Está en la página 1de 1

SAN FRANCISCO DE ASIS, TEPITO

Al ser bautizados somos injertados en el espíritu de creaturas nuevas en Cristo y dentro de un


mundo y comunidad concretos. No nacemos del agua y del Espíritu para nosotros mismos nada
más, sino que tenemos una dimensión y trascendencia comunitaria.

"El Bautismo es el sacramento de la fe. Pero la fe tiene necesidad de una comunidad de creyentes.
Sólo en la fe de la Iglesia puede creer cada uno de los fieles. La fe que se requiere para el
Bautismo no es una fe perfecta y madura sino un comienzo que está llamado a desarrollarse" (CIC
1 253). "En todos los bautizados la fe debe crecer después del Bautismo" (CIC 1254).
"Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres" (CIC
1255). Ellos son los primeros y principales responsables de "formar a sus hijos en la fe y en la
práctica de la vida cristiana. mediante la palabra y el ejemplo" (CDC 774.2), y es tarea de ambos
"alimentar la vida que Dios les ha confiado" (dc 1 25 1), en este sentido se podría decir que la
celebración del Bautismo tiene una dimensión marcadamente familiar y es que la familia es la
comunidad privilegiada para la transmisión y la educación de la fe (ver CT 62 ).
Los papás deben facilitar el "despertar religioso" de sus hijos, iniciarlos en la oración personal y
comunitaria, educarlos en la conciencia moral, acompañarlos en el desarrollo del sentido del amor
humano, del trabajo, de la convivencia y del compromiso en el mundo, dentro de una perspectiva
cristiana. Los papás más que transmitir contenidos, introducen a sus hijos, y en especial a los más
pequeños, en un ambiente de vida propio de una familia cristiana.
Lamentablemente, en nuestro ambiente, muchos padres de familia piden el Bautismo para sus
hijos sólo por tradición, porque se acostumbra, pero no por una decisión de seguir a Jesucristo en
sus vidas.

"En la medida de lo posible. a quien va a recibir el Bautismo se le ha de dar un padrino, cuya


función es juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que
después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones
inherentes al mismo" (CDC 872).
El padrino o madrina comparten responsablemente con los papás todos los compromisos y
exigencias que del Bautismo surgen (ver CDC 774.2). especialmente son invitados a preocuparse,
junto con los papás. por la educación cristiana de su ahijado. Pueden verse obligados, en ciertos
casos, a reemplazar a los papás en esta tarea. Ocupan un lugar importante en el espíritu y
ambiente familiar. Su presencia testimonia el lugar que ha de ocupar en la celebración del
sacramento del Bautismo. por encima de los papás. La comunidad cristiana de la que el nuevo
bautizado entra oficialmente a formar parte y que va más allá de la propia familia. "Deben ser
creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado en su camino de la vida
cristiana. Su tarea es una verdadera función eclesial." (CIC 1255).
Tristemente los padrinos o madrinas han perdido mucho del sentido de ser representantes de la
comunidad cristiana que garantizan, junto con los papás, la educación e iniciación progresiva del
nuevo bautizado en la vivencia de la fe dentro de la comunidad eclesial. Con frecuencia notamos
que se da más importancia al "compadre" o la "comadre" por las relaciones, apoyo económico o
influencia, que al mismo ahijado en la tarea de educarlo cristianamente.

Oración:

" Señor, te damos gracias porque podemos decirte: este es nuestro hijo, fruto a la vez de
tu vida y nuestra vida, de tu amor creador y nuestro amor de padres. Nos llenaste de
alegría cuando supimos que llegaba, le hemos querido antes de conocerlo y lo hemos
vivido desde que le sentimos vivo. Dale ahora, Señor, vida abundante: que crezca sano,
que su cuerpo se desarrolle con el vigor de la buena naturaleza; y que, desde la gratuidad
de lo que le das, sepa estimar y proteger siempre a los más débiles. Amén.".

También podría gustarte