Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
Esta inserción, que estaba fuera del proyecto de ley original, implicó un
debate parlamentario menor respecto al delito en estudio, una propuesta de
tipificar el abuso sexual agravado, restringido a la introducción de objetos de
cualquier índole por vías vaginal y anal. Luego de aprobado por la Cámara,
pasó a similar Comisión del Senado donde se propuso agregar como medio
comisivo la utilización de animales y ampliar las vías de acceso, incluyendo la
bucal, terminando de esta forma en una comisión mixta, desde donde emerge
el texto definitivo del actual artículo 365 bis del Código Penal, lo anterior con
una discusión que estimamos no fue estudiada con la profundidad necesaria
dada la importancia y repercusiones prácticas posteriores del tipo penal, en
especial respecto al sentido, concepto o alcance del término “objeto” como
medio comisivo, lo que conllevaría las consecuencias que durante el desarrollo
de nuestro portafolio iremos develando. El cómo este término, que estimamos
poco claro o impreciso, lleva a los operadores jurídicos a plantearse diversos
caminos a fin de sobrellevar esta confusión lingüística, fruto de una deficiente
técnica legislativa, sin un marco político-criminal que se haya basado en datos
empíricos precisos que tendieran a solucionar al cual se buscaba poner término
con este tipo penal, lo anterior, sin contar como indicamos con un estudio
profundo respecto a su implementación como delito y las implicancias de su
aplicación práctica, en especial a nivel de la judicatura, todo lo cual, a nuestro
parecer, trasladó una presión política criminal a los tribunales, quienes no son
los órganos llamados a resolver el conflicto social que yace en la falta de
claridad y precisión del medio típico en comento, debiendo ser el legislador
quien de forma precisa debió haber consignado como modalidad comisiva la
introducción de miembros corporales en la cavidades indicadas en el tipo.
COMENTARIO DE SENTENCIA Nº 1
1
Historia de la Ley Nº 19.927. Modifica el Código Penal, el Código de Procedimiento Penal y el
Código Procesal Penal en materia de delitos de pornografía infantil. 14 de enero de 2004.
Disponible en: HLD_5733_37a6259cc0c1dae299a7866489dff0bd.pdf (bcn.cl) p. 111
acudiendo a la interpretación literal de la palabra “objeto”, señalando que ésta
dice relación entre otras acepciones, a una cosa, y que el ordenamiento jurídico
nacional tiende a hablar en el derecho sobre cosas por ejemplo en el artículo
577 del Código Civil y concluye que desde el ámbito privado el derecho hace
diferencias claras entre cosas y personas. En razón de lo anterior, señala, que
desde el punto de vista sistemático la unidad del ordenamiento jurídico exige
que los conceptos definidos sean utilizados en un mismo sentido en todo el
sistema normativo, ya que sólo así se tendría certeza y seguridad jurídica;
luego, si se sostiene la interpretación que un dedo es un objeto, aparece una
clara contradicción sistemática, concluyendo que la unidad del ordenamiento
jurídico no puede aceptar este tipo de antinomia, ya que se puede ver
vulnerado el principio de legalidad al realizar una interpretación del tipo penal
de la forma indicada por el voto de mayoría, al asimilar un objeto a una parte
del cuerpo, degradando además, la esencia del ser humano como persona,
rebajándolo al nivel de cosa. Concluyendo que los hechos deben ser
calificados como un delito de abuso sexual del artículo 366 bis del Código
Penal.
Por otra parte, los profesores Jean Pierre Matus y María Cecilia
Ramírez, nos indican: “Sin embargo, a nuestro juicio, por una parte, dicha
interpretación degrada la esencia del ser humano como sujeto, distinguible a
todo nivel de las cosas del mundo y es contradictoria a la jurisprudencia que
estima incompatible con el sentido natural y obvio de las palabras entender las
partes del cuerpo humano como objetos” 6. Posición clarificadora, en torno a
considerar toda interpretación que incluya en el concepto “objeto de cualquier
2
BULLEMORE G. Vivian R; MACKINNON R. JOHN R. (2021) Curso de Derecho Penal. Parte
Especial. 5ª ed. Santiago de Chile: Ediciones Jurídicas de Santiago. Tomo III, 417 pp., pp. 231-
232.
3
BALMACEDA HOYOS, Gustavo (2014) Manual de Derecho Penal. Parte Especial. Santiago de
Chile: Editorial Librotecnia, 731 pp., p. 231.
4
POLITOFF L., Sergio; MATUS ACUÑA, Jean Pierre; RAMÍREZ G., María Cecilia (2004) Lecciones
de Derecho Penal Chileno. Parte Especial. 2ª ed. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.
689 pp., pp. 271-272.
5
RODRÍGUEZ COLLAO, Luis (2018) Delitos Sexuales. 2ª ed. Santiago de Chile: Editorial Jurídica
de Chile, 458 pp., pp. 283-290.
6
MATUS ACUÑA, Jean Pierre; RAMÍREZ GUZMÁN, María Cecilia (2021) Manual de Derecho Penal
Chileno. Parte Especial. 4ª ed. Valencia: Editorial Tirant Lo Blanch, 699 pp., p. 214.
índole” a partes del cuerpo humano contrario a la dignidad humana, por
constituir el hombre un ser transcendente, superior y no reducible a cosas u
objetos.
7
AGUILAR ARANELA, Cristian (2015) Delitos Sexuales. Tráfico ilícito de migrantes y trata de
personas con fines de prostitución y explotación. Grooming. Doctrina y Jurisprudencia. 3ª ed.
ampliada y actualizada. Santiago de Chile: Editorial Metropolitana, 282 pp., pp. 120-121.
8
GUZMÁN DÁLBORA, José Luis (2016) “Evaluación y Racionalización de la reforma de los delitos
contra la libertad sexual”, Revista de Ciencias Sociales Universidad de Valparaíso. Número 68,
pp.105-136, pp. 118,119.
Nuestra postura, como avanzamos, es contraria a entender comprendido
dentro del término “objeto de cualquier índole” como modalidad típica del art.
365 del CP a las partes del cuerpo humano o miembros corporales,
principalmente porque equiparar al ser humano o partes de éste a objetos o
cosas, atenta contra su dignidad, como ser trascendente, predestinado a
constituir un fin en sí mismo, y no un medio o instrumento para fines estatales,
en este caso penales, en el ejercicio del ius puniendi. Para lo anterior,
entendemos que la voz “objeto”, como indica el profesor Rodríguez Collao, se
debe circunscribir a las cosas del mundo adyacente, concibiendo también que
las partes del cuerpo humano no son objeto o cosas ni en el lenguaje cotidiano,
ni jurídico. En términos del art.20 del CC. que expresa que “Las palabras de la
ley se entenderán en sentido natural y obvio, según el uso general de las
mismas palabras”, opinamos que el sentido y el uso general que se le da en
nuestra comunidad al término “objeto” es sinónimo de “cosa”, en cambio el ser
humano o partes de su cuerpo se conciben como un todo. Así, el recurrir, como
en este caso, a la historia fidedigna de la ley o a otros fallos de similar
razonamiento, o estimar ampliatorio la frase “de cualquier índole” para asimilar
ambos conceptos, es contraria al límite que nos hemos propuesto, esto es, la
dignidad humana.
9
Real Academia Española (2014) Diccionario de la Lengua Española. 23º ed. Madrid, España:
Espasa Libros, S.L., 2314 pp., p.1557.
10
Real Academia Española (2014) 651.
Estimamos por tanto, que la falta de precisión y claridad en la redacción
del tipo penal llamado “abuso sexual agravado”, en lo que respecta al medio
comisivo o modalidad típica “objeto de cualquier índole”, deja abierta la
posibilidad de que los tribunales de justicia en sus fallos realicen
interpretaciones que vulneren los principios de legalidad y proporcionalidad, y
so pretexto de realizar un ejercicio hermenéutico, redefinan el significado de la
norma penal en estudio, saliéndose del marco de una correcta interpretación,
yendo más allá del tenor literal posible del término a la hora de determinar su
sentido, concepto y/o alcance, tenor que constituye el límite de una
interpretación extensiva, corriendo el riesgo de traspasar ésta frontera, y
derechamente lesionar los principios ya indicados, en especial las garantías o
mandatos de lex certa y de lex stricta.
Sobre este punto, el profesor Jesús María Silva Sánchez, nos hace ver
la importancia de la interdependencia entre ambos mandatos, en el sentido de
que el principio de taxatividad o mandato de determinación tiene un doble
aspecto; por un lado, se dirige al legislador imponiéndole la exigencia de lex
certa; y por otro al juez, prohibiéndole la aplicación de la analogía de esa lex
certa y obligándole a ceñirse a lex stricta.15
14
FERNÁNDEZ CRUZ, José Ángel (2007) 108
15
SILVA SÁNCHEZ, Jesús María (2012) Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo. 2ª Ed.
Montevideo. República Oriental del Uruguay: Editorial B de F Ltda., 689 pp., p. 405.
que representa al pueblo. Sólo de él puede emanar la ley, que constituye, pues,
la expresión de la voluntad popular”16 17
Lex scripta: Sólo puede ser fuente inmediata y directa para la creación de
delito la Ley propiamente tal, llamada ley formal, con exclusión del derecho
consuetudinario como fuente del derecho penal, en consonancia con nuestro
sistema codificado.
Lex stricta: La norma penal debe ser una ley en sentido estricto, completada
con todos los presupuestos formales y materiales que la constitución establece,
en contra sentido con la aplicación analógica por parte del juez a la hora de
resolver un caso sometido a decisión, es decir, una consecuencia central del
principio de legalidad lo constituye la prohibición de la analogía.
16
MIR PUIG, Santiago (2011) Bases Constitucionales del Derecho Penal. Madrid: Editorial
Iustel, 151 pp., pp. 71-72.
17
LUZÓN PEÑA, Diego Manuel (2016) Lecciones de Derecho Penal. Parte General. 3ª Ed.
Valencia: Editorial Tirant lo Blanch, 650 pp., pp. 50-55.
18
CURY URZÚA, Enrique (2021) 198.
19
CURY URZÚA (2021) 201.
20
BACIGALUPO, Enrique (1999) Derecho Penal. Parte General. 2ª Ed. Buenos Aires. República
Argentina: Editorial Hammurabi SRL, 691 pp., pp. 126-136.
Lex certa: Exigencia dirigida al legislador, en el sentido que la ley penal
dictada por dicho órgano cumpliría con el principio de legalidad si el tipo penal
contiene una descripción de las prohibiciones y las penas a imponer que pueda
considerarse exhaustiva.
Como señalamos, el análisis del presente fallo, nos lleva a concluir que
se vulneraron dos de las garantías del principio de legalidad, estas son, lex
certa que si bien es una obligación que pesa sobre el legislador, sobre el juez
penal recae el de lex stricta, pues frente a un tipo penal que contenga un
término indeterminado, poco claro o confuso en su tenor literal y/o alcance, no
es permitido a los tribunales salirse del estricto marco determinado por la ley, al
momento de fallar un caso sometido a su conocimiento.
22
NÁQUIRA R, Jaime (2008) “Principios y penas en el Derecho Penal Chileno” Revista
Electrónica de Derecho Penal y Criminología. Nº 10-r2. pp. r2:1-r2:71. Disponible en: recpc10-
r2.PDF (ugr.es) p. r2:3.
que es la base de todo un sistema político que considera la libertad individual
como el más elevado valor social”23 .
La seguridad jurídica, esto es, que los ciudadanos tengan claras las
consecuencias de sus conductas en materia penal, que las normas
penales permitan orientar las conductas de los justiciables, conocer de
antemano la reacción jurídico-penal del Estado como consecuencia de
su conducta, lo que lleva a la idea de protección del ciudadano frente a
la arbitrariedad del poder del Estado, asegurando la libertad y
autodeterminación del sujeto, llamada también garantía de previsibilidad.
Función de prevención general de la ley penal, cuando la norma punitiva
es redactada en forma clara, y sus consecuencias conocidas por sus
destinatarios cumple eficazmente dicha finalidad.
Principio de separación de poderes, en expresiones de Irene Navarro
Frías. “En este contexto, el mandato de determinación cumpliría una
función de delimitación de las competencias punitivas entre los poderes
del Estado y más concretamente, la función de evitar una delegación
subrepticia de funciones del legislador al juez o a los órganos
ejecutivos”24. Fenómeno que podemos visualizar en los casos de
redacción de tipos penales bajo una defectuosa técnica legislativa, con
términos poco claros, confusos o indeterminados, que dejan la puerta
abierta a los jueces para completar dichos ilícitos bajo la figura de la
analogía.
Legitimación democrática como manifestación política del mandato de
determinación, derivada del principio de separación de poderes, esto es,
la norma punitiva debe ser dictada por el parlamento compuesto por
representantes electos por la ciudadanía, mediante un procedimiento
establecido por la constitución, que permita que un órgano
representativo, plural y qué mediante un proceso deliberativo, determine
23
NÁQUIRA (2008) r2:6
24
NAVARRO FRÍAS, Irene (2010) Mandato de determinación y tipicidad penal. Granada: Editorial
Comares S.L., 120 pp., p. 37.
las conductas punibles y establezca las penas de las mismas, “desde
esta perspectiva se fundamenta la exigencia de máxima determinación
en el principio de legitimación democrática de las intervenciones jurídico-
penales. En virtud del contrato social sólo el legislador, como
representante de los ciudadanos, está legitimado para intervenir en la
libertad de los ciudadanos y sólo podrá intervenir mediante leyes lo
suficientemente precisas que eviten que tal decisión quede en manos
del juez”25
Igualdad en la ley y en la aplicación de la ley, relacionadas ambas
vertientes con la seguridad jurídica, al contar con tipos penales
redactados en forma clara, precisos y determinados, aseguran al
ciudadano la aplicación igualitaria de las mismas, pues frente a
supuestos de hechos que compartan características similares, los
sujetos sometidos a la justicia punitiva, no se verán expuestos a
múltiples, cambiantes y arbitrarias interpretaciones del juez penal
respecto a normas poco claras, imprecisas, conceptos indeterminados,
etc. que conlleven un trato desigual frente a determinadas situaciones
fácticas objeto de juzgamiento, asegurando no sólo la aplicación
igualitaria de la ley penal, sino en definitiva, respetando la libertad del
mismo.
25
NAVARRO FRÍAS (2010) 37.
En cuanto al entresijo planteado, no debemos olvidar que uno de los
fundamentos del principio de legalidad es la finalidad que conlleva de evitar la
arbitrariedad del juzgador, y siendo éste uno de los objetivos más relevantes de
la exigencia de determinación, partiendo de esa base, podemos indicar que la
taxatividad exige un preciso grado de determinación semántica que implica la
utilización de un lenguaje que de por sí tiene una naturaleza imprecisa; por lo
mismo, no existe un consenso de donde se debe trazar la línea que nos marca
el umbral de exactitud de un concepto, vocablo, término o palabra, aceptando
que no existe una precisión absoluta, sino un cierto grado de precisión.
26
INZUNZA CÁZARES, Enrique (2009) La exacta aplicación de la ley penal y el mandato de
determinación. México D.F.: Editado por Instituto de Investigaciones Jurídicas. Serie: Estudios
Jurídicos, Núm. 138. UNAM, 162 pp., p.141.
medios típicos un término, si bien descriptivo, ha demostrado por
diversos factores, ser confuso e indeterminado en su alcance.
Un tercer elemento es, observando cómo reaccionan los órganos de
aplicación de las leyes penales, este aspecto nos puede ayudar a definir
el límite de determinación o precisión de la norma. Para ello, se deben
analizar el contenido de los fallos de los TOP y de los tribunales
superiores, y tomar en consideración las dificultades de los juzgadores a
la hora de determinar el sentido y alcance de un término legal o vocablo,
los diversos y dispares resultados de los ejercicios hermenéuticos que
se deban realizar a fin de aplicar la norma penal abstracta y general al
caso concreto sometido a su decisión. A nuestro parecer, este elemento
constituiría un parámetro para medir el nivel de indeterminación
razonable y/o compatible con el mandato de lex certa. Si bien no se
exige una uniformidad de las decisiones judiciales, se apreciaría una
estabilidad en las conclusiones del ejercicio interpretativo.
El destinatario de la norma, como cuarto parámetro, citando a Enrique
Inzunza Cázares quien nos indica que “este criterio resulta plausible en
cuanto permite que, para el caso de los tipos penales de responsabilidad
profesional o que implique una calidad profesional específica del autor,
se pueda acudir a términos y conceptos que puedan quedar fuera de la
comprensión de un ciudadano común, con tal de que la conducta
prohibida y su sanción sean delimitadas de manera puntual y precisa.” 27
No ocurre lo anterior en este caso, en que el término “objeto de cualquier
índole” utilizado por el legislador para describir una modalidad comisiva,
debe ser comprensible de forma clara y precisa, no dejando lugar a
dudas en cuanto a cuál es el sentido y/o alcance del mismo, pues va
dirigido al ciudadano común, que debe poder comprender el vocabulario
utilizado en un tipo penal que reviste un hecho grave, protege bienes
jurídicos relevantes y contiene una amenaza penal considerablemente
alta, todo en aras de la seguridad jurídica y poder tener claro a que
parámetros ajustar su actuar en este caso, no cayendo en la rigidez,
pero sí tener un entendimiento de la extensión del mismo a la altura del
ciudadano medio.
27
INZUNZA CÁZARES (2009) 142-143.
SENTENCIA Nº3: CORTE APELACIONES SAN MIGUEL. 31 DE JULIO 2017. ROL
1453-2017
“RECURSO DE NULIDAD. MINISTERIO PÚBLICO C/ OSVALDO WILLIAM QUIROZ
ZAMORA”
1.- PROBLEMA JURÍDICO
Claus Roxin, sitúa el origen del objeto de protección del derecho penal
en el marco constitucional, fundamentando el bien jurídico desde la perspectiva
de un Estado Constitucional de Derecho, encontrando en la Carta Fundamental
su origen, fundamento y límite. “El punto de partida correcto consiste en
reconocer que la única restricción previamente dada para el legislador se
encuentra en los principios de la Constitución. Por tanto, un concepto de bien
jurídico vinculante político criminalmente sólo se puede derivar de los
cometidos, plasmados en la Ley Fundamental, de nuestro Estado de Derecho
basado en la libertad del individuo, a través de los cuales se le marcan sus
límites a la potestad punitiva del Estado”28
28
ROXIN (1997) 55-56.
En esa línea de ideas, Ferrajoli estima que el principio de exclusiva
protección de bienes jurídicos se constituye en un límite material para la
actividad del ius puniendi debiendo ser estrictamente necesario dotar a este
bien de la tutela reforzada que brinda el tipo penal, lo que trae aparejado que la
construcción del delito a partir de los bienes jurídicos impone la carga al Estado
de demostrar la lesividad del resultado, es decir, postula una visión personalista
del bien jurídico; todos éstos tendrían un referente personal, incluso los bienes
jurídicos comunitarios.
29
MIR PUIG, Santiago (2008) Derecho Penal. Parte General. 8ª Ed. Montevideo. República
Oriental del Uruguay: Editorial B de F, 788 pp., p. 161.
30
ROXIN (1997) 56.
31
BACIGALUPO (1999) pp. 43-44.
Es un límite material del ius puniendi estatal. La creación de delitos se
realiza exclusivamente para proteger bienes jurídicos.
32
MIR PUIG (2008) 164.
esos bienes jurídicos aquellas conductas relevantes respecto a estos bienes,
es decir, que tengan un suficiente grado de lesividad respecto al mismo, en
consonancia con las exigencias de significación sexual y relevancia que nos
exige el artículo 366 ter del Código Penal.
Nos surge en este punto una interrogante ¿es el abuso el abuso sexual
agravado un delito pluriofensivo?, es decir, más allá de los bienes jurídicos de
índole sexual podríamos visualizar, dado los medios comisivos indicados en el
tipo penal analizado, una lesión o puesta en peligro de la salud o integridad
física de la víctima. Respecto a este punto, surge la posición del profesor José
Fernández Cruz, quien nos dice “considero que la figura in comento protege
además de los bienes jurídicos protegidos en los delitos de violación y estupro-
libertad e indemnidad sexuales-la salud de las personas. La equiparación de
penas respecto de los delitos de violación y estupro sólo puede fundamentarse
en la medida de que la introducción de objetos o animales pueda poner en
peligro la salud o integridad física de la víctima” 33. Estimando este autor que
estamos frente a un delito pluriofensivo, lo anterior lo argumenta tomando en
consideración el principio de proporcionalidad de las penas, considerando que
sólo será típica la introducción de “objetos de cualquier índole” cuando ponga
en peligro la salud o integridad física de las personas.
33
FERNÁNDEZ CRUZ (2007) 124
éstos en alguna de las cavidades indicadas, debe constituir un acto de
significación sexual y de relevancia 34; agregar un bien jurídico diverso, no
relacionado con los bienes jurídicos protegidos de carácter sexual, conlleva el
riesgo de dejar fuera de castigo a hechos en que efectivamente existió una
acción sexual en los términos exigidos por el delito y los parámetros del artículo
366 ter, pero que por diversos motivos, que incluso escapan al dolo del sujeto
activo o características particulares de la víctima, podrían quedar impunes por
no dañar ni la salud, ni la integridad física del afectado, por muy invasivo que
sea el acto.
34
RAMÍREZ, María Cecilia (2007) “Delitos de abuso sexual: actos de significación sexual y de
relevancia” Revista Polit. Crim. Nº 3, A4. p.1-13.
SENTENCIA Nº4: CORTE APELACIONES DE SANTIAGO. 20 DE MAYO 2015. ROL 1078-2015
Por otra parte, indican que el delito de abuso sexual del artículo 366 bis
del Código Penal cubre de forma suficiente, en relación al hecho acreditado, la
lesión al bien jurídico protegido, cayendo los jueces de primer grado en una
desproporción, rompiendo el equilibrio entre el hecho acreditado, la lesión al
bien jurídico y la pena a imponer, justificando de esta forma la mutación del tipo
penal aplicable al caso, -de abuso agravado a abuso sexual impropio-,
concluyendo que en vista de lo anterior, y teniendo como referente al principio
de proporcionalidad, se debió aplicar otro tipo penal como es el del artículo 366
bis del mismo código.
Interpretar, por tanto, “es una operación intelectual por la que se busca
establecer el sentido de las expresiones utilizadas por la ley para decidir los
supuestos contenidos en ella y, consecuentemente, su aplicabilidad al
supuesto de hecho que se le plantea al intérprete” 36. Entendemos entonces,
que la interpretación no constituye un fin en sí mismo, sino un instrumento para
la aplicación de la ley a los asuntos determinados. Como nos señala el profesor
Labatut “Siendo las normas jurídicas fórmulas abstractas y generales, su
aplicación a los casos particulares de la vida real supone un proceso de
adaptación, que es obra del intérprete. Interpretar la ley significa, en su
acepción más amplia, indagar su sentido y alcance, determinar su contenido y
los límites de aplicabilidad a los casos concretos.” 37
39
MATUS ACUÑA, Jean Pierre (2012) La Ley Penal y su Interpretación. 2ª ed. Santiago de Chile:
Editorial Metropolitana, 257 pp., pp. 186-190.
¿Qué sucede entonces cuando el tenor literal de un elemento del tipo
penal no es claro?
40
RETTIG ESPINOZA (2019) 235-238.
De esta forma, se puede identificar en el Informe de la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara, que el Diputado
Sr. Juan Bustos estimaba demasiado amplios los términos “objetos materiales
de cualquier índole”, echando de menos, que fuese el propio legislador quien
determinara un margen más claro de dicho medio ejecutivo, idéntica
apreciación manifestaba respecto a las penas, estimando excesivo equiparar la
pena del abuso sexual agravado al de la violación. 41 Sobre el punto relativo a la
pena, el profesor Jean Pierre Matus, en el Primer Informe de la Comisión de
Constitución, Justicia y Reglamento del Senado expuso sus aprehensiones
respecto a la alta penalidad que se pretende imponer a este tipo de actos sin
un mayor estudio al respecto y sus efectos en relación a otros ilícitos de distinta
naturaleza que contienen penas similares a la propuesta, en el mismo Informe
del Senado se discutió lo ya expuesto por el Diputado Bustos, relativo al
alcance del término “objeto de cualquier índole” dejándose constancia en dicha
Comisión que el concepto de “introducción de objetos de cualquier índole” en
los conductos vaginales o anales es comprensivo de la utilización de animales
para ese efecto, así como cualquier parte del cuerpo humano distinta del
órgano sexual masculino, por ejemplo, una mano.” 42
41
Historia de la Ley Nº 19.927. Modifica el Código Penal, el Código de Procedimiento Penal y el
Código Procesal Penal en materia de delitos de pornografía infantil. 14 de enero de 2004.
Disponible en: HLD_5733_37a6259cc0c1dae299a7866489dff0bd.pdf (bcn.cl) p.33.
42
Historia de la Ley Nº 19.927. Modifica el Código Penal, el Código de Procedimiento Penal y el
Código Procesal Penal en materia de delitos de pornografía infantil. 14 de enero de 2004.
Disponible en: HLD_5733_37a6259cc0c1dae299a7866489dff0bd.pdf (bcn.cl) pp. 103-104,
110-111.
43
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio (2017) Derecho Penal. Parte General. Fundamentos.
Estado de México: Derecho Global Editores SA DE CV, 999 pp., p. 782.
Como indica el profesor Enrique Cury, acertadamente sobre este punto:
“El intérprete puede entender la ley mejor de lo que la entendieron sus
creadores y la ley puede ser mucho más inteligente que su autor-es más, tiene
que ser más inteligente-. De esta manera, no es la interpretación jurídica un
pensar posterior a algo ya pensado, sino un pensar una idea hasta su último
extremo.”44 Se debe buscar, la voluntad objetiva de la ley penal, más que la
voluntad del legislador. No puede ser el elemento histórico, el único a
considerar a la hora de determinar el sentido y/o alcance de la ley, más no
puede ser desestimado del todo, ya que es útil como complemento a las demás
herramientas hermenéuticas, en especial a la gramatical o literal, la que, dado
el principio de legalidad penal y tipicidad que nos rige, incluso a nivel
constitucional, sumado a nuestra tradición codificadora y al uso del lenguaje
como forma de expresión del legislador, debe ser la interpretación literal la
principal, junto a la teleológica (ratio legis) que primen al determinar el sentido
y/o alcance de los vocablos poco claros o indeterminados que contengan los
tipos penales, pero siempre dentro de los límites del tenor literal posible del
vocablo en análisis.
44
CURY URZÚA (2021) 230.
todas las circunstancias y situaciones y la textura e imprecisión del lenguaje por
otra, haciendo imprescindible el ejercicio hermenéutico por parte de los jueces.
El punto es determinar cuando la interpretación deja de ser tal y pasa a ser
simple analogía fundamentadora no permitida.
47
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA (2017) 782.
48
KUHLEN, Lothar (2012) La interpretación conforme a la Constitución de las leyes penales.
Traducción de Nuria Pastor Muñoz. Madrid. España: Marcial Pons Ediciones Jurídicas y
Sociales, S.A. 159 pp., p. 33.
El profesor Cury es claro en su posición respecto a una aplicación
directa de las normas constitucionales, en la relación de dicha rama del
derecho con las normas penales, postulando que: “En un Estado Democrático
de Derecho, la Constitución determina la actividad concreta de todos los
Poderes de Estado y, ciertamente, también del Judicial. De esta manera, las
garantías constitucionales se integran directamente a la normativa penal,
configurando su sistema y decidiendo sobre la aplicación del mismo a los
ciudadanos.”49 En definitiva, el estado de derecho implica que el poder, en este
caso el ius puniendi, se debe expresar mediante normas previsibles articuladas
a través de la idea central de seguridad jurídica, igualdad, legitimación
democrática y separación de poderes, lo cual se manifiesta en el derecho penal
por medio del principio de legalidad.
Adecuación al fin. La medida ha de ser apta para alcanzar los fines que
la justifican, esto es, la debida protección del bien jurídico penal
protegido por el tipo.
Necesidad. Se concreta en el principio de la intervención penal mínima,
lo que implica que el derecho penal debe revestir un carácter
fragmentario, extendiendo su protección a los bienes jurídicos más
relevantes y ante los ataques más graves e intolerables. Unido a ello el
49
CURY URZÚA (2021) 104-105.
carácter subsidiario, interviniendo el derecho penal sólo cuando el orden
jurídico no puede protegerse por medios menos gravosos que una pena.
Proporcionalidad en sentido estricto. La exigencia de proporcionalidad
ha de determinarse mediante un juicio de ponderación entre la “carga
coactiva” de la pena y el fin perseguido por la conminación penal.
“Art. 494 ter. Comete acoso sexual el que realizare, en lugares públicos
o de libre acceso público, y sin mediar el consentimiento de la víctima, un acto
de significación sexual capaz de provocar una situación objetivamente
intimidatoria, hostil o humillante, y que no constituye una falta o delito al que se
imponga una pena más grave, que consistiere en:
53
Historia de la Ley Nº 21.153. Modifica el Código Penal para tipificar el delito de acoso sexual
en espacios públicos. 03 de mayo de 2019. pp. 1-155. Disponible en:
HLD_7660_37a6259cc0c1dae299a7866489dff0bd.pdf (bcn.cl)
54
“ART. 184. 1. El que solicitare favores de naturaleza sexual, para sí o para un tercero, en el
ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, continuada o habitual, y
con tal comportamiento provocare a la víctima una situación objetiva y gravemente
intimidatoria, hostil o humillante, será castigado, como autor de acoso sexual, con la pena de
prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses.”
el contrario, analizados los hechos ex post y tomando en consideración el
mismo elemento, ¿el daño al bien jurídico protegido, indemnidad sexual, se
protege de forma eficaz calificando los hechos a la luz del artículo 366 bis del
CP? Estimamos que esta segunda respuesta es la adecuada en este supuesto,
transformando este instrumento “objetivamente humillante” introducido en
nuestro ordenamiento por la Ley N° 21.153, en una herramienta valiosa de
interpretación sistemática al analizar casos análogos al que acabamos de
estudiar, sumado a que, además, serviría para justificar la aplicación del
principio de proporcionalidad como límite material al ius puniendi, pues el
artículo 366 bis contiene de forma objetiva o de manera suficiente, la entidad
lesiva que este acto de significación y de relevancia produjo en el bien jurídico.
En segundo lugar, cuando los códigos penales han querido tipificar como
delito la introducción de partes corporales y de objetos, lo han hecho de forma
diferenciada, en un mismo tipo penal, demostrando con ello que el término
“objeto” no incluye a las partes del cuerpo, es decir, diferenciándolos entre sí y,
de ésta forma evitar utilizar u objetivizar al ser humano, pasando a llevar su
condición de tal, de sujeto de derecho digno, dando a entender el presente fallo
con su argumento, que estamos frente a un problema de lege ferenda no
siendo de cargo de aquel que debe aplicar la ley, el juez, llenar estos vacíos
legales, sino que es tarea del legislador.
55
RETTIG ESPINOZA (2019) 121-122.
Relativo a la segunda argumentación contenida en la sentencia que
estamos analizando y siguiendo lo que se deduce de lo señalado por el
profesor Rodríguez Collao, en el sentido de determinar si existe o no la
necesidad de reformar el artículo 365 bis del CP, es relevante a fin de que el
legislador incluya de forma clara y precisa como modalidad comisiva de este
tipo penal, la introducción de partes del cuerpo humano diferenciadas de los
objetos inanimados en las cavidades señaladas en el mismo, para velar por el
respeto a la dignidad humana evitando así aquellas interpretaciones que lleven
a instrumentalizar al hombre rebajando su condición a “objeto” o “cosa”,
dejando claro además, que las garantías de lex certa y lex stricta sean
cumplidas por quienes corresponde, legislador y administradores de justicia,
respectivamente.
1.- La tipicidad, por tanto, entendida como primer elemento del delito,
comprende dos variables: el supuesto de hecho o comportamiento y la pena
como consecuencia, a la que se le atribuye una función de garantía y de
56
DÍEZ RIPOLLES, José Luis (2003) “El Derecho Penal simbólico y los efectos de la pena”
Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha (Estudios; 91) Cuenca, pp. 147-172.
Disponible en: 8el-derecho-penal-simbolico-y-los-efectos-de-la-pena.pdf (uclm.es) p. 152-153.
57
OSSANDÓN WIDOW, María Magdalena (2009) La Formulación de tipos penales: Valoración
crítica de los Instrumentos de Técnica Legislativa. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.
633 pp., p. 49.
prevención, pues “explica, delimita y comprende aquel sector de la realidad
social que –por distintas razones de carácter político-criminal- se le ha atribuido
carácter delictivo y cuya realización se pretende evitar mediante la amenaza de
pena.”58
61
OSSANDÓN WIDOW (2009) 59.
62
OSSANDÓN WIDOW (2009) 87.
contradicciones sistemáticas y valorativas que siempre es posible que se
generen con la inclusión de una nueva figura en el código penal, en especial en
lo relativo a la pena. Podemos indicar entonces, que todo bien jurídico penal
condiciona y orienta de forma decisiva la configuración de los tipos penales,
exigiendo un análisis del legislador en su formulación, forzándolo a tomar una
decisión basada en una finalidad político-criminal.
Como nos indica Mir Puig, “no sólo es preciso que pueda culparse al
autor de aquello que motiva la pena, sino también que la gravedad de ésta
resulte proporcionada a la del hecho cometido.” 63 La medida de la
proporcionalidad debe ser establecida en base a la importancia social del
hecho y al nivel de lesividad respecto al bien jurídico protegido, sirviendo como
un límite que el legislador no puede descuidar a la hora de crear tipos penales.
63
MIR PUIG (2008) 127.
recurso de nulidad64 y que estimó que la calificación jurídica correcta de éstos
hechos debía ser abuso sexual impropio, pues entender que la introducción de
los dedos del imputado en la vagina de la víctima constituye el tipo penal del
artículo 365 bis del CP, sería realizar una interpretación del término “objeto”
que pasa a llevar el principio de legalidad en su variante de lex certa en cuanto
a determinación previa de la conducta y también lleva a realizar un ejercicio
hermenéutico que no respeta la prohibición de interpretación de la ley penal por
analogía (lex stricta) y, sobre todo, indica que no es de cargo del intérprete de
la ley penal, asumir los problemas de lege ferenda que puedan generarse
debido a conductas que aparentemente tienen una mayor lesividad del bien
jurídico protegido.
64
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Arica. 6 de marzo de 2019. RIT Nº 474-2018.
“Ministerio Público y otro c/ Simón Pedro Garrido Reyes” Disponible: Decretada en reserva por
el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal., p. 36
La dignidad, en palabras del propio Rodríguez Collao, es “desde una
perspectiva estrictamente jurídica al hablar de dignidad humana los textos
constitucionales aluden al rango o categoría que corresponda al hombre como
ser dotado de inteligencia y libertad, distinto y superior a cualquier otra creatura
o realidad. En otras palabras: la superioridad e importancia de que es
merecedor el ser humano por el sólo hecho de ser tal” 65, es decir, nítidamente
distinguible del mundo que lo circunda, tanto de cosas u objetos animados
como inanimados, no reducible, ni divisible, con trascendencia material y
espiritual, diferenciable de las otras realidades captables por los sentidos.
“Contradice, en consecuencia, este postulado cualquier actitud-sea que
provenga del Estado, de una agrupación o de otro individuo- que
instrumentalice a la persona o que desconozca su condición jurídica de sujeto,
relegándola al plano de los objetos.”66
65
RODRÍGUEZ COLLAO, LUIS (1999) “Honor y Dignidad Humana”. Revista de Derecho de la
Universidad Católica de Valparaíso XX (Valparaíso, Chile), pp. 9-22, p. 12.
66
RODRÍGUEZ COLLAO (1999) 12.
67
NOGUEIRA ALCALÁ, HUMBERTO (2006) “La dignidad de la persona y el bloque constitucional de
derechos”. Revista de Derecho Universidad Católica del Norte. Sección: Estudios, Año 13-Nº 1,
pp. 67-101, p. 68.
toda persona debe primar sobre todo nuestro ordenamiento jurídico y sobre
todas las decisiones que tomen nuestras autoridades, de cualquier índole,
incluidas las judiciales y los fallos que dicten.
Lleva la razón el profesor Nogueira al indicar que: “El artículo 1º, inciso
1º de la Constitución, establece una norma directriz a través de la cual debe
iluminarse e interpretarse todo el resto del texto constitucional y del
ordenamiento jurídico nacional, constituye una pauta interpretativa que debe
ser seguida por todos los operadores jurídicos, en cuanto norma rectora
suprema de nuestro ordenamiento jurídico.”68
72 73 74
70
RAMÍREZ BUSTOS, Juan (2009) Derecho Penal. Parte Especial. 2ª ed. Santiago de Chile:
Ediciones Jurídicas de Santiago. t. III, 852 pp., pp.185-189.
71
LAMARCA PÉREZ, Carmen (2020) “Delitos contra la libertad e indemnidad sexuales”. En
LAMARCA PÉREZ, Carmen (coordinadora). Delitos. La parte especial del Derecho penal. 5ª ed.
Madrid: Editorial Dykinson, S.L., pp. 179-215, pp. 179, 189.
72
GARCÍA RIVAS, Nicolás; TARANCÓN GÓMEZ, Pilar (2021) “Agresión y abusos sexuales”. En
ÁLVAREZ GARCÍA, Francisco Javier (director) VENTURA PÜSCHEL, Arturo (coordinador). Tratado
de Derecho Penal. Parte Especial (I) Delitos contra las personas. Valencia: Tirant lo Blanch,
pp.1117-1204, pp. 1117, 1136.
73
MONGE FERNÁNDEZ, Antonia (2020) “Las Manadas” y su incidencia en la futura reforma de los
delitos de agresiones y abusos sexuales. Valencia: Tirant lo Blanch, 317 pp., pp. 142-158.
74
MUÑOZ CONDE, Francisco (2017) Derecho Penal. Parte Especial. 21ª ed. Valencia: Editorial
Tirant Lo Blanch. 923 pp., pp. 197-199.