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Biografía de Diofanto

Diofanto de Alejandría fue un matemático griego (o posiblemente egipcio, judío o incluso


caldeo) que vivió en Alejandría durante el siglo III d. C. A veces se lo llama "el padre del
álgebra" y escribió una influyente serie de libros llamada "Arithmetica", una colección de
problemas algebraicos que influyeron en gran medida en el posterior desarrollo de la teoría
numérica.

También realizó importantes avances en la notación matemática, y fue uno de los primeros
matemáticos en introducir el simbolismo en el álgebra, utilizando una notación abreviada
para las operaciones que se producen con frecuencia, y una abreviación de lo
desconocido y de los poderes de lo desconocido. Él fue quizás el primero en reconocer las
fracciones como números por derecho propio, permitiendo números racionales positivos
para los coeficientes y soluciones de sus ecuaciones.

Diofanto se ocupó de algunos problemas algebraicos bastante complejos, en particular lo


que desde entonces se conoce como Análisis diofántico, que trata de encontrar
soluciones enteras a tipos de problemas que conducen a ecuaciones en varias incógnitas.
Las ecuaciones diofánticas se pueden definir como ecuaciones polinomiales con
coeficientes enteros a los que solo se buscan soluciones enteras.

Ecuaciones diofánticas 
Su enfoque general fue determinar si un problema tenía un número infinito de soluciones,
un número finito de soluciones, o ninguna. El trabajo principal de Diofanto (y el trabajo
más destacado sobre álgebra en todas las matemáticas griegas) fue su "Arithmetica", una
colección de problemas que proporcionaba soluciones numéricas de ecuaciones tanto
determinadas como indeterminadas. De los trece libros originales de la "Arithmetica", solo
han sobrevivido seis, aunque algunos problemas diofánticos contenidos en la obra,
también se han encontrado en fuentes árabes posteriores. 
Sus problemas ejercitaron las mentes de muchos de los mejores matemáticos del mundo
durante gran parte de los siguientes dos milenios, con algunas soluciones especialmente
celebradas proporcionadas por Brahmagupta, Pierre de Fermat, Joseph Louis Lagrange
y Leonhard Euler, entre otros. En reconocimiento de su profundidad, David Hilbert propuso
la resolución de todos los problemas diofantinos como la décima parte de sus célebres
problemas en 1900, una solución definitiva que solo surgió con el trabajo de Robinson y
Matiyasevich a mediados del siglo XX.

Uno de los acertijos, registrado en una antología griega del siglo V, se considera a veces el
epitafio de Diofanto:

"En esta tumba reposa Diofanto. ¡Ah, qué gran maravilla! La tumba cuenta científicamente
la medida de su vida. Dios le concedió ser un muchacho durante la sexta parte de su vida,
y añadiendo una doceava parte a ésta, revistió su mejilla de pelusa. Encendió la luz del
connubio pasada una séptima parte, y cinco años después de su matrimonio le dio un hijo.
¡Ay! ¡Desdichado hijo tardío! Después de consolar su pena mediante el estudio de los
números durante cuatro años, Diofanto terminó su vida.".

El enigma implica que Diofanto vivió alrededor de 84 años (aunque su precisión biográfica


es incierta)

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