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Libro: Infancias y adolescencias patologizadas

Capítulo 8: Los adolescentes que desertan

Los duelos adolescentes: duelo por la pérdida de la fantasía de la bisexualidad, del cuerpo, del rol,
de los padres y de la identidad de la infancia. Hay adolescentes que parecen no soportar estos
duelos y, más una pérdida a elaborar, enfrentan un dolor terrorífico.
Son adolescentes que, frente a la crisis, desertan, huyen, abandonan toda lucha, que deriva en una
vuelta sobre sí de la agresión. Abandono que se manifiesta en negativa a estudiar, negativa a
trabajar y puede derivar en adicciones.
¿Por qué la pérdida se transforma en desgarro? ¿Por qué el dolor se vive como algo intolerable
que debe ser anulado como sea?
El dolor por lo perdido lleva a no sentir. Tienen anestesiado el sentir porque el dolor es excesivo.
Intentan entonces expulsar todo el dolor.
Las drogas aparecen siendo un calmante para el dolor.
Si alguien no siente, se transforma para sí mismo en una suerte de muerto vivo, lo que termina
resultando insoportable.
El adolescente puede ser visto como quien se interroga sobre todo aquello que ha interiorizado en
la primera infancia, especialmente sobre la sexualidad.

Los caminos del dolor


En un primer momento, lo que resulta intolerable es el dolor por la carencia de sostenes internos.
Renuncian a buscar salidas, desertan porque la lucha se presenta desde el vamos como imposible.
Y si en un primer momento, lo que quieren s aplacar el dolor, en un segundo momento el no sentir
les genera desazón que los deja con vivencias de vacío, no vida. Frente a esto, buscan emociones
fuertes: alcohol, droga, velocidad, golpes, cortes en el cuerpo.

Fugas y drogas
¿Qué efecto tiene la contención de los padres? Los padres que no sostienen la omnipotencia de
los adolescentes o que no se ubican impotentes frente a ellos, terminan diferenciándose de sus
hijos y cada uno, tanto padres como hijos empiezan a tener un lugar más claro.

Consecuencias de la deserción frente a la crisis


Podemos detectar:
En lugar de duelos a elaborar, un dolos insoslayable que arrasa con todo.
En lugar de identificaciones nuevas, tambaleo de las antiguas.
En lugar de la salida exogámica, persistencia en el vínculo incestuoso.
En lugar de proyectos, un presente considerado eterno.

Los adolescentes: riesgos y aperturas posibles


En relación a las actuaciones, los adolescentes suelen llevar a la práctica aquello que un niño
puede fantasear. Además, tienen la tendencia a pasar el acto sin reflexionar demasiado y eso los
pone necesariamente en riesgo. La actuación violenta puede ser el modo en que una persona
sienta que existe, que es alguien, que impone su voluntad y logra un lugar en el mundo en un
momento que no sabe quién es y el contexto tiende a excluirlo. Porque ya no es infante, pero
tampoco puede ocupar el lugar de los adultos.

Algunas notas sobre el valor de la escuela en la adolescencia


La deserción y el desinterés escolar se vienen agravando y la desconexión entre adolescente y
escuela se incrementa, en tanto esta ha dejado de ser el lugar privilegiado de la transmisión del
saber. Muchas veces, los chicos buscan en la web lo que quieren aprender, que suele diferir de la
oferta escolar.
Sin embargo, pienso que la escuela sigue siendo el sitio privilegiado al que deben concurrir todos
los niños y adolescentes. Es un lugar de encuentro con otros y de apertura de nuevos intereses. Y
es diferente aprender con una máquina a hacerlo con otro que puede a la vez ser un referente
distinto de los modelos familiares.
El adolescente necesita la aprobación del contexto: del grupo de pares y de otros adultos. Si esto
se tuviera en cuenta, se modificaría el criterio de evaluar descalificando al adolescente que no
rindió lo esperado, de sancionar con un número la dificultad y se centraría la cuestión en ayudarlos
a sostenerse como personas pensantes, como aquellos que pueden crecer y aprender. La palabra
de la escuela puede abrir caminos o cerrarlos.
Otro asunto a considerar es que el adolescente necesita el ámbito escolar como espacio de
socialización y de armado de proyectos. Cuando un adolescente deserta de la escuela, queda fuera
de ese espacio de despliegue, de encuentro con otros y de construcción colectiva.
Terremotos y fracturas
Hay adolescentes que no pueden vivir las situaciones de pasaje, transformación y cambio sin que
esto implique terremotos que pueden dejar fracturas que lleva tiempo reconstruir.
Todas las dificultades que pueden aparecer son cuestiones a ser trabajadas; los adolescentes
necesitan ser acompañados en estos avatares, pero es clave suponer que porque se droguen van a
ser drogadictos. Pensarlos creciendo, cambiando, con modificaciones permanentes es clave para
posibilitar los cambios y no dejar a un adolescente fijado en un modo de funcionamiento
autodestructivo.

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