Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen:
El objetivo del estudio era examinar los efectos de un programa integral de
rehabilitación neuropsicológica (Intensive Neuro Rehabilitation, INR) sobre las
consecuencias emocionales y conductuales de la lesión cerebral adquirida (LCA).
Los participantes fueron 75 pacientes adultos que sufrían LCA (33 lesiones
cerebrales traumáticas, 14 accidentes cerebrovasculares, 10 tumores, 6 hipoxia,
12 otros), todos ellos admitidos en el programa de tratamiento de INR. Las
principales medidas de resultado fueron: bienestar psicológico general, depresión,
ansiedad y calidad de vida. El estudio fue un ensayo controlado de lista de espera
no cegada. Durante el periodo de la lista de espera no se proporcionó ninguna
atención o atención mínima. El análisis multivariante de las principales medias de
resultados mostró grandes tamaños del efecto para el bienestar psicológico, la
depresión, la ansiedad y la y un tamaño moderado para el efecto de calidad de
vida. Los cambios en las pruebas neuropsicológicas no difirieron en los grupos.
Introducción:
Las consecuencias de la lesión cerebral adquirida LCA son múltiples, con
disfunciones cognitivas y emocionales, y cambios de comportamiento que
persisten en la fase crónica. La rehabilitación neuropsicológica se ocupa
principalmente de estas secuelas “invisibles”. Con el objetivo de ayudar a los
supervivientes de una lesión cerebral adquirida a minimizar estas consecuencias,
Además, la rehabilitación Neuropsicológica puede centrarse en ayudarles a
afrontar los cambios de manera constructiva para un funcionamiento optimo en los
ámbitos personal, interpersonal y vocacional.
En la fase aguda, durante la cual tiene lugar la mayor parte de la recuperación
espontanea, los esfuerzos de la rehabilitación se dirigen principalmente a la
restauración de la función. En cambio, en las fases posteriores, el tratamiento
suele centrarse en la optimización de la función mediante el entrenamiento de
estrategias compensatorias. Esto se aplica especialmente a las funciones
cognitivas y al comportamiento interpersonal.
Las consecuencias primarias de las lesiones cerebrales suelen dar lugar a
cambios secundarios que pueden ser perjudiciales para el funcionamiento de la
persona. Por ejemplo, la inseguridad resultante de las deficiencias cognitivas y las
consiguientes experiencias de fracaso pueden conducir a la evitación y la
ansiedad, lo que lleva a una mayor discapacidad en el funcionamiento diario,
social y vocacional. La depresión y la ansiedad son comunes en los supervivientes
de lesiones cerebrales (Anson & Ponsford, 2006; Gould, Pons- ford, Johnston, &
Schönberger, 2011; Koponen et al, 2002). La rehabilitación neuropsicológica tiene
como objetivo tratar las consecuencias primarias y secundarias de las lesiones
cerebrales, mejorando las habilidades cognitivas y abordando los problemas
emocionales y de comportamiento.
La rehabilitación neuropsicológica integral u holística ofrece un tratamiento en
grupo combinado con sesiones de terapia individual en un entorno de aprendizaje
terapéutico. Normalmente, estos programas se centran en aspectos
metacognitivos como el aumento de la conciencia de los problemas cognitivos,
emocionales e interpersonales del individuo. Se supone que la aceptación de
estos cambios sólo puede tener lugar cuando el paciente es consciente de sus
propias dificultades individuales relacionadas con la lesión. Del mismo modo, ser
consciente de los déficits cognitivos es un requisito previo para el uso óptimo de
las estrategias compensatorias, que son herramientas importantes para aliviar la
carga de estos déficits. Se cree que un entorno controlado de terapia de grupo es
el método ideal para aprender sobre los propios problemas emocionales e
interpersonales o de comportamiento, ya que los pacientes pueden reflejar el
comportamiento de los demás y proporcionar una retroalimentación directa. Los
programas neuropsicológicos integrales tienen como objetivo una mejor
integración en la comunidad y permitir a los pacientes llevar una existencia
satisfactoria a pesar de sus limitaciones.
En su reciente revisión actualizada de la rehabilitación cognitiva basada en la
evidencia, Cicerone et al. (2011) concluyen que "la rehabilitación neuropsicológica
holística integral puede mejorar la integración en la comunidad, la independencia
funcional y la productividad, incluso para los pacientes que han pasado muchos
años después de la lesión" (p. 526), lo que lleva a su recomendación de
proporcionar una rehabilitación neuropsicológica holística integral post-aguda
como "estándar de práctica" para la reducción de la discapacidad cognitiva y
funcional después de una lesión cerebral traumática moderada o grave. Sin
embargo, esta revisión también destaca la escasez de estudios
metodológicamente sólidos (es decir, aleatorios y controlados) de estos programas
holísticos.
Se llevó a cabo un ensayo controlado en lista de espera no ciega para evaluar los
efectos de la rehabilitación neuropsicológica holística integral en el bienestar
psicológico y emocional general y en la calidad de vida.
Los pacientes remitidos al programa fueron seleccionados para su inscripción
mediante una entrevista semiestructurada con uno o dos neuropsicólogos y un
fisiatra. Los criterios de inscripción fueron (1) haber sufrido una lesión cerebral de
naturaleza no progresiva (por ejemplo, una lesión cerebral traumática, un
accidente cerebrovascular, un tumor cerebral, una infección) al menos 12 meses
antes, documentada por los registros médicos/quirúrgicos y/o por imágenes
cerebrales (por ejemplo, una tomografía o una resonancia magnética);
(2) que experimenten una combinación de problemas en el funcionamiento social,
conductual, emocional y/o vocacional; (3) que tengan entre 18 y 65 años de edad;
y (4) que demuestren suficiente conciencia de las consecuencias psicosociales de
su lesión cerebral para estar intrínsecamente motivados para este programa de
tratamiento intensivo.
Los criterios de exclusión fueron una enfermedad neurológica progresiva;
deficiencias lingüísticas graves que interfirieran en la comunicación; trastornos
conductuales graves, por ejemplo, agresividad o desinhibición o impulsividad
extremas, que interfirieran en el funcionamiento en grupo; trastornos psiquiátricos;
proficiencia insuficiente del idioma neerlandés; y abuso de sustancias.
Asignación:
Se incluyeron 33 pacientes en el grupo de control y 42 en el grupo experimental.
La asignación a uno u otro grupo dependía del momento de la derivación: los
pacientes derivados con un mínimo de tres meses y medio de antelación al inicio
del siguiente programa debían participar en el grupo de control. Los pacientes
remitidos más cerca de la fecha prevista de inicio del grupo de tratamiento en el
que iban a participar se incluyeron en el grupo experimental.
Los dos grupos no diferían al inicio en cuanto a la edad, el sexo, la educación, el
coeficiente intelectual prematuro estimado, el tipo de lesión o el tiempo
transcurrido desde la lesión (Tabla 1). El nivel de educación se clasificó según el
sistema de clasificación internacional estándar de la UNESCO (ISCED) (Instituto
de Estadística de la UNESCO, 1997).
La muestra estaba formada predominantemente por hombres y mujeres
caucásicos, con la excepción de dos participantes masculinos holandeses de
origen caribeño. Como es habitual en la población con LCA, se incluyeron más
hombres que mujeres.
El tipo de lesión fue heterogéneo. La lesión cerebral traumática fue la más común.
La categoría "otros" incluía diversos diagnósticos, como cirugía de epilepsia,
inflamación cerebral e intoxicación. Tres de los pacientes de esta categoría (uno
en el experimental, dos en el grupo de control) habían sufrido más de una lesión
cerebral, por ejemplo, meningitis a una edad temprana y epilepsia por la que
fueron operados de adultos. Como es de esperar, la gravedad de las lesiones
también fue muy heterogénea. Los indicadores de gravedad, como la duración del
coma o la puntuación de la Escala de Coma de Glasgow, a menudo no estaban
disponibles, especialmente en los archivos de los participantes cuya lesión se
produjo muchos años antes. En algunos casos, no había habido pérdida de
conciencia (por ejemplo, en los pacientes con lesiones cerebrales.
La gravedad de la lesión no se incluyó como variable.
El nivel de discapacidad variaba mucho, como puede deducirse de los resultados
neuropsicológicos agrupados que se muestran en la tabla 2, pero no difería entre
los dos grupos. Todos los pacientes vivían de forma más o menos independiente,
y algunos recibían atención en forma de apoyo comunitario (por ejemplo, ayuda en
las tareas domésticas y/o administrativas). La mayoría de los pacientes estaban
desempleados o recibían un pago por discapacidad; una minoría trabajaba a
tiempo parcial, a menudo en un entorno protegido o especializado.
Medidas
Las medidas de resultado primarias fueron el bienestar psicológico general, la
depresión, la ansiedad y la calidad de vida. Todos los cuestionarios utilizados
tienen propiedades psicométricas entre adecuadas y buenas.
Se utilizaron pruebas neuropsicológicas para describir el estado cognitivo de la
muestra. Aparte de los efectos de repetición o aprendizaje, no se esperaban
cambios en estas pruebas, ya que todos los sujetos estaban neurológicamente
estancados.
Bienestar psicológico
El bienestar psicológico se midió mediante la versión holandesa del Symptom
Check- list-90 (SCL-90; Arrindell & Ettema, 2003; Derogatis, 1977). Esta escala de
90 preguntas abarca ocho dominios de psicopatología que se suman en una
puntuación global denominada "psico-neuroticismo", que refleja el grado de
malestar psicológico del individuo. Esta puntuación total es un indicador global del
bienestar emocional. Las puntuaciones globales y de subescala más altas indican
más psicopatología y mayor malestar. El SCL-90 se considera un instrumento
excelente para evaluar el resultado del tratamiento (Arrindell & Ettema, 2003).
Depresión y ansiedad
Se utilizó el Inventario de Depresión de Beck II (BDI-II; Beck, Steer y Brown, 1996)
se utilizó para investigar los síntomas de la depresión. La versión holandesa de la
Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS; Zigmond & Snaith, 1983) se
utilizó como indicador tanto de la depresión como de la ansiedad. La disposición a
la ansiedad se investigó mediante la versión de rasgos del Zelf-Beoordelings
Vragenlijst (ZBV; Van der Ploeg, Defares, & Spielberger, 1979), que es una
versión holandesa del Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo de Spielberger (STAI-
forma Y; Spielberger, Gorsuch, Lushene, Vagg, & Jacobs, 1983).
Calidad de vida
La calidad de vida se investigó con un cuestionario dirigido específicamente a las
personas que sufren lesiones cerebrales: Calidad de vida en las lesiones
cerebrales (QOLIBRI; Von Steinbüchel, Petersen, Bullinger, & the QOLIBRI Task
Force, 2005). El QOLIBRI consta de dos escalas. La primera escala examina la
satisfacción percibida con diferentes áreas de la vida (capacidad de pensar;
sentimientos e imagen de sí mismo; funcionamiento independiente en la vida
diaria; relaciones sociales). La segunda escala examina la carga percibida (de las
emociones; de los impedimentos y problemas; de los problemas físicos). Las
puntuaciones se convierten en una escala de 1 a 100. Las puntuaciones totales
más altas representan una mejor calidad de vida global relacionada con la salud.
La fiabilidad de la prueba y la consistencia interna son buenas (rtt = 0,78- 0,85 y α
= 0,75- 0,89, respectivamente), y siguen siéndolo en pacientes con bajo
funcionamiento cognitivo (Von Steinbüchel et al, 2010).
Pruebas neuropsicológicas
La evaluación neuropsicológica consistió en dominios y pruebas que se describen
a continuación.
Inteligencia premórbida.
La inteligencia premórbida se estimó con la versión holandesa del Test Nacional
de Lectura para Adultos (NART; Nelson & Willison, 1991): la prueba holandesa de
lectura para adultos (DART; Nederlandse Leestest voor Volwassenen; Schmand,
Lindeboom, & van Harskamp, 1992).
Conclusión:
El presente estudio demuestra los sólidos efectos de una rehabilitación
neuropsicológica integral y holística sobre el bienestar psicológico general, la
depresión, la ansiedad y la calidad de vida. Los pacientes que se han enfrentado a
las consecuencias psicosociales perjudiciales de su lesión cerebral fueron
capaces de obtener ganancias significativas.
Agradecimientos
Los autores desean agradecer a Anne Rienstra, Astrid Beerlage, Rick Horst,
Arwen Pel, Marijn Luijpen y José de Vries su ayuda en la recogida de datos.
Declaración de divulgación
Los autores no informaron de ningún posible conflicto de interés.
Referencias
Anson, K., & Ponsford, J. (2006). Coping and emotional adjustment following
traumatic brain injury.
Revista de Rehabilitación de Traumatismos Craneales,21 (3), 248-259.
Arrindell, W. A., & Ettema, J. H. M. (2003). SCL-90. Symptom checklist.
Handleiding bij een multidimensionele psychopathologie-indicator. Lisse: Swets
Test Publishers.
Beck, A. T., Steer, R. A., & Brown, G. K. (1996). Beck Depression Inventory (2ª
ed.). San Antonio, TX: The Psychological Corporation.
Brickenkamp, R., & Oosterveld, P. (2011). D2 Aandachts- en concentratietest.
Amsterdam: Hogrefe Uitgevers.
Christensen, A. L. (1992). Outpatient management and oucome in relation to work
in traumatic brain injury patients. Scandinavian Journal of Rehabilitation Medicine,5
, 155-168.
Cicerone, K. D., Langenbahn, D. M., Braden, C., Malec, J. F., Kalmar, K., Fraas,
M., ... Ashman, T. (2011). Rehabilitación cognitiva basada en la evidencia:
Updated review of the literature from 2003 through 2008. Archives of Physical
Medicine and Rehabilitation,92 , 519-530.
Cicerone, K. D., Mott, T., Azulay, J., & Friel, J. C. (2004). La integración en la
comunidad y la satisfacción con el funcionamiento después de la rehabilitación
cognitiva intensiva para la lesión cerebral traumática. Archives of Physical
Medicine and Rehabilitation,85 , 943-950.
Cicerone, K. D., Mott, T., Azulay, J., Sharlow-Galella, M. A., Ellmo, W. J., Paradise,
S., & Friel, J. C. (2008). A randomized controlled trial of holistic neuropsychologic
rehabilitation after traumatic brain injury. Archives of Physical Medicine and
Rehabilitation,89 , 2239-2249.
Derogatis, L. R. (1977). The SCL-90 manual I: Scoring, administration and
procedures for the SCL-90.
Baltimore, MD: Johns Hopkins University School of Medicine, Clinical
Psychometrics Unit.
Geurtsen, G. J., Van Heugten, C. M., Martina, J. D., & Geurts, A. C. H. (2010).
Comprehensive rehabilitation programmes in the chronic phase after severe brain
injury: A systematic review. Revista de Medicina de Rehabilitación,42 , 97-110.
Gould, K. R., Ponsford, J. L., Johnston, L., & Schönberger, M. (2011). The nature,
frequency, and course of psychiatric disorders in the first year after traumatic brain
injury: A prospective study. Psychological Medicine, 412099-2109.
Hashimoto, K., Okamoto, T., Watanabe, S., & Ohashi, M. (2006). Effectiveness of
a comprehensive day treatment program for rehabilitation of patients with acquired
brain injury in Japan. Revista de Medicina de Rehabilitación,38 , 20-25.
CINE. (1997). Clasificación Internacional Normalizada de la Educación. Montreal:
Instituto de Estadística de la UNESCO. Kirsch, I., Deacon, B. J., Huedo-Medina, T.
B., Scoboria, A., Moore, T. J., & Johnson, B. T. (2008). Initial severity and
antidepressant benefits: A meta-analysis of data submitted to the food and drug
administration.
PloS Medicine,5 (2), 0260-0268.
Koponen, S., Taiminen, T., Portin, R., Himanen, L., Isoniemi, H., Heinonen, H., ...
Tenovuo, O. (2002). Axis I and II psychiatric disorders after traumatic brain injury:
Un estudio de seguimiento de 30 años. American Journal of Psychiatry,159 , 1315-
1321.
Luteijn, F., & Van der Ploeg, F. A. E. (1983). Groninger Intelligentie Test. Lisse:
Swets & Zeitlinger Test Publishers.
Malec, J. F. (2001). Impacto del tratamiento diurno integral en la participación
social de las personas con lesión cerebral adquirida. Archivos de Medicina Física y
Rehabilitación,82 , 885-895.
Nelson, H. E., y Willison, J. (1991). Prueba Nacional de Lectura para Adultos
(NART). Test manual (2nd ed). London: NFER- Nelson.
Rattok, J., Ben-Yishay, Y., Ezrachi, O., Lakin, P., Piasetsky, E., Ross, B., ... Diller,
L. (1992). Outcome of differ- ent treatment mixes in a multidimensional
neuropsychological rehabilitation program. Neuropsicología,6 (4), 395-415.
Reitan, R. M., y Wolfson, D. (1985). The Halstead-Reitan neuropsychological test
battery: Theory and interpretation. Tucson, AR: Neuropsychology Press.
Ruff, R. M., & Niemann, H. (1990). Rehabilitación cognitiva versus tratamiento
diurno en adultos con lesiones craneales: ¿Existe un impacto en el ajuste
emocional y psicosocial? Brain Injury,4 (4), 339-347.
Saan, R. J., & Deelman, B. G. (1986). De 15-Woorden Test A en B [Test de 15
palabras A y B]. Groningen: Publicación interna Centro Médico Universitario de
Groningen, Países Bajos.
Salazar, A. M., Warden, D. L., Schwab, K., Spector, J., Braveman, S., Walter, J., ...
Ellenbogen, R. G. (2000). Cognitive rehabilitation for traumatic brain injury: A
randomized trial. Journal of the Americal Medical Association,283 (23), 3075-81.
Sarajuuri, J. M., Kaipio, M. J., Koskinen, S. K., Niemelä, M. R., Servo, A. R., &
Vilkki, J. S. (2005). Outcome of a comprehensive neurorehabilitation program for
patients with traumatic brain injury. Archives of Physical Medicine and
Rehabilitation,86 , 2296-2302.
Schmand, B., Houx, P., & de Koning, I. (2012). Normen van psychologische tests
voor gebruik in de klinische neuropsychologie. Nederlands Instituut van
Psychologen, sectie Neuropsychologie. Extraído de
http://www.psynip.nl/website/sectoren-en-secties/sector-
gezondheidszorg/neuropsychologie
Schmand, B., Lindeboom, J., & van Harskamp, F. (1992). De Nederlandse
Leestest voor Volwassenen.
Manipulación. Lisse: Swets & Zeitlinger Test Publishers.
Spielberger, C. D., Gorsuch, R. L., Lushene, R., Vagg, P. R., & Jacobs, G. A.
(1983). Manual for the State-Trait Anxiety Inventory (Form Y). Palo Alto, CA:
Consulting Psychologists Press.
Stroop, J. R. (1935). Estudios de interferencia en reacciones verbales seriadas.
Journal of Experimental Psychology,18 , 643-662.
Turner, E. H., Matthews, A. M., Linardatos, E., Tell, R. A., & Rosenthal, R. (2008).
Selective publication of antidepressant trials and its influence on apparent efficacy.
New England Journal of Medicine, 358, 252-260.
Undurraga, J., & Baldessarini, R. J. (2012). Randomized, placebo-controlled trials
of antidepressants for acute major depression: Thirty-year meta-analytic review.
Neuropharmacology,37 , 851-864.
Van Balen, H. G. G., & Groot Zwaaftink, A. J. M. (1993). Prueba de memoria
conductual de Rivermead. Nederlandse bewerking. Lisse: Swets & Zeitlinger Test
Publishers.
Van der Ploeg, H. M., Defares, P. B., & Spielberger, C. D. (1979). Zelf-
Beoordelings Vragenlijst. STAI-versie DY-I en versie DY-2. Lisse: Swets &
Zeitlinger Test Publishers.
Vanderploeg, R. D., Schwab, K., Walker, W. C., Fraser, J. A., Sigford, B. J., Date,
E. S., y Defense and Veterans Brain Injury Center Study Group. (2008).
Rehabilitación de la lesión cerebral traumática en el personal militar en servicio
activo y los veteranos: Defense and Veterans Brain Injury Center randomized
controlled trial of two rehabilitation approaches. Archives of Physical Medicine and
Rehabilitation,89 , 2227-2238.
Von Steinbüchel, N., Petersen, C., Bullinger, M., & the QOLIBRI Task Force.
(2005). Evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud en personas
después de una lesión cerebral traumática: Development of the QOLIBRI. Acta
Neurchirurgica,93 , 43-49.
Von Steinbüchel, N., Wilson, L., Gibbons, H., Hawthorne, G., Höfer, S., Schmidt,
S., ... the QOLIBRI Task Force. (2010). Calidad de vida después de una lesión
cerebral (QOLIBRI): Scale development and metric properties. Journal of
Neurotrauma,27 , 1167-1185.
Wechsler, D. (1997). Wechsler Adult Intelligence Scale (3ª ed). San Antonio, TX:
The Psychological Corporation.
Wechsler, D. (2000). Wechsler Adult Intelligence Scale - WAIS-III Nederlandstalige
bewerking. Technische handleiding. Lisse: Swets & Zeitlinger Test Publishers.
Wilson, B., Cockburn, J., & Baddeley, A. (1989). The development and validation
of a test battery for detecting and monitoring everyday memory problems. Journal
of Clinical and Experimental Neuropsychology,11 (6), 855-870.
Zigmond, A. S., & Snaith, R. P. (1983). The hospital anxiety and depression scale.
Acta Psychiatrica Scandinavica,67 (6), 361-370.