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LEONHARD EULER

Una amplia obra

Leonhard Euler ha sido uno de los matemá ticos má s prolíficos de la


historia gracias a una actividad de publicació n que fue incesante. En
su época de mayor producció n (entre 1727 y 1783) se calcula
que Leonhard Euler completaba 800 pá ginas de artículos.

Se calcula que sus obras completas reunidas podrían ocupar entre


60 y 80 volú menes, pero una buena parte de su obra está todavía sin
recopilar. La labor de recopilació n y publicació n de los trabajos
de Leonhard Euler, que recibe el nombre de Opera Omnia, comenzó
en 1911 y hasta la fecha se han publicado 76 volú menes.

Pierre Simó n Laplace expresa en una frase la influencia


de Leonhard Euler en los matemá ticos posteriores: «Lean a Euler,
lean a Euler, él es el maestro de todos nosotros».

Carl Friedrich Gauss

Su influencia fue notable en muchos campos de la matemática y de la ciencia


y sus teorías continúan vigentes en la actualidad.

De hecho, fue de los primeros en extender el concepto de divisibilidad a otros


conjuntos y posiblemente la teoría de números sea la rama de las matemáticas
en la que la influencia ejercida por Gauss haya sido mayor, aunque ni mucho
menos la única.

Su primer gran resultado en 1796 fue la demostració n de que se puede


construir un heptadecá gono, un polígono regular de 17 lados, con regla y
compá s en el sentido clá sico de este tipo de construcciones.

En solo seis meses, Gauss resolvió un problema que matemá ticos habían
intentado solucionar durante 2.000 añ os.
Euclides
Las menciones de obras atribuidas a Euclides figuran en varios autores,
en particular en la Colecció n matemá tica de Papo (datada usualmente en
el III o IV) y en el Comentario a los Elementos de Euclides debido a Proclo
Só lo ha llegado a nuestros días una parte de estas obras.
Las obras que nos han llegado son cinco: Data, Sobre las divisiones,
Cató ptrics, Apariencias del cielo y Ó ptica. Por fuentes á rabes, se le
atribuyen a Euclides varios tratados sobre mecá nica. 
Sobre lo pesado y lo ligero contiene, en nueve definiciones y cinco
proposiciones, las nociones aristotélicas de movimiento de los cuerpos y
el concepto de gravedad específica. 
Sobre el equilibrio trata la teoría de la palanca también de una manera
axiomá tica, con una definició n, dos axiomas y cuatro proposiciones.
Un tercer fragmento, sobre los círculos descritos por los extremos de una
palanca mó vil, contiene cuatro proposiciones.
Estas tres obras se complementan de tal manera la una con la otra que se
ha sugerido que son remanentes de un ú nico tratado de mecá nica escrito
por Euclides.

Alan Turing

El problema de de la decisió n

El problema de la decisió n o Entscheidungsproblem fue un rompecabezas


para muchos científicos de principios del siglo XX. Su casi impronunciable
nombre se debe a su creador David Hillbert, de origen alemá n, que tomó
las bases de Gottifried Leibniz.

Dicho problema planteaba si era posible encontrar un método que


determinase qué enunciados son decidibles dentro de un sistema
matemá tico formal y cuá les no, es decir, si una fó rmula es o no un
teorema. A ese método se le llamó método de decisió n.
Esto hizo que científicos de renombre como Alan Turing, junto con Alonzo
Church y Kurt Gö del, formalizaran el concepto de algoritmo. Es un
aspecto clave para resolver este misterio.

Con los algoritmos sobre la mesa, Church, a través de su cá lculo lambda, y


Alan Turing, mediante la Má quina de Turing, demostraron que ningú n
sistema matemá tico formal basado en aritmética tenía un método de
decisió n efectivo y, ademá s, sentaron las bases de la computació n.

Leonardo Pisano Bigollo


En la corte de Federico II de Sicilia
Leonardo fue huésped del emperador Federico II, que se interesaba en las
matemá ticas y la ciencia en general.
En el añ o 1225 publicó su cuarto libro, y el má s famoso de todos
ellos: Liber Quadratorum (El libro de los números cuadrados), a raíz de
un desafío de un matemá tico de la corte de Federico II, Teodoro de
Antioquía, que le propuso encontrar un cuadrado tal que si se le sumaba o
restaba el nú mero cinco diera como resultado en ambos casos nú meros
cuadrados. Curiosamente, el añ o de publicació n del libro es un nú mero
cuadrado.
Fibonacci comienza con los rudimentos de lo que se conocía de los
nú meros cuadrados desde la antigua Grecia y avanza gradualmente
resolviendo proposiciones hasta dar solució n al problema de aná lisis
indeterminado que le habían lanzado como desafío.
En la parte original de la obra introduce unos nú meros que
denomina congruentes (Proposició n IX) y que define, en terminología
actual, como , donde  y son enteros positivos impares tales que . De esta
forma, el menor de ellos es . Enuncia y muestra que el producto de un
nú mero congruente por un cuadrado es otro nú mero congruente.
Utiliza estos nú meros como herramientas para sus posteriores
proposiciones y los hace intervenir en una identidad que es conocida
como identidad de Fibonacci (Proposició n XI). La identidad es:
Esta permite pasar con facilidad de un triá ngulo rectá ngulo a otro.
Leonardo de Pisa utiliza frecuentemente las proposiciones precedentes
como lemas para las siguientes, por lo que el libro lleva un
encadenamiento ló gico. Sus demostraciones son del tipo retó rico y usa
segmentos de recta como representació n de cantidades. Algunas
proposiciones no está n rigurosamente demostradas, sino que hace una
especie de inducció n incompleta, dando ejemplos prá cticos y específicos,
pero su dominio algorítmico es excelente y todo lo que afirma puede ser
demostrado con las herramientas actuales. No se encuentran errores
importantes si se hace excepció n de la incompletitud de algunas
demostraciones. El contenido del libro supera a la respuesta al desafío
recibido y muestra el estado de la matemá tica de su época.

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