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Profesor: Alfredo Sáenz Chamorro

Curso: Seminario de Identidad Costarricense

Tema: “Algunas notas sobre la identidad y la gestión sociocultural”

Autor: Ricardo Martínez Ramírez

Estudiante: Ruth Burgos Zúñiga

COMENTARIO

En el artículo Algunas notas sobre la identidad y la gestión sociocultural, el autor


relata parte de sus experiencias como gestor cultural en la Dirección de Cultura del
Ministerio de Cultura y Juventud, a propósito de su trabajo con comunidades. En primera
instancia, Ricardo Martínez se refiere a la metodología del trabajo de campo: “Trabajo
Cultural, Organizado y Participativo”, impulsado por alguno(a)s de los gestores del MCJ,
con el objetivo de promover que el cambio de la realidad comunal esté a cargo de sus
propios miembros.

En este sentido, el papel de las y los gestores culturales es acompañar a los


miembros de las comunidades, para que conozcan sus identidades, su contexto y lleven
a cabo los cambios necesarios en sus condiciones de vida. Es decir, que desde las
experiencias de sus pobladores, se reconozcan las problemáticas locales, y se pongan en
marcha iniciativas participativas, en aras de revertir situaciones adversas y exista la
posibilidad de generar alternativas de crecimiento socioeconómico y empoderamiento
ciudadano.

Para alcanzar tales objetivos, Martínez sugiere que dicha metodología se inspira en
el principio tórico de la antropología, la dialéctica: emic y etic, donde el primer concepto
remite a la perspectiva local de las y los integrantes de las comunidades, la cual es
acopiada, dilucidada e instrumentalizada, desde la mirada del segundo concepto; es
decir, el gestor(a) cultural como agente externo. Este encuentro e interacción de lo “emic”
y lo “etic”, es el objetivo de los talleres y demás actividades de campo, impulsadas desde
la Dirección de Cultura del MCJ. Esta interacción permite que el agente externo promueva
la participación directa de los individuos, primero desde una lectura crítica de su realidad
y luego, en los procesos de cambio.

Sin embargo, Martínez advierte sobre ciertas problemáticas que debe contrarrestar
la gestión sociocultural en comunidades costarricenses, al enfrentarse con las
identidades. En primer lugar, es necesario que las y los gestores socioculturales, tomen
distancia de nociones históricas erradas, como el imaginario de la “Democracia rural”,
que omite las conflictividades étnicas y socioeconómicas, manifiestas desde el periodo
colonial, que sustentan el ideal de las y los “igualiticos”. Asimismo, señala la necesidad
por evidenciar el papel del consumo de masas, que caracteriza los procesos de
Globalización de la cultura. Finalmente, se invita a reconsiderar el valor de “lo culto”, que
tradicionalmente se ejemplifica mediante la dicotomía: Civilización vs. Barbarie.

Martínez considera que, mediante la atención de las tres variables expuestas, es


posible que la gestión sociocultural costarricenses, repercuta en las comunidades. Costa
Rica debe considerarse un país pluricultural, metalingüístico y multiétnico; en esa
complejidad cada parte tiene un valor propio e integrado dentro de la historia del país.
De esta manera, es imperativo que la gestión sociocultural que impulsa la Dirección de
Cultura del MCJ, se desprenda de las nociones “etnocéntricas” que descalifican e
imposibilitan el empoderamiento ciudadano en las comunidades. Es necesario, entonces,
poner en valor las identidades locales.

En torno a la tensión entre identidades locales y hegemónicas, Martínez establece


la distinción entre “Promoción” y “Gestión” sociocultural. El primer concepto, se refiere a
la imposición de criterios externos en las culturas locales, por ejemplo, se menciona el
empleo de pinturas comerciales en la ejecución de artesanías tradicionales aborígenes.
Mientras tanto, el segundo criterio es descrito como: un proceso construido de forma
democrática, mediante la acción de agentes facilitadores que recurren a un conjunto de
herramientas y métodos asociados a la planificación, con el propósito de generar la
participación activa de los miembros de una comunidad, en la definición, ejecución y
apropiación de proyectos de promoción de la creatividad y puesta en valor del
patrimonio cultural, en consonancia con las necesidades y requerimientos particulares
del desarrollo integral de su propio territorio.

A manera de conclusión, esta lectura de Ricardo Martínez Ramírez, nos invita las y
los estudiantes del curso: Seminario de Identidad Costarricense, a reflexionar sobre la
coexistencia de múltiples identidades socioculturales en el país, resultantes de múltiples
procesos históricos y culturales. Esta noción de pluralidad, contradice muchos de los
mitos o nociones imprecisas que se nos han impuesto a las y los costarricenses, en torno
a las representaciones de la identidad nacional, difundidas en los sistemas formales
educativos y los medios de comunicación. Dicha diversidad demanda de mucha apertura
y tolerancia, en pos de su visibilzación y empoderamiento, mediante las iniciativas
locales, con el acompañamiento de la tutela institucional.

Francisco Amighetti (1948). Revolución del 48 [la agricultura]: MAC.

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