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Biografía de Juan Antonio Alix

El Cantor del Yaque, nació en Moca, el 6 de septiembre de 1833, hijo de Félix Alix y María
Magdalena Rodríguez.

Es el poeta criollo por excelencia y uno de nuestros más originales temperamentos


literarios; un auténtico representante del pueblo, del que extrae su lenguaje y
modalidades, con los que plasma en sus décimas una imagen verídica del dominicano de
los tiempos de la Restauración.

Desde la adolescencia, a los diez y seis años, empezó a escribir las décimas inimitables
que le dieron tan grande y popular renombre. Cantó sin descanso, prefiriendo el lenguaje
del campesino del Cibao para sus décimas. En su larga vida de ochenta y cinco años
nadie lograría arrebatarle el cetro de la poesía popular dominicana. El célebre Cantor del
Yaque fue soldado en las luchas de la Independencia y asistió a la toma de Beler con el
grado de Cabo de nuestro ejército. En la Restauración, figuró entre los patriotas que se
sublevaron en Guayubín en febrero de 1863. Siño Juan Antonio, Papa Toño, como
familiarmente le llamaban, publicaba sus composiciones en hojas sueltas que circulaban
profusamente por toda la República. Esos volantes, tan solicitados, era el dinero que Alix
llevaba al mercado de su pueblo. Entre las placeras y los campesinos de Santiago era un
ídolo, amado y festejado por todos.

Obra

"Los mangos Bajitos" fue quizás su más celebre composición. Juan Luis Guerra
popularizó una pieza don sus letras. Luego, "El follón de Yamasá", "Viaje de Gerardo
Etanislao por la mayor parte de los pueblos de la República Dominicana" (1885), "El
ferrocarril de Samaná a Santiago" (1887), "Apuntes para una historia de San Francisco
de Macorís" (1894), "Décimas" (1927), "Décimas, 2 tomos" (1953), "Décimas inéditas"
(1966), "Décimas políticas" (1977).
Letras
Dice don Martín Garata Sin treparse al cogollito
Persona de alto rango Banilejo o mameyito
Que le gusta mucho el Pasar la vida soñando
mango Comerse un mango bajito.
Porque es una fruta grata Mamacita, qué bonito.
Pero treparse en la mata
Ay, eso no Y a quién no le gusta un
Y verse en los cogollitos mango
En aprietos infinitos Sin arderse los deditos
Como eso es tan Amarillo o rosadito
peligroso Sin trabajar y soñando
Él encuentra más sabroso Comer los mangos bajitos
Coger los mangos bajitos Que se lo den peladito
Ay, nene, tú dile. Banilejo o mameyito
Pasar la vida soñando
Dice don Martín también Comerse un mango bajito.
Que le gusta la castaña
Pero cuando mano Mamacita, qué bonito.
extraña
La saca de la sartén Pero mira como viene
Y que se la pelen bien Uy, uy, ay mamá, eh ay
Ay, eso sí mamá.
Con todos los requisitos
Pero arderse los deditos
Ay, eso no
Metiéndolos en la flama
Eso sí que no se llama
Coger los mangos bajitos
Ay, nene, tú dile.

Por eso la suerte ingrata


De mi vida no mejora
Porque muchos son ahora
Como don Martín Garata
Que quieren meterse en
plata,
Ay, eso sí
Ganando cuartos
mansitos,
Ay, eso no
Con monopolios bonitos
Con chivos y contrabando
Sin dar un golpe y
soñando
Coger los mangos bajitos
Ay, nene, tú dile.

Y a quién no le gusta un
mango
Que se lo den peladito
Amarillo o rosadito
Sin trabajar y soñando
Coger un mango bajito
El follón de aquí no lo aguanto yo!»; si no declara al momento,
y en seguida se tiró el que vino a este
Yamasá convento
de cabeza tras del cura.
a largarse ese follón.»
Siento mucho relatar
lo que al fin relato hoy, Como el campanero es
Salió un viejo setentón
porque ya dirán que soy ciego
hinchado y descolorido,
amigo de exagerar; al oír la corredera, y al cura dijo: «yo he sido
Y el que me ha de sin averiguar siquiera el que me tiré el follón.
murmurar comenzó a tocar a fuego. No fue esa mi intención
desde ahora ya sabrá, Salió el cura sin sosiego le digo, Padre bendito,
que tres pitos se me da con la frente en un chichón sepa usted que estoy
que figuren que es un gritando más que un agito
cuento lechón y creo que no tengo cura,
y preguntando igualmente: calcule que es de asadura
lo que pasó en el convento
que comí cuando
del pueblo de Yamasá. «¿Quién ha sido el
chiquito».
indecente
Pues un día de la Asunción que se largó ese follón?»
El sacristán dijo al cura
estando yo en Yamasá, saltando y con alegría:
vino el cura de Boyá A una vieja de la Jagua
a celebrar la función. le tumbaron el pañuelo, «Mi amo, ¿no le decía
y se vio caer al suelo
A mediado del sermón que el follón fue de
una peineta de yagua;
hubo allí un pelotero dejaron allí una enagua asadura?»
que hasta vino un tal por el maldito follino,
Peguero «Tú tienes razón criatura
que, por tener palomino,
que es el jefe del lugar, nadie la quiso tocar; son buenas tus
queriendo allí disparar al Alcalde del lugar condiciones,
un trabuco naranjero. le aplastaron el gallino
(bombo). rogaré en mis oraciones
Un haíto que por cierto al Divino Sacramento,
fue a gozar de la función Según la opinión del cura
y del sacristán también, que no salgas del
se largó allí un follón
el follón fue de lerén convento
que hedía a perro muerto; de mondongo, o de
yo no diré que es incierto asadura. para que huelas follones.»
que estuve al perder el Pronto irá a la sepultura
tino, quien soltó ese marrano,
pues el follón tan dañino pues si no se hallaba
de aquel ahíto infeliz sano
me picó en la nariz ese maldito cochino,
como un ají montesino. no debió en lugar divino
follonear así al cristiano.
Del púlpito descendió
Después que aquello
de cabeza el reverendo, pasó
y al caer iba diciendo: y que fue calmado todo,
«¡Qué peo se han tirado, dijo el cura del mal modo:
fo!» «¡Ese follón me mató!
Y al sacristán que le dio Pero ahora quiero yo,
esa brisa tan impura, en bien de la religión
dijo «¡fo, y es de asadura, echarle la excomunión
AL GOBIERNO Ni al Jesús de Galilea, El Este y Sur se han unido
PROVISIONAL  Canto con la buena idea, Al Cibao con esa idea,
DE LA REPUBLICA De lo que mejor conviene, Y como la unión florea,
SANTIAGO Y decirle al que la tiene: Con placer y gusto mil,
Afloja la jicotea. Amigo Alejandro Gil:
Como cantor nacional Afloja la jicotea.
Yo no puedo prescindir, A ninguno adularé
De marchar o de seguir Con atronadores vivas,
A La opinión ‘general. Y ni con flores ni olivas
Por eso es muy natural A nadie coronaré.
Cantar lo que ella desea: A la paz le cantare
Que para evitar pelea Y a la Unión que hoy
O no más guerra civil, campea;
Le diga a Alejandro Gil: Esa es toda mi tarea,
Afloja la jicotea. Evitar guerra civil,
Diciéndole a Woss y Gil:
De Alejandro siempre he Afloja la jicotea.
sido
Amigo particular, El País por el momento
Y no lo puedo negar Poco a poco se fusiona,
Que le estoy agradecido; Sin distinción de persona
Y como amigo querido Y sin apasionamiento.
Este amigo le desea, No ha habido
Que en salvamento se vea; atropellamiento
Y si de cerca le viera Ni quien arriba se crea,
Lo abrazaría y le dijera: De la discordia la tea,
Afloja la jicotea. Ya no hay ni quien la
nombre;
Si el País entero ya Conque Gil, si eres buen
Desconoce tu poder, hombre:
No hagas la sangre correr Afloja la jicotea.
Que hasta Dios se enojará.
Vete, que tú volverás En la más completa unión
Cuando en paz todo se vea. Se encuentran greñudo y
A tu Patria que desea bolo:
Que no haya más Formando un partido solo
bancarrota; Como hermanitos que son.
Conque, si eres buen No ha habido una discusión
patriota: Ni una palabrita fea,
Afloja la jicotea. Pues si lo que se desea
Es en paz todos vivir,
Cantando estoy como un Gil, si te quieres lucir,
grillo Afloja la jicotea.
Sin a nadie maltratar,
Sin subir ni arrempujar Formando un solo partido
A partido ni a caudillo. Se encuentra todo el Cibao,
Ni canto por darle brillo Desde Masacre al Bonao
Como ya es bien sabido.
EL 14 DE FEBRERO Les picara un abejón. hicieron
CONTINUACION DE LAS Fuera de la población Porque todo fué pamplina;
DECIMAS Quedarse allá resolvieron La Providencia Divina
Pero que cuando sintieron Como ella está con
Unidos los santiagueros El bajo de la tollina, Morales
Con un grupo de mocanos Pues, al que le dan camina, En vano son los cordiales
Valientes como espartanos En sus jacos se tendieron. Y los caldos de gallina.
Y rabudos espueleros,
A los bolos majaderos Entre ambos que lucharon,
Tanto el dado le cargaron Con seguridad se cuenta,
Que unos cuantos ni Que han pasado de sesenta
atinaron Las bajas que resultaron.
A salir de la ciudad, Los ‘bolos aquí dejaron
Pidiendo hospitalidad Muertos y algunos heridos
Donde ocultos se Los que fueron recogidos
quedaron. Por la Cruz Roja bendita
Que con piedad inaudita
Los bolos razón tenían Fueron todos socorridos.
En temerle tanto al foete,
Porque ya en el mismo Después de la gran tollina
ojete A los pájaros sin rabo
La rabiza la sentían. En los Cerros de Gurabo
Y mucho más cuando oían Les dieron otra propina.
“Que atájenlos por allá”, Teniendo aquella colina
¡“Que atráquenlos por Fuertemente atrincherada
acá”, En donde no hicieron nada
Y el fun fun de las abejas Trescientos que allí se
Tan cerca de las orejas, hallaron,
Que el más valiente se va. Porque todos se
panquearon
¡Pero cuánto patriotismo! Para Cuesta Colorada.
¡ Oh valientes veteranos!
Estrechen aquí sus manos! Al salir de propartida
¡Qué heroísmo! ¡qué De los Cerros los zancudos
heroísmo! Continuaron los rabudos
Y cuánto valor: lo mismo Dándoles la despedida.
Les decían los camarones, Y en la Cuesta referida
Pero a1 verlos en El derrote fué tan cruel,
pelotones Que echando cuasi la hiel
Huyendo que se mataban, Por la boca, de cansados,
Indignados les voceaban: Llegaron desgaritados
¡Qué pelones, qué A Llanos de Rafael.
pelones!
Así pues, que no valieron
No se hallaron en la acción Las misas a San Antonio,
Varios bolos generales Ni los brujos del demonio,
Por temor que en los Ni los judú que se dieron.
panales Ni mil promesas que
JUAN ANTONIO ALIX

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