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Otras imágenes mostraban las bibliotecas y los libros en un Capítui.

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entorno familiar, como la representación satírica del "Loco por El tiempo del hombre
los libros"(Der Büchernarr), con la que Sebastian Brant inicia su
(1439-1545)
Nave de los necios (1494): el loco, armado de su plumero a fin
de desempolvar los libros y habiéndose calzado unos imponentes
quevedos, se encuentra sentado en un pupitre de doble cara,
mientras la pared del fondo exhibe estanterías que contienen La Europa del Renacimiento (1350-1620) vio transformarse los
libros (v. p. 205). saberes (sus contenidos, su distribución, su circulación) a medida
Finalmente, esa sociedad sometida, por primera vez en la his que evolucionaba el estatus de las lenguas que los vehiculizaban
toria, a una densificación creciente de la circulación de las infor (restitución de las lenguas antiguas, emancipación de las vernáculas);
maciones y al desarrollo de un sistema de medios de comunicación [...] aquella fue asimismo la época donde la filología se desarrolló
de masas, también miraba al exterior. En el plano espacial: mien como disciplina de pleno derecho. (Fierre Lardet)
tras los otomanos avanzaban en el Mediterráneo y el Imperio
bizantino estaba próximo a su fin, los genoveses, españoles y,
sobre todo, los portugueses se lanzaban hacia la ruta del sur, con
el propósito de franquear el cabo Bojador (1434), rodear África y PRÓLOGO. LAS PARADOJAS DE LA REPRODUCCIÓN "'
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alcanzar la India -como ya sabemos, esas rutas del Atlántico sur
pronto los iban a llevar al descubrimiento del Nuevo Mundo-. En Con la invención de Gutenberg, entramos en el proceso de la
el plano cronológico: el redescubrimiento de la Antigüedad estaba "segunda revolución del libro", que se impuso, ante todo, como
a la orden del día; la antigüedad latina, ciertamente, aunque cada un proceso de masificación. Entre 1452 y 1501, la producción
vez más la antigüedad de la Grecia clásica. Cuando los Padres del impresa superó los 30.000 títulos: con un tiraje promedio de.5Í10
concilio ecuménico se trasladaron a Florencia, en 1439, la ciudad ejemplares por título —lo cual es plausible- no menos de quince
se transformó en el punto de encuentro de una pléyade de erudi millones de unidades bibliográficas fueron puestas en circulación
tos venidos de toda Europa, occidentales y bizantinos, entre ellos, en Europa en tan solo medio siglo. Ese cambio radical de escala en
el propio basileus, y los principales dignatarios de la Iglesia orto relación con la época del manuscrito tuvo ejfecto^ significativos
doxa. La filología y la referencia griega estaban vigentes más que en las prácticas de los lectores (se pasó de la lectura intensiva a la
nunca: a partir de ese momento, la translatio studii coronó a lectura extensiva), sobre el estatus del libro y, desde luego, sobre
Occidente, que se impuso como el espacio privilegiado de la escri l^estructura de las bibliotecas, cuyos fondos fueron enriquecién
tura, de la investigación erudita, de los libros, y de las bibliotecas. dose gradualmente, por lo que se hizo necesario implementar, en
el mediano plazo, nuevos sistemas de ordenación y una gestión
adaptada. ^
Sin embargo, la irrupción de los impresos hizo sentir sus efec
tos solo en el mediano plazo. La teoría de la "reproducción"

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explica cómo Gutenberg y los primeros promotores de la compradas en el siglo xvi en 5 ll.t.* por Claude Guilliaud, sodalis
tipografía en caracteres móviles buscaron, lógicamente, "repro Sorbonicus (miembro del colegio de Sorbona) y canónigo de
ducir" los manuscritos a través de un procedimiento mecánico, y Autún (Bm Autun, Inc. 88). Aunque 5 11. representaran una suma
no fabricar esos nuevos objetos que fueron los libros impresos:' su nada despreciable, habría sido imposible para nuestro canónigo
forma material se asemejó lo más posible, en un principio, a la de costear un manuscrito de semejante nivel.
los manuscritos. La continuidad se hacía aún más evidente en las En las colecciones de las principales bibliotecas, los impresos se
bibliotecas, donde el manuscrito continuó predominando durante impusieron definitivamente frente a los manuscritos recién en las
décadas, tal como vemos en el ejemplo de Noyon, donde nos guía primeras décadas del siglo xvi, a partir de adquisiciones, pero
nuevamente André Masson: también gracias a legados y donaciones. Esto se debió a que el
impreso, al ser fabricado mecánicamente, llevaba el sello de la
Dejando de lado los manuscritos, la biblioteca de Noyon seguramente banalidad, de modo que los príncipes y otros personajes posee
poseía, en 1506, libros impresos, pero en menor cantidad de lo que se dores de bibliotecas se ocuparon, llegado el caso, de dar a sus
podría imaginar [...]. Una biblioteca de cabildo no tenía crédito para ejemplares impresos una forma particular. Prácticamente no
la compra de libros y [...] se conformaba con donaciones. El enriqueci existieron impresos en la Bibliotheca Corviniana^ y el rey de
miento de las bibliotecas colectivas estaba, por tanto, en estrecha cor Francia, al recibirlos o adquirirlos, con frecuencia les hacía dar
relación con la composición de las bibliotecas privadas. [La] investi una forma semejante a la del objeto de colección: solían realizarse
gación de Doucet basada en 194 inventarios de bibliotecas, entre en vitela, y no en papel, y eran ilustrados no con simples grabados en
1493 y 1560,estableció que fue recién a partir de 1520 que comenzó madera, sino con grabados iluminados o, incluso, con pinturas
a sentirse la competencia de los impresos en las bibliotecas privadas y que sustituían a los grabados originales. Por otro lado, el estatus
que el número de libros impresos supero al de los manuscritos. de la colección siguió por mucho tiempo supeditado al fondo de
manuscritos, considerado más valioso, y los impresos no tomaron
Sin embargo, aun siendo relativamente elevado, el costo de los definitivamente la delantera sino a finales del siglo XVII.
ingresos se mantejiía-Jiiuy por dejjajo de lo que se precisaba para El ingreso de donaciones y legados desempeñó una función
comprar los manuscritos equiv^lcJ^í^s, de manera que los lectores importante en este cambio que se volvió más notorio a partir de
privados —e incluso el "hombre común tan caro a Lutero {dcv las décadas 1520-1530. Regresemos por última vez a Autún. Allí,
gemeine Mann)- se apresuraban a adquirir los libros "mecáni la biblioteca de los canónigos se hallaba
cos", ampliamente disponibles y a un menor costo. Limitémonos
al ejemplo de las "Crónicas de Núremberg" {Liber chronicarum). ••• en un anexo de la vieja catedral de Saint-Nazaire, contiguo al
claustro canonical. Allí permaneció, con seguridad, hasta 1520 o

1. Frédéric Barbier, "Patrimoine, producción, reproducción", en BBF, 2004, n." 5,


pp. 11-20
2. Se craca de Roger Doucec, Les Bibliothéques partstettnes au xve siécle, París, "■ N. de la E.: Esta abreviatura corresponde a la libra tournois o de Tours, moneda uti
Picard, 1956. lizada en Francia bajo el Antiguo Régimen.

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poco tiempo después, época en la que debió ser transferida a la sala
acondicionada para los estudios teologales, arriba de la "gran sac !ete¿üni,ac prsefeílotu nomírxibuslíbelluj
ristía" o sacristía que el obispo Jacques Hurault acababa de hacer
íncerto.
construir a la derecha del crucero de la iglesia de Saint-Ladre. A los
manuscritos antiguos no tardó en unirse, en este nuevo local, un Oidíníbuscxexcít
fondo bastante considerable de libros impresos, cuya mayor parte
TúU U,
estaba constituida por la biblioteca del docto teólogo Claude
Guilllaud, fallecido en 1551.' Mr ^

Fue por medio de la colección de! canónigo que un ejemplar de las


"Crónicas de Núremberg" entró, como vimos anteriormente, a 1^
biblioteca del cabildo.
Ciertas casas religiosas, sin embargo, se apresuraban a com ^'Liber scholasticus cotobii Eluotwusis alias s. Amandr (Biblioteca de
prar impresos, en especial cuando era cuestión de enriquecer y Valenciennes, K-3-5). (Foto de F. Barbier)

actualizar el fondo de una escuela abacial o capitular. A partir de


los años 1460, la biblioteca benedictina de San Amando adquirió
desafortunadamente, el libro fue reencuadernado en el siglo xviii,
un gran número de nuevos títulos, entre ellos, el Catholicon de
de modo que fue imposible conocer su proveniencia."* Ese impor
Balbus, las "Obras" de Gerson y, nuevamente, el Líber chroni-
tante cambio en la economía de las bibliotecas se produjo en el
carum de Hartmann Schedel. Las entradas continuaron hasta el
mismo momento en que un nuevo modelo cultural tendía a impo
siglo XVI, con títulos como la Historia animalium de Gesner. La
nerse, modelo en el que el libro -y las bibliotecas- tuvieron un
escuela abacial estaba en ese" entonces, activa, tal como reflejan
papel, desde todo punto de vista, central.
numerosas anotaciones manuscritas cuidadosamente redactadas
en las portadas: a modo de ejemplo, el soberbio diccionario
griego-latín presentado en París, en la librería Écu de Bale, en
1521, y cuya nota cuidadosamente rubricada especificaba, en 1552, LOS ORÍGENES DEL MITO HUMANISTA
que pertenecía a la escuela de la abadía y que estaba particular
EL HUMANISMO Y SUS LIBROS
mente reservado a los alumnos helenistas(Bm Valenciennes, K-3-5).
Análogamente, la biblioteca de San Bertín poseyó muy temprana El centro de la innovación intelectual que denominamos humanismo^
mente un ejemplar de la Biblia de 42 líneas de Gutenberg en papel; se situó, en un primer momento,^ Italia, y su cronología fue
anterior al siglo xv -por lo que nos veremos obligados,en los párrafos
3. Catalogue des Maitre, Turnhout, Brepols, 4. Frédéric Barbier, "Saint-Bertin et Gutenberg", en Le Berceau du livre: autour des
2004, p. XIX. incunables, Ginebra, Droz, 2003, pp. 55-78.

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