fuero ordinario, eficazmente y dentro de un plazo razonable, la
investigación y, en su caso, el proceso penal que tramiten en relación con la violación sexual de la
señora Fernández Ortega, con el fin de determinar las correspondientes responsabilidades penales
y aplicar, en su caso, las sanciones y demás consecuencias que la ley prevea, de conformidad con
lo establecido en los párrafos 228 a 230 de la presente Sentencia.
12. El Estado deberá, de acuerdo con la normativa disciplinaria pertinente, examinar el hecho y la
conducta del agente del Ministerio Público que dificultó la recepción de la denuncia presentada
por la señora Fernández Ortega, de conformidad con lo establecido en el párrafo 231 de la
presente Sentencia.
13. El Estado deberá adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas pertinentes para
compatibilizar el artículo 57 del Código de Justicia Militar con los estándares internacionales en la
materia y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de conformidad con lo
establecido en el párrafo 239 de la presente Sentencia.
14. El Estado deberá adoptar las reformas pertinentes para permitir que las personas afectadas
por la intervención del fuero militar cuenten con un recurso efectivo de impugnación de tal
competencia, de conformidad con lo establecido en el párrafo 240 de la presente Sentencia.
16. El Estado deberá realizar las publicaciones dispuestas, de conformidad con lo establecido en el
párrafo 247 de la presente Sentencia.
17. El Estado debe brindar el tratamiento médico y psicológico que requieran las víctimas, de
conformidad con lo establecido en los párrafos 251 y 252 de la presente Sentencia.
21. El Estado deberá otorgar becas de estudios en instituciones públicas mexicanas en beneficio de
Noemí, Ana Luz, Colosio, Nélida y Neftalí, todos ellos de apellidos Prisciliano Fernández, de
conformidad con lo establecido en el párrafo 264 de la presente Sentencia.
22. El Estado deberá facilitar los recursos necesarios para que la comunidad indígena mep’aa de
Barranca Tecoani establezca un centro comunitario, que se constituya como un centro de la mujer,
en el que se desarrollen actividades educativas en derechos humanos y derechos de la mujer, de
conformidad con lo establecido en el párrafo 267 de la presente Sentencia.
23. El Estado deberá adoptar medidas para que las niñas de la comunidad de Barranca Tecoani
que actualmente realizan estudios secundarios en la ciudad de Ayutla de los Libres, cuenten con
facilidades de alojamiento y alimentación adecuadas, de manera que puedan continuar recibiendo
educación en las instituciones a las que asisten. Sin perjuicio de lo anterior, esta medida puede ser
cumplida por el Estado optando por la instalación de una escuela secundaria en la comunidad
mencionada, en los términos establecidos en el párrafo 270 de la presente Sentencia.
24. El Estado debe asegurar que los servicios de atención a las mujeres víctimas de violencia sexual
sean proporcionados por las instituciones indicadas por México, entre otras, el Ministerio Público
en Ayutla de los Libres, a través de la provisión de los recursos materiales y personales, cuyas
actividades deberán ser fortalecidas mediante acciones de capacitación, de conformidad con lo
establecido en el párrafo 277 de la presente Sentencia.
25. El Estado deberá pagar las cantidades fijadas en los párrafos 286, 293 y 299 de la presente
Sentencia, por concepto de indemnización por daño material e inmaterial y por el reintegro de
costas y gastos, según corresponda, dentro del plazo de un año, contado a partir de la notificación
del presente Fallo, en los términos de los párrafos 300 a 307 del mismo.
Faltan cumplimentar todos sus derechos pues hubo omisiones y fallas en la investigación de la
violación sexual que sufrió, impidiendo que se esclarecieran los hechos o se sancionara a los
responsables. Además, la señora no contó con un intérprete proporcionado por el Estado que le
permitiera presentar su denuncia e información al respecto y poner a las autoridades en
conocimiento.
En el 2020 el Estado no había presionado por hacer efectiva la sentencia que el Juzgado Séptimo
de Distrito dictó en 2018 pues no ha dado seguimiento a la averiguación, tanto, que seguía sin
haber detenidos.
De los dos hechos, 17 los agresores, de los cuales 2 han sido detenidos, y uno fue asesinado en
una cárcel militar en 2016, hecho que suponen, pudo estar relacionado por haber informado sobre
los otros implicados, aunque se reconoció que no se tienen pruebas de ello. El Estado según ha
cumplido con alrededor de 8, como el reconocimiento de la responsabilidad, apoyo económico
para ambas y becas de estudios para sus hijos, algunas aseguran haberlas concretado y el resto las
tiene en el olvido.
En ese sentido, la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de
Personas (Fevimtra) de este estado no ha llamado a comparecer a los militares y altos mandos que
son probables implicados en los casos, por lo que temen nunca puedan tener justicia.
Como resultado las mujeres y niñas indígenas continúan siendo discriminadas, los casos de abuso
sexual desestimados, y no existe un lugar donde puedan estar seguras de que sus Derechos
Humanos sean respetados.
TRAMITE ANTE LA CORTE INTERNACIONAL
La señora Inés agotó los recursos legales internos con el Estado mexicano, pero al no obtener
justicia, acudió al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Años más tarde, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un informe
sobre sus casos que nunca fue acatado por el Estado, por lo que pasó a manos de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), organismo que el 1 de octubre de 2010, dictó dos
sentencias contra el Estado por su responsabilidad en la violación sexual de ambas indígenas y
reparaciones de daños para cada caso, mismas que no se han cumplido en su totalidad.
Para revisar los avances del Estado en las sentencias y demás, en 2020 se realizó una audiencia en
la que estuvieron presente Inés, el Centro por la Justicia y el Derechos Internacional (Cejil) y
Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinolllan (CDHM), organización que acompaña el
caso, y varias instituciones.
En cuanto al análisis de fondo se resume a varios puntos que esclarecen que las declaraciones de
la señora Inés han sido diferentes en distintas ocasiones, que hay aspectos que no se consideran
relevantes, la corte no cuenta con evidencia de tales violaciones por parte de ella o evidencia del
estado para contradecir su existencia. Se califica como intencional, con sufrimiento físico o mental
severo y concluye que el Estado es responsable por la violación de los derechos a la integridad
personal, a la dignidad y a la vida privada, consagrados, respectivamente,