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Tales de Mileto nace en el siglo VI antes de cristo, en la ciudad de Mileto, considerada una

próspera ciudad de navegantes. Tales se dedicaba al comercio marítimo lo que le permitió


recorrer muchos países y adquirir importantes conocimientos sobre las técnicas, costumbres,
leyes y creencias de otros pueblos.
Tales de Mileto, es considerado el primer filósofo de occidente y uno de los siete sabios de
Grecia. Para él, el agua es el principio de todas las cosas que existen, es la unidad
indivisible, principio elemental, de carácter divino, capaz de cambiar de estado y donde se
origina la vida, esto implica el naciendo de la primera teoría lógica sobre el origen del mundo
físico, entonces el origen del universo según Tales ya no se atribuye a los dioses, a lo mítico,
sino, a un principio material.

Para Tales, la physis, o naturaleza de las cosas, es un principio de tipo material que recibe el
nombre de “agua”, y que subyace y sostiene a las demás realidades; lo que permanece a
través del cambio, él dice que es necesario que haya alguna sustancia natural, de la que
nazcan las demás, mientras ésta se conserva.

El decir que el agua es el origen de todas las cosas, implica establecer una teoría lógica del origen
del universo y de todo lo que en el existe, permite pasar del MITO al LOGOS, (logos
significa razón, ciencia, conocimiento, palabra), esta nueva forma de pensamiento tratando
de explicar el origen de lo existente desde un punto de vista científico, se puede decir que es
el origen de la FILOSOFIA, puesto que se dejan de lado las explicaciones míticas del origen
del universo, para pasar a la existencia de un principio de unidad de lo real, el agua, y a partir
de este, intentar dar razón de la pluralidad de naturalezas que nos rodean.

La identificación de que el agua es el origen o principio de todo, supone la existencia de un


orden racional en el universo que el ser humano es capaz de conocer a través de su propia
racionalidad y del análisis crítico. El universo deja así de ser un caos y pasa a convertirse en
un cosmos ordenado según las leyes de la Naturaleza.

Aportes significativos de Tales de Mileto

 Una de las aportaciones más importantes es dar origen a la filosofía como saber científico


y racional. El cuestionaba todo lo que tenía que ver con lo mitológico, lo tradicional y las
costumbres de la época; le gustaba medir, cuantificar y buscar una explicación lógica a
todo lo que sucedía en la naturaleza
 Realizó grandes aportaciones a las matemáticas, sobre todo a la lógica y a la geometría.
Aún no hay una expresión que defina el momento que estamos viviendo en relación con las novedades
tecnológicas. He encontrado bastantes palabras que detallan este momento de la relación y entre las más
destacados están abrumados, agotados y desbordados y mi favorito es colapsados. El ser humano empieza a
sentir que la velocidad de la tecnología es inalcanzable, ya no solo desde su comprensión o adopción sino
precisamente en su relación. Ya no sabemos como seguirle el ritmo. En el preciso momento que el ser humano
empieza a comprender el uso de las redes sociales, descubre que las apps están allí, cuando el manejo de
las apps empieza a resultar familiar surge la necesidad de comprender inteligencia artificial, no bien
empezamos a descubrir que es esto de la IA y cómo nos afecta ya estamos conversando y
descubriendo blockchain y así entre unas y otras, solo por mencionar algunas, se nos va la vida. O al menos eso
siente el ser humano que entre ansioso y agobiado no encuentra la forma de lidiar con estos cambios y se
colapsa emocionalmente.
La innovación tecnológica continúa transformando industrias, empresas, instituciones, entornos, culturas y,
cómo no, a las personas. Le hemos otorgado tanto poder a la tecnología que puede conectarnos y
desconectarnos, amplificar nuestra ira o nuestra solidaridad, hacernos sentir emocionados, sociables, creativos,
alienados, ausentes, solitarios, globales o modernos. Sin embargo, pasamos demasiado tiempo tratando de
entender la tecnología y muy poco tiempo en descubrir al ser humano. Lo que nos ha llevado al punto de
afirmar que hemos creado una sociedad tecno-céntrica relegando a la persona a un rol más utilitarista que
trascendente.
Coincidiremos al afirmar que el cambio avanza más rápido que la velocidad del mismo. Esta aceleración no
vino programada, fue generando velocidad conforme la adopción del ser humano fue más por imposición que
por elección. Cuándo en los foros de padres de niños de entre 8 y 12 años se discute si los hijos deben tener un
smartphone “porque el resto de niños ya lo tiene y sino se lo dan a los pocos que aún no lo poseen pueden
quedar aislados del grupo de amiguitos” es un detalle, entre miles, que contrasta que la relación con la
tecnología se nos está yendo de las manos.
En los inicios de la era digital, el ser humano se encontró cara a cara con la tecnología “no social” que pareció
complementar cualquier necesidad de interacción humana. Desde la introducción de los teléfonos inteligentes
modernos en 2007 y las tabletas digitales en 2010, sumado a las redes sociales, los juegos online y las apps,
hemos cambiado drásticamente nuestra relación con las personas y por supuesto con la tecnología. La
tecnología de manera exponencial se volvió “social” y de manera inversamente proporcional provocó un
retroceso en las relaciones humano a humano. Esto se ve reflejado en una presencia protagónica de la
tecnología en las actividades diarias de las personas. Lo social empezó a darse de manera ¿“natural”? a través
de las pantallas. Nos empezamos a conectar más a través de la tecnología en detrimento de una interacción
social en el offline. Ya no quedan dudas que detrás de este cimbronazo social los grandes titanes tecnológicos
(si es que aún pueden ser llamados solo así, tecnológicos) tuvieron un rol absolutamente central en provocar
una inducción a este nuevo paradigma. Nadie podrá acusarlos de ello, pero aquí estamos. Pegados a las
pantallas como sino hubiera un mañana.
Nuestros niños y adultos están enchufados a internet, dejando poco tiempo para las interacciones cara a cara
(quiero decir sin pantallas de por medio). Lo cierto es que la introducción de la tecnología ni fue ni es el
problema. Durante generaciones, los niños y no tan niños crecieron con nuevos inventos como radios,
televisores, walkmans y la adaptación a los nuevos medios se dio de forma gradual y ciertamente lenta,
progresiva.
Ahora, con cada nueva ola de tecnología, su velocidad de expansion y su celeridad en escalabilidad, las
personas se empiezan a preocupan por los sacrificios que podrían desafiar la forma en que interpretamos
nuestra humanidad. Aunque llegados a este punto (nuevamente) no tenemos claro que tipo de civilización
deseamos. ¿O sí?
Lo que es singularmente diferente esta vez, en la irrupción de lo nuevo, sin embargo, es que estas novedades
van eliminando seriamente las oportunidades de interacción social crítica esencial para no perder uno de los
rasgos característicos de nuestra civilización.
Ya hemos entrado en un período en el que la tecnología está desplazando muchas oportunidades de
interacción social. Algunos podrían argumentar, con acierto, que las nuevas tecnologías han abierto una
ventana de comunicación a muchas personas que antes no podían hacerlo. Los avances en las tecnologías que
nos permiten tener una movilidad sin precedentes para trabajar y estudiar en cualquier lugar, viajar de forma
segura y mantenerse conectados socialmente, a pesar de las distancias, crear y comunicar de manera móvil,
han coincidido con una conexión con dispositivos que paradójicamente dividen nuestra atención entre las
interacciones a través de las pantallas y el cara a cara. Ya no sabemos distinguir si estamos más tiempo en el
online o en el offline y este delicado equilibrio se presenta como un desafío cada día.
Y observamos, simultáneamente, como las pantallas están conquistando nuestra atención, nuestro tiempo y
nuestra socialización. O mejor dicho, como dejamos que así sea.
El ser social ante el desafío de la sociopatía digital.
El ser social necesita re conectar con la esencia de lo humano ayudado por la tecnología. Y nuevamente surgen
las dudas acerca de nuestra esencia. ¿Qué es lo humano? ¿Acaso lo digital ya no es parte indivisible de nuestro
ser? No todo el tiempo conectado es tiempo perdido, ni mucho menos. La economía digital crece y cada vez
hay más gente que se gana la vida de una forma u otra gracias a Internet, y esto ha venido para quedarse. Al
igual que en el ámbito educativo y de la formación.
Seguramente el tiempo empleado en la red crezca más de lo imaginable en los proóximos años, y eso es señal
de que nuevas herramientas están disponibles para nuestra utilización.
Somos lo que sentimos y las relaciones nos definen
Queda en evidencia que la realidad digital tiene dos caras bien definidas. La cara más personal ve, incrédula,
como el universo social a su alrededor se resquebraja. La cara profesional tiene a un click de distancia, a una
pantalla de distancia, a miles de millones de personas necesitadas de consumir noticias, series, videos y fotos
de gente desconocida, jugar en línea con personas a las que sólo le conocen el apodo, y con predisposición
para pasar horas y horas conectados.
Las emociones son las que impulsan a comprar. Si la propuesta de valor de las marcas no evoca una respuesta
emocional del público objetivo, será extremadamente difícil para sus posibles clientes comprarle. Así es, si el
alma de la empresa (Branding) y la voz de la empres (marketing) no conectan emocionalmente, lo que están
causando es que los potenciales clientes se alejen de usted y de su marca. O pero aún, que la ignoren.
El poder del contenido emocional no debería ser una sorpresa. Después de todo, las emociones nos llevan a la
acción. Como consumidores, primero decidimos una compra basada en la emoción, y luego tratamos de
justificarla a través de los aspectos más racionales de nuestro cerebro. A corto, mediano y largo plazo, las
emociones son las que hacen que las personas prefieran unas marcas sobre otras, incluso si hay alternativas
genéricas disponibles.
Y no es que el marketing basado en la emoción es aplicable solo al marketing B2C y a los consumidores
individuales. Las personas de negocio a negocio también son seres de emoción. Las empresas son personas, los
clientes y las marcas son personas, y quienes no entiendas de personas no entenderán de negocios. De hecho,
muchas de las empresas B2B exitosas se centran en las emociones en su comercialización. Las marcas B2B
logran aproximadamente el doble de impacto con un público objetivo cuando apelan al valor personal del
comprador, incluido beneficios emocionales. Por ello el B2B exitoso es en realidad B2P.
El componente emocional está creciendo proporcionalmente al aumento de la tecnología en nuestra
vida. Conectar desde los sentimientos, ayudados por la tecnología, está resultando ciertamente eficaz.
La emoción no se puede automatizar, por ahora.
Las nuevas tecnologías, sin importar cuán fascinantes sean, no sobrevivirán sin una comprensión de cómo se
comportan las personas, cuáles son sus necesidades y cómo viven. La puerta para explorar enfoques creativos y
centrados en el ser humano para la resolución de problemas que impulsan la innovación y la adopción está
abierta. Dar forma a nuevas formas de pensar y comunicar está al alcance de todos. Juntos, y no solo desde el
marketing, podemos aprovechar mucho más y mejor la rica intersección de la psicología, la ciencia, la
tecnología, el arte y la cultura.
Tal vez ha llegado la hora de re pensar el equilibrio entre nuestra obsesión con lo digital y la interacción
humana cara a cara. En un mundo del siglo XXI, los niños y los adultos necesitarán ejercitar las habilidades
sociales que los preparen para el aprendizaje, el trabajo moderno, un futuro desconocido y prepararlos para
participar en la construcción del mañana. Las plataformas digitales son parte de nuestro día a día, pero deben
servir a los humanos en lugar de poner en riesgo nuestros instintos sociales básicos.
Las emociones están impactando a todas las empresas, a todos los negocios, a todas las organizaciones
políticas, a la economía. Y no existe un estándar confiable para comprender cómo se sienten las personas y por
qué se sienten así.
Las tecnologías a las que tenemos acceso representan avances asombrosos. Y no hay que entrar en pánico ante
ciertos síntomas de nuestra sociedad en relación a los avances, ya que la historia está plagada de ejemplos de
cómo la tecnología pasa por encima de los marcos sociales, económicos, culturales, legislativos, éticos y
políticos que necesitamos para hacer buen uso de ella. Nuestro colapso mental y emocional está directamente
conectado a la velocidad del cambio y a la profundidad del mismo. Así que seguimos tratando de comprender,
absorber y abrazar la tecnología, sin renunciar a sus progresos. El desafío que se nos plantea es comprender y
abrazar a las personas también. No debería preocuparnos ni siquiera obsesionarnos tanto nuestra relación con
la tecnología ya que tan solo está atravesando un bache, que en breve se ajustará, el desafío está en lo humano
de la relación.
❖ La justicia es la virtud moral que nos inclina a dar a cada cual lo que le pertenece como propio. Podemos
decir que es la capacidad de vivir en la verdad con el prójimo, por lo que es necesario que el hombre sea
sincero, ya que sólo siéndolo, puede ser realmente justo. También decimos que es la virtud que inclina a
reconocer y respetar los derechos del hombre y la mujer, en cuanto criatura racional, destinada por Dios a
participar por la eternidad de su amor. Las características de toda justicia: ✓ Ver en la persona los valores
espirituales y la relación de amor con Dios que lo une a los demás. ✓ Reconocer y respetar los derechos de las
personas que se fundan en ser creados a imagen de Dios. ✓ Dar a cada persona aquello que se le debe. ❖ En
los gobernantes la justicia es el elemento principal que ordena la legalidad del Estado, para buscar el bien
común. El medio con que se procura el bien común está en la promulgación de leyes justas y sabias y en un
poder ejecutivo capaz de darlas a conocer y de hacerlas cumplir. El Estado debe ponerse al servicio de las
personas y suplir cuanto en ellas haya de deficiente, en lo que se refiere a los valores religiosos, sociales y
culturales. ✓ En lo social, el Estado debe procurar que se conviertan en realidad los derechos, elevando el nivel
de vida a proporción del progreso humano. ✓ En lo cultural el Estado debe facilitar a la sociedad el acceso a la
cultura, poniendo a su alcance medios para el ejercicio de un oficio o carrera, para la constitución de un hogar
honesto y para intervenir en el manejo de la cosa pública de una manera eficiente. ✓ También debe impedir
todo lo malo, ya que el bien común exige que se prohíban y se castiguen aquellas violaciones de la ley natural o
lesiones de los derechos ajenos. ❖ Hay una tensión entre la perspectiva de la justicia divina y la humana. Para
la justicia humana, la persona es reemplazada por el Estado, el cual, a través de los impuestos y otros medios,
redistribuye la riqueza. Aquí no se da por amor, sino por temor a la pena impuesta, creando en casos,
resentimiento al ver que se les quita parte de sus ganancias. A nivel de justicia social, se opera bajo la
suposición de que la riqueza explota al pobre. La justicia humana ve al Estado como salvador, trayendo una
utopía a través de las políticas gubernamentales. ❖ La Biblia enseña que Dios, es un Dios de justicia, que se
interesa por la situación de los pobres y afligidos. En la mente de Jesús, hablar de justicia, es cuidar de aquellos
menos afortunados. La noción cristiana de justicia, es, en primer lugar, un compromiso individual, donde cada
cristiano es animado a hacer todo lo que pueda por ayudar a los más necesitados. Las bases para tal mandato
bíblico, se encuentra en el segundo de los principales mandamientos: "amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Para la justicia cristiana, la riqueza no es mala, pero hay una responsabilidad en su buena administración,
porque toda riqueza proviene de Dios y debe ser compartida. El enfoque centrado en Dios, ve a Jesucristo
como Salvador, trayendo el cielo a la tierra cuando Él regrese. Entonces restaurará todas las cosas y ejecutará
Su justicia perfecta. Hasta entonces, los cristianos expresamos el amor de Dios y Su justicia, al mostrar bondad
y misericordia para con los menos afortunados y trabajando porque este mundo sea más justo

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