ECONOMÍA PARA LA

ADMINISTRACIÓN
UNIDAD 1:
Macro y microeconomía.

DE LOS NEGOCIOS SECCIÓN 1:

Decisiones económicas.
Enfoque micro y
macroeconómico.
CONTENIDO

1 DECISIONES ECONÓMICAS......................................... 3

Economía y decisiones.............................................. 6

2 BIBLIOGRAFÍA.................................................................... 11
1 Decisiones económicas
Frente a un problema, las personas buscamos y procesamos infor-
mación que nos sea útil para su resolución. Una vez conseguida,
utilizamos criterios racionales y tomamos una decisión basándo-
nos en ella.
Según el caso, evaluamos los caminos alternativos para solucionar
el problema que se nos plantea y las ventajas y los inconvenientes
que puede presentar cada uno.
En economía, a este proceso se lo denomina «análisis costo/
beneficio» y consiste en considerar y comparar «lo bueno» y
«lo malo» que tiene y tendrá para nosotros la decisión que en-
frentamos.
No obstante, no siempre esta comparación de costos y beneficios
tiene que ver con sumas de dinero, ya que tanto el costo como el
beneficio pueden o no ser «medibles» bajo esta variable. Por ejem-
plo, hay beneficios que existen, pero no son medidos de esta for-
ma, como el gusto por tomar un helado, así como también puede
ocurrir con los costos (como el tiempo que se pierde en visitar al
dentista).
Este método puede utilizarse desde una decisión individual tan
sencilla como optar por ir al cine o quedarnos a cenar en casa el
sábado por la noche con amigos, pasando por otras decisiones
empresariales más complejas como comprar un campo para culti-
var soja de exportación, ampliar la capacidad de producción de la
empresa o lanzar un nuevo producto al mercado, hasta llegar in-
cluso a decisiones gubernamentales extremadamente complejas y
delicadas como enviar una sonda de reconocimiento a un planeta
cercano o ejecutar un plan que disminuya la desnutrición infantil
en el país.
El esquema de razonamiento es el mismo en cualquiera de ellas:
debemos identificar «lo bueno» y «lo malo» para quien toma la de-
cisión (que puede ser la persona individual, el empresario, la co-
munidad toda) y tratar luego de comparar ambos aspectos.
El proceso se retroalimenta constantemente a medida que la in-
formación de la que se dispone se enriquece. Ampliar la búsqueda
de información y buscar un mayor grado de certeza y confiabilidad
sobre la misma es una tarea esencial, que redundará en mejores
decisiones.
Aunque no lo parezca, muchas de las decisiones que tomamos en
nuestra vida cotidiana tienen un contenido económico, en el senti-
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do antes explicado: tienen costos y tienen beneficios que pueden
compararse. Este módulo apunta a desarrollar criterios económi-
cos que ayuden a tomar correctamente ese tipo de decisiones. Lo
hacemos analizando conceptos económicos de base, que van des-
de los aspectos simples (por ejemplo, porqué comprar un produc-
to en una tienda) hasta cuestiones mucho más complejas (porqué
un país crece o se estanca, porqué tiene inflación o no).
Se realiza este análisis debido a que, en la toma de decisiones,
debe considerarse el «entorno cercano» (la demanda de nuestro
producto, los competidores, nuestro mercado) y el «entorno leja-
no» (los mercados relacionados, la banca que puede financiarnos,
los compradores de otros países, la competencia de productores
de otros países, las acciones gubernamentales). Además, es preci-
so hacerlo anticipándonos a lo que pueda suceder ya que de poco
sirve tomar decisiones sobre hechos ocurridos en el pasado.
Por ejemplo, si nuestra intención es invertir nuestro dinero en
una alternativa que nos brinde rentabilidad, observar accio-
nes o bonos que han subido en su cotización en los últimos
días no es útil puesto que eso ya ha ocurrido, ya pasó. Lo que
tenemos que tratar de observar es aquellas acciones o bonos
que creemos que subirán en el futuro, para comprarlas ahora
(antes de que suban).
La premisa es que no debemos esperar a que los hechos se con-
sumen, sino que debemos tratar de «ver antes», anticipar lo que
puede venir (a nivel micro y macro) y tomar posición en función
de esas previsiones. De esa forma, puede aprovecharse mejor lo
bueno que se visualiza en el horizonte y cubrirse a tiempo de las
malas decisiones.
¿Por qué hacer este esfuerzo de «ver antes» y no esperar pruden-
temente para reaccionar una vez que los hechos se hayan consu-
mado y tengamos seguridad sobre ellos? ¿Acaso no es mejor estar
seguros de lo que sucede, para así no cometer errores? ¿No sería
correcto ser prudente y esperar? La respuesta está en la compe-
tencia permanente a que nos enfrentamos, tanto como consumi-
dores como productores: si nosotros no lo hacemos, si no miramos
hacia adelante para tomar a tiempo una posición ventajosa, los
demás sí lo harán.
¡Pero cuidado! No hablamos aquí de riesgos innecesarios ni impru-
dencia. Nos referimos a mirar el futuro con criterio y sin ansiedad,
informarse respecto de las perspectivas y tendencias, escuchar a
los expertos y tomar una decisión meditada y calculada, pero siem-
pre mirando hacia adelante, porque sea lo que sea lo que ocurra,
ocurrirá en el futuro, no en el pasado.
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Anticiparse, «ver antes», es central en la toma de decisiones eco-
nómicas, tanto a nivel individual como grupal.
Economía y decisiones
La economía, como ciencia social, se ocupa de analizar y com-
prender cómo se comportan los individuos cuando buscan sa-
tisfacer sus múltiples necesidades haciendo uso de los recur-
sos escasos de los que dispone.
Se encarga de estudiar comportamientos, actitudes, preferencias,
incentivos y motivaciones, ante el problema de las decisiones eco-
nómicas a las que se enfrentan diariamente las familias, las empre-
sas y los gobiernos.
Esta es una problemática compleja, pues son miles de millones de
decisiones por día, todos los días del año, en todo el planeta. Se
trata de un proceso continuo que se retroalimenta diariamente de
lo sucedido en el pasado, mientras que observa permanentemente
lo que se espera para el futuro.
Estas decisiones no pueden considerarse aisladamente ni en el
tiempo ni en el espacio porque están vinculadas estrechamente
entre sí. Por ejemplo, la decisión de una empresa de producir más
o menos de su producto no es independiente de las decisiones de
consumo de las familias respecto de ese producto ni de las deci-
siones de regulación de mercado que pueda tomar el Gobierno en
relación al mismo. Asimismo, esa decisión de producción afecta
a la contratación de personas para llevarla adelante y el pago de
salarios, lo cual redundará en nuevas decisiones de consumo en el
futuro.
Tal complejidad sería imposible de visualizar y analizar sin un pro-
ceso de simplificación previo, que permita entender las causas pro-
fundas y los movimientos de base de tal proceso de relaciones y
decisiones.
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 La economía realiza este proceso de simplificación y análisis
desde dos puntos de vista: el enfoque microeconómico y el «La economía se ocupa entonces de
enfoque macroeconómico. Ambos enfoques son incompletos
y por ello son complementarios. La microeconomía observa estudiar el problema de la escasez
el detalle, pero pierde la visión de conjunto, mientras que la de recursos para la satisfacción de
macroeconomía observa el conjunto y no alcanza a distinguir
claramente las particularidades. Ambos son necesarios, nin- necesidades de las personas».
guno sustituye al otro.

Estudia este problema desde dos puntos de vista, que no son sus-
Es un error considerar que, para la toma de decisiones individuales, titutos sino complementarios: la microeconomía y la macroecono-
debe acudirse solamente al enfoque microeconómico y desechar mía.
la visión de conjunto que provee la macroeconomía.

Si bien existe una tendencia a considerar que los «grandes proce-

sos» que estudia la macroeconomía sólo interesan a los analistas
económicos y a los funcionarios, esto no es correcto, porque lo
que sucede más allá de nuestro mercado, más allá de nuestra zona
de influencia, incluso más allá de las fronteras de nuestro propio
país, puede ejercer una influencia importante en nuestra actividad
cotidiana. Negar la importancia de conocer el entorno lejano im-
plica desestimar esta influencia, lo cual puede constituir un error
estratégico de magnitud importante en una economía abierta y
globalizada como la actual.

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Figura N°1: enfoque microeconómico.

Elaboración propia.
Figura N°2: enfoque macroeconómico.

Elaboración propia.
En el caso de la microeconomía, el problema de la escasez de re-
cursos se trata desde el punto de vista individual (consumidor, em-
presa). Analiza cómo un agente económico decide consumir bie-
nes y servicios sobre la base de los recursos de que dispone (por
ejemplo, su salario) o bien cómo una empresa decide producir en
base a los factores productivos e insumos de que dispone o puede
comprar.

En el caso de la macroeconomía se analiza cómo un país, conside-

rado en su conjunto, puede tomar sus decisiones de producción
según los factores disponibles (tierra, trabajo, capital, capacidades
empresariales, tecnología) y a las restricciones que enfrenta para
conseguirlos o mantenerlos con capacidad de producción.

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BIBLIOGRAFÍA

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