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La función tutorial: un imprescindible en secundaria

Antes de ejercer las funciones tutoriales de un alumno o un grupo (clase), el futuro tutor
necesita conocer a fondo a sus futuros tutelados y el momento vital en que se encuentran.

La secundaria coincide con ese periodo de transición en el que el alumno (entre 12 y 17


años) abandona la infancia para convertirse en un adolescente y establecer las bases de su
yo-adulto del futuro. Sin duda, la adolescencia es una etapa convulsa para el estudiante y
para todos los adultos que le rodean: familia y profesores. 

Las primeras semanas de clase el tutor se centrará en informar a sus alumnos de cuáles son
los objetivos del curso, las normas o las dinámicas de evaluaciones

El tutor de secundaria debe tener en cuenta, durante su ejercicio tutelar, esos rasgos de
personalidad que caracterizan al alumno adolescente: la necesidad de autoafirmación, el
bajo control de las emociones, su impulsividad, la rebeldía, el egocentrismo… Y, además,
no puede olvidar tampoco que estos cambios biológicos y psicológicos vienen
acompañados de un reto añadido: la nueva etapa de educación. Al alumno de secundaria se
le exigirá autonomía y responsabilidad en el estudio, madurez emocional y la toma de
decisiones sobre su itinerario educativo. Dicho esto, cabe esperar que la tutoría en esta
etapa educativa sea de vital importancia para el desarrollo personal y académico del
alumno.

Principales actividades de tutoría en secundaria


Antes de abordar la práctica tutorial en sí misma, hay que discernir entre dos tipos de
acción tutorial: 

 A nivel individual: consisten en sesiones privadas con el alumno que muestra


dificultades de aprendizaje, problemas de conducta en el aula o necesidades
especiales.
 A nivel grupal: el tutor tiene asignada (habitualmente) dos horas a la semana en el
horario de clase para reunirse con su grupo y trabajar sobre el programa tutorial
establecido para el curso.  
La función tutorial, en líneas generales, integra las siguientes actividades:

Dar la bienvenida al curso y/o centro

Durante las primeras semanas de clase el tutor se centrará en informar a sus alumnos sobre
los objetivos del curso, las normas del aula y del centro, las dinámicas de evaluaciones y las
expectativas puestas en ellos.

Construir la historia de sus alumnos

El tutor necesita conocer a fondo el expediente de cada estudiante, los principales rasgos de
su personalidad, sus fortalezas y dificultades académicas, así como su estilo de aprendizaje
y hábitos de estudio. Por eso es necesario que se entreviste tanto con los alumnos como con
las familias.

Coordinación con el resto del cuadro de profesores


De esta manera, se establece un punto de unión para recibir feedback sobre sus alumnos
tutelados en las diferentes materias: comportamiento, evaluaciones, cumplimiento de
responsabilidades y tareas.

Mediar y asesorar

La acción tutorial también sirve para ayudar a los alumnos a resolver los posibles conflictos
entre ellos mismos o con el resto de los profesores. El tutor ofrecerá pautas para el diálogo;
una visión objetiva del problema; les guiará para su resolución; y, cuando estos conflictos
versan sobre alguna materia, transmitirá esta situación al docente responsable.

Orientación vocacional

Orientación y tutoría van siempre de la mano, pero especialmente en el cuarto y quinto


curso de secundaria, donde una parte de la labor del tutor será la de informar y asesorar a
sus alumnos para que elijan las materias optativas más acordes sobre lo que quieren
estudiar en la carrera universitaria.

Educar en las emociones y el autoconocimiento

La tutoría es el espacio más indicado para potenciar en el alumno su desarrollo personal, es


decir, trabajar su autoestima, la metacognición, la motivación frente al estudio y la
autocrítica constructiva.

Actividades preventivas y de carácter social

Las clases de tutoría también fomentan el clima adecuado para tratar temas sociales de
actualidad como los riesgos del consumo de drogas, el acoso o los peligros de las redes
sociales. El tutor puede trabajar estos contenidos haciendo uso de apoyos (vídeos
documentales, películas o noticias de actualidad en los medios de comunicación) y
fomentando el debate en el aula. También puede programar la visita de un experto en el
tema para que participe en la hora de tutoría.

Por último, solo añadir que, si bien es necesaria una buena programación de la labor
tutorial, la flexibilidad a la hora de llevar a cabo la tutoría es básica para potenciar la
comunicación y la participación del alumno.

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