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Día 1

El Reino de Dios, ¿Qué significa este termino?

Lectura Bíblica: Mateo 12:22-30

El término “Reino de Dios” se encuentra 52 veces en el Nuevo testamento,


“Reino de los Cielos” se encuentra 31 veces y la palabra “Reino” 138
veces. El Nuevo testamento habla de “las buenas nuevas del Reino”, el
“Reino y la justicia de Dios”, del “Hijo del Reino” y de la “Palabra del
Reino”. Jesús habló de “Su Reino”. Hechos dice que Felipe predicó “Las
buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesús” (8:12). Pablo
alentó a los creyentes diciendo que era “a través de muchas tribulaciones
que se entraría en el reino de Dios” (14:22). Los últimos dos versículos de
Hechos dicen, “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa
alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de
Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin
impedimento”. Si, este tema es grande, ¡pero está lleno de verdades
alentadoras, libertadoras!

1) ¿Son iguales los términos “Reino de Dios” y “Reino de los cielos”?


¡Si! Los términos son intercambiables; Mateo 4:17 dice que Jesús empezó a
predicar diciendo “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado”. Marcos 1:15 dice que Jesús habló del “Reino de Dios”. En
Mateo 5:3 Jesús habla del “Reino de los Cielos”, pero cuando Lucas habla
del mismo acontecimiento, escribe (6:20) “Reino de Dios”.
¿Por qué entonces Mateo habla de “Reino de los Cielos”? Probablemente
porque él dirigía su evangelio a los judíos. Los judíos pronunciaban
raramente la palabra “Dios”. Se servían de sinónimos “Cielos” y “Cielo”.
El ‘Cielo’ es la residencia de Dios, el asiento de la autoridad de Dios.

2) ¿Qué significa la palabra “Reino”?


“Reino” es traducido de la palabra griega: ‘Basileia’ y habla del ‘Poder’,
‘autoridad real’, ‘Realeza’, ‘dignidad real’ y por supuesto de un Reino. Un
‘rey’ es una persona que tiene soberano y supremo poder. ‘real’ habla de lo
que es propio de un rey. La ‘realeza’ habla de la dignidad o de la función
de un rey. Un ‘reino’ es el territorio sumiso a la autoridad de un rey.
La palabra griega ‘Basileia” también es traducida en nuestras biblias por la
palabra “Reinado” que significa ‘poder absoluto’ o ‘el ejercicio de poder’.
Una de nuestras canciones dice “el reino es para el Todopoderoso”. (Ver
Apoc. 12:10).

3) ¿Qué significa entonces “el Reino de Dios” (“de los Cielos”)?


Este término habla del lugar donde reina Dios, donde su voluntad es
respectada y consumada. Actualmente el Reino de Dios es invisible, ¡pero
es real! Leamos Lucas 17:20-21, D.H.H. “Los fariseos le preguntaron a
Jesús cuando había de llegar el reino de Dios, y él les contestó: - La
venida del reino de Dios no es algo que todo mundo pueda ver. No se va a
decir:’aquí está’ o ‘Alli está’; porque el reino de Dios ya está entre
ustedes”.
Mateo 12:28-29 nos muestra que echar demonios y sanar enfermos son
señales que el reino de Dios ya está aquí, y que el reino que remplaza ¡ya
está en ruinas! Jesús dice “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los
demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque
¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus
bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa”.
Cuando el Rey vuelva, el Reino de Dios será visible, ¡universal! Lucas
19:11-12 dice “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una
parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el
reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre
noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver”.

4) ¿Cómo entrar en este Reino?


Primero por la ¡sumisión al Rey! Por la humildad, por el arrepentimiento y
por la fe en Cristo. ¡Cristo es el Rey del Reino de Dios! Mateo 2:1+2
“Cuan Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del
oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los
judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y
venimos a adorarle”. Gabriel dice a Maria: (Lucas 1:32-33) “Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono
de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin”.Para los judíos las palabras “Mesías”, “Cristo” y “Rey”
eran sinónimos. Después, ¡por el nuevo nacimiento! Juan 3:3 “Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver (conocer) el reino de Dios”.

5) ¿Estoy en la iglesia o en el Reino?


Los dos. La carta que Pablo escribió a los fieles hermanos en Cristo que
están en Colosenses dice (Col 1:12-14) “con gozo dando gracias al Padre
que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el
cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados”.
Estar en Cristo significa ser miembro de una verdadera iglesia y también
miembro de Su Reino.
Día 2
Subrayando la autoridad del Rey

Lectura Bíblica: Mateo 12:22-30

1). Un caso difícil (v22)

El texto no nos dice que fue Jesús que llevó este hombre ciego y mudo y
“endemoniado”, o sea ‘estar sobre el poder del demonio’ o ‘estar poseído
por el demonio’. El diccionario bíblico Emmaüs define así la palabra
‘endemoniado’: “Una persona que posee un demonio reinante en ella”. A
veces, la presencia de un tal espíritu provoca ciertas enfermedades.

Talvez hayan sido los fariseos que le llevaron a este hombre ciego y mudo
y que querían mostrar a la multitud que incluso Jesús no era capaz de
‘sanar’ todos los enfermos. Si fue el caso, ¡su plano fracasó
completamente! (v22) “y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y
hablaba”. v23 añade que “Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será
este aquel hijo de David?” – de otro modo dice, “¿No es el Mesías
prometido que vino para reinar sobre nosotros y traer a nuestro pueblo la
curación?” ¡Jesús es el Rey de reyes! ¡Toda rodilla se doblará delante de
Él! Hombre, demonio, ángel, todos son obligados a confesar que
‘¡Jesucristo es Señor!’

2). ¡Una conclusión torcida! (v24)

Mientras las personas se planteaban con esta pregunta, los fariseos estaban
concluyendo que el poder de Jesús venia de “Beelzebú, príncipe de los
demonios”. No fue la primera vez que ellos llegaron a esta conclusión: En
Mat 9:32-34 los fariseos, “con su perversidad habitual”, después de haber
visto a Jesús expulsando un demonio, “dan esta explicación, ‘pues es por el
príncipe de los demonios que él expulsa los demonios’ ”. (9:34).

Volvamos de nuevo a Mateo 12, Jesús, conociendo sus pensamientos (v25),


defiende su autoridad adelantando tres argumentos para responder a su
acusación:

a). v26 en otros términos… ‘Y si expulso este demonio por el poder de


Satanás, entonces ¡Satanás trabaja contra él mismo! Actuar así dividiría el
reino de Satanás ¡y lo llevaría a su ruina!’
b). v27 en otros términos… ‘Si ustedes creen que vuestros hijos
(discípulos) expulsan los demonios por el poder de Dios, ¿Por qué no creen
ustedes que yo tengo el mismo poder divino?’

c). v28 en otros términos… ‘Si es por el Espíritu de Dios que expulso
demonios, es porque yo entré en el dominio de Satanás, y que yo volví a
salir con ¡el botín de victoria!

Cada demonio expulsado, cada enfermedad sanada por Jesús proclama alto
y fuerte, “El Reino (el reinado) de Dios está próximo” y ¡he aquí el Rey!

Vean por ustedes mismo lo que Jesús ha hecho: El hombre poseído en la


sinagoga en Capernaun en el día del sabbat, Marcos 1:21 – La cura de la
suegra de Pedro, Marcos 1:29 - La tarde después del sol poniente, Marcos
1:32 – El leproso, Marcos 1:40 – El paralítico y sus 4 amigos, Marcos 2:1 –
El hombre con la mano seca en la sinagoga, Mar 3:1 – Los enfermos que
‘se echaban sobre él para tocarlo’ y los espíritus impuros que, cuando lo
veían, se prosternaban delante de él y gritaban: “Tu eres el Hijo de Dios”,
Mar 3:7 – Legión, Mar 5 – La resurrección de la hija de Jairo, Mar 5:21 –
Bartimeo, Mar 10:46, ¡etc., etc., etc.!

Jesús es el único que nos puede liberar del reino de Satanás. Es el único
que puede atarlo, el único que puede saquear su casa. Es por eso que Jesús
invita a las personas a tomar una decisión bien clara y precisa (Mateo
12:30). Estamos, con Él o contra Él.
Día 3
¿Cómo experimentar el poder del Reino?

Hay muchas cosas que deberían ser habladas para responder a esta pregunta
muy importante. Pero hoy solo menciono una:

Para experimentar el poder del reino de Dios es ¡necesario someterse al


Rey del Reino!

Lucas nos cuenta como Jesús ha sanado el siervo de un centurión.

Leamos las palabras de este oficial de la armada romana (v7-8):

“Por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi
siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y
soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene;
y a mi siervo: Haz esto, y lo hace”.

Después las palabras de Jesús (v9)

“Al oír esto, Jesús, se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le
seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe”.

El oficial había comprendido por que Jesús tenía autoridad. Él también veía
que Jesús era un hombre sumiso a su Superior y que entonces toda la
autoridad del Reino de Dios ¡reposaba sobre sus hombros! El oficial
romano tenia razón, Jesús debería solamente ‘decir la palabra’ y su siervo
sería sanado, (v6) pues, como los hombres obedecían a las órdenes del
soldado, ¡todo obedecería a las órdenes de Jesús!

La autoridad del creyente en el Reino de Dios viene de ¡su sumisión al


Rey! Santiago dice, (4:7) “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y
huirá de vosotros”.

El creyente rebelde no tiene ninguna autoridad en el Reino de Dios, él no


puede resistir al diablo, él ¡no puede ser útil en el Reino!

A veces nos sentimos débiles e inútiles. ¡Tomen ánimo!

Jesús dice:

“No temáis, manada pequeña; porque al Padre le ha placido daros el


reino”. (Lucas 12:32).
No es lo que somos lo importante, ¡pero lo que Él es! Entonces, ni la
desgracia, ni la preocupación, ni el sufrimiento, ni el hambre, ni la pobreza,
ni los peligros, ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los espíritus, ni el
presente, ni el porvenir, ni todas las cosas que tiene poder, ni las fuerzas de
abajo, ni todas las cosas creadas, nos ¡podrán separar del amor de Dios!
Día 4
Instalar el Rey en el trono de nuestro corazón

Lectura Bíblica: 2 Reyes 11:17-21

a) Una Ilustración

1) ¡Atalía!
En esta época, el país de Israel estaba dividido en dos. Judá en la mitad sur
del país, tenía Jerusalén como ciudad principal. El norte del país se llamaba
Israel y Samaria era su capital. Atalía era la hija de Acab, (rey de Israel) y
de Josabet. Para establecer un pacto entre las dos naciones Atalía se vuelve
mujer de Joram, rey de Judá. La Biblia dice que Joram “anduvo en el
camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab”, (2Cron 21:6).
Joram “hizo lo malo ante los ojos de Jehová” en gran parte a causa de la
¡mala influencia de su esposa Atalía! – “porque tenía por mujer la hija de
Acab”. Acab se portaba como un niño mimado, pero junto con su mujer
Josabet ¡cometieron cosas abominables! Después de la muerte de Joram,
rey de Judá, (marido de Atalía), su hijo menor, Ocozías, fue elegido rey de
Judá, por los habitantes de Jerusalén. Ocozías también hizo lo malo a los
ojos de Dios y la Biblia nos dice el porqué, “pues su madre (Atalía) le
aconsejaba a que actuase impíamente”, (2Cron 22:3). Después de la
muerte de Ocozías, su madre Atalía aprovechó la ocasión para tomar ella
mismo, el trono de Judá. Empezó a matar los hijos de Ocozías, para
eliminar todos sus rivales. En la soberanía de Dios, Josabet, hija del rey
Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás, uno de los hijos de Ocozías, y su
niñera, y los escondió en un de los cuartos del templo. ¡Josabet era la mujer
de Jopada, el sacerdote de Jerusalén! Durante 6 años, Joás era, en la
soberanía de Dios creado por su niñera y esta pareja que amaban a Dios.
No es por casualidad que 2Reyes 12:2 dice “Y Joás hizo lo recto ante los
ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote Joiada". 2Reyes
11:4 dice que al séptimo año ¡Joiada (el sacerdote) actuó! Ungió con aceite
a Joás y lo proclamó ¡rey de Judá! Su abuela Atalía fue llevada del templo
gritando “¡Traición! ¡Traición!” y la mataron.

2) Alianza
Ya que Atalía no estaba más, Joiada, empezó la importante tarea de llevar
de nuevo el pueblo al Señor. 2Reyes 11:17 dice “Entonces Joiada hizo
pacto entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová: y
asimismo entre el rey y el pueblo”. Por esta alianza, el pueblo viene a ser el
pueblo de Dios.

3) Saneamiento
Ahora que el pueblo pertenecía al Señor había cosas que era necesario
quitar de la ciudad santa de Jerusalén. v18 dice que “y todo el pueblo de la
tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron
enteramente sus altares y sus imágenes y mataron a Matán sacerdote de
Baal delante de los altares”.

4) Cumplimiento
Después Joiada con los jefes militares, los jefes de los soldados extranjeros,
los guardias y todo el pueblo, condujeron al joven Joás, del templo al
palacio. Allá, Joás se sentó en el asiento real. La Biblia dice que en cuanto
Dios elegía un rey, este se sentaba sobre el trono de Judá en Jerusalén, “Y
todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estuvo en reposo”,
(2Reyes 11:20).

b) Aplicación

1) ¡Atalía no tenía el derecho de reinar!


Ella no era de la familia de David y no adoraba a Jehová. Usurpó el trono.
Tomó el lugar por violencia. ¿Será que esto nos hace pensar en alguien? La
Biblia lo llama “el dios de este siglo” (2Cor 4:4) y “el príncipe de este
mundo” (Juan 14:30). Él, por fraude y por mentira robó el trono del
corazón del hombre. Efesios 2:1-2 describe como era nuestro estado:
“Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados en que
vivían, pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de
aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a
Dios” Exactamente como Atalía, es necesario que ¡él desaparezca del trono
de nuestro corazón! La única manera de hacerlo es instalar como Rey ¡a
aquel que tiene derecho de reinar en nuestros corazones!

2) ¡Es necesario una limpieza!


¡Atalía había llevado a Baal al corazón de Jerusalén! era necesario que su
templo y sus imágenes desaparecieran. Después que la alianza fue hecha, el
pueblo fue a derribar el templo de Baal. Cuando Cristo está sentado en el
trono de nuestro corazón hay cosas que ¡ya no pueden quedar! ¡Es
necesaria una limpieza a fondo!

3) ¡Es necesario poner vigilantes!


Como hizo el sacerdote, el creyente debe ¡poner vigilantes en el templo de
su corazón! ¡Hay cosas que no se deben dejar entrar! Entre los vigilantes
que podemos poner, son: la oración diaria, la lectura de la Palabra de Dios,
la llenura del Espíritu Santo y la relación estrecha entre nuestros hermanos
y hermanas en Cristo. Cuando aquel que tiene el derecho de estar sentado
en el trono, ¡la alegría, la paz y la seguridad están aseguradas!
Día 5
LOS MISTERIOS DEL REINO DE DIOS

Lectura Bíblica: MATEO 13:1-17

¿Cuales son los misterios del Reino de Dios? v11

Los discípulos preguntaron a Jesús, ¿Por qué les hablas por parábolas?
Jesús dice, (v11) “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del
reino de los cielos”. “Misterios” viene del griego ‘musterion’ y habla de
“cosa escondida, o secreta, no evidente a la comprensión”. “Generalmente
esta palabra habla de los misterios, de los secretos de la religión, confiados
solamente a los principiantes”. Comparando en las escrituras,
encontraremos la respuesta a nuestra pregunta. Os doy algunos indicios. No
paren aquí, pero con vuestra concordancia, vuestro diccionario bíblico o
con vuestra Biblia Thompson ¡prosigan vuestras búsquedas! Encontraran
perlas de verdad que libertaran vuestras almas.

1) ¡El misterio del evangelio!

1Cor 4:1 dice “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo,
y administradores de los misterios de Dios”. Después, en Efesios 6:19
Pablo dice, “Oren también por mí, para que Dios me de las palabras que
debo decir, y para que pueda hablar con valor y dar así a conocer el
designio secreto de Dios, contenido en el evangelio”. Primero el ‘misterio
del reino’ es el evangelio. O sea, las buenas nuevas de la salvación por la
gracia, dada gratuitamente a todos aquellos que creen en Cristo. Este
mensaje que estaba escondido antes, es ahora revelado en la Palabra de
Dios.

2) ¡El misterio de la herencia!

En Efesios 3:5+6 hablando del ‘misterio’ dice, “misterio que en otras


generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora
es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los
gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes, de
la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”. Leamos una vez más
el v6, pero ahora en la versión Dios habla hoy: “que no se dio a conocer a
nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos
apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. El designio secreto es este:
que por el evangelio Dios llama a todas las naciones a participar, en
Cristo Jesús, de la misma herencia, del mismo cuerpo y de la misma
promesa que el pueblo de Israel”.
Los primeros creyentes tenían mucha dificultad en creer que Dios quería
incluir a los no judíos en su plan de salvación. Incluso a Pedro le fue ¡muy
difícil comprender este mensaje! Tuvo una visión y escuchó la voz del
Señor. La voz se repitió dos veces. Pedro finalmente comprendió lo que
Dios estaba haciendo, cuando en la casa de Cornelio, observó los no judíos
ser bautizados del Espíritu Santo y ¡los escuchó hablar en lenguas! (Ver
Hechos 10). Es una verdad que antes estaba escondida y que ¡ha sido
revelada más tarde! Hace parte de los ‘misterios del reino de Dios’. Las
buenas nuevas son estas: Dios no quiere “que nadie muera”, pero “que
todos se arrepientan”.

3) ¡El misterio del rapto!

1Corin 15:51+53 dicen, “He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente


no dormiremos, mas todos seremos transformados, en un momento, en un
abrir de ojo, a la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los
muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos
transformados, porque es menester que esto corruptible sea vestido de
incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad”. – Pablo decía
“Les revelo un secreto, que no sabíamos todavía…” “No todos moriremos”.
‘Algunos estarán vivos durante la venida de Jesús’. Entonces los muertos
resucitarán y los vivos serán llevados y nos encontraremos de nuevo con
Cristo en el aire. ¡Todos seremos transformados en inmortales e
incorruptibles’!

En la época del Antiguo Testamento, nadie podía adivinar lo que Dios


había reservado para la iglesia. Isaías dice en 64:3 “Ni nunca oyeron, ni
oídos percibieron, ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese por el que en
él espera”. Pablo citando Isaías en 1Cor 2:9-10, “Antes, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre,
son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman. Empero Dios
nos lo reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios”.
Día 6
LOS MISTERIOS DEL REINO DE DIOS

Lectura Bíblica: MATEO 13:1-17

4) El misterio de la persona de Cristo

Leamos 1Tim 3:16: “Y sin contradicción, grande es el misterio de la


piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el
Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado a los Gentiles; ha
sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria”. Y en la versión Dios
habla hoy: “No hay duda de que la verdad revelada de nuestra religión es
algo muy grande: Cristo se manifestó en su condición de hombre, triunfó
en su condición de Espíritu y fue visto por los ángeles. Fue anunciado a
las naciones, creído en el mundo y recibido en gloria.”

Estas palabras hacen sin duda alguna, parte de los cánticos cantados por la
Iglesia primitiva. No somos sensatos al intentar comprender todo lo que
aquí, nos ha sido revelado; la frase “Dios ha sido manifestado en carne”,
siempre nos sobrepasa. Pero Dios nos pide para creer. La epístola a los
Hebreos subraya claramente la importancia del valor del sacrificio.
Hebreos 10:4+5 dice “Porque la sangre de los toros y de los machos
cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo,
dice: sacrificio y presente no quisiste; Mas me apropiaste cuerpo…”.

Hebreos Cáp.1 revela claramente el valor de aquél que tomó nuestro lugar
en la cruz. Hablando del Hijo los v2 + v3 dicen que el Padre “al cual
constituyó heredero de todo, por el cual (el Hijo) asimismo hizo el
universo. El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de
su sustancia, y sustentando (el Hijo) todas las cosas con la palabra de su
potencia, habiendo hecho (el Hijo) la purgación de nuestros pecados por
sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas”. ¡Su obra de
Redención está consumada!

5) El misterio de la unión entre Cristo y el creyente

Efesios 5:29-32 dice “Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne,


antes la sustenta y regala, como también Cristo a la iglesia; Porque somos
miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán dos en
una carne. Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto a
Cristo y a la iglesia”.
¡“Miembros de su cuerpo”! ¡Esto no solamente es una ilustración! Aquí
hay una verdad profunda y practica. Aunque esto se nos escapa totalmente,
es necesario tomar las consecuencias de esta unión mística entre el creyente
y Cristo. Los Corintios vivían en una sociedad donde todo les era
permitido. (Casi todo – el incesto les chocaba todavía). Pablo escribe a
aquellos que recibieron el mensaje del evangelio para decirles, que ahora
que están ‘en Cristo’, no pueden hacer lo que hacían antes. Él les explica,
porqué el cristiano debe cambiar su comportamiento radicalmente:

Nuestro cuerpo es “Para el Señor; y el Señor para el cuerpo”. (1Cor 6:13)

La teoría de la evolución es una trampa del Diablo, que tiene como


propósito, destruir la verdad citada por Pablo en el v13, que dice que el
cuerpo fue creado por el Dios Santo y que debe ser utilizado para uso santo.
El hombre que piensa ser descendiente del mono, piensa que es totalmente
¡libre de comportarse como un mono!

¡Nuestro cuerpo es miembro del cuerpo de Cristo! (1Cor 6:15)

“¿Acaso no saben ustedes que su cuerpo es parte del cuerpo de Cristo?”.


Como hemos visto en Efesios 5:31-32, existe una unión espiritual y
misteriosa entre nuestro cuerpo y Cristo. Entonces, si mi cuerpo hace ahora
parte “integra del mismo Cristo”, “¿Quitaré pues los miembros de Cristo, y
los haré miembros de una ramera?” (v15). La respuesta debe ser
evidentemente, “¡Jamás!” pues v16 dice, “¡El que se junta con una ramera,
es hecho con ella un cuerpo!”.
A través de las relaciones sexuales, ¡es creada una atadura entre la persona
y la ramera! En el v17, Pablo dice que “Pero el que se une al Señor (por
fe), un espíritu es con él”. La conclusión no puede ser más clara; v18
“Huid de la fornicación”. Eviten a todo precio hacer lo que se nos ocurra
con nuestro cuerpo.

¡Nuestro cuerpo ya no nos pertenece! (1Cor 6:19-20)

“Ustedes ya no pertenecen más a ustedes. Pues fueron redimidos por un


gran precio”. Cristo nos redimió el cuerpo, el alma y el espíritu. Nuestro
cuerpo ya no nos pertenece más. No podemos hacer lo que queremos.
¡Cristo tomó posesión en nosotros! ¡Nuestro cuerpo se volvió su templo!
Somos entonces obligados a consagrar en absoluto nuestro cuerpo, alma y
espíritu para su servicio, como dice el v20, “Glorificad pues a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
Día 7
LAS PARABOLAS DEL REINO DE DIOS

Lectura Bíblica: Mateo 13

Las parábolas en general

La palabra griega “parábola” significa, ‘poner una cosa al lado de otra’ –


para hacer una comparación. Puede ser una historia verdadera o real,
sacada de la vida corriente por la cual es ilustrada una verdad, un deber o
una enseñanza. Alguien describió las parábolas de Jesús como siendo
“historias terrestres con un sentido celeste”. Algunos piensan que Jesús se
sirvió de parábolas solamente con el fin de rendir las verdades del reino
más inteligibles y para ayudar las personas a recordarse. Esta interpretación
es verdadera para una categoría de oyentes, pero no para todos. Por
ejemplo, para concluir su enseñanza dada en la montaña, Jesús se sirvió de
una parábola. Habló de dos hombres que construyeron una casa, el uno
sobre la roca, el otro sobre la arena. Jesús dijo que el hombre que construyó
su casa sobre la roca es aquel que “escucha las palabras que digo y las
pone en práctica” (Mat.7:24-27). El propósito está claro. Ayudar a los
discípulos a comprender la importancia de poner en práctica la Palabra.
Pero cuando Jesús habló a la multitud en Mateo 13, él se sirvió de las
parábolas por otra razón.

Sorprendidos por el hecho que Jesús se haya servido de parábolas más que
nunca en su ministerio, los discípulos le dijeron:
¿Por qué les hablas por parábolas? (Mateo 13:10). Jesús responde a sus
discípulos, “Por que a vosotros os es dado saber los misterios del reino de
los cielos; mas a ellos no les es dado” (Mateo 13:11). Y después en Mateo
13:13 dice “Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y
oyendo no oyen, ni entienden”.

Jesús sabia que la mayoría de la multitud no estaba dispuesta a escuchar y


menos todavía en creer verdaderamente en las verdades relativas al Reino.
(Ver la parábola del sembrador, Mateo 13:4-9). Los fariseos y los escribas
habían tomado su decisión a propósito de Jesús: “Este no echa fuera los
demonios, sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mat.12:24). El
Reino de Dios “ciertamente había llegado a ellos”, pero no querían aceptar.
De ahora en delante, la verdad será escondida a aquellos que la escuchan
sin arrepentirse. Delante de sus enemigos que rechazaban cambiar, que le
espiaban constantemente para traicionarlo, y delante de la multitud que
cambiaba fácilmente de opinión, Jesús hablaba en parábolas.
Cuando se trata de parábolas, no se puede olvidar que en general, ellas solo
tenían una verdad central para enseñar. Solamente una parábola, no debe
servir como base de doctrina. No es necesario caer en el error de intentar
encontrar el sentido de cada detalle de la historia, como lo hizo Agustino
(354-430. Teólogo, predicador, padre y doctor de la Iglesia, autor de
‘Confesiones’ y de la ‘Ciudad de Dios’) – él interpretó la parábola del buen
samaritano de este modo: el hombre es Adán; Jerusalén es la ciudad de paz
celestial donde vivió Adán; Jericó es la luna que representa entonces la
mortalidad de Adán; los bandoleros son el diablo y sus ángeles; el hecho de
que fue dejado medio muerto es una imagen del hecho que el vivía como
hombre, aunque espiritualmente muerto; el sacrificador y el levita son el
sacerdote y el ministerio de la antigua alianza; el Samaritano es Cristo; el
aceite derramado en sus heridas es una imagen del consuelo y de la
esperanza; el vino habla de la exhortación para trabajar con un espíritu
ferviente; la hostelería es la iglesia; el día siguiente es la resurrección; los
dos últimos hablan de la promesa de la vida actual y de la vida venidera y
el anfitrión es Pablo.

El mensaje de las parábolas del Reino:

Las parábolas del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30), del tesoro escondido
(Mateo 13:44) y de la red (Mateo 13:47-50) se encuentran solamente en el
evangelio de Mateo. Mateo destinó su evangelio a los judíos. Había un
mensaje particular para ellos. Las parábolas de la cizaña y de la red
revelaron un aspecto del Reino que antes no había sido revelado, (Mateo
13:34-35). Los judíos creían que a partir de la llegada del Mesías, el reino
de Dios sería establecido enseguida en la tierra y que Israel sería
restablecida. Los apóstoles creían en esto, mismo después de la muerte y la
resurrección de Jesús.

Hechos 1:6 dice, “Entonces los que se habían reunido le preguntaron,


diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”

Ellos ignoraban que en el plan de Dios había un periodo entre la llegada del
Mesías y el establecimiento terrestre del reino de Dios. Las parábolas de la
cizaña y de la red, hablan de este periodo, entre el rechazo de Jesús y de su
regreso futuro como Rey. Esta época incluye el periodo de la iglesia: estas
parábolas describen entonces nuestra época. Ellas describen como el Reino
de Dios será durante esta época, donde el Rey está físicamente ausente de
la tierra. Es el periodo entre la primera llegada de Cristo y antes que Cristo
no venga, para establecer el reino prometido a David.
Día 8
¿Cuáles son exactamente los valores del Reino de Dios?

Es una cuestión de la teología: Se habla mucho de valores hoy día. Los


cristianos hablan de valores religiosos o cristianos o de valores del Reino
de Dios. Esto último tiene una estrecha relación con el Evangelio de
Jesucristo. Sucede que algunos dicen que las bienaventuranzas son los
valores del reino y otros afirman que son la justicia, el amor, etc. ¿Pero
concretamente cuáles son?

1. La solidaridad. Hechos 2:44,45

El cristiano no es una isla que se forma y supera solo, se forma y se


supera en la colectividad, el apoyo que se presten en el grupo los
hará mejores profesionales y con un sentido más humano de su
misión para con la sociedad. En la vida en sociedad siendo solidario
con otros y otras estudiantes podemos evangelizar y compartir los
principios del Reino. Con esta actitud es más probable que otros
estudiantes conozcan al Dios que decimos tener en nuestras vidas.

2. La excelencia académica. 1 Timoteo 4:12.

Esta debe ser entendida por el esfuerzo que los estudiantes deben
hacer no solo por tener las notas más altas, sino por lograr el
aprendizaje responsable del conocimiento profesional que requerirán
para servir bien a la sociedad y a la patria. La excelencia académica
tiene un mayor brillo si se logra con humildad en un espíritu de
compañerismo. Un creyente que tiene una visión correcta de cómo
obtener una excelencia académica y para que le servirá la misma,
con seguridad podrá evangelizar a otros estudiantes con el ejemplo
de responsabilidad.

3. La conducta personal responsable. Eclesiastés 11:9 y 10, 12:1.

Los cristianos de distintas edades se mueven en muchas facetas de la


sociedad. Un padre se mueve en su trabajo, una madre en una
comunidad y los hijos dentro de un centro educativo. Somos
responsables de mantener un testimonio que demuestre que
Jesucristo ha transformado nuestra manera de pensar. Usualmente
donde nuestra conducta es formada es dentro de una escuela, esto
esta mal pero muchas veces la familia da esta responsabilidad a estas
instituciones. Ya estos centros de estudios son lugares donde los
estudiantes viven experiencias felices al lado de muchos compañeros
y amigos, no es este el fin primordial de un centro educativo. Su fin
primordial es el de ser un espacio de formación profesional. Los
padres de familia hacen un gran esfuerzo al mandar a sus hijos a
estos centro educativos y esperan que ellos aprovechen
correctamente su tiempo formándose responsablemente. Los
estudiantes cristianos que sepan hacer de su conducta personal una
acción responsable en un centro educativo, estarán logrando dar un
buen testimonio cristiano. Esto no quiere decir que los cristianos no
puedan divertirse, lo que decimos es que deben saber como hacerlo.

4. La honestidad. Romanos 13:13 y 14., Lucas 3:10-14.

A sí como la corrupción es el peor de todos los anti valores, porque


propicia los mismos, la honestidad es el valor más importante porque
es el valor del que fácilmente se alimentan y nutren los otros valores.
El cristiano debe aprender en el contexto social a llamar las cosas por
su nombre, lo malo es malo y hay que denunciarlo como tal. Hacer el
bien al costo que sea necesario es el deber ineludible, si es que
queremos evangelizar y compartir las buenas nuevas del Reino de
Dios con los demás estudiantes y maestros. La honestidad no hay
que pretender ponerla en práctica con cosas o pruebas grandes como
rechazar un soborno de una suma grande o negarnos a recibir un
titulo fraudulento, el cristiano debe comenzar por proponerse no
robar material de una empresa de ser un padre o no andar en
chambres de ser una madre o chepear en un examen de ser un hijo.
Día 9
Las Parábolas del Reino de Dios

(1) El Sembrador
Lectura Bíblica : Mateo13, 3-9, Mateo13, 18-23, Marcos 4, 2-9, Marcos 4,
13-20, Lucas 8, 4-8 y Lucas 8, 11-15

La parábola de las distintas porciones de terreno pinta una experiencia


corriente para oyentes galileos (cf. Mt22, 4), pues sembraban antes de
haber labrado el rastrojo del campo segado. Así era natural se sembrara en
las sendas que entretanto había hecho la gente y que había que labrar de
nuevo; también había que arrancar la maleza (espinas, cf.Mt 13, 25), que
entretanto había brotado. Así puede decir el profeta: "no sembreis entre
espinas" (Jer 4,3), sino arrancadlas antes de raíz. Cuando por un grano
sembrado en los feraces terrenos del oriente se da fruto de ciento (cf. Mt
3,8. 10), ello es particular bendición de Dios: "Sembró luego Isaac en
aquella tierra, y el mismo año recogió -ciento por uno-, y bendíjole Dios"
(Gén 26, 12). Por eso precisamente gusta la Biblia de la imagen del "fruto"
aun en la relación del hombre con Dios, pues no solo la siembra, sino
también el fruto de la palabra de Dios en nosotros es obra de Dios,
Bendición suya, pues Dios ha sembrado en la libre vitalidad de nuestro
corazón, y , si nos cerramos a él, no nos arrancará violentamente, pues eso
tendría que destruir el amor. Por eso se da el "fruto del pecado y de la
muerte", pues la vida sin Dios es muerte. Quien tenga oídos para oír, que
oíga(cf. 8, 16-21): invitación a meditar con buena voluntad sobre la
parábola. Su interpretación la da Jesús mismo (vv.13-20) y a petición de los
discípulos y para ellos solos.

Comentario de San Gregorio Magno, Homilías sobre el Evangelio

Retened en vuestro corazón las palabras del Señor que habéis escuchado
con vuestros oídos; porque la palabra de Dios es el alimento del alma; y la
palabra que se oye y no se conserva en la memoria es arrojada como el
alimento, cuando el estómago está malo. Pero se desespera de la vida de
quien no retiene los alimentos en el estómago; por consiguiente, temed el
peligro de la muerte eterna, si recibís el alimento de los santos consejos,
pero no retenéis en vuestra memoria las palabras de vida, esto es, los
alimentos de justicia. Ved que pasa todo cuanto hacéis y cada día, queráis o
no queráis, os aproximáis más al juicio extremo, sin perdón alguno de
tiempo. ¿Por qué, pues, se ama lo que se ha de abandonar? ¿Por qué no se
hace caso del fin a donde se ha de llegar? Acordaos de que se dice: Si
alguno tiene oídos para oír que oiga. Todos los que escuchaban al Señor
tenían los oídos del cuerpo; pero el que dice a todos los que tienen oídos: Si
alguno tiene oídos para oír, que oiga, no hay duda alguna que se refería a
los oídos del alma. Procurad, pues, retener en el oído de vuestro corazón la
palabra que escucháis. Procurad que no caiga la semilla cerca del camino,
no sea que venga el espíritu maligno y arrebate de vuestra memoria la
palabra. Procurad que no caiga la semilla en tierra pedregosa, y produzca el
fruto de las buenas obras sin las raíces de la perseverancia. A muchos les
agrada lo que escuchan, y se proponen obrar bien; pero inmediatamente
que empiezan a ser molestados por las adversidades abandonan las buenas
obras que habían comenzado. La tierra pedregosa no tuvo suficiente jugo,
porque lo que había germinado no lo llevó hasta el fruto de la
perseverancia. Hay muchos que cuando oyen hablar contra la avaricia, la
detestan, y ensalzan el menosprecio de las cosas de este mundo; pero tan
pronto como ve el alma una cosa que desear, se olvida de lo que se
ensalzaba. Hay también muchos que cuando oyen hablar contra la
impureza, no sólo no desean mancharse con las suciedades de la carne, sino
que hasta se avergüenzan de las manchas con que se han mancillado; pero
inmediatamente que se presenta a su vista la belleza corporal, de tal manera
es arrastrado el corazón por los deseos, como si nada hubiera hecho ni
determinado contra estos deseos, y obra lo que es digno de condenarse, y
que él mismo había condenado al recordar que lo había cometido.
Muchas veces nos compungimos por nuestras culpas y, sin embargo,
volvemos a cometerlas después de haberlas llorado. Así vemos que Balaán,
contemplando los tabernáculos del pueblo de Israel, lloró y pedía ser
semejante a ellos en su muerte, diciendo: Muera mi alma con la muerte de
los justos y mis últimos días sean parecidos a los suyos; pero
inmediatamente que pasó la hora de la compunción, se enardeció en la
maldad de la avaricia, porque a causa de la paga prometida, dio consejos
para la destrucción de este pueblo a cuya muerte deseara que fuera la suya
semejante, y se olvidó de lo que había llorado, no queriendo apagar los
ardores de la avaricia.
Día 10
Las Parábolas del Reino de Dios

(2) La cizaña en el trigo


Lectura Biblica : Mateo13, 24-30 y Mt 13, 36-43

La idea fundamental de esta parábola -el reino de Dios inaugurado por


Jesús no se inicia, a pesar de los intentos de perturbación de Satán, con el
juicio, sino con una época de solicitud por parte del amor de Dios, para
ganar la correspondencia del hombre- se halla también en una segunda
parábola (13, 47-50), transmitida también sólo por Mateo.
Semejante es el reino de los cielos a un hombre que sembró buena semilla
en su campo. El hombre es probablemente uno de aquellos grandes
terratenientes que, con la helenización del país, eran cada vez más
frecuentes, pero que se andaban ya en tiempos de Isaías: " Ay de vosotros
los que os levantáis de mañana a emborracharos y a beber hasta la noche,
hasta que os abrasa el vino. Cítara, y lira, y pandero, y flauta, y vino en
vuestros convites, y no dais una mirada a la obra del Señor, ni consideráis
la obra de sus manos (5,8)). El hombre mandó a hacer la siembra de
invierno, entre diciembre y febrero, después de limpiar el campo de
maleza.

Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sobresembró


cizaña (palabra semítica por "malas hierbas") en medio del trigo y se fue.
Las malas hierbas (cardos y espinas) pueden alcanzar dos metros de altura.
"Pasé por el campo de un perezoso, y por la viña de un tonto; y vi que todo
estaba lleno de ortigas, y la superficie cubierta de espinas, y arruinada las
cercas de piedra" (Prov.24, 30-31). Pero entre el trigo suele mezclarse la
ballueca o avena loca, hierba mala de 60 cm. de altura, que al principio
apenas se la distingue del trigo. Por eso se la deja crecer junto a él. El
enemigo personal es tal vez un vecino envidioso.
Cuando los criados (cf. 10, 24), aquí esclavos o jornaleros, descubren la
cizaña al brotar el trigo, piensan si el amo no habrá sembrado mala semilla,
pero se enteran de la verdad: "Un enemigo mío lo ha hecho". Por
lamentable que sea, la situación no puede cambiar durante el crecimiento,
sin riesgo de que sufra también el trigo. Dejad, pues,que trigo y cizaña
crezcan juntos hasta la ciega.

La cebada se ciega en marzo y abril, seguidamente el trigo hasta


pentecostés, no ya dorado, sino cuando se ha tornado blanco. Pero antes se
escarda la cizaña, que se reconoce por sus espigas, y se la quema. Luego se
ciega el trigo con la hoz, se llevan las gavillas a la era y el grano trillado al
granero. Los rastrojos, muy altos, son a menudo quemados y abonan el
suelo. La alegría de la cosecha es proverbial:"Se alegran delante de ti como
los que se alegran en la siega" (Is 9, 2). Pero la siega o cosecha es
igualmente imagen corriente del juicio de Dios, sobre todo del juicio
mesiánico: "Levántense las gentes y vengan a las calles de Josafat, porque
allí me sentaré yo a juzgar a todas las naciones puestas a la redonda.
echad la hoz, porque están ya maduras las mieses, venid y pisad, porque el
lagar está lleno; rebosan los lagares; ha llegado ya a su colmo la malicia
de ellos" (J1 4,12-13). "Mirád que yo haré que se balancee el suelo bajo
vuestros pies, como se tambalea el carro cargado de haces"(Am 2,13)

Para el mismo Juan Bautista coincidirían la venida del mesías y el juicio


(cf. 3,11-12). Esta parábola recalca, por el contrario, que aún hay tiempo
hasta la siega, pues el mesías ha venido para sembrar antes buena semilla.

El centro de esta comparación está en la pregunta que los criados plantean


al propietario del campo: ¿Qué debe hacerse con la cizaña que crece en
medio del trigo? La respuesta no es fácil, pues ambas plantas se parecen
mucho al principio. Por eso el dueño del campo les pide que esperen hasta
el tiempo de la cosecha, que en los profetas simboliza el momento de la
intervención de Dios como Juez. Mientras tanto, el reino de Dios se hace
presente en la ambigüedad de la historia.
Día 11
Las Parábolas del Reino de Dios

(3) El Grano de Mostaza


Lectura Biblica: Mateo13, 31-32, Marcos 4, 30-32 y Lucas 13, 18-19

Ahora hay que insistir menos en que Dios hace triunfar su reino (cf. M4,
17); hay que notar más bien que los comienzos desalentadores del reino de
Dios en Jesús no son motivo para dudar de que un día se triunfará.
La introducción de la parábola (cf. Mt 13, 24A) tiene por fin despertar la
atención. Hoy sabemos que hay semillas más pequeñas que el grano de
mostaza. Pero la mostaza negra, a modo de mata, que se da en Palestina,
alcanza en un año, con buenas condiciones, una altura de 3 a 4 metros, con
tronco amaderado por debajo y que, por tanto, se la puede tener por un
árbol. La segunda imagen es veterotestamentaria, aplicada no sólo a los
grandes imperios de Egipto y Babilonia, sino también al reino mesiánico:
"Así dice el Señor Dios: Yo mismo tomaré de la cumbre del cedro, de sus
ramas más altas yo arrancaré un tierno ramo. Lo plantaré sobre una
montaña muy elevada. Sobre un monte elevado de Israel lo plantaré.
Echará ramas y dará frutos. Se convertirá en un magnífico cedro. Todos
los pájaros habitarán a la sombra de sus ramas. Todos los árboles del
campo conocerán que yo soy el Señor, que he abatido un árbol alto y he
exaltado un árbol bajo, que he hecho que un árbol verde se marchitase y
floreciese uno que estaba seco" (Ez 17, 22-24)

Comentario de San Juan Crisóstomo (Homilía 46,2 sobre San Mateo)

«¿Quiénes, pues, y cuántos serán los que crean? A fin de quitarles este
temor, incítalos a la fe por medio de esta parábola del grano de mostaza y
les hace ver que, de todos modos, se propagaría la predicación del
Evangelio. De ahí que les ponga delante la imagen de una legumbre muy
propia para el objeto que el Señor se proponía... Quiso el Señor dar una
prueba de su grandeza, pues así exactamente sucederá con la predicación
del Reino de Dios. Y, a la verdad, los más débiles, los más pequeños entre
los hombres, eran los discípulos del Señor; mas como había entre ellos una
fuerza grande, desplegóse ésta y se difundió por todo el mundo».

Las parábolas del grano de mostaza y de la levadura son gemelas. En


ambas se subraya el contraste entre unos comienzos insignificantes y un
final desbordante. La presencia del reino es ahora germinal, es una realidad
incipiente todavía, pero su fuerza transformadora ha prendido ya en la
historia de forma irreversible.
(4) La levadura en la masa
Lectura Biblica : Mateo13:33 y Lucas 13, 20-21

Aunque la interpretación de Lucas se remonte a fuente distinta que la de


Marcos(cf. 3, 1-6), el sentido de la parábola es el mismo y aún se aclara por
otra imagen: Por muy insignificantes que sean los comienzos del reino de
Dios y muy impotente su apariencia externa, tendrá, sin embargo,
sorprendente propagación y éxito insospechado. Por lo general las amas de
casa a quienes tocaba cocer el pan, empleaban para amasarlo restos de pan
ya leudado, la llamada levadura.

(5) Ciego que guía a otro ciego


Lectura Biblica : Mateo 15:14 y Lucas 6 :39

...Pero si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo. Viva
comparación, dado los muchos enfermos de ojos de oriente (cf. Mc 8, 22).
Sigue, pues, teniendo aplicación para los guías de Israel la queja de Isaías:
"Esperamos la luz y nos hallamos entre tinieblas; la claridad del día, y
caminamos a oscuras. Vamos palpando la pared, como ciegos, y andamos
a tientas como si no tuviéramos ojos" (Is 59, 9-10).

Los escribas con quienes aquí Mateo identifica a los fariseos, quieren ser
guías del pueblo, pero tus 'guardianes son todos ciegos, ignorantes todos'
(Is 56,10), no reconocen a Cristo. De ahí que les amenace no sólo la ruina
temporal, sino también la eterna: "Te precipitaré con los que descienden a
la fosa, con los hombres del pasado; te haré habitar en los países
subterráneos, en las soledades eternas, con los que descienden a la fosa, a
fin de que no vuelvas ni seas restablecida en la tierra de los vivientes" (Ez
26 :20). La imagen del guía de ciegos es por lo demás corriente en la
antigüedad: "No sabe que está ciega y pide a su guarda que salga con ella,
pues la casa, dice, está oscura. ¡Ojalá veas claro que lo que en ella reímos
nos acontece a todos! Nadie sabe que es avaro, que está dominado por las
pasiones. Pero los ciegos por lo menos piden un guía; nosotros andamos
errantes sin guía.
Día 12
Las Parábolas del Reino de Dios

(6) Remiendo nuevo


Lectura Biblica: Mateo 9:16, Marcos 2:21y Lucas 5:36

Las dos composiciones proverbiales proceden de un contexto desconocido


para nosotros; su sentido aquí es que la práctica religiosa exterior se funda
siempre en la visión interior. Ahora bien, ésta está anticuada en los fariseos
y discípulos de Juan; lo mismo, consiguientemente, su costumbre de
ayunar. Reformar ésta, sin modificar aquélla, no hace más que empeorar el
asunto, turba y perturba la unidad entre la conciencia y el obrar, destruye la
moralidad de la persona (cf. Rom 2,12-16C; 14,13-23). Un zurcido de un
pañuelo nuevo y sin tundir sobre un vestido viejo y deshilachado, se
contrae con la humedad y hace más grande aún el desgarrón. El tundido (cf.
9,3B) del paño debía hacer además, por el afeltramiento, impermeable la
nueva tela e impedir a la vez que se contrajera con la humedad. Al
batanarla, la materia se contraía en una mitad. De ahí la tontería de echar a
un vestido viejo un pedazo sin batanar.

La parábola misma está acomodada al mundo de la experiencia de los


helenistas, que entienden menos de paños batanados o sin batanar que de
vestidos nuevos y viejos. Lucas añade a modo de proverbio, una experiencia
que, respecto del vino, todo el mundo tiene en cuenta, pero que no está
justificada respecto de todo lo nuevo. Respecto de Jesús, nuevo, rechazarlo
apelando a lo viejo lleva simplemente a la catástrofe.

(7) Vino nuevo


Lectura Biblica: Mateo 9 :17, Marcos 2:22 y Lucas 5:37-39

Igualmente insensato sería querer meter a los discípulos de Jesús con su fe


(vino) nueva en las viejas formas (odres viejos) de la piedad judía. Se
perdería lo viejo y lo nuevo. La imagen es veterotestamentaria: A la manera
que el mosto, cuando no tiene por donde respirar, rompe las vasijas nuevas,
así sucede en mi seno. Hablaré, a fin de respirar algún tanto; abriré mis
labios, y responderé (Job 32, 19-20). El odre o cuero -de piel de oveja o
cabra, más raras veces de buey o de camello- sirve aún hoy en oriente,
sobre todo entre beduinos nómadas, de recipiente ideal para la leche, vino y
agua, y resiste a las durezas de un viaje de oriente.

(8) El rico tonto


Lectura Biblica: Lucas 12, 16-21
La parábola del rico, seguramente un gran terrateniente (cf. Mc 10,22; Mt
13,24B), explica el v. 15, y, a par, un tema popular del Antiguo
Testamento:

«No temas, si vez que alguien se hace rico, si crece la opulencia de su


casa: Cuando muera, no llevará consigo nada, ni en su séquito bajarán al
sepulcro sus riquezas. Por más que en su vida se felicitaba: Te alabarán,
por haberte bien tratado, irá a juntarse con sus padres, y la luz no verán
jamás sus ojos. No dudará, no, el hombre en su opulencia: se asemeja al
ganado que se mata.» (Sal 49:17-21)

«Hay quien se hace rico viviendo con escasez; y el único fruto que tiene
por recompensa es decir: Yo he hallado mi reposo, y ahora comeré de mis
bienes yo solo. Mas él no sabe cuanto tiempo le resta; y no piensa que se le
acerca la muerte, y que todo lo ha de dejar a otros, y que él se morira» (Ecli
11, 18-20). «Como la perdiz que empolla huevos que no ha puesto, así es
el que junta riquezas por medios injustos: a la mitad de sus días tendrá
que dejarlas, y al fin de ellos se verá su insensatez» (Jeremias 17,11).
Sobre el que modela imagenes de ídolos (y para muchos hombres el ídolo
es su riqueza), escribe Salmos 15, 8: «Y con vana fatiga forma del mismo
barro un dios el hombre mortal, que poco antes fue formado de la tierra, y
que muy en breve volverá a reducirse a ella, obligado a restituir la deuda
del alma (cf. Mt 10, 28B) que se le exige».

El versículo de transición de Lucas (v. 21) acentúa aún más que la parábola
la avaricia del rico y que el haber reunido tesoros lo ha hecho pobre ante
Dios (cf. Mt 1,23 C).
Día 13
Las Parábolas del Reino de Dios

(9) El fariseo y el recaudador de impuesto

El tema «orar» hace que Lucas añada otra parábola, cuyo sentido, sin
embargo, apunta a la recta actitud general del hombre con Dios.
La introducción de Lucas está ya dirigida a los que a sí mismos se tenían
por justos (cf. Mc 2, 17; Mt, 1, 19A), a los fariseos (cf. Mc 2, 17; Mt 3,
7A), que despreciaban sobre todo a los publicanos (cf. Mt 5, 6). Orar en el
Templo significaba orar en el acatamiento de Dios. De ordinario se oraba
de pié (cf. Mc 11,25). La acción de gracias del fariseo (cf. 1,28; 17, 11-19)
no puede agradar a Dios, pues procede de la equivocación fundamental de
no ser él pecador, como los otros hombres, que son ladrones, inicuos y
adúlteros. Como prueba alega que hace más de lo que está prescrito (obras,
sin embargo, exteriores que, sin la disposición interior, no tienen valor ante
Dios): ayuna y paga el diezmo.

El publicano sólo tiene un pensamiento: No soy digno de presentarme


delante de Dios, porque soy un pecador. esta conciencia ha de llenar a todo
hombre, de manera que se golpee arrepentido el pecho (como sede del
corazón, cf. Mt 5,22B), de que brota la rebelión. «Y al tiempo del sacrificio
vespertino, salí de la consternación en que había estado; y rasgado el
manto y la túnica, arrodilléme, y alcé mis manos al Señor, mi Dios,
diciendo: ¡Oh Dios mío!, estoy lleno de confusión y me averguenzo de
levantar hacia ti mi rostro, porque nuestras maldades se han multiplicado
sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han subido hasta el cielo desde los
días de nuestros padres; y además nosotros mismos hemos pecado
gravemente hasta este día y por nuestras iniquidades hemos sido
abandonados nosotros, y nuestros reyes, y nuestros sacerdotes en manos
de los reyes de la tierra, y al cuchillo, y a la esclavitud, y al saqueo y a los
oprobios, como aún en este día» (Esdras 5, 4-).

Yo os digo : los dos son pecadores; pero sólo el que se confiesa y se


arrepiente queda justificado (cf. Rm 3, 24), recibe el perdón de sus pecados
y vuelve de nuevo a ser justo delante de Dios, por la gracia de Dios que lo
hace nueva criatura. La frase final la ha trasladado Lucas aquí de otros
contextos para fundar la parábola: Sin embargo, en lo que precede, no se
recalca sobre la humillación (ni sobre el tema humildad-soberbia), sino
sobre que el hombre se reconozca pecador delante de Dios y se entregue a
su misericordia.

(10) Higuera estéril


Lectura Biblica: Lucas 13, 6-9

Comentario de San Ambrosio (Tratado sobre el Evangelio de San Lucas


lib.VII,160)

«¿Qué querrá significar el Señor al usar con tanta frecuencia en su


evangelio la parábola de la higuera? En otro lugar ya has visto cómo, al
mandato del Señor, se secó el verdor de este árbol (Mt 21,19). De aquí has
de concluir que el Creador de todas las cosas puede mandar que las
diversas especies de árboles se sequen o tomen verdor en un instante. En
otro pasaje recuerda que la llegada dei verano o suele conocerse porque
surgen en el árbol retoños nuevos y brotan hojas (Mt 24,32). En estos dos
textos hay figurada la vanagloria que perseguía el pueblo judío y que
desapareció como una flor, cuando vino el Señor, porque permanecía
infructuosa en obras, y lo mismo que con la venida del verano se recolectan
los frutos maduros de la tierra toda, así también, en el día del juicio, se
podrá contemplar la plenitud de la Iglesia, en la que creerán los mismos
judíos».

(11) Juez inicuo y la viuda


Lectura Biblica: Lucas 18, 1-8

Comentario por San Agustín

«La lectura del santo Evangelio nos impulsa a orar y a creer, y a no


apoyarnos en nosotros mismos, sino en el Señor. ¿Qué mejor exhortación a
la oración que el que se nos haya propuesto esta parábola sobre el juez
inicuo?... Si, pues, escuchó quien no soportaba el que se le suplicara ¿de
qué manera escuchará quien nos exhorta a que oremos?... Si la fe flaquea,
la oración perece. ¿Quién hay que ore si no cree? Por esto el
bienaventurado Apóstol, exhortando a orar, decía: "cualquiera que invoque
el nombre del Señor será salvo". Y para mostrar que la fe es la fuente de la
oración y que no puede fluir el río cuando se seca el manantial del agua,
añade: "¿y cómo van a invocar a Aquel de quien no oyeron?" (Rom 10,13-
14). Creamos, pues, para poder orar. Y para que no decaiga la fe, mediante
la cual oramos, oremos. De la fe fluye la oración, y la oración que fluye
suplica firmeza para la misma fe».
Día 14
Las Parábolas del Reino de Dios

(12) Los Talentos


Lectura Biblica: Mateo 25, 14-30 y Lucas 19:11-27,

Mateo trae aquí en otra forma la parábola que seguramente está más
originariamente en Lucas sin que cambie su sentido: Jesús, en su retorno,
pedirá cuentas.

La fortuna del amo de la parábola alcanzaba ocho talentos y la encomienda


a sus administradores según la capacidad de cada uno. El criado que teme
el riesgo, esconde el dinero, a fin de no perderlo en una mala operación o
que los ladrones se lo roben. Al cabo de mucho tiempo no debe referirse a
la realidad religiosa, sino a que una ganancia a interés necesita tiempo. Los
administradores fieles a su deber y que triunfaron en el negocio, oyen de su
señor (cf. Mc 16, 19): Bien siervo bueno y fiel, fuiste fiel en lo poco, yo te
podré sobre lo mucho. Entra en el gozo de tu Señor sólo tiene sentido como
palabra de Jesús que vuelve para juzgar. Sólo en comparación de los goces
del reino de Dios consumado pueden llamarse pocas ganancias de tal
magnitud. Lo que el mal siervo presenta son «frases» y malas excusas. Una
frase que apenas tiene sentido en el contexto de la parábola; seguramente
surgió como transición a la palabra final.

La palabra del Señor no está aqui en su lugar primitivo. Lucas conserva la


versión más originaria (cf. 3,1-6).
Tinieblas, llanto y crujir de dientes son imágenes familiares a Mateo. Lucas
y Mateo dependen de la misma fuente; sin embargo, la introducción
particularmente delata la mano de Lucas: el relato del viaje a Jerusalén ha
de cerrarse por esta parábola. No se les escapaba a los discípulos que la
decisión había de darse en la ciudad santa, y piensa que el reino de Dios
(cf. Mt 4, 17; 1, 23C) se instaurará ahora definitivamente. La parábola, por
el contrario, subraya que antes viajará Jesús a un país remoto para tomar
allí posesión de su reino y volver luego para el juicio. En el intermedio han
de probarse sus criados (cf. Mt 10,24-25A) trabajando conforme a lo que
quiere su amo.

Comentario de San Juan (Crisóstomo Comentario al Evangelio de Mateo


25,14-15.26-28)

«Este hombre, padre de familia, es Cristo, sin ninguna duda. Él, al ascender
victorioso al Padre después de su resurrección, llamó a los apóstoles y les
confió la doctrina evangélica, dando a uno más y a otro menos, no por
liberalidad o parsimonia, sino según las fuerzas de los que recibían, como
dice también el Apóstol que había alimentado con leche a los no podían
tomar alimento sólido. Por eso acoge con la misma alegría al que había
transformado en diez los cinco talentos que al que había transformado los
dos en cuatro, no considerando la magnitud de la ganancia sino la intención
de su esfuerzo... Lo que había dicho para excusarse, se vuelve contra él
mismo. Es llamado servidor malo porque acusa, sin razón, a su señor;
perezoso porque no quiso duplicar el talento, de modo que por un lado se le
condena por su indolencia y por el otro, por su negligencia... La palabra
divina, que debería haber sido dada a los banqueros y negociantes, es decir,
ya sea a los otros doctores -que es lo que hicieron los apóstoles
consagrando presbíteros y obispos en cada provincia- o a todos los
creyentes que hubieran podido duplicar el dinero y devolverlo con interés
ejecutando con obras todo lo que habían aprendido con palabras...».

Comentario de San Clemente de Alejandría (Stromata 7,10,55-56)

«"Al que tiene se le dará" (Mt 13,12). Al que tiene fe se le dará


conocimiento; al que tiene conocimiento, amor; al que tiene amor, la
herencia. Esto acontece cuando el hombre está adherido al Señor por la fe,
por el conocimiento y por el amor, y se remonta con él al lugar donde está
Dios, el Dios preservador de nuestra fe y nuestro amor, de donde procede el
conocimiento para aquellos que son capaces de este privilegio y que son
elegidos por su anhelo de una mejor preparación y entrenamiento. Estos
son los que están dispuestos a oír lo que les dice, a poner en orden sus vidas
a progresar por una cuidadosa observancia de la ley de la justicia. Este
conocimiento es lo que les conduce hasta el fin, el término final que no
tiene fin, enseñándoles la vida que hemos de poseer, una vida según Dios,
cuando quedemos liberados de todo castigo y corrección que ahora
soportamos a consecuencia de nuestras maldades, como disciplina
salvadora. Cuando, pues, hayan recibido esta liberación, los perfectos
alcanzarán su recompensa y sus honores».
Día 15
Las Parábolas del Reino de Dios

(13) Tesoro escondido en el campo


Lectura Biblica: Mateo13:44

Un hombre está trabajando en un campo que no le pertenece. De repente,


¡encuentra un tesoro! La palabra griega habla de un “lugar en el cual los
bienes y las cosas preciosas son conservadas”, “un cofre”. Abre el cofre, ¿y
qué ve?, está llena de dinero, oro y diamantes. Entonces, viendo que nadie
lo ha visto, rápidamente entierra de nuevo el cofre. Después, lleno de
alegría, vende todo lo que es necesario, para comprar este campo, ¡para ser
propietario del tesoro! La parábola enseña ¡el inmenso valor del Reino!,
¡Es como un tesoro! Aquel que descubre este tesoro, debe comprender, que
vale más que cualquier otra cosa.

Comentario de San Hilario de Poitiers

«Con la parábola del tesoro en el campo, Él muestra las riquezas de nuestra


esperanza puesta en Él. Efectivamente, Dios ha sido encontrado en un
hombre; para comprarlo deben ser vendidas todas las riquezas de este
mundo. Así adquiriremos las riquezas eternas, el tesoro celestial, dando
vestido, comida y bebida a quienes de ello tengan necesidad. Mas es
necesario observar que el tesoro se ha encontrado escondido... El tesoro ha
estado escondido porque debía ser comprado también el campo. En efecto,
con el tesoro en el campo, como hemos dicho, se entiende Cristo
encarnado, que se encuentra gratuitamente. La enseñanza de los Evangelios
es de suyo completa. Pero no hay otro modo de utilizar y poseer este tesoro
con el campo si no es pagando, ya que no se poseen las riquezas celestiales
sin sacrificar el mundo».

(14) Perla preciosa


Lectura Biblica: Mateo13, 45-46

En la época, las perlas eran consideradas, como el adorno más caro. Eran
muy codiciadas por los comerciantes, que siempre estaban dispuestos a ir
lejos para buscarlas. Las más caras venían del Océano Indico. En la
parábola, Jesús nos muestra solamente tres hechos; Él dice, “un mercader
busca buenas perlas”; “Halla una perla preciosa”; “Va y vende todo lo que
tiene, y compra la perla”; y esto es lo suficiente para que el mensaje pase.
La parábola enseña, como la anterior, el valor del Reino y el hecho, que
una vez descubierto, es la cosa más importante en su vida.
"Recibid mis instrucciones con mayor gusto que si recibieseis plata;
anteponed al oro la ciencia. Puesto que vale más la sabiduría que todas
las joyas preciosísimas, y nada de cuanto puede apetecerse es comparable
con ella", así canta la sabiduría (Prov. 8, 10-11). Las perlas o margaritas
preciosas en que trata el mercader, eran para la antiguedad de más valor
que diamantes.

Las dos parábolas (Tesoro escondido y Perla preciosa) tienen un solo tema:
es gloria tan incomparable pertenecer al reino de los cielos (=de Dios, cf.
Mt 5, 34-35B), que, de gozo, (cf. Jn 15, 11), debiéramos dar todo lo terreno
por el tesoro escondido (cf. 4, 17; Lc 13, 17; Jn 18, 20-21) a los ojos
mundanos.
La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992 Comentario a Mt
13, 44-46

Parábolas gemelas (Tesoro escondido y Perla preciosa). El acento recae en


la reacción de los protagonistas ante un hallazgo maravilloso. Mateo invita
a los cristianos, que ya han descubierto el reino, a que vivan su opción con
radicalidad y con alegría, pues una vez descubierto el reino, todo lo demás
carece de valor.

La Biblia de Estudio, Ed. Sociedades Bíblicas Unidas, 1994 Comentarios a


Mt 13:44

Esta parábola (Tesoro escondido) y la de 13.45-46 (Perla preciosa) sugieren


el alto costo y el valor de reino de Dios para los que quieran entrar en él.

Conclusiones y aplicaciones

1) ¡Cuidado! ¡Vivimos en una sociedad materialista!

Una sociedad materialista tiene la tendencia a la codicia y las satisfacciones


materiales. Es una sociedad donde solamente lo material tiene valor. La
sociedad materialista cree que para ‘ser’ es necesario ‘tener’. Ya que todos
somos más o menos influenciados, es necesario tener cuidado para no
dejarse influenciar por esta sociedad y para que el Reino invisible no pierda
valor a nuestros ojos. Las palabras de Jesús son una luz que nos ayudan a
buscar, aún los rincones más sombríos, de nuestro ser interior: Lucas 12:15
dice, “Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del
poseer muchas cosas”. “Efectivamente, la vida de alguien no depende de lo
que posee, aún si es muy rico”. Jesús destacó esta verdad, por la parábola
del hombre rico, pero necio, (Lucas 12:16-21). En la primera de las
parábolas del Reino, la parábola del sembrador, Jesús nos enseña, “La
semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero
los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las
riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en
ellos”, (Mat.13:22). Ver también Lucas 8:14.

2) ¡Cuidado! ¡“Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y


todas estas cosas os serán añadidas”!

El contexto ‘Nadie puede servir a dos amos’, ‘No se puede servir a Dios y
a las riquezas’, ‘No se preocupen por lo que han de comer o beber para
vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale vida más que
la comida y el cuerpo más que la ropa?’ ‘Pues si Dios viste así a la hierba,
que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor
razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe!’, ‘Así que no se preocupen’,
‘todas estas cosas son las preocupan a los paganos, pero ustedes tiene un
Padre celestial que ya sabe que las necesitan’, ‘Por lo tanto, pongan toda
su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y
recibirán también todas estas cosas’.

El Reino debe ocupar el primer lugar en nuestros sentimientos

O sea, en nuestro corazón. Jesús dijo, “Donde está tu tesoro, ahí estará tu
corazón”. Si para nosotros el Reino no es un tesoro que no tiene precio, en
nuestro corazón tampoco será. Nuestra vida cristiana será señalada por la
indiferencia, la inactividad, la tibieza y por una falta de fervor y de celo.

El Reino debe estar situado en primer lugar en nuestras acciones

Debemos buscar primero el Reino del punto de vista del tiempo. O sea,
antes de decidir lo que vamos a hacer, pensemos en lo que el Rey quiere
que hagamos: pensemos en las consecuencias de esta decisión, en nuestra
vida y como miembro del Reino. ¿Por qué pensar de este modo? Porque
para nosotros el ¡Reino es lo más importante en nuestra vida!, ¡Hemos
comprendido su valor! Para comprender mejor la naturaleza del Reino,
estudiamos las enseñanzas del Rey y para conocer mejor al Rey, pasamos
tiempo en su presencia. Si damos al Reino el primer lugar y la prioridad en
nuestra vida y todo lo que resta, consideramos menos importante, todo esto
os será añadido. Romanos 8:32 dice, “El que no escatimó ni a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas?”. Entonces, como hijo del reino de Dios, no
tenemos nada que temer, nada que probar, nada que reivindicar. ¡El Rey
cuida bien de sus súbditos!
Escribe cuales han sido algunas de las perlas que has logrado comprar
como hijo de Dios.
Día 16
La enseñanza de las parábolas del Reino en Mateo 13

• El Reino de Dios no será visible enseguida.


• Un periodo de convivencia, donde los hijos del reino y los hijos del
mal, deberán vivir, uno al lado del otro.
• Este periodo empezó con el ministerio terrestre de Jesús e irá hasta
“la cosecha” (el fin del mundo).
• Estas parábolas hablan del Reino en el mundo, no de la iglesia. Ellas
no enseñan que el pecado debe ser tolerado en la iglesia.

Hoy en día vivimos, en este periodo de convivencia.

Nuestros vecinos, colegas de trabajo, conciudadanos o compañeros de


clase, no son probablemente miembros del Reino de Dios. Para aquel que
está bajo el reinado de Dios, no le es suficiente subscribirse a las
enseñanzas del Rey del Reino, es necesario vivir conforme a sus principios.
La vida lanza entonces un desafío cuotidiano, para aquel que ha puesto su
fe en Cristo. Las epístolas explican a la vez la verdad, sobre las cuales
nuestra fe es fundada y también como poner en practica estas verdades, en
la vida cuotidiana.

¡Los imperativos! Filipenses 1:27 “solamente”

• ‘Excluyendo todas las cosas; exclusivamente; únicamente’ “o sea


que vaya”, “o que esté ausente”, “oiga de…”

Un llamado a la integridad

v27. “Compórtense ustedes de una manera digna del Evangelio de


Cristo”.
• “Digno” en un segundo sentido, ‘Que está en conformidad con,
apropiado a’.
• Ninguna contradicción, un acuerdo perfecto entre lo que decimos y
lo que profesamos, entre lo que decimos y lo que somos.
• ¡Vea Efesios 4:17-31! ‘ya no más mentira, robo, enojo, malas
palabras, amargura, pasiones, gritos, insultos’, 5:5 “Porque sabéis
esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idolatra,
tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios”. “Ustedes deben
portarse como corresponde al pueblo santo: ni siquiera hablen de la
inmoralidad sexual ni de ninguna otra clase de impureza o de
avaricia”,
Las consecuencias de portarse de una manera indigna del Evangelio de
Cristo.

• Tito 2:3-10, “Igualmente, las ancianas deben portarse con


reverencia, y no ser chismosas, ni emborracharse. Deben dar buen
ejemplo y enseñar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a
ser juiciosas, puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sujetas a
sus esposos, para que nadie pueda hablar mal del mensaje de Dios.
Anima igualmente a los jóvenes a ser juiciosos en todo, y dales tu
mismo ejemplo de cómo hacer el bien. Al enseñarles, hazlo con toda
pureza y dignidad, hablando de una manera sana, que nadie pueda
condenar. Así sentirá vergüenza cualquiera que se ponga en contra,
pues no podrá decir nada malo de nosotros. Aconseja a los siervos
que obedezcan en todo a sus amos; que sean amables y no
respondones. Que no roben, sino que sean completamente honrados,
para mostrar en todo qué hermosa es la enseñanza de Dios nuestro
Salvador”.
Día 17
La enseñanza de las parábolas del Reino en Mateo 13

Un llamado a la firmeza

Firmeza:
• v27 “estáis firmes”. ‘Firme’ – ‘steko’ griego – ‘permanecer firme’ –
‘perseverar’, ‘persistir’, ‘quedar en pie’.

Unidad:
• v27 “en un mismo espíritu”. “siguen firmes y muy unidos, luchando
todos juntos por la fe del evangelio”.

¡Los cristianos son tan diferentes!


• A los Filipos en Macedonia: Lidia, una mujer rica de negocios, ‘que
temía a Dios’, de la ciudad de Tiatira y su familia. Y el guardián de
la prisión, probablemente ¡un militar jubilado y su familia! ¡Tal vez
la sirvienta liberada del demonio también era cristiana! Dos
personalidades diferentes, de nivel social diferente - ¿Fundaron ellos
la iglesia en Filipos? ¿Tensiones? Ver capítulo 2:2+3.

La unidad entre los cristianos no es automática, o sea ‘sin la intervención


humana’
• ¡Un esfuerzo de nuestra parte! Efesios 4:1 “Yo pues, preso en el
Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos
con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la
unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. “Por medio de la paz
que une a todos”).

El diablo siempre utiliza el antiguo estratagema: ‘dividir para reinar’.


Velemos para que él ¡no tenga éxito entre nosotros!

Un llamado a la verdad

v27: “que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la


fe del evangelio”.

La iglesia es la: “columna y baluarte de la verdad”, (1Tim 3:15) + “la


cual sostiene y defiende la verdad”.
• No nos podemos satisfacer de permanecer firmes en la fe, nos
pertenece igualmente combatir públicamente ¡por la verdad!
• Esto implica: Compartir las buenas nuevas e intentar ¡convencer
aquellos que nos escuchan de su verdad! 2Cor 5:11, “Conociendo,
pues, el temor del Señor, persuadimos (“Convencer, hacer creer por
palabras”) a los hombres”.

Un ejemplo concreto:

• Ustedes hablan con las personas, en el trabajo, en la calle, en


nuestras casas: Alguien dice que algo no está correcto: atrévase a
decir con humildad y amor, pero con firmeza, “sepa usted que no
está correcto lo que usted termina de decir”.
• 1Pedro 3:15 habla de estar, “estad siempre preparados para
presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que
os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
• “Defender” – griego ‘apologia’; “una defensa verbal, un pleito, un
alegato, un argumento razonable”.
• En privado, reflexionen en lo que creen y por qué lo creen. Ármense
de argumentos con razón, que el Espíritu Santo puede utilizar, para
iluminar el corazón de aquellos que los escuchan.

En este contexto:
• v28, “y en nada intimidados por los que se oponen sin dejarse
asustar en nada por sus enemigos”.
• ¡Sean llenos del Espíritu Santo! ¡No tengan vergüenza del
evangelio!: “Porque es poder de Dios para todos los que creen
alcancen la salvación”.

Día 18
EL REINO DE DIOS

El Reino (o el reinado) habla de la autoridad de Dios

Mateo prefiere emplear la expresión “reino de los cielos”, pues los judíos, a
quien dirigió su evangelio, evitaban pronunciar la palabra Dios. Marcos y
Lucas utilizan “Reino de Dios”. No existe ninguna diferencia entre las dos
expresiones. Juan Bautista fue el primero a anunciarlo. Desde hace mucho
tiempo, los judíos esperaban que Dios interviniera de una manera decisiva,
para liberarlos de sus enemigos y restaurar Israel. El Mesías debía
establecer el reino de Dios. Uno de los temas centrales de las profecías del
Antiguo Testamento, fue la manifestación futura del Reino de Dios.

El Reino está presente:

Para Jesús, el Reino (el reinado, la autoridad) de Dios, ya estaba presente


en su persona y en su ministerio. El Reino de Dios se manifestaba
visiblemente en la expulsión de demonios; el poder de Satanás fue vencido.

El Reino es futuro:

Hasta ahora, el reino solo está parcialmente presente en este mundo. Los
milagros de Jesús fueron pruebas y señales de otra realidad, que volverán
todavía. En muchas de sus parábolas, Jesús enseña que el reino se extiende
en secreto, invisiblemente, pero que más tarde impondrá su autoridad a los
reinos de la tierra, cuando llegue el final de la orden actual del mundo.
Victoria, reina de Gran-Bretaña, Irlanda y emperatriz de India, dijo “Mi
supremo deseo es de vivir hasta la venida del señor, para poderle presentar
con mis manos ¡los reinos donde yo reino!

El Reino y la Iglesia

El Reino y la Iglesia están unidos íntimamente, pero no son idénticos. La


Iglesia es la totalidad de aquellos que pertenecen a Cristo Jesús y que lo
aceptaron como Señor y Rey de su vida. Pero el reino no está limitado a la
Iglesia. Cuando los discípulos preguntaron a Jesús “¿Restaurarás el reino
a Israel en este tiempo?”, él no dijo, “Se engañan ustedes, no voy a
establecer el reino de Israel”, él dijo simplemente, “No os toca a vosotros
saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”. En
Romanos cap. 11, Pablo explica el futuro papel de Israel, en el plan de
Dios.

El Reino ahora:
En Marcos 9:1, Jesús dice “De cierto os digo que hay algunos de los que
están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de
Dios venido con poder”. Muchos comentadores vieron en los
acontecimientos de Pentecostés, el cumplimiento de esta profecía de
Jesús”. El Reino de Dios es manifestado en el libro de Hechos, por los
apóstoles llenos de autoridad y poder, y que continuaban actuando como
Jesús lo había hecho. En el presente, el Reino se manifiesta en la vida de
todos aquellos que aceptaron a Cristo como Salvador y Rey y que fueron
cambiados y hechos poderosos por el poder del Espíritu Santo.

En las parábolas de Mateo 13, Jesús reveló que su Reino no se haría visible
enseguida. Habló de un periodo de convivencia, donde los hijos del Reino
y los hijos del mal, deberían convivir uno al lado del otro. Esta revelación
pudo desanimar aquellos que esperaban ver físicamente la venida del
Reino. Ciertamente algunos decían, “¿Para qué un reino invisible?”, o
“¿Quién quiere un reino, en el cual es necesario esperar hasta el fin del
mundo?” la respuesta a estas preguntas se encuentra en las dos ultimas
parábolas de Mateo 13.

Día 19
Las Parábolas del Reino de Dios

(15) Red echada en el mar


Lectura Biblica: Mateo13:47-50

El sentido de esta parábola se cubre con el de la cizaña entre el trigo, sólo


que allí se hace resaltar la "cosecha", aquí la selección de los peces, el
juicio.
Semejante es también el reino de los cielos a una red barredera que se
echa al mar y recoge toda casta (Juan, 7-11) de peces. Se trata de las redes
barrederas que se usan en el mar de Galilea, con las que, desde cierto
tamaño, se recogen peces de toda especie. El profeta Habacuc pintaba a
Dios con una imagen semejante frente al furor del enemigo:
"14 Tú tratas a los hombres como a peces del mar, como a reptiles que no
tienen amo. 15 A todos los saca él con anzuelo, los atrae en su red, en su
traína los recoge. Por eso se alegra y regocija, 16 por eso sacrifica a su
red, e inciensa a su traína, porque gracias a ellas es pingüe su porción, y
suculenta su comida. 17 Por eso vacía sin cesar su red para matar
naciones sin piedad." (Habacuc 1, 14-17)

Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

Esta parábola es semejante a la del trigo y la cizaña que crecen juntos.


Aquí, sin embargo, la parábola y su explicación van unidas. Mateo pone de
nuevo el acento en el juicio que tendrá lugar al final.

(16) Dueño de casa que saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo


Lectura Biblica: Mateo13, 52

Mateo ofrece un final de las parábolas, que atañe sólo a sus discípulos e
indica su misión. Mientras la masa del pueblo no entiende las parábolas de
Jesús, ni en general su revelación (vv. 34-35), él les pregunta a sus
discípulos: ¿Habéis entendido, por lo menos vosotros, todas estas cosas?.
Respondiéronle: Sí, por cierto. Y él les dijo: Por eso, todo escriba, que se
ha hecho discípulo del reino de los cielos se asemeja a un amo de casa que
saca de su recámara cosas nuevas y viejas. "¿Ha llegado a tus oídos lo que
significa lo nuevo y lo viejo?", preguntaba Rab Chisda, un doctor posterior
de la ley, a su discípulo. "Lo uno habla de las palabras de la Torah, lo otro
de las palabras de los doctores de la ley". No obstante, el discípulo de
Jesús, como un padre que ha de cuidar de la provisión de su familia y los
huéspedes, ha de sacar y predicar el mundo de la sabiduría sobre el reino de
Dios tanto del Antiguo Testamento, porque preparó la venida de Jesús,
como, sobre todo, de las palabras y hechos de Jesús mismo, que es en su
persona el contenido mismo del Nuevo.

Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

Los discípulos son capaces de entender los misterios del reino de Dios y
saben sacar oportunamente lo viejo y lo nuevo, porque conocen la relación
entre las dos épocas de la historia de la salvación: la de la promesa (lo
viejo) y la del cumplimiento (lo nuevo). Todo el evangelio es un buen
ejemplo de esta actitud, al presentar a Jesús y su mensaje como
cumplimiento a las promesas de la antigua alianza. Los cristianos a los que
se dirige Mateo saben también que sólo con esta actitud es posible hallar un
punto de encuentro para las diversas tendencias dentro de una comunidad
compuesta por judíos y paganos.

(17) Lámpara debajo de la cama


Lectura Biblica: Marcos 4:21-23 y Lucas 8:16-17; 11:33

"...la primera parábola quiere decir que el reino de Dios, encerrado ahora en
la persona de Jesús, que es la luz, se mostrará un día patente y claro.
¿Acaso está el candil para que se ponga bajo el celemín o debajo de la
cama? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Porque no hay cosa
escondida, sino para manifestarse, ni se hizo nada oculto, sino para salir a
pública luz. El que tenga oídos para oir que oiga."

Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

La comparación de la lámpara puede entenderse como conclusión de la


parábola del sembrador: lo oculto y lo secreto llegarán a ser público y
notorio. Lucas opone aqui la oscuridad actual y el aparente fracaso de la
predicación de Jesús a la fuerza misionera de la predicación eclesial.
Día 20
Las Parábolas del Reino de Dios

(18) Grano que crece solo


Lectura Biblica: Marcos 4:6-29

Sólo Marcos conoce esta parábola: tan segura y ciertamente como el grano
echado en la tierra, brota independientemente del hombre, por la virtud de
Dios, hasta llegar a plena granazón y a la siega, así también el reino de
Dios, que se ha iniciado en Jesús y se consumará cuando se cumpla la
profecía de Joel 4,13 (cf. Mt 13,30).
12« ¡Despiértense y suban las naciones al Valle de Josafat! Que allí me
sentaré yo para juzgar a todas las naciones circundantes. 13 Meted la hoz,
porque la mies está madura; venid, pisad, que el lagar está lleno, y las
cavas rebosan, tan grande es su maldad.» Joel 4, 12-13.

(19) Dos hijos enviados a la viña


Lectura Biblica: Mateo 21:28-32
Comentario de San Jerónimo

«Son los dos hijos descritos en la parábola de Lucas (cf. Lc 15:11-32), uno
sobrio y otro disoluto, de los que también habla el profeta Zacarías (11,7).
Primero se le dice al pueblo pagano por el conocimiento de la ley natural:
"ve y trabaja en mi viña", es decir, no hagas a otro lo que no quieres que te
hagan a ti. Él respondió con soberbia: "no quiero". Sin embargo, después
de la venida del Salvador, hizo penitencia, trabajó en la viña de Dios y
reparó con su esfuerzo la obstinación de sus palabras. El segundo hijo es el
pueblo judío, que respondió a Moisés: "haremos todo lo que ha dicho el
Señor" (Ex 24,3), pero no fue a la viña, porque después de haber muerto el
hijo del padre de familia se consideró heredero. Otros no creen que la
parábola se refiera a los paganos y a los judíos, sino simplemente a los
pecadores y a los justos. El mismo Señor explica a continuación sus
palabras: "os aseguro que los publicanos y las prostitutas os precederán en
el Reino de Dios". Aquellos que por su mala conducta se habían negado a
servir al Señor, después recibieron de Juan el bautismo de penitencia;
mientras que los fariseos, que hacían profesión de justicia y se jactaban de
cumplir la Ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no cumplieron
los preceptos de Dios».

(20) Reino dividido


Lectura Biblica: Mateo 12:25a, Marcos 3:24 y Lucas 11:17
...Pero los escribas...dan un juicio negativo de Jesús que explica sus
milagros y hace plausible a los ojos de todos el proceso que se espera. A
decir verdad, ofrecen dos fórmulas que elegir: Tiene a Beelzebul; nada
puede, desde luego, por su posesión demoníaca, pero hay que desatenderse,
no obstante, de él. O bien: En virtud del principe de los demonios, expulsa
él los demonios, tiene pacto con Satanás, es instrumento suyo consciente y
voluntario. Marcos trae como respuesta de Jesús frases de sus discursos de
defensa, y precisamente parábolas, cuyo sentido es: lo que está desunido en
sí mismo, no puede mantenerse en pie, trátese de un reino, de una casa, o
de satanás mismo.

En un reino dividido estalla la guerra civil y lo devasta. Lo mismo hay que


decir del reino de Satanás (cf. Mt 4, 1C). Otra palabra de Jesús hace ver
que la acusación se vuelve contra los acusadores: ¿No hay también
discípulos (hijos) de los faríseos y doctores de la ley que, bajo su dirección,
expulsan también demonios? ¿Acaso también en nombre de Beelzebul?
Seguramente que no. Así los hijos dejan patente la maldad de los padres,
que trabajan contra Jesús, y lo juzgan o condenan. Ahora bien, si Jesús
expulsa los demonios por virtud divina, es que el reino de Dios
escatológico ha comenzado ya en él mundo y el imperio de Satanás está ya
fundamentalmente quebrantado.

(21) Dracma Perdida


Lectura Biblica: Lucas 15, 8-10

La parábola -tomada del mundo de la mujer ahorradora- repite el mensaje


consolador del amor perseverante de Dios que va tras el pecador. La
dracma aparece de nuevo a la luz (cf. Mt 17, 24; Jn 8, 12) y la alegría llega
hasta la presencia de los ángeles de Dios, aquí seguramente en el sentido de
Lc 12,8.

Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

La parábola de la moneda perdida insiste, como la anterior, en la alegría


que Dios siente cuando un pecador se convierte. Es la misma alegría que
mueve a Jesús a acercarse a los pecadores. Y es también la alegría que debe
impulsar a los discípulos a poner en práctica la misericordia y el perdón. Es
la alegría del evangelio.
Día 21
Las Parábolas del Reino de Dios

(22) Fuerte vencido por uno más fuerte


Lectura Biblica: Mateo 12:29, Marcos 3:27 y Lucas 11:21-22

La casa del fuerte no puede saquearla un poseso, ni un aliado de Satanás,


sino sólo el que, por ser más fuerte, la ha vencido. «¿Por ventura podrá
quitársele a un hombre esforzado la presa? ¿O podrá recobrarse aquello
que ha arrebatado un varón valiente? Esto dice el Señor: Le serán
quitados al hombre esforzado los prisioneros y será recobrado lo que
arrebató el valiente. Pero yo lucharé contra aquellos que te juzgaron a ti;
y yo salvaré a tus hijos. Yo haré comer a tus enemigos sus propias carnes;
y que se embriaguen con su misma sangre, como si fuera mosto; y sabrán
todos los mortales que quien te salva soy yo, el Señor, y que el fuerte de
Jacob es tu redentor» (Isaías 49, 24-26).

¿Por qué murió Jesús?, Sergio Silva G. ss.cc., Ed. Universidad Católica de
Chile, 1999, Vol. II, pág. 251.

Las armas aparecen en la parábola del hombre fuerte que guarda en


seguridad su casa y sus bienes; gracias a las armas que tiene para
defenderse, pero - dice Jesús - si viene uno más fuerte que él, le quita sus
armas y se queda con sus bienes. Esta parábola apunta ciertamente a la
victoria de Jesús - el hombre más fuerte -, sobre el demonio, a quién le
quita los bienes de los que se ha apoderado sin derecho, pues los poseídos
son hijos de Dios.

(23) Hombre que edifica su casa


Lectura: Mateo 7:24-27 y Lucas 6:47-49

La personal revelación de Jesús en el sermón del monte alcanza una


postrera culminación: él mismo, sus palabras, su voluntad son la única
roca, prometida por Dios, que puede resistir la tormenta del último juicio:
«Mirad que yo pongo en Sión una piedra, piedra escogida, angular,
preciosa, asentada por fundamento; el que creyere (el que oyere e hiciere,
cf. Mc 8,16-21), no vacilará. Y ejerceré el juicio con peso y la justicia con
medida; y un pedrisco trastornará la esperanza puesta en la mentira, y
vuestra protección quedará sumergida en las aguas...y cuando viniere,
como un torrente, el azote, os arrastrará consigo» (Is 28, 16-18). Lo que «el
Señor Yavé» amenazó a los falsos profetas, se cumplirá en el juicio
mesiánico sobre todos los que no se asemejan a un hombre prudente y
rechazan la voluntad de Dios sobre los hombres, definitivamente
manifestada en Jesús: «Por tanto, esto dice el Señor Dios: en medio de mi
indignación haré estallar de repente un viento tempestuoso, y lleno de furor
enviaré aguaceros, que todo lo inundarán, y airado, arrojaré enormes
piedras que todo lo arrasarán; y arruinaré el muro que revocasteis con barro
sin mezcla, y lo igualaré con el suelo, y se descubrirán sus cimientos, y
caerá, y pereceréis con él y conoceréis que yo soy el Señor» (Ez 13, 13-14).

Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

Lucas, como Mateo, concluye el "Sermón de la llanura" con una parábola


cuyo mensaje es claro y directo: poner en práctica las palabras de Jesús es
el fundamento más sólido de la vida del creyente y, por tanto, el mejor
criterio para distinguir al verdadero del falso discípulo.

Comentario a la escucha del maestro, Septiembre 2005,P. Fidel Oñoro, cjm

Desde el comienzo del evangelio, Lucas ha dejado claro que su propósito


es, como le dice a Teófilo, "que conozcas la solidez de las enseñanzas que
has recibido" (1,14). La "solidez" es la consistencia de vida que se expresa
en la perseverancia y en la fortaleza interior frente a las pruebas de la fe.
Con la parábola de la casa construida sobre la roca, Jesús enseña que es
necesario ir a fondo para construir alto y duradero. Solo en Lucas
encontramos la frase: "cavó profundamente" (6,48). Con ello señala que la
Palabra tiene que ir hasta el fondo de nuestra realidad personal.
Cimentar sobre la roca es construir la vida sobre las acciones que se
derivan de la enseñanza de Jesús. Esta es la clave de la solidez de vida, o
sea, del discípulo bien formado que no se deja arrastrar por la violencia de
la corriente cuando llega la hora de la crisis.
Día 22
Las Parábolas del Reino de Dios

(24) Oveja (o buey) que cae en el pozo


Lectura Biblica: Mateo 12, 11-12

«Si una cabeza de ganado cae a una fosa de agua, se traen mantas y
almohadas y se ponen debajo de ella: Si sale 'arriba', no se ha profanado el
sábado» rezaba la sentencia de algunos rabinos de tendencia moderada.
¡Pues no va diferencia de hombre a una oveja! Cosa muy distinta leemos
en un texto de Damasco, que sin duda ha de entenderse esencialmente y por
Qumran : «no se puede ayudar en sábado a parir a una bestia. Si cae en una
cisterna o en un pozo, no es lícito por ningún caso sacarla en sábado. Y si
un hombre se cae en sábado en un depósito de agua o en general en un
pozo, no es lícito sacarlo con una escalera, con una soga o cualquier otro
instrumento».

También la curación del hidropónico sirve para la siguiente discusión sobre


la observancia exteriorizada del sábado de los fariseos. La hidropesía,
acumulación de líquido en los tejidos celulares y síntoma de grave
enfermedad interna, sólo es mentada aquí, en toda la Biblia, por el médico
Lucas. Jesús responde, por vía de hecho, su propia pregunta que
desconcierta a los insinceros doctores de la ley y fariseos: Sí, es voluntad
de Dios. Que sus mismos adversarios le darían la razón, de no ser
malevolentes, pruébalo su conducta con un hijo y hasta con un animal.
El país calcáreo de Palestina es pobre en agua, sólo en valles profundos se
hallan fuentes y pequeños arroyos. Por eso se procura cavar cisternas, a
menudo hasta dar con fondos rocosos en que puede reunirse agua manantial
o por lo menos de lluvia, que luego se saca con pozales de cuero provistos
de una cuerda. El que cae en un pozo (que de ordinario está tapado),
difícilmente puede salir por sí mismo. Así lo atestigua la historia de José:
«Apenas, pues, hubo llegado José a donde estaban sus hermanos, lo
desnudaron de la túnica talar y de mangas largas, y metiéronle en
una cisterna vieja que no tenía agua» (Gén 37, 23-24). De ahí que mandara
la antigua ley: «Si alguno destapa un pozo, o lo abre, y no lo cubre, y
viniere a caer en él un buey o un asno, pagará al dueño del pozo el precio
de las bestias; mas el animal muerto será suyo« (Ex 21, 33-34). Sin
embargo, el agua de pozo no puede compararse con la de una fuente. Por
eso: «Dos maldades ha cometido mi pueblo; me han abandonado a mí, que
soy fuente de agua viva, y han ido a fabricar aljibes rotos, que no pueden
retener las aguas » (Jer 2,13)
Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

Los fariseos se niegan a aceptar a Jesús y buscan motivos para acusarlo: la


curación realizada proclama que el hombre tiene un valor absoluto y está
por encima de cualquier precepto humano. El gesto de Jesús realiza la
profecía de Oseas: misericordia quiero y no sacrificios (Oseas 6 6, citado
en Mt 12 7).

Los fariseos acechaban a Jesús para sorprenderlo en falta. Para Jesús el


Sábado es un día de liberación y misericordia. Este episodio supone una
dura condenación de los dirigentes judíos obstinados en no entender que las
acciones de Jesús van encaminadas a la liberación del hombre.

(25) Siervo en ausencia del amo


Lectura Biblica: Mateo 24, 45-51 y Lucas12:42-46

¿En qué consiste la vigilancia? En el cumplimiento del deber que el amo ha


encomendado a cada uno durante su ausencia. Al siervo malo, que olvida
su deber, le espera un fin desastroso.

Comentarios de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

Las tres comparaciones que Mateo ha colocado después del discurso


apocalíptico (Mt 24 45 - 25 30) desarrollan la invitación con que termina
dicho discurso: ¡Estad preparados! (Mt 24, 44).
En el ejemplo del mayordomo puede encontrarse una alusión a los
dirigentes de la comunidad. Son los que el Señor ha puesto al frente de su
casa, y por tanto son ellos los primeros que deben cultivar esta actitud
vigilante. La expresión mi amo tarda refleja una situación de la Iglesia en
la que ya no se espera la vuelta inmediata de Jesús, y en la que la relajación
de las costumbres comienza a hacer mella.
Dia 23
Las Parábolas del Reino de Dios

(26) Impuestos que cobran los reyes


Lectura Biblica: Mateo 17, 25b-26

Comentarios a la Parábola "Impuesto que cobran los reyes"


Gunther Schiwy, "Iniciación al Nuevo Testamento", Ed. Sígueme, España,
1.969

La palabra Cafarnaún da ocasión a Mateo para contar el tercer caso de


Pedro en que es típico de Mateo que el milagro pase a segundo término
ante la manifestación de Jesús de que, como hijo de Dios mismo, no está
obligado a pagar el tributo del templo.
Llegado que fueron a Cafarnaún, acercáronse a Pedro los cobradores del
didragma y le dijeron: ¿No paga vuestro maestro el didragma? Contestó:
Sí, hombre

Ya el Señor había recomendado a Moisés que instituyera un tributo del


templo: «Cuando formares el encabezamiento de los hijos de Israel, cada
uno dará alguna cosa al Señor en precio de su rescate...para el servicio de la
tienda de la reunión, a fin de que sea como una memoria de ellos en la
presencia del Señor y les sirva de expiación» (Ex 30 12-16). Este tributo
por cabeza fue de nuevo introducido por Nehemías a la vuelta del
cautiverio de babilonia, «para todos los trabajos en la casa de nuestro Dios»
(Neh 10,34). Los saduceos y galileos rechazaban este tributo, que vencía
antes de pascua, pues existían además las contribuciones en especie de las
primicias y de los diezmos. Los cobradores del tributo del templo, a
diferencia de los publicanos, eran mirados como ministros de Dios y
consiguientemente honrados. Según precepto del Ëxodo, «lo que dará cada
uno de los alistados es medio siclo, según el peso del templo. Un siclo tiene
veinte óbolos. La mitad de in siclo es lo que se ha de ofrecer al Señor» (Éx
30, 13). Aún en tiempos que corrían monedas extranjeras, el tributo del
templo tenía que seguir pagándose en siclos del santuario, que en tiempos
de Jesús no alcanzaba el valor de cuatro dracmas de plata griegas o
denarios romanos, de forma que medio siclo equivalía a un didragma. El
cambio de monedas extranjeras en siclos del templo para los peregrinos
corría a cargo de los cambistas que tenían sus bancos en el pórtico del
templo.

Mateo dramatiza ahora la escena: Cuando Pedro entró en casa, Jesús que
conoce los corazones, se le adelantó y le dijo: « Qué te parece Simón: ¿Los
reyes de la tierra de quién cobran alcabalas o tributos. De sus hijos o de los
extraños?» De los extraños dijo Pedro. «Luego exentos están los hijos», le
contestó Jesús. De hecho, los soberanos orientales de entonces sólo
cobraban alcabalas de los extranjeros, y tributos de los pueblos que habían
caído bajo su dependencia. Jesús, y por él también Simón y todos los que
creen en Jesús, están con Dios -que es quien a la postre cobra el tributo del
templo- en relación de hijos. Sin embargo, Jesús tiene consideración al
sentimiento sinceramente religioso sin duda del recaudador de los tributos
y evita un scandalum pusillorum, el escándalo de «espíritus pequeños»,
excesivamente escrupulosos, incapaces de ver las cosas en su entera
perspectiva. El milagro del anzuelo en el lago Genzaret no tiene por fin
procurar el dinero que falta, sino convencer una vez más a Pedro de la
relación señera en que está Jesús con el creador y Señor de la creación. Lo
que Pedro encuentra en la boca del pez es, según el texto griego,, un stater,
moneda ática de plata que tiene aproximadamente el valor de dos «siclo de
plata del santuario» y bastaba, por tanto, para el tributo de Jesús y Pedro.

Comentario de La Biblia, La Casa de la Biblia, Ed. Verbo Divino, 1992

...El episodio del impuesto del templo sólo se encuentra en Mateo. Los
discípulos, que son la verdadera familia de Jesús, son por tanto hijos de
Dios. El templo es la casa del Padre, y ellos deberían estar exentos del pago
de cualquier impuesto. Sin embargo, para no crear confusión ni escándalo,
Pedro pagará el impuesto obteniendo la cuantía de un modo sorprendente.
En tiempos de Mateo ya no existía el templo, pero la enseñanza de Jesús
seguía siendo válida para solucionar cualquier enfrentamiento dentro de la
comunidad.
Día 24
Las Parábolas del Reino de Dios

(27) Oveja perdida


Lectura Biblica: Mateo 18, 12-14 y Lucas 15, 3-7

La parábola de la oveja perdida presenta a par a Jesús como el buen Pastor


(cf. Jn 10,14). Lucas pinta en giros generales una situación adecuada a la
parábola: Jesús trata con alcabaleros (cf. Mt 5,46) y públicos pecadores.
En cambio, fariseos y escribas (cf. Mt 3,7A; 5,20) se atenían al principio:
«Nadie se junte con un impío, ni siquiera para introducirlo en el estudio de
la ley». Comer con él era «imposible».

Jesús, por el contrario, apela a Dios que sigue amorosamente al pecador


mismo y aguarda su conversión. El ambiente de la parábola (cf. Mt. 13,
24A) es veterotestamentario (cf. Mc6,34): «Viva mi alma y a ti alabe, y
vengan tus decretos en mi ayuda. Como oveja perdida, voy errante; búscalo
tú a tu siervo para que nunca olvide tus mandatos» (Sal 119, 175-176).
El desierto (cf. Mt 4, 1B) lo mismo es zona de peligro que lugar para tratar
con Dios. La iniciativa decisiva viene de Dios: «Y les daré un corazón
(inteligencia) para que reconozcan que yo soy el Señor, y ellos serán mi
pueblo, y yo seré su Dios; pues se convertirán a mi de todo corazón» (Jer
24, 7).

«He aquí el Señor Dios que viene ... Como un pastor, apacentará su
rebaño, recogerá con su brazo los corderillos, los tomará en su seno, y
conducirá él mismo las ovejas recién paridas» (Isaias 440, 9-11)
Todos los amigos toman parte en la alegría (recalca Lucas, cf. Jn 15,11). Os
digo: A Dios le pasa como a nosotros, si cabe hablar de él tan a lo humano,
se sigue hablando, en el fondo, parabólicamente: Nosotros nos alegramos
por los amigos de que estamos seguros, cuanto más por la vuelta del que
dábamos por perdido. «Pero si el impío se apartare (cf. Mt 3,8) de todos
sus pecados que ha cometido, y observare todos mis preceptos, y obrare
según derecho y justicia , tendrá vida ciertamente, y no morirá. De todas
cuantas maldades haya él cometido, yo no me acordaré más: él hallará
vida en la virtud que ha practicado. ¿Acaso quiero yo la muerte del impío,
dice el Señor Dios, y no, antes bien, que se convierta de su mal proceder, y
viva?» (Ez 18, 21-23).

La Confesión Frecuente, Benedickt Baur O.S.B., Ed Herder, Barcelona


1974, pág 113-118

La creencia en la propia rectitud


1. Los «hombres rectos» que no necesitan de la penitencia, los justos que
toman a mal que el Señor se apiade de los pecadores y coma con ellos; esas
personas que en la orgullosa conciencia de su rectitud, sin mácula de
pecado, de su corrección, de su irreprochabilidad, no necesitan de la
penitencia...esas son las que creen en su propia rectitud.

La más odiosa de todas las herejías de que habla la historia de la Iglesia es


aquella que no toleraba «pecadores» en su seno, la que antes bien se
enorgullecía de constar solamente de «santos», de limpios de pecados, de
justos. Estos santos miran con desprecio a la Iglesia de Cristo, que arrastra
consigo tanto lastre humano, en lugar de exterminar por el fuego y la
espada todo lo malo y pecaminoso. Estos montanistas, maniqueos y cátaros
de los tiempos antiguos y modernos se vanaglorían de su limpia santidad y
presumen de ella. Rivalizan entre sí en rígidas exigencias y rodean la ley de
Cristo y de la Iglesia con más y más cercos. Prohiben a sus prosélitos
gustar la carne y el vino, les vedan el matrimonio y los trabajos humildes y
serviles; rezan mucho, ayunan con severidad y deslumbran a las masas.

2. Estos son los que se creen justos. También los hay entre los cristianos. El
creer con exceso en la propia rectitud es precisamente el pecado de los
cristianos piadosos, diligentes, «correctos», que en todo cumplen
irreprochablemente su deber y de nada tienen que acusarse. A su alrededor
y ante sus superiores tienen fama de cristianos ejemplares, y esto con
razón.

¡Pero ojalá no estuvieran ellos mismo tan convencidos de su propia


corrección e irreprochabilidad, ojalá no lo creyeran tanto, ni pensaran
siempre en ello envaneciéndose en secreto! Aquí es donde les amenaza el
peligro: saben que nada hay criticable en ellos, ellos mismo nada
encuentran en sí que criticar, nada tienen de que arrepentirse, nada que
mejorar. «Justos que no necesitan penitencia».

Cuanto más convencidos están de su propia rectitud, tanto más atienden a


los pecados y faltas de los demás, de todos los que los rodean. Notan como
acá y allá se rezagan remisos en el cumplimiento de los preceptos, de la
ley, de la Regla, que contravienen aquí y allá, cómo no cumplen
exactamente sus deberes religiosos y los de la vida de su comunidad,
haciéndose culpables de toda clase de cosas en que ellos jamás incurrirían.
Se molestan y amargan, se vuelven faltos de caridad, llenos de desprecio y
repugnancia interior contra los incorrectos. Nada quieren tener de común
con ellos, los evitan lo más que pueden y los apartan de su camino. En su
interior se inciensan a sí mismos por su mucha virtud y se figuran que
todos habrían de fijarse en su conducta ejemplar, alabarla y reconocerla. Se
vuelven susceptibles y lo hacen sentir a todo aquel que no los admire.

¡Justos que no necesitan de la penitencia!

Este peligro amenaza al cristiano fervoroso y diligente y también a


nosotros. La creencia en la propia rectitud se introduce casi inadvertida en
la conciencia, y el espíritu cristiano del cristiano que lucha honradamente y
seriamente se preocupa por su vida religiosa y perfeccionamiento cristiano.
Ello es más de temer teniendo en cuenta el hecho de que son siempre pocos
los que toman la vida cristiana verdaderamente en serio, habiendo a su
alrededor tantos bautizados que se dicen cristianos y cuya vida práctica
ofrece, sin embargo, tantas cosas incomprensibles, tanta imperfección,
tanta contradicción entre su vivir y la fe que profesan, tanta esterilidad a
pesar de todas las enseñanzas y estímulos que reciben, a pesar de los
buenos ejemplos que tienen ante sus ojos, a pesar de los consejos y
amonestaciones que encuentran en los libros y textos litúrgicos, a pesar de
las meditaciones que hacen, a pesar de los santos sacramentos que reciben.
Ocurriendo esto no pocas veces incluso con aquellos que por su estado y
sagrados votos están especialmente obligados a ser cristianos ejemplares y
a conducir a otros a las alturas de la vida cristiana; dándose aún entre éstos
tan poco conocimiento, tanta medianía, ¿cómo extrañar que en el que lucha
y se esfuerza se vaya formando cierta conciencia, cierto sentimiento de
superioridad moral, determinada satisfacción de sí mismo, que con
demasiada facilidad degenera en exagerado convencimiento de la propia
rectitud que conduce a considerar y a tratar a «los otros» en forma
despectiva, o con cierta altanería, con un compasivo orgullo?

« Yo os digo que en el cielo será mayor la alegría por un pecador que


haga penitencia que por noventa nueve justos que no necesiten de
penitencia.» Con esto ha pronunciado el Señor su fallo sobre la creencia en
la propia rectitud. El «justo» no necesita de la penitencia ni del
arrepentimiento. ¿Para qué, si es todo correcto, irreprochable? La
conciencia de su impecable corrección le obstruye el camino del
reconocimiento de su pecado y, con ello, el de la penitencia. Ésta es la
maldición de la creencia en la propia rectitud: que ciega. Donde no hay
conocimiento de sí mismo, no hay tampoco disposición ni actos de
penitencia. Y donde falta la disposición para la penitencia, se produce un
endurecimiento del corazón y de la voluntad. La gracia de Dios, las
inspiraciones del Espíritu Santo, las amonestaciones de fuera no producen
efecto alguno: «justos que no necesitan de la penitencia», que nada tienen
de que arrepentirse, que, cada vez que oyen o leen algo acerca del pecado,
no piensan ni remotamente en sí mismos, sino sólo en «los demás».
La creencia en la propia rectitud nace del orgullo, y su fruto es a su vez
orgullo y altivez espiritual. Lo bueno que descubre en sí, lo atribuye
exclusivamente al propio esfuerzo. No es capaz de repetir con el apóstol
Pablo: «Mas por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que me
confirió no ha sido estéril, antes he trabajado más que ellos (que los otros
apóstoles), pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.» (1Co 15, 10).
También olvida la otra frase del mismo apóstol: «...¿que tienes que no
hayas recibido? Y si lo recibiste ¿de qué te glorías, como si no lo hubieses
recibido?» (1 Co 4, 7). La creencia en la propia rectitud menosprecia la
gracia y sus efectos y es así injusta para con ella y con quien nos la da. Esta
conducta ¿no ha de enajenarle poco a poco la gracia y benevolencia de
Dios? «Porque Dios resiste a los soberbio». (1 Pe 5, 5).

El que se cree a sí mismo justo, se ensalza en su interior sobre «los demá».


«Oh Dios, te doy gracias porque son soy como los demás hombres». Éstos
forman la gran masa, con la que para nada se puede contar; él, en cambio,
se cuenta entre los elegidos. Se sabe puro y perfecto; los otros quedan muy
por debajo de él. «¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás
hombre». ¿Y cual es el juicio que pronuncia el Señor sobre quien así acude
a su presencia? «Os digo que este (el publicano) bajó justificado a su casa
y no aquél. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla
será ensalzado» (Lc 18,14).
« No como los demás hombres». Para éstos no siente, en lo más profundo
de su corazón, sino menosprecio y repugnancia. Le son desconocidas las
palabras del Señor: «No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no
seréis condenados; absolved y seréis absueltos. La medida que con otros
usareis, esa se usará con vosotros» (Lc 6, 37-38). En la vida y en la
eternidad.

¿Puede entonces asombrarnos que en el cielo sea mayor la alegría por un


pecador que haga penitencia que por 99 justos que no la necesitan? Sólo
una cosa puede extrañarnos: que entre los cristianos pueda darse y se de,
efectivamente, el vicio de la creencia en la propia rectitud; que haya
cristianos que cumplan con toda seriedad sus deberes religiosos, recen con
fervor y reciban los sagrados sacramentos, que vivan honradamente y a
pesar de todo ello sean tan ciegos, que no se den cuenta de hasta qué punto
se creen en lo más profundo de su corazón justos e irreprochables,
envaneciéndose de su corrección, fidelidad y ausencia de faltas.

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