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Estudiante de pregrado en filosofía, escuela de ciencias sociales, artes y humanidades,
Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD. Medellín, Colombia.
Email: luamive67@hotmail.com
Resumen
En el siguiente ensayo se expone un concepto del tiempo que difiere de los conocidos,
para que sea considerada y debatida. Dicho concepto involucra otros tan importantes como el
aludido; tales como existencia, relación, materia, probabilidad y espacio; porque hacen parte de
su conformación, de su fundamentación y que son imprescindibles para lograr la comprensión del
primero. De otra parte se pretende establecerlo como base para nuevos raciocinios sobre
problemas metafísicos de nuestro diario acontecer.
Abstract
In the following essay a concept of time that differs from the known ones is exposed, so
that it is considered and debated. This concept involves others as important as the one referred to;
such as existence, relation, matter, probability and space; because they are part of its
conformation, of its foundation and that are essential to achieve the understanding of the first. On
the other hand, it is intended to establish it as a basis for new rationales about metaphysical
problems of our daily events.
Cuando se piensa en el tiempo por lo general se tiene la intuición de lo que es, pero la explicación
se hace difícil. San Agustín, Confesiones libro XI, trad. de Vega Rodríguez, Ángel en <
http://www.augustinus.it/spagnolo/confessioni/conf_11_libro.htm> acceso 20 de julio de 2018.
El ser humano al poder desplazarse en el espacio en diferentes direcciones (esto es, se puede
mover ya sea hacia adelante o hacia atrás; o de igual manera hacia el lado derecho o el izquierdo)
cree que puede proceder con el tiempo igualmente, o sea, considera un pasado, un presente y un
futuro, siendo de esta manera un concepto lineal o de flecha que recorre un solo sentido y este es
hacia adelante, haciendo de algo intuitivo o metafísico, algo físico, hasta palpable. Lo anterior
acerca del tiempo viene respaldado por el hecho que percibimos el movimiento de la luz solar,
que en realidad es el movimiento de la rotación terrestre, que nos da la impresión que algo sucede
dentro de otro algo; este “algo” es ciertamente el movimiento de rotación; y este “otro algo” es el
tiempo; este suceso; o sea, el “otro algo” lo relacionamos con lo que mejor distinguimos que es el
movimiento y anclamos ese “otro algo” con el movimiento de las cosas, del mismo hombre, de la
tierra, de los astros. Fue en ese instante cuando por la necesidad lógica de explicación del suceso,
que conceptuamos el tiempo como una sucesión de momentos, un período en el cual se desarrolla
un acontecimiento o una dimensión en la cual la materia cambia de estados o sufre
modificaciones, que los días se suceden, que amanece, llega el atardecer y luego la noche, para
empezar un nuevo día. Pero lejos de eso puede ser el tiempo, pues una intuición no puede ser
física, material, palpable; el tiempo es pues, otra cosa, es “algo” que percibimos sí intuitivamente,
que existe, es real, es valedero, pero que no podemos demostrar, enseñar, palpar; es
definitivamente algo relacional, algo que nos permite el desarrollo del conocimiento, algo que
nos permite llevar a los demás y al espacio cosas y del mismo modo recibir.
Para explicar el tiempo se hace necesario conceptuar la existencia, cuestión esta que tiene
dos características básicas que hacen que sea lo que es; la primera de ellas es la probabilidad y la
segunda lo definido; la existencia es todo aquello que es tanto probable como definido; lo
definido es todo aquello que tiene ya una forma, una sustancia, una dimensionalidad, una
estructura; esto es, lo material concebido en un espacio, lo definido “es” en un espacio, de ahí que
sea posible su dimensionalidad; lo probable al contrario de lo definido no tiene sustancia; es en
“un lugar no concebido”, es intuitivo, lo probable no “está” en un espacio, está podría decirse en
el mundo de lo probable. En la existencia, en cuanto a lo definido, entre el espacio y la materia
se suscita una relación íntima, estrecha, dependiente; en lo probable no hay materia ni espacio y
tampoco hay relación. Ahora bien, en lo que atañe a los organismos vivos, la percepción e
interpretación de la realidad se sucede gracias a la estructuración cerebral y la intuición del
tiempo sucede de acuerdo a su velocidad existencial (ciclos biológicos: si una libélula, que vive
unos pocos días, pudiese ser consciente de nuestra existencia, probablemente nos vería como
nosotros vemos al universo, eterno, inmutable). En lo definido la relación que establece la
materia con el espacio que la contiene se llama tiempo; esta relación es de existencia, es una
relación existencial, luego el tiempo es la relación existencial que subyace entre el espacio y la
materia. En el mundo de lo probable no existe el espacio, la materia y su relación que es el
tiempo. Tengamos en cuenta que en cualquier “lugar” del universo siempre es “ahora” porque la
realidad se está generando y modificando constantemente. La realidad que se genera o se define
es sólo una dentro de una infinitud de posibilidades de ser. La percepción lineal del tiempo es una
cuestión humana, pues nuestro cerebro tiene la facultad de guardar recuerdos de hechos acaecidos
que en realidad solo existen en él y, lo que conceptuamos como futurizar o imaginar, es de hecho
la facultad de concebir la posibilidad de que un objeto pueda relacionarse con el espacio que lo
contiene y/o con otros objetos y ese mismo espacio. Sea cual fuere la dirección (existencial) que
tomemos en el espacio, ésta es veraz y valedera y se realiza por medio de la decisión; esto es, que
una vez analizadas las probabilidades de existencia se inclina hacia una en particular (decide);
dicho análisis no puede darse sin contemplar el espacio y su relación con este, que es el tiempo.
La concepción del tiempo como algo relativo al espacio, esto es, que la velocidad en el
movimiento de cada ser permite una percepción del tiempo diferente en cada uno de ellos, es
válida vista desde la percepción lineal del tiempo, pero no tiene cabida aquí, en este
planteamiento metafísico, pues la relación existencial expuesta anteriormente hace referencia a la
relación que mantienen los seres con el espacio donde existen y también entre ellos, a la relación
en la cual ésta permite el desarrollo y el conocimiento, el crecimiento, la expresión de ser, de
existir. No se puede existir en el espacio sin relacionarse con este, estar totalmente desligado de
este, sin relacionarse con otros seres; ese relacionarse es netamente existencial, no físico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS