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C'Ff/-":.}~_L ES T..

R l:JJ lVLAI\1

Desde los prüneros agricultores bast?1 la sociedad


urbana en el Próximo Oriente

TrJJucción castdlana de
r-1,..\RINA PICAZO

B,ñ.RCFLON,\
_,.-1, mi familia

i~~a
r·- '>•ti t--~\J.r:.t 1¡'1/
1

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D1BL10TECA
!UH,EL Gf,RCJA 8RM/·',~D~
IHST!TUTO DE
:JlV.'.H)~~Cl~I/U HIS.lOillC.Áll

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las sanciones establecidas en las leyes. la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la r•!prografía y el trntamiento infonrnílíco, y la dis-
tribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo ptiblícos.

ntulo original:
TlIE RISE Oi '::IVILIZATION. FROM EARLY FAR!'-AERS TO URBAN SOCIETY IN
THE A ¡-;CIF.NT NEAR EAST

Cublerta. 2nric Satué


© 1978: \V. H. Frc:-man and Company. San Francisco
© 1990 de la traducción castellana para España y América:
Edilorial Crítica. S.A .. Aragó, 385, 08013 Barcelona
ISBN: 84-7423-468-9
Depósito lq:wJ; B. 24.171-1990
lmpr::: _, en E!:ipaiia
1990.- I-IUROPE, S.A., Recarcdo, 2. 08005 llarcelona
PRÓLOGO A LA EDIClÓN ESPAÑOLA
En los a/los rranscurridos desde ia p11b/rcació11 de la primera edición inglesa de
Los orígenes de la civílización (The Rise of Civilizat::::m, Freeman, Nueva York,
1978) se han rca!i.,ado 111m1crosos trabajos arqueológicos y ha aumentado la infor-
macíón suiirc este importalltc tema. Desrnbrimientos recientes han dado nueva luz
, , • os orígenes de la ._¡gricu!tura y a los comienzos de fa vida urbc711a. Cun todo, sigo
1

convencido de{]_!'" los ;;t::ontffimicn.t:·s acaecidos en el Próximo Oriente nos narran


una /i;.,:aria de importancia única. Es ww historia que muesira la capacidad de i11-
··'!1irió11. 1111a h;.,wria de 1•rperi111entacióll dcsan-.,f!ada a lo largo de hn"merab/c:;
ge11era1·/u11es, )'sobretodo, 11na h'.,wria d~ gentes que intentaban sobreviFir y pros-
per:~~ de la mejor •1w11era que ,•,fl,fan. En muchos sentidos, los T''Su/tadns de s11.-. es-
fllcr:os s1•nu1ro11 las bases del 1111111do que co11oce111os. Es difícil concebir lo que se-
ría ,mc..;;,·o modo de vida hoy en día sin los logros que co11sig11icmn.
He rc¡Jasado varios capit11los de este libro para eml11ar si los descubrimit:slfn,;;;
_v las 1111cw1s perspccri 1 ·as que se han prnducido en los IÍ/timos doce años exigían
l'Oiver a cscrihir íos textos. Es indudable que se ha11 descubierto algunos yacimien-
tos de primer orden y que se han escrito 1me1•os cswdios con la información obte-
nida. Sin embargo, creo q11c el materi-·í descrito y mis propuestas siguen siendo vá-
lidos para la comprensión del o,igen de la c:~,ifizc-~;ón. Los m~. r. "-:~os han

ejemplificarlo o enriquecido las pautas descritas y 110 las han a1111lado o traswcado
seriameme. En todo caso, las investigaciones de la pasada década han mostrado
que el desarrollo de /o!,· primeros poblados y de las primeras ciudades no fue subs•
tancialmente difercníc al que yo expon fa en esta obra, aunque fue más frecuentt, .lL
dio en más lugares e, i11cl11so, a mayor escala de lo que se suponía. A modo de
ejemplo podemos cf:.:r las excavacin11es reaíizadas ,j1 el yacimiento 11rnlítico rfe
Ain Chaza!, cerca de Amnuín, en Jorda1tia (Simmons et. al., 1988). Ain Ghaz.al es
uno de los poblados levanrinos donde se ha hallado evidencia de la primera agri-
rnlflfra y el comienzo de la cria de animales, pero resulta s::rprendente el hecho de
que ocupe ww extensión ,rnpcrior a die;:_ hecláreas, lo que representa unas dimen-
.'iiones rres veces SUj~eriores a las de la .lencó neolitica, comunitiud que era conside-
rada muy grande en esta primcr(1 " 1apa de la vida sedcwaria. No quiere decir que
haya cambiado nuestra visión riel neolitico, pero confimw la idea de tJtte fas pri-
meras gentes neolíricas experimentaron diversas vias.
El tema que de forma prioritaria ha exigido una cierta reconsideracirin en los
trabajos recientes es el de la prioridad política y cronológica de los swneríos en los
procesos que tuvieron lugar durante los milenios cuarto y tercero. E11 mi opinión
Sumer tadm'Ía debe considerarse en nwciws .,·,,ntfdos la zona nuclear del desarro-
llo de las primeras ciudades, pe1u estoy dúpucsto seriamente a considerar fr: posi-
bilidad de que los desa,,~,.'/os paralelos en otras zonas de la gran Mcsopommia ha-
i'
]O
L05 OR1GENES DE LA CIVll!ZACIÓN l
1
¡
van tenido '"l - • 111-r ¡ · E •-
ia af/11e : ••- .11,~ JfCal~ se•1ie1m~tf}- ·ste replanieamremo ha sido provocado por
d s· . IICI? c? !lllLW dP mformacwn procedente de nuevas excavaciones del norte
11

del ~na; la~un~entos del cuarto milenio, como Habuba Kabim v Jebe! Aruda r
d:ct:;;t~r nulemo, como Tell L~wera, _Tell Mardikh, Tell Leilan y Ía conocida cil;-
. Ebla, han forzado a revisar la tden de que esta región fue siem re una colo- l
nrn de los centros meridionales \' a plantear la '"JJótes{s de qu~ pa:rici ó ¡
mente e~, el desar;;1l!o del urb 111i.~mo y rfo la sociedad esr,110 / (Wefrs, zgsÍJ. pena-
1

L~ mformacwn acw:m/ada durante la tí/lima década 110 m- 110 pla,,t d ¡


1
necesidad d, , ¡ - , e ' ea o a
e . f, e ree~!lf ~-zar las leona.~ aqm presentadus, pero fuer'<:.a al investigador a
;.nsl~crar ?lle ~ex1st~o un mayor m1~11ero de pcrticipantes en los diFersos procesos.
5
1
ª
ca ve.:. mas eVIdente que el ongen d,, la civilización no se inició en un tínico PREFACIO
.ugar t por.1~11 solo pueblo siI:J que se trató de un proceso interactivo ue re uirió
t amculacwn _de gentes. diversas y separadas entre sí. Es una hisfr,1·i/f de gr~,nies
ogros que encierra una unportante lección para la hwna11idad acwal. Existen muchas razones para ec:tudiar el pasaUo. Ademis de poseer una natu-
rnl~za misteriosa y distante, en él se encuentra la clave de nuestrus orígenes. Po-
cos temas son tan atractivos o interesantes como el del origen de la dvifo1cirín.
Hombres y mujeres, equipados con útiles sencillos, se cr.:'rentaron al reto de la
Mayo de 1990
CHARLCS L. REDMAN naturaleza y mu~elaron una sociedad compleja a partir de unos inicios muy sim-
ples. Entre sus mayores logros figuran obras de ingeniería con u::a tecnología que
aún hoy sorprende a los e}.-pertos, innovaciones económicas e industriales que
trastocaron el rr.. 1 tnrlo y obr2s artísticas y Üterarias que en la actualidad son tan
apasionantes como lo fueron liace cinco mil años. El inter:alo comprendiJo en-
tre el 8000 y el 2000 a.C., yue corresponde a los orígenes de la agricultura y de la
vida urbana en el Próximo Oriente, fnf! una etapa de creatividad y cambiu:i inten-
sos. Por tal razón, resulta fascinante conocer los acontecimientos que se desarro-
llaron en aquella época y que deben estudiarse en profundidad
Este libro trata sobre el origen de la ci·•ilizacié:: en el Próximo ()riente,
Aunque en otras partes del mundo surgieran también civilizaciones, la informa~
ción actual nos lleva a la conclusión de que en el Próximo Oriente la producción
de alimentos y la sociedad urbana se :cmontan a una fecha muy temprana. ín-
, cluso ante,..:--" 1 " ,--1,,. rnalquier otra región del mundo. Pese a que un nuevo des-
cubrimiento revelara que tales logros aparecieron antes en otra región, ello no
restaría valor al hecho de que los avances c:1 el Próximo Oriente constituyeron
el germen del nacimiento de la civilización occidental.
En la redaccién de est..:: !:bro he intentado cumplir varios objetivos. Está pen-
sado principalmente para estudiantes de arqueología, antropología e historia an~
~:gua. Puede utilizarse como manuai básico en asignaturas sobre el origen de la
civilización, el neolítico o la arqueología del Próximo Oriente. También está con-
cebido para servir como texto complementario o específico en un curso gi:neral o
de introducción a la arqueología.
Aunque he intentado ser objetivo en la presentación de los diversos temas,
tanto la or;.mización y selección de materiales como el criterio seguido están in-
fluidos por mi propia concepción de la arqueologíil. Por ello, es importante que el
lector sepa cuál es. En esencia, soy positivista y pragmático y concibo la arqueo-
logía desde esta perspectiva. Creo que los procesos que tn1nscurrieron en el pasa-
do pueden conocerse a través de los restos materiales e:,,.istentcs pero, r1l mismo
tiempo, reconozco que los arqueólogos todavía tienen que elaborar muchas téc-
nicas para evaluar los fenómenos relevantes. No obstante, considero que se pue-
de realizar una síntesis como la que presento, a pesar de que la investigación ar-
queológica todavía nn haya alcanzado su máximo desarrollo. El estado de !a
cuestión, por tanto, está sujeto a modificaciones y espero que se realicen enormes
12 LOS ORÍGE>'ES DE LA CIVILIZACIÓN

prog,resm durante las próximas décadas. ~,.,...,.1 así se podnin llenar dt: .significado
aquellos aspectos que todavía permanecen en el c:1'1lpO de la especulación.
Esta obra cvnsidera la existencia de una serie de etapas de desarrollo e inten-
ta evitar el regic:iaJi,.1110 estricto o la periodizrv·ión c1vnvlógica. Muchos aparta-
dos contienen nuevas síntesis basadas en variables culturales en vez de en el aná-
lisis de yacimientos concretos. 5e han seleccionado algunos yacimientos clave
parn cada período de desarrollo, descril1iéndolos detalladamente come ~¡ fuesen
objeto de un estudio específico e i!:1~'trándoi1JS con la documentación fotográfica
oportuna. Con ello intento dar una visiór. general, al tiempo que someter a un
un;ílisis.-en profundidad la evidencia empírica existente y las hipótesis actuales so- l. Ut.JA PERSPPrTTVA DEL PASADO
bre las innovaciones más im?ortantes. Las hipótesis se presentan como si fueran
plariteamientos completamente Jesa~-rollados y, en algunos casos, como si estu-
vieran abiertamente enfrentadas entre sí. De esta manera, determino en cada , r t l , se produjeron en el
Las trall'qonnaciones agr1cola y urvana, a J co1110 . -
caso el significado de las hipótesis que los d:~erentes investigadores cor..:-ibieron . Pró~imo Oriente ocupan w1 lugar destacado en:re los lutos mas
solamente como propuestas a debatir y no como conclusiones definilivas. Sin em- :;;1i1}:~ativos de la historia de la humanidad. Los cambios¡ socia~e.~ q~,~ estos
bargo, ],':! procurado ser fiel a sus ideas y he intenta.Jn integrarlas de forma signi- 1rocesos fomentaron influyeron en todos los a!.¡·:cctos de a soc1ec cu J
ficativa. Pido disculpas por cualquier r')sible tPrgiversación. ~:onstf::n•eron la estmctura que ha da~o l~t!far al m~mao actual. ográfico el
Muchas !)Crsonas e institucbnes han hecho posible h redacción de este libro - d. l ri en de la civiltzacwn escogi co1•10 marco ge J'
y con todos ellos he contraído una deuda de gratitud. Mi oropio interf.c; por el ró:;,:i~ e:,c;:e,~~; ~,aºqtfe en dicha zona las trawJon.nacivnes tuvie ro n lug(/1 r :.:n
PrC,ximo Oriente se remonta a la influencia de mi familia y precede a mi carrera
':!n arqueología. He tenido !!''!Cha suerte con mis profesores, colegas y también
P - - '~ •- ,
fecha nwv temprana, qm.(.as ?nn:-•:ºd'
-. ·
ª1;
Además, fa historia y la pre/11Storw e ~º·?111 ::
¡ d cualqwer otra parte e1e1nlllllt 0 ·
_e_. o nriente afectara;: direcramente al
.d,
con el trabajo de campo, y he aprcnd1ao much0 trabajaudo en ci Próxi . .,~.J Or!<:>n- . . • d f[o de la c1vd1zacwn occI enta,1
te con Linda Braidwood, J-Ialct Cambe!, Bruce IIowc, Barbara Lawrt11cc, Arthur surgumento y ¡:::sreno/r esarro. ue abordamos en este libro e,; necesario esrar
Para comprender as matenas •-
q 1
n a perspec 11·a
,· de•de,,
la q111• l,a ·'~ido
Jclinck. Hans Nissen, Jean Pcrrot. Charles Recd, RoL .... rt Stewart, Willem van
familiarizado con su estructurac1011 y col b ·o cultural \' el enfoq!''' ado¡1tado
Zcist. Anita Walker, Rirlmrd \Vatson, Gladvs -\\'einbcrg, Saul Weinberg y Gary
WrighL Además, Roher1 McC. Adams, Robert J. Braidwood y Patty Jo Watson escriw. El temn úc labobra se ce¡,,',';:l ;~ :a,~~:1,1~u11111lnri,·~ ;. gradwd aunque. ¿11
s,,giere t¡11e este cam 10 se prut -1· . . · - •. ,
hu.i influido profundamente en mi trabajo j mis ideas, aconsejándome, anir.ián- • d ¡ s individuos acelere e1p10ceso.
domc y criticündomc sin dejar de ser los mejores amig0s que cualquier joven pro- ocasion_es, el co11:1;ortanuenltod e o ll de la civilización está presentada de forma
La mformacwn sobre e esarro o . .
fesional pueda tener. .- d /n osición de WI investigador. En pnmer 1 _ugm,
He tenido la oportuniUad de realizar trabajos de campo gracias a var:iac; insti- que el leuo:,1:1,1edaa/oªs ~;:::; r~t:Civos a las Fariables ambientales y al primer/
nn,.-mnn~ ruts a ¡ ¡ · 'tesis que tratan e e
tuciones, entre las que figuran la "National Scicnce Foundaticn, la Fo:-d Founda-
desarro//o culwrnl. En s~gundo lugaj se exponen ¡~s.. ,1:ié7odos ademados para rnl
tion y la Smithsoni;,.::. Institution. El proyecto que me ha permitido colaUorar con explicar lus tran!:"formacwnes cu_Itw11 es, ~·~1 como, . . ·one'i V f,;s vaci111ic;,tos
muchos de los especialistas ya mencionados es el Joint 1~rehistoric Project de las
fi-11. Por último, presentan!bº:'it·la l~1a,rmacg10c,','esroa~::~~~/1:f1rnh;/patr;ncs c,_11pírico!;
Uni\'ersidades de Estambul y Chicago, dirigido por Halet (:ambel y Robert J. · ¡ s ,_,.., nue post I rta e1 ec uar .. · ' . 1- - •
Braidwood. Por tal oportunidad, estoy verdaderamente aeradecido. se 1eccwriat o , . . .. . 1 · J . 'tesis no se confornum como co,1clus10;; . . s .r¡g1u1s
Muchas personas me han ayudado en la preparación de este manuscrito. El globales. De esta mane,~, a5 upo ji l iones provisionales que combi11a11 las
1 1
apoyo de \V. H. Frceman and Company ha sido Je gran aynda, en especial el de ~~;~~ª1;s¡~:::r:g~~i:,• ;:.~ ~i~::}~d~; ;:~ii~s y la i11f01}7wciú1.z /isr~nib/c. Una
John H. ~tapies. Otras me 'rnn permitido usar. generosamenle, fotografías y dibu- hipÓtesis es, al igual que todo esie volumen, un punto e e parm u i e a
_ios en este texto. La mayor parte del libro, si no lodo, ;:ue leída y comentada cons- investigación y no un resultado final.
tructivap~,;ntc por Robert McC. Adams, Robert J. Braidwood, J. Desmond Clark,
Jack Harland, Patty Jo Watson, Richard A. Walson y Herbert E. \Vright. A todos
ellos y a otros muchos colegas les debo muchas de las idens aquí expresadas, aun-
que no por ello son responsables de las deficiencias que puedan hallarse.

Enero de 1978 C.L.R.


UNA PERSPEC7.lVA DEL PASADO
15
14 LOS ORiGENES DE LA C:'.':LIZACIÓN

Los seres humanos perteneceu a una especie básicmTiente reflexiva que inten- Principales . Montes Z:c:mos¡ levante
MesopoJarn•a y Tauru5
innov;;ciones cul!uraks
ta explicar no ~ólo su~ propias características, sino también las de la cultura en la
::pA!MEAOS E_STADOS NACIONA~Es· E'IMP,ER10~
que se desenvuelve. Unicamente a través de un conocimiento profundo del pasa- 1

do podemos empezar a entender nuestra con dición actual. Las preguntas rela- Alfabeto
Metalurgia del hierro
cionadas con el origen y el desarrollo de las modernas instituciones sociales y de carros
las formas de vida cotidianas fascinan por igual al estudioso y al profano. ¿Por
qué abandonaron nuestros antepasados su existencia natural como cazadores y
recolectores'? ¿Qué les hizo vivir en comunidad,prefigurando las aglomeraciones
Códígos legales escritos
Burocrac·1a estatal 2000 ,e 1 Cap. 9

Sociedad de clases
urbanas que caracterizan la mayor parte de las regiones del mundo moderno? Ejércitos. permane:1tes
¡,En qué momento pudieron controlar el medio ambiente? ¿Qué es lo que hace ProduccIon en sene
Ciudades
civilizada a la civilizació;1? ¿De qué manera los diversos elementos concirl...-..,rJm; Escritura
-para bien o para mal- característicos de la civilización se combinaron for- Metalurgia del bronce
Tumo cerámico y rueda
mando algo tan universalmente atractivo a la naturaleza humana como para ser Arado y anlmale? tracción
rápidamente adoptado por gentes de todos los rincc¡-_¡es de la tierra? Estas pr.;- Especialistas a tiempo _ cuJDAOF..:'.; tEt,;;;:,LO
completo
guntas y muchas más requieren un minucioso examen para comprender los pro-
cesos y los acontecimientos qui;! han configurado e: devenir de la humanidad Socie!!~'.lc: y ALDEAS PE·.. RMAN·E·.·N·.T.·ES·..\
estra!lficadas (jelalt''""'S)
(véase la figura 1.1 ).
Al estudiar el curso de la historia, podemos identificar cuatro cambios radica-
Arte normalizado .
\ ·... . .
...· ·.. ·. ·.·.·

PRIMERAS ALÓEAS, AGAi_9oLA5


les en la condición humana. Si bien el más reciente es la Revolución industrial del
:-i~Io XIX, bier! documentado y analin1do por los historiadores, el primero y peor
Irrigación 1 1 .
conocido es la aparición, en algún momento del pleistoceno superior (c. !~0.000-
10.000 a.C.), de homínidu~ anatómica e inteler.:iuulmente mndernos. Lo que de-
nomi1Jo «tr4;1~forr.;~.ción paleolítica)) estuvo marcada pcir el desarrollo de meca- ~eré.rn\ca
nismos <1daptativos que nosibilitaron el r.... conocimientc de la capacidad potencial
dd entorno, y la organización adecuada para su explotación. Utilizando sus pecu- Comercio a larga
distancia
liares capacidades físicas, intelectuales y organizativas, lo~ homínidos se situaron
en un plano distinto al del resto del reino animal. Cc:-i el i;1!.!cicnte de;;urrollc del Agricul11.ira

bagaje cultural, lú:) humanos fueron adquiriendo un papel cada vez más crucial Comunidades ESLMSAMENTE 8000 ~-C
permanentes OCUPADA O
en la configuración de su destino colectivo. DESPOBLADA
Al usar el término «transformación», intento ,.,nfatizar que el carácter, apa- Estabulación \ Cap. 3
CAZAOORES--AEÓOLECTORES
riencia y organi.,.ación de las sociedades se modificaron radicalmeme. lí11a trans- AVANZADOS
fonnación ;::.fecta a todos lo.~ _.1spectos de 1u ~uL-1>..:uad, tant:J a las interrelaciones Procesamiento de plantas
e infraestructuras
entre sus miembros como a la de éstos con otros grnpos humanos y con el entor- de almacenamienlo
:10 biollsico. Aunque ciertos inventos o alterae;iones de determinadas actividades Arquiledu~ .de .
o aspectos puedan estimular una transformación, la interdependencia de todos cimen1acIon de piedra
los factores dentro de una sociedad conlleva cambios en otros elementos o activi-
L---.c..l.-:-:-:--:---'--;::::::::;-----''--¡;;,;;;;;--10.000 ne
Herram·1entas llanura Márgenes Israel, Egipto
dades. En consecuencia, aunque los cambios iniciales de la Revoluc!5n industrial microlílicas compuestas aluvial montañosas _':,rdania,
tjel Tigris- del Creciente libano Y
!ludieron deben;P a diversos dt~~ubrimientos en coaexión i.::on la energía y la me- Eufra!es Fértil Costa de
cánica, el efecto último consistió en una reestructuración de la organización y de Siria

los valores que influyó en todos los aspectos de la vida humana. Creo que lo ?lis-
mo puede afirmarse sobre las transfo1maciones más tempranas, aunque la inter-
.. ( ,- 1. edi·i del e 14 = 5.570 años), el d6arro-
pretación de muchos de aquellos cambios permanezca todavía en el terreno de la FJGUR,\ j'.
1.1. Correlaciom:s en!re la cr_on~1ogi,il \ 1~ :11,,., Ías cm;tro suhreQiones del Prdximo
especulación. llo de las comunidades y las mnov:c1on_1.:s ,c~i t~r'.1 es ~ uc a areci.:n lrat:Ídas.
Oriente. A \a derecha figuran los cap1tu\os de: 1.:sk !Jbro i.:n q P
La <,transfnrmación agrícola>) (c. 8500-6500 a.C.) constituyó ia segunda ruptu-
ra nHís importante en la evolución de la humanidad y es el tema de la primera mi-
tad de este libro. El éxito en la domesticacion de animales y plantas permitió dis-
pur.cr d1..: una fuente de alimentos más abundante y segura. La introducción de la
agricultura vinu acompañada de un crecimiento general de la población y un in-
cremento en el número de comunidades permanentes (figs. 1.2 y 1.3). Desde
siempre, las comunidddes l111manas se han sabido adaptar a las condiciones que
imponía el si-,tema natural pero, con la agricultura, el entorno sufrió alteraciones
LOS ORiGa,·;::; DE LA CIVILIZACIÓN
1 ''-;A PERSPECrIVA DEL PASADO 15
, Los seres humanos pertenecen a una especie básicamente reflexiva que inten-
ta cxplicnr nn sólo -sus 'propias características, sino tr1mbién las de la cultura en la
que se desenvuelve. Únicamente a través de ur. conocimiento profundo del pasa-
do podemos empezar a entender nuestra con dición a~tu~I. ~as pregu?tas rela-
Alfabeto
cionadas con e! origen ~• el desurrollo de las modernas msütuc1ones socrnlcs y de Metalurgia del hierro
las formas de vida cotidianas fascinan por igual al estudioso y al profano. ¿Por Carms
Códigos legales escritos
qué abandonaron nuestros antepasados su existencia natural como cazadores y Buror 0acir: estatal
re1...ulectores? ¿Qué les hizo vivir en comunidad, prefigurando las aglomeral-iones
urbanas que caracterizan la mayor parte de las regiones del mundo moderno?
¿En qué. momento pudieron controlar el medio ambiente? ¿Qué es lo que hace
civilizada a la ::ivilización? ¿De qué man,:.,ra los diversos ele""~··· · ::::~.'.;iderados
Sociedad de clases
Ejércitos perrnane~!es
Produccion e1, sene
'ºººª'] Cao.9

l-
Ciudades
-para bien o para mal- can:irterísticos de la civilización se combinaron for- Escritura
mando algo tan universalmente atractivo a la naturaleza humana ,:amo para ser Metalurgia del bronce
Tomo cerémico y rueda ]Cap B
nípidamente adoptado por gentes de todu., los rincones de la tierra? Estas ¡:::-e- Arado y animaiw~ tracción
Especialistas a !iempo
gu11tas y muchas más requieren un minucioso examen para comprender los pro-
cesos y les m.:-ontecimientos que han configurado el aevenir de la humanidad
completo
4000 ª·'·
( véase la figura 1.1 ). Sociedades
estra!ii,c:adas (jeiaturas) Cap. e
Al estudiar el cnrso de la historia. podemos identificar cuatro cambios radica- An:e normalizado
•,. 1 ..
les en b condición humana. S1 bien el más reciente es la Revolución industrial del
siglr• XJX, bien documentnrlo y analizado por los historiadores, el primero y peor . . P~IMERAS ALDEAS AGRICOLAS
lrrinac1on
conocido es la aparición, en algún momento del pleistoceno Sül-'.:!rior (c. 100.000- 1 1 .
10.000 a.C.), de: homínidos anatómica e intelectualmente modernos. Lo que dc.-
r.:..~i,dno ":ransforrnación paleolítica>) estuvo marcada por el desarrollo de rneca-
6000,,l Can.~
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uismos adaptativos que posibi::taron el reco::ocimiento de la capacidad potencial Ce 0 c\mica
del entorno, y la organización adecuada para su explotación. Utilizando sus pecu-
liares capacidades físicas, intelectuales y organi::ativas, los homínidos se situaron Comercia a larga
distanc:::
en un plano distinto al del resto del reino :nimai. Cun el ctc:¡,;iente desarrc!!o del Agricullura
bagaje cultural, íos humanos fueron adquiriendo un papel cada vez más crucial
en la configuración de su destino cokctivo. Comurndades
ESCASAMEt>rrE
permanentes 6000 a.e
OCUPADA O
Al usar el término «transformació!!", intento enfatizar que el carácter, apa- DESPOBLADA.
ricnci~ y organización de las sociedades se modificaron radica1mente. Una trans- Estabulación
C2p. 3
CAZADORES·RÉ:CDLECTORES
fc:-mación a!":-cta-:· ,'odos los il:,1-1'-'-lu:. ue la soci~dad, tanto a las interrelaciones · , AVANZADOS
Procesamiento de plantas
entre sus miembro:. como a la de éstos cr>n otros grupos humanos y con el entor- e infraestructuras
no biofísico. Aunque ciertos invento:. o alteraciones de determinadas actividades de a!,....,,acenamien1o
o aspectos puedan estimular una transformación. la interdependencia de todos Arquitectur~ _de .
cimentac1on de piedra
los factores dentro de ttna sociedad conlleva cambios en otros elementos o activi-
dades. En consecuencia, aunque los cambios iniciales de lu. Revolución industrial Herramientas
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LLlanura Márgenes Israel, Egipto
10.000 ac
pudiernn deberse a ¿; :ersos descubrimieütos en conexión con la energía y la me- microl!ticas compuestas aluvial montañosas Jordania,
cánica, el efecto úJ!imo_consistió en una reestructuración de la organización y de del Tigris- Qel Creciente Líbano Y

los valores que influy6 en todos los aspectos de la vida humana. Creo que lo mis- Eulrates Férlil Siria de
Costa

mo puede afirmane_ sobre bs transformaciones más tempranas, aunque la inter-


pretación de mudJG? de aquellos cambios permanezca todavía en el terreno 'de la
cspcculé11... ;,~n. ,,·. ··d·t media de! C 14 = 5.570 años), el desa:ro-
F!GURA 1.1. Correlaciones cn~rc. la cr.ontilo,,.i_a, (,1_ 1'• ª las cuatro suhn:ginnes del Pr{,ximn
· 1 d··. , ¡- s mnovaciunes ,._,1 tur.1 (:.S .... n · d
La ,.trnrn;formadón agrícola1, (c. 8500-6500 a.C.) constituyó la segunda ruptu- !lo de las comumc a t:~ } ,l. • • j, , ·¡ ~ libro en que aparecen trata as.
Oriente. A !a derecha figur:rn los capltu 1os t: es t:
ra más imro.rtrmt::_en J~¡ evolución úc la humanidad y es el tema de la primern mi-
tad de esw libro, c.J éxito ~n la domesticación de animales y plantas permitió dis-
poner de u,w fuortt~'dc _ahmentos más nlmudante y segura. La introducción de la
agrict.:'.lura vino ;'fC-0-nlfHtfi_nda de un crecimiento general de la población y un in-
c.rcmenlo ü/1 e~- ~fi7'?f?,:,de comunidaúcs permanentes (figs. 1.2 y 1.3). Desde
~1cmpr_c,
1
lw: (:mrmn:rd.mcsJiumanas se hnn sabido adaptar a las condiciones que
1m: 1Jn1a el .il!:!ofmUil!'ur,ot1p~1ro, con la agricultura, el entorno sufrió alteraciones
LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN UNA PERSPECTIVA DEL PASADO 17

FIGL".-\ 1.2. La actual aldea de Ekinciler asentad:: eu las lüderas de los montes Taurus en cJ
sureste de Anatolia. Fue construida sobre el montículo de una comunidad anterior, co 11 tin~;mdo
el .lento p~oces.o que_ ha llevado a la :ormación de tells en el Próximo Oricnk (fotouraífa del F1GCRA 1.3. Actual aldea de los montes Zagros irmues. Las construcciones de picdrn. barro Y
Jomt Prclustonc ProJect de las Universidades de Estambul y Chicago). - madern se asemejan a ]ns edificadas en las aldeas prehistóricas snü ... das en las cc:11...,nfas.

~e u~? intensida~ inusitada como el desbr02:Jmiento del m~nto vegetal. la intro- pició la instauración de la propiedad, tras lo cual el acceso a los bien~s pn:iuuct!-
uucci_~n d_e esrec!es alóctonas de J?lantas y animales y, en muchas r. cgioncs.
. la ai- vos quedó restringido a ciertos segmentos sociales. S;n duda, los camb!"" en la v1-
tera~1on 1rre\ers1ble de sus ecosistemas. Aunque los Ionros humanos fueron si-:":1 del mundo. en los valores morales y en la propia imagen acompañaron las
c~n 51d:~.1b!es en _términc:; de crccimi;nto poblacional, en ~uchos lugares ocasio- innovaciof!CS m~teriales apuntadas por los arqueólogus. La transformaci(,;-, agrí-
n _ron al m1s~o 1Iempo efectos negativos. Las m0dificacicaes que provocaron !n,; cob conllevó una amplia constelación de cambios económicos. organiza ti, os Y
~n?1eros a~ncultores g.en::raron un proceso ue degradación que todavía hov con- morales que dieron lugar a una nueva etapa de la humanidad. Es imponante en-
trnu3 afectando a amphas úreas Je tierra. ·
tender la sociedari agrícola al¿~ana, porque gran parte del m11 ndo no ha super:i-
La lrans~ormación agrícola no incidió únicamente en las esferas subsiste11cial do todavía este nivel y porque ader.·,ás estableció las ba~cs necesarias par,i el sur-
Y_ ~e poblam1cnt~, aunque sean estos los aspectos que se reconocen con mavor fa- gimiento de la civilizacióli urbana.
c~li.darl "n el registro .arque?ló~ico de las sociedades prehisté:-:cas y guc hin sido - La tercera transformaciór.., objeto de la segunda parte de esie libro, se deno-
ºº!~lo de profun~as 1nve~t1gac1ones (G. \Vright, 1969: Flannery. 1973; Recd. ed .. minó ,,revolución urbana)) (Childe, 1S36). Las ciudades y estados de la antigiic-
191 !)- Lo~ arqueologos tienden a considerar los cambios en las actividade:; de dad con sus atributos de civilización constituyen su evidencia. El urbanismo no
subsistencia dcsue el punto de vista de las pr;,1cipalcs innovaciones tecnológicas sólo produjo un incremento en el tamaño de los asentamientos, sino también pro-
~ue las ~rocu:aron_. S!n embargo, los ca!Ilbios organizath'os que acompañnrCm a curó cambios fundamentales en la naturaleza de las interacciones humanas y en
~ada una de J,1.s prmc1pa!es tra~sformacmnes fueron LaJtJbién ¡Jrobablemente de la estructura de la comunidad {Adams, 1966a). Los procesos e instituciones [',C-
ig~al O m~yor 1mpvrta~~iu. (Smtth,_ 1972a). Los utensilios u otros medios que im- nerados por el urbanü.1no continuaron desarrollándose hasta formar la estructura
plicaron la .tra~sforrnac.mn fueron importantes en su momento, pero tuYieron un básica de la sociedad coritemporánea. En iu. act-... alidad, ía m.iyor parte de los ~e-
papel transJtono Y se vieron reemplazados rupidamente. e incluso en a!nunos lu- rP'- humanos vit~ en cornuniúades urbanas fundadas hace 5.000 años en las ue-
~ares del ~un~~ ni si9uiera llegaron a ser conocidos. Sin embargo, 1~tcaml1ios rras bajas de Mcsopotamia {hg. 1.4).
n la orga1~1za~10n social fueron tan fundamentales que su estructura se mantu\·o Aunque un e,:;::_n número de innovaciones típicas del mundo moderno, com_o
dduradnte m1lemos y muchos de sus efectos todavía pueden ob:,\.,rYarse en la acllF•- la escritura, la ética, ivs códigos legales cscrilos, la rueda, el arado, la metalurgia
l1 a . --
y los principios de ingeniería, se manifestaron por primera vez en_Ias ciudades de
t La rrans~ormación agrfcol~ provocó la metamorfosis de casi todos los aspee- Sumer (Kramer. 1959), los avance.;: más significativos correspondieron~¡ l.~ orga-
os d~ 1~ so:1~edad. La_ ~rod_ucc,on Y el almacenamiento de l'íveres estimularon la nización .:>0cial. El acceso diferencial a los recursos estraté;;'.:os se conv1rl10 en el
~specia!Jzac~n11 de activ1daues ~n la ya in:ipientc división del trabajo de los caza- elemento definidor de la estratificación social y constituyó la estructura básica de
ores-recolcctores. Las comunidades agncolas, mavorcs v más asentadas. necesi- las comunidades. Los sistemas de autoridad política, jerárquica y administrativa,
taban nueva_s .f_?rmas_ de organización social y políÍica. La estructura fan~iliar, el que a menurl1J utilizaban códigos legales C:;scritos, emergi_eron como mccan.is1~1os
rol Y l~ po~~c1on social de las ::1ujeres se alteraron radicalmente debido a que la organizativos. La economía, por su parte, estaba caractenzada por la especrnI:za-
domes~icac1on generó pr?fundos -:ambios en el estilo de vida. Las viviendas, los ción artesanaL '.:i producción industrial y el comercio a gran es:ala. La orgamza-
artefactos pesados Y las tierras de labor constituyeron la infraestructura guc pro- ciú,1 de t:1 guerra, tanto en forma de grandes trahajos para la de1cnsa romo por
~

18 LOS ORÍGE:-;Es DE LA C!VIUZACIÚN UNA PERSPECrIV-\ DEL PASADO 19

mis. Las !!amadas <i~g:iones prístinas,, prnpordonan más informaclóú. sobr~ el


crecimiento interno de las sociedades complejas que sobre los efectos secunda-
rios producidos por factores cx!ernos en las culturas que tuvieron varias opciones
ante sí. El contraste cmie sociedades agrícolas prístinas y secundaria:: y las urba-
nas es útil porque los estímulos y procesos que contribuyeron al desarrollo de las
primeras fueron riiferentes de los de las sociedades que se desarrollaron junto a
civilizariones más avanwd:1s. El registro etnoh1sLórico está repleto de ejemplos
de sociedades simples que se COG'-.'irtieron en agrícolas o Urbanas bajo la influen-
cia dlfci:.- 1.a de otr<1..; civilizaciones pero, según Morton Fried (1967) y otros, l::is ci-
vilizaciones prístinas se limitan a J'Vlesopntamia. India, China, Mesoamérica y los
Andes centrales. Se ha defendido incluso que India y China recibieron una g:an
influencia de la antigua civilización mcsopotámica (\Vheeler, 1968).
Las evidencias arqueológicas nctuales indican que no existe ninguna región
donde la agricultura o el urbanismo se desarrollaran antes que en el Próximo
Oriente, aunque nuevos descubrimientos en el suresk: asiático u otros lugares
puedan demostrar, a la larga, iu contrario. Sin embargo, nadie pondrá en cuestión
que el Próximo Oricnk influyó mucho más en la naturaleza de b civilización oc-
ci::!~ntal que ct::ilquier otra park del mundo. Directas~, C-'lncatenadas relaciones
históricas vinculan los últímo~ ;iuct!Js e imperio;:¡ históricos del Proxirr.c- Oriente
con las antiguas cir:'.:zaciones mediterráneas de Grecia y Roma, reconocidas en
rnuch1J...: asper10s romo anct:J,ros de la c-;vi!ización europea. Griegos y romanos se
vieron influidos por la iitcratura. la ética. la cieill::ia, la mgeniería, el arte, la mito-
logía, la arquitectpra y la admi;".istración pc~:tica de sus pre(1'.;'cesores del Próximo
Oriente.
La perspectiva si::/,5.mica asumida en t:Ste libro no disocia entre procesos prís-
'.!?U<A 1A .. Vista aérea e.Je !:-: judad moderna de Erbil, en el norte de Iraq. La ocupación . . usi tmos y secundarios, aüi1que tal considernción también hubiera seleccionado el
min!errumprda de cs1c lugar durante \·arios miles de mios ha formado un alto montículo de de- Próximo Oriente como región obje- 1.') de estudio. Ningún poblamiento, y mucho
~~.;Jl(;s _cultur •.lcs. En el inlcrior de la muralla de la ciudad, los edificios se ipifian a lo !ar~::i de menos ni'lguna civilización, se Liesarrolló totalmente al margen de influencias ex-
c<1lkJudas estrechas y tortuosas. !:iah·ando las distancias, la imagen de esta dudad amur:ilada
nos !iace pensar en el aspecto que debieron de tener las antiguas duuadcs mcsopotámicas (foto- tranjeras. El propio proceso de civilización constituye la evolución de una serie
g.rnfia de Acrofi!ms Ltd. Derechos n:sern1dos). de componentes interactuantes en un sistema en cJntinuo desarrollo. Incluso en
:t\fosopotamia, donde no se han registrado civilizaciones mas ar :guas, la iníluen-
cia de las poblaciones limítrofes tuvo una importancia crucial. Por ello, conside-
rarnos aquí como propias de la '(urbanización secundaria>) sólo aquellas socieda-
medio de expediciones bélicas, jugó un papel crecii:ntc en la supervivencia de las des que alcanzaron el urbanismo baje la tutela directa o la amenaza de civilizacio-
culturas. nes foráneas, lo que es habitual cu el desarrollo y expansión de las ,:ivilizaciones
~!1 general, podría decirse que las consecuencias esencLles de la transfor- más tardías.
macmn ..urbana atañen ~ un__c;::nbi_o en l? escala de los asentamientos y en la Aunque no todas las civilizacic .. es emanen de! ~róximo Oriente, no debería
c?mpleJ1dacl de la orgamzac10~ social. El rncremento en el tamaño de las· cornu- minimizrirse la gran importancia de los tempranos avance~ de esta región. Preci-
mdades supuso, a su vez, otros cambios en loe mecanismos un.rnnizativos. Por samente, por ser una región prístina e influir sobre otras civilizaciones, muchos
todo ello: !~ aparición de formas institucionales de integración s~cial totalmente estudiosos, entre los que me encuentro. la han seleccionado para investigar sus
nuc~as d1strngue al urbanismo como uno de los pocos logro::. 1-undamentales de sociedades prehistóricas e históricas tempranas. La complejidad de su proceso de
la h1s1011a. civilización y la abundancia de S'-'S evidencia.<: resultan demasiado amplias para
µrestar la misma atención a todas sus manifc:;r:::iones locales. Por consiguienie
he descartado una historia pormenorizada rcf-:rida a la totalidad de la r~gión y he
Focus GEOGRÁFICO preferi·!o presentar la document<1ción de los desarrollos culturales más importan~
tes según el orden en que acaecieron. De esta manera. ccntnu·é el énfasis en las
. Es posible estudiar la introducción de la agricultura y la emergencia de la áreas que cuentan con mayor información sobre los desarrollos más antiguos de
vida urbana en muchas regiones de! mundo. De cada re:;'.:Jn estudiada podría- cada etapa. La mayoría de los datos ha sido seleccionada de los yacimientos que
mos apr~nder mucho acerca de los factores que favorecieron la vida sedentaria v cuentan con un importante volumen de material publicado, e bien entre los que
una creciente complejidnd organizativa. Sin embargo, sólo eri Jnas pocas la agrf- he tenido acceso personáL
cultura Y las comunidades urbanas C\ulucionarou Lür. escasas influencias exÍer- En los c,ipítulos 2 y 3 exponemos ci ,nedio ambiente y las culturas de las dis-
20 LOS ORÍGENES DE LA CJVILIZACIÓN UNA PERSPECTIVA DEL í'ASADO 21

tintas subrcgiones del Próximo Oriente. Un buen conucimiento de!: .....~ondicio-


ne~ ccológic:s y humanas de h.1 región a finales d"31 pleistoceno (c. 8000 a.C) nyu-
da a entender por qué ,ilgunas culturas lG,...1les empezaron a desarrollarse rápida-
mente adoptando nuevas estrategias organi::itiv~s y subsistcnciales.
Hemos limitado geográficamente el estudio de la transformación agrícola a 1
dos subregiones que considero cruciales, el Levante y el aico que conforman los
montes Taurus-Zagros, eníatiz::mdo las diferencias y similitudes 411e existen en
los Jivcrsos yuci:nienlos conocidos. Ambas regiones han sid0 investigt:.Ju"' inkn-
~¡¡mente por los arqueólogos, dado que son exponentes de un desarrrilJo tempra-
no y. en cierto modo, atípico.
El iÍrea geográfica a la que prestamos mayor alenci6n en rcíación a la discu-
sión sobre el surgimicnt::, de las ciudades se restrínge a ld fü.!]a Mesopotamia,
descrita con mayor detalle que el desarrollo sincrónico egipcio, mencionado con
el único fir¡ de relacionarlo y servir de contrastación al ejemplo sumrrio. Parn A 100.000 80(JU 1800
a.e d c.
cada una de las etapas dP. desarrollo, el análisis se limita a los asentamientos que '"
se hnn considerado los más avanzwios de la región (nuestro conocimiento reílcja.
en grnn parte, valoraciones de anteriores arqueólogos). En un ,.,studio más ex-
haustivo, se debería alternar el énfasis en 10s asentamientns más grandes v desa-
l
rrollados con un tratamiPnto equitativo de todo el sistema de Poblamiénto de
cad;:;_ ;egión, y tener en cu.:ntú además la interncción entre las regiones avanzadas
:; '.,.- ., ..... ~ •• .J po.:....:e;¡ com! 1 nidadcs tan complejas. Por 0 1 momento, los antiguos
"ug
u
ro
prejuicios arqueológicos y la carencia Ue datos impiden una ev;.Üm!L;ón exhausti-
va y nuevos análisis. No obstante, podría resultar contraproducente ...:vit:'.!r una FIGURA 1.5. iv!odclos hcurístiros ic.
a!ternatirn~ "obre la naturaleza de E
síntesis de nuestro tema pnrque lú base de datos resulte incompleta. pues el fun- o
las transformncioncs culturales: ü
damento del progreso científico lo constituyen Ia, hipótesis que nos a} üdan a (A) función de aspecto escalona-
ccntrar·11uestras idc;1s y a dirigir investigaciones fut11ras. do: imp]ic¡¡ cambios nlpidos y dis-
contlnum: (B) función de aspecto B 100.000 6000 1CJ0
en .. rampa» representa un creci- ,o ~ c. e.e
miento lento y w·umulati\'o. Tiempo_--,,...
PERSPECrJVA JNTELECTUAL

Cambio cultural

Con frecuencia se ha sugerido que la mayor aportación que la arqueología tema y en toda la sociedad podrfan conceprnalizarse mejor como series de líueas
podría hacer a las ciencias sociales sería un programa de investigaciones cenlrapo continuas con proporciones variables de cambio. Una de ellas podría indicar que
en el cambio cultural y que abarcara un gran período. En ninguna otra disciplina el cambio cultural consiste en un iento pruc1:so continuo o bien en una serie de
social la invc~ti¿;ación llega a remontarse tanto en el tiempo, ni dispone para su nípidas innovaciones. La primera alternativa se presenta como un moGJ de cam-
estudio de tal diversidad de sociedades. Además, muchos Je los procesos C.d pa- bio en forma de . :-ampa)) y la segunda en forma (<escalonada)) (fig. 1.5). Ambos
sado ya no se pueden producir, co1110 por ejemplo lo<= orígenes de la agricultura y modelos son simplificaciones excesivas, dado que el proceso del cambio cultura!
del urbanismo. Si bit::n no cabe duda rle que comprender el funcionamiento G.; es una combinación de ambos y en el proceso de transformación los subsistemas
una sociedad prehistóric2 en un m"mento determinado es importante, también pueden presentar des2.:-!'ollos diferenciales (Braidwood y Willey, 1962). La elec-
es esencial saber cómo cambiaron tales sociedades a traves del tiempo. ción del paradigma que se ajuste más a la realidad empírica co~cieme directa-
Propuestas de cronologías y periodizaciones constituyen la respuesta usual de meiú . . a la perspectiva intclt:dual asumida por sada científico, al l!,!Ual que la or-
los arqueólogos a los interrogantes del cambio cultura!. Esta manera de proceder ganización de este libro.
es un reflejo de la estructura física de nuestros datos - depósitos ~.:;tratigráfica- , Un modelo en ,,rampa>:- implica un cambio gradual, sin discontinuidades im-
mcntc superpuestos- y una perspectiva conceptual que prima la clasificación. portantes causadas por los in~ividuos o sus invenciones, :::ientras que u11 model?
Sin embargo, tras un cuidadoso examen se puede obsen·ar cómo el criterio de ((escalonada), implica avances bruscos, que acontecen en períodos breves, segm-
demarcación que se sugiere para los perfoJos cronológicos o culturas espacial- G.Js de una relativa estabilidad. Ambos paradigmas se emplean en esta obra para
mente diferenciadas no es tan preciso como se supone. Lns culturas se componen diferentes aspectos relacionados con los dos principales estadios de transforma-
de subsisLemas interrelacionados en los que participan los miembros de la socie- ción q:.;e hemos investigado. En general, creo que los cambios más importantes
dad. Estos sub5';'itemas pueden cambiar en diversa proporción eli::1inando los lí- se produjeron lentamente, quizá sin que 3us protagonistas se dieran cuenta de lo
mites entre períodos concretos. Las variaciones que tienen ln~1r en cada subsis- que estaba sucediendo de manera significativa. Los factores ambient:i!::s. cultura-
LOS ORiGENES DE LA CIVILIZACIÓN UNA PERSPEL iTVA DEL PASADO 23

\es v socich:igicos e_ie.n:i1,ron una presión selectiva constan,,_.....,·;_ivort::.ciendo ciertas


Estadio 1 Estadio 2 Estadio 3 Es1adio 5 Estadio G Estadio 7
Jí:'·:as de desarrollo que resultan obvias sólo cuando se considcr·, un amplio in-
1cn·alo de tiempo que excede al de varias generaciones. También creo que las al-
teraciones en cada uno de los :iub:;i:;tcmas constitutivos de 1 as SOL~eü,1des en Recolec•
lores
tran.slormación fueron graduales. En consecuencia, al analizar un proceso que especiali-
cubre un espacio de tiempo tan amplio, somos mcapaces, hasta el momento, de zados
- sedentarios

,-
diqinguir periodos tan breves como los años. (aldeFIS)
p(,r otra parte, el paradigma i<escalonado)> es ¡-¡,;j:; signifi.:alivo si se observan Pennanecen en

n • r-
!as tierras altas
como un todo las transformacior..::!S agrícola y urbana. En :2rminos históricos, las
!.:rancies transformaciof1cs parecen haber sido, en realidad, escasas y relativa-
;ncntc cortas en duración. En comparación .::on los dos o más millones de año::.
durante los que los seres humanos fueron cazadml.'.s-recolectores, los dos mil 1

años rc::¡ueridos para completar la introducción de la agricultura en muchas Cazadores

-
áreas del Próxi1110 Oriente semejan una instantánea. Es posi:Jlc que desde el ori- Cazadores f---->
y
y -,. Agrtcut!ura ,-,. Aldeas
agrope•
-,--, Ciudades•
~
Ciudades-
~

Estados
gen Je la agricultura hasta la consolidación y mejora de la vida agrícola haya recolecto,t:~
recoleclores en aldeas
,._ sedentarias cu~~:5 templo 1---" est<!':'.l ~ nacionales
I<-- I<--
tr;mscurrido un períodi:., de dos mil años, pero es difícil enjuiciar!.,¡ r"•.-te período móviles I<-- intensivos avanzzdas
seden!artos

~-·"·~lT
Je relativa estabilidad es una simple interpretación uqueológ;,;a o bien una rea-
lidad del pasndo. Tras esto~ dos mil afos acor,teció otro corto períodn de rápi-
d;1s innovacic;-.~s, la transformación urbana. Durante unos mil años. las ciudades
se convirtieron en centros de poblamiento y emergieron or!!anízaciones adminis-
comercm v la cor.qu1st?
t rn! ivas Jerárquicas. La razón de que estas ;rancies transformacinnes parezcan
huber tenido lugar en forma de <(progresión escalonada)) e5 1 riba en 4ue rcpr.::-
scntan cambios globales que implican una constelación de subsi~temas y factores
que pueden 1-..:.bcr cambiado más lentamente. Aunque las diversas 111..Lividades
pueden cambiar de una forma lenta y ¡:,_~ntinua, sólo impulsam.io cambios adicio-
nales se ~:lcanzan ciertos puntos cruciales que aceleran las inleracciones entre las
- Cazadores
y
recatee-
tares
intensivos +-
móviles
_,. Manim1·
!ación
móvil

1
Yariablcs. Por consiguiente, la interrelación de muchos ;•.;pectos de estas dos
trc1nsfu,macioncs justifica su magnitud y la aparente réi,pidez con que se llevaron
a cabo. FIGURA 1.ó. Siete estndios correspondientes al dcsarro!lu de !os patrones de subs.istcncia Y
E.s neo'snrio adoptar un sistema cronológico para estudiar los datos arqueo- asentamiento en el Próximo Oriente (véanse Je~ fig.urns 4.6 y 7.1 y el texto correspondiente para
lógicos en referencia al cambio y a la estructuración sincrónica. Una forma de ha- um1 discusión mi'~ rlnh!1->,i,, 1
cerlo cs. clasifícar la inf0.-mación e11 períodos cronológicos. entendiéndolos como
unidades analíticas primarias. Aunque los arqueólogos proceden así a mc.,_udo, ia
prrcisión cronológica suele re:::;ultar insuficiente para deducir contemporaneidad,
y su::; interpretaciones tienden a ser meros listados de artefactos-tipo en vez de debe cnnfundir con una explicación de por qué se produjo una transformación.
anü!isis de funcionamiento social. Un método alternativo consiste en considerar Para ello, resulta de especial interés investigar cuiiles fueron los pr?cesos que
la cvidc.,cia arqueológica en una serie de estauios de dcsarrollu. Estos estadios se ocasionaron que los af;:::ntamicntos adoptaran un2.s formas detcrnnna~as. De
pueden definir median~;; cf!!nrios subsist::m:ialcs, de organización de la comuni- aquí la importancia de describ~r no ~ólo l_os result~?os de los ~ro:eso: (~1.stc 11~a~
chd u otros crit~rios seleccionados por los investigadores (fig. 1.6). Aunque este sucesivos de poblamiento-subs1stencm). smo tamb1en las relaciones ch:: l?s ~ana
meto¿o tamhi..:n es arbi::ario y selectivo, centra el análisis en los principales com- bles irnplict1das, ya que éstas constiillyen el proceso misrn~. Nuest:o ob!eti~o es
n11ncntes del funcionamiento social. En este libro. los datos sobre vacimientos in- investigar cada uno de los avances concretos que se produ1eron e m.te11Lar iden-
:.-cstig;ir!os se presentan siguiendo los períodos estudiados por s~s excc1vadores, tificar Tas variables generales que bs originaron. Las .variables crucrnl~s en una
mientras que los modelos interpretativns y la organización total de los capítulos transformación podrían ser investi;:adas en otras, s1e~pre que se tengan e:1
se hun enfocado desde el punto de vista de lus difcreni'--" estadios de desarrollo. cuenta los diversos contextos sistémicos que las produJeron. Un~ vez recono: 1-
De ahí que se proporcione al lector la información cronológica para evaluar los das las variables culturales recurrentes y exp~icadas sus intcrr.elac1ones, dehcna-
estadios de desarrollo tal y como aquí se definen. mos ser capaces de propoaer leyes útiles susceptibles de exphcar otros caso~ es-
Las transformaciones agrícola y urbana pueden dividirse en una serie de sis- pecíficos de cambio. . . . .. , _
tc~as de poblnmicnto y subsistencia alternativos, en los cuales participaron las Se suele utilizar una pcrspecll\'a e\·olutlva para mtegrar el inat_e~1~J! c~:respon
anliguas comunidades (fig. 1.6). Comprender las causas que originaron unos =iente al largo período que comprende el advenimiento d~ la c1~'1llzac1~.~ en el
1
car:~ ,ios específicos requiere una descripción de lo-; :;istemas. Sin . .embargo, . in- Próximo Oriente. Para podt:r investigar las causas del camb1? cuLural dc~dc una
cluso una descripción completa de tales sistemas '"1 su orden cronológico no se perspectiva evolutiva son necesarias dos hipótesis interpr.::tattvas: 1) el comporta-
LOS ORÍGENES DE 1_A CIVILIZACIÓN UNA PERSPECflV~\ DEL í'ASAD0 25
24

m:cn7"::i humano es adaptaiivo, y 2) las formas sucesivas de una comunidad es!.án al bagaje cultural y al simbolismo. Ei estudiu de los divcrsoc: de·~arroilof, cn1luti-
ligad:1.'i poi ;n cultura y la tradición. De ahí que la continuidad a través de lare:os vos específicos i11cluye una in\'estigaci~~ de los c.amhios aco~necid?s ~~ cada
períodos pueda rastrearse en los patrones de aprendizaje v mecanismos cultu""i-a- grupo individual y en una pequeña reg1on determma?ª· Unn m~•est1gacmn que
lcs que i1 ansmnen la información, mientras que las fonnas 'soci::ilcs cambiantes se debe enfatizar las relaciones históricas entre las sucesivas comumdadcs. La evn·
refieren a lo que sus componentes consideran estrategias adaptativas. La estrate- h.:...:ión específica conHeva una especialización que conduc~ ~~ múltiples vín~ de
r_ia adaptativa no imp~ica que las persona~ siempre traten de m3J..imizar sus op- cambio. En una situación extrema. una cultura puede especrnhzarse extraordma-
c1nnes a corto plazo. smo que. a :.1 larga. tienden a un comportamiento económi- riamente para adaptarse a unas condiciones ambientales p3:-ticulares, ~ero la
co. I.:'a con~ ucta adapt_ativa depc~dt. e_n parte de las estructuras culturales porque mayor parle de las sociedades de este tipo no prospcrn~ durnnle mucho 11empn.
hi:· <.11tcrnat1vas perc1b1das por el ind1v1duo que toma las decisiones están influidas LGs situaciones v los recursos cambian, y si una conrnmdad permanece aferrad.:,
por los valores culturales. No obstante, la m2yor parte de las decisiones deben ser a un rnoJu de vida específico. puede ser incapaz de supe:a'.· el cn~bio. De ,~quí
acordes con las opcrtunü.tHdes socioam~ientales, mientras que las culturas o las que uno de los mayores logros de las sociedades. úel ~rox1mo Onenle n.1u14u.i:
pcr:-onas que se apartan de la norma suelen fracasar. ~n su capacidad oar[! apropiarse de los recursos d1sp_nmbles. y adaptar su organ_1-
Dos procesos se combinan para determinar la continuidad cultural v ~1 cam- zación a las oportunidades cambiantes :¡ue el medm ambiente y la tccnologm
bio e\ '"!l_utivo: generación de variedad y selección de variedad (Plog, 1974b ). Cada hacían posibles. . . . .. .
p Jblac10n humana está continuamente generando rnriedad. La mavorí:: de la
1 El pru..:eso general evolutiH1 enfatiza la presencia de dnere~tes e~liid!~s de
gente conoce t;,da una variedad de formas de alcanzar un mismo objétivo (v sin desarrollo y diversas truns10rn1aciones en cada uno de ellos. L.1 1nvest1gac1on de
cmhar_; . ~ deciden utilizar sólo una). Las fuentes potenciales de variedad incl~ven este procese, general exige un ,málisis de las sem~junzas que r:ucden observarse
el co'.1tacto con lc.s otros, la invención individual)' el aprendiLaje erróneo. La Íen- en situaciones dispares. Un ílnci!isis de este tipo mcluyc cxammar problemas ~e
dencia general observada en los :rupos humanos es la de aumentar la variación organiz.:.~ión, camplejidad y utili7:ieión de la energía .. Mientras que la scc~e~cia
d.c. c,•qccptos y manifestaciones culturales. Por !,:!jemplo, una fonna de generar va- histórica concreta de los acontL.:imientos y el pobl.11m•.:"ll0 compone el pnnc1pal
nedat.1 desde ~¡ punto de vista de las manifo::.~.iciones culturales pud;<a ser la re- testimonio de los µroce~ns específicos, la evolución general 7~pres~1 un mvel gl~-
prcscn!:1d_a por los difereJJtes r.:JJos G.-: fabricar y decorar vasos cerámicos de al- bal de adaptación y organización. En ei concepto _de evoluc1on ex1s.te una duah-
n,;1cl'!la1rnento del agua; de:-cie el punto de vista de las estrnt:.:gias y los conceptos dad explícita que úcbpría ser considcradn desde chferentes ¡.1erspccuvas en cuan-
cullurnles, se trataría de los diferentes métodos para la obtención y preparación to;:¡ !.Js procesos que contienen elementos Oc ambas. Para ello es fundamental un
de un ,lt:tt:rminado alimento. enfoque que esboce las carnch:rísticas obscrvnbles y los diversos desarrollos pro-
Selc~:cionar la variedad es el proceso por el cual los miembros de 1ma soc:::-- píos je una situación co::creta junto con los cl_emento~ qw~ 1 eng.3n un mayo~ p~s~,
dad iiac~n us? únicnmcnle de. un nú1nero limitado de las variaciones potencial- en el desa;:-ollo gcn(:.,al. A 10 lamo de este libro se intentan establecer las d1~c-
mc,:te d1spomb'.cs. En una socICdad en la que los procedimientos c!e selección los rencias entre las ftt,Ularidades significativas, la complejidad y el grado de ~'ana-
deciden su.,, miembros de común acuerdo, se suele preferir un modelo de com~ ción cultural que el registro arqueológico proporciona r•1 cada uno de los mveles
portamicnto. Entre las presiones q"e afectan a los patrones selectivos de un gru- de desarrollo.
po hui.nano. se encUt::11lran e: medio an:!:Jientr. la tecno!u 6 ..... ,..;;..,t-'·-"1iUie y las
creencias c~!turales. La elevada productividad de ciertas elecciones hace que és-
tas se conviertan c;1 componentes deseables de ciertos modelos, y sean rápida- Esquema mre,pretativo
mente <:doptadas por nuevas sociedades, mientras que otras propuestas menos
produclivas no torr.:m cuerpo. Existe toda una gama de elecciones, especialmente Los métodos para recoger ). analizar !os datos arqueológicos, ~sí como p~ra
e~ .lo que se refiere a estrategias de subsistencia, que no son productivas en con- pre~entar la información, están estrechamente ligados al ~squ~m~ 1~terprctat1vo
d1c10nes normales, ;-ero que .sin emhugo resultan U.e incalculable vale:- en pc;-ío- de cada investigador. En este libro se ofrece una perspectiva ~:::tem1ca de la. cul-
d?~ d_c gran pobreza. Las sociedades que con.servan este tipo de estrategias sobre- tura en la selección e !::tcgración de la información. Los c_rnnpon~ntcs escncrnlcs
v1v1ran. aunque no las empleen regularmente, bajo condiciones críticas frente a de este enfoque incluyen las siguientes proposiciones: 1) los miembro~ de un;1
otros grupos que reducen sus opciones de forma rigurosrr. cultura participan de ella de forma diferencial; 2) la c~l_tura es mult1fu:me Y
En un medio ambiente estable (en sus dos aspectos, social y biofísico), los re- contiene subsistemas interrelacionados. y 3) la comprens1on de las cu_ltur<1s ?el
sultados de la gen'!ración y selección uc variedad refuerzan esa estabilidad den- pasado, por parte de la arqut:ología, debe obtenerse a _partir de .la i_nlormac1o_n
tro de los límites culturalmente rlefinidos. En un medio cambiante. la variedad extraída de los restos matcri;J.les (Binford. 1965; Strucver, 197t..\Var.son: Le-
ge¡¡~radora y selcct~va de lo~ me~anismos de' que dispone un grupo humano es Blanc v Redman. 1971). De estas oropuestas se deducen diversas 1mphcac1on~s
crucrnl para el cambio evolutivo e mcluso para la supervivencia. mctod~Jógicas. 1á m:ís ·impc:-iante tde las cuales establece que un ejemplo •<típi-
El proceso evolutivo éS a la vez espccífr:o y general (Sahlins v Service co)• por sÍ solÓ no puede suministrar información suficiente sobre el. pas~d~, Y
1960). La. evoluci.ón ~specífica eslá basada en el principio por el cual Ías forma~ que una comprensión adecunda de las sociedades del pasado es. posible um~a-
de vida tienden mev1tablcmente a la diversificación. en ausencia de presiones mente : partir del rango de Yariación entre los miembros de un sistema Y sus 111-
fuertemente selectivns (centralizadoras). Las Poblaciones aisladas se diferencian terrelacio::es.
L:_co~ómicamente entr~ sí por ;.,justarse a l~ :;plotación de sus recursos particu- La aceptación Je una perspectiva sistémica de la cu!cura h_a llevado a muchos
tircs, Y los grupos soc1,il.:35 a menudo se d1stmguen entre sí, en lo que se refiere aiyueólogos a interesarse por los principios Ue In rcoría de s1srema.L Aunque ::~:
2ó LOS ORiGENES DE LA CfVILIZAC:é:,i- UNA PERSPECrlVA DEL PASADO 27

adopción no haya revolucionado la disciplina arqueológica, ha contribuido de l. Cic:,J:; de rctroalinientación positiva entre las variable; que. prnmuc\'Cn el
tre~ formas distintas a la investigación al proporcionar: 1) una perspectiva teóri- cambio. . .
i.;a, 2) un cuerpo de conceptos, y 3) modelos sistémicos para establecer hipótesis y 2. Estímulos mcdioamhientalcs o culturales (o ambos) que establecen e m1-
prononer interpretaciones (Watson, LeBlanc y Redman, 1971; Plog, 1975). Los cian !as relaciones de retroalimentación positiva.
defensores de la teoría de sistemas plantean una ra::rspectiva global según la cual 3. ¡-,.1ecanismos de estabilización y regulación que surgen para controlar e
existen relaciones sistémicas elementales que se encuentran en una gran variedad inteITrar los cambios que hayan tenido lugar. _ .
de seres, animados e inanimados. Esta postura e;,,.jge, como punto de partida. un lin in\'cstigador que siga un modelo sistér11ic11 eficaz debcria ser capaz ~e P~"'-
enfoque holístico capaz de examinar un sistema y enfatizar las interrelaciones en- decir los acontccin~ientos derivados de una situación dada, con ~~os cs:::nu1os
tre sus partes. Algunos arqueólogos han intentada ir más allá en su interpreta- iniciales y unas potenciales relaciones de retroalimentación cspe~!hco~. Una ex-
ción de las sociedadP.s del pasado y han sueerido que los r.:!stos arqueológicos en plicación. adecuadn exie,e una profunda .comprensi?n de: fenómeni ,ºbJ~to d.e es-
sí mismos y los conceptos utilizados para Su cJasificación podrían tratarse con ma- tudio que incluya rc!:>¡:1._•estas a las cue~tJones del como J el porque ~e p1odu.10 ~:n
yor provecho en un contexto sistémico (Clarke, !968; Schiffer, 1976). A pesar de proceso determinado. Este planteamiento, aparentemente determ!msta. P.□d .. J.
que estos planteamientos innovadores se encuentran todavía en una fase inicial, parecer pnco ,ealista a cierlcs científicos sociales, aunque no debena s~r a.si.- Ad-
están contribuyendo con propUbias más realistas y globales a la organización de mituinos :;ue las com"nidades prehistóricas estuvieron formadas por mdn·1duos
!.'.:!s interpretaciones arr:ueológica~. que tomaron decisi?nes basadas en ~o~sideracioncs r~cional~s .º o_ie!1, e1: omt~ d~
En muchos de los análisis que aparecen en este libro. al igual que en la biblio-
grafía arqueológica actual, se manejan conceptos sistémicos. :Cl principal propósi-
to al inccrporar términos como el de (ffelaciones de retroalimentación positiva>>
aparente irraciOT'3hdad. Con el surg1m1_ento de un~ :Jite adm1mstr~t1:? ~or~pues
ta por una pequefin parte de .la población, l~s .dec1smnes Y los obJet1\o:
cuantos pudieron haber inflmdo en acontec1m1entos concretos de_ ampha s1::emf1-
'--.:~~s
es replantear antiguos postulados. Muchos arqueólogos c:-.:!en que, de esta forma, cación. No obstante, no creemos qt.:-.:: este si:.a un motivo. ¡Jar:• ~bviar lo qu_e s~ ha
la investigación resultará más productiva oue en el pasado. Tanto los concepto::; ---=--·---
__ ; __ ,," --•n . A_,._,. .. --=-· ~:nicc o"r?duahsta,,. smo que. mas bien.
d env111111uu~, , ............ _.. ,....... --~····--1··~ ·· - ·
sistémicos come !:: perspeci.iva teórica global conducen a un mayor grado rfe pre- las relaciones de retroalimentación positiva, expuestas en los :apít:!hs 4 Y 7. se
ocupación por la variabilidad y las interrelaciones presentes en la organización de basan en i:; motivación de los individuos para mejorar sus propias vidas. Este ~e-
las socierlades. En algunos aspectos, tanto la retroalimentación negativ-: (meca- L~,0 es particularmente necesario para evaluar los métodos pur Jo,:; cuales la cl1t"-'
nismo para amortiguar la desviaciófi/ como la positiv::::. (que sirve para ampliarla) incipiente fomentó situaciones e instituciones que incremcntr:ron su con~ro.l.
no son conct!ptos nuevos para los científicos sociales, si bien la teoría de sistemas Cuando nos encontramos ante grandes ::omunidades y largos penados; los_ ObJet1-
permite utilizarlos más íáci'111e-"te. Se km adoptado ta::Jbién otros conce¡:;~os más vos y aspiraciones individuales pueden explicarse adec~ad2':en~e_en lermmos cs-
complejos de la teoría de sistemas, corno la segregación y la 1:nealizaciú11 de sist::- tadí~ticos, acumulativos y de comportaTTJiento. Lns accione~ md1v1duales. aparen-
mas jerárquico'-, para intentar explicar la aparición de la gestión estaLJl sin recu- temente impredecibles, pueden causar pertu1 baciones mí~11n:1•~s en el curso ~e un
rrir a los llamados «motores primarios>), como el regadío o la guerra (Flannery, proceso determinado, pero carecerán :i. largo plazo de s1g~1f1\.±d? a meno_ ~.ue
1972; capítulo 7 de este libro). sean acometidas por muchos otros miembros de la comumd2.L e mcorporad,1s a
En a;·,. __ :_"-", :;::: han empleado modelos sistémicos en una amplia gama de unas relaciones prooresivas de retroalimentación. Si ur1a sola persona_ o _g.r~po
objetivos porque penniten a los investigadores organizar grandes cantidades de tomrí un;,. decisión aJust;:jü a la interrelación apuntada en los mouc_Ios s1sli.:m:c~s
datos. evaluar ~i las interrelaciones sugeridas de variables son lógicas y coTT1p!elas expuestos en l".S figuras 4.6 y 7 .6. su éxito tuyo que s~r mayor que .s:_se a~~~\º si-
y detenninar en qué condiciones se produjeron los resultados postulados median- guiendo otras premisas. No todas las comumdades íll todos l~s m~n.1duos .. -.: c0 _?1 -
te un análisis de simulac1ó11. Hasta ahora, los arqueólogos no han obtenido· res- Porwron como proponen estos modelos. peí.J aq_uellos que_ ~1 lo h1c1~r,on o~tu~\ 1e-
puestas fáciles de los modelos sistémicos. Nu obst<1nte han elaborado esque- ron una posición ventajosa, con lo que se genero una prcs1on selcctna fa\orctble
:nas para determin:1r las ir:~errelaciones de los ~istemas de comportamiento de los al tipo de decisiones y objetivos mencionados. . _ . . .,, ,
grupos humanos. De esta fonna, las hipótesis e investigaciones se limita:-:'!n a los L'l introducción de la a!!ricultura y el urbamsmo no fueron proce!:.us h,, .. dkS
problemas más importantes. Para explicar la aparición de nuevos fenómenos o enlo; que un factor dcten~1;nado causara un cambio específico en u~ segu~do
camb!'Js en los sistemas es necesario enunciar explícitamente la existencia e inte- factor. el cual, a su vez, provocara la transformación de un tcrce:o y as1 sucesiva-
rrelaciones de determinados estímulos y variables relevantes (Hill, 1971). Las re- mente. En cambio, estas transformaciones deberían concept~a_hzarse co~~~ .u~a.
laciones pi u puestas entre las variables y sus consecuencias dependerían, en cual- i;crie de procesn<.: graduales interactivos. provocados por cond1':1onc~ ccolo_,.1_cas )
quier caso, de las relaciones generales aprobadas por las ciencias sociales. Des- culturales favorables, que se incrementaron a travCs de una sene.de mte:accionb
graciadamente no existe ningún conjunto codificado de leyes que pueda ser mutuamente reforzadas. El proceso de desarrollo comprend:: diversas _interrela-
utilizado pa1a tal fin. Las premisas sobre- la naturaleza y consecuencias de ciertas ciones de retroalirncntc.1 i.:ión positiva que funcionan durante largos penados c_~n
relaciones específicas sólo conciernen, por el momento: a la lógica y proceden de bastantes cambios, seguidos de otros caracterizados por bruscas meta~,orfo~is.
inferencias derivadas de las investigaciones arqueológicas, históricas y etnográ- Lo más probable es que cada línea de desarrollo comenzara lentamente Y pr~g 1 c-
ficas. sase a pequ~ños saltos siguiendo un ritwo irregular, determina~~ por u.na :"ien~ ele
En los capítulos 4 y 7 se presentan, con una perspectivri sistémica, tres cm1- factores. Aunque los cambios acontecidos en 1 ma sola gencrac10n pu_d'.e.r<!~ pJr~-
juntos de factores inte;-relacionaáos con objeto de esclarecer los p1ocesos que cer de poca cnveniadura a !os propios aiectados, el efecto acumulcltl\ o lue sm
condujeron a la introducción de la agricultura y a la z.parición del urbanismo: duda enorme.
UNA P[RSPECT!\·_.;, DEL PASADO 29
LOS ORÍGEKES DE LA CIV!L:::_.\C'JÓN

,'.;j bien la teoría de sistemas, con sus ;;oncepws ) ;~rocedimientos para la scmejantb tieuden a adaptarse en formn similar, )ias que se desarrollan en me-
construcc1ón de modelos, suministra un buen método de investigación. el c,1fo- dio :imbientes d1span."' experimentan adaptaciones diferc:1_1tes. .
qut' ecológico es el que proporciona !os principios intcrprctntivos necesarios. La 3. En términos ecológicos, la cultura humana es un inslru_mento de mtegra-
c~irccha interdependencia entre las sociedades y w entorno biofísico constituye ción de animales. plantas y otras personas, y de compe.dción ub~cado ~n un mcd~o
uno de los temas básicos de este libro. La historia culturnl nos !rn proporcionado físico concreto. La mavor parte de los elementos culturales llenen 1mportanc1a
~rnn i~formación sobre las vías alternalivas de adapu.1ción medioambiental que adaptativa. positiva o ñegativa, pero_ l?s efect0c: d_e.. las respuc~tas hum~nas de,,,ben_
!a~ sociedades han adoptado en muy diversos hábitats, dur¡!nte cii-.:11los de mile:; valorarse en el contexto de las cond1cmnes cspecitJc¡¡s de cada comumdad (vc:,.u1~
de ''.ñ?~- P?:" ello, aunque las transformaciones que generaron el surgimiento de se figs. 4.6 y 4.7). · . .
la c1v1l!zac1on fue:on, sobre todo, de índole cu!tur;:i!, resulta imposible disociar- La noción ..de nicho ecológico. cm~leada po, 10s c~pertos en ecolog1a _an_:11_1al,
las d.:: sus respectivos marcos medioambientales. Precisamente. la consideración sin•e para conceptualizar la relación entre i•.na comumdad Y su e~t?;no h1ohs1co.
d~ que los seres humanos son parte integrante de l.:i naturalczn ha ..:•:timulado el El n!clw ecológico se de{ine, en térmi11os culturales, como la pos1c1on ~e un gru-
desarrollo de un nuevo campo de investigación. la ecolmría humnnn (Bates. po humano en el sistema ¡,.~edioambicnta! total: _en otras palabras. consiste e_n las
1953; Vayda y Rappaport, 1968; rvL,ga!ef, 1968: Xettin_g.1971). La ccologh hu- relaciones del grupo con los recursos y compepdores existentes (Barth, 19::i6._p.
mana estudia la relación de los seres humnr;~1s con ~-:ros, 11·ganismos ,, con su en- 1.079). Se cree que las culturas participan en los ditcrentes aspec~os de los ecos1s.-
!Orno ~;sico. Algunos ccólogos creen que la ecología deberí'á ser cons.idcrnda una temas generales y se relacionan c:ntre sí ~: con sus entornos de d:Ycrsw~ man:ra5:
incisiva p~rspec_tiva de conociniiento. más que ~na disciplinn t_Bates, 1953, p. Los nichos ecológicos no deben confundtrse con las zona:. 1ned1_oa_mb1ental~s m
701 ). Lo:· mvcst1gadorcs que asumen esta perspectiYa ecoló!úca cnrienden la cul- con la situación geog 1 JJica de los asentamientos. E,-,ctS zonas deh~1tan las diver-
tura en contraste con el medio ambiente en el cual se enmafca v enfatizan la na- sas regiones ocupadas por gruf,.JS caracter::tícos de plantas / animales, Y cada
lUra!·:za sistémica de la intef(J,...pendecia entre los seres huma1los v su entorno. una ¡:Os~'2 una topografía, un clima y un suelo particulares. .,
Conciben la cultura como un subsistema dentro dci ecosister:::: :::,::::·::! "~t:2:·~: El nicho ecoJóaico que ocupa una :::icicdad :~;i es parle de una reg1011 geo-
La cultura, eu "'us asrectos tecnológico, organizatirn e ideolóe.ico. amorli!!ua la~ gráfica. sino una ;::;tructura compk~·.: de r"'l_aciones. Estí'. iimilado _:-.or !as zonas
relaci~nes entre ~¡ grupo humano y su entorno. Para romJ)render e! p~oceso ~edioambientales que lo integran con los recurs0;;; t¡Uc las caracten7:an. pei'u ~e-
e\·olullvo de lu;,, s1s 1 emas culturales se debe inv-:"1!i2.ar la interacción dentro del l.'~
pcnden en m:::yor grado de !J. gama_ específíc;~ c1 ·~ recursos ~q 1_1c s~c17d:rJ Uec1de
~-,,:-,_1sistcma gcncr~I. El resultado de la aplicación de esta perspectiva sistémica utilizar. El entorno natural se percibe y mediat1za r,nr mt.:d10 Je las 1d ... as cul_tu-
provoca u.n cam?m de los programas di:! investigación al primar el estudio de las rales. Un recurso potencial no se convierte 1:n ;-cal hasta. que es rcconoc1do
m 1 errelnc10nes !rente a una perspectirn centrada h,ibitu,.dmente en el estudio de como t;:.~ y explotado. Por tanlo. los nichos ocupm_l,.1s_ select1~•a~1tntc _Pº'. la_s _s_o-
entidad~s cu!turaks aishlci'.'S. Los artefactos, las estratc2.ias de subsistencia v la ciedades incluyen también los sistemas d,..: abnstec1m1ento de dwha~ soc1cd..ides,
organ~zación soc;.i1 no deben ser considerados por separ71d,1, sino en forma i~tc- ademas de su¿ relaciones con planta:.. animales y vecinns. i)os sociedades pue-
rrelac1onada y en referencia al ecosistema generai yuc forman los seres huma- den coexisur en una misma zo:ia med;oambiental o h.ibitat y ocupar ,:1_ mismo
nos y la naturaleza. L~ utilización del enfoque ecológico es idónea para los ar- tiempo dis~intos compartimentos ecológicos. Un ~jemplo d_e esa s1tuac10:1 en "l
9_uedogos, ya que se aJusta a unas categorías de datos que combinan la topog,ra- Próximo Oriente antigm1 y actual es h~ coexistencia de gra~3eros sedcntanus.con
fla. la fl~ra, la fauna y los recursos naturales, y que son fácilmente recc:'oL.ibles pastores semisedentarios, poseedores de rebaños que se al!rnentan de los rastro-
en el r1..51stro arqueolílgico. jos de los campos de los agricultores y de los terrenos bald1os c.1Jyaccn1es (Barth,
La perspectiva ecológica no debe confundirse con las teorías clásicas de de- 1961).
terminismo ambiental._En hi:'!r de prn:,ioncr corrl.laciones simples entre cicrt,os
e::!ornos Y_ sus respect1v~s formas culturales, !os arqueólogos ccólogos destacan
la mfluencrn mutua y la mterdependencia entre cultura v medio ambiente. Eva- ESTRUCTURA DEL LIBRO
lúan la complejidad "'e las sit~aciones medio_.:imbicntale¿ junto con las pcculiari-
d~des de las diversas adaptacmnes de la sociedad y enfatizan los aspectos d;11á- l .a organi?ación de la información presentada e~ este_ li_h_ro se rela:'.'?na c:1n ¡¡:
m1cos de las ~strntegias de subsistencia y del resto de los sistemas adaptativos. naturaleza de las transformaciones eswdiadas. la d1spomb1hdad de_ l~stunomos )
Esta perspectiva !~a hecb? ope:ativa \' científicamente productiva la vieja prerni~ mi propia perspectiva sobre la resolución de los problemas arqu~ol'?~1c?s_:
sa de que el medio ambiente mfluye en gran medida sobre los modos de vida 1. Se ofrece una información básica para que el lector s~ Iam1!rnnce con las
humanos. dimensiones del problema a mvestigar. en sus vertientes med1oamb1cntal Y rnltu-
1:ln enfoque ecológico parte de dircrsas proposiciones sobre cultura v medio ral. ·· ¡· d E
ambiente (Sanders y Price, 1968): ~ 2. Se exponen las hipótesis ·,-:,;entes sobre la transforrn_ac10n ana iza a. -s-
. ;. Cada entorno biofísico presenta determinadas limitaciones para su ulili- tas formulaciones alt~rnativas informan sobre la atmósfera 111tckctua1 en 1~ q_u:
zacmn ~o_r parle de_ los seres humanos y provoca diferentes tipos de respuestas se realiza la investigación pertinente que encuadra los datos en un marco s1gmf1-
(tecnolog1cas, orgamzativas, ideológicas o fisioló2.icas). cativo.
2. I .as posibilidades dL adaptación de una s~ciedad a un entorno determina- 3. Se introducen los métodos, los problemas y n::cursos re_!cY;:intcs para la
do siempre son l:mitadas, aunque las vías posibles son prúcticamcntc infinitas. transformación estudiada, instrumentos al a!cnnce de los arqucologos quL com-
ron algunas excepciones. las sociedades que se desarrollan en medio ambientes ponen las circunstancias concretas de la mvestigaciún.
U~A PER<;¡PECrlVA DEL PASADO 31
LOS ORÍGE'.'-ES DE LA CIVILIZACIÓN

- miento regionc1\es y las excavaciones estratigráficas han suplido la escasez de da-


Se presentan los datos procedentes dc. los yw.:irnientos clave y otros tipos tos <li·que;lógicos sobre los inicios del mbanismo. _ . _ ,_
de evidencias con especial énfasis en ia infornuh.;Ón sobre asentar,-.ientos, recur- Creemos que era necesario llevar a cabL'. ~~a.s111tes1s a~~uahzaua co~~.la que
sos subsistcnciales, t~cnologfo y otras actividades, obtenida de yacimientos ar- pretende este libro, a pesar de que resulte d1f1ctl 1?tcgrar ciertas caractenst1cas de
queológicos específicamente seleccionados y de otros descritos brevemente. para los datos que poseemos de diferentes períodos e mcluso que se pueda1: p_resentar
reflejar la amplia variación de la información. Tenemos un doble objetivo: descri- , t etodolooía. En Ju e.ar de esperar a que se hayan extra1do las ultimas p_a-
bir !a secuencia histórico-cultural de los acontecin!!cntos y proporcionar los datos con o ra m ~ d ¡ b d d t cx1s
Jada~ Je tierra o a que se 1Jroduzca una total renovac10n e ? as~. _e a os
e, • -
.-
ni2ccsarios para evaluar las hipótesis ctllcrnali·.,as refeo.:!ntes a cada una de las tente he rJptado por considerar lo que tenemos a nuestra d1spos1c10n Y ;omum-
transformacinnes estudiadas.
Las hipótesis y los métodos se desarrollan previamente 'l la descripción de las
car ai lector el estado actual de nuestros conocimi~ntos sobre los apas10nantes
sucesos que tuvieron lugar en el des¡:¡rrollo de las soc1<.!dades del pasado.
evidencias disponibles, d::idn r¡ue la presentación de los datos en primer lugar im-
plicaría llega1 ~ ~3 formulación lógica de las hipótesis pcr medio de la síntesis de
datos. Eslc no es el caso de la arqueología ni de ninguna otra disciplina. Las hipó-
tesis sc;1 formulacione:; que deben c0ntrastarse y prnceden de una compleja com-
bir.·1ción de co!~ocimíento, intuición y datos previnmente recogidos. No deberían
presentarse como conclusionP.s. sino como puntos de partidn. Han de informar al
lector de !.,s ideas razonablemente alternativas y capacitarle para considerar los
datos como un material de prueba destinado a evaluar qué teorías, entre las ex-
puestas, se hallan más firmemente respaldadas por las evidencias. De ahí que ms
d~tos ofrecidos ~n el cap~t_ulc 5 ;ean re_le;antes pü:-~ l~:s hipótesis del cap_ít~lo ~,
-~~ _Jp1tLI1JS S y 9 ~1nre para aclarar las h1potcs1s
1
m:e.:-:t;-::::.~ q:..:,:: ~.:: ;;~;;::;;;~~::;;::;~.. : .......
formuladas en el capítulo 7. De esta forma, el lector recibe, al igual que el investi-
garl,...r, fundamentos, hipótesis y datos que debe asimilar.
La información presentada en cada nivel de desarrollos~ relaciona COH la na-
u1ralcza de los restos arqueológicos y con la selección efectuada por el excavador
para su publicación. Mi análisis s..: ve afectado por las limitaciones de los trahajos
aun:riorcs y por las preferencias de los investigadores. Existen \'arias limitaciones
generales que afectan a todos lo,- matcrialf".s, ya que los períodos arqueológicos
suek:11 cstablccerse por ,,fósiles directores,, o por cualquier otro tipo de dato ra-
dioisotópico o histórico disponib~..:. Por esta razón. la mayoría de los períodos no
pueden compararse en tiempo de duración ni en marco geográfico, y ni siquiera
reikjan necesariamente sociedades concretas. A medida que la cultur;1 "'studiada
se :1proxima en el t:~111po a las civilizaciones que conocieron la escritura, las data-
ciones g;1 nan en exactitud y los períodos se acortan.
La naturaleza de los restos y. consecuentemente, las descripciones de los yaci-
mientos varían profundamente de un 1,;ve! de desarrollo al siguiente. Se ha inten-
tado presentar una información que permitiese cotejar cada nivel de desarrollo
en cada uno de los yacimientos, pero tanto las tipologías ele la cultura material
como las perspectivas de los propios excavaUures provocan diferencias radicales
en la publicación de Jo¡, datos de los diversos nivelr>s. En el P<;tudio de los asenta-
mientos preagrícolas del pleistoceno descritos en el capítulo 3, los principales ti-
pos de evidencia son los útiles líticos. Jas fochas de radiocarbono, la localización
de los yacimientos y la fauna consumida. Para las primeras aldeas, además de es-
tos datos se incluyen la forma de las viviendas, las actividades especializadas, las
plantas consumidas y los eventuales patrones de asenta111iento regional. Al tratar
de las primeras r.:i\ ilizaciones, la investigación se desplaza del estudio pormenori-
zado de la estratigrafía, In subsistencia y el tipo de vivienda, hacia ci..;..;stiones más
generales sobre gobierno, religión y economía. Esta circunstancia se ve refor¿a-
da por !a disponibilidad de fuentt:. escritas en las que basar las deducciones. Sin
embnrgo, las primeras fases de !a vidn wbana se encuentran en un momento de
transición. No existen fuentes escrita~ completas. ni estudios arqueológicos deta-
llados. Afortunadamente, las fccientcs investigaciones sobre patroJJes de ascnta-
33

Parn comprender las transformaciones funda;-nentnlcs que dieron lugar al


advcnimi~nto de la civilización. es imprescindible conocer el medio ecológico
porque estas transformaciones, pese a ser primordialmente culturales. no pue-
den disociarse de sus respectivo~ marcos ambientales. Los seres humanos consti-
tuyen una parte integrante de los ccosister.'as, que están compuestos por el re-
lieve, el clima, las plantas y los animales. El medio ambiente de una Lletcrmi-
nada región ofrece posibilidades y al 1nismo tiempo limitaciones para la
adaptación humana. Por otra parte, la forma en que se adaptan los ~i;res hurn<-1-
nos afecta al medio natural. La humanidad, para lograr una mejor adaptación.
2. EL MEDIO Al\t1BIENTE de.::Jrrolló la rultura, que actúa como intermediaric entre el grupo humano y su
entorno. Los seres humanos mernállle el uso de instrumentos culturales han de-
sarrollado mecanismos defensivos, se h::::: asegurado los alimentos y han trans-
El escenario natural mitido inform:irión crucial sobre el medio. Se trata de los objetivos básicos de
cualquier organismo, esp1,;..:ialmente bien desarrollados f?Dr los seres hun_rnnos.
La introduccióf' de la agri::ultura y la aparición d.:.. la vida urbana constituyen
importantes estrategias adaptativas, utilizadas por las sociedades áel Próximo
Las condiciones ambiemales del P,"ó.timo f1ricme constiruveron el emorno
Oriente para enfrentarse con mayor eficacia a su med:J ambiente. Para alcai~zar
ecológico pt!ra la intro(h1cción de la agricultura v la (orm,1ción-de la sociedad
UHd me1or comprensión de estos procesos, de otros aspectos del comportar111e11-
urbana. Por esta razón, es esencial conocer esa/con~,liciones nara comprPmfcr los
to humano o de la evolución de cualquier cultu~a, tenP.mos que examinar en
c,~111bir_;s que se produjeron. El Próximo Oril'Tlle es una región geográfica de gran
d1vcrsu!ad, d?minada al nor,'c- por áreas esca,padas .\· mommlnsas y al sur por cada caso ei marco ecológico y el sistema de adaptación a éste de los ~ivcrsos
v~s~as exrensro11.es ,.te rerreno semiárhto y desér'.ico. El ci1111a csrú, egidc ,ur w: grupos h...:r.:1nos. . . ..
1 En este capítulo la información sobre el medio ambiente pretende facilitar a!
reguncn de lluvws ml'emales y de sequía e.1·a1,al ecm 1emperawrns y tnr:cipitaciones
lec~or la comprensión de los procesos que se dieron en el sui gimiento de la civi-
cxfl'cm~1s estacional y geográjh:amentc. la dil'crsidad ropugrájlca y la distribución
lización. Una sección contic:uc una breve de::r>ripción de los principales facto•
de 1/u¡,¡as, suelos y com!"1idades de vegetación un el Próximo Oriente permiten
res ambientales que afectaron al poblamiento humano del Próximo Oriente, in-
clasificar la región en w::! serie de disrimas zonrrs medioambiemales. En este
cluyendo las p:i.utas .:;e!!~rales nhscrvables en h topografía. la hit!··ología, el cli-
rnpírulo se describen ocho zonas que están t11racreri::adas por los rasgos
ma, los suelos y la vegetación. Sigue. a continuación, ::na exposi..:ión det" Hada de
disúmivos del mediu relacionados directameme con est~· eswdio. Algunos tipos de
lo que ljefino como las ocho principales zonas medioambie1,~ales d~l Próximo
accidf'ntes geográficos y de condiciones clinuíticasJ'm'urecen el crecimiemo de
Oriente (fig. 2.4). La explicación de las diversas zonas se ofrece segun :I orden
dc!crminadas especies de plantas, las cuales, a su l'e.::, sirven de nutrición a
ele su localización en dos itir.::rarins transversales que cubren toda la longitud y la
dfrersus animales, entre los que se :ncluven los seres hwnanos. Adcmá~; de las
m,._;,_,~ ,.:_ :.ksopotamia (figs. 2.5 y 2.15). En el recorrido por los dos trayecws
caractrrfrticas de Cíi«'a ::.ona ambiental, Ía proximidad de éslas entre sí afecta
se insiste en la yuxtaposición de zonas y en las condiciones dominantes en cada
wmbién a la utiliz.aciún del paisaje por parre del hombre. I':m, enJáii:z.ar ranro et
una de e11as.
comenido co,1; "J la y1ntaposició11 de los escenarios naturales, oresemamos estas ,
::.onas ambientales en la forma en que serian recorridas si se rCa!izasc un viaje por
el Próximo Oriente, comc11zm1do en primer lugar por la ruw que va del sureste al
SOCIEDAD Y NATURALEZA
noroeste, para seguir después aescle el suroesrc m· noreste.
La estrecha interdependencia entre las sociedades humanas y ·;J medi:1 físico
es uno de los temas básicos de este libro, al igual que en todos los traba1os que
tratan de la evolución de la cultura. El estudio de la historia de la cultura propor-
ciona información acerca de los distintos sistemas en los que las sociedades se
han adaptado a su entc:-no a lo largo de cientos de miles de años y en h,:íbitats_di-
versos. En los últimos ::i:1os se viene reconociendo tanto la gravedad de los elec-
tos que ha tenido la actividad humana sobre el medio ambicn~c glohal, como_ h1
necebidad de mantener un equ!'.'. 1_,rio ecológico a escala mundial. Aun:¡uc !a rn-
dustrialización v el crecimiento demográfico hayan acelerado enormemente la
de{Jradación naÍural los seres humanos comenzaron a alterar su entorno ele fur-
1

rna°irreparable en el período en que se iniciaron lao::: tra~sfor:naciones descrit'.is_en


este libro. En el Próximo Oriente existe abundante e,·1dencw de que laf, ",ocieda-
des, como conse.:uencia del uso intensivo y de la mala gestiór,, han creado en los
últimos 10.000 años un medio mucho más l;Jstil al poblamiento humano que e!
LOS ORÍGLNES DE LA CJVJLJZAC!ÓN EL \lEDIO A.\!BIENT[ 35

que exístía cuando los primeros 2gricultores ocuparon la tierra. Los éxitos y fra- bién en la organización de rutas Je comun;..:ación y de i lL~rcambios. E! relieve
11

casos acontecidos en el pasado en la relación e111re los seres humanos y la natura- regional y local afecta al clima de una ;m~ª.Y a la naturaicz.a de !os suelos_que la
leza, nns dnn algunas lecciones (de importancia para el presente) que tenemos componen. Otros factores, como !a prox1m1dad a una cornentc de agua 1inpor-
que tener en cuenta. En muchas partes del rnnndo pueden estudiarse las relacio- tantc, a un área continental seca o a una barrera montañosa. inciden también en
nes ecológicas, pero el Próximo Oriente ofrece uno de los mejores conjuntos de el clima de una región. La combinación cmre la topografía de un territorio y las
información. con abundantes y variados datos bien documentados. influencias de las zonas circunda-n,tcs determina el patrón hidrológico y, por tan-
La extinción, o casi e~~tinc.ión, de muchas especies animales, desde los leones to, el potencial de desarrollo de aninrnles y plantas. L~ localización ?e fue~tes de
a !os onagros, es una de las consecuencias de la actividad humana, pero los efec- agua y la accesibilidad a las misma5- son de importancia fundamenla1 pr1ra ms lic1~
tos de la introducción y de la práctica intensiva de la agricultura en vastas áreas bitantes ::,1-: una región. De igual modo, la ubicación de los recursos mmerales. sea
del Próximo Oriente tuvieron inclu:;o mayor trasceridencia. A□plias zonas mon- el sílex la obsidia~a, el oro o el berti.n, puede ser decisivü en el desarrollo de una
tañosas han sido deforestadas por la tala de árboles para su utilización en la cons- comunidad. Todos estos faclores están interrelacionados en!n: si e '.nciden direc-
trucción y corno combustible. Vastas áreas de pradera perdieron su cobertura ve- tamente, aur.1ue no de forma detenninante. sobre el curso de la evolución cultu~
gel al comn consecuencia de unas prácticas agrícolas de pobre c::!idad y del pas- ral de un determinndo territorio.
toreo generalizado. La desprotección del suelo produjó la erosión generaüzada Algun.:.: plantas y animales del Próxim(. Orier::::: sor. c:s~c,:ies endémica.~ de
de las laderas escarpadas. La r.::generación de los suelos, necesa:-:a para el c,eci- ciertos terrilorios. So distribución afecta directamente a los tipos de asentannen-
rnicnlu de las plantas y para la subsistencia de los animales, necesita bastante to ~ue puedan llegar a dcsarrc 11 J.rse (véas_e el capítu:o. ~). La vuxtaposición de
tiempo. Al recorrer las zonas del Próxim0 Oriente que se hallan en las inmedia- distintas zonas medioambientales ofrece ct1,·ersas pos1b1hdades de desarrollo lo-
ciones Ü¡; las laderas montañn<:'l~ emplazamiento que corresponde a muchas de cal. La di,·ersidad del entorno ecológico de una región es una variable crucial en
las p:-::ner<.1,, aldeas cnm 1Jesinas conocidas. enrAritramos actualmente un panora- mucnos procesos culturales. y ¡:uede deberse a diferencias ?e altitud. en distancias
ma sobrecogedor. El registro arqueológico permite saber que, además de cultivar cortas o a recursos que inuuyen en las pautas de ¡.,nhlnm1cntn hnn:,nT1!:1lrs (\·::i-
ccre<1les y leg~:mbres, las primeras comunidades campesina.-. recolectaban bello- lles cl~ los ríos). Es i::i.portante determinar si los habitantes de una zona se espe-
tas, almendras y pistacnos, enLre otros tipos de frutos, y cazaban animales salva- cializan para sacar provecho de una variedad restringida el~ territorios y de recur-
jes co::10 el ciervc. el cerdo y el 11ro. En la actm.1:idad, estas znnas carecen de sos disponibles, os~. por el rrmtrario. se adar 1 an ·1 un amplm 7spectrc1_de recursos
cualquier tipo de vida animal y arbórea, a pesar de que el clima apenas se ha mo- potenciales. Una extensa gama d;: factores cultural~s d~t:rmma P,ª'.cial1!1t:nk L:s
dificado en los últimos ocho mil años. La sociedad humana ha sido l.i causante de estrategias para la obtención de recursos. pero la s1tuac1on gcograf1ca CJerce una
la alteración del pnisaje. oran influencia sobre las posibles elecciones .
El ;lrc:: nuclear de la civilizaciól} mesopotámica, situa·da en el valle formado ._, En una región como !u del •:ali:: del ".'<ilo. el río y la t<=:pografía c.o~~orn:<;n un,1
por los cursos bajos del Ttgris y el Eufrates, donde las ccmunidades humanas se fuerzi:t unificadora que se refleja en !a organización polít:::J de la civ1h~arn.:in qui::
organizaron por primera vez en ciudades y desarrollaron snr:iedades complejas, se dcsarrnlló. Por el contrario. ;;n regiones como las del Levante. a1s~adas de
representa un notable cje.nplo de este lipa de alteraciones. La gran eficaciü Je! otras zonas y con una gran diversidad topográfica inte~ior..id fragmentac;ón_ polí-
sistema agrícola permilía alimeutar <' ,,oblacione::. iuuj ui..:11:.as. En -:ambio, hoy tica fue una constanle durante la mayüí parte de su l11stona. En cada una de tíls
no existe un solo asentamiento en los lugares donde antigu,imente se ubicaron fases que compusieron el surgimi-:nto de la civilización un aspecto con~::-"'~º del
ciudades importantes. La mayor parte de Sumer es ai:.tualmente un desierto. medio pudo haber i::cidido m:.:; que otro sobre el curso de los a~ontcrn,nentos
Vastas cxte;~siones de lo que en su día fue la cuna de la civilización son páramos humanos. y seguro que en todo momento los seres humanos estuvieron estrecha-
yermos dundc, rnn sólo ocasionalmente, s~ ven pasar pastores de cabras o came- mente interrelacionados ca;~ .,t, :ncdi0 ambiente.
lleros acompañados de sus animales. La causa fue, y sigue siendo, la salinizarión
del suelo .. ,Jmo consecuer.:'.a de una irrígución excesiva y de! drenuje inadecua-
do. Es difícil que alguna clase clP vegetación pueda crecer en terrenos con un FACTORES GENER,-,i..ES DEL MEDIO A:--IBIE~TE EN EL PRÓXi:-.10 ÜRJE;,.;TF
contenido tan elevado de sal en el suelo y en el agua del subsuelo que la superfi-
cie adquiere un color blanco debido a las incn1staciones salinas. La salinidad no El nivel específico de conocimientos sobre el medio requerido en un cstud_io
es un fenómeno reciente, puesto que ya en los primeros tiempos históricos arqueológico depende del objetiH1 r1e la propia in~1estigai.:ión. Si ~e com¡"'.ran dis-
constitu;.i un serio p:ablema que exigía muchos esfuerzos para paliar k,s efectos tintas regiones de un continente o de \·arios contrnentes entre s1, es pos1bl~ que
nocivos. De hecho, e:-: Jivcrsos momentos del pasado, los grupos humJnos lo- llegue a - considerarse que amplias extensiones de territorio son homogeneas.
graron retardar y c0rregir los elevados índices de salinidad con mayor éxito que Aur.que esta perspectiva pueda ser útil para estudi<!r ciertos tipo~ de_ pro_blemas
en el nresenle generales relacionados cun sistemas culturales que mtegran amplias ::-ca!'>. oscu~
L; compr~nsión de las relaciones entre el medio ambiente y los sistemas cul- rece. en cambio. el conocimiento de j3 diversidad, fundamental para compren-
turales necesita del examen de ciertas variables físicas. La más importante es la der los procesos· particulares que tuvieron lugar en el Próximo Oric~1te. Si nues-
topografía de una región. Se ha demostrado en varios casos que el relieve fue la tro ubjetivo es analizar las actiridades de subsistencia de una co~rnmd,_1d n d_c un
variable determinante en la elccciór. :!el Jugar de ocupación por parte de los gru- grupo de asentamientos de una área reducida. nuestro tratam1en~o acbe'.a ser
pos prl!históricos (Píug, 1968; Redman.1974b). La topografía constituía un factor más detallado, Para ello rcsu\tn necesario establecer los recursos alunent~rws_al-
importante r1 : ... hora de evaluar la defensa de un emplazamiento e influía tam- ternatiYos, sus distribuciones geogdfica~ y su disponibilidad cstauonal. E:-1c 11¡.10
3fi LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN EL MEDIO Aiv1B!ENTE 37

Bó,toro
de !u~ ·nantes y llanuras mcridi(1nales. La diversidad top0~rii,~;ca va desde las lla-
nuras aluviales ha:;ta las colinas y los n;~~,ntes de roca r.!titud (Jesdc el nivel del
::',1:'._;.:(t:3-t::,f mar hasta 1.000 metros por encima de éste) (fig. 2.1). Geológicamente. esta zona
se compone de rocas sedimentarias dispuestas horizontalmente -moderadamen-
te deformadas, erosionadas y fracturadas- sobre ~n substrato antiguo. En esta
;.lfea destaca el valle formado pur los ríos Tigris y Eufrates. Esta depresión se si-
lúa snhre una falla tectónicamcnte ine:::;!ahle, formada durante el plioceno por
movimientos de compresión de la corteza terrestre, que forzaron el cwercamiento
de !a meseta de Irán a la plataforma central arábiga. El territorio ubicado entre
las dos mesetas fue sometido a plegamientos causados por piCsiones internas. El
efecto de todo .... 11 0 se evidencia en las crestas de orientación paralela de los mon-
tes Zug.ros, en la franja que bordea la llanura mesopotámica (véase fig. 2_ 1 ). Esta
últinrn era una depresiíln que comenzó a reiienarse con los aportes erosivos de
:as ck ,'aciunes montañosas circundantes, tanto de los Zagros como ele los Tau-
rus. Por lo tanto, los plegamientos próximos al centro de h.1 depresión se cuhric
ron con sedimentos aluviales, de modo que en la actualidad la llanura es muy pla-
na. Al norte y al este de la llanura de Mesopotamia, los plegamiento'.:" ganan altu-
ra y emergen por encima de ella en fomrn de cumbres paralelas. Cada Ul!J ( 1c
estas crestas es más elevada qn•~ la qm~ la precede J1asrn convertirse en verdadc-

El Levante es una zona de confluencias donde los estratrv, sedimentarios


re!a1i,·,.1111ente recientes se pliegan sobre el borde retorcido y fracturado de la
plawforma arábiga (Fisher, 1963, p. 396). Lo:; procesos de fracturación, orienta-
dos genc1almentc de no1tl'. a sur y con fallas transwrsa!es, han pro\'ocado el le-
\'<.rntamiento de unn serie de mese 1_as, separadas las unas de las otras por pe1..1t1e~
ña::. extensiones de tierras bajas que siguen un modeln más o menos reciangular.
Las particularidades del relieve del Levante restringieron la posibilidad de desa-
FIGUR,\ 2. 1. ivlnpa del Próximo Oriente, donde se identifican las principales rcuiones v forma- rrollo Je estados políticamente unificaCos, y durant~ mucho tiempo fa\'orecie-
ciones hidrr•~•.rüficas. - ·
1on h: presencia de grupos étniccr; y religiosos minorirar;,Js. Las cadenas mon-
tañosas. especialmente las del norte, constituyen un serio obstáculo para el mo~
vimiento hacia el interior desde la estrecha y recortJda llanura costera. Por otra
de análisis es el riue se designa bajn el término de <(área de captación,, (Higgs y part,:. en las zonac: n-;Jntañosas. los asentamientos sólo se t'egistran en los le-
Vita-Hnzi, 1972). chos de !ns valles. Debido a los bajos índices de pluviosidad del interior. con-
forme se nvanza hacia el desierto de Siria, las comunidades tuvieron que optar
por emplazamientos situados cerca de !os ríos o manantiales. Estos y otros fac-
Orografía tores primaron el desarrollo de ciud<-1des-estado en lugar del de imperios unifi-
cados.
En una primera aproximación al mapa físico del Próximo (,fíenle es de gran El Rift Vi1lley del Jordán es una zona del L:.·vante de gran ink1és z..:qucológi-
utilidad dividir la región en dos grandes territorios principales, a pesar de la gran co y geológico. Constitu::e el extremo septentrional de una gran falla que se pro-
diversidad del relieve. La primera zona se define a partir de las principales cadc- longa hasta Sudáfrica y se extiende 400 kilómetros al norte del golfo de Akaba.
mi<; mon1añosas -el arco Póntico y los montes Taurus en Anatolia, v los monte' La anchura de la falla oscila entre 3 y ....J kilómetros. mientras que su punto 1mís
Zagros y Elbur¿ en Irán- que recorr.:n la mitad septentrional del Próximo bajo. !a superficie del mar Mueno, se encuentra a 395 metros por debajo del ni-
Oriente (r.g. 2.1). Muchas montañas tic::cn una altura superior a los 2.000 me- vel del mar. rv1ás adelante se analizará detalladamente la diversidad amb;-.!ntal
tros, que marca el límite por encima del cual no pueden crecer los árboles (c:;pc- resultante ele este terreno irn.:g.ular. así como los yacimi·.:!ntos arqueo16gicos del
cialmentc en Anatolia oriental y el sur de Irán). Entre estas elevaciones se inter- valle del .Tordrin.
calan muchos valles aluviales. Existen dos grandes altiplanicies: la meseta de
Anatolia, rodeada por el arco Póntico y los montes Taurus, y la meseta de Ir.in,
circundada por los montes Zagros, los montes Eiburz y otros sistemas montaño- Clima
sos. Ambas mesetas se encuentran a una altura que oscila entre los 500 y los
1.500 metros, y son, por lo general, muy secas. i\luclrns carncterísticas físicas se I'l.iacionan con el tipo de clima de una región
En el Próximo Oriente, la segunda formación destacada del relieve compren- determinada. La latitud. la to 1Jografía. ios accidentes geognHicos limítrofes y las
EL >.!E!JJO Al,IBJEt..;TE 39
38 LOS OR[GE'.\ES lJE L\ C!\·JL;ZAC!ÓN

condiciones de la flora local producen c1ec1os en ]¡1 h...,1pcratura y i:::n las prcciri-
taciones. Existen algunos principios generales que pcrnliten explicílr las pnutas
climáticas del Próximo Oriente y que pueden aplicarse al resto de:\ murn:1o.
Una normn básica que influye en el clima ele una región determinada es que
cuanto más cercana esté al Ecuador más elevada resultará su temperalllra (en el
Próximo Oriente, la zona ;nei idional) y viceversn. Sin embargo. si la líltitud fuera
la única variable que afectase a la temperaturn, l!stii :.ería la misma en lugares de
latitud similar. La elevación, causante del ascenso o descenso ,Ji; masas de aire,
tambíJn afecta a la temperatur" local. Al llegar a una zona determinada, el aire
procedente de la evaporación se enfría progresivamente a medidR (JUP, n;:;,cienrlc
por !as montañas y abandona en forma de lluvia la mayor pan ... ~!e la humedad
contenidt1 (e! aire se enfría en una proporción constante conforme gana altura
-aproximadamente 1 ºC cada 100 metros-; sin cn,har5 o, tras dcsprcr:derse de
la mayur parte de su humedad. su enfriamiento resub1 más lente -aproximada-
mente 0,6 ºC ca~'.l 1~0 metros-). El aire que sobrepas,1 la cima de una montaña
~s relativamente seco y se Ci.!.iienta más rélpidc1mentc a medi~n que desciende por
las regiones del interior ( 1 ºC apro:dmaLamcntc cada 100 metros). De este modo.
·PromSdiéide ·_, .. - ·é·
el air .... de una región continental separada del nrnr por una cadena montañosa ~s nracipltaciorías anuales
más caliente que el de 11rrn región con acceso directo al mar, a pesar de que la l,l::- □ ·····.··•,>
U·250mm :
tud y la elPvación sean idénticas en a::"bas regiones. Li ff1;¡yv, 1~:,¡·~.:: G..-:! r~:;::: ...
Oriente, tanto en el norte conF' en e! oeste, cst;í separada del mar por grnndes ~ 250:soó mrTÍ"•h
cadenas 111nntañosas, que hacen que los vientos pn'··'.ominantcs de componente 11] soo:i-~oó\ri~\
norte y oeste pierdan su humedad en las Lie11as altas costeras y que aumenten de ;:I: más de,1.000 mm
temperatura al llegar a las tierrns hajas del interior.
Una característ¡._a re12,ior::1l de! Próximo Oriente es la proximidad de vastos·
desiertos. donde puede o;ig.inarse un aire extremadamente caliente y seco. Cuan-
do sopla un viento fuerte ....r1 el dcsic:-to, la temperatura puede elevarse entre 15 F!GCRA 2.2. Precipitaciones anuaks en e! Próximo Oriente.
y 20 ªC en pocas horas y hacer que la humedad relativa descienda a menos del 10
poi" 100 (Fisher, 1963, p. ➔ 6). Estas rüfagas de viento desértico contienen frecuen-
temente arena y polvo, que sofl 11s principales causantes de la destrucción de los la longitud de la línea costera. espccinlmente en el litoral orientado hacia pon;cn-
cultivos de los márgenes del desierto. Las tormcntns de arena tienen lugar princi- lP (fig~ 2.2). En la cadc:1a costera siria -a través de la cordillcr~ siria-. ~-nn fre-
prilmente en otoño y primavera. debido a que en di.:lrns estaciones_¡ Uesierto se cuentes los vientos húmedos que aportan humedad;::;. los ff:'Jntes fanrus Y Zagros.
calienta más rápidamente que las zonas scplrntricmales más frías. creando un El volumen de prr--:cipitaciones varí~ enormemente. de año en año. por lo c~al los
gradiente de presión. valores representativos del promedio anual de lluvias ~ucden ser muy ~n_gan_osos.
Las dos características dimáti ... as principales de las tierras bajas del Próximo Por ejemplo, en un período de \"Cinte afias. el pron_1i.:::d10 anu~! ~: prcc1p1ta~1?nes
Oriente son las altas temperaturas estivales y la amplia variación térmica, tanto a en Bagdad fue de 139 milímetros ..rnnque se prod1.1;0 una vanacwn que oscilo en-
lo largo de! día como del año. Los cielos despejados constituyen un factor de gran tre lo;72 r.:ilínw1ros de míni'lla y los 316 de. máxima (Adam~, 1965, p. 4). ru ... as
importancia, ya que son los responsables de! intenso calentnmiento registrado. el re"!ones fuera de las tierras altas v1·esentan prccipitacinnes anuales csta_bles .. Los
cual, n su vez, es promovido también por la ausencia de sucios y dt.! n.::gctación. fa~torcs qu: influyen en la proporción útil de agu~ ~e lluvia son la estac1onahd_ad
La montañosa línea de costa es otro de los factores que afecta a !a temperatura, de las precipitaciones, su intensidad y la pcrmeab1hdad del suelo. Durame el In-
pues restringe a una estrecha f; .,n.ia el efecto atempcrador del mar. Aunque los vierno, cuando las temperaturas son más bajas, el agua. de_ lluvin ~e cv~pora me-
veranos son calientes en la mayor parte del Próximo Oricnh•. los inviernos suelen nos. Las tormentas intensns dan lugar a riadas que se p1eraen o bien ah;.1entan a
ser bastante frescos o incluso fríos. Nieva en muchos lugares excepto en el sur de ríos y manantiales. Si la combin2.:ión de tod"s estos factores es favorable-,._: culti-
Arabia. vo de secano requiere un volumen de lluvias considerablemente menor que el ne-
La distribur:ión de lluvias en el Próximo Oriente está amplian1L'nte determi- cesario en otras circunstancias.
nada por la topografía y la situación de la tierra y del mar en relación a los vien- El réoimen de iiuvias invernales es uno de los rasgos distintivos del clima
tos portadores de lluvia (fig. 2.2). El Próximo Oriente es un área predominante- mediterráneo v tiene que ver con el desarrollo de las sociedades _a~ríc?las en
mente continental, aunque ciertas regiones se ven afectadas por la proximidad de muchas rcgion.es del Próximo Oriente. La mayor parte de las pn:!c1p_1tnc1on~s Y
pequeñas masas de agua. La presencia de cadenas montañosas de gran altura y casi toda el agua de lluvia utiliz,ib!e caen sobre terreno~ de ele\"ac_io~ medm Y
carácter costero enfatiza el nspccto de la continentalidad. Ln regla empírica para baja durante los meses del invierno. <;e cree que los pnmeros agncultores del
la mayoría de las regiones es la proporcionalidad entre la existencia de lluvia~ y
LOS ORÍGE/\ES DE 1 A CIVILIZACJÚ:-.: 41
EL l\fEDIO AMBIENTE

Próximo Oricnle sólo cultivaban durante el invicrn". en tierras situadas en un


nunto 1,1edio de la escala de ci;-,racioncs (consültensc los capímlos 4 y 5 para
;11ás detalles). Originariamente, algunas plantas tales como la ceba<la.'cl trigo,
!os 2.uisantcs, las lentejas, el lino, los garbanzos o las arvejas . ..;e ;:;.('.aptaron a un
crcdmicnto estacional, correspondiente al invierno. Se plantaban entre octubre
y diciembre y se cosechaban entre abril y junio. con algunas variaciones entre
una re!!ión v otra. Estos cultivo-; tan sólo podían crecer durante el verano en
fircas le ciiñrn fresco o d~ gran altura, ya que no toleran condiciones de calor)
humedad. Así fJUCS, las características climáticas. junto con :as de los ¡:irooios
cu!ti\'os, determinaron la loculización y las actividadc1i de los primeros agriculto-
re:.. TarnhiCn afecturon a los primeros cultivos de regadío en los valles f:aviales
Je! Nilo y Mesopotamia: el desbordamiento del Nilo a finales del verano y prín-
cipios del oloñu era idóneo para el c;--ecimicnt? de las plantas durante el invier-
!E' pero el desbordamiento del Tigris y dei Eufratcs a finales de la primavera
dt'bíu ser controlado. Más adelante. en esk mismc :apítu!o, se describirán deta-
H.::idamente los regímenes de estos ríos.
La situación de los asentamientos depende de una serie rle \'ariables interre-
lacionadas, puesto que puede existir una gran diversidad .:limática y jistintas po- 11
tencialidades agrícolas en un área de dimen.::,:oncs reducidas. Muchas de estas va- 1A ~stépá'ria
íiables corresponden a factores naturales; sin embargo, otras se relacionan con la ~ MoñtafioSa
a!tcrnción del ecosistema provocada por la ai;ción antrópica, con la consi::,uiente
perturbación a largo plazo de las tendencias climáticas del Próximo Oriente. CJ Fluv:2 1
Dado que las relaciones entre radiación solar, temperatura, humedad, precipita-
ciones y viento ;~'Jeden sufrir cambios de:);do a los factores mencionados, las
n Des'i~rtica

prácticas de irrigación o Qc agricultura de secano pueden proYocar ;:i.icroclimas


nueyns. El arado, la talri. el scbrepastuJo }' el barbecho causan la deg;-adación de
una \·egetaciún originariamente densa y tupida. y pueden producir transforma- FIGURA 2.3. Zonas de vcgc!ación natural en el Próximo Oriente.
ciones en la estructura del sucio'" en el clima.
A pesar de los efectos noci\·Üs de ciertas caract _'rÍsticas del clima del Próximo
1

'Jrientc, tanto en el pasado como en el ¡:iresente. la mayor parte de las regiones En primer lugar, d clima determina la cantidad de luz ~~la~): humc..:~d :.'.is-
ti:;;nen unas condiciones que se aproximan al nivel óptimo para la vida de los aí.i- ponibles para !as plantas. iimitai ;o de este u!uúu 1a ~an~1aac de cspcc1~s v~-
males y las plnntas. El frío prolongado y el .:alor extn::no se res1ringen a zonas li- ge1:1Jes que ¡1uedcn crecer en una zon~, determm~d~. El numero de dias sm he-
r"itadas. Las v~ntajas que proporcionan los veranos cálidos y soleados y los in- ladas. así como la duración de la estac1on de crec1m1ento antes de que la tempe-
Yiernos húmedos, combinadas con los rasgos topográficos E hidrológicos de dicha ratura ~ea demasiado alta. son cruciales para ciertas especies. Las heladas
región. se mostraron favorables oara el surgimiento de las primeras civilizaciones severas o repetidas confor~an los lími 1:es septentrionales para el cul!i".º de m~-
del mundo. chas especies: la cifra de 30 días de heladas por año representa un hm1~r>- ecolo~
gico pdra la distríbuci..:.n de una gran variedad de pla_ni.as (Bu~zer,_ 196:i. P· 11~.
~n muchas áreas del Próxi11•0 Oriente. las sequías ngurosas 1rnp1den el creci-
\ ·i:gctación miento de los árboles. En zonas donde llueve en verano fundamentalmente, el
límite entre estepa y bosque se halla próximo a los 500 milímctr~s en la cunr~ d_e
La distribución de la vegct::~!ón natural fue de primordial importancia para
e! asentamiento humano en el Próxi;:10 Oriente, debido a que todos los alimentos
precipitaciones, ya que los árboles ~o crecen en áreas con un ~Iv~_l ?e.
-plu,v10~ 1:
dad menor. No cbstante, en las regmnes con suelos normales J lluvias tm~ma
-tanto ;mimalcs como vegetales-derivan en última instancia de la:= plantas. les el límite se sii:..1 en los 300 milímetros de precipitaciones anuaics, debtd_o a
La variación fisiogdfica del relieve ha creado un mosaico clim,ítico en el su-
reste asiálir0. Pequeña:.; -.,ariaciones de relieve. altitud, topografía y humcdíld tie-
]a ;ncnor cvapcración del agua de lluvb durante el inviern~. Aunque !ª
cifra
e};=-:cta pueda variar según las condiciones :s~ecífica~, el mímmo de 1.l~\'!aS ~Í.u~
nen consecuencias de gran alcance en la vegetación y, por tanto, en los animales y necesita la ag,ricultura de secau0 en el Prox1mo Onentc es de unos .,oo m1li-
las personas. Existe una estrecha relación causal entre el relieve, el sucio y el cli-
metros. ,,, 1 1
ma de un lugar y su veget:idón. La similitud en las distribuciones de las figuras El segundo factor que influye en la vegetación natural es 1~ topog:a 1 m _oca•
2.1, 1.1. y 2.3 confirma la correlación directa entre dichos fenómenos. La variabi- La topografía es imporlante coo rcspec_to a la temperatura, la h1drolo.~rn, las pre-
lidad regional en el reparto ck 1a vegctacitín natural se debe a cinco factores prin- cipitaciones. la luz solar, el suelo y el viento. L:~gar~s ~cpar~dos _por so.l~.u~ cen-
cipalc.,. lenar de Hietros pueden sostener una vegetac1on s1gmficat1vamente d1stmtn por
EL ~IEDIO AMBIENTE 43
42 LOS ORÍGE~ES e;·: LA CIVIUZACIÚN
ción de edificios. La deforestación de un territorio c~nduce rr:cucnt.::mente a l::'1
la exist.::..ncia de corrientes de agua subterrúneas 0 de una exposición difcrenciul :i sustitución de la cubierta vegetal natural por otros l!pos d_e arboles t arbustos,
la luz del sol y a los vientos. Estos factores tuvieron probablemente su importan- adaptados previamente a regiones .m.ás secas con suelos illa_s pobres. En mucha.s
cia en la determi:-;J.ción de emplazamicntfv:: favc:-:1b!::s para las comunidades áreas del Próximo Oriente, las actividades humanas produJeron un segu~do m-
prehistóricas. vel de degradación, que condujo a un empobrecii:nicnto aún mayor mediante_ la
El sucio es el tercer factor que afecta a la vcg~tación. El tipo de suelo de un aparición de una vegetación esteparia cJrente_ ~e plantas peren~cs y restrm-
úrea se relaciona con la topografia. el clima, el subsuelo rocoso y el tiempo de gida a varias especies espinosas capaces de resistir las consecuencias del sobre-
formación del propio suelo. La ;:ryor píi, k de :.uelos dei Próximo Oíiente son PaSlado. . . •, ·; t 1 el Próximo
de formación icnta y se ::omponen de c1pas delgadas, que contienen pocos mi- Es posible clasificar la distnbuc1on de la vegetac,on n_a ura en
ncraies utilizables. El materia! orgánico es escaso a causa de la rápida oxidación Oriente en cinco zonas generales (Fis~er, 1963, pp. 80-84) (,f1g. ~.3). , - ..
que provo~a el calor intc;~so del Yerano. La formación de s..;elos es compleja y l. Vegetación mcdirerránr11_ rnnfmada a las partes m_as humedas de la co.,.,1
ha producido una variedad cte ti¡::.Js, desde los depósitos con gran salinidad de mediterránea y a las faldas montañosas adyacent~s. Esta_forn_iada por bosques
las regiones áridas a los suelos ácidos lixiviados de ln.s zonas montañosas. Los abiertos de roble perenne y áreas con pino subtrop1cal y oh,•o silvestre. En las zo-
cascotes de roca predominan en la cornpc::-ición de los suelos de las regiones de- nas húmedas se encuentran nogales y ilamos y los cactus crecen e~uberantcmen-
sé:-~:cas y áridas que tienen un pobre desarrollo edafológico. En las regiones se- te En la act;alidad a causa de la deforestación, la mavoría de las arcas con vege-
miá'.iJas, los suelos marrones de estepa pueden :.er agrícolamente productivos si ta~ión mediterráne; pre::;enta un conjunto empoLrecido de plantas -robles ena-
se negan adecuadamente. En las 6.:"~as montañosas de gran pluviosidad, los sue- nos pistachos y muchos arbustos. _
los se fo1;11an a part:r de Jo:; afloramientos rocosos de caliza y se denominan te- '2.. Vegetación esteparia, causada por la gra:: variación :_stac1onal ue _l~1s
rra rossa. Su color rojo se debe al alto contenido en hierro con poca cau;.;ü..id temperaturas y la baja pluviosidad. En las laderas de las monta_nas la vegctac1?n
de humus. El suelo !erra rossa es bueno para el cultivo de cereales y, en zonas es abiertíl de sabana, con enebros dispersos y arbusios pequ~nos. E1: las reg10_~
de espesor suficiente, puc;~e permitir el crecimiento de árboles frutales (Fischer. nes de es~epa, con vegetaciór. "'Jmpuesta por diversas,. especies he:t ·.:c~as__ J~ a~ -
1963, p. 73). Presenta, con todo. la dt:~vcn1:1ja de la ¡-:,ropem!'Ín a ln r>rosión, que bustos pequeños, P..'J existen árboles. El a~pe.cto que 01r ... cen _!os p~~~a1e_s e:it~,~a-,
hace necesaria la creación de terrazas :;i e;jsten relieves topog"'áiicos. Si este rios difiere e~ gran medida de verano a mvierno. Mu~h~s _especies de_ flor-_ ,_)
suelo se encuentra en una pendiente úesprovista d:.:: protección. se erosiona r.:- hierbas cret:en ~ápidamente a finales del invierno y pnuc1p10s de la ¡mmave1rL
pidamcntc y su perf7do de formación es uiuv lento. En el Próximo Oriente pero durante el resto del año se marchitar., se secan por completo o sm~cn com_o
existen vastas áreas ..:n las cuenGJ.s aluviales que contienen sucios formados a pasto. Existe m, gran contraste entre el aspecto desolado_ del veran~ )-' 1~ _ex.~L77_-
partir de la erosión de laderas. y que tic;1cn pocas conexiones con el tipo de mi- rante vegetación de princi¡:;;;1s de ririmaver:i. U_na pequena f11 1r:tuac1un l.-h 1'.i,1t~i:.:,,L1
croclima local. En contraste con los suelos poco densos formados por desgaste puede incluso afectar enormemente el crccim1e:;to de la:: pl~mtas v. en ,.con:-c-
su~--erficial, los suelos aluviales poseen un ekvac!:i contenido en arcilla que no cuencia, a las poblaciones que depe~den de ellas. E~ este :;ent1do, pue~~ ?vore:
deja pasar el agua con facilidad e incrementa los problemas de la sequía, mien- cer migraciones de los pueblos básicamente pastonles que ocupan eslt: upo de
tras que, por su parte, los sue!'Js poco densos y arenosos tienen dificultades para tPrriínrios. ¡ ¡ • 'd I r:
retcr:.::r la humt:Uad. Así pues, la composición del sucio puede mod'.ficar las pau- 3. La vegi:iación de momaña se relacirn1a con l.a altura Y a P_ uv10s1 ªª·.
:n
tas de pluviosidad. Es decir, mientras que algunos .,uelos pe·:niten que las plan- las lade,·as rn,ís bajas predominan los robles de hoJa i?crenne, m~entras q~e t:~
tas acccdé:.a al agua disponible. otros lo impiden. A causa de las inundacio- las zonas de mavor altura suelen encontrarse, Jepcnd1en?o del arca, ~o.bles de:
nes periódicas, los suelos aluviales contienen cierta proporción de humus deri- hoja raduca "'.e~ros arces enebros o pinos. En las vertientes septcnmonalcs.
vada de la vegetación acuática presente en los bancos de los ríos. Estos suelos más l~úmed~s de Jo~ monles Elburz y del arco Póntico, se hallan pr~sentes las
pueden ser muy apropiados para el cultivo Je plantas de raíz corta y no sopor- coníferas de hoja caduca características Je las zonas templad~:· as1 c~m~ u~~
tan ..irbc!:s dP raíces profundas. Lo:. suelos arcillosos exigen técnicas de cul- denso monte bajo compuesto por arbustos y, en algunas zonas.\ medos. En ._.\t
tivo diferentes a las empleadas en los suelos ffi.:.nos densos de las regiones r.~ás ras superiores a los 2.000 metros, tanto al este de Ana.to\ia _r□.mo al noroest_e de
SeCiJ;:,. Irán, existen algunas zonas con vegetación de tipo alpmo s1m1lar a la de lm Al-
El cuarto factor que tiene consecuencias para la vegetación natural es la dis- pes suizos. . <l ¡ 11 f d or los
tribución de las regiones fitogeográficas. o sea, las zonas de donde proc,:rl~n ori- 4. Vegetación fluvial, presente en el cu:so b~J.º e va e ~rma o !J _ . ,
ginariamente las p!'1ntas. La distribución vegetal presenta una e::.trccha relación ríos Tigris y Éufrates, y caracterizad<'! por la d1spcrs1on de sauce~. ~liamos. ,lli:-i, 1:s_)
1
con los factores climiltico.:, y tambiéi-1 .:s consecuencia de las migraciones de plan- tamai'.-cos. En esta región se introdujo con éxito la_palmera d_atilcra. rokran~e • :
tas de una zona a otra. En el capítulo 4 se describen los hábitab naturales de los exceso de agua v sal. El espeso monte bajo de las arcas deltmcas se compone ~e
ancestros silvestres de las primeras plantas cultivacicts. hierbas acuática·s, papiros, íutos y juncos con una altura que pucclr· alcanzar los 7
Finalmente. el quinto y último factor relacionado con la vegf'tación tiene metros. d · · d, sequía
que ver con la actividad antrópica en el sistema natural. Las poblaciones huma~ s. Vegetación desértica, extremadamente adapta a a s1t_uac1ones _:. • .
n~1s inlluyen en el entorno de múltiples maneras. En et Próximo Oriente, por o salinidad. Muchas plantas de tipo desértic0 comple~an su c1cl_o ~e cr~umient~
eJemplo, la deforestación de much:.:.s áreas de bosque fue rcsultnrlo no sólo de ia en unas pocas semanas, una vez finalizadas las :1uv1.as 111v~rn:1les.,-' !o lci;go -~e _l"~
tala y cultivo necesarios par:: 1a agricultura, sino también de la obtención de primavera, puede contemplarse una extraordmana vz.ncdad ) abundancia de
combustible, de la producción de carbón y de la tala de árboles para la construc-
.j.j EL i\.lEDIO A1\-!RIEi..;TE 45
LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN

Oriente a lo largo y ancho. Se utilizan Uos iii .. crarios como forma de prcsenta-
.:ió~ Jillíque debe se11alarse la imponancia de la y~:xtapo;;;ición de las divcrsns zo-
nas ) de sus respectivas características para conocer las allcrnativas medioam-
bientales de los habitantes prehistóricos del Próximo Üíicntc.
Aunque la ciasificación del medio ambiente dci sureste asiático en ocho í',o-
nas puede considerarse una simplificación exccsiva de su di\'ersidad. aporta una
perspectiva compren::'.blc de la región, especialmente si se tienen en cuenta las
\·ariable:, q!.!:: afectan í1 los principales procesos de desarrollo. Las zon,1s enume-
radas a continuación se ilustran en la figura 2.4.
l. Llanuras costeras.
2. Llanuras alm·iales.
3. Piedemonte.
4. Tierras altas semiáridas.
5. Colinas y valles de montañn.
u. Cadenas montañosas.
7. Deprc<:ic:::es.
8. Desiertos.
El criterio más importante pan; definir estas zonas es la composición topo-
gr.:ífica. aunque también deben tomarse en consideración el régimen clim:iticn, la
Yegetación natural \' los recursos locales.* C¡_¡da zona puede subdividirse ;:i ,·u vez
Desierto de
Libir1 en áre:::" más pequeñas según el n:·~todo que se cw¡.k:::·::': . :..- )~::.: c:::~f'."i:' 1 '°'- · ·
tes al exami11<1r los yacimientos arqueológicos important.:s.
E, "Tiás, las principales zonas mcdioambie:11·, 1cs pueden corrcl:Jci,-m~1r.sc con
las distribuciones de.. los diferentes t:¡m::. de asentamicnros. lo cual corrobora el
\'alar de la pcrspecti\'a ccolúgica.

FJGUS-'. 2.4. Princípales zunas medioambientales del Próximo Oriente.


ltiner¡¡rin del s11rcsre ú: ,wrocsrc

~c~báccas en etapa de floración. Sin embargo, sobreviven pocos días al entar


;11111 1 El primer trayecto nos llevará del golfo Pérsico al mar Ncgro._Sc iniciará ':'.n
d Lalor que acal-.q por secarl~1s. el sureste hacia el noroeste.-~ través de los valles lkl Ti!!ris v del Eufratcs. hasta
, , ~a vegetación 1rntural .ctc una 1~gión es indicativa del potencial agrícola de di- llegar a un punto situado müs al!i:l de las cabeceras de ;mhÜs rios. siguiendo un
ci,d /í)~n: L .. s plantas cultivadas por los primeros agricultores únicamente podían recorrido similar a la antigua ruta persa que co;1rnnicaba Susa. ~¡¡ el suroc~te de
:~b;c\'~v1r ~n ~ic_rtas regiones: Por ello, la distribución de los primeros poblados Irán. con Sa1Jis. en Anatolia occidental. Este itincn-irü.1 nos llevarú de las tierras
8en~ol~is era hm1tada. A medida que se superaban In:; restricL.iG,1es impuestas al bajas moderadamente cálidas del interior hasta la región septentrional. mús fría y
cr~c1~ 1~~t? de planta_s y animales y se desarrollaban nuevas tecnologías, los po- montañosa (fig. 2.5J. lu que p .... rmitirü apreciar las diferencias climáticas y vegeta-
b!c1dos c1gncolas prohferaron por 0!•"1s zonas. En estas áreas ron especies y téc- cionales de las zonas medioambientales del Próximo Oriente. Cada zona presen-
~icas .ª~:cun,das,_ el potenci~I para el c_rec~miento de las planlas -especialmente ta un conjunto de recursos naturales y de posibilidades ác adaplución. Los anti-
~n ~as tier~a~ baJas de aluv1on- era s1gmficativamente mayor que el del centro guos poblnames del Próximo Oriente aprcndii.::rnn a reconocer y a explotar estas
agncob ongmal. potencialidades y se asentaron con densidad variable en cacl<1 una J.::. las och? ~o~
nas medioambientales. La diversidad de los sistemas de achiptución en los d1stm-
tos enwrnos prndujo una ir,:2rncción entre !os grupos humanos que !ieYÓ a lo que
ZONAS !'1-·IEDIOAtvlBIENTALES DEL PRÓXIMO ORIENTE se ha denominado ci\·ilización.

Un mét~<lo efi_caz para llegar a una mejor comprensión de la diversidnrl de Las llanuras costerus del golfo Pérsico. Comenzamos por las playas que ro-
lll<-1'.~os !lled::Jambrentales en el Próximo Oriente es viajar extensamente por la dean el golfo Pérsico. un área muv calurosa v ürida. Al este ..... n la zona iraní. se
regio~, para ~bserv:.:r l~s diversos contextos ecológicos y la formas de adaptación encuent;a una cstrec.!1a llanura cÓstera dond·c los montes Zagros fiC aproximan
de las poblac1ones. Es importante visitar repetidamente cada área a causa de Ja
cxtre~rn.\~ariación estacio~al del clima. Una alternativa úril a este método sería la ~ En !os n,;:inu::?~, cenernk~ de l!COl!rafia (Fisher. PlGJ. 19GB: Crc:.,o.:\', 1%0). así com1_, en lo~ mu-
d?scnp~ion de !~•" características de los ocho tipos fundamentales de ..:.onas mc- chos lit-~-•> 'Jllc' dc:~crib;n las caractc-n\ticas gcngrMicas p:11\ pnr r:iis. p°úuk 0btcm:rse ini'ormadlln
dtoambicntales situadas a lo largu ·cte dos trayectos que recorrieran el Próximo m.\s d~t;:;.!bda :1.:c:rca !,ld medio amhicntc Llcl Pn.l\Ímn 0rknk.
EL :,!EDIO A:CIBJENTE
46 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN

- c . 2 ,.,ookm--.

letros Metros
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E F;edemonte -~'...')
::i t:
8 Cadena Tierras altas sem1:'i.ridas
Cadena r
Colin;is valles E ~t
; montañosa montañosa intermontañosos .g
o

:, "
FIGURA 2.5. Sección orog::ir.ca del Próximo Oriente desde el sureste a! norocsle.

1
muchn al litoral. La ocupación humana es escasa ce;-. la exce11ción de algunw Éufrates al Shall al'Arah. Las bifurcaciones en el riuso bajo~~ e~ os ríos Yel in-
puertos, como BanJar Abbas o Bu:ihire. La parte occidental d~I golfo, ta;1bi0n tenso calor de esta región proYocan una import~nte evapornc1on d~ su ca~d;\l
tes de entrar en el golfo '?érsico. De hecho. el mvcl del _ca~1ce del _S1'._,1lt. Ar ~.b s~ ª'.
ª~.:
dcnominnda árabe. tiene una altitud menor, y se observa Ufl'I ligera p1~ndicnte as-
een riente :.-:n :.-:! desie'. 1 a de Arabia a ~artir de la amplia ilanura costera. Prúc1irn- ve menos afectado por las mundacioncs an1_PlcS del T,g.ns Y el Emrntes ~uc:_ poi
mcnte no llueve ni existe agua en ninguna ¡Jarte de esta regié,,1 \'. 11or lo tanin, el mareas del ooJfo pr>rsico. E-;tas mareas provocan el retroceso del_ Shalt
las de ase ..·"'n so_v dcsccn..,o que
asentamiento permanente está limitado a los lugares donde se e'ncuentnrn ma- ¡- A.rab que dos i::,veces ni dia• • •
,.-rcscnta mo·, 1m1entos . • . - ..
n:-1ntiales subterráneos u oasis. La isla de Bahrein es el más notable de estos nú- ~u~den ·llegar a uno O d.Js me{ros. La yegeta;ióu de la zona es la típ1ca~~e ''.'1~1s-
cleos de ocupacié,,1 ln.::nana, sobre todo en la costa norte. Existen en esa zona ma. exceptuando las e.los orillas del Shatt al Anb donde actualmente :,e alinean
... ud1os manantiales, alimentados por corrientes subterráneas distantes (_situadas hileras de palmeras datileras. . . . . "' _
quizás e_n las montañas del suroeste de Arabia). No existe una prospección ar- A me...:iua que <.l\'anzamos por el v;_ille del T1gn:, y del Eufrates _lrncrn d uorte.
queológica adecuada del litoral del golfo Pérsico, aunq·.!c parece evidente que
· ct d d B · ¡ , · · s paran •\' dismmu)'e laco
una yez alcanzamos la c1u a .e asma. os nos se l;.
0
cxten-
ro-
estuvo ocupado a lo largo de la prehistoria y en los primeros tiempos históricos. síón de pantana!cs y lagos sem1permanentes. La pcn~1e~le d~I terreno,, ~o~~ P .
Tanto Bahrein como la cercana llanura costera de Arabia Saudf ~B'. 1Jby, 1º'19: A!- nunciada en el curso bajo de c:;;nbos ríos. aumenta s1gmficat1vam~n.~: d~U,i:,;_ar_n~
11
Masry, 1973) desempeñaron probaLJlemente un papel importante en el advcni- ba. con la consiguiente momficación del aspecto del terre~o. No existe u~ _1111. 1~
11:.~ento d:::. la civilización. incquí\·oco entr'é la llanura de paman~:Jes y la -~cea y alm·ia'.,}unquc, est,'. u~1m~
se G1.ractcriza por Ja formación más .;!Jcaz de diques pu1 lo"' i1os. G1 an pan¡'" ~:
La llanura alill'ial mcsopotámica. Continuando nuestro viaje, llegamos al ex- ngua del extremo meridional se c1cunrnla en pantanos Y_ lagos, Y no presenta ; Id\
tremo de} golfo Pérsico donde se sitúa la desembocadura confluycnte de los ríos pidez suficiente para arrastrní sedimentos gruesos. Mas al norte. remontan o e
Tigris y Eufrates. Estos dos ríos y el Karun iraní se unen a una distanci: 1 de unos valle Je Jos ríos. el agua circula con la fluidez necesaria para arrastrar grnnUcs
80 kilómetrc:; de la costa para fílrmar un único cauce, el Shatt al'Arab. que vierte ,..Jntidadcs de sedimcñtos en suspensión y en solución, sobre todo durante l_a es-
sus aguas en el golfo Pérsico. Todo el territorio recorrido por los cursos bajos Je ;;ción de \as inundaciones. Los ríos se desbordan c~ando.aumeuta el cau_~.d ?~e
esws tres ríos es muy llano. La pendiente de In llanura hasta Bagdad tiene un ,,rrua:. causa del deshielo de las nieves, o por !:1s lluvias pnmavcralc;; que ::,~ Pdlt-
º"e ' "' ct ¡ _, Dunfll"' e1 cs-
promedio de elevació;; je unos 10 centímetros por kilómetro (1:10.000) v de sólo cipitan en las regiones montañosas de las c_abeceras e o~ 11~s._ . ' . . ._ . ,,_
2 centímetros por kilómetro en las zonas bajas del llano. En consecuenéia, los lí- bordamienro de los ríos disminuye la \'Cloc1dad del agua~ los sedm~ent~- s~ .d~
mites entre las tierras húmedas y las secas son muy inestables y carecen de una positan primero las partículas de mayor tamaño y despue~ los al~v10ncs
5
l1- º'.ª
definición clara. Los ríos se desbordan periódicaménte, inundando las áreas ad- ·5 E~ ·10 ¡1 roceso condtH.:e. por la aportación de los n1atenalcs mas gruesos: a la
no .. -' " - . , rr· 7 6) e cada Inllíl-
yacentes y originando grandes extensiones de pantanos v rnansmas. Existen la!:!OS formadón de diques nalura!e• en las orillas de los n~s ig. -· · :ºº 7 ~- •
sernip,.;rmanentes que conducen gran parte del agua 1Jrocedentc del Tigris ;,: el drir;ón. los dinucs se hacen maynres. La parte supenor y l<1 pendiente pojteno1
48
EL 1'1EDJO A1'.fnlENTE 49

muestran las evidencias docum,__,...,dcs y arqueológicas. Exi:tcn tres métodos para


controlar la salinidad del suelo a partir del agua de regadío: 1) construir extensas
redes de diques de drenaje para que se lleven el agua antes de que ésta se evarJ-
re; 2) ~1011;~1ear el agua subtcrninea ;i la su;:er~icie mediante la fabricación de po-
zos, y 3) excavar profundas zanjas de drenaje en el suelo cxccsivamerne irrigado
para \'O!Ycrlo a cmpapiJr de agua. La salinidad ha llevado al abandono de exten-
sas zonas del sur de Mesopotamia. al tiempo que la falta de vegetacion ha permi-
tido la acumulación de ;p·cnas G... i Jcsi:.;rto en áreas que habfrln sido tierras de
cultiv:J fértiles (Eg. 2.7). Los h? 11itantcs de la Baja Mesopotamia tuvieron que li-
brar constantemente esta batalla contra la salinidad y el avance del desierto. La
frontera entre la ~ierra cultivable y el desierto cambiz.ba constantemente de posi-
ción. En la actualidad el jcsierto parece estar avanzando en ciertas áreas de la
Baja Mesopotamia. Debe recordarse, no obstante, que en muchos momentos a lo
largo del desarrollo histórico, su::: ;:iobladorcs LOnsiguieron s11 retroceso. Recupe-
raban campos perdidos para la agricultura por medio del drenaje de la tierra irri-
Ht'.ui;~\ ?,6., Vist,1 a~re~ de! '!ígris. ¡:ró.'..imo a Bai_•dad. duranle las inundaciones. Obsérvese gada antes de que el agua se e,·aporase "/ restablecían de esta manera la cobertu-
d~~ los d.iq~:-'5 de cu!t:v~. 1111:ns1vo ~cremo; a la orilla úd río se cncucn!rnn por encima del niv.cl ra vee.etal del terrenü.
e mumlacmn (fotogr,1f1,1 lh.: Acrof1lms Lta. Derechos rt'scrvados). EÍ régil!'cn clim::tico de la llanura mesopotámica presenta dos estacione!> da-
ramente diferenciadas: un verano seco v muv cálido, desde mavo u 01...rnbrc, v un
invierno húmedo y relativamente frío désue diciembre hasta márzo (la prim:::.:·::ra
y el otoño son e:;~::ciones cortas). Las temperaturas de agosto en Babilonia pue-
den alcanzar los 50 ºCa la s0111brn y entre k,s 70 y J(-:-~. 80 ºC' 1.l sol. Durante el ve-
rano sopla constantemente un viente cálido y seco proce:!ente del noroeste. cuya
fuerza es. en ocasiones, destructiva porque :~·ansporta arena y sedimt1,tos arran-
cados al de~!"rto que le dan el aspedo de una niebla espesa en la que resulta pe-
noso camin:::-. El polvo fino se filtra en todos los agujeros, incluso en las casas
mejor construidas, conforma el ;ellcno de las ruinas arqueológicas y crea dunas
de arena. Durante el verano la temperatura no varía significativamente entre el
norte y el sur de la llanura mesopotá!"::icr:.. mientras que en invierno expe:-:menta
grandes oscilaciones. Las temperaturas invernales son normalmente más bajas de
lo que podría supone:~e y entre 5 y 10" más frías en el norte que en el sur. Enero
es el mes míls frío, con temperaturas mínimas de O ºC en E~sora y de -1 l -· C en
.- ; ~ g i rvlosul. La mayor parte de las precipitacioue~ se dar,: en invierno y proceden ge-
:?:~~-·~~-~'.: FIGURA 2.7. Región prtlxima a la
ª?tig~a localidad de Nippur, .::n Bil-
nc:·almente del aire húmedo del tvkditerrilneo. La temporada más húmeda del
año se registra entre [inalcs de enero y principios de febrero. En cambio, desde

;~j~~¡~;it:i~~-"~ b1lon;a central, donde la s:-,!inidad


ha llegado a cotas lan extremas que
la sa! ha nlcanzndo la superficie ucl
terreno.
los últimos días de mayo y hasta el final de septiembre son raras las lluvias. l...,a
cantidad de agua rt!cogida en las pr...:cipilacioncs anuales de la mayor parte de la
rngióri mesopct~lmica no excuic los 150 milímetros.
El régimen climático general del ve.ano es de un calor insoport,1D!e, sin llu-
vias y con ciclos despejados. Durante el inYierno se suceden los días claros de
son_aptas para el asen~ami_ento humano y la agricultura. puesto que se flh:an por temperatura agradable y las noches frescas con tormentas breves y Yio!entas y, en
en_c1ma ,d~I !lanc ¡~ estan bien dren_adas. tvhís allü de los ríos, las aguas proceC·~n- ocasiones. temporales de arena y polvo.
tes _de la _111undac1on llenan dcprcs1oncs don~2. se evnporan. depositando su con- Al cor 1 inuar nuestro viajt! hacia el norte, dejamos las marismas y entramos
tenido mineral en el suelo. -
en las llanuras alu.viales más ..,.;:cas del territorio de la antigua Sumer (fig. 2.1). Su-
, ~l suelo d:- ~1esopotm!1ia es duro.y casi impenetrable por la !"lridez del clima mer, la sede de la civilización más antigua, estaba situada entre los cursos bajos
: _al alto conten~do e~ _arcilla de lus tierras. Por tanto, el desbordamiento de los de los ríos Tigris y Éufrates. Esta zona de ia llanura C,;:. aluvión se caracteriza por
nos lleva ~ la d1spers1on del ª?ua en riadas con escasa absorción en los suelos. el fraccionamiento de los principales ríos en numerosos cauc•;s pequeños que dis-
Todo ello rn_crementa el potencial destructor de las inundaciones v hace disminuir r.urren en forma de zigzag (fig. 2.8). La abundancia de ríos menores de forma-
su valor agncola. ·
ción natural simplificaba ci problema del transporte de agua parí'! el riego de las
La_salini?ad del sucio constituye el mayor problema agrícola actual de !vleso- tierras de cultivo ya que. al tratarse de un relieve extrem:,r\amente plano, era po-
potamm. al igual que lo fue en tiempos de !as ;~ ..imcras t;"ili~acioncs, según de- sible irrigar úreas dt: gr:in extensión sin necesidad de construir grandes Gmales.
EL ME~!O AMBIENTE 51
50 LOS OIÜGE'.\'ES DE LA Cl\-iL!ZACIOh

FIGURA 2.9. Nivel superficial de un yac\miento ~rqueológico en Babilonia central. t!n ui,J re-
gión que actualmente se cncuentr:: desc1 .,¿ada casi por completo.

F!UUR:\ 2.K Canal de irrigación de un hucr:;: de pa\m,:ras datilcr;i:, ::ercac:- al río Éufrates, <cu
!o que se denominaba el sur de Sumcr (fotogrnfín dd Pr::historic Project del Orientai ;nslitute
de !a Univl!rsidad de Chicago).

P1-1r o Ira parte, la estructura plana del terreno impedía la formación de ~scorren-
tías. lo que incren,..:ntaha !a tasa de salinidad del suelo.
En los primeros tiempos his1ñricos se conocfo con el nombre de / 1.cad e! :~re.:~
situada al norte de Surner y al sur di:.: Bagdad. Posteriormente Babilonia fue la
denominación de los antiguos territorios de Acad y Sumer ('.ig. 2.1 ). Durante el
pcrínJo de la civilizaciór sumeria. ••e; probabk: ~1ue la tierra agrícola de Acad fuc-
si:.: cultivada con nwnor intensidad que la de Sumcr, al tiempo que grandes cxtcn-
sionc~ de terreno eran utilizadas como p~~:;tizales. Al incrementarse el proceso de
salinización de los suelos sumcrios. Acad pasó a ser el ürea nuclear de ch·iliza-
ción en la B:1ja ivlesopotamia y el cultivo agrícola se intensificó (véanse las figs.
2.9 y 2.10).

El picde:·~ome. La tor:Jgrafía cid picdemonte consiste en una combinaciü,1


de llanos y de pc~1ueñas t;cvacion,:,", del terreno que se extiende desde las tierras
bajas lrnstíl J:,c- faldas de una cadena montañosa. La altíllld de la llanura mcsopo-
tümica al norte cJ,; Bagdad aumenta, al tiempo que aparecen terrazas naturales
en las orillas de los ríos (fig. 2.6). E! nivel del cat 1 •fal del Tigris a su paso por la
moderna ciudad ele Samarra se halla 10 metros por dd,.ijo de la liuirnrn, lo que
hace !·nposible el uso de técnicas de irrigación sencillas. Las tierras altas asirias.
con altas crestas montañosas orientadas de noroeste a sureste, se extienden del
Tigris hacia el noreste. Los afluentes del río han abierto caminos enlre las monta-
i'iaS creando aberturas o gargantas, que dan una apariencia horadada a la región
asiria. El prohlcma de la salinidad no afecta a csla región. pero tampocO'se bene-
ficia de las f· 1cii1Liades de irrigación de los territorios de Sumer y ,\cad. La canti- FIGURA 2.10. Al fondo, huertos de palmeras da.~ilcras bordeando~¡ ~í?,~~rra;es en e! antigno
emplazamiento de Babilonia (fotografiíl de Acro,ilms Lid. Derechos ri:scn.<1do").
J:,d :mua! de c1g.uri de lluvia, entre 300 y 500 milímetros. perr:;:tc la existencia de
52 LUS ORÍGEr-:Es DE LA CI'·(iLJZACIÓN EL 1'.IEDIO A:-.mrENTE 53

una vegetación de herbáceas y de una agric;:ultura marginal. Lns tierras altas usi-
rias f::mnan parle de la zona medlaainbiental del piedcmonte v fueron el centro
HIPÓTESIS SOBRE LA FOR!\IACIÓN DE LA BAJA MESOPOTAMIA de importantes civilizaciones durante el segundo y el primer milenios a.C.
La llanura mesopotámica es una vasta y llana extensión de terreno de 250 ki•
Existe r:rn_cha controversia sohre la localización de la línea antigua de Jn costa lómetros de anchura por 650 kilómetros de longitud. Los pantanos y marismas
úcl golfo Persico v sobn:: _las carnckrísticas de las tierras bajas adyacentes. Los anti- predominan en la zona más meridional, pero cuando éstos disminuyen y m1mcnta
g_uos ocupantes Je~ª- Ba_pt t,,Jcsopotamia mencionan .:;1 sus documentos la cxistcn- gradualmente la elev:1ción del terreno, es posible cu!tiv,1r áreas más extensas, si
~1a fe p~c.;·;,y 1~1mt11'.1os en las ciudad':s ?e Ur y Eridl! _(\:éase la fig. 8.2 en Ja p. bien las condiciones física:. fomentan la s2.linidad. Más .il norte el terreno conti-
.-,_17,. Los rtrqu:oiog,...,s, al no hallar yacm11entos arqueolog1cos al sur de estas dos núa ganando altura en relación al curso del río hasta que alcanza un punto (cerca
c!udaUcs, asum1ero_n que esa zona estaba sumergida en los primeros tiempos histó- de Bagdad) donde el empleo de técnicas de irrigación simrles resulta imposible.
~1.cos. 1\-:Iorg'.iu hacia 1900 expu.:"º la hipótes'.:: de que en tiempos geológicos relati- puesto qu~ ... : .. : .... : Jcl cauce se halla 10 metros por debajo del llano. La agricul-
i:
\'~n'.~~te rc:ientes (c. 10.~00 :i.O~O a.C.), la línea costera de la cabecera del golfo
tura o el pastoreo en la zona de piedemonte se limita a las áreas con precipitacio-
l L:rsic~ se i:nc_ontraba mas a~ mtenor. aproxima(!amcnte en la región de la moder-
~íl Ba?dad (d_e fvlorgnn, 19tb). Los c11<11ro ríos, Eufrates, Tígris, Karun y Karkheh,
nes. Todavía má:; al norte, el proble1na de la salinidad disminuye conforme au-
~':.~rana_n e~ ~! golfo pur b:1c,~s scpar.adas. Los dos lilllmos ríos, Karun y Karkhch, me!!!a el volumen de lluvias. Con el paso del tiempo, los centros de las primera~
e'. .. n ~rns ra~1dos 3ue el T1gns y el Eufratcs. y por esta razéa llevaban piuporcio- civilizaciones se situaron cad;i vez más al norte a lo largo del río. Lna razun im
11.1!men~c ~as seduncntns. La lc:~:a deposición de este sedimento formó al sur del portante para este desplazamiento hacia el r.'Jrt::: fue, sin duda. la salinización.
golfo P7rsico ;.; .. dclt_a C]'"~ enccrrnba un !ago en la parle septentrional, convertido
P~?gres:·1amcntc en arca pantanos:i Después los sedimentos del Tigris y del Éufra- Las tierras altas semiáridas. Remontando el curso del Éufrates je5de la con-
t~s rellenaron e_l pantano. Para Margan, este proceso implico un deslizamiento ha- fluencia entre la Ilanura aluvial y las tierras altas asirias, nuestro viaje nos Ileva a
cia el SE d_e., la !mea de la costa t.¡ue formó la cabeza de! golfo Pérsico. la región de Jezireh {figs. 2.1 y 2.5). Está situada cn!re 10s ríos Tígris y Éufrates. y
. En _19:, ... , Lc~s Y ra!con plantearon una hipó!esis diferente. Suuirieron que la su límite sepwntrional son las primcn-10:: estribaciones montañosa:c: ~e Anatolia. Ls
Ba1a r.:.;sopot:::n1? y_el golfo l'crsif'ri forffi.,ban un área de hundimie~to. Las zonas
una llanura ondulada o una meseta de poca aitura, entre 15íl y 300 metros por en-
!:.ª?_lanosas d_el Irnq Jnkr_i<~r ~on rcs1;1!tado de un de1icado equilibrio entre la depo-
51,ci.on ?,e, sed11nc1~tn~ del f1gn~ Y.C'l Eufrates, q:"! por sí misma clr>varía rápidamcn- cima del nivel del mar. Alberga una ~f>ric de pequeñas cuencas fluviales compk
h_: d nnd del sucio, y el hundrmiento de los estratos subyacentes como consecucn- tament,:, cerradas sin ningún tipo de drenaJe. Las 1Jrecipitacioncs s0,1 iu.:;uficien-
~-:~:-dd. peso de los ~err'sitos acum_~lados de lus dos ríos. Varios tipos de datos geo- tes para la práctica de la agricultura, excepto en !a zona sepLentrional donde la
.o,,.icos del r:rnmedm de i1cumulacmn y de la naturaleza de los depósitos en la Baja cercanía de los montes Taurus de Anatolia actúu como c!2mento modificador tlel
iV!esopola~11n pílrec1.-,, Uemos1rar la validez de esta exp!ic;;::ión. clima.- En esta zuna crecl, una vegetación de tipo estepario compuesta por hcrba-
A parlJ'. de. :stu nuern hipól\'<iis. los arqueólogos reinterpretaron sus datos so- ceas que es característica de la zona medioambiental Je las tier:-as altas scmiüri-
~r~. l~1,lnc~1hzacmn de_!os pn,:do:· y plantearon !a posibilidad de que :os barcos na- das (fig. 2.4). Er. el pasado existía una gran ruta que, \'Ía A lepo, cruzaba Jezireh y
\L,,ds~n l::ufratcs arriba y de que. ya que la zona pantnnosn meridional no era comunicaba la Mesopotamia :.eptentrional con el Mediterráneo. Hasta h¡¡cc: po-
apropiada para la ubicación de ciudades. los antiguos ocupantes la hubiesen consi-
derado parle del mar. cos años esta área no había sido objeto de una cuidadosa in,·::stig,ición arqueoló-
La ~dea de que partes r!c la llanura mesopotámica están hundiéndose de mane- gica, pero en la actualidad están trabajando cxpctliciones procedentes de Japón.
ra _c~ntm.u~ ..º. s~n comprimidas por ~I peso de los sedimentos depositados, tiene Rusia y Gran Lrctaña (véase I fmm Dabaghiyah en el capíiulo 6).
u nd 1~ 1 ~1tcac1on ~m~~rtante parad mv,'"'I de la superficie terrestre durante los pri~
meros t1~mpos lustoncos. ~fochas yac-imien\os arqueológicos hnn sido excavados a Las colinas y los valles de montm1a. A medida que nos alcjamos._en dirección
p~ofu~~tdades po.r debajo del nivel de la llanura contemporánea. La premisa usual norte, de las tierras alta~ asirias y de la región <le Jezirc:ü. abaudonamos la prade-
~s que.ia profundid•~~ en L que ap:1rcce sucio estéril (es decir. la superfic-;~ nnteríor ra seca de la zona de piedemonte y entrarnos en la región ondulante y escarpada
1
,! íl rnmcra ocupi:li.:1011) en un yacimiento arqueológico indica la altura de la llanu- de las sierras de los montes Taurus y Za gros (figs. 2.4, 2.5 y 2.11 ). Esta zona se ca-
ra en el momento de la primer'.'. ocupación. La profundidad pu1.:Jc ser de hasta 10 racteriza por la existencia de colinas y de \'alles entre montañas que nlcanzan al-
1~-e~r?s, como mu~stra el caso de_Tell Asmar. a! noreste de Bagdad, donde el suelo turas entre los 350 y 1.500 metros (Braidwood y Howe, 1960). El promedio :rnual
cstenl se _encontro m_uy por dcbaJo del nivel de la llanura actual. Adams ha c.alcula-
do que esta pr_ofundidad respunUe ¡¡] hecho de que el nivel de la llanura se ha ele- de precipitaciones es d~ 500 a 750 milímetros. adecuado para la práctica de una
vado una m_cdrn d~ 20 centímetros ¡:,"r siglo, al mi;nos en la región de Div.ila (1965, agricultura de secano. ·En el pasado, la región estaba cu:..,icrta por un bosque
P· 10?: ~d~~ie:t~. ~m ,embargo, que el peso de lo~ P_i•···!es arqueológicos -superiores ahierto de robles y pistacheros. Los vientos son predominantemente húmedos,
proceden del Mediterráneo y atraviesan la región por los pasos abiertos en las
r_uedi.: habc:.r mcrcn:enta~n el promedm de hund1m1cnto y que es importante saber
SI la cn~umdad a_n_llgua fue fundada a nivel del río o en una depresión lejos del río, cordilleras del Líbano y del Antilíbano conocidos con e; nombre de Syrian Sadd-
Y ,:ene¡ _mformam,n so}m.: !a cant1d,!d t!;; crc.;ión cólica en las proximidades. La le. Como suele suceder en la mayoría de !1s zonas del Próximo Oriente, las pre-
C\!Ue_ncia de las c.:rcamas de \Varka mdica una forma:::'.ón aluvial menor quizás de cipitaciones no siguen una pauta fija y los cifras del promedio de llmüs poseen
tan solo 2 o 3 metros (Adams y Nissen. 1972). ' tan sólo un valor aproximativo en relacíón a las precipitaciones reales durante un
año concreto. Las crestas y valles que discurren naralclamcnte formando las es-
tribaciones montañosas de los Zagros y los Taurus constituyen las principales ca-
racterísticas fisiográfirn5 de esta zona. La región se halla en la actualidad prácti-
54 LOS ORÍGENES DEL'. CIVJLIZACIÚN
1-_L ,\!E!JJO .-\\!B!Er,;TE 55

REGÍr'.IENES F! .! l\'IALE:--

I:a r~!ación ent;e. !o~ ¡~:::-icros asenlamicmns di:: i:1 llanurn Jllt.!sopótamica v sus
!oc,;hzacioncs crn!og1c,;s e<.: J~lcrminada en primci' :ug.a~ por la lncalizuci{m ·y lo.~
rqpmc~cs de los Jos no: :-::-.:: 1~npor!antcs. e! Tigris y el Eufr,,•,.:s. que se oílg.irrnn
t:n !;is tJ~rrns dt:.i:; anatolr:~· ::.! Eufratcs se alimenia pri::cip,ilmenie Ue ,1gua de nic-
\·c fun~1da y recibe dos ar,:..:.-::ites ¡,orla nrí!h: i7.quicrda. el Ba!ikh y el Khahur (fi!: .
.::.1 ). No ex1s1en afluentes ,::-.pl•rtantcs que prncednn de !os desiertos de Siria O Ji:
Arabia. pero i:! gran nún1c~,• Je 1n11/i,· (~1_v:nr:;•5, fl,.1•.-i:~ies qut' fluvcn ocasionalmen-
te) parece indic,1r que en ,,:;un mu,;:c1to el agua llegaba tambitn a la orilla Jcre-
clw. El Tigris. que fluye ce:-~.::. Je los montes Zagros. e~ a!imcnwJo por ]¡¡s lluvias v
1:•1r_las aguas de muchos 1r::·~:.;carios, algunos hastantc impor1antcs. como el P,·quc·-
no Zah y el Grnn Zab. cl_ D::,,:' .!, y e.l Karun (_fig. 2.1 ). La emrnda de aílutntcs tiene
imp~1rtantcs ~onsccuenc1as.::-:-. d rég._imen de !ns dos ríos. E! Éufrntcs depende ck la
llLJ\'líl de un arca Je captac,-. :-: única y rdntinimente IH'ilitada. Por tanto. el volumen
Je] río no varí;! mucho en :"··~ ..:ursas medio y bajo. En cambio. el Tigris obtiene
ag.ua de u:1 área mucho mJ:- ;:x;..::nsa, y la liuda !ocal en un (l1s1rito ;_ifccta muy pron-
!O a la altura del río. Por e~::: ~2.zón. una de !us carac1erísticas de este río son l,,s frc-
ct.1cn~es dc!ihorciamíentos. t·:-.2 tormenta loca! en In~ Lagros puede prnducir cam-
hms 1mpon,:ntcs en la :.:!:c2~., .:'.2! :·:;:·:~..:.,,·u,,;,.¡._,, .. ,,."'- 1,u..:a~ huras. y no e" inu-
sual que el no crezca de 2:.:.: ::1r:1ros en 24 horas.
. E! ,fo Tigris d_cscie~dc c.:,: 300 metros en tri.'. la fromcra pirca y Bagciad (!a pcn-
FIGURA 2.11. Valle en las colirn1 ~ ci1entc es ~e l:1.7:i0). L!I.'.\·:: ::-..::.yor Yolumcn de agua que el Eufra!cs y est,l somelido
de los montes Taurus. Al fondo, a fluctuac10nes cs1acionalc, ::--. .:yorcs. Los dos , ;,h !Ícrh:n sus ni\·i;ks müs bajos en
junto al río. se cucuentra la anti- septiembre y octubre. E! d.:," J:-Jamienw del Ti!!ris t:S m;•,·or t:11 abrii. v el n(Yc! de
gua localidad de <;ayünü (fotogrn- ;igua imis a!w dd Éufra1..::~ ~;: :-·ruduce en manJ.Esias inu1Íd<>.:ioni:s !ie~en lu!.!ar ,,n
fía del Joint Prehistoric Projccl e.le un mal momento respec!O "-- ~a!cndririn ,igríCo!a im·enn!. ya que d nivel m,is alto
1as Uni·;crsidad,;~ de Es!amhul v
l!.e_ga rn el momcnt.o en ljlk. :3 cu!ti\·os maduran y e.~1jn dbpucs:,·ls p,lfíl la rece,' ~e-
Chicago). -
! ~'.~~n. Pnr tanto. mas que w::.! .::.:<uda para el crecimiento las aguas repn:scntan una
L1crni?.a para hi cosechu.

camcnle L-Sprovista de la cubierta forestal original a causa del sobrcpastado,


del empleo de técnicas agrícolas rudin1entarias y de la tala destinada a la obten-
ción de nrndi.:ra co?1o combustible o material constructivo. En áreas protegidas, !ns que se encuentran en su C.:::"c1ino hacin la !!anura mt.:sopot;imü:a (fig. 2.12). Al-
c_omo los _cemcntenos, s~ cncu:::ntran i0~ últimos ejemplares de robles y de otros ~unos de estos rím mcnore~ ~,)n permane1Hes. pao la maniría suelen tener un
lipo~ de arbolts que antiguamente configuraban el paisaje. Las ca'uras, animales carácter estacional a partir d.:< agua proccclentc de las lluvi¡)s invcrria!es. En mu-
omrnp~escnte,;; en la región, no pueden acceder con facilidad a algunas crestas chas de estas corrientes flu·. :::les estacionales hay z0nas dispersas que retienen
montanosas que, al no ser zonas de pasto, cobijan toda\'ía agrupaciones disper- agua durante la estación sec2:.
sas d..:, robles enanos. La deforestación ha conducido a la erosión generalizada de
los excelentes suelos de terra rossa, lo que aumenta las dificuitales para Ja agri- Los mames Taurus. Al d'.:-:2.irnos hacia el noroeste a travr?s de los valles cada
cultura en un medio originalmente productivo. En esta zona de colinas y \'alles vez mélS c]c\'ados de los mor::-:~ Taurus, entramos en unu zona d<' 1Jlta montaña
dr, montaña existen nc::ierosa=i evidencia.o: de las primeras experiment-aciones
(fígs. 2A. 2.5 y 2.13). La ma\·,:::-:-fa de lat; cumbres de la Anatolia oriental conser-
agrícolas. Ni el tamaño ni la probable estrurtura arquitectónica de los poblados v~~ la ~1ie\·c durame casi tod·u ::i año y tienen una población muy cscasn. Las pre-
agrícolas prehistóricos difieren ,);gnificativamcntc de las aldeas rurales ocupadas cipnacmnes sobre las mom:::':Js alcanzan como mínimo los 1.000 milímetros
actualmente por lus camp~sinos de la región. Mucha:: -:asas, sobre todo las silua- anuales. Por debajo del límite ~ituado a tinos 2.000 metros. se extiendt:n bosques
da~ ~n las montañas, son de barro prensado o de adobe, mientras que las más densos. Unos pocos valles im:-c•rtantes de la cordillera reciben lluvias suficil:!ntcs
prox1mas a zonas de cantern poseen zócalos de piedras y muros de barro o muros Y tienen un microc!ima no m~:• frío. características que a lo largo de milenios les
de piedra con enlucido de barro. Los cultivos principales en esta región '.:On el tri- ha convertido en centros de:: públamiento. No obstante. la mnyor parte de las tie-
go v la cebuda, y es importante tambitJn la cría de ovejas, cabras v bÓvidos. rras ct:J /:Ita Tnurus y .de hls colinas de los Zagros son cxcesi\·ai,1C1He escarpadas
Una rnfi!1id.ad de r}aéhuelos en e! curso alto del Tigris. del .Eufrates y de sus Y sus 1m'1ernos demasiado fríe,~ pani la práctica de !a agricultura. Los pastores
afluentes p:-mc1palcs negan los \'alles de montaña dejando atnís :as crestas con nómadas suelen utilizarlas cnrr,c) paslizalcs para el ganado durante el verano. En
las diversas estaciones, !o:- f!n;~os nómadas cambhrn ch: cmnl;m1n1ientn e:;,,,,;.,,,,
56 LOS ORfGENES LJE LA CIVILIZACIÓN EL lvlEDIO Ai\.lBIENTE 57

F1GUt-\ 2.14. V,,ile ef' d interior


t..!c la nl\.:scta t..!e Anatolia, cerca t..!e
!a actual ciudad de Elizag (to1ogrn-
fía dd Jninl Prd1isturic Projccl Je
las Uni,..:rsidadcs tk Estambul y
Chicago).

tudes menores. Df'scicnden con sus reb2:ics y con sus comunid;:ides a los valles
m,ls bajos, incluso hasta la zona del piedemonte. donde los inviernos no son tan
FJGU({;: 2,!~: Curso _alto del Ti&;_ris, d,cst:i:ndiendo por los montes Taurus ven las proximidades duros y la vegetaciñn es más rica en invierno y primJrcra. La~ paulas de subsis-
dc D•clª ~bdklr, Turqma (fotografl.:. Jel JomL 1-'rehistoric l'roject de las Uu;versidades de Est·•~.• tencia de los grupos nómadas esuln desapareciendo acwalmcnte a causa de la es-
6u 1y 1ucago). · '·
tabim:ación de las fronteras nacionales v de las acciones ,·!e Jus divcrsc:.; !.!.Obiernos
n favor de la se0entarización. Con todÜ, debían de formLl.r un núcleo iñlpcrlantc
en el entorno de los p;i;-neros agricultores de la región y en bs ,;:reas adyc1centes.
La zona montafiosa también se utiliza por sus recursos naturales en 1:.rndcra y mi-
ncr;_i!es. Algunas vías de comunicaciór a través de las montafias h,1n sido uti:;za-
das durante miks de afü,s. La ruta que sale de las Puertas Cilicias fue la más fre-
cuentada en el trayecto desde :vlcsopotamia o el Le\'ante h<.1cia Anatolia y consti-
tuyó un encla,,e estratégico cuyo control era crucial pan los primeros estados de
la región (fig. 2.1).

La meseta de Anatolia. Tras atravesar los montes Taurus. entramos en el ex-


tremo oriental de la meseta central de A riatolia, otro ejémplo más úc la zona me-
dioambiental de las tierras altas scmiáridas (figs. 2.4, 2.5 y L14). Anatolia parece
Fmuru 2.13. Coladas de obsi- un cuenco cuyo centro está rodeado de mont;_iiias. La r,._;;,::ta presenta un aspecto
diana en !os montes Taurus de lle suaves ond,ulaciones interrumpidas por algunas cuencas profundas y algunas
Anatolia oriental (fotorrrafía del elevaciones dispersas. La meseta es seca debido a su situación geográfica rodeada
.Toint F,d1isLoric Proj;ct de las de montañas. Tan sólo en las proximidades de los montes Taurus se dc"rnrrolla
Universidades tic C:Stambul y Chi- una vegetación de pradera con ilrc"'S aislada!'. J,._ bosque. Más allá de estos mon-
cago, R. Watson).
tes aumenta el promedio de lluvias que posibilita la agricultura de secano. La me-
seta desciende en suave pendiente hacia e! oeste y forma una zona en la que cxis~
~~ una ruta re~ativamente estable para aprovechar los pastos dispo.1ibles. En ve- ten en la actualidad áreas fértiles para la agricultwa de secano que sosluvieron
na _y en atona, los valles de mayor altitud ofrecen pastos abundant~s para los en tiempos prehistóricos imporrnntcs asentamientos.
rebanas · E ~ cam b.10, e 1fno
· Y¡a meve
· · ·
del invierno ·
convierten en inhóspitas estas El arco Póntico. El siguiente punto del itinerario .. os lleva ai límite norte de
zonas Y obligan a los pastores nómadas a buscar alimento para el ganada en alti- la meseta de Anatolia formadu por el arLv :Yi;.tico (fig:;. 2A y 2.5). Estas monta-
LOS ORÍGE~ES DEL,\ C!\'JUZ.·\CJÚ,'~
EL \!EDIO AMBIENTE

-----i.90011:m-----

e;
e o~ o Metros
ro u
3.000 ~ al ¡¡¡ ro
o Primeros
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-p □ b_lados
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W Monle!(Zagrtis·
MóiítéS· ~ J,.ooo
·· Elbúri
De~:erto de Arabia
~ ~500

Desierto
!Nivel del mar
uadena ,.§1iº' MAR _¡_500
Colinas y valles 1 Cadeoa mootaáosa Desierto
mon1añosal~I CASPIO
1
o
e
ro
CJ
Sección nrugráfi,_ ·· dd Próximo Oriente de suroeste a noreste.

fias r_rescntn~ una ladera abruptn en la cstn:cha franja costera del mar Nerrr
NL)n~e_rosos nos Y arr?yos forman cu::::adas que cae1i desde las colinas :,,~ptent~ii~ r-or aluYiones procedentes de lo: montes intcnores de Israel y, por esta razón,
ii.,n,:, di_ m;_~r: Las llu\'_tas son abundantes incluso en verano v la tempentur" ., ¡ tiene suelos bastante fértiles. El agua es la variable de la q;..;e depende el éxi1.o
?~
1~1 ~~1,...::•1u ~s rdat1\'amente templada. La combinw.ción d~ Ja cantidad an~ai' d~ agrícola. aunque existe también el problema creado por las dunas que invaden
la zona culti\'ada. El volumen de precipitaciones: rlj,;;111inuyc hacia el sur. y r,n
! 1,c.cir~t,h..ion~s Yde l:.~s tempcr:'turas suaves favorece la existencia de una rica vc-
g,.;1,1cmn que rncluye arboles de hoja caduca, Gaza la llanura costera alcanza una aridez absoluta. En cambio, más al norte
, Nucs:ro prin~.::r viaje term;1rn con la llegada al mar Neoro. Jonde se complct·· hay cultivos de cítricos y de otras plant1s, ya que es posible obtener agua para el
e 1 1ccorndr1 de ¡rran pa 1·t d ¡ ·· · ·· ~ · " regadío.
, ~. .e> , • e e a reg10n que sin'JO de rr;.arco a importantes fases
de! desurrolln h1stonco del comíen~o de la civilización.
Las caden;::; mo:·_•m1osas. E;~ ;-- de la llanura costera. cncontramo"
las montañas y colinas del Levante (figs. 2.4 y 2.15). Al norte, las montañas son
Un l'iajl' de suroestl' a 11oresrc bastante altas y forman una barrera formidable que dificulta la e1nrada de los
vientos húmedos v también los movimientos de gentes hacia el interior. No obs~
h d!~I s~_gu~1t.1_0: \•inje presenta una orientación aproximadamente perpendicular a tantc. existen pas¿s en las montañas que perrniti.:~1 yue los vientos portadores de
_'_. -~Jlmt:r it,,ler<.:no. del suroeste al noreste. v atravicsn ,~n Bab1'1on 1'·1 e'I re,·.o- humedad procedentes del Mediterráneo penetren en el interior y i:\;scarg_11en
11tL1o ue nuest • - ,· · ~ ( · - - · ' precipitnrioncs sobre !~::; estribaciones de los montes Taurus y Zag.ro:-. El Oron~
,. ., .. ,· ro _P 1_i_ni..:r \HJJe f1g. 2.b). Comenzaremos por la costa r-1editerní-
~~\º¡1.b1 .i~_l Y viaJarc1;0.s a través del vai1c di.;; Jordán. del desierto de Arabia tes es el m<.ls lanzo de los escasos ríos caudalosos tlel Levante. F!m·e hacia el nor-
\e d, _,~u 1 , 1 .ni._:sopotam1ca. de los montes Zagrns. de la meseta iraní y de lo~ te a trnvés de u~a depresión en la cadena montañosa y desemboCa en e! mar un
unntl!s __ !burz. antes de descender hasta el mar Caspio. · poco müs allá de la frontera -:-on Turquía. Por otro lado, la cordillera del L11rnuo
forma la rnm·or cadena montañosa del Levante, con una elevación máxima de
La llanura coHl.!l'<t La Jh rd. d I r • algo más U'- ·3.000 metros. En la z._,,1a me,idional, las montañas son bajas y ondu-
(fi!!s. 2.-L _ -; , 7· ·_ 'nu. ~ ª r~nJa costera del Levante mediterráneo
~ F l· 2. 1- } -_.1_6) es es1recht1 Y d1scontrnua en el norte v se ensancha hacia el ladas. Las tierras altas del norte de Israel conforman la meseta de Galiica, qut:
sm. ·11 d zona sma se cncuentrn 1 ma serie de pequeños \;'Iilc .. 1, . tiene una altura media de 500 metros cuu algunas elevaciones de 1.000 ,netros
parndw ·· ·)r esp )1 - - < s o ensen.Juds, se- (figs. 2.1 y 2.17). El paisaje es de rr.::mte bajo ~on algunas zonas de bosque abier-
part¡: <J~Í Líb,;n~
.· _ \ .·
i:c;~ ~1i~~111r~so~ ,qut::
.
llegan al mar. Est_:: :nismo relieve forma
de Isr.iel. donde la llanura tiene una mavor extcn- to. Un valle de tierras bajas con agricultura intensiva, la llanura de Esdralón, cor-
smn. AS!. rncnntnmos un·i z0nd · . d J(J - · ta la í-:.1:dón de tierras altas va lo largo de la historia ha constituiUo una de las
, , , , .- ' ~ - e unos - O metros entre las montafias y el
m,1r ,1 1,1 .1 1t11r,1 del monte C-1rmclo l l . princip;les \'Ías de comunicáción. Mií~ hacia el sur, por el cinturón de tierras al-
11.rnurn de Sharon c¡ue tiern/ u . . eln -~r;.,c que,_ en c~m_bio, se abre al sur a la
, n<1. ,me Hlld entre b v 7:, kilómetros\' PS ·, tas, cruza mes Samaria, una zona algo más seca. y entramos en Judca. Esta es una
p1ia lm1aYía en la:, proximidatl 'S I • ("'•., L· 11.. - -- , - mas am- re:,:'.ón de las tierras altas llena de cavidades, rnn una altitud lie.eramcntc inferior
e, e e 1,Wl. d anura de Slrnron est;í formada
y ~n clima m<ls seco que los de Galilea u Samaria. La agricult;ra en Judea se Ji-
EL '..','2.0IO A~tBJENTE
60 T 05 ORÍC:E:SES DEL,-\ Cl'.''.LIZAClÓN"

FIGURA 2.17. La región montaí1':·


sa de Samaria en el Levante mcn-
dional.

,l
- FtGL'RA 2.16. LJ¡¡nura costera
mcdilerr.inca en el norte de lsrnel.

mita a ciertas _lJdrcelas de aluvión dispersas en los ,1alles más Frofw -i □s, donde
puede obtenerse agua.

La depresión interior. Si desde las tícr!"as altas israelíes nos dirigimos hacia el
este, descenderemos por el ,•a!lc del Jodán (figs. 2.4, 2.15, 2.18 y 2.19). Esta de-
presión geológica limita al oeste con las tierras altas de Galilea y Judea y al oeste
con la platalorma arábiga. Como la may"r parte del vallP del Jordán se: ;ialla por
'!cbajo ücl nivel del mar y las mesetas que lo rodean alcanzan los 1.000 metros de FIGURA 2.18. O rilla del ríoJo~iln. al sur del lag.o Kinr,.:,:·cth.
altura, el pnisajc es bnstante escarpado. En el norte, las avenidas de basalto, que
corlan la depresión por dos puntos, favorecieron la formación de lagos. El r,:-;ás
pequeño y scptcnlríonal es el lago Huich, de agua dulce y poca profundidad. Se ·d•' oca atr·1;'entc i,,1ra la 0cup:1cit·J_n
• d d ¡ valle del J01 an es P ' , • ,
encuentra rodeado de zonüs pantano,;<>s donde crecen los papiros y se halla 50 cerrndo. La mtta sur __ e ¡ , . v manantiales dispersos. por CJl'mp10.
hum,1na con la exccpc1un de a gunos oasis .
mctrn<; por encima del nivel del mar. El lago Kinnereth (mar de Galilea), con 20
kilómetros Je longituU. entre ~ v 13 kilómetros de anchura y 209 metros por de-
Jericó, lo
kilómetros al i,vroeste del mar lvluerto.
bajo del nivel del mar, se cncuc1;tra más al sur. Las aguas del río Jordán salen del . t Al sa11·r Jcl valle del Jordún h:icia el
.
Las tierras a¡tas semra "rt'da-:i.v el l 1esrer o. , -'I · 'lrr,·os? 4 v , -) . ,L<l !••V
2. ¡)
lagD Kinncreth a travé.:; de un estrecho cfüial y nuy;n después for!Tlando mean- · Itas de la meseta <Ud JJg, - i:- • - · -
dros a lo lnrgo del valle en dirección sur hacia el mar ~v1uerto. En esta área del este entramos en ¡as llerras ª _ . t' on-stiluve una eficaz ba_rrcrn
, . ¡ d I d ~na montano,a 1evan rna e . - .
valle. así como en la cuenca úd Huleh, existen restos de importantes poblados gión onenta . e a ¡ca e · ·ta •mne.:; . · . . .· ·tentes' El terreno. ba:-,rn1i1e
son casi mex1s •·
untig~~)s. El río discurre por d fondo del valle y en sus orillas crece nna densa ve- contra las lluvias, Y as prccipi ~ · · t na ,•etlt!tación cstevaria. Esw grnn
•¡ ·te ""xcepcmua1men c. u , =' • • .
gc'.acion, de_ sauce:=;, t:1111.:iriscos y plantas acuáticas. El río adquiere en el curso yem10, tan so o perm1 ' e~ 'd d · . d ~ inch el este. donde adqmi:re nn c,t-
extensión de tierras altas an as esc1en e ' '
b:iJo un tnchcc {I¡, '-ialinidad tan elevado comn el del mar Muerto, que es un mar
63
EL :,.l'i:lJ!O A:\!Bff-NTE
LOS ORÍGENES DE LA CIVJLIZACIÓN

Montes
Zagros

1 J,o 1 ! 1
Relleno aluvial \agricultura"
□-:::;·JeS
de írrigación ~imp•--)
(aaricultura intensiva,
- asem,:1mlentos)

Áreas ádoas,
de tipo estepario {pastos)
Depros\ones (pantanos_:,. ,,
caflaverales, aves acua.1cas, laderas , , .
agricu!lura en las orillas) (agricultura con ayud~:de canaies)

FIGURA 2.19. Orilla occident,1!


de! 111ar Muerto en d punto mtls Sección del relieve pr6;;imo a los cursos íluviak:s naturales mesopotúmicns.
~:GURA 2.20.
bajo del val!e del Jordin.

n1r• '.!r todavía más desértico. Los 650 kilómetros de distancia entre las zonas Ud
Lc,,m_1te. con precipitaciones regulares o aguas subterráneas, y ~1 valle del Tigris
y e! Eufrates u :a altura de BagdaJ, fc:-man un obstáculo para el mo\·imiento y
!:: i.:omt!:~icación de los seres humanos. Debido a la escasez de oasis. la travesía
de este desierto no era nada !':ícil antes de la mvención de los vehículos con mo-
tor. Las conexiones entre Mesopotarnia y el Levante se realizaban a trn·;6s de
una ruta septentrional que ascendía por el Éufrates, atravesaba Alepo y, fi-
nalmente, descendía hacia el Levante o, más al :~or!?, pasalY\ por las Puert::s Ci-
!icias.

La llanura aiul'ial. Tras atravesar la parte septentrional del desierto arábigo,


nos z.dentramos en la llanura aluvial mesopotámica (f'.Js. 7 4, f.10 y 2.15). La
:·uta que b0rdea 0 1 río nos ce:_ • ..• _ ' :::::. Babilonia, donde el Eufrates deja de
d'1:,currir por un ll11ico cauce y se bifurca en varios cursos, trazando meandros. A
medida gue atravesamos la llanurn aluvial, cruzamos los dos cauces principalc~
del río y un gran número de riachuelos más pequeños. Durante la antigüedad, an-
tes de que los habitantes de la región intcnta::ieu controlar el cauce principal del
río mediante canales artificiales, dehió de existir un número mayor .:!e ríos ;;1eno-
res.
En cadn una de las orillas de los ríos, la secuencia topográfica general de la
!!anura mcsupotámica constituyó un factor importante en la selección de los
asentamientos (fig. 2.20). l ejos del río, existen áreas de tierras bajas que se con-
vienen en pantanos Uurante la estación de las inundaciones, pero que permane-
cen scc: ... el resto del año. Alkmas de estas zona" de tierras bajas son salinas:
otras. por el contrario, sostienen una cobertura vegei::il natural, susceptible de ser
utllizada en forma de pastos para los <l1,;males. Las tierras de cultivo se sitúan al
alcance del agua de regadío y su ;:iroducción es tanto mayor rnanto míls cerca del
río se encuentren. A lo largo de las orillas del río, se alzan unos diques naturales
m;í•· elevados y mejor drenados que la llanura circundante, que constituyen las
mejores áreas para el cultivo y el asentamiento. Las ventajas de un dique natural
son h.1 fertilidad, la n:ipidez de drenaje y una menor vulnerabilidad a las heladas
invernales. Igualmente importante es la accPsibiiidad al agua del río durante los
años en que su ni·,·,;! es bajo (Adams, 1965, p. 69). En el banco del río má.s ·1.lejado
65
EL \!ED!O A'.-.-IBIENTE
6J LOS ORÍGE'.'\ES DE LA Cl\'ILIZAC!ÚN

FJGURA ~.~-t Zona d~ ticrms <>'.".as


al este de la moderna ciudad de Ra-
wanduz (noreste de Iraq). a un~s
1 500 metros de a\rnra ([oto?rafm
d~l Prehlsrnrk Projcct del Oncnt~l
Jnsti\ute de la Universidad dt! Cln-
cago).
FIGURA 2.22. Valle de montaña en el c...,1tro de los montes Zauros. cerca de la mrn.lcrna ciudad
de Jurramahad, en Ir.in. -
desc",..:lcr de manera g,r·,:;dual en dircc-
tremos de las crestas p~ra: [ma!menfte,p; .· e,. Las montañas ofrecen un relieve_
1 . ¡ · Tions \' el eol o ers1co. ll J··
· rncia e ~no . =t . - \ " =q 1,1es. pc_een
ción oeste_ _ col'ertur"
, •· veaetal. Los va f''- _e
muy acc1dcntado. en c,1m ,1~. º~. d
tes
ar la acción antrllpica presentan bo::i-
mavor altitud y que no han s1?0 ¡_¡litera o(sfp J 14) El nom,1dismo es común ¡•ri
· · t ¡ · , mst.JC F•ros 1° •- · -
qucs naturales ·u~ ro_: es ) - -", E,:- .. ~rani·p~do haberse practicad~. ~cs?e ~11 •;
esta zona de valles de montana. -" ct· la domesticación de ov1eapndos, ..::1
época tan antigG1 como 1~ correspon ifente a '°' las zonas de mavnr altitud. y en
traslado hacia las zonas de pasto mc1s rescas en . .

FIGURA 2.23. Valle de Kcnnanshah en los montes Z.igros iranies. Al fondo aparece la cxcav,1-
ción del yacimiento p1ehistórico de Tepe Sarab (fotografía de! Prehistoric Projecl del Oriental
Institute de la Universidad de Chicago_l.

asegurarse una cosecha anual. La agricultura más antigua pc:.:'.::i prncticarsc don-
de las aguas superficinles o los ríos semipermancntes posibilitaban una irrigación
sim¡Jlc.

Los va!!,..,., de montajía. Los montes Zagros ast:iendcn nipidamentc a partir


del valle del Tigris y el Eufrates) forman una sene de crestas cada vez más altas
(figs. 2.4. 2.15, 2.22 y 2.23). Estos ,(escalones)•, que constituyen el grueso de los
montes Zagros, pueden ser dc-finidos como pliegues largos y paralelos orienta- . , .. z·inro,;; en las proximi•
,r E-temo,, ·~jt.Jcntal d::: la mcsclíl irani frente n los mon,es ':o- ·-· •
dos de sureste a noroeste. Un gr::'.n número de ríos caudalosos han originado va- F1ramA .:..-J. ;,: r ' .• T, ,, s·\!alk
1
lles entre los pliegues, trazando una ruta Lortuosa a través y alrededor de los ex- dades de! antiguo asernam1en10 tic t:p" ,' •
66 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN EL \!EDJO AMBJENTE 67

RÉGL\IEN FLUVIAL

E: desbordamiento anual regt1l•1r del .:o ~ilo es p~ovocado por las lluvias é.e
primavera y verano que caen sobre !as tierras altas del A~rica orie~1ta). El Nilo, q~e
íluye a lo largo dt: Egipto, está constituido por tres come~tes pnnc1pales, el Nilo
Blanco, el Nilo Azul y el ,\tbara. El Nilo Blanco es la .il;ªs regular de las ~res y
apnfi¡i un 80 pe., l{lO del agua nl'" l.lu~"! durante la estac1on seca~ per?. tan solo un
10 por 100 de la del período de inundación. Su f11ente ~~ el lago V1ctona, lranscurre
Ientamenle y no !leva muchus sedimentos en suspcn~mn en el mo1:1:nto en que se
unen a él las otras dni. corrientes tributarias. El N1!0 Azul se ongtna en_ el lago
Tana de las ailiplanicies de Etiopía. Contribuye con un 17 por 100 a la totalida~ del
agua del Nilo, sin embai"go su caudal crece rápidamente y 0uye con mayo_r rap1d~z,
aÜmentando su aportación Dun 68 por 100. El Atbara, que nace en Sudan Y Ello-
pía proporciona poca agua dur•>fJ.te !ri estació .. seca, ~o obstante aporta el 2_2 por
100 del agua total del Nilo. Tanto el Atbara c?m□ el Nilo ~ul transpo~~n gran~es
cantidades de sedimentos hasta el valle del Nilo durante la epoca de l.. s m.unda~JO-
nes Unos ciento diez millones de tonelauas de sedimento rico en sustDncias mm:-
ral~s son. trasportadas anua\mentl.'. m.ís allá. de Wa~i Ha\fa (~isher, 1963, p. ~?OJ.
F!GCRA 2.26. Valle del río Atrek en las colinas de los montes Elbun, en el norte de Irán. Antes oc L. . construccié: de la presa de Asw_n, la mitad apro~1madamcnte de e:.tas
aportaciones llegaban a El Ca)ro, y uno,;_ ~!ete mí\lones y m~d!n de tm!e!a~_as. c~~~
puestas de carbonatos de cakm y magncs10 y d: cloruro ~od1co.' se d1s~h!an c~, ..
plctamentc. r,.,., esta razón. \a importancia del Nilo no esta relactonada u°:icamc:nte
invierno, hc1 ria los valles más bajos y templados. Es posible incluso que las ma- con el aporte hídrico. sino tambiPn cun el L.mo fcr1i11~anle qne se deposita. anual-
nadas en estado salvaje hiciesen '._.., propio con anterioridad. mente. La proporción de sedi"1entns llevados por el non los campos puede ser de
unos j centímetros cada cll:,, anos. . . .
En Egipto, el nivel mínimo d·· agua se alcanza en mayo y comienzos de J110JO.
las tierras altas scmiáridas. Tras atravesar !as cimas de los montes Zagros, Las primCrns aguas de In inun...;,1ción llegan durante la tercera o cuarta scma~a "~e.
~escendc·.1os a unos valles mús anchos y largos que se abren Cn el interior de la junio. proceden del Nilo Blanco_,- presentan .un_ color verdoso a causa de las ,11:=;as
meseta iraní (figs. 2.4. 2:15 y 2.25). En dichos valles, las aldeas utilizaban el agua 1ransponadas. I\-l:is tarde, el componente pr_mc1pal ~~ la~ aguas r,rocede ~e! ~!lo
proceU,.,ntc de lw.::,; montañas cercanas a través de túneles subtei ráneos, e qanars, Azul y del Atbara. y el nivel m,b:imn de !a _ mundacrnn t,~n_c lugar a m~drn~~~ ~~
para regar los cultivos. Las laderas interiores del sistema de los Zagros están sal- septiembre. En 61e momento. el a¡;:.:u d,..l no puede ~dqum_r un ton_~ mam.:. .. _r~J 1-
picadas por una serie de centros comerciales, los cuales formaoan parle de nna zo provocado por \a putrefacción de \as algas de la .~nmc!ª. mundac1on, que h,i,_cn
ampliü red q•·~ recorría el desierto central de esle a oeste, a través de Jos montes más densa el UL!U'.' v le dan mal olor. Si la inundnc10n max1ma se produce pront~.
Zagros, y desembocaba en la llanura mesopotámica. El índice de pluviosidad es cc..~10 por ejem{Jlo 8 finales de agosto, el nivel mínimo de il:'Ua se alcanza en ,,nl
bajo en el interior de la mesPta i,·aní ~' disminuy,__ casi a cero hacia el este, donde en lugar de mayo o junio y se prod:icen P'~r~idas e~ !,1s cos~d'.as. A pesar de la re-
gularidad general de las inundaciones del N110, existen vanacmnes en la _altura de
la altituLi es menor, formando un gra¿ientc que termina en las áreas desérticas ias aguas y en su periodicidad. y de ahí sus ventc.jas o fracasos para los agncultores.
propiamente dichas (véase fig. 2.2). La mitad de la superficie total de Irán se
comp1..m...: de u;,a serie de cuencas sin ningún tipo de drenaje hacia el exterior. La
propia meseta oscila cnire los 900 y 1.500 metros de altitud, y sus depresiones re-
cogen las riadas superficiales originadas por las escasas lluvü•s. Esta agua se eva-
pora más tarde y da lugar a pantanos y planicies salinos. Tanto el desierto como llanura costera del mar Muerto recibe:·. más de 2.500 milímetros de !!uvia anuales
las depresiones salinas, con sus temperaturas extremas, constituyen Ju¿;ares in y permiten el crecimiento de una rica vegctació.n. ~n la llanura co:tera, don:1~ s.e
hóspitos para el asentamiento humano. asienta una población relativamente densa, los 1rn:1crn?s no son fnos,. las_ prc~lpt-
taciones tienen Jugar durante todo el año y se cultiva te y arroz r0n excelentes re-
Los montes Elbur::... Nuestro viaje rnntinúa a través del desierto de Dashte- sultados
Kavir hacia el noreste, hasta alcanzar las laderas de los montes Elburz (figs. 2.4,
2.15 y 2.25). Esta cadena montañosa constituve el límite noroeste de la meseta El valle del Niío. Una reoión que desempeñó un ¡::,apel fundamental e? .el na~
iraní y cuenta con el pico más alto del PróximÜ Uriente. el monte Damavand, de cimienlo de Ja civilización, p;ro que no L~mos incluido en nuestros d~s.via1es,.es
5.670 metros. Las estribaciones interiores de los montes ElburL son muy secas y Ja del valle del Nilo en Egipto (fig. 2.4). El largo y estrecho valle fluvn.u de! NIio
carecen prácticamente de cobertura vegetal. Sin embargo, los vientos proceden- es en muchos aspectos. muy distinto a la llanura aluvial que forman el ~gns Y ~l
tes del mar Caspio llegan sin dificultad a sus vertientes septemrionales, por lo É~fratcs. El valle del Nilo tiene unos 10 kilómetros de anchura (fig. 2.21). _Debi-
que una línea de nubes configura la línea de transición. El cambio de !~rreno se~ do a su linealidad, Jrn s!~Jo ?ividido_ en dos reg!ones, tanto_ por los <,, ~i~e~logos
miárido a bosque húmedo es espectacular. Fstas sierras de los mames Elburz y la como por los ;:mtigun-:; eg1pc10s. Hacia el sur, esta el Alto Egipto, donde e \alle es
68 LOS ORiGE!\'ES DE LA CIV!LJZ,\CIÓN EL :-.JEDIO AMBIENTE 69

f][iLR,\ 2.27. Amplia panorámica del valle del Nilo en las proximidades de !a anticua ciudad
Je: Tebas (fotogrufín del Oriental Institute de la Univcrsid<!'.! de Chicago). -

t>Slrcchn v PI rín ,;nrca profundamente su lecho. mientras que en el norte se h:illa


e! ~ajo Egipto, que incluye la región del delta (fig. 2.28). Ésü1 comienza en El
C~1ro con ~os afluentes principales: el Rosetta, que fluye hacia el oeste. y el Da MaiMuerto ·,--,:,> ,.
mH.:lta, hacia el este. ISAAÉL Ma,
E! ~Lita es un área triangular. de unos 250 kilómetros de anchura en su base v Rojo
i 50 :~.!lómelro!? d.e longitud, surcada por un gran número d..:. pequeños ríos que- e;:
rarrn!ican a partir de los dus afluentes principales. La miic1d de la superficie de! Pi:;;,:nsula del Sina!
delta se compone de lagos y pantanos, la mayoría de los cuales se cncuent1 ,m
próximos al litoral nlf'ditcrníneo. ·
Las condiciones medioambientales creadas por el Nilo son m~s favorables
para la .agricultura que las de :rvlesopotamia. La porción del Nilo que transcurre
por Eg1pt,o consiste en un único cauce sin anuentes, en cambio tz.;ito el Tie.ris
corno el Eufrates registran diversos aport:s de otros ríos en sus extremos m~ri- RÍ:PÚBLICA ÁRABE ÜN!DA
Ll!c:1al~s. El Tigris se alimenta de varios afluentes que transportan gran cantidad (Egípto)
?e sed1~~cntos, los cuales bloquean el curso baje de ambos ríos, dando Jugar a !a
rormac1on de pantanos y lagunas. y provocando el desplazamiento de las orillas. • El Cairn
Adcmrís, las inunch,cioncs de Ivlesopotamia son más variables que las del Nilo R,Nt/o
FIGURA 2.28. Delta del Nilo\' zo-
p'.xque son el resultado C::::: precipitaciones impredecibles. Deb1uo a su relación nas c1dyaccntes dd Levante m~,-;_
dJrecta ~on L.Js llu~'ias invernales (a\'enida.~ ca:.::::idac: por la :Juvia o por la tusión dional: (arriha) fotografía del Pro-
de las n~ev~s), las 1:·.:.rndaciones de !vlesopotamia acontecen durante la primavera vecto GCminis {;\'AS.'.): (ahajo)
(no hacrn fmales del ve.-ano, corno en Eg;plo) y dan paso a un período largo y diagrama de la región mostrada en
la fotograffa.
seco que dura más , b la mitad de! año. En Egipto. por otra parte, las inundacio-
nes son un complemento de la corta estación de lluvias v dividen el año en cuatro
estaciones más cortas: una de lluvias ligeras, otra de iñ~"1daciones v dos de se-
quía. · humano, oien directamente en los diques del rí0 o bien en d desierto de poca ai-
A pesar je que en el curso del Nilo existen muchas curvas v meandros. su titud uúyaccnte a la llanura dom!e se producen las inundaciones.
cauce, por lo general, fluye muy próximo a la vertiente oriental del valle. Po~ lo Las condiciones climáticas de Egipto son uniformes a lo lar;::,v de todo el
l~nto, la mayor parte del área potencialmente cult1vablc se encuentra al oeste del país, a caw,a de su relieve llano y de su situación sin acceso al mar. Los veran~s
no. La vegetación natural del valle está formada por acacias, tamariscos, sicomo- son calurosos, con temperaturas diurnas que alcanzan los 40 "C en la mayona
ros Y sauces, que crecen especialmente en los diques. El monte bajo natural se del país, pero con noches mucho más frescas . .Julio es el mes m1.is caluroso Y las
com~one de ~na rl 1~11::i<1 plataforma de plantas acu,íticas, papíros, lotos y juncos. temperaturas más elev<1das se alcanzan antes en el sur que en :1
~orle. Las tem-
Las :,•·c,1'> meJor drenadas son los lugares m¡_ls favorables para el ~".,.'.ntamicnto peraturas del litoral mediterráneo son moderadas por la prox1m1dad ele! mar Y
EL :-.u~DJO A~iBJHffE 7l
70 LOS ORÍGENES DE LA CIVIi .JZACTÓN

mucho más baj<1s en vera1l~ que en el resto del país. Los inviernos son suaves y Eufratcs y Karun posibilitó el culti\·o intensivo de plaatas domesticadns ~-~1 h!S
posibilitan un cultivo continuo. Ln el valle del Nilo se desconocen las heladas tierras altas con la ayuda del agua de regadío. Los ríos también facilitaron la co-
<;cveras y ocasionalmente se producen cortos períodos frias. tdás perniciosos que municación y el intercambio. . _. .
estos últimos son los vientos uesérticos, cálidos y secos. que pueden abrasar los La diversidad y combinación de diversos accidentes geograf1cos. chmas y re-
cultivos de los bancos de! río. En Egipto, las precipitaciones no sobrepasan los cursos naturales hicieron del ::'ró:ximo Oriente un medio idóneo para los ck,;2rro-
200 milímetros y el prrJmedio anual es de 50 milímetros para la región del sur llos culturales.
de F:.l Cairo (fig. 2.2).
La franja cstrecirn y fértil del valle del Nilo está limitada en ambos lados por
amplias cxleP""iones de Jesierto estéril. En el este, un cinturón de tierras altas
separa el valle del Nilo del mar Rojo. Está seccionado por H"adis g_ue discurren,
bien hacia el Nilo, bien hacia el mar Rojo. Como consecuencia, el límite oriental
de! valle está peor definido que el occidental, donde prácticamente no existen
Jl'adis. El desierto occidental es una amplia extensión llana. con una altitud' me-
dia de unos 200 metros. D1drn superficie se ve truncada por un cierto número
de profur.::Ias depresior.es, muchas de las cuales poseen oasi::. Al margen de es-
tas depresiones, la superficie del d.::.,,ierto consiste en aíloramientos rocosos y
arena suelta.
Algt1 1as evidcm•icis permiten sugc;-:r que las condiciones ecnlógicas fuera de
la llanura donde se desborda el Nil0 ftwron más fav,:_-:-ables entre los tiemnos
postpleistocénicn,;; y la sev11 dinastía (c. 2350 a.C.) (Butzer, 1965, p. 35). Com□- en
aquel enton1.-es e! vnlumen de llu·:'.:is era alpo mayor, las áreas dt: Jesierto con
menor altitud quedaban cub;.::rtas por concemracion.:.,, disp.::-sas de acacias y ta-
mariscos, así como matorrales y raíces. que conformaban una vegetación de saba-
na. Las planlas crecían probablemente al lado o dentro de los wadis, donde el
suelo ¡-._cibía una humedad cupkmentaria entre las épocas de lluvias. Los límites
del de:.;crto, donde el índice de precipitaciones anuales era de tan sólo 100-150
milímetros, debieron de estar a una distancia comprendida Gntre 80 y 250 kilóme-
tros respecto al valle fluvial. Así pue::, el cambio del régimen climático local fue
mínimo, pero d,.. significativos ct~ctus ecológicos. La \'egetación de los márgenes
del valle fluvial pudo haber sostenido una población di~::,ersa de recolectores y
pastores. Esta pvblación, en un área que hoy resulta ~ompletarr.:-nte i"}1abitable,
dei.Jió de haber contribuido enormemente al desarrollü de la antigua Civi!ización
egipcia.

EL }.!ARCO hIEDIOAl\IBIENTAL DEL PRÚXIMO ÜRIENTE

Es ir,-,p □ rtante el conocimiento de las diversas características medioambienta-


les del Próximo Oriente para comp1cnder el marco natural en el que tuvieron lu-
gar los desarrollos culturales.
1. El Próximo Oriente es una región topográficamente diversa, con montes
altos y ondulantes y una amplia llanura aluvial. Aquellas z0 .. as que cuentan con
sus rerursos naturales propios y específicos se distribuven grosso modo en fran-
jas que atradcsan la rc 6 ión. La proximidad de diferentes zonas medioambienta-
les y la naturaleza local de ciertos recursos alentó el intercambio de productos y
el movimienlü de gentes.
2. El clima mediterráneo se caracteriza por verano: cálidos e inviernos fres-
cos que, en combinación con las precipitaciones invernales de los valles de mon-
taña y de las regiones montañosas, permitieron el crecimicntc anual de las plan-
tas, algunas de las cua!:!s fueron las primeras que se c'nmcsticaron.
3. La existenri1 de grandes valles aluviales adyacentes a los ríos ¡,,;¡Jo, Tigris,
El estudio de !ns modos de Yida y ue !as ad:.-1placiones de los habitantes del
Próximo Oriente anteriores al comienzo u~ la ,12ricullurn revela ],15 causas de
este cambio fundamental para la existencia hunlana y proporciona elementos
para el análisis de las preadaptacioncs a la ag.ricu!1urn en la:; comunidades pkis-
tocénicas. En otras palabras. permite conocer aspec\cls de la tecnología, los siste-
mas subsistcncialcs y la organización social que fuerCln cruciales para la aparición
de las innovac;ones que llevaron a un nivel de organización más complejo y. en
última instancia, 2. la civilización.
Durante el pleistoceno se desarrolló en el Pró:~::110 Orien1e una lenta c\·olu-
ción biológica y cult'.:ral de la que surgiemn los seres humanos de anatomía mn-
3. EL PAI'-JORAMA CULTURAL ¡ derna y preparados desde el punto de vista cultur,i! p,:rn !lcvnr ;:i c:-:1hn la transfor-
mación agrícola. Los estadios más antiguos de ocu¡x1L:;::n humana en el Próximo
Oriente se han documentado en unos pocos yacimientos. sobre todo en el Levan-
El prólogo de la obra te (figs. 3.1 y 3.2). El pleistoceno medio nn:-.,ituyó una larg:: etapa en la riue se
alternaron fases de humedal! con fo::ies c.L.. arida. L:· -- grupos humanos. con un
baje :fr.-.:.! de organización, estaban cumpuP~tos por cazadores 110 especializa-
_ J?esde Jure~ 11.1ás de medio millón de mios, diversos grupos humanos han dos y por recoleclores con herramientas toscas. [! ritmo del cambio cultural era
ht1hlfado el Pmx11110 Oriente Las sociedacit:s pleistocénicas conformaron el muy lento. Los instrumentos líticos son los objetos t1rqucológicos más indicmi\·os
P0 norama rnltural de donde surgieron los primeros agricultoref La información del desarrollo 1ecnológico durante este período. Es probable que su progresiva
.'ª.
-~r: 1,Jre ocr~pación más a11iigua de/ territorio se limita a datos e~;1píricos de /os
'.~wrsos ammales qw.' ?xplotaron y del ins1:-;11"eJita! lítfr.u que fabricaron Sin
variedad y r0mplejidad fueran causadas por la aparición de nuevo'.: '.ipos dP tra-
bajo, por el descubrimient 1.~ de diferentes ¡11ui..::,;;;_. 1 .-:::: ..., ~, ! " " - · . · ::.'fica

:...'1harvr'
, ... •;· , se hrm e/a b ora d o mue/ws / 11potes1s
· ' · acerca de las culturas del pleistoceno
· cia en los procesos rle fabricación. Algunos arqueólogos consideran que es posi-
:~\--eta r~!ª ~wturaleza de sus a.~enramicntos, sobre todo en fa etapa fina/ del ble también identificar variaciones en lo<: ::1strumrntos líticos debidas a cri1erios
l:_'. '. 11 _r!o~ ¿.H, _c01w:111os con cstudtos sobre los patrones de asen;,,,-;1/ellto, /os
••
1
estiusticos.
1 111
t L _ _:i_rn ,mbs1src_ncw!es, la tecnología y la evolución de la especie humana. La
Durante el pleistoceno final. el cambio cultur:1! comenzó a c.1cdernrsc. El nú-
1 111 1 1 mero de _,'acimici:'.os arqueológicos aumenta. asi wmo su tamaii.o. Se ad\'iene
;::, : ~ ~ _ge::~ral:::.~1.da es que los predecesures inmed[,lfn<: dí' los agrirnltores eran
L '- c>lu.. lun.\ 11'ftl1J,fl'Os, porque en sus restos culturales podeiuos obsermr
una transformación en las pamas de asentamiento. Lns anteriores yacimicn\l)s al
nu;n~rosa.i· evidrncias de preadaptaciones a la agricultura y a la vida en poblados riirc libre de 1,, ..::ostu me: 1itcrrúnea y del \'alle de! Jorchin fueron sustitnidos por
A, .7, argo de todo el pt, íodo pleistocénico y du~ante la etapa de transform,ición · otros situados en cuevas o en terrazas. Los 1..onjunws de instrumentos iíticos ri:.:s-
a,~ 1 ,c~!a, 'ºS
/Jl!l!,blo:" del Levante y de los montes Zagros prese/1fnbun diferencias liguan la mayor \'ílriabilidad de los procesos de trabajo y.una creciente '..-:speciali-
zación de los artefor1,1s utilizados. La orgamzación social y la comunicación ex-
c:i!t.1~!(!/e.~· Slft:ijicam'.as, ª!mq11e p~rti,-~•~n 1""' ,i., ,1•.1·ocesos similares de desarrollo.
~~_1;w~u!~~/O,\ ~11 una 1mp,~dante cndencw empfrica, es posible describir [a perimentaron importantes cambios. aunque la eridencía arqueo!U~ic<1 conser,a-
1
_'~-~w~~e--.~t ~!~ las c?m11mdade:" y los modos de vida pr._hisróricos de estos ti/timos da hace difícil establecer las causas. D:1rante este pe:r ,...:u se documenm por
0

llLD!ccro1eJ, 111tens1vos del ple1stoceno. primtla vez la e.,;istencia de grupos sociales nris numerosos que realizaban ente-
rramientos intencionados y cacerías planeadas.
Los arqu..;ó:~¡g.os L~:nominan ..,mesolíticas;> a la:, culturas de la Europa •:cci-
dental de finales de! pleistocl.'.no (Würm reciente). El conjunto de instrun,.:ntos
v el modo de \'ida de estas 2entes cnm mu\' lfüercntes a los de sus ancestros del
i,aleulítico superior. A!gunc;s inrcstigadorc; utilizan el término . ,mesolítico,· con
referencia a las culturas de fim!!cs de In última glaciación en.:\ Próximo Ont:ntc.
Sin embarn.o, estas culturas v su instrumenrai n~) son tan marcadamente diferen-
tes de los de sus pr•:" 1eccsor:1s y o\ros arqucúlngns 1lendcn a llamar a ese¡. _,·io-
do <(cpipaleolítico». Con todo. se registraron c,imbios importantes en el mudo
de vida de los grupos humanos epipa\colfticos. Pueden mencion;.irse. por ejem-
plo, el continuo i:1crementn de lamaño de las comunidades y la mnyor especiali-
zación tecnológica. especialmente por la introducci{.1 de nuevo;, elementos
como los silos de almacenamiento \' los molinos. Parece razonnblc asumir que la
organización de las actividades de· subsistencia y la interacción comunitaria su-
frieron una transformación significati\·;_1. aunque. por el momento. ·""s difícil
documentar arqueológicamen!e este punw. Si bien todos estos cambios tienen
sus orígenes en etapas antcriori::s. las primcr,1~ c(lmunidadcs que man:•·-::stan
74 LOS ORÍGENES DE LA CIV[LlZAC!ó:..;
EL PANORA\lA CULTURAL 75

Periodos
arqueológicos
(economia)

Periodos ¡li§
geológicos gffi
{g!::::iaciones) ~~

MAR
MEDITERRÁNEO
Israel 1
y Jordania 1
i3
~
~

§
"
¡¡

Ubano
11C.i,b

Montes Zagros
de lraq

FIGURA 3.1. Yacimientos arqueo-


l6gicos del Levante y de las regio-
nes adyacentes.
Montes Zagros
adaptaciones agrícolas son las del fir.:tl del paleolítico superior y las del cpipa- de Irán
leolítico.

LA TRANSFORMACIÓN DEL PALEOLiTICO: UNA HIPÓTESIS


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o o o g o o o o o o o
La (<transformación paleolítica,, sentó las bases para las espectaculares rea- oo o
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lizaciones hum~mas que iban a surgir posterionnente. Es difícil discernir las ~
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cau.::;as y la naturaleza de esta transformación porque tuvo lugar durante los
primeros estadios del df'sarrollo cultu:-al que todavía no son totalmente conoci- FlGUrtA 3.2. Cronología de los- yacimientn.~ arqueológicos del pleistoceno por su~iiegion~s.
dos. Puede afirmarse que consistió en dos transiciones. Durante la primera, a
principios del paleolítico superior. se produjo un cambio en las estrategias adap-
tativas y en la capacidad organizatÍ\'a. De este modo se incrementó rápidamen-
te la habilidad de los seres humanos para reconocer las posib:iidades del me-
dio amlJientc, para comunicar sus descubrimientos y pc1.ra obtener provecho de
ellos.
76 LOS ORÍGE."\ES uf !_A C!VJLJL\CJÓN
EL PA'.'-:OR.-\\lA cui.:nm.AL 77
Ln segunda trnnsición de !...1 1r·m, form· ;/, . l - ¡- · ·
J;:¡ culminación de la primera\' se CÍio.·dun1;\'--l~ ¡~/;]
~o Jl!C'.l lu\tn cie1 ta mcdíLla,
mación agrícola que llevaron- ·1 iri a ·iricÍón ~I . nm~ros esta JOS de la transfor-
cuíd::':losa de las pautas Jcl cambio tcc-_..~ógico y de las variecladt•s faunísticas
consur.:idas puede proporcionur infmmación sobre los cambios en las condicio-
dc artefactos culturales no tr;m~p:1~;·1b!cs E e ~~111u1~1d~dc.s SP-dcntarias dotadas nes de existencia. Debe reconocerse que los estudios sobre la organización y los
trca;;:~~:~:1•o~nomp~rº1rtl~)1 olabtme o~i[icndción ~le h~.~
P - '· ' ' · nc10n e recurso, · ·
a;:i~:¡fi~:: .:il~~~,;~:~~t1~:t~-~~gl~ne~~·- estilos de vida ele L:,s cazadores del pnleolítico se encue~tran todavia en una fase
embrionaria (véase Binford y Binford.1966 b: Isaac, 1972).
les (Binford :i-' Binford. 1966a) Ot - n •. s ca~mco~ en una o dos especies anima- Ubeicliya es el yacimiento más antiguo del Próximo Oriente en el que se han
co~~umidos, incluyendo mamÍÍero:o:. ;1~p~s :implrnron. . e! espectro?~ alimcntn;, localizado restos de ocupución hum;_¡i1a. Se halla situado en el valle del río Jor-
me31llones y plantas (F!annery 1969) PL¿s ~nos, c~[?t~I~,;, aves acuaticas, peces, dán, 3 kilómdros al sur del lagn KinneretJ: {Sk!{:clis. 1966; Stekelis . .ciar-Yosef y

mo lugar durante un períod~ m·ís r


las estrntegias subsistencia les Pcrmit1:u <.' º.s pos1 JJ i. a es de transformación de
a Und con~u.mdacl per_nrnnecer en un mis-
tos ~stables a Jo ]argo de todo el \;ñ~~o ongaclo e hicicn:.:-i :1os1ble los asenlam1en-
Schick. 1969), y prcsent,i doc(: niveles s11pcrpuestos Je sedimentación, cada unu
de iú"s cuales contiene instrumentos líticos simples utilizados por las gentes que
frecuentaban la zona hao:- mils de medio millón de años. Ubeidiya estaba enton
0

Alguna.s comunid,10...:s de finales del . 1 1 .. . ces junto a un lag.o de agua úulce y a zonas de marismas, con praderas y bosque
ces de la tr•¡n,t·orn,aci·o,n . f ~. penoc" pa eol1t1co as1rnilaron los avan- abierto en las colinas cercanas. Las orillas del lago eran frecuentadas periódica-
• " < p,1 e 1n1ca c-~n t ·
0
· el
ricarse como preadapt·1cioncs ,a 1- ' : 111,u sc1ic e rasgos que pueden ca!i- mente por grupos humanos de pocos miembros, una m·:dia docena de individuos,
• . •· ' · • c1 a!2.ncu tura Alounos orupo • b
su lJs1s1enc1a en In rnz¡_¡ V en In re T, . . · 0
e s que L•asa an su qe:; cazaban In amplia variedad de fauna que acudía a beber y que wbsistia gra-
pb:'.nlas y los animales. Los nucvo~\~:~~~~n~~n~ezmon ~ experimen_u:ir con las cias ,l los pequeños animales y plantas que poblnban las orillas.
qullectura sólida y una cantidad im o;t. , d nos. perm,mentes teman una ar- Los restos más antiguos de l ·heidiya en el nivel estratigráfico inferior in-
portab!es, usndo~ :,ara la prepaHH.:ign /~~t~l ~ c~m!un.tos de arte.factos no trans- cluían ir.strumento<.: ele piedra que los excavndores consideraron indicativos de
les, En cada LLllturn se pr d . - j· ª n~c1cent1n'. 1ento de ahmentns vege1a- una industria lítica de guijarros cumparable al oldurnyensc reciente de África.
.i..• rs 1cc1iv • '. .. o UJCron ". dp!íJCl()npc; d1fr•n"'n!P<: nPrn ,1,,::-.--L-, •1m Entre estos instrumentos toscos figuran gui_jarro::; ~esp,.:.ndidos de f:::;smentos de
~alei del p~e1~:~~~a~~ \~º~~uran ~~ comiimum de cambios que ~e iniciaron a fi~ lava solidificada, de calin o Li..: sllex. L¡uc pueden haberse usado para golpear y
iu,·a. . q prep,1r<1ron el terreno para la aparición ele la agricul- cortar, y también artefouos st.,,.::il!'Js fobricmius 11 par!!: de lascas que podía¡·,
servir para cortar (fig. 3.3). Estos insl:umcntos son sin~i!ares a ;u:; qu.::. se en-
cuentran en el ni\·el II del yacimit:í-,..J de Olduv::i. en Afric? oriental (Leakcy.
1971 ). A partir de ln scmcjanzri tipológicr.i de los úti!t:5. de la evidencia geológica
LAS PR!' JERAS EVIDENCIAS DE OC.TP.-\Cló:-:. !W,IANA E'.\' EL PRÓXIMO ÜRJ~NTt:
y de las datacione~ radioisotópicas poi d método del potasio-argón, sabemos
. :....as investigaciones llevadas a cabo -, ·,,,., 1
- ~
pnmeras criaturas de aspecto humano !-:~~~~ .emcnt~ perm,1ten afirmar q_ue, iu::
Los nuevos descubrimientos hc1.n d"

[., aron en e este)- en el sur de Afnca.



que los depósitos más antiguos de Ubeiúiya tienen una antigüedad de 600.000
afios como mínimo.
Durante un largo períoJo \ns comunidacl.-,s pn.:históricas frecuentaron perió-
tiguos, los primeros bípedos" d ~• -~~1_os ic1do q ._,t: nuestros predccesor~s más an- dicamente el vacimiento de Ubeidiva. El examen de los instrumentos líticos de
.- · - e poqc1on crcct·i v nrrnipului.io 1 • •¡ los sucesivos ~iveles estratig.níficos demuestra que este tipo de lecno 1'1gfa y, pro-
situarse cronolóoic•imcnte e - '_- < • res e e Ul1 es, pueden
años Los hallaz~ ; . 11 un .momento que 5C remontad•: 3 a 5 millones de bnhlemcnte, c'.:os aspectos culturales fueron transformándose 1..011 el pase del
seres. hu~ano -g~-- e i~terprctac~on.cs Ge la cvoiución bioló.2:ica V cultura] de los tiempo. Los artefactos más recientes son de mayor calidad que los primeros. Los
s mc1s antiguos en Afnc·1 1-•<:tin · 1 - -
queología en la resolucicín d~ l J-< L'.- 1oman os grandes avances de la ar- progresoc: en los procesos de fabricación es pÜsiblc que respondan a un mejor
hombre (véase 1-Iowcll 1':Jn/ ~no ]t,': SUs problemas ccn~ralcs: los orígenes d1~1 control de las manos y a la utilización de materias prinas más eficaces. Además
millón y el millón y me,dio dc-·1- n \,;.~!~ mo1~1cnto del penado que oscila entre .:1
cn hacin otras regiones d,,I v· '.n~sl. oslscres rn,~.anos se desplazaron desde Áfri-
de los instrumentos sobre guijarros. los niveles infcri.:,res contienen choppers, po-
liedros. esferoides y picc'.: Los depósitos nrqucológicos posteriores muestran un
1· . - ,.., • 1c10 ,i une o En cs1, 1 f·i,·c co - -
og1cos como el final del pleistoc,; ·: 1 · ·• < ·' • noc1c1a ~n termrnos gco~ co;¡juntn de instrumentos tallados c;imilar al de los :::veles más antignos, con la
gua de ocupaciones humanas '21;º,~ ;n1_1~_uo, s~d_ocumenta la evuJencia más an~;- aparición de unas pocas h~:::has de mano que posiblemente se utilizaron para g:ol-
humunos, e,_<;tos mim . ' '· .i.; \ roxm~o nei~te. Aunque anatómicamente pc .. r y cortar. Es significativa la presencia de hach:1s de mano en el conjunto lnico
cas propias de lo~ seri~ ~;:~;.~~~~:íllcs carec,an_ de rn:rtas c:iracterísticas fisiolú::.i porque es un tipo de utensilio cuya manufactura exige. en el momento de realizar
caban v utilizaban instrumen¡o. ¡ · :nodernos .. Eran cazadores y carroñeros; fab~i- la talla. una habilidad y una previsión específicas para obtener el útil previs1o. En
- - · 5 llicn;; muv simples Probable t •
b an entre sí mediante si o nos linut··¡¡·s¡¡· _ · : · . · · .' men e se comumca- cambio, para fabricar un guijarro tallado tan sók se requiere un siuq~:e golpe
. 1
c1a eran muy sencillos. e .., - cos. \' su estilo d., v1dc1. \' de
~ ·· · · L:: • •
· , • so-
organizac,on (fig. 3.3_). La aparición de hachas similnn::s a las de Ubeidiya en vacimicntos de
Dc;,afortunadamentc en los ncim I·e t _ •. diferentes regiones del mundo se considera un indicador de un avanzado nivel
cambios en el modo de· vida v :' . d n ~~ arqueolowc?s no se excavan los de dcsarrollct biológicu :/ culturnl. La evidencia arqueológica de Ubcidiya y de
1
g.os descubren instrumentos - .·. _,is. d aptal.-!ones cons1gmentes. Los arqueólo- otros yaci;,lientos antiguos del Levante no nos ofrece un pa11orama completo de
oca.c;ionalmcni,., evidcncin. ~llic~s t<1l!ados, fragmentos de huesos de animnles y los modos de vida de los primeros habitantes del Próximo Oriente, pero propor-
prehi~tórico¡· ~~n 1 . 1' s e a gunos elementos característicos de los grupo; ciona una idea general de sus potencialidades e indica que su antigüedad es dos
10 us 10narcs Por consinuient 1 · ¡ d "

co ha de interpret·irsc ,1 p·i '1· d· . _t. , e · e, e sis cmn e viclu pa]e 0 1:1¡_ veces mayor de lo que se había pensado.
' e < '1 Jr e 105 o 1_¡ctns ha!laJos. :::::on talle. :a '.ílVf!Sligación Latamnc. un yacimiento situado en el curso mt:dio del rf":· Orantes, en el
78 LOS ORiliENES DE LA CIVIL!ZACIÓN
EL PANORAMA CULTURAL 79

N p

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'[1-::._·.

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FIGURA 3.4. Zona de habitación excavada en el yacimiento de Latamne (Siria). Los grande~
'9 ~j guijarrr·s fuc1u,1 ,1carreados por los antiguos pobladores; el matcrwi Je desecho procede de la
manufactura y el uso uc instruu1entos (fotografía reproducida por cortesía de J. Desmond
' ,',, C!ark").
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A")
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centro ·de Siria, puede tener una antigüedad de medio mill6:1 de uJ0:;. A caP"3.
de la r.íp;da colmatación a que se i;io sometido este yacimiento, se cree que par-
~c rlel material se encuentra toda\·fa en la posición y contexto originales (fig.
• .
3.4). El inventario lítico, incluidas las hachas de mano, r':'~ibe la denominación
de «achelense ►,, por el ydcimiento europeo en donde se recuperaron por pr:;ncr:'
vez instrumentos de ,~ste tipo. Los: :¡ueólogos cun.-,1uc1a11 que ia cultura mate-
0

rial :je Latamne es contemporánea y presenta gran similit11d con la de los con-
juntos africanos. Esta semejanza puede implicar un n,üdo de vida parecido y la
existencia de relaciones directas entre las dos áreas geográficas. Además, en La-
tamne se han descubierto algunos bloqPc:s grandes de piedra caliza, transporta-
dos desde otro lugar, que pudieron servir de base de una estructura arquitectó-
F!GUf~A 3 . 3 . Tipos característicos de instrumcnro. d d _ . . nica (Ciürk, 1966; 1968}. Durante las excavaciones, se pre:;:ó ater.=ión a la distri-
.~cvantc: ~A_-C), punta (A). raspador(~) buril (C/ r~ce/~~c.s e Y11 '-•~1~.::0s pa!c~!íticos c!c!
zas genmetncns de rcmque abrupto de r,'n.,1 . . , el 1 ' le, PI.°. eo ltlco ~upenor, (D-H) hOJllfls y pie- b11ción y orientación de las ri,;dras dentro del depósito arqueológico. El ex-
dio ... d . '- - e pa ~o lt1co SU" --10r· (l-L¡• O) ¡ ¡·,· cavador, J. Desmond Clark, supuso que los artefactos de piedra tallada de pe-
: rasp<1 or mus1crwnse (I), punta (1) nspador (K) ·ct 1O (L) b.' paco 1 1co me-
co.. inferior. bifaces del achelense su ¡._; -' ( _ 'no. u Y 1faz ((?); (M y N) paleolíti- queño tamaño se habían fabricado en el yai.:imiento porque se hallaron núcleos
DJtsr Banat Jaqoub (Q y R). 1 iur; p R) clwppmg-tool de Ubc1d1ya (P) y bifaces de
y material de desecho procedente de la fabricación de instrumentos líticos. No
obsiaute, las hach.::.s de mano habían sido talladas en algún otro lug2.:- y después
se llevaron a Lataw;.i. La mayoría de los instrumentos lítícos preseff'.:aban cor-
tes limpios sin in2icios de abrasión. lo que indica que no tueron arrastrados has-~,::-~,;
ta e~ yacimiento por las aguas de un arroyo. Entre los principales animales (l""'·tt'§Í§:1"
cazaban ~ can:oñeaban los habita?tes de Latamne fi&uran los_ elefantes, rinoee- '·~~~;~
rontes, h1popotamos, caballos, bisontes, camellos, ciervos gigantes, gacelas y ··z 11J1_;1
otros antílopes (Hooijer, 1961). Este tipo de fauna sugiere un medio abierto, con _'¡-.I/
bosques de galería a lo largo de! ::fo y estepas en los terrenos de mayor altitud. ·.-..i:J
A partir de la conc.Hción y la distribución de los artefactos y ..-:!esechos de piedra . .::.5,,b
Die, ur~ ·"-
Ef.Ft\Et GARC/,\ Gi\A:Jt:~¡jj
80 LOS ORÍGENES DE LA CJVILIZACJÚN EL PANORAMA CULTUTIAL 81

en Latamnc. el excavador infirió la e ..;.,.lencia de una cstructur;, .:¡ue sería la más


antii!ua del Próximo Oriente. La informacirín deposicional y artefactual índica
que -exbL;Ó ocupación humana en el yacimiento durante un intervalo de tiempo
relativamc:-:te lnrgo. En la actualidad La!amne :5. de los asentamientos que no
sufrieron perturbaciones posteriores a su ocupación, el m;.ls antiguo del Próximo
Oriente.
La población prehistórica del ?róximu Oriente hace unos rnn.ooo años era
relativamente dbundantc y ,<:r- conoce :.r,·,J c<.11Hidad considerable de yacimientos
para cada reríodo. Lr1 evolución binlógica y cultural de los habitantes de la re-
gi.,ín durante el primer mi::dio millón de años fue lenta y gradual. Los grupos hu- .
manos eran pequeños. de 10 a 25 miembros, y su tecnol05ía se modificó lenta-
mente. Los modestos prog,eso" en la fabricación de los instrumenlos líticos y la
aparición de conjuntos de artefactos <(estilísticamcnte), similares en distintos yaci-
mientos sugieren cambios de los que eYiste cvidcnc¡d en los halla7~os de grupos
más recientes. En el estado actual de nuestros conocimientos, los asentamientos li4c}f:t;J,::J~iZ:E..~·
del pleistoceno medio son en su mayor parte emplazamientos al aire libre, aun-
que en algunos casos se utilizaron cue\'as. Entre las localizaciones prívilegiadas - · , • d J Cannclc :.:n Israel; Tabún es la cavidad a!:: Jerecha,
pueden seiialarsc la llanura costera mediterránea y el valle del río Jordán. Ade~ ~\~,~t~ ~~::i~I d~~i: i~A~~i~~~~~n~ro~º{L~\khul está situ.1Jo a la izquierda (fotografía reprodu•
m:.ís se observa una 11otable ausencia de especialización en las estrategia:, Jt sub~ cida ;or cortesía del Departamento de Antigüedades Y Museos de Israel).
sistcncia. Las evidencias disponibles indican que los cazadores dependían de una
combinación de animales grundes y pequeños. La falta de especialización en J;:i tt
caza, ... sponde probable;;·,cnte ;; an ::scaso desarrc 1)o de i<1 dicacin ríe las técnicas ce una industria d'= láminas llamada amudiense, que anuncia bs industrias de este
cinegéticas entre los grupos del pleistc:::enn medio. Se ha sugerido incluso que la tipo del palPnlítico superior. . •, ~-, 40 000
c:::·ne se obtenía 1Jrincipalmente dei ... arroñeo de ,,n 1ma!cs mui::rtos o lisiados) no
de la caza propiamente dicha. Por otra p:;:le, es probable que los primeros habi~
A la ir,justria lítica jabrudiense de la cueva de Tabun l::- sucedm 11a:c .-. : t
- otra de tipo musteflense en la que :,i; utilizaba frecuenteme~tc l'.1 tec111c<1 e~
tan!es del Próximo Oriente rccolectaruu vegetales, aunque no se ha hallado evi-
dencia de este proceso ni se han recnnocido, entre los artefactos recuperados,
~~~~is. Esta i;:dustria incluye puntas, núcleos Jevallois . núcJ_~os '.'_1sc01d:;~~d~l~~\
nas lasc. trianguiures y ..;:;rns pnr.as hach.is de mano. En c1 mismo p _
instrumentos que pudieran estar dedicados a esta ac;.;, idad. El progreso tecnoló- paieolíti~~ medio se ocupó la cueva cercana ~e Es~Sk~~i,_ en_ e_l m:..--:._nte L-~r.mc 1,º~
gico durante el primer medio millón de año:: dP ocupación humana en el Próxi- Eu esta dos cuevas se han recuperado restos aseos de 11 md1v1~uos. St°'1.:xca\a
mo Oriente fue modesto, lJCro constituyó la base tecnológica y cultural a partir dorC'·_ Ted McGowan y Dorothy Garrad, señalaron que l?s. cadavcres u~ron en-
de la cual se produjeron una serie de transformaciones de gran importancia en el terrados intencionadaiuent..:. y que provienen de los depos1tos del must~~o~~:'a-
pleistoceno sunerior.
Umsii:ns1c antli;(uGo· o omdedyioC,1:~[gul~6iuep l~s4)~1:esle:~~u~~c~~f:~1E~~~~rnl
ret er srae arr · ' · . • . ·,,,. , se
~o:~\
ce~tro del debate sobre la filogenia de los pnmeros Hamo sa['rens Japu. 1• que •
CAZADORES Y RECOLECrORES DEL LEVANTE analizará en la próxima sección.
La secuencia ele las ocuprrriones paleolíricas
La tru,isición a las culturas del pa!eolitico superior
En ius ai-;0s veinte, Dcirothy Garrad realizó !os primeros descubrimiento:: im-
portantes del paleolítico en el Próximo Oriente (Garroú y Bate, 1937). Uno de
los yacimientos, la cueva de Tabún, tenía evidencia de una sucesión prolongada
Aune ue los arqueólogos conocen sólo de_ manera i?cipien~c l~s. ~a.trone~
cioculturlles de los grupos humanos que fabncaron las_1!1dustna_s h~1~as,.::~;l~tÍ~o
~º:
de ocupaciones humanas e industrias líticas (figs. 3.3 y 3.5). Las excavaciones re- gerido con frecuencia que la transición entr~ el palcoln1co me_d10 } ~~ ~-'. 1 ., • d
cientes en Tabún prometen precisar la secuencia t.vnocida una ·.rez que se com- superior supuso lJ. apariciúri de una serie de importantes camb10s en e ~:,tSlcmc1., e
pleten los análisis ~Jelinek et al., 1973). V ·,cta Esta transiciún constituye el componente más antiguo del~ transrorm.a ~1.º 11
Los artefactos líticos descubiertos en el monte Carmelo r.:uestran un ritmo · -
paleolítica y se documenta en diversos cam 1110s • d e la ·m dustria
, • Jíuca
. · E! pcdeo
· ~ -, 11t1co
acelerado de innovacic~-::-s tecnológicas. Los objP 10s líticos más antiguos corres~ erior se distingue por 1;_, ¡:irescncia de instrumentos ma; _vanadc-s, de _n 1c_nor t~-
pon den a una industrii:l tosca de lascas. denominada tayaciense ( o tabunicnse ). :fño v más cuid'adosamente trabajados. Los conjuntos ht1cos d~ este t;n~ú~ r:e
que fue seguida por una cultura de hachas de mano de tipo achelense. El siguien- descr.,b.en como industrias de hojas o láminas porque muchos de ~s ~r e ac. 05 •
te período, el jabrudiense, se caracteriza por raspadores gruesos fabricados sobre tocados están hechos sobre hojas largas. La rro ducc:o~ · - y uso td"'
/ larnm·1s
; . s 'deecfi~acia
ms 1ru~
lascas obtenidas por percusión plana. Se han encontrado, además de los raspad.:-, mentes derivados representa un gran avanc~ t;~nolog!co e~ ~r~"-·º-.
res, un gran número de bifaces. Inmediatamente después del jabrudiense apare- en la fabricación y de capacidad para produc!T ut1les mas ;;-.s¡:iecrnhzados.
82 ~'.JS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN EL PA:-.:01::.A:-.lt\ CUULT'.AL 83

Los arque~logos han ~denti~cado lo que consideran un cambio fundamental Las mlturas del paleulítico superior del Le\'{!::!e
en las ~strategms de subs1slcncm de las cazadores del Próximo Oriente durante
este rn1~mo período transicional: ta disminución en la variedad de !os alimentos Los yacimientos del paleolítico supi:rior se documentan ampliamente a lo lar-
consumidos. Dura~te el paleolítico inferior y el paleolítico medio, los cazadores go del Levante, así como en el resto del Próximo Oriente. La mayoría de los de-
explotaban la totalidad del espectro de recursos cinegéticos del entorno inmedia- pósitos se encuentran en cuevas y en abrigos rocosos. El único yacimiento levan-
to Y consurnían,,t?dos los alimentos disponibles. En cambio, durante Ja mayor tino donde la secuencia del paleolítico superior parece completa es el abrigo de
~arte del paleG .. ttco superior, los grupos humanos tendían a concentrar sus es- Ksar Akil, en el Líhanc. En general. la sucesión de industrias líLicas en el Próxi-
f u::zos en la caza ~e ur1?_sola espe~ie a_n_imal. Ercambio puede responder a una mo Oriente es comparable a la de la Europa oci.:1dental. En ambas regiones, las
lTit:JOra de la P.lamficacmn, comumcac1on y organización de las actividades de culturas de hojas de tipo auriñaciense suceden a las industrias musteriense'.i, las
caza Y a una a~tt~~d diferente hacia Ja comida y el medio. La evidencia más anti- cuales son a su vez sustituidas por industrias de tipo gravetiense (ligs. 3.2 y 3.3).
~ua de la trans1c1on a la e:q,Iotación sistemática de una única especie proi..:t:úi.:: uc: Por otra parte, fue precisamente entonces cuaudo las industrias líticas del Próxi-
la_ cueva de Es-Skhul_ en el monte Carmelo (Binford y Binford, 1966a). A di[eren- mo Oriente comenzaron a adquirir paulatinamente un 2'T1ecto propio y a difc-
ci_.i de los pnme~os m~~l7s estratigráficos de la vecina cueva de Tabún, que cante- rer.ciarse cada vez más de las europeas. No se ha encontrado ningún equivalente
man prue~~s dc1 sa_cnf1c10 de un gran número de animales, los dq::5sitos finales en el Próximo Oriente de los espectaculares útiles: líticos producidos en Francia
del P,ªl~oht1co ~edm en EsMSkhu! ;:,resentan una cantidr1d importarite de huesos é:.irante el solutrense. Para ello e:-::sten dc'.i exri::ncicnes alternativas: o las cultu-
de bov1~os salvaJes (Garrad y Bate, 1937). Sin duda la existencia de manadas v ras del paieolítico inferior y medio de Europa.y el Próximo Oriente estabnn inte-
el tamano de los bóvidos hicieron necesaria la organi~ación de bandas de cazadÜM rrelacionadas por mc";_mientos de pueblos, o bien los avances en el diseño de los
!'CS para lograr numerosas presas. instrumentos y los objetivos de Ja.;; actividades subsistencialcs alentaron una cre-
_ Se han hallnrlo también interesantes testimonios de un cambio en la morfolo- ciente diversificación regional en el instrumental lítico, hasta tal punto que los ar-
gia del esqueleto lm?1ªºº dura~te est~ período de transición, en la tecnología lítiM queólogos han podiéo detectarla con facilidad. Aparte de las diferencias mencio-
:ª <:,~__
Y las estr~tegias de !:~~b~1stencia. Corno ~.-,~lizaremo:; posteriormente en
c~te c,1¡..,,tulo (·:..:.ase h fig. 3.10), los esqueletos descubiertos en EsMSkuhl revelan
nadas en las industrias líticas del pa1lcolf;;co superior. no conocemos ni pinturas
en cuevas ni huesos o piedras con incisiones ·en los yacimientos del l'rox1mo
ciertos rasgu.-; que son más característicos rlel Romo sapiuts sapiens que de los Oriente, mientras que tales rm;gos sí se h¡_¡n detectado en Europa. Aunque la cul-
,ieandertales precedentes. tura mat.::rial del Próximo Oriente riarr:ce menus espectacular que la de sus veci-
~unque _t~davía no disponemos de una visión global de la transición al pa- nos del noroeste, esto no debe interpretarse como un indicio de difPrf!ncias en la
!eolitico supenor, parece producirse un cambio fundamer.tal en la evolución hu~ inteligencia n en la orf!anización. Antes bien. la tecnología del paleolítico supeM
mana tras el largo período en el que las características protohumanas y protu~ rior en el ;>róximo Oriente debe interpreta!.""~; como un medio de adaptaci0n tr:,-
cu_ltur~les se desarroIIa:on !cntamcnt~. Durante la transición, estos procesos talmemc eficaz y fnncional, ya que dicha tecnología o la forma de vida eran las
cnstahzaron en_ una soc1edac. que posern muchas de las características v capaci- pcrmaidas por el marco ecológico existente.
d:des de la soct~d~,? moderna. _S_egún las evidencias arqueológicas de q;e dispo- Muchos de los útiles líticos del paleolf!ico superior dd Próximo Oriente no se
nc:mas, !ª. tr1ns1c~on al paleol)tico superinr r,,_..,_ ,....,~<: :_;rndual, v quizás anterior, ajustan fácilmente a la terminología propuesta rJra las industrias de la Europa
en el. Prox1m0 Onente que e1, aquellos lugares de Europa do.nde ha sido bien occidental. En consecuencia, los arqueólogos han adoptado una especie desiste-
rctudiadJ.. Los_ 7ambios ?n la in_dustria lítica y en ía mor!"ología del esquekto ma más general con objeto de subdiYidir el período, diferenciando seis fases, des-
fueron pr:ced10os por 1nnovac1~~es anteriores. En el Levante, yacimientos de el <(pa_l.-.olítico su:--erior h al .. paleolít;co supe1·;or fo, (Ncuville, 1951; H?wcll,
co 1~10 Tabun (Israel) o Jabrud (Sma) presentan evidcnci:::.-; ::!e una industria de 1959). Además, los investigadores designaron cada una de las díferentes mdus-
hoJas -la_ ~mudien_se-, mezclada en una secuencia de depósitos de comienzos trias en función r1'= los yacimientos d0'1de fueron descubiertas por primera vez.
del paleoht_1co medio. Aunque P<;te precursor de las posteriores industrias lami- Por lo general, las diferencias morfológicas entre raspadores, puntas, hojas de
nares proprnm_ente dic_has duró ~oco tiempo, los útiles en fonna de hoja se en- dorso, buriles y otros instrumentos cuidadosamc:1te fabricados suelen constituir
c~entran con frecuencia en los mveles mustero-levalloisienscs de todos los estaM los critc:-'.os que caracterizan cada estadio sucesivo (figs. 3.2 y 3.3).
dms del paleolíti~o medio. No obstante, deberemos esperar hasta las primeras Las áreas costeras del Próximo Oriente proporcionaron un medio rico y vn-
fases ~~l. paleolít1c? superior para encontrar pruebas de una industria laminar. riado para el cazador prehistórico. Los habitantes del monte Carmelo di~ponfrm
El a~ahs1s con _rath~;-:-arbono de las muestr:1o:;, procedenlcs de numerosas cuevas de cuatro grandes zonas medioambientales, similares a las que existen cercn de
de diversas regmncs del Próximo Oriente y del noreste de África ha contribui- Ksar Akil: 1) los riscos escarpados de c.::iliza del monte Carmelo frecuentados por
do a ~na datación bastante precisa de la frontera ~::tre el paleolítico me<lio y el las cabras salvajes; 2) las zonas de bosque en torno los wadis habitadas porga-
(.!

supen?\. A pesar de _que la. información nn es totalmente uniforme, todos los mos y bóvidos salvajes; 3) la llanura costcra·quc probablemente servía de pa~to a
da~ns In( 1can que l~s mdustnas del paleolítico medio finalizaron en el Próximo rebaños de g::::::elas y onagros; y-+) por último, las marismas costeras con hábitats
?ncntc hace a~rox11:3adamente unos 4?:000 a 45.000 años (Farrand, 1965, p. adecuaaos para cerdos y pájaros acuáticos. La diversidad de estos recursos sim-
44 ). La fecha ma~ ant1g~a para el Pa!eohtico Superior se sitúa en torno ¡¡] 35.000 plificó la tarea de los cazadores y permitió que los grupos humanos permanecie-
b.p., au_nqu~ la diferencia entre las dataciones pueda verse reducida con nuevas sen en la zona durante períodos prolongados.
determmacmnes. Los yacim;.::ntos de finales del paleolítico superior se denominan «kcbarien-
sesi, e11 función de una cueva Cmtera de Israel en la que este tipo de industria fue
LOS ORiGENES DE LA GV!LIZACIÓN EL P.--\'.\'ORA:v!A CULTURAL g5

reconocit.ia por primera vez. La producción lílica kehariense es sofisticada, enten- industria lí1i1·a caractcrizacla por un repertorio mirrolfi.;co de puntas. trián!!ulos y
diendo por ello un incremento de l:abilidad er; la i1mnufactura, una mayor espc- hojas truncadas oblicuamente. A 1 parecer, sus hahítante:-, caz::iron predomTnantC-
cializar:ión en los conjuntos de útiles y una representación mayor de los instru- mente cierYos, íbices y bóvidos. y practicaron también la pesca. tal v como se in-
mentos empleados en la recolección de plantas. Entre los útiles líticos de guija- fiere. de los arpones de hueso hallados. ~
rros de los yacimienios kebarienses, se incluyen hojas microlíticas: hojas largas y Las intensas prospecciones y exca\'aciones arqueológicas en el valle del Ni!n,
estrechas, bien de doble punta o bien con perfiles oblicuos; hojas con dorso~ pun- propiciad3s por la constr 1.1cción de la gran presa de Asuán, han hecho posible el
tas curvas y triángulos asimétricos (fig. 3.3). Aunque en pequeñas proµorciones, rJescuhrimiezHo de numerosos yarimicntos paleolíticos, tanto en Nubia come en
se han encontrado también bojas que p,esentan el brillo característico originado Egipto (\\.endorf, '1968; S!!~ith. 1966). Una Lle las áreas de Ócll~Jación mris densa
por el contacto con materia vegetal, junto a morteros de piedra que pueden ha- duran ti.: d paleolí~ico superior fue la llanura que se extiende por la orilla onen~:1!
ber sido utilizados para la preparación de los ;:..!imentos. La frecuencia é~ útiles del Nilo. en Kom Ombo. En este lugar. de más de 5üú kilómetros cuadrados de
óseoti, como anzuelos pnr; ,,, '.""""<:rn, aumenta_ al mismo ritmo que los enmanga- exlensión. ~e t.lttirnbrieron muchos yacimientos antiguos durante los años vein1~
mientas de hueso para las pequeñas piezas de sílex. (Vignard. i~J.34; Smith, 1966). La industria conocida como sebiliane!"'sc se dividió
La mayoría de los niveles kebarienses -daL:::;dos aproximadamente entre entonces en tres estadios; pos1eri0imcate. otros trabajos demostraron que exis-
16.00G >" 12.000 años- se han localizado en cuevas y abrigos como los del monte tían a! menos otras seis industrias líticas diferentes en el intervalo que \'a del
Carmelo, pero actualmente se están descubriend..:. restos de esta cultura en yaci- 20.000 al i1).000 a.C., un período de desarroliv rápido y con un denso pobI::.mien-
miento:. al aire libre como El Khaim. en el desierto de JudP1, !'-rahal Oren, en una tc en el A!ro Egipto. Los antiguos microlitos utilizados incluyen hojitas con dor-
terraza del monte Carmelo, y Ein Gev, ~:1 la costa oriental del lago ¡,;:jnnercth. so. gL:umétricos. microburiles. buriles y raspadores. También s..., fabricaron útiles
En Ein Gev se ha excavado una pequeña cabaria circular y semisubtcrránea que óseos y se hallaron molinos e instrumentos de sílex con pát;na brillanl:... --- usados
contenía dos manos de mortero. un mortero c!t: basalto, diversas hojas de sílex presumiblemente para beneficiarse del grano ::.;Ivestre-, anteriores al 10.000 a.C.
con pátina de uso, huesos de animales dispersos y el esqueleto de nna mujer ente- Los in\·estigadores interpretan estos artefactos como una prueba importante de
rrada bajo el suelo (Bar-Y'.::''::!Í, 1970). Tales descubrimientos sugieren una econc que ia rccuieccmn y la mot1cn1..1a del grano desempeñaban una actividad ec1,,nó-
111Í<1 propia de aldeas campesinas, aunque nn se ha encontrado ningún tipn de fó- mica destacada (Wendorf. Said y Schild. 1970. p. 1.170). Aunque la densidad de
siles relacionado con actividades agrícolas. Sin duda, los kebarienscs habrían población y el equipo de artefactos de cslüs grupos del paleolítico surierior en el
aprendido a recolectar plantas y a cazar animales de una inanera ...:ficaz. En este valle del ;\i!o son p;irnlc!os a la situación del L.:nrnle en los tiempos ketiarienses,
sentido, aunque lr1 cebada silvestre abuude en los depósltos de Ein Gev, !os hue- los descendientes de los primeros no emprendieron directamente la tru.bi:::iún a
sos de anim:1les recuperados nos indican una caza especializad~ en bóvic!as salva- la ugricultura. La cultura miner;é!I del pe1:co!ítico superior. fabricadn po, comuni-
jes y ~-"cela~. dades que se dedicaron con C.xito a la recolección de plantas, a la caza _y ,1 la pes-
La transición que tuvo lugar en el Levante, iniciada hace 20.úU0 .::.:ios y finn!'.- ca. persistió larg.o tiempo en JSentami1.ntos del valle del Nilo durante el hoioce-
:ada hace 10.000 (es decir, durante un período de 10.0U0 años), se caracteriza so- no. Únicamenlc en yacimientos que datan del 5000 0 el 6000 a.C. se han encon-
bre lodo por las tentativas de sedentarización, un creciente uso y preparación de trado pruebas de primer ornen que atest!suan la práctica de la agricultura en
materias vegetales, y ..¡ui;::.s una organización social más desarrollada. El n1íri1cro Egipto.
~-- _, ...i1.imienios arqueológicos durante esta época supera al de los períodos ante-
riores. Los yacimientos kebarienses son también algo mayores que sus predcce-
:;ores del paleolítico superior, aunque todavía presentan i.:;;1 promedi0 de unos Los '.=:'AZADORES )' RECOLECTORES DE LOS r,.10NTES ZAGROS
200 metros cuadrados (Bar-Yosef, 1970). A pesar del estado fragmentario de la
evidencia, es posible sugerir que durante el kebariense aumentó el Lc1rr,Jño d.: los La sec11c11cia de las oc11pacio11cs ¡io/co!f1icas
diferentes grupos y, raralelamente. la densidad general de la población. Estos
camt-ios, tc:nados en conjunto, representan un interesante m'omento de transi- Los restimonios de ocupación humana en la mitod c:-;'.:!nt;, 1 del Lóximo
ción que estableció las bases para la posterior revolución a 5 1·fcola. Oriente indican que ésta no fue t:-,r¡ temprana c'.::!mo la del Levante. Dorotby Gu-
rrod fue quien investigó por primera ·;ez e! pcdcolítico Je los Zagros. Antes de
embarcarse en sus excavaciones dt• las cue\·as del monte Carmelo -por om1 par-
Las culturas del paleolítico superior en las áreas adyaccnres ol Levallle le, pioneras en Israel-, realizó una canipaña de excavaciones en el norte de fraq.
Garw•l exc<ffó durante períodos cortos en Hazar Merd, que contenía r.;Yeles del
Buenas prosrecciones arqueoló~icas en las áreas adyacentes al Levante han paleolítico medio y superior, y en Zarzi. donde se hallaban representados el ¡rn-
permitido documentar importantes yacimientos paleolíticos. Hasta hace poco, los leolítico superior y el epip;ileolítico (Garrad, 1930). Desde las investigaciones de
descubrimientos paleolíü:-:Js en Anatolia se restringían a hallazgos superficiales Garrad en 19.::Ll, se ha recopilado una gran cantidad de información sobre la ocu-
disperrns y a algunas graveras. Las excavaciones en la cueva de Karain, cerca de pución paleolítica en la región de los Zagros, especialmente gracias a los arqueó-
Anlalya, han mostrado una secuencia similar a la del Levante y que abarca desde logos de tres proyectos norteamericanos. El proyecto Iraq-Jarmo. dirigido por
el paleolítico medio al superior (Kilic; K6ktr>n, 1955). En la costa de la región de Robert J. Braidwood, consistio en una prospección de varias regiones situadas en
Antalya, existen testimonios de una cultura ep!palcolítica parecida a la kcbaricn- las estribaciones de los Zagros y en ].. excavación de algunos yacimientos impor-
se levant:na. La similitud es aún mayor en la cueva de aelbasi, que presenta una tantes. Hrdph Soled·i encabezó un proyecto de la Universidad de Columbia y
Sé LOS nRíuCNES DE LA CIVILIZAC!Ó\"
EL PA:-;ORA~f.'\ CULTUR,\L 87

{,J1~el A
Del neoli1ico
a época actual
10.000 A.C.
Nivel 8
ProtoneoU\ico, 81
Epipaleolitico (i;irciense), 82

Nivele 27.500 A.C.


Paleolítico superior
(b2radostiense)

Adulto necrndert.2I n•1


¿45.000 afias'

Adulto neandertal, n~2


¿60.Uuú arios?

r-Jiñ0 de Shanid:ir
¿70.000 años?

FIGURA 3.6. Yacimientos arqueológicos en los montes Zagros.


Nivel O
Paleolílico medio
(musteriense)
concentró su trabajo en la cueva de Shanidar, en el norte de Iraq. El tercer pro-
yecto, una expedición dirigida por Frank Hale y Kc11t '.: F!a:::1ery, se deaicó íll
estudio de varias ocupac10nes paleolíticas del valle de Jurramabad, en Irán. El
fruto de estos trabajos, entre otros, ha proporcionado la información suficiente
para reconstruir los modos de vida prehb.Lúrícos que se desarrollaron en esta
zona durante el paleolítico.
Existen más publicaciones sobre la secuencia ocupacional de la cueva Shani-
dar que sobre cualquier otro yacimiento de los Zagros. Estc1 cueva está ubicada
e;, la vertiente sur c!f' la cordillera de Baradost, a una alrnra aproximada de 822 Roca madre
mc.1ros (fig. 3.6), que permite divisar el valle Shanidar y el río Gran Zab, un
afluente del Tigris. La cueva f!S grande, tiene una cxtensil'in de unos 1.000 metros 14 metros
cuadrados ·/ los sedimentos prehistóricos tienen una profundidad de 13 metros.
Estos depósitos se han dividido en cuatro grandes niYelcs arqueológicos que
abarcan en conjunto unos 100.000 años (fig. 3.7). El nh·el de ocupación más anti-
guo corres~onde a un grueso estrato del paleolítico medio con restos musterien- FIGURA 3.7. Niveles eslratigráficos de la cueva Shanida_r. La situ.a:ión d1:\los h.an:izgos d~;1~~:
sos de neandertal ~,.; ha marcado con puntos negros (ségun ,,Shamd,1r Cah:», de Ralph S. -1
ses, dcnommado Shanidar D. s~ caracteriza por la presencia de puntas, hojitas, ki: copyright Scicntific American, lnc.. 1957. todos los derechos rescrndos}.
raspadores y bastantes restos humanos. Ei examen del polen fosilizado contcni-
89
EL PA;\URA1\lA CliLTURAL
88 LUS n1ÜGENES DE LA CIVILIZACIÓN

- ~ :r . olíticos además de dedicase a la recolección,


j0 en la tiena que rnc.leaba los c-;quelctos nos informa de que al menos uno de demuestra que estos &rupos. epi 1 • - artir dd un campamento base, explotaban va-
ellos fue enterrado intcncionadmnente. y que se cspaícieron llori.;s sohre su cuer- cazahan de un modo 1_ntens1~0. Al _P . d accntcs_ lo que les permitía obtener una
po (So!ecki, 1971). Este Lipa de atención hacia este enterramiento, que daia. rias de las zonas me9ioambiLcnta -:s _<l. Y\ ~ PSI~· región estaban cubiertas por un
o-nn varie,._:ad de ammales. as cu 1m.1s 1l ., • ·ct s sa\vai·es cérvidos)' di-
como mínimo, de hace 50.000 años, constituye e! tesiimonio más antiguo de un
tratamiento especial, cuidadoso y probablemente de carácter ritual, hacia el di-
º' ·r r . lb,roabagran es b"OVJ
bosque abierto cadu~1 o 10 qu_e ª 1;_ 0 ' : · e en las sierras más altas y escarpa-
ct'
o. ' .,
funto. versos mamíferos ?rns pequen?s. ,n~1_:ntr::~~!~del asentamiento, en el fondÜ de un
El siguiente nivel. Shanidar C, ~:: denomina baradosticnse. Toma su nombre das habitaban m'eJaS y cabra~ sah~J.~~· C l' ban al11unos équiJos y, en los valles
de la coÍdillcra epónima -Barad0st- y se caracteriza por U!'a industria típica valle abierto situa?o a ::-i~nor a!! :L · f.=l~ ~---ume;tos de piedra. tallada de Pale-
del paleolítico superior. Por encima del baradostiense ..;e encontró una cstratigrn- más c;;stantes y 2.b1erlos, las _gnri':lt1~. Ldoslms~10·11las que contienen varias clases de
fo:1 similar a :a descubierta por Gc-rod en la cueva de ZarLi. Solecki la ha dividi- gawra [arman pa
rte de una mdu<:.tna e ami
" - 'tricos en fonna de tnangu o. me ta
., 1 ct·
do en dos estratos culturales principales: un uivd iuferiur epipak0lítico, o zar- microlitos. entre ~as que se c1~cuc~\ran geome enron unos pocos instrumentos de
cicnse (nivel 82), y otro superior. protoneolítícu (nivel Bl). Shanidar B2 contie- luna. trapecio y rectanguh. 1 ,1111b~e~ sedrccSuh~rnidar Y Zarzi La presencia de esta
ne un gran n1ímero de microlitos y buriles de sílex expertamente tallados.. hojas . .
obsidiana, a1.1g.ual que en los depositas : b e. d ' , • kilómetros - . cerca de 11 ago V an
-5 cercana d1,1a a mas e .__, 0
0
de dorso con puntas, hojas con muesca y puntas de tipo grnvetien~i:!. En este ni- [ t '' . d
roca, cuya uen e ma" ' ' 1 :•.. 1• l'tico funcionó algún mecamsmo eco-
vel, se hallaron varir1s fosas que cortrm los esu atas inferiores y que pudieron ha- (Turquía), sugiere c¡~e dur?nte e \.":pipa e.o J ~-
L~rse utilizado para almacenar alirnei,tO, lo cual sugiere que .:¡uiz,ís los habitantes rnunicación a larga distancia. z ros la información sobre las
de Shamoar guardaban reservas de alimcutos vegetales. Algunos de los útiles en- En la vertiente meflrlional de los monte\ s llagd 'Ju,1·ramat1ad en Irán. Este
contrados en Shanidar B1 son similares a los de Shanidar B2. En los dos niveles
~ r· edc de va e e
.:ondicionc: de vid:> paleo 1t1cas proc 10 k .. m,..tros de anchura y 15 de Jongnud,
,
B, se detectó una alineación de piedras en forma de arco que pudo haber forma- pequeño valle. de apr~x~ma~ament~ alt.._/:l~/:.l?O metroL \. diferencia.el~ mu-
do r"rte de una estructura y 1111 área de necrópolis con 26 enterramit.:ntos. En gc- está situado entre altas sierras. a un j . b· d abundan los mananha11::. de
nernl, la industria ~;tica se asemeja a ia üCJ cercano yacu1111,;11w a1 aire libre de chos de los valle: circun_ dantc~.l..:n cF\ldc u~~~:~1i:•¡ron 17 yacimientos ~aleolíti-
Zawi Chemi Shanidar, que analizaremos en este capítulo. El nivel superior de la agua V las grandes cueY,L:,. ~lo e v - arwe:. ,,. "'neo e' -,\lo" '!Je\ número to-
~ - - ll 1 ) excavac10nes en C! .... e ... - •
cueva de Shaniclar (nivel A) con::...:nc materiales que abarcan desde el neolítico cosen este_va_lle y evaron~ a C~J~ . \en:"::in ~cupaci0ries del paleolítico medio
hasti1 el presente. En 1a actualidad. los aldeanos \ocale<; ocupan la cueva junto a tal de yac1m1entos, al mcuv., c!ílCO ,. . ~rior (h·tradostiense) Y dos,
· ) . )acíone, r!n\ paleoht1co sup1:: ' · · FI
su ganado -compuesto principalmente de cabras- durante los meses de invicr- (musteri~~.,,~; s~1s, ocudJ 1 r. . ¡ -· .. ¡ p·1leoiítico superior (zarciensc) (Hale y - an-
11u y lleva,, una vida que es, en cierto modo, similar a la de los-uabitantes d·:l ni- como mmino, mvcles e 1m.1 u.... '
vel Bl. nery, 1967, p. 151). . . v::wimientos de Jurrnmabad (cue,•a de
Rul,at J. Brn:Jwond bu.seó testimonios del origen de la ag,ri..ultura e1~ los va- Los restos mustenenses hallados en l~s; - ... , . dad tardía Y parecen
.. . ) ¡·¡ y ., prnbaolcmcnk una \ ane • . .
lles más bajos de los montes Zagros e intentó descubrir y excavar las comunida- KunJt y Gar Ar1cne 11 cons 1 ~- e 0 . d 1 ,, . d- los montes Zao-rü::i. La m-
. - b\ami~nto extenso e drea e: _o t
des paleolíticas predecesoras de las a~rícolas. Los yacimientos excavados arro_ia- representar e1 pnmcr po • ·r . _ trianouJ;p-cs fabncadas
I
t.: • so 1re
ron informar:: ~n sobre la especialización de actividades y sobre los recursos ali- dustna . ht1ca
, . se car,1,.. , "["'riza
t: •
por
-
puntas . ,
un1 acia• 1es - ,t,,-o-·,les senc1Jl11s :
\'_. p,_~r ¡ora-
1 Tambten 1JaY aiuuno:'., u, " .
mentarios explotados. El yacimiento más antiguo constatado en los Zagros es lascas. ·1' por raederas ate.raes. l , 1 - º 1 must"nensc de Jurran ..1bad y
- ··n L'-l nucco en e · t: • ct·
Barda Balka, que probablcmf!nte prcr,~de y se su;<1pa con Shanidar D. En Barda dores. La técnica e1e prcparacio ~r:: d,..l t"p levallois. circunstancia que les is-
Balku, los arqueólogos descubrieron u::a serie de instrumentos líticos de factura :n otros lugares de los Zagros no t:S e 9J7 u l .;-5) En comparación con los de-
simple (Braidwood y Howe, 1960. pp. 150. 165), como guijarros. hojuelas y bifa~ tinguc del Levante (Hole y Fl~nn_cry, 1 . :_P¡· : r·adostienses de las cuevas de
~ • ¡ . subsinmentcs nth, es oa . , f
ces simil.1res a ~as hachas de mano. A juzgar por los huesos de animai.:!s recogi- pósitos mustencnses. os :::: . , v·1riedad de útiles Y evidencian un e11 a-
dos, sus habitantes se dedicaban a la caza mayor. Junto al material lítico, se recu- Yaftch y Pa San;J.r pres_ent_an udnn nb1ayo:, : ,, " l·'iminas. Las ·vequeñas punrn, del-
peraron restos de bóvidos salvajes. elefantes indios. rinocero!:tes, caballos salva- sis mas . marra do en la._ tccnwa •- ~, e o tenc101, d ~-. ' ·toque ' •
raspadores ct·1sc01·ct a Je-~,
. ., , 0 hoJ'it·is ,, rasn 1 :1 ores con re • · . D
jes, cabras y ovejas. Los yacimientos al aire libre de este período. identificado oadas hops con uors • '· - ,. • ¡·cos del baradost1ense. uran-
generalmente como del paleolítico medio, carecen de algunas de la pieza" retoca*
ºburiles' simp 1es Y bun·¡ e.s poliédricos - _
son carne 1ens 1
. · ¡y U'°' presaoiaban la postcnor in-
. .
das más finas halladas en cuevas contcmpon'ineas. lo que podría significar que se te esta fase, se (ntrodujcron !as hojas m1c]:ºr ','¡cas ,.,q h~l\aron º varins piedras toscas
. ¡· · E 1- cu·~v-1 de l .i te 1. se ' ¡·
!rutaba de cG.~lllnidades especializadas en la recolección de alimentos, mientras dustria ep1pa 1eo 1t1ca. 11 .·'1 ..... '_ . ··contradas en los dc¡,Jsitos de 1 pa 1_co ¡-
que las de las cuevas se ocuparían del re~ 1 •J de actividades domésticas. usadas para moler ocre ---:-sm11\ares a las c.. mstituven las primeras ev1den-
Las industrias de tipo zarcicnse se adscriben a uno de los últimos períodos tico superior d,~ Ksar Akil en el Líbano~, qu_~ ce -"'ncial para el desarrollo de \a
durante les cuales la recolección constituyó el medio principal de subsistencia y. cías de una tecnología de molienda. prerreqms1 o e:'.,i: '
por lo tanto, pueden sen irnos como fuente de irn'ormación sobre los orígenes de
1
aoricultura pri11iitiva. . . vado en el valle de Jurrama-
' 0 f • · .,c·,micnto nrc1en~e ex1.-.i d •
una economía productora de alimentos. En el abrigo de Palegawra. los huesos Pa Sangar ue e1 umco Y" ·' T do muc1 10 s útiles bara ost1en*
animales encontrndos en los niveles zarcienses incluían gacelas, ciervos, conos, ad
b · Durante este período. se continuardon ut1 1dzanr·10 redo. ndeado aumentaron,
¡ - rasp·i ores e 1 '
bóvidos salvajes, rnbras salvajes, équidos y, probablemcn!c. ovej;is salvajes, jaba- ses. Algunos de ellos. como os .' . · ci· "mpl<J , disf!linu,_- eron• su fre*
1

~ , ¡- - unv-s Af]ene 11. por t.:


lís, zorros, lobos, así como gatos del tamaño de un lince y lo que se ha ;ientifica- mientras que otros. como as p d .. 1 l . on ~···. . sea V los nucrohtos gco-
do como un perro domt:stico (Turnbull y Reed, ·¡9741. La diversiuad faunística cuencia. Aparecieron por primera ,•ez as 1ops e ,._.~ ' -
90
LOS ORÍGE:--,ES DE LA. ClY!L!ZACIÓN
EL PANORAl\-lA CULTURAL 91
métric.os. Las hoj~s se estaban co1wir1: ricio" .
t t d ¡ · d «-l en UJ ,, 1emento cad~ v - .....
an e e a m us!.:ia de piedra talJada , e t' · - ct ez mas mipor- miento y estaciones de tránsito. Los datos qui; conforman este modelo proceden
mcnte incluso tras la aparición de las'' ri on inu □ rnn .desarrollándose posterior- de ejemplos etnográficos de cazadores-recolectores modernos, de la evidencia de
veles zarcicnses de Pa S"ng"r l"mb' p merns comun1dades agricolas. En los ni- los animales cazados por le:: habitantes prehistóricos del Próximo Oriente y de
. • ., u u 1en aparecen d . d
mentos mformes de abrasión confeccionad d oc_umenta _os algunos instru- los análisis estadísticos rer.lizados sobre los conjuntos de instrumentos de piedra
con incisiones similares a las de Zarzi A bos _e arems:~· y alisadores de piedra tallada.
los primeros ejemnlos de una antiaua· in: -~~,11~0s de/ttles constituyen también El mayor de los tres tipos hipotéticos es el <ccamparnento base estaciom! 1».
porta_ncia c:-ucial durante los subsiiuiente:~s~~~di e_~º ~nos, que adq-~irió una im- La mayc~a de los campamentos base conocidos se localizan en grandes cuevas
Para comprender la secuencia com l · t d os e , esarrollo ag1H:0Ja. compartimentadas, desde donde se pueden divisar los movimientos de las m<>.na-
mabad ven los montes Zagros. es -~ e_ a de ucupac1one~ en el valle e~ Jurra- das. Estos campamentos suelen ser lo suficientemente grandes c0-mo para acomo-
• • • necesano eterminar si h b •
tura 1 entre las ;.)cupaciones musteriense b d . . . u ? contmuidad cul- dar de dos a cinco familias (10 a 3(1 personas), se hallan próximos a fuentes de
En este sentido, los hallazoas parecen ' arla ost1ense y z1:1rc1ense de la región. agua, madera y sílex; pudieron, por lo tanto, haber sido ocupados por una banda
hub o un com1111wm . :::, reve ar. cadri
. . vez en mav. or me d'd
ºc..1eral inintcrrum id L l a, que de cazadores económicamente autosuficiente y políticamente autónúma. La ma-
tipos de útiles ((caracierísticos>• de los p .º·. as d1stmtas proporciones entre los yor parte de las tareas de fabricación de instrumentos y de preparación 0~ ali-
ras ?_ifcrencius, aunque no di:icontínu;J~~~~~nt~s de Jurramabad I?resentan cla- mentos tendría lugar en estos campamentos base. Estas actividades quedan refle-
pac1011 de los diferentes vacimientos icsen· n eeneral, !odas los mveles de ocu- jadas en los depósitos arqueológícos por una gran densidaó y diversidad de dese-
de la lrnnsición entre el ITiusterien<:.e { 1b ta~ es~e conw1uw11, con la excepción chos. En este sentido, las excavaciones de estos Jsentamier.:os revelan concen-
documentada en los yacimientos e;c;v~ d ~rae nsHuenl se, que aparece JJUbremc;~te traciones de restos de talla, fragmentos óseos identificables, instrumentos para
cavados por Bruce Howe en '"b : a o..,, por o e r Fhnne1y. Los niveles ex- fabricar otros instrumentus y para el procesado de alimentos (por ejemplo, moli-
• L, u ngo cercano de \Va · b', ·
cv1dcncias a favor de la continuidad de !· t d' . nvas1 tam ien proporcionan nos), y adamo:.. E11 suma, una amplia gama de artefactos. Los campamentos base
con la cxcepcion de la secuencia de Jurra;!b~~-1c1ones culturales V tccnolñ~~.icas, tienen más hogares que !ris otrc:.; lugares y suelos de habitación claramente defi-
Aunque puedan denominarse especTi , nidos. En los Zagros. los campamentos de los valles de menor altitud se habita-
tivamente sincrónicns V que se ctc~arrol: icament~ cada una de las industrias r:la- ;·on prrliablemente durante los meses de ll1 ~'ierno, mientras que en los campa-
rirnq, (c. 40.000 a C) ~, 0 b .'.. __ . ::,, an po~tenormente a la ocupación mu_ste- mer.~as al aire libre o los abrigos en elevaciones superiores se hizo en verano.
- . · , l! SL,' a una tendencia definid· h · 1 .
tecno 10 1J1ca regional Dich l d . a acia a especialización El segundo tipu de yacimiento 4ue caracterin el patrón de asentamiento pa-
. .de- - ~ · ' · a en encrn probablement" · d'
mov1 1I - ad de r":;tos gru- Js cazad . ... nos m ique una mPnor leolítico son los <<lugares de matanza)•. La mayoría de ellos si.:. ubican en peque-
- . ~ · • 1-ª • -• 01 es respecto a sus prcjec - El .
9UL'O 1og1co sugiere una intensa o~u .~ , esores. registro '·\r- ños abrigos rocosos y se extienden sobre un área rarn.mente superior a los 1G me-
adyaccntes é:l c'ádenas i,1ontaño'-'-l'- i..Gpacio_~¡·de unas arcas específicas y de \alles tros cuadrados. Estas estaciones fueron utilizark1.s pe:- le~ ¿;rupos cazadores (com-
d d ¡ ·-' ~. eogra 1camente los empl ·
.~s e musteriense y del paleolítico '-U er· , ,• azam,entos conoci- puestos entre dos y seis personas) para descuartizar al animal sacrificado y,
Cion muy restringida Co1110 qued ílp. ldor en 1os ~agros muestran una ubíca- posteriormente, regrP<;ar con los restos s.:leccionados al campamento base. Entre
co f . . a re eJa o en la figura 3 6 t . .
n iguran una franja estrecha orientada en d. ., • , es os yacimientos la cultura material de estos lugares figuran irnplcmentos para matar y descuarti-
In c.idena montañosa de los 7agros S ,;i , 1recc1on nores~e-su:;-;:!ste, paralela a zar, :iero carecen de otro tipo de instrumentos comunes ? ius campamentos.
ces de p\uviosidad adecuados,~ qu~ qeu· t~.an en ~c:uas de altitud media con índi- Mient:-as que en un lu,.:',.r de rnatam.a :.t: 1.:u ... ut:uiran restos de uno o dos anímales,
vent,.1josns alternativas a la ca~a Est tªs pderm1lJesen la práctica de estraterrias !os huesos que se registran en un campamento base pueden proceder de diferen-
supuesto la explotac'o·n ci" d'. 1· .t e ipo <:: «economía vertical» podría haºber tes animales y especies. Hale y Flannery hallaron en Jurramabad un 1.:c1mpamento
· ' ,, e 1s 1íl as zonas a b' ¡
las posibilidades estacionales con un des lazm ~enta es ,Y _el aprovechamiento de base con restos de huesos articulados pertenecientes a cabras y ovejas salvajes, y
tos en alturas medias " con una rrran cfiv ª_I?-1ento m1~1~0, Los emplazamien- faltaban. en camhio, los d~ bóvidos salvajes. ciervos, y onagros, lo cual nos induce
mcnte los :.-ambios posieriores en 1"as e°'1· l:r~1~ad ecol~g1ca i_avorecieron igu,1:- a pensar que la desmembración primaria de los grandes animales se re::ilizó en el
ron en la mtrodurción
· ·
de la agr!cultura. ·" a t -ºtas de ·subs•"ten ··· cia que d esemboca- lugar de u1aianza y sólo se trasladaron al c:~pame:1to base las partes del cuerpo
seleccionadas.
El tercer tipo de yacimiento hipotético podría denominarse (<avanzadillas)>.
!vlODELO GENERAL PARA LA SOCIEDAD PALEOLÍTICA Muchos de estos yacimientos pueden haber servido como puestos de ojeo para
los cazadorPs, donde pasarían el tiempo preparando nuevos instrumentos y ar-
El patrón de asemamiemo hipotérico ma:.. También se podrían haber utihzado para cazar de,;;de allí animales pequeños
o recuiectar plantas durante las estaciones del año apro~iadas. Los elemeuto_s ca-
Los diversos conjuntos de datos roe d . rn..:terísticos de tales asentamientos son la dispersión de restos de talla. Estos
queológicos del Próximo Oriente puecÍcn cfa :t.~s ~e diferentes yacimientos ar- acostumbran a ser más abundantes en los puestos avanzados de caza, y más esca-
de asentamiento y con su relación res ect s1 Karse de acuerd_o con_ los patrones sos si se trata de lu1:;ares puntuales de recalecdón de plantas.
Fla~ncry, 1961; Binford y Binford 19~6a·º~ !º~
recursos subststencrnles (Hale y A pesar de que los arqueólogos no han conseguido ofrecer un cuadro com-
P_?s.1bles tipos de as;::1tamiento ar~ ex li~- ng 11, ~97_1 ). Se han propuesto tres pleto ni siquiera en las áreas mejor conocidas, es posible establecer hipótesis so-
lo?1cos observables: campame!tos b p '~r l~s vanac1anes_ en los restes arqueo- bre qué tipo de ~:;.::ntamiento es el representado en los yacimientos paleolíticos
ase cstacmnalcs, estacmnes rl"' descuartiza- del Próximo Oriente. Las cuevas de Kunji. Yn~teh y Gharmari, en el valle de Ju-
92
LOS ORÍGE.'\ES DE LA CIVILIZACIÓN
EL PANORA.",.1A CULTURAL 93
rrnm,1had, en In.lll, funcion,.-·n nrobablemente , ..
-
1ras que G1ar A rJeneh · · c.:omo L:ampa•nentos b·is · alimentos cuando ésta escaseaba. Los grupos que utiliza.sen esta serie de recursos
y Pa Sane.ar '~ran lugares d l , , . , e, m1cJ¡-
vantc, en el Líbano, Ksar Akil desem efi.ó la f ~_ma anza. En la costa de Lc- podrían perm;.;:1ecer en un lugar durante mñ,;; t:~mpo que aquellos que depenll,e-
ai,unc!.::ntcs abrigos rocosos lun->res dp ¡·· l uncia? de campamento base, y los sen Je la caza de grandes animales migratorios. Así pues, los grupos humanos
- :- • ' "" - 1.. uJ anza m1entrns que ·
pequeno de yac1m1entos a lo laruo del wadi tc~dr' '1· l un numero mt1y empezaron a asentarse y a desarrollar tradiciones tecnológicas locales. El hecho
En el área del monte Carmelo. líl; cuevas d El W· d ian e. pape de avanzadillas. de permanecer en un lugar durante un período más prolongado les permitió de-
bcr sido campamentos base; E~-Skhul,
u_ n lugar de maian~-- rle b , ,- , . . .
:vad:
.
arrib;1 , T~b~,n y Kcbar~ pueden ha-
, pu e .. aber funcionado como
dicar más tiempo y esfuerzo al desarrollo del equipo doméstico como. por ejem-
plo, instrumentos de molienda más pesados, viviendas más elahnrarlas y contene-
..... -- O\iuo:, sat\'aJes Fmalment J d' 'b -
l¡i-::tos registrc1das a lo hri•" de 1" 11 ·· e, as :stn ucmnes de arte- dores para almacenar el alimento. No obstante, el cambio en la base subsistcn-
' -·- '--' anura costera ·1dyacent d
restos de avanzadillas (G: WrighL 1971 , . 466 ) Ót e P_uc en representar cial y las modificaciones culturales que lo acompañaron no fueron en absuiulo
base,.lugaref: :le matanza y avanzadillas :urden·_. :~s g1."~Pº~ de carnp?mentos adoptados repentina ni universalmente. La ampliación de la gama de recursos
antenores, en el Lcvn;:tc y en los montes Zagros. si;r l ent1 Jea os, ademas de los alimentarios pudo f,-'.- ____ :::.:-:ido de una forma muy simple si pensamos que lo
que eventualmente podían comer las cazadores mientras esperaban su primera
presa, o incluso los niño~ que exploraban lo~ alrededores, pudo ser consumido
Los camhios en las t.'s!mtegias de .rnbsistc11cü1 ocasionalrnertc por los otros miernl,ros de la comunidad. hasta su ,1ccptación
como una fuente de alimento buscada por sí ::tisma.
Flannery (1969) a 5 ,_,oura q 11 ,~ es O ·"bl . . . Actualmente, la evidencia arqueológica de esta t1 ,msición sigue siendo escasa
s_1gnificritivo, en los rccu;sos subsis~"p _sil e perc1blí un cambm lento, pero muy y lo que conocernos sólo es resultnC:J de una mayor sofisticació!1 en las técnicas
kolítico superior del Próximo O .. " ct~c1~es aprovechados por los grupos del pa- arqueológicas utilizadas en los últimos veinte afias en ciertos yacimien10s. Los
tc del paleolítico superio~ los m-;~í~ ,c. ura~le el mustenense y la primera par- miles de caracoles recuperados en los nivl:'1.es superiores de Ksar Akil, en el Le-
de los huesos rr,gisLndos ~n .los ', . c~os ungu ado_s, que configuran el 90 pvr 100 vante (Ewing, 1947, p. 262), y los abundantes restos de carac;:-lcs, mejillones y
, - ..., ' \ac1m1cntos const1tuveron el - .
mas importante tanto l:ll 1 s 2 ,11• . _ ' • recurso:' 1.1mentano cangrej0s hallados eu los depósitos de Palegawra, en los Zagros (Braidwood y
- t.i. , !ros comu en el L"vante TJn c '1 d 1
meo representado por estos :1 ue•ris 1-nd· - 1
n r:u o e peso cár- Howe, 19.50, p. 169), son ejemplos d!:.' los nuevos alir.1cntos. Sin embargo. otros
100 d · · ·'~- ica que 1os un--:.iladoc; apo l 1 99 yaCi,.licntos contemporáneos como las cuevas del monte Carrnelo y ia:, de J urra-
e rn carne consumida \flannerv. 1~(:n . 77) o - _r ~ron e por
de alguno<; ele estos anim·ilcs ,,, ... h • 'P ,. · Aunque los habnats naturales maoad no ofrecen cantidades significativas de taler. :nvertehrados. Así pues. du-
.. · · ' · ,.;;,,oL•iln muy conmcionados po ¡ 1 ¡·
encontrn01os, en ciertos casos ·1nimal . . . r a opogra Ja local, rante el paleolítico superior, se desarrollaron dos patrones diferentes de cstratc-
de pastos disponibles v· temr,_..,~;turas es ;1gr~~onos que .s.e trasladaban en husca 2.ia~ subsistencialcs. Mientras algunas sociedades inicü1ron unas estrate!!ias de
tica. Los asent<lmientÜs se ~bicaban ern~ era as e~ ~unc10n d~ la estación climá- aprovisionamiento cspec:alizada; regionalr..:;:!nte. que se basaban en un .:amr,lin
facilítar la caza durante h rnav~r •, n uga,cs proximos a los animales a fin de esµectro), de recursos locales, otras. por el contrano, se cc:-:cen1raron 1:11 la reco-
bido a la l'ilO~'ilidad de i"os añinifi:~ e ,d:!
1
ª?º· E~ determinadas estaci,.Jfles, de- lección de unas pocas especies, aunque en grandes cantidades. Las diferencias en-
base a otros luoarc~ A c·1us" de I· ' era nc~cs~no desplazar los campamentos tre unas y otras p11eden haberse debido a la disponibilidad diferencial de un guia-
• re- •• < • <1
Zagr'ls respecto del Lev-inte los . . -.
d mavor varrnc1ón t
d,
,·r • ,.
opngra 1ca Ychmatw::1. de los dos o a decisiones culturales que aspiraban a recursos alimentarios no utilizados.
~ • , \acm11cntos e ocupaci--'n p ¡, lT .·
una marcada estacionalidad y '-ÓÍ , _ __ b ..,, a eo 1 1cos p, ...:sentan La transición hacia una base mas amplia de recursos subsistencrnic¡; fue. pro·
En el Levante, los efectos ate~·pe~as;o~;~~nl an d:.ir;:m~e cortos períodos al año. babl~mcnte de crucial irnportancia para desarrollos posteriores. Las poblaciones
la proximidad a diferentes zonas mcdio·;mb~e::~ Med1te:1:áneo sobre el clima y que consideraron a casi todos los organismos vivos r'lmo fuen!"'S potenciales de
res prehistóricos permaneciesen más t' _' es permtlleron que los cazado- afür.;n10 y que estaban logrando organizar sus actividades para recolectarlos,
a emigrar por e! :igotamiento. de 1·1 caz~c~~;I e~ ~n lugar antes de verse oblig~dos pueden haber ido desarrollando paralelamente una concienc:i,1 y unos si:-temas
de que la movilidad V l"s "'1·or"c·1u-11"s el 1 . , ,x1,sten_prue_bas que apoyan 1:~ idea organizativos r,utencialmente receptivos a la recolección y domesticación even-
d "· "' o '--' e: e os na 11 antes ¡ · ·
e ius Zagros y e! relativo sedentari'P."J de los'd-el . ' pre 11sto:1cos de la región tuales de cereales silvestres y leguminosas. En Ksar Akil, en la cueva de '{aftch.
d_ad. que persistió en las ada tacione-s. . Le\ a_nte consh~u.i en una duali- y en otros yacimientos, los molinos pesados aparcc:::ron por primera ve.?. en nive-
nondad a la introducción d~ h ªº... ftroduc1das en ~stas dos regmnes con poste- les correspondientes a una etapa final del paleolítico superior. Estos imp\cmcntos
todavía se aprecia en la acLUali,dat1cu ura. una dualidad que, hasta cierLo punto, en concreto pueden haber sido utilizados para moler ocre u otros mincr:.i\es.
Hacia d 20.000 a.C. se observ · 1 . , pero sus usuarios llegaron a familiarizarse tanto con sus caractl.!rísticas y posibili-
ªi{!;c
0 •• , •

dual en los recursos aliinPntarios os Ut.:~os1tos ?r9~eolog1cos un cambio gra- dades que posteriormente ¡~".tdieron haberlos adaptado a la molienda de vegeta~
ficativa de la base subsistencia! . ::. tª~b1~ cons1stm e11 una ampliación signi- les. Como ya se ha mencion~do. los arqueólogos que excavaron la cueva de Sha-
cantidadcs de ¡J.:!Scado, c;ngre·o~ que ~: 1?c ~)'~~do progresivamente mayare::. nidar han interpretado muchas de lc1s fosas correspondiente<; a niveles zan:ienscs
tr::s,__ páJaros y, posibleme111;, at~1·e~~~:~--~ :~c~~l~lt<;, moluscos, caracoles terres- como posibles lugares de almacenamiento de víveres (So!~cki. 1959). En este sen-
conilgurando el principal recurso subs· ~ege_ats. a caza~~ ungulados continuó tido, hay que recordar que la capacidad para almacenar alimento constituye un
pequeños, pájaros criaturas ac~át' . is .enc1a ' pero la ad1c1ón de animales más prerrequisito esencial para el cultivo de plantas y para la sedentarización lk !as
de un cambio fundament;l· e•n el ;~~~ ~:v~,:tebrados constituyó e~ ~ntcce<lente comunidades.
sentaban una disponibilidad 1 ida: Estos recursos ad1c1ouales pre- Aunque el efecto de esta transicié:1 hacia una ampli"..'ión de la hase subsis-
º 1rnyor que 1a ofrecida por la caza y proporc:onaban tencia! es importante, es diffcil determinar la c¡¡u::.a que la provocó. La desapari-
EL PANORA:\IA CULTURAL
95
LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN
probablemente ya se cnmanguran, 10s man:;os en cw:stión constituían únicamen-
ción de la caza mayor, como es el caso de los elefantes y los rinocerontes ocur · te una extensión del instrumento lítico prc-piamcnte dicho. Sin embargo, la intro-
~uch~ antes; durante el pc_ríod? n_1~stericnse. por lo que no puede constituir u~~ ducción de útiles compuestos, hechos a partir de varios microlitos unidos ét1man-
causa inmediata. El camb10 chmat1co pudo tener cierto. influencia pero no e t - gados, constituye un in\'cnto cualitatiYamente diferente. De este modo fue posi-
~Jaro. A_unque el cambio ::i.mbicntal se analiza detalladamente en 'et capítulos 4ª ble combinar piezas pequeñas y morfológicamente sencillas para formar un 1ínico
aebe s_enalarse aquí _que el máximo glacial se alcanzó hacia el 18.000 a.C., v qu~ instrumento complejo y especializado. Desde tiempos ancestrales fue común la
~~st~n;1rmente el clima del _Próximo Oriente se tornó progresivamente máS cáli- práctica dé combinar elcmenlos sencillm para obtener instrumentos complejos, y
)- ,wmedo hast~ que, hacia el 8000 a.C.. adquirió unas características simfü1res lo continuó siendo en muchas innovaciones mecánicas y tecnológicas posi..!ri1Jres.
a las ar.:tu~le.s (Wnght, 1968; 1976). Algunos investigadores cuestionan el signifi- El uso de rnicrolitos, así como la caza como :;:-tividad de subsistencia primaria,
~~do ecolo~1co de ~ste c?mbio porque durante todo el período en cuestión la disminuyeron ccn el paso del tiempo. oero el empleo de útiles complejos persiste
c:-<l~~ de amma!~s d1spomble pa;-a los cazadores del paleolítico no sufrió modifi- aún en la actualidad. Algunas veces se encucntrn 110 tipo de instrumento tallado
c?c1on alguna.- Stn embargo, el cambio climático pudo alterar las· pautas migrato- que, enmangado en hueso o asta, se compone oc :·na serie de hojas de sílex que
nas de los ~mmales o su núm~:o Y; _de este modo, afectar a los grupos !mmanos muestran una pútina brillante causada por su uso y que se denomina pátina de
que d.ependian de ell?s· La ut1ltzac1on de m .,vos recursos alimentarios puede ha-
11
hoz. Se ha sugerido que estos instrur1ení.os eran cmple::dos para la siega porque
ber ~1~0 consec~encrn. de un inte_nto por mantener el tstilo de vida tradicional parece obvio que sirvieron para con;:;; algún tipc de materia vegetal. Su presen-
r:ente <l un ~11edm amb¡..::nte cambiante. Es der,ir que, au.:;.::iue se continuase invir- ~ia . . n los depósitos de finales del pakolí1 ico superior eYidenci,1 la creciente aten-
tiendo. el mismo esfue~zo. en la.caza. miembros de la comunidad pudieron haber- ción prestada a los recursos vegetales y pro¡-"orciona otro ejemplo de preadaptn-
se dedicado a conse¡m1r tipos diferentes de alimento. ción a la tecnología agrko\a subsiguiente.
~n los grupos actuales de cazadores-recolectores, los hombres jóvenes y de
mecl 1 •1 na edad son los que cazan, mientras que las mujeres, los niños y los ancia
n~s recogen Y p~~paran otra~ clases de alimentos. A la luz de este modelo. el pa- La evolttció11 h11111ww :'11 el Pró.-1:lmo Ori;:;;:;·
l~º? ~~ recolecc;:.:.n, de ampho espect1.::! ;·Jede ser indicativo de una mayor parti-
~!r'··_. . ~on d? las muJe:es en las actividades subsistcnciales de la comunidad. Mu- Los cambios en la morfología de los esqueletos son indicativos de las trans-
1.:110~. estudms et~og~a0cos revelqn que la mujer y los miembros de la comunidad formaciunes de las capa(:Ja~~s~físicas y menrn!es que influyeron en el curso de la
c~:ms1derados mas deb1lcs son los que aportan la mayor pai ~e del alimento, ~'.:pe- historia. La presencia más antigua de seres humanos en ~¡ Próximo Oriente se
c_ii:ll1117nte,.cuando la ca:a escasea. L~ ~r?~ im~ortancia que adquiere el papel de do1.:umenta e:;. los depósitos inferiores de Ubcidiya. que tienen una antigüedad de
la muJer \1ene acampanada de una d1v1s10n de1 tpliain más diferenciada segú11 la más de 600.000 años. Aunque no se han descubieno restos de esqueletos antcno-
ed. ª d _Ve'.· se·~º- D a do que 1as muJeres
0 · , recolectaron una gran va-
de la prehistoria res, es p1vJable qu~ habitantes de este yacimiento puedan incluirse en la forma
ne?ad de ammales ~eq.ueños, invertebrados y vegetales, pudieron haber contri- arcaica de la especie humana denomiuada Humo crecws. Durante el p:::leolítico
bmd~ a ~u recoIJu~umento como sustancias comestibles. Tal reconoc1m1ento medio, entre el 100.000 y el 50.d00 a.C. aproximadamente, los gn1pus humanos
con~t1111yo un camb_10 en el contenido de la información c•1ltur:.tl que alteró pro- emigraron haC!~ diversas zonas del Proximo Orieme. Los arqueólogos, por Sli
gr·-:-s-~vamente ,;! flwr¡ de i~forE~-:.,:_ --ª'-~ !os miembros de la sociedad, contr:- parte. han encontrado un número s.ig.nificativo de esqueletos correspondientes a
buy.._ndo.a l~s tranS1ormac10nes que conllevaron la introducción de la agricultura este período. Los grupos del paleo!'.tico medio enw c:...zadores de ungulados que
vanos ~1l~mos después: Así pu~s, pueden _habef sido las mujeres y otros miem~ manejaron ios instrumentos líticos denominados mus1cricnses, y sus resios ó~eos
hros ((deb1les>►• de la sociedad qmenes propiciaron la reorganización de las activi- han sido adscritos a partir de su morfología al grupo neandcrtal (Hamo sap1e11s
dades necesanas para una economía prcductora J.., alimentos. neandenhw'e11sis). Durante ei paleolítico superior, los esqueletos humrinos recu-
perados muestran ya una anatomía moderna y se designan con el :~nnino de
Hamo sapiens sapiem, mientras que nquellos que corresponden al pleistocer,u fi-
Ln el'olucíón tecnológica nal presentan ya un aspecto completamente similar al aclUal, asemejándose n la
raza mediterránea que ocupa hoy algunas zonas del Pró;:imo Oriente.
Durante el Pal~olítico, J,i tecnología lítica se desarrolló lentamente, evolucio- Las relaciones filorrenétícas y culturales de los tipos neandertales encomrados
~ando desd~ 1~nos mstrumentos grandes y polifuncionales hacia otros más peque- en los niveles r:.~"Jsteri;nses si!!.ucn inmersas en una incertidumbre y cc,.:roversia,
n_°:5 Y_ csp:.:.:-iahzados, _tendenci? q:.:e se aceleró a finales del período. La introduc- a pesar de la rclati\'a abundaílcia de información. E! debate ha cobrado enY~rga-
cmn de una tecnologia de molmos y el posible uso de ~ilos se manifiestan por pri- dura a raíz del descubrimiento de dos conjuntos de fósiles diferenciados que pro-
~iern vez durante la ~egunda mitad del ¡:, ....leolítico superior. Estos pasos miciales ceden de ccntcxtos cstratirrráficos relalÍ\'amcnIC contemporáneos. Los restos ha-
en los pr~cesos espec1.ficos del des2rrollo tecnológico, que se intensificaron er. las llados en la cue\·a de Tab,.,ún v en la de Shanidat se conside1,.n próximos a los
fases ~1gu1entes! constituyera~ los cimicnt~s de los inicios de la agricultura. neandertalcs clásicos, miemraS que los de Es-Sklml muestran características tan-
. ~ tendencta ge?,;ral ha~m la. talla de mstrumentos líticos más pequeños cul~ to neandertaloides como modernas (fíg. 3.8). Para explicar este hecho. se han ba-
~m? .con la c~nfecc10n de nucrohtos trabajados cuidadosamente a finales del pa- rajado tres hipótesis (ivJayr, 1963). Según la versión clásica, el gr11 po neandcrtal
lcol~tico surenor. El _empleo de los instrumentos compuestos elaborados con mi- representa un estadio antiguo que conduce al grupo sapiens sapiens. algo impr~-
crnli~os Y enmangam1ent_os de hueso o asta, cnnstituyó uua innovación tecnolóoi- bable según los conocimientos uctualcs sobre la e\'o\ución física. L' ;eg,unda h1-
ca e mtelectual de 5~ran importa ncrn. · A unquc en e1 rnustenense
• • º
los mstrurnentos
96 LOS 01ÜGt::NES DE LA CIVILIZACIÓN EL l'A:,;oR,\M/\ CULTURAL 97

si. es interesante sellalar qui.! fue en wrno a este período cuando aparecieron .,-..:..,..
los yacimientos del monte Carmdo los instrumentos de hojas, mezclados con
conjuntos más típicos adscritos ai complejo mustcru-lcvalloisiense. Resulta lenta-
dar liipotetizar, aunque la evidencia no lo apoye, qu~ fue este ancestro del Homo
sapicns el que fabricó los primeros útiles laminares y quien, en última instancia.
sobrevivió a la población neanderta! del Próximo Oriente y, posteriormente. se
desplazó hacia Europa equipado c~m sus nuevas herramientas.
Puede afirmarse que C:urante el paleolítico no existió un gran nümcro de indi-
viduo~ ,,:-n ningún Jugar concreto. En el valle de .lurrnmabad, los arquc6logos han
sugerido que nunca vivieron más de 15 o 211-personas en una extcfü.]ón que mide
aprm.:imad:1mente 150 kilómetros cuadrados (Hale y Flannery, 1967, p. 165). Unn
.:Stimación general de la densidaé de población del Próximo Orien~i::: durante d
A pleistoceno superior podría cifrarse en una persona por L.ada 100 kilómetros cua-
drndu,:,.
Probablemente durante el paleolítico superior y más hacia finales del pleisto-
ceno, los habitantes del Próximo Oriente yn disponían de las capacidades ml'nta-
lcs y físicas de los seres humanos modernos. El lenguaje y otras formas de comu-
nicación simbólica estaban probablemente bien desarrollados, al tiempo que la
producción de instrumentos normalizados (estandarizados) era algo co..-,[m. Es
probable qui.'. los ind;viduos que vi·;íe:..Jn a finales del pleistoceno y que propícia-
w11 el :-.u1:,;,.,;.._,m, ..:e la L.;~,ifaacióri fuesen tan inteligentes y estuvies'.;:l tan ca;- .. ·
citados como la gente de hoy. A partir de est..:'. momento, la e,·c'.uciór. suhural
empezó a aventajar a la biológica como factor determinante en el modo de e~,;ic:-
1
tcncia humano. El proceso descrito en este libro no es re:;:iltado de cnmbio:· "'io-
lógicos en las especies humanas en desarrollo. más bien se trata del result?do de
una serie de caú1bios adaptntivos y organizativos, causados por modificacion:_
fundamentales en los patrones con:..: ptuales de comportamiento y organizacilln
por los seres h1::nanos nnatómicamente modernos durante los últimos 15.\!UU
años aproximadamente. En este intervalo. los cambios fisiológico'.:: debidos a la
B evolución biolóc,ica fueron insignificantes, pero las modificaciones en los mock1s
de vida provocadas por la evolución cul:ural fueron sorprendentes a escala mun-
dial.
u.1 evolución biológica y culturnl que refleja la ocupación paleolítica del Pró-
ximo Oriente no es excepcional ni espectacular si la comparamos con otras regio-
nes del mundo. Las criaturas de aspecto humano más antiguas se encontraron en
África y la mayor densidad de población paleolítica habitó el suroeste de Francia.
F!GUR:A. 3.8. Dos tipus de cr;.;,1cos procedentes de las cuevas del monte Carmelo: (A) Skhul y Las construcciones paleolíticas de mayor envergadura se localizan, por su parte:.
(trans\Clona\) y (B) T,il.iún l (ncandcna!) (según l'vfcCown y Keilh. i939).
en ln Europa oriental, y los logros más espectaculares de arte y simbolismo. en
Francía y Espalla. Sin ernb¡:¡,go. el final del pie1stot.. .... no constiluyP un momento
deci~i\'o de ruptura en el desarrollo cultural. Si bien los habitantes de muchos lu-
r?tesis p~stula que el ~eandertal es una especie contemporánea del Homo sa- gares del mundo alcanzaron como mínimo una sofisticación igual a la de de lo:,
P_ll;ns sap1ens, aunque aislada de ésta en términos de reprod::.:ción. Esta cxplica- últimos cazadores-re.colectores del paleolítico superior en el Próximo Oricmc. no
c:un pu_ede ser acert:1::la, pero supone diversas complicaciones. La tercera hipóte- evolucionaron hasta Jo que denominamos «civilización)•. Los grupos mesolíticos Y
si~ sostiene que los ne-cmderlal representan una subcspecie del primer /-lomo sa- cpipaleolíticos de Europa. Asia y Áfricn siguieron cazaudo y recolectando ali-
p1ens, lo que parece plausible, aunque en modo ,:ilguno definitivo. De acuerdo mentos mucho tiempo después de que las gentes del Próximo Oriente hubic~en
con la terce1d hipótesis, los fósiles de Tabún v Shanidar representarían probable- c10andonado estas actividades en favor de la ae.ricultura. 1bma~r1o como referen-
mente un tipo con características neandertaloidcs derivado ocnéticamcnte de h cia cualquier baremo de desarrollo o cambio 'éultural, la tasa de innovaciones en
pobla.ci~n- ancestral ~ar selección social, mientras que los csq~eleto; de Es-Skh~I el Próximo Oriente experimentó una aceleración hasta entonces desconocida. Y
cons~1tm;rn~ ~na vanedad ter.1prana de Hamo sapiens sapiens que manifiesta ya Jo que todnvía c., mús importante. ciertas cafoclerísticas de las sociedades post-
las :a.racLenst.1cas que se selecc1cnaron en esta subespecic. Aunque los conjuntos plcistocénicas del Pró,imo Oriente no sólo estimularon las innovaciones. sinn
de ullles asociados a los restos humanos de Tabún y Es-Skhul son similares entre que lambién las inucmentaron de íorma acumulativa. De este modo. lJ 1uayoría
LO<.:: nrriGENES DE LA CIVILIZ,-\C]LÍN 99
EL PA~ORAi\-lr\ CULTURAL

Ji.; el!<-,S se instit11,.::ic"1alizaron v trnnsmitieron hasta formar la base de las civiliza-


ciones occidentales\' úel cerccino oricnw actuales. En el 12.000 a.C.. las comuni-
dades kcbarienses y·zarciense~ del Próximo Oriente podrían ser semejantes a sus
contemporáneas ele Europa, A frica o Asia, pero. de hecho, ya se había plantado
una semilla que pro!1to florecería plenamente.

Los GRUPOS DE RECOLECTORES I!''TENSIVOS DEL LEVANTE

Los ase11tm1iie11tos naruj'ie11ses

Muchos de los lo!!ros culturales de los cazadores-recolectores de finales dt:i


pleistoceno robraron ffiayor importancia y difusión en las culturas subsig11ientes,
tanto del Levante como en los Zagros. En las comunidades más ~xtensas y apa-
rentemente sedentarias, las consm1cciones ¡Jamanentes, los contenedores pan
almacenar y los implementos para 1,rocesar alimentos dcjr..ron de ser elementos
excepcionales y se integraron en el utiil.1je cultural. Aunque todavía se vivía en
cuevas, la proporcion de yacimientos al aire libre aumentó. De hecho, tras estos
anmces, las cuevas dejaron de ser la forma típica de asentamiento en el Próximn
Or:.:nte. Los arqueólogos h:in hallado testimonios de los ongenes de la sedentari-
zación, con las in1Flicaciones tecnoiog1ca:, y urganizati\'a::o t¡u1: t-uu1;eva, e11 lvs res-
tos abandc;~ados por !os recolectores intensivos cpipaleolíticos. Esta transición
no fue universal, ni tampoco p: ..,vocó un cambio irreversible; sin embargo, los FIGURA 3.9. 'Ain Mallaha ('Env;H1) \' !a depresión del lago Huh;;, ~n el ...,tremo septcntrioml
grupos prehistóricos que se asentaron con Cxito en poblados permanentes dieron del Rift ''J.!lcy jordano (co¡,yri!,1ir }.·ÍiSsion Archéo!ogiquc Frnm;<1bt:: en Israel}.
un paso decisivo que alteró el curso de la historia.
En t.:! Levante. Sí:.' ha definido un conjunto cultural amp!Íi.1mcntc cxtPndido
que sucedió a las ocupaciones kcbaranicnscs y que se ha denominado ,,natuficn- así lo reflejan sus instrumer. 1 'Js- en la recolección de ciertos cereales Y en su
se» a raíz del d1.:.,cuhrimicnto en el Wadi Natuf de la cueva de ~hukbah (Turvillc- preparación, como el trigo emmcr y la cel,'-'Ja silvestre que aún hoy crece en el
Petre y Keith, 1927). La cultura natufiensc floreció entre el 10.000 y el 8000 a.C., Levante.
o quizás antes. pero la escasez de frchas de radiocarbono dificulta una datación El conjunto de artefactos que caracteriza los asentamientos natufienscs cons-
precisa. El ..:. ~a en que se han encontrado mnteriales natufienses se limita a una ta de grandes can1idadcs de microlitos, medias lunas Y. di~11tes ?e hoz c~~ r~to-
franja litoral de unos 80 kilómetros de anchura que se extiende desde Beirut a El qucc, en ambos lados, instrumentos óseos decorndos e 1nc1sos, lamrnas : · amm~s
Cedro. También se han dorumt.:nladn conjunt0", ue factura natufiense fuera de con muescas, microburiles v gcori,étricc::; (veáse J,i fig. 3.12). Las manos de ahm-
esta zona. pero éstos no muestran to.:~as los rasgos tecnológicos y característicos rez, morteros, cuencos, Jaja·s,-estructuras excavadas en la roca y los rec!ntos com-
que se utilizan para definir una ocupación como natufícnse. A diferencia de los pletan los ítcms característicos de estos yacimientos. A~nque los t_r~baJos de Ga-
dcpositos del paleolíLico superior. los yacimientos natufienses han pwporcionado rrad en El Wad proporcionaron la información necesana para cahf1car ª. e~~ cul-
muchos restos humanos, por lo que disponemos de un cuadro relativamente com~ tura como füi~i.lfiensc, se dc~r-ubrió posteriormente que otros yac1m1entos
pleto de la anatomía y de algunas de las enfermedades que 8.[cctaron a la pobla- contenían •m conjunto de útiies muy simiia1. aunque las prcvorcio~es_ de sus ~l~-
ción. Los natufienses fueron seres biológicamente modernos, similares a lus me- mentos variasen. Estas diferencias se explican en referencia a las rhstmtas act1v1-
dítcrrúneos actuales. y aunque su estatuía era ligcn.1.mcnte inferior a la de ésto'-, dades requeridas por el proceso de adaptación en cada área. _ ,
nada mr.ís les distin!!.uc de ellos. Las excavaciones de la «aldea» al aire libre de 'Ain ivlallaha ("Enyan), en e,
Poco tl""'puCs del primer descubrimiento de materiales natufienses, Dorothy valle superior del Jordán, han prnporcionado !a información más det_allada de un
Garrad excavó importantes niveles de ~sla cultura en la cueva de El \Vad y en asentamiento natufiense (Pcrrot. 1966a). l\1allaha se encuentra a onllas del lago
una terraza en el monte Carmelo. Israel (Garrad. 1957). En un principio, creyó Huleh, actual!Tlente dreri.-.do, y junto a un manantial (E.;. 3.9). Mallaba es un ya-
que se li'ataba de una cultura mesolítica que comenzaba a producir alimentos, o cimiento al aire libre que ocupa, al menos, un cuarto :le hectárea, y hasta que fue
sea, ¡los primeros agricultores! Sin embargo, iuvcstigacioncs posteriores demos- excavado sóiu se habían r.ncontrado re~•os natufienses en cuevas y terrazas. Los
traron que los nawficnscs no eran realmente agricultores, a pesar de que experi- i,abitantes de esta aldea vivieron en casas circulares y semisubtenánc~::: con basa-
mentaran con plantas y animales. Robcrt J. Braidwood ha aplicado el término de mentos de piedra. y cuyo diámetro rondaba l~1s 7 metros (fig_s. 3.10 Y 3.11). 1:de-
«agricultores incipicntcS>1 a aquellos que vivían en estredui relación con las más. alQunas de estas estructuras estaban pavimentadas parcialmente con losas Y
especies silvestres. Junto a la amplia gama de animales cazados y rer.wsos acuáti- en ~ca;iones disponían de cubículos y hogares bien constrnidos. E' :mcimiento
cos aprovechados. los natuficnscs invirtieron un esfuer¿o cons"iuerable -como fue ocupado durante un períndo considerable y constaba de tres estratos
1IJ0 LOS ORiGE:-.:ES DE LA C!VILIZACIÓN El PA;-.;ORAMA CULTURAL 101

@
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\

F1r;c1~A 3.10. Planta de dos eslructuras del nivel inferior de !\.Ial!nha: en el centro de la estruc- r.lGlJRA 3.11. La estrucmra mostrada en la figura 3.10. Jl.fa\laha (copyright r.füsion An:h¿uiogi-
tura m:1yor hay un i:ngar, jurito ,~ rnslrumerv· 0 s y un mortero de cavh.lad central (según Jea·:1 Pe- quc Frnm;aist.: en Israel).
rrnt. L A111hropolog1c, vol. 7, n." :i y n." ó. 1966, Mas~on & Cie .. París).

c::;~ructura~ se hallan unos silos redond(l' rle un metro de profunuida~. Uno de


diferenciados con restos de const,.'Jccioncs. i;;:'J excavadu; ha correlacionado los los ejemple,., más completo..:· de las cabañas de ívlallaha ;,e ilustra en las figuras
tres niveles mencionados con el natufiensc antiguo conocido en otros vacimien- 3.10, 3.11. Esta cabaña tiene un diámetro intericr de 6 metros y sus paredes se
tos. No contamos con fechas de raJiocarbono para \fallaba, pero proba-blemcnte han Conservado hasta una altura de 0,9 metros. Cerca del 7entro se cncuen_tra un
se ocupó durante vnrios cientos de años en el intervalo que va desde el 11.000 al hogar cuadrado de 0,7 metros de lado, lleno de cenizas :i.nses, y al sur_ de este se
9000 a.c. encontraba un gran mortero de 1Jiedra y algunos machacadores esparcidos por el
La característica müs so_bresalient_c de Mallaba es su arquitectura. A juzgar suelo. En el centro de la cahflña, se recuperó un vaso de basal~c. en forma ?e
por sus restos. bs construcc10ncs debian de ::Jr n11rnerosas, gr~:ndes v bien etiifi- campana. En la pared norte, se había construido un cubfculo sem1c1rcula'._de ¡JI~-
cadas. Sin duda, so~ 1°s ejemplos rr.1s antiguos que se conocen de ~rquitectura dra y debajo de una di.:. las lajas del sucio apareció el esqueleto de u? ~ec1cn naci-
pcrmancnt7 y const1t,uyen ~l prime.: caso cc::.JCido en todo el mundo de un po- do. Por último, tras una atenta inspección de las paredes, se deti:r:1_1mo qu~ la ca-
blado propiamente d1ch0, Se ha csumado que en esta comunidad existía una cin- bafía había sido reconstruida en dos ocasiones, cada vez con un dtamctro rnterno
cuen~e.na de casas donde lwhitaban entre 200 y 300 personas. Los diámetros de ligeramente mis ;,equeño y conservando distintos artefactos dispersos por el
l~s. \'l\'JCndas del estrato inferior oscilan entre los 7 y 9 mctrns, mientras que los
d1ametro~ de las casas de los dos estratos superiores miden de 3 a 4 metros. 1-.:is pisoEn 1\lal!aha se han excavado y registrado unrn; 50.000 instrument?s ht!cos ta-
construcciones -:i:- encuentran próximas entre sí y se edificaron sobre fosas de un llados. A diferencia de El \Vad. doade la mayoría de las piezas son m1crohto.s, en
metro de profundidad. Estas fosas están delimitadas por piedras y sobre ellas se r,.,taJlc-11n tan sólo el 13 por 100 lo eran. El conjunto de piezas _de síle:-.. .:onstJtuyc
alzaba prol~ablementc. una estructura de cañas con soporte de postes de madera. una industri::i laminar, cuyos tipos más comunes son las hops co? dor,,50, c~m
El as?ntam1ento se ubica sobre una colina y las entradas a la mayoría de las casas muesca. los buriles y las raedcras. Por otra parte, se recuperar~n mas de ~100 p1~-
se orientan ladera ut1ajo, hacia el manuntial. La mayoría de las edificaciones pre- dras pulidas (figura 3.12). Los materiales empleados para fabncar muelas. m~h-
sentan en el centro uno:; !.ogares de forma oval o cuadrada, rodeados de pic'.:!ras. nos, picdrns de pulir, machacadores y Yasos de piedra fueron el basa.lto Y la pie-
Junto a ellos, suele aparecer un pavimento de piedras o lajas planas. Fupra de las dra caliza. Unos guijarros planos con muescas en ambos lados pudieron haber
EL PANORAMA CULTURAL 103
102 LOS ORÍGENES DE LA CJVILIZ,,rJóN
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FIGPP-\ 3.13. Artefactos óseos (C, E-G) y representaciones anísticas sohre huc:~o (D y G) y
pícrlra (A y B), Los artefactos A-F proceden de Mallaba.,_,' G de Kd,ara.

Lo:c; Ziit.:!rramiPT1tos natufiense: son relativamcntP comunes. S¡_; han exhuma-


do más de 200 esqueletos en varios tipo~ de yacim~2ntos. cuevas. terrazas y \uga•
res al aire libre. Son inhumaciones primarias y secundarias que no p¡¡_;seman
orientacion ni tratamiento uniformes. La mayoría son enterramientos individua-
les, pero tarnbi.:n lo':' hay múltiples. Algunos de los esqueletos est.in extendidos.
mros flexionados y, el resto, contraijos. Muchos están acompañado:, Je ajuares
formados por cuentas de dentalium o collares de hueso. La diversidad de trnta-
mientos obsen•ada indica probablemc.1te que la costumbre de enterrar a los
muertos era relativamente reciente y todavía no se había fijado una norma cultu-
ral al respecto. Por otro lado, la presencia de prácticas de enterramiento primario
Fd·IG~RA._ 3.12: Instrumentos de pied_ra _ia!lada (A-J), vasijas (N, P-R) e implemcmos (K-M, O) y secundario puede relaCi;:marse :on la naturaleza seminómada de lo::; patrones
e ptcdr,1 pulida, proi.:c:dcntcs del ync1m;;:::.to de Mal!aha. de asentamiento natufiens~s. Los enterramientos secundarios podrían ser de gen-
te que murió o fue asesinada mientras se hallaba lejos del campamento base, Una
vez descompuestos los cuerpos, serían devueltos al «hogaP), donde recibían se-
sido utilizados ~orno pesas de red. Los instrumentos óseos eran pequeños, leznas, pultura.
broquelas, aguJ~S, anzuelos, un mango para dientes de hoz v una espátula similar Es difícil reconstruir con precisión el patrón subsistencia! de los natufienses
a una cuchara (f1g. 3.13C). · porque, 2.l menos hasta ahora, se han recogido pocas muestras de ,1i:mcntos ve-
Se enc::mtraron, asimisi:10, artefactos cuya funcionalidad puede ser simbólica getales. A partir de los descubrimientos de hojas de sílex con un brillo caracte-
u, orname_ntal. Entr.e los ?bJ~~os artísticos más antiguos del Próximo Oriente figu- rístico y de grandes cantidades de molinos, se puede inferir que los alimentos
ra.n t.los piezas de medra mc1sas que representan probablemente cabezas humanas vegetales jugaron 1.111 papel importante en la economía. Se recolectaron csprilla y
(~ig. 3.13A Y B). En Mallaba, al igual que en otros .:.sentamientos se realizaron
1 cebada silvestre, nueces y otros frutos, que debían Ce crecer en abundancia en el
piezas ~oomorfas sobre hueso y piedra (fig. 3.13G). Algunos ::e los vasos de piedra valle del Jordán y en las colinas adyacentes a la llanura litoral. El pescado cons-
9escubicrtos estaban decorados con motivos geométricos incisos en el exterior Al tituía una importante fuente de alimento, dada la abundancia de restos de peces
igual que en muchos otros lugares, el hallazgo de sepulturas con cc!lare; de hu.eso y la presencia de arpones y anzuelos de hueso. No obstnnte, la caza mayor se-
0 c,o~ ~ue?,tas de d:maliu!;; ~tcstigua. la existencia de alg!'~ tipo de comercio y de guía siendo ei principal recurso alimentario. Caci h1 mitad <le los huesos registra-
una dtcnc1on especial !· 1cm ciertos miembros de la comunidad (fig. 3.14).
104 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN
EL P,\NnR..,-'\t,,IJ\ CULTURAL 105

Lus culturas wrdías de rradirió11 m1wfic11w'

Hacia el noveno milenio a.C., se habían abandonado muchos de los vacimicn-


tos natufienscs, fundamentalmente los asentamientos en c1Jeva, como Él Wad y
Kebara. Sin embargo, algunos de los primeros lugares ocupados por los natuficn-
ses, como Jericó. Beidha, Nahal Oren, El Khiam o Tell Abu Hureyra, pervivieron
un largo período (véanse las figs. 3.1 y 3.2). Los marcos ecológicos que propicia-
ron el establecimiento estacional al aire !ibre de estas comunidades durante his
etapas kchariense o natufiense. resultaron idóneo~ parn una :iueva economía ha~
sada en la intensificación de la explotncil~7 de ciertas especies de plantas y anima-
les. La cultura material de ciertos yacimientos levantinos del noveno y octavo mi-
lenios a.C. ha servido parn acuñar los términos "protuneolítico)~ y «neolítico pre-
cerámico A)), a pes:·r de que In similitud con el período anterior nos permitiría
FIGURA .:1.14. Enterramiento de hablar de culturas tardías de tradición r1;1tu1icnse. Los arti:íactos v las c1ndicio-
los nivele:. 1atufienscs de El Wad ne~ de vida durante el noveno y octavo milenios a ..::::. continuaroñ siendo esen-
(Israui) con adorno en la cabeza
de ;anchas denralium (fotografía cialmente los mismos, con la excepción de. ,m cambio gradual en las estrategias
cedida por cortesía del Departa- subsistcnciales y en los tipos de c1sentamiento. Ln general, los asentamientos au-
mento de Anti2ücdades v Museos mentaron de tamaño y se hicieron mcls estables. En consecuencia, la arquiteclUra
de Isrnel). - •
ganó en solidez y difusión geográfica. :1 la vez que se experimentaron nuev¡¡s téc-
nicas de CL,.1strucción. Por otro ladn. m111quc no disponemos de c,-;...-:encias defini-
tivas respecto al cultivo Je plantas rn aceren uc: w úume:.LÍ1..,1 . . ;~~" ~:~ ... ,imak..;,
d,os _PTJ la~ excav~ciones pertenecen a gacelas. Un tercio corresponden a diver- contamos con dale,.., que indican una intensa manipulación de los ancestros silves-
s,~::. :spec1es de c1c::-vo y en menor cantidad estt;i representados ¡05 suidos Jos tres de cereales v animales.
c:p~1~0s Y los grandes ~Ó\:idos. La gra_n cantidad de huesos de gacelas y cie~os E! yac1mie~10 de Nahal Oren fue habitado durante el paleolítico superior y
di; n1allaha Y otros yac1m1entos natuf1enses sugiere un cierto control sobre Jas el natuficnse, aunque se conocc mejor a partir del ncolítco prcccrámico (Stckelis
m~~ad_a:. El ~xuberante ~ntomo _de las marisr.:..1s dei Jagu HuleJ¡ propo:cionab~ v Y.z.rael\'. 1963: Nov, Leg12e v Hi!!!!S. 1973). Esta comunidad se asem,.', en una tc-
los_ suf1c1entes recursos ahmentanos para mantener una gran comunidad seden- ~:-aza fre~te a u~a cÚeva ~ñ e"! int;Íior de un valle. que constituye J;i salida desde
~a.na 7omo la d~ Mallah_a. ~nte este poi.cncial ecológico, los habitantes podían el monte Carmclo a la llanura litornl (figura 3.1 ). Un arroyo ílufa 2. !•J largo del
t:Xpcnment~r diversas tecmcas que ascgurn:-::n el suministro de alimentos a lo valle, mientras que tres manantiriks brotaban cerca del yacimiento en un á1::a de
largo del uno, como la recolección intensiva de cereales o ei coinrol incipiente un kilómetro. El abundante suministro loc:1\ de agua y la diversidad ,._;e las zonas
de las manadas. · ecológicas disponiL:..!s para los recolectores de alimentos de Nahal Oren lo con-
, Es difícil estimar el tamaño de la poblaciñn de los tiempos natufienses pero virtieron en una ubicación favorable para una ocupación continuada. Los niveles
esta claro que fue much~ ~ayor que la lle! paleolítico superior del Levant~. Se excavados del neolítico prccerámic-1 rC\'eiar,-in !a exist..,1cia de 14 casas, cada una
con~cen al menos 13 yac1m1entos natufienses de primer orden. lo cual es mucho de !ns cuales tiene una superficie que oscila ~ntrc 9 y 15 metros cuadrados (figs.
considerando su :estringid,i distribución geográfica. En realidad, este número su- 3.15 y 3.16). La pronunciada pendiente sobre la cual se construyó la aldea Ji:_:¡bfo
pera al_d7":ualqrner otro período precedente _(Wrigth, 1971, p. ~67). Además, hay sido acondicionada en cuatro terrazas. sobre las que se edificaron varias Cíi.,n'i. al-
que. sena ..... que cuentan con restos de arqu;~ectun1 permanente. El número de gunas de ellas unidas por paredes medianeras. Eran redondas u ovales, i..:on sue-
habJtantes en alg- 11 no de los ~obladas pudo haber llegado a los 200. aunque lo ln<: de tierra batida y solían tener un hogar central rodeado de piedras. Las pare-
n~rm~l era que los grupos oscilasen entre 50 y 100 individuos, Los principales te- des se construyeron con grandes piedras sin dcshastnr. formando paramentos e
rntonos de pobla!1!ienlo natufiense se centraron en dos de las zonas ya habitadas hiladas irregulares. Algunas de estus paredes (;e han conseh ado hasta una altura
1

durante el palcohttco. En las laderas de los valles abiertos a la llanura litoral se de 1 metro y un espesor de 0,8 metros.
ha~1 cl~~:ub1erto yacim_i7ntos ~ensamente poblados, mici'ilrns que los campf!-rnen- El conjunto dl.'. artefactos de Nahal Oren es similar al de los yacimie1uus na-
~os de - ..za o recolecc1on se situaban en las colinas semi,;ridas del interior v del tufíenses. Los microlitos son escasos y aparc•'•?n, por primera vez_ las puntas de
st:r. "El au1;1_ento del _tamaño de las comunidades en relación a los campamentos flecha. La presencia de este ítem. incluso en pequeña cantidad. constituye una de
dd pale~h~1co supenor, que raramente albergaban a m;is de 25 p1.;;,.;onas. se rela- las carncrerístkas que diferencian la cultura material de tradición nntufiense de la
cmna qmzas.. con un .,. am
. b"JO en \a es tructura orgamzauva
· · de los propios· grupos r,Jtufiense propiamente dicha. También aparece un g1an número oe otro tipo de
Por u_tilizar la t~rminología de Elman Servicc (1962), algunas de las comunidade¡ instrumentos líticos, como hachas, azuelas y picos. Los dientes de hoz y los cuchi-
mituf1enses pudieron haber realizado la transición de un nivel de organización de llos siguen siendo abundantes, lo mismo que los buriles, los raspadores y las hojas
banda a_ otro de or"~'n1·2ac·10·n
-"'-'-' tn·ba\ , con to dos \os cam \1ms
· culturales que la retocacl:1c;, Los perforadores y leznas. los morteros, molinos y mach.:....::adores ca-
acompi:lnan. Estos aspectos se analizarán detnllml,1mentc en e! capítulo 6. racterizan asimismo el neolítico prcccnímico A. En este período siguieron utili-
z;índose los vasos de piedra. y contamos con representaciones artística~ ... n forma
EL P:\:-.:ORAMA CULTURAL 107
106 LOS ORIGENES DE LA CIVILIZACIÓN

F!GUR.\ 3.16. Cimientos Je piedra de est:-uc\•_a-a circular procedentes del estrato II. Naha! Oren
,u>"E"'~'u ~--::.'._. ,---~tesía ,:',~¡ Departamento de Antigüedades y Museos de lsrae\).
1

se. Si k,:; i·estos de los tres sondcv:;, bastante separados entre sí, se interpr.:.::111
F!GURA 3.15. Planta v sección de ]¡¡ ]¡¡tle- como prueba de. que todo el montículo se ocupó por completo ?~rante este ~e-
ra tllerr::.zada en ~1alial Ori:n, estrato 11
(segLln «Excavations at Nílha! Oren,, de ríodo. entonces el Jericó del uctaYo milenio a.C. tenía una extens10? de alredccto 1
:,I. StekcJic y T. N. Yizrae!i. en Israel Ex- de 4 hectáreas y una población de 5UU habitantes como mínimo. Sm emhargo, l;i
plomfian Jmmwl 13(1), 190.,). oroanización nccesarin pcaa integrnr y alimentar tal población debía de haber
sido tan compleja que parece dudoso que la totalidad del área entr.: los sondeos
estuviese ocupada densamente.
d,---: guijarros incisos. El asentan:.iento de Nahal Oren albergó entre 50 y 100 habi- Jericó se localiza en un medio ambiente único de características favorables
ta?tes, que llevaron a cabo actividades muy diferentes a las de los ocupantes de la que r,ermiticron la existencia de ma comunidad de tal :nvergadura (~ig. 3.17). El
1

misma área durante el paleolítico superior, comn lo dcm11sa:stran el tamaño de; Yaci;,1iento se encuentra en una zona árida junto a un gran manantial {Am es-
asentamiento, los nuevos elementos arquitectónicos y el tipo de artefactos. Sultan), que debía atraer. desde distancias. ~onsiderables,_ ~ los ani~~1les Y que
Durante el octavo milenio a.C., existió en Jericó otrn asentamiento de aldea propició un notable desarrollo de la _vegetac1on. La p_oblacmn de lenco c:nt~ola-
antig~a atí!1i~o en la parte taja y árida del valle del Jordán (fig. 3.1). Jericó se ría el suministro de "gua y la f1orec1ente red comercial de la que forrnab,1 parte.
c:upo por pnmera vez. durante el natufiense, pero los restos atribuidos a este pe- Entre los productos halladr-s en Jericó se registran sal, betún y s1..! 1~uro proceden~
ríod~ carecen de importancia. La arqueóloga r:11c lo excavó, Kathleen Kenyon, tes del área dd mar Muerto. turquesas d,:- la región del Sinaí, co~chas de ra?r:
considera que los natufíenses de Jericó fueron cazadores nómadas. Sin embanw, del m<n Rojo, y obsi·~1 iana y piedra~ verdes de Anatol1:3-. La prosper_1dad ~e Jcnc_~
el nivel estratigráfico siguiente, del neolítico prccerámico A, contiene pruebas ~de pudo radicar en la expai~3\ón de l;,s cont2c- 1 ~Js comerciales. Presum1b_lcrnc~te. su~
grandes construcciones arquitectónicas. Dado que el área ocupada posee un ta- habitantes transporl:->1-i;m desde sus lugares de origen algunas matcn~s pnmas a1
mafü:- considerable para un yacimiento correspondiente a un período tan tempra- yacimiento {forma de abactecimiento a larga distancia que. no es _µropmmente co~
no, Kc-nyon y otros investigadores han llegado incluso a calificar como ciudad a mcrcio ), o bien podían obtenerlas de otros grupos, a~ nusmo t1empo q_uc otro:
esta comunidad. No obstante, tanto la sencillez de las formas de subsistencia objetos no tan fáciles de identificar. Eso.s grupos debrnn de estar for~a~o~, ~ 01
como la mode!"'lda extensión del yacimiento en comraración con los centros ur- r1.zadores-rec"•lectores nómadas o por nuembros de las aldeas scdcntana:i. El ~n-
banos p~steriores desaconsejan el uso de este krrnino, aun cuando se trate de un tcrcambio se realizaría directamente con los grupos que procur¡~Ja~ las matenas
ascnt~m1ento espectacular para su tiempo. Desafortunadamente, los depósitos primas o a través de intermediarios. Cabe asumir, ;::~ estas lra!1sacc10ncs. un? re-
conocidos del neolítico precerámico A son poco extensos y proceden únicamente ciprocidad generalizada y un equilibrio_ en el v_alor mtercarnbrndo. Lo~ ha~1tan-
de tres sondeos profundos, excavados en diferentes ¡:artes del gran montículo. tcs de Jericó comerciarían con sal, betun, azufre o agua fresca, a cambio do.:. ~a-
Por ello. i.a~ ~structuras que se han publicad:J r,an incompletas y las relaciones en- terias de obtención n1,l., dificil como la turquesa, las conchas de caorí o la obs1drn-
tre los ed1fic10s y lo que s~I--Jsista en las áreas intermedias sólo puede hipotctizar-
108 :_.'_lS O!ÜGENES DE LA Cl\llLJZACJÓN
109

FlGL'RA ·: ¡7_ ,\ ntigu,, mtJ;-, :;;.:,11,1 de Jericó rm.lcadn por la ciudad actual. En el horizonte puede
verse el 11,;¡r t-.liwrto (va!lc (Li ford;ín).

na. Ll'; nrl'1 Bciones CfJm;:n:ialcs podían incluir prácticas ceremoniales e inter-
cambio de d1,ncs, actividades 011c contribuirían al establecimiento v manteni-
miento de UtldS lazo.,<;(¡' ;::)-.,5 imprc-cisos entre los grupos participantes: A
En rr1udi;i'.; sociedricL:o- rrimitiras. el comercio lcuúilí a la redistribución de la
riqucz,1 ':n !'I interior d-:.: Li 1..·,1munidad. manteniendo la iguald:~d entre sus miem-
bros. l¡q1or;1111ns .<ii el inkr1..-.w:'.·io de bienes en Jericó funcionó de esta manera o

N-""r1~
si rav1in:cic'1 11na incirienk d!fi:rcnciación social. Los enterramientos individuales
en otru_,. y;1ci111icnlos n:it ufícnsi::s. ::n los cuales se adornaba a los mu~rtos con to-
cados tk.co11d1as e.le dcmai:":.m importadas, señalan que ya en ~1 noveno milenio
ciertos prodrn:tos com1.:rci~;J...,~ polli'.m haber estado reservados a individuos de
alto st1J111s.
Aullquc 1!1.s restos <1rqL:i1cctónicos de Jcric0 ~::n propios de una comunidad FIGURA 3.18. (AJ Torre de. P!edra Jd
avanz¡¡d;i, nP hay evidenci;:::- que indiquen que los ;rnbitantes del neolítico precc- nelJ!ítico prcccrámico A en lenco; la at-_cr_~ r>.~~-c\:c.,
r,ímico A prni·ticaran :dgún iipo de agricultura. De hecho, la subsistencia depen-
turu rcctanuular conduce a una es~:;h,ra
que dcscic:n-de Pº'. el centro ~e la 10_7~,
!~:~~:: _;: ,~2.~ ~~,- ~-:~~;2:7.~~.,~~~,~~-~-~·~~-'.~.5~:-~,: ~·~: _'I_¿:.B
día de !;1 c;un y de la re,_.·_1 k-.:ción. Sabemos, por ejemplo, que la.:: gacclns, los (cortesía de la Jcnch?_ Excavation F~11c.-, ~ e 5m
granUe·, h(i,·id,1s y los cc.:n..i~~.-; :-:;alvajcs. que habitaban en las ccrcaníus de las fuen- K. Ken\'onJ. (B) Secc 1on de la torre. Li mu
tes t.lc .kricc"1 P en la.s colin;¡:- ,.·crcnnc'u. eran cazados por su cnrne y que Jos granos ralla y¡;¡ ioso (según Kenyon, 1960h). B
di:: ccrv;J] cnn•,tituían el J!n:..:-:-l1 de b dicta vegetal. En referencia a este pun;o, al-
gunos halln?_1•.11s en depúsi1~,-~ del neolítico prcccrámir:-o A han sido interpretados
como sílJJs. • • , r4'n l, . . na altura de más de~ metros que di~-
torre circular Lle piedra. cansen a~ .. 1c1stl<1 u d p1·ea·ra la cual conduce a traves
Ln n1avn1ia de las c.'>tru~'~llrn.s excavadas en .Jericó son similares" las de otros 1 · terna de ,7 esca oncs e , .
pone de una esca era m --:- l T do este conjunto de espcL-La-
y;ici111ient<;,s: >1•111empor:ín,.',.':-. Las casas redondas scmisubterráneas con cimien~ del centro de la torre ha_sta un pasillo en .su Jase.¡ .ºb·1· 'de una comunidad ar~
tos de pi1·dr;1 , alzaLlo.s de a-..:,,be constiiuven un elemento común. Su tamaño me- •
culares construcc10nes ¡·uc O tira de trabaJadorcs
- ' rn 1 es ) -
·dad tribal de vanos
~1 desCílrtar que u;;a comum
úio u:,;cil;i cn11'-' los 4 y ."i r;;~·-:ros de diánletro, aunque algunas habitaciones con- 2.aniz,.,_da, pero no hay razones palL · <. j-- 'a , con tiempo suficiente,
1 1
cr~ta!-: st• h;dt1t ,m intercon-..,~-r:1das formando rr-'llplcjos mú:Liples. Los logros ar- ~icntos de individuos, :: o<ler~d_am~nte bi~l %g:J-,~~s ~ue los valiosos recursos
t¡u1tce1i·u1ic1.1:,; que mejor <llt.>:if!uan !a laboriosidad de los habitantes de Jericó son hava podido levantar estas ed1f1cac10nes. o \ .'- d alimentos V la caneen-
locales. el abastcc1m1er. ~ e' e ' ' . •
la illllr:dl,,1 y 1,1 tnrre defe1151\.1~ descubiertas en la excavación oeste (fig. 3.18). La • • • l d 'to-ua c 1 almacenam1ento e , - .
b motivos para k\'ti::tar disposit1-
inural!,1 de piedra mide ! .h :-:; de anchurn v se ha consen,ado h;,<:;ta una altura de O 5
tración de bienes comerciale~ construye~.,, u~1i~-de regalos pudieron contribuir a
2 mct l"tl\ F::-1 ;I rodeada por :.::¡_ foso cxcav,:ldo en la roca de 8,5 metros de anchura vos defensivos. Las ceremomas y e mtc11,.;,lm e Una ruptura de las alianzas
___ Y 2,1 lllt'lru:,; \h.: profunditb..:. En la cara interna de la munllla se :onstruyó una m~ntcncr las relaciones amistosas ent1l·e g_ruEos, p dr~m imphcar ~, ·1bandono del
o la penetración de riuevas gentes en a reg1on po r1c
110
LOS O!ÜGE~ES DE LA CIVJLIZAC!ÓN
EL PANORA!vL•\ CUL!11 RAL 111
comcrc:o en favor del pillaje, dada la conccntrnciéd de riqueza en Jericó. Por Ian-
to, las construccirnies defensivas constituy21uu un refuerzo para lo~ medios ce.re- _. , . - , No oli::.tante, la agricultura de Mureybit podría ._,1-
moniales y económicos .:¡Je mantrnían la paz. En definitiva, hay que señnlar que morfolog1cn-; en los gran~?· . . al del orano silvestre nl doméstico. Estas y
la escala monumental de estas construcciones de piedra constituye uno de los centrarse.. en "del corto
d c;:;ta
t' s·cn
to tdran.sic1onl_
o lllY.:!s tcra dasºpor 'os m1·embros G,.; las expedido-
1 l
muchos ejemplos del ingenio y de la destreza de los pueblos de IJI prehistoria. otras pos1b1h. a es es an e ,bit en otros yacimientos sirios.
Murcybil, un gran poblado situado en la orilla este del río Eufrate<;, en Siria. nes que irabaJan actualment: en M~r J t'l.os de finales del octavo milenio eran
ruc habitado du,-ante el octavo milenio (Van Loan, Skinner y Van Zcist. lYfiR). En general, lo~ asentamientos evan. I. E ello; la arquitectura tenía un ca-
Su e;i;tensión 1míximn fue de 250 por 125 metros. aunque durante la niayor parte grandes y predommantcm_en~e sede?ta~:.ien~os de piedra) V la subsistencia de-
de su ocupación, sus dimensiones fueron considcrab!:!mentc más pequeñas. Se rácter permanente (los ed1fic10s teman l . ,- de una ampli.i variedad de recur-
. · t · a y de la reco cccron .
han idemificado 17 estratos de ocupación, cada uno ae los cuales rr·prcscnta ,1 pendia de la caza m enstv . ' d 1 s lantas y animales·· domesticados fue-
una de las sucesivas comunidades que ocuparOn Murcybit. Estos estratos pncdcn
sos Aunque los ancestros silvestres e. a p ·ct ncia de primera mano de
·1eruparsc en tres fases principales; la primera de ellas se caractenza por la pre- ron. habitualmente .ex~lotados, n~ {x1~tet u~~r=~:e eel noveno y el octavo mile-
sencia de casas circulares, la segunda, por una serie de cstr1.1sturas de combustión, domP<;ticación en nmgu;i lugar de II ev2.:~a sofisticada cultura mate:·:_-' ·, , !:-~
y la última, por algunas casa:, rectangulares. La arquitectura de los niveles infe- nios. Los grupos humanos desarro aron oblación mientras que los avan-
p ermitió recolectar y cazar para mantener a l':aPron a los' grandes asentami•:-11tos
riores comprendía construcciones bastante toscas de piedras desiguales y de arci- , • ·zativos que acampan , .
lla. Estas estructuras eran aproximadamenti..; circulares y su diám~tro variaba en- ces tecnologicos
sedentarios y orgamlos cam bºros pos t en'ores que condujeror u la agncultura.
estimularon
tre 2.7 y 4 metros. Las casas de los niYeles superiores constaban de varias habita-
ciones rectangulares, pero corresponden a un períodn posterior a los matc1 iales
descritos en este capítulo.
Los GRUPOS RECOLECTORES 11','TENSIVOS DE LA REGIÓN DE LOS ZA GROS
Los conjuntos de artefactos de hlure_vbit no se han publicado en su totalidad,
:nmcme parecen simi!.1rcs a los de otros yacimientos contemporáneos del Levan- ., d lz r s es sensiblemente diferente al
El medí.., ambiente d~ la _reg1;~s :lt~: 1a!gdfstancias .entre zonas, m?s gran-
te. Los dos componentes básicos son unos pequeñns útiles hechos cu,1 hojas de sí-
lex muy delgadas y rectas, y unos instrumentos de gran tamaño empleados para del Levante. Las montanas son ' ', r Tndas est2.s condícione::. ..,.ectaron
1 - ~ v el acrua se encue1Iu
G · a en unos pocos ne. .-, •J U de , consecuencias •
mas,
!os trabajos 1
m<ls duros, fabricados con un tipo de cuarcita m11y basta. También se ._.,, • ,-:c- , • - It 1 en la rcgmn na "
1 5

lrnn hall:.:~ ' ' puntas pedunculadas y Uicntes de hoz, especialmente en los niveles a las formas de auap!acmn cu ura l distribu~ión ...:~ la flora y la fauna silves-
superiores. Son comunes los pequeños molinos de mano y le..; morteros de pic- impor::rntes de este ti!)o de ento~r~o es,. a !antas Y animales prescnt,:,s en el Levan-
Jr;_¡ pulimentada, au:que no !it han encontrado los elemento::. móviles. es decir, tres. Aunque m~:lrns de l~s especie! d~rlacion;s de los Zagros, sus densi?ades y
las manos de mortero y las piedras de moler. Es posible que los habitantes de te estaban tamb1en a~ alcc1nce de la¡_~ J los Zar,;os se adecuaban mas al de-
lviureybit utilizaran otro tipu de inslf!imentos con sus morteros y molinos, por distribuciones eran diferentes. La~ a eras e ores1cs como sería ei -...-aso d~ ove-
ejemplo nódulos de sílex redondeados. sarrollo de un tipo de fa~na propia d.~:~~ª:e~Íones a'biertas, como bóvidos o ga-
La economía de Murcybit cc:istituye un te111a importante porque, a diferen- jas y cabras, que al d~ ammales pro_~1 v de laºcebada se hallaban presentes en los
Celas Los ancestros silvestres del tneo ~ l Levante A pesar de es-
cia de otros vacimientos anteriores. estaba ubicado en el desierto semiá¡·:do sirio. . ¡ · t n densas como en e · ·
No existen e;pinas de pescado en les depósitc~ y sólo una::. pocas conchas de me- Zagros, aun~pe no :n. or~ac1one? a,-- -1~ ,,...r '7;rnros también efectuaron adap-
ji!lonc.~ lo que implica que sus habitantes no explotaban intensamente los recur- tas diferencias ecol~~;icas. ,0s ha?1tan. r a la vida... sedentaria en poblados. ~un-

sos fluviales. La caza fue una actividad básica y se Jocumcnta por los restos de tacíones que condujeron a la agncu~lura \ " r le general similaref; existen
grandes bóvidos salvajes. onagros sirios y gacelas, en proporciones numéricas que las adaptaciones en ambas.reg10nes ut:ro~ ~~ licarían por qué los primeros
muy semejantes. Los n11álisis de restos botánicos revelan que sólo se utilizaron diferencias en algunos detalles i~port=~t;f ~~vant~ S'..~f'11sieron avances may~res
plantns silvestres, cspecialmer..!e la escanda. Además se hallaron en los diferentes avances culturales que se produjeron_ b - una vez iniciadas las prácticas
. d l s zaoros Sm em artJO, ··
depósitos restos carbonizados de cebada sih·.:-str,::• lentejas y ;:;rvcjas. Esto de- que los registra •..1
en o ,;ee cam·b.10 se accleºraron visiblemcnt
lo osproceso,. . .... en esta reg1on,
muestra que se recokc!'!ba una ampl:J variedad de vegetales susceptibles de do- agropecuan,
mientras el Levante ~ s se sun110 ". :- en un 1argo p e ríodo sin avances importantes.
meslic<.1ción. Sin embargo, d.: acuerclu con lo ~..;e se conoce acerca del hábilat na-
tural de la escanda y sohre el medio de esta región durante el octavo milenio, no
parece que existiera la escan,fa más cerca de la actual frontera turca, a unos 240 Los tisentamicntos epipalcolíricos
kilómetros de distancia. Pueden señalarse tres interpretacioPPs de este hecho: 1)
que nueslr:Js inferencias paleoambientales son erróneas y el clima fue lo suficic.u-
tementc frío par:i que la escanda creciera cerca de Mureybit; 2) que los habitan-
,. d
El R'-"ritamienw epipal~ol.1t1co d .11~~%1. -
. o milenio mejor conocido en h1- re-
:le Zawi Chemi Shanidar, al norte
gión de los Zagros es el yac111;1cCnto ª.l a1r, b:,-ado a unos 4 kilómetros de la cue-
tes de Murcybit se trasladaban a lo que hoy es Turquía durante la época de cos,3- (s l k . 1964) Zaw1 11em1 es'a u c . . . ( , 'a
cha para recoger el grano o para conseguirlo mediame el comercio; y 3) que, a de Iraq o ec i, : 1 . d d 415 metros sobre el mvc1 ue 1mar \L:, -
pesar de que el grano encontrado era morfológicamente silvestre, en realidad ha- va ue Shanidar, río aba Jo, a una a tttu e -- uce del Gran Zab, en un valle
bía sido plantado y cosechado. Podría objetarse que si nos halláramos anie un se la fig. 3.ú). Se localiza en .una terraz; ~~tr~!!r~ªs Los artefactos hallados en la
primitivo ejemplo <le ::igr:.;ultura, quedaría constancia de éste en los cam~~ios rodeado de montañas supenores a l':s . d "15 or· ?75 metros aproximadamen-
superficie del ya.::imiento cubren un area .e ... d ~ do- Los depósitos tienen más
. cual •se han excavado 112 metros cua ra s.
te, de 1<1
113
EL PANORA~IA CULTURAL
112 LOS ORÍGENES DE LA CIVILiLAClÓN
1
y, por tanto, quedaban sujetos al control humano directo (! crkins, 1964). No
de dos metros de espesor --.,.;.1.cluven básicam t. d ,. .. '
ta una mezcla de mc.1eriales recrentC' y el. <;n ~ Q,, .ll~C!cs. d su_pcnorpresen-
·- . obstante, e<' difícil detenninar si la elevada proporción de hue~os de anim,-..!~s jó-
blado protoneolítico)►, La arquitcctu:.. :~:er~r co~t1e_n~ los restos de un <tpo- ·1cnes fue resultado de la caza selectiva de grandes manadas o un indicio de con-
i:;i_ón de piedras en los diversos de ó~i,ªn~eg1~tra a es :nc1~1ente, con um:. Jisper- trol intencionado. Si consideramos la estrecha relación 9ue había existido entre
d1spuestas conformando probabl:n1e~t ~ue, ~n una zona en concreto, aparecen los seres humanos y los animales en esta región. no es descabellada la afirmación
pacio circular d::: unos 4 metros de
base de piedras canto~ d
dit ~~s ~seo~ muros que delimitan un es-
me ro. st_os muros fueron construidos a
de que el hombre fue progresivamente controlando las especies dócilc:;. Con
todo, aunque los animales fueran sacrificados de forma selectiva. no existen testi-
delimitan no .::~ntieni/ i~~~-º~ ~ }~~~c~a~tos de ptedr~ nuli~entada. El área que
1
construcción debió ser rem'"~ci~Iad~~;1 <1u:1q~e hay ev1d_~nc1as de que la posible
monios de un cambio morfológic'J en su estructura ósea, que sóJo se produce tras
muchas generaciones de domesticación (véase el capítulo 4).
yacimiento, se documcma una serie dmas ed unaf ocasmn. En otros sectores del Las fechas de radiocarbono de Za,,,; Chemi y de los niveles contemporáneos
toda la zona se ~ ,.· e gran es osas de almacenamiento y e en la cueva de Sh . . . ~;,i.,,. c:11~ieren una ocupación de ambos yacimientos entre el
El 1· d . apr.c1a una gran concentración ce residuos domésl!cos n 9000 y el 8550 a.C. Es muy probable que estos y otros yacimientos formaran par-
lpo e H'.strumentos hallados en za ,· CI · · te del mismo sistema de asentamiento, y qne los habitantes de los emplazamien~
milnr a lo que sucede en los ya.cim·t:
res de piedra son mu ' b .
t~!O~
la c,cciente dependencia de la alim""nt .. "1b 1e;;11 muestra una tendencia hacia
~a a en los veg~tales, de modo si-
ien O~ natu ienses. Los mol!ílos y machacado-
tos de Shanidar se movieran de un área a otra durante las difere1:~cs estaciones
del año. Los densos depósitos arqueológiros, junto con la presencia de arr1uitc:c-
destacable la gran ca~tfdaudnddaent,es }I' ~resdentan un~ gran variabilidad. También es mra y de silos en Zawi Chemi. sugieren una ocupación notable durante un largo
. · • n Uf> as v e pequenos mol' - d d período. Es probable incluso quP 'l.awi Chemi fuese una estación de primavcrn y
f 1c1emortero
de
concava y de útiles de ti
e .
. · · .. mas e mano e super-
~o mol_mo-mortero. Se ut1hzaron, por tanto, manos verano para la población que vivía en la cueva de Shanidar o en otras altitudts
descub1c;~o• P./º no aparec7n ~10neros claramente definidos. Tambiéu se ha. inferiores durante los rigurosos meses invernales.
!adores de úii:c~ª~/l~u:~:atta tanaladas_ con función de .. ::scdorcs o de ali~ En la región de los Zagros exi:'>lcíl otros yacimientos exci,vados del noveno y
fra!.!mentados o .,,,..,teros e'.·¡ n dS ..._.,cmc.H.. JOnes se encontraron más d'.:' 65 cei,s octavo milenios. '::-es de ellos. Karim Shahir, Tell M1efa,.,t y Tepe Asiab, fueron
do; y tallado;_ L; ..ir.~lustr~ud~ ~~n íorma de,_lrnch:1? azuela). parcialmente puli- descubiertos y estudiados por Braidwood y Howe (\'éase la fig. 3.6;. Karim
nas retocadas con un e i si e, se ro~pv,Je bas1camente de hojas V de lámi- 5h_ahir se sitúa en la cima de una colina, sobre una terraza de mi pequefio río. a
de la:;-..inillas ~on dorso~ r.~ ~'.:~ ~.orc¡:ntfJ~d~e microhtos Y un tipo car;clerístico unos 800 metros de altitud, en el norte de i1aq f,Braidwood y Howe, 1960). Pre-
lió una pieza Son muv r;ras Í::i 11 J~,. " n is1 l urna e~ escasa, ya que ~an sólo se ha- senta un único nivel de ocupa1..;.Sn, de escaso espesor. en el que se ha registradn la
!ex. Ai igual. que en los 'de. _.;~ p~ mas :n os dientes de hoz y en las hojas de sí~ !"r.:.sencia de piezas de caliza fragmentadas del tamaño de un puño. que fueron
que se n3n recuperado más!"; ,1 Joüsünatuf1enses, abunda el ínstrumental óseo, del llevc:1dm, allí pü:.·J reali~ar un tr,sco empedrado (fi;;. 3.19), Este pavimentn carece
• · UL: puntas V anzuelos as·1 e • de estructuras arquitectónicas visible.;, pero se :1alla co 1•1.ado por numerosos ho-
e1e piezas planas. algunas de ellas con n-; . , . .º?1º un gran numero
usarse como ci!"'.ccleS u para curtir ei p~, .or;c1on~~ o mc1s10nes, que pudieron yos. Se han recuperado alrededor de 30.000 <-11 Lefactos de piedra tallaua. la nrny~-
asta lle 27 centír.~etros de lonoitud cuero. amb1e? se encontró un objeto de ría de los cuales son láminas de sílex retocadas y con pátina. Abundan los moli-
dina! en la que probablen1ene,t ~on forma de creciente y una incisión longitu- nos y las hachas pulimentadas, pero, por lo general. en Karim Sh;-.1.hir. a dikre:n-
" e se rnsertaron dientes de íl . s cia de Zawi Chemi. son más frecuentes los útiles líticos tai;ados que los
trata d e un mango de hoz para rºeoi 'ct
t.: arccreaes
1 ::i ex. e supon.' e que se
e i:: p11limentaúos (fig. 3.20). Se han hallado objetos ornamentales, cuentas. pendien-
L os datos sobre la cconomh , s 1 .,. 1 f · tes, colgantes, anillos y brazaletes Uc piedra. y dm piezas znomorfas nwdcladas
Zawi Chemi aunque no son d r·· ~1· o in.:. a~ armas de vida de la población de
· ' e 1m 1vos su 0 1eren un avanc · eri arcilla que constituyen los primeros objetos conocidos di! este tipo de repre-
cia 1a producción de alimentos La . _ ' .: e muy importante ha-
da para el procesado de vcget-;le; p~s:nc1,.,_~~e muchos artefactos d_c piedra puli- sentaciones en el Próximo Oriente. Como también sucede en Zawi Chemi. no se
de la recolección de plantas < _ r~l~:b;~d t¡ue n f.ílªYºr parte de la dteta dej:~ndía han recuper:ldO restos vegetaics carbonizados y, por tanto, tampoco es posible ín-
chas; no obstante no se l1an e' p d mente tngo, legumb. res, bellotas \' pista- ferir la dieta vegetal di:: sus habitantes. Entre los animales hallados en el depósito
. · ncontra o -- ·tos veo t ¡ b · · de Karim Shahir, la frecuencia más elevada corr"spondc a los ovidpridos. bóvi-
t:::i sólo µademas hacer conjctur·1s '-Ob 'e'-•j . r ºe a es e~. omzados. Por tanto,
mieron y si se trat b· d . - . . ' . - r os a imentos vegetale" que se consu- dos, onagros y lobos. En ningún caso se ha confirmado la posibilidad de que algu-
sos. tanto en los ~e;ósft~:p~~1~as,~t~~res ~n algún~ caso. La abundan_cia de hue- no de estos animales fuera doméstico.
cueva de Shanidar, nos permite conoc 1cm1 co~n~o- ~n los contemporaneos de la El yacimiento de Tell rv11efaat es casi tan antiguo como Karim Shahir. pero se
ticos explotados que ·nclur'a c· cr c?n precision la gama .de recursos faunís- halla ubicado a una altitud menor, a unos 300 metros sobre el 1w,'el del mar. El
' 1 1ervos m·- ·,1s v cabr ¡ · T • rasgo Uistintivo de este yacimiento es la presencia de casas circulare.s scmisub1c-
mían . .:.,1 proporción menor cerdos ~al ,-J_' . • • . as ,;;a vaJes. amb1én se consu-
m,ís pequeños. A todo ello ;e añad _· ~aJcs, bov1dos_, ;;:;mas, lobos y mamíferos rráneas con pisos acondicionados. Estas estructuras varían de tamaño, con un
les detcctadnc: en todos los depósi~o:.n las concentnw10nes de conchas de carneo- diámetro medie. inferior a lm. 4 metros y est.1n excav~das a una profundidad de
un metro como máximo por debajo de la superficie que las rodea. La industria de
En los estratos superiores r t r•
terpretado como la primera do~~ ~ne~ ;t1c~s hay evidencias de lo que se ha in- piedra tallada es similar a la de Karim Shahir. aunque se registra una mayor pre-
rro. A partir de un estudio est·1d~ ;.cacion e una especie animal diferente al pe- sencia de morteros \' de manos rle mortero, y abundan las hachas pulimentadas.
i;
Chemi eran sacrificadas Dext;r ic~- de las _edades en que las ovejas de Zawi Se han recuperado álgunas barras y bolas de arcilla, a:t como una figmita esque-
huesos de animales jó~,e;1cs signifi er ·m: ,sug1e~e que la elevad~ p:-:porción de mática de ese mismo material.
ica que os ammalcs estaban siendo agrupados
EL !'/\SOR:-\lvíA CULTURAL
115
ll4 LOS 0RiGENES DE LA CIVJLIZACIÓ'.'-l"

P1!:'dra tallada

f\\.
ll
FIGURA 3.19. Dispersión de piedras en el yacimiento arqueológico de Karim Shahir, Iraq (foto-
grafía del Prchistoric Project del Oriental Institute de la Universidad de Chicago).
B

Concha - ~
Situado a una altitud de unos 1.400 metros en el valle de kc1mansheh, en
los Z:1:;ros iraníes, se encuentra el yacimiento de Tepe Asiab (Braidwood, Howe
y P.eed, 1961). Los depósitos de este yacimie;:~o proporcionaron abundantes
1cstos faunístico;, y artefactos de sílex. Estudio::. recientes su~ieren que los habi- Hueso
I
/~,
tantes de Asiab criaban cabras domésticas además de cazar y recolectar (Bükün- I
\ \
1 1 \ \
yí. 1969). La industria de piedra tallada es en general similar a ia de Karim 1 r 1 !
Shahir. Además, se han hallado unos cuantm objetos de arcilia ügeraraente cc.:i- 1\ \\ /
1 1
/ Piedra pulida
da. Los únicos restos arquitectónicos registradcs consisten en una estructura se- Arcilla cruda \ ,......_ _____ ,,. I
misubterránea de 1n metros de diámetro, aunque no se ha detenninado si estaba
cubierta o se hallaba al aire libre. La impr~jón general que ofrece el yacimiento
es de qui.! no albergaba a una comunidad nennanente, sino que rne ocupado tan
'-......_
----- ,,,,..,,.

sólo durante ciertas . -laciones del año. La altura de su ubicación puede relacio- F!GL'RA 3.20.
Instrumentos y otro, obj<.:1os procedentes del yacimiento de Karirn Shahir.
narse con la existencia de buenos pastos estiv;1les que favorecie~en la caza,
mientras que sus habitantes pudieron haber permanecido, durante los meses
más fríos, en lugares situados a altitudes inferior~s como Karim Shahir o Tell EL 1"' ()"'l \1 -:,,qq A. r
Mlefaat. EL DESARROLLO GJ~NERAL E:--: EL PRÓXIlv10 ORIENTE DESDE . ·-· d, ., ~ ,._ ___ .. --·
Otro yacimiento cuyos niYeles inferiores se fechan prn0ablemente en este
, d d· , ll, ·ones relativamente r:ipilius
período ._:e recolección intensiva y de agricultura incipiente es Ganj Dareh El final del pleistoceno fue un peno o e ~1 .crac~ . , t Aunque existe un;1
(Smith, 1968). T:i.mbién Ganj Dareh se encuentra cerca de Kermanshah, en Irán, en los modos de vida de las pobléiciones del ~rox1mo n:~ e,- ~ J;il~olíti~o
a una altitud de unos 1.350 metros. Su emplazamiento se sitúa en un pequeño
montículo cónico de unos 60 metros de diámetro y 8 metros de altura. La ocu-
continuidad clara .con las ec~~n~~iía~ Y ~~~t~fc~s f~s
~::~~j~~~~:~ºs~~~kiaron du-
superior se produJeron cam 10 :i un ª ' · "" •- d ¡ L ant" e ~ en la
pación más rmtigua presenta hoyos poco profundos y cavidades de planta circu- rante la~ fases fü1t1lcs del pakolítico, tant~ e.n la r~r~;r 1is pr~~cip~le:~~~plaza-
lar '~]lle contienen cenizas y piedras quemadas. Uno de los sectores ir.t-:::riores de los Z.agros. Desde entonces. las cuevas e.1.aro7 8000 a C la forma normal de
qued¡,_ delimitado en parte por una estruclnra de lajas de piedra verticales '/ pue-
de haber sido utilizado como hogar o fuente de calor. No hay evidencias que in-
mientas Para
las ocu~aci~n~!> :1u~iam1~.a~ªi~~ cp• ob!aciÓ~ si~nificativamentc más
asent<1micnto era al aire hbr,.;;, s~ cons 1 ., proce.:ado Lle plantas se in-
, or-·1 antenor La r•~co ccc10n , -
diquen una arquitectura sólida en este nivel por lo que, probabiemente, se trata- ,1umcrosa que en ¡a cp ~•' · ~ · ·"' '·f!.etales Aunque
ba de un asentarnici1to estacional como otros similares hallados en esta región. tensificó y, probablemente, Y? 5~ co~trolab~rn~!~~~ª~ae~~~rc~~:e.~~~rnás ¡;portante
La edad de estos yacimientos, obtenida mediante dataciones de carbono 14, co- carecemos de pruebas :spec1fic.1s pa_rn col n . d ia caza de Cierto'· unoulados y
rresponde a mediados del noveno milenio. Los niveles superiores de Ganj Da- a l:i obtención de ahrnentos contrnua ia sien o " ,t:¡ .3 -

reh parecen de fir.::.'.es del octavo milenio v son similares a los descritos en el ca- ;:rcs¡ablcció una fuerte relación de dependencia entre los cazadores) as i.::spe
pítulo 5. ·
EL PAJ\ORATv!A Ct:U'l.iR..\L li7
116 LOS ORÍGE'.\'FS DE LA CIVILIZACIÓN

c:iesr cazadas. Esta afirmación se deriva del hecho de que !ante, los habitanles de La Yaricdad de instrumentc1s compuestos se arn 1,líó con el enmangue de hojas
lo_s Zagros coI?o. los del Levan~e obtenbn los alimentos cárnlcos a partir de un rJe sílex i..:n so;mrtcs de hueso y asta. Objete::; l<.1;..:s rnmo anzuelos Y plomos d~' re-
numero muy limitado de especies -dos o tres como máximo-. Por esta razón des de pe.sea atestiguan un consuí'::J creciente de pr>c:cadc. Y de otr~s rccur~~s
en el Li::.vant~ se hicier?,ª posibles estancias relativamente estables en un campa~ acuüticc:·. La fabricación de instrumentos compuestos supuso una mnovac1on
mento duran.e la estac1on de caza, porque las manadas de ciertas especies, como tecnolóf!.ica con consecuencias de gran alcance, del mismo mudo que los primeros
cabras o gacelas, eran ini..apaces de desplazarse a grandes distancias. En los Za- experin~cntos con arcilla cocida, demostrados por la rresencia de pcque~as ?gu-
gr?s, donde las diferencias de altitud son muy grandes y i~s ,·::i.riaciones clim,ític;ts ríllas v de otros objetos hallados en algunos asentamientos de los Zagn~::.. L1 fa-
mas acusadas, los animales pcv:iían desplazarse a grandes distancias en el curso de brica¿ión de objetos moch..lar:ios a partir de materiales plásticos, postenormente
u_n mismo año, f!ºr lo que los cazadores se verían obligados a estabkcerse estn- ';ecados o cocidos, constituyó una innovación básica cr _la 1:cnologí~ n~anui... ctu-
c10n~l11,1ente a diferentes altitudes p:->ra perseguir a los rebaños o a restringir el rera. En cierto modo, la cerámica. el mortero_: la met?mrgia y el. v1dno pucderi
mov1m1ento de l~s mrmadas. Probablemente, utilizaron ambas vías. consid1!rnrse descendientes de este descubrimiento inicial. Estas pr_1n:1~ras mnova-
!-,-a importancia creciente de los útiles de piedra pulimentada y del instrumen- c;c::cs se materializaron ele forma probablemente accidental y no aeiJ1ero~ _de pa-
tal □_seo e~ estas poblüciones manifiesta unu serie de cambios en sus estrategias recer importantes. pero tuvieron gr~ndes consecuencias.sob~e la_conc~~c10J: q~e
s~b~1st~~ctales Y. u_n?, e<;tabilidad_ cada vez mayor de los asentamientos. La espe- 1enían b·- poblaciones sobre et medio y sobre las matenas nc1turc~les _d1spombh"'.s.
c_i~llzac1un Y la d1vlSlon del trabaJo seg11ramente aumentaron durante el 1:pipalcu- E 1 modelado de arcilla ejemplifica el control humano de la p~oprn tierra. Desde
httco. Esyrobable que los grupos 11u:11anos iniciasen una serie de actividades con nuestra perspectiva, varios milenios desl?u~:.. se_trata de un sim_bnlo de ~ue_stn~s
nuevos tipos de artefactos que contnbuyeron a una mejor ::japtación a los nue- propios esfuerzos para controlar el me~:ho y ~OTJª'. nuestro de:tt~o. No 1;:s .:ª_suc1I
vos mo_dos de vida. El desarrollo d.., una arquitectura permanente po~,;bilitó !a que Jos píirneros experimentos_con arc1!la cornc1d1ese" cronolog1camente º"· los
ocupación de establecimientos al aire libre, incluso durante el invierno. así como intentos incipientes de producción de alimentos. _. .
los desplazamientos a algunas ár ... as del valle superior del r:"J Jordán es~asamente Olros camb'.'ls conreptualcs inlerido~ de los estratos arqueolog1cos se ref!e-
:·.::~ ::::::-: 2.:'..':".,..:/'", ,. •. ,~,..;,,nte c1 la disposición de los muertos y a las representac!o-
oc~1pa~as previamente, pero de gran riqueza ecológica. El empleo ele técnica~
m<1s ~f1caces para la recolección\" el proce~ado di:- alimentos permitió que lasco- nes artísticas. Los natufienses y sus contemporánt>ns de los Zagros :,iterraron Jll-
mumdades se est~blecieran en áreas marginales que con anterioridad no podían tcncionadamente a muchos de sus muertos. tanto adultos co1:10 mñm.. Aunque
soportar asentamientos grandes o permanente: Una dP estas áreas es !? re•-ión no existió un ritual uniforme de enterramientn, la mayor atcnc1ó!1 se co!1central?a
sen~iá~ida úd des_ierto sirio, en Jordania y Siria, donde se ubica, por ejempl~. el con frecuencia en la posición del cuerpo y en los objetos depositados JLmto _ª el.
yacumento de Be1dha, que se describe en el capítulo S. Conceptos como e1 Más AH;í.. el control de la muerte y el cultc :i los ancestros pu-
P~"~de Il?encionarsc tamhi::n otro cambio tecr,.:>lógico fundamenta!. documen- dieron estar implicados en estos patrone<:. Además. Jas scpullü,as se ~d?rn<m con
tado P?r_pnmera vez en el paleolít::o superiur y que :.:!esPmpcñó un papel cada joyas ,. otros ornamentos. que también se han hallado en otros d~porno~ ;le los
vez mas importante en el proceso de emergencia de la civilización. Se trata del asCntÚmientos. El arte fi::urativo sobre diferentes soportes aparcc1n tambien por
empleo de dos tipm. básicos de artefactos humanos: herramientas o instrumento'.:> primera vez en el Próxinio Oriente a finale:: del pleistoceno. En c~increro. ~os na-
y contened'Jre!- (\Vagner, 1960). Los primeros son los artefactos humanos que tuiicnscs recurrían al grabado y a la escultura para repr~sentar amma!c ~- Y _1~1rmas
1
tram;miten o implican el movi;niento de energía cinética, como las hachas de g_cométricas sobre hueso. Por otra -pa:te. las piezas de piedra grabada~- i>_Iallaha
n~ano ? lo~ cuchillos. Los con_tenedores, por su parte, almacenan energía poten- Puc,L~¡·, ser las primeras represent.11::iones de ~abezas hurnan~s. Las f1gunl!as d~
i..:1al o _impiden su transferencia co1J10, por ejemplri, los silm de almacenamiento. arcilla de \os asentamientos de los Zagros que representan anmrn\es Y ekmentos
la_ cer_am1ca y Io_s hornos (Flannery, 1972b, p. 26). Una tendencia tecnológica, de indic;:in que las comunidades prehistóricas emplev.,on símbolos para rccr~ar ~l
~1a11 1mportanc1a a largo plazo, es la dependencia crccil:'nte ele la~ hcrn1mient.is mundo natural. La inter;-iretación de estas representacionesyue~~ to~a_r nas.,d1-
respecto a los contenedores. ~os grupos humanos prehistóricos trabajaban en !as fercntes. Algunos invc:,tigadores sugieren que las formas s1mbohcas !ucron ~le-
mentos de l(na religión primii.~va basada en cultos animales_ y de fen~hdad. mien-
é~oca~ de inactividad para disponer de contenedores, de cara a incfementar su
capac1.~ad de aprovisionamiento durante las ép0,...as de actividad. Dacio que la fa- tras que otros ias consideran juguetes infautile:: '.). rr~acmnc_:; accidenta
adultos. 1~:ualquiera qu1;.: fuera su significado, esto:, objetos atest_1guan lílt·e-ntos por
le: Je
bnc~c,on de contenedores resulta más eficaz si es consecuencia de un trabajo
contmuado, la dependencia en rehdón a nuevos tipos de contenedores. como los comprender, categorizar. control?r y repr_o?uL1r la natura~cza c!fcund~mc:,-;n de:
sil<_Js de almacenamiento, y a artefactos pesados, como los molinos, puede haber finiti\"3. durante el pki..,;vccno (mal e m1c1os del postple1st_oceno, los gru¡_os hli
am~:ido a los _usuarios a pe~manecer en un mismo lugar. Si el asentamiento se manos aumentaron su capaLidad para comprender y manipular su entorno con
hacrn -"~dentano, era progresivamente más ventajoso para sus habitantes invertir mavor eficacia que en épocas anteriores. _,.
u_na cantidad mayor de trabajo en la manufactura de contenedores. Las implica- -Hacia el S000 a.e, va existían diferencias importuntes entre Iris culturas :.:1) 1-
c10nes de este riroceso a larga plazo son enormes, pu::-s los contenedores consti- pr:: ..:o líticas del ~evantc' y. de los Zagros. En este sentid_□, r~con.le~~s c!~c- la,: c~I~
tuían un medio para almacenar trabajo e incrementar así la futura productividad turas precedentes, el zarctense de los Zagros y el kebanensr!_ d~I Le\ c1n1 . . , de_a:-?
del grupo de manera acumulatirn. La inversión realizada en contenedores. en liaron tecnologías y bases subsistenciales ~elativam~nre sm11lares. ~as_ cu_ltt.rct~
0
ci_ert_o. modo b_icnes de capital, fue el único medio por el cual las sociedades Prc- cpipaleolíticas scg111'an teniendo estilos de vida P~-;e~1dos. per~ l~s ase~t•'.~!:nt ~
11
h1stoncas pudieron desarrollar el potencial subsistencia: necesario para mantener permanentes eran más frecuentes en el Levante. Am Mall~hd) los 1acm ~,nto~
a los especialistas a tiempo completo, posteriores de Jcricé. Nahal Oren. y i\:lureybit son claros e1emplos de pob .idos
118
LOS ORÍGE?\'ES DE LA CIVILIZAC!ÓJ\!

bien ?rganiz<1dos .i' arquitectónicam.::,,te . . .


constituye
•~ el mei·or ei·emp1··,..,, de unase1·' so~s-ticados.
.. m1 t l ·En los • Zagros
~ ,, z.,,,,1·
u,
Ci1
- l:íl11
.
pac_mn e_s!acional. La continuidad del n"·· ~!1 o a a!re hbrc. con probable ocu-
la s1tuac1on de los asentamientos \' se d º:/ ismo en los Zagros se relaciona con
queza ecológica V sujeta-; a ma ;O . e . .,~ que se trata de áreas con menor .
Au?que estos faétorcs ~~dioam~i;~s vanacm_nes climáticas que en el Levan1r~-
ple1stoceno el C",tablecimiento de o~t~ pudieran haber retardado a finales d;¡
manente, alentaren, por otro lado p a º;. g~andes .Y con una arquitectura er-
y de productos, que estimularon a· ;~s mo~1~1entos _mterregiona!es de pobh1tén
mesopotámica. · · vez, a orrn:\ción de la primera civilizacÍón

4, LOS OFÍGENES DE LA
AGRICULTURfa~
Un paso de gigante para la hu1nanidad
Entre los avanus más destc:1dos de la histori,, hwna,w figuran la
introducción de la producción de alime11tos y In vida en aldeas sedentari<.<.;..'.:::. han
formulado varias hipótesis ['!lra expfi,·rir cOmo se desarrollaron estos procesos en
el Pió.timo Oriellte. La~· camn1· principales se l1an atrih11ido, por lo general, a
cambios climáricos, hábitats 11amralts ¡;:·Dpicios, c;,-cci111ic::.ia de lo .nol1lnción y
deseq11ilibrios <lzmográficos. En c,i,_, capíwlo se intentará ofrcc·r ww siwesis de
las im·estigaciones sobre el origen dula a,e-riculll11u, de manera que puedan
enjuiciarse con conocimiento di: caw;n los trabajos actuales y fuwros. La
arqueología ha integrado las cic11cl{1s 11u'1tralcs en la inl'estigación de rncstio11es
relacionadas con las primeras dotncs11caciones de plantas y animales. Por lo tanto,
es necesario conocer sus •nétodos y resultados n _fin ac poder evaluar las
limitaciones de la recogido'.! de daros y la fh;!Ji/it.,'ad de las hipótesis. La
reconsrrucción del paleoambieme requiere la participación de geólogos,
nalinólogos, botánicos y zvólogos. La co11tribució11 de la pa/eoetnouotánica en fo
recuperación e idemificación dt: resiOs de antiguas plantas ha int,.'Jducido ww
nue1•a dimensión a la i11formació11 arqueológica. 1[~1w/me::!e, los .r,ooarq11eólogos
suministran información detallada sobre los ripos de animales co11s11111idos por los
primeros agrirnltoreJ~ así como sobre s11s características.
121
LOS OJÜGENES DE LA AGRICULTURA

120 LOS ORÍGENES DE LA CJVJLIZACIÓN


• - ·cos con lvs que con\rastar sus ideas, nos sorprende lo cerca•
montos arquc~log1 lusiones de l~s obi.Cnidas actualmente con m~yorcs ca-
En el extenso devenir de la historia hum,•irn. ,1ingún acontecimiento ha te- nas que se lrn,\an sus conc 1 f de trigo se cultivaron por nr1mera vez
nido mayores cons.;!cuencias :¡ue el de l:i introducción ~de la agricultura. Con ella • • Mantuvo que a ounas onm1s I
d
nocmuen 105 • _ e _. ,, lle del Eufrates; m:entras que la ornes-
se crearon las bases económicas y las situaciones sociales propicias pnrn el sur- en Mcsopotamrn, c.oncretamc~te en i.-:1 \a lizó en Serbia. Grecia y Anatolia, y la
i:ümiento de las sociedades estatales. Durante el 99 por 100 de rn existencia hu-
;nana. la caza y la recolección han constituido los principales tipos de subsisten-
ticación de la espnlla, en parllfular,
de la cebada en las zonas temp a as
J~¡
r~~cidente asiátic·o que limitan con el mar
. d el de tantos otros estudio-
cia. Los seres huma;;_os se desenvolvían con aslucia y éxito en su ecosistema na- C . el Cáucaso Su enuncia o, como
Rojo, e! mar ,aspm Y, . . ·t uno de los primeros centros de domesti-
tural. La capacidad de prochJcir alimentos les permitió aumentar su i::ontrol sos, identificaba el "?rox1mo 0 nen e con ..
sobre la naturaleza y multiplicarse rápidamente. Además de incrementar la po- cJción del mundo. d . , de los teóricos que intentan explicar la introduc-
blación y las provisiones de alimento. los inicios de la agricultura acelerc1ron las Aunquc los temas e mtercs . .· . ,, al unas cuestiones básicas que
innovaciones tecnológicas y se vieron acompañados de rápidos cambios en h ción de la agricultura son i_nuy :~:d::dc~:~s;;iev!"i dalos de primer ordeP ,..,;1.,_
org,1 11ización social. El periüdo correspondiente a esta fase inicial se ha denomi- preocupan a todos. 1:"- medida qf p edificando las tres ideas generales que
nado (<revolución neolítica)) {Childe, 1936). En este caso, la aplicación del térmi- C·1onados con la agncultura, se ueron m , .
~ · · ueo!oo1cas
no revolución es correcta, tanto ¡:.,ur la rnpidez con la que ocurrió la transición, dominaban las primeras inv~st1gac1?n¡es ar~ ltur;'J · Íuc inventada más de una
::n sólo unos pocos milenios, como por sus consecuencias decisivas para la vida l.. ¿Cuándo y Jóndc se mvento a agncu ' ·' i
humana.
vez;.3 ; Fue ¡,Dónde se ~om es~icarodn lcatsop~~n~=~iv~;cfc~~~~~~,;~!~:~~~~:~?contra-
la auncu 1tm d pro U , ,
•d ble pen,..., o 7
0
• .._,
HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN. HACIA UN CONCEPTO DE AGRICLLT1JRA r,.J, evolucionó a lo largo de un c~ns1 era uest1·on;; ~ontinúan siendo tema de
T us re:.pucs- '," a las dos, pnmeras
. ec arece roba ble que la agncu , 1tura fu e-
La importancia del origen de la agricultura ha llevado a varias generaciones discusión entre los arqueologos. rumq~ p d·re~ntes las pruebas más ant!;·•as
f:l mventada más de una vc Y en re~m~;sd ~ las pl~ntas sobrP los animales. o
7
de investigadores a hipotetizar sobre sus cuusas. Este interés ha sido cu¡i1nartidn
por cst udiosos de una formación diversa dentro de una amplia gama de pers- proceden del P:-:.. . . imn ()riente. Lnª· pnon ~ ebargo la n,·•v□r-parte de los da-
. • · do t "'ma con 1ct1vo: sm em , - - .
pectivas que incluye historiadores, antropólogos, geógrafos, bot;'inicos y zoólo- v1ccvcrs.i. sigue .sien i.: • l s fueron domesticado~ en pnmcr lugar. ª~~-
go::-. i\,1uchas bi;-,0tesis particulares se rcL11. fonan con otras de carácter más gene- tos actuales sugiere que los amma e". t d las regíones La tercera cuesuon
., ¡, omunidades m en o as · •
ral sobre el 9esarrollo .cultural. dentro del cual la agricultura sólc ..!S un compo- que no en touas as c .d . umulad·ts docmr. •ntan que la mtro-
nente más. Unicamcnte a ¡Jartir dt 1950, el origen de la agricultll!J se convirtió es m a,·s fácil de resolver. Las ev1 encrns ac ' < ·- - i e
o que taidó hules oe m11JS en ,:-g.rars
en un campo de investigación en sí mismo. Las hipótesis formuladas con ante- ducción de la agricu!tura fue un proces
rioridad a J 950 dependian de inferencias ohtcnidas a partir de evidencias secun- por completo. , último término se plantean el desa-
darias . ya que por aquel entonces no existían irwestigaciones arqueológicas rea- Dcbido a que mucl~os ~:q·Jeo 1ogos, en ers ectiva .:!cológ.ica, se ha reformula-
lizadas directamente sobre las primerJs comunidades agrícolas. Los historiado- rrollo cultural y su exphcac1~n ~esdc una p . ~ or cmé <.e introdujo ia a12.~:.:ultu-
res afirmaban que los primeros pueblos agrícolas debieron de haber habitad,) en do la ;_ercera c'..lestión ~e ¡~ s1gu1~,nt~ :nª~~;~.? :as recie~tcs e::-,tudios etnÜ~ráficos
!a misma zona ocupada posteriormente ¡Jor las pri:::eras civilizaciones que cono• raen un momeulo dett,;rmmadc. ) n I t an la c:iestión de si la agncultura
cieron la csrritura. Los geógrafos y botánicos consideraban que la ubicación ac- sc~1re pueblo~ cazador~s. y reco\ecto::~1; ;~n~emplado la existencia de los caza~
tual de los ancestros silvestres de las plantas doméstic~s y los centros de má- fue bien acogida. Trad1c10nalm~nle sd· incesante de alimenio V con escaso tiem-
xima diversidad parn el desarrollo de determinadas especies de plantas corres- dcres-recolectores .como una busqi°e~· ~ Esta dura caracterizáción de la vida de
pondfan a las zonas dondr se realizaron los más antiguos experimentos de po libre para el ocio o la contemp a1..10n. t do con la premisa de q1-•e los cam-.
domesticación. .
chrlrns comum"d•a des a menudo se had contras . d a ¡·memos y de un 11empo . 11.b re paru"
Alphonse de Candolle fue uno de los primeros ~n ir1.''~ntr1r comp,rnder cómo . a· , de una gran abun ancia, ae las
pcsmos 1spom~n
al D b.d ,
actividades artesanas. e 1 o a
1
dedicarlo al ocio, al desa1 rollo de arte.~ d prehistóricas habrían considerado
se inició el cultivo de las pla~tas (De Cancbllc, 1884; Wright, 1971). Utilizó infor-
mación procedente de diversos campos ci-.:ntíficos 1,ara determinar qué condicio- esta creencia, se pensaba que las comu~I ~. esdoptado r~pidamente. El corolario
. ¡ un gran Jooro que ::.end a ª . b ,
nes eran necesarias y qué ti;1<1 de datos necesitaría para contrastar sus hipótesis. la agncu tura.~om 0 , e .d , º •'cola (debido a que proporciona a mas
De Candolle propuso cinco condio:-iones para identificar una zona como el empla- rlc esta asunc1 □ n. su¡::~ma que la vi a ªe:11 vaciones culturales.
,:..,micnto del primer intento de domesticación de una especie det•~rminada. Son tiempo libre) gmaba el desarrollo _d.c !ns mno o1:: c·1T1dores-rer.::o~ectores . y espe-
las siguientes: 1) que dicha especie haya crecido allí en estado silvestre; 2) que el Ciertas obsi.:rvaciones etnograftcas de grup - · '• !kung de Sudáfrica.
. d R. hard Lee sobre los bosquimanos. .
clima sea templado; 1) que durante alguna parte del año se produzca sequía cialmente los tra b aJOS . e ic . rt Jfli os de cazadores-reccl.::tores,
acompaflada de temperaturas elevadas; 4) que el hombre se haya establecido allí; han mos::-ado que la vida, de al menos c1~ os ~ (PLec 1968) Los 11,,"llm!. habitan
la supervivencia , · · -
y 5) que la caza, la pesca o la recolección de plantas sil\'estres sea insuficiente no era una .lucl;::i. constante por • desolado sin embargo, son capaces de reca-
para alimentar una comunidad humana (De Candollc. 1884, p. 2). Mediante la en un espacio seco,_ aparente.mente bt ·ar muchas horas, ni de forma re-
combinación de las evidencias botánicas, arqueológicas, históricas y filológicas, \cctar suficientes ahmP.ntos sm tcne~ q~e ra tJ•de alimentos vegetales recogidos
De Candolle pudo indicar c11ák.s fueron las zonas donde se practicó por primera oular. La di,:ti-i. se compone mayontanamen e
e
vc7 ,-,¡ cultivo de ciertas plantas. Considerando que dicho autor carecía de ti:ri¡_
122
LOS ORiGEXES DE LA CIVILIZACIÓN

por las mujeres de! grupo. Con m,- :0 rn d d" . _ . LOS ORÍGESES DE LA AGR!CUL'11JRA 123
una mujer puede recolectar lo n --:- , a a c .trabajo de s0l0 seis horns al día
días. L.1s hombres no salen ecestdrd10 para alimentar a su lamilia durante tre; sufrido una evolución desde posturas que &ólo pretendían averiguar cuálc::: fue-
· a cazar o os los días Adema' 1 ron las primeras es¡.,~cies vegetales y animales dcme::.ticadas, hasta transformarse
d el desf'n y la habilidad del d · s, a caza e1epende má<:
hom bre como · < caza or que de la necesidad de r "T"' ~
en un anáiisis del pnrqué los primeros experimentos agrícolas fueron adoptados a
la mujer !kung ct· d . . · a 1mento. 1anto e!
una escala tal, que en poco tiempo las actividades agropecuaria'i se convirtieron
primeros agricultores era muci.:1 más ~~}~e-~
riaba se!!ún !a cuantí" de las 11'".

nurias alimentarias. Par el cont;~~~n:n. e ti~npo hbre Y rar~mente padecen pe-

,..i I IICI .d
5
padra s~g_enr que la vida de los
a pro uctiv1dad de la cosecha va-
en las principales formas de subsistencia en todo el mundo.
El origen de la agricultura se ha convertido en un reto de interés primordial
~ º , U\'ias v •ic "S ••ño d
sectas, 21 grano almacenado , : . " ,_. s causa os por 1as plagas de in- para muchos arqueólogos. Casi torlas las pruebas que nos ayudarfan :1 diluci-
.,go, el agua, los insecto:; y los r~:~~~:t~~n~~ado gor lo~ efectos dañmos del fue- dar el dilema de por qué fue introducida la agricultura permanecen bajo tierra.
sidad de las aldeas estimuI..,- . . .~' a se entana y el aumento de la den- Los arqueólogos están bien preparados para realizar una investigación adecuada
blementc, los agricultop•s stin _la ap::1c1on de enfermr-dades humanas. Froba- sobre P.I tema, pero necesitan la experiencia de dpecialistas en ciencias naturales
si fracasab-- sus e
ai,
h- errnn o hgados a recurrir a la caza Y la recolecc·1o'n
osee as aunque ¡ , d - afines. Además, los arqu ... :-:..,6 ..,., ,;v :;e dedican únicamente a la compilación de
duce la agricultura en una' re . . se _rn e lene~ en cuenta que una vez se intro- datos que puedan ofrecen testimonios sobre antiguas transformaciones, sino que
vajes disminuye y por lo tan~IDn/?rhcular, el ntirnero de plantas y animales sal- también deben elaborar síntesi:; con las aportaciones de botánicos, zoólogos, ge-
básica de aliment~dón. o, CJan de ser recursos alternativos a la estrategia netistas, geógrafoE, geólogos, palinólogos y de sus propios colegas arqueólogos.
ivlás o menos ni mismo tiem . Par:i formular y ~ontrastar hipótesis sobre la fr;~roducción de la agricultura, es
tudio q_~e comparaba la roducii~-que 1?s tral1aJ~s de Lee, se emprendió otro es- necesario generar un concepto operativo de agricultura. E~ fundamental recono-
silvestre y la agricaltura. )ad: Harll~~a) la e~cacm entre la ~ecolección de granci cer que la agricultura no es ni una invenci.Jn tecnológica concreta ni u:::1 entidad
vecto arqueológico d 1 ' un ag~onumo que tomaba partt" "'f' 'Jn pro- oe valor único; más bien se trata de toda una serie de relaciones nuevas entre el
- e centro-sur de Anatal,~ qu~j - 1· - d
dad con la que crecía la ~"" rill ... . ·--.-· ,.__ .º mpresto1¡., o por la densi- hombre, la tierra, la vegetación y los animales. Inplica la transición a un ecosiste-
(J--hrian 1967) Dem t , p ct~' t:: •• .1 vanedad de tngo silvestre, en ciertas zonas ma totalmente diferente a los existentes hasta ese momento y compc.-:a un nuevo
·- ' · ."') ro rn"' wnte u - ·11 O •
nos primero y una h~z de fact . n Sc:u...:J expe::mento, utilizando las ma-- ::::r0~n de rc!::J.ciones estructurales entre los participantes. La agnculturn adoptó
cercal que p'cr1 1-a llegar ' ura sunple después, la ,<,orpreudente Lantidad de fórmulas diferentes en distintas partes del mundo, e incluso podemos hablar Je
a reco 1""tars"' un d' d , -
prame 1? . e 2..go mas de un k-ilo de
:..i
grano comestible por hora e - , e, una cieri.1 diversidad dentro de los límites del antiguo Próximo Oriente. A lo lar-
imís utilizando una hoz ri~it~pl~~do_ las manos umcamcnte, y un 20 por 100 go de esta obra, los 1Prminos agriculmra, domesticación) producrión de afimen--
vo de la csprilla es muv fuperiova. Id 1:1as, se ha comprobado que e! valor nutriti- tos hacen referencia a la dependencia de plantas o animales domésticos. o ambos
dos actualmente En Úemp r ª . í: ,'~ mayor parle de los tipos de trigo cultiva~ a la vez. En una comunidad agrícola completamente desarrolhda existen cuatro
1 grupos básicos de actividades que corr.;,onen necesari.ame1Jle un sistema de sub-
las laderas de las· montrii.as ~so~~=n11sto~1cos, los C:,,,r_eales :ilvcstres que poblaban
que crecían en terrenos ::iás altos e~~ u~~r e,1d~1stlntas cpoc~s del año; aquellos sistencia basado en la producción de alimentos: 1) la reprod1.1ci:.:.ó11 n siembra y
nes menores. Por lo tanto una familia ;rns tar 10.s_ que los ubicados en clevacio- crianza selectivas de semillas y animales: 2) la manipulación o el cuidado de plan-
haber recogido cereal en ~na de d u~ pcqueno_ grupo de reCJlectores pudo tas o animales mientra:: están en la fase de crecimiento; 3) la obtención o recogida
1 .--1- , , , , productos alimentarios generados por los primeros conjuntos de activida-
;an estimó que una familia ue ces;s ensas zonas_ ~urante ~arias semaI:ius. H: _;.
propias manos pudo haber ¿o h ~!case I:oces ht1cas. o simplemente con sus des: y 4) el almace11amiento del grano o el mantenimiento de determinados ani-
hubie::.e sido ca,paz de consumi/:~ t~d~ en s~lo tics semanas más grano del que males para asegurar una aCecuada fuente reproductiva durante el año subsi-
directo a densas aglomeracione d ~
ces ida d.
°
~ni ª 0 · ~an las c~munidades con acceso
s t: cerea s1 1vest, e, la agncultura no era una ne--
guiente. Así pues, los términos agricultura, domesticació:'. y produción de ali-
rr::entos ic:r!'.can estos cuatro grupos <le actividades.
No obstante, todns estas observ _ Hans Helbaek distingue entre cultivo y domesticación. El cult;·.10 comprende
otra . . ue••:ón ·p , d , ac1on~s no::. c::mducen al p!P."!eamiento dt: una serie de activid<1des que modífican el entorno ffsico natural fomentando el
..... , L or que se esarro!lo la aoncultu 'l S. b , .
cientes mediante la caza\' la rec 1 . , 0 . ra. 1 se O teman alimentos sufi-- crecimiento y desarrollo de una o más especies de plantas (Helbaek, 1970. p.194).
. -
ventaJas aparentes . cuál seri'a el o ecc,on
. ' Y s1 . la agricultura i · · ,
nc1p1ente carccm de Para cultivar, la vegetación natural se remueve o se supri.·.-.e con el empico de aza-
, t, molivo que impulsó a aigu· d · das y arados, lo que modiúca la composición biológica de la capa superficial del
tante paso en la historia de la h .d d? M · 1.en a ar este 1mpor-
a esta cuestión mostraban una umam a . : uchas de las pnmeras explicaciones suelo, y después se esparcen las semillas escogidas por una superficie y en una fre-•
• ' concepcmn vit"'ista como - l cuenda fijada. o se plantan en hileras. En algunos casos, se obtiene agua oara el
sugiere que la tigricultura fue el lóoico ~esult d ...d , , por CJemp o, 1a que
que las ventajas de la agricultur· e ba .º e un proce~n ~volut1vo, o la de riego drenando el subsuelo o se l.:: suministra artificialmente. Se extraen las malas
po lo suficientemenlP fneeniosi eran tan o vias, qu~ cualauier individuo o gru- h~-rbas y se ahuyenta a los anímaJ-:s salvajes. Todo campesino espera que la cose-
adoptar la nueva estratc-ia s· como para ct7scubnrlas no habría tardado en cha sea abundante. A pesar de que cualquier planta puede cultivarse. sólo unas
proposiciones como esta ~lti.m m em~argo, n~c1enlf::'.i imestigaciones hacen gue pocas y en determinadas zonas ecológicas, compensan el trabwjo invertido. Si no
no fueron tan evidentes en un a r:~~f ~nsosten!bles. I;as ventajas t.ie la agricultura se realiza un cultivo permanente. la mayoría de las especies vegetales vuelve a re-
s?, miles de años, tras su introd~cci6%10~ts mas, hu.b,~ron de pasar cientos, inclu-- cuperar su staws original en el complejo ecológico del cual fueron extraídas.
tion de ~<¿por qué la aoricult ? P a que pudieran verse. Por tamo, la rites- Al principio, las primeras comunidüjes cultivaron plantas que poseían un
º llld. », que tanto ha enfrentado a :os arqueólogos, ha alto valor alimentario, y al concentrarse exc!usivarnente en cici ,as herbáceas sil-
vestres o leguminosas de semilla grande. pudieron habt::r observado algunas plan--
125
LOS ORÍGE'.\ES DE LA AGRlCUI.TURA
124 LOS OIÜGENES DE LA CIVILIZACIÓN
· . · 1" aori~uJ1ura se introdujo con rapidez. hemos dt; pensar
tas anómala~ ~n sus campos. Eslas especies habrían sufrido una mutación genéti- Cuando d cc1mos que '" :;., 1.. • • , ¡ -, di on en
. " - -= t.k.dicm.\o·~ a la cna V la rt:colecc10n que a prcce .er
ca, proceso que se da a menudo en la naturaleza pero a un ritmo u1uy lento, en en \os m1l~~ni.:s de 3110:: . . ·c\uso mile·s de años que transcurrieron entre los
una proporción de uno a más de t.::1 millón (Helbaek, 1970, p. 194). En estado na- ~o.n~paracmn con~?~ c1e.n_to~~·~fam;s ;,. animales V la total asuncié;i de la agricu~-
tural, las mutaciones suelen ser suprimidas por el resto de las plantas de su espe- 1mc10s de la don1es~1cabc_1~n, "l mantenimicnio de una determinada comum-
cie original. Sin embargo, una mulaciún que aparece en un campo cultivado pue- tura como estrategia as1ca para e
de tener un gran valor económico, por lo que se la debe tratar de la manera que dad en una zona concreta. l· nricultura se introdujo
mejor garantice su supervivencia. Con ello se suprimen las principales presio- Según los datos actuales. hemos de su~on:~ r¡ude a ne -o· un papel de se-
~ E inci io la domest1cac1nn esempcn
nes de competición y selección, tanto naturales como artificiales, que prevalecen grr.dualmeme • ~ 11 un pr I P '- · . l ,n,uni'dades su 1 ignificadn fue cabran-
. s·ir de que en c1er as Cl • • · ~
en cualquier comunidad vegetal. Su supervivencia, en caso de que no se inte- gundo ard en, ,l P~- < • • L ma ,ar p·irle de las teorías rechazan 1a
rrumpa la manipulación, permanecerá lig.:;,Ja a la de los seres humanos, con lo do una importanc1~1 cada ·;cz n:a~o:·~ t:da ;or u~ individuo dotado de una ge-
idea de que la. agncultura 1
que los :,roductos de mutaciones se transforman de esta manera en espe1.;1~:i au- . dfuera ·md en eJ· e.mplm etnogra'f 1cu:::.• de caz·1dore.s • -v re-
mésticas. nialidad especial. Existen ~m~:: l~s flora ' h;
fauna que aprovechan. Por c~lo
La principal característica CYolutiva de una planta domesticada es la pérdiüa colecto~e~ 9ue conocen lllll) b~7• dores \' r~co!':ctures prehistóric:Js desconoc1:-
d,, su capacidad de diuersificarse, de la que depende su reproduc~ión continua. resulta 1log1co pe°:sar que l~s Cc. .. aes de - ue hJieran rccc:1ocer la imp~rtanc1.a
Sin embargo, esta pérdida conlleva una ventaja capital para las per~nnas, ya que ran su entorno. Sm embareº· ant : ~ l Ir,, de ·1provechar una especie am-
. d t · ada e~pecie vege a ' .
el control de la diversificación de una planta presupone que las generaciones si- de cultivfü u11u c. ermm, • - i" . , - , ¡ aza de :;us ancestros sn\vaJes du-
mal. debieron ded1car!:il.! a h.1 reco cccJOn y a e
guientes puedan ser explotadas en beneficio de los seres humanos.
Por lo tanto, puede decirse y ue cultivar una ¡Jan ta no es domesticarla, pero rante un largo tiempo. , b n conoc·inliento de la ccolo2.ín, la
¡ ¡ ,ctor"'- poseian un uc ~ .
y:ue una planta domé:;:;.: .... sólo existe mediante el cultivo. El cultivo se relaciona . Dado. 9ue. º~,.,rec1~ .e !tu~~ debe haber estado relacionada con la~ \·~-~.~~J_?~
coi, el control de la ecología, mi~::.tras 4 t1c la domesticación depende de una limi- rntroducc10n de , . aencu ·
. , .,. L _ , .. '. .. , , .... .- ,.,. --··--'-..:: _: ____ .
b 1 adopc1ull ui:: 111. <1"1, ......... ~.. « .,.._ 1~•'-''-' J
tación fisiológica presente en la propia planta, y nue puede S(:r aprovechada por adrrr·ativas que p_rop~rc1ona ª: -ª.' s económicos eque cualquier otro medio de
ésta probó ser mas eficaz. en 1em11110 ,
el agr::ullor (Helbaek, 1970, p. 195).
A diferencia de los agricullores, los recolectores no pr,:;.nueven intencionada- sub~i".tencia.
mente la r;:producción o e! crecimiento de los organismos que consumi:11, aunque
los cazadores y recolectores imcnsivos, gracias a un profundo conocimiento de HIPÓTESIS DE LOS CAl\li::.10S :-!ED!OAl\lB!Ei.;TALES PARA LA JNTRODUCCIÓN
los recursos potenciales de la zona donde habitan, explotc.!1 una gran variedad de
DE LA NIRICULTURA
fuentes alimentarias. En el Próximo Oriente se han lrnuado pruebas de que este
Üf'" de economía de subsistencia estaba ampliamente difundido a finales del . . . . 1 · l se aiude frecuentemente a causas de
pleistoceno. En las exphcac1ones del c,'.m~~o cu. tu:a : El determinismo preside tod2.~ es-
Cuando las comunidades, además de dedicarse a id recolección, se oci.lpan del tipo medioam~iental y ~e var:~c10~ chm~tic:\n cambio de clima radical provoca
cuidndo de las phu1tas o animales que recolednn. nns hallamos ante un tipo de tas interpretac10nes. As1, e,... Ctt::rtOS e~tornos, Hura! Un ejemplo de este discurso
cstralcgia subsistencia! denom ada manipulación sin domesticación. Es proba- un cambio drástico en el comptrta~:1e~:~ .c~ 'lnal~s de la úh'.·1¡" glaciación csti-
ble que los natuficnses y los habitantes de Zawi Chc.:,ni Sk.nidar utilizasen es~a sería la creencia de qu_e el cam.110 e nnc1~~u t ·1 ce rioco tiempo Ía opinión más
e::;trategia económica. En ciertos aspectos, el concepto de manipulación es para- muló la introducción de l.a agncultura. ~;s a 11a. : .1.,d ,, tcmp~ratura europeos
, ¡ enímcncs ue p U\'IOSluu .
lelo J la idea de experimentación integrada en la agriculturr. in-:ipiente de Braid- ia
generalizada ?~fen d qu_e. _?s r ~~frío de-la !!laciación \Vü-rm se desplazara~ hacrn
wuod. durante la max1ma auJmetJuJ, ·
d1: .
Qnente ,, en~ e1 no Ii e d e A. ¡·r·ica un clima mas tem-
.
Flannery ha sugerido que la clave de la transición de la recolección de ali- el sur. creando en e1 Prox~mo e,d·d· ue la capa de hielo se retiró hacia
'" -

m;:::itos a la agric:..:!:ura no está en la siembra y el pastoreo, sino en la altera- piado que el a~tual.. Po~te~r_1orm\;~t\ª~ ~;s ~\a~;ron en la misma dirección, p~ovo-
ción de las relaciones ec0lógicas producto de la transferencia de plantas y ani- el norte, los chm~~ zon<1lcs ~a.i:nb11;~ ~~ t -1 Esta oran modificaciór. en el regm1en
males, por parte de seres humanos, a zonas donde los primeros no estaban cando la desecac1on del Proximo nen e. . '=? 1 uc estimuló el paso de h:1
adaptados (1965, p. 1.251). Su traslado extirpó ciertos aspectos de la seleccíón climático fue interpretada e.amo el fact?r P.r~nc~~ªun; respuesta adaptati\'a a uu
caza v la recolección a la :::.¿,ncu\turn, en tunc10n e
naturnl que hicieron posible la supervivencia de un mayor número de especíme-
r:.:-s aberrantes y el eventual desarrollo de características que, bajo la presión de gr.in deterioro del medio •
la selección nat:'~ai, serían negativas. Estos factores c:"n importantes para enten-
der el desarrollo y la difusión de las c'Jmunidades agrícolas, pero aún está por
demostrar si tuvieron un papel decisivo en los inicios de la experimentación La hipór"sis del uasis
agrícola. }~ara aceptar cualqu;~ra de las dos hipótesis sobre los orígenes de la . , e utilizaron esta perspectiva medio-
agricullura -la de la zona nuclear o la de la zona marginal-, es imprescindible Si bien fueron muchos los estudrn_so_fqu las· elaboradas por el genio :· la
• ¡ ¡ ¡ · ·t · más ,uoerentes ueron r • -¡
saber cuál fue el período durante el cual se produjeron las adaptaciones a los ambienta, as 11po ~ 51 5 ' . - "' d CI 'Id Fueron sus estud10s en 11 o 1o-
·ct
capac1 a d d . l .
e sm esi s de V Gor on
· l1 e.
, : d' 1 , arc¡ucología para dctermmar , '
.
nuevos cambios medioambic:-.:ales. así como las transformaciones ecológicas su- L•

cesivas. oía comparada los que le llennon ti m ,:¡gar e 11 ~


o
LOS O!ÜGE>ES DEL\ AGl{JCULTURA
127
126 LOS ORiGENES DE LA CIVILIZACIÓN
-.-~
L;, !ffH!.il[IUll Lo< ~eres
lugar de 0rigen de los pueblos indoeuropeos y su c:ultura (\Vright. ] 971), Al exa- 11a1urnl pro· humano, e,-
<lucida por tableciernn
minar los materiales arqueológkos, comprendió que era totalmente inadecua- \os ríos con• relaciones
do el empleo del sistema de ;as tres edades (piedra, bronce y hierro) desde una tribuyo al - símbiótim
perspectiva evolucionista. La utilización durante la antigüedad de estos materia- cr~cimlcntn median1e In
Las planlilS natural de sicmhrn ~ la
les se relacionaba con una progresiva sofisticación tecnológica, pero no se cu- sólosohrevi- dtn~;;s 1.0• cos~c!1a de
rrcspondía con lo que Childe interpretó como los principales cambios en los ·::::ro1i ;;errn
Desecación I ➔ tk rios y oasis -
11 nas de i.:rn·
míneas~
gramm.:a:;
modos de vida de la humanidad. Como alternativa, organizó la información so-
bre las culturas prehistóricas y la historia humana en general dentro de un sis-
Je! Próximo
Orienle,a
i. 0 ~ ,~rr, hu-
ílJJ.ílOS !Jffi· 1 ~~~~~t~~ oh· 1
1

bién ~t ríe• servaron aten-


tema orientado por la economía. De ahí que calificase los mayores avances evo- finaks de la ron fo:z:idos 1 ··men1e el

lutivos de la historia como revo!ucion~s económicas, acuñando los términos de Ultima claci::.- - romporta-
a pmn~nc-
ci6n (tr"imsici0n cercdi'.:i. de miento de Lm ~eres
,(re~olución neolítica>, y «revolución urbana)) en paralelismo a la revü1uc1ón in- Je un climJ. plantas y humanes es-
Los animales lfü :unricntt.'S 1Lo, rastro•
dustrial moderna. Childe redefinió el concepto de neolítico, para añadir n la húmedo y frfo animales tah!ccit~on
-,,. permancciero -► ;¡rn~Úi'.L"
aparición de la cerámica y de los instrumentos de :1iedra pulida, la existenci,1 de
comunidadrs productoras de alimentos. Childe consideraba que el cullivo inten-
¡¡ otro seco v
.:aluroso) · cerca de los
L----~
l ios,brinés
d~ la ,;i~ga
atraían a los
rdaCÍúI:éS
simhióticii~
con aku~Js
cionado de plantas y la domrsticación de animales ronstituyerc:i. la mayor revo- ticos animale) (es-
Fcialmcnte - cspedesdr
lución económica posterior al control del fuego: «Reveló un abastecimiento de durante la animak, pro-
alimentos más rico y seguro, fruto únicamente del esfuerzo humano» {Childc, ~;t3tión seca) teeiéndob.s
d1tlm ,kpr~•
1952, p. 23). dadore, \" ali•
Childe ofreciU 011a explicación lógica y convincente sobre la invención de la ¡ m~nLiii,folas
..1·
agricultura utilizando antiguus teorú1s (véase, por ejemplo, Pumpelly.1908) y los
cionei ~~C:i.\
conocimientos que se tenían por aquel enton~~" ,;;obre pa!eoclima (Brooks,1926).
[ii~qfortun:,damente, Childe no disponía de datos arqueológicos referentes a la
localizarión y características de las primeras aldeas agilcolas con los que contras- . . ,.. ·, 't,,::n de la agriculturn. L:1 agricultura se cstah!eci?
FlGUR:\ .u. Hipótesis del {'.as1 5 r,'" 1 r:i en."" .. ,,·ies ,- ., d.-¡1end•·nóa de ms p!anlas y \G!i ,m1-
tar su~ .ideas. Por ellu, v como consecuencia de los nuevos desci..:~;imientos pro- . · b"' l • s \l ,,,·,~on a ~,:r Ut: . 1 1, ~
cuando las relac10nes s1m !O ic,i. t:,,.,.. ·
1 ~ .
, . b·: _.. p·irn ¡., suncrvívencw rcsrecu>·a l.se-
· ·
movidos por las ciencia"s naturales y la arqueología, su hipótesis ,,propiciatoria», malcs. po; _n lado, y !"5 seres l111m;mo~. ror otrn. era dS!C,1 ' ' ,• . •
o del <ioasisr•, ha sido ampliamente contestada durar,~e l;:is cfos últimas décadas. gún ClHlde. 1952).
No obstante, la influencia childeana ha tenido un enorme peso en el pensamiento
y la praxis arqueológicos. . - -T adían crecer densamente en las proximi-
La hipótesis del oasi:: sobre el origen de la agricultura se centra en la creen- hídricos permanentes. Las ptrnta:,,.·:'.l~ u p con plantas V animales hizo posible que
cia de que una crisis climática afectó 'negativamente a todos aq1Jr-\lus ?aíses que dades de fuentes de a2:ll<l. La con\ nencia . •, t V·los ciclos anuales de aque-
experimentaniln una agricultura incipif,.,.,t.-. rr,,., ,i 1). Chi!de creía que la mayor los hombres pudieran obsc:var el comp?rta,Jmo1ne,''.sºt.,c- ad;s íl1ilde afim1ó que los
parte del Próximo Oricntl. .iabía sido una región fértil y bien drenada con ante- - . stcnormente senan t:. -· •
llos organismos que_ po., . . . ·:-1 ~n en el valle del Nilo·; que las pnmeras es-
rioridad a la retirada de los hielos, a mediados dd 10.GQO a.C., momento en que procc:::Js de don:.:.st1cacton se \m~1,.r T <: ricos limos dcpos(tados por las inunda-
comenzó a wfrir los efectos de la desertización. Muchos ríos se secaron, y los de- pecies afectadas fueron las pl,. nt as. -:- 0 ·· . º 1 semilhs sin avuda de la interven-
:;icrtos de dunas comenzaron a reemplazar a bosques y p:-:1deras. Los cazadores-
recolectores que habitaban esí.as zonas de una manera dispersa, se vieron ob!iga-
c~~nes anuak.'.'.... C')~tril?11ían adl~l
cmn humana. En las nbcras
~~;!1;1~:t~~1!~
. _
~e hallal1~1; .prisentes i?s ancPc;trm
U °' ci río (,gracrns a su per-
dos a refugiarse en las pocas áreas bien regadas que aún quedaban, como lo~ va- 1 1
i:;
silvestres del t_ri~o Y_l~ ccbada .. ~s_t-~s: :ue ~ .~~:ri ~~u~ri!.!O v ~ebada de los egip-
lles del Nilo, e.i Tigris y el Éufrates, o cerca de los oasis que no se habían secado.
En palabras de Childc, la desecación aportó
fectu ciclo de lfngac1on se :on~ !1 :1~ .
~ ~n _t:_1 e~c Childc ¡¿s Primeros campe::inos
ciosn._ EY_;ntualmente, scg~m ¡,:. ~x¡~ i~-~~1~~dacíoncs p~ra irrigar áreas ~xt~nsa.s_)
canahzanan el ~~~a proce.,, enk,,. e . a _ ., . cremcntar la densidad y d1stnb 11 ,...mn
... un estímulo para la adopción de la economía productora de alimentos. La sembrarían art1ü~ialmentc co~-~\~;1, d(~~dc deió abierta la posibilidad de que
conccntrncifin deliberada en las orilla:: :!e los ríos ven los manantiales pudo alen- del grano potenc1~\menle cOSt:1.. :-~. c. " ,·eminÜmadas. va que podían marchar-
tot:J\h\
ª

t¡¡r :.:na búsqueda más intensiva de medios de nutriCión. Hombres y animales tuvie- estos primeros agncultores lu~st::~.., un afio pan ¿asechar el cereal. El re-
ron~-..:.: convivir en oasis cada vez más distant"·· debido al avance del desierto. La se después de la siembra y vo ver a ca io .e. ct· ect·1•c~1re aoricultu:'.l V Yida se-
inrvltabi!idad de esta situación pudo fomentar el lipa de simbiosis entre el hombre . · d ¡, · ncia d·· una re];1c10n 11" < e - .
conocim1c.ito e a ause ' t: . '. ' eoJóoicos en el Próximo Onente Y
y d ganado que el término ,1domesticación ►) implica (1952, p. 25). dentaria impulsó nuevos dcscubrnmentos arqu e .

en otras partes del mundo. . t', _ culli·,·idor d"' cereales, le fue mucho
Childe apuntó los factores que causaron el desarrollo de esta simbiosis, cono- Una \'eZ que .el cazador se ~om:JT l~ln~;les u'; había,..estado cazando, ya que
cida como agricultura (véase la fig. 4.1). Debido a.la inversión de un dima frío y más fácil _Uumesucar aldgu~ods,,?e ~n:, i~n;a sieuaqpodf.ln utilizarse para ei íorraj...:o
húmedo en otro cálido y .,ceo que se produjo en todo el Próximo Oriente, persa- ios rastroJOS abandona o::. ~,,pu1::s et:: · 0
mis y animales se vieron obligados a deambular en torno a lugares con recursos
128 LOS ORÍGENES DC LA CTVJL!ZAC!ÓN 129
LOS ORÍGENES DE LA AGRICULTURA

L'e aninrnles, esp~cialmcnte durante la estación seca. Se apresaha u mataba ;_¡ los nri!!cr, \" la intrmluccilln de la a2ric:1ltura; es decir, h:al;:e Y Fleure 1·irs1ts Chil-
grandes prcrf::'t?ores que acechaban los oa~is para proteger a los ungulados de sus de.--Se dedicó a buscar asemam1entos que se ajusiasen al ínierin cronológico y
at:iques. Ocasmnalmente, los cazadores pudieron haber adoptado .i!nunas crías evolutini entre las fases representada::, por los cazadoí::::;-recolectores morado-
como animales de compañía, alimentándolos con sus rcseryas de cere~I. De esta res de cue\'aS y la de los agricultores de vida sedentari:'l (Braidwood, 1969).
man_era, se procedía al .adiestramiento de ciertos animales que posteriormente Braidwood decidió investigar las colinas bajas de los Zagros, en el norte de
pod1~~ atraer a otros rmembr?s de la manada hacia el asentamiento. Semejante Iraq. En los flancos de estas laderas se hallaron en estado ~atura! los anrestros
re!acmn_ entre ~l cazad?r-cultivador y los rebaños de anima!.::s :,emisalvajcs de- silvestres de las plantas y animales potencialncnte domesticables, a .la vez q~e
semboco ~n la mca~ac1dad de estos últimos parú sobrevivir por sí mismos. En aquellas condiciones que habrían ~avorecido los _inicios _de 12.. expenm~~tac10~
c~n~rapart1da, los ammalcs abonaban los campos sembrados con su estiércol. su-
m~~1straban productos secundarios coma :a leche o la lana y si, ade'Tiás, era~ sa-
h:Li1ológ.ica :-.grícola. En 1948, Bra1dwood exca~o duraihe un cor~o pe n~do :J
montículo prehistórico de Qalat Jarmo y, posteri.r,rmcnte, entre 19.:,0 Y 1•9.:,_1. d1-
..:nf1cados .selectivnrn,:,.-.in ;inrlían constituir una fuente de alimento sin que mer- "n: ~: .. me) ,~,
rl·o1•,:
_u,au1111;,,11 .... ,,.. cavaciones , de mavor • envergadura. Durante ., la campana .,
r\e
mase el tamaño del rebafio. Tener ganado podía proporcionar seguridad en años 1954-i )55, además de los arqueólogos dedic:::.dos a la excavacmn Y. prosr~cc1on
d_~ mal_a cosecha, ya que representa una fuer~:e de alimento lista para ser consu- del vacimiento. se contrató a un botánico y a un zoólogo par.:. que 1dent1f1casen
r... da siempre que sea necesario.
los ;ecurso::, alimentarios consumidos por los habitantes de Jarmo Y la ga~ia de
. Alguno~ 1.nvestigadores aceptaron de b:.:~n grado cierlos aspectos de la h1pó- espi.:L.ies salvajes a su alcance, as~ ~orno a .un_ ~eólogo encar~~do d~, es~udrnr los
t~_,15 de Chtloe, y los incorporaron a sus propias in!erp:~taciones sobre la histo- datos que testimor.iasen las cond1c1ones chmat1cas de la reg1on_ ~n ei p~sado., ~a
ria del mundo. Entre ellos, Amole Toynbcc utilizó la hipótc:,j.,, del oasis para ..:opiosa y significativa información extr~ída de aquella ~xcavac1on llevo ': B_ra~d~
formular la suya del «estímulo y respucstai, como explicación de la evo!Li.:ión \Vood a formular sus ideas sobre los ongenes de la agnL.Jllura en una l11pote_1s
cultural (Toy~_bee, 1934). Para nuestro leP1a, el estímulo propuesto por Toynbce que ha pasado a conocerse con el nombre de «zona de hábitat natarah, o <(zo~1
e~ la deseca~1on que tuvo l_ugar durante el pleistoceno final y ias respuestas po- nuclear,,.
d1_a~ haber sido tres:_ 1 : extmción, el pastoreo nómada, o la adopción del !!~o de -- · e11Luu ...... ..,, .L.>,.....
ue:'.,ue -, ·J,1•00'..., !·a
, modificado sus ideas a la luz de nuevn-;
, • da-
hab1tat Y modo de vida que constituycí el (<acto dimíüJico y creador de las civili- tos. La premisa básica de su hip~te.sis con:iste en q:.:;; a fin~l~s de la n,t1ma r;a-
zaciones ~gipcia y. sume:ia a partir de las menguantes pi-aderas afroasiáticasn, ciación existió una zona en el Prox1mo Oncnte donde coex1st1eron una gran.\ a-
Er ~amb10, otros mvcst1ga_dores que no aceptara¡¡ la hipó~~sis del oasis en su riedad de ancestros silvestres de plantas y aniir.ales potencial:'lente don:icst1ca-
l?talidad, estaban convencidos ú.:: que el sambio climático. no obstante, había bles. Basándose en su propio trabajo y en el de sus colaboradores, ~ra1d_wo_o?
sido ¡~l factor más importante, si no el único, que estir:~uló la i:'vención de la sugirió que en los últiinos 12.000 nños no se había producido un i.:amb10 chmat1-
~1ncutJr,-.,
co~si()nificativo en el Próximo Oriente, y :¡uc debía buscarse la zona _?on~e se
. S~ produjer?n asimismo reacciones contrarias a In hipÓl~s:~ :::hildean<l del oa- pro·d~jo la invención Ce Ja ~grirultur~ en .aquellos Iugar~s donde .t?dav1~ ~x1s!:~
sis e mterpretac10nes alternativas que intentaban explicar los orfoenes de la a!lri- dichas especies en estado suvestrc. Smteuzando toda la mformac10n. arq 1-_0 1°~1
c.ultura e1.1 base al ca~?io climático. Sin embargo, es posible cont';-astar la hipóte- ca v ecoló()ica a la qu~ tuvo acceso, Braidwoud postuló que l~s regtone:':' t.londe
sis de Ch,1lde. ¿Ocu;,-:;w re~lmente ese drástico cambio clim,ítico ran ec:Pncial para se Conjugal1an dichas características ~_orrespc?dían a las de p1edem?nt7 Y a lo_s
1
:'.,U po~ uiado? ¿Se produjeron las grandes innovaciones culturales simultdnca-
valles de los montes Zagros y del Taun..1s (veas_e ~g. 2.4). Est?s ~erntonu:" se. s1_-
mcnte al cambio climático? ¿Los primeros ejemplos de comunidades aorícolas se túan e¡·,.re las calurosas llanuras aluviales, con md1ces de pluv1os1d~d mu) bajos,
documenta~ en las áreas sugeridas por Childe? La re;¡:iuesta ló1s;ca y científíca a ,. Jas cimas de las montañas, frías y húmedas, entre unos _300 y. 1;.:,00 metros de
estas cuestiones debe consistir en reunir información fidedigna susceptible de ~iltura. Las precipitaciones anuales oscilan ~ntre 25ü y .:,□O rn1hmetr~s r~? q~e
aceptar o rehusar, en su caso, la hipótesis que Childe propuso. hace que esta región sea ;JrSnea para practicar u~a agr:~ultura de re~~-.10 n,1-
tural Los territorios con índices superiores a los JÜÜ nuhmetros no fac1htan el
desa¡rollo de los cultivos. ya que estimulan la formación ~e den~~s bosqu~s que
La hipótesis de la zona nuclear
han de talarse constantemente. i_a ~(zona óptiman, seg-..:;i Bra1uw?od, :orr~s-
ponde a la~ laderas montañosas del Creciente Fért~I. objeto de su: mvcst1gac 1~-
Robert Braidwood fue un pionero en recoger datos relevanres a la cuestión nes. centradas durante los últimos 30 años en la busqued~ de an~1guas c~mum:
?e la introducción de la agricultura. En el pensamiento de csle v otros autores dades agrícolas. Los línrnc:s exactos de la zona nuclear s1g~e~ s.1endo t~ma de
míluyó er.~rmemente la obrn de Harold Peake y Hcrbert Fleurc: Ambos inten- debate \; de redefinición contmua. No obstante, suelen comc_1dll' aproxm!ada-
tara~ locah=;ar el área ~onde se originó la producción de alimentos, a partir de mente éon los de la zona medioambiental 5, ilustrada en la f;gura 2.4 (vcanse
u~ cierto numero de hipótesis de trabajo relacionadas con el clima, el asenla-
m.1ento y las plant:.:::: disponibles. Llegaron a la ·conclusió11 de que el cultivo del
tn~o Y la cebada se inició en algún lugar próximo a las tierras altas de Anatolia
pp. 44-45). . . · ·. d•l , t •
La hipótesis de Braidwood depende no solo d~ las carac~ensttcn~- c::. en
no físico, sino también de la presencia de mecams~os de mnovac1on cultur.il
º:
~nental, int~r~sándos7 especialmente por las regiones montañosas adyacentes a! relacionados con la introducción de la agricultura (ftg. 4.2). A finales del pnlco-
arca del Prox1mo Onente que Jame<: H. Breasted denominó Creciente Fértil lítico superior, las co;,-.unidades del Próxi~o Orie~te comenzaron a ~cs~rroll~~
(~eake Y Fleure, 1927). Braidwood organ.izó una expedicióu arqueológica con el
fm ::le recoger información para contrastar las Uos hipótesis opucst;s sohrc el
una tecnología más eficaz pnra la recolccc1ón de _ahmentos. que cu~l~me~. ~~ !~s
conocidas hasta entonC1,;;:,. Con los molinos de piedra pudieron utilizar .... 1 a_1 t,.i-

--- IS!"ll.\1,\S
130 LOS ORÍGE:\'ES DE LA CIVJLIZACIÓN LOS OR!GE:-.:Es DE LA AGmCULTURA 131

la ;1ipótesis de la zona nuckar. La falta de pruebas que testimonien un cam-


Los ancrslro, 1
Desarrollo bio climátko significativri en tii::mp~., reciente:-; desmoronó la hipótesis del oasis.
sa!l'ilies de !as de una tec- Periodo dt
ascn!amicmn Dbanoilo Período de :,in eri1bargo, la hipótesis de Childe no .rncumbió fücilmente. Los niveles mds
espcCics do- nología ade- de un rfornlo exp~rimcn- Aparición
mesticadas cuada para en bs regio- de las prim~- antiguos excavados en Jericó. en el valle del Jordán, ofrecen pruebas favora-
nes: comun¡. imcnso entre rndtin con
hJbit;1ba11 - utilizardc -? los seres hu- los rcrnrsm ras comuni- bles a ella y muestran una gran comunidao probablemente fortificada (veánse
en :ireas res- dadcs pnma- 4
modo eficaz
nen!cs Y ea- manos v !as alimcn!ario, - dadescnm- las pp. 107-U0). Estos depósitos se fechan por radiocarbono en el 6700 a.C., e
!rin!!idas lo.1 animales c,peci::S po· potenciales: pcsinas con
(corÍ una dis- cazados y las pccialiiación •-~ncialmcnte agricuhura incluso pueden ser anteriores. Las primeras series de dataciones radiocarbónicas
u·i\,ucíón ai- dd lrah:ijo r a!!ricu!tura e;lnbkc:~,1
plantas r'ecn- 1 domc;iíühks iílcipiemc de Jarmo, obtenidas r:ior Braidwood. indicaron su posteriorid::d con respecto a
mibr ¡¡ In ac- !ectadns de! utillaje ·
tual, yn que el Jericó (4750 a.C.), pero anúlisis posteriores remontaron la cronc!ogía de los ni-
1
dima apenas veles interiores de Jarrno hasrn .:i 6750 a.C. Desde ese momento se inició un po-
ha v,1rindu} lémico debate sobre la pririridad de un yacimiento respecto al otro. Braidwood
afirmó que la cronología atribuida a Jericó era poco 11ablc y relativizó su anti-
F1.GURA _4.2. Hipótesis rk la zona nuclear (h.lhitat natural) para el oric.cn de la n!!riculiurn {se-
güedad (1957). Kathleen Kenyon replicó que la fecha del 6700 a.C. concorda-
gun Brau.lwood, 1967). - ~ ba con la información estratigráfica, y que Jarmo, por su parte, tuvo que ha-
ber estado sumido en una especie Li.: <(retraso culturab) (1959 !:::). La iinporlancia
de este debate r~::licaba en qu-: tanto Jericó como Jarmo eran las únicas comu-
dante cereal ~iivestre que tenían a su disposiciü,1. A pesar de que el número de nidades conocidas que podían utilizarse p:=!!"J contrastar las teorías sobre el ori-
grandes mam1fe:os era mw.:iio menor, las mejoras en las armas y la oro-anización gen d·: la agricultura, y pu1 dcsgr::::ia suministraban informaciones contradic-
d~ la caza contr:~uycron a una captura más eficaz. Las normas· cultur~les se re- torias.
la_¡aron, Y :-,ern11t1cron la utilización de recursos alimentarios desctproveL.hados Exca\'aciones posteriores realizadas en Jarmo atribuyeron a este yacimiento
hasta,entonces_, com~ pec¡:ieños mamííeros, c;u¡.11..:u;c::, y e::,¡.iet.:ic::. ,n... u,;t 11..'-'" divei- una contemporaneidad aproxim,irla a Jericó y se descubrieron más yacimient.::.s
sas. i:;1 perfecc10n_._:i_rr11ento tecnológico y la ampliación de la gama de productos dP las primeras a]ú..;as agrícolas en las colinas de los Zagros y en los cerros del
co~11est1ble~ contnbuyeron a la reduccié-, de la movilidad de los grupos cazado- Levante. Estas áreas se adecuaban J. la zona de hát;;tat nn 1.~:ral defendida por
rcs-rccolecLurc.s y a un mayur grado de sedcntarización. Este proceso permitió Braidwood. !)Cro. por el contrario. no ::.e halló ninguna otr<~ aldea en los valles de
que las cnmurndadcs humanas tuviesen mayores posibilidades de observar estre- ríos secos, ni en las inmedi.Kioncs de oasis. e; conjunto de los datos arL1L1eológi-
c!.rnmcri.e la íl~r<~ y la fauna de su entorno. y generó el desarrollo de relaciones cos favorecía :Li hipótesis de Braidwood. La hipótesis de Childe se apoyaba en un
~trcctas Y contmuas. Año tras año se cosechaba regularmente el cereal silvestre. único yacimieuto arqueológico y en 11na combinación de interpretaciones climáti-
Se procuraba '-iue la ca;'.~: Je ungulados no redujese el número de hcrr:~xas ncce- cas contradictorias, con lo que p1.:1<lió la mayoría de sus adeptos y en la actuali-
san~s _Pª~~ la repr~ducción de las manadas. Este tipo de relaciones pudo haoer- dad se halla virtualmente descalificada. E•,istc una interesante apostilla a esta
controversia, relacionada con esta his!:Jri<l; la cronología defendida por I'.:aid-
c1on .º:
s~ _d1vcrs1li~ado al mcluir la siembra y cultivo de cereal, y la captura, estabula-
ammales. ~-·::ddwood ere? el tér~_ino de agriculfllra incipienfe para de-
~om1nar este penodo ~e cxpenmen!~c1on con plantas y animales, que en
wood era incorrecta y la de Kenyon para Jericó se demostró acertada. Sin em-
bargo, la hipótesis de E;aidwood fue confirmada y, a pesar rle que perdió la ,,ba-
d!gunos caso~ desemboco en la formachm de comunidu..!es agrícolas prósperas v talla» sonre el problema de las fechas. resultó claramente v,2ncedor en la ,....;Je-
bien establecidas. - - rra}, de las ideas, y el efeclO de sus postuiudns sob,~ las invesligaciones pos-
La hipótesis de Brnid\vood postula, por lo tanto. l,1 necesidad de un medio teriures ha sido enorme.
f~vorable, un.., faun.:. y flora adecuadas y un nivel de desarrollo culturai s1-1fi-
c1ente. El defecto básico de la hipótesis de la zona nuclear radica en que se basa
en una fa~cultad c~racterística de los hombres. hasta ahora por demostrar, que La hipótesis de un 111/Cl'O cambio clim,:rico
l~s cap~c1ta para mvemar la agricultura. ¿Por qué ocurrió en aquel momento?
St consideramos ~~ que sf sucedió, debemos asumir que, e:11 circunstancias ade- Si bien la hipótesis de !a zona nucki1r de Braidwood cuenta ac~i.Ialmentc
con un gran número de adeptos, no proporciona una explicación completa y ha
c_uada_s\!ª e_voluc1~?.. cultural h_abría progresado hacia la agricullUra y que exis-
11an ras 0 os mhere ... _s a lrt sociedad humana que por aquel entonces cstJmula- sido revisada sustancialmente a raíz de las últimas investie.aciones. Se han iden-
ron !os pro~esos de experimentación, los cua!c-: a su vez. desembocaron en últi- tificado varios yacimientos arqueológicos con evidencias dé agric11 11_ura incipien-
ma. mstancia en la agricultura. A pesar de que todas estas caraclerísticas es- te, o de ant-i.'._;uas actividades agrícobs y ganaderas, en ubicaciones a una altura
demasiado alta o l.mja como 1,Jra ser incluidos en la zona úe hábitat natural de
tu:'1er~_n gcneral:nente presentes y que la tesis de Braidwood sea correcta, Ja cx-
las especies potencialmente domesticables. Los result:.iJos obtenidos por las
~hcac1on no _es completa. T<?davía. deben compilarse u1<.ÍS datos sobre los proce-
propias excav.icioncs de BraiGwood han re¡J;ante.-i<lo l;-:i existencia de un cambio
sos que ocasionaron la coex1stencrn de todas las circunstancias mencionadas así
climático significativo en el ?róximo Oriente a finales de la última glaciación.
como los fa7tores que estimularon el perfeccionamiento tecnológico y los ·pri-
meros expenmentos. I .as primeras pruebas procedieron de los análisis de muestras de polen recogi-
dos por Hcrbert \Vright y Wi!lcm van Ziest en irán occidental (\Vright, 1968;
Braidwoo_d Y otros investigadores hallaron restos de antiguas aldeas at!rír:o~
las en las colmas de lnin. Iraq y el Levante que reforzaban ~onsiderabh:i~~ente van Ziest y Wright. 1963). /.unquc los procedimientos y resultados de b,.1s téc-
132 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORiGENES DE LA /\.GRJCt::.__n;r.A i33

ciernn en zona!- restringidas (probablt:1nente en valles aislados de la misma re-


Lns gramí• -
nea\ cmi- !Aparecieron gión n en zom1::i tan alejadas como Marrue.::os), pero tras la retirada de los hie-

e-<>
graron
hacia la
región d~
loSZ.agros
- 1.:spccics híbri-
das como con-
secuencia de
los cxperimcn-
tos y de la pre-
~ión medioam-
los se extendieron rápidamente. Los hJbitats faunísticos no se vieron afectados
tan drásticamente por la subida de las temperaturas como la distribución de
ciertas plantas. Los ovicápridos depenrlen más de la topografía de una región
que de la temperatura o de las precipitaciones. Por lo tanto, \Vright concluyó
que las especies características de la zona nuclear de Braidwood aparecieron
biental por primera vez eil torno al 9000 a.C. _
1 Las zonas de
La di, .. .-sidad acumulíldón El aumento de la temperatura y las precipitaciones estimuló también otra se-
Los seres
1npogdficn A finales humanos 1 de desechos, rie de cambios. La migración de plantas y la consiguiente presión medioambien-
y de rccur- de! pleistoce- abando- con e! calor tal que se produjo a finales del pleistoceno pudo alent11r la hibridación de espe-
505 de !os ---,.. no ci clima solar, propor- 1.... Esta~ cstrc-
'-➔ naron las chas relario- cies silvestres que, en algunos casos, contribuiría a la introducción de la agnu;,LU-
montes La- era más cá- donaron !as

::::¡: ~
f!rGS íllri!Ílln lido v hú- primeras ,,ce,. nes pennitie- rn. El menor rigor invernal permitió que el hombre abandonara las cuevas y se
a animales v medó ~echas, ron d desa- instalase en espacios al aire libre, más adecuados para l,i recolección de Yeg_eta-
c~zadorcs · a! aire libre rro!io de la
Los asenta- agricultura y les. Los usentamicntos al aire libre disponían de zonas de hojarasca ,.:uy soleadas
mientas al l;; ¿;anadcría e ideales para la germbación de s-:,nillas desechadas. Fl propio esr~1cio de los
1-+
aire libre pcr- asentamientos al aire libre permitía que los cazadores tuviesen animales de com-
[Los anima- mitieron a los pañía; estos corderos y cabritos ,1domésticos•• constituían unos recursos alimen-
razadores
les renna- t<1rios susceptibles de ser consumidos por la (:Omurndad cuando la caza escasease.
ncc1eron en mantener al-
;,1 región del gunos cabritos Tod'.'s estas circ~:--.stancias favorecieron el desarrollo de la agricultura. La dife~
los Z::;-os y corder?s rencia crucial entre esta hipótesis Ue un nuevo cambio climático y la hipótesis de
como umma-
:es domésticos !a zon:-i nuclear se deriva de :a información palir.:i!A1ica cxis:ente, y estriba en
y como reser- que las p1antas ! anir...~Jcs, potencialmente domesticables, no ocuparon la misma
va alimentaria zona gcogn'ilICa hasta que se produjo el caw 11io climático que acompañó el fin de
las glaciuciones.
FIGURA •U. Hipótesis de ur. nuevo cambio climütico para !a introducción de la .. gricullura (se- ~Estn hipótesis postula una causa de orden ecológico para la introducción dt:
gún \\'right.196S; 1976), la agricultura a finales del pleistoceno, pero dude identificur lns motivos cultur'.1-
lcs nue determinarori el proceso de su desarrollo. Existe una gran controYtrs1u
sobrC el carácter de este cambio climático, que compete a su dispersión y al modo
nicas se analizan detallü~amcnte en el apartadu dedicado al paleoclima, resu- en que akctó a la distribución de plantas y animales salvajes. Aún se necesita!'.
miremos aquí las conclusiones a las que han llegado estos y otros investigado- muChísirnos más d1.tos para poder reconstruir detalladamente el palem.. nbiente
res: antes del 9000 a.C., el clima del Próxiino Oriente, o como mínimo el d1,; la de! P1L)ximo C;iente haci:~ el 10 000 a.C.
mayor pa;·::; Je la región, era más frío y seco que el actual. Ciertas áreas de la
·,ona nuclear que en la actualidad contienen bosques abiertos de robles y pista-
chos eran, a finales del pleistoceno, estepas de Artemisia. Este tipo de cambio 1-{¡póT[S1S DEt-.!OGRÁFICAS SOBRE LA INTRODUCCIÓN DE LA AGRICULTURA
es muy diferente al propues~o por Childc y resta veracidad a la hipótesis del
oasis. \Vrighl asegura que la Lransición a un clima m,ís cálido acontecida hacia el La hipóresis de la presión demográjica
9000 a.C. es el cambio más signilicativo de los últimos 100.000 años en el
Próximo Oriente. Las mejoras climri~:cas estimularon ia emi.;ración a )as zonas Últimamente, algunos investigadores han comenzado a considerar la demo-
que en la actu;:.lidad constituyen el hábitat natural de ciertas especies de plan- grafía y el incremento pol1lacional como variables independientes que pueden
tas y ñrbolcs esenciales en los inicios de la agricultura. incidir· sobre factores culturales o ambif!ntales, y que a su vez se ven afectadas
Wright ha formulado una hipótesis relacionada con la de la zona nuclear, por éstos. Mientras que Maltbus argumentaba que los recursos alimentarios son
pero basada en el cambio climático como principal factor de estímulo (fig. 4.3). lirnitados y rigen ti ... recimiento demográfi;:J, Ester Boserup propuso todo lo
Propone que la región de los montes Zagros, debido a su diver.,~dad de hábi- contrario (Boserup, 1965). Esta autora afirma que el crecimiento demogr.ifico
tats, atraía a un cierto tipo de animales salvaje'- y a sus depredadores humanos es una rnriable autónoma o independiente, y que c--.,"stituyó uno de los factores
(1968; 1S76; 1977). Lu abundancia de cuevas y abrigos rocosos calcárr-rJs hizo principales en la adopción de la tecnología y producción agrícolas. Dicho de
posible que los cazadores de la última glaciación se instalasen allí. A finales del otro moclJ. la presión demográfica fue la responsable de ciertas innovaciunc!>
pleistoceno, a medida que aumentaban las temperaturas y crecían las precipita- económicas y soc~ales. Boserup relaciona los cambios en la tecnología agrícola y
ciones, se desarrolló en !:::::,; Zagros una comunidad vegetal diferente, constituida la intensificación del uso del suelo con patrones históricos de crecimiento demo-
por bosques abiertos de robles y pistachos, y donde también crecían los ances- gráfico. Su propuesta :·adica en que la adopción de técnicas de recolecc.ié~n de
tros silvestres del trigo y L cebada. Durante las glaciaciones estas plantas ere- alimentos y C:: sistemas agrarios de explotación individual no fueron decisiones
134 LOS ORÍGENES OE LA CJVILIZAC!ÚN
LOS ORiGE¡\ES DEL_,, AGRICULTURA 135

-Í,,Hkn.:ü1 Un medio miento demográfico. Durante el pleistoceno final se produjo también una pro-
al a:..:.nento ambiente L1 l'''.CCSÍ{faJ
ln1cnoif1ca-
m;is propicio de Jncrcmen- ción de la gresiva tendencia Lucia la sedentarización. Cuani_o menos se desplaza un grupo,
dcmo!!dfico Con1inua- Con!inua-
dur;m!c el inercmen!ó el !ar Jo, sumí- a;z;icultura más fácil es que In<.: mujeres embarazadas, los niños y los ancianos permañezcan
ción del crc- ción del crc- -+ nlcdiante la
pleistoceno - ,ú;cnlnrismo _.,._ cimícn1o dc- -+ ,IÍS!ros ilh- 1--+
cimi:.>ntn dc- en él. De ahí que la población creciese rápidamente con la vida sedentaria. A
fina! {debido que r¡;qucrfa mcnlar!m H::- reducción
mognífico rnogrdfico <le! barbecho resultas de este nuevo crecimiento demogrMico. se volvió a plamear el proble-
al .lll!ll:.'ll(O la intensifi- vó a la repro-
de !t1s re- cach\n de !a ducción artifi- y el pcrfec- ma del aprovisionamiento de alimentos. Una posible solución consistiría en
cur~os ali- producción cial de granm cionílmiento plantar cereales con la intención é':! incrementar artificialmente la distribución
mentarios de alimentos 1crno!ógico
(sobre todo. 1 y densidad de un producto que ya constituía la base dietética de la comuni-
prol"!lGldll
dad. Por lo tanto, los primeros ensayos agrícolas se produjeron en o cerca de las
r:ir !a mejo- recursos ve-
getales)
.¡ áreas donde las plantas crecían espontáneameme. Si el experimento tení2 éxito,
ra dirrnitica)
Continua- las provisiones ahmentar;.," ... 1 ....... "rn iumediatamente y permitían un nuevo incre-
ción del cre- mento demográfico. La presión demográfica estimuló una serie de innovaciones
cimiento de-
mográfico tecnoló!!icas que increrncntaro;-. la productividad de la agricultura. La disminu-
ción del período e!~: barbecho, e! empleo ¿;:: azadas. arados y canales de irriga-
ción son algunos de los avances técnicos agrícola~ que. a su vez. estimularon el
El creciente crecimiento demográfico.
control so- Smith y Young, como tantos otros, hau realizado una interesante ,,portación
bre !a pro-
<lucri.-in rlio a la hipótesis de la presión demográfica argumentando que ésta con1ribuyó a
lu!!ar íl la una rápida adopción y difusión de la agricultlila (Pfeiffer, 1977: Cohen, 1977).
ap"aiición de Sin embargo, puede cuestionarse el hecho de que una comunidar1 caJa vez más
bs civiliza- ~ 1_1rnerosa y carente de rc.:ursos alimentarios decirla guard.:ir, en una situa-
ciones hi-
¿~~ Jlicas ción muy crítica, gran parte de la cosecha para utilizarla como siembra .i! ;1flo si-
guiente.
F1Gun -1.4: .J-lipll'.c;;is de_ !a presión dcmográfic,, r1arn el origen de la agricultura v el surgimien-
to dL' bs pnrncras c1v1!lzac101ws (segtl.n Bmcrn¡:. 1965; Smilh y Young. 1972). ·
La hipótc:;is de la zona marginal (el traslado de la población)

Se ha formulado otra hipótesis que combina lm faclores JGt,Jgráficns y


voluntarias_c~n la ~ntencié:, de producir m.ís ulimento del necesario para el con-
la presencia de las primeras alrleas fuera de los límites de la zona nuclear. Esta hi-
sm_n~ domestico, smo rcsul~ado de lél presión que ejerció el crecímicnto demo- pótesis, sugerida por Lcwis Binford (196S) y matizada por Kcnl Flannc-
grnf1co sobre las provisiones de alimentos.
'" f1Q69), intenta explicar los orígenes de la agricultura en el Próximo ílricn-
Ciertos a:-rcclos de esta propuesla han sido adoptados por Philip E. L.
te como respuesta a una presión demográfica cíclica en la periferia de la zona óp-
Sn.rnh Y T. Cuyl~r Young. J;. (1972) en su form11lación de una hipótesis para el tima para el crecimiento e!: las primitiv,is plantas y animales domésticos
or~g7~ el~ la agr~~-ullura . (f1g. 4.4). Los procesos descritos en la hipótesis de la
(fig. 4.5).
~r~s1on ~.cmograh~a tuvieron lugar e~ la zona ?uclcar de Braidwood, ya que Binfor::! ":! opone a la vieja creencia de que existe una tendencia humana a
est,1 p_od1d p~o_rorc1onar una gran cantidad de ahtTll:nto para el crecimiento de-
buscar métodos para incrementar el aprovisionamiento aliment,u ic. Ejl:11:;1\os
rnografico rn1crnl y para las innovaciones posteriores. Srnith y Youno relacionan
etnográficos reciente.:. muestran que las actividades subsistenciales de muchos
la fr~1%mentaria información arqueológica, en cuan:.:. a cifra.5 estim:!\Yas de co- de los actuales grupos de cazadores-recolectores no son tan agotadoras como se
mumaaucs 1~•chis~óricas y el desarrollo del instrumental agrícola, con los :-iste- solía creer. Por consiguiente, en condiciones normales ias presiones adaptati-
mas de ~ubs1st_cncrn. Su premisa básica consiste en que toda una serie de facto- vas para incrementar la manutención de un grupo no son tan fuerlt's. Binford
r7: med10ar:it:1entale~ y culturales incidieron sobre el crecimiento de la pobla- considera que los grupos cazadores-recolectores del pleistoceno final estabn in-
cmn del Prox1mo Onente durante los últimos 20.000 años. Periódicamente el
tegrados en un sistema equilibrado. Al abandonar la caza mayor como ;-'finci-
tamaño de la J??blación _se incrementó hasta llega:- a un punto P-n que los mÓto- pal objetivo subsistencia! y optar por el consumo de mamíferos tanto grandes
d_os de obtenc10u de alimentos empleados hasta entonces dcjB.ra·--11 de ser sufi- cc!::'.J pequeños, invertebrados y v:getales comestibles. los grupos humanos pu-
cientes. Para contrarrestar este problema, era necesario garantizar la obtención
dieron mantener sus recursos alimentarios a un nivel relativamente est1blc y re-
de nuevos rec~rsos. L:• primera etapa de crecimiento d'emogrMico tuvo !uoar ducir al mismo tiempo sus desplazamientos estacionales. Esta economía de ,,am-
durante ~l plc1;toccn_o final. Según Hcrbert \Vright (1968), el clima de los Z.2.
plio espectro)> propició el crecimiento demográfico y la adopción de una vida
gros se. !1120 m~1s bemgno Y aumentó la disponibilidad de recursos vegetales. La semisedcntaria e incluso sedentaria. Basándose en los estudios de diversas dis-
poblaciün. creció _hasta que se hizo necesaria una nueva intensificación de las
ciplinas, Binford asegura que las comuniJades que poseen sistemas equilibra-
fuentes ahmentanas. La carestía incrementó la dependencia de las comuuidarlP<:.
dos pueden regular homeostáticamente su ta,naño, es decir, mantenerlo por de-
humanas sobre las plantas. y este aumento, a su vez, potenció un nuevo creci-
bajo del índice potencial de los recursos medioambientales locales. Si esto es
136 LVS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍG[\"ES DEL\ AGRICULTURA 137

. Si~tcma de- Pcr01sh:!ncia de


tnl o n.::>!ring.irsc. por ejL'mplo. 3 una re,?"ÍI)¡, de un país concreto, a una wna mc-
Crecimiento cí- l mog1.ifko comunid!!<l'.''
clioambiental o a un valle. Las arcas <lel Pru;.:mo Oriente donde se dcsarrollaM
cerrado: re- de cuzndorcs- Para incrementar ron las primeras aldeas presentan una gran diversidad topográfica y por !o tanto
clico de la pobla- gulado. por la produc1ividad
La caz;¡ y la reco- ción propiciado rrcolcctorcs favorecieron este proceso en mayDr o menor medida. Entre ulgunos asentaM
lección de un am- mc:~.,msmos de !as zon¡¡s margi-
por la posibilidad internos estables mienws existían cortas distancias que se recorrían regularmente y que integraM
plio espectro de na!cs se introduje-
de incrementar
recursos ,!limen- l-!'- la cantidad y la rontantas y anima- ban un único sistema cerrado. Sin embargo. cuando un grupo de esa comunidad
tmius Jurante el · variedad de los les e la zona nu• se desYíabn de la:; rutas trazada~ y entraba en un úrea nueva se creaba una relaM
;:ileisloccno fin;¡\ dear, en un intcn\eo
recursos alimen- Sistema de- Los subgru~os 1-> de reproducir arli• ción de tipo donante-receptor.
proporcionan una tarios, incluidos mográfico
nutrición estable emigraron ada ficialmcntc la riquc• La hipótesis de la zona marginal comprende dos fnnnulaciones previ<1s: pri~
los acuílticos, y ílbiCrto: re- zonas nrnrgtna· za de dicha zona
por la suavidad _.,. guiado por les {zona de ten• mera, hacia el 10.000 a C. la especie humana se había extendido por la mayor
del clima (espe- emigraciones parte del planeta; y segunda, la mayorfo de lns regiones poseían un equilibrio geM
cialmente en la hacia áreas
sión creada por
desequilibrio)
t nernl en términos de estrategias de subsistencia y de , -'r11rsos disponibles. De
zona óptima) nuevas Estas pl~ntas )'. uni-1
males so!o pudieron ludo ello se desprende que con el nivel tecnológico alcnnzado en aquella epoca,
r~~·oducirse en las ¡el mundo estaría lleno! Probablemente la pnblnc:ión del Próximo Oriente nunca
íi.reas marginales había alcanzado un tamaño scn¡ejante ..,unq•it.: su Jensilhd fuese menor que en
bajo i:ondiciones
controlndas, es de• otras p2:·:e:: del mundo. Una zona marginal existe allí donde haya una mn.rcada
cir, mcdinnte la diferencia en el grn~,J de sedemarización de dos unidades socioculturales situa-
agricuhura das en una región geográfica re:Jtivamemc restringida. Bajo estas circunstancias
se crea una zona de tensión en la que colonias de la comunidad m:ís sedentaria
F!G~m~ 4.5. Hipótesis de la zona marginal para el origen de la agricultura (según flinford, trastocan periódicamente los ni\·des de equilibio y densidad del grupo más mó-
1968; i ,.innery, 1969). vil En estas circunstancias, en ambas C;..'IT!.Unitb,::lr.'<: ~,,,..,rJp '!1rnd11cir<:r> nn:-i f11ertc
presión ::electiva en fovor del des11rrollo de unos medios de producción de ali-
nwntos más eficaces.
Bi11lord sug:ere que la prc'.'"'.-'>n ~:..-mográfica cíclica. ejercida por las comuM
así, la principal cuestión que debe resolver la arqueología es la siguiente: ¿bajo nidades asentadas en áreas óptimas sobre hiibitJts marginales ·. .:.:inos. fue un
qué 7ircunstancias actúa la presión demográfica con un :;:gnificado adaptativo?, estímulo ir.:¡:mrtantr del cmnbio culturnl. Lo.s hábitats favorables con~tituían
o mas concretamer,te, ¿en qué momento fue ventajosa la introducción de la centros ue crecimiento regional (o comu11;Jadcs donantes de un sistema at'.cr-
agricultura? to). Se encomrnb::n en 1~ .,om nuclear definida por Braidwood, rodeados de
Binford sugiere que exbLen dos posibles condiciones para que un carnhio abundantes plantas y animales en estad<::• sal·;;:je. y generalmente cerca de fuen-
adaptativo sea pnsitivo: primera, w1 cambio en el medio físico, espec:almente tes de agun de donde se podfs.n obtc,;cr recursos alimentarios adicionales. El
aqud que re;:'.uzca la mrc:a bfr'itica: o segur,r1~ ,,., ,.,,,nl,¡n en la estructura demo- empleo de una economfa de amplio espectro bdsada en recursos acuúticos. caza
gráfica de una región que ocas1~ne- la intromisión de un grupo en el territorio del menor y plantas desencadenó el crecimien!o cíclico de la población. y provo-
c:ro. Binford eliminó la primera alternativa, porque en la época en que form~:ló có la emi2.ración a los límites d.:.:! hflbltat óotimo. L,1 prcsióP. ·~n favor de !a ex-
su teoría los conocimientos sobre el cambio climático acaecido en el Próximo plotucié,"-de nuevvs recursos alimentarios iue müs aguda en la periferia de los
Oriente no estaban ampliamente difundidos. Se2. corno ~!.!-:?re, investigaciones centros de crecimiento pob\acional que: en los centros propiamente dichos. Por
posteriores (\Vright, 1968) atestiguan un incremento de la masa biótica, no una lo tamo. existfa c:1a ZO!''l de 1ensiéu1 emrc las comunidades de cazadoresMrcM
Oic:minución; por lo tanto, la pri•TJera alternativa sigue siendo improi.Jable. Bin- colectores prósperas y sedentarias y ias nómadas. Según Binford y Fla~nery l.a
ford se ciñó a la segunda posibilidad, es decir, el cambio cultural como conseM introducción de la agricultura fue un intento ÜL atajar la crisis alimentana surgi-
cuencia de un desequilibno en los ecosistemas locales. da cu,wdo los grupos humanos se vieron obligados a habitar en la zoua de tenM
Cualquier investigación sobre los oosibles -efectos de un cambio en la es- sión y a producir artificialmenk los ek\·ados índices de cereal r,aracteristicos :le
t~uctura demográfica requiere la comPrensión de dos tipos de sistemas poblaM la zo·na óptima. El desplazamiento de las semillas fuera de su hábitat nalUr~l
r.1onales. En un si.s: . . ma cerrado, el equilit-:io se mantiene mediante mecanisM pudo igualmente incr.-·111entar !as pn::siones sclecti\'as. favoreciendo el crr>'~'-
mas internos. El número de nacimientos se contrarresta con el número de falle- miento de nuevos tipos de p!antíls. El control de estos procesos desembocana
c!mientos. El aborto, la contracepción y la abstinc:~ :ia sexual sirven para redu- rápidamente en el desarrollo de csp-:cics vegetales mús adaptables y producM
cir la tasa de natalidad, mientras que el inf~nticidio acentúa la tasa de mortaliM tivas.
dad, de ;,1anera que el crecimiento de una población determinada se reaula ho- Binford !!O basa su teoría en una única zona de crccimir>nto demog:-::'Jico cícli-
meostáticament: (Binford, 1968, p. 329). En un sistema abierto, el tarnafio de la co, sino que tainbién utiliza las úreas liwrnlcs de Europa y el Levante. La ocupaM
población se mantiene a través de la subdivisión interna en nuevos grupos o ción de entornos costeros durante el mesolítico y la posterior elevación del nivel
mediante la emigraci0n de sus miembros; las comunidades de las cuales migran del mar en la última glaciación. con l3 reducción consiirniente de buenos terre-
h_'s individ~in<: son d~nantes, mientras que las que los aceptan son receptoras. nos, constituyeron las~ causas princir:1lcs del aumento de la densidad de poblaM
1 anto los sistemas abiertos ccmo los cerrados pueden tener un ámbito continen- cion.
138 LOS ORÍGENES !:'S LA CIVJLIZACIÓN LOS ORÍGE~.:ES DE LA AGRJCULTURA J3l)

El principal ejemplo utilizado por 1=7]annery en apoyo de la hipótesis de h 1-lAC!:\ UN:\ EXPLICACIÚN lv1ULTICAUSAL DELORTrlEN DE LA AGRICULTURA.
zona marginal l..5 el yacimiento de Ali Kosli, excavado por él mismo y situa~
do en la región del piedemonte del Juzistán, en los montes Zagros del suroes- La im·estigaciú11 del mowr principal de cambio como m1 demento para la fomw"
te iraní. Debido a su poca altitud, Ali Kosh posee un clima más caluroso y seco laciim de ltipóICsis
del que se supone idóneo para el crecimiento de los ancestros de plaritas y ani-
males domésticos. Por consiguiente, los experimentos con dichos especímenes Para entender ::ualquier logro importante de la evolución humana, como la
se realizaron probablemente en cualquier otra parte, y posteriormente fue- producción de alimentos, se ha de empezar por ~cterminar si los. ca~bio~ que lo
ron transportados hasta el Juzistán y Ali Kosh. Flannery propone que el cre- generaron se debiernn í undamcntalmcntc a est1mulos del medm b1C"l1s1cc,. riel
cimiento poblacional en altitudes intennedias de los Zagros había comenza- ;mbientc cuitural o de las instituciones sociales. Los incentivos pror:edenles de
do 20.000 años antes como consecuencin de lo que él denomina da ,-.:volución cada una de estas esferas se interrelacionaron a ,nenudo. y rara vez actuaron ais"
de amplio espectro), (, ..:.u;:,-... ,.;j capítulo 3, pp. 92-94). La dependencia sobre una lafhmente. Sin embarno, a primera vista es posible delimitar qué esfe~a provocó
amplia gama de recursos alimentarius facilitó el auge de la vida sedentaria, y el cambio. v cu,lics de;empefiaron un papel secundaría o estático. Si bien en c2::la
ésta. a su vez, admitió un .::recimiento poblacional sostenido. Las zonas ópti- una de las Ílipótesis analizadas c:1 este capítulo se afir?1a que 1~ introducción de
mas alcanzare;; sus límites de capaci..;ad demográfica, por lo cual se inicia- la arrricultura fue causaua por una serii;. de factores mterrclac10nados. en cada
ron migraciones hacia zonas marginales. romo en el caso de Ali Kosh. donde las una "Je ellas es posible abstraer un ~<rr.otor p:riricipal». Los sistemas cultur~l~s y
comunidades humanas llevaron sus cabras y ovejas. y ::;as ,,,emillas de trigo y ce- las transformaciones de estos sistemas son procc:.os extremadamente compleJos.
bada. No obstante. desde una perspecti\'a general sobre la evolución cul:ural, puede Je"
La importancia de la hipótesis de la zona marginal radica en su interés pur ner un !!ran \'alar ilustrntivo v pedagógico investigar r¡ué fue lo !1nmero -el mo-
los cambios locales en la estructura demogní{'ica, en el equilibrio de los sistemas tor prin~ipal- que obligó al éambio. .
subsistenciales y en los factores medioambientales. La contrwtac1ón de esta hi- Frecuentemente se ha su!!erido que el 111edio ambiente fue un factor crucial
nótcsis pc,dría realizarse con la información e,·traída del registro arqueoL',gi~ en muchos de los ocsarrollas~ tundamen~ales de la e\'olución humami En i.1s hi-
co en el Próximo Oriente. Para que la hipótesis de la zona marginal sc·~a correc- pótesis de Chílde y Wright. el cambio c~imático figur_a como e! motoi. princ;¡.,al
ta deb ... n verificarse las condiciones siguientvs: 1) i:!I crecimiento demográfico en de la introducción de la ae.ricu!tura. Bra1dwood v Wnght enfatizan la 1mporlan-
las zonas óptimas <:~ produjo en una fecha anterior a la de la wimera prueba dL.: ciu de las prqrias circuns'iancias medi,::-ambiem~lcs. especialm~ntc la pres~:1:cia
domesticación conocida; 2) las primcrns evidencias de domesticación no pro- en estado silvestre de las especies adecuadas. A pesar de ~ue los dat~s utiliza~
ceder. Lle las zonas óptimas, sino de su periferia; 3) la cultu1a materi..-.1 de las pri~ dos en las reconstruCciories de! p2\eoambientc son muy \'anado:: no existen res-
meras comunidades que practicar.:-,n la domesticación es tipológicamente si- puestas concluyentes a la cuestión de la iinportancia del medio a.mbi~nt:,. Para
milar a la de sus vecinos de la zona óptima; y 4) los testimoniu.-, de las pjme- ello es prioritario determinar ..:1 significado que tiene un .camb10 ch_mallc? o
ras especies domesticadas aparecen en varios lugares a la ,·ez y no en un único cualquier otra circunstancia medioambiental en las estrategias_ de subs_1:,tenc1a Y
ci;:ntro (Wright, 197!, p. 461). La naturaleza de los datos arqueológicos actua- los modos de vida de los hombres prehistóricos. Esto no quiere dec\f 4ue ~as
Jps nos impide determinar categóricamente si esas condiciones cxisli~;·1n o no; personas utilizasen únicamente aquellos recu:-ios as~ alca~ce o q~c los cambios
sin embargo, ya se ha esbozado la orientación necesaria para futuras investiga- en la vegetación próxima a un lago del P_róxm~o Onent~ .hc.ran iguale~ c!uc los
e,;ones. que se producían en todas partes. La ev1dencrn etn~g~af1c~ y arqueol_og.1ca su"
La hipótesis de la zona marginal minimiza la impo1 rnncia de 1a ,dnYcnción" giere que a menudo ciertos grupos humanos solían vrnJar c1en~os de kilom~tros
de la a;ri,...ultura, enfatiza el comportamiento de los sistemas poblacionalcs y se para recolectar ciertos productos. En áreas geográficas de re~eve_ pronunciado
preocupa por definir el comportamiento adaptativo. Binford y i;hllrnery, . .11 igual pudieron existir diversas zon;is climáticas y bióticas en pequenas arcas de unos
que otros teórico~ de la demografía, no intentan descubrir cuál fue el primer in- 20 kilómetros. Esto dificulta aún más la labor del arqueólogo. Para tL~terminar
dividuo que plantó trigo o cebada, ya que asumen que la mayoría de los caza- los efectos de cualc;uier circunstancia medioamhiental en una :cgión ~oncreta, el
dores-recolectores conocían los ciclos vitales y los meLOdos de reproducción de arqueólo!!o debe rccopilí1r información climática sobre las regiones c1rc:m?_antcs
los cereales silvestres. Sus investigaciones giran en torno a dos cuestiones prin- a fin de Comparar las planHl" y los a~irnales c-nnsumidos por las comurndades
cipales: ¿por qué resultaba beneficioso cultivar cereales? y ¿cuáles fueron las prehistóricas con los de cada una de las regiones. Esta monumental tarea tod::1-
causas que propiciaron cambios en las primeras especies que se dom:::.ticaron'? via se halla en una fase inicial.
El traslado de grupos humanu,;, familiarizados con los ricos campos de las zo- Aunque el cambio climático o cualquier otra variable me?ioambicnlal cons-
'"'3S óptimas a medios menos favorables, proporcionó la motivación necesa- titu\'an factores causales básicos para los orígenes de la agncultura. ¿son lam-
ria para perfeccionar las técnicas recclectoras, así como la tensién medioam- bié~ determinante<;'? (véase \\·a!mer, 1977). Esta cuestión se halla presente en
biental que favorecía 1a hibridación genética de planws. A pesar de que la hipó- todos Jos temas sobre ·adaptacióíl humana y evolución cultural. El p, :.1cipal J?ro-
tesis de la zona marginal tiene una gran capacidad explicativa y contribuye a blema con que nos encontramos para resolver la c~e:::tión f!parece al ana!Jzar
centrar la investigación, adolece de contrastación arqueológica, de un trata- detalladamente aquellas áreas que parecen comparhr los mismos fact~rcs me-
miento adecuado de la domesticación J.nimal y no explica el proceso en todos dioambientales que, stn embargo, no conocieron el desarrol_lo de la ?gncul~ura.
sus detalles. Por ello. las explicaciones ::'::ben buscarse para todas las diversas vias posibles
rl---; desarrollo. ya que si todas ellas se relacionan realmente con variables de ca-
140 LOS ORÍGE>·""~ DE LA CIVILIZACIÓN
LOS OR!GENES DE LA AGRICULTURA 141
rácter medioambiental. la CP'cncia en un r1:1pel determinante del medio ffsrco !>e impuesla!- al crecimiento demogni7~co. inclw;o asf, el crecimiento poblacionai no
refcrzaría considerablemente.
se nrnntm·a de forma ilimitnda. Otros fm::tores, como las enfermedades, las limi-
La cultura también pudo haber sido responsable de la introducción de la taciones de los recursos y las barreras generadas por las interrelaciones :.aciales,
agricultura. Desde esta perspecti\·a podemos considcrnr que la cultura compren- impidieron que el aumento de la publacion superara un cierto techo. Con la
de todo lo aprendido y transmitido por las personas, incluvendo el conocimiento agricultura como base de la subsistencia también se hizo necesario el desarrollo
tecnológico)' _el instrumental técnico. Alguna \'CZ se ha sugerido gue la posesión de nuevas formas de redistrihución. La existencia de recursos permanentes, ya
de un cierto mvel tecnológico y de un profu11Jo conocimiento de las potcncialiCa- sea en forma de rebnño o de terrenos cultivados, exigía unos ,nccanismos de re-
des que conlleva la domesticación de plant,1s y animales son factorés c:ave en el disttihución diferentes a lus empicados por !ns cazadoreS, quit::nes sólo poc.Jían
orige~_ de la agricultura (Braidwood. 1975). Si bien resulta dificil definir objetiva- dividir los frutos Je 11 caza m:-.:,ur apresados ocasionalmente. Durante este pe-
mente este concepto. es obvio que el éxito je !a agricultura dependía de la mani- ríodo se desarrolló el comercio y el intercambio entre las comunidades. lo que
pulación de ciertos útiles destinados c1 la recolcc~iór v procesado de alimt:ntos. contribuyó a que la agricultura- fuese más provechosa que la caza y la reco-
Algunos inventos, como los contenedores, hacían que el cultivo de cereales alma- lección. L,i tendencia hacia la especlalización y el intercambio se aceleró y des-
cenables fuese una crr111rcsa rentable.
de entonces ha pasado a ser una característica fundamental de la sociedad hu-
~~isten dos tipos ~le invencion1> tecnL, 16gic:!s que intensificnn tanto la pro- mana.
ducc1~n como el establecimiento de la :igricu!tura: por un lado, las que contribu- Uno de los principales c::mbios relacionados con e~ proceso de sedenta
yen a •~:u~ment~r la producción por medio de equipos específicos que facilitan la rización fue el aumento del tamaño de !a ;:,omunidad. Mientras que los grupos
obtenc1on de alunento como. por .:jemp!o. un utillaje eficaz para la cosecha; v nóm:irias constaban normaia1ente é.:. unos 25 a 50 individuos en las estaciones
por otro, las que incrementan los rendimientos de la producción ni seleccionar O más duras, la pnblaciün de l1s primeras aldc::::; sedentarias alcanzó los 100 e in-
escoger plantas v animales más productivos, o se procuran mejores herramientas cluso los 200 habitantes durante todo el año. Lri organizaciri-, de las interrela-
parn su procr,ado. El principal dilcrT'" consiste en determinar si 10s invPntns prc- ciones y la programación de las :ictividades de una comunidad de tales dimen-
"edic!on a la agricultura y ¡Jcrmitieron su introducción, o si por el contrario res- siones requerían g1..:ndes cambios en la e:t.ructura socinl. Es probable que :;e ge-
pondieron a las necc:::dades de una ¡:¡szricultura en desarrollo. neralizase la organización tnbal :: que la sociedaJ jer::::yuiza~!1 adquiriese
. E! crecimiento demográfico y !é1 dcnsiu,1d de población han sido considerados primacía (caoítulo 6; Sen ice. 1962) y. también, que la pruducción de bienes in-
1

!act~rcs que procuran innnovacionc:s culturales (iig. 4.4; Smith :,· ':'oung, 1972). A muebles fucrn propiciada por !os muchos auos de permanencia en un único
medida que la po~1lación aumenta. lcis recursos disponibles disminuyen_v, por lo asentamientc. Este sería el caso. rrir ejemplo, de los molinos de mano. los mor-
tanto. nueJen est11nular la aparición de irinovaciones. Muchos investigado;·es se teros, la cerár,1ica, la arquitectura el1.borada. etc., que podían ser utilizados, así,
oponen a esta idea. alegc1.ndo que bajo condiciones de tensión no se lesarrollan durante largas temporadas. Al mi:m10 tiempo que crecía el catálogo de la cultu-
fllh;!V~s tecnolog1üs, sino 4ue se intensifican las ya conocidas. Algunos gcógrafris ra material inmueble y las casas se construf'.m con un claro objetivo de residen-
mantienen. que durante la historia nnti~ua americana los inventos más importan- cia, pudo haberse producido un.i tend..:.nciil hacia la adquisición de propieúades
tes se realizaron en !as zonas de población d!:persa limítrofes a terrenos ngríco- personales.
las, de lo cual se dcsp;·-nde que las comunidades. ante un medio potencialmente El éxito de la agric;__¡Jtura en sus inicios dcpcr.dió de 1:: voluntad >la C'"Da-
rico, pero con insuficiente mano de obra para explotarlo. intentarían crear meca- cidad de los hombres para guardar la cantidad de cereal necesaria para la s11.:m-
nismos eficaces para sacar partido de los rccu~:;os. La c~esti'.Jn de si las innova- bra del año siguiente, y para protegerse de l:::s malas cosechas. Existen pocc.:s
cion~s i:ulturales se aceleraron por la presión deu10gráfica o por la escasez de po- prc~.mbilidades de que la productividad o el rendimiento de los primeros culti-
blación sólo podrá dilucidarse cunndo se hayan obtenido los suficientes datos :ir- vos fuesen elevados. El agricultor sedentario :wcnt.ijaha al cazador-recolectm
queológicos pcrtiuentes.
nómada en su capacidad de almacenar grandes cantidades de alimentos para so-
~uchas veces se considera la organización '"ocia! como el motor principal de! brevivir bajo las mismas condicione:,. Se modificó, además, la organización E,...-
cambio, pero la documentación arqueológica al respecto es escasa. l\.íuchos as- c!?1 de h1 comu:1idad para que la producción y el almacenamiento del exced.en-
pectos de los cambios en cuanto a organización pudieron haber sido cruci:;Jcs tc alimentario pudieran ser utilizados pu1 el conjunto de sus miembros. Las ins-
para la introducción de la agriculturn. Entre los aspectos más revolucionarios de tituciones y los sistemas de \"alares tenían que persuadir a los individuos para
las primeras sociedades agrícolas destacan la formación de grandes comunidar'"<::, que trabajasen más duro y para producir más de lo que podían consumir. Estas
la planificación de aL.,;\'Üladcs y el dcsnrrollo de una étic;- radicalmente nueva. nuevas concepciones fueron de fundamental importancia para 1;:;. época de las
Las instituciones sociales que comenzaron a gestutse pueden ser clasificadas en primeras alcl,.,.as y todavía siguen vigentes en la sociedad actual (véase el capí-
dos grupos, las que se relacionan con In subsistencia v las relacionadas con el es- tulo 7).
tablecimiento defin;tivo de la vida sedentaria. -
LRs instituciones relacionadas con !a subsistencia pudieron haber conducido
hacia la agriculturn, o bien ser sus productos. Entre ellas se incluve la división y Modelo para un sistema de asi:mamienro y subsistencia
especialización del trabajo, imprescindibles para un cultivo efica·z y una mayor
co_ncentra~ión poblacional en un único lugar, que permitía un creciCnte 11bastcci- El modelo que se describe en este apartado surgió a partír. de ~111 intento_ de
m1cnto ahmentario y la participación de jóvenes y ancianos en las aclividwJc~ integrar los hipotéticos efect.Js de diwrsos factores sobre h eficacia de las d1fe-
subsistenciales. Aunque tales progresos eliminnron ~Jgunas de In'- restricciones reniés actividades subsi5 1 ~ncia!es y sobre las posibles transiciones a otras formas
1-12 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍGENES DE LA AGRICULTURA 143

Por co;·,siguientc, los factores que favorecieron la transición hacia la formación


Comunidadc., a~rí-
cola~ :~onómic'á•
mente prósperas ] E;rndio 4
ele comunidades agrícolas e im!)idieron el retorno a la caza }' la recolección po-
seen una ímportancia vital.
El modelo indica dos de las vías que los cazadores-recolectores pudieron
13
lH utilizur ~ara llegar a ser agricultores se_denta~fos. Una de ellas consiste en pa,.ar
a ser pnmero cazadores-recolectores rntens1vos y sedentarios (transición 3) y

l
después :1 gricultorcs sedentarios (transición 7), como sucedió en varias 20nas
AericuJ!.-,rcs ,cdcn• ~ del Lernnte· y la segunda vía pasa por adoptar, en pririler lugar, una economía
L_i_u,_io_s_(u_lú_c_as_)___J lll . !12 intensiva que mantega la movilidad (transición 5) y que más tarde incluya el
pastoreo nómada (transición 9), y r;nalmente se transforme en agricultura se-
Es1;;Jio 3 dentaria (transición 11). Puede decirse que esta segunda alternau>a i;;:, ia que

J
~lanipuladón mt\ril caracteriza la zona compuesta por los montes Zagros y la región del Juzistán. El
7 8
de las manadas modelo inc!uve asimismo la transición de los cazadores-recolectores nó11iadas a
los recolertofcs especializados y sedentarios, y viceversa (tr:!!lsiciones 1 y 2). Es-
l 9 110
V
tos reco!eclores especializados dependían casi por completo de una única fuente
de alimentos a la que se podía acceder fácilmente. A pesar de que en algunas
Rtc,,l\',torcs seden-
ur1c1, (al Jeas) espc-
cialindos
Cat.adores-recolcct o-
res sedentarios
(a!dcns) e ln1cnsivos
Cazadon:s-rccokcto-
res móviles e inten-
sll'os
j
l
_J
Esli!Uiu 2
partes del mundo se desarrolló semejante superespecialización -por ejemplo,
en la costa noroeste de rlmérica el<:! Nc~te, donde la pesca proporcionaba el
principal recu, .::iu dlimentario-, no parece que fuese la norma del Próximo
Oriente {con la posible c;~.:epción del Alto Egipto) ni que desembocase en últi-
ma instancia en la agricultura. Por lo tanto. se ha orr..itido del moac:10 la hipo-

J Estadio 1

Ftc,', H.-\ -L6. Modelo dLO las fornrns ah•~rnntivas de subsistencia y asen!nmi,•1110 que lns comuni-
íPtica tr;:if"Jsición de un estadio caracterizado por la recolección especializada
y scd•·ritaria a otro dominado por la agricultura s.::...:entaria, a pesar de que po-
dría incluirse igual1i1ente sin que el resto del modelo sufrier:i ningún cambio
sustancial.
Diversos factores afectaron a la introducción d~ ia agricultura de dos mane-
cbJ-~s prehistóricas del Próximo Oriente pudicr.:;., adoptar en la trnnsición e.le la caza v la reco- ras distintas. Por un lado, esos factores influyeron en !a lransición genertJ! haciu
kcc¡¡'in ntímat.fos a !a agricu!turn sedenwria. Las ílechas numeradas indican las posibles "iransicio- un sistema de \'ida regido por la producción de alimentos y, por otro. condicio-
n<-'5 di.' una forma a ntrn. naron cada una de la: posibies transiciones específicas que se incluy':'n en el
modelo sistémico de la figura 4.6. Corno puede obsen'arse en !J figura 4.7, el
efecto de rnda factor se clasifica secnín rl fino de motor principal con el que
de usentamiento. No pretende exponer de formr1 concluyer:'..e una teoría simplifi- estú rebr:ionado (medi.... ambiente, cultura, subsistencia u organización). Algu-
c~da .::¡Je expliqu_e por qué, cuándo y dónde se introdujo la agricultura, sino que nns factores se analizan en el texto, mientras ..:¡uc a:::os se dan por su¡::.iestos al
ol~cc.: ~n marco 1~t~rpretatlvo con el que poder evalu:ir las hipótesis actuales y la contener su explicación implícita en el enunciado. Los efectos de cada factor en
endenc1a arqueolog_1ca. cada una de las transiciones expuestas en la fig.u:'1. ,t.6 se designan mediante
En este. modelo no es necesario asumir que la introducción de la auricu!tura tres símbolos: ,,pn1, como pr.::rrequisito de la transición en cuestión; el signo <(+r•
. .. . . e con el significado de efecto positivo. y el signo <1-)1 con el óe efecto negativo.
s1gmo un umco camrno en todos los casos y lugares. Semejante conclusión debe
ser todavía confirmada o refutada por la evidPncia arqueológic,:i. Sin embargo, Otra relaciUu que debe considerarse (aunque sólo aparecen unos pocos ejem-
a_un:1ue cad_a ;:~contecimiento cultural es único en sí mismo y sepamos que aconte- plos en la figura ,,!.7) es la del efecto de carácter positivo de un factor sobre
c1m1cntos .::i,m1lares en lugares distintc,,; poseen raractcrísticas igualmente dispa- otro. En algunos casos parece que ciertos factores se presentan conjuntamente
res. se pueden observar ciertas regularidades en sucesos acontecidos en distintas y propician su mutua existencia. La comprensión de todos estos vínculos tiene
regiones. Los objetivos mas importantes de una investigación sobre los orfoenes una importanciq fundamental y debe r.onstituir el principal objetivo de futuras
d_e lJ agricultura estriban en averíguar dichas regularidades y explicar las dikren- invesri;aciones.
cias ohscrvadas. La ,:.,,1meración de los factores que incicli""-rnn sobre los inicios de la agric;.il-
El modelo ilustrado en la figura 4.6 y la información que proporciona la fi- tura é~be deri\"arse de un análi:;is detallado de las características de las primeras
gur2 _.;_7 constituyen el primer paso para analizar los orígenes de la ilgricultura. comunidades agrícolas y preagrícolas. Su definición debe permitir su identifica-
Lus formas de asentanuento y subsistencia alternativas, expresadas en la figura ción en el registro arqueológico. de forma que puedan averiguarse sus efectos so-
4.6 . cstún basadas en la evidencia arqueológica procedente del Próximo Ori;nte. bre las otras Yariables y sobre la transición general. El objetivo final consiste en
Como muestra el mol:clo, la transición de una comunidad cazadora-recolectora escoger aquellos factores cuyos efectos estimularon o fueron necesarios para la
íl_ otra agrícola_ no fue neces::iriamente unidireccional, ya que. bajo ciertas concli- transición a la producc;.Jn de alimentos.
cinncs, los agncultores recurren a estrategias propias de la caza y la recolección. Los factores presen1:ci.dos en la figura 4.7 no fueron independientes unos de
/:/,•¡/U,/,• /0\ f¡¡,.t, '"'\ !"/! (11t/<1 /rt/11\ÍrÍ!ÍII
_,_
_,_
CJ 1(t 1! 12 !J [,j
A. Oh,hkulo~ de 111, foch res en cmlu lrnmid,ín
B l. Fluctundonc; anuales de! dima (e,pccialmcn!¡• en lo,, pc!Índ,Vi difíl"ilci;) - + - +
B 2. Localir.aciún cJtrem,1 úc wnn, cun un dc11-10 crccimknlo de !!nln1íucm
IJ J. Raqui, quebradizos de l¡i cebada y d lrigo ··
íl •l. Glumas duras 1.k los 1•rano5 sil\'cstn.•s
8 5. Ncce;idnd de Utiks dC cosecha, csiructura•; de ahnaccnnmicnto y transporte
B fi. Ncec,;idad de estructuras de ahnacenmniento impcrm~ahlc;
B 7. J·!.ihi!n!s catadonaks o monlaiinsos ck lus nnima!es salvnje!;
U 8. Cnpaddwl pnrn n•ndificar [e; dcopl,i~amientos cstncinoalcs de !ns nnima!c;
13 9. Presione! inlcrpc,som1lcs en h1· comuriidndc.c. ngríco!~s de gran 1:mrnfln

U, Con~l•<·uendu, de !ns í111:!orei; 111cdinamlii1:nlHlc~ r-


E l. [)i1po,,ihilíd,ul de pla11l;1• y animales poknci.1!mcllle do111e•,1ic:1bfe, o,n
E :!. Unifornlld:uJ crn!<i¡•;ca c11 tcrritoriu, 1·el"i110~
E 3. l)ivcr~idud ecolúgica en tcrri1orius vcdn11s (incluye ido gramíneas ~ilvcslrci,
o
E ,!.
y nvic.ipridos salvaje,)
Cmnbin di1mí1' :o que larHi1i', el cr.:,du1ic11lo de ¡,h111t;11 d<1mc,;1ic,1hlc.~
""ci'
/TI
E 5, Camhiu dim;ílicu .¡\le <1h,,la1-'llli;•,·, L'l c1ccin1ic1Uu de pl;11Jl;r dnl!l!",1ÍC;ihlc, '.%
E h. Cambio dim.í1icn que produjo u11 ;rnmcn111 de las 11:mpcratur,1,) la pu:,ibi!id,ul tn
~
de cst;ihlcccr a.1e11tamicn1u:; al aire !ibre t;J
tn
Rdocimw1 dl· rc1ro11/imc11111ci,i11 po.1ilfru nmblaida, corr fo 11grirn/wr,1
~
E 7. !-!libi1;11 altcrndocultur-~lmcnte:
.=
n
Incremento tic la 1:tla y desbroce Dl,,minudUn tic los recursos
<:
con fin , 11grícofas tic c:1za y recolcccit\n
r
Ñ
C, Cnnsccucncins de In~ cstrnl, ,:Jn, de suhshtenciu >
n
S l. DcpenUcndn de !ns mnnndns migratoriíls
S 2. Dcpcudcncin de animales no migratorios
S 3. [)ericndcndu de frutm ~ecos (cosecha de o!oílo) '

o
z
S •!. IJcpcndcndn de gramíucn~ (cmco::!1n de prirnavcrn}
S :i. Dependencia de !11 c111 1hiJrnckin de plnntH:; y ,1nirmllc~ +

F docio1iet dr rctrm1/imeniadti11 pr•.rili1•11 NMhfrcidax n111 la 11grk11!111m


S 6. Sacrificio selectivo cic macllos jüvcnc.'i ;=.! Ma111cnimi•:nt.1 +
dd 1. maíin de la m;mnda
S 7. Cmnpos de rnstrojn5 parn el consumo 11nimal =1 Alwnn ;mi111al de In~, cnrnp11s
S H. Crcc1c11le prnduclividntl de lo, ccrcnles =! 1\-foyut dc11>id1u.J de ccrcale5
S IJ, Exp:rnsit'm de planrns hndn nucvn.'i lulhllu1s ;=! SclcccMn de Jirn vari,1n1c~ m;!s rcshten1c~ '
+
e incrcmcu\n de la hibridnci1in
S 10. ,,lmndono de ntras ac1ividadcs durante el período de aicmbra y emcchn -.= ,\umcu!o
de !n prod1 :cit'lri
al!ri,·nla ~ +
S 11. !'ruxirnitl;1d de !oi; 'JScn1mnle11lo> n las mnas de nctivid:1d íl¡':rícola , ~:! r i~t11i111lcion tic !n
impurla1.dn tic J;1 caza
y la rccolccdún
:i l 2. Jnncmcnlt> lle la p1nducdlln tic nlimcmna --• ,\u111cn10 dernnL:r;lficn

n. Cn11w1·1u udn~ clL• Ju~ in11un1d11m•_, ,·11H11rnl,·~


(. 1. ( 1 I,•,, 111irn1li!Ín,s <"<IIIIIHll",I"',
(' !. l 'lllllj'lCrn,i,.,n del !'"!ene, ,1 mcdiu¡iml,i,•nl«! pe pe
/le/11rirmr.1 ,lf r ·trm1/i111rn111ci,in pm/lirn ,•.11,1/,/rriila.1 c/Jrl /u 11_vin,/11m1
'" '" '"
C J. 1\mpliud1in de la gama de !Ccriica~ o 1ílik~ ;-.:=..'. \!nyur pmd11c1ivid:ul
c~pcc aliz.ados en !a cosecha por cadn horn de cosecha pe pe pe pe
C ,l. Amplinci(\n de la vuricdnd de n!imcutos, de! t11illnjc y de la:; !écnicns
para el proccr. □ do de a)imenl\Js ~ /1.fayor vnl·)r nutrivo
,r cada kilo cmcc!1ado -
C 5. Empleo de "ti!lujc pesado 11ir,1 e! pror.csado -.=::-:. l11crcmcntn del scdc11t11risrnu

C 6.
de plnutus de las comunidndcs
Fahricncil\11 y uso de !nfrnes1ruc1urns ;.:::! Incremento del scdc11ti1rismo
+ - - ¡--
o
~
tic nlmnccrmmienlo lle 1111; cnnumídndcs o
C 7. Con~tru~.:hín e!· cslruelurns nrqui1cch\nic11s ;=! lncrcn1cn!o del ~ctlen!nri~nw
pcrmnnrntcs de l11s c,m1u11id1ulcs "'5·
'"z
E, Con.1cc1w11dns de lns vnrinhlcs olJlunlzuth•n~ y de In~ rcl; :iunc~ sndnlcs
O 1. Cnpnddad para orgunizar !ns tnrcas dcntrn del gr po pe pe pe pe pe pe "'
~

o
Nd11dm1 ".1' rlc! n•lm11/im,•1J1111:i,í11 ¡uniti1•11 r•,,1a/,luidm r,m ,, 11g, 'culmru

O 2, Conmnitlndcs sedcntnrias ;:::::!. Se pcrn1i1id II k1> individun5 mds jó1 ~nes


,.,.'"
¡--

y mds nncianm vivir y 1rnlmjar - • e,


/<>-- n
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e
Crccimicnlu de In puhh]d,ín ~
Las ,1c1ividndc1; ¡1g1 /colas suminiilr/1!1 la
mnyor pnrle de In 1Ec1n nlimentnri11

• 1
O J. Prcl~llpachill credcnte por In vida humm111 .::::.': Crecimiento tic !n ¡,t1hl,1dlln e::
O .1, Comercio n lnrg □ distancin ;:::= Jr11ercamliio de ldc1rn y c~pccics de plnntas
O 5. lucrcmcn\o de la vnried~d yfa frecuencia<='- Auuw11u "'>
de lo; contac1u; hurnnnos de 1115 p,1,ibiHd1uks de innov¡,~itin
O 6. Jn1crcnmbio5 o rcdiqrihucioncr. !uca!cs ;:::::!. Producc!ó,1 de exceder te +
O •. ÜfJ!illli:mci,ín trlbnl ojcrnrquizada ,= Control tld uccdcntc
O H. lntcrícrcricin cspncinl con 01ros grupns ~ Dc!imilncil,n clnrn dd
!crrltmin de cada grupo

pr: foctur que con~li!uye un prcncquisi10 para !n lrnnsicüin


1-: factor fovor.iblc ;i la !rn11sidón
~: f,1c1nrq11c impitlc In lrnns'cHín

FIGURA 4.7. Factores que afectaron n la introducción de la ngricultura. ;:;¡


jcj(¡ LOS ORÍGEI\"ES DE LA Cl\'IL!ZACIÓN
LOS ORÍGENES DE LA AGRICUL1 L•RA

otros. ni la magnitud de sus efectos fue h misma en cada caso. Algunos de ~·...··.1s
debido J los problemas organizativos y a las tensiones interpersonales que las ca
se reforz:::iban mutw1111cnle, mientras que 'ltros impedían que se produjeran los
racterizan.
cambios específicos a los que conducían otros de entre ellos. Sus efectos sobre las
transiciones en el modelo de subsistencia y asen¡¡_1mic:~to fueron tanto positivo~
Condiciones prevías para la agricultura. Ciertos prerrequisitos son necesarios
como negativos, e incluso obstaculizadores:
para la introducción de la agricultura, y si bien algunos factores propici::1ron las
En la p!"ehistoria reciente del Próximo Oriente pudieron producirse muchos
transformaciones hacia una economía productora de alimentos, la magnitud e im-
tipos de cambio de los sistemas cvoiutivos de subsistencia y asentamiento. La porL... acia de sus efectos fueron menores que los de aquellos prerre9uisitas. En la
Yida scdcnta:!"ia fue una de las innovaciones más difíciles de lograr, ¡:c:o una ,·e1.
finura .:+.7 B-D se indican las transiciones en el patrón de asentamiento que de-
cofüo!idada facilitó la aparición de otros progreses que sin <:?lla difícilmcn!': hu-
p;ndieron directamente de cada uno de los prer:e~~isitos analizados. .
bieran podido tener lugar, tales como ch::rccimiento demográfico o !a invención Generalmente suele aceptar~e que la dispomb1hdad de plantas y am_male~ po-
parad proccsad0 de alimentos de un utillaje pesado y no trar:sportable. Aun así, tencialmente domesticables fue una condición previa a la apatH.:uu ue. rn agncul-
las comunidades prehistóricas todavía experimentaron nuevas moLlific::cioncs an- tura (El). Las comunidades que permanecieron durante largas temp~radas_ en
tes de poseer la organiz:ición social necesaria para gestionar una gran comuni- una misma región llegaron a conocer profundamente los recursos ru~dmamb1en-
clau,
tales Je su hábitat (C2).
La eomlJinación de diferentes plantas v animales gar:1ntizó una dieta más es-
Obstáut!os para una próspera agric.:ltura. Muchos son los factores que difi- table y equilibrada, debido a que los distiÚtos períodos d~ re~olecci~n o ~rianza
cultaron la ejecución de las primeras tareas agrícolas, y debieron llevcr,;e a cahn se distribuían a lo largo de todo el año (S5). Esta estrategia mixta estimulo el ra-
numerosos reajustes para contrarrestar los efoctos negativos de !3 propia agricul- pido crecimiento y desarrollo d~ la u.gricult1:ra corno forma de vida, así como la
tura para que ella misma rc[:::ltara una actividad económicamente ventajosa fonn,:ición de grandes comunidades sedentanas.
(F!anncry, 1973). En la figura 4.7A. se indican aquellas transiciones más fuerte- En los rebaños se sacrificaba selectivamente a los machos jóvenes, lo que, por
mente a1~i:.:Lauas por obstriculos. un lado, supuso ?.::1 paso previo a su dc-'.'TIP<;ticación y, por otro, demuestra que exis-
Las fluctuaciones anuales que caracterizan el clima del Próximo CI! ic1ilc con- tí2. ~.1 ciert0 grado de conocimiento sobre las exigencias de la. ganadería (S6). .
vertían a la agricultura en una tarea muy insegura (Bl en la figura 4.7 A). La~ El desarrollo de técnicas y iítilcs especialil:uJos hizo posible que cada trabap-
grnndc-; oscilaciones pluviomét:·icas hac1an que la abundancia de la cosecua du- dor recolectase mayores cantidades de cereal durante los r'Jrtos pcrí?dos de co-
rante un año en particular no eslu\'iese reñida con la pobreza del siguiente. secha (C3). El perfeccionamiento del utillaje para el procesado de ahmento.s au-
La localiZaciñn de cic:-tas áreas con abundancia de rr>real pueden perjudicar mentó el potencial nutritivo de cada kilo de ;naterial vegetal recol~ctad.o !C4).
una cosecha eficaz (B2). La flora ue ciertos macizos calcáreos y plataforma~· ba- Inventos como los molinos de piedra o los hornos para tostar cereal :,m1phfi.:,1ron
s,íllicas era eA~rcmndar.:cnte densa (Harlan y Zohary, 1966), pero muchas de es- el proceso de separar la gluma del grano. La fabricación y utilización de e.structu-
tas ürcas no se prestan al cultivo y. en las zonas que se intercalan entre ellas, ape- ras de almacenaruiento contribuyeron a aumentar el volumen de los alimentos
nas si crece cereal en estado silvestre. que podían consumirse durante las épocas del año en las q¡_¡-2 los cereales no po-
La cosecha de trigo y cebada silvestres era una tarea difícil dehido a la fragili- df1.n obtenerse directamente (('I;;\
dad que caracteriza los tallos de este tipo de cerea'.~s; cuando maduran, el más En la figura 4.·, -Í3-E pueden encontrarse otras condiciones previas para la in-
mmimo movimiento puede dispersar las semillas (B3). La maduración de estos troducción de la agricultura.
i:.:crcales tuvo que haber sido observada cuidadosamente por el agricultor, puesto
que si se cosecha antes de tiempo son incomestibles y si se siega demasiado tarde Factores que estimularon la introducción de fr! agricultura. Los estímulos tan-
se pierde el grano. ya que las espigas acaban por desprenderse del tallo y caen al to externos corno internos que precipitaron la introducció_n_ de l~ asr~cultura son
sucio. A las dificultades ouc entraña la cosecha del cereal silvc::tre debe añadirsP múltiples y complejo<: Algunos se relacionan con los camm?s chmat1cos aconte-
un trabajo :1dicional previo al consumo: ~xtrncr la semilla r.omestible del :nterior cidos durante el pleistoceno final, mientras que otros ;e den_~an de p:ocesos cul-
de las resistentes vainas que la cubren (B4). turales evolmivos a largo plazo, como es el caso de la mvenc10n de uttles y conte-
eara que una coserha a gr2:1 escalr1 f•1ese productiva se necesitaban útiles de nedores. En cada región la organización de las comunidades y la densidad demo-
siega adecuados, contenedores y algún tipo de transporte (B5). Igualmente, para gráfica local pudieron haber actuado en el mismo sentido. En este apartado se
que una gran r.:osccha pudiese ser aprovechada durante todo el año se requerían discutid'.': algunos de los estímu!,..s más importantes. En la figura 4.7 B-E se enu"
recipientes de almacenamiento (B6), los cuales deberían ser impermeables para meran los restantes. . .
impedir que las semillas se pudriesen durante los lluviosos mc.:es del invi,·•no. Las comunidades prehistóricas aser.'. ::das en regiones de una gran d:vcrsidad
Los animales cazaLlos por el hou1bre prehistórico podían ser migratorios, o ecológica disponían de una gran variedad de recursos alimentar~os (~3), ya qu_;::
bien estaban adaptados a una topografía escarpada (B7). Ai lrasladarse a espa- constituían el hábitat natural de ovejas, cabras y cereales. Esta d1vers1?ad contn-
cios abiertos, las comunidades humanas se cncc.;_traron más próximas de los ce- buv0 a la sedentarización de las comunidades y tuvo como consecuen7ia una pro-
rcc1lcs silvestres potencialmente cosechables, pero se alejaron de los h<íbitats na- grámación cuidadosa de las actividades que debían desempeñar sus miembro:.
turales de las cabras salvajes. El cambio climático que tuvo lugar en el Próximo Oriente durante el ple1stu-
Las comunidade,. grandes (B9) son, desde un punto de vista agrícola. más efi- cf'.no final hizo posible que, gracias a unas temperatura.<: más eleva_das y a mayo-
caces que las pequeñas, sin embargo los grupos prehistóricos fueron evitándolas res índices de plu·:iosidad, aumentase la superficie de bosque abierto y. por lo
148 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍUb'-ES DE LA AGRICULTURA

tanto, existiesen mayores posit5~idadcs de domesticar plantas y recolectar frutos ción y provocó, en poco tiempo. 4ue la apricultura se convirtiese casi un;11 crsal-
seros ([4). Las temperaturas invernuies más benignas contribuyeron a que mu- mente en el principal medio de subsistencia. Algunas de estas relaciones de re-
chos grupos humanos abandonaran las cuevas y los hábitats escarpados para tras- troalimentación no sólo mejoraron la eficacia de la agricullura, sino que hicie-
ladarse a zonas más idóneas para la obtención de cereal (E6). ron poco factible una involución hacia formas de caza y recolección semiscden-
La recolección de cereales silvestres, como el trigo y la cebcJda, fue en sí mis- tarias (ejemplos, E7, S10, :::s. C6. C7, 07 y 08).
ma un gran estímulo, ya que provocó la creación de toda una gama de artefactos
(hoces. molinos dP piedra y estructuras de almacenamiento) que constituían pre- El enfoque nmltifactonal. E,;ta forma de entender el origen de la agricultura
adrptaciones a la agricuiLura (S4). Los primf:'ros experimentos en el cultivo de ce- y de la Vida aldeana está diseñada para que el investigador pueda evaluar lus
reales tuvieron como resultadu la obtención de un tallo más consistente (SS), y el consecuencias que tuvieron diwrsos factores naturales y culturales sobre comu-
traslado de estos cereales a nuevas zonas medioambientales aceleró el rroceso de nidades con diferentes niveles orgunizativos y bajo distintas comliciones medio•
selección naturai en favor de dichas mutaciones (S9). ambientales. El hecho de que una determinada respuesta conductual o innova•
Prohablemcntc, el foctor más importante que estimuló la introdución de la ción tecnológica sea adrrpativa en un sentido positivo depende de las condicio-
ugricultura en el Próximo Oriente fue el establecimiento de comunidades seden- nes específicas de cada ~ituación. El objetivo del modelo ilustradc en las .0guras
tarias (02), que permitieron el empleo de utillaje pesado µara el procesado de 4.6 y 4.7 consiste en incorporar los datos empíricos que poseemos Y fae:!Jtar la
alimentos e hicieron comun::s las estructuras de almacenamiento. Ademe.is, al iúi~ evaluación je la importancia relati~a que tienen los diYersos factores en las di-
nimizarse los efectos negativos de la ctur;..za del nomadismo sobre la vida de las ferentes circunstancias. A continuación se enumeran los pasns que pueden se-
m11}crcs, se obviaron el iHfanticiG'.;::i y los largos períodos que debían transcurrir guirse:
entre emb;,rwi:os. Los ancianos de las comt::1idades dejaron de estar sujetos a las l. Las ocupaciones específicas de cada yacimiento pueden clasificarse según
penurias y tribulaciones de los largos via_ies del grupo. Por t,.,do ello, creció lapo- los tipos de comunidad sugeridos ,::;i la figura 4.6.
blación y las comunidades aum~ntaron de tamaño. La participación de los mños 2. En cada yacimiento importante de una región en particular deben _regis
y los ancianos e11 las actividades agríco!·~s fue mayor que la que habían t.:,nido en trar.se los valores de cada factor. Allí don<lL; no puedan recuperarse los valores
la caza y en la recolección. Pos:Jlcmente, los indiLios d: :a prc:encia de cierto absolutos deberán obtenerse los relativos a partir de la observaciún de su presen-
tipo de religiosidad y de rituales funerarios registrados en los yacimientos prea- cia en diversos yacimientos.
grícolas podrían ponerse en relación con uua mayor esperanza de vida y con el 3. Los vaiorcs empíricos:: los cambios que se infieren de la evi9en~ia .ar-
cnnsiguient;: incremento en el ni'unero de ancianos. La vida sedentaria pudo ha- queológica tienen que ser comparados c?n las hipotéticas consecucncms 111_d_1ca•
ber dciermi.iado un mayor respct,--, por la vida al eliminar !a necesidad de ciertos Jas :-n !3 figun1 4.7. Cualquier c'iscrepancm entre e! modelo y los datos cmpmcos
mccünismos que limitasen el nllmero de individuos del grupo. Pvr lo tanto, el es- debe examinarse para dctermrnar st: causa o íªra rei.1j'lstar el modelo en Cíl.SO
tablecimiento de comunidades sedentar~:ts tuvo como consecuencia un creci- necesario.
miento demográfico y, en algunos ca;;Js, JJrovocó una modificación en la estructu- La validez general de este enfoque radica en que exige la investigación de ca-
ra de edad de la población. tegorías ané:nal"''i, métodos para obtener los valores de los efectos postulados, y
El cstablecimient::1 de contactos comerciales a larga :=istancia, e;empl;f}cado define objetivamente los factores en juego y sus interrelaciones.
por la presencia de artefactos de obsidiana a cientos de kilómetros de su 1uente Las secciones restantes de este capítulo versan sobre los métodos cmpleadc~s
de extracción, constituyó un mecanismo que sirvió tanto para el intercambio de por las ciencias naturales para obte.ier información sobre lm inicios ~-e la agn-
iCeas como para el transporte de cereales y quiz,ís de otras especies domésticas cultura. Es necesario conocer las técnicas utilizadas para la reconstruccwn del pa-
(04). A medida que aumentaban estos contnctos, se incrementaban la magnitud leuuinbiente, y las que permiten identificar los restos vegetales y faunísti.cos. P?~:i
y frecuencia de las relaciones sociales, así como el número de nuevos inventos evaluar correctamente los trabjos que se han rcalizad0 y tener en cons1derac10n
(05). El crecimiento demográfico) la intensificación de interrelaciones imp~:!sa- lo~ diversos tipos de datos que se obtienen en la actualidad.
r')n lr1 aparic:5n de inventores y la mejora de los medios de comunicación. Estos
procesos fueron responsables de la acc;eración en progresión geométrica de la
tasa de innovación cultural que ha seguido hasta nuestros días. LA RECONSTRUCCIÓN PALEOA\!B!ENTAL

Relaciones de retroalimentación establecidas por la agricu.'.. tra en sus co- Lns efectos de las variables medioambientales y de los cambios climáticos se
mienzos. A_ partir de ciertas condiciones previas y estímulos, se estableció toda manifie<:tan a menudo en procesos culturales específicos. Para fo.rmular su te0-
una .scrie de reladones posi~;vas de retroalimentación que se reforzaban mutua- ría V. Gordon Childe se basa en un cambio climático acontec1do durante el
mente y que impulsaron el desarrollo de la agricultura y su rentabilidad cconó~ pl~istoceno fin.il en el Próximo Oriente que estimuló la aparición de la ªf':ricul-
mica. Si bien sucedieron m1.,chos acontecimientos y :"actores específicos que pu- tura. Robert Braidwood su!.l.ería en su conceph., de zona nuclear que la mtro-
sieron trabas al desarrollo de la agricultura, la mayoría de !as relaciones de re- ducción de la agricultura sólo pudo suceder en un marco ambiental a~ropi;:ido.
troalimentación favorecieron el establecimiento de comunidades agrícolas se- La hipótesis de la zona marginal se basa en la importancia del solapam1~nto en-
dentarias. En los primeros tiempos, la dependencia de plantas y animales do- tre dos zonas medioambientales. Estas teorías, entre t:>1tas otras. reqmeren un
més.ticos sólo representó t:na pequeña parte de la estrn_t,-,gia subsistencíal en su minucioso estudio de las condiciones paleoaf'lb~entalcs y los cambios climnticos.
conJunto, pero despUt.~<: supuso In ampliación de !ns relaciones de retroali111enta- La importancia del medio ~"' ha enfatizado a raíz de la profusa adopción de las
l .'iO LOS ORÍGENES DE LA CIVILlZACIÓN LOS nRiGENES DE U\ AGRlCL'LTURA 151

pL'rs~ectivas ecológicas p,iíc1 el estudio de la cultura, y por tanto, las variables puede efectuarse en algunns yacimientos próximos al mar, esperialmentc en
n:1.ic,ones entre los seres huma1,os y su entorno biofísico se han convertido en Ksar Akil. Incluso si contarnos con i:orrelacíones fiables, los datos geoló!!icos v
un tema básico de los estudios prehistóricos. sobre los niveles marinos sólo serán válidos para grande~: alterncio;es y lan!~l a
Las caracterís_ti7as del pai~~ambicnte se infieren a partir de una gran v"rie- plazo. La introducción de la agricultura fue, en téÍminos geológicos. mí procc;o
Jad de dat~1s gcol~g1cos y b~o.log170s que. como fuentes infonnativas, poseen vir- rápido y, por lo tanto. nuestra reconstrucción paleoambiental poco puede henefi-
tudes relatJvas y c1ertr1,;; def1c1encias. Las cronologías obtenidas por distintos me- ciarse de este tipo de dalos.
di.n, p~1_eden ,,ariar y c~1?a méloclo d~ oht7nción de datu:; verse influido por la dis-
tnbuc1on y conservac1on de las evidencias, así como por la ambigüedad de la
intcrpretaci~n En el Pr.Oximo Oriente destacan tres tipos de información sobre Los datos faunísticos
e.! palcoamb1cn!e: 1) la m(ormación geológica sobre la sedimentc!ogía, la exten-
sion de los _glacmres, ~o~ mveles marinos y los regímenes hidrológicos locales; 2) La inft._,, ,:n, ... ;~~11 yue se obtiene de los huesos animales es sugerente. pero ca-
lm ~e~tos oseas faurnst1cos procedentes de estratigrafías arqueológicas u otros rece de la precisión necesaiia para reconstruir el palcoambientc de forma detalla-
dcp.0s1tos data bles; y 3) el polen y otros tipos de materia vegetal conservados en da. En fecha tar; temprana como la correspondiente a las excavaciones de las
scthmentos naturales o arqueológicos. cue,·1S del monte Carmelo, Dorothy Garrod infirió fluctuaciones ciimáticas a
partir de la alternancia estratirráficu de dos tipos comunes de animales (Garrod y
Bate, 1937). Asumió que la gacela habitab;J. ::n .1mbientes de pradera y el ciervo
Los datos geológico,\ en zonas boscosas. La abuudancia relativa de ciervos y gilcelas v:iriaha a !o largo
de la secuencia estratigráfica, y podía correlacionarse con l,1 bien conocida se-
Si bien la información geológica sobre PI palcoclim:.: ;-iuede extraerse de diver- cuencia climatica de las glaciaci0nes europeas. Los críticos de este método se
sas fuentes, su datació~ es frecuentemente difícil y no suele ceñirse a penados cor- apresuraron a señalar que las cuevas del monte Ca:''l1CJO se sitúan en un entorno
tos. ~as te¡¡ .tzas surenores que rc 1can lagos interiores, como las de: mar Muerto,
1

muy montanuso, próximo en la actmilidad a bosques y praderas. Incluso si esil!
nos mforman de que, en cier~o momento del pasado, !:.i:; llm·::is fueron muy inten- 110 hubiera sido el medio del pasado, los cambios en los háhilo~, de caza también
sas o la evaporación menor. En cambio. las terrazn::; aluviales que se distribuyen a pudieron haber justificado las variacinries del registro faunísticu. Otro problem;,
lo l~Irgo de l?s :í?s costeros del Líbanu e Israel testimonian que en el pasado los relacionado con la información que los rcsws faunbticos proporci01i.1n :.obre el
rcg1m;,;:1es cI~n,:i~t1cos estabn11 gobernados alternativamente por períodos húmedos medio ambiente estriba en que muchas especies salvajes puedi..:n vivir en más de
Yseco.,,. Es d1f1eII datar estos ~críodos climáticos debido a la ausencia de muestras un 1lrea ecológica. Los jabalíes, por ejemplo, haL:wn en n~Jntes de zonas situadas
susceptibles de an1llisis raUiocarbónicos y. por ello, suelen correlacionarse con las a diversa altura, desde el nivel del mar hasta los límites superiores de las üreas
fa~e~ climáticas curop.eas corresponc.Eentes. Sin embargo, aunque los cambios cli- boscosas; por consiguiente, los restos de iabalíes solo p..1cdcn ut¡!'.zarse para infe-
mat1cos que se f1TOdUJeron en E.1ro¡1a durante el pleistoceno afectarun probable- rencias muy generales sobre el paleoambicntc de una determinada época. Este
me.nte al re~to del 1:1undo, resulta muy arriesgada su extrapolación al Próximo problem::'. se complica por el hecho de que la distribución y las preferencias de
Onente. Ch~ldc ~onfrnba en los climatólogo:, que afi:-maban que !as W':as climáti- hábitat de los animales salvajes del Próximo Oriente actu? 1 pueden no ser las
ca::. del hern1sfeno norte se habían desplazado uniformemente hacia t.1 sur. En la mismas que las del pasado reciente. La introducción de las armas de fuego, la eli-
actualid~d e~ist~~ evide.n_cias q:ie dcmue"lran todo lo contrario, ya que el régimen minación de le'.: depredadores naturales y la erosión y deforestación Lit' !os suelo:;
de ca.mb10 cl1matico vano cons1dcrablemente y poseía, además, un carácter regio~ han allerado drásticamente el marco del holoi..:eno antiguo.
nal diferente al que se pensaba. Incluso durante el último glaciar europeo, el des~ A pesar de estas limitaciones, los huesos faunísticos pueden ser en algunos
cc~s? de la t~mperntura fue muy irregular y variable según las zonas;. en regiones casos la única fuente de información disponible. Poi k, tanto :;e han de intentar
prox1mas al arca glaciar se bajü hasta 1.2 ºC, mientras que en el centro d['. Europa minimiLar los defectos que hemos expuesto. Ciertas especies de pequeños mamí~
8 ºC y er: latitudes inferiores, sólo 4 ºC (Wright, 1960, p. 83). ' fcros son particularmente sensibles a las variaciones del medio. Algunos roedores
.Sabemos que los glaciares cu~,rieron las cumbres de los 2..agros durante el suelen estar representados en el registro ar4ueológico y pueden relacionarse es-
pleistoceno y que, durante los períodos más fríos, llegaron a encontrarse en1re trechamente con condiciones medioambientales conocidas, por lo cual constitu-
1.200 )~ 1.800 rn~tros por debajo del nivel actual. Esto implica que el clima de las yen buenos indicadores climáticos; lo mismo puede decirse de ciertas especies de
montanas Y reg10nes adyacentes era mucho m1ls frío entm1 ... .!s que en la actuali- caracoles. No obstante deben conocerse los hábitos v los tc:--:-itorios naturales de
dad. dichos allimales, aii~es de sugerir características p;ileoclimüticas basadas en la
Ante 1~ ausencia de .irn:stras que puedan fecharse por radiocarbono, una fór- evidencia faunística.
mula efcc!1_va para co~relacmnar secuencias climáucas, deducidas geológicamen-
te, Yde diferentes reg10nes es su comfastación c'Jn los cambios del nivel del mar.
P.resuntame~te, el nivel del. m~r revela la extensión de la glaciación y las condi- Los datos polínicos
ciones cambiantes de las prmc1pales masas de tierra. El problema más difícil de
resolver en el Levante, donde es posible hacer correlaciones a partir de los nive- Entre las técnicas que lo.:. arqueólogos tienen a su alcance para la reconstruc-
l~s del mar, estriba er encontrar evidencias que vinr11Jen estratigratrns arqueoló~ ción del paleoambiente, la que ha proporcionado resultados m,ís prometedores
gicas fcchables cc111 terrazas que indiquen cambios en el nivel del mar. Esto sólo es la palinología. Aunque los depósitos polínicos adecuados son pocos, cuando
152 LOS ORÍGENES DC !..A CIVILl:Z.ACIÓN LOS ORÍGENES DE LA AGR!CULTUP_A 153

Arbóreo

D2tar·~nes de C14

Ouercus
{roble)
Pinus
{pino) FIGURA 4.8. Grnnos de polen.
10
'f 5460

j-8100
est~n presentes suelen presentar un cuadro detallado y fiable del que se puede in-
fenr con facilidad cuál era el estado de la antigua vegetación de una región. Una 15
cualidad especial que debe destacarse del análisis polínico t:11 contextos estr.:.~i-
gráficos cst, iba en su capaciaad de delectar cambiv::; .:iUtiles y relativamente rápi-
L,3650
dos en la vegetación de u;; .... regiUn. El éxito ae estos análisis s,:: debt: d que el po- FIGURA 4.9. Especlro de la co-
len es ;::uy dun1....;...:ro y a que, gracias a la acción del viento. es esparcido por una lumna polínica extraída del !~;_ ·1
20
gr<'-'.' canfr:1 :Jd de árboles. arbusto:; y herbáceas. A menudo, los granos de polen Zcribar, en Irán (según <(Natural
suspendidos en r-1 aJrc pueden recorrer distancias de hasta 200 kilómetros. desde environment of enrly food produc- 1
tion nonh of Mesopotamia,,, de J. -22600
su planta de C'.';gen. La ,,1Ii.;-,1 ín)) polínicu anual de una ;:~na con abundante vege- Wrighl, Scie11ce, 11.º 161. 1968, pp.
tución puede llegar ::i varios miles de granos por centímetro cuadrado (Butzer, j!jlj,J,i íT rrfTl Jl1•l•1i1 f1
334-339; copyright American Asso- O 80 O 40 O 80
1971. p. 244). Así. d conjunto de grnnos de polen depositados en un punto deter- ciation far the Advanccnment of
minado sin'c como un indicador no sólo de las plantas del área en cuestión, sino Science. 1968). Porcentaje del total de polen en cada categoría
rambién de la vegetación de la r~¿,ión.
_ L 0 s lechos de los r:intanos y los lagos favorecen la pr"'scrvación del polen.
Este se deposita en las diversas capas estratificadas y en cada una de ellas se halla
presente una muestra del polen que había en ei aire durante el período oue cndn obtenido 11 partir de este tipo de análisis procede d . . columnas polínicas cxlrnídas
una representa. El resultado es un registro vegetacional sus. · ptible de ser anali- de sedimentos lacustres. Frecuentemente, la materia orgánica presente en \'arias
zado cronológicamcntr:. capa:; dentro de un.i columna polínica basta para que se pueda ol~:cncr un:: cro-
Los granos de polen procedentes de las distintas plantas son bastante diferen- nología radiocarbónica.
tes: muchos de ellos permiten identificar el género y, a veces incluso, la especie Una vez recogidas las muestras. es necesurio prepararlas para ser observa-
de la planta (figura 4.8). La recogida y preparación de muestra:: para el análisis das a través del microscopio. Para ello se utilizan disolventes que cxtrnen las in-
polínico debe hacerse cuidadosamente y con los objetivos analíticos en mente. crustaciones sin que el polen sufra daños (el disolvente empicado dcpcnclra de !a
Las muestras de polen procedc;,:es de los suele:; Je habitación, o de diversas es- resistencia de la matriz). La cantidad de polen que se examina es muy pequeña.
tructur?s de yacimientos arqueológicos excavados, pro¡>ordonan una valiosa in- entre 200 y 500 granos, y los aumentos del microscopio utilizado oscilan entre
formación sobre la vegetación de la región y sobre las plantas que fueron llevadas 300 y 1.000. Con los porcentajes de los tipos de polen presentes en la mueslrn ::it
al propio yacimiento. Las muestras recogidas de una columna estratigráfica, construye un diagrama de la vegetación de la época. Dicho diagram~1 puech; am-
como por ejemplo el perfil de un sondeo arqueolóiúco. pueden ofrecer un regis- pliarse hasta integrar el análisis de muestras pru1....:dcntcs de suces1,·as sc,;::ucn-
tro del polen que se dispersó .:.-!Jrante el transcurso de la deposición de dichos es- cias estraligráficas. El conjumo polínico de un mismo nivel se conoce comn <s-
tratos. Cada muestra debe tener un volumer. ::nínimo de unos 20 centímetros cú- pectro polí.;ico)). Con la comparación de los sucesivos espectros de una column_a
bicos par~ que contenga un número suficiente de granos de polen, y debe reco- polínica se pueden discernir los cambios en la~ proporciones de !as planta~ (fi-
gerc:e de forma que se evite sn contaminación con polen moderno (Butzer 1971 gura 4.9). .
p. 244). ' ' No se debe extrnpolar la proporción de. plantas de una especie concrct;:i a
. _ El polen procedente de un contexto cultural no constituye el material más partir del número de granos de polen encontrados. ya que alguna~ plantas P'.·odu-
1d:1~eo para reconstruir el paleoambientc.: es preferible recoger muestras de de- cen más polen que otras. Tampoco todo r:l polen es <(arbóreo)) íll reco~re distan-
posJtos naturales que no tengan ninguna relación con fact~:·es culturales. Lama- cias tan grandes y, adi.-!más, existen plantas que se poliniza~ por !,'. acción de !_ns
yor parte de ia información sobre el p;.1lcociima del Próximo Oriente que se ha insectos y no expulsan polen. También resulta complicado d1fercncrnr !as especie~
LOS ORÍGE'.\ES DE L.-\ AGRICULTURA 155
154 LOS ORÍGENES DE LA c1v;;._IZACIÓN
se c~cuentra en !a ac' ..;alidad e!1 las estepas bajas. Todo esto indica que el clima
que sólo constituían una pequeña proporción de la comunidad vegetal lnr:1! de del la20 ZeriiJar era emcu:~.:!S mds cálido y seco que en nuestros días. Después del
aquellas, mucho más numerosas. que estaban alc;Jdas de la zona de muestreu. 6000 i.C., el porcentaje de! roble se había incrementado cui1siderabk:nent~! y
En cierto scntidc, la información que s.:.. extrae de las columnas polínicas es de hucia. el 3500 a.C. constituía cmrc el 50 y el 70 por 100 del total de la vegetac1on.
una gran impottancia, ya que nos da a conocer los cambios de la flora a través del Esta proporción de roble es similar a la actual, y significa, por lo,,t~nto. que la ve-
tiempo, en lugar de pretender una reconstrucción precisa de la ve?etación exis- getación que hoy conocemos se hab~a establecid? ?'ª en t~rno al ..;:iOO a.<:_.
tente en una región. Se pueden establecer frecuencias estimadas para ciertos ti- La reconstrucción del paleoamb1ente del Prox1mu Onente entre el 3.:>.000y,el
pos de hábitats a partir de un muestreo polínico actual realizado e:1. diversos me- 9000 a.C.. basada en las columnas po!ínicas de Zeribar, Mir~t:ad y<::' Ghab smo,
dio ambientes. La macrobotánica, así como otras categorías de datos, suelen con- nos infonna de un clima lrío con vegetación esteparia (W_nght, 1916~. L0:~ bos-
firmar la información obtenida mediante los registros polínicos. Aunque las que~ y !as estepas cubiertas es1aban confinad?s a escasas areas ~e _b~Ja ~ltnud Y
ventajas de los análisis pc!ínicos sean muchas, persisten los problemas rehiriona- precipiluciones. Después del 9000 a.C. aprox1madamente, las p1ec1p1tac1ones se
dos con la extracción de muestras y con una correcta intt.., ¡-:.... u., ... ;ú11. intensificaron y los reductos donde ,.:r,.,.cían los árboles comenzaron a aumenlar
de tamaño. Durante el crucial período que se sitún cntr~ el 8000 y el 6000 a.C.,
las e~lepas cubiertas prevalec;eron allí dondP en _la actualidad se r_eprod~ce e.l ro-
El pa/wclima del Próximo Oriellfe ble. El cJimü era algJ m,í.., scc0 que en la actualidad y la vegetac1on mas al:1erta
como consecuencia de 8000 mlos de tala, cultivos intensivos y densas ocupac1onc~
Los trabajos de campo y los análisis dirigidos por Wright, Van Zeist y tantos !·um<.rnas. .
otros, han comenzado a producir suficiente información como para recunstruir La descripción que acabamos de exponer, aunque hay~ sido corro~~rada por
con fiabilidad ia secuencia clir.::ítica y el medio ambiente del pleistoceno final, otros análisis no estrictamente polínicos, no es completa, m su aceptac1011 genera-
morn ... iilu en el que se dieron los primeros pasos hacia la agricultura. La may01-id lizad.i. Los modelos climáticos derivados principalrncnt~ de los datos pruc:den-
de los datos prc-::ede Ue un columna polínica del lecho del lago Zeribar, al oeste tes de regiones mOJ 11 añn,:i, nn ~1wdPn p;,:-trnrinhr,'.~ f:íriln1ente ~ otras reg10nes
de Irán. Zeribar se sitúa a 1.400 metros de ::iltura, en el corazón de una zona de del Próxfmo Oriente. En el 8000 a.C., el medio físico ~s!ab~ compue~to por _un
vegetación natural, compuesta de bosques de robles y drásticamente altefoda en conJunto complejo de zonas con temperaturas)'. prec1p1tac.1one: \:anables: ~n
la actualidad como consecuencia de la t::'..J y la roza. Esta zona boscosa alcanza muestreo inte11sinJ y el amílisis de columnas polm1cas d.e reg,1one:-. d1fe_r~n.tes 11:a-
una altit¡:¡j que oscila entre 200 y 600 rndros y posee 11na anchura de 50 a 100 ki- tizaría este cuadro un tanto simplista. Wright ~i '.'an ~e1st no_s han ofrcc1uo la ~n-
lómetros En las mesetas septentrionales de Anatolia e Irán, el clima es frío, y la formación más completa y fiable posible sobre el mcdl{) ambiente en _el q~e s7 m-
Artemisia caracteriza la típica vegetació11 de estepa (Wright, 1968). trodujo la agricultura. ¡:,.::ro el tiempo y los estudios futu_io~ detern~maran ~1 los
Los sedimentos del muestreo dei iaeo Zeribar se fechan e,1tre el Zl.000 V el datos que ellos nos hnn facili1_a~o son s_uficicntcs para hacer mferencrns relacmna-
9000 a.C., y contienen un conjunto polín1co similar al que registra la actual super~ das con otras regiones del ~rox1mo Onente.
ficie estepari1 de ambas mesetas. Las proporciones de Chenopndiaceae y Artemi-
sia son relativamente grandes, mkutras que el polen :irbóreo es prácticamente
ii1existente. La ausencia de nolen nrbóreo es muy significativa, ya que se sabe que LAS EVIDENCIAS BOTÁNJCAS DE LA PRI:-.IERA AGR!CULTIJRA
las muestras l polen de roble constituyen d 2 por 100, incluso en aquellos casos
donde los robledales se hallan a 75 !:ilómetros de distancia. i'i~ás al sur, en el lago !\fochas clases d..: artefac10s nos indiCüi1 la presencia de la. agricultura. como
Mirabad, a 800 metros de altura, se extrajo una columna polínica igual a la de Ze- por ejemplo los molinos de piedra y los_ dientes de hoz: pero s~empre p_er~ancce
ribar, y de una cronología próxima al 9000 ::i.C, por lo que parece poco probable la inet~rtidumbrc éc si las plantas manipuladas eran silves~re:-. e? _domestlcas ..El,
que los robledale::: se ubicaran a menor altitud. Así pues, parece ser que el paisaje método más directo para rec;oh·er esta cuestión c~nsist~ 7n :.dent1h~ar las pro~rn.s
de los Zagros carecía, en gran parte, de árboles. TamLíén es probable que los ro- plantas. Durante los últimu:c \·einte años se lrnn m.te~s1f1c~do los~ -s_r~.erzos par,~
b: ... s y las plantas asociadas a ellos, como el trigo o la cebada, se hayan refugiado recuperar v analizar los res:os \·eg.etales de los yacmuentos arqueolo~1cos. Espe
en zona~ tan alejadas como el Levante durante el pleistoceno. Debe recordarse cialista:;; p;ofcsionales en la identificación de plantas suele .. acampanar_:, los ar-
que las bajas temperaturas no son las únicas responsables de la carencia de árbo-
les y hay que considerar también la aridez. Por lo tanto, el clima de la región de
queólogos en los trabajos de ~ampo y trabajan sobre las m~:~tras en 1~:1_abor~1~:
rios específicos de las instituciones a las que pcr.tenecen. D._ .. 0s especiah?a_s _sue
los Zagros en torno al lago Zeribar fue müs frío y, probablemente, más seco antes len denominarse palcoctnobotánicos. cntend1cndo por palec.;tnobotamc~ el
del 9000 a.C. que en la actualidad. estudio de los restos de plantns cultivadas o utilizadas por los seres humanos en
A partir del 9000 a.C., los registros polínicos documentan un c.::.aibio climáti- tiempos remotos (J. Renfré\\.1969: 1973).
co que indica un incremento de las precipitaciones anuales y la temperatura (Van
Zeist, ] 969). Existen pruebas de que poco después del 9uUO a.C. aparecieron los
primeros ártuleS en la región del lago Zeribar, y que continuaron aumentando su Preserl'llción
presencia al tiempo que desaparecía la Artemisia. Varios milenios más tarde, la
región ofrecía un aspecto de sabana compuesta por robles y pistachos, sintilar a Los restos \'C!!Ctales son relativamente frágiles y ne sue_len conservar su e~-
la que exist::: hoy en las vertientes meridionales de los Zagros próximas al lín!lte tado natural dur."íntc largos período. Afortunadamente. ,~x1!-;LCJ1 algunas cond1-
inferior de la zona de bosques. También creció el número de ontinas. planta que
J5ú LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍGENES DE LA AGRICLLTURA 157
ciones que propician la preservación de !as características genrr1!es de los no han ofrecido datos sobre la Jieta humana en los tiempos de la íntroducción
restos bolánicos dürante miles de años. En los yacimicnt,..,s ar(]Ucoló¡;;r11s se ha de la agricultura. .....
conservado una gran cantidad de materia vegetal en estado carbonizado. Cc-
r~~1les, semillas y, en algún caso, frutos fueron reducidos a carbón por la ac-
cmn del fuego o el sobrecalentamiento, y han retenido sus formas caracte- Recogida de muestras
rísticas. Puc!~eron haber caído t!O un hogar, en un horno o, simplemente. ha-
ber estado dentro de una casa o cualquier otra estructura que se incendió. To- Entre las diversas formas de conservación de los restos vegetales. la carboni-
das estas c~1·cunstancias suelen estar ampliamente rcgistradus en los yacimientos zación ~s la más común de todas y la que ha permilido preservar has\a ahora ma-
arqueológicos y han contribuido a la preservación de enormes cantic.iadcs de _'t'Or información. Es posible recoger a mano los granos )' las semillas carboniza-
restos botánicos fácilmente reconocibles. Ocasionalmente, estos restos carboni- dos a medida que van apareciendo en el proceso d~ excavaci"JJJ, como es e! caso
zados conservan alganas de sus características morfológicas. aunque la mayoría del descubrimiento de siloS- o tinajas de almacenamiento quemadas y llenas de
puuc:cc:u importantes deformaciones que eliminan sus detalles. Prácticamente u.ra110. Pero, desafortunadamente, la recogida a mano suele dañar el material car-
todos los cereales carbonizadas que se han recuperado en yacimientos ar- bonizado que se encuentra en los estrn1rJs arqueológicos y, además. es probable
queológic?s no estuvieron en contacto directo con .::1 fuego. pues se habían roto que el exc<H ador sólo seleccione las piezas más grandes. Un mé1odo m,ís eficaz
1

o convertido en polYo. Lo m;:ís probable es que esrnvier::n prot·,gída:; por .::s- consiste en separar los vegetales carbonizados de la tierra y cscou1bros mediante
tructuras de almacc,~arniento o por una capa de suciedad que facilitase una flotacióo (Struever, 1968; ·,vea,·er, 1971).
combustión lenta. El principio de la flotación se basa en la relación entre el peso csp1..•c'.'..ico de
La deformación m2c; normal que genera el fuego puede observarse queman- las semillas carbonizadas, el del ag1_11 utilizada en la flota1..;,)ll y el ;rado de poro-
do granos de diversos cereales frescos. La exposición prolongada e indirecta al sidad de la semilla. El peso especifico real Gel i:arbún \'egel al es de l A a 1.7 _;iero
calor. expande geP."ralmente la anchura del grano y contrae su longitud. Es debido a su alto purcentaje de porosidad, el peso específico aparente oscilu entre
esencial comprender estas modificaciones que produce la combu:;:ión en las di- ,,1 n .1 y O.S. El peso específico del ngua, por definición. es de 1.0 L:1 mayor parte
mensiones del grano, porqu.:. su tamaño relativo y las proporciones que tenga del material no orgánico tiene un peso espccíficu .,uperior (c. 2,5) al del '-'gua y se
son dos aspectos importantes para la identificació11 de las plantas a las que per- hunde hacia el fondo del recipiente si el medio empleado p;m: la flotaciun es
tenece. agua (J. Renfrcw, 1973, p. 14). Esta técnica consiste en verter k:nt:1 y constante-
SJtrn fuente rle información paleoetnobot.:ínica son las improntas de granos y nlente el rnatcriai cnrbonizado seco y !a tierra que !o acompaña en un m1.:U;,J lí-
semillas que se encuentran en la arcilla, especialmente en !a cerámica a mano y _ouido, como el agua. La tensión superficia! del líquido y el bajn p~so específico
en los muros de ndobe. La incrust,irión de los cereales en la arcilla pu::! .1 ser acci- del arnterial carbonizado se combinan hacic,1do que las semillas flr1ten o se man-
dental u intencionada (como dc::grasanlí' vegetal). ~-lientras la arcilla aún eslcí tengan suspendidas por debajo de la línea de superficie, y que i,1 materia inor~ci-
húmeda, los granos se _inflan ¡'.'.:Jr la absorción de agua y se encogen al "'Jcerla. nica se hunda.
Como ~ menudo la arcilla forma un molde detallado de los restos '/egetales. las El empleo del agua e:1 la flotación tiene la \'entajrJ. de ser barato:· ma11e_ja~le,
;morcsiones pueden ofrecer datos valiosos. Las improntas de cerealeS.. enü,ntra- pero no todas las semillas pueden flotar en ella: las más pequeñas. o los propios
das en la ~erámica tosca de Jarmo son, por ejemplo. 1as principales evidencias del fraE:mentos, no tie11en la suficiente porosidad inte¡;:a como para mantener su
uso del tngo y la cebada domésticos en aquel lugar. peSo específico pJr debajo :.'.e la supenicie del agua y s~ hunden en lugar de_ 00-
E1i ciertos lugarC'.:: de clima templado pueden conserYarse enoi mes cafllida- tar. Este problema puede solucionarsl! usando un medio con un peso espcc¡f,co
des de materia vegetal si ésta se halla en contacto con agua. En los pantanos de superior al del agua, como el tetJ.acloruro o tctrayoruro de c;irbon?. Estos pro-
la tundra danesa, por ejemplo, se han encontrado cadáveres en!r::ros en los que ductos químicos son caros y algo difíciles de manipular en el traba30 de_ campo:
incl~so sr: puedf' reconocer fácilmente el contenido de los intestinos (sus últimas desp·'.és de su empleo, el material vegetal recuperado debe lavarse cuuJadosa-
comidas). Los asentamientos sumergidos próximos a las orillas de los !a2.c.: sui- meme para ::¡ue desaparezcan los restos químicos antes de su alm~i..:enamicnto o
zo~ se han presen ado de un forma parecida. Por desgracia, en el Próximo
1
análisis. Se lrnn diseñado uuas r::~quinas que hacen flotar ei sedimento mediante
Onente no se encuentran este tipo de restos tan estrechamente asociados al pote;-.~es producto:; químicos y que después lavan la materia vegeta~, C "º de e_s-
agua. tos aparfüos realiza la delll,,ninada «flotación espumosa),, que recicla el mecl!o
. Igualme~_te, condiciones climáticas extremadamente secas y constantes per- en e! ':uc se realiza la flotación constantemente; esto permite al invcslig_ador pro-
miten larnb1en una buena conservación de la materia vegetal. La desecación cesar unifcrmemente grandes cantidades de sedimento (Jarman, Lcgge y Char-
hace que ios restos Ue plnntas ofrezcan un aspecto simila~ al natural. Se han les, 1972).
descubierto 1mmerosos ejemplos de objetos de madera v alimentos almacena- Tanto si se efectúa la notación a máquina o <1 mano, el 11,.itcrial vegetal se re-
dos en silos y en tumbas del antiguo Egipto. La aridez tÜmbién permite la con- coE:e en finos cedazos donde podrá secarse lentamente antes de su an{disb (el se-
s:1;ación de excrementos e inclu~:J de cuerpos humanos. Los restos macrobo- cado rápido puede dañar las semillas). .
tamc~s y los granos de polen presentes en los restos fecales (coprolitos) pue- Con la flotación se pueden obtener muestras bastante 1eprescntat1vas de l?s
den _m~o.rmarnos sobre los tipos de plantas consumidas por el hombre restos etnobotánicos al procurar una colección de semillas procedentes de dis-
preh1stonco, y sobre los componentes y :-,roporcíoncs de su dieta. A pesar de tintos contextos culturales. Gracias a ella, se puede inferir cuál era la \'ariedad
que en el Próximo Onente se han podido recuperar algunos de estos coprolitos. de :'1anu1s utilizada. Ahora bien, existe el peligro de que si las semillas proce-
!5S LOS ORÍCJENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍGE:-;-ES DE LA AGRICUl:J'URA

den única.mente de un ,.1edio rico en carbón. las cspccirs identificadas sólo co- NAfURALEZA.DJ:: ...,.,.;BlJCIÚNY ,_"50S DE LAS E"PECIES VEGETALES
rrespondan a plantas dcsi.:.:..1das o silvestres y no a las consumid<·.s. Para poder MÁS CONOCIDAS
formular soluciones cuantitativas y fiables rnbre las proporciones de la:, plantas
usaUas, es necesario recoger tantas muestra:: como sea posible de cada uno de Hace 10.0CJO años las cor.~·-1~'•lü.des prehistóricas del Próximo Oriente utiliza-
h1s tipos de semillas. La mulliplicidad de muestras ha de proceder de cada uni- ban una !!.ran variedad de plantas corno recursos alimentarios. Las -,.uiantes sil-
dad nrqueológica. Para su recogida es aconsejable adoptar una estrategia sistc- vestn:s J'é cereales. legumbres y frutos secos constituían la proporción más im-
m;'.!ica que permita seleccionar los sedimentos de ilotación durante la 1'xcava- portante de la Jieta humana. Paleoctnobotánicos y arqu~ólo~_os han dedica~o
(:il1n. Debe flotarse un porcentaje fijo de tierra exca\'ada - d ~D por 100. por muchos e~fuerzos 2. !z, lnvL.,;tigación del proceso de dornesllcacm~ de las espec1~s
ejemplo-; para ello es muy útil g11,,rdar uno de cada cinco cubos de tierra ex- de r)Jant;:,_s más comunes. El método empleado normalmente consiste en determ1~
traíd:1. Si creemos que el suelo de un contexto determinado es rico. debemos na; los ancestros genéticos de las primeras plantas ~u!t~vada_s y _Ioca_l~zar h 1:~go la
fintar un mayor porcentaje de tierra. y si contáramos con el tiempo y los recur- distribución actual de sus especies silve:tres. La pnm1t1va d1stnbuc1_on de las es-
sns suficientes. sería ideal poder exai;:!nar la totalidad del sedimento m'-:'diant-.: pecies ¡;rimi~ivas, configurada por los cambios climáticos y combmada ccn 1~
fl1Hación. progresiva información que se posee respecto a los restos veget~les ~~cuperados
en contextos arquenlógicos, nos ¡:::roporcionarü datos sobre l? ub1cac1on concreta
y las circunstancias baj? las cu?l~s se don~esticó c~da especie. Har!an Y Z?hary,
ld1·11tificació11 profesores de agronomrn y botamca. han sido los p1onl.!ros en e:ta !me~ ~e mves-
tigación mediante la recopilación de información sobre la d1stnbuc1on de las
Los resto~ vegetales recuperados en contextos arqueológicos se identifican a plantas a partir de datos obtenidos en amplias prospecciones C-Iarlan Y Zohary.
través de una comparación minuciosa de los detalles morfológicos consen1ados 1966; Zohary, 1969; Zohary y Hopf. 1973; Zohary y Sr'·o;ol-Roy, 1975),
..-.1 los antiguos granos y semillas. con los de restos ,:1,:'uales rle la misma e"per•i,.;.
C:1da especie tiene su:::. p!opias i:-rt.r'.',...'""'í"\;c?:: di: 1_,,,.,,,,,;a,.... :· f,..,:mas.
La identificación de la especie a partir de restos carbonizadas sólo es el pri- Cercw'es
mi:r paso del análisis botánico. Un minucioso estudio de los restos etnobotánicos
y de sus contc,·0s i:- 1Jlturales puede informarnos de las características de las plan- Entre las pi ;,neras planto:=; doméstica..,. los cereales ararecen con n~~yar fre-
tas prehistóricas y de las actividades de sus ge~101es. c1parte de solucionar diver- cuencia en el registre :~rqueológico del Próximo Oriente. Aunque tamb1en se do~
sas cuestiones, como las siguientes: ¿por qué se recolccl-:.'ron ciertas plantas y no mesticaron otras piuntas en un momento muy antiguo, no fueron tan comune~ m
utrns de la amplia gama ,___.istente?. ¿,por qué sólo se domesucaron unas pocai:: '~n- han recibido la misma atención por parte de !os inYestigadores. La brev~ cxphca-
1 ri: las plantas que utilizaron'?, ¿qué equilibrio existía entre los recursos silvestres ción que ofrecemos a continuacL:::: sobre la morfología y el comportnm1ento del
y his domésticos en la dicta !:umana?, ¿se practicaba el rnonocdtlvo. o el po::cul~ trigo y de la cebada puede, ar,iicarse al resto de los cereales. .
tiYo?, ¿ya estaban maGuros los cereales cuando se inicial,~ la cosecha?. ¿eran be- Los cereales, herbáceas de cn:cimicnto anual como el tngo o la cebada, se
neficiosos para la salud?, ¿cuái era la proporción de cereales, legumbres y planta:: cultivaban principalmente debido a que sus grar,Jes granos c?~:entran una gran
oleaginosas de la dieta?. ¿tenían las plantas otra utilidad, aparte de la al:men- fuente de hidratos de carbono y porque pueden almacc11arse · -·:tlmente (J. J. .... i.:u-
taria'? frew, 1973, p. 30). En 1;1ucho~ cereales.~! grano está situa~o en la parte alta d~l
Diversos factores Jeberán tenerse en cutnta a la hora de evaluar las explica- tallo, dentro de una densa espiga. Las f1gurns ,-1.10 y 4.11 ¡lustran la morfologiJ
ciones que proponen los paleoetnobotánicos y los arqueólogos acerca de las plan- general de la espiga. La columna c.::ntral es el eje o raqui?, _com~uesto por nud?s
1:1-.; prchi<;tóricas (I-h:rlan y De \:Vet.1973): v entrenudos. Los nudos son lo:. pun10s por Uonde la fragil esp1~:i de 7ereal s11-
1. La autenticidad de los hallazgos. \•eslr"' se rompe. Estos puntos de desintegración pueden soldarse me~iante una
2. La abundancia de la phu1ta e"ri cuestión en contextos arqueolúgicos. mutación que. Pn caso de prodü ... :rse, hace que e'. t~llo n? se rompa; smo que :e
3. El tipo de evidencia de la que procede la información (imprortas o semi~ convierta en una única v resistente columna. La resistencia de la espiga fue la ca-
]las carbonizadas). racterística esencial qué hizo del cultivo de cereales u~a tarea rentable._ , .
4. La identificación e interpretación del material. La espícula está formada por dos glumas que encierran uno o v<1110s flos1.:u-
5. La integ:ración de dicha información con otras evidcn-::.--.:; botánicas v cul- los. El flósculo está compuesto por dos brácteas internas, la ,demna,~ Y la 1<palc_m,,
turaks en un dctcnninado yacimiento y región. ~ donde se albergan Jos estambr'--" \" el pistilo; ~l o\'ario, que forma parte del p1sulo,
Si contamos con toda esta rnformaciún, podremos comenzar a evaluar las se transforma Cnn el tiempo en uñ fruto (cafr.\1 side o grano). Cada nudo de trigo
diversas sugerencias que se han itlo formulando en esas fases preliminares del contiene una única espícula, mientras que los de la cebada contienen tres,__ cada
anúlísis. Afortunadamente, los restos veg"talcs de las 1Jrimeras aldeas del Próxi- uno je las cuales está formad~ por un flósculo y un par ~e glumas ~e _tarna?o re-
mo Oriente han sido examinados por excelentes y competentes investigadores ducido. En la forma ancestral de !a cebada (la de dos hiler:is), el umco flosculo
como Helbaek, Van Zeisl, Har!an, Stewart, Hopf, Zohary y Renfrew. fértil capaz de producir un grano de cereal se a10ja en i<: ~spícul~ central; los dos
laterales son sexualmente imperfectos y por tanto estcnlcs. Sm embargo, una
mutación genética puede hacer fértiles los flósculos iatert1!"'" Y transformar la ce-
bada primitiva en una nueva especie de seis iúleras.
160 LOS ORÍGENES DE LA CIVIL!Z:\CIÚN LOS ORÍGENES DE LA AG!.".ICULTURA 161

G)
FIGURA ..\.12. Cariópside del trigo (gra- Estria ventral
no): (A) Yisión dorsal; (B) visión ventral; y
(C) sección transversal.

La cehada

Ln. cebada fue una de las bases económicas de las civilizaciones del P:-óximo
Oriente. Partiendo de un estudio minucioso, Helbaek (1970) y otros im•e,;;tiga-
dore~ llegaron a la conclusión <le que 10das las antiguas especies de cebada do-
méstica descendían del Hordewn spontaneum. Este tipo de cereal silvb,re es el
más difundirle :::n el Próximo 0riente por su capacidad para tolerar una gran
vari,:-:'.:.::! de condiciones medioambientales. Temperaturas moderadas con ín.::i-
ces de pluvirn:irlad q:..:e no rebasen los 90 centímetros anuales son las mejores
FIGURA 4.10. Primer trigo doméstk~: (A) es¡,.;ila (Triticum condiciones para el crecimiento de la cebada, ya que fü, urecen un periodo de
B mo11acocr1r>11_) y (B) escanda (Triú,.11111 dirncc11111). maduración relativamente largo. bn cuanto a! tipo de suelo, son ideales!:;.:; mar-
gas oien drenadas con un elevado contf"T"'ldo de nitrógeno. Debe señalarse. ade-
más, qu':' la cebada es muy tolerante ¡:, los terrenos alcalinos y salinos (J. Ren-
frew, 1973, p. 81). La cebada silvestre no resiste los fríos extremos y es difícil
encontrarla en altitudes superiores a los :.500 metros. Su ausencia es absoluta
en las altas mesetas continentales de Anatolia e Irán. 3in embargo ta desarro-
llado nuevas características (variedad delgada de semillas pequefias) para pene-
trar en las zonas esteparias cáiidas y en las áreas desérticas del Próximo Orien-
te, y puede encontrarse cerca de c::rsos de agua dcserados y en las estepa:; que
.,e extienden desde el Negev hasta la frontera con furquía, y por el este. hasta
Irán y ri.fgar· tán (Zohary, 1':IO':IJ. Utra va;:icdad especial de la cebada silvestre,
excepcionalmente robusta y con se~illas grandes, sobrevivP todavía en el área
de captación del alto Jordán.
La cebada silvestre comprende distint;:1s especies diferenciadas entre sí por su
morfología o háb;tat natural. Algunas parecen eslar bien adaptadas a su medio
de origen. mientras que otras se parecen a hierbas m~.Jas y se han difundido a raíz
e!: las alteraciones provocadas por ius asentamientos agrícolas O-Iarlan y Zohary,
1966). Aunque estas variedades más pobres pueden hallarse en muchos lugares,
F1mm,, 4.1 l. (A) Espiga de cereal.
los principales h.íbitats actuales nos dan la claYe para identificar la distribución
A B (B) Espicula. económicamente rentable de la cebada silvestre en el pasado. Su presencia es
abundante en los hábitats que bordean la parte baja de los robledales caducifo-
lios en torno a las llanuras sirias y la cuenca del Éufrates, incluyer::Jo la vertiente
occidental de los Zagros, al sur de !ns Taurus. las montañas del Le ante y el área
11

Los granos de cereal son generalmente oviformcs, apuntados ... o el extremo de captación del Jorrlán (fig. 4.13}. La difusión de la cebada silvestre se extiende
inferior o base, precisamente allí donde el grano se desprende del flósculo, e irre- -a continuación por los wadis hasta penetrar en la zona Je matorrales del desierto
gulares en la parte superior (figura 4.12). La superficie dorsal es redondeada y la (Harlan y Z:=ihary, 1966, p. 1.076). Si d clima, hace 10.000 o 12.000 afias, era más
cara ventral está recorrida longitudinalmt!nte por un surco. cuya profundidad es frío que el actual, podríamos suponer que la distribución de la cebada silvestre
mayor en el trigo que en la cebada (J. Rcnfrew, 1973, p. 31 ). era más limitada, restringida probablemente a zonas situadas por debajo de los
1.200 o l.3( 1fl metros y no de los 1.500 actuales.
La distribución de la cebada silvestre en hábitats alterados es mucho más am-

ll.-Rfri,11-;
162 LOS ORÍGHJES DE LA CIVILIZACIÓN
LOS ORÍGENES DE LA AGRJCl.1LTURA 163

blacior.es de cebada 'iilvestrc. pero su di:>persión y reproducc:iún dependían de ia


intervención hurnana.
A partir del registro arqueológico puede inferirse que las comunidades mejo-
raron las condiciones ecológicas de crecimiento v recolección de la cebada silves-
tre antes del 7000 a.C., y Poco después de esta.fecha se datan las evidencias del
cultivo v de la selección de raquis resistentes, La transición a la adopción definiti-
va de iaqui~ sólidos pudo producirse de dos lormas distintas. La rccolccc!'Jn de
la cebada silvestre tenía que realizarse antes de la total maduración de loo-. ~ranos
·.. porque, en caso contrario, se perderían muchos granos a causa de la fragilidad
del raquis.
. :· u,..~ ....... uüsiderarse muy probable que los recolectores advirtiesen el desa-
rrollo de una muli1ción que permitiese la conservación en su lugar de la cspícu-
la. Si re..::.:mocieron la importancia económica de la diferencia. conservaron esas
valiosas espículas y ~sarao sus semillas para plantar la siguiente cosech2.. V:..irias
estaciones sucesivas rlP. sekcción y reproducción cuidadosas llevarían o lin,1 co-
r
secha donde predominasen los ce:-.:al...s de raquis resistentes. la otra vf;: de
transición a la apa1ición de raquis duros no hauría requerido ninguna dccisió1,
) explícita por parte de los cultiYadores y debe de haber teniüo lugar con frecuen-
cia. La utilización de parí.e de las semillas en cada cosecha para plantarlas en la
siguiente estación conduciría a una seleccir'in natural de las plantas mutantes d.e
1 raqui~ duro. Estadísticamente •c:s más probable que se rc::::ilectasen mayor ca11u-
dad de este tipo de cereales que de los de raquis 11 13s frágil. Por tanto, la pro-
porción de espículas de tallo f1uro se iría incrementando en la recolecc: :n y en
F1c;1mA 4.13. lJístrihuci,·m de w.. a especie Je cebada silvestre tHordewn spommrcum) en el el cultivo. La variedad de raquis solido que .:,e habría iniciadv cuma un pequeño
Próximo Oricntc. Lo:-. 1,,mlos corrcspomkn a yacimientos conocidos y el área sombreada repre- porcentaje de la cosecha, probablemente no predominó hasta que hubieron
senta su h:íhita! nrigmariu (<;egún ,,Distributiun of wild wheats and barlcy,,. de J. R. Harlan y D. transcurrido varios centenares de estac;unes. L: evidencia arqueológica parece
Zohary. Sci,'11cc. n." 1:1.1, 1%6, pp. 1.07-1-1.080; cnpyright American Association fnr thc Advan-
ccrnt:JH of Scii:nce, 196h). implicar un largv período de transición entre la cebada de raquis fr_ügll y la de
raquis duro. Aunque la evidencia más anti¡'!,Ja de cc~~ada domcst1c,1da (tallo
duro) se remonta aproximadamente al 7000 a.C. (_Beidha; fose de Bus lv10rdeh
Ce Ali Kosh), solamente entre un 10 y un 15 por 100 de !os tallos recuperados
plia que en los h.íbitats originales. La especie Je peor calidad se halla en los bor- en Ja fase de Mohamad Jaffar (a finales del séptimo ·nilenio). en Ali Kosh. eran
des de las carreteras y en los mürgencs de Jns campos cultiY ·Jos, en los Jarumes y de tipo duro. .
hasta en los tejados y muro,; de fango. La extensión geográfica de este tipo de ce- La r:ebada de seis carreras vestida. que todavía no se ha documcntacfo en 11m-
bada se ha visto ampliada por las pnícticas agrícolas, y en la actualidad se puede guna de las primeras aldeas agrícola:,, apareció por vez primera hacia el 6000 ;:' C.
encontrar en los bosques montuñosos, en las llanuras costeras, a la sombra de en Tell es-Sawwan y en la fase j\fohamad Jaffar de Ali Kosh. Hacia mediados del
afloramientos rocosos en áreas scmidcsérticas y en forma de maleza en cada séptimo milenio parece haberse establecido Ucf;11itiva;·,-,en1e en Tepe Sabz, ?onde
cnrnpo cultivado desde Libia hasta el Turqucstán. La cebada silvestre parece flo- es posible que se practicara la irrigación. Esta variedcid de seis carreras ,·esl!Ur, no
recer en lug:,r de retroceder e1, los medios nat..;;ales explotados por los seres hu- aparece en las regiones con agricultura de secano y sólo se encuentrn en lugares
1m1r'Js (He!back, 19(10, p. 112). donde la irrigación era factihle. Es interesante adYertir que la cebada de seis ca-
Las espigas de echada silvestre se rompen cuando alcanzan la madurez a cau- rreras vestid'á se limita a períodos tardíos y depende de la irrigación, mientras
sa del fraccionamiento de sus nutlos. Cada sección desmembrada se compone de que la variedad de seis carreras desnuda, difícil de reconocer arqucológicamemc,
un grano desarrollado y de dos cspículas vacías, auc son transportadas (a veces apareció antes y en áreas de secano. La razón de est:~ diferencia deberá ser inves-
por los unimales) a lugares G:.,tantes o cae!"l al suelo. Las semillas poseen un sofis- tigada por k:.:; paleoetnobotánicos.
ticado mecanismo que ks permite autorrcr,:·:1ducirse. Sin embargo, la cebada que
ha sufrido las consecuencias de la mutac•ón que convierte a los flós:culos laterales
[.''.' partículas fértiles tiene tripletes demasiado pesados que no pueden desplazar- Ei crigo
se a grande:-; distancias, y los mecanismos de autorreproducción desaparecen por
completo. Probablemente esta mutación tuvo Jugar de forma esporádica en di- La variedad de trigo conocida bajo el no!Tibre de csprilla tnmbién se en-
versos lugares del mundo, pero al no ser observada y utilizada no podía generar cuentra en la mayrn ;a de las aldeas primitivas. Al igual que en el caso de In ce-
la aparición de nuevas especies.
bada, las variantes sih.::stres y las cultivauas están estrechamente relacionadas.
La mutación que fortalece el rnquis apareció tamhién ocasionalmente en po- La característica principal que distingue la csprilla silvestre (Triticwn boco-
LOS ORiGENES i.JE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍGENES DE LA AGRJCUL'!.URA 165

1ic¡a11) de 12. doméstica (Trfricum monococcum) es el mecanismo de; disper~ión


de semillas que depende de la morfología del raquis. El de la esprilla es frágil y
las espícula::; individuales se desarticulan al :ilcanzar la madurez a fin de disper-
sar las semillas. En la esprilla doméstica esta adaptación esencial en condiciones
naturales desaparece: el raquis maduro permanece intacto li.z.sta que se trilla y
su supervivencia depende de la madurez y de la siega (Zohary, 1969). Al igual
que en la cebada, este proceso contribuyó a que la existencia de esprilla depen-
diese de los seres humanos e hizo atractivo su cultivo por las facilidades que
...,•
ofrecía su cosecha.
Existen dos espedes ecogen~ráficas diStintas de esorilla silvestre: una de pe-
queño tamaño, normalmente con una sola semilla, cáracterística de los Balcanes
y la Anatolia occidental, y otra mucho más grande y genera!:nente con dos semi-
llas, que se encuentra en el sur de Turquía, Irán e Iraq. La especie de dos semillas
tstá adaptada a regiones áridas porque uno Je los granos germina mucho ~ntes
que el otro.
· La distribución de la esprilla silvestre es relativamente amplia. Puede encon-
trarse desde el sur de los Balcanes hasta Irán, pero sus hábitats originüles co-
rresponden a los mtrgene~ del Creciente Fértil al sur de Turquía, el norte de
Jran )' los territorios adyacentes del norte de Siria (Zohary, 1969, p. 48). La es-
prilla silvc~Lre es mucho más mesofítica y tolerante al frío que la cebada sílves-
tre y ruede reproducirse CE"!""amente ~n zonas situadas a incluso 2.000 metrus
de altura. En la actualidad se considera parle de la maleza que crece a lo largo
de las orillas de los raminas, de los ,:lfcenes de las carreteras y de los márgem:~
de íos campos, donde a menudo invade los ter1.:.nos dedicados 2.! cultivo de tri- F!GL'RA 4.14. Distribución de !a esprilla sih·cstre (Triliwm bveoticum) en el Próximo Oriente.
go. Al igual que la cebada, su hábitat preferido es el arco formado por los mon- Los puntos corn~sponden a los yacimientos conocidos y la zo,,a sombreada representa el hábitat
tes Taurus y Zagros, pero, a difereuci;i rlP la primera, el Levante no es uno de originario de la especie: lscgún "Distribution of wild whcars and harley,,, de J. R. I-Lr!an y D.
sus centros principales (fig. 4.14). Uno de los hábitats originarios de 12. esprilla Zo!iary. Science, n." 153, 1966, pp. 1.074-1.080; coprright American Association for lhe Advance-
menl oi" Sciencc. 1966).
silvestre se sitúa en el sureste de Turquía, en áreas basálticas. Las colinas de la
zona vc:cánica de Karacadag, en la provincia de Diyarbakir, están cubiertas de
basalto fragmentado y erosionado que permitP ei crecimiento de hierbas silves-
tres. mientras que el ,..,.1t.;,.,._ -·~ lfmita a terrenos reducidos con sueles suficiente- vas sigue siendo un tema controvertido, la distribución del A.egilop.1 speltoides
mente p,Jfundos en las partes bajas. En estas colinas rocosas existen docenas se superpone a la de la esprilla y, por k, tanto. el proceso pudo haberse produci-
de kilómetros cuadrados cubiertos d1,.; esprilla silvestre y de Triticum .1pe!toides do en varios lugares al mismo tiempo.
(Harlan y Zohary, 1966, p. 1.078): En la actualidad sería posible cosechar la La distribución y el hábitat de la escanda silvestre son más restringidos que
misma cantidad de trigo silvestre q1.".: Je trigo cultivado, ya que el primero se los rle la esprillu o la cebada silvestre. Por tanto, el prime:.,·o de estos tres cereales
desarrolla en una superficie de varios miles de hectáreas. Si la a::tual abundan- constituye probablemente el indicador más preciso para 1denrifícar la región don-
cia constitu~'e un _indicio de la situación hace 10.000 año'-, es probable que los de se inició la domesticación. No es una mala hierba y necesita unas condiciones
recolectores hayan sido atraídos a las zonas del sureste turco. Como se ha men- especiales para su crecimiento. Las mejores áreas para la escunda tienen una
cio11Jdo anteriormente, Harlan demostró por experimentación que una familia, temperatura invernal media comparativ:;;nente alta y unos índices rle pluviosi-
incluso con los instrumentos más rudimentarios, podía fácilmente recolectar en dad anual entre 500 y 750 milímetros. El suelo óptimo es de arcilla dura con buen
pocas semanas los cereales suficientes para satisfacer sus necesidades durante el drenaje. El trigo agota nipidamente la tierra, por lo que necesita suelos ricos en
•esto del año (Harlan, '967). nitrato (J. Renfrew, 1973, p. 66 ).
La escanda (Triticum dicocrnm) es otra gramínea abundante en las prime- La distribución limitada de la escanda silvestre se debe a que no tolera ei frío
ras aldeas agrícolas. Las cspcc:.=s domésticas de la escanda son muy similares a como la esprilla, ni el calor y la aridez como la cebada silvestre. Su área ée ex-
su ancestro silvestre, P.1 Triticwn dicoccoides. La diferencia más notable es la pansión tiene dos partes diferenciad .. s. separadas por las montañas sirias en las
fragilidad de los raquis de las especies silvestres. La escanda doméstica es difícil que no crece la escanda silvestre (fig. 4.15). La variedad que se encuentra en los
de trillar y requiere un procesado adicional para extraer las semillas de las glu- montes Taurus y Zagros. en Turquía, Irán e Iraq, es una planta de semillas pe-
mas. Algunos botánicos han sugerido que en un pasado remoto se produjo un queñas que nunca fue muy abundante. Crece esporfi.:!icarnente en algunas zonas
híbrido de la esprilla diploide (con 2 x 7 o 14 cromosomas) y del Aegilovs spe!H aisladas y de forma dispersa en la parte inferior del cinturón de bosque caducifo-
toides tiiploide (2 x 7), y surgió la escanda silvestre tetraploide (4 x 7 o 28 cro- lio. Nunca es la especie dominante de la \'egctación de µtddera.
mosoma~) (Flanncry, 1973, p. 277). Aunque la identidad de las PSpecies prirniti- Otra variedad se encuentra en el \'allc supuior de la folla del Jordán, y se
166 LOS ORiGENES DE i..A CIVILIZACIÓN LOS URÍCiENES DE LA AGR!CULHJRA 167

FJGU<_-\ -Uú. Una típica vaina de la familia de


la.'i kfuminosa.'i: !a vahrn se abre por la miiat.l Llc-
jandu al dcscubicrlu una hikr,i de semillas en su
interior.

legumbres

E! cultivo de legumbres puede ser tan antiguo como el de los cereales y se


han hallado reslos en la mayor ¡.1<ií"te de las primeras aldeas agrícola::; del Próximo
Oriente. Las legumbres constituyen un elemento esencial de la primera produc~
ción de alimentos y rlebian de formar ua ingrediente destacado en J,i dicta de los
primeros agricultorc,;. Sus semi!'.:is contienen un alto porcentaje de proteínas y
sus raíces son bcncficic<'as para el suelo. El crr!cimiento desmesurado de las raí-
ce~. está causftdo por la prc=cncia de la bacteria Rhízobíwn. Estas bacterias son
capacb de convertir el nitrógeno del aire en una forma susceptible de ser utiliza-
da por la planta, mientras obtienen de ésta hídratos de carbono. Esto permite
que la legumbre crezca sin depender de los co1,1ponen!es nitrogenaCos c.'el suelo.
Con ,¡ tiempo, los 11ódü:u.,, ~:.__ :u., ;·~;ic..::.; ..: .. ~---,- ., 1.:oporc:or:an al ,;;uelo mayor
cantidad de nitrógeno, que es utilizado posteriormente por otras plantas. De est:::
manera. el cultivo d.., las leguminosas enriquece el sucio, mientras que los cerea-
FIGURA 4.15. Distribución de la escandu silvestre (7i¡,ic11111 ,iicoccoides) ~::. el Próximo Orien- les tiend-..n c1. empobrecer la tierra.
te. Los puntos corresponden a los yacimientos conocidos. Los círculos representan los yacimien- Los frutos de las leguminosas consisten normalmente en una vaina que deriva
tos donde se ha encontrada trigo tetr;::;-Joidc, incluido T. dicoccoides. La escanda es común en de un único carpelo y que se abre. cuando madt_;_;;_¡, en dos mitades, mostrando
todo el área sombreada (scgUn ,,Di~tribution of wild wbea1s and barley» . ..'.e J. R Harlan y D. una única hilera d¡; semillas (fig. 4.16). Las semillas varían de tamaño:: forma se-
Zohnry, Science, n.º 153, 1966, pp. 1.074-1.080: copvright American Association for the Ad~·an- gúr. la especie. Las más frecuentes en las primera~ aldeas a!_)rícolas fueron el gui-
cemcnt of Science, 1966). ·
sante. la lenteja, la aiverja amarga y el garbanzo (Zoha1y y Hopf, E/73). Se han
encontrado guisantes carbonizados en los depósitc.:; del séptimo milenio di;- varios
;'ncimientos. Los restos arqueológicos de guisantes, en contraste con lo qt:e suce-
caracL ~ iza por un mayor tamaño y robustez v semillas voluminosas. Crece en de con el trigo y la cebada. no proporcionan rasgos diagnósticos clarus que garan-
grandes cantidades en las t:.deras basálticas y- calcá~:as desde Galilea oriental ticen el reconocimiento de la dom~,-1[1.-ación. Los guisantes que se han cultivado
hasla el monte Hermon y la meseta del Golán. Esta variedad se encuentra en suelen tener semillas de L'ran tamafio, pero como este cambio tiene lugar de for-
f?rma abundante en campos dond" <:~ cultiva el trigo y también en áreas no cul- ma gradual, tras sucesiYos culti\'os, no es un indicador arqueológico fiable (Zo-
tlvables e;J. las que predomina el pastoreo. Estas zonas debieron de ser terre- l::0ry y Hopf, 1973).
nos ricos para la recolección para los habib11tes prehistóricos de la cuenca de Existen dos especies de guisantes silvestres genéucamente relacionadas con
Galilea. la especie cultivada Pisum smfri11m: un guisante silvestre nito con flores de color
Harlan y Zohary sugieren, a partir de la distribución de los ancestros silves- azul púrpura (Pi.mm e/ari11s). que se distribuye en las zonas r.~ás húmedas de la
tres de los tres ce_reales domésticos más importantes, que la escanda probable- cuenca mediterránea, y una especie r.;;:ís pequeña (t'isum lmmi/e), restringida
mente F~ie dom:sticada en la cuenca superior del Jordán, mientras que la esprilla geográficamente a! Próximo Oriente (fig. 4.17). P; lwmile crece en áreas de vege-
:parec10 por pnmern vez en el sureste de Turquía y la cebada en algún lugar del ;.ación abierta, principalmente esteparias. siendo su háuilat originario el cinturón
area que bordea el Creciente Fértil. Los mismos autores \1966, p. 1.079) plan- de robledos caducifolios donde crecían los ancestros silvestres del trigo y la ceba-
tean, como medida de prer'lución frente a una aceptación jemasiado mecánica da. Inrndió también hábitats secundarios donde crece como una mala hierba, en
de ~us conclusiones, la siguiente cuestión: ¿por qué causa se habría iniciado el los límites de las zonas de culti\'o, y penetra en los campos de cereales (?ohary y
cultivo de un cereal en áreas donde crecía de forma natural con tanta abundancia Hopf. 1973. p. 889).
comu en los camp?s cultivados? Los hábitats originarios y los ancestros silvestres Los estudios citogenéticos de P; h11111i/e y de su presencia en los primeros yaci-
son fuentes esenciales de información, pero sus distribuciones no ofrecen res- mientos ;:m¡ucológícos indican que se trata probablemente del ancestro silvestre
pu~stas fáciles a las cuestiones de dónde y cómo tuvo lugar la inlruducción de la de la especie domesticada /~ sarivum. La transiciór. tuvo lugar en algún punto de:
agr::-.iltura. Esas respuestas sólo se obtendrán cuando se comprenda plenamente bosque abierto caducifolio del Próximo Oriente.
el proceso. Las lentejas constituyeron otro cultivo importan-;_,._ de leg.uminos¡_¡s en l.a mu-
168 LOS ORiGE\"ES DE LA CJ\'JLJZACJÓN LOS ORÍGENES DE LA AGRICULTIJRA 169

1 ,,

FIGURA 4.17. Distribución de !os guis¡¡nies ~¡;.,cstres (Pisum lmmile y Pirnm datil1s) en e! Pró- 1:1c;ur{A 4.18. i.Jist 1;;,:iución de \as h:nwjas silveslrcs (Lcns oricmali:,) en el_ ~1,;.ám_o v~icntc.
ximo Oriente, Los puntos negros representan los yacimiento~ conocidos ce;;.~!;;;;;:.':.-:.:· :. _ •.. Los purfü1S repn°~entan los yacimia:ntos conocidos. v el á1..:.,1 sombrcc1..;,1, su hab_1l~l _pnman~~ ;~~-
culos, los que tenían P. clmws. La ·mna sombreada representa su hábitat orirrinario (seglln "DLl· gún .. Dmnestication of pulses !:'.. the Old World». de il. Zoh~!'· y lvt. Ho~f. ~" .menee'., n. S_,
mcstication of pulses in the O!d World,,. de D. Zoha1y y iv1. I·Iopf. en Scie,,;.,_
n." 182. 1973. rr- 1973. pp. 887-894: cu¡,yrighr American Association for thc AdYancemcn: .JI Sc1cncc-, 197.,).
887-894; copyright Americ::- Association íor the Ad\·ancemenl of Sciencc, 19 1.i).

de Turquía. Se ha podido identificar el ancestro sih'cstn.: de. esta espcci_c en


yoría de lus primeras aldeas Je! Próximo Oriente. Se han encontrado ejemplos su distribución uriginal en tierras anatólicas, pero en otrn'i regiones lt1s eY1dcn-
entre el registm arqueológico de ;" c1."•nunidad ;1rcagrícola de Mureybit (Van cias :!aras son escasas. La ah·erja es una semilla amarga que gener.:.:.'.n_1cntc
Loan, Skinncr y Van Ze1st, 1970). Como en el caso de los guisante~, es muy difí- no era ingerida por las comunidades prchistói"icas. Probabl~mc:~te ::;~ cult1vaha
cil distinguir, a partir de los reslos carbonizados, entre la especie silvestre Lcns para alimentar al ganado y tan sólo en épocas de carestrn para el consumo
orienta/is y la especie domesticada lens rnfhwris. El único desarrollo evidcme humano. .
durante la úomcsticación es el incremento del tamaño de la semilla, que en la Se han encontrado garbanzo,;; (Cicer arietinwn) en co~textos muy an~1g,uos Y
especie silvestre es relativamenti: pequeño, con un diámetro de 2 o 3 milíme es muy probable que formara parte de la dieta de los pnmcros .c:m1 ;:t!smos del
tros, mientras que en las lent('jas modcr;~as oscila entre 5 y 8 milímetrns. ObYia- Próximo Oriente. Se desconoce su ancestro silvestre. pero se han 1den11ficado dos
mentc, este cambio tuvo lugar muy lentamente. Casi toda; las semillas de !enre- subespecies, una en el Levante y otra en el sur de ~urquía, que.pudieron ha~er
ja halladas en los primeros yacimie:::w agríc0Jas son relativamente pequeñas. tenido este p,1pcl, ya que en las dos regiones es posible que tuviern Jugar la cto-
La inforniación morfológica no es concluyente, y por ello los ctnobotánicos con- mesticación (Zohary y HopL 1973, p, 893),
fiüa en las características ecológicas para determinar si los restos vegetaies de
un determinado yacimiento .::orresponden a lentejas silvestres o domésticas. Se
citan dos categorías de evidencias en apoyo de la hipótesis de que la domestica- Frurns secos
ción tuvo lugar en el sexto milenio: 1) L. nrienralis raramente crece en grnncicS
cantidades y por ello la recolección de una c:iritidad importante habría sido bas- Scuún la reconstrucción paleoclimática elaborada para el pleistoceno fi~rnl,
tante difícil, y 2) las lentejas sil\'estres no crecen actualmente en las proximida- la ma,~oría de las áreas de estepa abierta del Próximo Oriente f~croú ~o.!onr.rn-
des de muchos yacimientos en los que se han descubierto restos de esta lce:umi- das p;r robles y pistachos a partir del 9000 a.C., cnn _una difusión ma:-.1ma en
nosa (fig. 4.18). Es el caso de Jericó. donde la zona adyacente del \'alle ba]o del torno al 4000 a.C. Estos dos tipos de árboles, al igual que el alme_n?ro, propor-
Jordán es demasiado seca para el Jesarrollo de !as lentejas silvestres (ZohnrY , cionaban una oran abundancia de frutos s.... ..:os comestibles y nutnt1v0s a la.po-
Hopf, 1973, p, 891 ), , , blación de la {ona (fig. 4.19). Los robles y los pistnchos crecen e~ los l~abltais
Además de las lentejas se han encontrado otras le!!uminosas en las exca- naturales del trigo, la cebada y las leg,uminosas, y los recolectores mtcns1vos. al
vaciones de his primeras aldeas agrícolas, pero la inf¿-nnación sobre sus ca- igual que los primeros agricultores. tuvieron oportunidad de entr?r en c_~ntacl~
racterísticas y di'itribución es menv:i extensa que en el caso de la alverja amJr- d!:·,~cto con ellos. Se han localizado muchas bellotas (Qtwr:u~ rovur), p1:,_tc1c_hos
ga. Vicia erl'ifia es muy .:omún en yacimientos tales como <;ayünü. al surs:ste (Pistacia mlantica) y almendras (Prw1w, amygdaf11s) en yac1m1entos del scp!lmo
LOS ORÍGE\ES ['!:. LA AGRJCUlTURA 171
170 LOS ORIGE~ES DE LA CJ\'lL!ZACIÓN

e -
El rnfor nlllriti1 0 y las estra1egii1s dictélicas
1

Cualquier discusión sobre las plantas que coi:iformaban la base a~ime~taria


de los primeros agricultores no_ sería completa s1 no se toman.n_ ~n Lons1.dera-
ci6n sus valores nutritivos rclallvos (J. Ren[rew, 1973). En el Prox1m.o Onente,
la caza \' Jespués el ganado contribuyeron significa!ivamcnte a la _dieta de los
¡.,rimeroS ag,rkultore·, aunque la vari~?ªª y equilibno de las especies. :•eg~t~les
disponibles favorccíeron la explotac1on de estos recursos {~uadro 4.1). Tras el
FIGL:RA ..l.19. Frutos secos: (A) bellota i, illado. aventado y molienda del grano se preparaban papdlas Y pan .. Los ce-
(Q11ercus robur): (B) pistacho (Piswcia ailan- reales .:onstituían la principal fuente de hidratos de -:arbono y de v1t1mmas Y !3
tirn} y (C) al:::endra (Pnm11s amygdafus). E. mientras que las leguminosas proporcionaban la mayor parte de las protemas

milenio, como (:ayonü, donde µrobablemente constituían una p.;.1te sust:-:ncial C\lAD8.0-U. ComposiricíJl a!imentari:i por cada j~0 grawos de porción comestible de diversos
de la dieto vegetal en :as primeras fases de ucupación (Van Zeist, ]972). Una animak~ \ plantas consum1uos por !os primeros agncultorcs.
característica imporlante de estos árboles es que sus frutos maduran en el oto-
ño, mientras que en el Próximo Oriente se cosecha el cereal en primavera. Ade-
más. la temporada de recolección de frutos es más larga que la de los cereales. Energía
a!imen- Hidra-
La amplia distribución de pistachos y robles 11acc JO.ü00 años, en zonas próxi-
taria Protd· Grasa/ tos de
mas '-' tierras donde se poorn .:utu\·ar el mgu ~ rn ceoada, proporci011aba un su- nas aceite carbono Fibra Ceniza ;,;~a
Alime,·,;Lis (!:cal)
ministro adecuado a las poblaciones preagrícolas. La disponibilidad de una gran
cantidad de frutos :,_~os contribuyó al establecimiento de comunidades perma- Ccrculcs
1.7 67,1 2,6 1,6 12,2
m~ntes, gracias a !a existencia de recursos alimentarios durnnte e! :Jtoño y a la Trigo duro 331 !-1.S
12,3
12.5 1A 68,3 2,7 1,8
posibilidad de que los esfuerzos en primavera y principios de verano se concen- Tri!!.íl .::,.:anda 333
traran en la cosecha. así como en el procesado de· grrmíneas y leguminosas. Cebad:; de seis
70,2 6,0 2.3 9,9
crtrrcr;;~ 337 10.0 1,6

Legumbres 3.6 11,0


Frutas :,39 22.3 1.1 56.3 5.7
G-,:isantes (secos) 9,;
2-l.9 1.2 57.2 3,9 2.9
Lentejas (secas) 345 11.1
27f, 1.7 :)5,2 2.0 2.-t
A pesar de que los datos son relativamente escasos, parece que las aceitunas, Ah.·rja 343
las uvas, los drítilcs y los higos eran un complemento importante rle las eslr;:ite-
gias de explotación agrícnla del Prú.jmo Oriente entre el cuarto y el tercer mile- Fmtos secos 4,8
J6.S 54.9 21.5* 2.0
Almendrns {secas) 605 4,2
nio (Zohary y Spiegcl-Rc:;, 1975). El cultivo de árboles frutales tuvo lugar mucho Pistachos ( si.:cos) 598 18 q 5-l,0 19,7ª 3.2
57,8"' 1.1 ?,í.5
después de que se hubiera establecido definitirnmente la agricultura de gramí- Belloias 268 3.0 2.6
n.... J.s y, probablemente, se desarrolló en lugares difcrentc.s a los de las primeras
aldeas. Las aceitunas, las uvas y !os higos estaban muy extendidos por todo el Frutas
5,8 2,•I °1~ (\
_.,.,v
Higos (secc,.1) 303 4.Ü 1.2 G:,6
Próximo Oriente a finales del tercer milenio. y su domesticación pudo des2.:To- 2.4 1,8 2{),0
llarse en las regiones costeras del Levante o en Anatolia. La evidenria más anti- !J¡itiks (secos) 318
289
'2.5' 0.6
0.2
73,0
76.5 0,9 1.9 18,0
Uvas (pasas) 2.,8 71,8
gua de domesticación de dátiles proviene de los niveles Ub1id del y:.>.cimientr' Lle Olivas (maduras) 207 l.S 21.0 1,1 1,5
Eridu, en la Mesopotamia meridional. donde probablemente se cultivaron por
;-rimera vez. En poco tiempo los dátiles se convirtieron en un cultivo de enorme Animales dmnéslicos
importancia para las antigt1?s sociedades mesopotámicas. Ganado vacuno (can-
o.o 62.1
La domesticación de estos cuatro árboles frutales modificó su fonna de tidíld mecli·, de grasa) 240 18.7 18,2 o.o 1,0
ól,U
17.0 21 IJ 0,0 O.O 1,0
Ovejas 267
reproducción, que en estado sJh·estre se efectúa sexualmente, es decir, por me-
Cabras 157 ISA 9.2 0,0 o.o 0,9 71,5
dio de semillas. Las poblaciones prehistóricas los domesticaron mediante la Cerdos (cantidad
0,0 1,0 50,0
propagación vegetativa de clones. usando técnicas simples corno la poda, los media de grasa} 377 13.0 36,0 0,0
injertos y los serpollos. Zohary y Spiegel-Roy (1975) consideran que estas plan-
tas se habían preadaptado a la domesticación grncias a su capacidad para re-
FL"E.'•TE: FAO. 196S; Pcl!ett y Shadarcvian. 1970; \Va~l- y lvte.rrill, 1963.
producirse por medio de métodos relativamente simples :'e propagación vegeta- "/-.ricrnis de los hidratos de carbono se i,,:'.:i:_;e tambicn la fibra.
tiva.
172
LOS ORÍGEr,;Es DE LA CIVTL!ZACIÓN
LOS UH.ÍGENES DE LA AGRICULTURA 173
Ycgclalcs. El contenida proteírnco d., . t ---
carne, el pescado, los huevos o la lecl~e es, as no i::-:. tan con_c_en: ---=lo como en la y las legumbre>, se reconocieron rápidamente las ventajas que ofrecían ciertos
mente en protcí11 is vegetales i ¡· . ) por lamo, una d1tta bnsada r-xclusiva- mutantes e híbridos. Por esta razón, se invirtió mayor cs(uerLO en su cuidado y
tenc1on 1:
.- ' mp 11..d un mayor consumo a1 1·
la mi~m~ c_antidad de prc!::ínai;
t· ·
men <1no para a ob-
¡
procesado. "in abandonar otros recursos alimentarios alternativos. La mayor
Des□~ los pnnc1p10s de la agricultura se •- atención rrestada a las plantas seleccionad<1s propició los cambios importantes
la1.; .semilla, oleaginosas La ,r· 1. reconoc10 el alto valor nutritivo de que se produci.fan posterionnente. Sin embargo, habría de transcurrir mucho
· · l 1rnera cu llvada fue -1•· 110 •c1 .
gua procede de los niveles de finales d . ,' . o;;: u_ ~' su ev1 encia nuís anli- tiempo antes de que los primeros agricultores dependiesen to~.ilmente de los ce-
Zeist, 1'f7é). Las semillas de lin
1
1· ~ e sdcpt1m~. n11lemo e11 Tell Ramad (Van reales. Durante el período de transición se utilizó una gran variedad de plantas
• o con iento e un .JU al!" ..10 J)Of l "" • .
gun 1a variedad y el medio arnbienre , t · ..cdl, oe are1le, se- en un intento de asegurar de modo eficaz un suministro aiimentario estable y
70
Los frutos secos constituíar otra imp·o' ~n [efun - y un 25 por 100 de proteínas. adecuado. Gracias a una estrategia mixta basada en 1) la diversidad de cultivos,
tos de carbono así ~orno d;m.' 1 r(ah~ e ucnte úe proteínas, grasas e hidra- 2) la variedad de anin1ales domesticados y 3) la explotación de ;-ecursos salvajes o
¡1 argo estos frutor ' · se v~elven mera. es 1erro. .,v ralcio , e s•p ecrn· ¡mente ). s·m cm-
_, silvestres, la economra agropecudria del Próximo Ori.PntP ~e afianzó cun un éxito
~ ' .. rancms poco tiempo de,r-ué d ¡ .•
aunque se almacenen con sumo cu·d d
1 a o ~J.
R f ~r s e a rcco 1ccc1on, tal que estimuló su ráp!da difusión.
A • • en rcw, 1973).
,.._ partir de los d:i.los existentes sobr ~ J h 'h · .
gion.1! y el valor alimentario e 1· . . e: dos la itats naturales, la rl1strilmción ic-
"o . -s 1mat1vo · e as plantas si!v 1 p . .
nen te. es posible formular hipótesis ace d -l - es res .en e1 rox1mo Los ANI~IALES DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES CAMPESINAS
y de la selección efectuada por los anti o rea . e d caracter de los pnmero..: cultivos
gación. Las comunidades prehisto·r·1 . _::,uos .caza fores-recolPctores para su propa- Los animales no sólo constituyeron una fuente de proteínas, sino también una
-. ca::i se vieron or?~das a toma · 1 d • •
ncs b <lSICas, aunque seguramente nunca fu : r c1er as cc1s10- forma de ~:lmacenar excedentes disponibles en todo momento. Los reb2.:".os, que
gar, tenían que elc¡;ir c~tre las !anta, ero~ conscientes de ello. En primer Ju- ;;,: Jlimentaban de los rastrojos de los campos cosechados, podían ser sacrificados
-··- ~as u::1p!ias fluctuaciones fstacio~ de cosecha ~nua! y las de cosecha con11- cuando e,raseat-:in otras fuentes de alimento. Estos animales domés~:cos propor-
como la alternancia de inviern~ - lluviaales en el rl1ma del Próxuno Oriente, así cionaban además otros productos importantes, como 1Pchc, lana, estiércol y pieles.
miento de plantas anuales V IimÍi"aban ei5ºs> y vcrauus secus, ~avorecían el c:-::ci-
mas requieren una menor ·c--dic . , numero?~ plantas pcrc;mc~, Estas últi-
Adcm,is, las pi amas perenne; sil:~~~r:- ~crtrta_m_b1en du· produdividad es mc"or. Cc::servación
e:111 particularmente adecuadas para la' de r~~1m?_ nentc hace 1C.000 años no
• ' omesLJcac10n
f.:n segundo lugar, ~uvieron que decidir el · · · • Afortunadamente para los arqueíllogos, los huesos de animales son los restos
dcd1c·Irsc La dcpe d · numero de cuJt1vns al que iban a mejor preservados en relación~ 1as ac~ivi.:!:1des h11TTJanas de subsh,· 1cncia. El hueso
' · ' n enc1a con respecto a muchas • d·r
ventaja Je cstabiliza1 el surninist r . especies J erentcs tiene iu es un material relativamente duradero y puede conservarse en medios rleposicio-
i2c- cosechas. No obstant" "l ca troda Ilmenl t_arm y dc_?arantizarlo en afies rle mn- nales diversos, tanto en s;_; forma natural corno en la fosilizada. El registro y cor:
. d.d . t::, t: s O e cu tJvo de mun1ples e ~ ·. ·b servación cuidadosos de los h 11 esos recuperados en las e.\cavaciones arqueológic:as
per 1 a de eficiencia y p:-oductividad de e d . spt.!c1es cstn a en la
mayor p·1rte de las ~· . a ª u nd de ellas (Zubrow 1973). La constituyen, cada vez más. objetivos primord:::les í1el trabajo de los arqueólogos.
' p11mcras comumdades agrícolas O 1 , .. •'
de varias especies. La mezcía de oramín c. ' • P o por pnv1 1egiar el cultivo Los hu -"OS de la rna)u11c1 u ... iu::i anim:iles, especialmente los destin:idos al consu-
ción del hidrógeno con ten 'd º¡ 1:as Y lcgumrnosas favorecía b rec,c-,era- mo alimentario. no se encuentran en forma de esqueletos articulados, ni tan si-
1 o en e sue 1o y proporcionaba p t • h.d º ..
carbono a la alimentación Las se .11 . • ro cmas e 1 ratos de quiera enteros. Es necesaiio, por tanto, recoger todos los fragmentos ~~seos y tra-
< • mr as O 1cae.masas y los frut b tar con especial cuidado los más frágiles. Los zoólogos que se dedican al análisis
otros cc-mponentcs dietéticos necesa . p -; I . os secos aporta an
tos se1-JS constituían una fuente esen:Ji~~·d/r~o~s. P_~_bl,adores de <;ay6~ü los fru- de huesos r•een necesario compartir et trabajo de campo con los arqueólogos, ya
ses de la domesticación exclusivamenteªº _P. cm-"_) .grasas en las ~nmeras fa- que pueden supervisar lu extracción de los especímenes [;-ágiles y controlar la re-
lizadas_ la agric~1ltura y la ganadena dt u~!1;01~. Pos1tcnom1en1e, una vez genera* cuperacion de pequeños frag:nentos mediante el cribadc, sistemático de la tierra.
como rnentes de grasas y proteínas Los icapndos, .0s .vegetales perdiernr¡ valor C'nn frecuencia resulta necesario aplicar técnicas de conservación a los huesos o
fases más tardías no documentan g . d restos carbomzados procedentes de las extraerlos con la ayuda de un molde de escayola. Durante la excavación los zooar-
mente ... vwo co~secuencia de un c;~nb_es prop~rcion~s de frutos_secos, probable- qucólogos pueúcn observar el medio local, examinar colecciones de animales en
forestación Uebida a factores clima·,1·cos10/cn lals neclcs1dac!es dietéticas o de la de- los museos locales y obtener esqueletos de especies salvajes y domésticas de la
E · Y o cu tum es
zona. Esto les pennite identificar con pn:sisión las especies e interpretar plausible-
~s importante observar que los ca'mbi . f. · , . . .
mente, que hicieron del trino)' la c b d l~s mor o 1og1cos inducidos genética- mente el entorno natural de un asentamie~to prehistórico (Rced, 1963).
• • - b e a a cu livos muy producti·,,os f _
... onsccuencm mmediata del cultivo d . . , no ucron una
chas generaciones para que se rod ~ sus semi 11 íl,'.;. Tu:•1eron que transcurrir ~u-
modificadas se hiciesen preda!ina utran eras cambios y pnra que las especies Idcn;fficación
7
C11::i11do los primeros cazadores-r-c e~ en a comunid_ad de plantas cultivadas.
dentarias la recolección intensival.do ce ores~~ estu~lec1eron en comunidades se- Un zooarqueólogo experimentado puede determinar muchas características
conju:::o de actividades de este tip e ~reales ~up?ma una tarea subsidiaria en el de l-:-s animales utilizados por las comunidades prehistóricas a partir de la mor-
o. na vez micwdo el cultivo de !ns gramíneus fología y composición de los fr,;.gmentos óseos recuperados. En la mayoría rlc
17-1 LOS ORÍGFlVb üE LA Cl\'ILJZt\ClÓN LOS ORiGE'.\ES DE LA r\GRJCULTURA 175

lns yacimientos, grnn parte de las piezas son pcquefias, fragmentos nrnclrn- Resuha difícil resporn.ler a esta prcgurita. pero es _apr?piaclo , ~alizar una revi-
cados de ·;:-ucsos largos, !o que difículta parcialmente J¡_¡ identificación de las es- sión de lo que se entic.ide exactamente r.or domes~1c1cmn.
pecies o de la l-'c1rte del cuerpo a la que pertenecen. Estos [mementos no iden- La domesticación animal ruede ddinirsc a partlf de tr~s factures generales:
tificables pueden constituir hasta e! 90 por 100 del conjunto del material óseo. 1. La docilidad, que imp!ic;1 que el unimal no huya m alat¡uLC a los ::;eres hu-
Aportan p□Lus datos sobre la díeta. pero en aleunos caso~ c:onscrvan marcas de manos. ¡ · ·
descuartizamiento que pueden proporcionar irÍformación sobre las técnicas de ? L cambios en Ja conducta, como variaciones en as m1grac10ncs t:st;1-
preparación de alimentos. Otros fra!!mentos abundantes son de cosiilla o vér- cion-;les~:n el comporlamien!O Uinri{) y cn la composición o el tamaiío del re-
tebras que permiten la idcntificació; de la parte del cuerpo, pero hacen difícil
la Je la especie. Los fragmentos o huesos completos de ciertas partes del es- bañ~: El control de la crianza. que incluye el sacrificío y ei apare~n~icmo sclc~li-
que!etc. como las mandíbulas superiores e inferiores, las piezas dentales, la vos, la castración "J, parlo tanto. !a creación de nuevos grupos genet1cos Y prcs10-
cornamenta y las articulaciones de los huesos largos permite11 la identilica- -- r--:-!•?i:tivas {Bükünyi, 1969). . " . ."' , ~- ~ _·,;;-
ción de la especie, que ,c,c efectúa mediante la comparación de los restos proce- En la domesticación animal en el antiguo Prox1mo Onc.:nte, _pu1.:d~~ li
deutcs de la excavación con las colecciones de referencia de los museos o del tinguffse dos etapas p:'incipak·s. La primera fue el. período de mampu!ac:o~_dd
propio .zo~arqueólogo. La diferenciación de algunas de las primeras espec;.35 1
gaI;<1dO tras la captura y amans,~micnt.o dl'. an.nn.a:cs pr~~ere~t~1: e11t: JOV~:
Jomcst1cauds. como ovejas y cabras. suele ser particularmente difícil incluso nes. No se practicaC:~ una crümza 11H~nc1onada 111 t,,,.1p~c?. __ n c~;,,.~ol J ... la.ali_
para 1111 experto, ya que las diferencias tan :;ólo se mauifiestan en un pequeí-.o tación. Se trataba mús bien de disponer de un snmm1stro cr1rn1co. En_ cnn
número de hueso:;. Por otro lado. las partes de! esqueleto de otros animales ~:;artida, !:::- protegía a estos anin'.alcs ,·1 '.': _otros dcpr~d~H..lo~e:_ y se les 11 :~1por:
puc~en pr□f.Jrcionar información sobre la especie a 1:-i que pertenecen y sobre donaba alimento durante las estac10nes mas duras. La selel.,crnn en fu~1c1011 _di.:
el t:unaño, la edad y ~¡ sexo del individuo. e incluso de cómo fue sacrificado y la edad v el sexo i:lc los animales sacrificados para el consumo pued~ h,,ber s1~0
prepnrado. intencio~al con el propósito de mante;-,..:r o de incrcm.entar ely:1~11'.Jn(~ de,] rcbd~
Los m:itcrialcs procedentes del yacimiento turco de Suberde constituyen un ño. Este tipo de manipulación desembocó en cambios 1w,r!olog1c0:-_ l,_ nin,;; "
buen ejemplo de "Ómo muestras progresivamente 1nás reducidas de fragu1entos reducidos. • 1 ¡ J, ¡- can
óseos prop:~rcionan una cre1,;iente .. c1ntidz....; de información. Durante las dos En la segunda etapa se practic?_ una ~!"i'~.nz~ se 1cct1va J~ un cnn,n: . ~.. ,1-.._ v·-
campañas de excavación en Suherde se recogieron aproximad .. mente 300.0!l'J tidad v la calidad de la ali;-.~cn1ac1on (Bokony1. 1%9 y ,.20). l--: 1'.s ,rnu."_'11_~- J~
fragmentos óseos, de ius cuales todos, excepto 25.000, eran astillas nu identifica- no eran lratados como rebaflo. sino individualrn~ntc. Se f~~v~n.:c1.t: J-;i .c:i;in:.:1 ·:
bll!s (Pcrkins y Daly, l 968). De los fragmentos identificables, 11.000 correspon- animales particularmente dócik<= y de anarc'.li.nJCnto prcco_\_~1-:1.:ntrt1~ ~u~ ;l'.·:
dían a huesno; que, como las costillas, no sirven para el reconocimiento de le '!S- machos niás rebeldes eran utstrados o sacnf1cados _p,~ra .iL ... _n,to: ~\_c.i:
ll.
pccic. Poi csw razón, la determinación se pudo realizar tan sólo en 14.000 de viciad. las mutaciones que acrecent .. b;111 ~l valor ~conom1co ~e_!o,s_ c1rnm'.1li.:~, p,ir~~
los 300.000 huesos r'!Cllperados (aproximadamente, el 5 por ]00), los ::ualcs co- sus cuidadores se dieron con mayor lrecucncrn. L?s ammd!t:~ 111u1,10_ics ~,.__,
rrespond_ían en su 111ayoría a ovejas o cabras (unos 9.000 fragmentos). Única- habrían sobrevivido en sus hrihitats naturales. Lo~- cnadore~ acelcr~-~'.1n. ~¡ p10 -
menic 700 de estos 9.000 pudieron atri½uirse definitivamente a una de las dos ceso de domesticación estimulando la reproducc1on de los mutan,..,s., .,1: .uei~-
-:specics. Por tanto, la proporción C.; ovejas rc::pectr .1 la de caL, ......,, ,.,.,. ,.H.J::> es- 0 que limitaban las actividades reproductivas del .resto. lnclu::.o _con c_sr~s pr~-
pecies animales de mayor importancia en el consumo alimentario en Suberde, ~iones selectivas artificiales. los cambios morfológicos en l?s anmrnk:? 11 fu~- º_
debe inferirse a panir (1c unm, 700 huesos. Se han invertido muchos 2sfuerzos ron .mmc ct·ia ¡ os m· obv,·os Jia··•a
: - despuC"
• ., de muchas: -gcnerac,~1nes.
. . See.:un
- lo:- 1:x-
.
en. investigaciones que emplean métodos métricos y microscópicos para descu- erimcntos modernos, los cambios morfológico~ bien dcf1111dos no ap_arece_n /~-
bnr otra~ partes del e.'-r¡uelcto que permitan la idenlificación de especies. En fes de una treintena de gene rae.ion•:"· <H0kü1w1, 1976). Y.,Jado qu~- le~ dur ..tt:1~ 1~
este sentido es necesario comprender la variabilidad de las poblaciones salvajes de una ºéneración es de "unos dos a tres años para espec1c.s p:_quen:-is como_. 05
y domésticas. ~,1uchas de !as antiguas interpretaciones .:! ... l material arqueó!agico f- , · las cabras,. los ccr·os d y de cmco · n c,;;¡1cL1es
as e1s ano-:, -I'"'' · - ·
se han iicvado a cabo sin tener en cuenta la complejidad y dificultad que conlle- pe;1"os, ads meps, 1 • b',.:·,_· .. n~ ·s ¡~osible detectar cambios mcrfoló;icos en
mas gran cs. como os o, ... u~. t.:
1
• • • • Óº I· d .. _
va la idcntificacié,., zoológ,ica y, sin duda, habrán de ser revisadas confonnc se -
los huesos ¡iasta un peno · do ,;;ºntr~e: 50 ,,. 7- 00 ,•1ños- poslenor

al m1c10 t.: ,1 ornes
obtenga müs información.
ticación. . . l l ~
'> _. pr0\'0C'lrUll
_ ..

L a mampu · ¡ac10"n ·mima!\' los prin1eros expcnmcn os ue c1rnnL<1 -


'- . - _ _ .- ._'- •rn-
un;i ,Jisminución en el tamall.o de ios animales en co~1:ar~1eion co~1 su __ '-.'
Sa/¡,aje versus domésricu -
ccstrns sa ¡va¡cs.
· D espues ' de qu,c.: ¡-c1 cr,··111za
'
1· 1·1' ·1limentac1on
' • '- •
fueran • CtJl!troladc1-:
- " h
·ct d · t ~ , cuando se comprendieron las consecuencias. el t<1mano d . . . ,
cUJ a osamen e J . -, <l", 1 unT nz~s cn·1•
Un objetivo prioritario de la labor del zooarqucólogo es disceruir si los ani- mavoría de los animales doméstic~Js aumento, a cxcepc1on t. a g '.-:, ' u ' _
males destinados a ia alim~nta-.:ión de una comunirlad eran cazados en estado n;S La' diferencia entre las dos etapas de la domesticació~ d~_ los anunale~ n~-~:.'.
salvaje o criados en rebaños, e invest:2ar la naturaleza de la transición de la tan· nítida como podría desprenderse de esta breve desc;1pc:o_n: e~ l~s pn~1 1;; 1 0 ~
caza.ª la domesticación en las actividad~s de subsistencia. A medida que se pro- ·
tiempos de.: I d •
ames11cac10 • - 11 los 1Trt1JJO'- hum·mos repoman--: mcn.:mcntt1b,1n sus
... e:, ~ ' • •_ E . ., ·- .. nti-
fundiza en ~l tema se plantea la cuestión de FDr qué unas pocas especies de ani- rebaños media11te !a captura de «iiinrnlcs salvaJCS JO\'en~s .. -~td !~~tlCtl~~ ~º-o· __
males salva1es llegaron a transforr11 ri.rse en animales domésticos productivos. nuo· ex1s· 1·1cn do en la ,... ,,o e,.. , histñric-i
- , .v provocaba ]a rdnl1 ouuccmn ck r<1se-~b
176 LOS ORÍGENES OF ! .\. CJVJL!ZAC!ÓN LOS ORÍGE:-.;ES DE LA AGRlCULTURA 177

salvajes en el repertorio genético de los reb;:;ños domésticos. Por ello. la ampli- tos rc:lacionudos nin la gJnaLkrfo aportaría además evidencias contundentes.
tud ~e variación en !os animalc_s en los pri•neros rebaños era mayor de In que pero no se han rcgis11ado objetos de este tipo en las primeras aldeas Ui.::i Prnxi-
cabna esr,·rar a partlf del estud:~ de rebaños modernos. mo Oriente.
~n l~ ,mayoría de las especies animales aparecen algunos cambios tras la do- Lna técnica científica rccicntcme::te dt:sarrolla<la permite determinar si un
mest1cac1on y_Je no son necesariamente el resultado de las nuevas características hueso pertenece a un animal doméstico o a uno salvaje y se basa en las vn-
adquiridas, sino de ot~a? preexistent7s seleccionadas gracias a una reproducción riacion~~ de la micrncstructura de los huesos largos del animal (Drew. Perkins
controlada, a las cond1c1ones de la vida en rebaño o al sacrificio selectivo (Zeu- y Da!Y. 1971 ). El examen de los huesos de los animales prehistóricos flledian-
ner, 1963). tc un,! ¡Jcnic.':! petw_grllfica normalizada. denominada lic !;.íminas delgadas, de-
l._ Las tasas de crecimiento se ven afectadas frecuentemente. Por lo tanto, el muestra que existen caracter::-ticas bien definidas para distinguirlos. Las sustan-
tamano de gran parte de los primeros animales domésticos era menor 4ue el de cias cristalinas presentes en los huesos de los animales salvajes tienen una ..dis-
sus parientes salvajes. tribución 1mís arbitraria que las d~ los animnles domésticos. Aunque esta técni-
2. Suele cambiar ;3¡ calor del pelo. Las especies salvajes mue5tran frecuente- ca se encuentre en fase de deJ,1:-rollo, promete excelentes result:-1 dos e'.1 el fu-
mente más colorido.
turo.
3. ~a morfología del cráneo varía. La tendencia gene1 al suele c'.Jnsistir en la Tras !a iclentific:>i:ióu de los huesos Je un yacimii:-nto y su adscripción a espe-
reducc1on de la car~ con respe7t_o al cráneo, el cual sufre pocas modificaciu,1es, y cies sa!Yajes o Joni~sticas, el z:--_1éuqueólogo intenta averiguar las proporciones
puede causar ademas la reducc10n del tamaño de los dientes. re!ati\'as de los Jivcrs0,;; tipos de animales consumidos por los seres humano~.
4. Ta~~i~n se producen alteraciones en el esqueleto postGa,1cal. Aunque Esta inform:ición es crucia! ;:iara comprender las causas subyacentes a la domesil-
son muy j1f1ciles de recnnrJCer, se están llevando a cabo importantes investigacio- cación. Uno de los métodos mús simples para detenninar las proporciones de los
:-:·:s para resolver este problema. Podemos atribuir los cambios morfo!óuicos diversos animales consiste en cuantificar el número de huesos recuperados de
postcranP:J!es ::: las modificaciones en los hábitos y en la libertad de movim~nto cada una de las especies y calcular posterior:::::nte lm porcentajes. 1.,as r:ifras obM
provo7~das por la extinción de depredadores, la rc...: ... cción de especies y la n,~lo- teni..:1 :s son aprüX¡iiiud,,:;. ·,-~; .:.;_...:.::'.:.:;¡::e:::::~:'.'..'-'.:'~- -L- '.dent!~ic,~_ción varían en fun-
merac1on resultante de la v1aa en rebañe'. ción de la parle del esquel~to conservada y no todos los animales proporcion~n ¡,,
5.. Se producen ~odificacione-<: en la capa de pelo corto que poseen algunas mísmc1 cantidad de ,,.:me comestible. Para contrarreslar estos aspectos negallvos,
es¡~c1es. Estos .~~i:11b1os pueden :ener gran relevancia económica en las ovejas, se caku:,1 c.; número mínimo de especies representadas por el inventario ÓSl."'l. Se
pero son muy d1bcJ!es de reconocer arqueológicamente. con1abiliza el elemento más común del esqueleto para averigtt;.ir el número de
. 6. La fisiología de los animales •,-Jn'a. Se-desarrollan, por ejemplo, acumula- indi\·iJuos de cada especie. Este método propc:-ciona unas cifras 1mis _fiables.
cmnes d.e ~rasa, se reduce el tü.:rnño ud cl.!rebro _1 se a!!era la rr.J.sa muscular. El pero. dcsafortunauamcnte. sólo se utiliza una parle de la pcquefüi nnt1dad de
r~c~noc1m1ento arqueológico de estos cambios sólo puede efectuarse s1 estas va- fr<!'.'mentos identificables.
rrnc10nes han modificado el esqueleto del animal. -S,;; han desarrolh1Jo olras técnicas algo más sofisticadas para pcJer usar to-
L.os zooa~queólogos di~;_:-::,nen de bastantes procedimientos para determi- dos los fra12mentos óseos identificables. Una de c!las consiste en la obteí,._..ión de
n~r s~ los h~b1tantes de una comunidad prehistó1-il.. a se limitaban a manipular el 1Jn índice ;a!culado de! número de partes definibles de cada especie <1nimal en
k~1anC' ) s1 controiauan ::.u reprodc::ción. Entre los datos que demuestran el relación a los hallazgos (Perkins y Da!y, 1968). Este método pro¡:;orciona tam-
pnmero de los supuestos pupde incluirse la presenci::i de animales fuera de su bién b cantidad d'.:'. individuos po- .-::..,pecic. La cifra obtenida. igual al nú111ero
med!o geográfico naturai, c_orno las cabras montesas en tierras bajas. La pre- mínimo de individuos, se multiplica por el promedio de carne comestible de un
sencia de una gran proporción de huesos correspondiente a una sola especie, o animal perteneciente a esn especie. Tanto las ovejas con.10 las ca.bras pose~n
de fragmentos que demuestren una distribución de edades o sexo distintos a los ~::ios 35 kilogramos de carne (50 por 100 de su peso :-n vida). el _c:errn :omu:1
esperados en una población de animales sah'J.jes, implica la existencia de una 100 kilogramos (el 50 por 100 de su peso en vida), lus grandes bóvidos :,00 k1-
p_os~ble manipula~ión. Estos .:los tipus de indicadores se han señalado en el ya- logramoS (50 por Hl0 ue su peso en vida) y los cerdos alrc~cdor de 100 kilo?ra-
c1m1ento de Zaw1 Chemi Shanidar. y muestran la existencia de ovejas domésti- mos ¡ 70 por 100 de su peso en \'ida). De este modo, es pos1bl.~ obtener una 1dc,~
cas desde un momento muy antiguo. e! 8900 a.C. La cabra salvaje era el ani- precisa de \a importancia relativa de :ada especie en la dieta de los pueblos
mal más cazaúu en la cercana cueva de Shanidar. Coincidiendo con el cam- prehistóricos.
bi_o de asentamiento (de la cueva al aire libre), los restos de ovejas exceden en
nume.ro a los.de las cabras en una propurción de 16 a 1 y 5:'= incrementa el por-
c~ntaJe de ammalcs menores de un año. ,~e. un 25 por 100 a 11n 60 por 100, apro- Proceso de dumesticación
x1madament~. Esta .tendencia ref~erza la hipótesis de la manipulación e inclu-
so de los pnmeros mtentos de enanza, pero taru~,ién puede interpretarse sim- Aunque no haya un acuerdo ;.:neral sobr~ el proceso .de domesticación, exis-
pleme-;1te como un cambio er. las estrategias de caza. Si se continúa investi- ten ciertos factores que los zooarqueólógos consideran importantes. Todos. los
g~ndo sobre los primeros cambios morfológicos de los rebaños o sobre los cam- animales domesticados se caracterizan por una "sociabilidad natural» Y un <(ms-
bios artefac.t~ales asociados a la cría, se podrán obtener respuestas.::. esta impor- tinto gregario)•. Se movían en grupos, siguiendo l2. :nayoría de la: veces a ~n líde:.
t~ntf'; cuestmn ..Representaciones artísticas de animales domésticos, .:orno las La Q.ente v los animales potencialmente domesticables companian espacios cco-
f1gunllas de arcilla, también atesi.iguan la domesticación. La presencia de obje- lógi~o'.- y. 'ror tanto. podemos suponer que habrían _xistido muchas oportunida-
LOS ORiGE'.\ES DE LA AGRICULTL'RA
178 LüS ORJGEl<ES DE LA CIVILIZACIÓN

des para la aparición de relaciones símhiótícas cn1re personas y amma!cs bajo


condiciones naturales. La protección de los rebaños frente a los ata4ucs uc: ntros
carnívoros estimularía a los animales gregarios a permunccer en las inmediacio~
nes de las aldeas, La misma causa pudo favorecer la domesticación del perro. La
adopción como mascotas de ciertos animales jóvenes derivó en su amansamiento
y desembocó en la cría de los adultos. El creciente sedentarismo asociado a la
vida aldcann creó circunstancias favorables púra Id posesión de animales y n!levas
mo1ivacioncs paTi:.l disponer de reserrns alimentarias en previsión Je Uíla mala
época.
Un factor importante en la selección de los anirr::ilcs para la domestic:ición es
sli _ •, .. -~~:.:~ de digerir celulosa. Las cabras, las ovejas y los bóvidos pueden ali-
mentarse de hierba seca, hojas. paja, ramas y otros productos no digeribles por
los sere~ !rnmanos (Reed, 1909). Estos rumiantes poseen un estómago comparti-
mentado cun una bc-Isa de fermentación anterior al intestino, que con!;cnc las
bacterins que descomponeJJ la celu!osn. Debido a sus características t"isio:0gicas y
a su capacidad de reciclar nitróge!:n : : : íJartir de la propia urca. estos ank:.ales
pueden sobrevivir cJn una dieta rica en celulo~<l y baja en proteínas. En canse
cuencia, no compiten directamente con los humanos por k,s alimentos disponi-
bles. Resulta muy poco r:.ntable para las personas consumir animales que ingie-
ren el mismo tipo de comida que ellas. ya nue la cantidad de carne que prnpor-
ciouud representa tan sólo una fracción de la cantidc~c1 de alimeniu , eg.clt.!; F!Gllll1\ 4.20. Esqueleto de perro.
requerida para prodccirla. Por tantu. al domesticar animales que se nmren con
alimentos que ellos mismos nn pueden digerir, los grupos humanos no , 1 ::m1inu-
ven los recursos alimentarios dispunibles, si.10 que los aunK,ll<tl> al incluir tipos
de plantas que no podrían ser utilizadas de otra manera. Por esta razón. se dio
prioridad a la domesticación de los bO'::dos, qu~ podían transformar sustaI1cias
1 iL.._Js en -::clulos2. '~11 hidratos de carbono, grasas y proteínas bajo la forma de car-
ne, leche y productos secundarios como pie1cs, ¡:Jelambre :,r estiércol.
Los perros son incapaces de digerir este tipo de sustancias ricas en cemlosa.
Para los cerdos es posible, aunque de forma poco rentable. A causa de esta li-
mitación fisiológica. el régimen de explotación de pprros y cerdos fue significali-
vamente diferente del de ovejas, cabras y bóvidos (Reed. 1969). En d Próximo
OrientP los perros no eran numerosos y su importancia como recursc ,:ilimen-
tario era insignificante. Por otra par:2. la mayu1· parte de los primeros camp,"'>i-
nos se dedicaban a la caza del cerdo. como demuestrn la recurrente presencia
de un número reducido de restos óseos de t-.:ilr. cspec:.: en casi todas las prime-
ras comunidades agrícolas. El cerdo no era en ningún caso el principal recurso
alimentario de origen animal. Se criaba una cierta cantidad para ampliar la va- FJGPllA 4.21. Distribución de!
riedad de carne consumida al tiew 110 que consumían la basura y los desperdi- ancestro salvaje ~ Can is lllp/ls)
del peri tt doméstico.
cios humanos, sin tener que utilizar en su alimentación recursos fundamentales
para la población. Por otra parte, es obvio que estos animales eran los primeros
en sufrir las consecuencias de épocas de penuria CJ''":· limitaban aún m<.ls su nú-
lobo salvaje pequeño (Canis {11pm). La expansión del lobo en sus div~r~as v!1:
mero.
riantes abarca casi todo el hemisferio nort-:: y es probable que !a dome~tlcac!o: 1
del perro se efectuara independientemente en caJa región, i.,ciuyendo el Pr?x1-
mo Oriente (fw. 4.21 ). Ejemplos de domesticación temprana de p~rros se nan
Pe.110s
encontrado en fa cueva del Jaguar, Idaho, en Estados Unidos, y en Star_ Cu 1 r, _e1_1
Inglaterra. El perro doméstico más antiguo hallado en _el Fróx_imo Onentc f~1~
Existen abundantes pruebas de que los perros 5c encuentran entre los ani-
de"'.:ubicrto en la cueva de Palegawra con una crono logia del 11.oon_ a.C. (Tll! n-
males más antiguos (quizás fueron los primeros) que se domesticaron (fig. 4.20).
bull y Reed. 1974). Los testimonios arqueológicos indicB.n la prc.c;enc'.a de perro:;
La identificación de la 2specic ancestral ue! perro doméstico (Canis familiaris) Jom·~:.ticos hacia el 7000 a.C. en diferentes n!deas del Pr,::xirno Onente, con1li
ha sido muy controvertida. pern actualmente se coincide en identificarb con el
LOS ORÍOE'.\ES Di: LA ,\GRICULTURA !XI
180 LOS ORiGz:'::<::S DEL,\ Cl\'JL!Zr\CIÓN

Forma almendrada, Aec!angular

[TI Ovls a'mmon

FIGURA -1--2.3. Distribución de !a oveja s.i,lvaje


(Q\'Í.I' Gl/lll!OJ; ). Medial plana, Medial cóncava,
pero s·in retorcer en forma espiral

FIGURA ,U6. Secciones tran~\'ersales del


n•icleo del r.:uerno de cahrn. que muestran la
evolución desde !a iurma rectangular proph1
de los ejemplares salvajes hasta la form~ ~ón-
rava v retorcida de los anirnaks domesucos
r.!GL'!U •!.22. Esqueleto ele una ovej,1 s2i· ,!je (Orís arnnwn). (scgú;l Hole. Flannery y Neely, 1969).

<";ayünü. si bien en poca cantidad. Es interesante -especular acerca de la impor-


lancir1 relativa de! ¡-,...tpel desempeñado por los perros en las actividad.:~ de caza
y en las primeras fases de domesticación de los a11;malcs grP,garios. Sin embar-
go, carecemos por el r.~vmento de e.vidcncias claras que µuedan informarnos so-
bre su función e::. 11ecífica. FIGURA 4.2➔ . Estructura del pelo y l.i, lana ds:
la oveja salvaje.

01·cjas

Según los conocimienlos actuales, el primer animal domesticado, o al menos


manipulado, p~,ra la obtención de. alimentos, fue la ovejü (Ovis aires). Basándo-
nos en los porcentajes de ovejas de diferentes edades, podemos afirmar que las
gentes de Zawi Chcmi 0hanidar. en Iraq septentrional, ya tenían ovejas hace
11.000 años. El ancestro salvaje dt la especie doméstica, el Oi'i.i' ammon, se ex-
tiende por las cordilleras de los montes 3agros-Taurus y sus cstrib,1ciones a lo
largo del Irán (figs. 4.22 y 4.23). La oveja salvaje frecuenta zonas de relieve on-
dulado. menos escarpadas que el hábitat natural de las L.abras o tierras de pasto
abieitO. y se alimenta de hierh;is de tallo corto. Los cambios morfológi-
cos que determinan inequívocamente su domesticación, como, por ejemplo.
la ausencia de cornamenta en las hembras, documentada en los nivelc5 de la ill]Cápra aegagrus
fase Bus Mordeh en Ali Kosh, <!r::recieron buda el 7000 a.C. en el Próximo
Oriente.
El cambio más importante se produjo en la capa de pelo que cubre su cuer- FIGURA 4.27. Distribución del jabalí (S11s
FIGURA 4.25. Distribución de la cnbrc1 salvaje
po, que es muy difícil de identificar arqueológica:::ente, y sus efectos fueron (Capra ilC?agms). scrofa).
esenciales en relación al uso de las ovejas domésticas. Tan!o las ovejas c:omo las
cabras salvajes tienen el pelo exterior muy largo, mieni.,us que el interior es más
LOS ORiGENES DE L1\ AGRICULTURA
183
182 LOS ORÍGE\"ES DE LA CIVJUZACIÚN

corto y lanudo (fig. 4.24). L.1 Lrna de la o\'cja salvaje no _.discernible y no


pudo, pJr ~anta, ser b cuusa principal de su domesticación. Sin embargo, una
vez ;:!Dmesticarl:1, se produJaon ,·arios cambios que alteraron su revestimiento
exterior (Ryder, 1969). El pelo de 11.s ovejas salvajes y de algunas crías :!o:'."'.ésti-
cas primitivas está coloreado, mientras que en la mayoría de las \'ariantcs do-
mésticas carece de pigmentación. Las ovejas domésticas no mudan de pelo,
como sus predecesoras salvajes. y además el volumen de .,u pelambrera es me-
nor. Fn las primerc1s ovejas domesticadas se pro~ujo nn camb],, ;;npunantísimo:
el pelo del revestimiento exterio~ disminuyó de lo!lgitud, ¡wro la lana interior
creció hasta convertirse en el elemento predominc..1te. Resulta difícil determinar
si esta transición se efcctuil en un lapso de tiempo cort0 y el momento en que la
la¡-¡¡] se convirtió en un importante subproducto de la dnmesticación de la oveja.
No obstante, es probable que la e\·olt..::ión se desarrollara a lo largo de varios
miles de a1los y que la industria de la lana no se iniciara hasta los tiempos ¡Jro-
tohistóricos (c. 4000 a.C.).

Cabras

La cabra dor11éstica (Capra lrircu.s) del Próximo Oriente desciern.:c de ia


cabra bezoar (Capra aegagrus,J. originaria de las 1::rras altu;:. del suroeste de
Asia (fig. 4.25), y habita en .si"'rras altas accidcr.'.Jdas ~· esrarpadas . .'.le alimen-
ta principalmente de hojas e incluso puede sobrevivir en 2'11bientes arbusti- FIGL'RA 4.28. Esqucli' 1 0 de uro (Bos pr1mige11i11s).
vos donde escasea la hicrb::i. La cabra y l:ci oveja salvajes se :::laptaron a i,1<: mis-
mo:, ambientes mllurales, con ciertas diferencias. Al igual que sw~de con otros
_animales de domesticación temprana, es probable que dura11u.': cierto tiempo sante contar con más datos acere;:. de las proporciones r:lativa~. ~~ •m:ibas espe·
la ::10rfología de las cabras domésticas más antiguas fuera idémica n la de sus cies y de su distribución en cada yacimiento, pero toduv1a es wf1c1~ d1_f~n~nc~ar:
parientes salvajes, pero carecemos de datos arqueológicos que corroboren c~:a las en la mayor parte de los fragmentos óseos ~onservados. La, so uc~on a i;¡;_t _
hipótesis. Poco de"pués de iniciarse la domesliczsión empezó a Sl!!rir altera- roble.na permitiría detenninar si cabras y °''.e}as for!llab~n _rarte di; los m1: -
ciones la forma de los ct:::rnos. La sección de los n(;cleos de los cuernos que se ~os rebaños, 0 si, por el comrario, ciertas fam1:;as se especializaron en la gana
han conservado revelan distintos estadios en la explotación de estos anima- dería de una u otrn n""'"',...;,..,
les (fig. 4.26). En las cabras sah·ajes es aproximadamente rectangular, y en las
primeras cabras Jomesticcl.::.1s. almendrada; algo más tarde se observa u,-, apla-
namiento en la superficie medial (Recd, 1960, p. 130). Tras muchas gene- Cerdos
racionc:i de domesticación, los cuernos adquirieron su característica forma rt:-
torcida. Persiste la discusión en torno a las causas que provocaron estas modi- El ancestro salvaje (Sus scrofa) del cerdo doméstico está ~mpli~mcnte dis·
ficaci0ncs en la cornamenta. La forma de los núcleos de los cuernos Yienc de- tribuido n0r Europa. Asia y zonas de África (fig. -+.27). Los Jabahestslon om-
. · · · · ¡
nívoros y habitan prmc1pa mente en Josq e ' '
t u s aunque ¡Jueden po 1 ar mc-
11 b. l .
terminada f'Jf una serie de caracteres genéticos independientes, cada uno ...;e . pantanosas o anuras a 1er as.
ellos controlado, posiblernf.'.1Jtc, ¡:Jr ,·::rios gcues. No parece ¡m;>bab!e oue estos dius ecolóo-icamente muv d 1versos, como zonas : ¡ ;.
0 • • • - ¡· · d ca -e aleJan de las uemes Lt.:
carac 1 ·!res fueran s~leccionadm, conscientemente por los domcsticadores, aun- No obstante, su radio de acc1on es 1m1ta o Y ?un ::i • _ , • a-
que cabe !a posibiiidad de 4ue esrnvieran genéticamente relacionados con otros . (R d 19ó0 p 139). A pesar de la ferocidad del pbah adulto, los ª~'.m
agua ec ' , . f Td d t"' hecho debm de
atrihP 1 ris seleccionados de forma deliberada (Hole, Flanncry y Neely, 1969, les jóvenes pueden <iorne.sticarsc con much~ _ac1 1 a Y ~s i; , _

p. 277). contribuir a Ja difusión de la especie domestica. Aportaua una gr3:n PJopor


Los testimonios más antiguos de la dm;;csticación de las cabras en el Próxi- ción de carne comestible e;: :-elación a su p~s? en \'ida, coü la ventaJa ~ q~~
mo Oriente se hallaron en poblados como Asiab, donde los huesos de las cabras se IJUtren básicamente de desperd1c10s v desechos de los seres. umda
los Cerdos · d · fi · - orno especies a-
morfológicamente salvajes procedían, en su mayn• parte, de individuos mri<:culi- nos Existe una gran polémica en torno a la 1 entl icac10n c . S.· d
nos, o Ali Kosh, donde las cabras domésticas constituían el 72 por 100 de los mé~ticas O salvajes de los restos porcinos hallados en las aldeas antigu~s. e es-
animales utilizados durante la fase Bus Mordeh. En Ganj Dareh se halló una conoce ·dónde se domesticó el cerdo por primera vez. per~ parece cviden!e _qu~
hacia la segunda mitad del séptimo milenio, los cerdos, al 1g~al qu,e ~o~ ;v ~~pn-
1
huella de pezuña de cabra en lo<: restos de un tejado de adobe. Aungue tanto la
oveja como la cabra contribuyeron a la alimentación de la mayor parte de los dos, constituían productos hásicos en la dieta de los habJLantes ei rox1mo
primero~ campesinos, en la dieta solía predominar una u otra. Sería muy interc- Oriente.
LOS ORÍGE:rs DE LA CIVILJ/.ACIÓN

,-
J; i...,AS PRIMERAS C01tiUNIDADLS
ALDEANA. S
FIGURA 4.29. Distribución de! • ,,. •1 - •
Bos primigenius - uro salvaje (supuesto Ros primige•
11im).
La revoluc1on s11c:nc1osa

Bóvidos

El <Hltcpasado de la •;:ica fue 1-•I uro ,:,iJvaJe (Bos primigenius) (fig. 4.28). El
hábitat natur;:1~ de esta especie era mu•· variado y se extendía por Europa, el su-
roeste asifüi-.:o y el norte c1 ; África llig. 4.29). Probüi.ilcmente, los uros eran ani-
males corpulentc~;, con una altura de dos metros hasta los hombros, largos cuer-
nos y can:ícter liero. Preferían las áreas de vegetación abierta a las zonas de alta
mont.iña o a 1-1s !lanuras subtropicales. Es probable que fueran domesticados de
forma independiente en varius Jugares. pero los ejemplos más antiguos proceden
dei sureste de Euror,J (7000 a.C.). En el yacimiento de ~atal Hüyük, en la Ana-
taha central, hacia el 6000 a C., los bóvidos domésticos constituían una pm LC
esencial de la dieta (Perkins, 1969). A pesar del relativo retraso en su rfnmeslirn-
ción con respecto a otras especies, los b 0 vidos no tarda.<1n en imponerse como
principal fuente de carne, leche, pin! y como bestias de carga en muchas socied<,-
des del Próximo Oriente, y fueron indispensables para la antigua civilización me-
sopotámica.

También se domesticaron otros animales de gran imoortancia económica


para las an!iguas civilizaciouc:s del Próximo úrientc, corno el caballo, el camelio
o ~I burro. A pesar d~l gran número de animales Jomcsticados, la caza nunca
dejó de desempeñar un papel preponderante en la economía de las primeras al-
deas y. en menor medida. de las primeras sociedades urbanas. La pesca, que tuvo
cierta relevancia en las sociedades cazadoras-rPcolectoras y de agricultura inci-
piente, se convirtió en u11¡_1 actividad c.>pecializada en los primeros estados. La
identi[icaciñn de otro tipo de restos de . . ,ümalcs, como los de peces y aves, PS
fundamental para comprender los di\·::rsos sistemas económico:; en las socieda-
Jes tardías.
LAS PR!l'vlERAS COMUNIDADES ALDEANAS
186 LOS UH.fGENES DE LA CIVILIZACIÓN

· ~ ,. ,1I" , uc l.:t nrnvor proporción de ;_¡Jimen-


Cuando Gordon Childe (1936) introdujo el término de ((revolución neolíti-
ca),, creía que é'1la representaba una transforniación uniforme, caracterizn:Ja 1~n
plemcnt:·i a !as a~t 1v1~:1 ~c:J ~:~%ªy la
n1~ ~; recoiccCión. Dos actividaJes r;:l~-
l?s continuaba ~10:e icn o k1jes habrían de conformar i<.1s bases C::! los pn-
todas partes 1.)0f los mismos rasgo~ básicos. El neolítico significaba la introduc- c10nadas con los rt:cursos. sa ' , c.•rnd"ros· la recolección de plan Las V
ción, relativamente sincrónica, de la \'ida sedentaria en aldeas, una economía de meros sistemas subsistcncrn~c~ ª~¡~~¡~~ ~mb~s, Piantas y animales, por part<:
producción de :::'.imentos, instrumentos de molienda líticos y el uso extendido de la caza de ungulados. La exp ata, l constituvó una estrategia eficaz para
la cerámica. El neolítico se entendía como una transformación global que afecta- de los primeros pobladores agnc~ as ·ales de :1hmcntos. A causa de las altc-
ba a todos los aspectos de ia vida. A medida que los arqueólogos fueron excavan- h.1 ~rnximi~ac~ó~ de lo~ rer~rs~! ~~itc:~imeros ~xperirnentvs ron plantas y ani-
do los restos de las primeras aldeas, este cuadro tan simple se hizo 111ás complejo. rnc1oncs b1a!og1cas. :~sul~~ o e 1 ,.:al del ,üsajc la dependencia con respecto
Cada nuevo yacimiento revelaba unas características propias y únicas, confirman- males y de la mod1f1~ac1on cu t~: , rcs~ltar c;tla vez más ventajosa. y pron- ..
do de este modo que la revolución neolítica, aun dentro de los límites dei ?róxi- a k,s recursos domesticados empcza 1a . : mo actividades primarias de sub-
mo O1iente, no fue ni instantánea ni uniforme. to sustituyeron a la caza .Y a la rec~_ercmntcomayor dcJJcndencia. las activida-
. . E ccuencia v dcb11...,C a es a - , . .
Los arqueólogos ne tardaron en descubrir que en las primeras aldeas no ha- s1stencia. n cons , . - e en h forma econom1ca pn-
• d 5 pasaron a conver 1Irs < .
bía cerámica bien cocida, ni tampoco parte del instrumPntal de los prime1 vs des agnco 1a-gana era < .d d ión de nuevas téc01cas agro-
. •d I p ;-- . OriPntt que um o a 1.J a opc "
agricultores. Excavaciones como lu.j de Mallaha, Suberde y Mureybit demostra- mana e rox1mo - · dujo en poco tiempo unm pocos,
ron que la agricultura no era un prerrequisito necesario para la vida sedeniuria pecuarias conformaron un proces0.d_. q:1~ pro ales de cómo obtener suficic .. -
• I cambins L·1s ec1s10ncs anu .. f
CJ'l aldeas y que los pobladores seüentarios de éstas no siempre eran agriculto- pero fun d amen t de 5 · · < _. . n en esta transformac10n. uc-
. das por ¡0 c- que pamc1paro . •
res. A medida que se iban estudiando más yacimientos, se averiguó 'i_UC dos co- te alimento, wma , · . " ·t J • t ansformaron el curso de la 1ilStorrn
munidades riistintas, separada una de la otra por una distancia moderada, pu- ron imper1.cptibles, pero 1frevers1 J es, y r
rlir>rnn haber subsistido con sistemas económicos diferentes. Así, la comu;;idad humana. . d t rias prer»dieron a la agricuilura. espe-
cazadora de Suberde está sólo a 200 kilómetros de la casi contemporánea aidea A menudo. las co~un~~a~~~.~-~.. :~ ~"" 7 '.:,.~~r 1"" '"IJmunidades permanen-
de Hacilar, que practicaba una agricultura primitva. !:::., este capítulo se exami- cialmen•,: en el LeYanus. _¡_;,, ._, ~- -- -~ ·-,." - d'ámente al mismo tiempo. aunque
narán varias de las más anuguas aldeas cnnocidas a partir de recientes excava- te" v la agricultura se desarrollaron ap:oxl1tn1a, ' odría l;aber precedido a! seden-
- • d. . ¡,.~en que !a aoncu ura P · ,
1.;ones arqueológicas, a fin de mostnir las similitudes y diferencias entre los pri- algunos estu 1osos _suc:0 - d :::: or·,cultura temprana contaban entre
• L
tansn10. <- JTidy <
1
. •ona de \os pob!a os con a_
" - -. · des del Levante comu Jt:nco
• · · 0
meros pueblos que piacticnron la ::gricultura. Dado que no todas estas aldeas
, , bºt• t s aunque alounas comu111ua , ' · ·ct d .
han sido excavadas en su totalidad ni publicadas exhaustivamente, nuestro co- 50 y ... 0'1 1rn l an_c' .· ' e: ' L ordenación de las comu01 a es pn-
nocimiento sobre las regiones y los yacimientos no es completo ni uniforme. No 3eisamoun. podnan haber sido ma)orles. a t los campesinos a sus tierras de
obstante, en los pasados veinte 2.:":as, la ;uü::nsidacl ..!e la i!1vestiga•·1ón sobre los mitivas era nuclear, acudiendo re~u larn1eln e .,• de las casas eran circula-
·ctades preaonco as a mavon, · -
orígenes de la agricultura ha producido un cúmulo de datos que permiten plan- labor. ::=n 1as comum . · ':;. I . ' . L□-s cimiente: estaban her'.ios con
. b , y e una so a cama1 a. , _
tear ciertas generalizaciones. res sem1su terrnneas . u _ l b\ep,rnte se constrman con ~iJ.-
0
Y
piedras ir.regulares las sup~rcsr~c~~~:ss ~: 1:ª
agric~ltura inicial Sé! caractciiza-
dc:·'.5 y pieles. Po: el contrafl?: as a 1 hos d" los edificios consistían ''íl estruc-
CAr..,-\CTF~iSTrCAS GE1-..;.:., . . _-1.J....i.:.~ J..JJ: LA Vl!JA EN LAS PRIMERAS ALDEAS ban por una arqu1te.ctu~a rect1lmea. :rv ~: c.Jlas\s ecia\izadas según :.1 función ::
turas de varias hah1tac10nes, algunas re -1 Id. p reaorícolas~ los ediüclos te-
Pese a las diversas manifestaciones culturales de las primeras aldeas (c.
. .
con diferencias entre 51 •
, Al ioua\ que en
::,
ª" a cas p - e, ,
- l ras eran de adobe o ladn os e
·11 d
1
7500-6000 a.C.), no debería enfatizarse la especificidad de cada una de ellas. nían cimientos de piedra, pero s~s ~u_pe~~s r~~c~ionando 0 ¡ bnrro en moldes. A
Pueden, en cambio, distinguirse múltiples características generales en los proce- turb«. de los cuales nlgunos se.da fli~~ ~~ \a alineaciór. de edificios. probabie-
sos combinados de sedentarización y producciór. temprana de ahmentos. Una pcsar de que contamos con ~v1 .~ne<" r da de las plant .. s de las aldeas.
de ellas es iu concerniente a la transic;ón de la caza y la recolección a la agri- mente no existía una orgamzac1on norm;. iza~ os Jos edificios nudiernn habc,-
cultura, que abarca un largo período y una vasta zona geográfica. La exten- Aunquc no eran frecuentes los muros me iant:r ' cfor trse v ·cada wno podía
.d ·'ndosc unos contra ot:·cis parar '--' •, .. ,
sión temporal de la transformación agrícola se nos muestra más amplia con se constru1 o ap~J-:,1 _ , , . bros Una comunidad agrícola entera pu .... _.
1
cada nuevo descutrimicnto que se realiza de comunidades pleistocénicas, tan- alojar a una fam1ha de :i a 8 1111.en f :r, . ·1 - sas o1::."::1izadas como una so-
to en las que presentan formas agrarias incipientes, como en las aldeas esta- h::~1er estado compuesta por vanas ami rns ex en ~
lJ,ecidas que continúan subsistiendo por medio de la caza y 12 recolección. Una ciedad trihal. . ras aldeas incluye una gran diver-
segunda característica es la extensa distribución geográfica dF. las aldeas prea- El equipaje artefactual d.c las prm~c o¡
de materiales. Aunque muchos
grícolas, pero que, generalmente, se circunscribe a áreas de diversid3.d ecoló- sidad de herramientas de. diferentes tlp -o se observa una clara tcn-
gica. Esta localización pusibilitaba una economía \'L., tical basada en los abun- consti1uían variaciones de mstrumc::tosl ya etn "ºara• la manufactura V la sub-
- 1· ·, Norma men e p , -
dantes y rJiversos recursos alimentarios disponibles en diferentes momentos del dencia hacia la especia 1zac10~. r't - d s de dº1ferentes materiales. Las
·¡· b J
sistcncia se ull iza an 1erra
mientas a 1nca a
.

l Levante durante el peno-
año. Una tercera característica se halla en relación tanto con la infonnación bio-
.1 1 , en por pnmera vez en e
lógica como con la arqueológica. La agricultura inicial no supuso una ;ran ven- puntas de I ec rn aparee . l· , 'a de los yacimientos apare-
taja pan-i los que la practicaron por primera vez. En casi todos los yadmien- do de aparición de la agncultura. En da ~1r9or;es r1tméslicos, así como ob-
tos, los datos muestran que la dome..;ticación temprana constituyó sólo un com- cen también ügurillas antropomorfas y e anima -
188
LOS ORÍGENES DE LA ClVJLIZAC!ÚN
LAS PRIMERAS COMUNIDADES ALDEA;>;/\S

MAR NEGRO giones /las semillas que se trnnspon:.ioan cor.10 comicla). Esle hecho .::ngicrc que
MAR
CASPIO el transporte de trigo cullivuJo 1uera del Lev;:nte \" la entrada de 1.:t·~vcia dv-
mcsticada a! Levante; fueron facilnadc~: gracias ai' comercio de obsidia~;1 (G,
Wright. l 9ó9).
Durante el período de la primera agricultura, sobre todo en el Levante. au-
mentó la atención prestada a los muertos. Las pr.ícticns de enterramiento es-
tablecidas son· características de muchos de los yacimientos dP\ séptimo mi-
lenio en el Levante. Los cráneos se separaban de los cnerpos y se recubrían de
forma naturalista con una capa de enlucido, que algunas veces se pintaba de
CRETA
rojo. C na tecnología similar se ..empleaba para la dec0ración de ,os pisos de
2.!gunas de las edificaciones -se cubrían con una capa de enlucido y se deco-
raban con motivos pint1dos de rojo-. La uniformidad en las prácticas de ente-
rramiento y las de edificación, desde el sur d norte y oeste del Levante. atra-
vesando Anatolia hasta Hacilar. sugiere la existencia de un sistema religio-
so muy difundido. no identificado en fases anteriores de la historia humana. Es-
ta-= prácticas podrían relacionarse con lo que poc!ríamos denominar religión.
La atención prestada a los enterramientos constituye también un indicio ~e
la consideración de que gozaban los aü.:ianos en las primera:. socicd~.Jcs agrí-

. Obsidiana :· ■
·. 'de Anatolia ~ o
. colas .

LAS PRI~IERAS ALDEAS DEL LEVA:-:-:·~


FIGURA 5.1. Distribución en !ns akh:<-1s dt>l Próximo O . , ..
I'~conocida (procedente de «Obsidia d ti . . . riente de !a obs1d1:n1a C'Jya procedencia
C ¡- R f n an le ongms of trad·,,. de J E o·. J R La región que incluye actuaLuente a Israel, Jordania, Líbano y el oc:i1e de Si-
o m en rew; copyrigltr Scientific American Inc 1966· ·,- ~ . . . ixon. . . Cann ~·
• ·• J , res.;n a dos todos !os derechos). ria desempeñó un papel importante en el origen de las comunidades seden1ariu~.
La di·.-ersidad topográfica y la accesibilidad a lo:-, iecursos alimentariw nrnrinos y
de agua dulce la hicieron 1propiada para la hab11ahilid:1d humana dcc:•Je que se
jetos ornamentales --cuentas coi t b . . comenzó a poblar el Próximo Oriente. Gran cantidad dt: comunidad~s c.izadoras-
dra. • gan es- Y aJorrelleves sobre hueso y pie- recolectora::. se desarrollaron allí donde había una mayor variedad y amplitud 'le
P. partir de la excavación d I· ld - . ., rccm~os alimentarios disponil,!es. Con el desarrollo de Jac técnicas para µ;-cicc,,ar
danles pruebas de
que se extendería d d
·,a
existenci:
. . .. .
l!
~n:ªr:;as ant1g_w1s. se han ~h.tcnido ?bun-
comerc1al .en el Prox1mo Onente.
los alimentos, algunas de cst1s comunidades se convirtieron en grandes asenta-
mientos. Mallaha, en el alto valle del Jordán, es un ejempiu de comunidad seden-
Se ha lnllado ob .d.es e Anatdoha hasta zonas muy alepdas (G. Wrioht 196Q) taria. que comprendía entre 1(11..1 y 200 personas, en la que no se practicaba la
' ' si tana proce ente de las dos • - · · ·
~~atolia central Y o:iental en yacimientos situa:~~):~:ít~:ª~cit~~~ct~ras -~n !:: agricultura. También se puede apreciar la existencia de un sedentarismo preagrí-
EJe1~1p_lo, han aparecido pequeñas cantidades d.:: L":tc cfr·:_aJ volcánic~n~~t:s, º:
yacm11ento::. del L .. vante tan meridionales co 13 1·ct1 uc 10s
f cola en otros asentamientos natufien.ses y postnatufienses como Jericó, Murcybit
y Nahal O;-cn.
allá de los Taurus y los Zagros en la ruta hacrºA/ .• rn, ~'~·en yacimientos 1rnls El pe1 íodo que sigue a estos asentamientos prcagrícolas se conoce como neo-
riales de origen específico se 'han c;:;:ontradoª ¡ .·' Kdosh _lllg. :i._1). Otros i-i:iate- lítico prcccrrimico B (NPCB) en los niveles de Jericó. que han siclo data~;os apro-
como son Jo . e1os e sus lui1 ares de ongen ximadamente en .:.1 séptimo milenio (;ig. :.2). RcslOS provenientes de este perío-
c?· Estos íte~~ªie~~~~~~~!r~~r~~~t1ft~fec~~~1:!es tl~!. ~ar Roj_o )~ del ~o!fo p~·rsi~ do prescnrnn la primera evidencia de formas simples de agricultura, en yaci1 .. ien-
nales con los ue s "' • . _, 1:n segmento de la sene de matc- tos como Beidha, Jericó y posib1cmente Ramad. La caza y la recoleccilin fueron
~~txgi~1inq~drn_ercfOC~f~:~~C~il~j:; a~~::i~~ ~l~l~l~.n~f~~~;~~~a :'L~r::~~j~~;r:~:~~ la princip,11 estrategia de subsistencia de estas comunidades, y la (micri en casos
como Munhata. No obstante, se incrementó el número de comunidades sedenta-
iera que uera el comerc10 de bie , ·
etapa económica im onan ' . ncs esp~c1a 1es representó una rias con una arquitectura sofisticada. Se ha p,.;..;sto de relieve la uniformidad fle
limi!:iria se podía ll¿1gar a te, ya que, mcdianle esios objetos de disponibilidad algunos aspectos de estos y1cimientos, lo que implicaría un cie1 ,o nivel de inte-
' reconocer y regular un valor por 1 ..
se convertiría en un indicador de sr r • . . • · o que su poses,on racción entre ellos. Está documentado que, durante f'l neolítico B. tuvo lugar un
futura-. El movimiento de biene: ":ambrén d~pec!o impor.ta~te de !a sociedad comercio importante de obsidiana anatólica y de otros artefacto~. Durnnte el ul'.-
aunque posiblemente tan sólo de al . n implica mov1m1entos de gentes. tavo y séptimo milenios, el Levante fue un centro cla\'e de desarrollo. atestiguado
d E gunos mercaderes o de peque- , por k abundancia de comunidades :ivanza<las. El Levante no volvería a gozar de
ma as. ~ste movimiento se convirtió en . ·. . , . ?ºs g~upos no-
como un mecanismo para la alterr ~¡ , n un. \l_1d pddr.1 el mtercamb10 de ideas, así esta posición de primacía en el desarrollo económico hasta transcurridos varios
' '""· u gene ica e los cereales de diferentes re- miles di.: ,l!los.
191
19() LOS ORÍGE\-CS DEL\ CIV!UZ.-\C/Ó,'\

o
a:m
<
o
m
z .- A§i\di Hüyükº
<
g: TURQUÍA·•
Hacl!mo m Soberdé oQayOnú

,- ._,
111 Uureybil
- Beldibi-,;

7000 AC

·. ·AEPfrsuc;..
ARAB~ 'JNIDA AAAEilÁ ·sÁÚÓÍ
(EGIPTO)

8000 AG

iS


,3 FIGURA 5.3. Situación C_ los yacimit:::,,s de las primeras aldeas.

primeras :Ideas. Hace 9.G;j() oños. el yal\e de Beidha estab;.1 rodeado por un
bosque de robles, pistachos y cn.:bros. que cubrían los riscos de arenisca. Hue-
Frrnm,\
\'ildas. :'i.2. ¡ ) J·a crono 1.
J;it . d e las primeras aldeas del Próximo Oriente que han sido cxca-
og1ca sos de uro:,. jabalíes, íbices. cabras sah ajes. g.ac:!las, liebre'. char:1Ies, hyrax ;· ,,.,,_
ballos salvajes muestran que cstc,s animales poiilaban los alreu<.:dores del asen-
tamiento. El manantial de ;¡eua 1Lí.s cercano hov en día se encuentra a 4 kiló-
metros al noreste de Beidh;_( en la \'crtiente del.Jebe\ Shara (Morlensen, 1971,
!3f'ir//w p. 3).
La información más impon~1nte obtenida de la cxcavaciñn de Beidha pro-
viene de sus bien conservadas es1ri1rturas arquitectónicas. Hubo rlivcrsas y suce-
sivas ocupaciones del asentamiento (nireles), cada una con sus propias y carac-
terísticas formas de edificac10nts. La ocupación más importante de Beidha se
produjo durante !a primera mitad del séptimo milenio (fig. 5.2). Existen cuatro
niveles principales de edificacion~s por encima de los restos natufienses, que 1
son sensiblemente más antiguo'- Los primeros ejeu,p:os de edificaciones sC' '1re
:os niveles nalufienscs se encuemran en el nivel 6. Se obsen'an dos tipos de es-
tructuras: una casa. de forma arroximadamente poligonal. que Kirkbride consi-
dern r sultado de un intento de construir una casa redonda, y grupo:. de gn1n-
0

des (<casas de postes)) circulare<,. Las .casz,:., de postes» eran estructuras semísub-
tcrráneas que tenían como 1míximo 4 metros de :Hámetro. El muro de una casa
de este tipo era de piedra y circundaba un esqueleto interior de postes de made-
ra que, juntamente con un poste centrnl. soportaban lé! pesada techumbre de ca-
ñas y barro. Es1as casas rcdondeJdas estaba[! Jistribuidas por grupos . como ce!-
0
192
LOS OJÜGC>:ES DEL-\ CJVlLlZACJÚN
LAS PRIMERA:> COMUNIDADES ALDEANAS 1Q3

•• .. . N
8 ..... .
. . ····.·.·... .
. .
. . -. . .
·:: .. ·Ca

o
Metros
'·º

FIGURA 5.5. Estructuras nrqui1cctónicas dcscubii..rtas en Beidha. (A) corredor y grandes habi-
FJGLTH:\ 5.4. E-~truc ¡ uras arquitectónicas descuhiert· •n ,· , , . . taciones de1 nivel superior (2); y (B) agrupación de casas circul;1res del nivel inferior (6) (según
. .. _
\ac1on (fo!ogrnfin de Diana Kirkbride). ,is e 8 eidh,t Iras cmco camrmnas de exca- Kirkbridc, 1966a; 1968).

di!las de un panal, y conectr+das unas co . -. como, por ejemplo, hogares. El ~nlucic;lo era de cal blanca y de textura más fina
taneuiares. Las unidades de al . n otfc1s por m:.::dm de corredores rec- que la utilizada en las casas de los niveles más antiguos. Esta vivienda era semi-
~- . - macenamicnto se co •t , .
lre las viviendas (fio 5 5) Hab~ ns rurn.n en 1os espactos en- s.1bterránea y estaba hecha de bastos pedrejones c:..::.drc1.rlos y pequeñas piedras
c~ndado por un m~~'l -~x-terior'.\rita~sd'i,cr:irados
c11la arenosa. La propia aldea .ª
dll,l
d~ ~structur~~' cada uno cir-
acond1c1onado
un pt1!10 con ar-
para el rel!e1 .· de la gri1.. ...... .,,. v,., .í1c:a cercada alrededor de la gran estruc-
tura pudo haber constituido un corral para animales. También se excavaron va-
, ' es 1a'ª
1 protegida po d rias edificaciones en fonna de corredor, adosadas a la amplia estructura que
rctema la arena sobre la l ue 5 ... . '. r un muro e terraza, que
tramos cdific::ciones circuÍarei. ea¡'1,~~~~ab,1._ S_egmdamcntc. en el nivel 5, encon- conforma una única habitación (fig. 5.5A). Cada una estaba compuesta por un
5
das. Cada edificio contaba cC::n ª11 as, v,mas de l•.1s cuales han sido excava- estrecho corredor central, de 1 por 6 metros, que se abría a seis pequeñas habi-
los de los muro.:: estaban revesti~~~ ~~nn~u.~os de piedra. Y los sucios y zóca- taciones, tres a cada lado del corredor. Cada habitación cubrí.:. un ár2a aproxi-
tructuras eran más rec11·11·neas di cna arcillosa. En el nivel 4, las es- !T':.da de 1,5 111t:lros por 1 metro. !~as hat~itacioncs estaban s~paradas unas de
. · , ¡iJern Jrt1 ··,·nt·1l1·1 11 .. ·
ros curvos Est . ct·r· · ~ , .. ' ' esquinas redondeadas y mu- otras por medio de anchas vigas, hecho que implica que las habitaciones so-
, os e I 1c10s pueden SE.r cons·u, . d - - ~
ejemplos del :na's el·' orado , b . · 1 era os como subrectammlarcs y son portaban un piso ligero. La hipótesis de Kirkbridc consiste en que las ,,habi-
· ' ,iu •• 1 a10 const ·t" d ¡ ~ •
yoría de Jns estructuras er·tn 1• l . . · ru_c ivo e asentamiento. La ma- taciones de corredor,, .aerían los talleres para la producción de utensilios de huc~
' rn 11lacmncs rnd·v·d 1 1 •¡ · • so. abalorios, objetos hechos de cuernos de animales, etc., mientras que en
las que se accerlía descendiendo l " · _u,1 es sem1subterrnncas, a
oían un área de < a 6 metros dresdesc,1 1oncs. Vanas de las casas !!randes te- el segundo piso estarían ias ·viviendas. Los tiras de utensilios, las materias pri-
~' cu·¡ ra·os v 1• ¡ ¡ ~
piso, ' · ~ pnc.:an rn 1 cr sostenido un segundo mas encontradas y la ausencia de hogares en m:ichas de las ,(habitaciones de co-
Las construcciones de los niveles 1 , 3 • .. d . rredor)) apoyan esta explicación. La disposición de estos artefactos en el interior
un alto grado de complejidad y es eci-~-:.
~~ ,_m e pl:u11,_1 r~ct1línea y mostraban de las construcciones se inltrpreta como una evidencié! rle la especial;zación de
desarrollo arquitectónico de los nifieie: _1z,_1~1~m. La c~mt111u1dad registrada en el las activida(1es de manufactura. Kirkbride considera que la amplia estructura
1
Y 3, que contienen una gran casa rcctan ~~r~ores se mt_:rrumpe en los niveles 2 rectangular, que contiene el único hogar descubierto en este nivel. operaría
dcrrumoada por el fuego )' 110 suel
1
lg !<1 de 9 ror_; m_ctros, con techumbre como edificio comunal en el que, entre otras actividades, se prepararía la co-
o en
Ior ocre con !~:rndas rojas pintadas alred d 1
UCJto (fio 5 :),\) El mida.
o· ·· • • - revoque era de co-
c or lle algunos i.:-lcmentos estructurales En Beidha se descubrió otro grupo de estructuras. aproximadameme a unos
LOS ORl(iL'-:ES DE L.-\ CIVIL!Z.--\CIÓN
L,\S í'Rl1'1ER,\S CO/'.IUNIDADES 1\LDEc\N,\S

(
195
/J.. ,
:'G mcLros del a:-r:..:,,:1mit'.nto princip;:i!. Los tri's niYeles de edificaciones que con-
tiene este grupo pr1.:sentan estrechos paralelismos con los primeros nivcll'.s de la '(,
c::Jificación circular del asentamiento principal. Estas construcciones tícnen pisos
t!nlosados con arenisca o ,wrrndicionados con graYa. Algunas losas grandes po-
Jrian haber sido utilizadas con fines rilua!cs, por lo cual este grupc :Je edificios
pudicr;:; haber operado como centro de ciertas actiYidades especiales. '
La import,~;1cia de la secuencia arquitectónica de Beidha radica en la ejemp1i- -
ficaci0n del dcsannl! de las estructuras. desde bs. pequeñas cabañr1s redondea-
0

X;
)

das hasta las amplias casas circulares. y después. desde los edificios subreclangu-
lari:!s ;,asta la aparición de importantes estructuras rectilíneas con varias habita-
ci0nes. En .:ada estadio. la ordenación de las edificacioni::_.; era diferente a la del t:.:._,¡
preced::11tc. y la tecnología requerida para su construcción tenía que haber r:am~
biado. No obstante, en todos los niveles se encuentran las formas arquitectónicas
d
generales de muros de piedra y pisos enlucidos. además del instrumental propio
dd neolítico preccrámico B.
En los límiLcs del áreri cxcaY.ida de la aldea se hu:Iaron enterrados los restos
de 6 adultos y 20 niños. Es1aban depositados en fosas individuales; cuatro de los
cuerpos se enterraron después de haber sido expuestos a la iro'cmperie durante
.dgún tiempv para que se dcsLümpusicrnn. Dos de h, "dullos no tenían cabeza,
ya que la decapitación de :ad,í·.-... rcs constitu).j una práctica frecuente durante
fl

I
este pcr:~1do en e: :.~evante .
.·\unqe-:.' 110 hay Lcrá1u;.:a en Bc:~!ha, existen varios objdos hechos de arcilia.
En el nivel 6 se c'lcontró una pequefla figmil!a de Uarro en forma de íbice y un
pequeñísimo y ''1sco cucncc que se habí'.'. preservado gr;wias a un fuego ¡"'::ciden-
tal. D121 nivel 2, de un taller de una de las •xhabitaciones de corredor». se extrajo
una pequeña (2.8 c... ntímetros de altura) figurilla de barro crudo que se interpretó
como !a reprcscntnc;{rn de una "diosa madre>), modelada sin brazos y de la que
falta la cabeza.
E:'.1 común la presencia de objetos ornamentales como cuentas hechas Ce
concha, hueso y piedra. Las conchas provenían del Mediterráneo o del mar Rojo,
siendo la caurí la m<ls abundante. El material u'.ílizado normalmente para hacer
las cuentas de hueso eran los huesos largos Uc gacela.
Se han encontrado utensilios de hueso de formas diversas, pero 10dos ellos
eran predominantemente utilit<irios. sin representaciones talladas, como los
utensilios óseos que se encuentrn:1 en el natufíense antiguo. Los punzones y las
puntas hechas de los huesos !argos de cabra o íbice son los objetos más abundan-
tes. Las piezas que Kirkbride considera husos están hechas de costillas de uros e
implicarían que ya se practicab:: 1a tejeduría.
La industria de piedra pulida es abundante y los instrumentos son, en gran
parte. e.le piedra caliza o. en pocos casos, de piedra arenisca. La mayoría de los
instrumentos encontrados son útiles de molienda, probablemente relaciona-
dos con la preparación de cereales silvestres y cultivados. Se han hallado tam-
bién morteros y maza". que ;--odrían haberse utilizado para la prcparaciün de
frutos silvestres, como el pistacho. La mayor '.)arte de las hachas de piedra puli-
da y azuelas son de basalto. Presentan una factura tosca y sólo se pulieron sus
e:,.:1"<2mos, aunque los pocos ejemplos hallados de miniaturas se pulían p01 com-
pleto.
o
Peder Mortcnscn ( 1970) ha estudiado cuir.i<1dosamente la industria de piedra
tallada de Beidha. Se examinaron 3 piezas de obsidiana y -l--LOOO de sílex. Las dos Centímetros
fuentes principales de sílex las configuraban los nóüu\os recogidos en los wadis
cercanos. y(:¡ sílex tabular procedía de los ,__.:;tratos de piedra caliza de Jebe\ Sha- Frr.rnu 5.6. Puntas de ílccha de 1n~ ni\·cles prcc.:r,ímicos Je I¡¡ ;i]J,.:a de \lu11h;11.; (:\iÍ,',Í(1n :\r-
chéo!og.ique Fram;aise en Israél).
196 LOS ORiGENES DE LA C!VILIZACJÓN LAS PHe,lERAS COiv!UNID1\DES ALDEANAS 197

ra. Las piezas de obsidiana provenían de <;iftli!~ en Anatolia (que también sumi- Oims aldeas en d L1.:, ame
nistraba a Jericó y a Ras Shamra) y del lago V:::.:: en Anatolia oriental (a casi 90(~
kilómetros de 3eidha). Las evidencias proporcionadas por las excavaciones de 13eidha ;:,.Jbrc el de-
En la mayoría de los niveles excavados de Beidha, menos del 10 por 100 de sarrol!o arquitectónico, el conjunto artefactual y la economía de subsistencia
las piezas de sílex son utensilios identificables. De éstos, el 80 por 100 estaban he- son similares a las de otras aldeas primitivas del Próximo OriP,nlc, especialmen-
chos a partir de hojas, el restante 20 por 100 de lascas. La mayor parte de los ins- te las del Levante. La ocupación de Jericó. con un neolítico precenímico A pre-
trumentos de piedra tallada son puntas de flecha y están fabricadas a partir de vio a! neolítico precerámico B, fue más larga que la de la mayoría de las aldeas
hojas de filos convergentes. Algunas de ellas poseen filos retocados y d dorso re- (Kenyr:m, 1960a). Jericó fue. probablemente, un asentaJ1J;erto de casi cuatro
bajado. Mortensen elaboró un sistema de clasificación basado en la talla de las hectfireas y si, en un momento rlctcrrnínado, hubiera tenido una alta densidad
puntas de flecha: segúr. la forma y el tratamiento de la base, la espiga y los ;,om- df'mog.ráfica, habría lle_!:!ado a contar con más de 500 habitantes. La arquitectun:1.
bros. En general, estas puritas de flecha son similares;·. .'·•~ •1 :..:: ::~ pueden encon- en el neolítico precerámico B de Jericó es rectilínea y las edificaciones ~e dispo-
trar en otros yacimientos del neolítico precerámico B del Levante (fig. 5.6). No se nen en torno a patios. Una carach..:-f<·tica arquitectónica es la de sus s11c!os enlu-
ha hallado un número significativo de puntas de flecha en Ice; yacimientos aprm;:;. cidos y sus muros hechos de ladrillos alargados y planoconvcxos, con motivos
mndamente contemporáneos de los montes Z,1gros, una diferencia ir1portante de espinas de pescado rcal:zados mediant" digitaciones. A diferencia de Beidha
entre ambos e[!uipajes artcfactuales. y otras de ias pri1ucras :ddea~ del T,2vante, algunos edificios de Jericó ti.::ncn ci-
La siguiente categoría más abundante de instrumentos de piedra tallada la mientos de piedra.
conforman los taladradores y los cuchillos. También se encuentran u.:. gran nú- ivlás al norte, en el valle dP.! Jordán en Israel. a 15 kilómetros al sur del lago
mero de raspadores, bmiles, ;Jiezas denticuladas y dientes de hoz. Otro artefacto Kinnereth. se encuentra el asentamiento de Munhata. Los niveles inferiores de
cfo,tititivo de la industria lítica tallada es el pedernal, que se caracteriza por pre- Munhata son aproximadamente contemponincos del neolítico precerümico B de
sentar un fil:: cortaHte, fracturas irregulares y una o dos enervaduras a lo largo de Bcidha. Munhata, de la que Jean Perrot (196h": 1967~ ha excavadn gr:rndes
los filos v que podrían utilizarse para hacer fuego. A11.'-:actos similares se cono- áreas. ecr:i situada sobre !.!:::: :: 1•~ ~-:;:-:::~:: -J-~.i , .. ,n l ,i Tord,~·:. :1 una altura de
cen en yncimientos del Líbano, Anatolia y Europa. Ni en la llanura de l'v!esopota~ unos 215 metros sobre el nivel del mar. Los niveles basales son precerámicos y su
mia ni en los montes Zagros se har. !rnllado estos pedernales. El pedernal es. conjunto artefactual e~ c:imilar a! de los de las aldeas primitivas dd Le\'antc. con
pues, ulro elemento distintivo del coujunto artefactual del Mediterráneo oriental. una impre~i'Jn:::itc industria de puntas de ílccha (fif. 5.6). La arquitccturn se Cll-
Un análisis de los huesos de animales recuperados durante las excavacio- racteriza por sus pisos enlucidos y las platai'unnas de piedra. Sus estructuras pue-
nes de Beidha nos permite extraer <'01110 conclusión que las cabras de Beidha den ser circulares o rectilíneas. y muchas, de gran nmaño, Un tipo de edificio
estaban domesticadas, aunque ta1110ién se cazaran auimale'.: salvaje•· como el íbi- presenta un pcrímcti u de cimentación rectangular y varias cimc.ntacioni.:~ -•trave-
ce, la gacela y el uro (Perkins, 1966). Existen dos razones para creer que Jas ca- sadas. '1Ue probablemente sostenían un piso elevado, Un tipo similar de cimien-
bras estuhan domesticadas: 1) se sacrificaban muchos animales jóvenes; 2) la di- tos en forma de parrilla ...:s común en el asentamiento lle (':1yünü en !a . \natolia
ferencia entre el número de an;,nales jóvenes murrtos de Capra (posiblemente suroricntal.
cabras domesticadas) v de Gn:.ella (claramente salvaje). Ello no significa que Al norte de ivlunhata \' a 15 kilómetros a! suroeste de Damasco se cncur-11tra
este tipo '¿ evidencia no sea inequívuca, ni que necesariamente implique la el yacimiento de Ramad (De Con tensan. 1971 ). Está situado sohre un2 platafor-
crianza de ganado. No obstante, considerando los datos provenientes de otros ma de basalto junto al Wadi Kattana ;i ~S'.; metros de altura sobre el ni\-cl del 111<.11
yacimientos similares del Próximo Oriente, no deja de ser razonable la propues- (fig. 5.3), en una zona de p!uviosidad m,ís elevada que la de otras aldeas aquí
ta de que las cabras de Beidha estuvieran domesticadas. descritas. Ramad es similar a Bcidha y Ivlunhata en cuanto a tamaño, arquitectu-
El suelo .:!e Beidha no se presta a la preservación de granos carboniza- ra y ·1rtefactos. ;l¡ igual que en l'viunhata. en Ramad se enc')ntró un ar1cii1cto dis-
dos, pero se ha obtenido una buena cantidad de información a partir de las im- tintivo que caracteriza la fose fina! del neolítico precerfü·.. ico B del le\'ante: una
presiones de plantas en los muros de arcilla de muchas casas quemadas y vasija heclrn de mortero. t~rn vajilla blanca. o vaissellc bfanchc. ~s un compucslo
de p!:mlas carbonizadas que han sobrevivido en unos pocos escondrijos (Hel- de ca! y cenizas lle hierb<.1 salobre. Al principio es io bastante bhn1do como para
baek, 1966). Se han examinado miles de impresiones de cebada. Por su morfo- permitir la fabricación de \'asos mediante la técnica dei co\ombín. ~ luego se
logía, los granos registrados pertenecen a la categoría Hordeum spuntwicum, endurece convirtiéndose en una especie de ccmcmo (Balfct el al.. 1969,!. ).\ediau-
hs especies de cebada silvestre; pero Helbaek, basándose en sus tamaños y en te ,:ste proceso se podían producir grandes cuencos d..:; 1.• ,:tedes gruesas. Poste-
el medio cultural en que se hallaron, sugiere que estos gr'.!nos eran cebada riormente se brufHan y, algunas veces. st:: pintaban. Este tipo d.., \'ajilla no cocida,
silvestre ((cultivada),. Estos son ejemplos de un cereal cultivm-Jo, pern del que que se usó antes del descubrimiento de la arcilla parn la producción ccr;lmica. es-
no han transcurrido suficientes generaciones como para que quedaran fija- tuvo relativamente extendida durante un corto período (c. 6250 a.C.).
dos los cambios morfológicos. También se observ,uun impresiones de formas Otras comunidades aldeanas del 1 ,evnnte y J1... zonas allyacentcs son simila-
transiciunales de escanda. AdemcÍs de los dos cereales cultivados, los habitantes res a éstas que hemos descrito. los niveles basales de Ras Shamra en Siria, el
de Beidha recolectaban gran número de pistachos, bellotas y varias legumi- enorme yacimiento de Bcisamoun en el valle del Jordán isracli, los niveles supe-
nosas. riores de tvlureybit y Abu I-Iureyrn sobre e! Éufrates •''l Siria, los niveles superio-
res ele El Khiam en el desierto occidental de Jordania y varios 1mis han propor-
cionado materiales carackrísticos de estas primeras aldc:·;; (l1g:. 5.3).
198 LOS ORiGE:\ES DE LA Cl\-!LlZACIÚ.~~ LAS PR!l\1ER_.;_:; co~.tL:'.\'IDADES ALDEANAS 199

Las continua.s l':;cavncioncs van d;.;scubricndo LJ~ similitmlcs \"diferenciasen-


tre las aldeas primitiva~ dd Levante. Los asentamientos humanoS de! Lcvnntc en
el séptimo milenio eran más densos que !os de pcríndos anteriores. como rcsultn-
do de un incremento poblacional. pero después dd 6000 D.C. se produjo un hiato
general en la ocupación, especialmente en los asentami 12mos de Isniel v el Jor-
dán. Pcrrot sugiere que se debió a una ligern desecación clim;:ítica. lo cwil cnnl!c-
vó el descenso de la pluviosidad hasta nivdes mínimos. Esta falta de lll!"ias pro-
vocó el abandono de casi la totalidad de los encla\·es scdcntarizados. Cmno con-
secuencia de ello, el Levante dejó de estar n la vanguardia del proceso U-:
desarrollo, para cnntmuar después con la rcinL oducción y consolid?-:ión de la
, ;l,J.i uc aiUea durante un período de Yarios miles de años.

A partir de los datos que se han expuesto en este capítulo. se pueden plantear
varia:. generalizaciones importantes sobre cómo ~e distinguen las primeras al-
deas del Levante Je las aldeas de otras regiones del Próximo Oriente:
l. La mayoría de las aldeas en el Levante s0n !!rnndcs asentamientos. con
una sólida arquitectura. Los ch,~ieu,os de piedra y 'bs sofisticadas téc,i:cas de
construcción atestigmm una ocupación de estas comunidades a lo largo de tnllu el
año.
2. Existía un uso extendido v razonablemente uniforme de ciertos elementos
distintivos de tecnología y decoÍación. c;_·1e incluían la vaisscl/c htunche, pisos en- FIGl'~.-\ 5.7. Vista :..érc:: de la aldcct de (:ayünü tras cua!ro campañas de cxca\•acié:-:: 'a di5: .. n-
Jui.:idos pintados de rojo, y ,..ráneos. también enlucidos. :ntre !e; r!os cuadrados blancos 1.:n primer plano es de 50 m•~tros {fo! '.-~rnfü¡ procc(knte del
3. Aunque lu:i restos exca\'ados han sido (;terpretados como pruebas del Joinl Prd1istoric Project de las Uni1 ,,~~idades de Estambu, \' Chical?o).
pastoreo de animales y dP la domesticación de plantas. no todos !; ., expertos
aceptan estas conclusiones. En este sentido. queda el reclll'so de que los conti-
nuos estudios y las mejores técnicas de identific,1eión puedan modificar las inter- <;ayéinii
pretaciones actuales acerca de la ecouomía de ..:stos vacimientns. La evidencia in-
dica que. irn:]Jso practicándose formas incipientes de agricultura en algunas al- E! ejemplo arqt:..::iJlógico más imponante de una primera aldea ana1ólica es el
deas. en otras, como Munlrnla, podrían ha~,er seg:uiG.J subsistiendo sin la ayuda :1sentamlf·nto de (ayünü Tepesi {Braidwood et al., 1971; 1974). <;ayünü e5" ·.10
de l:i producción de alimentos. momH.:ulo oval. no muv eleYado. situado a unos 25Q o 150 metros de 11n aíluente
Je! alto Tigris. en la pr~vinci,i de Diyarbakir ~n TurL¡uía (fig. 5.3). En base a d;Ha~
ciones radiocarbónicas, la ocupación prehistórica de <;ayünü se podría fechar en-
LAS PRIMERAS ALDEAS DE ANATOLIA tre el 7300 y el 6500 a.C. Durante cuntro campañas de excavaciones se despejo
más del 5 por 100 de las 2,:i hectáreas del montículo (fig. 5-7), y a p¡,rtir del abun-
Hasta hace poco tiempo, la nidyoría de las primeras aldeas de Anatoli: eran dante material descubierto podemos conocer muchos aspectos de la vida de estos
desconocidas y se consideraba un área de poca imponanci.i. Las excavaciones antiguos aldeanos.
y estudios efectuados a lo largo de los uJt;1nus c1,.,ince afias han transformndo -~e eligió excavar C:::ayünü debido a su localización en las estribaciones d..: los
radicalmente este cuadro. En \'CZ de mostrarse como un reducto periférico. Taurus, una región situada justo entre el Levantf"', arqueológicamente mejor co-
pudo comprobarse que Anatolia fue un centro de desarrollo y un importante nocido, y los montes Zagros. Ya !a superficie del asentamiento sugc-rb una :::fis-
transmisor de información entre el Egeo. el Levante y la Baja ),lesopotamia. Se ticación y aLúndancia _artificial. y_ue :.l.! corroboró ron los resultados d~ la excava-
están documentando los vínculos cxis!entcs entre los a:-eniamicntos de la Ana- ción. Adcmcls. en los niveles más primiti\'os de (ayünü se hallaron impresionan-
tolia occidental y los del sureste europeo. al igual que los existentes entre los tes restos arquitectónicos. La tecnología y !a organización necesarias para
asentamientos de la Anatolia oriemal y los del :-, ·lfte de \lcsnpoiamia. Además disenar y construir los grandes edificios de cimientos de piedra atestiguan la habi-
de las rc:aciones propiciadas por razones gcogr<ificas. !;1~ rede~ del comcrcin de lidad de los pobladores de esta aldea.
obsidiam:. que se extendieron a lo largo del Levante v lo~ momes Zagros se ini- (:ayünü está situado a S3U metros de altura en un valle abieno de las estri-
ciaron en Anatolia (véase fig. 5.1). LÜs aldca:ios, de lÜs a~cntamiento; del sépti- baciones de los Tauru:::. La Ye_getación local durante el período de su ocupación
mo milenio situados cerca de eslas fuc:ntes de obsidiana. o a lo hm20 de las rutas era de estepa boscosa, compuesta de pistache'.· y robles. En sus inmediaciones
comerciales, debieron de participar de este sistema e. incluso. pt~drían haberlo crecían plantas potencialmente doniesticables, como formas silvestres de trigo y
controlado. Por consiguiente, Anatolia estaba situada en e! centro de un sistema cebada. Un experimento de Jack Harlan. que tuvo lugar en las laderas de una
que impulsnría e; establecimiento de aldeas espectaculare~. ..1ontaña cercana a (ayOnü (cJpítulo 4. pp. 122-123), demostró la productiYidad
del cul!ivo de espril!a silvestre. Uros. cerdos. ovejas y .:abras poblaban la zona.
Lu:-i análisis de restos de fauna y flora muestran que los recursos subsistern:ialcs
200 i.ns O!ÜGE:---ES DE LA C!VIUZ:\CIÚN
LAS PJW,1ER:\S CU,\!\. ~ID,\!JES ALDEA]',; ..,<; 201

' Propa;:nción
o· 20 N
'1
de obsidia-
Subfasa Artefaclos na resoec:- Proporciones de !as Praporcionus de los
Metros es1rn!igráfica Arquitectura corr,"-,es 10 a, sílex plantas u1ilizadas animales utilizados

11
L.R.P.
(Grandes
habitaciones
indivlduala~
Habilacin,,es Mangos C::
grnndi;s hueso\' 2.sta.
1,00

~l 1
G.P. (P 11n•
las de pe-
Cimien1os 1
!ns!rumer;:cs
en forma de grandes de
0,95
queñas pequeñas obsidiana
celdas) celdas

B.P.P. Pavi11,en10
(Grandes ha- de terrazo Cuencos
hitaciones pa- 0,50
Pavimento de píedr2.
vimentadasl de lajas

G.P. Microperf:,2.·
{Pla111as en
1orma de
parrilla)
Cimien1os
en forma
de p:::.:ila
dores des·~,.
brazalet-2s S::cc
piprl,a, cc:re
¡ 0,25
trabajaca
- --- Hog;:;:_:,
B.P. circulares 1
Agujas d;;
{Fondos de Escasas es-
!nicturns ar·
hueso 0.05
u.r cabaña)
quilectónicas

FmtmA 5.8. Croquis del monticu 1 de ('aytinü con los restos de los edificios müs importantes
Uc.sr:ubicrtos durante 1.,,UH11,i campafü;s d,;; excavación. Las edificaciones proceden de !res suhfa- F,~rnRA 5.9. Resume¡,~~ al!_\unu~ :,u-;:,u1ns dis1inti\'.,_:; dd conjunto m:>'erial de (:ay5nil y Je
scs: de plan!a de parrilla (G./~). de gnnH.ks habitaciones pa\!1n,:n!adas (D.P.P.) y de planta ~elu- sus transfnrmncioncs a lo larg~ dr: !;; ,:,c:upadón t.!cl yacimicnlo, ejemplificadas en !as cinco subfa-
lar O tk pcquciías celdas (C.P.) (dibujo de T. Rhodc, del Joint Prd1is1oric Projecl de las Umvcr- ses 1i3.P. es la mtls antigua, y ' .. R.P. i:: m;ís modcm:1).
sidaLks tk Estambul y Chicag.o).

yor parte. en pequeños hoyc,, cir:;ulares para cocinar rellenos de ~1iedra, cortezas
de las gentes de C::aytinü consistían en animales salvaj_es y ~n una ~?mbinación quemadas y madera, por lo que parece que fuera un lipa limitado de _campamen-
de plant2.: silvestres y domestirndas. Al final de la pn_mera ocup;:lCl~.n -~e l_a_ al- to. Esle hec!~<J podría ser accidental dehido al n>:sullado de la reducida muestn1
dea, desde aproximadamente 6S00 a 6500 a.C., los habitantes de <;ayonu utih¿a-
excavada de este nivel inferioí. o bien podría ser que esta comu .. '.dad no fuera,
ban ya un gran número de mejas\' cabras d:::.nesticadas. . en ese momento. una aldea tstabl...::cida.
A partir del tamaño de la lom::: ocupada por <;ayéinü. P?demos sugcnr que La suhfasc siguiente, de plantas de parrilla (grill plan, G.P.) proporcionó
entre 100 y 200 personas pudieron coexistir allí. Las cxcavacmnes han mostrado una gran cantidad de información arquitectónica y artcfactual. Se descubrieron
que d moulículo fue ocupado por sucesivas c:>mun!~a?es durai,lc un !argo pe- los restos de cinco edificios independientes, y que presentaban, pm lo me~os,
ríodo. Cada comunidad ocupaba t:ntrc 25 y :>O ed1f1c10s que eran pnmord1~l- una re11ll.,Jelación superp1!.::s1.a (fig. 5.8). Esta subfasc toma su nombre de la mu-
mcnte, por no decir totalmente. estructuras do~1ésti~as (fig. 5.8). Para el estudto sual simentación de piedra que caracteriza a sus ediúdos. Las cinco estructuras
de la forma de cada comunidad. y para determmar s1 formaba parle de Jn desa- son uniformes en cuanto a di~~ ño. rnmafi.o y orientación. LJ mejor preservada
rrollo continuo o al contrario, Je asentamiento::. discontinuos. la secuencia es- de ellas presenta un área de 5 por JO metros, y quedan restos de! piso, acondi-
trati!:!rMíca de lo; depósitos se di\·idió en una serie de subfases (fig. 5.9). Las di- cionado con una especie de enlucido. que cubría la cimentación (fig. 5.10). Pro-
,•isiol1cs .,2 hicieron en base a las correlaciones estratigráficas y arquitectónicas bablemente, los muros parnle!os de fundación sostcnb,., travesaños de m_a?~rn
generales observadas durante las r"-:cnvacion~s. El per~odo r~pres_cnt_a?o por sohre los que se extendía el piso enlucido. De e::.ta forma. el piso de lo~ ed1f1c~os
cada subfasc constimvc materia de investigación, Las diferencias s1gmf1cat1vas se eleva~1a por cnci:-ia del suelo y podía penrn:im.:.u.-:r seco durante el hum~do m-
en la forma v la orie-ntación de los complejos arquitt:ctónicos fundamentan el
vierno. Los espacios entre los muros de funddcíón permitían la circ~l~:::_1ón de
criterio principal para establecer !a división ...,;ntre las sub1ases est~atigráfica~. Un
aire en d subpiso, lo que tambi:n contrib11ía a m,mtener seco al 7d1f1~10. 1:,~s
examen de la naturaleza de la ocupación en cada subfase y de como cambia de bases de las divisiones interiores se han preservado y así resulta posible 1denlif1-
una subfasc. a otra, revela la complejidad de la vida en una lle estas primeras car, con casi tola! certeza. las distintas partes interiores de esta co~strucción:
aldeas.
existían dos habitaciones largus y estrechas con tres pequeños espacios rectan-
En la subfosc m,ís antigua que se conoce. de fondos de cabaiia (basal pirs, gulares entre e!la1:. Las tres pequc,las unidades. cada una de 1,,.,, área menor de
B.P). los restos que se descubrieron no contenían edificios. Cu11sistía. en su ma-
un metro cu:1drado. müs que de lrnbit<Kinnes podrían tratarse rl,:; alacenas. Un
202 LOS ORÍGE'.\ES DE LA CJVILIZr\CIÚ:-.' LAS l'RD.1ERAS co:-.tL:NIDADES ALnr➔ ANAS 203

Los tres elen,.-Los domin3nti:s que cm.:v111ramos en la siguiente suhfase, de


grandes habitaciones pa 1 •imcntadas (broad pm'emenr plan, B.P.P.). son demasiado
extraordinarias para ser interpretadas sencillamente como arquil..:ctura domésti-
ca. Una es un cspacin abicí nl '-t1-1e tiene cuatro o más piedras grandes hincadas.
Otra es un edificio cuyos restos parciales incluyen un piso con una cmdada dispo-
sición ctc grandes losas de piedra caliza y piedras hincadas. Un tercer elemento es
una estructura de un área de q por 1O metros rrin un piso de terrazo de excelente
realiz,Ki{..1 (fig. 5.~2J. Este piso está construido b3sicamente con guijarros de cn-
li:'.:J. blanca y ro-::; triturada dispuesta en bloques cimentados. Se colocaba una
capa superficial de guijarros c;.1lcárcos de color salmón cuando la argam«3a aún
es'.:1ba húmeda, así como dos series de ~1andas paralelas de guijarros blancos, for-
mando bardas blancas de 5 c¿•ntímetros de ancho y más de 4 metros de iargo.
Una vez seca la argamasa, se a!isatm y pulía toda la superficie del piso. Los muros
de esla estructura '.enían comr.ducncs en su interic.r. Desafortunadamente, el
contenido artefactual de estas impresionantes estructuras era nulo o estaba muy
mal preservado, ya que s~ encontraron pocas piezas in sim, bien dentro de lo:-
edificios o c,:-rca de ellos.
D la subfase siguiente. de planta celular o de pequeñas L.eldas (r:ell pla::,
1.:

F!Gt.%\ 5.10. Cimientos en forma de pi:queñas celdas de t:;ayünü con sucio en!ud~" y con los C.P.) se han preservado múltiples edificios debido ui incendio de sus superes-
zócalos de las divisiones internas. La ondu!Jcicín del piso st ucbc. pn,bablemente. a l,1 dt1:,1ad;1- tructuras de adobes. Estas estructuras se denominan plantas ::::!lula1.:s o de pe-
ción de! sn!"lrte (fotog1<1ffa p;;;.::.::;.!,;;-;;_ ...:_: ;_,;,-,; ;';·.:.:;;..,;~ :· .. ; ___ Je las :.__:ni·:crsidades de Es- qur,.?jas celdas. porque sus cimientos de piedra forman de seis a ocho pequeña~
tambul y Chicago).
uniúJdes a 1110....:0 de celda, L.::; unitü1rl,.:s varí:1n de tamaño; los muros de funda-
ción han consen'cJ.Jo (.!csde una hasta die~ hileras (m.:ís de 70 centímetros) y .:il~
guna de ellas <Hin mantient: -- ;stigios úe la supcrestn11..1-ura de adobes. No ~e
sabe con certeza si c.;tas celdas funcionaban como habitat:iones, como espacios

E,;tructur:1s de cimcnt.ición de otro edificio de planta cdul::r en 1.,.ayonu, cuyo


F!Gl.'!t,\ 5.1 l.
prso no se ha c~mscrvadn. pcrn sí el c,-.1pedrnt.lo de guijarros de la zona izquierda (fotog.rafía pro-
cedente del .lomt Prd1is1oric Projccl de las Universidades de Estambul y Chicag_o).

amplio espacio rectangular en la parte sur del edificio también estaba delimita- FIGURA 5.12. Gran estructura cmi un elaborado piso ,.;e terrazo, descubierta en CayOnü. Ob-
da por muros. pero sin cimientos o piso prcsen-ado. En los otros dos edificios sén·ense las dos hileras blancas paraidas dd pavimento y los elementos (arriban la izquierda.
c:on cimientos en forma de parrilla de <;ayünü, hay un área en la que el piso en el centro y a !a derecha) en el muro Je la estructura. Aparentemente. la parte central del piso
presenta un pavimento de relleno compacto de guijarros (fif,. 5.11). Estas áreas fue destruida en época antigua (fo]Og:rafia procc<lcnie del Joint Pn.:i1,.~toric ProjccL de las Uni-
podrían haber sido utilizadas p<W' ;Jreparar i-> encinar los alimentos. ,•ersiJadcs de Esrnmbul y Chicag.o _1.
20---1 LOS Ol{h ;¡,1 JI'\ DEL\ l "IV!LJZACIÚN LAS PRl1IERAS COMUNIDi',!:'ES ALDEANAS 205

F1r:1:RA 5.14. \! ::delo en arcilla


de una casa, hallado en el edifi-
cio de la fase C. P. de la fürnra
5.12 (celdilla ~-'ntral superior).
L::! ::~~ba a la derecha. el techo
sustemado con rarnitíl~ v el para-
peto en torno al tejado, con
abertura~. ;meden indicar los sis-
temas constructivos empicados
en (aytinil (fotografía proceden-
te del : Jint Pre historie Project
de las Uníver~idades de Estam•
bu! y Chicago ).

Se ha planteado la hipótesis G~ que el edificio dP la figura 5.13 tuviera dos pi-


sos, funcionando el superior cnmo área de habttacióu y el inferior como taller.
Ninguna d. ·(as seis celdas comenía hoga1es. Tampoco se han hallado molinos, ni
morteros, ni manos de mortero (iUe pudieran usarse parn la preparación de ali-
mentos, como son frecuentes en el resto de <;ayOnü. Al norte de este mismo edi-
Frrn!RA 5. 13. Edificio de plan!a celular de c;ay0nli, preservado por el fuego. Obsén·ense las ficio de planta celular se encuentra un rírea cercada que contiene un hogar, moli-
nbertura;; (~c..:has) en los cimientos de piedra hacia los pasillos, y las agrupaciones de andactos nos y utensilio::; de piedra. Es posible que la comida se prepara en esla área deli-
~e las prop,.,s celdas o caídas del piso superior (fotografía procedrnte del Joint Prehistoric Pro-
Jcc1 de las UniversiL.:"des de Estambul y Chicago). mitada parcialmente.
Una descripción de algunos objetos encontrados en el edificio de planta de
pequ::'.1.as celdas de la figura 5.13 muestra, no sólo la diversidad de implementos
en un único edificio, sino también la especificidad del uso de cada celda. La cel-
<le almaccnnmicnto, o simplemente como espacios de aireación. En las tres es- da que está situada en el ángulo sureste contiene la mayor cantidad y variedad
tructuras mejor conservadas, las aberturas en los muros pétreos de cimentación dP artefactos. la mayoría de los cuales son pequeñas esferas de piedra caliza.
podrían consitituir pasillos entre las habitaciones en forma de celda (fig. 5.13). que podrían haberse empleado como piedras arrojadizas. Las :::zuelas, dos pale-
En otras tres cimcntnciones relativamente completas, las celda~ :·Jn dcmasindo tas y un objeto perforado en forma de buñuelo eran de picdr,i pulida: también
pc~~1cñas p~1ra su uso como irnbitacioncs, pero podrían utilizarse parn la circu- se recogieron vari:ts hojas largas de sílex y obsidiana, así como numerosos obje-
lac1on del alfe. En dos de las construcciones en que li:iS celdas timen cimicntG,, tos de hueso. incluyendo un mango plano y otro cilíuUrico de asta. De la misma
<le tamaño de habitación, la gran cantiüad de molinos v herramientas de asta celda pru..:ede un cuenco poco profundo de arcilla secada al sol, moldeado en
preservados indican la existencia de ciertas actividades· productivas. En todos una canasta -un ejemplo del uso de la arcilla para vasijas antes de la introduc-
estos euificios. las diferentes celUas contenían distintos tipos de artefactos. im- ción de la cocción cerámica-. La celda central del sur destaca por los :-estos de
plicnndo con ~llo que partes concretas de un edificio se usaban para actividades dos maG;..etas de casas hechas de arcilla (fig. 5.14). Además de varias esfc:-ns de
específicas. piedra caliza. había grandes trozos de obsidiana sin trabajar desperdigados, aun-
U lS URJGENES DE LA CIVJL!ZACIÚ~ LAS PRl'dER..\S crnv!UN!DA!JES ALDEANAS 207

r¡i¡,• parece SL'.r que se h;¡; ..,....n extraído ele uno o m,L, núdeos grandes. Ln celda de las aldeas primitivas del Le\·antc y de la región de los Zagros. IVknos <ll'l ! O
'. 1 J/!JL:Slc se caracteriza por un gr"n número Lle pequeñas azuelas y cinceles muy por '.00 de las piezas son tipos dbcerniblcs de instrumentos. mientras que ci
¡1 11hrncntados. Debido al incendio de la habitación se han conscrvadc varios 33 por 100 no muestran evidencias de uso alguno. El material de sílex es d m6s
:r:1;·:.1cnlos de techumbre y tri' t.link; d.:: la puerta. La habitación noro.:ste con- común, especialmente en las fases m.is antiguas (fig:. 5.9). tvlientras que en la pri-
r1•:11c más de 20 conchas marinas, limpiamente apiladas al lacio de un mango mera fase (B.P.) hay de diez a st.!is veces más s1lcx que obsidiana, en !a subfa-
'.1Jui¡ileto de asta. El objeto m,ís inusual de la habitación situada en la mitad se C.P. hay igual número de materiales de obsidiana que de sílex. El inYentario
t1 1rt~ es una escápula completa de un gran Bos primi,i:,·11ius, que probablemen-
1 de sílex tallado es h:ísicamente una industria sobre h::,jas de instrumentos retoca-
1,_ ·,e usó como y::11,_¡uc p,1,a cienas actividades productiva~. La habitación no- dos (fig. 5.16). Tal como :>t: muestra en la figura 5.17. las proporciones de lils prin-
'':'.!i: era 12. más dcspro\'i"''ª de artefactos. cipales categorías de piezas de piedra tallada permanecen constantes a lo largo
En la celda del noroeste de dos de las edificaciones de planta celular, se en- de todas las subfases de ocupaci1.."111 del yacimiento. con pcc;ucñas diferencias en-
uirilíaron t:-2s esqueletos humanos. También e11 otra de estas edificaciones se ha- tre los arL~-.-: .=:: :::::bsidiana v de sílex. La categoría de piezas mús abundante
ll:1rr¡n grandes Liepó:ilos de herramientas de obsidiana, que incluían hojas, puntas consiste en hojas y lascas modificadas por el uso. Los tipos de instrumentos de
Y l1tnamicntas especializadas de más de 20 centímetros de longitud, y una hoja obsidiana más c'Jmunes son los perr.:iradores, los buriles, los raspadores y hojas
dr.: oh,;idiana que pesaba m,~,; de 400 gra1uos. Tanto las herramientas como los ar- de hoz. Casi todos los tipos ·Je instrumentos están presentes en todas las fases de
k/;1ctos especiales podrían ser la evidencia de rituales que se habrían practicado <;ay6nü, pero sus proporciones v;:i.ían significati\'amente de una subfasc ;1 oW,;.
en estos edificios. Probablemente, esta variación esté rclaci0!1 ~•d:> con la diversidad de lns c1ctiviú,1-
La subfasc precf'rámica final, de grandes habitaciones individuales (large des realizadas en <;ayünü :, con los cambios en el emp\..,Lamiento de es1as activi-
n 1rm1 f 1lan, L.P.P.), contiene varias estructuras completas; la mejor pre~L1\1ada de dades.
di;¡,; es una habitación individual de un úrea de cinco por nut\\.. u1etros, de la que La industria de piedra pulid:1 se efectuaba büsicamente sobre bas:'!lto. que
·.e conserva in siru la mitnd del piso. La evidencia de la parte preserva~: de 1;:,,~a se obtenía de las coladas de este material a 32 kilóu1dros de distancia. Se han
h;d1itación :ihiena indica que se usó para la preparación de alimentos vegetales. recuperadu 0 ran número de molinos. mazas y un pequeño nún,,:;ro d.:: n-;.:1ch~'.
Dentro de un reccµt,ict..:o revestido d:: arcifü1 '-f! hallaron grandes fragmentos de :adores y morteros. Debidc al esfuerzo qLL~ requería el transpone de: grandes
111;1zas, morteros y machac"dor,:-s de basalto (figura -i.15). piezas de basalto desde el área de extracción, los habitantes Je <;ayüniJ usaba¡,
Lus art1•,factos de (d_1'tinü son si1r,i 11res en aigunos aspectos ~• los conjuntos los machacadores hasta que se deteriorai.1an por :ompleto. Los .::.:lo:·.::nicnto~
locnles de piedra caliza se usaron como mortero sobre el mismo lecho de la
roca.
Los uLensili8s de ht:·:so v de cuernos conformaban el componente mnyoritc1-
rio del inventario de C:ayünÜ {11g. 5.16). Abundan en !:s niveles infcriori;s pun;,_o-
nes y otros tipos de objetos punzantes. Unas finas agujas de hueso. trab,1j<-:~.is dc-
licadamr,nte y con ojos de aguja cuidadosamente perforados, son tamb1eu fre-
cuentes e11 estos niveles más antiguos. Un tipo de piezas ñseas con marcas de
perforaciones e incisiones podría haber constituido formas de trabajo artístico.
ensayos de al!2"i'm tipo de escritura o contabilidad. o resultados fortuitos del uso Y
la manufactura. En las subfases más moder¡-,as, las pic,.as hechas a base de cuer-
nos se usaban como cnman!!ues o asas de instrumentos de piedra. Encontramos
dos tipos básicos de enmang'í:ies: uno hecho a partir --'.e :::.tas c•_'f\'íH.las con ,malar-
ga ac~aaladura para introducir una hoja. y otro fabricado a partir ele un cuerno
grueso, que posee un orificio oval en un extremo para poder enmangar un objeto
cilíndrico de piedra, como una azuela o un , ,1spador.
Los habitantes de <;ayünil producían una amplia variedad de objewc; orna-
mentales (fig. 5.18). Usaban muchos tipos de materiales, nlgunos de lm cualc~; te-
nían que obtenerse por medio del comercio. Las piedra dur"s. el l!ucso Y. !.is con-
chas se utilizaban r:1rn la fabricación de singulares cuentas y pen<l1cntt's oc formu
rectangular y tubul~r; objetos que .se asemejan a peones de ajedrez._). que po-
FIGURA 5.15. Cimientos de un
edificio de fa subfase de grHi1dcs drían haber sido figurillas. también están hechos de piedra. En dcpos11os c.k In
habitaciones individuales (LR.P) subfase íi.P.P. se h; registrado un reducido númt:ro de cuencos de piedrn. cuida-
de <.;ayOnü, con e! utillaje úe pro- dosamente trabajados Yalgunas veces decorados. .
cesamiento de □ !imcnlos en pri- Aunque la cerámica cocida aún no se usaba en C:ay6nü. se empicaba arcilla
mer plano (fotografía procedente secada al sol para ciertos f:;ies. Las superestructuras de sus casas y sus clc~ncn-
del Joint Pr::historic Project de la:; los interiores eran de arcilla. ! lav evidencias de 1:xperimentos en el modclaJc de
11nivcrsidades de l:s!ambul y Chi-
cago). vasijas de arcilla en cestas y. en general. abundan los pequeños objetos dG harrn
LAS l'!.:t'.'.IER.-\S CUivlL~JDAIJES .-\LJ)E.-\NAS 209
.::os LOS ORÍGENES DE LA ClVIUZArTÓN

Hojas..¡ Tipo:. dc1


Pruporció:i da Lnsc.,._ r Lascas sm Hojas y lasceó: l;::iscas instrumentos
materi2s primas nl!cieos trabajar utilizadas reiu..:adas ident;!' :ables

Grandes _t".;;._:¡i\aci.oncs ffi.'.'.· , n1


individua,es •LR P)

Plantas er '.::,rma de
pequeF13.s ce·das
(C.P)
\l.)
(D.· :~
7u
B Gra_ndes r,ao:taciones @·. 1
pav1rnentacas
(B.PP) 18
Plantas er :orrn;::i
de parrilla (G.P) C:) 5
8 ~B
Fondos de ~;:baña
(B.P) C'.) 6
8
3
~
¡--1--¡ Sílex
-c;::J' Obsidiana

F!GUR:\ 5.17. Proporcinncs variables d<.! muterias primas y de las principales ca!eg.oria~ ÜL :ni-
1,·s oe piedra wl!ada en !as cinco suhfa~e~ de ocupación de c;:ayünu. Aunqw.: !a cantidad d,: ms-
F trumentns J,: obc;rJiana fue cr.::.::i<.JnJ.:, ,a,.,,;,;,_,,.,.,,, .. Uu,.i,n~ ;., '·'"'"'Ji'-''-"'"• la proµorLión r.:L·ti-
H va de nückos y desechos, de piezas wiliz.ida:; y rí.'locadas. ::pcnus varió.

más de una pequefia figura s1:ntada de una mujer embarazada (véase fig.. ~.2)A.
e.n la p·-lg.ina 222).
Al igual que los habitum..:s de (ayünü. !os de otras aldeas agrícol.is primitiv.1:;
Je! Próximo ílricntc utilizaban la arcilla para fabricar objet0s funcio11·!lcs y figu-
rativos. Sin embargo, las maqL1c,.::s de barro de pequeñas casas (una de las cuales
puede verse en la figura 5.1-1-) se encuentran únicamente en ~stc períodti. Son re-
presentacinncs de casas de um1 sula habitación y con una gruesa capa t.k arcilla
como hase. En una de las pu redes hay una amplia entrada con jamba rcd17ndca-
da. Los st:ílidos muros culmin:rn en un entra::~'.:lüu de pequefias rnrniws sobre las
que .,~ ajusw el techo. también Je barro, El par.ipeto a !o largo de la cubierta
presi.:nta algunas aberturas. posibkmentc para el drenaje. Resulta difícil detern1i-
n~::- r'ln prp•-isión si eshJS modelos son un reflejo ficleúigno de la.--. ca:-as de aquel
tiempo. pero el uso de madera para la sus1entación del techo (uucumcnwdo por
las impresiones en una sección c::11Ja de una techumbre). v el descubrimiento de
FKiUR,\ 5.Ilí. 1--krrumientns de piedra. hueso y asta halladas en c;:ay6nü: (A) núcleo de !rnjus una pieza di..: arcilla redonJeadc1 que quizás fuera la jamba o el dinte: de una
lk sílex: (B) raspador de obsidiana; (C) rnspndor de sílex; (D) microperforudor de. sílex; (E) puerta. apoyan !a interrretación de que estas nrnc¡;¡etas reílejaban ahwnos Je los
punt;i de sílex: (F) punzón de J-;;_;eso; (G) man!!o de hueso; {II) «muñequera» de sílex; (l) puli- sistemas constructivos en uso.
dM óseo de cuero; (J) piedra de afilar, (K) cinCcl de piedm; (L) azuela lític-J~ (M) azuela lítica; En t1, primeras subfas1,;s de (:iyünü. se registraron algunas piezas de cobre
(~} mad:: .. :idor de basalto (fotografí::~ proced.:.,ntes del Joint Pre.historie Projecl de las Univcr- ba1idn. Se martilleaban ha:,[a darli:s forma de alfileres. escariadores o láminas,
~.dades de Estambu! y Chicago).
que se enrollaban para obtener cuentas tubulares. Una mena importante de co-
bre se halla aproxirnadamerlli: a unos 20 kilómetros al norte en Enrani P.laden.
Turquía. Lo sorprendente de este ejemplo G.. trabajo de! metal es s~- precocidad
('On una gran Vai:edad de formas (fig. 5.1fi). Se modelaban objetos geométricos y el hecho úe que después de la fcisc G.P no se Úsara va el cobre en c;=ayünü.
tk. !\..'.<lucidas dimensiones, en forma de esferas, discos, conos y relojes de arena, Desde la pcrpcctiva actual, el di;;scubrimiento de técnicás de trabajo del inctal
como formas abstractas que tal vez fueran representaciones estilizadas. E:1
a.!-i representó una de !as rupturas ttcnológicas más importante.:; de la historia hu-
todus las ~ubfasl'<; se han localizado pequeñas figurillas de animales y seres hu- ,nana. ;-..:o ohstanlt,;, para !as gi:ntes que habitaban los edificios de nlanta Je pa-
-~nos: se representaban en arcilla ovejas, cahras, cerdos. bóvidos y perros, adc- rrilla de (:aylinü, la metalurgia no dchió de constituir una aci.;, iclad dcm;isiado

!4. - '''"'
210 LOS OIÜ', ·~':\ES DE LA CJVII..IZACJÓN LAS PRI:-..!!::R.-\S co:v!U0'ID:\DES ALDEANAS 211

drnicos, se observa que el p:.nrón gen,:ral de explotación sufrió ur:. tni:-r':'.sc


de la dependencia de la caza mayor de :1 nimales del :írca -uros v ciervo co-
mún--· hacia las cabras y O\"cjas domésticas. l:.n las subfases antiglias. los res-
~1.b Lle uros eran ligeramenh: müs abun~antes qL...: le·· de cien'o común y, con
JLintamcntc, los restos de .imbas especies representaban aproximadamente el
c.Iuble yuc los de ovejas y cabras. En las frises más tardías. las proporciones
se invirtieron: e! número de hücsos de oveja y cabra era trece veces mayor que

-,,rn el de los restos de urn y cicr,,-o común. Un cambio tal en·los princ:;~:•.ks ani,.i:_i-
!es "Xplotados supone, por ~í mismo, un claro 111dicio de h domesticacit~:i de
animales en la subfase m;ls moderna - indicio que vendría rel'nrzado por el ta-

11 tJ
m~:110. !igeramcn!e más pequeño, de las ovejas y cabras, y ¡:,0r ciertos cambios
en las proporciones de sus cu;;:1pos-. Ademéis, el porcenlaje de hue,:~1s de ovi-
dpridos jóvenes es mavor en las subfases recientes: v tres frao-mcntos de crj-
,
e D
' E F
ncc, de oveja no tenían ·cuernos. Lo que ocurrió en laS subfaset m,ís temprn!''lS
es 1mís difícil de interpretnr: ,: 1 cambio parece que fue brusco y, posiblemente,
no afectó '.:imultáneamcnte a toda la COf!'Unidad. La caza continuó, y podrfa ha-
ber sido sólo un pequeño grupo de familias las que empezaron a cri;1• cabra~ "
[i ovejas.
Los cerdos abundaban en 1odas las subfases y existen evidencias, rrnnquc
G H no conclu.:i;vas, d.: que en la J.llií:..Ja subfase (L.R.P.) ya estaban domcstica-
Jc,"'· ~~·., ...: ... ,.,._ ... :_ .. :,nieni0 Lrnníst!so importante son las mandíh1.1!as inferiores de
cuatro grandes cerdos enterrados en la ceiJa sureste de una const, 11cL:ón de
planta celular, ya que podría tratarse de una forma ancestral de la costun,hrc
mcsopot,lmica de incluir ofrenrlas en h:11i fosas de funuación de nuc\'as .::,.,ifica-
ciones.
Los restos ve~eia\cs, procesados mediante flotación, mueslran unas prüctJcas
de subsistencia que combinaL~an fL-:ursos alimentarios silves1res con domcst;ca-
K L
dos. Los habi1··'.ntes de (:ayOnü se dedicaban a la agricultura, aunque fuera par-
cialmente. ya en las primeras fases de su ocupación, y su importaucia fue aumen-
tando con el U...:mpo. Las eYidcncias sobre cereales en <;ayOi1ü incluyen la pn:scn-
cia de esprilla domesticada \' de esi:anda. Se ha registrado e.ran número de
semillas de leguminosas don;esdcadas. como gui~"rJ!es. lcnte]as y ,¡\garrobas
:111argas, así como también <1]garrobas silveslrcs. Los pisiachos y las almcndrns
constituían una abundante y \'aliosa fuente de hidratos de carbono. proleínas y
M N o p Q aceite. siendo los restos de estos frutos secos especialmente abundantes en las fa-
ses müs antiguas. A pesar de que podía encontrarse cebada silvestre en !as inme-
F!GUIU 5.18. Objetos de arcilla, piedra. hueso y metal procedentes de (:ayünü: (A) objeto diaciones de! asemamiento. es interesante remarcar que los h:::~-itantes de (ayü-
óseo con incisiones de «recuento"; (B) piezi'.! ósea perforada; (C y D) alfileres de cobrL'; {E) ,,es- nü parece que la excluyeron deliberadamente de su dieta, recolectando sc1!~1men-
cariador,. de cobre; (F) branlete de piedrn: (G) cuenta htica: (H) colgante <le piedra:(!) cuenco te pequeñas cantidades dt: esprilla y escanda sílveslres. El patrón parece haber
inciso de piedra; (J) pieza de hueso con marcas de perforaciones; (K) machacador lítico: {L) unci con:;;stido en una rápida adopción de ciertas plantas domesticadas. corno la e~-
de las 24 piezas líticas halladas en un escondrijo; (1\'1 y N) objetos de an:illa con rl!pn::srntacioncs canda y la espril!.i. manteniéndose la dependencia con respecto a determinados
«naturalistas"; (O - O) objetos de arcilla de formas gcomt':tricas (fotngrafía procedente de! Joinl
Prehistoric Project de las Universidades de Estamhu\ y Chicugo).
recursos silvestres cumo frutos secos arbóreos. Estos datos contrastan fuertemen-
te con los procedentes de los niveles antiguos del yacimiento de Ali Kosh ( véanse
pp. 216-219), donde se apreció una mayor dependencia con respecto a las nlantas
silvestres, incluso hasta mucho desp;_:-.5s de que los cereales domesticados fueran
importante y, evidentemente, se interrumpió cuando dejaron de existir otras ra- de uso comun (Van Zeist, 1976). Esta diferencia podría debc,__,c a las diferentes
zones para viajar al área de extracción. condiciones medioambientales: Ali Kosh se loc:c:!izó en un área seca, relativa-
Uno de los aspectos más importantes de las excavaciones de (ayOnü es la mente marginal para el cultiYo" v CavOnü en una región con caracteríslicas idea-
recogida de datos que hacen re:-crcncia a los recursos subsistcnciales de la po- les para la prác:ica de la agricultura. ·con una precipitación media anuai en torno
blación. especialmente aquellos dc1~0s que guardan una relación directa con e! a los 700 milímetros.
desarrollo de la producción efectiva de alimentos. Con respecto a los recursos Los trabajos 1:,1 ('ayünü continúan. Con cada campaña de excarnciorn.:-; y su
212 l.US O!Ú(iENE'.' üE L\ CJVJLJZACIÚN LAS l'Rll'-!ERAS CO\[UNIDADES ALLlEAN,\S 213

rorn'spondicntc período de ana!i:-is se obtiene nueva información y surgen de obsidian¡_¡ iníluwra en e'. ---.:sarrollo v el nrnntcnimi:ato de la comunidad. En
nuevas cuestiones. En líneas gcner<dts. podríamos decir que (:ay6nü consti- base a la~ datacioñes radiocarh1ínicris y -las similitudes tipológicas, A,sikli Hüyük
tuyó una comunidad muy activa, que mantenía contactos con otras aldeas primi- podría fecharse en torno el 7000 a.C.
tivas y participaba en redes de comercio locales )' <1 larga distancia. Aunque St1:..,:::rde es otra aldea del s¿9timr mi 1enio en Anatolia sudcentral (Ilordaz,
pueda trazarse una línea de continuidad en su tecnología y en sus estrategias de 1969b). Es un pequeño yacimiento de 20 áreas de extensión, siwado sobre un
subsistencia, los pobladores de (c1yOnü intentaron mejorar la explotación del promontorio rocuso junto al !ago Sug!a, al sur de la actual ciudad de Konya.
medio. oi"ganizanúo sus actividades a r;n de conseguir un mejor aprovechamien- Mientras que los niYeles inferiores prcscntiln pisos con cenizas pero sin estruc-
to de los recursos disponibles. La suhfa~c G.P. es e~pecialmcntc destacabll.! por turas p;;rmanentcs. :,· !os niv ... '.'-~ su1-1eriorcs, pisos enlucidos y muros de adobes,
su gnm diversidad de actividades y de expcr;111entaciór., con muchos tipos dife- nri hay cerámica en todo el 1.lepósito de Subcrdc. A partir de un análisis riguro-
rentes de matc-ias primas y de técricas p.:ira trabajarlas. Por añadidura, la en- so de !os 300.0üu frae.mentos de hueso de animales registrados en las excavacio-
vergadura de la construcción de grandes edificios, su orientación y distribución nes, se pued;:- afirma; que el perro era el único n:1imal domesticado por las gen-
uniforme, sugieren una organización y coopcrnL.;ón comunal bastante avanza- tes de Suberde y que la carne que consumían provenía mayoritariamente de la
das. caza (Perkins \' Dalv. 1968). La mavoría de los animales cazados eran el ciervo
común. la oveja saJ{,aje, los 1~,í\'idoS salvajes y los cerdos. En base a detallados
análisis faunísticos, se ha podido inferir que los animales grandes se descuartiza-
9,·, .IS aldeas de Anatolia ban a!li donde eran cazados y !:l car:ie se transportaba posteriormente a la aldea
en zurrones, mientras f"!UC JÜs ;mimales pequefi.os, como las ovejas, se transpor-
En Anatolia se har1 descubierto muchos nuls yacimientos de aldeas antiguas, taban enteros. J a economía de Suherde resulta enigmática si se tiene e;; .:uenta
varios de los cuales han sido ya excarndos. El primero es Bacilar, una pequeña su datacion en la segunda mitad del séptimo milenio. Otras ü!:.:.::;:..; contemporá-
aldea c1cl séptimo milenio, cerca de Burdur al suroeste de. Alli.uolia, d.:scubierto neas de Anatolia basaban su dieta e11 ¡..ilantas y animales Jomesticados, rnientrü::
por James Mcllaart (~'.J70). En sus niH:ie:i iuí"..;1;u11::i, i·lc1i.:i;,u ._,u uuu vcqueiia i:..o- que Subcrde '':! Illi.1ntenía fund::imcntalmcntc gracias a la caza. Este es un buen
munidad cuyo-: habitantes cultivnbnn cebada y escanda y que, probablemente, ejemplo que 111i.1estn1 :a l::;tcro>2enciaad y muit;linealidad de los procesos de de-
poseían animales domésticos, aunqt' !os restos faunísticos no se hayan estudiado sarrollo. Los habitantes de Sulv~rde no creyeron necesario ni ventajoso criar
todavfo con dP.tallc. Algunas de las características del antiguo Bacilar son simila- animaics v el éxito de su 1...,trat-2!lia ca1_,1rl,ira está f1u1pliamcnte te~'.:moniado por
res a las del neolítico Prcccrñmico B del Levante: los sucios enlucidos pintados las enorrrÍes cantidades de hui::: . :_--s de animales que se han encontrado en el yaci-
de , vjo, la rc'.evancia de los cráneos en las prácticas de entcrramiei1to y la ausen- miento.
cia de cerámica. Haci!ar es m;ls conocido por su aldea del sexto milenio, que
cuenta cu., cxccler:~:s ejemplos de cerámica pintada y figurillas ~aturalist~c; de
arcilla. LAS PR!~!ERAS ALDEAS EN LA REG:j:--,· DE LOS l\·fONTES ZAGROS
En Anatolia central. !a aldea, relati\"amente grande, de ~ikli Hüyük, se ha
examinado y pr"spcctado cuidadosamente (Todd, 1966), si bien aún no ha sido La primera investigación importante sobre los origci1es de la agricultura
excavada. E! yacimiento se halla en un Yalle bien regado a unos 25 kilóme1ros y cl·"l sedentarismo se llevó a cabo en las laderas de los montes Za~ -1s en el
al sureste de Aksaray, sobre una gran loma. erosic:.aúa en parte por el río rvle- irak septentrional. donde Robe:-t Brai Jwood hi7o concurrir il un grupo de ar-
1

i..:ndiz. El valle es estrecho, pero fénil. !" .1Clcado de zonas aptas para el cultivo
1
queóloios, botánicos, zoólogos y ge()!ogos. El trabajo de cc1mpo en el Próxi-
de secano. Las secciones erosionadas por el río proporcionan información que mo Oriente y !a disciplina arqueológica no han \'uelto a ser los mism_os de~~e
normal1J1ei-,le sók. se obtiene por medio de la excavación. En primer iugar. las entonces. El equipo de campo. inkrdisc1p!inario y con una clara onen 1 "cmn
estructuras arquitectónicas parecen consistir íntegramente en construcciones de temática. ha !-·-'?rcsentado un rrodclo para los proyectos de investigación po:-
adobes, sin ninguna evidencia del uso de ln piedra para la edificación. En algu- tcriores. Se ha intensific:>do el tral,z¡jo d1.: ..-:ampo sobre k;_, orígenes de ia agn-
nas zonas, los muros cstün conservados: hasta una altura de 1 a 1,5 metros: \··<.J.- cwtura en el P:-óximo Oriente. y m1lchos invcstig.:idores se ade¡,trmon por pri-
rios fragmentos de enlucido bruñido de color rojo inct¡._an la existencia de sue- mera wz en esta problemática ·trabajr:ndo en e! Prehistoric Projcct de Brn.id-
los acondicionados, que posiblemente también cubrirían los zócalos de las pare- wood.
des. Los instrn:~entns de piedra tal!ada y los residuos de talla forman d grueso
de los artefactos hallados. De las 6.200 piezas de piedra tallada, todas son de
obsidiana, excepto una que es de cuarzo. Esta industria se caracteriza por rae- .!armo
deras circul::res y foliformes, perforadores y hojas retocadas, mientras que el
porcentaje de puntas de ílecha es muy bajo. Hay 1Jocas piezas con retoque uni- Braidwo..:,...: centró sus primeras in\''"stigaciones sobre el origen de la agrícu!-
facial y ninguna con retoque bifacial. La industria de piedra pulida está repre- !!ml y la domesticación de animales en Qalat Jarmo. Este yacimicntc fue el pn-
sentada por un pequeño número de objetos: dos hachas pesadas, una hachita y merÜ de sus características en descubrirse y describirse. por lo que se ha converti-
fragmentos de alisadores y machacadores. También se cncontraror, algunos pun- do en la aldea primitivrt prototípica para el Próximo Oriente. .
zoncti de hueso junto a lo que parece ser un fragmento de hebilla. No cnntamos Janno se sitúa en la cima de un risco a 800 metros de altura y'.:'.~ ::xt1ende al
con demasiados datos acerca de su cconomÍil. pero es probable que c:1 comercio este de la moderna ciudad de Kirkuk (fig. 5.19). Lus restos del asentamiento
LOS O!ÚGENES DE 1 :\ CJ\'ILIZACIÓi..; LAS PRIMERAS f:'O\!UNIDADES ALDEANAS 215

FIGURA 5.19. Vista aérea d<.e Jar~


mo, noreste de Iraq. durante la
tercera campaiia dt excavación
(fotograffa pn,.:edcntc del Jc:nt
Prehistoric Projcct de las Uni\'cr-
sidadcs de Estambul y 01ic;;_;.,1 ).

;--~:1,;_. 1 '.':::-!:"~ ·· :: 1• .·:: : :rea d.:., 1,5 hcc!-ireas y el espesor del depósiin l!eg.a a alcan-
zar los 7 metros. Durante su excavación se han puJido identificar mil::i de 12 ni\.:-
les arquitectónicos, lo que representa una comunidad de 150 a 200 personas a lo
largo Je un período de varios ciento:-: de años. Jarmo se ha ddinido como ascnu.1-
miénto pi.:1 manen te dada la solidez de sus edificaciones, construidas generalmen-
F!GL'R·\ 5 ,o Cimientos de turba r piedrn er; los niveles ir¡feriores de Jarmo. Obsér.·ense las
te a hase de adobe o turba prensados. Sus edificios rectilíneos contaban con va-
itnpro;Jt~¡-d~ esteras de junco~ sobr~. l~s pisos. la estruLlUra_ circular com~müa, posi~!:::11•.!nlc U\'-
rias habitaciones, muctrns de ellas con p:.tios (figs. 5.20 y 5.21). Este asentamiento horno (abajo a la izquierda), y los c1m1entos paralelos, Pº''.1blcmente el :,Oportc ~e! p~so de_ U'.1
se Ira fechado aproYimadamente en torno al 6750 a.C., aunque en algunas zonas edificio de plania de parrilla (arriba a la dercchr;.~ 1Jo1ografrn procedente del Preh1s1onc ProJect
de sus niveles supcriore~, donde se enLontraron toscas piezas cerámiu1s. la ocu- del Oriental Ins!ilute de la Universidad de Chicago).
pación probablcme:1te se alargó 500 años mas.
La economía de J armo se basaba en !u agricultura sedentaria, a pesar de la
consíderablc importancia de la recob.cíón. Asimismo, la~ r:abras y, en menor rne-
did;1 !;~::; ovejas domesticadas proveian de grandes cantidades de carne. También
se cu!tl, nban la cebada. la esprilla y la escanda, aunque ésta aparezca en su forma
transicional entre el tipo silvestre y el plenamente domesticado. Además de estos
recursos alimentarios, le:; habitantes de Jarmo disponían de animales potencial-
memc domesticables. cuma cerdos. bóvidos. caballos, o de criaturas !::n omnipre- f:GURA 5.21. Cimiento:: de pk-
sentes como los caracoles de tierra. dra de un edificio de los niveles
En Jarmo son abundantes !::::; herramientas reJacionudas can la rc::olección y superiores de Jarmo. Obsérvense
ia variación en e! tamaño de la~
el proce-:•1do, tanlü de plantas silvestres como domesticadas: láminas de sílex habitudoncs, el posiblé hugar
con el can:icterístico brillo de las hoces, morteros, molinos de mano \' mazas, y (zona quemada de la derecha) y el
algunos hornos que puU, ;<1n haber siclo utilizados para tostar el gr<:mo: la indus- posibk manero de piedr.i,.('n _l"d
lriu Je piedra tallada consistía en láminas sin retoque, con un número importan- pane ~~:pcriór de !a fotograiia (10-
te de instrumentos de obsidiana, especialmente microlitos. úno de los rasgn,;; tografia procedente del Prch_1sto-
más característicos del equipo anefactua! ¿e Jarmo es la cantidad y variedad de ric Projcct del Orienta! Institutc
de la U1ü,,crsidad de Chicago).
obje•os de arcillú que se moldeaban dándoles forma geométrica . : , abstracta. o
bien de representaciones de animales o antropomorfos. Durante tres campañas
de excavación se recuperaron m.:ís de 5.000 objetos de arcilla. También los uten-
silios de hueso confnrman un importante conjunto del inventario instrumental. namente trabnjados (fig. 5.22B). Considerando !n tecnología .de que d_ispon_íª?
con el punzón como ítem m,is común. Se han encontrado objetos de piedra pu- los Jwhitantcs de Jarmo, podemos imaginar el mg.en!c trabajo rcquendo p,1 rd
lida. como hachas y az~:,=Jas, pero destacan los numerosos cuencos de piedra fi- producir estas piezas d.:: elaborada estética.
LAS PRll\.lERAS crn,rnNlDADES ALDEANAS 217
216 LO:-:; ORÍGE\:ES DE LA ClVJLJZAC!ÚN
Excavaciones de 1963 Sonde □ dtl biil

Fase
Mohammad
JaHar

Fase
Ali
Kost1

A B

FIGURA 5.22. Contenedores procedcnr;;;s de Jarmo: (A) ejemplo de ccnímicu tosca hallado en
Aes1o~ de mum de
facliillos manorm5 *
alg,uno de !os niveles superiores de !a unii:bd de excwación: (8) uno de los finos cuencos de pie-
dra hallados en rollos los ni\'e!cs de J:,rmo (fmogrn!rn procedente del Prchistoric Projcct del
Orien1;;! '.nstitute de In Universidad de Chicag,J). Molms

FIGURA 5.23. Sección estratigrllfica d~ !ns exr;1\'HC1unes de Ali Kosh, que mue~rn los dikre1lles
estratos, restos de paredes y enterramis:ntos (seglln Hale, F!nnnery y Nee1"Y· l Yo9).
AU Kush
vicrnn. También criaban rebaños de ovejas, pero en menor número que de ca-
A medida que se descubrínn .•· c:,.:-avaban más aldc,1.o primitivas. la pri- bra~. La caza y la pesca constimían asimismo apofl"'cioncs fundamentales él b
mern definición de zona nuclc>;.:r. donde se _.ituaban !as primeras acuvida- base subsistencia! de esta aldea. .
des ag,rarias, d,"'hía rcvisurse cons1amt:1nente. El yacimiento de Ali Kosh, en la La variedad de artefactos de la fase Bus Mordeh es si.mi!ar a la que se ha en~
llanura de Dch !...uran del Juzis1jn. en Ircín, fue uno de los primeros en ser ex- cc-c1tradu cr, otras 2!rleas similares. La industria sobre L::nmas de sílex pnra la ~~1-
cavndos ni margen de la conccpcié:~ de Brnidwood de zona nuclear. A pesar de boración de instrumentos de piedra tallaJa se com 1.,!ement'.'ba con .un pequ~no
que una altura de 300 metros podría considr~rarse el límite inferior para espe- número de piezas de obsidiana. También se descuL1·ieron m~fª:'i de piedra pulid~,
cies potencialmente domesticables en e'"'.a r.:gión y, por lo tanto. para la ¡:,íi- ~icos de piedra tallada, punzones de hueso y ornamentos hlicos Y de c~n~hí.\.~ L.1
mera agricultura de secano. Ali Kosh, situado a 145 metros de altitud, pre~ comunidad de Jz. fas~ Bus Mordeh parece que [ue poco numerosa, y que St: ~r,1ta-
senta evidencias de un;:i domesticación temprana d'..! plant,1,;; y animalPs (Hn_- l.Ja de uri asentamiento relativamente poco importante de gentes que cunoc1an 1~
!e, Flanncr"' y Neely, 1969). Ali Kosh es un ejemplo de una a~Jea antigua ag1u- agricultura v muv relacionadas con las tierras altas de los montes ~agros. E~ P.º 51 -
rin, establecida en los mi:lrgcnes de la wna üe h,íbitat natural. donde las pri~ ble- que este· asentami:nt?
· no se o~upa1a d urante ~o d n,e.1 ano,
- s11~o ~u_1.:," "·•1n·1cr·1
... , :
mera~· domesticaciones podían sobrevivir, pero no desarrollarse sin ayuda hu- como una estación de mv1erno y pnmavera, y que sus lrnbnantes si.: trashw,11 ,lll d
mana. los pastos altos durante el estío. _ _ ,.
Ali Kosh es un montículo casi circular que tiene aproximadr1mente 135 me- Para Ja siguiPnte fase úe ocur.1ción (fase de Ali Kosh. e1~tre c. ~)7:'lü Y tiOm~
tros de diámetro y cu.i 7 metros de cL:pósitos arqueológicos. Sus excavadores
han definido tre-= fases: Bus ivk11dch, Ali Kosh y tvlohammad Ja11ar (fig. 5.23).
a.C.) ~xístcil evidencias Ce una comunidr1d i~1po~ta.nte. qmzás i:ia~"'
es;~hl~ _,_Y
mayor que las anteriores. Las estructuras arqmtectr-n 1cas pas_aron •: se~ gi a_nc1...._s
Bus Mnrdch representa la ocupación más ~::tigua del asentnmiento y estií fecha: edificios de mejor construcción ( fig. 5.24). También aumento 1.ª. eficacia de. ex-
da entre el 7500 y el 6750 a.C. Se caracteriza por sus toscas estructuras rectilí- plotación de los recursos domesticados con una men?r recolccc1_on de lcg:L:1111,11 (!~
neas de adobes y por su estrategia subsistencia! basada en una combinación de sas silvestres v una predominancia del cullivo de tngo Y cebada. Los ammc1le~
recursos salvajes y domésticos. La mayoría de las semi!las carbo:!'.:·:1das reco- más consc.:nidos seguían siendo las cabras domesticadas. aunque au':1cn~nra el
gidas duranle las excavaciones rertenccían a leguminosas ~il\'estres anuales y número de :Jvejas y prosiguiera la caza de g.randes ung,ulados. El_ cqwpo ms~!ru-
herbáceas propias del medio e~'. .'pario !ocal. Asimismo se reg1~tró un pequeño mental presenta una línea de desarrollo c~n~inuado de~.de 1~ fase ~u~.:-1º:Jch,
porcentaje de semillas cultivadas de varios tipos: cebada ve:_..tida de dos hileras y ,reneralizándose lo:: '.nstrumcntos sobre lammas. especm!ri1ente los d1:nks de
escanda, ninguna de 1,1s cuales era originaria el,., esta reg_ifin. Además de recolec~ haz. El ~so de contenedores. como los cuencos de piedra o las impre~10ne: ~e
tar semillas y recoger la cosecha de ceren!cs a finales de inYicrnn y en primave~ cestería está documentado en la fase de Ali Kosh con mayor frecuencia que t.:!1
ra. los pobladores de la fase Bus ;\fordch eran pastores, sobre todo de cabras, la fase ;nlerior. Asimismo aumenta el número y la variedad de formas de líl.s f¡-
que aunque no se encuentran en la llanura de Deh Luran. poblaban en estado gurillas de arcilla. entre las que destaca f!Or su abundancia ~na que rcr~escnta u
salvaje ,ireas rocosas cercanas Así. el inicio de la producción de alimentos en ~nu cabra. Los hábitantes de A.li Kosh partícipal~a,, en una red comercia! a lar-
el norte del Juzistán puede rdacionarsc con sus excelentes pastos de in-
2i8 LOS ORÍGEI\ES DE LA ClVJL.;;~,;CIÓN LAS l'Rli\!ERAS COM\ :~IDADES ALDEANAS 219

c-l'a,,odemmte!!l ¡t!ah<Jd, mm1BtO

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FIGURA 5.24. vlanta de pm tl:!s de --s estructuras uo.:: 1a t<N.: Ali Kosh, del yacimiento de Ali
Kosh, con todas !as herramientas mayores que una hoja de sílex halladas in situ (según Hale,
F:nnery y Nccley, 1969).

ga distancia que introducía conchas marinas desde el golfo Pérsico, cobre desde dades agrarias que condujeran. en última instancin. al abandono del ascnta~
Inin central, turquesas desde e~ noreste de Irán, y obsicliana desde Turquía miento.
oriental. Varios enterramientos descubiertos en los nivCles de Ali Kosh sugieren
un cuidadoso tratamiento de los cadáveres, con los cuerpos frecuentemente re-
cubicrios de ocre rojo, flexionados v envueltos en una estera también de color Ganj Dareh
rojo. E:;te fardo se enterraba en unél fosa de poca profundidad bajo el suelo de
la casa: junto a objc:...,s de adorno personal. :Jcasiunalmente, SP posponía la in- E! descubrimiento dci vacimicnto de Ganj Darch desplazó el límite superior
humación hasta la descomposición del cadáver. establecido para la ubicaci2iri de estas primeras aiUcas. tal como lo habfa modifi-
Durante la fase de ocupación más tardía (fa::.1- Mohammad Jaffer, entre cado Ali Kosh con respecto al límite inferior. Ganj Dareh está situado cerca de
c. ó000 y )600 a.C.) se sucedieron mucha:; innovaciones, como la introduc- la moderm1 ciudad de Kermanshah. en Irún. a 1.400 mclros de alti 1P•J. Y es un
ción de !::1 cerámica. Las técnicas constructivas mejoraron y los instrumen- pequt::ñ0 montículo de I hectárea de extcns_ión con ~ metros ~le depó5-ito~ co-
tos agrícolas em;---ezaron a adquirir funciones específicas. La eficacia de los re- rrespondientes al neolítico antiguo (Smith. 1972b: 197:-i). Los m;'~lcs sup~norl.'!s
cursos domesticados continuó incrementándose, pero la productividad de la tie- del vacímicnto contienen restos de una aldea antigua con una solida an.¡mtcctu-
rra después de 1.000 ri.ños de ocupación comenzó ¡¡ descender vertiginosamen- ra de adobe··. fechada alrededor del 7000 a.C. Los restos que el cxcarnclor dc-
te. Es probr1hlc que como consecuencia se produjeran cambios e11 las activi- n0rr:inó nivel D estaban parcialmente destruidos por el fuego. !o cuai proi,id,:
220 LOS ORÍGEKES J)F I_A CJ\.IL!ZACIÚN LAS PR!f,..IER.-\S CO/\IU'.',;!DADES ALDEANAS 221

su pr.:servación. La arquitectura de este nive:1 se compone pri;1cip,1b<;;r1¡1,: de es- han registrado huellas de un posible revestimiento a base de estera:;. En sus nive-
tructuras rectilíneas con pequeñas habitacionss construidéls a base de !ar~o::. la- k:s antiguos, Te¡Je Guran parece que oper<-1~a como estación invernal semipernw-
drillos planoconvcxos. Algunos de los edificios pudieron haber tenido un ;egun- nente. utilizada por un grupo de pci.>:ores nómadas q:..:..:: también cazaban Q:acclas
do piso con 1.rn suelo ligero sostenido por troncos de madera. Las habitaciones y alguncc; de lac; aves acuátirns disponibles estacionalmente. En cambio. e1{""1os ni-
inferiores pudieron haber servido de almacenes, semejantes a las h,1biwcioncs vdes tardíos. predominan lc1,; casas con paredes de barro y existen abundantes
de corredor de Beidha o a la~ estructuras de planta celular de ('ay6nü. Por últi- evidencias tanlO de actividades ngrícolas como recolectoras. Los princ:pales re-
mo, los techos estaban construidos a base de troncos y callas rer~ibicnos de ar- cursos de subsistencia eran la cebndrt vestid¡1 de dos hileras, los pistachos. !as g~,·
cilla. celas y las cabras doméstil.,1s. -
Uno de los descubrimientos de mayor interés en Ganj Darch !o constituve la Los tres niveles inferiores de Guran no contienen 1 estos cerámicos. pero los
cerámica más antigua conocida en el PróYimo Oriente: una vajilla to~ca. pocÓ co- ni\'cles subsiguientes ofrecen e\'idencias del dc5arrollo de la alfarería y del incre-
-:ida, con desgrasan! e."(' 0 Pf al v que inciuye vasos grandes (de hasta O.~ metros de mento del uso de este tipo de \'ajilla. Poco tiempo después de introducirse !:; ce-
allura) y pequeños (5 centímetros de altura). Algunos de estos vasos se encontra- 1..:•1,ica tosca y lisa, comienzan decor~rse con pintura, especialmente C0'.1 un esti-
ron en las habitaciones peqJeñas, !o cual cnrroLora la hipótesis de su función lo de trazos rojos que asemejan renacuajos, idéntico al hallüJo en la ceri.1mica de
cc-110 áreas de almacenamir>nto. También se han descubierto otros ob1c1os de ar- los nivelt><; superiores de .Jarmo y de otras aldeas antiguas de los montes Zagros
cilla, tanto cuntenedores como figurillas. Lnc: pequeñas piezas de arcÚl:.l con ;or- (v1~ase fig. 6.4, p. 244). Los útiles de sílex y obsidiana se fabricaban sobre lc1sc1s y
m::s gcométrit...J.S y las fígurillas zoomonas y antroporimrfas son similares a las ha- hojas, algunas de las cuales se cJracterizan como microlitos. careLicndo. en nHi-
lladas en otras aldeas del Próximo Oriente. chos casos, de retoque.
Los artefactos de sílex son numerosos y apenas experimentaron cambios ,lcs- En la secuencia de este asentamiento se pueden ob;:,..:rvar cambios en la arqui-
de los niveles más antiguos a los más recientes del yacimiento, miemras que no tectura, los recursos faunísticos y los artefactos, que aparecen c>.,,no indicaLk~(:S
hay presencia de objetos de obsidian ... en Ganj Dareh. Son car;:.:terúticas las h!- de !a transición rL~ una 0cupación sem•scd-~ntaria a otra permanente. Durante los
minillas con dorso, lnc: hojas con truncadura, las raedcras de pesadas lascac;, !os ,,,,..._.,~~ ,.<:1;",_,1.,.,,. ,,i....... ..,",. mie!:~bros de la comunidad conducían los rebn.ñ0·· de ca-
raspadores, las lascas usadas v retocadas v lo!:! núckas de finas laminillas. En bras a los valles allOs, para así aproYechar los pasto: ~ardías (.rvlortensc". 197:.,1
cuanto a piedra pulida, abund~n los diente~ de hoz. así como los morteros y ma- Tepe Sarab es otra aldea. situada 7 kilómetros al este de Kermílnshah y ama-
nos Lle mortero, pero sorprende que no haya hacha.: ni hachitas y que ~olamc1,te yor alturn (1.300 metros) que Jarmo o Guran (Braidwood, 1-!•Jwe y Recd. 1961\
se hayan cncoull ado escasos fra;::1entos de vasos. En el conjunto de materiales Las excava.:iunes no mostraron una arquitectura de barro importante. pero la
óseos. est.ín representados los punzones, algunos fragmentos de man~ns de hoz presencia de restoS- faunísticos sugiere una ocupación permanente por parte de.
nrana!:'.~~c'.: y una~ ;iiezas planas. _c::-andes y perforadú-., en los vértice:::.-que se in- al menos, algunos de los habitantes de J¡, ·1 ldea. Sarab también pudo haber collSti-
terpretan como muñequeras. tuido e! cani'Pamentn tempor;i! de personas pertenecientes a comunidades situa-
La información sobre la economía de Ganj .iJareh es fragmentaria. pero, a das a una menor altura. ccJ10 Jarmo o Gu~c::-,. Algunos miembros de c~ 1 as comu-
partir de análisis preliminares, parece ser que sus pobladores contal"'::1n con ca- nidades pudieron h:ilJerse trasladado de un lugar; otro en busca de pastos. mien-
bras doméstic<!:: y c11ltivaban ciertas plantas (Smith.1972b). tras que el resto permanecía en casa con!inuando con las lilrcas propias del
En el edificio incendiado del ni·,-el D se preservó un cubículo qu;.: contenía verano. El equipaje artefactu,1I de Sar~h es similar al de Jarmo y !as otrn;, aldeas
dos cráneos sin mandíbulas inferiores, probablemente de ovejas sah··.1.íes. incrus- antig:Pci:: de los montes Zagros. pero parece ligeramente posterior y menos varia-
tados. uno sobre otro, en el revestimie11Lo interior de 11n pequcfir nicho construi- do que d de Jarmo, a pesar de la abundante producción de figurillas de arcilla
do en el muro. Este inusual descubrimiento muestra la posible función ritual de realistas de Sarab. Entre ellas dl:stacan las figuras femeninas de buena facturil Y
la halliLución y constituye otro ejemplo a añadir al creciente !"'1n1ero J;: edificios de cabeza alargada a moé~i de tronco (fig. 5.25B). así como representaciones zoo-
o zonas de estructuras de:;tinadc:: a actividades rituales, un rasgo cada ycz más morfas.
marcwlo en las culturas po:teriores del Próximo Oriente. El patrón de asentamiento 1.:n los montes Zagros consistía en un grnn número
de aldeas de reducido tamaño. c"n un sistema eco11ü1nic" basado en una estrate-
gia mixta r\e agricultura )1 recolección. y que se transformaron en comunidades
Otros yacimientos en In región de los montes Zn,:ros relativamente importantes. 1~ersistc la incógrnta de si estas aldeas eran totalmen-
te sedentarias o de si mi..-.!,as de sus habitantes eran nómadas. Las grandes dife-
Se lwn excavado otros asentamientos aldeanos en la re2íón de ios montes rencias de altitud entre valles ,ecinos, el clima extrtmo y la dependencia respecto
Zagros y sn11 muchos más los que se conocen a partir de prosPecciones. Los res- a los rehaflos domésticos como fuente alimentaria. pudieron l«ibcr prupii.:iado lc1
tos de Tepe Guran en Luristán, Irán, a una altitud de 950 metros, fueron exhaus- adopción del nomadismo como modo de virla (Mortensen, 1972).
tivamente investig;:irl0s por un equipo de arqueólogos danc-ses (Monensen. Mcl-
gaard y Thrane, 1964 ). Este yacimiento ha proporcionado una larga secuencia de
materiales correspondientes a una aldea temprana: se han identíficado 21 niveles LAS l'RIMERAS ALDEAS EN LAS REGIONES ADYACE;\,IES
en un sedimento de 6 a 7 metros de esoesor, consistente en derrumbes de estruc-
turas de o~upación, fechados aproximadamenlc entre 650C J 5500 a.C. Los pri- Lus patrones de vida en las regiones adyacentes al Próximo Oriente pudieron
meros habitantes de Guran vivieron en cabañas de madera. en cuyos sucios 5c lrnber afectado el desm;-_11!0 de esta zona de tres formas distintas:
LOS ORÍGE:--;r:s DE LA CI\'!UZ,-\C!é1\· L.-\S PRl:i.!EH.:\S CO!v!U:-.:IDADES c\i __!)EAN1\S 223

cjcm¡_,;o bien conocidn de aldea primitiva en Grecia es e! yacimie:Ho de Nea Ni-


kumcdia en Macedonia (Rodden. Jl)t,:;";. El yacimicntu se fecha entre finales del
séptimo n1ilcnio y mediados del sexto mileniu. y ofrece un catálogo de materiales
propios de una aldea desarrollada. incluyendo la ccnímica.

7iw1scaspio

Aunq~1e es ahorn cuando se está empezando a cr)noccr en profumiidad la zona


del noreste iraní y el 1urk'llanistán je la URSS. contamos yn con importantes da-
tlls sobre aldeas antiguas. Al pir'. de la vertiente norte de los montes Kopet D2gh,
en la URSS. transcurren pequeños cursos de agua que riegan una estrecha franja
de tierra situa(1a entre las montaiias y las arenas del desierto de Karakum. Las al-
A 8 deas descubiertas en esta ,irea se suelen parecer a las del arco formado por los
montes Zagros v Taurus del Próximo Gfiente. El excavador V. Ma~:;on denomina
e ..:ultur.i de feitu;1 a e:::e grupo de a!:lcas. a partir del yacimiento epónimo r:ue es el
mejor conocido (Masson, 1971 ). Jcitun es una a:s..!ca de tamaño mediano en la cual
FrGllRA 5.25. Figurillas de arcilla :>n1ropomorfas proced::nt,> de las prim.:rns ald.:a.s de tres re- hay prue\~·;1s de domesticación lt:inprana ,.:e cebada YcStida de dos hileras y di; ovi-
giones de! Próximo Oriente: (A) figurilla !emenina hallada en C.t\'finü en el sureste de Ana;nlia cápriUos. Al estu1 ~i 1.uadu en un°1 zona de pluvio:::dad marginal, un sistema muy
{íotowafia pr_ocedcntc Je! Joint Prchistoric Project de !as l_'n¡{-efsidades de Estamhu! y Chica- primitirn de irrigación, consistente quizás en la con~trucción de pr"sas en los pe-
go): {B) figunll.' femenina hallada en Tcre '-·1 rab en !os monte, Zaµros de Ir:in: !a fi!':urilla cst.i
queños ríos que bajan de las montafü1c suministraba el agua necesaria durnnte los
("nmpu:sta de varias ~icza~ que c,,.-:ajan (fotog:ra!ia procedente úd Prd1istonc !'IUJCCl 1.kl Urien-
ta) InstJtlJlc de la Univcr.s1dad de Chicago): (C) figurilla hum:i.n;i hallad¡¡ en !os niveles precer:í- años niás secos. AunquL' son escasas las fech:-·· de radiocarbono, los niveles a:-::i-
m1cns de !VIunhata. lsrnc! (fu!ografía prnceJentc d,, 1 Departam.::nto Je AnligücJadc.s v l\foscus guos de la cultura deJcitun se fechan e1~ ~I scxlo milenio. Cunsid::::,,1ndc 1'1 presen-
ue l.sr,,••l). - • cia de cerámica y las fechas de carbnno 14. cabe suponer que ius niveles antiguos
de Jeitun son contemporáneos o a!go mds rccientt:::. que !os niveles superiort::s de
Jarmo y Guran. ,\Jnque no contemos ron datos definitorios sobre las fases ante-
1, ! .a agricultura pudo haherse intrc;.'.:.icido con anterioridad en otras n;gio- riores a la cultura Je Jeítun en !a región ·.!el Transcaspio. es posible que evolucio-
nes,J la idr-:, ser adoptada. o bien importada alguna especie domesticada 001:-los nase a partir de la cultura de !as cue\ ,1s en la zona sur Uel Caspio. o cerno conse-
hz.~,1tantes del Próximo Oriente. · cuencia del inílujo de las culturas contemporánt::~1s en !as tierras altas del noroeste
2. 1:-,os pobladores de regiones periféricas pudieron haber interactu:,do con de Irán. Por lo general, se piensa que !a zor..1 Lid Transcaspio experimentó un de-
los hab1t;rntes del Próximo Oriente. sarrollo algo más tardío que el de las úreas vccinas del Próximo Oriente.
~- Las ideas, las especies domesticadas y las habilidades organizativas que
surgieron en el Próximo Oriente pudieron exportarse a lo~ :::'--.:ntamicntos de !as
regiones adyacenJP,S. Egipw

Ta! como se explica en el capítulo 3. el Ya!!c del Nilo fue escenario de los pri-
Sureste de Europa meros asentamientos con una caza y recokcción intcnsiYas y algo de infrat:struc-
lura agrícola. A pesar de la temprana ap,1rición de hojas de hoz y de molinos. no
Ln. única región q~c. se con~igura como pesibk foco de estímulos. por sus in- t:.\istc~ pn1"bas dir~ctas de agricul!ura ni ejemplos de comunidades impOitantes
teracciones con el Proximo Onente. es el sureste de Europa. ('iertos conjrnnos permJnenlcs antes de finales del sexto milc11;0 (véase el capítulo 9). HastJ que
artefactualcs y asentamientos aldcnnos en diversos lu!!.arcs de Grecia se fechan uu se obtengan nuevos datos. el proceso de sedentarización en el valle dei Nilo
en el sépti_mo milenio. como los materiales de !a cue\·;_7 de Franchthi, en el r .. :_: debe interpretarse en función de la inllucnci:1 de sus vecinos. y no como un desa-
P.oneso e.menta!: aunque sean menos significativos que los de los yacimientos ve- rrollo paralelo al del Próximo Orü.:nte.
cmos de Anatolia (Jacobson, 1969). Los hallazgos l'rl el vacimiento de Argissa en
Tesalia (Grecia) (Milojcic, Boessnick y Hopf, 1962: ProSht y Berger, 1973) mues-
tran que la presencia de especies de animales domcsticad(v en este asc .. tamicnto PATRO:-.:Es DE DESARROLLO E:\" LAS PRI:-.!ERAS ALDEAS DEL PH.óxn,m ÜRIE'.'.'TE
e~ tan antigua como en los de la cadena montañosa de los Zagros y los Taurus. in-
d_1;and~ probableme.nte la _existe~cia de un centro independiente de domestica- A partir de la compleja información disponihlc sobre las pri1111: ..:1s alde¡¡s, sur-
c.1on .'-\111111a] en ~r~crn. Esta ampliamente accptacln la hipótesis de que la rlrm1es- gen vcJrios patrones generales. Para identificar rl!gularidadcs, deben tenerse en
t1cac1011 de Ir"; hov1dos t~ivo lugar en el sureste de Europa y que, posteriormente, cuenta \'arias deficiencias de los datos. ya que la información disponibJP se halla
Ílw <1 doptada en Anatolrn y eventualmente en el resto del Próximo Oriente. 1Jn en relación directa con el enfoc¡~1t: dd ü1,·estígador. con lo qHf' ~e considera 1111-
LAS PRIMERAS COMUNIDADES ALDEANAS 225

ponanlc y ascq11ih!l' y con lus siru::::ciones fortuiti.lS en las se ver.. enrnel!os algP 4- Zonas 1111:..·.tear:?s versus margiltnlcs
nns estudiosos. No nhstanle, los p;:tronc:., lelllporales y distribucionales d..'. las a!-
dcas primítivus van aú ...1uíricndo ;--aulatinamente U'."'.l mayor claridad. En cierta Otro aspecto polémico de ~as primeras aldeas es ;;u localización en relación a
medida, el panorama se ha visto complicado por la presunción de que una aldea la zona nuclear propuesta originalmente por Braidwood. La investigación ha sido
importante había de basarse forzosamente en la agricultura. Esta noción ha que- mucho más intensa en las regiones comprendidas en el hábitat natural de espe-
dado refutada a la vistc1 de ejemplos como Mallc1lrn y Suberde. aunq~!e. en algu- cies potencialmente domesticables que en las zonas marginales. No obstante se
nos trabajos. persisten las inferencias fundamentadas en la supuesta necesidaé de han descubierto yacimientos en medios distintos a los definidos como adecuados
una economía productc:-a de alimentos. También es prob!cmát.ico t;Jtar !os yací- para el crecimiento de los ancestros silvestres de las especies domeslicadas: Mu-
mientas como si .:>olamcnte se hubiera dado una únic;:; fase de ocupación. Al con- reybit, en el desierto sirio, demasiado caliente y seco para el crecimiento de plan~
trario. muchas de estas aldeas antiguas pud}.cron haberse rcocupaG.J reiteraúa- tas y animales. o los yacimientos de Bc:.iqras y El Kowm, en Siria, y Tamarkahn,
mcnte, abarcando un largo espacio de tiempo. Debido a esta asunción un:formi- en 1:-:i.g, situados muy por debajo del área nuclear. Asimismo hay eY:..:-_ .. _: . . . .., .:!.:.
wrista, las inferencias basadas en las espr:cies domésticas halladas en los niveles plantas y animales domésticos en yacimii;,ntos en la periferia seca de la zona nu~
superiores se han aplicado a los niveles más antiguos. O:ro tnnlo ocurre con In clear, como en Ali Kosh. Aunque los precursores salvajes de las plantas y le'.: ~ni-
ausencia de especies domesticadas en ]os niveles inferiores, que ha llegado a in- males domésticos pudieron darse también en estas otras áreas o cerca de ellas,
! crpretarsc como prueba de una economía basada en la caza y la recolección a lo no llegaron a desarrollarse en número suficiente como para posibilítar formas
!arg.o de todas las fases de ocupacicm del asi;ntamiento. ;<Jncipi~nles» de agricultura. Se ha sugerido que los habitantes de Ali K~sh traje-
ron plantas y animales procedentes de regiones próximas a su asentamiento; en
un intento de reproducir la ,:¡_:.,undancia de 12 7'Jna nuclear en un enclave margmal
Focos geográficos (Flannery, 1969). ~: i.:is especies domesticadas en Ali Kosh fueran m~s ?nti_guas
que las de íos yacimientos d'"' la z0,rn nuclear, se vería reforzada la h1po~es.1s de
En !!enernl 1·nn!:imos cnn pruebas directas de !a domesticación d'.:' especie Flannery-Binford sobre la importancia de las zonas marginales en el s1.u51m1ento
n:·getales y de animales para todo d Próximo Oriente desde princ,:_~;os del ,:;épti- d,.., la agricultura.
mo milenio, desde Beidha en el suroeste, hasta <;ay6nü en el norte, y Ali Kosh en Sin embargo, no sólo no se ha podido demostrar !1 mayor antigüedad de la
el sureste. Hacia el 7000 a.C., las prácticas ;:igrícolas se ha!:- 1an difundido ya r•--.r domes~icación en Ali !~osh, sino que actualmente parece poco probable. Por el
c:-tas alc!~:1:::. Sin embargo. la agricunura todavía no confornrnba la base subsis- contrario, los datos obtenidos en yacimientos como Zawi Chemi Shanidar, <;ayo~
tencia] de ningunfl de eÍÍas. ni tampoco la habían adoptado tudas las comunida- nü y Ganj Dareh refuerzan la hipótesis de ciue las prime1as evidencias de plantas
des. Las aldeas cazu.:.loras coexistieron jumo a comunidades fundamentalmente v animales domésticos proceden de la zona de háLJ;tat natural, si bic:11 Ganj Da-
agricolns durante todavía mucho tiempo. Íeh se halla situado en el límite superior de la zona nuclear. Si la agricultu:a y la
La distribución geo::_i,rá11ca de !o: primeros ejemplos, tanto de agricultura ganadería se originaron en ésta y fueron después <(transportadasi~ a un med~o am-
como de sedentarismo, está siendo r•.!visaéa constantemente a la luz Ce las nuc- biente marginal. implíca que ya desde un prir,.:.:pio los recursos rl?mest1cad~s
\'as investigaciones, especialmente en lo qne se refiere a la diferente distribución contribuvcror1 de forma sustancial a la dieta humana y que los camb10s morfolo-
del sedentarismo y de la agricultura. i-fay ejemplos de importantes aldeas perma- gicos se habrían sucedido ~1n relativa rapidez en el ase11tamiento marginal. Por
nentes "iin recursos domesticados. ;_,mto en Züoas bajas como en áreas más eleva- Ci contrario, las especies domésticas solamente tabrían constituido un pP1ueño
dns. cerno iVIurcybit, Maliaha, y quizás Bouqras y Suberde. Las aldeas con una complemento alimentario en los enclaves de la zona nucl~a:, donde est~ba sur-
economía transicional, pero que practicaban la proLiLlcción de alimentos, son más giendo la domesticnción. La proporción de especies dnmesticas cons~m_1da: ha-
difíciles de identificar; corno ejemplos pueden figurar Sarab y la fase Bus !dordeh bría ido creciendo a medida q::= mejorasen las cosechas. Aceptar la h1potes1s ?e
de Ali Kosh. En algunns yacimientos del Levante la aparición de la vida sedenta- las zonas manúnales implica que las actividades agrícola~ganaderz..:; se mtrodu1e~
ria y de la arquitectura perm:::ientc tuvo lugar durante el natufiense. Sin embar- ron para supc: .. r la escasez de estas zonas marginales. I::.n cambio, aceptar ia hi-
go. en esta rcgit~n no se documenta la depenllenci ... cor. respccHJ a la producción pótesis sobre la prioridad de desarrollo de las prácticas agrarias en la zona nu-
de alimentos hasta el sc:,to milenio. f\Jr otra partl.!, los datos procedentes de yaci- clear implica que las técnicas agrícolas fueron originadas y adopta?as como pnrte
mientos de los montes Zag1os sugieren que y,1 se practicaba la domesticación en de la interdependencia entre el sedentarismo inicial y la explotación de r~~ursos
el 8900 a.C. en Zawi C'",..,rni Shanidar. No obstante, los asentamiento5 de los Za- locales (véase fi~. 4.7, pp. 144-145). Todnvia no disponemos de datos sut1c1cntes
gros no pueden paralelizarse con !a sofisticación urquitcctónica y la magnitud de como par3. eyaluar definitivamente estas alternativas, e incluso es posible 9~~
las aldeas lcYantinas. Por lo tanto. c.n esta región montañosa ¡~arece haberse enfa~ ambas exp!'.:aciones sean compatibles. Aún hemns de obtener un mayor d?mr~!n
¡izado la producción de alimentos, especialmente el pastoreo, en lugar de la cons- de la crrnolm?Ja relativa. unos crit~rios más nonnalizados sobre la domes1Icac1on
trucción de impnrtantcs y complejos asentamientos. En este senticln, cabe desta- y una mejor i~formación- demográfica. .
car que el yacimiento de <;ay6nü, situado entre el Le,,amc y los montes Zagros. · Cómo se elegía el eü1plazamiento de un asemamiento en una detcnnmada
contenga evidencias tanto de una domeslicación temprana de plantas como de zon~? La mayoría de las primeras aldeas estaban situadas junto a áreas_dc alturas
una sólida arquitectura. diversas: los yacimientos de Cayónü, Ali Kosh y Kcrmanshah, po~ eJemplo, se
encuentran en lechos de ·:alles a poca distancia de las montañas; Be1dha YJarmo,
en riscos o terrazas sobre wadis; y Suberde, Jericó y ]Vlunhala se hallan en depre-
226 LOS OH1GE:\1ES DEL--\ CJVJLIZAC!(Ji\ 27..7

sioncs de vol!es próximas a fi1::n1cs de agua dulce. Lns argumentos de mayor artefactual en muchc: .::~ c:stos rec!:itos de Bcidha y <:;ayünü, mientras qt. .: Iris
peso en la elección del emphi;;';micntn de uno Je estos poblados debieron de ser pisos supc,;Jres pudi:-.:-.:r.: haber sido uüiizudos como ;lrcas de habitación. En
la maximización en la varfod;id de 'Hábitats potenciales y la proximidad a 11na yayónü. los alimento~ :-,::: preparaban probablemente en un área cubicrw y pró-
fuente de agua, más que, probablcrrn.:ntc. consideraciones referentes a la drfensa xima al edificio.
y el comrol de pasos importantes u rutas comerciales. Esta intcrpretació:: ::i1rg·1 una gran importancia a las ac.tividades productivas
en las altleas. Campe~::::~ y pastores pudieron haberlas realizado como tJrt:as se-
cundarias. Tanto en B::::,::-::. .:omo en <;ayünü, los edificios con subdivisit1 ncs in-
Tendencias adaprmivas ternas se documentar, :::::: \os niYeles superiores del depósito: por tanto. en ur:a
época en que la agrict.:.::"..:.;3. y,1 estaba lo suficientemente .estableci_da como para
Aunque contamos con r.,ucha información sobre la arquitectura de las prime- constituir la principal :_.:::::re de alime:1tación de la comumdad. Es mtcre5ante se-
ras aldeas, resulta difícil hacer generalizaciones de un yacimiento a otru. Sorpren- ñalar que estas ch ... :...._ ..:.:--.1recen por todo el ascntamienlo.y~r lo que 1w poLlc-
de la coincidenda en la aparición de la agricultura y la de las abundantes estruc- mos hablar de una clc..S:: 2.r,esanai ubicada en un sector dehm1taLlo del pPbL.tJo.
1
turas arquilectónicas rectilíneas de varias habitaciones, que debe probablemente En <;ayünü, todos los -:._:ricios de los niveles C.P. son .bastante .si_m: are5. !0 q.uc
relacionarse con un cambio en !as actividades domésticas y en la organización de implica qm· cada famiL:::., u otra uniUad económica mímma) realrz.ub.a sus ¡'r,...,p1;.~s
la comunidad. Las casas rectilínt:as pueden adosarse unas a otras con mayor faci- tareas de manufactura :.i:•n una espcci:s.lizac1ón interna y no entre diferentes uni-
lidad que las r>structuras ci!'cularcs. y también se puede subdividir mejor su inte- dades. Este patrón varí.::. ;:n yacimientos más tardío~ de1 Pró~in:o ~1:ientc. doJ1de
rior para su uso diferenciado. La transii:.;ón a una arquitectura rectilínea puede la unidad económica rr:'.::1ma. en ia cunl 'iC produce la espec1al1zacmn. e~ murlw
interpretarse como uno Uc los mi.,..-:hos cambios experimentados por eslüs p:ime- mayor.
ros habita:itei;; de u!deas r•n su búsqueda d.:. una mayor eficacia en h1 explotación Los asentamientos con edificios con planta celular representan. prl1 liable-
del medio y en las relaciones humanas. mentc, una adaptación 6¡:,tima a la agricultura antigua, e~ . . '. marco_ ~e una orga-
Los rápidos cambios en ];,, actividades de subsistencia y en la arquitectura nizaciñn unifamiliar,! a qu;; las subsiguientes t:-:msform_a~10nes r~qmnernn mayo-
muestran tanto :c1 tendencia hacia la c-·_:pecialiwrión como hacia la flexibilidad, res unid;:;.des organizativas. Las primeras aldeas del Prox1mo Oncílt.-. cnc;¡rna~ la
como también lo mostrarían toC.J tipo de artefactus si urnsiguiéramos conocer tr::-:sición más fundamt:-Ital en·la historia hu:-::ana. ya que. ,rnnque nos rucuan
mejor sus funciones concretas. L<1 ílcxihilidad y la especialización son, hasta purecer primitivas desde nuestra oerspectiva actual, fueron la cuna de_ muc_h::is de
cierto punto, contradictorias. y solamente pueden c.lcsarrollarse en niveles dife- las innovaciones tecno!6zícas y subsistencialcs necesarias para la soc1ed:1t.1 urb~1-
rentes de c-:-ganización social. T a flexibilidad pudo haberse generalizado en la na Lesde entonces, los DroceSos de cambio afectan la org:aniz,H.:1.:°ln y el rn~mcJll
tecnología :onstructiva básica, e!' la producción de artefactos y en las estrate~ Je la creciente complcjiC'.::td sociu~.
gias de subsistencia. La obtcm..:íón de materias primas, así como la fabricación y
distribución de los productos realizados ~: partir éstas, tenían que estar suficien-
temente organizadas para poder asi,nilar los cambios en las necesidades y po-
tencialidades. La cspcciaiización es una consecuencia de los propios productos,
tanto en cuanto a ar:~factos o conjunlos de útik:s como ., la compa,-~imer _.c1ción
de las edificaciones. E! creciente número de piezas artísticas y de objetos enig-
mMicos, el incremento en la ornamentación "J decoración. el empleo de nuevas
IT''.llerias primas, la experimentación con conlencdorcs y la manufactura de
otros artículos especializados representan po~ibles manifestaciones de estas mi<;-
mas tendencias.
Además de ia universalidad de:: la arquitertura rectilínea (•r¡ las primeru::. al-
deas. lambiéf' son comunes ios cimientos con cámaras que probablemente soste-
nían un segundo piso. Los niveles supcdores de Mureybit, el edificio de corre-
dor de Beidha, las estructuras con planta de cdda di; <;ay6nü y los cubículos de
Ganj Darch se ajustan a este patrón. A excepción de rvtureybit, estos yacimien~
tos también han proporcionado evidencias indiscutibles de una domesticación
muy antigua. También la fase Bus fdordeh en Ali Kosh prl.'senta evidencias de
edificaciones similares y c~n domesticación igualmente temprana. No parece
probable que el almacenamiento fuera 11:1 función principal de estas cámaras, ya
que las fuertes lluvias invernales en la mayoría Ce est~1s yacimientos hab:•an hu-
mcLiccido el grano, malogrando su conservación. En ellas lau1poco se han regis-
trado restos carbonizados de semillas. ni ton siquiera en las que sufrieron incen-
dios. Numerosos datos apoyan la sugerencia de Kirkbridc acerca de la función
de las cfimaras como zo1rn•: de paso y talleres, como la d:·:crsidad y abundancia
229

1_us primeros agriculw,:.:~ jd P· óxrn1u Oriente. uun4ue modificaron drás*


ticamente sus estrategias st:":-:,istenciales y sus formas di:: organización. mantu.
vieron sus estilos de vida e:: an esrndio relativamente primitivo. Su alimenta-
ción se basaba casi totalmt:..:;:. s:n ]U$ plantas y animales s;frvajes y. por este. mo-
tivo. sus logros no parece~ 3c1perar a los de los Gm1dorcs y rccolcc1orcs se-
dentarios.
Los avances n..,alizados C:..:::-Jntc el scxtc, y quinto milenios cambíaron com-
pletamente esta situación. t:.::.~·ia el -HJ00 ,1,C., e incluso a~tes en n:u~l10s !~-
o-ares la aldea a1!fícola se D.::.bía consolidado cor..~1 !a un1d;:id econom1ca mas
~fecti~·a. dando pie ._, que 2.l~:..:.:1.1s comunidades fonnymm gran~cs Pl?blados: ~a
6. EL DESfa:..RROLLO DE LA caza. mientras tanto, se hab2. wmenido en un med;,;.1 d~ sub~.\ste~.cia subsidia-
rio, r las comunidades no a-2~f-:o!as ya eran el cquinw.Jte culturai de las omni ·
ECONOMÍA DE ALDEA pres'emes comunidades cam-F5inas. La distribución de las_ al.dcns campesinas y
de !os primeros poblados lL::~.1ba mucho •mb alhí de los lnr,;tes de la m?1 nu.-
clear del Próximo Oriente. ;c:;..:.::.nzan,..w ]¡15 llerras alt:1. de Irán, Transcasp10. Al-
El proc~so se hace irreversible gani~'.,'P.. la Bajel Mesopota::-.i.:L d Yalle de! ¾,lilo y ~! sureste :ic Et:rop~. .As¡'
pues. la agricultL11 d se estab::: .,:;__1nvirtiendo en el :-::1ed10 de subs1s1enc1c1 pr'.nc1pa!
para una porción crecicme ..:.-:: la población mundi_al. La al~e~t cai'.1pesma, al
La aldea campesina evolucionada, pruducto final de la transformación afromar con éxito la advers:J.=:d del clima y produclf un sum1111stro nnportantc
ngrícola, com·::tuyó un tipo de comunidad que alcanzó gran prosperidad y que fue de alimcntm fui.: imponiénd0~c como forma dominante de comuni...'.ad. La::;. al-
adoptada en muchas regiones dlStintas, manteniéndose casi sin alteraciones :~v: .. : ......
deas sedentarias fueron la ··..:'.minaciün de lz1 ti",m~;·u ... ,.,,.;,.:·,,; ,-,!;;-, .,;tJtu-
durmue milenios. El éxito u'c estas aldeas estuvu ,·c[..;cionado con tres importantes veron :a cuarta fase de desanc,l!o en el modelo sistémico que presentarnos en la
logro.,: la 11;._jum de los rernrsos alimelltarios que, con la domesticación, Ílg. -L6, p. 142.
aumc11taru11 su productividad y demanda; el gran desarrollo de la Tecnología de
pruducciú11 de alimentos, que facilitó la adopción de la agricultura y t:icitó que la
poblaciún regresara a su modo de vida amerior, y, por último, el incremento en el ¿Ce ALE :~UERON' AS CACs_:..s DEL É:'üH) DE LAS CO>!L'\!DADES ALDL'(-..\S'?
tamwio y la organización de las comunidades, que tambil!n c~mt~ibuyó II imponer
v perpetuar una economía basada en la producción de alimentos. De este modo, Entre lu::; r~::tores mc~!io2.:11bicntc1les. culturales y organizati\'os que favore-
/as 1·c11wjas de la agricultura respecto a la caza y la recolección imposibilitaron cieron el crecimiento de las 2.ideas (nos refr:fimos a los eicctos positirn~ sobre la
prácticamente el retorno a ius medios de subsistencia anteriores. transición 13 en la fig, 4.7, pp. i-l-l-1.➔ ::-¡. los_ ~1ás imponant~s fuero!1, los •1?~ cr:f-1-
En este capítulo presenfmnos la información de yacimientos arq!:::01(1:;icos de ron una situación de rrtroalim.::ntación pos1t1va. La re1roahmentac1on ros1t1va m-
/a:, tres pri,:dpa/es reginnes cf-:f Próximo C, :_ ~ .. t.: señalar que el Levante cide en el proceso Je cambio. porque cualquier pequeño incremento en.un factor
pierde en estus momentos el JWIUs de región nuclear que posefa desde el proYoca el incremento de un tercero. Por este moti,·o. l:::· u ansformac1ones van
dcsarrullo de los primeros poblados. Aunque algunos de ios descubrimientos más intens;:·icc.lndose :iasta que alguna fuerza dctcP 11inada disminuye el efecto de b
especracu/arcs se realizaron en Anarolia -<;atal Hiiyiik era el mayor y, en retroc!limentación.
muchos sentidos, el más complejo de los asentamit!lllos de ia Jpoca-, fueron las Durante L:, é¡:::ica de las primera~ aldeas, actuaron tres importante:-. r;;lacioi1t::-,
aldeas situadas en las csrribaciones de los Zagros y las zonas adyacentes de la de retroalimentación positi\'2. que mejoraron las posibilidades de la cconomw
llanura de A!esopotamia las que sentaron las bases de la ci 10 ilización urbana. agropecuaria de las aldeas, ptimitiendo su establecimiento como el pr!ncipal me-
La naturaleza de las excavaciones arqueológicas y de los materiales dio U... subsistencia en todo el Próximo Oriente. En prim,;;r lugar. esle tipo de eco-
anafr:.ados es en cierta medída diferente de la que caracteriza las investigaciones de nomía originó un rápido crecimiento de 1,1 población. La prirT,.:n1 relaci?n de :~-
los periodos más antiguos. La cerá,nira es ahora la categoría de artefactos más troalimentación consistió en la. mejora fisiológica de las especies Uomi.'.'st1cas utili-
abundante, y Sil diseno y forma se utilizan para clasificar las dirersas sociedades zadas por los primr:r'Js campesinos (S-9 en la fig. -L7C). Pmibl~mente. i~s
que las elaborara;;. Sin duda, los logros rnf:urales más importnmes de este pastores seleccionaron dc!iberad;:imcnte la rcprnJucción de los am:nales m;~s
período están relacionados con las nuevas formas de organizaciñn de la productivos. mientras que lo5 agricultores hacían lo propi? con !ªs me.iorcs sem!-
comw1idad. En las aldeas avanzadas es posible hie11tiftcarformas complejas de llas. Igual importcmcia tendrían una serie di; sucesm no intcnc1o_nados. c~r:10 el
organiwcióJl (awu¡ue embrionarias) y traw:- la emergencia de dil ersas
1
incremento de la probabilidad de e-xito de ciertas mUt'iH.,;,)ncs baJ0 h.1 rresmn de
in!:tituc:ones reguladoras. la selección natural, debido a la expansión de las primeras plantas y animales do-
mésticos más allá de sus hcíbitats naturales.
Cuando los campesinos trasladaron las especies domésticas a_ las alti:-..;dcs_i~-
feriores del .!uzistán v de la Baja i\ksopotamia, solamente pu<l1i.:ron ~nbrcVP.''r
los unimales que mej~1r tolerab;Jn el calor y las plamas que mejor soportai1,i11 la
230 LOS ORiGE'.\F'- DE LA CIVILIZ,\CIÓN :;:" :)ESARROLLO OE LA ECONOfl.lÍA DE ALDE,\ 231

aridez. A medida que plantas y animales se convertían en fuentes de alimento sara al sistema dt ;;.c':za-rccol-.::cción fue el derivado del impacto acumulativo de ~·
más efectivat.: :¡ue en su estado salvaje, las poblaciones humanas confiab;m cn !as comunida<les ,;.ldeanas sobre el paisaje. La domesticación y el cultivo rom-
ella:. cada vez más. El número creciente de especies domesticadas <1umentó la rc- pieron el equilibric ;;cológico natural, provocando una alteraCión inexorable e
sen'a de genes, y de esta manera se incrementó la probabilidad de hibridaciones irreversible del p~i.~aje. Consecuencias como la matn;,za r:1e depredadores, la
favorables. Por ello, las primeras plantas y animales domésticos incrl:'mentaron su captura de animal::~ salrnjes domesticables, la tala de bosques para construir ca-
productividad cuando fueron trasladados hacia nuc\'as áreas. v constituveron así sas. o !a ocupación de nuc\·as tierras, son consustanciales al desarrollo Ge la vida
una fuente de alimentos para PI consumo de mayor potencial. ·11 or ~upuCsto. esto agrícola. Conforme aumentaha la po~Jlación, se incrementó también la cantidad
no implica que lodos los experimentos tuvienrn éxito. No obstante. si entende- de aldeas campesi::::.s que inumpieron en áreas nuevas, provocando. cor.::2i . .mte
mos la expansión de la agricultura primitiva hacia nuevas regiones gcogrMicas J inconsci~ntemente. la destrucción de los recursos sub~;stenciales lJásit.:us de los
como un proceso, no hay duda de que con él se mejoró la efcctiYida.:! de la pro- cazadores y recolectores. Las plantas y anima!'2s recién domesticados no podían
ducción de alimente .. ,'.! ~-..;.,-,~,::; mayor fuera la efeciividad como medio de subsis- sobr~':ivir ~in el cuidado y !a atención humanas, de la misma manera que los se-
tencia, mejor sería la predisposición de nuevas regiones a adoptarla. res :rnmanos dependían cada Yez má.-, de los recursos agropecuarios. Ell dcf!:1iti-
La segunda relación de retroalimentación positiva que contribuyó al éxito de \'3, la creciente eficacia del si~1ema agrícola era el resultado de la combinación
la organiz~cifiri social en las aldeas ca;:Jpesinas es de tipo tecnológico. A medida de úeciskmes e im·encivnes explícitas, :iue condujeron a un tipo de cambios que
que la agncullura y la ganadería se estahlccíun como actividades de subsistencia iíi~posibilitaron cualquier intento de invertir la dirección del proceso. Los seres
predominantes en un buen número de comunidades.::::: i,~tcnsificaron los esfuer- humanos lrnbíar. emprendido el camino de la rroducción de alimentos y. al fin y
zos por mejorar las herramientas y la.-. técnicas de obtención, proce~ado v almace- al cabo, de la vida urbana.
naje de las plantas y animales domésticos (C-3, C.4. C-5 y C-6 en la fig. 4.70).
Las innovaciones en el equipo de procesamiento de las plantas afectaron a los
iítilcs de molienda, a los hornos para tostar el grano y separar1o de su cáscara. y a LAS ALDEAS Ctú,PESINAS SEOE:S.TARlr,S C,CL LEVA:-:TE tIERIDIOr-,;AL
los hornos abovedadu1, ¡Jara la cocción del pan. Una de las novedades tecm;'.ógi-
cas más significativas tiene que ver coü la fabricación úe contenedorPc;. Los con- A comienzos del sexto milenio disminuyó la preeminencia de la:. ¡.1rimefo.,, a!
tcnec1'lres que utilizaron los primeros aldeanos r::ira el transporte. comercio. pn:- deas del Levante meridional. Los natufienscs y los primeros aldeanos del Levan-
par ,lción y almacenaje de los alimentos estaban realizados con materias org,clnic,1s te habían constituido la vanguardia df'! movimiento hacia las iildeas sedentarias)
o bien con piedra. En el séptimo milenio, la introducción de vasos de cerámica la economía campesina. pero durante los siguientes milenios. éstos yn no ocupa-
cocida vupuso la existencia de recipientes relativamente 1:5eros. ir,;¡Jcrrncablcs y rían el primer plam.J. Por el cont_rario. las condiciones que habían estimulado e!
C:Llmóm1cos, lo cuai implicó una :-::pida consolidación de la producción de estos desarrollo de las primeras aldeas de! Prü.,imo Oriente restríngieron nsimismo sus
objetos en todo el Próximo Oriente. El transporte y almaccnam;..:nto de f:"Oduc- probabilidades de r::producd·-;n. al permitir solamente el mantenimiento de un
tos agrícolas se hizo mucho más fácil y eficaz que en épocas anteriores. y aumen~ ni\'el básico de organizacion.
~aron así las posibilidades de la agricultura y la ganadería.
La tercera relación de retroalimentación positiva concierne a !2. <Jrganiza-
ción de las comunidades humanas (fig. 4.7E, 0-1. 0-6). El hecho de permanecer
:Jurante todo el año en 1m mismo lugar impulsó a los agricultores a construir
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instalaciones permanentes, y ello facilitó en gran metiida ~el almacenamiento. a oJ < -< >-
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la vez que produjo un incremento en la variabilidad de la cultura material. A
medida que la economía agropecuaria se imponía como unu dL los ni,..dios de w
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subsistencia más efectivos. aumentaron el tamaño de las comunidades v las w ul~ 0<
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Jcnsidades demográficas regionales. Paralelamente, estos cambios se vferon J
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acompañados de nuevas formas de organización cornunitarins v relaciones in-
tercomunalcs. En este sentido, se desarrollaron fuertes víncu!Üs en el seno de
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las comunidades en expansión y creció la necesidad de establecer alianzas inter- D
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grupales. En el presente capítulo examinaremos algunos resultadc'· de estos u, ·a
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cambios a partir de los resto.:: conservados en el registro arqueológico. Éste nos ru
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aporra información sobre la fnrma de las viviendas y la distribución de las co- >" ~
munidades y objetos materiales, las cuales denotan cambios en la;, organizacio-
nes sociales prehistú, icas. Las nuevas formas de organización mcjorar~n la coo- ~I t
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pi.:ración y la productividad de las comunidades ca;ñpesinas, al Üempo que esti-
mularon su crecimiento.
Estas tres relaciones e.enerales de retroalimentación contribuveron a mos-
ll z"ru

trar la agricultura como Una forma de ;::xistencia atractiva. efectiva v estable.


Por añadidura, otro proceso destacable que aseguró que la i1ohlación ~no rcgre~ FIGURA ú.l. Cuadro cmnrnugico dt l<1s aldeas evolucionaUas i.lel Próximo ClrÍi:!llo.:.
232 EL DESARRi.:iLLO DE LA ECONOi\lÍA DE ALDEA

TUROUIA Jeitun •
MAR
L. Van CASPIO

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e••atal HuyuGirikihaciyar, •. 11 1 ¡ iepe, l
.· e' H • Turlu _Iai! e t h - ~ • Hajji Firuz
an a s a n ~ •'1c:lalhat Arpachiyah
Amouq • _ Yanrn Tepe• ~;_,;.súfi~
. l .• • • Shimshara
Ras Shamra •

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u:a~h~~~gh1yah •• Jarmo
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REPÚBLICAÁRr1BE
UNIDA
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ROJO

= F1camA lí.2. A!Jcas prehistóricas evn!ucion;,,.:.,, del f'ró:dnrn Oriente.

Aproximadamente lrncia el 6000 2.C.. fueron abandonadas algunas de lasco-


munidades del sur del Levante, a !a \·a que algunas :'íreas muy ';;xtensas iban a
permanecer desocupadas durante. al menos. !os si_guientt:s r.:.:! ,iños (figura 6.1). F1c;1:K.·\ 6.3. Figuri!las de arcill:i :-:oceden!·~s de los niveles ~uperiores de Munhaln (]<> fotogra-
Su aband,1110 no parc::c ser el resultado de un:.i inva-:ión. ya que no se han consta- fía ó.: la '..iquierda --ahaja~ y !a de ::: derecha son dos vistas. d<= frente y perfil. de la misma pieza)
tado restos de incendios en el registro arqueológico. L11 causa se debió. probable- (foingrafía reproducida por cone,i:: Jcl Dq,artamentn de Anti'.,!.üedaJes y tvfustos. de Isrnel).
mente, a una de~.--.c;.r.ión dd clima uu- alcanzó su m3xímo cerca del 6000 a.C
Como resultado de este cambio, las dn:Js en las que !a agricultura de secano ha-
bía sido marginal llegaron a ser demo.siado i.lridas para el cultivo. y aquellas que fondo wadi que discurría hacia .:1 Meúitcrri.lnco. Sus casas tern:.in cimientos
habían 2!;mentado a una población agricoJ¡:¡ muy densa tan sólo pudieron suslen- de piedra ~ suelos de a1ci!L::.. y consistían '-"' estructuras exentas que en algu-
tar, en esos momentos. a grupos reducidos. Algunos ascnramientvs continu<1ron nns: casos disponían de dos hahitaciones, unn m~ís pequeña que la otra. Se cono-
siendo ocupados después del 6000 a.C.. e.specialmentc los del valle alto del Jor- cen pocas cosas sobre la población que vivfo en Biblos: probablemente er_an
dán y los del área de Damasco. En general, la población se desplazó hacia el nor- agricultores que complementaban s:u dicta con recursos marinos. 1 ~ cerárrnc~
te o hacia las regiones costeras, dond;;: los efectos de !a sequía fueron menores. era muy abundante, al igual que en otros yacimientos del L1_.:vante en el sexto
Tell Ramad es una de las aldeas en 13s que perduró la ocupación. Por olrn parle, milenio. Los recipientes est·2ban "'clalivamentc bien manufactUJados y. aunque
se ha sugerido que las aldeas creadas con posterioridad al hfatus fueron fundadas no se pintaron, ciertas piezas presentaban decoraciones incis,1s y en relieve. Sus
por una nueva población, y que no son producto de una mif. ación hacia nuevos tonalidades eran mo1h,..:romas. las superficies t;:.: bruñían y la pasta incluía nor-
territorios de las mismas gentes que habitaban esas zonas. La evidencia arqueoló- malmente arena como des!!rasani.e. Las formas eran sencillas y en su reperto-
gica no puede probar cuál de las dos imerprctaciones es la correcta. pero es pro~ rio figuraban vasijas redondeadas o globulares. Hacia el norte, en la llanura de
bable que en realidad se trate de una combinnción entre ambas. Antio4uía. de Turquía cenrromeridiona!, se ha lrn!lado una cerámica similar en
El yacimic¡¡~,J mejor conocido del sexto milenio es el de Biblos. en el Líbil- los yacimientos con malcría.les de tipo Amouq A (Braidwond y BraidwuuJ.
no (fig. 6.2). Biblos era una gran comunidad ;:!sentada en las dunas de un pru- 1960).
LOS ORÍGENES DE LA CJVJLiZACIÚN EL DESARROLLO DE LA ECONGi,~{A DE ALDEA 235

r\lg? n:i<is t~r~c, durante el quinto milenio. en PI sur del Levante se utilizt1 ba 1%7). r;atal Hüyük es el mayor yadmiento arqueológica del séptimo milenio
una ~cr!1~111c'.1 surnlar, la 11yarnrnkiense>•, pero en el mc1rco de una tradición cultu- que se conoce en el Próximo Oriente. Aunque sólo ha sido excavado parcial-
ral .s1gmf1cat1vamente distinta a la de Biblos. Las formas cerámicas son más com- mente. el tell que constituye el vacimiento cubre unas 13 hectáreas y se alza
ple.1:1~. con asas. Y cuellos ~strcchos y, además. prcsemaban \Ju cn::::ibe rojo y de- 17.5 metros sobre la llanura circundante, un valle desecado y abierto al sures-
corac10nes r:cahzadas 1;1ect~antc incisiones o a peine. También 50 11 carncteríSticas te de !a moderna ciudad de Kenya. :1 una altitud de 900 metros. A lo largo de
de :s1~ con,1unto la.s f1gunllas de arcilla con rasgos marcados (en Ja fig. 6.j se tres campañas de excavación. Mellaart descubrió cerca de 0,5 hectáreas de de-
n:ucstian..alg~nos CJcmp!os procedentes tii.:: ivlunliata), las cuales se hallaron aso- pósitos y 14 ni\·eles de construcción en un área limitada a la zona más baja del
c1Jdas ~ llgunllas grahndas sobre cantos rodados, ya conocidas en las anterior.:::; tell. Sabemos mucho más sobre el modo de vida de lo~ _habitantes prehistóri-
ocu¡ ,.icrones de Biblos. cos de <;atal Hüyük que sobre los de cualquier otro yacimiento conlt!mp0ráneo,
. N~1estro conocimiento de la economía de los asc,;tamientos del sexto y quinto debido a dos factores: primero. la eventualidad de un incendio catastrófico que
n~i!emus ~.n e! Levante merirlional es limitado, ya que sólo Biblos r rviun!:ata han consumió gran parle del r.ive! 6. preservando magníf!-:amente las construcciones
~1~0 am¡.diamcnte excavados. La ~rquitenura, óe piedra y adob~. incluye tanto y los materiales: y segundo. la estrategia de excavación que siguió Me1iaan a
estrucrn:as rectangulares como c!fr-ulares. La mayoría de las comunidades de base de amplias excavaciones en extensión, que sacaron el mejor partido posi-
este P.cnodo basaban su sub;,istencia en las ~!antas y los animales domésticos. En h]c del estado de conservación del vacimiento. La dat,,dón de los niveles inves-
el r~gbti·o arqueológico se ha documentac!o la exi<:f.encia de esoritla v cebada de tigados abarca desde el 6250 hasta ·el 5400 a.c., y todos contení<.ln cerámica. Si
O\'CJas Ycabras. Y posiblemente de ganado vacuno .. \sí pues. los vacimientos 'del toda el área del yacimiento hul!iera estado ocupad? simultáne~~:nente y con
L., ante no muestr~!l mejor?s signific.atirns respecto a las ocupaéiones más anti- la misma densidad que las zonas excavadas, la población de (:atal I-Jüyük se ha-
gun:. con !a cxcepc10~ de la rntroducc1ón de la cerámica Ni la poblnción ni ,:_,l ta- brin cifrado en varios miles de personas. Aunque el aclual estado de la inves-
mano de los asentamientos parecen haber~·"' incrementado de manera sio-nificati- tigación no permite cletP,rminar con preci~ión el tamaño de la población, se pue-
~·a. T:.:mr □c_:! la arquitL'.ctura yr~senla ,un_J ma.10r envergadura que en ,;s aldeas ¿~ afirmar qu~ ('atal Hüyük es la mnvor concentración que se conoce de aque-
<11nc_11u1 \,'.:,,, r::.u gL'.!!L:1~1, 1<1 LL.1am1ca e~ s1mi!2..;-- a la hallada en yacimientos i:-nntem- lla épocn. En realidad, sería posible considerar (:atal Hüyük corno una ciudad.
J?Drilneos de Anatolia y del norte de Siria. Los habitantes de la región hacían tal C'11110 han defendido i\iellaart y otros invL..:;t'.;adores, pero que esto fuera
l~e?~c al medio am~1ientc de una manera efectiva, pero parece que. d~das las po- o no apropi ... uo. se1;a más una cuestión de concepto que de número de habi-
s1bll'.dades del medm. bastaba un nivel íniC";,,¡ de la economía v de ia organización tantes.
d_e t1~0 ''.lc!eano. Por este motivo, durante este período v durante l~s siguien- La economía de (:atal Hüyük fue básicamente agrícola, aunque ::us habitan-
tes _m1lenros, el Levante úl..'jó de ser el principal centro úc desarrollo PCOnólTiico y tes también practicaron el comercio y la producción artesanal. El ganado vacuno.
social. - mayoritariamente doméstico, constituyó la principal fu~n!P r-lr• carne (Perkins,
l %9). completándose ésta con la oveja domésticn y los animales de caza. En
cuanto a los alimentos vegetales, se cultivaban la esprilla, la escanda, la arveja
Los i\L'EVOS POBLADOS LE ANATOLIA: L'S DESTELLO DE ESPLENDOR nmargn y los guisantes (Helback, 1964b; 1970) y, además, dos variedades híbridas,
e! trigo panifica 11ie y la cebada de seis carreras desnuda, que prod11riat1 cosechas
. Anatolia había sido uno de los principales escenarios del =lesarrollo de las más abundc.u1tes que s:..:.:; pref_,cesorns, p.:. __ ~~-, :::t:2.blcmente exigieron irriga-
nnmcras ~1:Jeas sedentarias. Los habitanles de la meseta de Anntolia v de las ción para sobrc\•ivir en una región como la llanura de Konya. El resto de los ve-
!·:~eras de los montes Taurus conocían las técnicas de la domesticación ~Y la ar- ¡,;etales consumidos, como bellotas, pistachos y !llmendras, procedían de las 1uon-
quncct?ra de adobe y de picdrn. No obstante, a diferencia del Levaílte. en tn'lns que rodeaban el yacimiento. La fiabilidad en la cría del ganado y la posible
Anatolia los cambios que siguieron a las simples aldeas campesinas fueron simi- introducción de un sencillo sistema de irrigación fueron ;as innovaciones econó-
lar~~- a los que caract.eriz~ron :1
surgimie?to de las sociedades compleja:; en el micas que podrían haber capacitado a <;atal Hüyük para alcanzar el tamaño q11e
11 egó a tener. Por añadidura. si !.-::s avances en la tecnología de subsistencia fueron
Prox1m.o Onenlc. La 1ncx1slencrn de antenores cvidf"'.ncias arqueológicas y 1iJ fal-
ta de e3emplos contemporáneos a los grandes centros urbanos de Mesopotamia, importantes, los logros en otros campos fueron aún más notables.
llevaron a la L:unclusión de que la evolurión en A11atolia había sido marninal La arquitectura de <;atal Hüyük revela un grado de sofisticación y organiza-
r,cspecto a la que se estaba doc~ment~ndo en la cuenca de MesopotamifL La ción que la distinguen de las aldeas !"'ás antiguas del séptimo milenio. Los edifi-
lc1hor de J~mes Mellaart y otros rnvest1gadores durante los úl1irnos veinte años cios, de adobe v madera, seguían un trazado rectilíneo normalizado. Cada habi-
lrn P.roporcmnado numerosos datos que permiten corregir esta enónca intcrpre- tación tenfrl uná fui ma apr¿Ximadamcnte. .:;uadrada y cubría un área de 25 me-
tac1on. - tros cuadradns. Parece que todas las casas eran de una sola planta y que el
acceso hacia el interior se realizaba mediante e~L,_,;eras a trnvCs de aberturas en
el techo. Dado que las viviendas estabnn Jdosadas, sin callejones intermedios,
('ala! l-Jiiyiik es de 5uponer que la mayor parte de la circulación se realizara por las terrazas.
La mayoría dL las habitaciones que el excavador ha interpretado como unidades
Lo~ restos arq~c?lóg.iL..JS de <;atnl Hüyük han demostrado, más que los de separadas o casas se encuentran ordenadas alrededor de patios, los cuales, en
cual.qmer otro yac1m1cnto, el gnido de sofisticación alcanzado por los antiouos algunos casos, apro,.·echaban el área de unn casa abandonada. Cada casa dispo-
habllantes de Anatolia y la gran complejidad de sus comunidades (Mell~art. nía de estí:.;;:turns de barro, como plataformas para dormir y una zona para la
236 LOS ORÍGENES DE LA C!\"JUZACJélt'-:
EL DESARROLLO DEL/'.. ECON0/1.ÜA DE ALDEA 237

pieparación de l0s alimentos, e,.,,, ur. horno, ven b mavnría de los casos un caliUad. Las piezas más carac!erísticas son las grandes puntas Je lan~a. los cuchi-
hugar. El montículo sobre el guc -:e emp!azahñ e! yacimieílto creció rápida~en- llos y las puntas Lle flecha. La industria ósea, parecida a la de otros yacimientos
te, y:' guc las casas nuevas se construían aprovechando los cimientos de las anti- d~ este período, _consta de leznas. agujas, cuentas de collar, espátulas y pulidores,
g.u~~ casas derruida~. A veces. las \'iricnda,; se situaban a diferentes niveles, po- Otros ítems, de escasa distribución, son un mango de daga, algunas cabaas de
s1b1htando, en ocasmnes, la entrada de luz a tra\'és de la parte superior de las animales esculpidas, varias agujas para el pelo en forma de tenedor. un mango
paredes. Las estructu:as de madera de los muros sostenían grandes viaas que a cosmético y un anzuelo de pe~i.:ar.
su vez, a~uantaban una. tecl11:'."11bre de cañizo y de barro. Ef nspecto g~neral de La cerámica de los niveles más antiguos de <;atal Hüyük es dP color cremoso,
la ~omun1dad se as!:':nepba al de 11'"' pc 1"1 lado indío del suroeste de los Estados está bruñida v contiene desgrasan 1 es vegetales. En el nivel 7, predomina una ce*
Urndcs.
rámica de m~jor cocción, de bruñido oscuro y con desgrasante arenoso. Por últi-
~e l,as _1_39 _estn:::tur?s que, i\·!e!laan descubrió a lo largo de tres campañas mo, en los niveles más recientes, esta cer-:í.mica aparece con modificaciones en el
de ex~m acmn, mtcrI?reto ~:n mm1mo de 40 como temr7los, que se distinguían de color del bruñido v '.Pai<:trn pocos intentos de decoración. Resulta evidente que
las u?1dades domést1r1s por su decoración, sus lrnllazgos materiales y sus ente- estas piezas estaban destinadas a la preparación y almacenamiento de alimentos.
rra1111ento:::. Su estructura no difería de la de las· casas, entre las cuales se en- La creatividad estética de !us artesanos de (1tal Hüyük encontraba su expresión
cuentran repartidos. Por otro lado. todavía nn se han descubierto estructuras ....1 las pinturas murales y er. objetos decorativos más que en la vajilla -:crámica.
que puedan .intc:pretarse como centros de manufactura, pero Mellaart sugiere Se ha recuperado una gran variedad dP objetos de arcilla y figuritas zoc-:nor-
que los barnos ue artesanos \' comerciantes se hallan en la parte 110 excavada f.._.;; y antropou10rfas, tanto en barro como en piedra. Existen dos piezns inusuales:
del yacimiento. ·
una, de arcilla, representa a una mnjer sentada en un banco flr1 11 queado por leo-
P:-J~ablemcnte, el comercio y la industria fueron aspectos importantes en !a pardos; la otra, de piedra, representa do~ parejas tumbada~ una al l~1dc~ de la otr~.
~conomia de c~:tal Hüyük. ~s posible que gr<-1n parte de las mate1i2~ y:-imas uti- También se han descubierto algunos grandes sellos de arcilla con d1senos geomc-
h~adas en la manufactura de los artefactc-:- fuc,c,n importaLia:. de fuentes m11v tricos. Tanto si se utilizaban para la Jecornción como para la "Omunicación sim-
d1stant:s, a cai~1bio d~ h.ienes n::::rnfacturados, Cabe la posibilidad de que esté bólica, su técnica cc:m<:tituyó un avance importante en el de~arrollo de la comuni-
cnmerc10 cubncrn, é1 s1m1srno, algunas !h.:1...esidadc.s ~e subsistencia. También es cación.
p:obablc que los habitantes de <;ntal Hüyük controlaran el comercio de la obsi- Además de este rico y bien representado material inventariab1e. existen en
d1~na dcsdP la~ fuentes de c1:-irovisionamie'.lto de An2.~olia central. Fn yaci- <;·üal Hüyük diversas pinturas murales y objetos •noldeados en arcilla que oo-
n.11~ntos tan aieJados como Jericó. a casi 1.000 kilómetros. se ha descubierto ob- drían ilustrar mros aspectos, frecuentemente intuidos pero raramente t.!bscrva-
sidiana proceU!..!ntc de estas fuente::. Entre las materias primas v objetos manu- dos, rle una sociedad desaparecida. Las pinturas sobre los muros enlucidos de
facturndos de <;atal H üyük que pr0.:eden de lugares distantes: destaca el sílex 'Tluch,:-,_; ,:jificios ~le <;atal Hüyü!:: constituyen las ¡:::-imeras manifcs1a~ioncs .c~-
tabular d_e las ~'crtientes meridionales de los mo"' 1.cs Taurus (a unos 200 kilóme- nocidas de esta técnica. Cada habitadón se euyesaba c-on frecuencia. qmzas
tros de ~1stancia), que se utilizaba para elaborar herramientas de piedra tallada; cada año. En una de ellas se constataron 40 Lc.1pas de yeso que contenian mu-
la~ caunes y olras cor:chas marinas de! Nlediterráneo (situado a 100 kilómetros) chos diseños distintos. Otras técnicas decorativas consistían en aplicar relieves
º. t~cluso del mar RoJo; y el cobre y las turquesas del este de Anatolia (a 500 moldeados eíi arcl!!a que se decoraban mediante incisiones. La.s pinturas mm:a-
kI!omctros) o de la pe1linsula del Sinaí ( a I .000 kiíómetros ¡. Algunos rnatcri :es les enn tanto monocromas como polícromas y algunas se combinaban con relie-
tuvi:ron que ser transportados al yacimiento en grnndes cantid3des v desde dis- ves. Algunos de los diseños eran lineales o geométricos, parecidos a lo:- que se
tanc1,11s que requjrieron una ?rganización ~spec.iJ/. Por ejemplo. la ITladera para utilizaban en los tejidos. Mellaart sugiere que la similitud de restos diseños con
las 1.-asas procedia de las colmas y montanas c1rc1J11dantes, a más de un día de los tradicionales kilims turcos (alfombras tejidas en horizontal) permite ;wentu-
cami.no a pie; la obsidiana utilizada para fabricur el 90 por 100 de los artefactos rar que los habitantes de (:atal Hüyük también podían hahcr tejido alfomhr~s.
d~ J?ledr~ tallada, n1rís la que se destinaba al comercio. procedía de coladas vol- Uno de los diseños pintados m.:';s interesantes consiste en una serie de cuadra-
camcas situadas a una distancia supcnor a 500 f:'. 1ómetros. Todc-: estos materia- dos Jajo un volcán en erupción con dos conos simétricos. Mel!aan interpreta
Je:;_1J?df'"'?. l1abei- sido transportados por los mismos habitantes de ~atal Hüyük, este lienzo como la representación del poblado dr> <;atal Hüyük con las t.:I1ll~n-
qwzas ut1hz~ndo su ??nado doméstico para la carga. No obstante, podrían ha- ces activas montañas volcánicas de Hasan Dag (a 100 kilómetros de diswncia)
?erse ob~en.1do tamb1cn a través de una red de comercio que incluyera muchos al fondo. Tambíén existe una habitación que contiene diversos pandes. en lo:.
mtcrmedrnnos.
que se desarrolla una escena ritual de caza, con un gran n~n:~ro _de, cazadores
0-demás de procurar y distribuir materias p,..imas, algunns mieml)ros de la co- rodeanda a varios grandes animales. Es precisamente la pos1c1on ai= ios cazado-
m~mdad de. ('atal Hüy~k dedicaban parte de su tiempo a conw•rtir estas materias res la que sugiere a Mellaan que se trata de una escena ritual y no de unt.1 re-
p~1!11as en bicne~ manufactur?uos. La gnm cantidad de puntas de obsidiana rnag- presentación venatoria. _ . _.
111f1c~mente rcal~zach1s pei_-o_sm usar, la abundancia de adornos personales, Ja evi- El hallazgo de otra pintura mural permite elucidar rl tratamiento de !os di-
d~ncrn de c~stena,. de rt!c1p1emcs de madera y de léjidos. son elementos qu:"! su- funtos. Representa unos grandes pájaros, que po?dan ser b~~Lres. y Ya_rios cuer-
~1ercn una mdustna artesanal que pudo basarse en el trabajo c.ic familias especí- pos humanos, algunos de ellos decapitados. La mterpretac1on que 01rcce Me*
ücc1s.
llaart es que cuando alguien morfo. su cuerpo se colocaba en una pl'.1taforma
_L.a ind~str.ia de piedra tallada de (:atal Hüyük se caracteriza por ia pri?<:",ncia para que fuera descarnado por los buitres, lo cual permit::-ía queyosten~_n:1cntc
de ulilcs b1facmlcs con retoq1.,e plano, que comportan un tra~1ajo de muy elevada se enterraran sólo los huesos. Precisamente e1: (:atal Hüyük existen sut1c1entes
LOS ORÍGENES DE LA C!Vii.,LAC!ÓN EL DESARROLLO DE LA ECONOi-.l!A DE ALOE,\ 239

datos sobre este tipo de enterramientos secundarios. En ocasiones. incluso los ncs culturnles a la ncc;talidad. así comu pcrmitid1.l una mayor espcran:r.n de vidíl.
cníneos recibían un tratamiento diferenciado. La rnavoría dt: los enterramientos Además, <;atal Hüyük podía ejercer una ¿Jan atracción sobre las pequeñas co-
se han localizado bajo el suelo de la:, casas y, a veccS, los huesos aparecen reco- munidades rurales que entraron en contacto con su relativa opulencia. En rclc-
~idos en recipientes de cestería. · rencia a esle tema, las ra,.ones que provocaron la migració:i de las poblaciones
L.1 utilización de relieves de arri!lu y <le yeso, combinados eventualmente rurales del siglo xx hacia las grandes ciudades podrían pnralclizarsc con el c3st~
con pinturas o con huesos de animales. constítuve una característica de muchas que estamos ~nalizando. Rc;on.lcmos que las diferencias entre Cata! Hüyük y
de las habitaciones identificadas como ·templos, ·y podría simbolizar una combi- las comunidaCa:s coetáneas fueron muy grandes en términos de tamallo, sofisti-
nación de la viUa y la muerte. En una habitación se han encontrado diversos pi- cación de la cultura material. oportunidades de ocupación y expcctatiYas geuc-
cos de buitre revestidos de arcilla y fijados en una pared, siguiendo formas que rales.
recuerdan el pecho de una mujer. En otra se han descubierto varias mandíbulas Dado que <;atal Hüyük era una comunida~ con una ba~e lk sub:.:istcncia ~~i-
de cerdo que recibieron U:l tratamiento similar. Otro:; relieves muestran l1:nn~r- car. un gran abanico de actiYidades económicas alternativas y una poblac1on
dos y mujeres, con frecuencia en una posición que sugiere un parto. La inter- que crecía con rapidez. se hizo necesario efectuar c<1:::. 11 ios básicos en l.:1 organi-
pretación ele estas espectaculares muestras artísticas y simbólicas es una cues- zación social para mantener su estabilidad. A lo_ largo dcl_pcríodo de desarrollo
tión difícil pero, en cualquier caso, es bastante prob:::.~le que las habitaciones de la civilización, los grupos humanos creare:-: diversos mete.ir.lo~ para re.g_ulur las
idt:ntificadas como templos tuvieran una función principalmente ntual. Las pin- acliYidadcs comunales. La uccesid::1U de ,,:stos 1111:rn"ismos de rcgu!ac10n Y ele
turas de los muros s:: realizabau posiblemente duran:~ las cereu10nias, y po- que. ;:iciPrnás, tuvieran un cierto ni\'_el de co1~ple,iidad se incr_emcn!ó a medid_a
drían ser contempladas durante un año o algo menos hasta que, al año siguien- que se expandía;: las comunidades. Estos no sol,~ eran ncccsanos par.ª. la ?rgnm-
te, el muro volvía a ser cubierto de yeso y pintado en el curso de otra ceremo- zación de las actividades eccnómicas. sino también para la explowc1on acl me-
nia. Es posible que los relieves fuesen 1epintados con frecuencia pero man- dio ambiente. Cuando la unidad económica básica era la familia indiYidua!, y el
teniendo sus formas básicas durante el tiempo en que fuera utilizada la habita- tamaño de la cumunidad Jo suficientemente pequcllo como para (11.'·~ la int 1~rac-
ción. Incluso podríamos aventurar que estos relieves situados en habit:irifJnes ción se desarrollara a un ni\·d pcrson2!, hJs r:~·.:c-:'~-:~'"'::'::''.' d,:; -~~~..... :.. , .. :.,:,.'; t~~--
determinadas se asociaban " rituales específico:,. E! número aparentemente des- bién ¡:udieron efectuarse a este niYel. En las comunidades pequeñas. la !unc1on
propon.:ionad:., Je h~~)itaciones dedicadas a actividades ritualés ha dado lugar a rei!.uladora se inlegraba en d sistema dt· :mrcntesco y de la religión. No obs-
conjeturas sLJbn: el papel de la religión e:: la organización de la comunidad de taíli...:. los mcranismos de oni::1iz::ión que regulan aldeas de 1!JO o 2no personas
\;atal I-Iüyük. En este sentido se ha sugerido que C::atal Hüyük fue una ciudad no son adecuados para mañtener el orden en comunidades L'.Lc varios ~1il~s. de
religiosa que actuaba corno centro de una gran región. De ser así, parte de su indi\'idun<;. Cuandn un sistema. como por ejemplo un asentamiento prcli1stom:o.
subsistencia podría derivarse del pago que recibía de ht pob!:ici:5n circnridantc a incrcwenta su tamaño. la tendencia naiural de los mecanismos reguladores con-
cambio de dirigir la:, ceremonias. siste en m<lllleT'er su estructura básica y perfeccionarse para acomodar el flujo
Sin embario, la interpretación de <;atal Hü~•ük como centro religioso regio- de información adicional y ampliar sus lín;i~es. ~ata! Hüyük_r~e.de considen.~;·se
nal no explica necesariamente la abundancia de habitaciones y decoraciones ri- un ejemplo extremo de esta tendcnc;a. Aquí, l?s_ rituales pnmlll\'O:'i qne l!ab!an
tuales. Existe otr~ interpretación que, desde un punto de vista ecolé;ico. ::iropo- guiado las actividades de las personas que conv1v1an en una aldea. y co~_tn~mdo
ne qae esta c:::imunidad •-11frió ','n dcsarrol!~, ....:... -~i--:.:!o que las comunidades ve- a la creación de lazos entre fomilias individuales. aumentaron Y se p~rtecc1on_a-
cinas como consecuencia de uaa situación económica favorable. El auge de una ron para dar cabida al incremento de s11s dimensiones. P::.:·u orgamzar un ~1,5-
c·mrnniLiad de gran tamaño y complejidad fue posible gracias a una serie de tema :¡ue había ;nultíplicado por diez su tamaño. los mcca111smos de ~egulac10n
avc1nccs tecnológicos, que provocaron un incremento de la producción y que de la organización v del flujo de información tendrían que haberse mcremen-
permitieron la ocupación de un nicho ecológico rdativamerne desocupado. An- tado en ... má::: dro ctfez veces. En ..::ste caso, no es sorprendente la extra0rch-
teríormente, sólo algunos agricultores se dedicaban a explotar la potencialmente. naria atención al ritualismo ni !a abundancia de habitaciones con funcion;::~idad
rroductiva llanura de Konya, rr.'.:!ntras que el control del somercio de la obsi- ritual.
diana también era mínimo. Para poder cultivar esta árida y calurosa llanura era !"'aeden producirse dos posibles consecuc1icias ante un crecimi~nt~ com1? el
preciso disponer de canudades adicionales de agua, de animales que tolerasen que experimentó (atal Hüyük. La primera tendería hacia l"l pcrkcc101}a1111cn-
el calor y de plantas resistentes a la ~~1. Probablemente. las soluciones puestas to de las instituciones organizadorc1s y de los mecanismos reguladores. Estos se
en pr:íctica por los primeros ocupantes de Cata! Hüyük se orientaron hacia el irían haciendo más rnmplejos a medida que el sistema incrementase s;_; ·;o-
desarrollo de una sc.,.cilla irrigación, la posdión de mejores e~;1ccics de plantas lumen, husta alcanzar un punto en el que ya no fuera posible um1 maY,º'. ela-
y la cría de ganado. Estos recursos posibilitaron la obtención di.:' cosechas abun- boración \' el sistema no pudiese integrar a la población y entr_arn .e.n cns1s. La
dantes en la llanura, muy por encima de las produL:iJas por la agricultura de se- segunda Consistiría en el desarrollo de nuevas formas de orgarnzacion Y regula-
cano en las zonas montañosas. Quizas el é:~:to de las actividades agrírnlas fue ción que .::n un primer momento complementarían las :'ntiguas y q.t.t..:: más ade-
tal que p2rmitió que un segmento de la comunidad se liberara de las actividades lante, llegarían a reemplazarlas. En (atal Hüyük. el resultado comc1de con la
de subsistencia c!urante gran parte del año y pudiera dedicarse al comercio de la primera allernativa. Este yacimiento fue finalmente abandonado,!' sus ~uceso-
ob:;idiana y a la producción artesanal. Con una base subsistencia] efectiva y con res tanto en la llanura de Konva como en otras partes de Anatoha. s" msta!u-
J:; realización de aclividadcs económicas adicionales, la población aumentó con- ro~ en co1tiunidades más pequ~Jlas. prescindiendo de algunas de las anteriores
s1dcrnblementc, pues el excedente económico pudo haber relajado las limitado- ~ollsticaciones económicas. Los sistemas culturales que opt,1rnn por la se;.umJa
dO LOS ORiGENES DE LA CIYIUZACIÓN EL DESARROLLO DE LA ECONO:\!fA DE ALDEA 241

alternativa pudieron mantener un crecimíento y cambios internos mayoi"cs, pro- 2. Je c. 5200 a.C. Los eclificio3 de adobe del nivd 6 eran grundes unidades rec-
duciendo sistem;:is estatles a una nueva escaln d.:. complejidad. Esto fue lo que tangulares con zócalos de pieúra. La comuniJ:id era pcquefm y disponía de un
sucedió en la Baja Mesopotamia y lo que finalmente condujo a la sociedad es~ rírea abierta en el centro y un muro t¡ue rodeaba todo c.: recinto. El estado de
tata!. conscrvaci6n de los materíaks de este nivel es excelente debirto a un incendio
Si en <;atal Hüyük se hubieran desarrollado nuevas instituciones organizati- que arrasó la comunidad. Parece que el yacimiento se componía de una docena
vas para regular el aumento de ia comunidad. introduciendo mecanismos de de construcciones de unos 10 ror 6 metros de tamaño y muros de un metro de es-
simplificación y no de elaboración contínua, entonces la primera -:::ivi!ización ur- pesor. El fuego preservó algunos detalk·s arquitectónicos, como divisiones inter-
bana del Próximo Oriente hubiera ap::recido en los altiplanos de Anatolia y no nas en las habitaciones rca!izcJd~-:s con tabiques enyesados y un tramo de cscn lera
en la Baja Mesopotamia. No obstante, tal vez su potencial de crecimiento y es- qt··: presumiblemente conducía a un segundo piso. La ocupación del nivel 6 se ca-
tabilidad hubiera estado limitado por otras c::-cunstancias como, por ejl:'mplo. el racterizaba por una cerámica bruñida, bien cocid;i ..y monocroma, con un p..:queño
que la llanura de Kony::i. r,,,.,,.." 11n área claramente delimitada. de una extensión poíCenrnjc de recipientes pintados. Las herramientas de piedra tallada se reafü:J-
más pequeña y con un potencial agrícola menor que la llanura de Mesopotamia. ron ...:2:1 sílex local, aunque rambíén se l!!ilizata In obsidiana de Anatolia c:::ntr,il.
Además, se da el caso de que µara el buen fur.:ionamiento de las actividades Asimismo, se constataron útiles de hueso y algunos mangos dt: asta para hojas de
comc1.:iales e industriales a gr::-.n escala, un centro económico debe disponer de sílex.
grandes mercados para sus mercancías, y <:=atal :--lliyük era prácticamente la úni- F 1 hallazgo más remarcablc de este nivel lo constituyen !as figurillas de arcilla
ca COiuunidad de su tamaño. Es más, las comunidades rle <=u entorno practica- cocida con formas naturalistas. La mayoría representan mujeres voluptuosas,
ban una economía autosuficiente que nn necesitaba bienes producid;:,s en el ex- n,1ientras que sólo unas pocas. masculinas, se reducen a esposos o hijos de las
terior. Por Jo tanto, aunque el nicho ecológico disponible en la llanura de Kony2 muieres. Las figurillas femeninas son grandes, de 25 cení.;mctros de altura, y es-
y las innovaciones subsistenciales emprendidri<; en <:=atal Hüyük fueran suficien- tán- modeladas ~n diversas posiciones.~ La sensibilidad del modelaciu y la divers~
tes para iniciar una fase de crecimiento rápido. tanto el medio a¡-,_,biente físico dad de formas revc'.:i un n!wl de creativ'.dai:' jamás obsen ado hasta entonces en
1

como la base cultural y !,,., innovaciones en la ore.anización social no fueron !ns '"- --· ",..,! 'ri·,..~,-
·-·- .. ·-,• 1----~-----·
uUecuados para sostener y, finalmente, estabilizar-este crc;::imiento en el nivel de Los niveles superiores de Hricilar se datan entre :l 5200 hasta el 5U·:10 a.C. y
complejidad urbana. Es interesante postular cuántos desarrollos similares al de sólo han prcsen ado una parte de la comunidad. destacando sohre todo grandes
1

c;atal 9:üyük quedan por descubrir. Popularmente se .:::onsider·1 que el surgi~ com1rucciones de piedra y tapial. Los dos nivele'.· superiores de las casas corres-
miento de la civilización fue un pruL.eso de crecimiento acumulativo e ininte- ponden a un momento en que el asentamiento estaba rodeado por lo que parece
rrumpido f!n el tamaño y complejidad de una comunidad. C011lrariamPnte a esta ser una muralla de for-t'.ficación. La cerámica pintada destaca por Ia calidad de su
visiñn, t;aL....l I!üyük ej~mplifica una Ge aquellas comuniUudcs que podían haber ejecución y su atractivo estético. En su ma~:'"'r parte está pintada de rojo sobre un
desarrollado muchos de los avances cruciales que conducen a J<> civilizacir'in, fondo crema y los diseños son principalmente geométricos. La proporción entre
pero que, por un motivo indeterminado, no llegaron a ser sociedades urbanas. cuencos y vasijas es aprm:imc1damente siI1,ilar, y son características las mcilduras
En muchos sentidos, el pobiado de <;atal Hüyük y sus habitantes deberían con- decorativas en relieve. En los últimos niveles aparecen vasijas afl.tropon~orfas,
siderarse como un pre:::aturo destello de esplendor y complejidad que tuvo lu- miemras que las zoomorfas se encuentran en t'.Jdos los niveles. Por último, se ha
º'" i.:un mil años de antelación. de señalar que las figurillas más recientes son de cerámica bruñida, en la mayoría
de los r~<;c.:; pintada, pero :,:a no son tan notables como las del período anterior
(niYe\ 6).
Otros yacimientos anatolios La economía de Haci!ar en el sesto milenio no se conoce bien, pero es posi-
ble que se tratara de una co::rnnidad plenamente agrícola. Se han constatado res-
El intervalo de tiempo reµresentudo por los niveles citados y los posteriores tos carbonizados de espriliu y escanda. trigo panificable, cebada desnuda. guisan-
de <;::atal l-Itiyük está documer.tado en un gran número de yacimientos anatolios tes. an'eja amarga y bellotas ( Hcioaek. 1970). No obstante, la muestra de huesos
más pequeños. Al oeste de <;atal Hüyük existe otro rn:::ntfculo similar que aún animales analizados no es suficient: para determinar t.1 los restos registr:i.dos de
no ha sido excavado y que presenta hallazgos de superficie que podrían corres- bóvidos, ovcjns, cabras y cerdos pertenecen a especies domésticas. A pes<1r de
ponder al momento inmediatamente posterior al del emplazamiento principal. ello. es muy probable que se practicara el pastoreo.
Otros yacimientos anatolios prácticamente contemporáneos son ('an Ha.s,rn, jun- Los restos de la comuu;.:,1J de Hacilar marcan la pauta de lo que sucedía en
to al poblado de Karaman, Erbaha, cerca de Bcvsehir. v Bacilar. en las inmedia- 1odo d Próximo Oriente. El tamaño medio de los asentamientos no había au-
ciones de Burd•.rr. La ocupación de estos tres ya~imieÓt~s se remonta a la segun- mentado significativamente respecto al de las primeras aldeat., y la t:conomfa
da mitad del sexto milenio. Son aldeas de modesto tamaño, con construcciones pasó a depender más de la producción de ali!11entos al ritmo que aumentaban la
de piedra y barro, en b" que la producción de alimentos cons~;tuía la base de su diversi::'Jd y el renU;miemo de !os recursos domésticos. También es P"'iible que
economía. De las tres, Bacilar es la mejor conocida y ha proporcionado materia- el número de asentamientos en todas las regiones se viera incrementado. Ade-
les de gran atractivo estético. más, las prácticas rituales y los medios de comunicación simbólica crecían en
Los depósitos del sexto milenio del y~cimiento de Hacilar cubren un área de complejidad y en impo:•,rncia: proceso del que las figurillas y la cerámica pinta-
cerca <le 100 metros de diámetro e incluyen 13 niveles const¡ u..:tivos (Mel!aart, da seguramente formaban parte. El incremento de los medios de comunicación
1970). El más importante es el nivel 6, datado hacia el :'.i"400 a.c.. y los niveles 1 y simbólica fue el resultad.:: Jd volumen creciente de información que tenía que
242 EL DESA!WOLLO DE LA ECONOMÍA DE ALDEA 243

ser transmitida incluso en t.:~¡¡¡:; comunidad~:-, 1t.:la1ivamcntc pequcfü.l!i, Las in- ye _una __ simp~i~ic:1ción excesiva pero, en a1•,·~1cia de otras medidas rr.;';:; apropia-
nov:1ciünes económicas y las formas mcipli.:ntes Je: organización no provocaron da:,. róulla uttl como herramienta de clasificación.
cambios obvios en la sociedad. sino que müs bien establecieron !as bases para el E! resto de 1?~ asentamientos anteriores al uso de la escritura analizados en
riípido crecimiento de la comunidad 9uc. posteriormente. posibi!ita;-ía la socie- este libro se c~a~1.f1can según agrupaciones culturales defin:das a partir de simili-
dad urbana. tudes en las te~~1cas de man~íactura.y ?ecoración. La unidad de interpretación
Y de comparac1on ya no sera e! yac1m1ento arqueoló!!ico individualizado sino
los grupos.de yaci~ientos o ~e niveles jentro de un y;cimiento que comPartan
EL CRECHvlJENTO DE LAS ALDEAS E:\ L--\S ESTRJBACIO;-.;ES DE LOS ZAGROS un determmado estilo cerám1cJ. No obstan1r·-.. -::neta clasificación, no es posible
Y EL POBLAMIENTO DE MESOPOTA.\!lA confiar plen.an~cnte en la ce.rámka, dado qu':- existen 111ultitud de factores que
afectan._al diseno y la manuíac~Jra de los recipientes. La elección de la materia
La evidencia constatada en los montes Zagros y en sus estrib=1cioncs permite prima. las funciones a las que se destina. las técnicas de manufortura v el hábito
discernir un patrón de poblamiento constante auspiciado por e: incremento po- aprendido de los c.eramistas fig~1ran entre los factores que influyen ·en el pro-
blacio;-ial. Con la mejora de las especies domésticas y algunas innovaciones tec- ducto_ final. Las pnr,ieras asunciones, acerca de que la población que utilizaba
nológicas, tales como la cenimica. las comunidadc"' de esta rc1:dón de.arrollaron un nu~mo tipo de 7crámica pertenecía a un mismo grupo racial o lingüístico, ~e
una t~ase económica m,ís cfecth·a qu.: Í3 de lo:. pri::1eros agric~'.tores. Aunque se han \'!Sto desacreditadas por los hallazgos de distintos estilos cenimirns utiliza-
detecta un a11n1(:_-nto de la población. el tamaño medie, •le las comunidades no fue dos durante una misma épuca en una misma región. como es el caso de \os esti-
significativamente mayor ~1ue el de las rrimerns aldeas, pu.:::ando de 100 a 200 ha- los de Hassuna, Halaf y Samarra, que tratarerños en esta sección. A pesar de
bnantes. La arquitectura fue m3s cor::istente y l¡_¡ cultura material más compleja las carencias tc.-:'.ricas del marco interpretativo «cenírnica-cultura ►> característico
qu,:, antes; sin embargo, las nUC\'aS formas de vida de las gentes de las montañas de la arqueología del i-'ré:;imo Orien~.:. la introducción de la cerámica \' de :::::~
no resultan tan fundnrru.;ntales para nuestro análisis del o7'ie.en de la civilizaci5n. sis!e~as de clasificación ofrecieron al arqueólogo :::1.a h1..rramienta p~derosa.
puesto que el foco de desarrollo St~ 1 rasladó had;, .:;!;_i~ü..;.:: :.::·... .-¡._~;:.::; :i· :·... _: .. ;_; Gracias a ello se volvieron a defi::ir las cr v,1ologías relativas de varias re1!iones
llanura de Mcsvpotamia. y las dataci"ne? se afinaron n°·ís qu1: en los yacimit.:ntos prec.::rámicos fe;hados
Durante el sexto milenio. el área ocupada en J..,,; estribaciones de los Zagros ~olam~?tc mediante ca~bono 14. Adem,ls e<: posible emprender amílis1s comptc-
había aumeiitado, ab::.rcando los terri: :-ric:; de nltitudes inferiores cercanos'; la JOS utJ]1 7 ando la cerá!":1ca como un inc:,·ador de la interacción .:ntrc comuni-
llanura aluvial. Los primeros pasos hctcia la colonización de In Baja rv1esopota- dades.
mia, iniciados a r,.incipios de 6te milenio. no se realizaron rápidamente. ya que La generalización cie1 uso de cerámicas 1~:cn cocidas fue un hecho muy tcm-
fueron mucha:-. las generaciones que ~e dedicaron a preparar las especies cultiva- prnno en las comunidades de los montes Za!!ru.~. Se ha encontrado cerürnica en el
bies y los animales que ;mdiernn 1 olerar d calor y la aridez de las tierras bajas. nivel 3 d~ Tepe Gur~n, en el nin:! D de Ga1ij Darch. en lo:: !"licios de Tepe Sarab,
De este modo, la expansión inici¡:¡J se limitó a aquclh1:> zonas con posibilidades de en los mvcles supenorcs de Japno y en los comif'nzos de Tell Shimshara. Esto
recibir lluvias suficientes. Posteriormente. gracias a la ayuda de un primitivo sis signif;.::a que hacia el 6500 a.C. ei~ Tepe Guran y Ganj Dareh, y hacia el 6000 a.C.
tema de irrigación, los nueYOS nobladores se trasladaron hacia áreas que los pri- en lo.., otros yacimientos, la cerámica era un artefacto de uso común. LL..; reci-
meros agricultores no habían podido ocupar. pientes más antiguos que conocemos son toscos y monocromos, pero pronto fue-
ron aco1upañados por otros recipientes pintados f]Ue demuestran mucha más des-
treza .
Las comunidades aldeanas más cro!11cionadas . Entre la ccfámica más antigua, destaca una pintada, hall~:da en distintos yaci-
mientos y con formas relativamente similares. Los ejempios procedentes de Jar-
A mediados del sexto milenio. !a mavoria de las comunidades fabricaban ce- mo, Guran, Sarab y otras comunidc1des cerümicas antiguas muestran diseños que
rámicas decoradas con incisiones o ci!nladas. La ceramica es e! artefacto más recuerdan renacuajos pintados de color rojo sobre un fo;:Jo de color ar.L: (fig.
común halb.:!J por los arqueólog.os ~n los yacimicmus de este período, de ma- 6.4). Es posit.:~ af::-mar que:, alrededor del 6000 a.C.. \'a existían e\'idencias de c;-
nera que la caracterización y el orden cronológico Je los yacimientos :;,:; encuen- municación y técnicas decoratirns normalizadas. Respecto a los mecanismos de
tra frecuentemente relacionado con ella. Los arqueólogos interpretan las simili- comunicctción. éstos pueden haber sido muy diversos: sin ir más lejos. la red del
tudes en la tecnología y en lc1<: estilos pictóricos como una prueba de contempo- comercio de obsidiana es un buen ejemplo. La distribución de estilos cerámicos si-
raneidad e incluso de contacto emre rns creadores. Normalmente se. asume que milares junto con otros ítems del inventario cultural const::uven evidenr:ias sólidas
si los grupos comparten un estilo de cerámica detenninaJo. también comparten en favor de una comuni..;ad de ideas. En este sentido, puede :ifirmarse q~!·~ el inter-
Otras cosas, lo que permite su reconocimiento como una <(cultura), distinta. cambio de información y de bienes aumentó con el desarrollo de la civilización.
Aunque las técniccts de datación absoluta sean importantes, J¡¡ base principal
para la cronología relativa de los yacimientos del Próximo Oriente sigue siendo
la cerámica, complementada con orros tipos del registro material. Tan es así que Las co,mmidades ripo 1-Jassww
los supuestos grupos culturales tomrrn e! nombre del yacimiento donde, por pri-
P1era vez. se definió adecuadam::nte determinado repertorio cenímico. La asun- Una de las primerai; regiones colonizadas por comunidades que utilizaban
ción de que el estilo cerámico e:: un indicador de los grupos culturales constitu- plantas Y animales domésticos fue la zuna norte de la llanura de Mc:.upotamia,
LOS ORÍGE/\ES DE LA CIVILIZACIÓN EL JJESARROLLO DE LA ECONOMÍA DE ALDEA 245

A B . .. ,,.·
F1otmA 6A. Cenimicas con motivos de «renacuajo" de los yacimientos de Jarmo (.r\) y Tepe .. - .·-···
Silrnh (R) (fotografías procedentes del Pre.historie l'rojecl del Oriental Institutc de la Universi- - ..... I'•··
daU '. 1 ; Ch'.:ago).
i::
.::::.'.'.:··'..
- •t.:-.:.•
especialmente el área que más tarde se denominaría Asiria (vC:asc fig. 2.1, . ·, .···
...
p. 36). La mayor parte de esta región se encuentra dentro del marco ambi1::n- ''--- 1 ••• \•
- '.V . . . ,. ' ,..
tal del piedcrñ'ontc y se hall;:; compu:!sta por colir;as ::::irtadas por ríos y torren-
t:2:; .::;t~;:i:::-:--.:.'.::~. U7.:~ :::.;::,:_,-_:". _:_ ~ClO ,,-,:lír.ietros de pluviosidad cruza el te- ~ 3~/:'::
\)t'""'¿J·.
rritorio, de manera que una parte de Asiria era adecuada para la agricul- ""·
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tur·• que dependía de la precipitación natural y la otra era demasiado seca para
ello. F!GURA 6.::,. HipotCtica reconstrucción isomCtrica de una casa de J-Jassuna (nivel 4) (Oriental
El primer yacimicnw ael sexto milenio excavado en el norte de Mesopotamia lnstitutc de la Uni,·crsidad de Chicago).
fue Hassuna, localizado a 14 kilómetros al sur de la moderna ciudad de Mosul,
ii,1q (Lloyd y Saf.lf, 1945). El montículo tiene aproxir.::adamente 200 por 150 me-
Iros y contiene restos de ocupacirines de v;:¡rias comunidades distintas. El inven-
tariu Je materiales incluye tipologías ct::rámicas que 1epresentan las tres principa- la ¡-;atnra!eza del terreno local y del b::.jo nivel del río en relación a la tierra, la
les agrupaciones cronológico.cul:urales analizadas en esta sección: Hassuna, Sa- irrigación no fue practicada ni en las inmediaciones de Ha:.:.una ni en la ma-
marra y Hala f. Aunque el yacimiento de Hassuna propo;cionó estos tres tipos de yor parte de Asiria. De momento, la cuestión de detC'rmimir las características
ceríÍmica y dio el nombre a su agrupación cronológico-cultural.. la posterior exca- de la economía de las c'Jmunidades rn .. _: antiguas de Hassuna continúa sin res-
Y<Vión de otros yc1'"'.i1,1ientos ha producido datos más detallados y completos de p:.iesta. !..a evideflc:ia disponible no permite decidir si la prim.~ra oc1Jpación co-
cada uno de aquéllos. rresponde a un grupo scmisedentario, o simplemente a un pequeño asentamien-
El nivel inferior de los depósitos de Hassuna contenía rastros de tres diferen- to que todavía estaba lejos de alcanzar la prosperidad de las coml!"'lirlades más
tes campamentos superpuestos, sin evidencias de restOs constructivos permanen- tardías,
tes (nivel 1a). La cerámica de los trc::. campamentos estaba formada casi cxclusi- Junto con los datos arquitectónicos, los niveles situados encima de la prime•
\'amemc por grandes y toscos recipientes oe almacenamiento, con desgrasante ra ocupació11 ofrecían granúcs cantidades de cerámica. Tres tipos cerámicos dis-
vegctul. Los siguientes niveles de ocupación c·;idencian un tipo distinlu de comu- tinto'- caracterizan los asentamie:--.:os de Hassuna: cerámica pintada arcaica,
nidad, ya que contiene:, restos de construcciones pennanentes, con muros de ta- pintada íípica e incisa típica. Las proporciones de estos tres tipos varían según
pial que delimitan habitaciones rectangulares agrupadas en torno a un patio. Pa• los niveles (fig. 6.6), al igual que en otros yacimientos excavados más reciente-
rece que las actividades domésticas si.; iievaban a cabo tanto en el interior como mente, como Matarrah (Braidwood et al., 1952d, y fi~. 6.7), Yarim Tepe (Mer-
en el exterior de los edificios, mientras que en el patio se encontraron hornos y perl y Munchajev, 1969), Telul eth-thalathat (Fukai, Horiuchi y Matsutam, 1970)
almacenes de grano {fig. 6.5). Las casas estaban dispuestas unas junto a otras, se- y Umm Dabaghiyah (IC,kbride, 1972). En cada uno de est0" yacimientos exis-
paradas por muros medianeros. Sin duda, esta arquitec!~ra tan desarrollada y la ten niveles que conti::nen materiales contempo.-áneos, e incluso anteriores, a los
complejidad de 1.::::: plantas de ías casas contrastan con la inexistencia de edificio!; del nivc 1 1 a de Hassuna, de manem que coexistieron, pero también precedieron
de los depósitos más antiguos. a esta ocupación.
Los niveles más tardíos de Hassuna documentan buenos ejemplos de comu- Umm Dabaghiyah es el más conocido de estos yacimientos, y ha sido total-
nidades agrícoh:is sedentarias, au:::¡ue su excavación se realizó antes de que la mente excavado (Kirkbride, 1972; 1973a; 1973b; 1974; 1975). Se trata del más
búsqueda y la identificación de restos vegetales y animales se hubiera converti- meridional de un grupo de yacimieniv.S prehistórico~ antiguos localizados en la
do en un procedimiento regular en :..s excavaciones. Probablemente, a causa de parte norcentral de Jezireh, entre los rfos Tigris y Eufrates. Aunque los otros
LOS ORÍGENES DE LA CJVILJZAC!ON
EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA DE ALDEA 247

yarimicntos aún 1:~--: han sido excavados. los hallazgos de superficie y los mate-
riales de !as excavaciones de Umm Dabag.hiyah demuestran que esta ¿..:;a esta-
ba ocupada por agricultores en una rr.r,mcnto tan temprano romo el 6000 a.C.,
y :¡ui.· presentaba pequeñas aldeas agrícolas dispersas lo mismo que hoy. En la
época de Hassuna, la extensión de territu1 io apta para una agricultura de seca-
no fue probablemente la misma que en la actualidad, ya que la distribución de
las comunidades contemporáneas y las del sexto milenio se extienden sobre
;déntica distancia hacia el sur.
Diana Kirkbride, su excavadora, sostiene que los primeros habitantes de
Umm Dabaghiyah procedían del norte y el nor'Jcste, quizás de la zona cercana
del sur de c:=~::;6nü. El asentamiento de Umm Dabaghiyah estaba situado en 1 ~~
márgenes de una región de las tierras altas con m.i:; población y mejor provista de
B agua. En relación a este punto, el crecimiento demográfico general de la pobla-
ción e;-; las regiones ocupadas con anterioridad, y los supuc~1os movimientos de
población del sexto milenio, implicaron la colonización de áreas que no habían
sido ocupadas hasta entonces. Es difícil averiguar si [ue la presión de la pobla-

~'
ción o simplemente el deseo de trasladarse hacia un área desocupada el factor
. e que motivó que los habitantes de las ~:erras altas se dirigieran hacia la árida y ca-
lurosa llanura. Quizás fuc;·~i; .:onscientes de la productividad potencial de aque-
ii.1:i tierras. o tal vez solamente buscc"'·'ln ur. :ugar donde refugiarse. En cualquier
caso, las migraciones existieron y dieron pie al inicio de un proceso de gran ir.:
~' port-i.11cia.
Umm Dabaghiyah es un pequeño montículo de 100 por SS metros que posee
un dPpósito de ,·estos culturalc: de 4 metros de potencia. Kirl~!Jride ha identifica-
do "12 niveles constructivos. siendo la cerámica el componente más importante de
la cultura material desde el principio. La ocupación fue contem¡:;Jránea a los ni-
veles más antiguos de Hassuna, y es prohable que fuera ind~so mas aHligua. ¡,:,~Jcs
se rem~maría a la primera mitad del sexto milenio. En todo el yacimiento, las
construcciones eran de tapial, sin 7Ócalos de piedra, y la mayoría de las estructu-
FIGURA 6.6. Cer.imica pintaJa carac1e- ras presentaban suelos y muros enlucidos. Los primeros !:abitantes de este lugar
rístic;, del tipo Hassuna. procedente del construyeron unas es1.1ucturas circulares que parecen ser dcmasiadQ pc4ue1-1Js
yacimiento de Hassuna (Oricmal !nstituu.!
de la Uu;,crsidad de U1icago). para ser habitadas y que poarían t .tarse de rcct.;placutus de alr.rnccnamicnto o
de l10rnos. El siguiente nivel contenía sólidas construcciories de tapial dispuestas
alrededor de grandes patios. Aunque la disposición y los detalles de los edificios
cambiarun durante la fase principal del yacimiento (niveles 4 y~). podemos des-
cribir ios dos tipos de edi[icios más impc--rtantes.
Las estructuras interpretadas como viviendas están localizadas en la~ zonas
occidculal y meridior.u! del yacimiento (fig. 6.8). L3 com 1JartimL'.ntación interior
rle las casas comprendía dos 0 tres habitaciones dispuestas en línea recta: en con-
creto. un comedor. una cocina v otra habitación de uso imlelerminado. Con fre-
cucnéia. la habitación más mer¡"dionnl contenía un horno. mientras que la chime-
nea se situaba junto a 1n narcd exterior. con un ahertura en el muro. Los suelos
era11 .::iTUCsos, con~truidos con yeso. y tenían hoyos que podían haber sido utiliza-
FIGURA 6.7. Zócalos de 1,tpia! de dos para preparar !~~ comida. En las paredes había nichos cuya funci1jn pudo ser
un edificio de plan¡¡¡_ rectangular la de almacenaje de alimentos o de combu<::tiblc. Las habitaciones eran pequeñas,
de ¡,,.farnrrah (fotografía proce- tan 'iólo de 1.5 a 2 metros de ancho por 0,75 metros de alto. En algunos muro:, .:;e
dente del ?rehistoric Projcct del pueden observar restos de peldañ0s y agujeros a modo de pasamanos, que sugie-
Oriental lnstitutc de la Universi- ren que la entrada prmcipal a las casas se encontraba en el techo. Los excavado-
dad de Chicugo).
res encontraron indicios de pintura en los pisos y fragmentos de frescos murales
que parecen representar una es:::::a de caza de onagros.
La organizac1on y la uniformidad de los grandes edificios excavados en in
248 LOS ORÍGENES DE LA CIV!UZ ..:..,_~¡()N EL DESARROLLO DE LA ECONOMiA DE i\LDEA 2➔9

Í' $~~f/f han constatado en las excavaciones. Si esta comunidad fue Uli puesto pcrmanei1-
te de comercio organizado en beneficio de una poderosa comunidad central, en-
tonces sería precis:::- revisar los conceptos tradicionales de <(autosuficiencia» e

f '¡r[~$JW¡ ½J
«interacción,, aplicados a las comunidades de este período.
La industria de piedra tallada de Umm Dabaghiyah es parecida a la de los
vacimientos de los Zae.ros v el Levante. La ma[eria prima para los artefactos de
;ilex y obsidiana tení.i' qui ser importada, lo qne explica el que los habitantes
~r ..-..- 1 ·- hayan utilizado todos y cada uno de los fragmentes, incluso las lascas más dimi~
. d -,,,.,; -- . ¡
nutas. Algunas piezas estaban muy bien trabajadas y puede adscribírseles fun-
0
ción. Se descubrieron puntas de flecha parecidas a las c!nJ Levante y pequeñas
: • (T''1''f- · cantidades de hojas, raspadores y r"":r,.., ....... rJnres. En general, los instrumentos de
6=-= ~ ~ ' piedra ~allada son de buena calidad, aunque no excepcionales, y probablemente
más afines a los que se hallaron en los yacimientos occidentales y norocciden-
tales.
Los instrumentos de hueso aparecen con frecuencia en fnrma de leznas. pun~
tas y espátulas, qut! evidencian una buena técnica. En el inv~ntario material figu-
5 10
ran también hachas de piedra pulida y azuelas de bn<::.ilto y piedra verde de grann
Metros fino, aderriiis de cuentas de concha y de piedra, y fusayola::. planas y cónicas, reali-
zadas en hueso. En los niveles inferiores, y siempre en el interior de las casas. han
u.parecido figurillas de mujeres de morfología redonUeada, todas ellas incomp!~-
1-':::n<.A 6.8. Plama de los restos aranitecwnicos descuoicrtos .:n los ni\•elcs 3 y 4 de Umm Da- tas. Una de las más elegantes posee •_;'J.a base cóncava como si hubiera sido rea-
ha!!hiyah (según :::::irkbridc, 1975).
lizada para ser encajada en algún tipo de asiento. .
No obstante, lr1 r:erámica es el artefacto más abundante en Umm Dabagh1-
vah. Predominan I.:>s recipientes toscos, gruesos y medianos, aunqti~ también se
1.011;1central y en el sector noreste de Umm Dat::~ghiyah permiten inferir que se han documentado al!rnnos más tinos. La arcilla l.1. mtiene desgrasantes vegetales.
l"nn~truyeron como unidades independientes y, probablemente, con fines no resi- de barcias y paja, e;. ocasiones mezclados con arena. Toda la cerái_nica estaba
dc1h.ialcs (fig. 6.8). Estos edificios comprendí'rt más de 70 pequeñas cámaras de fabricada a mar.o y en la urnyorfa je los casos pr~sentan los colomt:nes con los
1.5 por 1,7 metros, dispuestas a lo largo de dos o tres hileras. ~as celdas se comu- que se fabricó. Las cerámicas de mediana calidad y las ,n~s .finas :.e c~b~:>'1 con
nican a través de puertas, los suelú:. son de tierra enC:irer:ida v sus gruesos muros un cngob1.:, normalmente de color blanco o crema. Estas ultima.:,, consutman da-
no c~tán enlu~idos. Han sido interpretados como almacenes: ya que la mayoría ros ej~mplos ::le un primer estadio en la técnica de fabricación, y manifiestan
no d1~ponen m de hogares ni otros elementos significntivos. Una de estas haUita- cierto 2rado de experimenta1.ión, especialmente e~ la apli_cación del ~iseño.
noncs contenía 2.400 rroyectiles de honda de arcilla cocida y aproximadnmente Existen cuatro tipos c!istintos de decoración: el bn..1~1~0, la pmtura: el aphqu~ Y
100 grandes bolas del mismo material, aparentemeHe uP. arsenal pnra la caza de la incisión. Si!: embargo, la mayor parte de los rec1p1entcs no estan decoraoos
grandes animales. Los edificios de los niveles superiores no estaban tan bien y presentan formas muy sencillas, algunas veces ~on una. care~a s1 1avc. El ~~*
construidos, si bien disponían de un recinto al aire libre de adube. En estos nive~ Jor básico empleado en la pintura era el ocre roJo, que despu~s de la coc~1on
les. los artefactos presentan una variabilidad menor que en los momentos más presentaba una gran variedad de tonalidades. Entre los _motivos decornri•.-os
antiguos. Todo ello apoya la id':'1 de que la comunidad había entrado en un pe- destacan puntos, círculos, serpr::ntiformcs, comu::. y trazos, Junto a una gran :·.a-
ríodo de decadencia que desembocaría en ~11 final. riedad de ef1.:i:tos g, .íficos realizados coi1 líneas. Por otro lado, la dccorac1on
Aunque los aná1isis acerca d'.:' los recursos subsislcnciales aún no han sido aplicada aparece en la cerámica de todos los niveles. Además de cL""'mentos f1:n-
1·,implctadns, los resultados preliminares evidencian que Umm Dabaghiyah fue.
cionales, tales como asas y mangos, aparecen también apliques en forma de OJOS
en cierta medida, una comunidad agrícola basada en el cultivo de csprilla, es- y orejas humanos, cabezas de carnero, serpientes, medias lunas y una cabeza
canda y cebada, y en la crianza de cabras, ovejas, cerdos y ganado vacuno (Hel- con astas.
back. 1972; B6k5nyi, 1973). No obstante, la caza fue, al parecer, la 1ctividad Los yacimientos coii cerámica de tipo Hassuna se encuentran distribuidos
mü~ importa~te, y el onagro, el recurso alimentario más común. La depc;-.jencia por toda la pnrte alta del 1'alle del Tigris y en las llanuras al norte~ sur de Jcbcl
lrncia i:ste ª?1mal, que representa un 68 por 100 de los huesos encontndos, y en Sinjar. hacia el oeste de la moderna ciudad de 't-.fosul. Estas regiones for?rnn
menor medida de la gacela (1C por 100), tanto para la ;,limentación como para parte de la llanura asiria, constit;..;Ja por formaciones de piedcrnont7 Y alup\a-
el con:ercio de pic-!es, puede habei_- constituido el motivo principal para que es- nos semiáridos que en la mayoría <le los años podía sustentar una i::lgncultura de
tos pnmeros aldeanos se establecieran en el relativamente árido piedemonte. secano. Por el contrario, los yacimientos con cerámica tipo Hassuna son escasos
Ki_rkbri~~ sugiere q~e los escasos h~bitantes de Umm Dabaghiyah, quizás sólo en las regiones montañosas, donde ya hacía mil añns que se había desarrol_lado
seis familias, se dedicaban al comercio de las pieles de los animales con comuni~ la anricultura de aldea, e inexistentes en las altitudP.s inferiores de b: tierra
dades de mayor tamaño y recibirían a cambio los productos agrícolas que se aluvi~les de Mesopotamia. La economía se basaba en prácticas agrícolas bien
LOS ORÍliE'.\ES DE LA CIVJLIZACIÓN
EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA DE ALDEA 251
JcsarrollaJas, aunque :10 exista evidencia de irrigación ni de variedades de O 3
L.-.,
plantas y animales capaces de resistir los rigores de las zonas bajas. Mucho<: de O 3 cm
los yacimientos tipo Hassuna no tienen pnr qué haber sido conrnnidades com- ~

cm
0let;.111~~'n!,, sedentarias, ya que la sequía forzaría a las comunidades a dejar sus
campos y a trasladarse hacia los altiplanos, o Lien a confiar más en sus rebaños
y apaccntarlos en los prados estivales. Este factor de nomadismo podía estar
restringido a una parte de la comunidad, y puesto en práctica solamente cada
..:ier •.J tiempo. La necesidad de retornar a una existencia menos sedentaria ame-
nazó a los habitantes de la cuenca mesopotámica hasta que la irrigación posibi-
litó un suministro de alimentos más seguro.

Las co1111111idades tipo Somarra

En los niveles intermedios y en los más recientes de Hassuna apareció una


ccrcí•nica de buena calidad y bd!amente pintada, que había recil.Jido el namore
de «lipo Samarra)) porque fue en este yacimiento donde se descubrió por pri- O 3
~

mera vez. Afias más tarde, surgió una cc::troversia entre los arqueólogos sobre cr..
si esta ccnímica representaba !:: .:xistencia de un grupo diferente de personas
con c:.:.1-;Jos Uc vida dístimus a la gente q1w fabri:::3ba la cerámica tipo Hassuna, o
bien se trataba de la cerámica de lujo de la gente que también utilizaba cerámi-
ca tmis "encil:u tipo Hassuna. La aparición de cerámica ac tipo Sarnarra en
ntros yacimientos descubiertos y excavados posteriormente contribuyó a au-
ílll!nlaí el número ¿e partidarios e!·~' la primera opción. Estos yac:mientos se lo-
-:.-alizaban a lo largo de un área extensa situada en los límites septentrionales de
las tierras aluviales de Mesopotamia, principalmente en regiones que no habían F1mm.A 6.9. Cerámica plc'.:ida tipo '-·1marra. procedente del yacimiento 1.k Hassuna (Oriental
siUo ocupadas por los agricultores. La distribución de sus ase .. ~amieuí.u.:, ~e ex- lnstitutc de la Univcr;,iJad de Chica¡:ol.
tendía dese!;: el piedemonte de los Zagros, al noreste de Bagdad, hasta el Eufra-
tes :11eLtio en Siria, alcanzando puntos tan septentrionales como Mosul en el Ti-
gris. Las comunidades variaban en tamaño y naturaleza pcrc, en general, se tra- sexto milenio (Hclbaek, 1964a: 1972). En el áreü de i'viandali. donde se ubica
tc1ba de aldeas o pequeC,os poblados con una arquitectura de adobe Lii.;n Choga ~fami, los yacimientos de tino Samarra se disponen a !o lar~o de las cur-
construida. El aspecto más caraclt:rísti, - de su cultu1 a maLi.;11al consistía en una vas de nivel más bajas, paralelas a las colinas próximas. y pcrpcnd1cu!am1entc ,1
b•,;!Ja CP-rámica pintada, con formas no utilizadas con anterioridad como, por los cauces de los ríos de la llanura. Es sabido que duninte el quinto mik:~io fun-
ejemplo, los platos (fig. 6.9). cionó un canal a lo !argo de e:.:a línea. y que en Choga l\-fami existieron L,rnaliza-
En la actualidad, la sociedad responsable de la cerámica de Samarra en sus cíones más pequeñas, posiblemente también dedicadas a la irrigación. En ,"~cll es-
inicios se conoce mejor gracias a la rccier,fe excavación de dos de sus asenta- Sawwan y en Choga Mar.::, l-l.ans ffelhaek idei1lificó esprilla. trigo yarnf1cnbl~.
mientos tipo: Tell es~Sawwan (Abu al-Soof, 1968b), situado sobre un risco en la cebada de dos hileras y desnuda de seis hileras. junto a grandes canudades de h-
ribera ork .. tal del río Tigri::, y Choga Mami (Oates, 1968), cerca de Mandali, al nazn. cultivo este último que prnbablcmente no hubic:ra podido acometerse en
pie de los montes Zagros (véase fi~. 6.2). Uno de los descubrimientos más inte- este clima sin aJg;_;_oa aportación artificial de agua. Lo mi.mm puede decirse res-
resantes realizado en estos dos vacimientos hace referencia a las actividades pecto al trigo pa-nificable y a la cebada desnuda de seis hileras, pero el r~ducido
económicas practicadas. Si bien IÜs yacimiento:-. tipo Hassuna se ubican en una tamafi.o de estos cereales hace bastante improbable que su cultivo se realizase en
zona donde la agricultura de secano era normalmente próspera, los de tipo Sa- esta época mediante el regadío can:!lizado. Por este moti\'o. Hclbaek ~ugicr~ que
m;:irra se :ocalizan haria el sur. en los límites o en el exterior de la zor..i donde la irrigación se lograba mediante !a inundación periódica de los campos. S1 t:.':ila
la agricultura de secanc- <Jfrccía cierta seguridad. Tell es-Sawwan, SamanJ. en el era la técnica utilizada, entonces la irrigación habría sido factible en la llanura
Tigris y, especialmer,t_e, Baghouz en Siria están situados en áreas donde era po- aluvial por debajo de Tell es-Szrnwan. . .
sible . .111nque no del todo apropiada, la práctica de la agricultura de secano Por su parte. la cm,figurnción física del territorio de Choga ~ bf''l era 1dcnl
1

como base de la alimentación. Otro:; yacimientos tipo Samarra, como Choga para un sistema primario de canales. yn que el yacimiento se extiende so~re un
Mami, se encuentran en regiones que sí permitían la mencionada modalidad triánoulo de tierra entre dos ríos. El río situado a mayor altitud proporc1nnaba
agrícola de una manera regular. ur.1 ;ntrada de agua, mientras que el otro funcionaria como un desagüe natural.
La evidencia botáníca obtenida a ;--artir de la excavación de Tell es-Sawwan y lo cu::! represent; una ü;stribución ~imilar a la de la cuenca inferior del Tigri.s-
Choga Mami confirma ia práctica de la inigación, al menos desde medianos del Éufrates, peru a menor escala. El problema del drenaje y de la salinización se
252 LOS ORiGENES DE LA CJ\IJLIZ.ACIÓN EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA DE ALDEA 253
solventaba e:1 parte gracias a la gran diferencia de nivel del terreno, pue:;to que
Choga Mam1 ocupaba 11 na posición en la cuenca alu•:iai. a! pie de las estribacio-
nes de los Zélgros,_ que permi~ía una rápida circulación del agua. Así pues. en
e~te lugar el regad10 fue pra~t1cado en un momento muy temprano, debid.:, pre-
c1same~te a que la topogratrn del terreno ofrecía unas condiciones favorables.
Las mejoras sub~iguientes en las técnicas de irrigación permitieron el movimien-
t~ de las comumda?e.s agrícolas hacia aquellas regiones que hasta ento,1ce~ ha-
bian resultado ecolog1camenle hostiles a los agricultores .
. _ La evidencia faunística de Choga Marni indica la presencia de una domestica-
,;:1on plenamente desarrollada de bóvidos, ovejas. caUras, cerdos y perros. En Tell
es-Saw~an, el pescndo y Im -~--'··-~':''.: de agua dulce constituían también una
f'..!ente importante de alimentación. En ambo:: yacimientos se mantuvo la caza de
onagros, gacelas, uros y gamos. A pPsar de que las activiJades subsistenciales lle-
vadas a cabu por los habitantes de estus yacimie-11tos incluían el aprovechamiento
de recur~o.s c_inegéticos y de recolección. éstos descmp1..ñaban, en general, un pa-
pel substdrnno respecto a las actividades agropecuarias, que e~' a!::::n muy desa-
rrolladas.
~tras asr~ctos _de las co~?nidades tipo Samarra revelan que sus habitantes
habrnn adqumdo ciertas bab1hdades tecnológicas y :irganizativas (Oates, 1973).
Tell es-Sawwan y Choga Mami eran comunidades reiativamente grandes si las Foso defensivo
comparamos con las de los pr;:::eros aldeanos. Choga Mami se extiende sobre
unas b nectáreas y pudo haber estado habitada por más de l.GGO personas. P0r lf.m Fortiiicaciones complerr,e~t:;r,as (o plataformas)
otro lado, en _T~Il es-Sa\~'wan (fig. 6.10) existe un foso y una muralla que rodean
parte del yac:m1ento, mientras que en Choga Mami se ha desi..:ubierto una torre
F!GL:R,\ 6.1 O. Planta de.: !o~ r,:stos excavados de !a comuP.!+1d de Tch cs-Sawwan. con ~u poten-
que protege la única entrada del asentamiento documentada por las excavacio-
te sistema defensivo (fotograffa reproducida por cortesía del director general de Amig.üedades.
n_es. ~n ~mbos yJcimientos, la entrada obliga a realizar un avance !1acia el ::ite- fü!gdad. Iraq).
nor s1gu1er:.:!o un eje acodarle., lo qui:'; forzati~ al atacante a atravesar una zona ex-
tensa que lo exponía a los proyectiles lanzados desae lo alto de la murallü. El he-
cho de que la planificación de las entradas fuera intencionado se confirma por
otros d;!!'Js relativos a las preocupaciones defensivas existentes en los asenta- piedad. En primer lugar, los ecH·icios se construían dirc..::tamente encima de los
mientos iipo Samarra. cimientos en ruinas de los edificios más antiguos, práctica que se había desarro-
Lu~ cuiiicios !ia!Iados en estos yacimientos poseen un diseño regular, en for- llado durante la época de las primeras aldeas. Po:- otro lado, la aparición de sc-
ma de T P.n Tell es~Sav.rwan, y rectangular en Choga Mami. v cada uno de ellos llns para estamp,, ;;nprcsiones. tanto en los yacimientos Je Hassuna como en
está íurmado por una serie de habitaciones pequeñ"ás. Los nÍás g 1 andes coOLaban los de Samarra y en otras aldeas avanzadas, puede interpretarse como señal de
con contrafuertes 7xternos en la_s esquinas y en las uniones de los muros, quizás una preocupación por la propiedad. especialmente en los intcri.:ambios o en el
p~ra sost:~er I_a_s vigas de la cubierta (fig. 6.10). Cabe señalar que, en Mi.;scpota- almacenamiento comunal de bienes. !..a utilización. novedosa pero muy difundi-
~rn, la. ut_1hz~c:o? de contr:ifu~r_tes se generalizó durante el quinto y cuarto milc- da, de las marcas de ceramista pru . . ba la importancia creciente de las activida-
mos. S1 b;..:::n m1c1almente se utthzarou como elementos estructurales. en las cons- des ancsanales y el sentido de profcsionaliJad que podría haber acompañado la
trucciones religiosas posteriores se convirtieron en una conv(.;nció,n que había tramfcrencia de tales actiYidades de manuf'.>.ctura de familias ....,pec'.ficas a gru-
perdido su carácter funcional. pos especializados.
Los adobes.se utilizaron por primera vez en Mesopotamia en la arquitectura En !os yacimientos tipo Samarra. y especialmente en 1cll es-Sawwan. se de-
de los asentam1e?to.s de Choga ~ami y Tell es-Sawwan, aunque se habían err. mostró la presencia de excedentes. 11.:.cesarios para mantener las actividades de
pleado con antenon.:lad en lo~ alt1plan0s, en Ganj Darch y C:::ay6nü. Esta técni- subsistencia. Debajo de una serie de (;J.ificios excepcionalmente grandes en
ca contrasla con el m.v e~clus1vo del tapial en las aldeas contemporáneas, como comparación con las construcciones del nivel anterior, se encontraron c.:.:mcro-
Matarrah, I~assuna y Yanm Tepe. Los adobes ti~nen la ventaja de ser más d'Jra- sas tumbas, muchas pertenecientes a niños pequeños. que conienían una extra-
deros y resistentes que el tny:al, posibilitando la construcción de edificios de ordinaria serie :::-: objetos. Lus edificios podían haber tenido una función reii-
~ay~rcs dimensiones. En Choga Mami, los adobes eran alargados, de forma ci- giosa, directamente relacionada con estos enterramientos hallados inmediata-
hndnca, y se colocaban alternativamente a lo largo y al través de los ejes de los mente debajo con tan destacados ajuares funerarios. Dichos enterramientos
muros.
iban ,icompañados de estatuilla:: ,Je mujeres y vasos de alaba~trn (fig. 6.11 ). Las
D~ra?te .este período existen diferentes clases de datos que pueden conside- fürnrillas de alabastro anunciaban las que posteriormente tallarínn los antiguos
rarse rnd1cattvos de un desarrollo adicional del concepto de los derechos de pro- sÜmcrios durante el tercer milenic. Existen muchos motivos para incluir bienes
254 LOS ORÍGE'.\ES DE LA CJ\'!!.!Z,'\CJÚN EL DESARROLLO DE LA ECON01'.1ÍA DE ALDEA 255

tidu ~-:,:. .:nnstituyen los objetos 1Hctülícm n1üs :· _.,,.'guos hallados en Mcs□j'Jta­
mia. ~:~::-,s.;ue continúan siendo bastante m:ís tardíos que los ejemplares cncon-
traJ,y ::.c.· ('.ay6nü. Su presencia es testimonio de una red comercial en la que
est2i-:,:.:~ :tTibricadas csLs cn11mnidades, ya que Tell cs-Saw 1"an s-;;:, encuentra le-
jos d:. ~: fuentes de cobre, tanto de Irán como Je Turquía.
L--"·· :,:1cimientos tipo Samarra se úislribuycn a través de Mesopotamia, en
un« . .Jituada aproximadamente al norte Je Bagdad y al sur de las bien re-
gad2.c -.,:;-ras ocupadas generalmente por la pobla,:;é:i q1:..-: fabricaba la cerámica
tipo _::.:-;.~una. No obst;inte, la cer~mica tipo Samarra también se ha encontrado
más ~- ::r:rte, -:m yacimientos tipo Ha!lsuna. Existen diferentes maneras de intcr-
pn:t~.- oi. .:. presencia en estos yacirnk:ntos s1: 1Hentrionales. pues podríaP represen-
tar --~~; :1,crnsión temporal, una activa ;·ed romercial. o bien podría darse el caso
de u~,: :os artesanos de esws asentamientos imitaran la técnica de la cenimica
tipo·· :.~arra. En cualquier caso. existían relaciones entre las poblaciones que
fahri:;:;·.:::n ambos tipos de cerámicas. Büsicamente se trataba de grupos contem-
por~~_..c;,·,s org?nizados en comunidades a!!ricolas sedentarias, que se dispersaron
por J~.: :::.suibaciones montañosas y por lí.;s tierras ba_jas. impulsados tanto por el
cn:fr~.: ':li.to de la poo!ación en las tierras altas, como por la disponibilidad de
ticrr·:; -, de recursos en las airnudes más i__,ajas. Es probabie que la población
qui:: .<;~/} los yacimientos tipo Samarra hubiera sido exp~::sadii Je las regiou..."S
m,h ::·,a.das, donde los yacimientos ti¡~v I-Iassuua estaban alcanzando grandes
dcn1:.;·~.e:.Jcs demug.ráficas. En primL-,- lugat. cc 1onizaron las ~reas r:~js bajas a !o
largr; ·~:; los ríos principales y de sus afluentes p:Ta luego dispersarse a meJ1da
que -.·.::.:,xaba su capacidad para transforma; .:1 medio ar;~biente. La ;:-rincip::il
inn<r, ~.:,ón que les permitió habitar las regiones <.írl1hs y calurosas fue la uliliza-
ción ,.,:,:_: la irrigación v de varícdades de plantas n.:.:.istentes al calor. Precisamen-
HurnA 6.1 l. Es1a1ui!la de pie- te ;i .-__;"_,d de ~ste usó de la irrigación\" de la ocunaciérn de las altitudes inferio-
dra con incrustaciones. proceden- res, t·.:,::s comunidades jugaron~ un paPel crucial en el desarrc 1'.o posterior. ya
te d,: Tell es-Sawwan (fo!o!.'.raffa
reproducida por cortesía del direc- que ;;-:.:ivaron totalmente las tres rebcioncs e.le rctro;1!;mentación positiva que
tor gcrn•raJ de Anti!.'.üedades. Ba!.'.- hcmrf. anahzado al principio d..-: este Lapítulo. Todo ello dio lugar a un mayor
dad. Iraq). - ~ dt.!sar:riilu de las poblaciones que ocupaban las tierrns bajas de !'-..!esopo.tan:i:.,
al)-!ur,,,, de cuvos primerns habitantes fueron los colonos con traU1cmnes a~ llpo
Sam,1~¡;_¡_
vali~so~ en los .ent:rramient0.-, (Ucko. 1969; Brown. 1971) r~ro. en general. sue-
len_ 1_nd1car_ la nqu~ez~ o el ftmus de una p.e_rsona: por!º que una posible expli-
cac10~ de su presencia en .a'.: tumb:-:s de nmos af1rmana que la sociedad cstnba las r.rmwnidades tipo Hafaf
orgamza~a ~egún rangos adscritos. En otras palabras. al!:wnas familias contro-
l~~an mas nqueza que otras. s!end? la. _edad algo secundario para la adquisi- ·¡ r::c; la ocupación del norte de Mesopotamia en tiempos de : !assuna y sincr,_'-"
cmn de un rang._, elevado. La 11np!icac1011 genera! es que el sis!t'ma social de nica ;i !ns yacirnienlüs upo Samarra 1:1ás tardíos, apareció una nueva cultura m~-
Te!! es-Sawwan se caracterizaba por un desarrollo creciente de la t:~tratificación h:ri:,! urnocid:1 como «halaficnse¡, (c. 5500--4800 a.C.). Este conjunto se caracten-
social.
za p(Jr su bella cerámica pintada. s~s edificios de planta circular y una gran rnrie-
Ade.más de las figurillas de :-i 11bastro, los asentamientos tipo Samarra han dad ck cuentas v amuletos característicos.
proporcionado .un_a gran variedad de figurillas de arcilla cocicb, que son diferen- ! Jurante el ·período en que se utilizó la ccn.ímica tipo 1!:1la( se p~oduj:r?~.
tes en cada yacm11ento. La mayoría comparte ciertos rasgos comunes. tales como impor!antes a\'ances. Las tradiciones culturales de tipo Samarra y Je upo ¡:..:¡113._1
la presenciad.e ojos de tipo (<gmn? de café,;,, peinados a!irgados y collares aplica- se m;mtü·;ieron separadas, pero existen muchos indidos de contactos entre. s1.
dos. Las figunllas de CLoga Mam1 y algunos de los ejemplos m,fa an1i0,,LIOS de Tell Las pnhlaciones de la tradición l~:Jafiense heredaron la rerdón que había sido
es-Saww'.rn son bastante naturalistas. recordando las obras más tardi,;s de Ja Me- ocup;ula por la mayo!"fa de los yacimientos tipo Hassuna. y se expandieron tarn-
sopotamia de~ p~ríodo d: Al 'Ub~id. ~ientras g~e las piezas de 1t1s niveles tipo bil.'11 hacia nuevas zonas del oeste y del norte. La principal innovación de eMas
Snrnarra ~e Ianm Tepe rncluyen f1gun1Ias de mu3ercs con cabeza "en forma de comunidades no fue tecnológica, económica o dcmognífica. puesto que bcisica-
talloi, y 1da!das de volaml.'.s,., (Oatcs. 1973).
menll: vivían con la misma ecÜnomfo que sus predece;ores, su tecnología no ba-
En los yac.imientos tipo Samarrn han aparecido algunos objl'!n~ ,Je cobre ba- bia mejorado de forma perceptible y sus comunidades no habían ,mmcnt.1Jo de
LOS ORÍGENES DE LA C!VlLIZ.ACIÓN EL DESARROLLO DE LA ECONOMiA DE ALUEA 257

t,1maño. Más bien, la diferencia crucial hay que buscarla en ;os mecanismos de
:n1cracción y en la organización socid. Por primera ·:ez i.:n el Próximo Oriente,
exislía un extenso grupo cultural cz.,·actcrizad0 por una sorpre,vknte similitud
de motivos cerámicos pintados (el 80-90 por 100 de los fragmentos de cualquier
yacimiento tipo Halaf son análogos a los de cualquier otro yacimiento de este
Cuenco de Cuenco de
mismo horizonte), unos estilos arquitectónicos característicos comunes a todo~ paredes cóncavas paredes convexas borde saliente
los yacimientos y una gran semejanza de los objetos de pequeño tamaño (Le-
Bla11c y \Vatson, 1973). Las analogíz~- son mayores que en las épocas ;:interiores,
a pesar de que las distancias también lo son, ya que hay cerca de 550 kilómetros
....• ,. ,, ,.,
ID
entre los lugares más distantes con yacimientos considerados de tipo Halaf con •.•,., .. ·. '
s... guridad. - ·.·.,-.,·:
Existe u•,a serie de factores que pueden haber sido los responsables de la dis- -,,,

persión de los rasgos típicos de Halaf y de la presunta interacción ent:-e sus co- Cuenco de
munidades. \Vatson v LeBlanc (1973) sugil.!ren que su organización social pasó de boca e;ctrecha . ,.,.~•
le ~ribt! a la jefatura. Esto requeriría una mayor comunicación entre las elites de
las distintas comunidades y propiciaría que se compartieran e imitaran bienes de Olla

staws como la cerámica pintada. Su interpretación es que los diversos yacimien-


tos de tipo Halaf corresponderían a culturas diferenciadas que h:~rian incorpo-
rado una serie de atributos comunes.
Pese a que el estilo de cerámica pintada tipo Halaf fue identificado por pri-
mera vez en Tell Halaf. en el nnrte de Siria. se conoce mejor a partir de las poste-
Motivos decorativos pin1ados
riores excavaciones de Arpachiyah, al noreste de la moderna ciudad de Mosul, en
el norte de Iraq (Mallowan y Rose, 1935a; 1935b). El tell del yacimiento de Arpa-

~
CiJ1yah tiene aproximndamente 125 metros de diámetro y contiene 8 mPtros de
depósitos de ocupacié'."! !rnlafiense. Como hemos anunciado, aunque existe una
sorprendente similitud en los IJ10tivos pintados representados en fragmemvs ce-
r:lmicos procedentes de distintos :,'acimiemos, al igual que en otras característi-
cas, los mejores ejemplos de cerámica pintada de tipo Halaf v las estructuras más
dcsracadas atribuibles a asentamientns ae este tir'J se lrnlláron en Arpachiyah.
Así pues, los logros halafienscs son evidentes si obser.·:::mos que algunos de los
matc-:-ia!es de mejor calidad y edificios de de::.tacada destreza se han descubierto
en un yacimiento que no era mayor que una simple aldea y que. probablemente,
FIGURA 6.12. Motivos pint,1dos y formas normalizadas de !a cerámica lipa Halar (Orienla! Ins-
nuncn tuvo más de 200 habitantes. titutc de ;a llnivcrsi;:;Jd de Chicago).
E:: los yacim1e!'tos tipo Halaf predomina la arquitectura de planta circular,
aunqu¡; también se han constatado algunas estructuras rectangu;.Ires. El tamaño
de los edificios circulares varía desde lus 3 a 4 metros de diámetro, los más pe-
queños y numerosos, hasta los 7 a 9 metros los mayores, hallados en Arpachi- prcsentabn formas características (fig. 6.12). Entre los recipientes hechos a
yah. 1-~1 espesor de los muros también var.:i con e! tamaño de los edificios. Nin- mano, ali-::1rJos cuando torhivía estaban :,:.medos, y ligeramente bn.:ñidos, figu-
guno de los muros de Girikihaciyan, el yacimiento tipo Halaf ;.:.ís pnbre co1Joci- raban los cuencos con bordes acampanados y cuerpos cóncavos o redondeados,
do. situado en el sureste de Ann:3Jia, supera !os 0,5 metros. mientras que los vasos con bordes redondeados y las vasijas con diferentes perfiles (LeB!anc
algunns de los edificios más grandes de Arpachiyah ticne11 muros de más de un y \Vatson, 1973). Las decoraciones de tipo Hal;:f eran predominantemente geo-
metro de espesor. Además de la r;"rlra de los cimientos, los materiales cons- métricas. aunque también existen algunos ejemplos naturalistas que representan
tructivos empleados incluyen adobes (c:::imo en Tepe Gnwra, en el norte de pájaros, :1nimales, plantas y l.'.1 famoso bucraniwn o cabeza astada de toro. La
Iraq) y lú.pial (en Arpachiyah), en ambos casos con superestructuras de c:.ñizo y superficie externa de la in:iyoría de los recipientes de tipo Halaf estaba c~mple-
de madera. Muchos de los edificios circulares tienen antecámaras rectangulares tamente cubierta de motivos. Muchos de los cuencos tamb1cn tenían decoracio-
adosadas y se les denomina 1'10/oi porque presentan una planta característicn. nes en la superficie interior, cuyos motivos centrales uormalmente consistían en
de ,(agujero de cerradura ►), similar a la de las construcciones funerarias del Egeo un rosetón, ti.na c1·uz de Malta o un:1 cruz compuesta de bucrania. Los jarros
de un momento muy posterior (c. 1200 a C.). Dicha similitud ha dado pie a sólo estaban decorados ¡JOT el exterior, aunque muchos de ellos mostraban
algunos de los enfoques más especulativos de la problemática del contacto cul- bandas pintadns en la parte interior del borde. Las bandas, ajedrezados, zigzags,
tural. triángulos, dameros y puntos ccnstituían otros elementos decoraiivos. Es impor-
La cerámica pintada tipo Halaf Ut.: buena calidad y con paredes delgadas, tante destacar que ne todos los recipientes utilizados en los -asentamientos de
LOS ORÍGE~ES DE L.-\ C/VJLJZ:\ClÚ'.\
EL DESAílR.OLLO DE LA ECONrnvtfA DE ,;LDEA 259
tipo 11:i!ar estaban pintados; en algunos yacin,;.:.;._,1os. como Bannahilk, nl riortc
de Iraq. y Arpachiyah. predominaba la ccnimica pintada, mientras que en Giri-
hihal'iy:rn. un cmp!::zamiento periférico. representaba tan sólo un pequeño por-
centaje dd total.
TCnnino!ogía ,.h: i'l1orlon FrieJ
1
Terminología de Elmnn Scrrice
i Tenninolm;ia empleada en este libro

¡j rcslll de los materiales de los conjuntos de tipo Halaf incluye ítems halla- Estadio i
dos también en yacimientos no lrnlc:fienses y algunos objetos peculiares. Los úti- Sociedad estatal
Estado, nacionales
k·'.· de pi,·dra tallada, en sílex u ohsidiana. n:.-:, eran muy diferentes de los hallados Organización estatal
en lns ú111juntos de los poblados C.;! norte de :tvlr~c,,1po!1mia, y entre ellos de~ta-
can !\1:-: dientes de l.oz, cuchillos, raspndores y perforadores. También eran fre-
cLienlc:- !n:-: útiles de piedra pulime;.:ada. comu los morteros, !as manos de morte- Estadio 6
Sociedad estratificada Ciudades•estado
ro. lt1:-: mnlinos de mano y los esferoides. Jdemás de las azuelas y las hachas. Los
pcquL·il•.·s objetos de piedra pulimertada. como los sellos con d-iseños geométri-
cos v las cuentas en forn;;_¡ de doble hacha. eran los más carncterísticos.
Estadio 5
La economía halnfiensc se basnba. especinhncnte duran!,, los estadios más Ciudíldcs•tcmp!n
tardfus. en las actividndes agropecuarias de las aldeas sedentarias. Cultivaban es- Organiznción de jefaturas
cand:1. c:-prilla y cebada, y crialmn ovejas. c.1bras y ganado vacuno. Dado que el
Estaóm4 1
ganadn :1¡,arece representado en los objetos artísticos de lodos los asentamientos
Poblados de ag,;rnltmcs m·asndo, :
de cs!L' horizonte, e:, posible que e! pastoreo tuviera mucha importancia. Además Sociedad jerarquiznda
es posib!i: que practicaran un;:. agricultura ;.'.;:< secano y no utiiiLaran la irrigación.
! Estadio3
Pohlados sedentarios y mm"i" hd
Los /\H )])ELOS !'E ORGANIZACIÓI'- ,;;IJCJAl f)E 1.AS CO~,IL,,DADES Organización trihal en la maninu!ación de las man~dJs
1

I _;¡:-- ak!,,as sedentaria ... del sexto mi!eni0 representar. la culminac'.ón de la Estadio 2
transfnrmación agrícola (estadio 4 de las figs. 1.6. en la p. 23, y 4.6 en la p. 142). S~dcntarismo y movilidad inknii\·;;
La inll'IT1.,'lación de los avanu:'.s en la tecnología. :.;i la economíc1 y en los patrones Sociedad igualitaria de cazadores-recokclor~~
de ;!''''ntamicnlo provocó la creación de una fon,·,a de comunidad que alcanzó Ori1 aniz.ació11 de bandas
Estatl1u 1
una grnn prosperidad. Aunque estos progresos materiales fw::r,)n cruciales para
1 1 CazadorcH~L11lcc1on:s r:::'· ib 1
el i..lL;\'L'nimiento de la civilización, durante el sexto milcnill también se produje-
ron camt·,;,Js igualmente significativo:: en líl estructura :iocial. Las inferencias rela- FIGURA 6.13. T~rminologías utilizadas por Servicc y Fricd, y la empicada en este libro.
tivas a h1 organización de la sociedad prehistórica tienen que basarse en un es~:.i-
dio minucioso del registro arqueológico y en ciertas premisas sobre los logros or- critc 11 u:, rna~ :,1mpies. o sea, la edad, el sexo y la hubi!idad individual.~~ P?sible
gunizatini:. L¡Ue nos revelan los propios restos materic1les. Las pautas observadas que estos e\cnicntos hayan constituido los principales factores de la_ dn•1s1~n ?el
en el material arqueológico pueden relacionarse con los concc 1)toS desarrollados trabajo desde los tiempos más antiguos y, de alguna 111anera, todav1n. cont1_nu~11
a parlir de los cswdios etnográficos mediante dos modelos de crganización dis- funcionando en todas las sociedades. Un aspecto importante de un cntcno
tintos pL'ro paralelos (fig. 6.13). El primer modelo fue forn,J!ado por iviorton como la edad radica en que si el aumento de edad comporta un mayor o menor
Frieú y se centra en los mecanismos que utilizan las sociedades para establecer status, la oportunidad de obtener este stutus es ~déntica para to~as las pe.rsm~~s.
diferencias entre sus miembros (Fried, 1%0: 1967). l:l segunde ,.'Je ideado porE1- En otras pa!Gbras, e,1 una sociedad igualitaria, el principal m~dto de atnbuc1on
man ScrYicc y s._ reE:rc a hi organización genera! de la comunidad (Service, de stams es universal y abierto a todo el mundo sobre las m1smP" bases. Cual-
196¿).
quier persona que sea del sexo apropiado y viva el tiempo sufici7nte, a'.can7:a
automcíticamcnte los diversos statHS. Dadas unas detennmadas diferencias L!e
habilidad individual y de edad. la atribución a un determinado sratlls es bastante
El modelo de Fried sobre la evolución de la esrratificación .soc."_•l efímera. La naturaleza transitoria del status afecta a las actitudes de aquellos
que lo han alcanzado, ya .iue en un sistema en el que los individuos pasan auto-
Fried reconoce cuatro tipos distintos de suciedad según los criterios seguidos máticamente de un stat11s a otro, no es probable que se desarrollen lazos fuer-
para establecer diferencias de srmus: socicdndes igualitarias. jerarquizadas, es- tes ni identificaciones personales. · . .
tratificadas y estatales. Todas las sociedades humanas establecen una Jiforencia- Una sociedad «igualitaria" puclie definirse como aquella en 1a que existen
ción entre sus miembros y les asignan un mayor o menor prestigio de acueido tantas posiciones de prestigio para cualquier clasificación ?e eda~ X. sexo como
con unos determinados criterios. En realidad, es la naturaleza de estos criterios, personas capaces de ocuparlas. De este modo, en cualqmc.r pos1c1on □~- status
así corno la forma de mantener y de cxpri.::sar la cstruciura socia!, lo que distin- parlicular, no existe un número predeterminado de oportu~1d~des; por c.: :mplo:
gue una forma de sociedad de otra. En U1J<1 sociedad igualitaria se utili;_;¡n los si hay cuatro GlL.tdores jóvenes, habrá cuatro posiciones, s1 so!o hay tres. habra
260 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACION EL DESARROLLO DEL\ ECOi\"0,\lÍA DE ALOE,-\ 261

snlamcnte tres. En "tras palabras, no existen límites en el número de individuos por ejemplo. al aumento dL' la productividad f!rac;as a la especialización, a la
que pueden obtener un status particular ni tampoco para su consecución. m2yo1 diversificación de fuentes de alimentos y b1tncs materiales, \' a la estabi-
Un análisis de la bibliografía etnog!":'.fica sobre las sociedades igualitarias re- lidad de la redistribución. ·
vel:'. qw~ entre ellas figuran casi exclusivamente bandas de cazadores y recolecto- Una sociedad ~(estratificada¡, presenta diferencias institucíonalizad,1s tn las
res. La producción de bienes y la obtenci6H de recursos de subsistencía son, en relaciones que mantienen sus miembros respecto a los medios de suhsi~te,ncia.
estos casos, una cuestión familiar. Los grupos familiares no están especializados, Las sociedades jerarquizadas operan según el principio de stat11s diferencial !,ara
de manera que cada familia reproduce las mismas actividades generales desarro- los miembros que teri:an habilid;1des similares. pcr,, este srntus 110 iba acompa-
::aúas por las de1mis. El intercambio es informal y se realiza a pequeña escala en- ñado de privilegios de poder económico o poiítiw. Por el wntraric1, en un:1 so-
tre individuos que pertenecen a distintos grupos de parentesco, mientras que la ciedad estratificada, algunos de sus miembros tienen libre t1cceso a !:1s rcL'Ursos
economía es recíproca, aunque no sea posible a!(:anzar el equilibrio en el inter- btratégicos, mientras que el resto no disfruta (l•~ esta misma libertad {Fricd,
cambio de bie;1es. Los cazadores, bien por su habilidad o por su buena fortun:. - 1960, p. 721). El surgimiento de la estratificación también requiere medio:, for-
siempre están en disposición de proporcionar a sus parientes menos hábiles más males de comunicación y regulación. Si bien en una socicduL; jerarquizada e!
carne de la que reciben. No obstante, la naturaleza transitoria de estas habilida- contrvl social reside en la integración cultura! y en las sancione.s intern~is. en
des evit:i que esta diferencia ~e institucionalice. una sociedad estratificada se precisa una dcdara~-:ón forma! dt.: print..ipios y mc-
La segunda forma de diferenciación en el modelo de Fried se expresa en la cani.,,mos legales que adjudiquen y rcfuerzen esl:..i:::. reglas. La ,,utoridad principal
s0cicdad de «jerarquía)). Dado que realmente no existe ninguna sociedad huma- ya no se ba5::>':á '20 el parentesco, sino en los grupo~; :errítorialcs. Por ot!"L) !:ido,
na totalmente igualitaria, el término «jerarquía)> se utiliza como una medida rela- la estratificación provoca una mayor complejidad de la c1ivisilin del !raba_jo. re-
tin1. Una sociedad de este tipo se difc.:-encia de otra !g1Jalitaria en la manera de quisito previo para la emergencia dc las sociedadcs urbanas. Las causas lkl ori-
tratar las diferencias de prc::;'.;_;:o, ya que la primera limita el acceso a los status gc:1 de la estratificación, sus efectos y d cuarto tipo de sociedad de Fried. la so-
vct:,_,rado~ y esas limitaciones están rr!"'ciom,~as sólo de manera indirecta con el ciedad estatal, se di,cutiriln en el próximo capítulo. que tratn del origen Li,_ las
sexo, la edad o las cualidades personales. Debido a estas limitaciones, las socie- ciudades.
ciaJef; de jc;arquía tienen menos posiciones de status valorados que individuos
capaces de detentarlas. Vanos son los procedimientos empleado~ para limitar el
swt,,,1· a determL;adas personas:: familias, siendo el más simpk el orden de naci- El modelo dt: Service .;obre los nirc/es 1:c u1ga11i::acíó11 de la co1111111ir!ad
miento, es decir, que el primogénito reciba el status más elevado. Esto puede re-
petirse a lo largo de distintas generaciones o, de manera alternri~iva, todos los Elman Servic nos ha :::ifrccido un modelo alternativo para analizar los c:mi-
descendientes de una persona determinada pueden adquirir i..ul stat11s ano, con iu bios en la organización social de las culturas. PJrticndo dC la información etno-
que se c:·:ginadn diferencias generales de status entre los distintos linajes de una gráfica, define cuatro ¡;:veles de ::1tegración sociocultural: la banda, !a tribu. 1::
niisma comunidad. jefatura y el estado. Cada nivel es un tipo ideal que presenta Umb car;1cterístí-
Tanto si se lleva a término mediante una regla de succ::;;ón, como a través de cas derivadas de las disiintas solucionts que un grupo organizado al ni,•d cl,-
cualquier otro mecanis, .. o !imitador, la sociedad jerarquizada como estructura dt: rrcspondiente da a sus problr-"rns de interacción {Scrvice, l 962: Sandcrs Y Pricc,
swws puede representarse co11 un 1 -ángulo cu)'o vernci; represer,taría el stallls 1968). Alírnnos investigadores han criticado !anta !as imp!icacion!.:S generales
m,is importante. Al mismo tiempo, la jerarquía de posicior.'=s de status tiene nor- comÓ los detalles cspe;íficos de cada nivel del ¡;1odclo de Sci-,<..:e. crí1ic:1s que
malmeme un significado económico muy definido. son válidas si conceptu,tlizamos !os cuatro niveles cc•no distintas formas que
Fried .sugiere que la noción de «jerarquía)) no es inherente a la naturaleza puedan abarcar con facilidad a todas las culturas. No obstante, en este !il1 rn no
humana, sino que la provocan factores ':!Xtemos, como por ejemplo la econo- utilizaremos los modc:o::; de Se:·-ricc v Frico como clasificaciones culturales idc.n-
mía. En este sentido, la transición hacia la sociedad jerarquizada coincide a les, sino simplemente corno herramfentas heurísticas que focilitan !a comunica-
mcnudc .:'.On la emcrge1<.::a de una red de distribución cuyd unidad básica no es ción y nos capacitan para clarificar nuestra comprensión de !os cambios en la
la familia. Una diferencia cscnr:ial entre las sociedades igualitarias y las jerar- organizacióH social durnnte el proceso de advenimiento de la civilización. P~~ra
quizadas radica en que las economías igualitarias están dominadas por la reci- alcanzar explicaciones adecuadas sobre las transfonn::1ciones que suf1,.,n los U11e-
procidad, mientras que el principal elemento en la economía de una sociedad rentes tipos de comunidad 110 sugerimos que los niveles de organización de los
jerarquizada es la redistribución. El status clave es ocupado por el recaudador grupos conocidos a través d':' la nrquenlogía píescnten todos los detalles de .lai;
de las vrovisioncs, ,:¡uicn también se encarga de su distribución. En ia mayoría sociedades seleccionadas en el registro etnográfico. sinn que para ello se im-
de sociedades jcrarc;:::zadas no existe ni un poder económico exploiaJor ni un pone un riouroso estudio transcultural de las relaciones entre estructuras de or-
genuino poder político; en realidad, los dos tipos de autoridad que detentan las ganización __.,social y el registro arqueológico estudiado. Los modelos discfi_<H.k~s
personas con un status elevado tienen unas bases familiares y sagradas. Comu por Servici.-= v FricJ son marcos útiles para el análisis de los c<.111.~iios organ!zal!-
no disponen de un acceso privilegi;:.do al uso de la fuerla, los dos métodos con vos y la evolución social de las sociedades primitivas y, por otra parte. sirven
los que operan consisten en el establecimiento de ejemplos personales de labo- para realizar algunas generalizaciones que. parecen estar apoyadas tanto et no-
riosidad y en la aplicación de los principios de reciprocidad. Un sistema redistri- gráfica como arqueológicamente. Estas gcncrnlizaciones indican que In evo
butivo puede surgir por muchas ::-zones, pero su supen1 ivencia y desarrollo se !ución general de la estruclUra ~ocia] se ha orientado hacia: 1) un aumento del
deben a su superio1idad sobre los sistemas de reciprocidad en Jo que respecta, tamaño y de la densidad demográfica de los grupos sociales, 2) un incrcmcn-
262 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓ:,; EL DESARROLLO DE LA EC0'.',;0\IÍ:\ DE ALDEA 263

to en el número Je tales grupos, 3) una mayor especialización de sus funciones, síciones relativas de los distinl<'s individuos y ue los grupos de parentesco se en-
y ,t) la creación de nuevos mecanismos de integración grupal (Servic:, 1962, p. cucíll!an determinadas frecuentemente por el lin,11e. La jefatura corresponde :1
111 J. Esto no debería interpretarse c. el sentido de que tod;,s las culturas pasan unfi forma desarrollada de sociedad jerarquizada en el esquema de Fricd. No
j~Jr '.os cuatro estadios de Service, u de que todos los grupos de una misma re~ imolica clases sociales en el sentido moderno de la palabra. pero al;;unos de sus
g!ón comparten un nivel de organizaciun similar. En "él Próximo Oriente, por mi~mbros alcanzan posiciones sociales que realzan su poder y sus privilegios.
CJemplo, la evidencia parece indicar que la evolución de la organización social Normalmente existe una especialización en la producción artesanal y en b de
no fue ni uniformP rii estrictamente unilineal. No obstante, sí existen similitudes Jo<: recursos subsisten1-iales. A causa de esta especialización, suele funcionar un
generales, y el estudin de estos dos modelos de organización social nos ayuda a m~cr,nismo para !a redistribución de bienes. en el que el jefe c.u~ple u~ pa-
clanficarlas. pel muy importante. No obstante, a pesar d~ su importa:~:1~. ej Jefe no d1stru-
En el modelo de Service, el nivel más sim¡.:;le de organización es el de <(ban~ ta. la marorfa de las veces. ::.i de un ucceso diferencial real m del control Je los
da1 Las b~ndas son pequeños grupos territoriales d;; cazadores y recole~.:.•
1

recursos ·c:stratégicos, hecho que caracteriza a la sociedad cstr01ificacia. Además,
res que oscilan entre 30 y 100 miembros. Tieuden a ser grupos familiares de el jefe tampoco.... posee una delimitación formal del poder ¡¡; Jisp~ne de tecni-
hombres o mujeres con sus cónyuges y con los hijos que todavía no se han casa- cas coercitivas de control político. Su autoridad se basa en una sene de normas
1
do. Los cónyuges SP seleccionan entre los grupos foráneos, mientras m1e la resi- suntuarias que Je brindan un aislamiento ritual mu:.- complejo mec ia~'.c la re-
dencia se establece con los parientes del esposo o bien con los de· 1a esposa, g\an1cntación de la vestimenlll, la ornamentación. ~1- alimente y la mo:·t11dad. La
siendo el primer caso el más frecuente. El sexo y la edad son las principales for- 'actividad gu:::-rca puede consistir en campa~as m1lir;'.res Y en c~nqmstm,_ a un<.1
mas de diferenciación de staws. La organización política y la especialización escala limitada. En cmuparación con las tnbus. las Jehturns disfrutan de una
económica son prácticamente inexi:.i.entes, exceptc -:n la medida en que se rela- capacidad considerablemente maye,;· para la_ incorpo_ración de nuev.os ~~up<:s
cíonan con la edad, el se;,...,) la familia. Normalmente no existen técnicas socia- que. a menudo, se ve favorecid~ por la au_t~ndad del Jefe ~n !a coordmac~ ~,~- ~e
1
i~s de integración de los grupos loc~!es e¡, unidades mayores. Los diversos tipos las actividades ecoróm1cas, sociales y rehgtosas. En una Jefatura,. la poL 1
.. 100
de economía de caza y recolección que mantienen las bandas comportan dií1-- de un n5entamiento dado varía m'_":ho, desde cvw...:;:;;:.!:.:~:.:::: :"::-:-:-:.:::?::'.:: -:--- ···-· ~,·.•_~
rc:,tes padt:1s de nomadismo y frecuentes cambios en el tamaño del grupo. El por cien personas hasta otrn" por varios millares: es decir, la dens1?ad dcmo~r~-
ni\·el de organi 7 ación de banda equivale a la forma de org~:>ización igualitaria fica es más elevada en las jefaturas que en las r..,ndas o e~ las t~1bus. Por 1:Ju-
U,-' t=ried. mo, cabe señalar q·u~ entre las jefat.:.;-as c::dsten grandes diferencias en ~I rnv_c!
El segundo nivel de organización de Service es el de ictribt1>). El principal lo- de desarrollo de los sistemas de clasificación sociul. así como en la ca1111dad de
gro que distingue las tribus de las bandas es la creación de t¿cnicas para inte- poder v revcrcn.::ia adju&:ada al jefe. .
g.rnr a los grupos locales en unidades mayores. Estos IH..!Canismos adopü111 la El ·cuarto nivel de organización del modelo Je Service es el «csta<lo_, 1.- Es!~.
form¡, de diversas corporaciones que se imbrican en los grupos locales, tales al igual aue las je1atu1;~s, se org'.'!1iza jerárquicamente. La cla\'e ?e l..1 d1fcre_n~rn
('orno los clanes, las asociacione:-: de individuos de la misma edad, las sociedades reside en que las sociedades estatales son mayare~ y 1rnis complcJas que las 1eJa-
secretas y las ngrupaciones guerreras y religiosas. En e: ,nodelo de Fried, 1::i ma- turas. El estado explicita la forma y las circunstancias del uso de!ª f~':rLa Y p~,..._
yor~a de las organizadones tribales seguirían siendo ürnalitarias y se integrarian híbe cualquier otro uso de Psta. Los estados tienen una orgamzac1on ~almea
honzontalmente. tas tribus tien, . nonnalmentc economías agrícolas: aunque bien desarrollada. clases sociales muy bien derinidZis. patrones c!ª~C:s de diferen-
lrs grupos rle cazadores y recolectores que son sedent:rios J;:i mayor parte del ciación social v económica, y especialización ar1 esJ.nal. Las def•'l;~;on~s .Je .,es-
año han desarrollado las instituciones de integracion necesarias para ser consi- tado)), «urba 11 ismo;) y «t.:ivilización,,. se tratanín ampiicl.mentc en e1 prox1mo ca-
derado.-; tribus. En este nivel organizativo, no existen grupos cnnsolidados de ar- pítulo.
tesanos especializados, ni tampoco 2.'.:tividades comerciales desarrolladas entre
los grupos. La guerra consiste en emboscadas v escaramuzas. Si una trib:..: se dis-
tribu_1.! en varios ascr.~amicntos, no existe ninguna jera1quía de importancia en- EV!DEKCIAS ARQUEOLÓGICAS DE LAS TRA_'.\SFOR~lAUONES
tre ellos ni grandes diferenr\as en su tamaño. Generalmente, un asentamien- EN LA ORGr\i'lIZAC!ÚN SOCIAL DE LAS CO'.-!l·i';IOADES
to tribal alberga de uno a varios cientos de personas. La naturaleza y la distri-
bución de las sociedades tribales ha centrado el desarrollo de una controversia Estos dos modelos alternativos de tipos de organización <le la comumdad
significativa. en la que muchos investigadores opínan que la organización tribal posibilitan la clasificación rL..., los datos arqueológicos rel~v~ntes r~specto 3. los
no ,_5 el resultuc!'J de una evolución autóctona, sino una respuesta a la proximi- mecanismos de on!anización en los asentamientos del Prox:11110 Oncnlc. Debe-
dad de estados rr.:'.:taristas. Según este punto de vista. las tribus sólo existiñan ríamos ser conscie"ñtes de que. a diferencia de un útil de pied~a o de un hueso
en la periferia rle las civilizaciones y nunn1 antes del advenimiento de la civiliza- de animal, no podemos sxcavar la organización ~e una cor:1u~t?ad. Aun~~e- n?
cilin. hay duda de que la organización de una comu111~ad preh1stc:·1:a dctem 111 ,~1 ~a
El tercer nivel de organización de Service es el de «jefatura>•. Una jefatura naturaleza v la disposición del registro arqueológico, los arqueol.ogo~- no C:,,tan
comprende diversos grupos organizados en sistemas sociales jerárquicos, entre de acuerdo-sobre la forma exacta en que se manifiesta esta org,~mzoc1on. Po.r lo
los q~e las diferencias de rango, con los privilegios y obligaciones asociados, tanto, es necesario desarrollar métodos de reconocimiento similares a los t1pn<:
constituyen el principal mecanl:::no de integración social. Este sistema está cen- ideales de Fried y Servicc. Pese al interés que ha provocado este problema. los
trado en una posición de status individualizada, la del jefe, mientras que las po- intentos para solÜcionarlo han sido mínimos y de un carúcler simplista. La dis-
2tH LOS ORÍGE?\ES [lE LA CiViLIZ.'\CIÓN
EL DESARROLLO DE LA ECONOi\lÍA DE ALDEA 265
cusión que sigue a continuación constituvc otro intento de ofrecer categona::- de
!. Un centro cen::monial dünd,: sólo residieran algunas personas. n::ideallo de
evidencia promete1_:l0ras, aunque éstas t·odavía n:J l'Stén documentada; de una
manera rigurosa. ..:omunidadcs próximas que a!ber¡;arían a los demás miembros de la jefatura,
2. Un gran centro que albergara la totafü.ic1d de la jefatura.
J. Un gran c~ntro que albergara a la mayoría de la pob!acié:1. mientras que
el resto viviría en asentamientos cercanos más pequcfios.
Algunos ejemplos arqueológicos de los tipos de organiwción de Fried y SerFin: (Jrn! I--liiyük podría constituir un ejemplo del segundo tipo de pauta de ast:n-
1:imienro. en el que wdos los miembros de ~na jef:itura residían en una única
. Existe la posibilidad de relacionar luz, primeros asentamientos Je! Pró~imu rrran comunidad. A su vez. los asenta;nienlos de tipo Halaf- podrían represenl,tr
One!1tc con los modelos_ de organización comunitaria formulados por Fried y fos tipo~: primero n tercero. siendo, la mayoría de yacimientos excavados. aldeas
Scrv1ce. Generalmente, las categorías de los duz, sistemas son paralelas, m::iquc que rodeaban a los centros. Sus centros ceremoniales. :.on la posible excepciú11
no se. superpongan totaln~ . . --.· '-~:=~ la fig. 6.13). En este sentido. las bandas v de Arpach!ynh. todavía no se h,m descubierto.
las tnb_us de Se_rvice s~n igualitarias según la terminología de Fried, mientras qu; En nuii, . . rosos vacimicmos Ud sexto mile:iio han aparecido ciertas eviden
las sociedades Jerarqmzadas cor.-~spondcn a las jcfaí..uras, y la sociedad estrntifi- cias que podrían inlerpretarse corno indicios del tipo de organizació11 de jefaturn.
cada, al estado.
A:,í. los yacimicn:os de tipo H::.!af y de tipo S8marra, con su barroca cerámica
La identificación de los niveles de organización ..;e las comunidades conocidas pintada di:;:ribuüJa a lo largo de grandes áreas. podrían constituir jefaturas. (:atal
arqueológicamente depende de las inferencias que relacioni:-, ::::tas formas insti- f➔ iiyül,-:, con su cspeciali1ación artesana! desarrollada y sus actividades rituales.
tucionales con los restos materiales que p(,Jemos describir. La diferenLia entre podrí:: haber sido una jefatura. o bien una tribu con un sistema religioso regula-
bnrtdas y tribus era de carácter demográfico y económico. Los cazadores v rcco- dor muv elaborado. Existen distintos niveles de jefatura. indica~;\·os de la impor-
I7~tores ~el pleistoceno estaban organizados come bandas igualitarias, La.transi- tancia de las posiciones de swms y del nivel de Cspccialización en y ent1c las co-
c1on hacrn la forma tribal podía haber ido acompañada del desarrnlJo de las al- munidades. En el Próxi,,-..J Oric:1te pudieron '.1abc:-rse desarrollado jefaturas de
deas ~e c.onstrucci~n~s de p!.::.1ta rectangular (estadio 3). No obstante. algunos de
l~s pnnc1pales y1c11mentos natufienscs, coma Mallaba (cstaJio 2), debicrnri de
,Ji',..:: ;.-,:·-, ;._,;· ~{J;~ ;.;;~.. · ' _ ,Jy prvlo:igada ~amo. por ejemplo. en !os asenta-
mientos de! séptimo milenio de Jericó o (,:ayünü, aunque:;:.: existencia es dit::'.1-
disponer y: 1 de una organización tribal. Los yacimientos de aldeas agríco- mcntc demostrable. Las jefaturas también potenciaron comunidades mucho más
las. como !armo, Beidha, Munhata. Ali Kosh y Hassuna, coi rcsponG .. n prol;nblc- específicas y diferenciadas. como así nos lo demuestra c! yacimiento m . . sopottími-
mentc a comunidades tribales igualitarias, ya que no existen evidencias sólidas, co .. ¡Jro Ubaid,, de l::.ndu. durante el quinto milenio.
en estas a!de:s o entre los distintos asentamientos, que indique;-, especiB.!:zación La transformación de !::."; idaturas en sociedades estratificadas y estatal1::s
<lftcsan~:~, pre::.cni.:id de sfr;;;ts sig:1ificativ0s o diferenciación económica. tuvo lugar en la Baja lvlesopotamia durante !os :".":ilenios cuarto y tercero. En el
R~ci_cntemente, la identificación de las primeras jefaturas en d r....gistro ar capitulo 7 trataremos los deP!lcs de esla transformación.
quc~log1co ha acaparado la atención de numerosos arqueólogos (Sanders y Price,
1968: ~enfrew, 1974; Walson y LeB!anc, 1973). Según Service, las características
de las Jefaturas son las ::.iguj..:ntes: P(//roncs de nsenlamienro

Las icfaturas se disting1H""'1 en particular de las tribus por !a prcscnci,1 de cent rus Probablcr.' .::1ne. la evidencia arqueológica más directa sobre la organización
que coordinan las actividades económicas, sociales y religiosa.a ... El camblll más im- de h comunidad sea la naturaleza de los asentamientos antiguos. Para documen-
portante del nivel de jefatura consiste en que la especialización v la redistribución tarnos al respecto. examinaremos cinco aspectos generales Je los ascntamiemos:
no cominuarrin siendo meramente accesorias a algunas iniciativa; pa;-~:.::t.! 1:¡¡-es. 5 ;,,o
que caracterizarán. de fonna cuntinua~.1. la mayor parte de las actividades de la so- d tamaño de las casas. su formú . .c:u número, la organización interna de cada
ciedad (1962, p. 143). .Jsemamiento. v la distribución di: éstos, La asunción que defendemos aquí es ouc
calla uno de cStos aspectos se rdacionaL1a con la orga-nización y con la economfa
de !a sociedad.
Existen diversos tipos de datos para distinguir las tribus de las jefaturas (Wat-
s?n X LeBlanc, 1973). En primer lugar, las tribus mostrarían una mayor difercn- Dt' las rnhmlas circuÍllres a las casas recra11gulares. Kent Flannery (1972b)
ciac1on local d_e los tipo~ cerámicos que las jefaturas. En una jefatura, la pos1~,.;ón propuso una hipótesis muy imcre:,<.111te sobre la relación entre las formas de orga-
personal de ciert:::is vanecJades de rPrámica constituye un medio para ostentar nización v las formas arquitectónicas de las aldeas antiguas. Como base de su
~tatus y, por tanto, hay estilos decorativos homogéneos que se distribuyen rmr anül!sis. dta cuatro generalizaciones empíricas:
are::s mas extens~s que en el caso de las tribu,;. Además, podría esperarse que en l. En las comunidades aldenas se registra un?. media de una persona p0r
las Je~aturas lo~ bienes esc.:::.1s o exóticos tuvieran una imporlanciü mayor que en cada diez mc::os cuadrados de suelo de oc~pación.
las tnbus. En ~stas solamente se enterrarían con bienes materiales aquellas per- 2. Las viviendas circulares tienden a correlacionarse con sociedades nómad3.s
sona~_que hub1er.an alcanzado un slatus determinado; en cambio, en las jefaturas. o seminómadas. mientras que las viviendas rectangulares tienden a hacer !o pro-
los h1Jos de los Jefes también podrían recib!~ este tratamiento. El tamaño v la pio con sociedades p!enamen::: sedentarias, _
clen~idad de la población suelen ser mayores c'.1 las jefaturas que en las tribu:;, _\ En muchas ;:íreas arqueológicas. las estructuras rectangulares tienden a re-
Las Jefaturas deberían mostrar una de las tres siguientes pautas de asentamiento: emplazar a las circulares con el ¡.,-'so del tiempo.
266 LOS ORJGE\"ES DE LA C!\'JUZACIÚ.'~
EL DESARROLLO DE LA ECONOl\lÍA DE ALDEA 2ó7
4. Aunque puede ::.cr m;ls ;-encillo construir estructura~ circulare:.. es mucho del recmlo de :::abañas .::ircu!arcs no j,~..:;_-ía estimulado el trabain adicional. Los
más fácil añadir_ '!ucvas uniaadl'~ cuanJo se lid la de estructuras rectangulares. contenedores de almacenamiento privado. el desarrollo de la p~opiedad pri\'ada
Fla.nnery ut1hza el registro ctrwgr;ífi~o para sugerir dos tipos alternativos de de las cas;.,.., y de la tierra y la tendencia creciente hacia la especialización contriM
comunidades con las que comparar los CJemplos arqueológico.,. El primero es el burcron a i"cremcntar la efccti\'idad de la ewnomfa de las aldeas aerícolas.
({fecinto de ~abañas circulares,, (e5tadios 1 y 2 de las figs. 1.6 y 4.6. en pp. 23 y Po;· este motivo, la aldea con unidades rectangulares resultó ser supcri~r al re-
142. respccl!vamentc). Formulado a partir de la información de los actuales cinto de cabañas circulares en tres aspectos esenci<1les: la defensa, el crecimiento
ascn~ami~ntos a'.ricunos, este tipo Lk- comunicbd estaría compuesto por pequeñas '.:.lcmográfico y la producción.
cabanas c1rcularcs, muclrns de la:- cuales tenJrían cimientos de piedra y caoacidad
para una o, como müximo, dos personas. En el modeL~ de Flanr~ry, la familia no Giros 1ipos de variabilidad en las aldeas más antfg11as. Con objeto de ampliar
es la unidad básica dr- organización social. 5ino lo comunitario. Cada cabaña al- el :.nodelo de los tipos de asentamicnto de Flannery. puede ser útil considerar
bergaría o a un hombre o a unJ mujer y sus hijos. Las c:ib:::füis se orden arfan en otros tipos de testimonios e intc;:pretaciones alternativos. Aunque en la mayoria
forma de círculo o de óvalo alrededor de un gran cspac1u , acfo. o bien se agrupa- de los casos el tamaño med!'.J de los edificios circulares era relativamente peque-
~í<rn de manera que las cabañas de un hombre y de sus esposas permanecieran ño, de modo que sólo podían acomodar a una persona, en ciertos yacimientos ar-
JUnlas. Generalmente, el ab,1stecimiento de a!iii1cntos v los co,Hencdores de al- queológicos puede ser propuesto otro tipo de explkación para las estructuras
n:accnamicnlo serían compartit.ios por lOda '.:t comunid;J, a! tiempo que las acti- más grandes, que sugiere un tipo diferente de organización. En Mallaha. Israel,
v1dade.<: dr> caza y de recolección serian desemr~ñadas por grupos de hombres y había bastantes cabañas pequeñas que sólo podían alojar una persona, peí.:J tam-
por grupos mi.ls pc~1ucños de mujeres. rcspectivarr:~nte. La población media de bién cxistfon varias cabañas circulares con más d1: 25 metros cuadrados de super-
un recinto de cabañas circulare_: es de :20 personas, pero su número puede oscilar ficie, apta::. para albergar una familia. Sin embargo. cabe la posibilidad de ~1uc:
entre 10 y 100 personas. rvia!laha sea una exi;,1..,pción, ya c¡-....e pudieron efectuarse avances en la or?"::iniza-
El s_egundo ti1_,0_de comunidad es la «alden de casns rectangulare:;;,, ;estadic 3 ción sin que se produjeran los cambios tccnológi-~ns q..:~ normalmc::te los acom~
de las f1gs. 1.6 y 4.6). La poh 1ación de estos :..;.:;,:.;1~;:;,;~~: .. ,;;"·' u ..;,:;;,1 ........ ..., ;"·':::]y pañaban.
las 1.00:,:: personas y. generalmeme. coincide con economías predominantemente L1: comunidades cor! estrui:-•urn<; circular(;" se orgaf'i°'.:aban de varias man:.;;-
a.erícolas. Las casas son mayorc5 que la ma:·,·r parte de las estructuras circulares ras. En I\.fallaha y en Nahal Oren. las cnbc1ñas aparecen casi siemf-Jú~ exeú:as. con
de las ._,omuniC:ides más antigu:...·. i:~gando a acomodar familias de tres o cuatro su:: puertas orier.~::1das generalmen!•:: •~n !a mísmé: dirección, r>n ambos casos ha-
miembros y no a una sola persona. Las plantas rectangulares de estas casas facili- cia la fuente de aprovisionamiento de agua. que normalmente se encuentra más
tan la adicVin o la eliminación de habitnciones. lo cual resulta muy útil cG,1 rela- abajo. En Beidha, ias estructuras circu\~·.res excavad,1s forman un agrupamiento
ción al crecimiento familiar y a la neccsid..1u de nuevas habitaciones para diversas con muros comunes (vcáse fig. 5.5B, en :.1 p. 193). Esta compleja estructura de-
actividades CL~11E'11icas, Amigue pueden existir habitaciones centrales de alma- sempeñaba las mismas funciones que un edificio recu1 rigular con múltiples h?bi-
cenamiento. cada casa está cquipad;:i con ekincntos destinados a este fin. La taciones. Muchos de los c?mbios arquitectónico::. evidenciados por las succs1v:is
organiz<1ción general de este tipo de comunidad es igualitaria, pero algu;~os as- Lomunidades de Beidha va ~abfan sido ¡_¡nunciados en los niveles más antiguos,
pectos de la vida comunnl se han Yisto reducidos y se ha introducido va la noción rnmo es el caso, por ejenlpio. de los edificios agrupados del nivel 6, f'Jsiblcs pre~
de propiedad privada. Flannery nuntienc que el cambio en la forma ·de la comu- cursores de las estructuras rcctamwlarcs de varias habitaciones ~-2 los nivele, 2 y
nidad estú en relación con un cambio fund'.'.menta\ en !a C'"2.i.u1ización socioeco- 3. tn otros yacimientos donde ;e han descubierto estructuras circulares, tales
nómica, '.:.lcsde una Jasada en una f<!milia extendida polígarn,l, Jrncia otra estructu- como Murevbit Zawi Chemi Shanidar v Jericó. los Jatos son muv escasos para
rada sobre la base de la familia nuclear monm~;ímica. permitir ge~eraÍizaciones acerca de la distribución de Pstructuras Oincluso sobre
Los cambie'.: ~'lgericlns por FLrniJerv no-fueron ni universales ni irreversi- su forma característica.
bles, tal como queda ejemplificado en v;rias comunidades del Próximo Orieme. Las aldeas excavadas formadas por casas rectc:mgulares también propor~i~-
En este sentido, los edificios circulares \' rectangulares coexisten en un mismo nan diferentes pautas de asentamiento, pero su int,:,r?retación quedn muy limi-
yacim:...:nto (por ejemplo, en l\.lunhata); a!!mnaS comuní<lades tienen edificios tada ai 1!0 G:3poner de suficientes ejemplos arqueológicos. En (:ayünü, donde
s~brect?ngulares {pc~r ejemplo. R.:i~ha); y airas comunidades c.:.mpesinas poste- b mayoría de los edificios rectangulares presentan un tamaño (25-30 metros
norcs tienen casas circulares (por ejemplo. en los asentamientos de tipo Ha!af). cuadrados) y una forma (planta de cc!Ua en el nivel superior y de rejilla en el
No obstante. la arquitcrtura de pLrnta rectangular\' los asentamientos en aldeas inferior) sorprendentemente uniformes. también existe uniformidad en la .~rF-
agrupadas se impusieron finalmente sobre Tos rCcinros de cabañas circulares nización o-encral v en la orientación de! ascntami•''1lO. En general, Ju:-, ..:d1f1c1os
como forma predominante de comunidad debiUo, por lo menos, a dos razones. de un delerminaJ0 nivel se encuentran orientados hacia el mismn punto cardi-
En primer lugar, las posihilidades de ampliación de la arquitectura rectangular nal. Se constata que se hallan alineados cuando el número de ejemplos es sufi-
eran mayorc3, lo cual posibilitaba. en las comunidades ~,_rícolas la auicüfn de ciente para juzgar la rPl1,ción entre los edificios vecinos. conservando 5 metros
nuevas habitaciones. adecuando así las viviendas al 1amai'lt; creciente de la fami- de separación entre ellos y formando quizás un l'an.ino. Todas las casas s~n
lia. A su vez, la organización socia! homogénea de !ns aldeas agrupadas con ca- exentas y quiz,ís algunas de ellas estén dispuestas alrededor de rn; gran espacm
sas rectangulares, y sus ventajas naturales en tiempo~ dt? guerra, las hizc muy abierto. En Jarmo, el patrón no es tan uniforme, pues existen grandes construc-
ade~ua?~s pa,a grandes concentraciones de población. En ~cgundo lugar. su ar~ ciones exentas con zócalos de piedrn (\'t.~.ise fig. 5.20, p. 215) junto a c.:lificíos
gar,1zc1c1on social facilitó la intensificación de la producción. La vida comu .. al aparentemente contigüos construidos con tapial (fig. 5.19). E:-:. el nivel 1 de
268 LOS ORÍGEt-:ES DE LA Cl\'JLIZACió>.: EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA UE ALDEA 269
~-cidha ..lo~ edificios rectangulares prcsenian form,:s mtt,: rnriadas, pcru todos pecialización podía haber existido no ~ulamentc dcmro de c;Jda grupo, sino in-
llenen c11;11.cntos de piedra. Tal \·ez fuera posible ron.siderar que la unidad cluso entre los distintos grupos.
exen1¡¡ mm1ma estaba compuesta por una o más habitaciones grandes. conecta- En el estadio 4, aunque arqueológicamente sea difícil de detectar, se intenta-
das por una.º v::~rias series de pequeños cnrretlores (fig. 5.5A .:.n J;1 p. 193). ha conseguir en la organización de la comunidad una mayor integración entre
La dcscnpc1on de los ascntami.:-ntos con estructuras rectarnwlares del estadio sus miembros. El tamaño y la densidad r-recientes de los asentamientos, así como
3 Y de l:1s :~mpuestos por unidades circulares de los estadiaS· 1 v 2 ofrcc1: una una mayor cooperación en la construcción de nuevas casas, requerían algún tipo
gr.'1'.1 ~·a1~1~b1lich!d, por lo q~e qui_z~s f~era útil analizar estas cornuñidades a partir de liderazgo. Probablemente, a medida que crecían en tamaño y en riqueza, las
d~ _sus dll~rencrns. E! tamanu mi;:01,J oc las casas podría ser un índil.'.ador de vari<.i• comunidades del estadio 4 tendrían entre sus miembros a una persona que actua-
b1l1d;:~!. _m~enlríl" que !a distribución empírica de sus tamaños r>n una cmnunid.:id ría en calidad de jefe.
rcsu!tnna 1gua.lmente relevante. Las posibles funcio;~~s de las estructuras den1ro Una forma avanzada de las comunidades del estadio 4 era la constituida por
d_c un:1 comurndad !:Starían relacionadas con las diferencias de tamallo. Otras va- una gran aldea o un pequeñc poblado con edificios de distintos tamaños. Y~ci-
r¡ahh_,s L¡C:? sería necesario considerar son l.; form,1 de las casas yla posibilidad de mientos tipo Samarra, como Tell es-Sa.wwan (fig. 6.10) y Choga Mami, y tipo
ljllt' L'Sl_u,vieran ais!.a_Jas. Además. en cualquier análisis, las plantas de los pisos de Halaf, como Arpachiyah, ejemplifican este cambio. Este patrón representa una
1
, cu¡iac10n de l:;s d_ilerentes c:isas también tic•1en una gran importancia. Desafor- fasf' de organización social que resulta importante en el rn'1rco de la emergencia
l\rn.:1dar:_: .:ntc, Jeb1do a la extensión !imitada de la mayoría de los restos arqueo- de la civilización y que sólo recientemente ha empezado a docuu1l:!ntarse ar-
1?.t::icns de la.-; aldeas y 'l la escasez aún mayor de información publicada. es impo- queológicamente de la r.1anera adecuada. Las inferencias realizadas :. partir de
sil~. · por ahor¡_¡ realizar un anfüisis completo. ia información arquitectónica y artefactual nos indican que estas comunidades
poseían estructuras de organizaciñn inequívocamente más complejas que las de
-. Pmro11es de a~e~11;mlient~ en las a~(~eas más co11solidadas (estadio 4). Otro sus predecesoras. En reforl'!ncia a ello, existen evidencias claras de los primeros
11 1
: c ud_° q_ue perm1tlri::. amph:r la clas1f1cación Je los tipos de asentamiento de ejerr.¡~los conocide,:; de la sociedad jerarquizada de Fried y del nivel de jefatura
!·:._::~:._:·:, 1:..,:~:;·;"~; .:,-,. ... :.,::. _., revist,; el regi:- 1ro arqueológico de los vacimientu::. de Service (véanse las pp. 258-263). Por ejemplo, en los yacimientos tipo Halaf,
nw~ la~díos e involucrados ya en el proceso de advenini';ento de la ~i,·í!i:z:,1,.;ión. ln mayci'" parte de los edificio:, eran circulares y dt .:1::~rentes tamaños, entre los
A medida ~¡ue examinamos los materiales de períodos m,ís recientes. v como que se incluye11 aqueHus con antecámaras adosadas en uno de sus extremos,
co,n:-ccu~nci_a_ ~e la adaptación y de !a especinlizaciCn progresivas, cada ~vez re- !Vlientras qti"' en algunos yacimientos tipo H:laf, como Ginkihaciyan, el tamaño
su11:: n~as chf1c1J establecer generalizaciones sobre los diversos tipos de comuni- de los edificios era muy unifonne (media de 3,5 metros de diámetro, c., una se-
daJ existentes. A las prin:eras aldeas con casas rectangulares exentas les siguie- rie de 2,25 a 4.5 metros), en otros como Arpachiyah el diámetro de las estructu-
ron akleas mas estables (estadio 4) con casas ;2ctangulares v muros mcdia~eros ras circulares rondaba los 10 metros, aunque se conozcan ejemplns más nequc-
c~:munes. Las «plantas conrnnales)) rlc Cata! I-Iüyük, Hacilai. Umm Dabaghivah ños Estas diferencias de tamaño podrían indicar que los edificios desempeña-
(fig. ~.8) .Y ~-:I..1ssuna (fig. 6.5) tipifican esta pauta. Las habitaciones eran ~de· un ban distintas funciones, o bien que sus habitante-e: ostentaban sraws diferentes.
!amano similar o un pocc más grandes que las de ias aldeas con estructuras fl.'.C- En Tell es-Sawwan y Choga Mami se observan situaciones similares, ya que mu-
tangularcs del estadio 3. pero los edificios estnba;1 unidos unos a otros forman- chas de las estruct•ffas rectangulares tenían un tamaño modesto (entre 5 y 10
do Jrupos. en _alg~n<=;s casos alrededor de e:-,pacios abiertos. Lri unidad mínima metros), mien11as que alg-..:nas e-:in mayore;; ;_.,_. _ , _: 12. metros) y algunas se
tcn¡a un ti\''1<i,10 sum!ar a las del estadio 3. albergaba a una familia y disponía interpretaron como estructuras religiosas. La misma presencia de edificios reli-
ck un ~ran comedor y de una o 1mís habitaciones pequeñas destinadas al alma- gio.-,os aislados y más grandes implica que algun~s persona~ ocupaban posiciu-
ccn:nrncnto. Estns unidades mínimns se_ combinaban formando grandes grupos nes ele alto sratus, y que quizás no vivieran en dichos edificios. En estos yaci-
qi_u.: proba~1lemcntc eran ocup,-.dos por nnportantes familias extensas. o por al- mientos del sexto milenio, existen pruebas de consiruccionc:-. de características
gun otro .lipa de grupo corpo1 ativo. Según los datos disponibles. bastamc ''"sca- diferenciadas y que tendrían un significado que irfa más allá de las diferencias
so~ _por cierto. cada unidad mínima y cada grupo de unidades t~nía un tamaño fu~-:-ionales.
u~_llorn:~ Y to~as. :ealiz~ba~ funciones ~quivalentes. Aunque ius formas de c!di- Los estadios siguientes que podemos identificar (5. 6 y 7) en este proceso de
n11 !a dllerenc1~~:1on social. mciuyendo la jerarquía de rangos, estaban m,is desa- desarrollo corresponden a los patrones de asentamiento de las primeras ciudades
rro!lé1.da~ en estas comunidades que en las primeras aldeas, no se encontrnban y estados. En los siguientes capítulos ar.~Iizaremos detalladamente estas formas
e:onom1:amcnte cstratificada!l ..:11 el sentido de que hubiesen grandes difercn- urbanas, por lo que aquí sólo las tendremos en cuenta de forma resumida. ~as
crn:: de nqucza. p:.""!meras manifestaciones vienen marcadas pur la aparición de distintos barnos
Un asentamiento de este tipo también indica cambios adicionale~ en la en la ciudad. rel8cionados con diferentes actividades. con las distintas clases so-
e~tructura económica de la comunidad. Si bien e:~ las aldeas más anti!!.uas (csta- ciales v con la variabilidad del tamaño relativo de la:, , iviendas. Aunque para al-
di~ 3) cad;: familia dispunía de unn casa similar a la de las demás rafíl.ili:.: ',_, cu- e.unas -actividades la unidad económica mínim~ continuaba siendo la familia nu-
bna !a mayor parte de sus propias necesidades. no ocurría ln mismo en Jéls al- clear, la e!, 1Jecialización económica estimulaba el crecimiento de aquella unidad
deas _de! estadio 4. Pese a que la familia nuclear continuaba siendo la unidad que abarcara la ciudad entera y. en algunos casos, todo el estado.
e~l~nom1ca bi.lsica en !a ma:.'aría de las actividades, los grupos de solidaridad que Sólo podemos efectuar afirmaciones muy generales sobre la distribución_ es-
v~v1an alrededor de los patios constituían una unidad económica de entre 15 y pacial de los asentamic;itos durante los estadios J a 4. Si aumentara la cantJdad
2) pt:rrnnas. En las comunid"Jcs m<.ís desarrolladas, como Cata! 1-Iüyük. la es- de trabajos d;: prospección y las publicaciones fueran má~ completas, pronto se-
LOS ORÍGEi',.;ES DE LA CIVIL!Z..\.C :u~, EL DESARROLLO DE LA ECONm.ÜA DE ALDEA

ri:nnos capaces de complcir.entar estas nb,::rncione~ con descripcione,; dctalla- las técnicas agrícolas. Al mismo tiempo, la poblaciúll creció nípidamente y se
1b:-. En prin,cr lugar, se ha constatado una tendem:iti ;:cneral hacia el incremen- colonizaron nuevas áJ'Pas. Debido a lci importancia c:-ecientc del comerr;io de
to de la pobJ:c>,·ión Jurante los últimos 1().000 af10s i Smi!h y Young, 1972). La materias primas, dos factores destncaron en la localización de los yacimientos: la
dL'nsidaJ demogrMica varía de una población a otra. r·::rn la pauta general es de proximidad a las fuentes de materias primas, como la obsidiana y el meliil, y a
1.TL'Cimicnto; un crecimiento posihi!itado gracias a una base económica y a unos Jas redes comerciales. La importancia de estos factores en la prehistorin varió
J11('1.·:rnismos de organización ~orial cada va más efic~:ces. Pese a que la pobla- considerablemente de un período a otrn. pero se convirtió en algo crucial du-
ri,in total se muHiplicó entre el dCcim-~ y el quinto milenios. el tamaño de las rante los tiempos históricos.
comunidades pcnmmeció rel~!ivamente com:tirntP En las comunidad(;s de los Con la introducción de la agricultura de ;cgadío y el aumento de las cosechas,
rstaúíos 2 y 3 S;?. produjo un incremento en el tamaño d~ los asentamientos. En Ja proximidad a las fuentes de agua adquirió una gran importan7ia. Se primaro!1
1.·s1c sentido, si bien las comu~idades n,.aufienses de cazadores-recolectores in- las localizaciones a lo largo de un río, en el lecho de- un valle aluvial o en la proxi-
1L"nsin1S estaban formadas por menes de 100 personas. las primeras aldeas que midad de un torrente primn,·""·:-""' 1 r:-n l.1 misma medida en que la producción de
!as -;uccdieron contaban ya entre 100 y 200 habitantes. Después de este primer ?lamas y animales más eficaces posibilitó la dispe_rsió_n_ de la agricul~~ra._la_i~tro-
incremento, solamc;:tc se desarrollaron algunas comunidades significativamente ducción del regadío abrió nue\·as .:írea::. a la colomzac10'1, pero tamb1cn hm1to se-
111ayorcs como, por ejemplo, el Jericó antiguo, (mal Hüyük y Tell cs-Sawwun. veramente :as áreas donde se podía ¡:racticar el tipo de agricultura más produni-
1:1 resto de los asentamientos prehistóricos Lenían menos de 200 habitantes, un va. De ahí que, aunque la agricultura de regadío permitiera el aumento de la su-
!amano medio que constitilye una unid.:i.d económica muy efectiva y que se !~a perficie cullivable, la extensión de terreno que producía la:, mejores cose.chas
nmnlcmdo como el tamaño normal de las aldeas bastu nuestros días. No obstan- quedó finalmente muy limitada. Estas grandP"' diferencias en el_valor d_e !'.' tierra
te, L'I proceso:::: orienta cada vez de 10rma mús c,,idcnte hacia una creciente di- no eran características de la a!!ricultura de secano, que depcndrn del reg1men de
krcnciación en el lamc.1ñc de las con~:::1idades contempuráneas, relacionada c(n1 lluvias. A causa de la import;ncia creciente de la agricultura de regadío y del
el i'~xíto económico y la aparición de distribuciones (l-..,~igu:::.)::s de poder. :'...a dife- control de las rutas comerciales. se buscó espedalmente la localización ::: '.o largo
renciación en el tamaño y la funrión de U:'.'.'. comunidad presuponen un sistema de los ríos (por ejemplo, Te1J ,:c- Sawwan), sobre to?o en su coníluencw. _con a!gún
dcsarrolladri de especializaciun y red;~rribución qü.:. ::onstitu:·"' el rasgo caracte- aíluemc. como en el caso de Arpachiyah y de Nín1ve). Utro er.:plazam1ento muy
rístico de la sociedad civilizada. Durnnre el s1.,:;:to y quinto mi!emos, la t:videu ... ia apreciado era el picdemonte de una cadena montañosa, do~de la construc_ción de
de cstm avances es 1m1yor; indudablem,~nte. el proceso hacia la riv1!ización ha- presas y la ,::-1nalización de las riadas beneficiaban a la ag_nc'..:ltura: e~~ec1alrncn-
lúa comenzado. te si se ent:ontraba cerca ue una potencial I uta de comcrcw (por e1emp!o. Choga
Tal como lo percibi1..,·on sus propios habi!:rntes. 18. !nca/i::.ación precisa de un Mami).
;n.'ntamiento debe relacionarse con unu compi~ja combinación de factores, tales
corno la proximidad a los recursos de suhsistcncia y a las m;-,ierias primas, el accc-
-º al abastecimiento de agua durante wdo el año" la _,-:;rcanía a otras comunida- !dc,--;s, rradiciones e influencias rnmparridas
des e: a rutas comerciales. Si pudiéramos disponei de toda esta información y se
publicase la localización y la cronología de más yacimientos. sería posih!c Licter- Los mecanismos de ;,1te:-::cción entre los distintos grupos. así como su alcan-
minar la importancia relativa de tudos estos factores. ¡JLn_ucn inferirse indirectamente a partir Ue varias fuentes. En muchos c:i'>t7s.
1...i..:,

/\s·w,nicndo que las poblaciones situaban los asentamientos de acuerdo con lo el volumen real. los Jugares de ori%en y la distribución de los productos come.r~1.a-
que consideraban la mejor solución al problema de la mir.:mizac1ón del trabajo y lizaJos. en especial de la obsidiana. han sido ducumcntados r1Jn gran p:~~1~•1011
úd riesgo. pvJemos descubrir la importancia relati\'a de Iris distintos factores. (G. \Vright, 1969). La presencia de items comercializados procedentes de d1!eren-
Durante el pleistoceno final, las técnicas de construcción Ce \·iricndas aún no es- tes regiones nos mfonna de que los habitantes de dichas áreas cstaba11 ·'n crmrac-
taban muy desarrolladas y, por este motiYo, las cue\·as se utilizaban con frecuen- to al menos a través de intermedia1ios.
cia. Para los cazadores-recolectores del pleistoceno, el acf'"r''O a las diversas 7 □ nas ' Un:: segunJa fuente informativ;i de la presencia de contact~s vie_ne m;Jrcad,1
1opogn.ifica:; :: a lns recUí,,Os que conteñian cm algo muy importante. A Jo largo por los objetos materiales similares y las prácticas comunes. !·~c;tlrnomadas en re-
úe la costa 1neditcrránea y en el valle del Jordún, muchos yacimientos responden giones separadas por grandes distancias y sin que exista posib_ilidad algu_na de
;1 este 1..:, ;terio. Con la aparición de las primeras aldeas agrícolas, la consideración que hayan sido introducidas independientemente. Uno de Io_s ~Jemplos mas s~:-
principal hacía hincapié en la proximidad a los campos de cultivo y a fuentes prendentes de tradición compartida ha sido dete~tado en yac11111~ntos ~el neoh1 1-
crHnplementarias de alimentos. Paralelamente, la arquitPr:tura había mcjoraUu y co precerámico B levantino y en sus lejanos vecmos de Anatolia occ1denta!. Lª
las cuevas perdieron Sl!<' ventajas como lugar de lrnhitación. Por este motivo, gran presencia de suelos ;.:nlucidos y frecuentemente pintado: de ~oj~, así como!ª pr-:~
parte de las primeras aldeas !>e encuemra,1 no tan sólo cerca de zonas aptas para scncia oe cráneos recubiertos de yeso en forma naturalista. md1can unos ntualcs
ia agricultura de secano, sino también en las inmediaciones de zonas con una y tecnologías comunes. Adc;.:ás. esta distribución s~ superpone a 1:: del comercio
gran diversidad topográfica, con objeto de posibilitar el acce::,o a c.iras fuentes de de la obsidiana en el Levante procedente de Anatolia central. .
alimentación. La introducción de las cerámicas pintadas facilita al arqueólogo el ~econ<:c1-
Con el ;1umento de eficacia de la a2ricultura. e! acceso a la tierra cultivable miento de similitudes de diseño en centros c;eparados por grandes distancias.
\C convirtió en un factor decisivo, Las- regiones aptas para el cultivo se incr;:- Uno de los primeros ejemplos de este tipo de similitudes lo constiL.ye el_ ((estil_o
!!l(;ntaron gracias a las mejoras en los _,istemas de cultivo. en la gan::derfa y en renacuajo,>. propio de varias de las ,rntig.uas aldeas de k,s Z-agros. La d1stancm
LOS 01>.ÍGENES DE LA CIVlllZACIÓN EL DESARROLLO DE LA b.O'.'-:rn,líA DE ALDEA 7..73

ente-..' \os yacin1ientos yue poseen esi.c tipü de cerámica es de unos 300 kilómc- cvidPncia sugiere que en las primci·as akk.as U;::'. cw1<lio .1. y en ]as aldea;; ya
consolidadas y en los pequeños poblados del estadio 4, empezaban a surgir va-
En !vlesopotamia, los estilos cerámicos tipo Samarra y Halnf del sexto y rios mecanismos reguladores. que al final se transformaron en factorc; bási-
q_umtu milenios presentan un gran desarrnllo y una distribución muv amplia. cos de la civilización como. por ejemplo. In guerra. el concepto de propiedad,
Ex!srcn yacimientos con cerámica pintada tipo Samarra por toda la Zona nor- una religión formalizada y una serie de prácticas rituales, En las siguientes pá-
le de las tierras aluviales mesopotámicas, a lo largo de más de 400 kilóme- ginas describiremos brevemente las primeras evidencias de la aparición de es-
rros. Hacia el norte, el estilo pintado tipo Halaf se encuentra en vacimien- tos mecanismos reguladores. mientras que las formas esenciales, los roles v las
ws (Jllt' se extienden cubriendo una distancia de más de 500 kilómetr-os, desde razones de la aparición de estos y de otros mecanismos ~e anaiizanín en e-i ca-
Ti!ki Tepe. en el noreste, hasta Turlu, en el oeste. Los motivos extremadamen- pítulo 7.
t.:: complejos de estos dos belles estilos pintadcs evidencbn que las comuni- La guerra organi::.ada fue un elemento crucial en la formación \' el manteni-
d:.idl's que los producían estaban en contacto con las que los recibían. En distin- miento de ciudades y estados, pues tuvo dos consecuencias ;111portélntes: 1) obli-
tos yacimientos tipo Halaf se han emprendido estudios detallados de la distri- gaba a les grupos atacados a desarrollar estrategias defensivas, y 2) obligaba a los
bu.-íón de los motivos decorativos (Perkins, 1949; LeBlanc y 'Valsan. 1973). Las grupos atacantes a organiza, operaciones ofensiva~ Las poblaciones grandes y
wndusiones son variadas, pero, generalmente, coinciden en que el estiiu Halaf denc;amente concentradas disfrutab~:n de g:-Jndec.. ,,cm.ijas p:ira la defensa. pero
e5 notablemente uniforme. Se documcatan ciertas diferenci::s regional.:.;; que su acumulación de riqueza material las convenían en atractivos objetivos para el
pt:.:Jen deberse a las distancias desiguales entre los yacimientos. Los empla- saqueo. En ausencia de registros escritos, es difícil determinar qué forma (incur-
zamientos tipo Hala( poseen una cerámica más modesta que, en algunos casos, ::;ones, escaramuzas o campañas orgm1izadas) tomaron las hostilidades durante la
cons!'.:uye casi la totalidad del equipaje cerámi1..o (por ejemplo, en Girikihaci- prehistoria. No obstante es posible afirmar que ciertas estrategias de ataque e in-
yan l. por lo que las cprámicas bellamente pintadas podrfan constituir recipientes cursión pasaron a formar parte de las sociedades humanas. al menos desrl~ los
con una función especial, realizados quizá por artesanos con una gran habilidad inicios de la vida en aldeas.
:· ':omercializados dentro y entre :.is comunidades. Su Ji::::ribución indica lapo- Eu Jericó. en el octavo milemo. se ha documentado una sólidc1 muralla de
sibiliuad de LJue fuc:-~1n v2!:-rados como objetos de status por grupos muy sepa- piedra y un foso cortado en ia roca (vc'ilse fig. 3.18. p. 109) que evidencian la exis-
radns entre sí, m1uyue también podrfan testimor.•ar la existencia de vínculos or- tencia Je dPfensas comunales. En es1e asr~ntamienro. la concentración de riqueza
ganiL,Hivos entre grupos separados espacialmente. La evidencia arqueolú~ica y el temor a las incursiones fueron lo suficientemente fuertes como ¡:,"'" estimu•
prueba cada vez miís que, durante la prehistoria, el Próximo Oriente estaba ha- lar el mayor esfuen:o de cooperación arquitectónica acometido en este períodf1.
bitado por numerosos grupos étnicos distintos, que compartíau !:.,&:iones cn- Por otro !ad:::-, es difícil identificar con certcz;~ '.Js armas utilizadas en !a guerra.
munes susceptibles de se;- reconocidas a través de la distribución de sus arte- Sin embrr,¿.o. el pr~dominio de puntas de flecha y de piedras ele honda. y la de-
fact<1s. pendenc:J creciente de los animales domesticos, SL''.)ercn que estas armas no fue-
ron destinadas únicamente para la caza.
Dado que hay muchos sistemas para la defensa G.: una comunidad difíciles de
El desarro!!o de las fm:tillfcione~ orga1,1fzativas detectar arqueológicamente. rn ausencia de murallas defensivas no significa que
no se llevasen a cabo actividades guerreras. Después de Jericó. d;sponemos de
ti rrigcn Ui.: la civilización estuvo marcado por el incremento en el tamaño v datos arqueológicos sobre la defensa ele los cmplazmuientos en el ~exto milenio.
complejidad de las comunidades y por el desarrollo de mecanismos para la orga·- La disposición agrupada de (at;il Hüyilk, unida al hecho de que se accedít1 a las
nización y regulación de esta complejidad. Este desarrollo fue pru\ vcado por di- casas a través de los techos. ha sido intcrp:~tada como un intento de fortificación
versos estímulos que desencadenaron relaciones de retroalimentación positiva del asentamiento. El foso y la muralla que rodean ia antigua Tell cs-Sawwan, y
entre los propios mecanismos y otros c 1~mcntos de la sociedad. Probablemente, la torre de Choga l'vlami, evidencian que los habirn .. tes de los yacimientos tipo•
muchos de estos mecanismos reguladores, como la religión, se originaron como Samarra tcnítln motivos para emprender lahores defensivas. En otros casos. data-
pi ,ícticas comunes en grupos igualilarios. Conforme crecía su importancia, la so- dos a finales del sexto milenio, como el que muestran los niveles .snperiores de
ciedad se hallaba cada vez más jerarquizada y la práctica de la religión pasó a ser Hacilar, se han descubierto también recintos amurallados. Toda comunidad que
responsabilidad de individuos con staws específico. Durante este período, los disfrutase de una importante concentración de riquaas disponía de sistemas de-
mecanismos de regulaciór. :.,..: sofisticaron de tal me,Jo que resultaron incompren- fensivos. No resu!tct probabie que los ataques a estos asentamientos tuvieran el
sibles para los no iniciados. Aunque en un principio el status no comportaba be- carácter de campañas bien organizadas. ni tampoco tenemos los suficientes datos
neficios económicos personales a quienes los ostentaban, ...sto cambió a medida arqueológicos para creer que cualquiera <le las comunidades que hemos mencio-
que se incremento la autoridad que se les concedía. Finalmente, los mecanismo'- nado hubiera sidn destruida por sus ntacuntes. Tal como delat,111 el registro c.,cri-
regui<1dorc<; se f'Jrmalizaron cada vez más, convirtiéndose en instituciones con un to y las excdvacioncs, la primera evidencia arqueológica explícita de una activi-
acceso limitado y un pi_vjer definido. Con el desarrollo de esta estructura formali- dad bélica organizada data de los inicios del cuarto milenio.
zada, las sociedades se estratificaron en el sentido que Fried atribuye a este tér· El desarr~llo de! concepto de ,,propiedad,, fue un factor esencial de las civi-
mino. lizaciones antigua~ Las bandas de cazadores y recolectores del pleistoceno te-
No es posible nveriguar si durante el sexto milenio en el Próximo Oriente nían norio!1es básicas de territorialidad y también <le propiedad privada respec-
existieron instituciones formalizadas o sociedades estratificadas. No obst::mte, la to a sus propias armas. Con el advenimiento de ]as COffu,,1idades •~~rL:oJ:1s se-
LOS ORiGENES DE LA CiVlLIZAC!ÓN EL D:':;.S,\RROLLO DE LA ECUNOl'VlÍA DE ALDEA 275

d-:::nt:1..ias_ aumentó e! esfuerzo invertido en los objetos materiales, de modo que hal•it::ciones del nive·l · mej?'. conser~ ado .han sido interpretadas corno !empbs.
1

;;.::::,.~:::i.."i'S la inversifn de tiempo que comportaba Í<t construcción de casas y la En este lugar, la prol!icracion Je ):v1dencrns soh;'c actividaJes relil!iosas o rilua~
r:<::-...~idJ.C. de almacenar grandes cantidades de alimentos engendraron la noción les es excepcional para un niYc; de orgai:.!zación aldeano. I. 1s habitaciones utili-
J:'= pmpiedad privada. En las aldeas igualitarias, la mayor parte de In tierra y zadas para estos propósitos no eran mayores ni arquileclónicamcnte diferentes
C·::: k.s utensilios eran propiedad de la comunidad. El concepto de •<propiedad)>, de las domésticas. y el mecanismo regulador religioso-ritual no era del dominio
J.51 IX'mo el de ~<frontera>>, únicamente se aplicaban en referencia a la totalidad de algunos sacerdotes de stafllJ elevado, sino de los miembros de casi tocla~· bs
C::: b comunidad. La instauración de la propiedad privada fue un pr'Jcc;:;o lento. familias de la comunillc!d.
p¿:-.1ldo al surgimiento de las sociedade::. jerarquizada y estratificada. La forma- Cna forma a!ternatiYa de d~sarrollo de las prácticas religiosa<: o ritua\e~ con-
li...:.-:J.óón e institucionalización de la propiedad privada como un mecanismo re- sistia en depositar el control en manos de un pequeño númer~ de individuos, oue
f:_~1.L.:dor esencial se llevó a cabo en el seno de :Js comunidades que conorieron las dirigían en beneficio de toda la comunidad. Muy probablemente este ~,_,,; el
Lt irrig,3.ción, la et.pecializ:·. ~.- ~- -~=-:::'.::!nal y la estratificación social. En este senti- cnso de Tell es-Sawwan. donde se ha excavado un gian edificio que podía haber
d1.1. b propiedad privada de los recurso~ productivos y el acceso diferencial a sid0 u::!i·nido exclusivamente p.:ira actividades religiosas. Debajo de este edificio,
ellos formaron la base de la ~c-ciedad estratificadü. Aunque la propiedad (por se ha!!Jr?n numerosos enterramientos con estatuillas finamente ::sculpidas y va-
ejemplo. la inexistPncia de un al'.1.:"eso libre a los bienes) adquirió un swtus for- sos de p1cdrn. Estos enterramientos han sido atribuidos a los miembros de un
mal con las primeras ciudades, es probable que y;:; existiera durante el sexto mi- g.1 upD de swws especial o incluso a una clase superior. La similitud de las esta-
ienio. Los sellos de <;atal Hüyük y de los yacimientos tipn I+1laf, y las marcas lui!L:i.s. los edificios. la localización y !a economía Je Tell es-Sawwan r.;speclo a
de ceramista en la cerámica tipo Sarnarrn, documentan la importanci::. :reciente los mismos elementos sumerios de época posterior. sugiere que este yacimienlo
,:_~ la comunicación simbólica respecto a la regulación administraliva o a la pro- podrí:i haber constituido un precedente de la antigua civiliz2-:.:ión sumeria. Pode-
piedad de los bienes materiales. A esta época t2mbién podría remontarse el ac- mos cuestionar el hecho de que los arqueólogos havan descubierto L!r: este edifi-
ces0 restringido a las tierras cultivables. La autoridad sobre la prop;~dad de la cio una forma antigun de relip-ión sumeria; 9ero lo "que parece cada vez más evi-
tierra cambió considerabk ... ~nte durante los estadios posteriores al advenimien- clenir ,.,.., f"!UC !os h~hí1"1ntpc: rl,:a Tell i:s-Sawwan, así como de muchos otros lugrw:s
to de la civiliza:::ión. Es probable que, hast2 el sexto milenk,, la tierra fuera pro- del Próximo Oriente. habían empezado a confiar en una jerarquía religiosa. ··
piedad de- 1 oda la comunidad, pero a partir de entonces podría haber empezado E! urbanismo. las instituciones religiosas y el gobierno del Próximo Oriente.
a caer e1, manos de reducidos grupos privados. marcaron el curso de las civilizaciones posteriores. Aunque la formación de las
.-\ pesar de que la reUgión y las práclicas rituales son las instituciones que han ciudades y de le:; i.::.;tados ha proporcionado espectaculares evidencias materiales
recibido la ¡·,1ayor atención por parte de los investigadores, sor todavía muy mal y escritas, fueron las inmivaciones en la organización de las aldeas 1,rehistóricas
conLK.iJas. Las prácticas i ituales actuarl.._m como importante::. mecanismos regula- las que crearon la estructuru que posibilitó los posteriores logros ú.: la civiliza-
dores en los grupos de cazadores y recolectores, pero su evidenc;J n -1tcrial sólo 1 ción. Las civilizaciones analizadas en los capítulos siguientes suponen !a culminn-
.se ha constatado entre los restos de las primeras aldeas. cíón de un proceso gradual que labia ernpez::do en las aldeas prehistóricas de la::;
:=n los asentamientos natufienses, y aún más en las primeras aldeas agrícola.s, tierras altas del Próximo Oriente.
íl11arecen varios tipos de ÜJtos que pueden interpretarse como evidencias sohre el
ntual. Los caidadosos enterramientos de los yacimientos natufienses y las prácti-
cas r.1ortuorias normalizadas riel neolítico precerámico B del Levante son claros
rndicadorcs de la preocupación por la muerte y por los ritua!~s de entc:Tamiento.
La cantid~d y diversidad crecientes de adornos personales también sugiere un
comportamiento ritual y diversas posiciones de status. Las estatui!!::s figurativas
constituyen una tercea forma de evidencia que ha sido objeto de controversia.
Dmilnte el período natufiense, ::.e realizaban con piedra, mientras que en las pri-
meras aldeas se utilizaba la arcilla. Eran pequeñas y muy ~..:.seas, y representaban
mujeres o animales. Es posible que las más antiguas consistieran en simples ju-
guetes de niños, pero las halladas en Bacilar y en Tell es-Sawwan, mucho mús es-
pectaculares, podrían haber implicado un significado especial para los aue las
realizaron. "
En nlguna:,; Je las primeras aldeas se pueden identificar habitaciones que
probablemente fueron utilizadas con una finalidad ritual o religiosa; en Jericó.
hay una habitación rectílugular con un nicho en una de sus par..:.des que contie-
ne una gran piedra volcánica; en <;ayünü, se ha hallado una habitación con un
suelo enlosado; en Ganj Dareh, una de las habitaciones contiene cabezas de
animales cubiertas de yeso. Cabe señalar c:_ue en cada uno de estos yacimienlos
solamente se ha excavado una habitación de ~ste tipo. A difcreJJ~ia de los ante-
riores, en (.::atal Hüyük, un ascmamiento más tardío, una tercera parte de las
LOS ORfGE;-.;ES DE LA SOCIEDAD l'RrlANA 277

:Je las tres trnnsformuciones prim.:1p:-iles que se describen en este libro, la


transfurmación t.:rbana es la más cercana a lü sociedad contemporánea. La im-
portancia de los cambios organizativos que acompañaron a la urbanización en el
cuarto\' tercer milenios se evidencia todavf.i en muci10s aspectos de nuestras vi-
das. PoÍ esta razón constituye un tema de gran interés la comprensión del proce-
so de aparición del urbanismo y de su naturaleza.
Una de las consecuencias del cambio de escala que acompañó k. ~ransforma-
ción urbam1 fue el incremento uc-. la complejidad de la organización social. El au-
mento de po\.Jlación de l.i comunidad ;:11odujó cambios en los mecanismos organi-
7. LOS ORÍGENES DE LA SOCIEDAD zatl\'os que no eran tan sólo cuantitativos. Aparecieron for:mas c~1_11pletamente
nuevas de inte2.ración in:)Litucional que convirtieron !a translormacmn urbana en
URBANA un proceso fundrnncntal en la historia humana.

E 11 busca de la utopía C:JDADES, CIVIUZAC!ñN Y ESTA.DO

Hacia ww dr'finición de las ciudad<.-3


El centro físico del proceso de aparición de la civilización en el Próximo
Oriente fue la ciurhui. El fenómeno urbano es muy complejo y ha sido anali_ado La ciudad fue el foco del proceso de los orfacncs de la civilización anugua
de diversas formas por los invcs!;~:adores, ya .h:u pur íu u'¡ i u.:,;u'uu' di: pi:-1 ..,1-''--'--t;, .,.., en el Próximo Oriente y, de una forma u otra, se ha convertido en el ~iP? de co-
teóricas o porque los trabafos fueron escritos en concordancia con la atmósfera munidad más important._ en todo el mundo. Pnr esta causa el conoc1m1e_1~to d':'
intelectual domi11a11te en un período determinad sus manifestaciones más antie:uas resulta ,-!e gran a_1, uda par;.: la crn~:pren'-'Oll del
JJ11rwite los IÍ!::.mns anos se /um 1Jri:.,entado hipótesis alternativas de la crecimiento v del funcionamiento de I« soc;~dad contemponínc .•. El análisis de
flJrmació11 de las ciudades y de los eswdos. Se han sugerido como causas primarias las primeras- ciudades y de los procesos que l!c-.,.. on a s1_1 formación pueden
de SIi aparició:: diversa.\· variables organizafi\'{/s: el control de la gestión en las · sen,irnos para cntc:;der en profundidad 10s logros y los fracasos de nuestras
sociedades 11idráu/icas, la presión o el conflictu poblaciona!es y los sistemas de propias ciudades. . .
imercambio. En 1:ste ~·.1pítu!u se ernluarán esias ideas y se integrarán elementos :!e r
Buena parte de la literatura antror,ulógica a_rqueológ1ca s: ~cupa del J?TO·
cada una de ellas en ww perspeclim mu!Iidimemiunal para determinar cómo blema de qué es una ciudad o cu:indo un yacm1 1ento ?rqucolo~1co cualqmer~
p11eden haberse desarrollado las ci11dades. p11edc considerarse una ciudad. No deseo c;:tenJermc mnccesanamcnte en las
La im-'cs1igació11 arquenlógica sobre las sociedades urbanas requiere 1111 características distintivas de la ciudad ni sobre si Jericó o C::atal Hüvük deben
enfoque distimo al empicado en el eswdio de la., comunidades de menor ramatio. considerarse ciudades o puel:'.Js. Por el contrario, pretendo exami~ar las c_aract~-
La inFestigaciún ha de realizarse a mayor escah: y la complejid,;·.i úe los ríst!,..as que dif..:rencian las ciudades de otras formas de asentamJCato mas antl-
materia/es ~!eter111i11a l.. importancia del 111111.!Slreo y del análisis locacional. n-uas. destacar las diversas formas que estas ciudades rrimith'Js presentaban Y su-
Además, las sociedades urbanas rnc{e11 dejar Tesrimmlios escriIOs que down de 1111a bravar la :-::!lcvancia de tales formas para los orígenes de la civilización.
nueva dimemión G .'..1 f:1form:'ción disponible pom la illlerprctacián. ·Las ciudades antiguas adoptaron muchas formas diferentes según los proce-
sos que intervenían en su formación y su incidencia en la ~structura global _d~ la
civilización. La mayoría Ue las ciudades Je Mesopotamia pueden descnb1r~e
cor;:u gr:n1dcs centrO~ expansivos de población, que crecieron por agr.;gación. sm
una pl"áaificación rigurosa. Presentaban una. a!t:~ d~nsidad demográ~ica y csta:.,an
co;:·, 1)artimentadas en bnrrios. En otras regiones. ael mundo_ (por eJemplo, en el
valle del Indo o en la China septentrional). las crndadcs anligu_as _eran de_pla_nt.a
regular como resultado de una mayor planificación~: de un crec1m1e~t0 !"'..,S rap1-
do. En alounas civilizaciones antiguas. como la egipcia, no todas h1s rn1dades eran
grandes c~ntros de pobhl:ión. y exi:;::'an también comunidades en J¡¡s q~e se con-
centraba una buena parte de !a arquitectura monumc?tal, pero t1ue teman un rc~
ducido número de habitantes. Estos :iúcleos cereniumales enHl los centros de po-
der en el vaile del Nilo y dcsempeilaban muchas de las funciones inte~radoras
que tenían las ciudades mesopotámicas. De la misma manera, la mayona. de los
palacios de las civilizaciones cretense y micénica del Egeo no crnn centro~ 1~por-
tantes de población, sino que oper"ban como centros seculares que contnbman a
la integración y organización d,~ aquellas sociedades.
27K LOS ORÍGENES DE LA CIVIUZ.-'..CIÓN LOS ORiGEXES DE LA SOCIEDAD URBANA 279

Aunque los términm v,ciudad):• y ,(urbanismo)> se usan :ndistinr2.mtnle en esic sección de la red. E;. una sociedad compleja pueden e:xistir diferentes tipos y ni-
:; 1-"o, ú~bc recordarse que existen diferencias entre ,1whos. El urbanismo supone veles de interacción que dan lugar a redes de los diferentes niveles de or;:miza-
Llílíl sene de características que distin~uen a la;; ciud:1des de forn~.:.~ comunilarias ción. cada una de las cuales tiene nódu!'lS de funcionamiento. La característica
más simples. Se refiere a la organización de una so-:i;:.dad urbana e.. :>u totalidad difc:-~n,·iadora es que una ciudad es ur. nódulo en una red de civilización y fun-
incluyendo tanto las ciudades como los roblados y bs aldeas. En c.J.mbio, la ciu~ ciona como centro de las instituciones y los üiecanismos que definen como civili-
dad es el centro físico donde se manifiestan la marnría de las caracteríslicas de la zación a una determinada sockdad.
condición urbana. - Sólo existen ciudades en el contexto de una civilización. Por esta razón, si
Una carncterística primordial en .:u?lquicr definición de ciudad es :;u pobla- qJeremos distinguir y definir a la ciudad, hay que comprender- qué se entiende
ciún, tanto en términos de tamaño como de densidad. Las ciudad-.i son general- como civilización. Los dos términos están estrechamente interrelacionados al
mente mayores y más densas que otros tipos de asentamir!.Ho. Se podría estable- igual que sus manifestaciones. Los conceptos <!Cit.!rlad,, y «civilización» está~ ca~-
c.:r un límite inferior para el tamaño de una ciudad. aunque debe tenerse en gados de conr.'.Jtaciones positirns y negativas, derivadas de nuestra expenenc1:>
cuen1a el c,1~·:íctcr especial de los complejos urbnnos. Un límite mínimo de 5.000 inmediata de las ciudades y de la civilización y su imagen en la literatura popular.
personas resulta un cálculo aproximativo útil para diferenciar las ciudaUcs de los Las definiciones que se presentan a continuación permiten di~ti~~ir las ciu?ades
pobbclos, si bien exi<;ten agregaciones poblacionah:s de un tamaño incluso mayor v las cidizaciones de otro tipo de entidades, aunque estas d1.sunc1ones cstan so-
s1:: !as ..:ara.cterísticas integradoras de la ciudad. mientras que comunidades con inctidas a constantes controversias. Para nuestros propósitos, el hecho de que un
menos habitantes pueden cumplir con todos los requisitos asociados a los crite- ai;-entamiento determinado fuera una ciudad tiene interés reiativo, ya que son
rios tic urban!smo. Por tanto, un gran tamaño puede ser indicio de una ciudad, más importantes el contexto sistémico y el de funcionamiento.
pero no cons!Ituve una definición suficiente.
La cualidad ·más importante que define a una ciudad es la complejidad i la
forma de integración. Las ci11dades no sólo conSl"'.íl rl"'! un gran número de habi- El ,,ara111it!11to históricu de la cirili:::.aciñ 11
tantes. sino onc In !lnhl;iriAn ,--.,;1,; diveri;-ificada con muchas actividades. Las for-
mas de interdependencia económica y organizatiYa distingue:; a una ciudad de p;1ra coD_,truir una definición operativa de civilización, resulta necc-sario revi-
otn_1s form,as más si.mples de asentamiento. Los arqueólogos y los historiadores sar los tratamientos previos del concepto. La obra de los evolucioriistas de finales
suciales miden de diferentes formas estos factores. La pre~~ncia de una a:-:iuitec- c..lel :::irlo XIX. cm;,o Edward B. T·:ler v Lewis Henry Margan, e;~;:asillaba el desa-
t~n.1 monumental cons::tuyc un testimonio evidemc de los mecanismos organiza- rrollo- de las -formas culturales en- una ·serie de etapas por las que habrían de pasar
ll\'os para el control de un gran número de person2.s v resulta también un rndice todas las sociedades. La primera era el «salvajismo)~, caracterizada por una esca-
rL:; la posible existencia de artesanus. Los productn' =nanufacturados sugieren la sa organización social y una base subsistencia! basada en. la c~=a y ia rt:l.olecc~é,;-..
presencia de especialización artesanal y una distribución desigual de estos bienes La sigui;:;1te etapa era la 1<barbaric~), más o menos eqmvalente a una orgamza-
rcsrionde a !a existencia de una elite ::comodada. LJs artesanos y la elite proba- c-ión lribal con una subsistencia bas:ida en una agricuiiura primitiva. El tercer Y
blc1.nelllc no producían sus propios alimentos, y para su 11iantenimiento los c1m- superior {-:período ético)) concebido por Margan era la <{ch·'.lización>►, cuyo rasgo
pcs1rns que constituían la base de la sociedad se Yeian nbligados a producir más característico era la escr;tura.
d~ lo_ que necesitaban. al tiempo que surgían mec:ni5mos para recaudar y redis- Este esquema clasificatorio lripa·, :,10 constitma Uil mu.:nto de c.:itegori7ar to-
tnbuJr estos excedentes. dos 10s elementos de las culturas conocidas por la etnografía y de exphcar la
Lr. mayor parle de las ciudades presentan las sic.uientes características: aparición de la civilización en términos evolucionistas. Al igual que otros mu-
1. 1~oblación numerosa y densa. - chos «sistemas mundiales)) que intentaron explicar el desarrollo humano de ma-
., Alto nivel de complejidad y de interdependencia. nera simplificada, este esquema fracasó c-11 muchos aspectos. Ademá~ dcyres~1~-
3. Organización formal e imper::'Jnal. tar problemas con los datos y sus interpretaciones, existen dos defi~1encrns ,_~as1-
4. Numerosas actividades no agrícolas. cas en ,...1 sistema de T:,·Jer y Margan. En primer lugai, cual4mer esq_uema
5. Servicios centrales diversificados para 'iUS habitantes y p,Hd la::. comumda- clasificatorio que asume la e:ric:tcncia de relaciones diacrónicas (a tr~ves del
des menores de las áreas circundante.,. tiempo) sobre la base de ejemplos sincrónicos (en un momento deter~mado en
C::ida una de estéis características puede medirse de diversas formas, aunque el tiempo) cae por su propio peso. El estudio de difer_entes formas s.ocialcs con-
los diferentes valores tienen poca re!~··ancia, excepto en un sentido muv general. temporáneas no permitiría la proyección de una o mas ~e elhis hacia el. pasado
En una in\'estigación sobre la aparición d.:::.l urbanismo, resultan más aPr~piadas como .f0rmas ancesirales de las sociedades actuales. Es cierto que el reg.1stro et-
las mcdi~.is relativas que revelen cambios a Jo largo dd tiempo y entre dift1cntes nográfico proporcicr.:: modelos que puedt!n ser contrastados con date,.,; arqueo-
asentamientos contemporáneos. Es posible medir muchas de estas características lógicos reales. pero no es posible utiliz:.irln simultáneamente co~o. modelo Y
cxclusiva?1cnte en las ciudad~'S, pero para comprender los elementos esencial~" comn comprobación. La segunda deficiencia radica e~ el uso de -~ermmos peyv
de la sociedad urbana, las mediciones han de tener en cuenta la relación de las rativos para clasificar las formas sc;:iales. En los ténnmos (<salvaJ1smo)), -<b~rba-
ciuda?cs con su entorno inmediato. De este modo, la quinta característica define rie>, y ,,civilizacióm) se halla implícito un juicio de valor, ya que la bar?ane se
a la c!lldad como un nódulo de funcionamiento intef!.rado en um. red más extensa considera mejor que el salvajismo, y la civilización mcj?r q~e la barbane. T~~-
de c~vili~ución. L~ importancia de este criterio es qu~ tan sólo puede ser evaluado bién puede dar lugar a la fa1sa ic!·~·:1, asociada a cualqrncr sistema de evolucmn
en tcrmmos del sistema en su conjuni_o y que el nódulo se define como una in ter- unilineal. de que existen fuer¿as inherentes guiando el desarroilo de las culturas
280 LOS. ORÍGE}:p; !):::_ LA C!VILJZAC!ÓN LOS í"JR.ÍGENES DE LA SOCIEDAD URBANA 281

que Cündncen nccesariamcnt,,:; de un'-' c1apa .....,,lra. ll.·luchos pueblos er:: Jivcrsos aporta muy poco a la explicación de las difercncic:.s y similitudes entre civiliza-
pun~os han. seguido e~ta tray~ctoria gt~cral Lle desílrrollo, pero no es el único ciones y de su desarrollo En todo caso, se trata de un :-.istcma clasificatorio a
cammo posible _1, en ciertas circunstancias. el sal\'ajismo puede resultar más efi- partir de un grnpo seleccionado de atributos.
caz para la supcrv;"encia que la barbarie e. incluso, que 1a c'ivi!ización. Otro método para definir las civilizaciones consiste en señalar sus diferencias
Algunos historiadores del siglo xx. como Oswald Spen!!lCr y Arnold Tovn- respecto a su entorno. Robert Redfield caracterizaba las sociedades a partir de Ja
bee. tnmbién intentaron construir historias mundiales, EstoS intCntos resultafon oposición de constructos ideales. como lo rural y lo urbano, o las pequeñas y las
inudecuados por su carácter de síntesis uuiversnlcs basadas en datos muv esca- grandes tradiciones (1953). A diferencia del enfoque de Kroeber, concebiéJ p,·i-
sos. procedentes ~xdu.;ivameuk úel •midelo [!,.: :a cí, ilizaciún occidental.- A pe- mordia!mente para distinguir diferentes civilizaciones, la perspectiva de Redficld
snr ~e e!lo. Speng1er_ y Toynbee desarrollaron conceptos importantes para las in- ayuda a entender el funcionamiento de las civilizaciones y estimula al invcstiga-
vcst1gac10nes postenores sobre lu emergencia de la civilización. Spengler trata- dnr a buscar las pautas de interacción de los diferc,1tcs sectores sociales que
ba de oponerse al etnocentrismo dei ,nundo occidental de su é¡::oca, al tiem- constituyen ia globalidüd de la ,..:._.:,:--~•':'~. La contribución más importante de
po qu_~ sus ideas reílejaban un pe.:;imi,,..,10 generalizado (Spengler, 1926; 1928) y Redfield es la idea de que las características esenciales de la civilización. personi-
sug:enan que progresu e historia no son equivalentes. Utilizó un modelo bio- ficadas en la elite urbana, no pueden ~f'r totalmente compr~nd1das sin hacer refe-
J6g.ico de desarrollo en un intento de reducir el ses20 hu;nanístico de sus in- rencia a las pcyueñas tradiciones del can.pesinado rural. Estas pcqueñ;_is tradicio-
terpretaciones. Spengler creía que existían similitud;s entre la estructura v la nes de la civilización se encuentran frecuentemente arrü:2:adas en las comunida-
f~1rm_a de animales y plantas y las de las c1vilizacionr,;. y afirmaba que las ~ivi- des tribales ameriores a la civilización. Aunque los tipos ideales rlc Redfield son
l1zac1oncs experimentan el ciclo Yitai con las mismas fases de desarrollo, ju- demasiado generales para un análisis detallado,·.::~ énfasis en los aspecto~ de r ,..,:a-
ventud, madurez y senectud. Spengler era determinista ambiental y suponía ción entre los componentes de un complejo civilizacional fue de importancia cru-
fll\C las características de una civiliza1..ión estaban estrechamente relaciona- cial en estudios posteriores.
éas '.'On las de su territorio. En su opinión, si una ci, ;;izaciUn llega a comple-
t:ir su potencial demográfico, artístj_:J y cienuiico, pasa rápidamente a la fase de
senectud y r.::.icre. Las ideas d;;. Sper:_)er sobre la estrPrha cu,1cxión entre la La deflmcuin de cfriliz.ación como conjunto de carar:terísticas
civilización y su entorno, y su preocupación f'.Jr !c1s etapas de cambio P,n el cre-
cimiento de las socied:~Jes, influyeron d.: manera noi,1hlc en teó,icos poste- Otra perspc:tiva para una definición de la civilización preser.;a una cc:nbina-
riores. ción de elementos de delimitación con la información sobre la naturaleza de estas
La obra de Arnold 'loynbee Esmdio de fo Histaria es otro intento monu- sociedades a partir de la compilación de listas de características de le'· diferenr 1'S
mc'.·tal de explicar el curso de la his:roria munciial (1934). El concepto de pro- niveles de o;-;anizaLiúu social. Gordnn Chilri•: (]950) confeccionó una lista de
greso Y la creencia en el «movimiento ascendente" de lü '.iistoria impregnan diez características de las ciudades, seleccionadas para ser identificada:,_ a r1rtir
toJa la obra. Toynbee veía una rc~ación directa entr:: lc1 forma de la civilización del reg.;:,tro arqueológico. Su concurrencia en un yacimiento antiguo suponía la
y su entorno físico. El mcc3.nismü primario de crecimiento y (cprogreso)) social existencia~~ una comunidad urbana que formaba parte de una civilización. Chil-
scrfo !:: aceptación por parle de la sociedad del reto procedeñtc del medio Gsico de empleó estas caracterísliLas ¡Jura definir y reconocer las formas tempranas de
üm una respuesta a ese reto especifico que provocaba la aparición de 1111 nue- itroan1:,rn0 e mtent:J demostrar cómo funcionaban y cómo se interrelacionaban.
vo desafio. Toynbee llegó a esta conclusión por medio de la comparación, un No resulta iiifícil distinguir en los diez índices de Childe distintas cmacrerísticas
tanto superficial, de pares de sociedades que se desarrollaron en ambientes dife- primarias y secundaria$ de las civilizaciones antiguas. Las cinco :aracreríst:.::as
rentes. En cada caso el estímulo civilizador aumcnt;:iba en relación directa a las primarias se refieren a los testimonios de cambios fundamentales en la organiza-
dificultades del medio. Toynbee citaba la superioridad áe los pobladores de cíón de la sociedad, mientras que las cinco secundarias están en relación .:.Jr: las
Nueva Inglaterra sobre los de wgiones de características físicas más acogedoras diversas formas de evidenci2 que señaían la presencia de las cinco caracterfstic<:1s
~orno un ejemplo de su hipótesis de «estímulo y respues¡_.,,. Abogaba pu;_· la primarias.
idea de que ww co111binacion de facrores físicos tiene influencia en la aparición
d~ _la ~i~ ilización en determinadas. regiones. Los mecanismos que iniciaban la ci-
1
Características primarias:
v1hzac10n eran en gran medida ps1cológícos y no fueron definidos con rigor. Ac- 1. Tamaño y densidad demográfica de las ciudades: el crecimiento de una po-
tualmente tienen poca vigencia los detalles de sus hipótesis, pero del determi- blación organizada implica un nivel más amplio de integración social.
nisn~o ambiental propugnado por Toynbce surgieron hip1..:tesis de grn!l impor- 2. Especialización del trabajo a tiempn completo: la institucionalización ele la
tancia. como la tesis hici1áulica de \\'it1fo2cl. que se tratará posteriorm:::1te en especialización producl; ~·a de los trabajadores. al igual que de los sistema:, de dis-
este r~pítulo. tribución e intercambio.
Varios antropólogos han i!! 1 ·;ntado definir la civilizarión con finalidad cla- J. Concentración de exced..:.,,;c: existencia de medios para recaudé., y gestio-
sificatoria y explicativa. Alfred L. Kroeber usó el concepto de "civilización» nar el excedente productivo de campesinos y artesanos.
p~tra dividir la historia humana en unidades analíticas (1953), definidas pnmor- 4. Estructuración social de clases: organización y dirección de la sociedad por
drnlmente por los valores y las cualidades conocidas como estilos. Este método una clase dirigente privilegiada. compuesta por fur:cionarios religiosos. políticos y
d_e, acotar ci_v~lizaciones es particularmente útil en las propuestas de investiga- militares.
cmn que utilizan restos materiales, Cümo las obra~. de arte o el vestido, pero 5. Organización estatal: existencia de una organización puiílica bien estructu-
U!;i ¡ !JI fi il:í'-ES DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍGENES DE LA SOCIF.LJ,\ D t·RBA;,..;,:., 283

r,tda: bii';;ida L~/1 In ndscdpd1'111 residencial, que reemplazaría a la identificación ciones de consaguinidaJ o afinidad. El c.>Lado lrntah,: -·1c mantener el monopolio
¡'ol!uca 11:isnúa vn el parellll','il'.O. de la fuerza y se caracterizaba por la aparición de la ley. Su estructura económica
se fundamentaba en el intercambio recíproco y en b redistribución, y estaba con-
l aracfi'l"IMica.,· .r,•n111dc1rias: trolada por una elite con acceso preferencial a los bienes y servicios estratégicos.
ó. Ohras ptíhlicas mo11t11TH!ntales: existencia de empresas colectivas en forma
de templos. palados, :ilmm.:i.:ncs y sistemas de irrigación.
"'7_ Comercio i1 larga distancia: expansión de la especialización y el intercam- El enfoque sistémico- ecológico de las civilizaciones
ho má.s alhí de la i.:iud71d en un marco de desarrollo comercial.
8. Obras de arle normalizadas y monumentales: formas artísticas altamente Mientras que la mayoría de los tratamientos dd concepto de ,<civilización,,
desarrolladas que 1•xpresan identificá.:ión simbólica y gusto estético. p1~sentados hasta ahora tienen como objetivo princíµal la diferenciación de las
9. Escritura: la técnica de la escritura como instrurnento en los procesos de civilizaciones, entre sí y respecto a otras formas m<-b simples de nn_;anización. el
Nganización y gestión. enfoque sistémico-ecológico enfatiza el estudio del crecimiento y del funciona-
!O. Art1 mética, geometría y astronomía: inicio de las ciencia:; .:-xactas y pre- miento de las civilizaciones. Los ;nvestigadores que siguPn esta línt.!a no preten-
Jic1ivas y de la ingeniería. den simnlemente establecer los detalles ~!e las c:rerer,:.::s ci·,rilizaciones, sino des-
cuUrir las rcgulr:ridades compartidas. El principal objetivo de la investigación es
Si se separan y reordenan estos diez puntos, se puede apreciar la profundidad el conjunto de interrelacione'- que estimularon, regularon y permitieron el mantc-
J.:: la comprensión y la perspicacia que c::iqcterizan gran parte de los escritos de nimi;:nto de las civilizaciones, Desde esta perspectiva. son cruciales las cuestione~
Childe. L..1.s características prin1ririrn; se relacionan con los cambios demrni:ráficos, relativas a las estrategias adaptativas de la sociedad y a las relaciones con su cn-
econó:"icos :; organizati\·v.:> que constituyen aspPr;tos esenciales de los iÜicios de L::irno. Una civilización es r0nsiderada como un sistc.:ma de elementos básicos in-
lJ civilización. Las características secundarias documentan la existencia de ciertas terrelacionados funcion,.tlmente, que incluyen e: medio. la tccnolopfo v lo.s cn111-
carn.Li.:rísticas ¡' .. imarias. Por ejemplo. una comunidad cap<.1.:.:. Je construir obras ponentes IH.1manns con su organización social. La organización social, el sistema
públicas monumentales 11a de LL>ntar con artesanos especializados y con el exce- de valores y otros subsistemas culturales se analizan en términos de su eficacia
dente !'.~1ficientc pa!':l financiar esos trabajos. El coi:.1ercio a larg;i distancia y a adaptativa. Unri de las metas de estos estudios, y mi ubjetivo en este capítulo. es
,:r:11: escala también resulta indicatiYo de la existencia de las características pri- plantear córr..o actuaron los estímulos externos y Ja5 interrelaciones intt.:rr.:::~ ¡:,ara
nrnnas. La especialización artesana! para crear bienes de consumo. l;i habilidad cambiar la forma v las relaciones de cada uno de e5tos subsistemas. hasta culmi-
;:::ira concentrar excedentes y una organización política capaz dr> 0rga-r.:::i.;- .::!l co- nar e_n la aparicié.-Í de las primeras civilizaciones.
mercio se imbricarían en una red de comercio a gran escala. Dos de las caracte- _lulian Stc-::ard fue pionero de los estudios ecológicos de las civilizaciones y
rístirns Je Childc han sido objeto de fuertes críticas: la e::critura y las obras de formuló un ;'.;.til entramado conceptual (Steward. 19-!-9· 1955). Partía de una pers-
anc normalizadas. A primera vista, estos rasgos parecen tener una importancia pectiva evolucionista del surgimiento de la civiliz;1ción que relacionaba variables
muy secundaria, pero son hdicadores de cambios fundamentales en la organiz;: medioambientales con evolución cultural (Steward. 19-1-~'). Sus propuestas no es-
ciOn social. La cscrilui a era ulili:.:Jda, :·_-~pecialmefll._ -" ;.,., ~; \ ilizaci••nes anti- tán basadas en una evolución unuineal simple ni en un determinismo ambiental.
guas de Mesopotamia. para llevar la contabilidad. La escritura. o al2ún sustituto Sugiere que en el "núcleo» de la transformación urbana existían una serie de ins-
que sirvier"' para el registro de transacciones complejas, rc:.ultaba n;ccsaria para tit;..;ciones sociales. interrelarionadas funcionalm...:nte. que fueron variar.do con el
el tipo de sist1:ma económico a gran escala que requería la civilización del Próxi- tiempo Este «núcleo}, se caracterizaba por las relaciones estructurales de las insti-
mo Oriente. La utilidad de las convenciones artísticas no es tan aparent;: como la tuciones interdcpendientes. Cada sociedad poccc un conjunto distintivo de siste-
de la escritura, pero los temas del primer arte normalizado parecen reafirmar la mas sociales derivado de ese núcleo institucional. E! procedimiento de Steward
.:::structura ; los códigos sori:1 lcs de la civili.u1ción antigua. Esta cuestiC:1 se discu-
1
para seguir el proceso de aparición de la civilización co~:::istía en investigar cada
te pormenorizadamcnte en el capítulo 9. La escritura, el arte normalizado y las sociedad en términos de su ,,nivel de complejidad socioculturah,. La contribución
t:iYilízaciones antiguas. cuya aparición se produjo simultáneamente. e5!3.ban cla- de sus estudios ha sido fundamental. El surgimiento de la civilización es conside-
ramente relacionaúos y formaban parte de un mi:::110 proceso. rado desde una serie de niveles sucesivos, cada vez de mayor complejidad. Stc-
Elman Servicc ha propuesto otrn sistema de características para .:iferenciar ward concebía la evolución cultural como una sucesión de patrones adaptativos,
las civilir1 r:iones y los estados uc otras formas de orgauización. A parir d:> infor- con lo cual enfatizaba los ajustes l.!CO!ógicos y económicos como causas primarias
mación etnográfica pror-Pdcntc de todo el mundo, Service (1962) ha iorm•_1Jado del cambio.
una serie de niveles teóricos de organización. Las formas mas simples. bandas, Robert McC. Adams amplió el punto de vis!a de Steward al considerar l<1.s
tribus y jefaturas, ya se han descrito en el capítulo 6. Service utiliza s.:[ término causas y estructura ele la civilización desde una perspectiva multidimensiona!
,,estado» paru evi1.ir muchas de las ronnotaciones del término ~,ci>ilización)). Aunque reconc.::ía la importancia de los factores medioambientales y tecnológi-
Considera al estado como ;a forma más elevada de organización socio~._7Iítica, ca- cos en el surgimiento de las primeras civilizaciones. Adams sostenía que la evi-
racterizada por un gobierno centralizado muy fuerte y una clase dirig..;:me profe- dencia apoya la proposición de que .:da transformación del núcleo de la revolu-
sional divorciada, en gran medida, de los lazos de parentesco. El esE,fo estaba ción urbana reside en .... ¡ ámbito de la organización social ... En su mayor parle,
muy e:.tratificado y 1.fr,.~rsificado internamente, con patrones res!de;..:ialcs fte- los cambios er.. las instituciones sociales precipilaron los cambios en la tecnolo-
cucrnemcnte b,1..-:aút,:- en la especialización de las actividades más que;:;: !as rcla- gía, la subsistencia y Olros aspeclos del ámbito cultural en sc:-:'.ido amp!:,,, ~- no
284 LOS ORiGENES DE LA CIVIL!Z_ \CION LOS ORÍGE\ES DE LA SOCIEDAD URBANA 285
al revés), (Adams, 1966a, p. 12). Para Adams, la revolución urbana implica una
focalizacíón de los procesot:. de cambio ordenados y sislemálicos, que pueden Estadio 6 EstJdio 7
ser descritos en términos de un núcleo de instiluciones, relacionadas funcional-
mente, que interactúan y evolucionan. En su definición de las consecuencias fi- ' licrras' altas
" "
nales de la revolución urbana, Adarns intenta evitar el término <(civilización)>
que, en m opinión, se refiere a la totalidad de la cultura y reduce por esa razón
la posibilidad de construir modelos para la ;::omparación analítica. De esta ma-
nera, Adarns trata de entender la evolución que Hcvó a la civilización en ei Pró-
l
PobbJo, ..:e
auricui:u:.::
l
- r-J
ximo Oriente, analizando el complejo núcleo de instituciones sociales que inte- Je secano 1vJo,,;7ien1o Ciuda1b· Crccitnlc control Ciudades- Aumento fatados
ractuaron para formar la antigua sociedad estatal. avanz¡¡da en lrncia las tierras lempl0 de b elite estado del militarismo ,1acionaks
las 1i~.ra, bajas -
La noción de «civilización)) qm: ;:,,.; uuHL.a en este libro es una adaptación de la n!ws
perspectiva de Steward y Adams. La mejor forma de reconocer y definir las civi-
lizaciones es mediante la referencia a la 1..omplejidad de las instituciones sociales
f
y políticas in!eractuantes. E:; preciso prestar atenciL/11 a las regularidades que se
encuentran en el r\esarrollo rl'! las civilizaciones y no '~nfatizar los aspectos dife-
renciadores, excepto como fuentes de información sobre la variaLiliWctd en el
1
1
1

lnrnrpuració~, 2 t;.mis dd comercio y la conquista i


proceso de aparición de la civilización. En principio, no ncepto que las institucio- FJGl.'!t..\ 7.1. Desarrollo de lns fonnas dominantes de comunidad durante el período de emer-
nes :;ociait.c!s fueran los motores primarios de la aparición de la civilización. Por el gencia del urbanismo en la Baja :,,..1c$0potamia.
contrario, mi perspectiva es que los estímulos y los ciclos primarios de retroali-
mentación comprendían elementos diversos en las culturas prehistóricas dc 1 Pró-
ximo Oric:1 1P Los fact:Jres medioamnientales, las innovacione•· tecnológicas y las mayor i111pu1i.<-1H1..;a. J.;u si..:.¡,_._..: .. ~1.. ,~ una :iiyótesis <;ea correcta y las otras fal-
instituciones sociales fueron cruciales en los primero~ pasos hacia la sociedad es- sas. Por el contrario, puede afirmarse que cada una de ellas prcfundiza en los
latc:,1 (Yéase fig. 7.7, ¡J. 296). Una vez el proceso en marcha, lm "ambios en las ins- factC'··_s que influyeron en la emergencia de la ciYi!ización y ayuda a explicar el
tituciones sociales fueron adqti'riendo un papel de gran importancia para otras transcurso de los acontecimientos en el Próximo Oriente. U;-.a lectura detc:-:ida
transformaciones en diversos ámbitos del comportamiento, siempre con proce- de las descripciones de las c1\·!lizacioncs :intiguas en !os capítulos 8 y 9, permiti-
sos de ri.::troalimcntac1ón. rá al lector juzgar qué hipótesis e:xr,lica de forma más completa (o adecuada) !os
En líneas generales puede afirmarse yue las ,,_;udades, los estados y la civiliza- datos.
ción aparecieron aproximadamente al mismo tiempo en el PróxiTTio Oriente, <Hul- Para emprender una re·isión d:> las hip6íesis sobre el origen del urbanismo
que resulta útil realizar por separado e! análisis de las tres entidades y examinar v de la sociedad estatal, resulta funcionai trazar breve!llenle el curso de los pro-
luego los procesos de interacccié:i. Las ciudades se definen por su tamaño, com- Cesas en el Próximo Oriente (fig. 7.1 ). En la transformaciun urbana de la Baj::i
ple?··1" '' :· ~,..,,.irión dentro de una matriz social; los estados en términos de su or- Mcsopotamia existieron tres estadios generales que se :::aracterizaron por la
ganización política, y se tratan en el capítulo 9; y la civilización, por su extrema aparición de las ciudades-templo (5). las ciudades-cstddo (6) y los estados nacio-
complejidad, intcra:::cción y logros. Pe:- tanto, la civili?.:ación representa un nivel nale:; (7). El procc:;:: u~ desarrollo en cada región del Próx11110 Oriente fue en
de complejidad social, las ciudades son elementos dentro de una sociedad com- cierta mcc1ida diferente al de las demás regiones. Por ejemplo, en las tierras al-
pleja y los estados :.:::-!' instituciones basadas en una forma de administración de tas septentrionales del Próximo Oriente, en un primer momento no se formaron
las sociedades complejas. grandes centros urbanos. sino tan só\c, poblados y aldeas (Jawad, 1965). En
La ciudad es el elemento dominante en el sistema de asentamiento de la civi- Egipto. el proceso no llevó a la formación de ciudades como grandes centros de
lización. Es más grande, con más población y con mayor diversidad interna que población, sino de núcleos de tamaño mediano con importantes responsabilida-
otros asentamientos del sistema de una civilización. Debido a su mayor tamaño y des administrativas y religiosas. Una vez inici.:.Jo el proceso, el ramo de desü-
a la diversidad de sus habitantes, una ciudad puede proveer de servicios especiali- rrollo en Egipto fue má., rápido que en Mesopotamia. Tal como se interpreta
zados a los que viven en ella o en áreas adyacentes. En contrapartida, la ciudad actualmente el registro arqueológico. el valle del Nilo no pasó por el estadio 6,
rcciL~.- materias primas, bienes alimentarios y fuerza de trabajo periódica. Esta sino que saltó casi directamente de las cwdades-templo al estado nacional unifi-
relación simbiótica entre la ciudad v sus a;rededorcs no se limita a elementos cado (véase capítulo 9). Teniendo presentes estos estadios de desarrollo y las
subsistenci2L--;, sino que es visible en ·todos le:; aspectos de la sociedad. posibks trayectorias altcrnatiYas. podemos volYer a las hipótesis explicativ.:1::0 de
estos cambios.

HIPÓTESIS ALTERNATIVAS SOBRE LOS ORÍGENES DE LA SOCIEDAD URBANA


La hipótesis hidráulica
. En esta sección se esbozarán y discutirán difereHtes hipótesis sobre la apari-
ción de ln civilización. Cada una de ellas ofrece una perspectiva ligeramente di- Karl Wittfoge! (1957) y Ju!ian Steward (1949) han señalado la aparición si-
ferente del problema y se concentra en uno o más factores, a los que otorga una mult<.lnea de las primeras ci\·ilizacionc:;:. en regiones donde se practicaba la agri-
LOS ORÍGE]'.:ES DE LA SOCIEDAD URB,-',.NA

irrigac!ón a gran _es~ala n~, predominaron c11 M~opotamia basta mucho 1icmpo
ciespues Jel surgimiento ucl estado. En este caso, la ::;ociedad hiclráulica ha de
El agua para !a !rrigad\\n ()·~--~_--,.·-. ~ Y lccuolo¡;ía \·..:,rse mds como rc'.:'lllado de la formaci6n del estado que como una de sus cau-
puede ser acumulada en :fiC~c del ~illa Monopolio Jd 11od~r en sas. Es posible, no oh,;;tante. que la administración centralizada y la irri_gación a
grandes cantid;1des una dik ~estora centra!
:·:~~º gran escala existieran en un momento antiguo y que só!o sean pcrccptiblé~ en los
registros arqueológicos e histórico:- r 11ando alcanzan unas proporciones conside-
1 rnhles debido a su constante crccimicmo. L" segunda crítica está basada en los
estudios efectuados sollf'.! diferen~:;s comunidades modernas en Mesopotamia,
FJGLJi?-\ 7.'2. Interrelaciones de variai:ii::< -;:~. :.1 hipótcsis basada en la g~_,tión hidrüulica para la donde unas obrns d.:! irrigación coopcrntivas de pequefla e~sala son suficientes
fo, mación del estado (según Wittfogc!. l ~~- para manlery_er una producción agrf:-ola adecuada. Aunque el hecho de que esto
sea posible debilita la hipótesis de WittfogeL no obliga a descartar la hipótesis de
qw~ una 'rrigación gestionada y una r!anificación agríco!a genc1 al fueran eficaces
y obtuvieran mejores res;..:ltados .
.:.c1ltura de regadío a gran escala. w:::fogcl (1957) prc~cntó esta idea en ,rna !ar- La hipótesis de \Vittfogel es más operativa si se modifica ligeramente el én-
f1 exposición teórica, en la que IE.:.1ba de cxp!icai los sistema., políticos m.ís fasis (Mitchell, 1973). Posiblemente, \Vittfogcl no trataba de afirmar que las
importantes de! ;:i¡_¡¡~do. Los aspcCio~ relevantes de la h!¡~ótesis de Wittfogcl so" obras de irrigación a gran escala prccedierc;n al gobierno centralizado. Resulta
su trntamiento de la imponancia dt] 3.!!Ua como recurso natJral v la suf!crcncia evidente que las instituciones de un gobierno centrnlizndu y la irrigación a gran
de que la irrigación a gran escala rcqu~1 ía una coordinación y difeccióri"' centra- escala debieron de :recer de forma paralela. La i11igación a pequeña escala de~
lizada;:, (fig. 7.2). El agua no era mi~ esencial para la agricultura que otra serie bía requerir un cierto grado d2 administr::~ión que extendc,·:a el sistema de irri-
de factores básicos, copio la temptrétura, la fertilidad del suelo o la topogrnff.. gar1ón y. a su vez, requeriría mayor complejidad admini.:trati 1 •·1. y así suce:'.va-
del paisajP pero constituía una Yari.::.1::'.~ crucial pu14ue puúía "'-1 rn.i1i;¡:,ü:"..: .. _. mcnte. De esta forma, se habría prnducic.lo l!"'.I relación de retroalimentación
a:macenada en grandes cantid;i•Jes. El control del agua era especialmente im- entre la irrigaciñn en expansión ~ la creriente autorid;:..'. del gobirrno, que con-
portante 1•n los lugares en los que b. p\uviosidad e··:. insuficiente. pero tenían duciría a obras de irrigación a gran escala y a uu,l organización poiítica .::..:>tata!
importantes recursos acuíferos próximos, prn ejemplo. cn los valles íluviales se- con monop01io del poder_ Otro factor que h:-> de se1ial::1rsP, además de la necesi-
miáridos. Para hacer fértiles grandts áreas con escasez de agua, las poblaciones dad de control central para el funcionamiento mínimo de las obras de irriga-
humanas tenían que acomct::-r cmprc:,as de gran envergadura gesrionadas nor- ción. son las ventajas adapli.!ti\'as de un sistem:i c:en1ra!izado. Es posible que en
malmente por un gobierno centra!. muchi1s ocasiones los campesinos no permitiera:: el desarrollo de un control
Wittfogc\ describe el .;Janico dt :ictividades necesarias en una sociedad que centralizado, pero cuando aparecía, crecía la economía y los gestores ya no po-
se basa en obras de irrigación a gran escala (,,sociedad nidráulical• según su dcfí- dían ser desplazados. Una reformulación operativa de !a !lipótesis de Wittfogel
nición): planificación y construcciún de obras de irrigación, organización de la sería sost,..ncr que la coordinación centralizada de h.u acLividadcs de irrigación,
utilización del agua. mantenimiP"to de canales y defe'ñsa frente~ J ,\-:cinos hosti- y no la irrigación propiamente dicha, fue la responsable de importantes con.:c-
les. A~nque estas actividades pueden llevarse a cabo en grupos pequeños organi- cue:1cias sociales. La coordinación ceutralizada favoreció una mavor in!e,::rnción
zados mformalmenre, son más eíic:1ces v conducen a un mavor c.·..:iiniento si pulítica y µu.;teriormentc esta organización se expandió por sus Ventajas ~ci.:onó-
existe una gestióu centralizada. En contriipartida, la pcrsC>'la q-uc eótiona los re- micas (Mitchell, 1973),
cursos hidráulicos obtiene un poder enorme sobre !os campesinos~ .-\1 existir una
fuente de poder más imi-,ur:antc c_;J.f: las demás, surge un monopolici en la socie-
dad y se genera un gobierno único centralizado del tipo que \Vittfo~el denomilla La hipólesis de Childe sobre la cspccia/i:¿ociú11 artc.rnna! y la irrigaciún
<(despotismo orientah). Este autor contrasta este tipo de desarrollo Con el que se
da en climas nH..is templados, en los que predomina la agricultura Je secano con .Sl1jl_~_jl9;_cj sug'.rió una serie de factores que posibilitaron el crecimiento
aparición de bases alternativas de poder, como la iglesia. los gremil•S y 1::s clases de ías ciudades-(fig. 7.3). Desde antes de la aparición Je las ciudades, existían
propietarias, que dan lugar a un gobierno p!uricéntrico o más equilibrado. En artesanos a tiempo completo que para obtener su sustento como metalúrgicos,
Mesopotamia, donde el control ·!e In<; recursos hidráulicos era mu~ importante, por ejemplo. tenían que viajar de pueblo en pueblo. Childe pcns2ba que la es-
los gestores del agua se habrían convertido también en lus 2estorcs del comercio, pccial_izaci_(Jn d~I _trabai() _l_ia~rí<:1 cofl1_~_n_zaLJo ___ con __ _u_r_tes°iJíl-ñ_;:·~¡_TiriCfaiileS. "En i;:l
la industria y los derechos de propiedad. Originariamem~ !3 elite di:! templo esta- cuart0_~irijJetii0; i:l de"saITol!J.-de una_aúiéülturiúle re-2:adío é°flcie1Úe. así como la
b~- investida con este poder, r¡ue le fue arrebatado gradualmente por !a organiza- pesca y la ganadería en los valles alm;iales.uc ..rviesopÜtamla".y Egipia.:se·c"órribi-
c1on del estado secular. El factor mcdioambit::ntal está muy present~ ;;n la hipóte- narcm _en la o_btenc_ión __dcl _excedente ..necesario para mantener a un número cre-
sis de \Vittfogel, sin ser determinante. Afirma que. aunque el medio proporcione cient~__ge -~spccial_istas con_ ~~si_d~n_c_ía __ es_ta_b_le_:___ Otros do:; aspecto::: de !:1 agricultu-
un soporte, la sociedad hidráulica fue construida por sus miembro~ y el proceso Tadc rCf\adío - facilitaron el -Sl.ligimiC.ñl.0 de las ciudades. En primer luga:·, el
;ue organizativo y no tecnológico. transporte de agua por medio de animales de carga y de vehículos de ruedas.
Se han hecho dos críticas impurtantcs a la hipótesis de \ViHfof::L En primer recientemente inYcntadas, posibilitó recoger grandes cantidades de ;ilimentos
lugar, los datos arqueológicos e hislóricos disponibles muestran qu:: las obras de en unos pocos centros. En segundo luga1, el uso ác la irrigación restri.-,~ió las
LOS ORÍGENES DL L-\ C!VIUZACfÓN LUS ORÍGENES DE LA SOCIEDAD URBANA 289

Espedali:;ws ,¡ tiempo (017:~rcio !ntcnsinrnciún de la


:\rks;mos cspcci;i- tecnologfa de
fotas ilineranlcs complelG asen1ado,
suh:.:.-.tcncia

1 l
en la., dudJlks

E,critura

Capacidad de conc;;n1rar Clase Aparición de un grupo


Excedente excedente dirigt:Jllt:

1
Ci~r.cia J Cr.,cimicnto
denrngráfico
Aumrn!ode
la prnduc.:ión
_¡¡dministrativo central
basado en diferencia;
de riqueza y poder

Lb
~

Transporte
de agua
L¡.____"'_____," Conquist,1dc
i
otros grupos

Aglomeración ,-\,unen!an el poder de


Jlob!acional
?!GURA 7.4. Interrelaciones de \'ariables en las hipótesis basadas en la presión y los conílictos
pob!acion:> 1es para !a fonnación del estado (según Carncirc. 197ú; JJiakonoff, 1969; Smith y
Young. 1972; Gibson, 1973).
\'e!;'.:ulo,
Plln ,,,~,l•,c

rras de cultivo. Por trinto. las comunidades tienden a crecer comn medida de-
!•aillHA 7.3. Interrelaciones de variables en la hipólesis basada en !a especialización artesanal
y la irrigación para el d.::~:,~rdlo del urbanismo (según c¡¡;:Je. 1950). fensiv,1 ~' los perdL.dores en un ccnílicto determinado pueden .:;er asimilados
:orno clase inferior por el grupo vencedor. Los soldados victoriosos serían re-
compensados con riquezas materiales, más tierras y con elementos de la clase
t.;ometida de trabajadores. Las ventajas adaptativas de orgar,;zar y coutrolar
,lfcas que podían cultivarse d::: manera .c;ficaz a los terrenos situados cerca de operacionc::; militares victoriosas llevarían rápidamente a la institucionalización
cursos de agua y de canales. La perspectiva de Cnilde trataba de esbozar algu- en ~arma de estado antiguo. El tamaño del estado amJJentaría por medio de
nos de los factores tecnológicu.:, que habrían permitido el dcsarro!lo del urbJnis- conquistas exteriores y sus estructuras internas continuarían ::::msolidándose con
mo. más que sugerir los factores que estimularon de fi:_,rma decisi\'a o que deter- el incremento de las difekncias de riqueza y status. Carneiro deja claro que d
minaron el desarrollo de las ciudades. crecimiento poblacional por sí mismo insuficiente para engendra; connictos
b:Slicos, pero la presión poblacional estimula ·Ja belicosidad si una población en
crecimiento está constreñida por barreras medioambientaies o por grupos socia-
Las hipórcsís de la presión y los conj7íctos poblacionales les competidores, con poblaciones numerosas que puedan iniciar a su vez un
proceso de expansión.
Varias hipótesis sobre la formación del estado incluyen la idea de que Jo-: Otra hipótesis basada en el conflicto sobre la formación del estado en M':'-
conflictos y las guerras fueron mecanismos que estimularon el crecimiento de sopotamiu 1neridional es:~ de Igor A. lJiakonoff (1969). Esi:e autor argumen-
poderosas organizaciones administrativas U-ig. 7.4), mientras que ht presión de- ta que el crecimiento de la agric 11 l1Ura, de la producción alimentaria exceden-
mog.ráfica y los fact01es económicos propician dichos conflictos. Robert Carnei- laria y de los bienes manufacturados condujo a la especialización que crearía
ro (1961; 1970) formuló una extensa hipótesis a partir de ejemplos sudamerica- diferencias de riqueza y formarfa la base de ia diferenciación socioeconómica
nos y la aplicó también al Próximo úriente. La hipótesis de Carneiro está bnsa- en clases. Las diferencias de swt11s económico provocarían la aparición de con-
da en s11 idea de que existe una norma general en el carácter de los empla- flictos de clc1se y, en é!tima instancia, la formación del estado como agcr1te para
zamientos de las civilizaciones antiguas en todo el mundo, que se sitúau en zo- el mantenimiento del d:.::ninio de la clase dirigente. El enfoaue de Diako,10ff es
nas con tierras agrícolas restringidas. Cada área se c,;cuentra rodeada de mon- similar al de Carnei:o porque en ambos casos la aparición del conflicto se aso-
tañas, mares u desiertos, elementos medioambientales que delimitan tajant: cia a J:.c diferenciaciones de riqueza en una situación de incremento demográ-
mente el área que podría ser ocupada por los campesinos. En •?Stas regiones, fico.
una población en expansión no puede acomodarse mediante la colonización de Philip Smith y Cuyler Young también han fonnulado una hipótesis que se
nuevas tierras y, por el contrariJ. ha de intensificar su produi.:ción en las tierras basa directamente en la presión demográfica como variable causal müs impor-
ya cultivadas. La consecuencia del usn intensivo de la tierra es que los conflictos tante (1972). En Mesopotamía, una ;: Jblación en crecimiento exigiría J,i mejora
militnrc.s se vuelven más frccuem1,;.,; y los vencidos no pueden huir a nuevas tic- de las actividades sunsistenciales. La agricultura se intensificaria, habn·a una
290 LOS ORÍGESES DE LA CI\'lLIZACJÓN LuS ORÍGENES DE LA SOCii:.)AD URBANA

may:v especialización del traba},::, y se u~:irrol!arían mecanismos µara contro-


Dperiaii,..1ción e
lar las institucionr~s económicas. Ln posterior :recimicnto poblacional habría ~ intercambio
agudizado estas tendencias y prcpiciado una creciente competición, que condu-
ciría a conilicws, .. 5Jomcración -en asentami:.:ntos 11iayorcs y a la organización ~_i_n1_"'_"_gi_ea_,1_~7
estatal. 1
Otra hipótesis de presión dtmL1gráfica muy relacionada con las que acaba-
mos de describir es la de McGufrt Gibson (1973). que sugiere que el :7edio am- Demanda en aumento ,---+
d~bido al c:ecimie!l!o Mayor produc!ivictad Elnc a<lmini,trn
biente de Mcsopotamia provocL- ;~ob!em¡_¡s crónicos de movin1ientos poblacio- poh!acional y al dcsa-
mediante la cspccia!iz.a• 111·a para rcgu-
nales v de sob;-epoblació;; rcla1h·::. El t;·.izado de los meandros de los ríos más ción y la in!ensific;;ción br <±clividades
rro!lo de !os mercado? + - -
impuí"Íantes que cruzaban el sur ,.:i-.:: ~Iesopotamia. el Éufrates y el Tigris, cam-
biaba periódicamente. L<.1 m.iyoíla de la población se asentaba en las márgenes
: -
de estos rfos y dep~ndía de ellos ~ .ua obtener el agua de riego. Gibson sugiere
que cuando el río Eufratcs camt,;Jt,a su curso, los que habitaban sus orillas es-
taban sometidos a una situación J:: prc:sié:1 poblacionaJ que exigía CG.:nbios or-
gai::?.alivos.
C defecto común a todas L:.s hipótesis de ¡,,rp<•ión demográfica es que no
explican por qué los grupos hum2.:-:,~s que h1bfrm mantenido su población den-
tro de d'3rtos límitrs, penr.itieron un crecimiento tan grande. Los métodos
L 1
Ohlcndón de materias
~:imas de regiones
\'ecinas a cambio de
productos acabado,

socialmente aceptados de regul2.ciún del tamaño del _grupo fueron aplicaúos


Jurante milenios y pudieron acrntuarse en épocas de crisis de subsistencia
FIGURA 7.5. 1nterrelílción de variat:!~~ en las hipótesis basadas en el comercio locai e intrnrrc•
(Birdsell, 1958). Sin emb2:-;o. tstos grupos permitieron que sus poblaciones si- gional P""-' el desarrollo urbano (según Sanders. 1968; Rathje, 1971; Hanner::. 1968).
guieran aumentando hasta que los ..:-awbios 0rganiza1;1 os prc'::Jcadn~· ;:ior el cre-
1

cimiento demográfico se cmri:inicron eu la davc de la aparicié:1 de la civili-


zacion.
administrativa ya existente. Por esta razón, aunque el comercio es una \·ariab!c
clave en la for;nación de la sociedad urbana. no comporta una cxpiirnción bllfi-
Las ltipútcsis del comercio focal e i11Fra1-re,r;:"anal ciente del proceso.

Diferentes teóricos han su!_!erido que el dc~·1JTc 1Jo de redes complejas de co-
mercio a gran escnla estimuló el crecimiento de la sociedad urbana (fig. 7.5). Esta Las hipótesis de la urbanización como resulrado defacwres múltiples
hipótesis ha recibido una especlll atención en relación a la" ci\'ilizaciones mesoa-
mericanas (Sand::.,~s. 1968; Flanneíy.1968: Rathjc., 1971) y se ha aplic~.jo también En cada una de las hipótesis anteriores se reconocía la complejidad del pro-
al Próximo Oriente (\VriglH, 1972: \\'righl y Jülrnsor., 1975). L:: parte meridional ceso de urbaniz:i.ción, pero los di-. crsos invcstig2.dores intentaban aislar uno u
de iviesopotamia no cuenta con materias primas, metales. madera y piedra para dos factores que contribuyeron a sus inicios de forma decisiva. 1-'or el contrario.
la construcción o para la fabricación de herramientas. En algunos casos, los habi- los trabajos de :-;i,,:::bert McC. Adams (1966a) y de otros han propiciado la for-
tantes de Mesopotamia utilizaban otros materiales disponibles. como la arcilla, y mulación de hipótesis que enfatizan la complejidad del proceso y la muluplici-
usaban el comercio a gran c~.:ala fé.ra los derrás materiales. La aparición del trá- dad de los factores que lo desencadenaron (fig. 7.6). Adams ha expresado tam-
fico r11mercial a gran escala exigía una org_anización admmistrativa para ia obten- bién la opinión de que los <(cambíos primarios en las instituciones sociales ...
ción, la producción y la distriLiución de bienes. Ui:·\ organización de este tipo t,.:.. precipitaron cambios en la tecnología, la subsistencia y otros aspectos del i.llnhi-
nía :-irreso a recursos primordial~s para la riqueza Lle la comunidad, y su poder to cultural en un sentido amplio, más que lo contrario>> (1966a. p. 12). En T/1c
podía extenderse a otros ,ímbilc1 :, de la sociedad. A fin de incrementar más la Evolution of Urban Society (1966a), este autor describe tres importantes trans-
producción y abastecer a una pob'.ación creciente, se haría necesaria la es¡wr:iali- fnrmacianes: las dos primeras condujeron al control de los centros urbanos p11,
zación permanente y la intensificación de la producción. La competi..:ncia existen- una elite religiosa, y la tercera provocó ia aparición de una autoridad t:siatal se-
te entre la población por b1 ohtenciém ,Je tierras cultivables provocalla la apari- cular.
cilln de asentamientos de mayor tamafio. El crecimiento de los asentamientos te- La primera transformación tuvo Jugar mediante cambios en las estrategias
nía carácter adaptativo, Lk~,ido a !a mayor eficicnci.::. productiva de las grandes subsistenciales que, parn Adams, tuvieron consecuencias de gr1n alcance. La ci-
agregaciones ¡::oblacionalcs y a la íelat.i''l'n facilidad para controlar a la noblación vilización mesopotámica se basaba en un sistema consolidado de producción y
establecida en asentamientos densos. obtención de alimentos; mientras que algunas personas cultivaban tierras de la-
Es cierto que el comercio tenía importancia en las civilizaciones antiguas de bor, otros cuidaban el ganado o se dedicaban a la pesca. La combinación de es-
Mesopotamia, pero no es seguro que fuera una de las causas del nacimiento de la tos recursos alimentarios relativamente independientes proporcionab<t una hase
civilización. Puede haberse tratado de una consCcuencia propiciada por una elite estable que permitía crecer a la población. en número y en densidad. El in!er-
292 LOS ORÍGENES DE L.\ CIVILIZACJUN LOS ORIGE'.',"ES DE Lr\ SOCIF 1)AD URBANA 2Y3

dón artesanal llevaron a la especializarión familiar ,::n una o más esfera:; econó-
Producción micas. L::i riqueza acumulada mediante el control de buenas tierras y !a gestión
especializada de la distribución de sus productos llevó a la adquisición. por parte de unas po-
cas familias, de grandes riquc:zas y de poder. Es probable que estas familias in-
tentasen mantener su riqueza y su peder crcamfo una estructura organizativa

--
que institucionalizara las diferencias que iban aparecicm.lo, basada en gran ni.:.:
Occ;.c,,.:.a~i,ún y
Jntcn,ificación Riquw1 Clases
'
1 red1:i:-:::.,~□ on por
dida en las actividades económicas dependientes del i:naje de una tlekrminada
, Ji:!aagrirnliuril _ . . , . Uikrcnrial económicas pa:-.,.!.:; !.a ehtc persona. La elite religiosa. 4ue controlab,1 la produc:ión :.: la dh;tr.bucién. y h::
~
-:;· jo;;a
, elite propietaria, que controlaba las mejores tierras agrícolas, formaro11 los es-

it 1 tratos más altos de la sociedad.


La tercera transformación identificada por Adams es la transíerencia de po~

-
'-> Aumento de la 1 der administrativo del templo al estado, debido. en gran parte, al aumento del
Oblcncióu de bs ¡ Cq::::; i1..aciún militarismo. Este aspecto se 1ratt1 con detalle en el capítulo 9.
mejores tierrns actiridad bC!ka 1 t:i".i::..:l s~tular
La hipótesis de Adams ha tenido efectos imnoru111tcs snbrc_ e! cstudm del a~-
7
vr>nimiento de la civilización. Podemos destacar su uen10strac1011 de que la evi-
dencia de MesuFoiumia no apoya de forma decisiva ninguna de !as cxplicaciotk'S
f;n1 TJl:\ 7.6. Interrelaciones de variables en las hipótesis basadas en la mu::ipliciC:t.:: de factores
simrilcs y unicausales del urnanismo. Por el contrario, presenta argumentos co~-
y en los elementos organizativos para la fonnnción di::! estado (según Adan:s. 196fa-.
vincentes en favor de la complejidad e interrelaciones del procesC?, tratad~ las d1-
ferellteS transformaciones relevantes que tuvieron lugar y considera la mternc-
ción mutua entre distir,'as Yariable.s. Grncias a !- 11 preocupación por estas relacm-
cambio y la redistribución de los alimentos producidos eran gestiondos por los nes de retroalimentación y por su i-.:entificación en Mcsoamcnca .. Aúams na
;;~:.!mbros <1"1 templo. El desarro1iu de estos mecanismos r.:entralizad-_"3 de redis- 1;,:;timulado la investigación sob:-e las civilizaciones antiguas dentro ae un marco
tribución dieron a un gm¡;v. la elite del templo, el poder de rqercionar a los de companción de sistemas. . . . ._
agri 1·ultorcs y p;1 c;tores para que ~rodujeran exceJentcs que ne se h1.::':-ieran con- Basándose en gran parte en la obra de Adams y en su propta mvcst1g,w1'.1 n en
scguic!o únicamente por medio del intercambio. Mesoamérica, Kcnt Flanncry ha modificado la hipótesis de Adams y la ha mserH .
Los cambios organizalivos más importantes fueron el resultadc d:: la intensi- tado en una perspe..:tiva m,i,, explícitamente sistémica (Flannery, _P.J72a). Flan-
ficación de los objetivos subsistenciales. Con una población ::-ccie1J1::: un sist...- nery conccptualiza la aparición del estado como un proceso _d_e crecu::nt~ ~egre~a-
ma de redistribución, la agricultura antigua de Mesopotamia se orier.:ó hacia un ción v centr~lización en ei ~eno de h1 .;ociedad. La "segregac1on>1 es !a diierencia~
incr ... mento de la producción alimentaria. Adams sugicte que la limi1.ación de la ción ·interna y la especialización de subsistemas de la sociedad, mientrns que la
proJucción alimentaria era provocada por la escasez de ag~•3 y no de tierras. Los (<centralización)> es la articulación entre los subsistemas:' el aparato de control Je
cursos naturales de agu:· y las obras de irrigación a pequeña escala t;;.n sóio pe1- la jerarquía superior de la sod-:.'.ad (Flanncry. 1972a, p. 409). ~la~n~ry ~es~aca
mirfrm rcg;¡r de founa adccuai:!a un·. pequcría ··µai te uc 1us tierra:; disponibles. que una explicación adecuada de la aparición del estado debena d1stmgmr ng:uH
Además, no todas las áreas irrigadas eran igualmente produi:livas v, cuando el ni- ro~amentc entre:
vel de L.:.s ríos era bajo, la cantidad de agua bastaría taü sólo para lm. tierras más l. Los procesos de segregación y centralización.
próximas, que serían las únicas que podían oti1ener buenas cosechas. Por esta ra- 2. Los mecanismos mediante los cuales acontecen dichos procesos.
zó11, el 2-umento de tierras puestas en culti\·o Y la intensificación de la a2ricultura 3. La presión socioambiental 4ue selecciona estos mecanismos. .
en las tierras ya cultivadas generaron difcrenCias considerables en la p;oduc~ivi- Incluso si se acepta la píemisa de que los procesos q11e conducen al advem-
dad de he; tierras de lahnr situadas en t.vnas diferentes. Le:; que t.:untrnlaban las miento de la civilización son los mismos en diferentes regiones del mundo. ~ff-
tierras próximas a los cursos fluviales podían producir más cosechas y obtener mecanismos pueden no haber sido los mismos y es muy probable que las presio-
prvductos incluso en años de baja pluviosidad. Como consecuencia surgieron no- nes socioambientales hayan rnriado.
tables diferencias de riqueza entre los camp..::-~nos, unidas a las diferencias de la La importancia de es!e enfoque reside en destacar los diferentes ni\'elcs ~el
capí1cidad para adquirir tierras de regadío adicionales. Adams identifica el acceso aparato de control que manti..:. .. <2n el si:,tema. Un aparato d~ control penn~te
difcrcndal a un bíen produnivo primario, el ai=,ua, corno el primer pase., en la apa- que el sistema funcione dentro de unos límites accp_tahles. ~.¡ lalla, ~nton_ccs lle-
rición de la sociedad de clases. ne que aparecer otro mecanismo de control, o el_ sistema ,nnvol~1cmnara" a u~
La creciente especialización artesanal y la riqueza diterencial basada en la nivel inferior de organizació,·,. En la mayoría de sistemas compleJ05. como la ci-
tenencia de la tierra contribuyeron a estimular la segunda transformación fun- vilización existe una jcrar□ uía de mecanismos de control, con aparatos de un
damental identi;icada por Adams, 1}1 transfom1ación de una sociedad basada en orden suPerior que controlan aparatos de orden inferior, los. cuales, a s~ y~z,
el parentesco en una suciedad de clases. El parentesco constituía la base de la controlan los subsistemas en funcionamiento. Cuando !os subsistemas estan a1s-
estructura organizativa en la antigua sociedad rnesopotárnica, y estos lazos tu- iddos. unos de otros, se consi1rne una relativa estabilidad. de forma que s.i surge
vieron una gran incidencia eii. las primeras tt2ntativas de consolidar una adminis- algün problema en uno de JÜs subsistemas, no afcctan.í inmediawmente a .los
tración. La divisiór. '.:conómica de. las activid2;des subsistenciah.:;:; y de la produc- restantes. Sin embargo, la rnraclerística evolutiva de los sictemas roinplCJOS.
LO:; ORiGENES DEL'\ CJVIU7 •\CilJ.'~ LOS ORÍGE'.\ES DE Lt\ SOC!ED,\D URBANA 295
como d cslado, estriba en la creciente centralización e interdependencia de lo~ conl'.1:pu.dizarsc como un~ ~s?rie de pr~)c_csos en creciente interacción que fueron
diversos subsistemas. En l..,tos casos, las anomalías cr, u,.., subsistema suelen deseuudenados por cond1c1?ncs ~colog1cas y culturales favorables, y que conliH
afectar a todos Ju~ demás subsistemas, con l;i consiguiente inestabilidad que ello nuaron 1.ksarrollandosc_mcd~ante mte:accioncs de rduerLo mutuo. Ei proceso de
supone. Para neutralizar esta inestabilidnd, desde la cú-;pide de la jerarquía :-:: desarrollo comprende c1:ico mtcrrelaciones de retroalimentación posifr.,·... trt'r de
gestionan directamente los subsistemas inesl:ibles. las cuales (A, By C en la fig. 7.7, p. 296) provienen Lle la ecología e hicieron sur*
El aparato de control adopta normalmente la forma de instituciones de di- gir cierras instituciones características de las primeras ciudade; mesopotámicas.
versos tipos. Una institución puede haber ..;ido creada para cumplir ciertos ¡;ro- La cuart:t y la quinta relaciones de retroalimcnt.1cié;1 positiva (D y E en la fio.
pósitos, pero en concomitancia con la cvolm.:iOn t..lel siskrna gt!neral puetle <1su- 7.7) fu:.:ron estimuladas por el urhanismo tcJT,prann y ayudaron a transformar¡;,
mir otros fines y gradualmente dirigir su propio destino. Entre las institucione~ ciudadeS indcp:::1dientes ,.,n componentes de un estado nacional cen1ralizado.
má-., importantes se encuentran las que TC)!Ulan el íluio ue información hacia los Ninguna de estas relaciones de retroalimentación funcionó mu,;.ho tiempo en una
grupos constituidos en el seno de:~·-,.,~: . . ,:.,~! (Flannery, 1977a. p. 411). En el ca- situación de vacío adm!nistra!ivo, ni tampoco surgió de pronto una elite adminis-
pílulo 6 se ha planteado la creciente nccL·sidad de mecanismos para la circula- tratirn dispuesta ú wntrolar las instituciones ya cc;11plelumente fom1ad:1s. Al
ción de la información cornO un eleme;~:o crucial en la forniación de la civiliza- contrario. cada institución se inició en un nivel simple y fue creciendo poco a
ción. Sociedades con una nrganizadón ba,..,ada en e 1 parentesco o en la religión poco. l:sh,S procesos aguJizaron las cr~cientcs divisiores en el seno de la socie*
podían manejar un cúmulo considerable de informacirín tlc1allada, pero las insti- U.1d. c¡::é se Jueroi~ institucionalizando como niveles í'conómicos de una sociedad
tuciones formalizadas de las civilizaciones antiguas comportaban u:::i t~gulación jernrquiz: 1 da. Estas relaciones de retroalimentación lambién estimularon e! creci*
y transmisión de información mucho mayllr que :.:. que hahía existido anterirn- mient<.1 de un:: clase de administradores que controlaba cada vez más los recursos
meT1tc, le que hizo posible alcanzar el niwl de organización que conduciría .:11 producti\"OS de la sociedad y reforzaba las nacientes divisiones en la estructura de
estado. clases.
Flannery considera dos mecanismos cn,lucionistas de los teóricos sistémicos No todas las comunidades de Mesop;::,tamia siguic:nn '.os mismos estadios de
para explicar mucho-: de los carnbiu:i que :-ui.:edieron durante el proceso de for- dcsnrr,:;!]v ;,:;-~--::;~.:; ¡:;r;;:;.:ü:.;:.;:!;::,.., -·· :.. ~::coJra 7.:. Muclu•<; poblados y aldeas conti*
mación del estado. El primero es la ,<pronwción)), i::ediantc la cuai una institu* nuaron existiendo v funcionando en el naciente entramado de la c;.,¡Jización. Sin
ción de bajo nive! :; de función específica SI.' convierte en un;:i institución de ni- embar··~1. la estruc-tura de la sociedad de Mesopotamia se vio afectada en gnrn
vel superior al servicio de un objetivo m;ís ~L"neral duran!(.; un penado de .._risis. medida por las grandes comunid..ides que conslituían los centre,s de desarrolk, de
Un golpe militar en el cual un líder toma d control del !!Obicrno del estado es la ci\'ilizc1ción. Por esta rnzon. aunque para comprender la sociedad urhana sea
un ejemplo de prrnnoción. El segundo mc(°anismo es ia ,dincalizacié,1», me necesario estudiar tanto los asentam:~ntos grandes como los pequeños. el modelo
diante el cual ius controles de ba10 nin:! :-l'll nb~'Jrbidos por los de atto nivel. La sistC111ico se centra en los cambios que condujeron a la ~iferenciación de !os di~
transferencia de la gestión local del regadú1 ~11 gobierno estatal es un ejemplG Je versos ripos de comunidades.
Iinealizac1ón. Diferentes formas de'Í,ronw~·tón y de linea!ización llevaron a una La ,J.riable más importante para medir el desnrroliu del urbanismo es el in-
creciente c~1arnlización del con!rol duramc la formación tlcl estado en rvfesopo- cr.::mcnto relativo de la complejidad :nstitucional formalizada, como se eddencia
tami,1_ nern la centralización pueae progr._,:-,3r demasiado respecto a las condi- en la aparición de la sociedad estratificada. El aspecto de la suciedad cstrntificada
ciones de- máxima e~i.abilidad del sistema h'tal. Si un sislL'ma de control se cen- en clases. que adquiere una relevancia esencial en nue!,LfO estudio. es el cri ricnte 0

traliza en exczso, ppqueñas·perturbac-irinc:- .:-n cualquier componente del sistema contrC'! de la elite ad1:·!11;strati\'a. La figura 7.7 muestra las relaciones de retroali-
tendrán consecuencias para la totalidad. Fn la segunda mitad de: capílulo ;::. mentación rntrc elementos de la primitiva sociedad mcsopotiímica que dieron
presentamos e_jemr'o-: de·cómo la excesjy;¡ :i'ntralización llevó a la desaparición como resultado el crecimiento de una elite administrativa. Los elementos t..lcl dia*
recurrente de los antiguo$ estados mesop,~:jmicos en los primeros período:. hi..,- grama no est,.ifl ordenados cronológicam-..:nte de izquierda a derecha, sino que
tóricos. tratan de mostrar las interrelaciones de i0s factores presentes en todos los perío-
dos a lo largo de! proceso.
Una situnción ecológica fa\'orablc incidió e1, !a formación de la el\ i1ización
Un modelo sistémico-ecológico mcsopülámica. Hacia el 5:"00 a.C.. una gran extcnsióP de tierra-; potencialmente
cultivables de fvlcsopotamia se hallab,:1 desocupada. La !\anura meridional de Me-
l ililizando muchas de las ideas de Ad:0.::'.s y de otros tcóricos. puede trazarse sopotomia pudo haber tenido un poblanu¡;11to poco denso de grupos seminóma-
un marco de investigación para el surg.i;:·. ::ito de la ciYilización que tenga en das y cmecía. al parecer, de asentamientos agropecuarios. Con la tecnología apro-
cuenta muchr:is de los factores y de las rl':_,,-iones sistémii:as que estimularon el piada. i.:i potencial agrícola de las tierrns at.lyacentes a los cursos naturales Lle
desarrollo del estado. El urbanismo, o la ~-:-:, i.lizacióri, son .:onsiderados como un agua era inmenso. Las limirncioncs consislfrm en una p!::viosidad insuficiente
sistema social complejo con granúes dikr;·::das internas. organizado según una para practicar la agri.:~iltura de secano y en la incapacidad de las plantas y anima-
estratificación de clases y con una elite ad:..:...'1istrativa t¡UL' controla las institucio* les de las tierras altas para tolerar las condiciones medioambientales de !:1s tierras
nes organizativas más importantes. bajas del Yalle fluvial.
La urbanización no se desarrolló com:- un ajus!.:! lineal en el cual un factor Hacia el 5000 a.C., se estaban pr:.::luciendo grandes avances en la formación
provoca un cambio en un segundo factor .:_-.:.e. a su ve:·. fuerza un cambio en un de las bases del urbanismo en iv!csonotamin. Un cierto número de comunidadc~
tercero y así sucesivamente. Por el contran:. d nacimient~i de !a civilización debe aldeana.5 agropecuarias se habían c~tcu...;ido müs allá de las árcns en las que se
LOS ORÍGE1\ES DE LA r,r-. ·,_¡zACJÓN 1 OS ORÍC,E?\ES DE LA SOCIEDAD URBANA 297

habían duwesticado, por primera vez, plnntas} anir.1ales. En algunas de estas


·íreas aparecieron 11uevas presiones medioambientales sobre las plantas y el ga-
nado. que estimularon ln selección de las variantes más tolerantes. Al mismo

0 " 11 tiempo, es probable que algunos pueblos que se habían trasladado hacia los már-

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genes de las tierras bajas meridionales de Mesopotamia, como Tell e!'i-Sawwan o
Choga Mami, comenzaran a basar su subs!"'tcncia en formas sencillas de irriga-
ción para compensar la f:!scasa plu•.'iosidad. Por añi1dichJra, hay evidencia de que
estas comunidade~ desarrollaron formas más complejas de vrganización que sus
predecesor~s, las pnmeras aldeas. :Y-abía sll!g1do una sociedad jerarquizada, en

1'¡ lº M~1º1 1
¡l
ténninos de Morlon Fried, o el estadio de jefatura, según el modelo de Elman
Service. Así, cuatro avances -anim~ les que toleraban el calor, plantas resistentes
a la salinidad, sistemas S'.:nci!los de irrigación y organización jerarquizada o de je-
faturas- pusieron los fundamentos para una nípida nparición del urbnnismo en
la Baja ivlesopotamia.

1
lt fu ffi1 ílffi
La ocupación de las tierra;; bajas de Me.::;opotmnia oor comunidades agrope-

¡¡¡¡ _L' 111


cuarias avanzadas conllevó Yarios cambios importantes, que supusieron el esta-
blecimiento de trc: tipos de relaciones oc desviación-amplificación. las cuales
conducirían a uua sociedaU e::ratiücada e:: clases (A, B, y C en la fig. 7.7). Aun-

c5]¡[ ~ f" -1~ fjI j jt¡ ' ' ~


~ ~
L;e ' -t___,
que el movimiento hacia zonas de menor altitud por p~'·te d.: los aldeano... del
sexto milenio y los posteriores moviniientos l!::::;ta la llanura de Mesopotamia a
cargo de poblarlores avanzndos u,·, aldea ~usieron en mu1cha el p!''lceso de desa-
rrollo del urbanismo, no estoy planteando que Jo:,, participantes reconocie1 an ne-
.2 t: - cesariamente toda la impcirtancia de los carnhios que csl::! 11;:rn succdier.'IO. Por el
1 º~ --~ cuutrario, todo este proceso de movimientos de rCJblación, de colonización de

L _J Lfttlflr
L!!J~
nuerns regiones y de estímu;u de los mecanismo::: de retroalimentación puede ser
entendido~ en términos de p1ocesos naturales exp;~asivos. que requerían tan sólo
de gente suficiente para que se produjese una reacción ante ];i npción considera-
da rr1s ventajosa a corto plazo. Por tanto, fue el sistema 1uedioambicntal, tecno-
lógico y s-:;cial el que dirigió la evolución de estas sociedades. Aunque indíviduos
y circunstancias concretos pueden haber causado ciertas desviaciones en el p:·o-

r! i cesn de civilización, su curso general ;:;iguió una trayectoria aparentcmeflte irre-


\'.:rsible, un~ vez se dieron los pasos iniciales ya mencionados.
La emigración hacia los valles adyacentes era probablcrucnte una solución
,g.g"g
!~i
e E..,
_.... :.=
e,.
¡_ común al problen1J del aumento demográfico en la antigua Me~opotamia. En el
transcurso de las migraciones estacionales del segmento pnstc,il de las aldeas se-
mísedentarias, los primeros agricultores y pastores de. las tierras altas pudieron
~:::'l)
obtener conocimientos sobre las tierras bajas. Tanto si la gcnt se trasladaba h<>-
1
_'
o
cia nuevas <lreas ::.ebi0'J al crt.:imiento demográfico, como si lo hacía a causa del
_J ago:amiento de los suelos, o por ambas razones, es lógico suponer que en un pe-
ríoJo de du.,, mil años (posiblemente ochenta generaciones) las poblaciones de-
bieron intentar asentarse en zonas más bajas, entre otras alternativas. No todas
las aldeas que se establecieron en las áreas más bajas, de pi~demonte, tuvieron
éxito. El proceso no implic::::Ja una previsión de futuro. ni el deseo de trasl;.1rh1rse
1 a lvfesopotamia, ni tampoco una concepción ue !a sociedad compleja que se desa-
rrollaría allí. Por el contrario. este proceso dependía de los movimientos natura-
les y a pequeña escala de grupos humanos y u·c la existencia de c;ertO::, requisitos
que permitieran la supen1 ivencia de una comunidad en las tierras bajas de Mi::.;o-
potamia.
El establecimiento de comunidades agrícolas a lo largo de los cursos de agua
naturales de la Baja Mesopotamia inició l10s procesos que pusieron en .-:,archa
relaciones cruciales de retroalimentacié:·. positiva (fig.. 7.7 A-C):
298 LOS Ql{JGE:,;ES DE LA cn·¡¡_¡zAClÓN LOS ORÍGL.\'.ES DE LA SOCIEDAD URBANA 299
I. '.:::'reci~1i~nto_ l_cnto, pero constante. en una rt:gión productiva circunscrito. ria ::1 ,;,;viren asentamientos mu:· próximos entre sí. Los asentamientos aumenta-
E~1:~cinhzac1on de la produccilln alimentaria por parte de diferentes uni-
"!
rían sus tamaños respectivos y necesitarían cada vez más de una agricultura in-
dades sociales.
tensiva, especialmente en las in:-nediaciones de los c1·~ndes centros.
3. Adquis_i7ión de materias prin1Js alóctonas. n1:cesarias para fines utilit¿¡, ¡05 _ 4. El resu]1,)dn de esta intensificación de la agricultura en Mesopotamia fue
. La ~oblac10n cada vez mayor de la !!anura m~sopotámica. resultado del creci- el acceso diferencial a los recursos estratégicos, es decir, la tierra de cultivo irriga-
mient~ '.~terno Y de la inmigración. inició cicr!;:is transiciones cruciales. En con- ble. y e! establecimienlo de !as bases de una pujante elite administrativa.
1,~ap~s1~10n_ :1 zon~s de mayor ~lm·iosidad, d.o_nde el determinar.te principal para El crecimiento de centros demográficos estimuló la formación de diferentes
l.1 locah~acmn de arca~ productJYas es la fcrtiJiJ¡¡i_'. Jd suelo, la llanura aluvial era instít11ci0ne": de regulación. La concentración de un gran--núrnero de personas
r: 1
r?du:t1va_ P?ra ,la ;1~ncultura si había ~isponibilidad de agua. Esto signific;;i que en asentamientos nucleares, donde se almacenaban alimentos y herramientas,
L:s me.1_or~s tierras eran las que se locahzaban cerca de los cursos n~turalcs de los creaba concentraciones de riqueza en cantidades desconoci,fas hasta entonces.
nos ~1~1s unport~nte s. ~onde se pnd1:;i practicar !a irrigación a pequeña escala. A
1 El hecho de que tan sólo 1.mas pocas familia::, de estos grandes asentamientos se
medid~ que ~r.ecia e1 ,:u•ncro de habnantes, también lo hada la l-antidad de tierra beneficiaran de esta riqueza acentuaba su concentración. La concentración de
de :u!t1vo u~1!Jzada, y pronto se hizo necesario cultivar tierras sin acceso directo riqueza provocó una preocupación por la defensa que llevó a institucionalizar
ª.] nct o_bternc,-,do ~lag~~ a p:~rtir de canale'> que transcurrí? □ por tierras de otros ejércitos profcsion"les con el propósito de regular y mantener las crecit:utes di-
c'.1m¡:~smns,. Estd s1tw1 r:10n pudo resultar eficaz mientras los camnesinos mantu- visiones en el seno de la sociedad. Otra necesidad creada por la aparición de los
\"!eran una rcl~ción amistosa y exisriera suficiente agua para todo ,-,1 mundo. Sin grandes asentamientos era la mejora dt:I flujo de in!ormación, que exigfo reglas
~'.11hargo, en anos de_ sequía, un campesino con acceso directo al agua podría uti- formalizadas y una estructura para transmitir datos técnicos concernientes a la
h~arla para sus prol?~os campos. Este problema se iría complicando con el creci- economia productiva. Parece que la comunidad ~-=l templo asumió estas tareas
miento de la poblac1on porque todas las tierras apetecibles ya se estaban utilizan- .:!n las primeras ciudades mesopotámic'.:'."' ~·sando dos mecanismos principales, la
do. Y por e~ta razón tenían que por:::-se en c1ltivo tierras a1c.:Js adecuadas. Las escritura y el ~:te 11..:.rmalizado. L..t tercera consecucnci::-. de los grandes asenta-
c~nSL.Lllí'nr•~;i" dP r>d ,.,. ;rr.!.,!~~:.. ::a:·--· 1 • _'""·tipos ,AJams. 1966a): 1) algunas tie- mic::'.vs fue la aparición de tensiones sociales originadas por las densas concen-
rrd~ produc1an mayor~s cosechas que otras por hora de trabajo, y 2) algunos cam- tr;:iciones de 1ioblación. Es probable que se hicieran necesarios nuevus mecanis-
pesrn~s fueron conscientes del poder que tenían sobre sus vecinos. En conse- mos de integración, una regu!auon mii::. estrecha y la aparición de la judicaiura.
~u;c•ncrn. se construyeron obras de irrigación que pudieran abastec.:...r con agua a E!" lus primen:'· ciudades, :.'::;tas institucion<"<; estaban admi11istradas por b elite
arcas mayores .
del temnlo y se reforzaban por medio de sanciones sociales o del cuerpo militar
. Cunnt? mayores eran la población y la cantidad de tierra puesta en cultivo, recié11 ;::reacio.
mas vcn!:.1oso resultaba el control de fos tierras con acceso di;-..::cto al agua de rie- El ¡~otencial agrícola de la llanura mesopotámica y la intensificac!-.:~n dt: ;a
go. L_a_r~c¡uc;a ~cumulada por los campe'-inos con mejores tierras les permitía la producción alimentci.-¡a mediante la generalización de la irrigación hicieron ven-
adq_u1s1c10n :: e tierras adícionalcs. ~kdiante el . . onrrol del agua de rieoo, un cam- tajosa la cspeci,dización de la producción. Es posible obtener un J.umento de la
p_esmc: ya acomodado podía ser el prime;·J en beneficiarse de ultcrior:s construc- producción de diversas maneras: 1) utilizando más tierras; 2) produ,:-•endo más
C!Ones ~e can;1les que atravesasen sus tierras. Los ,·alares diferenciales de la tic- alimentos por unidad de tierra: 3) .::.umentando la especialización y el intercam-
r'.ª. pudieron haber animado a los que poseían las tierras má::; valiosas a tomar pn- bio. Todas estas vías fueron emdvadas en l\Jesor ./'.amia. La·e::.1-1~l-hu11.ui.:-ión de !as
sicmn . en favor del_ concP~t=i. de propiedad pri,·ada más que del de propiedad tareas productivas significaba que los trabajadores se convertían cxclui;ivamente
co!nu11dl. La he.J"~ncrn de pro¡Jtcdades y de riqueza puede haber constituido el si- en pescadores, pmnores o campesinos. Cada trabajador resultab,1 más eficiente
gmen.te paso log1co, provocando el rcconocimiemo de un status adscrito. que dedicándose a uno de los trabajos a tiempo completo que si las tres tareas tenían
con~:nurn _~n- ~1_ccani~mo regulador básico en i:::s ci\·ilizacioncs antiguas. D~ este que ser llevadas a .:abo por una familia (cf. Lees y Rates, 1974). La especializa-
mod~. la d1v1s1on social entre ricos y pobres .:omenzó hace 6000 afias. Tal como ción implicaba la necesidad de medios de intercambio de bienes y, por tanto, la
h_a a_Jirmado AJams (1966a), la sucesirn intensificacmn de la aoricultura v el sub- elite del templo or;:mizó un sistemci de recaudaciU11 y distribución. D~ esta f,x-
sigmentc acceso difercncíal a los recursos cstraté.!úcc:; fueronº las causa; funua- ma, el templo empicaba a una gran parte de la población del asentamiento en ta-
mcntalcs de la aparición de la -:0ciedad estrmiucad; en clases. reas productivas (Gelb, 1965).
Existen diferentes e}ement?s en esra situación que se refuerzan entre sí y que La economía redistributiva incrementó la eficienciu de la producción ali~
conducen a una comp!e_¡a relación de retroali1111..ntación positiva: mentaria y proporcionaba un poder adicional a la elite administrativa, especial~
l. Cuant~ más gente hay. más tierras han de ser cultivadas o más intensivo ha mente a la de la -::-omunidad del templo. Esta condición fue importante para el
de ser el cultl\'? de_ cada tierra, o ambas cosas. Cuanto más intensi\'a sea la agri- desarrollo del urbanismo (Pohinyí, Arensberg y Pearson, 1957). Un requisito
cu.ltura. hay mas alimentos disponibles para manttner a una pot~Jación en creci- tundamcntal en una sociedad compleja es que los excedentes alimentarios del
miento .
segmento productivo de la sociedad deben ser acumulados para mantener a los
. _?: Otro método para incr~~en!~r !a produ:ción agrícola destinada a un2 po- artesanos, a los come:1ciarues \" a la elite. Un sistema redistributivo permite al
t:J ..'.c1on en aumento es la plamhcac10n y la admmistración centralizadas de las ac- administrador fijar la cantidad.de alimentos con la que un campesino debe con-
ll\'lda?;s agrícolas. Entre otras cosas. inchirían la construcción mantenimiento tribuir para obtener a cambio una ciertn cantidad de pescado o de carne. De
y gesl1on de las obras de irrigación. '
esta forma, la elite del templo pudo haba cstirnulado la producción de un exce-
3. Una población en crecimiento en una ~:.·ell productiva limitada está obliga- Jente por medio del estable.c:,;1íento de elevadas tasas de contribución. Este
LOS ORÍGE\"ES DE LA CJVJUZAC!ÓN LUS ORÍGENES DE LA SOCIEDAD URBANA 30í

;l1ntrol dotaba a los adn1inistradores de nn arma más cnntra las dis:,:h:ncias. De semiindependiente de comerciantes que gestionaba transacciones oficiales y pri~
... ::-1e modo, .la e5¡'ec¡._.lizac~ón en la producción afünentaña contribuyó a provo- vadas (Adams, 1974a).
..:Jr ]¡¡ necPsidad de unu ell!P gcst0ra. Paralelamente se le confirieron los medios Lns administradores me'-npotámicos recaudaban los excedentes alimentarios
r.1ra nrnntenerse a sí misma y a otros especialistas no implicados en la nroduc- de lé:i población agraria para mantener a los especialistas a tiempo completo que
,.:-ilin alimentaria. ' fabrícab;:::, la cerámica, el instrumental agrícola, los tejidos, las esculturas y los
El tercer proceso fundamental que se inició con el movimiento hacia Mcso- productos metálicos que se utilizaban para pagar las materias primas. Los arte•
rl1rnmia fue la adquisición de materias primas de otr2• regiones (C en la fig. 7.7). sanos estaban bien organizados y existen evidencias fehacientes de que ciertos
\lc~opotamia meridional no cont::i.ba con pi~dra adecuadfl nara la construcción productos se fabricaban en grandes cantidades desde un m~mento muy antiguo
ni cLm madera, betún, metal, 0 materiales líticos para la fabricación de ;hiles mo~ (por ejemplo, la cerámica hacia el 3000 a.C. y los tejidos hacia el 2700 a.C.). Las
lino:: o vasijas. En algunas oca5iones. se milize>.ban mro:-i materiales para sust'ituir- industrias man11factureras requerían de una administración, y su :ontrol debía
h_,:,, como, por ejemp·10, barro cocido en vez de pi'.:dra para las heHamientas. o coordinarse con el de las fedes de intercamhin_ ~"'"('._llf' la especialización artesa-
:llilibes para las edificaciones, pero era preciso importar una gran cantidad de nal v la industrir!lización implicaban nuevas demandas para el comercio. De estn
ma!t..'rias primas. mañera, el comercio y la industria incrementaron la rnmplejidad de !? sociedad
[! comercio puede adoptar diferentes formas. dependiendo de la nrganiza- urbana.
('Íl1n social y de la necesidad de bienes. Por ejemplo. las materias primas se pue~ La cuarta relación de retroalimentación (D en la fig. 7.7) se deb:; en parte a
den conseguir direc~amente de la gente q:.ie las manufa;:tura u obtiene, o median- las transformaciones causa~as por los tres primeros mecanismos de retroalimen-
te intermediarios. Las transacciones pueden consistir en el intercanil)io de bienes tación. El crecimiento de los asentamientos y la riqueza diferPncial crearon con-
de igual valor, aunque con fr,-...cuencia una de las panes da 111ás de lo que recibe, ce~1.-aciones importimtes de materiales, productos agrícolas, equipamiento m~_e•
i:-n un esfuerzo por mantc,1er la relac;Jr. comercial o ':stablecer una aliunza. A los ble y bienes de prestigio. Estos bienes valiosos se convertían en 1ma tentac1on
intercambiu~ pueden acompañarles ceremonias en las que se ofrer"n «C.::macio- para posibles asaltantes exteriores y para los miembros más pobres de la con~~-
ncs" y se reafirma la solidaridad. nidad. Al mismo tiempo, existían razones que f:1,vorecían el uso de fuer¿as m1h-
Para entender el efecto de !as redes cuwcrcia!e, '.!obre la org;:.;-.ización s0sial, tares en campañas 01eusivas. Estos ejércitos pudieron utilizarse para dinmir d!~-
resulta necesario identificar las personas o grupos que dirigL,11 el comercio, cómo putas sobre tierras, para proteger las rutas de comercio o para saquear las n-
SL' distribuyen los bienes, y cuáles c:on los bienes loc?les que se rr'ciben com0 quczas de otras comunidades. La necesidad de creación de un ejército propic se
rago .. Aunque la evidencia arqueológica no es concluyente para el quinlo y cuar- hacía mavor al aumentar la posible amenaza de los ején:.i~os vecinos. Una \'eZ
to milenios. es probable que el com.:.cio a larga distancia ~swviera dirigido por formada Ía milicia, aunque sóln tuviese objetivos defensivos, no resultab_a eco-
la conu..midad del templo, que podía ln·ganizar expedicione!:i .:omercialcs a regio• nómico dejar inactivo el f"Jlcnc;uI l:,,füco y ::e le enviaba a ganar su propio. su.:-
!k'_5 do~d~ se obtenían los bienes deseados. Hacia el cuarto milenio, en Tnrquía e tento. El círculo vicioso que va desde la riqueza susceptible de se1 robada a1 mi-
1ran cx1stian f'robablemcnte poblados especializados en la exrracciGn y produc- litarismo y, por esa :-azón, a un nuevo aumento de riqueza ha continuado hasta
cion de materias primas, como cobre y obsidisirrn. Los mercaderes mesopotámi~ nuestros días.
cos inter,:ambiarían productos textiles, cerámica, alimentos o bienes artesanales El crecimiento del militarismo tuvo L,on:;.::cuencias importantes para el desa-
por materias primas. Ya en la época de Jemdet Nasr. se documentan comunida• rr ..'lo del urbau,;:,rnu ..... u primer lugar, el ejército tenía que se1 mantenido con los
des de corr.crciantes :~esopotám1cos que vivían en centros lejanos desde donde excedentes acumulados nor la elite administrativa. y en contrapartida, ayudaba a
controlaban el comercio, como Godin Tepe en Irán y Tell Brak en el noi.~e de Si- ejecutar las directric~s de esta última. En segundo Jugar, en épocas de inestabili-
~a. Los bi~nes que llegabar. a Mesopotamia se convertirían en parte del ir1venta- dad el militarismo estimulaba a los habitantes de las zonas rurales a trasladarse a
no de la ehte del templo para la manufactura de otros bienes que, postc:-iormcn• las ciudades fortificadas, y de este modo los campesinos quedaban bajo un con-
te. se distribuían a la población o se retenían en el templo. El primer tipo de co- trol más directo por parte de la elite urb;ina que en época~ anteriores. En tercer
mercin pudo haber tratado con productos utilitarios. pero poco tiempo -iespués lug<u, el militarismo se c~mvirtié pronto en una fuerza independiente dent.ro de la
1
también se .comerciaba co" metnles escasos, piedras semipreciosas y otros pro- jerarquía de los grupos administrativos. Mientras que la elite de la comumda? '. ;;:l
ductos exót1cc-s, puesto qüe la aparición de una clase acomodada investida de au- templo ejercía su poder por medio del ritual, la información y la cconom1~, ~¡
toriJad estiluuló la ;;.:....:esidad de bienes de prestigio que sólo podían obtenerse ejército ba.;aba su autoridad directamente en el uso de la fuerza. Este domm1~
rnediantc el intercambio. La creciente importancia del comercio tuvo diferentes llegó a ser muy importante después del eslablecimiento de las ciudades y resulto
consPCUencias en la sociedad mesopotámica; por un lado, requería de 11na admi- muy eficaz en la formación de gobi~rnos estatales seculares. .
nistración centrnl para llevar a cabo 10s intercambios a larga distancia de forma Aparte de las relaciones de retrcalimentación positiva que mcrement<1ron l::i
eficaz, y por otro, de un excedente agrícola yue permiiii.::1a la dedicación a tiempo complejidad de la sociedad de Mesopotamia. también existían numer~sa~ ~ela-
completo de los mercaderes. ciones de retroaiimentación negativa que tcr::'an un efecto regulador o mh1b1dor
Se cree que los primeros comerciantes eran funcionarios del temple,. M.i::. c:0bre el crecimiento del sistem7i. La articulación y la importancia relativa de i..is
tarde: durante la segunda mitad del período dinástico primitivo, los mercaderes relaciones positivas versus las negativas son las que dete.r1!1!ºª~ _qué sistcm~s
trabaJaban para el templo. pero también para el rey y los ciudadanos acomoda- crecen, cuáles permanecen estáticos y cuáles decaen. La c1vd 1 7.acmn mcsopo!~-
dos, según muestran las evídencias escritas de esa Epoca. Además, también po~ mica se desarrolló por etapas, alcanzó en cada una de ellas un nive! de estabiil~
dLn haber hecho negocios en su propio provecho. cJnvirtiéndose en una clase dad y retrocedió después eí1 dimensiones y complejidad. Las relaciones de re-
302 LOS n1-{ÍuENES DE LA CIVILIZACIÓ}.; LOS ORÍGENES DE Li\. SOCJED ..\D l.1RBANA 303

trr,i;,ncntación negativa resultaron cruciales a la hora de determinar el nl\'el de para mantener ia producción artesana! u pnra la industria. Con ello, la diferen-
cstii71rlídad conseguido y los tipos de instituciones que aparecieron para regular cia entre ricos y pobres se aumentaba, provocauJo disensiolll:.-; internas e inva-
/a socicduJ en transform11ción. siones de grupos exógenos.
l'vluchos de los factores de la figura 7.7 contienen en potencia relaciones de El establecimiento de un ejército permanente pudo haber sido un medio para
rctroaiimentación negativa, pero dos resultan crítíca~, la producción de exceden- obtener riqueza para la ciudad a través de conquistas y tributos. Tnmbién pudo
1cs agrícolas y el aumento del militarismo. La producción de excedentes agrícolas contribuir a aumentar el número de habitantes, ya que la actividad militar incita~
q1nstituía un factor central en el desarrollo de la civilización me.sopotámica. Posi- ría a emigrar a la ciudad a los habi!ant,;s de las rireas rurales. No obstante. el mili-
[,i!il a!1n l:i PXÍstencia de una ecu11omía redistributiva, de la artesanía, el comercio tarism: tenía también consecuencias negativas:
y las industrias. Los excedentes también se utilizaban para mantener a la crecien- ]. La producción agrícola descendía~ cuando los campesinos se tra'.;!.1daban a
;,: ditc administrativa y a los demás especialistas que formaban el núcleo del ur- la~ ciudades.
h;rnismo antiguo. No obstante, varios proc::!s □s en el crecin1iento del ürbanismo 1. El comercio a larga distancia se hacía peligroso y müs difícil de pro!egcr en
11!\'icron un efecto negativo en la producción o la utilización de los excedentes las zon;is donde tenían Jugar acciones bélicas.
a1:.ricolas: 3. La manutc;ición d; un ejército permanente y de una situación de a~tividad
' l. Los intentos a corto plazo de aumentar la producción condujer;:::.:1 a una bélica de'-plazaba grandes cantidades de recursos pcnencialmen!C: ¡Jroducuvos. Ln
L'.\CL':.i\'a intensificación, que a menudo provocaba a largo plazo un desastre eco- mano de obra y !as necesidades subsistencia les cid propiu ejér:.:1to rcducí;:,,:~ !u ca-
'.Himico. La decisión, por ejemplo, de :10 pcnnitit un periodo de barbec:,o sufi- pacidad de producción. í]llt=- podría haberse canalizado hacia 0 1ros fines. Las
ciente entre i..!,Js cosechas, o de regar continuamente sin tomar las debidas pre- constrnrrfones defensivas en torno ü !a ciudad y el equipamiento m: 1itar r~que-
c;111cic,,1cs, incrementaba la probabilidad de elev,idón del nivel del aaua freática rían grandes cantidades de trabajo y de materia:: primas. La propia guerra des-
n111 la consiguic:ite salinízación e inutilización de las tierras de culti;o (Gibson, truía recursos rlc capital y riqueza ya acumulada.
!'}7-1). Por lo tantn los esfuerzc"" encaminados a incrementar la producción pu- De e~rn manera, el crecimiento i...Stimulado por e! militarismo era frenado por
di1'r,rn gradualmente provocar su disminución e implicaron, en algunos casos, el las relaciones de retroalimentación negntivas, r¡uc actuati~rn :~~p;J;;;:;::'.: -1~:2 '.::::;
¡ihandono cL,¡ territorio. sociedades se convirtierar: en empresas exclusiva y tornlmcnle militarist;:is.
1. Los cstullios etnugráfic~J~ prc¡::::ircionan ejemplos que demuestran que la La creciente complejidad. la estratificación social y la ·,;,arición de ínsti-
n·d1stribudón puede funciouar como un mecanismo para .:quilibrar la riqueza. tuciones gestoras estuYi.:!ron mc-!ivadas, inicialir:::-nt.:.:. por una serie de facto-
L.:~ poco probal!1C que en Mesopotamia tuviera esa función debido a las conse- res si,,i.émico-ecológicos interrelacionados. estimulados por !a colonización agrí-
L'l!L'w1as éticas resultantes de las condiciones de la producción. En parte se d~be cola de la llanura de Mesopr,t_amia. Siri embargo. l:.:i elite que surgió p,micipaba
;i la tr-'nsidón de una sociedad jerarquizada a una sociedad_estratificad;'l s1gui:::.:1• en la s.jUinta relación de ietroalimentación positiva. es dec11. en la formulación
ih1 ;,i terminología de Fried. En la sociedad jerarquizada, el staws se mantiene de estrategius para estimular uu !!!"yor crecirniento de las instituciones que les
mediante la cc-nsccución y redistribución de riqueza, mientras qu!.", en las estrati- darían poder y riqueza (E en la fig. 7.7). Esta elite podía est .. ,· compuesta por
ficadas. e'. suuus está formalizado y no requiere de una afinnación continua por uno o más grupos, cada uno de los cuales intentaba ampiiar el ámbito de su au-
medio tlc la distribución de riquen. Resulta difícil determinar cuál fue la causa toridad. Re;ulta lógico que la elite administrativa estimulara e! crecimiento con-
de este cambio en la ética de!: antigua M"'sopct;1mia, pero ., ... 0 ~, ....... _ .. ~,; los y,¡Jo- tinuado de las instituciones 12.estoras con el fin de regular las reh1ciones de re*
re:~ tlcsiguales de la tierra y la necesidad de prouuctos utilitarios importados cons- troalimcntación positivas y ~egativas. De esta forma. aumentaba ~u ~ont_r<~ 1 )
rituycron factores 'mporidntes. obligaba a la sociedad a 1:na mavor Jepcndcncia. Cada una de la'- 111st1tucmnes
.3. La concentración de población en ciudades reduce la cantidad de tierras reguladoras constituía una fuent~ de poder económico y administr;:lliYo para los
pl)kncialmentc cnltivables. Probablemente, la situación agrícola ideal hut1iera gestores, y se establecieron diver::.:J~ i:ódig0<; y norm;rs de comportnmiento para
nm:-istido en una distribución homogénea de la población en todas las zonas mant....ncr y expandir este poder. La propiedad pri\'ada o insti1 ucionaL. ~! sia-
afrícnJ.,_, productivas. Las concentraciones derr.::::gráficas pudieron mante:icr- tus adscrito. el acceso diferencial a !os recursos productivos. la Juerza militar, la
:-1..· ~r.icias ;_J una intensificación de la agricultura en las inmediaciones de la ciu- religión, la mitología y !:.s obras de arte contribuyeron a la división d,: la sodc-
dad. pero sG:u hasta cierto punto. La mejora de los transportes y la construcción dad.
de c,malcs permitieron la importación de alimentos pé!,.a mantener a los habi- La evolución del cambio cultural viene determinada por diversos facwres, si
tantes de los grandes centros urbanos. Sin embargo, la tendencia hacia el creci- bien la acumulación de las decisiones tomadas por la población constituyen un
micnto urbano y la producción agrfr:.:..-'.a potencial mantuvie1un una relación in- subslrato fundamental. Estas decisiones se toman en función de la ini'ormación
n:r~a. disponible y los que participan no siempre son conscicnles dt: su siguif!caci~n.
-L El aumento del tamaño y de la riqueza de la elite administnuiva consu- En una sociedad urbana. las decisiones tomadas por un pcu.ueño grupo de elite
1
mia capital de los segmentos productivos de la sociedad. Grupos excesivamente influyt:n en el curso de los ac.Jntecimientos, afectando a unn numcrorn pc 1la-
g,andes de adJ¡Jínistrador~s y burócratas consumían una proporción r:recicnte ción. Incluso las decisiones que toma toda la población resultan iníluiJas por la
Ji:I excedente agrícola disponibk. Esta tendencia se intensificaba por el deseo elite, que formula trayeclorias de acción para que e! pueblo pueJa elegir. !o cual
d.:a la elite de obtener bienes de prestigio y con la inmovilización periódica de repercute en las decisiones adoptadas. Este poder de la elite puede hacerse cs-
c~!ns bienes en los enterramientos. A causa de estas tendencias, se disponía pecialmentf' visible en período~ de crisis. Fn esos momentos. algunos grupos o
calla \'CZ de menores cantidades de excedente para invertirlo en la agric~ltura, individuos poderosot, pueden adquirir poder y no csián disput.:stos a rcmmci:ir ,1
304 LOS ORÍGE~·Es DE LA CIVILIZACIÓN LOS ORÍGE\"ES DEL\ S0C!EDAD URBASA 305

él una vez superada la crisis. La creciente influencia de la elite no significa que estructura uuministrativa centrnlizadé.l necesaria para el desarrollo del 1Fl)anismo
otros miembros de una sociedad cornrileja no reaccionen ante las exigencias me- no llegó a apar1::..:er. En consecuencia, <;atal Hüyük no fue capaz de incre'Tientar
dioa"1bientales o econórnir,1s. No obstante, la élite cumple el papel de interme- ni tan 5ó]o mantener su tamaño y nivel de complejidad.
diaria, interpretando la siluación y ofreciendo alternativas. Frecuentemente 3. Una manera de contrasrnr de forma direcra una hipótesis como la que st:
cuentan .::on el control suficiente para dirigir a una sociedad hacia vías inicial- incorpL1 ra en el modelo sistémico~ecológico utilizado en este libro, sería investi-
111cnte opuestas a las necesidades del medio y de su propio sistema social. Ge- gar qu.¿ sociedades precedieron inmediatamente a la formación de los estados v
neralmente, estas decisiones no adaptativas fracasaban. Si examinarnos la dura- de !ns ciudades pnra comprobnr si !ns instituciones descritas fu,.ciona~mn antes de
ción de la ocupación y los patrones de crecimiento dcmo;:ráfico a partir de la la cor:.solldación di:finitiva de la elite administnltiYa. La interpretación que se re-
evidencia arqueológica, podremos determinar qué sociedades tuvieron éxito en sume en la figura 7.7 se ~·::ría npoy?ria por la evidencia de una agricultura intensi-
su trato con 1~ complejidad y cuáles permanecieron en un nivel ir.'.."erior o desa- va en expansión, de una economía redistributiva. de la existencia de d~ferencias
parecieron. de riqueza. de guerras a pequeña escala y de un aumento del comercio y de las
manufacturas durante el qu.i;:to y cuarto milenios en Mesopotumia. Si estas insti~
tucion.:s no tU\'ieron importancia hasta un momento posterior a la formación dc-1
Las investigaciones fwura.1 J' la conrrastación de las hipótesis sohre urbanismo estado. se trat;:iría Je elementos q;__;_e no eran esenciales para el desarrollo de una
sodeó.::J t::::ilrat;;icada con :.::1a elite administrati\'a. Los capítulrJs 8 y 9 ofrecen in-
Los modelos gcnerale~ de los procesos de formación resultan difíciles de form2ción sobre 1'.ls comunidades mcsop0támicas que crearon el pr:im,-·r estado
comprobar con los datos procedentes del registro arqueológ\ro. El modelo sisté- nacional n mediados e! 21 tercer milenio. Esta información debe examinarse a la
m!::'J reflejado en las figuras 7.] y 7.7 es una propuesta para definir con mayor Ju:: de !3s diferentes hipótesis que se han formulado para explicar el nacimiento
precisión las interrelaciones entre las variables que provocaron la a~arición de la de la ci\·ílización.
civilizaci6:1 mesopotámica. No se intenta ofrecer respuestas seucillas, ni tampoco
una ruptura total con los intentos anteriores (i\;s. 7.2, 7.3, 7.4, 7.5 y 7.6). En todo
caso, proporciona un esquema tec:írico en el que se puedan insertar las investi;::i- EL Esn·rno DE LAS SOCIEDADES C0/1.·lPLEJAS
ciones que se realicen a partir de ahora y que pennita evaluar los resultados ac-
tualmente di:,,vonibles. Dif:u::.1des
Las futuras investigaciones podrían seguir tres direcciuues:
1. La terminología y las cntegorías deben conseguir una definición operativa El problema de explicar el origen de la., ciudades, de los estados y de las
relacionada con el desarr'.:'llo di.;~ m:...anismc en Mesopotam;a. Podríamos incluir sociedades cu1nplejas constituye una de las áreas fundamentc'.cs de in\'esti-
la naluraleza de las divisiones de clase, la composición de la elite: administrativa, gación con bs que se enfrenta el arqueólo,'.;O, Sin e111bargo resulta difícil lo-
las actividades de k:;s grupos étnicos, los mecanismos del comercio y de la indus- grar una comprt:usión de los prncesos que condujeron a estos fenómenos a par-
tria, y los fundamentoc del poder de los primeros legisladores urbanos. Es nece- tir de los rnateriales arqueológicos. El reste de este capítulo presenta una in-
sario desarrollar criterios arqueológico.s 1Jarc:. :nedir las variables de la civilización troducción i1 algunas consideraciones metodológicas inherentes al estudio de
r el propio 1 i.::¡:;,.,u u <u y ueológico. Están poco desarrollados íos métodos arqueo- las sociedades complejas. Uno de los problemas radica en el J.1echo de que las
lógicos para reconocer las clases económicas, los clanes cónicos, los grupos étni- hipótesis fornrnladas para cxp~:,::<l; el origen del urbanismo se basan en muchas
cos. los mecanismo5 de comercio y las pautas de control. Una metodología rig'J- variables culturales. algunas de tas cu3les son difíciles de reconocer en el re-
rosa, basada en una perspectiva cuantitativa y en inferencias históricas, resulta gistro arqueológico. la evidencia sobre alg._unas variables culturales requiere co-
esencial para las investigaciones futuras. nocimie1ilos especializados sobre ciertos temas y hJ de ser examinada por inves-
2. Es necesario realizar estudios comparativo~ entre ias variables presentes tigadores de disciplinas afines. Los filólogos parn leer los primeros textos eco-
en <u.¡uellas regiones dc11de se jesarrolló el urbanisa10 y en aquellas áreas donde nómicos. los qufmicos para determinar las fuentes de las materias primas
no se produjo este proceso. Estudios de este tipo podrán delimitar las vari~~--les exóticas y los estadisticos para nyudar en la utilización de técnicas analíticas son
esenciales para el surgimiento del urbanismo. Una revisión de las causas por las algunos de los especialistas necesc:.:-ios. Otro problema a! que se enfrenta el nt~
que no se desarrolló en f;atal Hüyük una elite administrativa centralizada sería queólogo que estudia las sociedades complejas es la escala de una ci\'ilización.
un ejemplo de este tipo de estudios. El crecimiento de c;atal Hüyük fue resultado Las ciudades son, por definición, extensas, y UJ1 investigador ha de estudiar
de la migración de campesinos a ~n nicho ecológico desocupado y de la posible un úrea enonne con el objeto de entender sus relaciones con el entorno y con
adopción de la agricultura de regad:o en la llanura de Konya. Si bien <;atal Hü- otras ciudades. Además de su gran extcnsion, las civilizaciones tienen capacidad
yük se convirtió en el mayor centro de población conocido de su tiempo, carecía para producir ingentes cantidades de objetos materiales. lo que sup::me la nece-
de ciertas variaLles claves que se hallaban p-:-::sentes en la civilización mesopotá- saria identificación de un núo.2ro enorme de artefactos, incluso en un solo yaci-
'llica. Por ejemplo, en lugar de importar materias primas fundamentales, <::,atal miento. Una dificulte.Id relacionada con la anterior es el hecho de que exis~
Hüyük las exportaba a aliados comerciales menos desarrollados, la llanura de ten pocos ejemplos independientes de urbanismo mediante los cuales compro-
Konya era pequeña en comparación con Mesopotamia meridinnal y no surgió la bar si existen regularidades, dada la escala Ci interacción de una dvilizadón.
especialización con fines subsistenciales. Por último, no existían ntros centros de que con\'icrtc a grandes áreas en parte de un único conjunto. El pequeño núme-
población competitivos y hcstiles. Aunque tuvieron lugar avances importwtcs. la ro de ejemplos de desarrollo original de! urbani:,,no no permite utilizar los mé-
306 LOS O~iGE:<ES DE LA CIVILIZ/,rtr'\N LOS OR!GEKES DE LA SOCIEDAD URBANA 307
todos estadísticos usuales para identificar la covariación de factores. Por consi- depós_ito~ .~ultural~s de. !a ".1ayoría de los tells de Mesopotamia in~ 1uyen niveles
guiente, los modelos sistémicos :· los análisis de simulación se cnnvierten en los e_st.~at1gralH.:us de 1atcrcs evidente para el origen de las ciudades, perc resulta di-
medios más apropiadus para comprobar las hipótesis sobre el origen del urba- fic11 sacar a l_a. luz y controlar de manera adecuada suficientes niveles horizonta-
nismo. les. A esta ~1f1cul~ad se le afü1de el hecho de que, por su complejidad. Jas crnda-
des han de mvcst1garse a partir de un muestreo extensivo. En el estudio de un
poblado podemos asumir que. dado que la sociedad era igualitaria y que la uni~
Enfoque dad económi 1·a básica era la unidad doméstica. los restos de c3sas en diferentes
scc~ores del poblado serán relativamente uniformes. Es1;1.·· premisa no puede
Las unidades y procesos culturales presentes en los orígenes de la vida cam- aplicarse a los c~ntru3 urbano~: que, por definición. constan de una serie in.te,:ra-
pesina ~on muy diferentes a los del origen del urbanismo. Put esta razón r:esulta da de grup0s diferentes que realizan actividades especializadas. f-nr tal ra;ón.
necesario adaptar la escala de la inYes,;.:,'~~~,._,,,, lo3 técnicas empleadas y el tipo de en las sncíedades comp!cj,1s los yacimientn,; son mavores, la necesidad de un.Í
datos recogidos a la naturaleza de estos restos. Los datos que se tienen que regis- muestra representativa es müs importante y la infornlación buscada es más sutil
trar son los que permiten medir las variable:; que se presentan c1i las figuras 7.2 a que en el caso de los poblados. A causa de estas limitaciones, las excavaciones
7.7. Entre estas variables figur?1 los patrones dernográf::os, los medios de trans- ?rqueoló?~c-as l..'.n Me_sopotamiJ t~n sólo ~<1n contribuido c.Jn un cierto tipo de
misión de información, el comercio, la industria, el acceso dife1cncial a los recur- mformüc!Gi, al estudio del urbamsmo antJguo. La maycrfa de foc· excavaciones
sos estratégicos, la organización social. las actividades bélicas, la estratiFc2::-ión y s~ han realizi.!c!o en templos a fin de elucidar secuencias cronológ;::as. Más re~
la naturaleza de la elite administrati\·a. Se tienen que i~entificar estas variables y c1en1cmente, los a;·qucólogos han intentado reunir datos sobre las variables ne~
tarnbié!l es p1~ciso establecer sus interrelaciones en las sucesivas etapas del desa- ces~rias para la formulación y comprobación de los modelos sistémicos, pero to-
rrollo urbano. Para identificar las \'ariables relevantes en el ;-egistro arqueológi- davrn se ha de obtener mucho más material.
co, tenernos que basarnos en la información procedente de los ejemplos ctnogr;í- Después de la investigación iniciai en la ciudad, se han de estudiar sus rela-
ficos y del reoistro histórko. Las dificuitaJes para identificar variahles sociocultu- ciones ce,¡¡ d ,~fea 4u ... ;ª iuUc:a. Í::;:,la;:, 1ua1..n.ines s1.: miden en términos de patro~
rales y el gra~ tamaño de la sociedad urbana no constituyen causas para Jesechar nes d~n~ográficos y servicios centrales aportados por la ciudad, sean <le naturale-
una investigación arq-..;~ológica rigurosa. Antes bien, propmcionan un reto para za rehg10sr económica, política o militar. Tales servicios pueden extenderse a
el in,senio del arqueomgo. . . :mti !a región, mientras que su organización se centralizal~1 en la cmdad, Por lo
La principal diferencia que existe entre investigar sociedades compleJas e m- tanto. las investigaciones deben incluir la búsqueda de evidencias de los scrYicios
vcstigar sociedades c~~mpesinas reside en el tamaño de la unidad objeto de !a in- suministrados por la ciudad. una medida- cuantitaÜ\'3 del área servida y el !!rada
wstigación. Es posible entender el ongen d;: la vid8. ~ampesina mediante el estu- de depenuencia del centro con respecto a las comunidades wcnorcs. Los datos
dio de procesos en yacimientos específicos o en pequeñas regiones, pero este p10- regionales pueden ser integrados a los dG:os procc':!entes del estudio del núcleo
cedimiento resulta insuficiente para el trntarniento de la sociedad urbana. La urbano.
propia dcfinicióu de <(ciudad), enfat!:?:a su interdependencia con las comunidades
que la inipar:m Las funciones y sernc10s centrales de una ciudad se desarrollan
en respuesta a las necesiJades de sus habitantes y de los de la región a la que sir- l\foestreo
ve. Por ello. la 1u1idad de investigación p?.ra las sociedades complejas ha de ser
una región que contenga centros importantes y no sólo una ciudad aisl_~da. Esta En vista de hs dificultades que impone la escala cada vez mayor de f'<:tudio
ampliación de la persp"ctiva en las investigaciones enfatiza la interrelación de los y las nuevas variables que deben ser registradas, los arqueólogos han comenza"
elementos de una civilización. La premisa de que las entidades integradas dcntrü do a adoptar nuevos métodos de investigación. La envergadura de las investiga-
de un sistema en funcionamiento ... stán interrelacionadas significa que no es posi- ciones que habrían de llevarse a cabo para estudiar una civilización en su totiíli-
ble entender una de ellas exclusi\'arnente en términos de sus propias característi- dad hace necesario el empleo de técnicas de muestreo. Se pueden seleccionar
cas. Por el contrario, el estudio debe incluir no sólo las características Ue una en- sobre bases probabilísticas los sectores de las regiones que es necesario prospec-
tidad, sino también las que se derirnn de su posición dentro de un sistema en fun- tar o las zonas de excavación J..:ntro de los vacimientos, dn forma íl".e la distor-
cionamiento. Como sugería Robert Rcdfield (véase la p. 281, y Redfield, 1953). sión humana de los investigadores pueda se~ minimizada. A partir de la eviden-
no es pnc;ible comprender los rasgos principales que caracterizan a una sociedad cia obtenida, cabe inferir. en los límites de probabilidad, las pautas de toda la
como civilización, si no se entienden las caract::::rísticas de la civilización a escala región o del centro urbano. Existen varias estrategias de muestreo a disposición
regional. El ca,<>r:ter único de la mayoría de las sociedades urbanas, aunque ~a- de !o~ arqucóiogos, ideadas para solucionar problemas diferentes (Redman,
nifestado sobre todo en el ámbito de las ciudades centre.les, es resultado de la rn- 1974a). La selección de las más apropiadas depende de la natu1uleza de los res-
teracción de la ciudad con las áreas aJvacentes. Por ello, las tradiciones ru, a les tos .. ?e las cuestiones_ má:, ;mportantcs y de los recursos disponibles. La combi-
ejercen una influencia muy fuerte en la ·concepción del urbanismo y de las activi- nacmn de la estrategia de excavación y de prospección, en pequeñas áreas dis-
dades urbanas. persas y zonas mayores adyacentes, proporciona una información diversificada
Las tareas iniciales del trabajo de campo en soc;.;dades complejas deben sobre los problemas concernientes a las -,uciedades complejas (Binford. 1964;
concentrarse en la ciudad central o en el núcleo urbano. Existen muchas difü.:ul- Redman, 1973b).
tades en las investigaciones arqueológicas de las grandes ciudades. Los potentes
308 LOS ORÍGENES DE LA CIV!UZ:'. 1:-J(,_•-; LOS OIÜGE;\"ES DE LA SOCIEDAD URBANA 309

Anó!i:;is /ocaciona! as~nlam!t;ntos en ['J~ción de .la .densidad, c~ncentrac1~1. dispersión, extensión,


oncntac10n, forma y .opografia de las comumdades prehistó 1 ii.:as.
El problema de medir el creciente número de variables necesarias para el Mu7hos modelos de patrón de asentamiento empleados por los geógrafos se
análisis de las sociedades complejas ha sido en parte solucionado por medio del han ~phcado de forma efectiva a los datos arqueólogicos. y pronto se conseguirá
estudio riguroso de la situación y disposición espacial de los restos arqueológi- relacmnar!os con el problema de la aparición de la civilización. Uno de estos mo-
cos. Además de las propiedades formales de los artefactos y de los asentamien- delos, que se basa en el principio del coste mínimo, ha sido utilizado para invcsti-
tos. su distribución v contexto se conYierten en fuentes de iaíonnación muy úti- fªr los patrones de _asentamiento en el sur~este de los Estados Unidos (Fritz y
les. especialmente e"n lo que respecta a las cuestiones sobre las relaciones ·sisté- r'Jog, 1970; ~lag, 1914?:_Gummerman, 1971). La premisa básica co!!siste en que
micas. Los datos espaciales aportan claves importantes para entender cón10 los asentamientos se s1tuan Je manera que se minirr.iLi:: el esfuerzo invertido en
vivía b gente. El emplazamiento de los .irtcfactos, de !a" estructuras y de los las relaciones con ti medio ambiente. Por tanto. elememos básicos como el agua
propios yacimientos es un indicador de las decisiones tomadas por iqs pueblos las fuentes de energía, las tierras de cultivo o el dominio del territm io puede~
antiguos respecto a las fuerzas medioambientales y a la estructura organizntiva conformarse como los determimmtes prioritarios de la situación del asentamien-
de una comunidad. Por tanto, los arq·_·.eólogos prestan una creciente atención a to, ':iegún su valor relativo para los antiguos pobladores. La distancia de estos re-
la localización de los artefactos en los yacimícntos PXcav:Ylos ~\Vhallon. 1973; c.ursos respecto a ~ada y~cimiento en una región dada durnntc ocupaciones suce-
Dacey, ;973). Este tiro de estudios ha ayudado a la identificación funcional de sivas, la zona med:oamb1ental y la topografía aporta:1 información concerniente a
las áreas excavadas. Algunos trabajos sobre la distribución de determinados ti- su importancia relü~iva en la determinación de la situación de! ,:;:,~ntamiento en
pos de cer'ámica han permitido establecer inferencias sobre la organización so- los períodos respectivos.
cial (Hill, 1970; Longa ere, 1970). El análisis locacional de artefactos prome- Contamos con un abanico de r;:¿tndos dtadísticos que permite;: al investioa-
te abrir nuevas áreas para la investigación arqueológica y sustentar las inferen- dor deten::ina_r si la distribución de asentamientos es o no arbitrnria y, ':!n el P~i-
cias formuladas sobre activi~ades. patrones de resid·'"'ncia y organización social mer caso, estatJ!ecer sus pautas (Haggett, 1965; King, 1069:_ Smith, 1976: Hodder
antigua. y ünon. 1S'76). Las distribuciones de ya.::1nientos determinad,!~ ~stadístic,imente
Otra modalidad de análisis locac:Jnal que ha contribuido directamente a la se hacen cada vez más relevantes para el origen de las c::.idades s1 se comüinan
comprensión de :a aparición de la civilización es el estudiu Jel cambio en los pa- con datos sobre el tamaño de los asentamientos. Las variaciuncs en estas dimen-
tmnes de asentamiento (Braidwood. 1937: Adams, 1965; Adams y Nisscn, 197?· siones. y t: prop?:c1ón de asentamientos grandes con respecto a los pequeños, re-
Johnson, 1973b, 1977). Los estudios sobre patrones de asentamiento representan sultan factores ut!les para desarro!!:>: modelos sobre la nrl!anización v las trans-
una valiosa fuente de rlatos para la comrastación de hipñt,~sis. A partir de las di- form~ciones de las comunidades. E:: muchos procesos en,lutivos se af)recian va-
fe1entes ronfiguraci'Jnes de las comunidades pueden realizarse inferencias sobre riaciones dei nú~ero. de habitantes en términos absoluius. mientras que. en otros
la población, la s~• 1Jsistencia, los sistemas ~ociopo!ílicos, el comercio y la guerra. ca:::,s, la poblacmn simplemente se trasladaba de un tipo de con::midad a otrn.
La investigación sobre patrones de asentamiento se lleva a cabo a lres niveles. El I'\-fod~ante ~l cálculo de los tamaños de las comunidades, un ari:.¡ueúlogo puede de-
primero se refiere a la forma de las diferentes estructuras arc:_!.litectónicas; el se- termmar s1 hay más de una norma en la distribución empírica de los tamaños de
gundo, a la distribución de los asent,111.ientos, y el tercero . .i las relaciones espa- los asen~amientos. Si es así, puede que nos en::::rntremos ante un sistema j~rárqui-
ciales entre comunidades. El uso de las plantas de las casas y de los trazados de co, 9ue incluya alde;.15, pobladc,.; y ciudades. La jerarquía de tamaños de los ascn-
los pob!1dos para determinar los diferentes mecanis:nos org:.:nizativos ha -;ido tam1cmos puede ser el resultado de variables económicas o políticas. Es posible
analizado en el capítulo 6. a?o~tar ?!ferentes enfoql'~S para explicar estas jerarquías de asentamientos y la
La información sobre la disposición espacial de las comunidades puede reco- d1stnbuc10n de comunidades en una región. Una hipótesis sostiene q11F? las socie-
ge-rse por medio de una prospección regional a pie, con vehiculos todo terreno o dades organizada_s de fonna estatal se caracterizan por una jerarquía tíipartita de
desde el aire. Los yacimientos arqueológicos se pueden dckct"'r por medio de las tamílños de asentamientos, que evidencia Jiferentes tipos Ue unidadc<: adminis-
diferencias topográficas y gracias a los artefactos visibles en ti superficie debido a trativas y productiv2s.
la erosión. Tras el descubrimiento de un yacimiento, se r~gistra su situación, ta- ~n morlclo geográiico de gran importancia es el formuiudo por Waltc.r
maño, cronología y otros detalles. Se resuelven así cuestionc:s sobre !ns dimensio- Ch_nstaller y adapt2.'"'o por August L0sch, que se conoce como la ,1teoría del lu-
nes del asentamiento, la distribución de lugares de ocupación en función de su ta- gar centrah, (Haggett, 1965; Berry, 1967: King, 1969). Su premisa básica es que
maño, el número de comunidades poi ¡.Jeífodo y la dispnskión espacial de los ya- solamente un pequeño número de variables cultun1les afecta a la ~ituación de
cimientos en cada época. Hay que suponer que los cambios e;, la estructura los asentamientos. El postulado principal indica que, mecfümtc el cstablecimien-
adminislrativa, la envergadura de las actiYidades bélicas o el trazado de las redes ~o de nuevos a~entamientos o con la expünsión de le~ ya existentes. la población
de comercio afectaron de forma difecta la naturaleza del patrón de asentamiento mtenta maximizar los recursos disponibles. El uso más rentable de una llanura
en un momento dete!"minado. agrícola. ho.mogénea se logra cuando los asentamientos agropecuarios s:: dis~zi-
Los trabajos de los geógrafos proporcionan valiosns tEi::nicas analíticas para buyen s1gmendo un esquema hexagonal. Esta distribución sitúa a cada asenta-
comprender los datos sobre la distribución de los antigu0:;; patrones de asenta- miento tan lejos como sea posible de todos los demás. Si un ascnlamiento nu-
miento. Al igual que los aro1Jeólogos. los geógrafos se ocuran de la descripción, clear tiene que ofrecer servicios centrales. su ubkación más rentable estará jus-
la comparación y los procesos, pero extraen sus datos sobre todo del presente Y 1'"' en. el. centro de un.~exágono ~e pequeñas aldc::s (fig. 7.8). Si hay montañas
de los períodos históricos. Los arqueólogos, por su parte. !;:';,;aminar ,fatos de !ns que limiten la expans10n de las tierras agrícolri•:. o bien cursos fluviales o rutas
310 LOS ORÍGE:~<CS DE LA C!VlUZ:-\CIÓN
LOS ORÍGE>iES DE LA SOC!!':DAD URBANA 311

,( o o C,_.,~'ejo de asentamie'ltos de Eshnunna

o e

• C2s2s aisladas

FIGURA 7.8. i'vlodc!o dd lugar r:-n-


o 0 tral de distribución h~xag.ona! de :u:,
asentamientos.

de comercio qllt: proporcionen una pauta de linealidad a los emplazamientos


produc:!vos . ..:ntmiccs se debe esp~rar una distribuc~ón diferente<'. la d~I mode- Aldeas grandes
lo regular. Tras la identificación de las \'ariables critlcas en el e~1p!alam1cnto .de
los asentamientos v la definición de las limitaciones y las pos1b1hdades medio-
ambientales. cabe ·plantear una hipotética distribución óptima de aldeas, r--.:e.-
blos v ciudades en una región. En realidad esta distribución se \'e modificada
por Otros factores, como los medios de transporte, la topogrnfía._los recursos. n~-
turnles :ocales. las influencias ey¡,:;-0c:;~ ,, P1 rrrrydo en que los habitantes preh1sto-
ricos sabían reconocer las potencia!idades de su entorno. Los patrones rl": asen-
tamiento reales identificados duranre una prospección pueden compararse con
los oue se oeduccn del modelo idea!. y de este modo inferir, por cnmparación,
!os élementos más importantes ,:_ :a organización del patron antiguo. Además,
las desviaciones de los patrones observad.ns con respecto~¡ ideal t_ambié~ apor- Aldeas pequeñas
tan valiosc-'- datos sobre la interacción entre los asentamientos. S1 exammamos
/SZ)º
los cambios de los patrones de distribución de los yacimientos y los f~ctores
causales rc\;wi 1Jnados con ellos. podernos identWcar algunos je los cambms or-
ganizati'.'Os más importantes que acontecieron durante el procese de aparición
~
de la civilizació~,. F1r;un 7.9. Distrihuciún de asentamientos dc 1 dinástico antiguo en la región de Te!! Asmar
~E-,hnunm1). Su agrupación de 3;.ibsistem,:., consiste en ::runde,·,ccntros ro<lt.~- -, .. ····~· .,,los
Mediante la combinación de los datos sobre el tamaño :relatiYo de los yaci-
regulares, por comunidades de tamaño mediL, con asentamiento" menores simados a Jo largo de
mientos dentro de una jerarqn 11 con !os referentes a su ubi..:ación, es (.Jsiblc ase- las rutas de comunicaciG:1 (c¡¡da círc-.:!o negro corresponde al mismo yacimiento en los cuatro
gurar que algunl~s asentamier.~os eran lugares centrales. Una. c?mumda~ d_e ta- diagrnmas) (según Johnson. 1972).
maño mediano puede funcionar como lugar central que summ1stra un limitado
número de servicios a un área relalivamente pequeña. En una región pueden
existir varios lugares centrales de tamaño med'.:rno que ofrezcan ser\'icios espcci- autor se encnntró con un patrón general de distribución que seguía un modelo
fícos, o bien un ~sentamiento panicular que los preste todos. Estos servicios pue- romboidal y no hexagonal, posiblemente debido a la existencia de cursos de
den ser detecu.1.dos arqueológ.icamente µar los tipos de aCtividades q~e.sc :-egl" agua paralelos. Juh~son estudió la imporlancia, 1especto al mínimo coste, de los
tran en un determinado yacimiento. pero que n..:. se encuentrn11 en yacimientos de diferenles factores que determinaban la situación de los •~sentamientos. Lama-
menor tamaño del entorno. Esros \·ncimientos menores pueden idi.:utificarse a xímización de las tierras aprovedrnblcs (incluso distanciando los asentamientos)
partir de la proximidad geográfica y·de la simi!i'."d estilística ?e los artefactos. La parecía un argumenio menos importante r"ra la ubicación de lo" yacim\entos
invcstiQación del desarrollo protourbano y urbano dc¡1ende d!íectamente del des- que la localización de las redes de: transporte. Asentamientos de un tamaño
cubrimiento de estu::. patrones. calla vr-: menor se fueron ubicando t:11 torno a los de mayor tamaño a le ~argo
Gregorv Johnson (1972) ha llevado a cabo un estudio experimental que in- de las rutas de comunicación entrL !os principales núcleos (fig. 7.9) A partir de
cluve in~'esi.igaciones dctall,1das sobre !:::. funciones de los yacimientos, !as inte- las diferentes rutas C: comunic;:¡ción y de la dispersión de los poblados, pudo
rrciaciones \; los servicios de los lugares centrales. a partir de la distribución de establecerse. a modo de ensavo, su imnortancia como centros de distrihución.
los asentamientos del período dinástico primitivo I en la cuenca del Diyala, un.a Aunque no -sea posible extraér conclu.Siones definitivas del análisis preliminar
región que fue prospectada por Robert Adams (1965). Johnson intc~taba apli- de Johnson, se demuestra que el análisis locncional y los principios de la teoría
car algunos de los postulados de la teoría del lugar central para exph,car el em~ del lu~ar central pueden ser instrumentos útiles en la formulación de hipótesis
plazamicnto de los asentamientos en este mrnnento inicial <lel urbarnsmo. Este sobre !a organizRción de los primeros centros urbano::.
312 LOS OS.lGE~E fJE LA Ci\'!L!ZACít)N LOS ORÍGENES D!:: LA SOCIEDAD URBA.i'l"A 313

Fuentes adicionales de daro.1 par,1 los cs111dios sohrc la e: _.:¡::,ació11 ser, en muchos sentidos, muy superior a la que encontramos ac:tualmente en el
Próximo Oriente. A pesar de cie1·tos z.::¡1ectos negativos, los antiguos centros ur-
El mvestigador que estudia las sociedades complejas se beneficia r;o sólo del bano'." debiera~ de ejercer una gran atracción. La experiencia de vivir en gran-
desarrollo de nuevos métc..'.os r1-: investigación y de an;ílisis, s;:~c :;;:mbién de des concentracmnes de población, la imponente arquitectura monumental y las
nuevas categorías de datos de las que no disponen los que se ocupan de socieda- actitude::i hacia la naciente elite son elementos que difícilmente pueden excavar
des más simples. Una de las fuentes de info1mación más importantes para las pri- los arqueólogos. La cuestión de si las antiguas ciudades se desarrollaron me-
meras cirilizaciunes del Próximo Oriente son los registros escritos que han podi- diante la fuerza de las armas o mediante la inmigración voluntaria está todavía
<.io ser descifrados. La escritur;:i apareció apn:-.':'.rn_adami;;1l,.; !1<11..:ia el 3400 a.C. en por determinar. Independientemente de las causas del desarrollo urb2.no y de si
el sur de Mesopolamia. La 'T!ayorfa dr- los documcn(05 recogidos en los niveles la población que vivía en el cuarto milenio en Mesopotamia se daba cuenta de
de los mil años sibuientes son registros de ws bienes almacenados, los impuestos lo que estaba c:urriendo, lo cierto es que fueron partícipes de 1ma de las trans-
devengados, las tierras arrendadas y fo.:: ofrendas al templo. Resulta posible re_~ formaciones más importantes y profundas de :.: :.. :.,cu,;ª humana.
construir las lí11eas generales de los sistema::. eco:~ómicos, los derechos de propie~
dad y algunas organizaciones aaministratiYas y religiosas a partir del estudio por-
mcnorizad:J de estos documemos.
Aproximadamente hacia el 2500 a.C., el registro escrito se diversificó y los
textos históricos, lé15 mitolo!!.fas \" la líteratura comenzaron a ser comunes. Los re~
latos de aventuras, las paril:>olás morales y las hi,torias sobre experiencias coti~
dianas incluidas en estos escritos constituyen medios para poder profundizar en
la antigu:1 socicdnd de Mcsororamia, especialmente para el período dinástico pri-
mitivo, que L.:! considerndo como una edad de oro por las genci acioni::s siguien-
ú.:s (véase ~l capítulo 9). Algunos im·esti?:1do1 i.:s han imerpretado los mitos trans~
mitidos desde el 2000 ú.C. a partir de la 11;pótc::,;.,, d.:: que en sus íu~damc:111ns se
encuentran los acontecimientos que tuvieron lugar un ;';lile11io antes . .;--..;o obstari-
tc, hast;1 i:ue no cvntemos con eYiJencias que apoyeu ~sta intcrprl-t,;ir-ión, se tr,1ta
tan sólo de una especulación . ..-\. pesar de las incertidumb:-2s, los texws posterio~
res 0ucden aportar modelos interesantes y contrastables <le la organización social
y de sus cam~Jios.
El arte figurativo puede ser una ayuda para la compresión de Jo.:, ,nodos de
vida de un período determinado. Ocasiona:mente se represer::an edificaciones y
algunas actividades producrl\-as y rituales. ti arte también era un medio para
transmitir inforinnción, que los arqueólogos pueden utilizar para aumentar su co-
nocimiento de las estructuras rrganizatiYas de esa época.
En mayor medida que en momentos anteriores, la pobbción ,:1e las prirneras
ciudades enterraba n sus muertos en necrópolis y colocaba ajuares junto a los
cuerpos. Un estudio pormenorizado de los esqueletos aporta informaLiones so-
bre las dietas, las enfermedades, el perfil de edades, el índice de sexos y, en oca-
siones, los grupos étnicos. Cna investigari'1n sobre la naturaleza y la cantidad de
los objetos que forman los ajuares puede ayudar en los estudios sob1..:: las socic-
dadL..'i jerarquizadas y la cstfo,ificación soci'.iL
Estas son algunas de las nuevas fuentes de información a disposición de los
arqueólogos que estudian las civilizaciones antiguas en Mesopotamia, aunque
varias de ellas constituyen mis una promesa que una realidat.l. En los dos res-
tantes capítulos se presentan ejemplos de informaciones dcrivada::i de cada uni.!
de ellas.
Después d::: haber examinado !as hipótesis sobre la formación de las ciud:--
des y los métodos adecuados para su c::'.udio, debemos considcr,;ir brevemente
los efectos que tuvieron e~11s primeras ciudades sobre sus habitantes. La densi-
dad demográfica y la organización estricta exigidas por una comunidad urbana
afectaron la existencia de e!:Ias poblaciones, produciendo un gran contraste con
la forma de vida de sus antepasados de las comunidades aldeanas. La diferencia
entre un modo de vida urbano y otro rural en la antigua ivfcsopotamia debió de
LOS PRIMEROS PASOS HACIA El. UREL\NIS~lO 315

En la llanun1 de Mcsopolamia, la emergencia de !;o,; ciudades ~/ de !a civi-


lización sucedió con rel2.Uva rapidez. La aparición de las ciudades, junto con
la escritura y otras características del urbanismo, se produjo sólo dos mil años
después de las primeras ocupaciones conocidas en la región, que se remontan
a mediados del sexto milenio. Las innovaciones y lo:; cambios en las estructu-
ras organizativas que conducen hacia la sociedad compleja se fueron sucedien-
do de m'Jdo continuo. Algunos elementos de la sociedad urbana hicieron
su aparición antes que otros y seguramente estimularon por.teriorcs :l';:rnces. En
este sentido, disponemos de testimonios arqueológicos acerca de la existen-
cia de escritura, ;:ir.tiv1dades industriales, elites ieligiosas. obras púbE.:as monu-
8. LOS PRIMEROS PASOS •. :_ ... ,.: . . ., y arte figurativo con anterioridad al establecimiento de la sociedad es-
tatal.
I--IACIA EL URBANISMO D:.:irante el quinto y d cuarto milenios. comF:m.aron a ponerse en priJcticn
muchas de las in;:.ovadones técnicas y organizativas esenciales en las ,ivili:"-1cio-
nes posteriores. TrnnbiCn surgieron las primeras comunidades con un wmaño y
La aparición de las ciudades complejidad suficientes para ser i'.:Jnci;deradas verdaderas ciudades. Hacia d 2900
a.C .. cuando se illician los acontecimientos analizados en el C.ipítulo 9. la pot1!a-
ción del sur de Mcsopotamia ya había dado pasos de gig,mtc hacia la civi!i;;:ación
La población de ,~Iesopowmia meridio1111f fft,vó a cabo durante el quinto y el y, a partir de entonces, d proceso se desarrolló ininterrumpidamente. En definiti-
wal'fo milenios m:::hos ;!e los logros ,],te caracterizan a la ci1•ilización urbana. En va, puede afirmarse que los avances realio-a:ados durante el quinto" el cuarto mile-
este mpt:,;/o analizaremos la información arqueológica ~isponible: que fe ui.us fueron cruciales para b aparición de ias ciudades.
o.,·~aniza sigllirnúl..J la sect1C!'cia de ocupacíones eswblecula a parcir de w.-,
ca~;1/Jins r,11- los estilos cerámicos y di; w s11¡Jt, posición estratigráfica de las
co11sft"Tio11es religiosas. Prcsc1 ''.11"c1110s descripciones de los_ ele1~;::~1tos más
1
CRONOLOGÍA Y FASES DE OCUPACIÓN EN 1~A ANTIGUA ivlE'.-\-,JPUTt\l\llA
caracterísricns del regi_Hro arqueológico y de las formas arqwtectomca~ de cada
momento ,.1c oc11¡Hu.:ió11, así como datos sobre los patrones de asemanuemo Y los Sernencia cronoiógica de ocupacioneJ
cum!úos dett10grríj7cos asociados. ,
Los recursos s11bsist1'•1ciales cxplouulmi en este periodo, el desarrollo de una El·principal método para subdividir el quinto y el 1.. t.larlo milenio"> en neríuc.los
nrgwiiz.acilm inrlllsir"ial y la inrención de la escrfrum co~stiruycn aspectc~ de gran más cortos se basa en los carnbiós de la cerámicaJEs bitn :;,1hido ouc las técnicas
imcrés para los arqueólogos. Estos logros cullllrales, al tgual que el tempra!1~ de fabricación, las a;cillas utilizadas, las formas de las vasijas y !os motiv";: pima-
desarrollo de fas instifllciones sociales y 'a aparición de los rasgos caractercstrcos t.ios cambian con relativa rapidez. Partiendo de ::::::e hecho. y tras el estudio cui-
de la civi/iz.aciún, serán ios temas ll11tados en la .;·eg11n '.,¡ parte de t,.,,~ -"r:... :,;. dadoso de las características y relaciones estratigráficas de las piczus halladas en
los i:-f~spósitos excavados, los arqueólogos han subdivididn los dr,s mj! añ·'S quL
abarca este capítulo en varios periodos. En estas subdivisiones se incluyen Jtrus
componentes de las culturas, entre !os que figuran el resto de los productos arle~
.sanales, los útiles de arcilla, la información a1 yuitecu5nic,1 y l.is recientes da!acio-
nes de radiocarbono. En la figura 8.1 se muestran los detalles de este sistema cro-
nológico. Si bien esta secuencia se acepta normalmente. es necesario advenir que
no es la única periodización ulil1zada. Cada sistema de clasificación cronológica
tiene sus ventajas e inconvenientes. pero para nuestros fines la adopción de l!no
de ellos como herramienta de análisis y de comunicación es un hecho rmis impor-
tante que la discusión de sus respectivas peculiari...:.ades. No podemos espernr ob-
tener infc-;-mación suficiente como para subdividir la Mcsopotamia protohis!(-:-'.ca
solamente J partir de los inventarios de materiales procedentes de cxplorncioncs
parciales en yacimientos seleccionados. Sin erabargo. si lo que esperamm es un
~istema basado en datos fidedignos, no sería imposible interpretar la información
disponible sobre el desarrollo de la civilización, y tampoco podríamos phmificar
futuras investigaciones.
Los siete períc,jos que aparecen en este capítulo son s_ub,cJJ.Xi,§j.Qf}.es,,~!?:.1_~,Gf-IJe-
fÍ9~.?s pri__ncipales _(rara_da 1 _1965;_Adams y Nissen, 1972) .. EI-más ¡.intigm~-.. ~};
'Ubaid (c. 5300-3600 a.C.), que sesubd.ivideen . 'Ubai.d l a 4: f\1 siguiente e,
316 LOS OR{GEXE~ DE LA CIVILIZACIÓN LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL URBAN!St.-10
317

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3500 a.c. º"w
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-1000 a.c. -< m FIGURA 8.2. Yacimientos de[
quinto \" de! cuar!O milenios de
!vfesopoiamia y ,1d Juzisrñn.

4500a.C.
~ Yacimientos c:mstít~iíar: !a vansuardi~ d~l desarrollo-y que la mayor parte de b info,m .. ción
~
e
-~o 1o
de
Susiana
dispoml:Ic del penado s1gmente. el Uruk, proviene.._de las excavaciones cxt.::nsi-
n vas realizadas en los recintos de !os templos de· \Ya,~J,c:f\l~uvo, nomhre ori.>:.inal
o
m e era Uruk, mcnciv,1ado en el Antiguo Testamento cómo EreCh~. Pe. tiinto-. los
~
sooo a.c. da:os sobre este período consisten principalmentP en inrOrríúí'Cioncs sobre la ar-
'Ubaid 1 qm_tectur~ de las grn;-,dcs estructuras religiosas y los andactos hallaoos en su in-
tenor o bien e11 otros lugares de menor entidad.

FIGURA 8.1. Periodización arqueológica de las diferentes regiones del Próximo Oriente, Se in- La ocupación del s1 1r de Mcsoputa 11 ·;,j ,;11 el período 'Ubaid
cluye la cronología de los poblados y ciudades más antiguos de Mesopotami.1.

1:I ~erío_do 'Ubaid recibe su denominación de un pequeño yacimiemo. Tell.-


'~_l:Uba1d, _s1~.uado en las proximidades de Ur, per¡a es conocido sobre todo ~ra-
el llruk(c. 3600,3100a.C:,), subdivldido onJJr~K•n!iguo y Uruk reciente, y e.l úl-\ cias al yac111:11cnto de Eridú (véase fig. 8.2). -Eridú !y otros yacimientos del su; de
·timo es el período Jemdet Nasr (e: 3100-2900 a.C.).\AI igual que los períodos. las r.Iesopotamia corrcspoudíentes al período 'Ubaid se fundaron sobre el sude• vir-
cultúrns se-suelen denominar a partir de los-nombres de los yacimientos arqueo- gen. Así. 'U~1a!d_ 1, tarnbién c~no~i?o cpmo cuJ_tu_ra_de_Eridú, parece representar
lógicos en los que sus caraclerísticas distintivas se identificaron por primera vez. ,~UJ1RQJG~Jl-CllI1I.~_ta!_de la colom:a~1_on dct!_,§_1:lx. _tj~---M:e_sppotawJª pg_r:_ c~_mp_esi_no_~_ se:-J
En este senlido, merece la pena recordar que 'Ubaid y Jemdet Nasr no son los "_!t~pt_a_no_~, S1 bien cabe la pos1b1hdaJ de que existiesen anteriormente "2\:::unos
yacimientos más importantes de sus respectivos períodos, y que Uruk (\Varka), asentar:niemos de grupos nómadas. lo cierto es que sus restos todavía no hañ 5ido
en cambio, sí que proporciona el mayor volumen de bforrniJción para el período descubiertos. En la actualidad, carecemos de las evidencias que pcrmüan cstable-
del mismo nombre. c~r con detalle los 11].edios--de subsistencia milizados en 'Ubaid 1, pero es m•.1-.· po-
Duiante el período 'Ubaid, especialmente en 'Ubaid 3 y 4, la cultura material_ s1bl~ 9ueJa-agñcultura,dependiera detregadí6. Eridú se encuentra en el . . xiÍ-.:mo
en la llanura de Mesopotamia y en los terriwrios de su entorno fue uniforme. ia, me:1dmnal de .ivlesopotamia. en le., márgenes uel desierto arábioo, donde no se
-c:~,:tITT~f_,(_!Jl:t~i~W-~iilIJiJ~ffiéiPI~J-J,,~J?!i;P;1,e,gt~,-~g;--~J;gJf de --~_e_s~1P,_?~amia _e influirá d~- rcg1str~n las precipitaciones suficientes para mantener una agricultura de secano.
_c_:_1s1vam ente -en la evolución postenor de_la zona. Para tener un panorama mas Los-pn!fleros hab~tantes de esta región, sin embargo, fueron capaces de,,cUitiv,B.r
general, consideraremos brevemente el inventario cultural ha!lado en Tepe Gaw- en-l<:1s,n~eras:-del:,E~f;_¡:it_e_5-__y__e_l_l _las orillas-de. los,par.~anos, donde el-acceso ai aiIÚa
ra, situado más al norte. era relativamente foc,I. -
Debemos tener en cuenta que. a finales de 'Ubaid 4, las culturas mcriJionales Los depósitos m<Js antiguos de Eridú. adscritos <; 'Ubaiú 1, no ocupan una
318 LOS ORÍGE:s;ES DE LA CJ\'IL!ZACIÓ:\ LOS PRll',iEROS PASOS HACJA EL URBANISMO
319

H
í
F~G~H,: 8;4. Obj~tos de arcilla caractc~st!cos de !os yacimientos del período 'Ubaid: (AJ \'üSo
d~ S:_us?/:~us:o d~l Louvre): (B-D) ~1:ram1cas de un pequeño asentamiento próximo¡¡ Kip¡mr:
(E-1 ) u,.lcs de arcilla; (G) hoz de urc1lla: (H) hojn de obsidian,1: (I-J) hojas de síJe:.:.

FIGURA 8.3. Perfiles de los tipos cerámicos mcsopotílmicos de los pi:riodos ·Ubaid (A-G). mente_ J.e 2.000 a .4.üOO habilanles, lo cual repercutió decisivamente- en sus ca-
Uruk (H-O) y Jcmdct Nasr (P y Q) (según Adams y Nisscn. 197:2). racte~1st1cas orgamzativas, como comprobaremos más adelante.
. s;c:·:0s artefactos ayu~a.n_a distinguir las diferentes ocupaciones del período
Ul;,ud ta e:uablccer subd1v1s10nes en él (Parada, 1965). La cerámica caracterL,~i-
ca Uha1d 1 es monocroma, con pequeños mutivos rectilíneos nintados de un co-
superficie tan extensa como los de los mrnilenlos posteriores pero, aun así, algu- I_o~ achocolatad? entre lo.'- que figuran cuadrículas, trillmwlos v zkza!.!,s, similares
nos yacimientos de este período fueron más grandes que la mayorfa de las lll :.. os de l~s ccramicas de Samarra. La cerámica •LTt.-aid 2 se d~co;a ; 011 una fína
deas de las tierras altas correspondientes a las fases anteriores. Por ejemplo, en capa de p1~t:ura oscura, de color ne?ro brilln!ltc, que proporciona a his vasijas un
'Ubaid 2, también conocido como ;;fase Hajji Muhammad)), se documentan ya- lustre mctahco. Los temas decorativos se disponen abiearradamcnte v su color
cimientos de nasta 4 hectáreas ( Adams y Nisscn, 1972). mientras que Eridú. en oscnro _resalt? sobre la arcilla amr.rillenta del fondo. Las~formas habitu~les en es-
·Ubaid 4, llegó incluso r1. las 10 hectáreas. Es !.:"vidente que emplazamientos de tos penados ~ncluyen cuencos anchos y poco profundos. jarros de boca estrecha v
estas dimensiones ya no pueden considerarse aldeas. Eridú albergaba proboblc- Vasos :> 1tos (f1g. 8.3). ··
LOS PRIMERGS PASOS HAriA t::L URBANIS!v!O 321
320 LOS ORiG:::>"ES DE LA C!V!L!ZAClÓN

Jo anterior y están nintados en menor medida que impresos. Esta tendencia ha-
cia b simplificacioü" siguió vig.emc en 'Ubaid 4. Gran parle de la cerámica de
;Ubaid fue fabricada a tu1·no lento y constituyó un medio de expresión artística
de gran importancia. Sin embargo. la introducción del torno rlpido y la adop-
ción de otros medios üe exprcsion artística después de este período c:qntribuye-
ron a que la cerámica pintada perdiera relevancia hasta llegar a desparecer casi
por completo.
S_e,. han - déScúbicrt o •cáfadetístidü;"- figurillas.-:. J~.,m:cilla-.:eí:u:lgp,Qitas.. d.e:c los. p~_~/
•;t_,,E{~.2H~tY.89..i.\-t.Y.J).ruk,(fi;; :.§.-~.\:g§I~Jkh.t,sli.~-.;8!1J:l!\t~ITT.2JJr,.,~.J~.~.Jtt~H1.ª:¡4lJ;~·-1,~. c~~-
";·..~~HHS.~.:. p~p;_p9.r;_:;yn;.u,n_ t,onq ve_r.d_os-o::·Las ..cabez_as.-.recuerclan ;a un rept14 c_Qn .lar:
·~·'.'giis.. hendidurns-oblicuas a·modo de ojos. Aparecen de pie y están representado~
am.!.J..O.S s.~Ko.~, ·, ·
,:-;,;A::péS8f-tíé:-CfU&·.tá"ipiñtl1'ra-'perdió,importancia ep el período ~Ubaid~ en él exis: /
tía mayor \'ariedad·de·forma'> cerñmicas que nun~. Se generalizaron los pitorros
y las asas como apénJiccs útiles para el manejo Uc los recipientes; ello hace supo-
ner que la cerá!l1ica quedó rclegad.i, en su mayor p::rte, a un ,_:,,_1gllJ~. .:1l.ti.lit;,g:i()_~
Como sucede con otros artc;°",1c105 del inventario cultural que carecen de valor
simbólico, Sl! Lonsolid;;ba 1.i tendencia hacia la especialización. 1..fl variedad de las
fnrmm, y las modificaciones de '.:i:• recipientes indican otw. las labores se iban ha-
ciendo más especializadas.
Los ~ª-º,.1J:>It:lI. .r1.tfiuitectónicos i:n el sur de Mcsopotamia durante el período
'Ubct;d tiene tanto interés ;:-1ra nosotros como los registraUt.1S en el conjunto de
los artefactos. Conoc.:mos muy poco ci1; las -.-~,-iend;,.;, pero se_ supone _que mu- ,
chas de las,.construcciones-domésticas.5e Jevantaron. a .basé:. de úna combi;;ación '
de.. cañizó. y. adobes ... ta infornldción T1iás abundante sobre la arquitectura y la
:-eligiún de este perínd.o procede de varios templos en.,Eridú. En este lugar, Se-
~on Lloy~_ y Fuad S;ilar (Safar. 1950) hall~ron las estru_cJLI.rn~..JiJ:!Pfffilt9:~(a,_:;L__c,i~.
trece .co~S_trllcci_on es,.de:.:tamañff•crecien teFih~t lasc:q ue ·tabe .-.d.~~t.ic;ar_;l~.::PF.e!iº~ci íi
de...todos -los -elementos característicos ,cte los-posteriores .ternpióS"SU'm'ériCi E1
templo completo más ar.~iguu dt! la secuencia de Eridú (nivel 16) es un edificio
cuadrado, de muros delgados, con un profundo •iicho en cuyo interior un pe-
queño pdestal cumplía probablcmeíite la fu;-;ción de alt:r (fir ,8.6A). En u .. .,._
gundo pedestal de características similares. situado en el centro del edificio, .se
documentaron indicios de combt.::;tión, por lo que se supone que se trataba de
una mesa de ofrendas. El templo estaba construido con adobes de forma pris-
mática alanmda,
8 sl&iJ~J{i,pJ.~,é::H9~HITT.9r~~-.:2tt~,~~P,.}1Jt,RHS. !1A~Iegipl,9"9,~;.,f!V,2,l_~s}~J1,~f:~Uit.~. c_t.ó_ni:,. :
:,:Sª,;_..~SÜ\°gl_á~láfq3_ga: _yct.iriªs ,.comp.lejas,.contrafuertes, re gulare.s ..9tJ.9~:.m~~o.s. Y.. !e/, ,
Centimotros ·:;;;~,11!:ª,Qg.~. :'.~9.l?.rn,plataformas elevada;....En--todos. los casq~1.):;J>e~p~<:1.9. . 9o.rnh::i.ant~.. ,
,era:•Una gran -sala -rectanguh1r, más tarde. conocida.como _;.1cella},, _con .11º _alta_r e11 !
FIGURA 8.5. Típicas figuras de arciib de los periodos 'Ubílid y Unik (fotogrnfh rcproduciib 'uno de sus extrcmbs. Detrás de la cella había dos pequeños espacios q::e servían"
por cortesía del director genera! d1: _..;_ntigücdades de Bagdad. Iraq). como corredor y como cámara lateral. El último templo de la secuencia era de
planta tripartita, un elemento c,m1cterístico de la a14uitcctura sumeria posttiior.
Este edificio se levantaba sobre una plataforma de 20 por 10 metros, contenía '
una gran sala ce1,~ral (cella) con pequeñas habitaciones laterales (fig. 8.6B) y una
escalera que ascendía desde el sueio hasta la plataforma para luego encamina1se
hacia la entrada del templo.
Cada una de las construcciones de esta scri.:. estaba separada de las demás
por depósitos de residuos que contenían huesos de pequeños animales y restos de
pescado, tal vez parte de las ofrendas efectuadas en el i.iterior del templo. A par-
tir de los restoi: de pescado, se ha sugerido qu:.: !a divinidad a la que se rendía cu!-
LOS ORiGP;ES DEI A CIVJLJZ:\C!(J:>.,'
LOS f'Rl11;tEROS PASOS HACIA EL "L"i\.BANISMO 323

l /
N

Terraza dal 1emplo


Metros

FIGURA. 8.7. Planta del templo del nivel 13


de Tepe G;,_wra (periodo 'Ubaid 4).
' o
Metros
5

la cultura de Hala( y la 'Ubaid en el norte, parece que muchos aspectos se ven


afectados por inílucncias mcridioü,_,;es. La economía se basaba en la agricultura
de scca?u yias alde_as eran de tamaño pequeño o mediano. En ..fl?.UC.!10; lugares,/
los-cu!t1vos _no -n~l..;sitaron la ·irrigación.-Por su p~rte, .1a..;,1__g_H'{J_~--~-d ~~:ri_adera st/
qcupa9_a-de···lr1 r:nanza de cabras, 0 1 :e.ills._y_b_óv!dos: Dado que en él norte habfa
'c2!ltera:s. no fue preciso recurrir a útiles de arcilla cocida, tan comunes en el :,,ur.
si bien el hallazgo en Gawra de algunos cla\ us cun1os fabricados con este mate-
J rial refuerza las similitudes obse~adas en el ámbito ,:lP la cerámica. En la re-
gión meridional, l_os"sellos. fueron . más ___ comunes-.y: álcanza_ron. un._.desa_rr_o_llo _ma-
10 ,.,YQ_f,'. _En Gawra se han recuperado unos seisc1entos .. séllos-e•-improntas, muchos '
FIGURA S.6. Plantas de lo~ templos de de ellos realizados de piedra, aunque también los había de ohos makriales.
Metros Eridú: (A) niveles lfi y 15; (B) nivci 8. Muchos diseños no se realizaron mediante el taladro, sino que estaban graba-
dos, predomina::do los motivos geométricos, mientras que las rPpresentaciones
animalísticas se reservaban sólo para c1i::rtos casos.
to en estos templos enL.Énkil:;eLdios.deL<!g_l!f, que conocL,110s como dios de la f.ste mismo vacimicnto ¡,.., nfrprirl0 también restos de antiguos temp\9s. Si
ciudad de E_ridú en_ l_a _época hist6,_ica. L_a)9:~IlfHk-a~i1_g.,:?-et~i_9,s, P,a,trono-.vJas-si+ ,e t::en podemos ªl--·cciar grandes diferencias en sus respectivas concepciones, mu-
·-a
; n1.i.l_itude_s,: en_ .e!.,,planteamiento arquitciCYóiZ{éó":\:~-Sp'éttb ··\éin"plos ·posteriores·' chos de sus elementos tienen paralelos en los templos de Eridú. En la secuenci::i.
GP:IlSLi ~(!)'.ª!l&SiQy_!lci as-. in dica"doras ·. de;la.: t:.QH ti_Il uidad :.de. la tra d jci ón__ _:y_.. d_e)9_s_ p~)~ principal de templos de Gawra, figura un edificio circular conocido como tlw!as,
7l)ladores_,en-:eL.sur. de Mésopotamia,-desde. Jos .primeros .ascntamientoS_ ll_i1s1a'.eJ término _que también_ se aplica a las construc:iC''leS balafienses del peñodo ante~
inicio_ de lü. etapa h_istórica. rior. La_';P_r,e~e-~~~tde:.·este .. edificio...e_n-'la;estratigrafía---de-este.-.yacimienlo-se ha in:-
terpretaao;:coITl.o·í.1ha confirmación·de.que,los.grandes tiwloi halafienscs eran.es~
trucrnras--réligiosas y·no de carácter-doméstico.(,Í>erkins, 1949, p. 65). Lus basa-
La ornpacitín de las regiunes adyacentes a Mesoporamia meridional c11 el pcrí,,,lo mentos de ·,arias de estas grandes estructuras se situaban en torno a una plaza
'Ubaid abierta, documentada en los últimos niveles 'Ubaid en Gawra. Estas construccio-
nes comparten muchos rasgos con los templos del sur de Mesopotamia y el hecho
Para compn:nder el origen de la cultura 'Ubc1id en e! sur y el desarrollo de de su prlificación sobre templo<: anteriores indica que se trata de recintos religio-
la civilización durante este período debemos f~:.miliarizarnos con los datos de s?s. El mejor conservado es el templo septentrional que, además, es e;; más pare-
otros asentamientos de esta cultura. Se han encontnufo conjunto:. de materiales c1Jo a los templos de Eridú (fig. 8.7).
anil;ugos a los ubaidien~e~__'é::[1,::;pumcrosos yacimientos del norte de Mesopota- Estos restos del perívdo 'Uhaid 4 son las construcciones más monumentales
mia, entre los cuales Te})é''.{}a:\V~a _ lposee la secuencia mejor con0cida (fig. 8.2). de Gawra y testimonian un momento crucial en la historia del norte de ?vlesopo-
Los depósitos más antiguos del período 'Ubaid en Gawra y en otros muchos ya- 1amia ..Esta región estuvo a la vanguardia del desarrollo agrícola y de la vida se-
cimien1ris septentrionales se disponr:,n sobre restos de ocupaciones anteriores dentar_ia, pero su posición cambió a inicios del período 'Ubaid, ya que lo;,J1abi-
(concretamente, en Tepe Gawra se hallan precedidos por materiales halafien- ;,t<½R1~xde{:~J:!t"'.fe½-i:?it,ro~ ,~_fe_ct_ad~s .P~~-D:.tl~_v_o_s}fI;~!()_r~-~-911:C: -~() _r,eperclltieron __ eu la '
ses). Sin ,:-·nbargo, pese a que hay evidencias que apoyan un<1 cmtinuidad entre Z?na.septentnuna}¡ De este modo, mientras la población del norte continuó vi-
vJCndo de form2 similar a como lo había hecho durante los milenios anteriores.
324 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZAC!Ól\ LOS PRfoii:ROS PASOS HACIA EL URBANIS~IO 3'25

J
El período conocido como.:.Stisa:.. en esta región fue conkinporáneo a
'Uba1d 3 y 4 en el sur de Mesopotamia (LcBreton. 1975). Los asentamientos del
período Susa A prueban que la densidad demográfica y otros aspectos culwrales
habían alcanzado su punto álgido. En estos momentos, además c.lcl uran número
de aldeas distribuidas por la llanura de Susa y en las regiones vecinUs, en los va-
lles adyacentes existían comunidades de tamaño mediano que cubrían una super-
ficie de aproximada111enic 10 hectáreas (Nissen y Redman, 1971 ). Susa era la ma-
yor comunidad de este período con unas 25 o 30 hectáreas y tenía una plalaforma
de gran altura. Este complejo sistema de asentamientos, que integraba emplaza-
mientos de diferentes tamañvs. ha sido estudiado por vanas expediciones ar-
queológicas YcalJc esperar que proporcione información sobre el proceso inicial
de desarrollo del urhanismo (Wright, Neely, Johnson y Speth. 1975).
La población del Juzistán mantuvo contactos con el st.;· de ivlesopotamia,
peru parece que la evolución en ambas regiones siguió trayectorias divergc:tes.
El ir.o:,.emento demográfico y .::a el tamaño de los asentamientos en el Juzisr,ín es
anterior al desarrollo del mismo proceso en !Vlesopotamia pero, en cumbio, no
continuó después del cuarto mil~nio con la excepción de la ciudad de Susa. que
siguió su desarrollo tanto demográfico como de poderío, aparentemente a costa
del resto de la región. A p2,.tir de lo que se conoce sobre esta zona, podemos
considerarla como ejemplo de civilización antigua q... c complementaría y co;~:ras-
taría el caso del sur de Mesopotamia.

La oc11¡;.1ción del rnr de Mesoporamia dura1lfe el período Umk


F11ol·l:..\ S.8.Vista acrea d::-' y;icimiento de Susa ,. de la llanura circundante, en el Juzistán (fo-
trn;r:1fia de Aerofilms Ud, ,.:oP_vright reservado). ·
Hacia el 3600 a.c,:_._,...cu_a_ll.9º ...~.e _ini~_ia f:!l__rr>ríodo conocido como Uruk. la.,pri
,,;JJJacía¡ del··surdc· Mcsbpci'tiiITliií ,:O' 'Cl ·aeS::.:-tollO" dr-1 ·urbanismo -ya -estaba. asegu-
.':rada.- Conocemos bien la secuencia c,ron:Jlógica y la cultura material de este pe-
las comur.:dad(.!S del sur se vieron oblie.adas a reorganizar sus uctividades.J;n:};~J; ríodo gracias a las excavaciones de ..Wárkaf(veáse fig. 8.2). Sin embnrgo d•,'be-
norte no fueron necesarios '"""-'"•"',..,.,"·'C:,,,_,,,,.,,,,,"°"•••'·"'"""'
•« ·•"--• ,,-, "' "'"'' "" ' ' ,.
ni el reuadíÜ-ni el intercnrnbio
" .
de materias primas; los;
••·.,•'"~"' '.,.,.,,.._,, .,.,, __,,,.,.,w,","''»>'••·••
•'P, """'''"''-'•"'"••
rnos tP'ltf nresente que el conjunto de artefactos que caracteriza el período
·:'üEJeihros '. eCan ón,.i"l.~0,5 i'ií'gitCpJas. podía_n _a,lcmg;n;_~ ~~!L~!j!.?. .~I]..•~,V;IP,t?.s_ ~~.q~_~f.? í. Uruk y el sistema cultural que representa ya se habían exll.-:ndído por wda la
•Y.·: po.rc:~_l,lgL-!19.;:. ~,?,'.Í.~F~;:Pill&~n!:.~§~f9_1_µ,l_9;::,p_ar:a ..~Urnemar.el .tamahu, de_ los. asen ta:.. llanura de Mesopotamia e incluso por zonas m:.ís alejadas. El rasgo distintivo
mientqs pi.para,reordenar su estructuración. \ , del_ conju~to de a~tefactos Ur:.:k radica en lª;;,~_~,?:J.!J:YSi.◊n;,de.Ja,,cerámi.c;:1;J~in;.nda ,.
El .'JuziSt.~gjranl, al este de los ríos Tigris y Eufrntes (fig. 8.2), sostuvo, duran- por.otra stn este tipo~de,J:lJ~.G.QracióILO;>:en:,todo,caso,. con ..engob.es.. claro_sl En su
te el período 'Ubaid, un importante: poblamiento que, al igual que en el norte de mayor partc,. la,,,c_e,rágl!F!:1"·~-~~tfi:!bricáda,,aAorno/'rápido,,y.,·decora_?a<con:.n:fJtiv.os/
Mesopotamia, se súpcrpuso a otras ocupaciones anteriores. Las exigencias eco- Jpc;.l~.osJ Soµ -habit;rnJe_s, .1? _i;•-ª·§ª5 S :. l.os ·picos;· :mientras: q ue'.".la.s":fotma·s ·y ..el. a ca badcr
nómicas del Juzist.ín se hallan en un término medio entre las..dcl sur y_las del nor~ t .d,_e.Jqs bordes presentan-una mayor variabilidad que los recipientes más anti:.
te._.de.Mcsopotamia, pues 111.ip_n_tras. algunµs_JÍ_r~gs__ ~,rnn . aptas,J)ara,..,.una-,agricultu.i:a:.¡f gtl_os; Dada la ausencia de motivos pintados. los arqueólogos tienen que recurrir
.dtt:~.~_c}1:rig;:.C,ilJ>.trw;;;'..CQfi1.9 .1_a,·:·~~~t9fl.fXveáse fig. 2.1, p.-36),:Ítl·ªgripultura sólo__ p_o- 2 • a los cambios en otras características para establecer subdivisiones dentro del
día'.'practicarse de-manera-cfccth•á· mediante ..eI..i:egadío. T~pe _Sabz fue una aldea · período. Este trabajo es difícil y sólo ahora comienza a ofrecer un marco crono-
de finales del sexto milenio e inicios del quinto, situada en el valle de Deh Luran, lógico detallado, imprescindible para realizar estudios más profundos. Los cam-
en el Juzistán (I-Iole, Flanncry y Necly, 1969). Se trntz..~m de un pequeño ase~!~~ bios en la forma y en otros rasgos, así como la ausencia de Uecoración pintndn,
,niento de campesinos que se dedicaban al cultivo de regadío y a la cría de bov1- permiten distinguir diversas fases. Además, los arqueólogos comienzan a utilizar
dos. ovejas y cabrus. y que disponían de !as plantas, de los animales y de la exp~- cada vez más las principales innovaciones tecnolóeicas v la evolución de las ins-
riencic1 necesarios para vivir en la llanura aluvial. Se conocen unos cuarenta ynr1- tituciones como criterios en sus periodizaciones. fa inl;oducción de la cerámica
mientos en el J uzistán correspondier:.tes ~: este momento, lo cual indica que la a torno rápido es el rasgo característico de esté momento. En efecto, la apari-
región estaba densamente poblada por agricultor~:; bien adaptados a los terrenos ción de ciertos tipos de -~Jif.!Í_ITiica-•p'roducidos• en· serie-,.indica.,eJ.,_.,inig,ig_,_.Q_~J.JJ~uk:
del picdemonte va los márgenes de la llanura aluvial. r,e_ciente, .TI1.i.~n.tr~ . .qu(!_ §_u.JinaLse .asocia aJas primeras evidencias de escritura.
Durante el ciuinto milenio y la primera mitad del ctnrto, el Juzistán continuó A partir de entonces, las divisiones cronológicas 111 -ís importantes de los siguicn~
densamente po'ulado y surgieron asentamicn!0'- de mayor tamaño, entre los que tes períodos se estahlecen según los cambios en la arquitectura. en la glíptica y
destaca Su::;:: (fig. 8.8). en las dinastías históricas conocidas.
LOS PRl.\!EROS !':\SOS HACIA EL URBANJSl\10 327
326 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN

,,_;EIJ,J,flJ~.A~.t:Jguo se caracteriza por la fabricación de cerámicas grises lisa5 y


de cerámiéU's"Con en~obes rojos, así como por un brusco descenso de la decora-
ción pintada. Este período corresponde aproximada111ente a los niveles estrati-
gráficos 14 a 7 del recin!-:J de Eanna en Warka. Durante el período 'Ubaid, la so-
brecocción o el empleo de arcillas específicas daba como resultado una .:erámica
de color verdoso, que se hace menos frecuente en el Urµk antiguo. La arquitectu-
ra de este momento no se conoce tan bien como la del Umk recientt!, pero se
puede apreciar una continuidad de los templos ubaidienses al construirse nuevas
/
estructuras encima de las antiguas plataformas. Aunque evidentemente se pro-
duj~ron cambios, en general si! observa ¡;na continuidad entr~ 'lJhaid 4 y Uru;.:
anuguo.
Por su parle, el período Bruk reciente (c. 3400-3100 a.C.) viene definido por
Narj_qs:;innovaci0ttffSitéCriicas,¡ciertos::caínb_::Js_:~1_1 Jos_J~Il],,l:!5,,.<:}e_¡:9rª1i,v,,(?_S,,~ __ i_r,1_1poi:;-
tantcs-logros-arquitectónicosl La novedad más destacada del inventario 1de ma-
teriales 1,;.,; la gran abundancia de un tipo je c_pen(;(JS __J_e; _ bbr_de _ biseladó (veás..:...
fig. 8.3H). Estos recipientes, de factura tosca y'"COn desgrasantes vegetales, se
caracterizan por U" labio biselado oblicuo y por su producción en masa sin pres-
tar dcm;i"'iri,fa atención a la calidad del acabado. Se ha propuesto la hipótesis de
q ln.. fue íOfLp~.o.dur;i d,?~ . e,11 1. §S:_J:;i.e_,_W_epj_~µt_~_Ja.-._pre1?tóni:de:planchas -dé,- arcilla 'en .~n
_. -:,_nplde,-,.y.s q ue::..s11~;.--a'ijij_i}ij:~füfüf¿y]_Qi¡_µ8JQii;;_:I)íiCd~n., estar- relaciona das -con. el, pap_~_1_/ de la
que . jugaron ----·como,-recipientes,,_co11J~fii,l§:Jll,Cdicia&:_;I1,0~ali~.'1d_a,s____~p __ el m_arc□- 9_e /
úna __eco1mmía redistributiva cada_ye_z __TI)ás _centralizacta:(Johnson, 1973b): De ser
así, estos curncos constituye;~ la evidencia más antigua de una economía dirigi-
da. Otros cambios des_lacables en ·1a _cerámica Urµk rt~i.~nte radican_ en .h,. pJ~;;
.sencia--de-.apli_ques, .. impresiones ..digit8-le~; __ incisiones _ _{fig. 8.3M)___y _a_~a_s :en_ forrn,;tl
Oe-((s_o~a,,);}.fjW'-~119~{(fig. 8.30). Se ha h:illado ?n gran número cte.~se110S;.tanto
d~Ltipi.i':estampma Como- del tipo· cilindro-sello, En estas piezas, además de los _
""motivos.,geo~étricqs, so_n m_tl,;y __ c(Jrr_!ente~Jos temas naturalistas, zoomorfos y an_-/
tropomorfos (fig. 8.9). · · ··· ·
Sntrc los logros materiales más importantes del p~nndo Uruk figuran los
:·édificiás•1nonum-"'---rttales---desc.u:.,~-• ........:,-..1_...\Varka, ;Una comunidad establecida du- O SDG
rante el periodo 'Ubaid en la ribera del Éufrates, a unos 65 kilómetros al nores-
Metros
te de Ur (veáse fig. 8.2). Las vari2ciones en el tamaño y en la Oensidad de'pc

Puerta oe Ur

FIGURA 8.10. Pla.nta del yacimiemo de \Varka (antigun Uruk) que mueslca los diferentes secto-
res exca,·ados: el z1gurat de Anu. el recinto de Eanna y !m, murn!b.s de la ciudad.

blació? de Würka no est,ín bien documentadas. pero parece claro que. durante
el peno~o Uruk, esta comunidad llegó a alcanzar un staws urbano. Es posible
que la cmd_a_d ocupara en aquel entonces unas 80 hectáreas y que contara con
un::.. poblac1on de unos 10.000 habitantes. Las d.:,_;; zonas de la ciudad más estu-
diadas por los arqueólogos se encuentran debajo del zigurat de Anu v del recin-
to de Eanna de época histórica (fig. 8.10). En estas áreas se Ievantáron varios
tem~los durante las primeras etapas históricas y se supone que ~ .. mbién ocurrió
FIGURA 8.9. C!!;,dro-sello del periodo Uruk o Jemdet Nasr: impronta moderna de un rcbnño lo n.,smo dura.nte el período Uruk. Otras zonas de la ciudad no han sido explo-
:-iagrado de vacas saliendo de una choza de cañas (fotografía del Oriental lnslitute de la Univer-
sidad Je Chicago). radas de la n11smu manera: por ejemplo. todavía no se han exca, ,ido sectores
328 LOS ORÍGE?\ES DE LA CIVILIZACIÓN LOS PRll\.-lEROS PASOS HACIA EL URBA.NJS,\10 329

contiene en su ángulo oriental varios dcpósitns de fundación; se trata de un es-


pacio hueco situado a la izquierda de la hiladr1 inferior de ladrillos, donde fue-
ron depositados los esqueletos de oos carnívoros. un leopardo y, probablemen-
te. un ..kónjoven (Perkins.1949. p. 111).
El.. \~p~plp_ _ B~_a_~C(:),_11,1i_9_~ _}f,,?. p()r__,22,3 .meti:os y __ es efe ,planta trj_pm1ita/(_fig.
8.11). Dispone de una sala central alargada con dos alineamientos de pequeñas
cámaras 3 los lados, por lo que su pbnta e~ similar .:i las de los templos de Eridú
de finales del período 'UbaiJ. En la sala central. o cella. se 1:'.ncontrarnn ....;,.:_,:: ele-
mentos q 11 e fueron utilizados seguramente en los rituaJe,; realizado:. en este edifi-
cio. Uno.de ellos consiste en un pedestal rectr.ngular exento, quizás destinado a
ofrend,1s. i:-011 una banqueta semicircular que presenta señales de la acción del
n;qo. E! segundo e!emenlo era una platafurma con escaleras de acceso, lcv,,nta-
da en un extremo de la cella, que pudo constituir la base de una escultura monu-
mental. [I interior del templo present2. numerosos nichos, mientras que en la ía-
chda t:x!erior se dispusieron contnfuertes a intervalos regulares, Su tamaño.
trazado y clcmrntos están en consonancia co'1 los templos sumerios históricos
posteriores, de forma que podemos considerarlo un precedente de estos últi!~'OS.
La inferencia de que este templo y su compleja p!atafornrn estnban dc:tinados al
culto de Al),µ,,el dios.e.le! ~,i~lo,; se bas;i en su proximidad a los posteriores templos
hist~ricos dcdic.,Jos a e~ta divinidad. una de las más importan les del panteón su-

La plataforma de Anu y el Templo Blanco evidencian cambios ::.ociale~ im~


parlantes. Si bien los antiguos templos de Eridú señalaban la existencia de una
elite religiosa con c,ínoncs arquitectónicos deíinidos y que mantenía un modes-
to control !'.iObrc la población, el complejo de Anu pone de manifit.:sto !a ctc*
tividad de una elite que ejerce un formidable control sobre uria fuerza de rra-
Estructuras conservadas
bajo muy bien organizada. Se ha estirt1Jdo que fueron necesarios 7.500 años-
Sin excavar hombre de trabaje físico p:ua construir este monumental edificio (ivla!lo-
Zona destruida
wan. 1%5 ). Tal cantidad Ue fuerza de trabajo, así corno la experiencia mostrada
en la pbnificación, .;jecución y en las repetidas reconstrucciont;s de esta obra,
implican la existencia de una jerarquia im.i.illlcionalizada con acceso a ~rancies
FIGLTRA 8.11. Planta del zigurat de Anu. con el Templo Blanco de WarkH. recursos económicos, numerosos grupos de trabajadorec: y artesanos cualifi-
cado~
Un hecho que apoya las inferencias sobre el control centralizado bas,.1das en
significativos de construcciones domésticas, de talleres artesanale~ Y d_c cdific,~): el complejo de Anu estriba en que este es sólo uno de los diversos templos que
cí'vicos no religiosos. Por tanto. Jo que sabemos de la temprana luston~ de \\, 1- funcionaron contcrnporá1Lc8.mente en \Varka. El complejo müs monumental de
ka. al igual que suceUe con i.:ridú y con otras ciudades ~e Mesopotam1a, ~rocc- todos !os que se han excavado en este yacimiento es, sin duda, el de !Js templos
Ú.:!. de los templos, qt.e han proporcionado a los _ar~ucologos abundante infor- estratificados hallado en el recinto de Eanna. Este lugar está situndo en el centre
mación sobre el ceremonial y la religión, pero rract1camcnte nada ~cerc~ de los de la ciudad y. en la época histó1-ica. se encontraba dedicado al culto aJoamJa.
aspectos más terrenales de la sociedad. Esta situación pued~ cambiar s1_ los ?r- una impo;-:ante divinidad 'PilJf,(?J:l.!l:_d~_JVarka./Fn su forma semítica, lsluar, se la
queúlogos amplían su esfera de actuación en futur~s. cxcavacmnes y deciden m- consideraba la diosa del amor y de lá guerra. y estaba representada por el planeta
cluir lo útil con lo exótico y lo doméstico con lo rchg10so. Venus (Sag.gs. 1962). Eí ti.::mplo más a11Ji_gJ10. _q_l1,~ _se 1ha podido reconstruir en d
Los monumentos ara_uitectónicos más antiguos registrados en \Var~_a, son_ las 1 recinto de Eanna se conoce como el T~_rp_pl_(J,,d_e__Calbp1. porque fue construid_u so-
estruc;uras constructivas superpuestas conocidas bajo el nombre de ~?}g!J,_rn,t.,_¡je .l bre un basamento (que protegía las estructuras de la lluvia y de la lnnned;idJ fnr-
Al!11\ En este lugar, los edificios mayores y mejor conservados da_tan del m~- mado por bloques de este tipo de roca, tr,,nsportados desde los escarpes de Ju
menio inmedü::.:amente anteiior al final del período, per~ por debaJo de ese 111- mesc:::i de Arabia, a unos 60 kilómetros de distancia (fig. 8.12). El ku1plo era de
vel existían estructuras similares desde 'Ubaid imsla los tiempos Uruk. La cons• grandes dimensiones, por lo menos de 76 por 30 metr,:;s, y su planta, tripartit::i,
trucción mejor conservada se conoce con el nombre de !emplo Blanco ~ c,ausa con una sala central con forma de T y varias entradas. La simetría del diseño ar-
de su color. Se alzaba sobre una plataforma que proporc10na un efcct_o visual de quitectónico, el intrir..:ado conjunto de nichos de su interior y los contrafuertes
gran monurnentalidad. El acceso a la mencionada pt~taforrna combm~ba ran1- de la fachada exterior testimonian la sofisticación alcanzada por los arqui!ecto.c. y
p;s y escaleras, y su construcción constituye una compleja obra de ladnllos, que los artesanos de \Varka ~s1 el cuarto milenio.
330 LOS PRil\!EROS PASOS HACIA EL liRBANISl\10
LOS ORÍGE?'-!=' DE LA CIVILIZACIÓN 331

Templo de la
Terraza norte-sur

o 10
~ N
Metros

flGLlRA S.12. Planta del Templo de CalÍL.1. del Patio del Mosaicc y dei ·,,:cstíbu!o de las Colum- I
!
nas, en \\'arku.

Junlo a: Temple de 01l!~a y. rrobablcmente, perteneciente al m_ismo momen-


to. :;e descubrió otro eC:ficio que pasó a denominarse/f~Jµp_le>,,,d,~.·.las,,.~<Jl.~mn,as
(fi!.!. 8.12). L;te mm:umento se erigió ~ubre una serie de terrazas que tamb1en sir-
vi:ion como basamento para templos posteriores. Presenta como elementos c~-
ractcrísticos las columnas exentas. una decoración con mosaicos de cono~ de arc1-
!la y una peculiar planificación que. en lugar de con_cebir un edifo.:i0 aislado, in-
corpora varias construcciones. Jumo a un gran patm, se l~vanta un templo d_e
plan1·1 tri;mrtita de mediano tamaño. al cu:1l se accede a tr~~es ~e un ~spac10 deli-
mitado por dos hileras de columnas decoradas con un drnmew... de 2,6 ?1etros,
o
que constituyen los ejemplos más antiguos de columnn,; exenlns co?oc1das en
rvfesopotamia. Para const:-~irlas se utilizu: ..Jn adobes dispuestos radmh;1ente _y !,letras
lue!.!.O se Ci.lbrieron c::m un enlucido de arcilla. Posterionnente, c:.iando este aun
estiba húmedo, se insertaron en él millares de conos del mismo material (Per- FIGURA 8.13. Plantas de los templos C y D de Warbi.
kins. 1949, p. 1L2), cuyo extremo \·isible estaba pintado de rojo, bl.ancn y negr~,
colores que aparecen también en la mayoría de los temas d~l rn~saico. Los moti-
ve: !!eornétricos realizados mediante estos conos componmn z1gzags, losanges,
En los templos del zigurat de Anu hay indicios claros de altarc::; y de pedestales
trián-gulos y bandas diagonale!'i. En referencia a ello, se ha sugeritio que el moct:-
lo de-e: 1_os diseños tiene su origen e,; las esteras de cañizo utilizadas para cubnr para la cremación de ofrendas. Por su parte. los del recinto de Eanna presentan
una complicada planificación de !os nichos del interior del edificio, que pueden
las paredes. . .
relacionarse tanto con funciones decorativas como con propósitos rituales. aun-
Finalmente, los restos del Templo de las Columnas s1rv1eron de basamento a
que no sea así en otros templos pnh-:imos. Las construcciones de los tempios y
dos nuevos templos con la tradiricmal planta tripartita. La cámara ~entra! de és-
de sus recintos ocupaban una enorme extensión; por ejemplo, sokimcnte el rc-
tos tiene forma de T, y lus cámaras laterales presentan una comple1a estructura- 1..into de Eanna cubría unas 9 hec1áreas.
ción (fig. 8.13). El tcmplu 111ás grande (Templo D) tenía uno~ 80 9or 60 metrus Y
Warka se conoce muy mal antes del período Uruk, pero se supone que el
presentaba contrafuertes muyela~orados en la fac!lad~ extenor. . . . j
asentamiento fue creciendo oaulat,inamentc y que los templos fueron cons:trui-
•.-J;¡ªGfiliiH!.tl::.!itY!.t:t:!I~HgJ.gfüLf!.~.h:P.~99,~Q,.;,¡!l,~J~. qpp,st1tuye .una endenc!a .. fir:';e
d6Ja ·existencia de una elite poderosa. LoS templos presentan una plamficacmn dos ya en el período 'Ubaid. _AlJj_1:w:l,_-,tj_e.l.J?.~.IÍ.o._d,o .lJ~t-
_l_p.-,~~t~r_,e~ci_a_·:,d_e\yafios_.
en ciertos sectores del asentamiento que se mantendrá durante un largo intervalo femplos monu~,e,~t(ilf:!~ de_m_t1,e,str_a e_Í Piict'Cr ~.e-.ra
cÚté .re11g10sa~. ,Miíéí-iás' de '•estas.
áreas religiosas continuaron utilizándose posteriormente. A tenor de lo que los
de tiempo. Los templos eran todos distintos debido a la diversidad de las creen-
arqueólogos han registrado snlJre este período, puede afirmarse que !a ciudad
cias v de los rituales relacionados cori Jivinidades específicas o.tal vez, como
constituía ei mayor y más notable emplazamiento de l\'íesopotamia. J\unque no
resu!iado de los diferentes miembros de ln elite responsables de la construcción.
LOS ORÍGE1'ES DE LA CIVILIZACIÓN LOS PRL\IEROS PASOS HACIA EL VRBANIS~IO 333

FIGURA 8.14. Vaso de piedra de FIGUR/1 8.15. Cabeza de mármol de \\'arka con los ojos y las cejas con incrust2:iones (fotogra~
Warka. cor. bandas que represen- fía reproducida por cortesía de! director general de Antigüed11dcs de Bagdad. !ruq).
tan diferentes actividades (foto-
grafía reprodurida por cortesía del
director general de Antigücduci.:s
de Bagdud, Iraq). - ne una procesión de hombres desnudos con las caJ--,ezas rapadas, que llevan
ufrendas de comida y de vino: por último, el supcric: muestra una compleja es-
cena que quizás reflej':' un ritual en el que una diosa (¿Inanua?) se presenta con
ofrendas de comida ~Mal!owan. 1965, p. 58). El vaso de "'arka es un buen
disponernos de datos que permitan suponer que los habitantes de \Varka i.:un- ejem~lo de las cualidades artísticas de los artesanos cid período Uruk, en el que
trolaron Jugares situados más allá de las inmediaciones de la ciudad. parece ser el artista expone su visión sobre el orden social en Warka y alguna de sus cere-
que en lo::. 400 o 500 años posteriores a la construcción de los grandes templos monias más importantes. ~
(c. 3200-2800 a.C.), Warka ofreció los mejores ejemplos de los logros de los su- La cabeza de m;:irmol blanco de Warka es una excele1,i:e escultura. modali-
merios. dad artística que también Jparecc al final del período Uruk (fig. 8.15). Proba-
Además de las cenimicas que L-Jractcrizan el períndo Uruk y de !os rasgos bl7mente fo~maba parte de una estatua con cuerpo de madera y los nj11s y las
monumentales de su arquitectura, hav otros elementos caractcrí~ti~os _de_ su _cul- .- ceJas se realizaron mediante la incrustación d.: otros materiales. Es casi de ta-
tura mat¡;ri,al;·.corno. va&os,l,dec,pi_ed1ja. éon.:un~. 5_fi:Il ,v-~ri:_~_<¿!f::,9~tffPIII1JIS'.,YLelaporai maño natural, muestra rasgos faciales de una sensibilidad y naturalismo que no
·dos-a partir de.:div_ers()S. fil_~.t~_r,i_ªl~~- El ~ás notable es· un-vas? ton-p~ana,-~f,.~-n,: fueron_ igualados durante mucho tiempo, y parece que pertenecía a una estatua
metro-dC."altura enc_Ontl'_acj_o_.f!n .War~a (fig. 8.14). La superficie extenor esta de~ fe_men_1,na. Se t_rata ~-c_l _ _rri?1er cjcmp_l_o_ conoc_i_1_()__ de Cstatuaria''·m_?º.~-~-ent_a_l_:_de
cara da con tres' registros de eSCenas de Ía vida doméstica y religiosa: el registro ,:brrftó ·rc'dmWo:----preCedenl'e
<'merios,;· de· . I:rgrnfl
_, _ ---·,:":>-,>> .tráaiciOn: arlí.stica·--desarro"JJaaa
· ' •...............-.,..
:pof·:Jó'.s>Sli:>
............. ., .. · - ----------., ............. ..,...... _., ___ ¡
· inferior representa varias hileras de plantas y de animales: el int:;rmedio contic-
334 LOS O!ÜGE\"ES DE LA CIVILIZACIÓN
LOS PR!\IEROS PASOS l·IA.CI.-'\ EL URBA!'-:JS:-,..m
335
La ocupación de Mesopotamia en d perfodo _¿é1_~z_c,f,e,t_Nnsr -
estos últimos predominarán en las etapüs históricas poster 1~es. En el _ - d
0
La etapa que _ ~_ig_µe al período Uruk se_conoce corno período kmdet :'.\"é:tsr (c. JemdeL Nasr se han difcrenciad_o cuatro clases de cilindro-sellos 'F lk~eno.
19b- 34) --:· ···· -_•·-- .: .-.-.· __ - . . .__ \a cnstcm,
3, 100~2900 a.C.). Jy1~9l,:i~!;,;J:lc. las, innovaciones .prodm;:i_(i_as_ .:s>,n, .~tl.!eriorid,_ad_ pc_rdu:/ J, p. - . Llli,pnmern:.-n~cluyc-gran_d~_,_scllos·con escenas·-,natüfül~l_µ5-grabá-,
r~n:_ en _ es,_!9~.:_moñí'efl{OS; --consolidándose s _ p_e_rf~cci.91:lffo¡:J_oSé_ j1~S'iá. ·et_-pllnto·. de dg_,?, que.logr3,n_ efe.etas ~nmdares_u.Jos .'.::!e-algunas representacion::'.s, cóího fas del'
_agiu_ti~·~_fS,~_-y __c:la_r lugar_ a una nueva_s_ocieda_d_.)1a cerámica producidíl e¡; serie. ~~sq_"~c"'\Var~n.- -Por lo, ge_neral_ se repr7_.s,cntan -;fI\S,.~.!},Jl_*;;_.9.s!."culto/Procesiqµ_e_s_ _ ;n::]il
·que· hacía su aparición con los toscos cuencos de borde biselado del p::ríodo o~q§~:~,JJ_~Jallas',, cacen as.-. y..-;an1male~_;;-_:_~.-.,menudo_-_ pue_d_e,:c_d_ist,i_n,g~irse_.___u_1g.: J_ioura : '
Uru!:, incluye ahora toda una,gan'i'a-·de-·copas cónicas.a tOrná.,rápidC1. Las obras de ~ª-~'.1_~~_qrtantc,:un .soberano--o--.u_na.--diviniclad1:por<su:vestimenta{}(mayor :u~rrtá'-.
arte. algunos de cuyos antecedentes fueron el vaso de Warka o la c-statua con ca- no....La ·i;egunda clas~ dc-sellos-._estaba:;-decorada.-cor., ..::ompo·siciones ,,heníldicas;I
beza de mármol de la misma ciudad, siguen apareciendo en los niwles j::.:mdl't que, en -muchas o~as10nes,.muestr:1n-una .pareja .de animalc::-enfre"ntados cara 'a
Nasr, al tiempn que se reconstruye~ Jos_:t_eili¡JID_S monumentales dnl Liruk rt.cieq- : c~ra:--?stas dos ~n~:i:a~--d~se_s de sellos marcan e_I comienzo de las principales
,.:,·- ~1:, ·lo_ que :es ·más importante. -_l_ps,::es,,msos·-- ensayos de __ e_s_c_i:H_ur11_ tjel _períod(I tr,1chc10~es. de exp1~s10? art1st1ca que se mant:ndran en Mesopotamia a lo brgo
Uruk1 ahota.se.multiplican_,y.:per,fciccionaii. En esos momentos asistimos a la cou- de los _sigmentc:; m_de1110~ ..~a,..terc_era .. clase.se cq!}~~c..__P,r~flSiP.ªl_inente.en ...ivfeso:..
s~1lidac_ión de los ru:itwipiQS.J?.rn11t1i.~_µ_ti_vós de 18.s primeras ciudades de \-ksopota- potan11a,_c:_c1,1t1:aly:--consta _de ..se1Jos.de,.pe_9ueño tamaño._Los _temas incluyen ani--/
mia. EUeínplo.-era-el--centro . orgq11ji~ti~'..2.--Y,; Jf9\Ü~.l!~_tp.-9_i_c;.9_ d_e l_a _ciu_da_d.__ y _la elite r
fl?_U,_le_s_ esquem_a_ttz_a_do~ de asp_~cto.Jos,~p_./:~-~.:.-ClJar_la cl_f1Se_ es--:nuy·_común ·.-iuera/
religiosa dirigí~--seguramente_ las actividadés .. ecOnómicas. y .políticas .. Dada la i11e- . d_~-- J\1,esppqtam1_;¡. mend1_on?_l. -E:_11-:-~st_e___c:a,so, se trata de sellos coh temas abstrae!
xistencia de fortificaciones, ;,J 6 ... puede considerar que la guerra fuc;a un factor tos realizados mediante r.-ofundas incisiones/
relevante durante el período Jemdet Nasr. Mientras tanto, en el sur de \'k::,oporn- . _L_os cilindro-s~ll_?~ de _la época posterior servían pa;~ marcíl• las propiedades
mia los centros importantes no llegaban a la docena y muchos de ellos quizüs md1v1duales. Es d1üc~I as1gna:!es una f~nción, pe-ro es posible que los qne pre-
eran sólo grandes iJOblados. s7~1tan temas nH!urahstas tuviesen un s1gní1icado reconocido, sea o no en rcla-
El período Jemdet Nasr se conr~e bien gracias a las exc:waciones de \Varlrn. c10:1 con la prop;cd~J. Cierto número de motivos v de disposiciones de los ele-
pero también se ha drwumentado en otros yacimkalos importantes di.! i\lc::.upu- ··- .:ntos .;e .respct 1ro_n siempre en los sellos !11':!soPotámicos, aunque e\'entual-
tamia. Se han identificado niveles de Jernde1.-Nasr en yacimientos de .Mesopota- / mente pudiesen registrarse <1lgunas variaciones. Dacio que ccuia sello 00 sólo
rnia central, como ¡_Kh~fáje.y Tell-1.Jqáir;-y de Mesopotamia sepL,1trional.-como ; c?rrespo?de a un determinado poseedor, sino que éste poci 1 ía iiltentar buscar
<·-Tell, Brak, en .. Siriai Los intensos coutaclos entre el 110rtl! y el sur durante esta ,c1;rt? gh_fo para. rcpreseular su nombre, -~"~-:1Qg1,f,Q:.;,9.\l.t::t,.ffl_l_e,p_tr_a,:~-:;.~t~.rn:.._ !J,_e, _.Ja,. /
época quedan patentes por las similitudes constructivas de los templos. que inclu- gl_1p_t1ca _ma,dt1_r1Ipa y se l]ac_ía JUás complejo,_ también.se produJe1an ·IóS "¡jrlfi"ie'í•OS ·'
yen los mosaicos de conos de Bi,ik. Las r,..,laciones entre Brak y las ciudades rne- en_s_ayos d~ escritura..
1idionalc:. puede indicar auc el comercio estaba adquiriendo una importancia , Los artefactos y la arquitectura documentan muy bien la ::::mtinuidad del pe-
creciente. El incremento de las relaciu11es comG..:::iales también se refleja en un nad?. Je~det Nasr, t?nt~ ;especto a las_ épocas anteriores como a las posienores.
numen to del número de vasos de cobre y de plata que se encuentran en los yaci- Las iurmclS de orgarnzac1on, aunque mas eficaces que las del Uruk r-.:cic:1te. eran
mientos meridionales. En este sentido, Brak puede haber funcionado como nú- semej~ntes_ a ésta_s; sin embargo. cambiarán de manera muy significativa durante
cleo comercial desde donde el cobre y la p!"ta procedentes de Anatolia se in- el per~odo mmedmtam.:;nte posterior, el dinástico primitivo. Los cambios que c:!.--
troducían en las tierras bajas de ~fosopotamia. Las láminas de sílex constituyen ractenzan esta trnnsición serán tratadn<; en el capítulo 9.
atro elemento comercializado en la época Jemdet Nasr, las cuales permitían susti-
tuir las hoces de arcilla por bojas denticuladas (comunes ahora en mt!:hos yaci-
mientos). PATRONES DEl'vlOGRAFICOS EN LA ANTIGUA MESOPOTAl\lIA
La cerámica carece de valor artísLicu. pero .;xperimenta una recuperación de
la decoración pintada con la fabricación de una serie de jarros polícromos. La .el rápido crecimiento de la población de dc:.:!rminados ascnt::mientos es un
distribución de estos recipientes fue muy limitada, localizándose sobre todo en el claro in_dicíldor_ ~e la trnnsformación urbana. Sin embargo, el estudio de los pa-
propio yacimiento de Jemdl!l Nasr. a la vez uno de los principales focos de pro- trones demc¿?raücos, adem,ís de marcar los avances del urbanismo, se :onsideru
ducción. tarnoién un aspecto fundamental para entender las causas de este proceso . .Ii."os-
Por su parte, 16s.,v.asos de.piedra-siguen siendo habituales, con la importante ,:s~rn1bi~~:,,Q_qIJ1pgráfi~os, .la ..reorgan_~~aci_ó_Il.-__de_._:I_os._asentamientos ,y, en general, el
innovación de presentar decoraciones incru:::adas en algunos casos. Muchas de --_m_1,1_1_1.i;,;1;L_o,deJa dens_1dad _de _ po_blacmn ponen .de manifiesto el desarrollo alcanza-
lasj>;~rustaciones que __c~11_oc_en10s.se ::realizaron con .. picdras de- colores " rnadrc- do por la civilización urbana._
perl_~¡~ adheridas con b_etún. Los motivos. representados__ son__ ilorales o. geomé_-,._
tricos. > · ..
1

En el período Jemdet Nasr áumcntó la importancia_deJa glíptica/una fom1a El ori¡fell de !ns ase11tamien_tos del periodo 'Uhai,;
artística que ya existía en el período Uruk y que más tarde se coÓ.\'irtió en un
elemento esencial de la antigua sociedad sumeria (Parada y Buchanan, 19-4S). . Las primer~s comunidades de cierta importancia en la llanura de Mesopota-
En los tiemp.Js de Uruk, los sellos de tipo estampilla fueron m.ís comunes que P.'Jase establecieron en el período ºUbaid. En principio se trataba de aldeas dis-
los cílindro-sellus, pero en Jemdet Nasr esta relación .se invierte, de modo que persas de tamaño _mediano, pero con el tiempo algun;:is de ellas albergaron
grn,.Jes concentraciones de población. A finales del período 'Ubaid, y en -algu-
336 LOS ORÍGENES DE L.-\ CIV!LlZACIÓN
LOS PRI:-.!Enos PASOS HACIA E!_ URBANISMO
337
nos lu2.ares aun antes. !os elementos característicos de la cultura ubaidi~•nse se
muy cs.trec:~~ con •u~-,~~d L La cerámica pintada procedente de Choga Mami,
habfanL difundido por toda !vfesopotamia y por áreas de Irán, Arabia Sauci-í y el
denomrnada <<de_ trqns1c1?n posli;amarra,), es muy similar a la d::; 'Ubaid 1 (Oates,
Levante. Las gentes de este período dieron los primeros pasos hacia tl urbanis"
1_973, p. 172). ~stas relaciones también quedan atestiguadas gracias al hallazgo de
mo y, de hecho, parece que constituyeron el antecedente directo de la población ügur~s de arc¡J]:, en a1ub<1.; regiones. Además, la arquitectura conocida en Choga
sup1eria. que completó el camino hacia la vida urbana. A este respecto. la ar-
Mam1 y en Sawwan parece constituir un precedente de las técnicas constructivas
queología debe contestar a dos cuestiones muy interesantes: cuál fue el origen y la planificación de los edificios que se levantarían en Eridú en un momento
de la cultura 'Ub2'.d, v dónde se situó el origen del poblamiento del S..lí de Mc-
posterior. No obsta_nte, este planteamiec!'J no resulta del todo convincente, pues-
sopotamia. RccordenÍos que la población uhaidiensc más antigua (•L:□ aid l) se to ~;t1~ cabe :a posrnilidad de que los materiales ubaidíensCS más antiguos en el
estableció en varios empidzamientc:; meridionales, sobre territorios no ocupa- sur de !vle~c-potamia sean los que proporcionen a los conjuntos similares de Cho-
dos con anterior:dad. en un momento datado en torno al 5000 a.C. o q;jzás un
ga Mami una cronología anterior a la que realmente les corresponde. Así pues, lc1
poco antes.
respuesta a la cuestión podría raUicar en la existencia de asentamientos más anti-
En la Mesopotamia sepk11trional, los niveles del período 'Ubaid :i-e encuen- guos :::¡ue los conocidos hasta ahora en Mesopotamia meridional, aunque tal ex-
tran por encima de los horizontes de ocupación del hal,1íiense, lo que indicaría tremo es muy difícil de demostrar, En teoría, estos yacimientos pre-'Ubaid esta~
que la cultura u!rnirncnsc se desarrolló a partir dl! la de Halaf. E:.ta explicación, rfrm cubierto~ por espesos depósitos de !::::dime11tos y sólo podrían localizarse de
sin embargo, presenta el piublema de que las primeras evidc!1cias ub::>idienscs manera accidental si se emprendiese algún proyecto de obras que implicara la
en el norte corrcsp,::,ndcn a la fase 'Ubaid 3 y, por tanto, son muy poste:-i'.Jres al realización de sondeos aunque no se excluye que una exhaustiva prospección de
inicio de 'Ubaid en el :,Ur. Por otro lado, en Irán, tanto en las tierras bajas del supcrfirie pudirra proporcionar algunos hallazgos dispersos como, por ejemplo,
J uzistán como en las regiones montañosas, conviven culturas similares a la uhai- los de Ras al 'Amiya (Stronach. 1961).
dicnse (por ejemplo, S~sa A). inmediatamente posteriores a hs secuencias de Dado el estado actual de lds conocimientos arqueológicos, una explicación
ocupación más antiguas, En consecuem:ia, las culturas iraníes Jel período razonable del origen ue la cultura 'Ubaid 1 propondría iu intensa influencia de
·:..:baid parecen resuirnúu LÍ.: un Uesanuuu autudono, lo cual 2.poyarfa la tesis la.., culturas samarrienses del norte. Las evidencias ? favor de esta cone~;'.é,n in~
de un posible origen iraní de las manifestaciones mesopotámicas ubaidien~es. cluirúu1 L:; amilogías er, las cer2::licas ~• !as fi~urillas de arcilla, los paralelos ar-
No obstante, a ;- ~sarde su proximidad geográfica, las civilizaciones cid Juzistán quitectónico_, y el temprano desarrc!!o de la agricultura de regadío. La irriga-
si2.uii:rou una trnvectoria di~tintn a la del sur de Mesopotami;l_ si bien en mu- ción pudo irnber sido ur. ;irerrcquis1to para la ocupación agrícola de Mesopota-
cl;os aspectos su ~voluciém fuera similar. Además, sab_cmos que las culturas más mia meridiana! y, por tanto, su desarrollo autóctono en lugares como Choga
antiguas del período 'Ubaid aparecieron junto al río Eufrrtes, en el extremo su- Mami resultaría de crucial importancia. Tras el establecimiento de los primeros
rot:sle de Mesopotamia. Si la población del Juzisttin se hubiera de:,plazado hacia asentatnient 0 s en el sur de l\'Iesopotamia, se inició una fase de interacciones con
~¡ oeste para influir sobre los primeros asent:;mientos 1Jbaidíenses, dcbcríam~s el Juzistán y con los primeros pobladores del golfo Pérsico, al tiempo que se
encontrar una secuencia de asentamientos desde la llanura de Susa hasta el T1- 1uantenían las reJ;:; .. io~es con las comunidades de M.:.sopotamia septentrional.
2.ris antes de que se produjera la ocupación Je las riberas del Éufrates (véase Así pues, si bien en el momento de apogeo del periodo "Ubaid, hacia el 4ü00
fig. 8.2). Sin embargo se han localizado muy pocos asentamientos en c:sa z~na y, a.C., se produjeron iníluencicJi, múltiples, parece que el ,impulso ifl;,...;.,1 .., ... ,~ .. :.,0
por alladidura, las recientes dataciones indican que las culturas más antiguas de la cultura de Samarra.
con cedmicas pintarlas en el J ... z1stán no son anteriores a la fase 'Ubaid 1 de
I\Iesopotamia (Hale, Flannery y Neely, 1969). Este hecho, unido a una estima-
ción basada en criterios estilísticos que postula que ambas tradiciones eran dife- El urbanismo en la región de il'arka
rentes y que se habían desarrollado de manera independiente (Oates, 1973), nos
lleva a la conclusión de que la cultura del Juzistán no fue el origen de la cultura Gracias al e,,..relente trabajo realizado por Robert McC, A.dams y Hans J. Nis-
de 'Ubaid. aun cuando se relacionara con 1~sta en una época en la que ambas sen (1972) en los alrededores de Warka, disponemos de una detallada informa-
eran contemporáneas.
ción sobre los cambi0c: en los patrones de asentamiento durante la época de desa-
La costa arábiga del golfo Pén,i1....o es otra región que se h" propuestn como rro~lo inicial del urbanismo. El conocimiento de las pautas demográficas de esta
lu~ar de origen de la cultura ubaidiense. Las investigaciones realizadas hasta región resulta de especial interés, ya que la documentación arqueológica indica
allora han d¿;cumcntado, en efecto, una importante ocupación de tipo ubaidien- que Uruk fue la mayor de las antiguas ciud~!_1.:l.-..s del sur de Mesopot~~ia y que
sc (Bibby, 1969; al-Masry, 1973). Probablemente, el medio ambiente era más fa- adquirió un auténtico caracter urbano dotes que otros centros sumcrios, inferen-
vorahle que el actual para el poblamiento de esta región y el comercio habría cia que In, textos escritos no contradicen. Por tanto, si Jo que pretendemc:: :;s
jugado también un papel muy importante, como ocurrió en los prir;--.eros tiem- analizar la ciudad más antigua de la p1 imera civilización deberernos, lóeicamcnte,
pos históricos. Sin embargo, 110 es posible determinar si los asentamientos del escoger Warka.
e.alfo Pérsico son anteriores, contemporáneos o posteriores a los de 'Ubaid en Las líneas generales de la evolución cie la población en Warka se conocen
~¡ sur de Mesopotamia. Lo más probable es que el desarrollo en esta región sólo parcialmente debido a la falta de excavaciones y de prospecciones intensivas
fuera sincrónico al de Mesopotamia, en un Illi.li"CO de interacciones regíonales a en la mayor parte del yacimiento. La primera ocupación se produjo durante el
gran escala.
período 'Ubaid. y al final de esta etapa su tamaño era más bien modesto. Las fa-
~ En la periferia de Mcsopotamia, la cullura -ue Samarra mantuvo relaciones ses Uruk reciente y Jcmdel Nasr supusieron un rápido desarrollo para la
LOS PP.!' !EROS PASOS HACIA EL URBANISMO 339
LOS ORÍGU,;ES DE LA C!VIUZAC!ÓN

Los IJEPósnus Dl'. l~l'.:,.'.DAC!ÓN C'- UR

Fn varios sondeos de las excavaciones en Ur, en el sur de Mesopotam:c:. sir


Leonard Woollc\' detectó la existencia de espesos depl'isitos de arenas lavaa~~. de
aportación aluvÚI. Al ~studiarlos en profundidad, se ,Phmteñ que estos depuoltos
pntlían ser el resultado de violentas crecidas del río Euf'.ates (rvtallow;m. 19'!7_. P·
29). El estrato de arenas tenía más dl.' 3 metros de poten....i~ y se em:ontraba enuma
de los restos del período 'Ubaid, y se databa c:i tomo al 350(1 ::.C., mo~e_n\tJ de
transición entre los perk-.:los 'Ubaid y Uruk. La importancia de estos de~os11r:" ra-
dica en la correlación. establecida por Woolley, r~ntre otros, con In catastrofica mu~-
dación descrit:i en t;iblillas sumerias posteriores. P;obahlcmente, este acomeci-
micnto constituye el modelo para e! ep;.;odio del dilm'io del A~tiguo ~e.staI1:ento.
Ur era la ciudad donde nació Abrnham y parecía lógico que la mundacmn. 51 real-
mente ocurrió, pudiera documentarse aqui. Sin embargo, al supuesto de que_ h-, de-
pósitos de arenas fuer1.1" producidos por la inu::dación de la leyenda sumenu, cabe
plantear dos objeciones. Cn primer lugar, los historiadore: señala~. que la k~. ..;nda
mencionada en !as tablillas sumerías hace referencia a una ;;~JndacIO" en el reinado
de Ziusudra de Shuruppak. h»cia el 2900 ~ C.. y no ~n torno al 3500, m?mentn en
que se datan In, depósitos de Ur. En segundo lugar, si se trató d~ un_a .catastrofc.: que
afectó a toda t,iesci_,otamia, sería razonable esperar cn_contrar 1;1d1C1os sem~J'.llll_es
en l;; cc:cana Fridú. pero tales pruebas no se han n:e,strado. t...un todo, csl,1 c1~-
cunstancia no refuta la hipótc:;is, pues las inunduc::mes sé!'.l d"jan espesm Jepr\s1- FlGL'HA 8.16. Asentamientos y cursos de FIGURA 8.17. Asentamientos, cursos de m,na
tos aluviales bajo detenninadas condiciones como, por ejemplo, ruando las aguas agua del periodo Jeme.'"! Nasr, hallado~ me- y probables zonas de cultivo del final del ~pc-
quedan detenidas po; algún obstáculo. A1u1 así, las cvidcnc(as pqán en contr;• 1.le la dian.e prospecciones superficiales y la obser- ríodu Uináslico antiguo, a ¡.,artír de las pros-
tentadorn inte 1 prc!ación de \Voolley. Aunque otros arqueo_logos han arori_ado a~- vación de folografías aéreas realizadas en !as pecciones superficiales y de !a obsen·ación de
gumentos para relacionar ciertos estrat~s de =ire.~as o de ar~1llas con el d1lm?,º bíhlt- proximidades de Warka (segtin Adams y "'-iis- fotografías aéreas (según Adams y Nissen,
co. no e:.. tan fácil poder identificar una mm::.lacmn detcrmmndn e~ una reg10n don- scn. 1972). 1972),
de !as avenidas su11 frecuentes y donde los principales ríos ~:1m~~::in a menudo su
curso. Lo más probable es que el mito sumerio de la inundnc10n Juesc un _rc)a.10 g_e-
nerico más que \a descripción de un suceso concreto f, por tanto, resulta ,,rn 1d bus-
car indicios claros de e~te. nidades complejas. Una posible explicación df:' este fenómeno ponderaría la ne-
cesidad de ampliaciri11 ,--1,, h"' nnidades económicas y, probablement;::, de una or-
ganizaci~_:1 más compleja, con objeto de iniciar la colonización del sur de Iv1eso-
potamia. Sin embargo, una vez consc,~idadas las técnicas de explotacióu agrícola,
pudo haber sido más operativa la disgregación en pequeños asentamientos, me-
diante la creación de nuevos núcleo.:, ;:;_ lo largo del curso de los ríos. La coloni-
ciud8.d, de forma que su población en este último períod~ l~eg.ó a lo~ 1.0:0(][) !~ab.i- zación iniciú.~ de un territorio por parte de un reducida número de grandes
tar::es. Warka alcanzó su máximo apogeo en el período dmast170 pnm1t1vo (hacia asentamientos que luego se subdividen en comunidades rr,ás pequeñas para, fi-
7700 a C' momento de construcción de las murallas defcns1va!'i que roc.l•:>",..ºº nalmente, integrarse en unidades de mayor amplitud, constituye un patrón simi-
~na cxie~~irin de unas 4GU hc.:.:áre'.'s, cuanllo la población debía de _contar con lar :i.l del modelo de desarrollo de las comunidades vegetales que nos ofrecen
un.__,,j 50.000 habit,mtes. Después de esta fase de auge de poder~ de ua.:n::mcnto los ecólogos (Greig-Smith, ]964).
demognifico, la supremaclll de Warka fue cuestionada por o~ras cmdadcs y en los Durante el período Uruk, la población en aumento solía vivir en pequeñas
pe:-:-,dos siguientes su importancia decreció tanto en térmrnos absolutos como agrupaciones de comunidades, en vez de en los anteriores asentamientos disper-
relativos. sos. En el territorio prospectado, sólo se conocen 21 yacimientos del periodo
El patrón de asentamiento de la poh~ación que ocupaba los alre.deJor~s de Uruk antiguo, mientras que d::: ~ruk reciente se han identificado 123. Este incre-
\Varka complementaba el crecimiento del centro urbano_ (Adarn~ Y f\'1:sen, mento de la pob~ación puede explicarse sólo parcialmente en refer;;:ncia a la tasa
1972). La ocupación inicial de la región se remonta a la.prm_1cra mitad Ue1 P_~- de fertilidad, ya que probablemente también es resultado de la afluencia de gen-
ríodo 'Ubaid y consistía en aldeas de tamaño media~o d1semmadas por d !er.i- tes que iiasta entonces no vivían en las comunidades de la región. Los nuevos po-
lorio. La extensión media de estas aldeas se ha estimado en unas 4 hectareas, bladores podrían ser inmigrantes de otros territorios o nómadas que va frecuen-
superficie mayor que la de Ja,; comuni~?des p~steriores. No obstantc,}:l: ~-s_:n- taban las inmediaciones de Warka.
tamicntos de 'Ubaid 2 v 4, cuya extens1on media era de 4 y de 10 hect,11ca, ,es- El 1,roceso de ~rbanización de la región de Warka entre los períodos Jemdet
prrtivamentc, dejaron de ser simples aldeas agrícolas pai a convertirse L"ll c.:_.mu-
3.1() LOS OIÜt.iENF\ r·¡E LA CIVJUZ,\CJÓN LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL URIJANISMO 341

N:1sr y JinástiL't1 antiguo se iiustra en las fig1_1ras 8.16 y 8.17. Es posible haccr- juntu a un menor número de cur!>OS rle agua. El régimen n:::ura! de circu-
:-.e u,w ,,..-!a del desarrollo en c~~J etapa comparando el tamaño medio de lación hídrica en la región constaba de una red de -pequeñas v"':-rientes de
los ascntamii.:prns. En el período Uruk reciente, éste era de 1 a 2 hectáreas, agua, que se utilizaron para la irrigación a pequeña escala de reducidas exten•
mientras que a finales del dimistico antiguo se cifrab~ entre 6 y 10. Si la dis- siones de terreno. Para cultivar áreas más grandes y mantener asentamien-
tribución dPI tama~:i i::1e los asentamientos en el Uruk reciente parece ser esen- t~s permanentes, la robiación tuvo que canalizar los principales cursos ílu-
cialmente unimoda!, en el dinástico antiguo es bimodai o incluso trimodal vmles Y drenar las tierras adyacentes. La propia existencia de Warka hizo
{fig. 8.18). Esto prut::ba un incremento en la complejidad y en el grado de in- necesario esle amplio plan de transformaciones quizás en un momento tan tem-
tcgrai.:ión del sistema de ocupación del territorio en grandes áreas (Berry, prano c0mo durante el período Jemdet Nasr y, ya con segu_ridad, en Ja se!!unda
1()/J7). mitad del dinástico primitivo. Los datos obtenidos por Adams y Nisscn ~ues-
En!r~ aprm:imadamente 3100 y 2700 a.C., coexistieron dos tendencias fun- tran un claro patrón de alineamiento de los principales asentamientos a media-
damentales en relación al desarrollo del urbanismo (Adams y r-;:ssen, 1972. pp. dos del dinástico antiguo (hacia el 2700 a.C.). Los emplazamientos, yue en mu-
li-12). La primera es la redi:;~ribución de la población en la región de \Varka. :.: ..... ., . . ":;u.:, eran relativamente grandes, se sitúan ahora a lo largo de los cauc-..::_~
D 11 rante los períodos Uruk reciente y Jerndet Nasr, el número dt: comunidades más imoortani.es, probablemente canalizados mediante la construcción de di-
rurales alcanza su punto álgido y, a partir de ese momento. desciende brusca- que:;.
mente al licmpo que se desarrollan lo~ centras urbanos como Warka. Por tanto, La organizadón de las comunidades de un área sitwida a unos 3:: !~ilóc1ctros
puede inferirse_ que ek.desarrollo:.de-•-estos,,·núclCos _·ha "eS:resultado:·H.e\"un.,creci~J al noreste de \Var~a proporciona datos relevantes sobre las nuevas técnicas de
_11~J~JlJQ._,,,interno, ~ ino de. migradones"desde,ilasicomuni.ci~Q}~.§..'•r:urales~ . Es-.probablet1 control hidráulico (Adams y Ni::i:icn, 1972. p. 12). Esta zona no fue ocupada hasta
tjik, _l,ª"'··gtg~i:r~:"l!·>·gJ.:a,I.1 ;.~s.cala Juera·. la::·razón ::que riIJlPU lsa~e ·-los :-mo.vim ien to,~':' pQ.-/ el período Jemúet Nnsr, momento en el que se establecen varias comunidades re-
..!?J~~}B.Ha,}f!.S,.: p LÍe.s_t o . que. duran te~- el di~ástico:,an tiguo\i.cr-documenta :1n:-: :o,nstrué- lativamente grandes, dispuesras en línea a lo largo de lo que debía ser un canal.
ció J, 'de murallas defensiva_s alrededor de los i=-,1;ncipales centros urbanos.iLos al- Posteriormente, a finules del dinástico antieuo, estos asentamientos fueron ahsor*
déaúos, incapace.s ..;e dt:lenderse por sí mismos, busc::'ian 11... fugio en las ciuda- bidos por los núcleos urbanos cercano:: en expansión. Nos hal!:~mos ante la riri-
Jcs, dowJc serían bien recibidos como fuente adicional de poder económico y 11Jl!ra evidencia conocida (1'; un gran sistema de control hidráulico que rcquéría
n~::;rn: de la cooperación de varias comunidades. tal ve;_ organizadas en algún tipo de fe-
La se~unda tendencia consistir:> en el establecimiento de los asentamientc: deración. El canal tenía U~')S 15 kilómetros de longitud y su construcción no de-
bió de suponer una empresa extraordinaria pero, aun así, resulta un hecho sümi-
ficativo. El descubrimiento de este sistema de cooperación nos lleva a p!anterlr la
cuestión de la importancia del control del agua parn el desarrollo i,fr-·ial del urba-
nism<Yy la fo;·mación del estnr!o. Un caso panicular. y nde.mLls a una escala mo-
desta, no prueba ni refuta nin:;una propos1c1ón, pero mdica que es neceqrio revi-
sar nuestras informaciones. Puede afinnarse que la irrigación es tl!l fai.:tor que in-
terviene en la emergencia de la civilización y que probablemente in~:uye de
iorma decisiva en el desarrollo de los aconteciw;cntos. Por un lado, el reg<1dío
determina qué cultivos pueden adoptarse y cuáles son las técnicas agrícolas~utili-
zab!·?s. Por otro, genera diferencias en el acceso a los rccurws est;·atégicos Ji esti-
mular la cooperación en la planihcación. construcción y control de fas obras hi-
draúlícas.
El proceso de urbanización en la región de Warka alcanzó su apogeo a me~
diados del dínástico antiguo. La ciudad contaba entonces con unos 50Jt1'.) habi-
tantes y en sus proximidades se había desarrollado otra ciudad im~ornrnte
(Um_rna) y media docena de centros secundarios (fig. 8.17). Ya no se delcctan co-
mumdades de pequeño tamaño, lo que supone una despoblación general cid es-
pacio rural (fig. 8.18).
La despoblación del campo en favor de lm 11úcleus urbano!'. se agudizó en
los períoGos de guerra y de desórdenes. mientras que el proceso se ínvcrtí<1 en
las época~ en que un poder centralizado fuerte se encontraba en condiciones de
garantizar la paz. Tenemos un ejemplo de ellu en el patrón de asentamiento en
ia época del imperio antiguo de Babilonia en la región de \Varka (Adams y Nis-
sen, 1972, p. 36), cuando coexisten grandes urbes._ ciudades menores y comuni-
dades rurales. La autoridad central mantenía el orden. lo que permitía la prác-
FJGL.P.A 8.18. Clasificación de los yacimientos de las proximidades de \Varkn, por períodos y se• tica más eficaz dt: la agricultura a partir de un sistema de asentamientos dis-
gún rn extensión (según Adams y Nisscn, 1972), persos,
342 Loe-,._,, í1-:i:;\---,:::-: DF LA CIVILlZACJÓN
LOS PRI;',!EROS PASOS HACIA EL URBANlSMO
343
El urbanismo rn o.ras áreas de Afesopotamia
centra en los núcleos más importamcs como resultado del ci·ec·1m 1·ent d .
fi .. 1· d ¡· · . .· o emo"ra-
0
Las prospecciones arqueológicas realizadas en varias zonas de la llanura de 1c? ~eneia iza o, o )icn gracias a la em1grac1ón desde las r,:mrnn·d rl ,
proxirnas. • 1 a es rura 1es
Mesopotamia, aunque desiguales, permiten avanzar ciertas conclusiones sobre
las semejanzas~' diferencias entre las diversas áreas (Adams, 1969; 1972; Adarns El efecto más importante de la segunda etapa es que como e
· d 1 - · • onsecuen-
y Nissen, 1972). Henry Wright (1969) prospectó la región próxhna a las antiguas cia e aumento demografico. ¡:iucde llegar a producirse una escasez de ¡·
de regad'10. par e 11 o. ¡a pres10n
• . demográfica sería rapaz d,.,. oenerar di'f 1crras ·
ciudades de Eridú y de Ur, al suroeste de Uruk. Al igual que en \Varka, en todo • . • . - . . .., o erencias
el territorio de Eridú y de Ur durante el período 'Ubaid fun.:iona una serie de ~1: ngueza entre los pnmi:-ros habitantes y los recién llegados; diferencias que
núcleos de tamaño mediano que, en ocasiones, van más allá de las meras aldeas, man aumentandu con el desarrollo de la sociedad e<;tratifica·da l' c¡ue d ·
pues cuentan con una población numerosa y varios templos. Eridú llegó a ser un
d.. b n· ,
t;;Sem ocar en con 1ctos de g.rau envergaGura. No resulta fácil proponer las
po nan
gran ::entro de población al fin¡.l del período 'Ubaid y durante el Uru!: antiguo. cau:as de la tercera ctap·1 • en la que se efectúa la concentración urbana E -
Por su parte, Ur se convirtió en una importante ciuaaú-cswao a mediados del di- s1bl e q~~ en e I proc~so ·mtcn ·cnga una combinación de factores de fuerza . • y~de
nástico antiguo. En ambos casos. el crecimiento coincide con una reducción en el persuas10n. La seg~ndad y hls posibliidades económicas de la vida urbana pue•
número de asentamientos ruraJrc aunque no llegue a prnducirse la dramática ~~n !.rnhcr convencido •: ~mchos habitantes de los núcleos rurale~ a trasladarse a
despoblación atestiguada en la región de \Var:~a. la:-. cmdades en cxpan~1_cn. pc>ro también pudo ocurrir que los gobernantes de
Robcrt I\kC. Adams (1965) il""YÓ a cabo !., prospección de la cuer.-::a del río !as ~u~v~: cmdades .~liiiLJ'.an wdo e~ poder del que disponían para est;mular !;.
Divala, próxima al límite septentrional de la llanura de Mesopotamia. La ocupa- mm1grc1c:011 con el tm de 1r:..:rementar el número Ge subordinados y, por tanto
:,J podcno. '
ción ubaidiense inicial también se produjo en fonna de aldeas dispersas. F.l rápi-
do incremento demográfico registrado en el período Jemdet Nasr supuso la for- Au~qu: estas t_r~s etapas s.ólo se definen a grandes rasgos, podemos efectuar
mación de agrupaciones de asentamientos pequeños y la emergenci:1 de varios genera~1z_a:1ones va_h~as_ a par~ir .d~ las evidencias arqueológicas disponit.!..!s.
núcleos poblacionales con templos. Al revés de lo que sucedía en la región de A 1111c10s del. dmast1co pnmnn·o. el proceso de urbanización sólo había dado
\Vark;,, el crecimiento dew.:,g.-3.fico no .:;e detuvo, lo cual propició un aumento (.'-'1 lugar a _a!;:;~mas cmdmJ:s urgcuit:<--1_uc1:::. L'.Jl turno a 1us ternpios, con una pui:Jlación
el número de asentamientos de todo tipo y la expansión de los centros urbanos. que oscilab~ e_ntre los .1:0?~ y los J0.000 habitantes, y que debía de estar estratifi-
En esta zona no se rr>gistran indicios Je despoblamiento rural y los centros de pe-· cada,. esp~cmhzada y dir· ~ida por una elite administrativa. Este tipo de ciudad
blación no llegaron a alcanzar el iamaño de las :::'Jdades del sur de ~-lesopotamia, consllluyo la ;onua de url?anismo más antigua v muchos de sus logros r;~~ fueron
por lo que deberían ser considerados más bien como grandes pueblos que como superndos durm!tc la_r~o t1emro. aunque, sin embargo, no mantuvo su dominio
e:' la escena socmpohlica. ·
ciudades (Jawad, 1965).
Otrns zonas de Mesopotamia central que también han sido p10spectadas con
resultados desiguales son las de Kish (Gibson, en prensa), Acad (Adams, 1969) y
Nippur (Adams, 1972). Las evidencias muestran un rápido aumento del número LAS MANIFESTACIONES Cl.lLfU{_.1,.LES EN LA ANTIGUA MESOPOTAMIA
de asentamientos durante los períodos Uruk o .Teu1det Nasr, seguido por un rela-
ti"'J desr~nso de lar~'-, ... -:~~ -,.::11 asociado a un crecimiento de los centros urba- Las wtividades de subsisrcncia
nos. El 11tmo del crecimiento, su consolidación y el grado de despoblación rural
varían en cada caso. Las p~meras comunidade~ del sur dL /VJesopotamia dependían de la caza, la
Las pautas demográficas en el antiguo Juzistán ofrecen otro ejemplo de un i ecolecc1on y la pese~ pcr~ _'.'.: ngricult_ura pronto se convirtió en la principal
incremento inicial del núme~o de asc..~t:mientos, tras el cual se produce el declive ~~e~te _de ahn~entos. ti cu_1t1.\o de las tierras bajas áridas fue posible gracias a
de las comunidades rurales (Johnson, 1973b; Wright, 1970; Wright y Johnson, • anas ::movacm~es tecno!og:cas. El :egadío a pequeña escala en la periferia de
1975). Lo c0rprendente en este caso es que su cronología es anterior a la del mis- !os tcrren?s aluvrnles. cmpezo e: practicarse en los asentamientos dP la cultura de
mo proceso en Mesopotamia meridional. Por otro lado, no hay datos de que la Samarra_ ael _sexto mdemo_. Seg.Un las interpretaciones de las tablillas del perío•
despoblación rural del Juzistán implicase cambios importantes en la organización d? Uruk reciente, se considera que el arado fue introducicln en el cuartn miJe.
del núcleo de Susa, que en esos momentos se encontraba en expansión. Adams mo. _Esta herramienta jugó un papel fundamental para prepar2.~ Ja dur<. arcilla
sugiere que los datos del J uzistán corresponden a un ejemplo de urbanización in- aluvrn_l que form_a. los sue!o_s de las tierras bajas de Mesopotnmia. Por otro lado,
dependiente respecte a Mesopotarnia meridional, desarrollada en condiciones las pnrneras nol1c1~s d~ la 1m·ención de la rueda se registran en !ns restos cultu-
medioambientales y demográficas diferentes (Adams, 1972). ra!~s del cuarto nule~m ~~eríock• Uruk). momento en que el torno comenzó a
Adams ha resumido la:; ::iforrnaciones disponibles de lüs diferentes regio• utilizarse para la fah:1c~c10n dc_cerámica, antes de que apareciera representado
nes y ha planteado un1 sucesión de tres etapas, si bien no existe un patrón úni- ~11 algunas obras art1su7as. La mYención de los carros tuvo repercusiones muy
co de desarrollo (Adams y Nissen, 1972, pp. 90-91): 1) en todas las zonas estu- I":_porta_nte~ en_ los medms de transpone, ya que permitió intensificar la econo-
diadas, la población inicial se asienta en aldeas agrícolas dispersas de tamaño mrn red1stnbut1va.
mediano; 2) la población crece rápidamente durante los períodos siguientes, Est_o~ inventos c_onstituyeron factores fundamentales para el desarrollo de
mientras que los asentamientos más pequeños pasan de mostrar u11a distribu· las act_1v1da~cs su?s1stenciales en l_a antigua Mesopotamia y, al igual que Jos
ción aispersa a agruparse en concentraciones mayores; 3) la población se con- e[ectos me_d~~am?~entales en la agncultura primitiva, influverc-:1 en la emergen-
cia de la c1v1hzacmn. En términos !!cncrales, podemos definir tres tipos de am-
LOS PRI!\!EROS PASOS HACIA EL URBA'.\'!Sl\10 345
344 LOS ORÍGE:--;ES DE LA CJY: "iZ,\C!ÓN
1958). En tiempos históricos posteriores, el trigo llegó prácti".:.;..:nente a desapa-
bientes naturales en el sur de Mesopotamia /\·tase__fig. 2.20,_p. tí3)_: J_}Ja,,Jl~- 1 recer, cuando ya se h:::..~1ía producido un descenso gcnernl en la fertilidad úc los
rr~,, cµJtiy?_bl¡; __ ·:sjt_ ua~~-im:Jos_:.,Cati_~¡:~ ._fj_~Xi!!_l~-~->.-?-)1JTI_\?-:.-,tl_p,IJ_Q~\--?),,Jat ?:~~r-~~1~~.1' suelo::. de Mesor.otamia .
.-'üiS,~}fü~.:~if~#_tf~}S-~9fé#~C_ _ éú1e·qa,1in.}J!lülda,~áS_\l/C_~h.i~_r.WS·:-.~?r ·pa~-t~nos, Y: 3~ · ta:· Un nuevo sistema de cultivo introducido con anterioridad al 3000 a.r. fue el
exten_§_a:s _ar,eas srn agua,_ co:11_ __caracter _de .estepas andas_. \LO mas destc1c<1blc de plantaciones de árboles. concretamente palmeras ~atileras en .!Vlesopotamia,r
es q'ue~ .:n un primer momento, la tierra, en gt:nernl, no escasc~ba, pero de he- higueras en .las tierras_ altas y olivos en el Le_vanw. i.i:1/1:w.Jmera·::datilera--.es-:uná:
cho sólo se valoraban especialmente las parcel2s a las que podia llegar el agL~_fl planta cuyo cu1tivo_pres~_~t-~- ~y_a~~-es_ven_t;¡jas e_h el_ sur de.i'Aesopotamia,-pero re:../
_del _riego. En_ otros terrenos se practicaban 9!.l~i.Y.9.L~,i\-~~-~-~-i-~(J_S_ cori_b~rbecho-e_n quiere_ Cl_l_idados prolo_ng~~o~ ante_s dci_''~?m.é_nza_T: :!.-w,oducir_fr:uto~;, p0r.}o .que esi
años alterno_s_,JI~?...P.e_rmití?_ry)~.-,!,.~_c,uperación de: los nutnentes del s~ielo. Y -~acia n_~ces_ario i_nVertir·una_ gr~_n c_aíltid,rld__de_ tta.~_i:ljo._pOcunidad productiva; sin embar-
más lento el pfó'bffsb'-::Oe:1cSfl1iriJ~~Siiir,. ~c~ón:cno que .r:onto se .,_c9nvirt1o .:n_; go, este árbol co_nstituye_ú!}a _ríe~ fu~tjt(de. htdq1tcs de carbuno y precisa de muy-
un_ problema crucial· para las antiguas c1v1_h7..aLiones ~1end1onales_. L:i_.,p_f,,~':.-~.I,l.9I5>:9 r poca tierra,--además de set tolCraiúé con la :"sfil. Su exr:msión se vio estimulada
-q_7:.J~. sHFrtJz~:r,i?_n .'_-de_J_q~:-sampqs_:sl.~_;;_q_ulhv.o'"se"-reahzaba".recurnendo a una __ ::i_v.--: / ¡:íb1' la plaríificación a gra·n escala y por la estáb11idnd en el aprovisionamiento de
: ~,t~_if~ga.1::i.Q'ñ;,_qúf'íá'CifitílfiteL·a~astre. ,de... la_);al;-._~i.n;~e-~_p_~r_gf\.:IJfl~~~gj~_c~_!'fl_epte, ' agua merced a las canalizaciones. Así pr.es, la expansión de la palmera puede ser
- l_a _pro_piª_ sobreirrigaq}ón _acelero el proc_~_~o r1_;;__salm1zacmn a .lar~o pJazº"'. De un indicador del creciente poder de la ciudad durante el período J_emdet ..Nasr,,
esta manera, si bien las decisiones que los campesinos tomaban 1ndcpend1en- momento en el que los dátiles se documentan por primera vez.
temente cada a;"'.o favorecieron seg_uramente la productividad a corto plazo. J Paru mantener un nivel nutricional adecuado, es necesario lograr un aporte
la larga fueron en perjuicio Je 1a" fertilidad de la tierra. Los proc ... dimi~ntos equilibrado de las tres categorías alimentarias básicas -proteínas, grasa~..: hidra-
necesalios para detener la salinización sólo pudieron llevarse a c~bo mt.:Jianl~ tos de carbono-, y de ciertas \'it:minas y minerales. L n grupo immano puede 1

una amplia planificación del trabajo de la tierra a cargo de la autondad centrali- depender en mayor o menor medida de u112. :.i otra de e:'.:1s categorías, scg ..;n las
zada. - pautas culturales que rigen la conducta en la vida cmidiana. Los aldr,r,nos ::.!~l
Los márgenes de pantanos y mar~alcs también brindaban posibilidades agn~ ,J:'0S!~.i_p~_9_ _ (:)~ie_n_te _obtenían diversos elementos nutriti,·os de c.!::ncntos vegetales:
colas, al tiempo que pc¡·:nitían la caza de aves acuáticas y la obtenc1on de caua~ 105 ·cereáté~fS~111,2.,~Ur_igo_y I~.-'=ebada, eran ricos•f'!n'hirlr1-1tos:de-,carb_o_;:¡.J;_¡o,s__fry)
para la arquitectura. Por su parte. la estep? :- !ns pantanos que quedaban s:c~s to~ _ se_C()~_,._Co_~oJo_~ ,Pi_s_t_ac_pos, y. las almendr~s. proporcionaban- e:rasas-y -proteínas;
durante el verano ofrcc;Jn un extenso terntonr_¡ apto-para .]os pa:_"_ures semmo- aj_i~_rj_tr_á~_; g~_e.,_u~ f\S_C,_r\~. 9_e_} ~gµ mb res. cul ti .v.ada~. _c_on,sti_tu_íµ.n ,.1_1 ria -fu ente df. pro teí-
madus.-:En este sentido, debe tenase en cuenta que la tierrn; _n~~esa,ri_a_ para e! nas y, a la Vez,_córitjllecíág)()S _s"4elos al aumentar su contenido de.nitrógeno_.;Si9
P8s_l_oreo 110.redÚcía.Ja superficie destinada_a __l_a,-:3gr_i<:uJ_t_µpL(LCcs y Bates, 1974). "embargo, los habitantes 'del .su_r.:-de Mesopurnm_i_a d~P,~~-~_íf._~ ;.rng;os_,_de_.las lcgum_;
-~i,n_o__-_q_~~ _a~bas:_ ai=:t_ividad_~-~--5r:.t-?.--~?mplem~nta,n_a_s_ y_ !!!Uch_a-5_ _veces. c_ran efectua- ,8?
.?r':Jr _.l?\.fi:~_to_s_._~~-c(?s__ gu_e_;_de,otras. planrns,. canto_. ~J. li_no_ (Hm1za) _paraJas- grn~
'dit's-pbr' éi íniSn"ict""gtUpo:e·¿·0<1óírli~_o_: Debido a que el ganado r:oporc10naba scgu~ s,__a§j'.l_gs_ _a_p_i_ziuil,és dOméSticos para Jas proteínas y_las grasas, y la pesca fluvial p¡cira·
ridad ante los avatares (!nJ ciclo agrícoia y sus f1l!cucntes anos de escasez, los lás ÍJrt'teinas.
c·u.mpesinos que no tenían tierras en los principales cu.rsos fluviales, seguramente El aprovechamientc eficaz de los animales dorr.ésticos resultó e~encial para
disponían de rebaños como complemento de los culttvos. De este mndo, en los la existencia ele la antigua civilización mesopotámica. Aunque hay pocos datos
años en que sus campos no recibían suficien;_~ ¿¡gua, podfon ?esplaz?:se con su sobre la ganaderír. del quinto y del cuarto milenirn,, es posible tr,1zar las pauta:,
rebaño y superar la sequía. Estos movimientos provocaban mest~bihdad en el geneq1les de la . . . xplotaciór. ganadera lflannery y Wright. 1966). La.~"'m·~jas_ y_Jas,
¡Jublamicnto, pt:es individuos que durante un año vivían en cnmun1darlc.s seden- cabras eran los principales animales domésticos en las aldeas de lns tiE:rra!- ,:,:tas
tarias. al año siguiente lo hacían nomádicamentt:. y en las comunidades de la zoua n,a_r~inal de la _ll~nura aluvial como Chora
Otro medio para protegerse contra los afias de escasez debía de haber rcque- Mami (Oatcs, 1973). Sin embargo: !_ª_iP5(:)RRSf'-BllrPA:?~'7j~s,:re_spec_t~_ a l_~l_ de -~a-/
ridri la unión colectiva de esfuerzos. S1 se dabu el caso de que el caudal de agua . h_r_a{,;:,-ª-1:1._11}~.n_W...f9.!1s_i_d_erable_ me_~~~.,.f'.C!,I},_.,~,!_._.·p_--~9·_'.:_.gq_1::.t_i,tlJJP~i;fD_tifante el período
ern insuficiente en un canal, pero adecuado en otro, algunos campes~nos obten- .'Ubaid .en;!a_ )I.fiH~_ff.~_é_ ·-~_eSO}J_~-ta~_I~_, _el -~anado_ _.YAsuno__ jugó un--papel mu~h_o
drían una producción abundante. mientras qu~ i::tr_os se quedarí~n sm c~secha~ I~ás importanl_e _ .~úe--1a~----~"'.ejái; ·~--1as S'rib'r8s,--segan Indican _los amílis_is_ de mucS-
Las contribuciones a un almacéµ._ce_nt_r~J.,con_st1_lmnan una garantia_co?tra_csto~ tras procedentC's Je·Eridú--y--dc R'as·a] 'Amiya (Flannery Y Wright, 1'166). cir-
.años de, escasez. De este modo/ lá necesidad de _una economía !,~91gpl:)_ut_1yª---Sf! -, cunstancia que coµtim1ó sic:hdo predominante en los rebaños mcsopotámicos d9
·vio reforzada por.la iI1_~egurida_cJ _de l_a~_c9s~c_!Hfs·: épc(:"_ posterior. La cría_ d~_-__ bó:,;_i,4_92-,I~~HI~ª-l?--~-..-.rnµ~hp, . _IIJás_ eficaz_, --~ebtdo_ ~obre
todo_ a los _productos s_eCti?~afi~_s__ qU,e_po_d,í_ªª· gb_tenerse. En ·este sentido, n° sólo
Cumbias en_ /a dietá. El medio ambiente de Mcsopotnmia y la 1e-:-•10logía proporcionaban··leche, sino "que también .:ran utilizados como animales de cnr-
disp¡1·¡·¡·¡{;"fé" fuCfOn ·lás f~ctores que más incidieron en la gama 9:t;,_plan~~s _y d~_ ga. Debemos rccordar_._que estqs animales se habían aclim,1tado rápidamente a
animales consum_id_os. _L_9s.culth'os.m{is Í_ff¡¡JOrL_u_ntcs eran los de Cf!._!1-!.i._C,_(.;_t_ ~_S,<:).__JJ~; las llanuras cr.ilidas. Las ovejas ínantuvieron su irnponancia también, debido, en
,nifitable; .cebada:~__ J_ino:}'?ªPº _qu~ )a__ ~-e-t~-~,ª,;}?W-rn..-)/~;--~ª-_1_::-.~1cJ.?.r 5l~,~<-~t--.t9W?.:,:H" ,. parte, a sus productos secundarios. Buena muestra de ello es que.h1J~ria úe ove-
medida,. q4y-:JJt,.~-~Jm_1_~<;1-~~SH} ,J~-'J1~7_1_~5~cl,_a_ ._Y,~t..,m_º~-,pr.9l1lei1)abca,. _lqs _c,!i!hv~s. se ja fue una de las principales materias primas de las industrias textiles de las pri-
_. orientaron gradualmente hacia-el pnmero de estos cereale_s. Ha~ia el .JJÜÜ ,1.C., meras ciudades mesopotámica~. De hecho, .la.Jana.y el.lino-.utilizados.en.Ios.ves.;
antes de que 1a salinización fuera importante, las c~sc:h'.1s de ~n?~ y de ceb~~a _tid_o~ . c,ran __ ~()s__d_e _ lJ1s. poc?,~ _materias primas-que-no-era necesario .importar des-"
eran similares, pero mil años después. durante el d111ast1co pnm1livo. el cultno de l11crn ·ae :rvlesopotamia.
úe tri&o sólo representaba una sexta parle del úe cebada (Jacobscn y Adams.
LOS ORÍGENES DE LA CIVILJZACIÓ:-.;
LOS PRIMEROS P.,\Sns HACIA EL UJtdANISMO 347
El ::~mento de h eficacia en la producción de alimentos en el Próximo Oricn-
\-: tuvo cons~cucncias directas en la evolución social.,b,~,;.~<;lJ?í:19}cl,~_Q_-,c:!(!JJ,fl:J,d,tJ_~i~y
di!:_reunir--un-excedente de-alimentos-es la piedra angular·cte.toda sociedad .. córii-
pkja_, e_n la __ quc. gran parte,de -Já,población no..$§.,.!~{.~~P,ª.-~~,.-la,producción•subsi_s-
1:::ncial. La_s,1:-1cjg,r,~s,.;~~-}~ -~-~P-.~eJ_e~:Y~.g~t-~Je_~,Y.ªnim,al~s, las nuevas tecnologías'·y
b__eficaci8, y_ C_l_ ;c_~:p'tro1· de 1a· é"c'oflóniía redistrihlltiva contribuyeron a.la creación
Je_;_dichos,eXcedentes/~ás significativa que la cantidad absoluta de :os alimentos
l1btcnidos es la relación entre calorías producida,; y calorías invertidas en la prn-
Jucción de alimentos. El perfcccionami;:nto de las técnicas, la especialización. el
\111crcambio y una fJrma de vida más sedentaria permitieron a la població:,.. de MA
\\esopotamia gastar menos cut:igía de la que prodw:ían y, por tanto, conseguir IME
un excedente.
Las consecuencias para la tasa de natalidad de una dii;ta más abundante
y ~cgura tienen u11<1 gran importancia, aunque difícil de estimar, y constitu-
y.:n un factor clave en el crccíu1ienlo de la población. En efecto, la sedcntari-
.-~u-:ión facilitó la dismiuución de los intervalm entre nacimientos, mientras que
1.'.1 mejora nutricional pudu haber permitido el aumento del período fértil en
la mujer. Se ha planteado la hipótesis (Frisch, 1975) de que el inicio y la du-
ración de la menstruación dependen de que se alcance un peso determinado
;i una suficicn11; proporción de grasa, estimaúa en turno al 20 poi lCJ del to-
1,1\. i...d producción e11caz oc alimentos y ia c.:.iuuwudd di; la econc:nía redistri-
butiva pudieron mejorar lo suficiente la dieta corno para lograr que la etapa dt
fertilidad de las rr..1jeres comenzase antes y se mantuviera por más tiempo .
..\Ucmüs, los cereales permiten preparar alimentos para los niños ~' compleu1en-
FIGURA 8.19. Localización de las fuentes de abastecimiento de las materias primas más impar-
tar. así, a la leche materna desde una edad más temprana de lo que era posible
tantcs .
.:on :rnterioridad, lo cual facilitaría la reducció"n de los in1r>n1alos entre naci-
mientos.
t~n d ~L~üfrad~~. JJ]e_t::U.o,.Jg~-~~!~~..,9-~Jq~_Jllontes Z_ªg!.Q§J.. p~ca]izn de
El dc.rnrroltn industrial y económico A 1
':-f-ª..2.1Ec-Y-.ffi1L Gra..y:_basal_m.deJasJü~.r.r~f 8.lfas ·{fig. 8.19). Además, Mesof}álamia
1mp,□ rtaba una amplia garría de bienes p'áí8-f9. producción de objetos de sta!Us.
1.J!:i:~fl_e_~i_ª_lizati9r1.,,nrfes_anat.JajJ1dustr;}a.:y,el.comercio,soI1Ja~gq_$J:_aracterís- La mJustria metalúrgica adquiría oro, pl~•_t_a~-~_9bre.y?staf¡r::,·, l_os·ta_llad.:::t~: · :':_1 ···:_
;ticos de I~ __ c_i\;T_lizaLiPn.J:¡µe_,_.,p_q_r: .a~ao1durá;,.l:!~tfm_µJmL.nue.vos-.progres~s .. Dispo- caban c~cnt~1s y pc!1dicn_tes. de .t;Pr~aj,iB,~_._,,:;H.f,4l1rsa/:.flIIJ.8t!Sta;: lapislázuli1-::ágat~~
nemos de gran cantidad de evidencias sobre su desarrollo durante las antiguas cuarz,o_, Ja,de1ta, bf!plo,_ d1ontc.., hemati_ta, esteatita, serpentina, marfil y conrha;
ocupaciones Lle ivlesopotamia. La diversidad de los tipos de vasijas y de útiles. IT.l~teriales. de muy diversa procedencia. cuya obtención, transporte y distribu-
1<1nlo como su normalización, implican la existencia Uc especialistas en la pro- c10n estuvieron cada vez m2~ controlados por las instituciones centrales de las
ducción. La habilidad en la planificación, construccion y decoración de los edi- antiguas ciudades.
ficios monumentales de las antiguas ciudades rnesopot,ímicas también constitu- ~ cambio .de la~ materias ~rimas importadas, la poblaciór! :lel sur de Mesopo-
ye una evidencias casi directa de la presencia de un eran núu1ero de especialis- tamia comercmba con productos manufacturados y con excedentes alimentarios.
tas. En el mismo sentido, los vasos de piedra, las piezas de metal !os conos de Prueba de ell? es un __ es.Lilo ,cerámico_ chracterístico correspondiente a la segunda
arcilla o las obras escultóricas suponen el trabajo de especialistas a tiempo com- parte del penodo ·Ubaid que. como señalamos al inicio de este c~1TJÍtulo, se en-
pleto. cuentra distri?uido por todo el Próximo Oriente. Parece que la cxp~nsión de las
En relación con el a11 ITJento de especialistas, debe tenerse presente el desa- r~des_ :omercrnles para la adn.uisición de materia~ .JJrirnas también contrit,ayó a la
rrollo de las industrias que les dan trabajo y les organ_izan. filbi~p.no disponem_os_ d1fus10n de los rasgos de la cultura ubaidiensc. L(l_S personajes de alto s,tatu_s__.d.e-'"
_d_c _ dí.1_~9§.-~.9\J.~?ló_gico_s dir~_c_tos, _s_ab_emo_s,_.gue la _jn~ustr_ic1 Je_Xtil ya e~tü._Va desa- _l_4~_ --~t~J¡_~_qr~:/·,~~-~ a l_d_~~-s_ --~e-- Jas -~e gi_?i:J.~S< n,~r_i~~ri.~.is_,:_a,e,:_1:1eso p_ot_ámii(a(jqp_tar6l1
rroll~-~~. L~_ prg,9_µsc_k>11-.ct,T<~_ue_n.:,~s_ ~~;-9Qff!.~~J,S~_l_~9Q:'?~I~_nJé~f pea~p~·J¿rn~1'- los_~st1_lo_s_.;~e~<?ra,!i~1_o~__Y los·sírnbolos-_de ~_()-~.rnieIIlbros de·alto-railgo de los grupos
p e <~~Q_I:l?}i::·-FQ!!!f,aS ,lllt[(]J@.1~~~ t N asr_ ._atest 1gua-.una'-. 1nd_.llSJn ª-~-~Q..~_i;:.nilizada..en ubatd1enses uvanzados más desa:-rollz.dosJ La población de Mesopotamia otorgó
un valor de status a los productos comeici.1!ízados con sus vecinos menos desa•
_a_ugc~~bti!iri tt!~t~JJEEÍA}.~ _J?ro9-~E~i.?~,,.?-~...s;táD:i¡;:ª_s_ _~_fl..s_qfie.
L_1:1,~ .r~dcs comercmlqs fueron cobrando 1mpo1 ~ancia en la misma medida cu rrollados, pero poseedores de materias primas. Algunos autores (Flannery, 1968;
que era necesario pro~•~_cr d~ materias primas a la ind11stria y otros elementos RathJe, 1971) han planteado la existencia de relacianes similares en ciertas zonas
para la vida cotidiana. Se de Mesoar.-.érica.
r-, imoortaban grandes
-•····"""'' cantiuades
______ ,. _______ :_ .._. .... de · materias,
. como
~ be- J
348 LOS ORÍGP,-FS DE LA CIVILIZACIÓN LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL URBANISMO 349

Primeros Descripción Signos Valor1:s


pictograma~ de los Pictogramas cuneiformes logográficos básicos
(300ú <-'..C.J pictogramas r::!3dos (c. 1900 a.c.¡ Leclura Significado

Cabeza y

f7 cuerpo de
un hombre ~ J!tr lú Hombre

~ é::i ~
Cabeza
ce:: la boca ka Boca
indicada

Q
Cuenco
de comida (1) ]Il ninda Comida,
pan

Boca

\r<:J +
com·1da ~ ~T !ui Comer

J·JGURA 8.20. Anv1..rso y reverso de monumentos derl;,-ados a Bau. con escrimra pictográfica
~ Tf
Corrienlt
antigua que trata sobre diversos oíidos (fotografías© Tlu. Trustc. . . .; o!!he British Muscmn). de agua (( a Agua

~ ~ :(~i
Boca
La invención de la escritura + Beber
agua "ªº
La_ escritura quizás sea la inYención mesopotámica más importantc.J,;J1 __c;on-"
-~eJJ~5n y__ las-técr.;c11s. de e_scritun1Jue_ron___defi;n_iéndose a _lo_ largo de ·un amplio
,{J,
··período, en algunos ca:;os como ·innOvaciones )' en otros como suct:sivas modifi-_
caciones. Lrn, -sisterm1s_ de. registro empezaron\ a _.utilizarse ya en. el pleistoceno'
(Marshack;-·1972). Ciertas marcas sobre huesos o ¡.,ie_dras pudieron servir corno
calendarios o I egistros d1: diversa índole, pero sólo a nivel local y, probablemen-
~-
~ Pez

11 I '
koa Pez

á ~ #
te, sin que estuviesen destinados a la utilización por otras personas. Alguno::: blo- Pájaro musen Pájaro
ques de arcilla y de piedra con 1"ormas geométricas pudieron funcionar como !)e-
sas n registros, al menos desde los inicios del período 'Ubaid, Sin embargo exis-
te;-. numerosos datos bastante claros de que h,acia.el ,finaj del periodo-Uruk ~a
no
\\. tJJ:7
Cabeza de <c,C-C
escritura i1izo·su aparición por primera vez en_el_ m_~ndo.,Af.partir,d_Gl:3_;mo,~.C:~)Y anSe Asno

sob_~---e ,t-9_~-2----9~--~_ia_fL..3QPR.~•-~::--JP_~.!lq2.9._JeJE~eq~asr)r.e1,empleo--de--tablillas de ar- ":Al un asno

ci_fi~-~é:-,Í-ÉldU,cida's'-:oiillénsioiles·.cOn,ÍnáfcásjrÍciSás.se,_generalizó por.el sur_ de M:d- .


sopotamia;·•Los--primeróS SigriOs escrit9s eran simples representaciones de objetos
cor;.'..:.nes de la vida cotidianá (figs. 8.20 y 8.21 ). Los símbolos del ganado \'acuno,
:¡ Espiga
iji:_
*
de cebada Se Cebada
ovejas, g1·ano, instrumentos, pescado y otros elementos se parecen esencialmente
a lo que representan. En aquellos mome:-:tos era nonnal la representación de una 1
actividad cotidiana por un elemento que participaba en su realización; por ejem-
plo, un pie humano significaba la acción de andar, o una cabeza humana, el acto FIGURA 821. Evolución úe la escritura sumcria, desde los ¡:::togramas hasta la escritura cunci•
de comcr.,L9_s,_.,síJEb_°:Jº.~- s~,,_t_~~-~-ii_bap.s9.9 __;iyµ_da.de una caña afilada sob_re Ia.arci!la f?rmc, con su sistema fonético. Los sirnos diacríticos y los subíndices de la trnnsliteración de los
,,.húmeda.qu~. ~rs·ecarSé~'pemt¡tfa-ObteríéT-un registro relativamente pemlanente signos cuneiformes se utilizan para diferenciar los signos que tienen la mismn pronuncinción,
p_ero diferentes significados (según «The Sumcriam,-,,, de S. N. Kramer. copyright Scícnlific Ame•
del mensaje.'.(- ncan, Inc., 1957, lodos los derechos reservados).
Cabe destacar el esfuerzo invertido para simplificar el uso de la escritura
111°sopotámica y convertirla en algo práctico. Obviamer,~e, quienes la utilizaban
buscaban un medio de comunicación que pudiera ::~n'ir para el uso cotidiano.
LOS F1'.l;\,fEROS PASOS HACIA EL URBANISMO 351
LOS ORÍGE'.\ES DE LA C!VlLIZACIÓN
350

FIGURA 8.23. Cilindro-sello del período Uruk (impronla moderna) que muestra un ba; ... o im-
pulsado mediante pértigas y un haz d: ::afias (símbolo de Inanna) a lemas de un animal (fotogra-
fía de! Oriental lnslitute de la Universidad de Chic;.,,go).

considerablemente el-número de conceptos-que,podían expresarse, se,!iimplificó


J_a_escritura y se_reüujo la ambigü_ed,,ad _de _lo_s símbolos. iAl generalizarse el uso del_,
principio del acertijo, el énfasis en _la escritura _ p~~-Q,;~e,)~_,,repr:e_5-_t:11tación de ]a"
'.--idea a la reflresentación de los sonidos de la palabT::i 'lfoblada, Cúy'Q_signific~tdQ C,9:-:'
rre:;yondía a __ dicha iqea,(.5.;. 8.21). Lcntamente,"la escritura evolucionó'hacia un
FIGURA 8,22. Tab!il!a con csL<ÍIUra cuneiforme cvu:.1ciona:..'.:::. (,,..,vcr:;1~ Y rcn:rso). ~e tr:::·.i de
sistema de fonemas. Sólo tras est~ perfeccionamiento se akan'zó una etapa en la
un documento de contabilidad datado en e! año 38 del reinado de S!rnl;:--__ de Ur. C~nt1cne un.rc-
cucnw oficial del g;rnado ~ílcrilicado enlreg·,do por los pastores (fntogr~12.s del Onental lnst1tu-
que la escritura Íl''".! más silábica1que logográfica y entonces pudo ser utilizada
para significar cualquier cosa que pudiera e.\µresar el lenguaje. La fonetización
te de la Universidad de Chicago).
ya se había conseguido a finales del dinástico primitivo y desde entonces la escri-
tura se empleó en una amplia gama d:> fo::.ciones ~Jacobsen, 1945).
Durante_,los períodos Uruk, JemdetNasr y_en 1a primera mitad __Pci dinástico ,
La situación [~'.e diferente en Egipto, donde el desarrollo de la escritura Jeroglí- primitivo, ca.sLtodas las, 1ablillas se utilizaron para fines-contableS{La--escritu_r_a/
fica supuso un incr::mcnto en la dificultad para utiliz?r sus síml~ulc::;. No oh~t~n- siryió_ Pªrn ¡;gl)Jar,_y_ r_r:,gi_s_tq1rJ,~_JTflil,S~_cgi_pn,(!,!i ,r~J1_}i,1:_adas_-porJa: elite-_del, templo.
tc. la escritura. tanto en Egipto como en Mesopotam1a, tU\'O un uso m~y rc~trm- 1 Ex:m:eJq!i t_em,?_s_·_b~s_i,cos,fig11rab_8J?,)~)i,s_t~s,_-q;:;;,:i:1cfones,,de,donantes 1 de producti-
gido_y no se, cÍifundió entre la ma~oría de lo~ ::strat?s soci:.=des. P!rJl,)iIJTIPhfjf,P-{
1 \•idad-~'..de ventas.~-,:::::: _- ... .:.0r.tadas ocasiones se _usó. para otras tareas adminis-
lff_escritura- mesopotd::-iica,,Jos _e~1.:r:i1:a~ s_ume1;os:-sustiturer~?~lo~,s1mb□l,o,s pict~)~ trativa; o_Jegales. E'n efecto, más del 90 por 100 de las tablillas recuperadas en
gráficos por,,signos_ conJonna,de cuna; de aht la_denommac1on de <<1...Une1form- Sumer son registros de asuntos gubernamentales (Kramer, 1957). Sin embargo,
desde la última etapa del dinástico primitivo, y sobre todo en los períodos poste-
(íig, 8.22), .. . áfí· d ·
~ La _estt:tí~t:Br~;;_dt--la"priffi~{ª- e,~cr_itura mesopotámicaJue logogr 1ca. es e~1r, riores, la escritura se empleó como !llédio para registrar sucesos históricos. listas
en.,un,text6-¿aaá Si'gn'ci' o' grupo ae',Signos _al_udía a una sola palabra (Falkenste1~, de gobernantes, comunicaciones y para transmitir un grnn corpus de Jiteraturn
·1967).'En principio. el número de si&11os era Je unos!·ººº p:2:-:i, para h~cerla..mas oral. Co~ estas importantes adiciori"!s al repertorio de !os escribas, la escritura
operativa, se elimina1on !"ndunrlancms j' ~e c_omenzo _u ~11:rJear :u~ ~11smo s~gno asumió por completo su papel.
para sonido::. similares, d.:. modo que, a fmales del dmast1co pnr::.1two (hacia el La invención de la escritura ha tenido innumerables consecuencias·a lo largo
24GJ a.C.), su númcru 4uedó establecido en unos 600. . , . de la historia dP la humanidad. En concreto, sus efectos inmediatos en la civiliza-
Una novedad_ muy irnport3,11te incorporada a la escnturc.. 1!1esopotam1ca fue
1
:1 ción antigua solucionaron problemas de relaciones espaciales, temporales y de
complejidad social (Jacobsen, 1946). Acl~más, también facilitó la interacción en-
llan;Jdo ~Pf~Pc:_ip~_o_-9eJ;_acertijó_~ttJ?.Q,Jt1gttJ:,_de_,r_eprese:,n,t_ªr,IA?9A9-,41JC,Se,,pr,et~n_d_1a
,transmitir,i,Bl-,'e'scriba---dibujaba las imágenes,,de-,otras cosas.-cuya_ lectu:a ~n. vor; tre grupos separados por grandes distanfr\s. La normalización de la primitiva es-
alta sugería la palabra que_expre_sa,b_a dicha i.dea. !P?~ ~Jem¿l~. ~stc pn~c1p10 se critura mesopotárnica está au.:stiguada por el descubrimiento de tablillas idénti-
cas con listas de palD.!Jras usadas para el aprenc!i 7 1je de los escribas en asenta-
puede aplicar al expresar el conce~to «crccncJ~J.\ e~ 1~gles ( udre] ), representando
una abeja (bee_. en inglés) y una hop (leaf, en mglcsr·. , mientos muy distantes entre sí, lo cual demuestra los esfuer.los realizados por
Las implicaciones de esta mejora fueron enormes, ,R~_i:;_s,,r;o,n cll_a _au111ento uniformar el vocabulario escrito y facilitar las interacciones.
El uso,de_la escritura excluye, asimismo, los errores inevitables de la memori-
.- zación. Las inscripciones,,so_Qr,f!JgQI,ill,a~ _de_,,ai:ci_Ila ,a_ en monumentos de pi_~--~-r~ se
* En cfocto, la lcc1ura de ambns palabra juntas. bi:c y fraf. p~Jducirá -d mismo sonido que In lec- convertían en registros duradero~ que conse1 v~ban su mensaje en tanto en cm{1~-
tura de la p¡¡\abrn hdicf (N. dc/11 t.).
LOS!¡¡,,;, ,ENES DE LA CIVILIZACIÓN LOS PRIMEROS PASOS HAOA EL URUANJS!\fO 353

lü·l1Udiertu.1 '.s1.:_r.~e{c:l,á~;. -Esta cJrcunst.áflcia.per~iti.ó:la formalización ·de_,Ias transac" / eraJ,~t.so_beranía real, y de él recibieron su rango muchos gonernantes humanos.
'¿r{1iµ.:s,ccnnómicas, de la ad1111nistración de JUShcm y de otros aspectos .d_e_ 1n so- Anu recibió culto en numerosas ciudades sumerias. pero su san1uario principal:
ciedad .. Jt.,
definitiva, la pah1bra escrita facilitó la continuidad y la trad1c10n que estaba en J!:r,~_~,;(veáse fig. 8.10). La consorte de Anu1 A1_a1.1._1,1_a1 _se_ñ_ora_. . d_e_tcielo;
cciíactcrizaron a la civilización ml!sopotámica. . , , . también fue réVerenciada .en . Uruk, pero-su culto se céñtf3.lizó 'en' ef gran com~
L¡1 .:ontrilJuc.:ión más significativa de la escntura, y el estimulo ?JªS !~portan- plejo del templo de Eanna.1 (fig. 8.10). Es difícil determinar cuáles fueron los
te para su invención, estribó en su capacidad para canaliz~r el ílUJO ?,e mforma- diosd o diosas más importantes en los primeros eslndios de la religión sumeria,
ción en una sociedad cada vez más compleja. Aunque la pnmera func1on _d~ la es- pero parece que en Uruk, a finales rJel tercer milenio, tenía más neso el culto a
critura fuese la contabilidad, u:::i economía redistributiva en la que part1~1paba~ Inanna que a Anu. Muchas de las primeras representaciones aÍtística~ de los
cientos o miles de personas producía tal volumen de info~I1_1ación que. e;a 1mpos1- dioses y diosas sumerios de los períodos Uruk y Jcmdet Nasr tomara,; forma
h;.: de procesar con métodos sencillos de registro. ~Jac1,I.:~.~Jas, ~~-~1v!da_d,~s,._ª.d_7 simbálica. Por Pjemplo, A.nµ estaba . representado_por un.birrete con cuerno_s,_e,
ministnitivas, In_ escritura hizo-posible.el_p_osterior.desarro1 40 y centraJtzai::.10.n.c_le _Inanna, por un haz de cañaS (fig. 8.23). A comienzos del dinástico primiTl':o. las
!íls·éiudades mesopotán,1icas.y_co_ntribuyó·a! mantenimiento d.e gr~n?es unidades, representaciones de las divinidades se fueron haciendo cada vez más am11.J¡Jo-
ec911qmic;a~,y,pollt_i_q~s.t:.q_u,c·_qu_i_zá,s _n9 hubieran perdurado s1 la umca forma de mc,fas, aunque si_g11ierun distinguiéndose por sus tocados.
cOmunicación hubiera sido la orali . .;; Enlili ..y Enki;'.junto con Anu,.formaronda,tríada principal el~ la.'> divinidades
T a escritura también constit:.ivó uu medio eficaz para acumular mformacmn. sumerias>(Saggs, 1Q62). _Enlil era dios de la tierrh, i;omo A.nu Ga dios de! ..::elo:
Gra~tas a su consolidación como· medio de transT11isión a grandes distancia~ .Y a estaba considérado el dios nacinnal de Sumer y su culto se centrali:-ó en .Nippur.
través del Lif:'T'1 po, pudieron perfeccionarse las técnicas agrícolas, las matemat1cas La asociación de Enlil con Nippur par~::.· de la especial significación p:·;:-isumcria
y las ,..;encías predictivas. de esta ci_udad . .ior su parte_, Enki. era,.e_l_._dios.:del_.,;1,g1.;~J':.~~.! mHncto, subterráneo~·Yr'
se le·con_sideraba.espefiahnente compasivo ante.las dificultades de la humanidad:
La ciuda:d ·ct,:; Eridú; qlle aparece en le:; textos surnerios como la más anligua. fue
EL DESARROLLO ORGANIZATIVO EN LA ANTlGü/-',. MESUPOTAMIA el lugar originario del culto a Enki.
Entre el grupo de divinidades de segundo orden con respecto a Anu. Enlil y
(_il1dndes-tem¡J;o ( estadfD 5) Enki, figuraban Utu, .dios .._9_el. _s9l . (Shama?.h; en lengua semit;i'. Nam10:·. -diosa'
de la luna (Sin;· en semitz}e Inanna,,.diosa.del.planet.ü.Venus {Jshtar; en semi-•
Los rituak:; y las creencias r:ligiosas eran m~dios para el mantcnim1en~o _d~I ta). De los tres, la diosa q~ la_ luna era la más importante .y se hf rendía culto en
ordeu empleados ya en los pnmeros asentamientos ~~rmanentes del ,_ r?x1~ <' la ciudad cte:._.Ui.-Nanna domim1ha la noche y el calendnrio lunar. y se la rcspon-
mo Oriente. (:_o_n.... eL.auI11e11t_o_. ,clel_ tamaño_, Y. 1_~ . C,lJr:r1Pl_~Jl:dad ___d~; la,s ~?I_?llm.9~.-,, : sabilizab:::. de la realización Je muchos augurios: lJt11 1.. di~s·de_1 sol, era también/
de: duran_l,e el pe_rfodo 1Ubíli({ .se,:.hi,cieron:,pr_e,císoS, in:eca11ismos áe.:nfoyor in;te~·; ~_Ldios.de la jc:;ticia. La importa;,..-:i~ ic lnannn 'r\.le en a u.mento con el apogeo
1

[ifáCi6iL;''.Ef1 c·stos momentos, .uTI!orden.religioso centrado en el templo:paso a· de los semitas en Mesuµotamia. Bajo el nombre de Ishtar: fue p1cicticamente la
;s_tiinir _en ,gran parte la •responsabilidad de .!a eslructufación de l~s soc!edades tlnica divinidad femenina, asimilando la personalidad y lns tuñciones dt otras
Cfl desarróffo: La antigua religión mesopotámica, al igual que las oe sociedades diosas (Saggs, 1962). Se....convirtió en _la diosa de la guerra_y.. del amor sexual. y
Posteriores, proporrionaba ;1 sus- fieles un mo~el.o_ simp!ifir,,rln n.... la estructura se presentaba _a.la humanidad co_n ia'_forma. de Ven_us, la estrella del amanecer y,
social aceptable y de los ritu~~les de_stinados "' ~11Igar los efe.ctos de las ft~erz~s/ del atardecer.
naturaks (Fn.u1kfort el d., 1949). Entr_eJª5-,~_nsenanzas teolo~1cas dt 1~ ,eh:... r~l~- ,_. J?ia_pá_lTii11t:e, en el, teI]]r!o..se .._ofre::ían libaciones. sacrificios de flnimales y
oio~aJigu_raban ..un sistema _de_ moralidad y un modelo de mterre1acmn mdtVI:- ofr~xi.das:~e.;yegetale_s_y 9~ _pe_s_cado aJa:·divinidad patrona de la_ ciL1dad. El sacer- _,
diúit.:)Scgún los tcxtqs del tercer milenio, la religión sum_eria esl:iba bas:---:l". en dote del templo era- el administradc:·dp la di"1ílidad en la tieira, velaba.por sus'
,11J1_~-.t_c,9.logíaJat~list_t1t~,o,.S,_,,9i_o~_~s, .~S,~-~?.1.ef_i~_r,9n_,_un.~_~J.~:YC5-. m~Itera~l<;s _qu~- P1:,i_va~ n~CC;§idades e interpretaba sus augurios. '.L.o.s.Junci9.n_arios . deUemplo .llernban a ;
baa:.a ... !a, gente -de . . libertad;· Todo,estaba -gobemado.,porJas dec1S1ones d~ los Cfl_bo·fies(as o celebracio.n,és peri~dicas, a muchas de las cuales nsistia el público
principales dioses v de otrns divimdades específicas de menor rangq. Los dioses en.general Tenemos notic!:>s de época posterior que afirman que hts.:P~-l~b_r,3_cio-:/
eran los ar::os de ~los templos-estado y Je las ciudades, mientras que los se~es q~~/n~s importantes es_taban relacionadas con la regeneración anual;cf,e _la vegeta-
humanos habían sido cre_ados con la intención de re.emplazarlos en los tedto- -~!§g,.'..EI origen de este ceremonial se remonta al cuarto milenio. El festi\'al del
sos trabajos pesados. LQ?._. g¡9_s,ei. '?.~.~jgp_a,,P~I1. a sus,_!f:Prl!senta_n_tfS; ~um_aneJ.S. PJ;t.ra/ Año.. N,µe\l()_ constaba de una serie de.ritos en, honor,al 11rnatrim9nio. s?,grado» cn-
di;,igi_r l~_s_ -~c_tiy_i_d_,1~e5._ ~_iári,tls:_ l_o_s,J.~.r..'!_r_40,t.~:.-~. ~,t t~111_plp d~. ~~ ..cJ1vm_1dad,. encabe- tr:e,._éJ go!Jf!.r:A~rt.t_e·d~Ja_'ciudad .y la diosa-Inanna-(o su.r:cpresentante). Tras !a con-,
"Zri'l::lOS'· norníálmCntC . por_ u11 a persona que_ ostentaba el ttrulo de En (Saggs, sumación.:del ,matrimonio, la diosa fijaba el destino del rey y de su ciudad para el
1
962). • . . . siguiente año.:'
Debido a la inestabilid.1d de la agricultura mesopotam1ca, es log1co suponer Muchos elementos de la estn::tura y del contenido de la religión sumeria p¡_,_
que las divini..!ades más antiguas se_ hal_lé,1-ran vinculadas con la fertilidad Y con saron a formar parte de religiones posteriores. La construcción de templos. lleva-
las fuerzas naturales. Los Qjose_s__sµmeri,9s. f:Stah,~n _ relacionados con las fue.rzas da a cabo por funcionarios religiosos con dedicación a tiempo completo,- es un,
vitales de la naturaleza como cl ..agu'a~"la '.fierra y el aire: El papel de cada ?e1dad hecho que se ha mantenido en la mayoría de las principales religiones. El mito;'
y su importancia relativa variaba con el tie~po y segúh la _ci~dad ..~_~Ift d1o_s del ,_sumerio de.Ia·creación, la ..ep_op_ey_a _Uel _diluvio y di_versas_parábolas se han conser-
,.cielo, .se encontraba a la cabeza del,,_pa_~t.~l)_Il. Su caractenst1ca mas importante vado.en los textos judeo.:rl3tianos. Además, la religión sumcria elaboró una doc-

23. - HEmUN
LOS ORfri/:Uf~S DE LA CIVILIZACIÓN LO.S PR!'.'l!EHOS PASOS HACIA EL URBANis:,,..10 35:'i

--->_trma de comportamiento y unos ídca!es de humanidad que tuvieron gran influen~ mitcs de ia ciudad. Un centro urbano tan grande como \\"arka, duran~.; el perío-
-·C¡ii en tock, el pensamiento religfo;o posterior. llo Jemdct Nasr. debió de ejercer una fuerte influencia sobre otros nüdeos de
El n\pido incremento en importancia de la comunidad del templo durame el población dentro de un cieno radio de acción. La intensidad del control de los
cuarto 111ilenio no se puede expiicar únicamente a partir de la capacidad que tie- dirigentes del templo sobre la ciudad y sobre el territorio circundante es u~
Ilf' la religión para mantener el orden 3ocial o para aliviar los temores sobre los tema que queda pura futuras investigaciones, aunque su primacía en las anti-
ciclos de ~rereneración. El desarrollo del templo ) de las antiguas ciudades de guas ciudades mesopolámicns queda fuera de toda duda.
Mesopotamfo está estrechamente relacionado ~o_n las actividades económicas en
_l,as que estaba implicado; con otras palabras, élJemplo,se convirtió en,.el -centro_
.d_e,:Ia-economía redistributiiª.,,J:;_n,,este-tipo·de·sistema de producción Y de·alrnace-· La csrratificación socia! j' la apariL·;ón de la sociedad de clases
námie_n_t_ó_c_omµ_nal -~I.mantenimiento de la-unión eíltre los calTlpesinos les prote-
l~ía ante !os años d~ malas cosechas.'.Ei;,ternnln-era el lugar donde se centralizaba Si bien la estratificación ::.oda! es prnbablen1ente la característica más impor-
fa .Céonomía redistributiva, enmari:adá ell ·10s· rituales de regeneración Y· en las. tan1e de la civilización. es ~Jicil documentar su desarrollo a io largo del quinto y
dqci_ri_t;ia_s_dc ..orden y ,de.justicia. Los administraclures del templo pronto-hicieron del cuarto milenios. Ante la ausencia de documentos ·~scritos y de excavaciones
alg"o más que-recaude~..y.distribuir: acon:;~ja:r_o_p_1. los campesinos sobre los traba- arqueológica.<; en extensos secroi l!S de las ciuJades antiguas. Jnicamenle pode-
. jos__agrícolas,-;tornaron: m_e_di~í15:para eLconlrol del .agua;·. i11iciarnTI empresas-cor-';. ll!OS reaJj¿ar c~.::rtas mferci·..:-ias sobre la sociedad de clases.
porativas con_ grll.P,?.s p~pl_iqs:d7-p0blación y recompensarou a los individuos que Existe un tir0 de datos arqueológicos cuya interpretación comu medida
colab_ora_ban en sus actividades>Laelite.del__.,teJllp_l().Se cnnvirlió _rápidamente en de h1s diferencias d:: riqueza sigue todavía en discusión. Los ajuares funP-
~.l. gr,µpp que administraba muchos sectores de la producción ~n las antiguas ciu-, r~rios fueron enterrados junto a! cad,íver por diversas razones pero, en tértl1inos
dÜdes. LJs templos poseían tierras y empleaban trabajadores de forma directa. generales, puede decirse que su cantidad es un indicador aprc::imado de la rique-
Corno consc:cucncia de su control sobre grandes cantidad . . . s de alimentos, la elite za de! difunto. Son escasas las evidenci.1s de grandes-dif~rencias en los ajuares
pudo mantener a artesanos especializarlo-; con dedicación a tiempo completo entre las m.:í.s de 2GG ~,_,,.,~,.,.:. --l¡;; íi1wl1,;;.:. u1.;;1_Y,_.1;,-}Jod_o ·Ubaid e;,:cavadas en Erid_ú
como escriba:~, .:::::-amistas, albañiles y tejedores. El templo tambiell controló el (Adam~. 1966, p. 95). Los ajuares _funer_ilrio_s··'CO_.m_u_~_f!_s _j_ncl_u_y~~- UJl_o __ oyarios red-
comercio a larga distancia, necesario para obtener las materias primas empicadas pientes _cerámi,;-0s, que.sólo en.algunos _casáS.soifdf! piedra, pcaSion'1IIJ1entc junto
por esto~ especialistas. recibiendo a cambio los bienes de srams qul.! rcf'Jrzaba~ CO!'.J1!,;µ_rrn figurilla de arcilla o varios.collares de.cuentas. Er.. ~¡ período Jemdet
su posíción. Dado que los administi<1Jores del temple :ontrolaban grandes canti- Nasr:\la_variabilidad de los ajuares funerarios era rnayor.iÍJn tercio de las 25 tum-
dades de productos agrícolas almacenados, crearon reservas para los años de es- bas excavada:S bajo los pisos de las viviendtis, en el yafrniento septentrional de
casez. Los mismos rnétudo:c qt1"' utilizarnn para fomcnt:ir la acumulación e~ estas Khafaje;conu.!llía ~~~?.(d_e·_·piedra Yt·en.dos ca$ois, más elementos, como algunos
reservas fueron los que se pusieron en práctica para acumubr exccde¡,tes desti vasos de cobre, plomo y piedra de buena fact:1ra·(Adac.is, 1966, o. 96). De las 340
nadas a las actividades artesanales, a la construcción de templos y a lu.-:i bienes de tumbas del mis11,o período eq(;\;fr, 61,c;qptertfan•-'uno omásTecipie11t~,s__tj~ ..It1:-~tal y/
status. en dos de ellas se registraron-i"mportantcs CuJJcentraciones de materiales ricos'. El
De acuerdo con el papel centrn! ':]l!P. Pl templo jugaba en la economía rcdistri- patrón general. especialmente cuando consideramos los cambios que se produci-
butiva, fri · - · - ---·::tió en el monumento arquitectónicc que dominaba la ciudad rán en el período posterior -el dinástico antiguo- (capítuln 9), pone rie mani-
y en el lugar donde se desarrollahan las innovaciones organizativas y tecnológi- fiesto una soci<:dad con una n:, des la estratificación v sin marcadas diferencias de
cas, por todo In cual sus administradores pasaron a detentar el poder político y riqueza. -
económico. Desgraciadamente. el limitado alcance de los dorumentos escritos de los pe-
Los templos de EriWú del período "Ubaid emn de reducidas dimensiones ríodos Cruk y Jemdet Nasr restringe a unas pocas iucntes las posibilidades de ha-
L:omparados con el zigurat de Anu en Warka, pcrtenc:::iente al período Uruk que, : llar e\"idencias seguras de estratificación social con anterioridad al dinástico an-
sin embargo, quedó emper¡ueñecido por el posterior recinto de Eanna. gt,poderf tiguo. momento ~n el que el registro escrito abarca una mayor variecbd de te-
políticq_y:._~_c,p_pórn,i_c_o deJa elite del templo creció paralelamente al tamaño d~ los ' mas.
rnonumentosi A medida que aumentaba su poder, el conjunto de la comumdad Se han realizado muy pocas e:u.:avaciones de con'-truccion·.::s domé~ 1 ;cas que
del templo se fue apartando del resto de la ciudad. Durante los períodos Uruk Y nos puedan dar información sobre las diferencias de riqueza. ya que los trabajos
Jemdet Nasr, las plataformas y los zigurats elevaban los templos por encima del arqueológicos en yacimientos anteriores al dinástico primiti\"O se han limitado a
resto de !::·: construcciones. En el dinástico primitivo, los templos y las casas de las estruclUras de los templos. Sin cmhargo, los excavadores han hallado restos
los funcionarios se rodearon de muros que los separaban del resto de los grupos de construcciones del dinástico antiguo sin una finalidad religiosa y que señala-
sociales y que prc.~..;gían la creciente concentración de riqueza existente en el in- ban la existencia de estratificación social. No obstante, antes de aceptar el su-
teriur del fí'dnto del templo. . puesto de que no hubo estra,:,-icación en e! cuarto milenio. deberíamos evaluar
No conocemos hasta dónde llegaba el control político ejercido pot la ehle los datos sohre el desarrollo de la estratificación social en el dinástico antiguo.
religiosa, pero es incuestionable que ésta constituía el grupo con mayor poder ¿son éstos indicativos de los patrones que existieron. o son el resultado de la na~
económico en las antiguas ciudades de Mesopotamia. Este hecho. junto con la tura!eza de las antiguas investi!:rnciones?
autoridad moral de la religión, puso las riendas del gobierno de la ciudad e'' En lo que resp;cta a los fÜncionarios y adminístr•1dorcs del templo. es obvio
manos del En. Es difícil determinar si este poder se extendía más a\!.{¡ de los lí- que participaron de las ríquczas que knían a su ci1sposición y que pudieron haber
356 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN

marcadas diferencias sociales ya en el periodo Uruk. Las grandes cantidades de


objetos de stalfls fabricados con materias primas exóticas y caracterizados por
una cuidadosa labor artesanal indican la existencia de una clase de indi\-iduos de
alto rango. Si estos objetos se hubiesen hallado distribuidos sólo en el interior del
templo, no irtdicarían necesariamente la presencia de una clase de alto stams
sino, en todo caso, que existía una institución poderosa, Sin embargo, dado que
los objetos de stallls no se cncuentrJ.n ~ólo en los recintos de Jo,: templos (aun-
que, efec~ivamente, se concentren allí), podemos considerar que su Lfütribución
también responde a una estratificación social en cierta forma independic,1le del
templo.
Si existían otras clases que formaban parte de la elite independientemente
del templo, es necesario definir cuál era el origen de su riqueza y de su puüer. q_ EL NACIMIENTO DE LA POLÍTICA
Aunque la evidenci::: a nuestra disposición dista mucho de ser concluyente, pare-
ce que ciertas familias o grupos de familias lograron una situación Je riqueza y
Y DE LA SOCIEDAD ESTATAL
poderío sobre la !::::se de sus éxitos agrícolas. Bajo el supuesLo de que la tierr~~ era
de propiedad o arrendada ,.,ct)•·idualmente por los campesinos. lo :-:1ismo que el
templo ta:::bién poseía sus propias tie1,<1s, algunos terra1enientcs pudic:-on estar
El rey de las Cuatro Regiones
en una mejor posición que otros para controlar el rkgo, según el modelo de desa-
rrollo del urbanismo representado en la figura 7.7 (p. 296). Esta circunstancia Dura!ll~ el tercer milenio, los sumerios y los acadios e/e¡,c,ro,1 la cii,ili::acirí,,
acarrearía también diferencias de riquc:za y poder entre los propios terratenien-
tes, diferencias que pudieron aumentar si se enca 11 zaron de manera <1Ut.::Luc1....:.1. ,.;_¡

mc.~~potamtca ;zuc, ·as cotas de creatividad y de complejidad. La organización
, _J/rl!cú .rvmzzo crin la formación de ciudades-c::~.1flo, confederaciones,¡,, ciudades
parecer, junto con el aumeniu de la riqueza y del poder de la comunidad del tem- Y, ~l~uw1te w.1 liempo, de estadas nacionales regidos por pÚderoso•· gobemantes
plo, durante el cuarto milenio. hubo familias o grupos indeper =!ientes que po- mrlu~:es. M1e11tr?s estos hechos renian fuga,; se había ido con_f¡gurn,ulo en el m!le
seían riquezas considcrabk.s procec!2ntes de sus acth :den.les agrícolas e industria- del Ada una socwdad estufa! que iba a iweractuar estrechameme con la
les. ToUavía es objeto de investigación en qué medida estas familias ricas trabaja- mesopotámica, aunque manteniendo una .fnrma y contenido prolJlus.
ban de acuerdo con los admir.'.stradorc[' del templo. En algunas ciudades. pu- la mayor part~ de la información arqw:ológica re/creme al pnblamie1110 del
dieron p1·oducirse conflictos t!íllre ambos grupos, pero durante e! cuarto milenio sur de ,Hesopo1m1fü, procede de la evolución de la arquiTecmra / de otros
parece que los administradores dei lc:-!~plo mant 11 vicron una posición dominante. elememn., de la cullura material. Reciemememe, se han obtenido nuevos cf,a 0 s
Pocas son las inferencias que pueden aceptarse con certeza re!ipecto a la es- ~obrt !os sucesivos patrones de asentamiento, gracias a las prospeccic:1es
tratificación social durante la fase crucial de los inicios del urbanismo. Las esca- mtens11'ill'. Dado que los objetos arrí:Sticos y los registros escritos adquieren una
sas evidencias arqueológicas y las infercnci;1i; basadas en estructuras organizati- ~nay~r imponancia en /a inte,pretación de la saciedwf sumeria, en esre capiut!o e!
\'as posteriores no constituyen informaciones suficientes para determinar lo que 11'.teres s: ~esp/aza de la terno!ogía y d: la subsistencia a los aspectos re/arii•os a /a
sucedió durante el cuarto rñilenio. Lo más lamentable de esta si;uación radica e:-: l'lda r;_ol~llca, los monarcas, los panteones religiosos y la administración
el hecho de que precisament:: durante :.1 primera fase del urbanismo, r:on la apa- economrca.
rición de las ciudades-templo, fue cuando se decidió la suerte de la mayor parte Durante la seg1~nda mitad del rercer milenio, Mesopotamia es/uva regida [1nr
de los elementos de la sociedad pos~.:r!'.Jr. Sin ,~mbargo, la carencia de datos con- dos ¡;:'de;·osos gobwmos estala/e~. los acadios, w1 pueblo semita liderado por
duyentcs no debería ser un motivo para postergar ln elaboración de nuevas inter- Sa, f~ll, ¡om!aron lo que se co11s1dera el primer i;;,perio de la historf,;¡ del
pretaciones. Por el contrario, tales insuficiencias exigen c¡uc el investigador exa- Prox:11110 Unente. Esta amalgama. de corra dnración, fue ree111pla-z.ada al resurr!ir
mine cuidadosamente la ir,~ormación disponible con el fin de determinar cuáles el do111i11io s'.unerio con la tercera dinastía de Ur. Bajo ambos gobiernos .,e "
son las categorías de datos adicionales que se precisan. Aunque los investigado- realtrnron diferemes avancr•s en la adminisTración, la legislación el comercio v la
res hayan reflexionado sobre los orígenes de la civilización desde que este es un organización milita,: ' ·
tema de interés histórico, en lo que respect:i ci la infornrnción empírica y a !os re-
sultndos sus estudios se encuentra todavía en pañales.
LOS URÍGE\J·.\ iJE LA CIVILIZACIÓN LA POLÍTJC:\ l LA SOCIEDAD ESTATAL
359
La culmiP:IL'iún del proceso d1.: formnción de la civilización en el antiguo Pró- una idcr'~"Jd total. Los mcc:rnism~:; organizativos de las sociedades human s
ximo Oricnll' llegó con la aparición de una sociedad urbana con organizaciones ~a~ üb·per:1mentado u~rn larga y c~mpleja sucesión de cambios, pero la evoluciin
administrativas y estatales. Aunque en períodos posteriores se introdujeron iw- e ur amsmo, la sociedad est:a11fica?~ ~n ~Jases y los c:Sdigos legales ya se en-
portantcs imHwl1ciones, las instituciones: so:iales que carnct~~i~an _a !as socied~ c~cntr~n en la base rl~ l.1s antiguas c1V1hzac1ones, al igual que en la actual. Los
des complejas ya se habían desarrollado. tv11entras que las c1v1hzac1ones sumena ''!1_11Pe~m.s» ?e los acad10s y de la tercera dinastía de Ur prcst;ntan una estructura-
y acaúia fk~n:cieron en Mesopotamia durnnte el tercer milenio, las ciudades-tem- c1on debII s1 los comparamos con las organizaciones administrativas posteriores,
fl10 se transforn:::i.ron en ciudades-estado políticamente autónomas. El poder se- ~ero. ~~1mparados con sus pr:~ecesores. aportaron importantes innovaciones que
cular emcnúó como !a [uerza dominante en las primeras ciudades. las cuales se anunciaban:,·:: la~ formas pohticas futuras.
unían en cÜnfederaciones inestab'.:S que, periódicamente, se consolidaban comn Destacan varias ~cndencias generales en el nacimiento de las administracio-
estados nacirn~·:1les. l'vluchos elementos de las sociedades complejas. cc.;no el co- nes_ estatales: 1) un mc:e~cmo en el poder militar organizado; ::'.) la aparición
mercio exterior, la producción en serie. la metalurgia, los carros con tracción ani- de ¿;obemantes cuyo pnnc1pal :!poyo .s~ encuentra en el ámbito secular, aunque
mal, las obras de irrigacioH, las artes decorativas, la joyería, la le~islación y la re[orzado a menudo por el sector rehg1oso; 3) un rápido crecimie11lo en la am-
guerra. maduraron durante la primera mitad de! tercer milenio gracias al genio plitud y la complejid.ad de las fun~iones gubernamentales y de la burocracia; y
de los sumcrk,s. l:.I desarrollo url!ano. que se !idbía iniciado en los milenios ante- 4) un c_o_ntrol centrahzaC:o de los sistemas económicos locales, promovido por Ja
riores en las tierras altas, <-1icanzó su madurez en el sur de Me.:opolamia. Adcm,ís, expansmn. de las redes de integración económica. Estos cambios interrelaciona-
en muchos aspcc(~JS, la primitiva civiliza:ión de los sumerios nunca fuP superada dos _supusieron ~na respuesta continuada a los mismos factores que habían con-
por posteriores gcnci <1ciones. Lo único que no lograron los sumerios fue la unifi- ducid? al urbarnsmo en el cuarto milenio (véase el capítulo 7); además, se vie-
cación política con la formación de! estado nacional, que sería la obra de m1 o ron a~ectados por el ,amplio espectro de interacciones y por el increme~~o de las
e.rupo: los semitas. cap<i1.1dadcs productivas. consecuencia del d::;u;-;ollo de las ciudades en el cuar-
~ La nnarición del estado nacional. cun su furma de gobicmv característica to milenio.
constilll);e un iogro de g1an rcie\<tJh.ia. Lú w,:nuria pvlfüca de! Próximo Orient: Las cu:,czas visibles de los primeros estados mesopotámicos eran, frecuente-
desde el tercer milenio hasta la expansión del Islam en el siglo v11 d.C., ;:,_:terno me::'.c. ~!obernantt.:::. ser-ularc:; auc controlaban directamente las fuerzas militares,
fases de frag:".;ntación en ciudades-estado hostiles entre sí, con etapas de unifi- pcr? no 1mtentaban el poder en solitario. La elite religiosa, aunque generalmente
cm::ión bajo-una autoridad dinástica fuerte. La constante tendencia p:;esente en des1gn~~ :1 por el rey, .;;stab.i inves~ida de una autc:-idad considerable" v en ocasiü-
i\ksopotamia hacia la disgregación y la competición sólo fue contrarrestada P.c- nes ilegó a dP<;afiar la supremacía de las autoridades seculares. Las fámiiias aco-
riódicamcntc por mecanismos integradore!:., que unían temporalmente las dile- modadas, cuya fuente de riqueza radicaba, posiblemente, en las tierras de cultivo
rentes entidades políticas en un único estado. o en el comt:1cio, también pudieron adquirir poder al margen del rev. Está cit1ro
Muchos investigudores han intentado definir el est1.do (Service, 1962; Adams, que estas diferentes insl::!:::ias. la militar, la religiosa y la riqueza, se· unieron ca~
1966a: Fried, 1967; \Vright. 1970: Flannerv. 1972a), enfatizando, por lo general, yunturalmente pr1ra apoyar a alguna dinastía potente pero en otras ocasiones fo-
los si!:!.uicntcs factores: ~ ~ ;nenlaron la competencia entre grupos de poder en determinadas socied,..des.
1~ Concentración del poder económico y político.
2. Ornanización basada en demarcaciones políticas y territoriales.
Cada u~n ?e ellos contaba con sus propius medios para incidir en el curso de los
acontec1m1entos y para seleccionar los futuros gober '.mtes, pero tue el control
3. Ar~csu jernrquizado y Ji1erenciado a los recursos básicos. de la fuerza,. es~_ecialmente a través de la promulgación de leyes y del ejércit:J, Jo
4. Monopolio ~e la fuerza. que proporciono al poder secular su autoridad preeminente. De manera alterna-
A partir de estas ideas, Gregory Johnson sugiere una definición del estado se- tiva, se .sucedieron grupos más o menos poderosos, según la situación de poder
!!Ún la cual éste se define como una sociedad que ,,se regula principalmente me- del gobierno central. A!:il pues, la tendencia general estr!!Ja en un aumento del
diante una oroanización de toma de decisiones con especialización interna, es- con;1;0I en manos. del gobierno central, interrumpida por etapas de disgregación
tructuraUa como º mínimo en tres niveles _jerárquicos, y que cuenta, a demas, , con
pohuca o por gobiernos ,:_ntrales débiles. :.unque siempre volvía a surgir oirn es-
un suministro institucionalizado que le permite mantenL.rse, resultar opcrauva) tado que se hacía de nuevo con el control.
materializar sus decisiones>• (Johuson. 1973b, p. 2). . Aunque _este _libro trate sobre el nacimiento de la civilización en Mesopota-
Las decisiones se suelen tomar v comunicarse a la población a través de un mia, ello n~ 1~1phca ~egar la importancia de los eventos sucedidos en otras regio-
complejo aparato de administrador;s y burócrarns. Frecuentemente se formali- n~s del Prox.1mo Onente. Cada una de las regiones, Mesopotamia. el valle del
zan en códigos leg.iL:s. que se refuerzan mediante las nonnas re_ligiosas. cultura- Nilo, Anatolia. las ticriw altas irank<; v el Levante, se desarrolló de forma relati-
les y personales. Su cumplimiento se asegura gracias al monop~ho estat~l. del u_so vamente independiente, aunque se p;~·dujeron importantes interacciones Pntre
de la fuerza. Sin embargo. los estados 1mís poderosos no ncces1t2r'."lll ut1hzar tec- ellas. La naturaleza de estas relaci Jnes y la primacía en los diferentes avances
1

nicas persuasivas extremas. ,:'.así todos los períodos con gobiernos estatales fuer- aún son objeto de inve,;tigación y están sujetas a fuertes controversias. En Mcso-
tes se caracterizan por una relativa estabilidad, que propició el florecimiento del potamia. el proceso de transformación de las instituc;ones sociales v de la tecno-
comercio, la industria, la literatura y las artes. lo~ía fue la.rgo y constant~. La mayoría de los investigadores coinciden en que los
E! empleo del término ,,estado» a lo lar 6u de este libro en referencia <1 la na- pnmeros eJemplos de ~asi todos los rasgos de la civilización se originaron precisa-
turaleza de algunas sociedades mesopotámicas del tercer milenio, se basa en su mente en Mesopotamrn y que habrían de influir d~ ::nanera decisiva en el desa-
semejanza con los estados nacionales actuale:-;, lo cual no implica, por supuesto, rrollo Lle !as .íreas circundantes.
LOS 0/{lt ,1 •,¡:~DE LA CJVJL!ZAClÓN LA POLÍTICA y LA .:;ocJEDAD ESTATAL
361
Asi con,o L'll >f~s()j:Olamin tiwíeron que pasar 4.000 J.11t":"; cicsde la uparición
l!~· los primcrn~ agricultc-;-es a la de las primeras ciudades, con ar.:::cedentes cla- MAR MEDITERRANEO
ros para la nrny0ría de las tramformaciones, el surgimiento de la civilización en
Egiplo se produjo más rápidamc:nte . .;,J. que desde la introduccién de ia agricultu-
ra al establecimiento del estado transcunieron cerca de 2.500 años. A partir de
entonces, el estado faraónico se mantuvo con una relativa estabílidad durante
otros 2.500 años. Aunque a menudo se han buscado la,; causas de este anómalo
dcsnrrollo en las influencias exreriores, sólo pol.11 ;:i;} estab1eccrse teniendo en
cuenta la relación entre el mar .. o ecológicv y el medio .. 0cial desarrollado en
Egipto.

CRONOLOGÍA DE LOS INICIOS DE L..-.. CIVILIZACIÓN EGIPCIA

Ncolírico

Las primeras aldeas agrícolas en Egipto se conoc..:!n sól0 1 partir de ciertos


yacimientos dispersos y sc:i relati\·am~nte tardías en comparación con las que
aparecen en .::ras regiones del suroeste de Asia. Los yacimientos de la depresión
de El Fayum, que nan sido clasificados en el marco de las culturas de «Fayum A
y 8». present<1.11 una economía aldeana consc'.:dada (fig. 9.1). El lagn de la depre-
sión de El Fayum. alimentado poí el río Nilo, permitió a los rqmpcsinu;:. el aprc
vechamiento de los recursos hídricos y la utilización del agua pü.ra la agricultura.
Se practicó J.::. :ríe: de ganado. m;entras que la caza sólo complcmentabu la dieta.
La~ casas eran ptqueñas, en algunos c2'·os cabañas ovales semisubternineas con
p;:1rcdc:; de barro. Aunque las im·estigac:ones del período neolítico en el valle del
i\ilo están lejos ue ser exhaustivas. la evidencia actual rcveL que la agricultura se
inirc,(!Jjo hacia el 5500 a.C. o poco después. Esto supone que su introducción
tuYo lugar en un momento muy posterior a la aparición de los ct~i1ivcs en las tie-
rras altas rle Mesopotamia, circunstancia que ha llevado a algunos investigadores
a afirmar que las ideas y la tecnología ligadas a /:'<itas prácticas llegaron a Egipto
procedentes del suroest p de Asia.
Las primeras aldeas del valle del Nilo pronto evolucionaron para Jar lugar:::
a~cntamicntos más extensos. ron una notable cultura material. Incluso durante el
FIGURA 9.1. Asentamientos anti~
neo!ilico, existían grandes diferencias entre los materiales del norte y los del sur. guas del valle del Nilo.
1 a! y como se describe en el capítulo 2, el valle del Nilo se compone de dos regio~
nes difrrenciadas: e! alto Nilo (sur) es un valh.: estrecho con esc:::rpes rocosos pró-
ximos al cauce del río, que rlelimitan um' estrecha franja cultivable; el baJO Nilo
1 norte) :;;e ens:-irJcha para formar una amplia llanura hasta definir la :-:.o:gión de for- g'.ón. L.a primera de las tr~s fases del peóodo predinástico en el Alto Egipto se
ma triangular que con.~ 1 :tuye el delta del Nilo. A lo largo de toda la prehistoria y denomma <icultura badariense», dado que su caracterización inicial se estableció
la historia de Egipto, las culturas de ambas regiones fueron diferentes, al menos en el yacimiento de El Badari (fig. 9.1). Las gentes de esta cultura no vi\·ieron
en c1!p-unos aspectos. Así pues. el éxito de la administración política del estado de modo muy diferente de como lo hicieron sus predecesores neolíticos. Fueron
egipcio puede medirse por el grado de cohesión logrado entre las poblaciones de simple~ a~ricultores y recolectores, y habitaron en pequciias cabañas de barro.
las dos regiones. Su ceram1ca era frecuentern,,,ntc de color rojo v bruñida. cun el exterior v el in-
t7:ior de las paredes del borde de color negro~ a conseéuencia del tipo de coc-
c1on a la que había estado sometida. La atención prestada al enterramiento de
Badariense los u1uertos fue en aumento, generándose una costumbre que continuaría a lo
largo de toda la historia egipcia. Muchos enterramientos badarienses se realiza-
La progresión de las culturas prcdinásticas se conoce mejor en el Alto Egip~ ron e.n. pequeñas tumbas de madera, en las cuales se depositaban alimentos y
te -~ebido a la menor colmatación sedimentaria de Jns yacimientos y a que las utc;-;.,Iims. En estos momentos, en Egipto ya se trabajaba el metal, aunque sólo
m\'estigaciones arqueológicas llevadas a cabo han sido más intensas en esta re- a pequeña escala y mediante el batido del cobre. Cuentas recubiertas de un bar-
362 LOS ORÍGE:,,;'.ES DE LA CIVILIZACIÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 363
niz coloreadC' .:...;nstituyen la primera ev\rlcncia de la producción de un esmalte se depositaron .más piedras preci_osas y oro que en todos J0 'i períodos ::nierio-
Yitrificado anterior al vidrio. También se fabricaban paletas de esquisto para los res. Su prescncrn en las tumt,.is rndíca la creciente participación eoipch e hs
cosméticos, una actividad que perduró en los siguientes milenios. Los materiales re?es comerciales del ~róxi~10 Oriente. Aunque c5'. una cuestión difÍci! d~ d~te'r-
badarienses incluyen ton1hién peim:s, mangos, figurillas talladas en marfil y m_1~~r en base a la evidencia ~ctual, podemos inferir a partir de los materiales
otras modeladas en arcilla. La mayoría de estos objetos han s;Jo encontrados exuucos Y el aum7n~o d~- la nqueza de algunas deposiciones funerarias un au-
foru1ando parte de ofrendas funerarias en las tumbas de este período. mento en la espec1ahzac1on artesanal y en la estratificación social. A finales del
gerzense, la economía agrícola_se encontraba ,TIU) desarrollada y quizás div Ju-
g~r a un_a _clase ac~;;iodada a_gncola que podría haber constituido el núcleo de la
Amrntie11se e~1te religiosa surgida en Egipto, aunque tal vez ambos grupos fueran indepen-
dientes.
El s2.gundo estadio del desarrr11lo del Egipto predinástico es el llamado
,,ar.:ratiensc-,, a partir del yacimiento de El Amra, próximo a Abidos (!ig. 9.1).
Los niveles amratienses se encuentran directamente sobre depósitos badarien~ La unificación de Egipto
ses. lo cual sugiere una cont!:1.uidad entre ambos períodos. Las gentes de la fase
amraticnse continuaron usando la cerámica roja bruñida con los bordes enne~ Las fuentes escritas post.:.riores nos informan de una hipotética sucesión de
grecidos, ya conocida durante la época badariem,e, pero también crearon nue~ e_vem?s durante este período. A inick\C" c!-:1 gerzcnsc. pudieron lrnber existido ,, a-
vos tipos cerámicos, que incluían vasijas de formas sencillas, monocromas y bi- nas cmdades en co~;:ietencia, cada una bajo el p.ttronazgo de su propia divini~
cromas. Las primeras cerámicas decoradas en Egipto surg~::i en este períocfn, y d~d._ Se ha d'?cumentado e! hecho de que en un momento de L!Stc período predi-
se caract...rizan por sus diseños geométricos o fig!._•;2_-; naturalistas de color blan- nast!c?, las cmdades del nc:te lograron una situación de preeminencia sobre las
co mate sobre un fondc :-ojo-;,iarrón. Otra~ piezas muestran elabc-radas decora- mend10nales, que podría expiicar la distribucVin generalizada de los rn,;gos cultu-
cion;:::; incisas Je color blanco sobre fondo negro (Vcrcoutter, 1965). También rales ~""Zenses. Por consiguiente. el sur adoptó muchas de '.as innovaciones de!
::::bemc:: q11~ durante este períc::'.:J los egipcios se aplicaban maquillaje vercte u norte ba~ta que pasó ;i_ liderar los íli.H.:vos avances, Posteriormente. cada úrea
gris en los ojo<:. que elaboraban a partir oc una oase mineral (malaquita o gale- pudo umrse en una confederación dirigida por el gobernante de la ciudr,__: mils
na). mezcl:1:-:Jo después ~us ingredier.:es sobre paleta<: de piedra. El siiex y otras poderosa o con el culto con mayor i.111plantac;6n. Inscripcione~ en monumentos
rocas se emplearnn en la fabricación de utensilios en mayor medida que el co- pusteriores hacen 1eferencia a estas confederaciones como •{reinos)> y a sus líde-
bre. Un tipo de arma habitual era una maza con forma de cono truncado. Aun- res com_~ ((rey7s)), pero estas denominaci:Jnes poC:-ían ser el resultado de una
que conocemos urnchos yacimientos con materiales amraiienses. esta cultura pro~:-:cc_mn hacia el ¡)asado de instituciones más tardías. Fue durante este período
abarcó sólo una pequeña regi1n del valle del Nilo, en la zona central del Alto de nvahdades y de confec.ieraciones cuando uebi..:,on de dcarrollarse las bases y
Eg'.pto. el boato del posterior estado faraónico.
. L~s ú_ll~mos cambios políticos que condujeron a !a formación de la primera
é:na~t:a tmita pueden deducirse a partir de varias rc¡,r,~sentacioncs en obras de
Ger::,ense arte. To~as las paletas y cabezas de maza que representan este acontecimiento
d~ los ~1emp?s protohistóricos han sido halladas en el templo más c1ritieuo cJ,--.
Tras el relativamente curto período amratiense, sigue otro más largo de- H1~~acompoh_s, que fue probablemente !a última t.:<-1pital del sur antes de¡; unifi-
nominado ,,g_erzense)). Los ha!lazgos gerzenses se hallan muy extendidos tan- cacmn del pais (Vercoutter, 1965 ). Sobre una de estas cabezas de mnza se repre-
to en el Alto como en el Bajo Egipto y testimonian el momento de apogeo del senta a un r~y que acaba de vencer a un ejércitv Je: norte y que ostenta la cofona
E~ipto prcdináslico, que coincide con el inicio de la formación de un estado d~I Alto Eg,pto. Dado que su nombre est;í escrito con un símbolo jeroolífico i!e-
nacional. En general, los ::~efactos, los .._...,terramientos y los asentamien ~1ble, con ur: escorpión, el person~J.e ha sido llamado ,,rey escorpión),. Ütra pieza
tos adoptaron nuevns formas. La cerámica gcrzense obtenía su color caracterís- importante es_ ~na pesada y magmiica JJJleta de esquisto con relieves grabados en
tico del uso de determinadas arcillas sobre las que se pintaban motivos natu- ambas superficies. Sobre una de las caras de la paleta. el rev. identificado como
ralistas en rojo oscuro sobre el típico fondo de color gris claro bn.u1ido. Median- Na~mer gra~ias a un jeroglífico descifrado, aparece ostcntancÍ~ la corona de! Bajo
te un diseño estilizado, se representaban íbices, flamencos, montañas y embar- Eg1~to, al tlemp? que golpea a los enemigos del norte :::ucrtos e inspecciona sus
caciones. Estos motivos, J~!nto a algunos ejemplos de figuras humanas, pre- cadaveres decau1tados.
figuraron, en muchos aspectos, los trah~jn-; artísticos y rituales comunes en Jos A partir de· estas y de otras fuentes de información. suponemos que las ciu-
períodos históricos posteriores. Los artesanos gerzenses fueron diestros en la dades del n~rte y del s~r estuvieron en lucha duran!:: mucho tiempo, quizás a lo
Plaboración de recipientes de piedra. Por su parte, las vasijas estaban fabrica- lar~o rl:: vanas generaciones. Es probable que cada bando se uniese en confedc-
das a partir de piedras muy dUJ as, como el basalto, la diorita o la breccia, espe- ra~mnes c~yunturales ~1_1cabezadas por jefes militares, que quiz:fa fueron asu-
cialmente escogidas de modo que las vetas naturales decorasen la vasija. Tam- ~1_en?o mas responsab1hdad de la que habían tenido anteriormente. Cuando el
bién se han hallado mazas de piedra en los depósitos gerzenses. La importan- eJercno_ ?el sur ganó !~ última batalla: su líder convirtió en permanente la con-
cia de la talla de joyas piriformes, la metalurgia y 1;:i importación de materias federac,on Y la sometm a cu control directo. LJesdc ese momento, la unificación
primas cx0ticas fue en aumento. En lv.:. enterramientos del período gcrzense t..ie Egipto Y el primer estado faraónico parecen mantenerse al margen de los
364 i..JS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN L,\ POLiTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 365

conflictos wilitares. El poder creciente del mandatario militar sería el resultado


natural del largo período de guerras. Para la elite religiosa pudo resultar venta-
joso tomar partido a favor de este nuevo poder, mediante la sanción religiosa a
la posición del faraón.

la primera y segunda dinastías


Con el establecimiento del gobierno centralizado de la primera dinastía,
Egipto entró en un período histórico (c. 3100 a.C.). Se han ~ncontrado e identifi-
o:::1do inscripcionc:; y rnonurr.entos de lns goberm1.n1P'- de las primeras dinastías.
Faraones posteriores se encargaron de que sus escribas compilasen listas de todos
sus predecesores, creando un registro de la sucesión al trvno que comenwl-Ja 1,; □ n
el primero de ellos. Desafort'..'.:1adamente, las listas de r~yes subsiguientes no se
han conservado completas, e incluso las compilaciones originales efectw1.das en J i<'

las époc<1.i griega y romana se !-:Jn perdido. 21 registro más completo es la inscrip- E,.t:..,,t;;"á':.í, . -~= . -..-,..,.,,·-·~·= __ -~ ......,_e
ción sobre la Piedra de Palermo, esculpida hacia el 2500 a.C. y que incluye el
nombre de cada faraón, así como la duración exacta de su reinado. Utilizando
este registro y la~ copias de Manetón, un sacerdote egipcio del siglo III a.C. que
elaboró una lista de los reyes clave, es posible reconstruir con cierla precisión los
nombres de los primeros gobernantes del estado P?ipcio y la duración de sus rei•
nz,..'.os. La primera din<l.;tf: se fecha hacia la misma época que los comienzos del F!Cil"R...; :1.2. Tumba de la primera dinastía en Saqqarn (segtln Waltcr B. Emery).
período dinástico antiguo en Mesopotamia. No se conoce la identidad del primer
rey de la primer~ dinastía, ya eme mientras que la paleta de Narmer indica que
éste fue el primer soberano, la lista de Mandún habla de Mene;; como primer go- cab,\ duda de_! éxito de estos esfuerzos por la unificación política. La unidad v la
bernante. Cabe la posibilidad de que un único rey utilizara los dos nombres. relam·a paz mlerna son toda\'ia más significativa.::. si las com:Jaramos
1
con· 10s
La localización de la canital '2':! 1:-. primPr1 dinastía_ tarr.!Jién resulta pro- ac~nt_eci".1ien~os c~u,emp~rúne_os en _la fragmentada llanura rn esop01ri111ica. La
blemática. Manetón denomiíla a la primera y segunda dinastías cowo ((tinitm,,,, pr~crica inexistencia de d1sens1ones mternas pcrm::ió a los primeros reyes de
en relación con el nombre de una ciudad cercana a Abidos en el Alto Egip- Eg1pro _concentrarse CíI las amenazas externas con el inicio de campañas milita-
to . .M.Unque las tumbas reales más importantes de la primera dinastía han sido res hacia el sur. {.;,..mtra Nubia, y en el noroeste, C01llra los moradores del desier-
descubiertas en el cementerio de Abidc:.:, hr1r1 aparecido otras tumbas mu- to libio.
cho rn_ayores en-~:- ,.1 _.:., _.:;-en. de Menfis (fig. 9.2). La familia gubernante de la Los gobernantes de la primera dinastía favorecieron el comercio intern::i-
primc:rn dinastía procedía del sur, y Tinis fue probablemente su lugar de ori- cional. Se introdujemn piedras cxé::cas y maderas procedentes del Levante,
gen. A inicios de la segunda dinastía, Menfis, próxima al delta del l"ilo, se con- metales de Nubia Y marfil de m;ís al sur. Tanto la administración del comercio a
Yirtió definitivamente en la capital de Egipto, quizás como un traslado estraté- larga distancia como la construcción de grandes obras dí~ regadío estu\'ieron
gico para unir las facciones del pai~ en lucha por medio de la ubicación de la ca- bajo .d co_ntrol de l~ autoridad ~entralizada de tv1enfis. Durante las dos prime-
pital en la frontera entre el Alto y el Bajo Egipto. E;; prob,óle que poco des- ras dma-:trns. apareciera~ P?r pnmern vez los cargos y ta burocracia que iban a
pués d':.' la unificación, durante la primera dinastía, Menfis se fuera confi• ª!
c~ractenzar estado eg1pc10 a !o largo de 3.000 ailos; los gobernadores provh-
gurnndo como la capital principal. Sin embargo, puesto que la familia gobernan- cia!es._ la realización de censos oficiales y la figura del gran visir tuvieron sus
te provenía del sur, y que el sur resultó victorioso en la guerra contra el norte, preceaentcs en este período. El rey -Ilarú,1do mús tarde «el Faraón>· - se sit11-,.
parece razon~hle asumir que las residencias reales o, al menos, los momumen- ba en el centro de la estructura administrativa. así como de la relio-ión el arte v
tos más importantes, hubiesen sido construidos en la tierra de origen de los fa- la :.s~rüura. La pr?pü1 monarqu_ía definió sus reglas específicas p~rentescÜ de
raones. Y liJO !as ceremornas de entronización. Periódicamente se celebraban festejos
La unificación de Egipto requirió probablemente de varias generaciones estrechamente relacionados con la ideología del poder real, a la \'eZ que surgió
para consolidarse y haceb . . . permanente. A fin de fomentar la unidad nacional, un culto centrado en la propia persona del rey por el que el faraón, repri;:sen-
se recurrió a tres procedimientos: el traslado dP la capital a una ciudad situada tante Y descendiente de! dios Horus, ...::ra considerado como un dios (Vercoutter.
en un punto intermedio, el empleo del ejército y las alianzas matrimoniales. El 19~) .
empleo de la fuerza queda atestiguado por varios representaciones que ·mues- . Con la co~solidación de una monarquía unitaria en Egipto, florecieron la es-
tran actividades bélicas, como la paleta de Narmer. La práctica de alianzas ma- entura y la ciencia. La escritura jeroglífica ya se co1,ocía a finales del período
trimoniales se infiere a partir de los nombres de las reinas de la primera dinas- gerlcnse. pero con la primera dinastía se extendió su uso. _A diferencia de la es-
tía, que revelan que los reyes c_lel sur tomaron a menudo esposas del norte. ~e critura pictográfica mesopotámica, que pronto se convirtió en un sistema de
LOS ORÍGE;-,.;ES DE LA CIVILJZAC!ÚN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAi 367
366

símbolos abstnictos simplificados. la escritura egipcia mantuvo sus ideogramas. L.\ SECUENCIA CRON()LéJIC.-\ DE LAS PRINCIPALES CJUDADE;'"ESrADO
La mayoría de ellos significaban los propios elementos que representab,:10 o DE 1\,fESOPOTAMlA
conceptos relacionados. El principio del acertijo fu~ adopta.do po~o a poco, lo
que permitió la comunicación de conceptos mas sut!Ics mediante s1mbolo~ c~1yo El sexto estadio de evolución general de las comunidades !ue el resultado
sonido era similar al del término que hacía referencia al concepto. Las pr1~1c1pa- d_e 1~ apari~ió_n de numerosas ciud~des-estado en el sur de lVfesopotamia (véase
les desventajas del sistema de escritura egipcio consistían en su enorme .num~ro f1?° 1.l, p. _8)). Los arq~eólogos piensan que este estadiri se corresponde apro-
de símbolos, con la dificultad que impi~ca'ua su cjecuci~n, y en la auc~ncia de m~ ximadamente con el per10do denominado diná"'tico antiguo en .;;us ~orne.otos J
dicaciones :,obre si un símbolo debía leerse como un signo-palabra (H.lcogrnma, l! Y 111. Los r~gistros escritos de <::~te período son mejor conocidos que lü:'.i ante~
nares y constituyen la fuente de mformación IT'1S impori.dntc. Las ciudades se
o como un signo-sonido (fonema). . .
Las matemáticas ya estaban muy dcsarnlladas durante las primeras dmas- expandieron y el número de centros urbanos sumeriris alcnnzó la docena. Las
.: .. .:, ;:;.ünque con una orientación eminentemente pragmática _Y no teórica. TJ.l f1 1entes escritas y las imponentes murallas defensivas construidas alrededor de
v como sucedió más tarde, los avances científicos se encammaron a obtellL, las ciudades más importantes señalan una actividad bélica ornanízada. Además
l!:'.a mayor precisión ..:n las mediciones. En esta época, 1~ astronomía tambíen la estrati!icación social está ampliamente atestiguada, especialmente en ]a~ tum~
cstaiJa conso!:dadn. Al principio se empleaba un cale~dano lunar. qu~ luego se- LMs reales de Ur. El templo siguió siendo el centro de los asuntos económicos
ría reemplazado poi otro solar de 12 meses, más preciso que el_ ~¡-,_1enor. Los__;:..~- religiosos y adülinistrn~~vos. Ko obstante, C:mmte el periodo dimístico antiou¿
trónomos eran los encargadcr d:: fijar la localización de los ed1úc10~ Y su OJ1l!íl· se generó una autoridad secular que. en algunos casos, llegó a indcpendiz;rse
del templo, como queda evidenci,1do por los palacios excavados en varias ciuda~
tación. des mesopotámicas.
A pesar de que contamos con muy pocas eviden.::ias directas al respect?,. ~s
probable que dur:::.ntc las dos primeras dinastías ya se conformara la rehg1~n Las cíudadc.:-cstado del período dináslico antiguo representan !:~ :uln,:.rn-
egipcia con su panteón característicn. Tan sólo se ha d?cum_en~ado u~ ~ªº!~a~10 ción ele! proceso de urbanización de los períodos pr;cedentc:: je 'Ubaid. Uruk v
de este período, localiz,1do en Abidos. No obstante, las mscnpc1oni.::s ue 1«" ,,._...,,..1 Jcmdet 1'1asr. At111que con frecuencia cada ciuuad intentó expandir .'.>J clnmini2
de Palermo m-;:.ncionan la ediíicación y la recnnstrucción de muchos templos aus- h_acia !as urbes _vec!nas, la unidad básica de integración siguió .:.iendo la propia
cmdad y su terntono. El aumento del tamaño de la unidad ,;;ociocconór;1ica m;ís
piciadas por los reyes de estas dos primeras dinastías. ,
Hacia finales de la seguuda dina:,:ía, alrededor del 26CJ a.C., ya se habia d~- a!lá de !os lí_mit~~ de las ciudades no se produjo hasta la séptima fase del proce-
finido el modelo de lo que iba a ser la civilización egipcia. El legado ?e los pn- so de urbamzacmn, que corresponde al c.,~ado-nación. Apart~ de carnctcrizarsc
meros oobernantes incluía una a;:'.minislra~·ión cuyo centro era el faraon, una ~c- corno un p::::ríodo de rápida eYo!ución pü;ítica, el dinástico anUguo fue un mo-
E;ión ;n 1,.1 que cada ciudad contaba con una divin!dad protectora y su_s p~op1os mento de grandes logros artísticos. En las diversas formas de expresión aní,;tisa,
templos, v un sistema de escritura y ur, :!stilo artf~t1co que ~er~an,ccenan mmu- desde lo: diminutos diseños g!ípticos de los cilindros-sellos hasta las mvnumen-
tables duÍ-antc mucho tiempo. Egipto había evolucionado s_1g~1enau una ~rayec- tales edificaciones de piedra, se emplearon grandec; cantidades de materias pri-
toria muy diferente a la que siguió la civilización mesopota_m1ca. La tardrn apa- mas.
rición de las aldeas agrícolas dejó paso rápid:vncntc a las cmdades y a una base
agrícola eficiente, en las que el comercio y la irrigación dese~pcñaron papeles
~uy destacados desde el principio. A diferencia de lo ocurrid? en M7sopota- Arrcfactos
miá, la etapa de rivalidades e,.tre ciudad..:s no dur_ó demasiado tJem¡:,~ ni se p~o-
longó después de la consolidación ~el primer gobierno estatal de c_aracter nac,~- El pc1:íodo dinástico antiguo no presenta una ruptura tan clara con los p ... río·
nal. Las ciudades alcanzaron en Eg1p~J ~n gra!: desarrollo, pero sm llegar_ al ta- dos untenores, en cuanto a lo que a artefactos se refiere, como quisieran los ar-
maño de Warka o Nippur. El poder residía en el gobernante y no en la ~rndnd. queólogos. La tecnología se perfeccionó. pero no cambió de forma radicc.!. La
Los faraones fundaron santuarios y templos a lo Jarg,o y ancho del pais, que mayor p~rtc de la cerámicl del :,eríndo din.;.slico antiguo no se puede disling,uir
contribuyeron a mantener lc1 estabilida?. interna y Ja u~id~d políti~~: sin embar- de I;_i ceram~ca de _Temdet Nasr; no obstante. el repertorio cerámico registró algu-
ººe '
cuando la autoridad central se deb1htaba. las provincias adquman una gran nas mno 11 ac1ones, como l~: :opas de pie alto, los fruteros, los cubileles ciiíndricos
y los cuencos con bordes exvasados (fig. 9.3).
autonomía. . . Ivlientras que en la ccnímica del período dinástico antiguo no se '.'.prc-
El desarrollo urbano en Egipto prescntii algu1rns caraclerísticas semeJantes
a las ,Je Mesopotamia, pero es diferente tanto en su duración como en su ~sca- eian cambios tecnológicos ni estilísticos. "íl otros elementos de la cultura ma-
la (véélSC la fig. 7.J, p. 285). En la secuencia e~ipcia. las fases. de las cmda- terial se manifiesta la progresiYa introducción de nuevas creaciones. Las re-
des~templo ( f'stadio 5 del desarrollo me-:opotá1mco) y de las cmdades-estad_o presentaciones de los cilindros-sellos pasaron de las figuras macizas a las
beligerantes (estadio 6 mesopotá11iico) se combinaron en una fase muc~o ~?~· representaciones planas (fig. 9.4). Hemí Frankfort (1939; 1954) ha identifica-
corta. Así pues, aunque los primeros avances tecnológicos y la o~gamzac10n do un ,,estilo brocadQ)> en los seiios de la región de Diyala. Los temas de
de una economía agrícola no tuvieran su origen en el valle del Nilo, tras su estos sellos no variaron sustancialmente. pero sí lo hizo el esquema composi-
adopción defhitiva condujeron con una gran rapidez al desarrollo de un estado li ~'o. Las figuras más importantes de un tema, como las cabras o los bóvidos,
se lalb··:m formando alineamientos: mientras que la sup.:rficic restante se de-
nacional. coro con peces, estrellas, cruces, losanges y otro::: :nativos. Esws cilindros-
36S LOS ORÍGE:,..;Es DE LA C!Vll.. lZACJÓN LA POLÍTICA y LA socrFnc\D ESTATAL 369

FIGURA 9.4. Cilindros-sc!los- del estilo brocado del dinástico imtiguo (fotograffa procedente del
Orien1al Institute de la Unhwsidad de Chicago).

truccioncs importantes del sur de Mesopotamia y gran parte de las del resto de
esta región se realizaron con este tipo de ladrillos.
. Los fundan:ientos de los edificios más granJes se construyeron con bloques de
piedra toscos sm t:~Lúadrar cuando podía obtenerse esiu materia prima en las in-
;;_¡ediacioueS como, por ejemplo. en Mari y en Al'fTbaid.,En Ur, los bt~q"'=S de
pie~:-a i:-e emplearon ;:-:1ra k:\ :•ritar las bóvedas de las cámaras funerarias subte-
rráneas. C::be sefialar que toda\'ía ,:,a se ha documentado el uso ele la bóveda en
constn;,:,.::iones de su¡,,--,rficie de c:ste período. No obstante se han hallado arcos
construidos cnn ladrillos plano-convexos en las puertas de entrada de las casas
(Frankfort, i 954 ).
. ~a- planta arquitectónica de los edificios más importantes muestra la con-
tmmdad con respecto a 1-'críodos precedentes. En las reconstrucciones del di-
nástico antiguo :.2 manlUvo el trazado de los temp!::,s con ligeras modificacio-
111.:s. Sin embargo se produjeron otras innovaciones arquitectónicas aparte del
FiGl:RA 93. Perfiles de tipos cerámicos del din-.ht1co antiguo: (A-E) dinflstico antiguo 1; (F-H) empleo de ladrillos plano-convexos. Ta1 y como evidencian lo~ ,..~c-1M el, va-
din,istico antiguo 11 y IJl {según Aúams y ,..,.-¡55;;-n. 1972).
nas construcciones, cada vez se pre~!ó una mayor '--.cnción a la monumenta-
lidad de las cn~radas principalr<;. Siguiendo esta pauta, se realzaron las entra-
das de ciertos edificios de Kish, Mari o Khafaje con torres o pilares (Frank-
sellos pudieron usarse para marcar una impronta continua de la longitud de- fort., 1954). La edificación de grandes recintos ovales alrededor de los templos
seada. más importantes de Khafaje y Al"Ubaid es un hecho exci.:::pcional en este perio-
i\fochos de los cilindros-sellos hallados en la"' ciudades del sur de Mesopota- do. Los grandes complejos arquitectónicos de la segund,i mitad del período di-
miíl presentan di~i..:ños en los cuales la escritura c~neiforme constit_uye un C□I1_1p□- nástico <1ntiguo de Mari, 1'\ish y Eridú, t:unsiderados como palacios, indican el
nente muy destacado (Parada, 1965 J. Las combmacione: entre signos cuneiior- surgimiento de un nuevo componente en la adr.;inistración de las primeras ciu-
mcs y otros tipos de rcpresentacinnes son muy cumunes. En estos casos, los tra- dades.
zos cuneiformes pudieron ser meramente decorativos o bien estar dotados de un Uno de los grandes complejos monumentales consen ado, perteneciente al
1

determinado significado (nombres. sortilegios). dinástico antiguo, es el Templo Oval de Kh,ifoje en el valle del Diy2''l (figs. 9.5 y
9.6). El Templo Oval e1J un recinto sagrado amurallado, autosuficiente en mu-
chos sentidos. El imponente muro de ~u perfmelro rodeaba una superficie d~ .nás
Arc¡11irectura de 3 hectáreas e incluía un gran pa:io, talleres, almacenes, una residPncia sacer-
dotal. un segundo recirito murario y un templo-santuario sobre una plataforma
El comienzo del período dinástico antiguo se caracteriza en muchos yaci- (Mallowan, 1968). El Templo Oval registra tres remodelaciones que correspon-
mientos por la introducción del ladrillo plano-convexo. Estos ladrillos eran pla- den al dinástico antiguo II y III. Existen indicios de que, durante estos períodos,
nos por un lado y curvos por el otro. A mcn1Jdo, en el lado curvo. se har, con- la elite del templo ostentaba el poder y controlaba numerosas actividades. Así,
servado las huellas digitales producidas cuando el barro era comprimido con la en el interior de! recinto del Templo Oval se ubicó un taller de esculturn, con el
mano en el interior del molde. Durante el diníi::•.ico antiguo, casi todas las com;- que se relacionan las abundantes piezas antropomorfa.': halladas en diversos luga-
LA POLÍTICA.) LA SOCIEDAD ESTATAL 37]
:no LOS ORÍGE.\"ES DE LA CIVILIZACIÓN

FIGURA 9.7. Planla del templo VI de Sin en


Khafaje, donde se aprecia un p111;ri abierto, la en-
20
trada con eje acodado y l.1 entrnda monumcinal
(según De!ougaz y Lloyd, 1942). Melros

F!Gl'R,\ 9.5. Vista acrea de las excaciciones en el yacimiento de Khafajc. centrad_as en el Tem-
plo Oval de! dinástico antiguo'.' ·n !es unidades domésticas adyacent:;s {fo1ografia prnccdemc
te p:jer de la elite c!:l templo. La evidencia de que dentro de un recinto separa-
dd Oriental Insti!Ute de la C.iiversiJ:id de ;::-hirago). do del resto de la comunidad se realizaran tanto actividades eCC';".ómica:; como re-
ligio'-~s es ..:na prueba palpable del orden social que estaba consolid{rndose. El
Templo Oval fue el centro de muc-has actividades económicas y de culto ue gra:~
importancia en Khafaje y, probablemente, su acceso estaba restringido a ciertas
res dentro del recinlo, C'.ltre las que dcsta.:::rn dc::",:·.udris masc~!lmos r<e c~lJ, e Se personas o durante épocas esp,:..:íficas del año.
trata de algunos de los más antiguos objetos conocido'." rc;i1w1dos mediante la La secuencia de los Temp10s de Sin, C:'. Khafaje. atestig1'.a la continuidad de
técnica de Ílmdicióri 1 la cern pcrdi.:a. . . ._ ,, los diseños arquitectónicos desde el período de Jemdet Nasr hasta el final del
En los niveles del dinástico antiguo de Al'Uhaid, se d 1."'Ct1bno otro 1 c~1plo dinástico antiguo, a1_1nque con -:ambios muy importantes. La"' primeras cinco re-
OYal similar al de Khafaje. Los granCJl!S templos situados L'.!1 el c~n.tro de rec1~tos edificaciones se realizaron úurantc el período de Jerndet Nasr, y d:: la sexta ¡j la
mu ranos de forma oval constituyen una manifestación arnu¡¡ectomca del crec1en~ décima durante el dinástico antiguo. La serie del Templo de Sin presenta edifi-
cios relativamente amplios, cuya importancia para !os arqueólogos radica en la
continuidad de su evolliL.;..Sn y en ciertos ra~gos de su planificación y construc-
ción.
-:-:¡ primero-de Jos ·1emplos de .)in del dinástico antiguo fue levantado directa-
mente sobre el anterior, p~ro cc:1 la novedad de 4ue en sus mure,;:; se utilizaron
por primera vez los ladrillos plano-convexos. El santuario principal de esta cons-
trucción era similar a los anterif'-.-,."', es decir, una cámara alargada de aproxima-
damentP 12 por 4 metros sobre una plataforma de aclabes c0n fonna de caja en
un extremo. Se supone que, dado que la única entrada al santuario se comunica-
ba con el patio, su acceso estaba limitado a los sacerdotes y gobernantes, mier.
tras que al público en general sólo se le permitiría ocupar el espacioso patio para
depositar las ofrendas del culto fMallowan.1968, p.12).
El Tempiu VIII de Sin (dinástico antiguo TI) era mayor que los anteriorc:~ y
presenta varios cambios en su planta (figs. 9.7 y 9.8). Por vez primera, se erigió en
el patio un podio o allar al aire libre, que puede indicar la participación en las ce-
remonias de más gente de lit que tenía cabida en el santuario. Otras innovaciones
son la gran columna levantada en el centro de la entrada del patio a una de las
grandes cámaras, los nichos en la fachada y una empinada rampa de acceso ai
edE!cio flanqueada·por torres.
Estas tres características arquitectónicas del Templo VIII de Sin de Khafajc
muestran un gran parecido con el conjunto meridional, de mayor extensión, de
Fic;u1u 9.fi. Reconstrucción isométrica de la probable apariencia del Templo C:\'a! de Khafaj~ la riudad de Kish. Según registros escrito.;: posteriores, Kish se reconocía cc:no
v Je los edificios v murallas circundantes ( fotografía procedente del Oriental lnst!ll!le de la Um• una de las más importantes ciudades de Sumer del período dinústico antiguo y,
:,.,_, siJad de Chic,;go).
372 LOS ORÍG!:NES DE LA CIVILIZACIÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 373

La presenda de palacios junto a santuarios indica 4ue, e:i la socLdad del ter-
cer 1:3ilenio, la autoridad y el poder no se concentraban únicamente en manos de
la ehtc del templo. Eridú, en el sur de Mesopotamia, y Mari, en el Eúfrates me-
djo, tam~ién contaron con eno~mes complejos arquitectónicos similares al pala-
c~o de K1sh. Por tanto, podernos inferir que en la mayoría de las ciudades sume-
nas se había desarrollado una base de poder independiente, y tal vez más fuerte.
que riv:::Jizaba con la autoridad del templo. ·
Otra de las modalidades arquitectónicas que aparecieron durante e! din:'.sti-
co antiguo estaba en relación con el surgimiento del poder secular y con la acti-
vid_ad bélica que lo acompañó. En efecto, las primeras murallas defensivas quP.
· ...........,..uuu a algunas de las cmdades sumerias parecen haber sido construidas Lit.:·
rante la segunda mitad del período dinástico antiguo. El ejemplo mejor conoci-
do Ge estas primeras fortificaciones es la murali.1 de la ciudad de Wark2. edifica-
da con ladrillo~ plano-convexos y de 9 kilómetros de kngitud, que ,-iccunJa uni 1

superficie de 400 hectáreas. En el poema épico de Gilgamesh, su construcción


se atribuye a este antiguo rey ue. vv'arka. Prirece ser que Gilgamesh personalizó
muchos de los logrns y cambios del período dinástico antiguo (véanse las pp.
390-391).

FIGURA 9.8. El Templo de Sin en Khafaje durante su cxcana:ión (fotografía procedeme del
Oriental mstitutc de la Universidad de Chicago). i ATRONES DE ASENTAMIC:ffO DEL DINÁSTICO ANTIGUO EN MESOPOTAMIA

La segunda mitad de! período dinást!Co antiguo marca Pi inicio de !a época


histórica y, en muchos aspectos. de la consolidación de la sociedad urbana. En
el sur de Mesopotamia, especialmente en la región de \Varka. se produjo un
cambio muy nítido, de un patrón de ocupacion rural con algunos ¡:.Jblados y pe-
quefioS núcl..:os urbanos a U:' nuevo modelo caracterizado por el abandono de
los asentamientos rurales y ~1 crecimiento de unos pocos y grandes ::-2ntros ur-
banos. Para esta época, los datos arqueológicos pueden compler:ientarse con los
primeros documentos de escritura cuneiforme. Hacia el 2700 a.C. habíct aproxi-
madamente una docena de ciudades sumerias i111portantes, junto a un número
muy superior de centros secundarios. El emplazamiento de los centros principa-
les y de los secuniiarios dependía de múltinlcs factores, entre ius cuales el más
FIGURA 9.9. Planta del conjunto arqui-
tectónico interpretado como un complejo determinante era el acceso al agua para el regadío, pues de él dependía el éxito
palaciego en el asentamiento antiguo d" económico a largo plazo. Vari~s ciudade.s del dinástico antigr.::o se situaron a lo
Kish. Obsé!"·'ese el grueso muro (t,defen- largo del curso principal del Eufrates, ya que ofrecía un caudal de íl.e.ua más
sivo'?) que rodea la mitad superior del constante y manejable para sistemas de irrigación simples que el del i;"l!ris. La
complejo. disposición de los asentamientos mayores siguió un cierto patrón lineal, ;iguien-
do las márgenes del río, que. al dividirse en varias corrientes, adquirfa forma
geométrica.
durante cierto licmpo, llegó incluso a dominar toda la región. El complejo ar- La pauta básica de poblamiento residía en la existencia de enclaves disper-
quitectónico perteneciente al dinástico ;rntiguo mejor conservado en Kish es el sos en las zonas irrigables de la llanura mcsopoLámica (Yéase fig. 8.17, p. 339).
Palacio A (fig. 9.9: :~fackay, 1929), que comparte varias características con el dominadds por uno o varios de los grandes centros urbanos. Los asentamientos
Templo VIII de Sin en Khafaje. E~~= enorme edificio, que poseía numern,as ha- más peqL:::!ños se ubicaban a corta distancia de los importantes. a menudo .si-
bitaciones, estab~ dividido en dns partes. La entrada se h~llaba flanqueada por guiendo patrones lineales a lo largo del principal curso lluvia! controlado por la
torres fortificadas \' el recinto murario era especialmente potente en una de sus ciudad. Algunos de estos encla :::s se hallaban lo suficientemente alejados como
1

partes, quizás por Ínotivos detensivos. Si bien csk edificio comparte ciertos ras- para que entre ellos hubiera tierra sin cultivar; otros eran prácticamente conti-
gos con la arquitectura religiosa de Khafajc, se supone que era el palacio de un guos, lo que probablemente suscitó disputas por la tierra y el agua. El porcenta-
gobernante secular. Durante el dinástico antiguo II y III, se construyeron com- je de población que vivía en asentami,.ntos rurales variaba de re2.ión a re!!ión.
plejos arquitectónicos que rivalizaron por prime;-:-. vez en tamaño y sofisticación En la cuenca del Diyala, la pohlación rural creció al mismo ritmo Que la urbana
con los recintos religiosos. durante el período dinástico antiguo, pero los centros nunca alcanz.iron el tama-
LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LA POUTJC:-\ Y LA SUCIEDAD ESTATAL 375

ño de 10s meridionales. En d sur, cerca de Warka, las zonas rurales se h,dlaban relación entre el núcleo central y los enclaves dependientes era de c~r<llt.:r sim-
casi despobladas, mientras la ciudad alcanz~b~ s~ máxim? ext~nsié!1 en la se- biótico. Las comunidades más pequeñas proporcior·1ban al cPnlro urbano pro-
2unda mitad del dinástico antiguo. Este patron md1ca la ex1stencrn de una fuerte duc!Os agrícolas y prcslacioncs en trabajo, y recibían a cambio bienes manufac-
3.•1toridad centralizada y de imponantes conflictos bélicos. Buena parte de 1.a turados. protección en tiempos de guerra e información religiosa y agrícola. A
noblac:ón de \Varka se dedicaba a las aclividades agrícolas, seguramente cult1- pesar de que las confederaciones de ciudades-estado corresponden al período
~·ando las tierras en torno a la ciudad. dinástico antiguo, siempre tuvieron un caráo:-ter transitorio.
La concepción de las ciudades del dinástico antiguo muestra una serie de El desarrollo c0munitario del dínástico antiguo en ciertas áreas fuera de !vfc-
ras2os comunes. En varios de los yacimientos excavado~ se han docum7ntado sopotamia podría incluirse en el estadio ó (v•5ase fig,. 7.1, p.-285). En las tierras
coñÍplejos monumentales, con un templo ce_ntral,.edi~icios palacieg?s. e ~m¡::,re- bajas se habían desarrollaUo ciudadc,.;-estado independientes que lucharon entre
síonantes murallas defensivas. Las escasas mvest1gat:1ones arq1..!~olog1cas efec- sí por la suprcm:1 cía. En el norte de Mesopotamia y en algunas otras r¿-giones
tuadas en los sectores doméstico~ de las ri! 1rlt1rlP.<.; del tercer milenio sugieren surgieron centros urbanos similaie~ u ]ul;. de las dudades-estado (Jawad. 1965),
una densidad rle viviendas parecida a la de los barrios más antiguos de ciudades pero no pueden considerarse entidades políticas autónomas debido a su reducido
modernas del Próximo Oriente, como Damasco (Sil ia), o Erbil (Irnr¡) ( ,,:éase la tamaño y a la carencia de un desarrollo equiparable en la:; instituciones ccnira!es
fig. 1.4, p. 18). Probab!G.. entc abundaban los edifr::ios de. dos plantas, co~st:ui- y en las actividac!.:s especializadas. fJor su parte, en el Levante, en Anatolia y en
Jos alrededor de pequeños patios interiores. Las excavacmnes en 1')s yac1m1en- las llenas altas i1c1níes surgil'ion algunos grandes asentamiento~, de enLc 5 y 50
tos Jel Diyala revelan sedares doml;:;:,ticos dispuestos en grand7s ,(bloques-• se- hectáreas de extens::'.:n. cuya formn es protutípica de los enclaves urbanm en !os
parados por calzadas ( véase la fig. 9.18, p. 387). Peque~os rallcJones .serp:n1~~- altiplanos húmedos. Dui ante el tercer milenio, sólo se desarrollaron grandes ciu-
i-,~,n entre las casas apiñadas. Una gran casa perteneciente a una nea ~a;I11ha dadc.; en las tierras bajas, donde resultaba necesario recurrir a la agricultura Je
ocupaba más de 200 metros cuadrados, mientras qu~ la casa de una .fa1!11!~a_de regadío, Mientras tanto, la escritura siguió siendo desconocida e,, la mayor parte
«clase m1!dia» cubría sólo 50 metros cuadrados y podrn care1..cr de pat10 mtcnor. de las regiones de las tierras altas. donde también son pnícticamente mexistcntes
Se han realizado estimaciones de la densid:1 d media de la población en las pri- la, impresiowwll!s obra::. <u LJUlll;!Ctorncas yul! caracLCrizan la existencia de un C(1n-
meras ciudades: a JJailir de lo que se conoce acerca ct7I_tamaño medio de 1:: vi- trol centralizado.
Yiendas del número medio de miembros de una fam1ha y de la demografia de Si bien el mr-'..:lo político de la llanura de Mcsopotamia, al igual que el de
ciudade's mudcrnas análo~as. puede inferirse que la ocupación por heelár~:_:i os- las ti.:..T<b altas, parece responder a la existencia de entidades ;i1dependicntes.
cilaba entre 100 y 400 personas (Frankiurt, 1950~ Adams. 1965~ Adams Y N1ssen, contamos con evidencias de cooperación y de especialización complementaria.
1972). Aunque la densidad rlemográfica se mrrntuvo constant7 durante. _largos Cada ciudad contaba con una o Yarias divinictadf!s protec~oras y, dudo que el
períodos. su tasa variah'\ de .:Jr..:.:nidad :1 comunida~ Y. de ~eg1ón a _reg1on. In- panteón sumeno ern el reflejo de la estruc1ura de la sociedad tal como la conce-
cluso en una ciudad amurallada. no toda la superficie mtenoí estana 01..upada b•1.n sus componentes. cada ciudad debió diferenciarse ¡::,0r cierto~ rasgos o por
oor edificios. Se c:-ec que las ciudades más grandes, como Uruk Y Ur, 110 se ha- determinadas actividades. Nippur fue la ciudad de Enlil, el dios de l,1 tierra.
Í!aban totalmente cubiertas por construcciones, sino que incluían zonas abiertas, Ubicada a medio cnmino entre las ciudades del norte y del rnr de Sumer. Nip-
huertos de frutales y jardines. Ademó.:;, le~ extensos recintos de los templos al- pur desempeñó el papel de centro religioso de todas las ciudades sumerias. Su
>=rgarían a 1u ... ; 1-'~'"" g.i.::11te. , _
función como centro religioso. sin embargo, no la convirtió en 'Jn centre ;-olíti-
En base a estímaciones dcmoo-ráficns generales y a calculas sobre la IJerra co, lo que indica ;a existencia dt .. !!!Una forma de colaboración no militar ni po-
a!!rícola disponible, se cree que la Í,oblación en Warka durante el dinástico él'1ti- lítica entre algunas ciuc!ades. Otros aspectos cooperativos de las diversas ciuda-
QÜo era como máximo de 50.000 habitantes (Adams y Nissen, 1972). De hecho, des-estado sumcrias se manifiesta en la amplla distribución de tablillas idénticas
\Varka figuró entre las dos o tres mayores ciudades sumerias, mientras que 1~ ;Jara el aprendizaje del lenguaje sumerio por parte de los escribas, así como de
población de casi todas las restantes ?~cilaría ent1·e los :?000 y los 2.5.000 llab1- medidas v sistemas numéricos normalizados. De hecho. J~,;; luchas entre ciuda-
t<1 .. tes. Teniendo en cqenta !-::. poblac1on rural, la poblac1on total estimada para des no déberían ser tan lrnbituales ni tan gc~cralizadas como señalan las con,
la llanura mesopotámica durante el rerccr mileni? s.c situaría en~re los 500/'1)0 Y tantes referencias de los primeros docum;ntos histñricos. La coP.federación liO
el millón de habitanles (Adams, 1966a. p. 71). S1 bien esta cantidad excede ~~n constituyó una nación políticamente unificada, pero p!.!do oper.... r en el ... Hrco
mucho:: la población de los períodos precede_ntes, era pequeña cn.comparacmn cultural y económico como mecanismo de expansión v homogeneización de !a
con la de la civilización mesoamericana del siglo xv d. C., unas diez veces míl- cultura sumeria.
YOr.
· La evidencia obtenida de las nrimeras fuentes escritas indica que la mayor
parte de las ciudades Je! dinástico' antiguo eran e1_1tida~es polít.icas independie~- LA Cl'.LTURA. ?\!A.TERJAL DEL iw...:Asnco ANTIGUO EN MESOPOTA!vUA
tes. En efecto, si bien funcionaban redes rrimerciales mi.erregmnales que sumi-
nistraban materias primas, las actividades agrícolas y las manu:act.uras se re.a• El tamaño e importancia de las principales ciudades sumcrias atestiguan una
!izaban en cada ciudad, que se imponía y controlab? el temton~ rural ctr- prosperidad generalizadn durante el,.P.2E[9do-Q_i,ná,¡;tico.-antiguo. La cultura ma-
cundante. Los pequeños poblados y los centros. medianos dependtan d: una terial floreció y las obras artísticas exhibieron una excelencia inusitada. Tras
ciudad-estado. Así pues, puede afirmarse que la cmdad y su.s ~lr~dedor~s mme• este esplendor se hallaba ~n. .
.?.i.?-L~Jlla_ pcori__ómico _efic,-¡;~_ que producía los exce-
diatos constituían Ja unid:id política básica en el período dmast1co ant:g:..:o. La dentes agrícolas necesarios n;,ra mantener nrtesanos a tiempo completo y un CO·
LOS ORiGE'.'="ES DE LA CJVJLIZACIÓN LA POLÍTICA Y LA SüCIED,\D EST·\TAL 377
376

mcrcio a larga distancia. En este sentido, las obras de irrigación dcbiernn de au- Y. Je la di_s_tribudó1.1 de los bienes de i~1p.ortución_, en el c::,.,...stico antiguo el pala-
-rrrentarsU' untfflñGj su distribución. El creciente poder centrn::zado cit los tem- cio asumm parte ue esta tarea. La practica totalidad del comerrt'J interurbano e
plos y, posteriormente, de los reyes propició una mejor organización y planifica- 111ter~egim1dl estuvo.d.irigido ¡;or una cl?se de ~gc~y:~---~~~!~!.'._n~_~J-~sjg_,_u_n ga~) que
ción del control regional del agua. de su distribución y del uso del territorio. tr~_bíl.JnI9_!1...~!l...lJ_~_1J~_[1cr~. del1~.:•.~ (G Wnght, 1974). ~-StQI re¡::_ihía12 .ªi ~-íc~IOS como
Además, la salinización de la tierra de cultivo irrigada apenas empezaba a de- t~J.!9.Q§., __Y..~,$.ti~os,_cebadaraceite ...y_barit1_fl.. cl~J~~~~l_m_í!~~~C:S_ rCafes -y los intercam-'
e.
jarse sentir y la población no era lo suficientemente numerosa como para ocu-
par toda la tierra potencialmente c:u!tivable. A partir de este momento. gracias
a la fer:ilidad. de la tierra, a los altos rendimientos de los cereales y a los bóvi-
-Lª. J.1~.ng·_qum .. ~dm 1mstratt.\~~L~5:.l~-~.P,I,~'!1 ~~~-s __ ~i_U. dª -~~
01p..ba n.. p01~J21.en(;!_~--P;l~~:=:~e_D_t_~-~ _del J~~t~_ri or,J. ~~ e{ª!-~Lg'.!r___<,t~t_i¿_al?_an ~_o_mQ_ parte· el
i... JJ.t:'.f O_ quizás c6m p !_e men t_a:-_

~~~_3_i¿~-~-!:-=~t_iy_!cl.a_d_1:_~-.~~1:1_l~_i:_iath:a_s_privñdas · (AJa'i-is 1974a). lor iu tanto, aunque


dos y las ovejas, los campesinos sumcrios gozaron de una gran prosper•rJad eco- el c~mercm en las pnmeras cwdadcs mcsopotámicas e::'.".ba gestionado en gran
nómica. Por z.5.adidura, se sacó el máximo partido de los productos secundarios medida ~or el gob~erno, se lle\'aron a cabo empresas privadas intrusas en este
ri,, las ovejas y los bóvidos -lana y leche-, y se creó una industrb pesquera campo, Clfcunstancia que implicó un crechniento del capital privado comn fueme
para aprovechar los recursos íluYiales, mientras que las plantaciones de ;::i'"'lme- de poder, en com¡:;etencia con el dominio cofüolid~do del templo y de la recién
ras datileras prof'Jrcionaron, probablemente, un complemento importante a la establecida realeza.
jieta. La import:rncia cada vez mayor del comercio para los ;rnportadore:-., los ex-
La artesanfa:; la industria también se expandieron. L .. cen.1·11!.~-ª~V~.99JJ.c~d1u~.n portadores y todos aquellos que transportaban los bienes impulsó el suraimiento
-~-de i:Üg!.!_i_ó__ ~-J!!pJeánd,9ªe_ !),lnt_ e! almaccnamien_to y la preparación __dc _los al_imen- de comunidades especializadas en esta actividad. Un fenómeno recon~cido en
,tos'.___L_a )_':1_4ust_ri¡:¡ __ textil, centrada en_ '.:1_ lana y el lino,. creció h_asta _n_!r_an_z_ar un_a c~m_unidad~s prehistórícas posleriorcs, y quizás presr11rc ya en los tiempos del di-
·:g~an_ _ ellvergllciura. De !SJS ti~_fi:!pos d~l__~_i_fi~~-~-(~o 2ntiguo__ 9atan__ las primc:as_ n_9fr_ nastico antiguo, es el ~pui::_nu de com_erciqJ, (Polanyi. Arensberg v Pearson,
cia?__sobre la evistencía de· esclavos. concretamente trabajadores de la puJante_in- l 957~. hº-s_puertos_ .d_f!S.Q~~~-~~E1_5_~}_tlJ_l:~_I_l__;,;o_n_as _n_~_u_t~ales de~ <:.i:!~l:l~ntr{).P.:ltª _co_~
dustria textil. La metalurgia ·se des.::.:Tolló y pasó a producir cada vez más herra- ~-~.'?.-~~ntes p~::>ce<Je_nt_es de estados p9_ténc;_ialmente .hostiles qllq,_siñ _eíl1bargo._ C(}_-
-iñiCl1IáS~-cOiúénedores y obras de ane. Aunque el batido de! cobre •:;: __ ,.,,,.:>'.".!::- ~: OJ~r;::_;~f~re·n]fC-~s"í -e_Il.- _l_ás~fedCS~_dC J_arga cli~~_aw.i_a. Estos enclaves funciona.rfall
los moldes abiertos de pi~dra siguieron teniendo importancia, se documenta la como_e_st_ados indep_endie¡¡~es, fijando.los prt:L.iÜs y ·; ... gu:Jndo !a march:. de los !11-
aparición del proceso de fundición a la cera perdida en varias 11iezas del dinástico te_r_cam_bios. Con frecuencia se encontraban ub_i~ado_s e_n- la 20s12, dedicados al_co-
antiguo. Esta técnica cc::siste en fabricar un modela e~ cera de la pieza deseada. 11_1cr~!Q_!}J.J!I.(t_i_mp_(~9rr:0J}_i;_~_ri_ty Tiru), o cerca de las 1-i,mteras entre ~!os impe-
rccub1irlo con un molde de arcilla v. finalmente, fundir la cera, que deja en el nos importantes. Se ha suger"idcrque-Tepe Yahya, un enclave situado en el cen~
ei
molde la cavidad que debe rPllenar metal licuado. Las ventajas de este proceso t:o-sur de Irán, y la isla de Bahrain, en el golfo Pérsico, pudieron haber fun-
cionado como p~'.ertos de comercio para Mcsopotamia ,. 1:1 valle del Indo. El ex•
radicad en la posibilidad Lle conseguir una mayor variedad J,._ formas y en que la
fabricación Ue los moiues es rc!.:..liv<>mente sencilla. Muchas de las piezas de arte cavador de Tepe Yahya interpreta la evidencia de modo dislinto, al cou~iderar
importantes del períoJo dinástico antiguo y de épocas posterior.::.s fueron fabrica- Yühya como u11 núcleo central que obtenía y p¡0cesaba una deter;niriada materia
das mediante este procedimiento (fig. 9.10). prima (clorita verde) para luego comerciar con ella {Lamberg-Karlovsky, 1971;
.Ju11:tp con el auge de _la ar_tesanía y la industria, se registró un incr_emento __ eJ__l __ 1972). Una alternativa a los puertos de comercio consistía en el establecim_i_ento.
__e¡_ \fo,lum_en_yla __eX:terisiQ_n _de_las redes comcrciales.__Mientras que durante. e! cuar• ~e coloni_as ,de comerciantes extranjeros en regiones productoras de matc"rb~ pri-·
to-ITlilelliO la comunidad del templo había sido la íesponsable del abastecimientc: n1a_s, so~upio_n_a_mpliamente documentada.en el segundo milenio _com:::: lo prueb=-.
J_~_w:_¡;!-5~~~--~~-~I encJgy~_?__c_o_m~IE.!~.l_e,~-~-11 !1,.na_to_l_ia, Mientras que la eviden-
cia arqueolog1ca de Tell Brak apoya la 1dea de la presencia de comerciantes del
s~'.r d~ Mcsopota~lia en el norte de Siria, hay pocos datos a favor para hablar de
,._alomas de este Upo en el Indo. o de comerci·-1 ntes de esta reQiñn en las ciudades
mesopuLárnicas, con la posible excepción de Tell Asmar. La ;~casa evidencia dis-
ponible Ce! dinástico antiguo imiica que el cor:-tcrcio estuvo dirigid'1 por funcio-
11arios de las principales instituciones urbanas y que esta clase de comé!rciantes en
auge se expandió por las regiones cercanas en busca de materias primas, mientras
J, ... g;ociaba con intermediarios para conseguir artículos de procedencia más dis-
tante.

El cemellferio real de Ur
FIGURA 9.10. Curro fundido en cobre pro-
cedente del yacimiento de Tell Agrab, en la . El más elocuente testimonio de la gran diversidad y riqueza de la cultura ma-
región de Diyala. El carro aparece tirado
t~~ial de la segunda mitad del período dinástico antiguo proviene de la excava-
por cuatro onagros (fotogrnfia procedente
de! Oriental lnstitute de la Universidad de c10n del cementerio real de Ur. Más de 2.500 tumbas, muchas de ellas de persa•
Chicago). ::ajes importantes, fueron excm"adas en este lugar bajo la dirección de sir Leo-
IJJS ORÍ(iE~E.5 DE LA CIVJLIZ.A.CIÚ~ LA POLÍTIC.-\ Y LA SOCIEDAn ESTATAL 379

FIGURA 9.11. Lira (rcconslrni-!a)


de madera, oro, lapishízuli y otros
materiales incrustados. con form¡¡
de cabeza de \¡:,;,:1. procedente del
cementerio real de Ur (fotografía
© Thc Tri1stecs of thc British t,..,Ju-
scum).

nard \\·ool!e\·. El cementerio estaba situado en un área abierta dt. la ciudad, que
habf;¡ confofmado un sector dor,•{_,;ico durante el período de Jemdet Nasr y que
po5h:riormentc quedo cubierta por \·ertederos de residuos. La mayor parte de las
tumbas principales de este período están fechadas en el dinástico antiguo III.
Esta nec;:ipolis se utilizó durante mucho tiempo, documentándose bastantes
tumb:1;; excaYadas o apoyadas en otras anteriores. E:ila superposición dificultó los
trabajos de campo y ia datación de las sepulturas, pero también permitió la pre-
sarnción J;; muchas de ellas, ya que un estrato de sepultura:; ricas. en el cual hü)'
e\·iclcncias de expolias, debió de pro~':'._ger las tumbas situadas debaJo. FIGURA 9.12. Detnlle del frontal
Las dos mmbas mejor conocidas constan de c.ínrnras abovedadas, situadas en de !a cajn sonora de la lira con for-
el íonJo de profundos pozos. Se supone que una J,._ dlas contenía los restos de ma de cabeza de toro de la figura
un rey. cuyo.cuerpo no fue nunca identificado, puesto que la tumba se abrió por 9.11. La representación de nr,;;:1a-
Ics realizando netiddndes hum¡¡nas
la cubiena y resultó parcialmente saqueada. Junto a ella, se encontraba la tumba
puede cstm ... n rdación con al!!.ún
de una reina. Shub-ad (también !!amada Pu-abi), que yacía de cspaid21c:. acampa~
relato mi1o!ógico importante (f;tn-
ñad:1 de sus sicrvns. Dos carrc,- tirados pO! bueyes y atendidos por servidores ¡;.raffa procedente del Unh...rsity
aparecían dispuestos en la empinada rampa de acceso. en la que además se en~ l\·1useum. Filadelfia).
contraron 59 cuerpos tendidos junto a las cámaras funerarias. La mayoría eran
mujeres. pero también había algunos hombres, ;Jrobablemente soldados. Todos utensilios. Las piezas más espectaculares de estas sepulturas eran los instrumen-
los seí\·idorcs estaban profusamente adornados con abundantes joyas de oro, pla- tos musicales y los objetos decorativos de oro, lapislázü~i y de madera con incrus-
ta. cornalina y lapislázuli. También se hallaron n~~;chos recipientes metálicos Y taciones tfigs. 9.11 y 9.12).
LOS ORÍOE::--·Es DE LA CI\'JUZ1\CIÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 38]

\\'oollcy creyó que JodúJ las personas y animales entcrrau~ con la reína µ_odcr, apareciera~ los elaborados enterramientos de Ur. Los <<bienesi> funera-
Shub-;:;,.:.! descendiP.ron vivos a :os pozos. Tras una ceremonia en la que .J cuerpo nos (humanos; am?Jales y ~rtefactuales) eran dnerentes formas de riqueza. Una
de la reina y los bienes se depositaron bajo la bóveda, los animales habrían sido gran parte de Jots nguezas de una persona eran ~aterradas con el cuerpo quizás
sacrificados por sus sirvientes y las mujerc~ y hombres habrían ingcriJo un \ene- para su uso en el Más Allá, aunque existiesen pocas razones que forzar~n a los
n0. quizás de unos pequeños recipientes preparados para tal fin en los pozos. A herederos ~ enterrar esta riqueza en lugar de retenerla. Sin emtJrgo, gracias a
p;:mir de la disposición y serenidad mostrada por los cuerpos, puede suponerse la etnografia conocemos varias sociedades con costumbres de destrucción ritual
que la !"'.1Uerte no fue violenta. Después de que la tumba quedara cubierta con un de grandes c~ntida?es de bienes. En tales casos, la destruccic_j!). cie riq11eza a me-
i.;llrno. se habría celebrado una cerernonia y un banquete dtual. nudo se realiza a fm de que los supervivientes mantengan su status en Ja socie-
Aparte de que en este lugar se p1eservaron Lentenares de 1i1agníficas piezas dad. Aquellos que destruyen riquezas reciben a cambio un recor.ocimiento im-
de artesanía sumcria, el cementerio real constituye una excepcional fuenre de P.lícito. Algo similar poC!ría haber nr::urrido en Ur. Cuando un gobernanlt: de la
inú.:i,mación para adentrarnos en las costumbre~ y creencias del período pro- cmdad moría, la posición de autoridad debía transferirsé; podría haber existido
tohistórico. Las inscripciones halladas en algunos enterramientos documentan la costumbre de que el nuevo gobernante {hereditario o no) tc:nara las riendas
qu..: las tun1~1as más grandes eran de reyes de la primera dinastía de Ur y de de la autoridad renunciando a la riqní!za del anterior gobernante. El sie:nificado
miembros de sus familias. Aunque la inhumación de servidores ;/ de animales subyJcenle d<:- esta costumbre pudo no haber s;Jo comprendido explícitamentP
con el difunto está atestigL<ada en el registro arqueológico df:' Ur, en menor me- por sus practlc~'ltes, pero, de hecho las práctic::s primitivas de perder Uienes
dida en una necrópolis del Uinástico antiguo en Kish y en los cementeríc': =gip- para mantener la posición de status formarían parte de los ritos religiosos habi-
cin5 contemporáneos de Abidos y S:1 qqara, no existen alus;,:mes e;,:rlícitas a esta tuales.
co.srnmbre en los registros escritos (Lvlallowz.n. 1968, pp. 42-43). Hay una po,;ble . . La especial signific::i:::ión úe los enterramientos reales estribaría en la po-
referencia en la Epopeya de Gilgamesh a un héroe acompañado a la tumba por s1b111ctad de que estas opulentas sepulturas constituyeran uno de lo:; instru-
q¡;;; ,;cguidores. Asimismo, contamos con escasas evidencias arqueológicas del mentos para el ascenso del poder secular. Los reyes fueron lo suficientemen-
ong:cn de esta costumbre, excepto la práctica de ..:~positar ofrendas de ririimales te. podern<:os como para acur.-::lil"r grandes cantidades de riqueza durante sus
y otros materiales en los templos de los períodos Uruk y Jcmdet '.'lasr, espedal- r:m~dos, pero l.a institución no era tan poderosa como para mantenerse por
mentc en \Varka. Más sorprendente que la aparición sin precede11tes de este s1 misma. Los ntuales todavía eran necesarios para preservar la autoridad del
culto con sacrificiu.-, humanos, es su rápida desaparición. A finales del dir.<l.-,,;co rey en ius períodos de sucesión. Cuando la posiciór. del soberano se f!.le estabili-
anri~uo Ill, la costumbre del sacrificio hum2.'.lo había cesado defínnivamente en zand? a lo larg~ de la_ segunda mitad del período dinástico antiguo, dejó de re-
~f;;;:.:-:ipotnmh.1. quenrse esta d1spend10sa forma de redfirrrrnrión ritual. Los último~ reves del
St: han sugerido dos hipótesis para explicar las tumbas feaJe;,. Según sir Leo- pPríodo· dinástico antiguo y los de la posterior dinastía acadia probab!er:ien-
n<1rd Wooiicy, 19s pPrsonajes principales fueron los primeros gobernante~ de la te decidieron que existían mejores formas de utilizar la riqueza humana v mate-
ciudad de Ur. Estos, al s~r considerados divinos, fueron acompañac!:JS ¿,_J Más ri~. . .
.-\!l:i por sus cortesanos y por sus posesiones materiales. Por su parte, el in\'estiga- Este corto período de realización de sacrificio,;; l1urn~nos muestra también el
dor alemán A. Moortgat (1949) ofreció una explicacié:1 alternativa. Propuso que poder v la ria,ueza de la"""""" ,.1,,r.,, dirigente, y Jo que podía llegar a h:::.cer para
bs tumbas no cor.stituían lo~ restos de iltos funerarios de personajes regios. sino conservar el 1,oder. Lo que había empezado siendo una práctica a pequeña escala
de un culto primitivo a la fertilidad. El jefe y las mujeres que participaban e1J e.c:te -la ofrenda ritual de riqueza a cambio Jel reconocimiento del status- 11...:gó a
riw eran personal religioso que fu-:-ron llevados a la muerte después de represen- adquirir una gran importancia. La sucesión real parecía estar asegurada, pe~o a
tar al dios y a la diosa en la ceremonia del matrimonio sagrado, de la que se pen- un elevado coste humano y económico.
saba r¡uc dependía la fertilidad de la tierra. Se han aducido argumentos literarios
y arqucológ;,::os en favor de ambas hipótesis sin 4ue ninguna de elbs haya sido
aceptada totalmente. i:..l arte antiguo como medio de comunicación
l'.':luso si pudiea documen~arse que las ceremonias religiosas cstat.rn rela-
cionadas .:on la a¡.,arición :,· desaparición del sacrificio humano (y material) a Al final del período Uruk, alrededor del 3100 a.C., todos los elementos de
Q.nn e~cala durante la segunda mitad del período dinástico antiguo, seguiríamos la civilización {las características del urbanismo definidas por Childe, analiza-
Careciendo de una explicación satisfactoria para este fenómeno. Por el contra- drt<: ~n el capítulo 7) ya se !1abían desarrollado, al menos de forma embrionaria.
rio. la interpretación de estas tumbas opulentas ha de relacionarse con los cam- No obstante, fue durante el período dinástico antiguo cuando muchas de es-
bios en la organización social. Durante la primc~a mitad d.:: período dinástico tas c~racterísticas _llegaron a. alcü>..:ar su máxima expresión. El gobierno." d co-
antiguo, al igual que durante el período precedente de Jemdet Nasr, la elite del merc10, la artesama y la esrritura adquirieron su mayor ~rada de madurez hacia
templo parece haber ostentado casi todo el poder de la ci:.idad primith a. No el 2500 a.C.. Probablemente, el logro más espectacular ·de los sumerios duranw
obstante, durante la segunda mitad, se construyeron impresionantes estructuras te el_ período dinástico antiguo, por lo menos desde el punto de vista de los ar-
palaciegas atribuidas a una elite secular emergente. La evidencia arquitectónica queologos, fueron sus obras de arte. El arte del dinástico antiguo incluía la es-
en combinación con el registro escrito indican que el poder cambió de manos, cultura de .bulto red~ndo, los relieves, los taraceados, la glíptica y el trabajo del
del tem 1_,]o al palacio (Adams, 1966a). Y precisamente cua':'do este cambio esta- metal funu1do y batido. Tal y como queda vívidamente documentado en los
bJ teniendo lugar. es decir, cuando las elites religiosa y ,;;ecular competían por el ajuares del c~menterio real de Ur, algunas formas de expresión ar!í<;tica habían
LOS ORÍGE;\ES OE LA CIVILJZ,--i.CIÓN '._.A l'OLÍTlCA ·y LA SOCIEDAD ESTATAL
383

FJGtlRA 9.14. Perfil de una de las


estatuas del depósito del dinástico
FH!l!!tA 9.13. D";-,<'>silo de csunui!las dd dintlstico antig.uo de Tell Asmar, en Ju n:gión <le Diya- nntiguv·de Tdl Asm2!" (fotografía
la (fotografía procedente del Oricn: .. : Institutc de !u Universidad de Chicago). procedente del Oriental Inslitutc
de la Universidad de Chicago).

alca11Lado niveles ele creatividad y de sof:sticación q 11 e no •:e superarí:::.- ~- --:'-


nios. r~monlan ~¡ período de Uruk, pero su florecimiento culminó en el dimístico an-
Para comprender la func::m del arte en el contexto de las instituciones emer- t1g~o. H~c!'.l el 2000 a.C., tanto el arte como la escritura estaban non:rnlizados
gentes de la civilización mesopntámica, es preciso evaluar tres procedimientos in- baJo _la i~rma de la escritura cuneiforme y de los grandes estilos artísticos de
terrelacionados de interpretf!r el arte (Conkey, s.f.): 1) como medio para clasifi- las dm?stl~~ gober_n~n_tcs. Si consideramos el nrtc y la escritura como medios ele
car las experiencias humanas; 2) como mecanismo regulador de las relaciones com~rncacmn, sera util tener en cuenta qué tipo de información transmitían res-
grupo humano-meJio ambiente. y 3) como un elemento de! "omportamiento ri- p~d1vamcnte y cuáles eran los sectores de la población n los que estaban diri
tual que transmite información acerca de la naturaleza, la sociedad y una deter- g1dos.
minada visión del munúo. El arte en las sociedades más antiguas es fundamental- _A lo largo del período dinástico anuguo, la escritura tenía como finalidad el
mente una forma de encauzar la creatividad, pero los sumerios llevaron más allá registro ec~n¿mico y administrativo y, en menor medida, la historia o \a litera-
su producción artística. Las obras de arle eran símbolos de riqueza y status, pro- tura. Esta ultima quedó restringida a sólo algunos miembros de la sociedad. de
t.lucidas para una naciente elite administrativa q¡_,~ disponía de ellas en ..-::fa y que los cu~J;s la ~ayoría eran escrib?s· Es difícil dctermi11dr quf segmentos Lle la
la acompañaban a la tumba. En efecto, la elite fue capaz de gestionar los recursos poblac1on luv1c;·Jn acceso a las piezas artísticas de mejor calidad; sin cmbar!!n.
y los artesauos necesarios para la producción de importantes obras de arte. Le las grandes escuh~ras y ;el!eves murarios pudieron ser accesibles al público &c-
objetos no sólo eran símbolos de status, sino que muchos de ellos represf'!ntaban ncral_ en los feste1os mas importantes. cuyas cercnionias se realizaban en los
los roles estratificados de la soc-ied:d sumcria. Con el surgimiento de las ciuda- t~~1p1os Y durante los cu?les ~e _mostrarían diferentes formas de expresión artís-
des, el equilibrio entre arte simbólico y reprc-sentativo cambió a favor de una ma- tica. Los e~ementos arqmtectomcos de los templos, como las plataformas eleva-
yor presencia de piezas de este segundo tipo. Debemos señalar que, en Mesopo- das, los mchos y las fachadas, distinguían claramente estos monumentos de
tamia. el arte representativo y la escritura apareci1?-ron y se desarrollaron conjun- otras construcciones. Diuses, reyes y personaiPs míticos constüuveron los temas
tamente. :..a escritura podría considerar,,..,_ incluso como la forma más explícita de_ de las csculluras más deslacadas (figs, 9.13 y.9.14). Las obras d~ arte de menor
arte :·-,presentativo. Los ejemplos más antiguos de estas formas de expresión se tamaño contenían información específica sÜbrc determinados temas como. por
LOS ORIGENES DE LA CIVILIZACIÓN fe\ POLiTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 385

. .lSf
,,,...
l!i'~
•.:,_
FJGUR/1 9.16. Placa de piedra rrn- ' ~,:
cedente de Khafaj.:, con u;, episn i,~•
de Ur donde se representa una fes!i•
vidad (en la banda superior) y un c:,-
rro con ruedas macizas (banda infc:-
rior) (fotugrafíu prnccdcnle d:.>l
Oriental Institute de la Universidad
d.: '.::'hicago).
.
tes (fig. 9.16). Quizás sólo 1;,¡ pequeño sector de la población mantenía un con-
¡_acto frecuente con ias obras de arte. pero este ,;;Pg,mento era el que dirie,¡a la
organización de toda la comunidad. Las actividades que ~ervían a los fines de la
elite ".i' su importancia dentro de la estructura social fueron temas recüiTcntes en
el arte antiguo.
FIGURA 9.15. Escenas de una caja tarnceada, hallada en el cementerio real de Y~ Y cuno:id.a Otros c]cmplos de arte representaiivo no pueden entenderse con ia misma fa-
como eJ es!nndarte de Ur: (arribi.>) tres bandas que representan actividades domes_t1cas.r qmzas cilidad. Las escenas representadas en la glíptica incluyen motivos geométricos y
ceremoniales: (abajo) lres bandas donr1e se representa el desarrollo de una campana m1lt!ar (fo- escenas naturalistas que no se p11eden identificar inmediatamente. En mechas de
tografía© The Trustees of the British Museum}. estas obr•1s, el objetivo prioritario radicaba en identificar al propietario, por !o
que el contenido exacto no tenía mucha importancia. En otros casos, poCía re-
presentarse un tema mHico, una r,.ecncia reiiginsa o un signo de identificación to-
ejemplo las normas de com¡Jortamiento. Sería el caso del vaso de Warka (~éase témica. Un buen ejemplo de! arte. representativo que no puede ser interpretado
fig. 8.14: p. 332), que muestra explícita_mente las actividades más convement~~ de forma inmediata es el tema que aparece sobre una de las arpas del cementerio
en una socied:1d jerarquizada y la necesidad de presentar ofrendas al templ~. 1ca: de Ur \fig. 9J2), donde encontramos animales tocando instrumentos musica-
estandarte de Ur, hallado en una de .I~s tumbas rP:i!es, ~s un a verdu.dera enc1clo- les y participando en un festejo. Fs difícil decidir si se trata de episodio<; míticos o
1
pcdia que inwrma acerca de la.::; act1v1Gades apropiadas de .os_ l~ab1tantes de las de representaciones simbólicas de actividades humanas. pero resulta incuestiona-
ciud,idcs sumerias (fig. 9.15). El estandarte representa las act1v1dades del .rey Y ble el alto grado de sofisticación del artista.
de su corte. tanto en la paz como en la guerra. Tiene la forma de una caJa, en Otras modalidades de arte y artesanía, como la producción de ?asos JTil.,áli-
uno de cuy"as ladu:'.> se hace referencia a las actividades domésticas, la produc- cos o de instrumentos de calidad destacable, no ofrecen repre,<;Pntaciones explí-
ción de alimentos, los transportes y las festi.vidades, n_1icntras que en el re:7er~o citas, pc:-;1 constituyeron símbolos de riqueza. Algunos de los recipii:-ntes de oro
se muestran carros de guerra, soldados a pie y enemigos vencidos, En una c - mils valiosos tenían grabados !os nc'Jlbres de los reyes a los que pertenecieron,
munidad donde la inmensa mayoría de la población no sabía leer, el estand~rle y figuraban entre sus posesiones más preciadas. Este hecho está testimoniado
de Ur sería un medio eficaz para infonnar sobre cuáles er~n los comp~rtam1e~- en la tumba de tvJes-kalam-shar en Ur, que fue inhumarle, sosteniendo una copa
tos sociales aceptables. Fuesto que los habitantes de 'Jna ctudad sumena consti- de oro con su nombre inscrito. 0.fochos de los recipientes se obtenían a partir
tuían ur.::. amalgama heterogénea de gentes que no habían creado fonnas co- ?e del batido de una sola lámina de metal, ligeramente acanalada, lo cual exigía
municación homogéneas ni reconocidas de manera general, .el arte of~ecia una una gran habilidad por parle del artesano. Posiblemente, la obra metálica más
ambigüedad menor de la que mostraría en períodos postenores. Al igual que espectacular del cementerio real de Ur es una daga de oro con empuñadura de
mras f!wchas obras artísticas, el estandarte de Ur y el vaso de Warka eran me- lapislázuli y vaina de oro con fantástic-as y complejas dccoraciu .. cs (fig. 9.17).
dios de comunicación que reforzabn,1 el orden social prescrito por los gobernan- Una de las caras de la vaina estü dccnqda con tJTl exquisito trabajo de orfebre.
LOS ORiGENES DELA C!VILIZ,\CIÚN LA POLÍTICA Y LA .'.'!uCIEDAD ESTATAL 387
3S6

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10

Centímetros
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F!GtTRA 9.17. Daga de oro con su \'üÍDi!. procedente del cement.-:rio real Je Ur (fntng.rafia ~'
Tn.: Trustces of the British Museum).

/ ~<_¡\,
mediante filigranc. y granulado. La empuñarlurd de lapislázuli. por su_ p~rtc. se
suieta con remaches de oro. En consccu-..ncia, parece que e~tre ~JS tcc?1cas de ,,,,">.·-,, ,Y
.... ..(,
los artesanos metalúrgicos )ª estaban incorporadas el marl!ll_co en cahent~. la
fundición a la cera perdida, !a filigrana y el granL1lado. La calidad de esta pieza {''yf'
no fue superada durante gcru..:raciones. V'
Metros

C\~IBIOS DE LA ORGANIZACJÓN snr:!AL DURAN rE EL DINÁSTICO ..\:S.TIGUQ


F!Gl-RA 9.18. Plnntíls de construcciones domésticas de los nivele~ Je! dinllstico anti!!Uo de Tell
ES i\lESOPOTAMlA Asmílr 1~cgún Dd,,i.lgaz, Hlll y Lloyd. 1967). -

Esrrarificación
Contamos cori pruebas definitivas de que la priu1era sociedad estratificada ~t.' gozaban de acceso direc~o a las principales ralles de la ciudad. Por su parte, las
consolidó durante el período dinástico antiguo. f:n época~ anteriores ya habla casas más pequeñas no tenían patios y se ubicaban en !as estrechas y retGrcida"'
surgiUo la estratific::.:::ión en el contexto de las pnmeras cmdade:-tcmplo, 1:ero callejuelas que confluían en las vías más importantes (Frankfon, 195Ó).
só!~ se convirtió en el estructurad ar primario de In sociedad durante el pcnt.1do La existencia de una sociedad estratificada en clases. al menos en el dinástico
dinástico antiguo. Las evidencias más convincentes de un incremento en la es! ra~ antiguo, tarrbién se desprende de otras categorías de evidencias. Si bien es pro-
tificación soci;il las brinda el cementerio real de Ur. 1:.n él 1 las tumbas reales, 9uc bable que 2xistiera la esclavitud en las ciudades sume;'.]s, la comunidni::l no de-
constituyen sólo una pequeña parte de la necrópolis, contenía~ enormes c2'1t1~a~ pendi? nunca de ios esclavos .para su mantenimiento. Su número ¡::arece que era
des de objetos, mientras que otras presentaban ~odestas cant1~ades d_e mate:1a- reducido y. en general, se trataba de prisioueros de guer.a. El signo utilizadc -=n
les y la gran mayoría prácticamente carecían de aJUares fune.r:Jnos. Sena u.mi sim_: la escritura sumeria para hacer referencia a una esclava representaba a una ,<mu-
plificación excesiva clasificar las tumbas excavudas en func1on de !a cantidad ?e jer de la montanai>, lo que indica que muchos de los esclavos se obtenían median-
objetos asociados, porque significaría olv~dar la variable cualitati\'a de los ~~~~­ te razzias c~_;:'.uadas en las regiones montañosas. Los registros hisióricos de fina-
tos. Sin embargo, es innegable que los a1uares n.'.\clan una nrnrcada cstrnuf1ul· les d.el. tercer milenio mencionan situaciones en las q-ue ciudadanos libres se
convm1cron en esclavos, ya sea por impago de deuda~ o porqw:- .,ran vendidos
ción sociaí. .
En los niveles del dinástico antiguo de Kllafajc y Tell Asmar se realizaron ~or sus familias. Parece_ que p1ra estos esclavos era posible volver a comprar su
Iris primeras cxr::avaciones rigurosas de sectores con arquitccwra doméstica, con llbeí'.ad y que la mayona eran mujeres. Fueron emple<n.:os princip,1lmente en lo:;
el fin de contrastar si las diferencias de riqueza documentadas en las tumbas ~e talleres controlados por el templo para el hilado y la confección de artículos texti-
correspondían con las diferencias en el tamaño de las casas. El tamaño medio les. Por ello. durante el dinástico antiguo, la esclavitud constilUiría un incentivo
de las viviendas rondaba los 200 metros cuadrados, aunque en muchos casos ~ra adicion,il para la realización de nueva~ campañas militares, ya que proporcionaba
de sólo 50 metros cuadrados (fig. 9.18). A.sí pues, parece probable que las vanH- mano de obra para las industrias c..!e producción en serie de las ciurladcs sumerias.
ciones en el tamaño de las casas estuvieran en relación con el oficio de sus mo~ Sin embarf'J. este hecho parece no haber afectado la evolución po!ítica de este
radares. Las casas mñs amplias se distribuían alrededor de un patio central Y reríodo.
388 LOS ORÍGE\ES JJE LA Cl\'ILJZACIÚN LA l'OLiTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 389

La e1•0!11ció11 política CUADRO 9.1. Parte de !a~ listas reales de las principales ciudades sumc,:Js del período dinásti-
co antiguo.
Entre los cambios más significativos del periodo dinástico antiguo en M~so-
potamia figura la aparición de una autoridad política secular. Los arquco!o-
gos han cncoiltrado información sobre e~ta nueva elite al ~xcav~r los pala- a.c. u, Umm¡¡ Lagash Uruk Kish
cios de Kish, Mari v Eridú, v los cementenn~ reales de Ur y K1sh. Sm embargo,
!as intcrprclacione; ~ hipót~sis más detalladas se bas~n en el desciframiento de
documentos escritos de este período y en las :;xtrapolaciones realizadas a par- 2700 Gilgamesh Mebaragesi
tir de documentos posteriores. Dado que muchos textos del dinástico m:tig_uo :s ,\ka
narraban nconteci:nientos pasados.. el desarrollo cultural puede trazarse no solo 50
en términos de los cambios en ios estiios cerámicos, en la arquitectura Y en el 25
2600
arte, sino también a partir de !as sucesi\'as dinastías registradas en las listas rea-
75 Enhenga! (Mcsalirn_)
les (cuadro 9.1). Existe documenración suficiente para idc.n~ificar a algunos de 50
los rcves de cierld'- ciudades. pao no para obtener un registro completo. Por 25
consiiuien!c, la aivisión del pedodo dinástico antiguo en tre;-, fases :::2 ade- 2500 C1·/r Ur-Nanshe c. 2520*~
cua s~)bre toe.lo a la L1·olución de !a nrquitectura y de la glíptica, y sólo ÜL: ma- 75 !vf1•sanepada E1111kaf1: Akurga! c. 2490
nera secundaria a los cambios de gobernantes. Sin embargo, desde finales del 50 Meskiangnuna Eanatum c. 2470
período dinástico antiguo y los inicios del período a.c.adio, la clasificación d..: 25 Eu;u[u Urfumma Entemena c. 2430 L11gafki11-
todo el material podrá pasar ya a efectuarse en relac1on a los f,Jbemantes d1- 2400 Enana!um II c. 2400 ¡;1:1,eshdudu
75 Lugalanda c. 2370
n,ísticos. 50 L,,;a{:::;H::e.li 'Jrukagina c. 2355
Los títulos de los gobcrmrntes v las cxpl1G1c1ones míticas sobre su origen han Lugafwgesi
25 Ur-zababa
posibilitado realizar iílferencias sobre la naturaleza del gobierno de las pr~m~ras
ciuc.lades-e~.tado (.:ucobscn, 19-D: 1945; 1957). Se cree que los asuntos_rublJcos Ft!EKTE: según Mal!owan, ! 960.
cotidianos en las comunidades autónom1s que formaban parte de -:1na cmdad-es- * Los n~mbres er, -.llrsiva corresponden u gobernantes conocidos ,1 partir de inscripciones
tado dependían de un consejo de: ancianos. Además, los temas cruciales se deci- con1emporaneas.
dían en una asamblea de todos los ciudadanos. !::n tiempos d.:: crisis, por ejemplo "* Lo7 nom?res cc:11 fechas precedidas por ,,c.» tienen una cronología aproximada. estableci-
cu·ando existía una amenaza de !!Uerra. esta asamblea estaba capacitaua para con- da a parlir de smcrumsmos con gob::~::anles conocidos o a partir de conjeturas.
fc.-ir la autoridad suprema a un-□ de sus miembrus, procla111ándolo rey. Presumi-
blemente. t:JI cargo sería ostentado sólo durante un período limitado, el<~ ~oda
que los poderes otorpados retornarían a la asamblea una vez c;uperada la situa- sos o si dependía de los mercaderes de la ciuüad. Es probable que, en ri>rh ,..;,,
dad, ~vs gobernantes surgieran en función de circunstanci.-:., diversas y que los
ción de emerucncia.
Los títul~s usados por los 1.:obernantes de las ciudades del p ríodo din:>c;tico
0 cambios en las primeras dinastíns pudieran deberse a transformaciones en los
antiguo. e incluso en [':1oca pÜsk1 ior. revelan que la realeza tuvo orígenes muy fundamentos de su poder. Si bien los primeros gobernantes de las ciudades sólo
diferentes. Hubo ciudaC.cs en !as que el gobernante fue llamado fuga/. o rey, un representaban una ampliación de la autoridad de uno de los grupos de interés ri-
título que sugiere que el cargo fue odginariamcnte el de jefe militar elegido por vales en la sociedad sumeria. ¡Jronto quedaron consolidados los fundamentos de
;a usamblea general. En cambio. otras ciudades tu\'iero11 gobcrr~antes conoc!d?s su poder. A finales del período dinástico antiguo, los dirigentes de las ciudades-
por el nombre de sanrm, o contable. término empicado par:1 designar al admm1s- e~~ado, y .luego los gobe:nantc:: Je los estados 11 .... cionales, controlaron a la pobla-
trador jefe de un templo importante. En el frecuente título de ensi se puec!:: ha- cmn gracias al monopoho del uso de la fuerza y, desd::.- ese momento, los demás
llar otrl1 conexión con la elite de! templo; la definición de ensi no e~tá clara, pere1 sectores de la ciudad quedaron subordinados. A menudo, la religión se utilizó
esta palabra estaba relacionada con un término anterior, :._'11, que a!;.idia al c::-?oso para sacmlizar al rey, haciéndole protagonista de los grandes festivales.
humano de la diosa de la ciudad. Por tal razón, el ensi narece haber formado par- 1~horkild Jacobscn (]943: 1957) ha propuesto una hipótesis plausiblf' sobre
te ori!:!inariamentc de la elite de! templo, quizás el protagonista en los festejos ri- el ongen de los gobernante:: seculares de la ciudad. Jacobsen se sirvió de los
tuulcS. que llegó a asumi!" una autoridud müs amplia tal vez a partir de sus pode- :egis~ros escritos, de los mitos y de los dc~:.:mentos históricos posteriores para
res religiosos. Un ejemplo posterior procede del centro co1:1crcial de ,:\ssur en el m[cnr lo _que ocurrió en el período dirclstíco antiguo. Este autcr ubicc1ba la
norte de ivfcsopotamia, donde el gobernante fue denominado o~as1011alme~te emergencrn de la realeza en e! contexto de una forma de gobíerno local preexis-
//(J//la. o capataz. La importancia ue las manufacturas y del comercio en esta crn- tente, la {(democracia primitirn". Jacobsen se refiere a ella en su sentido clásico,
d,ad sería !a responsable del control de la comunidad por personas procedentes es decir.

del sector industrial.


No podemos determinar con seguridad si el origen de la autoridad ~e~ular . Una forma de gobierno en la que la soberanía interr.;:; :cside en una parte muy
1mporL·.nte de los gobernados, esto es. eu ¡Ocfos los ciudadílnos masculinos, adultos
partió de la elección de cargos por la asamblea de ciud~:Janos. de la ~dmm1~1:a-
y !ihres, sin distinción de fortuna,, clase ... Las decisiones importantes, como la de
ción económica de un lemnio. de! panel protagnmsta en los festejos reh!,!IO-
LOS ORÍGENES DF 1 A C!VIUZACJÓN LA POLfTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 391
:!:trrcndcr la guerra, se ;omun con su consentimic:no; estos ciudadan~ nnstituyen 1943, p. 160). Sólo él podía promulgar nuevas leyes y llevarlas a efecto; sólo él
y los gobernantes y magistrados o!_,,ienen
'.;..¡ amoridad juc!i:::ia\ suprema uel est:ido,
era personalmente re:;ponsable, por contrato con el dios de la ciudad, de defen-
~LL'- puestos con este consentimiento. del cual, en última instancia, deriva su poder
,04}, p. 159).
der la justicia. Investido con el mando supremo de todas las fuerzas armadas
dirigía las batallas y. como administrador del templo principal, controlaba I~
unidad económica más poderosa de la ciudad-estado.
~ .1,:,, rrimeras referencias a asambleas ciudadanas y a los gobernantes designa- Aunque las ciudades-estado del dinástico antiguo fueron políticamente autó-
_·t.::- ~'\.'r di.is se encuentran en el poema épico sumerki sobre Gilgamesh. En este .Jomas, los con~ictos entre ellas condujeron al dominio temporal dt! algunas so-
•t •_;:;;;:~ tr:xto sobre los conflictos entre 1::.s ciudades mesopotárnicas, el gobernante
bré: otras. Por eJemplo, Lugalzagesi, gobernante de la ciudad de Umma, conquis-
~-' J.,..·rnar antes de obtener I?. aprobación de la asamhlea ciudz..;:iima. El relato tó varias ciudades y asumió el status de realeza de Uruk v el título de (<rev de la
.-- . .-...:.;_~¡_:-el rey Aka de la ciudad de Kish envió un mensajero :'l Uruk exigiendo su tierra». Afirmaba haber reg!do una corfederación de ciud;des v haber emPrc;1di-
•: ,,.::..:wn. Gilgamesh. ensi r\e Uruk, decidió resistir el asedio, pero tuvo que ob- do campañas exteriores de conquista. Cualquiera que sea ia veracidad de estas
_.. •,:, \.1 aprobación de su plan. Acudió prim:.>ro al consejo de ancianos y presentó pretensiones, Lugalzagesi fue el primero de una serie de monarcas 6uerreros sus-
_,, :J:,,ni:~s para tomar las armas contra los soldados de Kish. El consejo de an- tentados en el poder militar.
_, '.~'.:- ;..•onsideró el plan y dio su consentimiento pero, antes de que pudiera rcali-
. :,,. ~kbía consultarse a la m,amblea de toda la pcblación masculina. Gilgamesh
:,, hizo y logró su permiso. Alcanzó la victoria al mando de su ejército, ~as Los primeros reyes de Mesopotamia
. ~.: .1:-: del rey de Kish fueron derrota-::'1s y se levantó el ascliio. La a..::oridad de
,: __ ,:'..t:ncsh aumentó con el tiempo y obtuvo cadro vez más inrlependencia de le" El documento más importante para reconstruir la secuencia de los primeros
··•_, ·itv,; _?"obernantes de las ciudades-estado mesopotámicas consiste en una lista de :eyes
· · ·" ·lifícil ,fo1erminar si se trata de una narración de sucesos rr>::>Jes o de una redactada alredeJor del 1800 a.C. (Gadd, 1964). La información es homogénea,
:'.·.<,,ria a posteriori para apoyar a 11na realeza preexi:,tente. El reinado de Gilga- pero escasa :!esde el punto de vi:!?. de los hi~toriadores, puesto que las listas de
:''...':-h se remonta supuestamente a mediados del período dinástico ar.:iguo, pero :;obe!"'.nos con los años de reinado se compilaron sólo para la media docena de
•:.•' .1¡,:ircce mencionado en nin?uno de los monumentos descubiertos de esta épo- ciudades más grandes de l? antigua Mesoputamia. Ocasionalmente se añadía una
:., _-\ pesar de todo, sus actuaciones no desentonan en este período, en espccj¡__¡; pequeña nota sobre algún incidente o detalle por el :::mi se aludía a Al,gún que
·: ,: ,¡1:-,\rucción de la muralla de la ciudad de V.'Jrka, datada preciscin1ente en es- otro rey, pero esta circunstancia es muy poco frecuente. Por lo tanto, los filólogos
:,._, tl\lH11ClltOS. tienen. que trabajar con una lista cronolúgirq, 11n tanto hinchada, de rlinaslías
¡ :¡ patrón propuesto en estas y en otras hipótesis implica qui; el cargo y la com;Jctidoras y sucesivas que deben ponerse en relación con otras inscnpcionPs,
'.·.b,' dL'I F:Jder de los rrimeros reyes tuvieron su origen en la necesidad de f!Ue con los datos de los depósitos arqueológicos y con los relatos de períodos pos-
''-'~•icran gobernantes eficie:ites, con dedicación exclusiva para resolver !os pro- teriores.
l-l••1rn1s de unas sociedades cada vez más complejas. Los problemas que proba- Las primeras dinastías posteriores a1 (<diluvio)) perte11ecen a las tres ciudades
1,1 ..·mL'lltc más exigían la presencia de un gobernante fuc'te serían los relaciona- más impnrtantF? de la époc- v:- 1- nré!.rka y Ur. Kish parece haber sido el r:entro
0

,l,1~ con el increme11io de la ::ic:ividad bélica. A medida que los conflictos entre de poder más b11tiguo, por lo que el título de ((rey de Kish)) adquirió un significa-
1: 1udadcs se hicieron más comunes, la población habría requerido con mayor do muy especial para los gobernantes de otras ciudades. Asuu1iendo este tít1..:lo,
11 ,•,'Ul'ncia el mando de un líder guc,·rero. El punto culminante se habría alcan- un gobernante de otra ciudad afirmaba su dominio sobre toda la tierra como se-
:,i.h i rápidamente, cuando la posición del líder pasara a transformarse en un ñor principal con gobernantes urbanos Io... u!.::s subordinados. Los primeros go-
,·.irgn a :iempo completo al frente de un ejército estable. Después de la creación bernantes de Kisb decidieron la construcción de monumentos en la ciurhd sagra-
del puesto y d,;:, que un ejército permanente pasara a constituir una m;cva fue~- da de Nippur y l1no de aquéllos, Aka. entró en guerra con el por entonces gober-
tc dl' poder, no resultaría difit.:il p:::-a un líder guerrero usurpar toda la auton- nante de Warka, Gilgamesh. En la lucha por la supremacía entre estas tres
dnd. A 1~artir de ese momento, otros segmentos de la sociedad se apresurn1fan a ciudades-i:stado. el poderío pasó de Kish a Warka por medio de Gilgamesh y de
n·nrnncer su soberania. sus sucesores inmediatos. A los gobernantes de Warka también se les atribuye la
El ir::~cmento de las guerras no fue el único factor que requería la existencia construcción de templos en Nippur. En esta época, los gobernantes de Ur adqui-
dl' un liderazgo fuerte. Un gobierno centralizado también permitía rcntabilizar !ª riere:: más poder y comenz::.ron a competir por la supremacía. Supuestamente,
¡•:,.;pansión del sistema de irrigación y de contrnl del agua. Asimismo, el comercio fue durante la primera dinastía de Ur cuando se utilizó el cementerio real. Sin
a larga distancia y las industrias que participaban er. él se vieru,. favorecidos por embargo, los nombres de los reyc:; Je Ur que aparecen en las listas reales no
11 .ia gestión integrada y por la protección militar. De este modo. la figura del r.ey coinciden con los de ios pers0najes reales de la tumbas. Esta contradirción, un
no tiene que haber procedido siempre de un jefe mihtar, sino qi.;e en algunas L1U- tanto enigmática. suscita ciertas dudas sobre la precisión de las listas reales y so-
11;1des pudo originarse en un personaje no ligado a la actividad bélica. hre la naturaleza regia de las sepulturas, aunque es probable que los antiguos re-
Hacia el 2500 a.C., la llanura mesopotámica ofrecía un mosaico fragmentado yes mesopotámicos tuvieran más de un nombre, como sus homólogos egipcios.
de pequeñas ciudades-estado relativamente autosuficientes y políticamente au- En torno al 2500 a.C., Lagash aparece como una de las ciudades-estado más
1ónom:n;_ i::.n cada estado, un gobernante principal reunía en su cargo los pode- competitivas. Eanatum fue uno de los más conocidos de entre los primeros go-
res políticos más importantes: el legislativo, el c,iecutivfl ~• el judicial (Jacobsen, bernantes de Lagash. Este personaje fue ensi de la ciudad, pero asumió el título
392 LOS ORÍGENES DE LA CJVJTJZACIÓN LA POLiTICA. Y LA SOCIEDAD ESTATAL 393

Lle <(rey d~ ,--sh,, durante sus campañ<1s de conquista. Según las evidencias escri- E! último _gran gobe~nante del dinástico ~ntiguu en ~esopolamia fue Lugal-
las, combatió cor 1 ra Ur, Warka. Kish, Mari e incluso contra el vecino Elam. z_ages1, de la cmdad de l 1mma. Durante su remado de vemte años. dedico mucho
tvfuchos de esto~_conflictos radicaban en controversias solH-e derechos de agua y tiempo a las .ca~pañas militar~s,- Ven:ió rápidnmentc a Urukagina de Lagash.
sobre demarcar,on de; fre,nreras. Parece ser que Eanatum triunfó en sus contíen- 1=,uego_conqmsto Vlarka y asum10 lo~ tltulos de "rey de_Uruk.,1 (Warka) y de ,,rey
clas Y se convirtió en señor de muchas de las ciudades-estado sumerías (véase de la tierra de Sumen). Con estos tnunfos, Lugalzages1 se convirtió en el gober-
c~adro 9.1). ~esde esta posición, fue llamado para mediar en las disputas entre nante supremo de todo Sumer y con ello se inició una nuevu era política. E;te so~
crndades vecmas con fronteras comunc"' A partir de los breves relatos históri- berano afirmó ser el jefe supremo de una cc:1feJeración de ciudades-estarlo. cu-
c~~, ~anatu1,1 parece haber repartido su ti~mpo entre aventuras militares, tanto y_os límites. abarc~~an una _regió~ _entera. Es improbable que Lug,dzagcsi úi~pu-
u1ens1vas C"Jmo defensivas, y períodos de nctividad constructiva, en especial de s1e:a del t1empo_ m .de la 1_~tencmn ?e crear una estructura _administrntiva que
canales Y obras de irrigación. Esta doble dinámica simbolizaría Jo::. dos ámbitos umficara los terntonos 1~c1en conqm~tados en un PStado nacional. De hecho. su
de autoridad que interesaron a ios primeros monarcas y que los condujeron al é::,tt7 ,,.., tr:-insitorio. Se ha descubierto una descripción profética en La!.!ash, el
µode:-: la guerra v el agua. escena_rio del primer triunfo de Lugalzagesi. En ella se Ice que Lugalz,;gcsi, al
El último sol;eran; de Lagash en el período dinástico antiguo tuvo un reina~ d~strmr Lagash, había comc:ido un pecado contra su divinidad protectora. Nin-
do corto pcrn muy impo1 rante. Su nomt,re cm Urukagina, y fue más conocido g1rsu: la ff,ano puesfa sobre Ningirsu sería cortada, y la propia diosa pr,.1tedora
por s_us renlizaciones sociales y éticas que por sus proezas militares. Al iniciarse de Lugalzagesi se cncarg;¡;-;'a de que cargara con sus culpas. La 01 ació;~ obtuvo
su remado, Urukng;n,1 promulgó una serie de reformas legales que se conservan una pronta respuesta. Un nue\'o rt:>~ 1 g 1 1errero procedente del norte, Snrgf,:1 de
en f~rnia de in<;cripciones en las construcciones de su época. Las reformas pre- Acad, derrotó a L~~galzagesi y le sacó del temp'.._1 de Enlil en Nippur atiH.!o a u;~
tendian ?volver a los buenos tiempos», en los que el tempio desempieñab<1 un pa- yugo.
pel dommante y se protegían los derechos de ia población. El motivo de estas re- La derrota de Lugalz1gesi marcó una inflexión importante en la historia me-
for~as podría haber sido la búsqueda del fortalecimient..., de la posición de Uru- sopotámica. Sargón de Acc.Jd Y sus sucesores uuificaron las ciudades-estado meso-
kagma como rey. Cualquiera que fuese la causa, cstris reformas marcan nn hito pot::::licas en un eslado naciOnal y establecieron la suprcniacfa de !os ::;cr;-;iit1:~ ~,:,.
en la ;¡¡s~vria nolítica. p~:es con~ 1ituycn ,-.1 primer csfueno serio conocido de for- bre los sumerios.
~rnlar un ~is:e_m~ le_gal que cstablecíc:-a explícitamente derechos. autoridad y cas-
t1g.os. Urur-:agrna af1rm:~ 1·:.i haber esrnblccido un acuerdo con el dios de la ciudad
Ningirsu. de rr.._;do que (<no serían entregados los débiles y las viudas al parlero~ CRONOLOGÍA lJt LOS PRl!'l-'IEROS ESTADOS NACIONALES l\.lESOPOT,Ül!COS
s?:>. De esta JOrma. el intento pretendía aliviar las cargas impuestas a !a pobla-
!º~
c1011 P<;>r _g.obernames y los sacerdotes. Las gentes de la clase trabajadora fue- La informaciún disponible sobre la segunda mitad del tercer milclllo se basa
ron eximidas de algunos i11qJuestos y de la supervisión de una burocracia excesi- casi exclusivamente en ios registros escritu:; pr0cedentes del sur de iv!esopotamia
, nmente desarrolL,dr. Por otro lado, la protección :ontra la confiscación de ( cuadro 9.2). Las excavaciones en yacimientos de esta v de otras regione:-, , an en
pro~i_edade.s y contra las transacciones fraudulentas también beneficiaría a lapo- aumento, de modo que la arqueología pronto proporci~nará los dnlus necesarios
blac1on. Además se corrigieron las injusticias sociales en materia de m;itrimnriio. scl--;re la cultura material y sobre la evolución de las dreas periféricas. Por ahora
divorcío Y propiedad personal. Para tr:~nquilizar a los _'Jcerdotes, afectados por se han definido algunos elementos característicos, como !os cilindros-sellos. los
este código, Uru!~agim:. reestable,.ió la autoridad del templo sobre algunos aSfJCC- estilos artísticos y la cerámica. Además se conocen !ns secuencias con!·tructivas
tos de la vida social. de distintos tipos de arquitectura en J.lgunas rc;ioncs como la cuenca del Diy:da
La promulgnción del código de Urukagina constituye un evento muy impor- y, recientemente, se ha reconstruido la planta de la ciudad de Tell T;wa, en ivfeso-
tante en el transcurso de los acontecimientos del dinástico ,intiguo. En esos mo- potamia central, a partir de los restos visible::; c~ superficie y de ui1u -reducida ex-
mentos, en tornn al 2350 a.C., la burocracia gubernamental había crecido dema- cavación (Reade, 1973). El descubrimiento más importante de esta década. en lo
siado, los ricos engañaban a los pobres y ei ::iisiema de impuestos debía ser rev1sa- que respecta a la segunda mitad del tercer milenio, ha sido el de los textos rt'cu-
Jo, al ig_ual que las cnstumbres sociales. Los tema:; planteados y los propósitos de perados en las excavaciones de T.:.:l ivlardikh. en el norte de Siria (rvlallhiac.
este ant1g~o código fueron reproducidos en muchos documentos legales posterio- 1977). Sin embargo, la principal fuenlc de información cronoló!úca ~ontimían
res. defimendo un modelo de actitud que muchos gobernantes adoptarían más siendo las listas reales, aunque. incluso contando con ellas, nos m;vcmns con un
adelante frente a las conductas sociales desvir1das. Un examen más clP.tallad0 in- alto grado de incertidumbre en las dataciones. Si bien conocemos algunos rcvcs n
dica que esta reforma prutegió a la c!Jse trabajadora y abolió muchos de su~ de- partir de mr1J1umcntos con cronologfo precisa, en otros casos sólo ContamoS con
beres pern, al mismo tiempo, fortaleciú :a autoridad central del rey y la de! t-"m~ referencias en fuentes posteriores o en contextos sin datar. Así pues. algunus tér-
plo, controlado ya directamente por el monarca. El grupo que fue blanco de las minos de las listas reales pueden considerarse fiables gracias a las dataciones cru-
c~ndenas y restriccione" más duras era el formado por las ricas familias indepen- z;::,::as y a la posición relativa en la secuer.cia; otros siguen siendo dudosos. mien-
dientes, que probabl~mentc c~mstituían los principales adversarios del rey. Cabe tras que la correlación con fechas absolutas es muy imprecisa para los reinados
dcst~c~; que es_te J?fl~:r código legal_ se promulgó poco tiempo después de la anteriores a mediados del tercer milenio.
apanc'.c'.n de la 111st1tuc1on real. A partir de entonces, los códigos legales y el po- La historia de M~sopotamia en la segunda mitad del tercer milenio puede di-
der n:1htar que los reforzaba figuraron entre !os mi.:...:anismos de gobierno más vidirse en tres período!'"· acadio. guteo y U1 III (ncosurnerio). Esta:- divisiones ha-
esencmles para los reyes mesopotámicos. cen referencia a las fuerzas pulílicas dominantes en el sur Je :\lcsopotamia,
394 LOS ORÍGEY!:S UE LA CIVILIZACIÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATA.L 395

CUADRO 9., Parte de lils !islas reales de los centros mas ill'porlantc,s Je Mesopotamia corres- pero debemos lener presente que existieron olros centros de pode:- en competen-
pomfü:ntes :~J segunda mitad del tercer milt!nio. cia y que, a mer.udo, la información procedente de cncl,1ves de prO\ i:::ias es más
segura que la que aportan los centros políticos.
Agade Gutium Uruk Laga~n Elam El imperio acadio tuvo su centro en la todavía.no localizada ciudad de Acad y
estuvo gobernado por una única dinastía de cinco reyes, aproxinrndamente entre
Sargón:"' Luhhishan: el 2340 2.C. y el 2220 a.C. A este período le siguió otro más corto en el que gru-
23-I0-2284 c. 2300
pos procedentes de los montes Zagros, conocidos como ,<guli),, desarticularon el
Ri11111sl1. Ki-KU-id:
c. 2280
imperio Je los acadios y asumieron el control político de gran parte de las tierras
2284-2275
1111mühmsh11: Engilsa: bajas. Posteriormente, estos grupos fueron nípidamente asimilados y Uesplazados
2275-2260 c. 2270 por gentes que afinnaban ser sumerios. Ur-Nammu fue el fundador del segundo
Na mm-Sin: Ur-a: Hita: estado nacional :r.,esopotámico, el de la tercera dinastía de Ur. Esta dinastía se
2260-2223 c. 2250 c. 2220 ina1Huvo durante unos 100 años aproximadamente, apoyándose en vari.is ciud<.,-
S/1111-lwfi-sharri: L11galush111ngal: Kutik- dcs·deJ <:Uf de Mesopotamia. Se suele considerar a la tercera dinastía de Ur como
2223-2198 (Erridupi::Jr) (Umigin) c. 2215 Insh11shi11ak: neosumeria porque propició una recuperación d.::!l lenguaje. las costumhres y las
(imta') (l lrgigír) (Puzur-Mama) c. 2200 fonnas artísticas que los sumerios habían desarrollado a 1,o largc• del d:;1iist~.::o an-
(lnkishush) (K"dda) (Uc-Uw) tiguo.
Sarlagah: (PuzurihJ
c. 2210*-'!"
(Shulme·) (L11ga!me!am?) (lfr.\,!ama)
fgigi El estado acadio
Nanum
!mi 2198-2195 (Lu-Baba) Aunque el imperio acadio parece hwber consistido básicamc~te en un con~lo-
El11/u El11!11mcsh (Ur-Utu) (Lu-Gula) merado de diferentes gru¡:;os bajo un poder militar, tos av13nces logrndos en la
Duau: (Inima!:::kesh) (Kaku) evolución política de la administración del est<1do son evidentes. Se utilizó un
2195-2174 nuevo lenguaje para los a;:.rntos oficiales que, en algunas ocasiones, Jtegó a con-
S/111-DL·i-":.UL: (Igeshoush1 Ur-Baba: vertirse en el lenguaje de los asuntos internacionales en el antiguo Próximo
2174-2159 c. 2164-2144 Oriente. Asimismo se creó un sistema de gobernadores con guarniciones milita-
(larlagab) res en cada provincia. El comerciD se realizaba en el marco de un sJ,·i:ema más in-
(Ibate)
(Iar!angab)
tegrado que en épor,as anteric:es, y tenemos pruebas de que el desarrollo de esta
(Kurum) Gudea: actividad alcanzó el valle d::! Indo, tanto por vía terrestre (Lamberg-Karlovsky.
(Habílkin?) c. 2164-21~ 1972) como marítima (Bibby. 1969). El período acadio no está bi,=,n documentado
(La' erabum) u, arqueológicilmente, en parte debido a su corta duración, y en parte porq:..ic su ca-
(lrarnm) Ur-Ni11girs11: rl.-.1\1,,,,.,,.., pital, Acad, aú11 no ha sido identificada. Sin embargo contamos con datos, proce-
(Ibranum) c .:.124-2119 c. 2111-2094 dentes de los registros escritos. de los cilindros-sellos y de las excavaciones en
Shulgi ciuJades provincüdes, que ofrecen un panorama general de las ;";xmas d.:. vida y
( Hablum) Pirigmc: c. 2093-2046 de la historia de esta época.
c.2119-2117 Amar-su'ena Más que en cualquier otra dinastía precedente, el nacimiento del estado aca-
(?uzur-Sin) Ur-GAR: c. 2045-2037
Slm-Sin
dio p11ede atribuirse a un solo hombre, Sargón. Debido a sus humildes orígenes,
(Jarlaganda) Ut11he11gal: c. 2117-2113
2116-2110 c. 2036-2078 conocemos muy poco acerca de los primeros aiios de su vida. El térmi'."'o ((Sar-
(Si'wn) Ibbi-Sin gón>) significa ((rey verdadero» v. en etapas posteriores, de.signó a! mon8.rca mili-
Tiriqm1: Nammahm1i: c. 2027-2003 tar ideal. En los relatos acerca del ascenso al poder de Sargón, los escribas debie-
2116 c. 2113-2109 ron recrear gran parte de su biografía. Este (<mito del origen), puede re\'elar algu-
nas de las circunstancias de las primeras etapas de la vida de Sargón, pero
probablemente incorporó temas comunes a la cuiLUfil popular de la época.
El padre de Sargón pertenecía a la población nómad.1 de Sumer que h<1~iita-
ba en las 1egiones rurales (Bottéro, 1967). Su madre estaba consag.rada a uno de
FuENTE5: segtin Gadd {1964) y Edzard \1967). los santuarios de la ciudad y abandonó a Sargón a la deriva del río, dentro de
* Los nombres en cu,.::ivn corresponden a gobcrnnntcs conocidos n partir de inscripciones una cesta de juncos, cuando ést~ era un recién nacido: poco después, un campe-
contcmporáncns; los nombres enlre paréntesis corresponden .i gobemnntes cuya cronologín no sino lo encontró y se hizo cargo de él. Los paralelos entre esta historia y las na-
ha podido determinarse. rraciones de los primeros y oscuros momentos en las vidas de otros personajes
*"' Los nombres con fechas preceditlas por <(C.1> tienen unn cronología aproximada, estableci-
da a partir de sincronismos con gobernantes conocido~ o a partir de conjeturas. famosos son notables. lo que parece haber sucedido es que Sargón se crió en-
tre los pueblos s.emmómadas del sur de Mesopotamia y que luego se trasladó a
LOS ORÍGENES DE LA CJVJLJZACJÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 397

?-,~,--~---\.~.! 9. Improntn mo~erna realizada con un cilindrn-~e!!o ncndio, de piedra verde, con [a
;-,_,~~Cllm ,,Lugal!am el escriba» (fotografía procedente d.:: 0'."ienta! Institutc de la Universidad
:e: i_nicago).

F!GL'RA 9.21. lmp.,:mta modem:. .-ealizuda con un ciiíudro-scllo acadio, fabricarln "" e::oncha y
F!GUIU 9.20. Impronta moderna hallado en Tell Asmar. La escena se interpreta comn una ra:-;ircsentación C.::~ dios so! en un bar-
reu!izadu con un cilindro-sello aca- co, en cuya proa una figura coronada y c-m1 el pelo largo maneja unu pertiga; a popa hay una ca~
úio. La iu~L11¡,,.u.,,¡ ,_un tiene el beza de serpiente. Un :-ón con caí'eza humana a¡,arece atado a la proa; encima de él '"'Y un
nombre y la profesión de! propie- arado. un vaso y dos objetos irrecon0,.,bles. Fuera del b;:;~co, la oin~a de l;i f,-,rtilidad, caracteriza-
tario. Los diferentes símbolos po- da por !os cereales que crecen sobr:= sus l:.:lmbms y sus costados, sostiem~ una rama en ílor (foto-
drían representar divinidades (fo- grafía procede;.:e del Oricnlill Instin~:- Je !a Univers1dad de Chicagc~.
tografía ¡;cc:cdentc del Oriental
Institute de la Universidad de Chi-
cago).
ticos y constituyó un hecho emul.irlo a lo largo de la historia mesopolámica. El
acadio reemplazó al sumerio como lenguaje ofi,.,;aJ y llegó a convertirse en el
idioma internacional d-! comunicación. E;. lns bajorrelieves y en la escultura. los
Kish en el norte donde fue copero de l_lr-Zababa, uno de los últimos reyes de rostros barbudos y los cabellos largos sustituyeron a las cabezas afeitadas sume-
Kish. Sargón reu;::ó una partida de seguidores y protagonizó una revuelta con- rias (Yéanse figs. 9.19, 9.20 y 9.21).
tra Ur-Zababa en el momento en que éste acababa de perder una guerra. Sar- Dura11te cientos de años. numerosos pueblos seminómachs procedentes ';!
gr"m tu\'O exito y logró consolid:->r uu pc(;ueño scño1 io en el norte de Sumcr, las tierras altas penetraron en !as llanu:-as alt1viales, repitiendo la migración que
fundando una capital llamad¡_¡ Acad. Desde. allí extendió rápidamenle su control había supuesto la primera ocupación de estas tierras. Entre estas poblaciones fi-
sobre toda :\.ksopotamia. guraban pueblos semíticos. algunos de los cuales mantuvieron una forma de vida
Los Ul1cumenlü.::, escritos señalan que Sargón se vlo favorecido por la suerte, seminómada, mientras que otros adoptaron, lotai o parci¡ilmcnte, formas de vida
~ircunstancia que atribuyen al afecto de h1 diosa Ishtar. Por supuesto se produ- urbanas. Después dP cicrlo tiempo, este componente de la sociedad fue lo sufi-
¡eron otro5 acontecimientos más importantes. A lo !argo de la hi~toria sumeria, cientemente poderoso como p::ira que algunos d,.. sus miembro:; :::cedieran a ia
1a población de Mcsopotamia se compuso de una mezcla de grupos étnicos y. clase diiígenle y, en ansiones. asumieran una plena autoridad. Es lógico 0_ue eslo
quiz,ís. también de grupos religiosos. Las lenguas y la toponimia de las ciud;:irles ocurriese primero en el norte. donde Yivían la mnyor parte de los semitas. El tér-
sugieren qu-: pudo existir una población nutóctona en Mesopotamia anterior a mino ,,semita), fue empleado en un sentido amplio en este contexto, por lo que
la llcgc1da j,: lm .. umcrioparlantcs (Janes, 1969). Algunos nombres de personas bien pudo hacer referencia 1amhién a otros grupos lingüíslicos que habitaron en
y de gob.:rn::.mes indican que poblaciones di fe-rentes a las sumcrias ocupaban ya las zonas de contacto entre las re!.!.iones urbaniL:~;das y los semitas.
posicione-:; d.: poder en el dinástico antiguo. Esta tendencia se hizo patente en la En consci.:uencia, Sargón no Siempre fue un invasor, ya q 1.,_ .. en algunos casos
:1nna s~prcn1:~: Jnal de las lierras bajas de Mcsopolamia, una región que más tar- pudo haber liberado a una ciudad del dominio sumerio. Su primera conquista
de sera con0:rda como Babilonia (tfamino que luego sería empleado para desig- fue la ciudad de K;r;h. poblada predominantemente por semitas y que, por lo
nar a tod3 b :\.[esopotamia meridional). Dadas las similitudes lingüísticas, mu~ tanto. !o habría aceptado sin mucha resistencia. Con el control de Kish, Sa!"gón
chos de e~!QS pueblos han sido identificados como semitas, cuyos descendienlcs se convirtió en el señor de todo el norte de Babilonia, dirigiéndose entonces ha-
habitan el Pr0:ümo Oriente en la actualidad. La formación del estúdo acadio ciz.. Sumer, en el sur. Sumer estaba controlada por una liga de ((cincuenta gober-
pnr Sarg6n s-;; considera uno de los logros más importantes de los pueblos ,;:0,mí- nadores>) liderados por Lugalzagesi de Uruk. A partir de las evidencids escritas,
398 LOS ORÍGE~ES DE LA CIVILIZACIÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIED,\D ESTATAL 399

La magnitud del imperio de S::>rgón y la grandeza de sus victorias militare::. no


tenían pre¡;cdcntes. Los escribas Je su tiempo y los de épocas posteriores exalta-
ron el estado acadio y lo presentnron como modelo para ktu~·:::.s generaciones.
Sin embargo, el imperio de S,u ,gón no contó con una urganización administrativa
eficiente. El estado se creó gracias al poder militar, y fue mantenido por medio de
guarniciones y de campañas en zonas lejanas para reprimir las revueltas. Así
pues, el estado acadio pudo mantenerse por la fuerza de las armas durante cerca
de 150 año~, pero sucumbió ante las fuerzas centrífugas locales y las presiones ex-
teriores. ~
De los cuatro soberanos acadios que sucedieron a Sargón, sólo su nieto Na-
ram-Sin, destacó por sus éxitos militare: (fig. 9.22). La documentación escrita in-
dica que las hazañas de Naram-Sin consistieron en grandes campañas h,?:~,,-- "1•""t:-
tinadas a reprimir revueltas en diferentes partes del reino, rememorando las con-
quistas iniciales de Sargón. La expansión militar de Naram-Sin-se extendió mas
allá de las c1nti2.ua:. fronteras del estado acadio y, sobre esa base, el soberaao
sumó un tíllllo 3dicional a los de su abuelo: <(rey de las Cuatro Regiones». A pe-
sar de estas conquistas, el estado acadio se estaba uebilitando bajo Naram-Sin,
como un anuncio del colapso que sobrevendría durante el reinado de su sucesor.
Naram-Sin se \'io oblioado u dedicar mucl1n tiempo en sofocar revueltas para
mantener el equii;~, ;0 Político, hasta el punto de que llegó a resultar más venta-
joso la firma de tratados. L? principal amenaza a la estabilidad procedía del no-
reste, donde una serie de pueblos. conocidos como .:<gutin, antiguos hal_"\ii 1ntes de
ius Zagros. constituían un serio peligro.
Si hi~n existían muchas razones para la formación ele! primer estado nacional
en el ?róximo Oriente. tal vez la que tuvo más peso f:ie de índole económica. Un
factor decisivo consistió en la acumulación de riquezas, obtenidas oe forma direc-
ta a través de saqueos o tributos, o indirectamente medic>nte el monopolio estatal
del comercio. Sargón y sus descendientes nunca ::1.tent.caoü ~rear 11 " verdadero
império político, quizás porque no era necesario para sus fines económic~s. En
realidad, Sargón instaló ~obernadores o ag.::ntes locales para que supen'_1~ar.an
FIGURA 9.22. Estela de victorin sus intereses. Los oficiales designados estaban ri;1oyados por un pequeño e1erc1to
de Naram-Sin, erigida durnnte una
de sus campañas en '.Js montes
que ocupab<1 una guarnición en el interior de las ciuda~7s cc;:qui~:ad_a~ (por
Zagm~ (fotografía procedente de ejemplo, J,i fortaleza acar· ·. de Tell Bnu. . ,_ e.u~• _ii~rle dt' Sma). Esto: !n?1v1duos,
los l\foseos Nacionales de Fran- además de obtener el botín de la conquista m1cial, recaudaban penod1cament_e
cia). un tributo. De hecho, el control de los acadios sobre las fuentes de materias pn-
mas necesarias está en relación con la extracción de estos tributos. Se importaba
madera del Líbano, de los montes Taurus y de los Zagros; el n:ietal (cobre) proce-
parece que a Sargón ie costó tres campañas y treinta y cuatro batallas conseguir día de Anatolia o Irán, mientras que el betún se obtenía del Eufrates medie, Y la
derrotar completamente a Lugalzagesi. piedra, de b~ '.ierras altas citL.undantes. .
Tras la conquista de Sume;-, Sargón añadió a sus tít..,.los los de (<rey de Acad>;, Bajo los acadios. el rey y su corte se convirtieron en el centro de las acti-
•{rey d~ Kish>• y «rey ue la Tierra>,. l::n estos momentos, controlaba militarmente vidades económicas. En este sentido, Sargón y sus sucesores se aseguraron una
toda la zona nuclear sumeria, pero la sociedad urbana se extendía mucho más parte de la autoridad administrat~va del t~mp_lo. Naram-_Sin lleg? ~ás lejos, al
allá de la llanura 111t:~l,f!Otámica meridional, por lo que el?Jprendió dos grandes asumir el título de <(Dios de Acadn. La atnbuc1ón de cuahdades d1vmas por par-
campañas militares contra d noroeste: la primera, en el Eufrates medio contra te de los gobernantes acadios evidenciil su creciente control sobre jerarquía!ª.
las ciudades de Mari y de Hit, una importante proveedora dL betún, y la segunda, rcligiosr ~• la asunción por parte del palacio de muchas ~le las act_1v~dad~s re-
nún más ambiciosa, hacia las costas del Medilerránco v los montes Taurus de lacion,idas con el templo, como la jurisdicciuu, la autondad adm1mstrat1va Y
;\ 1atolia. Con ...:stas conquistas, el imperio de Sargón coÍnprendín r\esde el «mar el comercio. Pese a que periódicamente la elite religiosa vo;vía a ejercer un? au-
inferior» (golfo Pérsico) hasta el •(mar superion, (Mediterráneo), con una exten- toriliad independiente, P,n la historia mesopotámica pos~enor la supremacia de
sión de 1.500 kilómetros. Algunos textos posteriores, no del todo fiables, hablan la autoridaJ secular del rey quedó firmemente consohdada. Durante_ la eta-
de conquistas en Anatolia, Chipre y Creta. Sargén también emprendió campañas pa acadia, se documenta ya la propiedad privada de la tierra. La mayona de las
contra Elam, en el sureste. y contra los asentamientos del norte de Mcsopotnmia. propiedades perwanecieron bajo el control del palacio o del templo. pero al-
~"TITYfTtrlliffitfillk~i && íl F Y'TWJ Pf:W'"2'3/'.i7

400 LOS ORÍGF'.\ES DE LA CJVILIZAUÓN LA ?OLÍT!CA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 401

gunas lierras fuerc1n n.:adidas u oh1rg.:' ~s a cambio de los servicios prestado:, al


rev.
· Sargú11 mantu, l1 a numerosos funcicnarim administrativos corno parte de la
comunidad :le r:ib,.·io. con el fin de gestionar los tributos, el comercio y la activi-
dad militar del imr--·rio recién unificJdo. El soberano se jactaba de dar de comer
en su mesa a 5.4{\1 hombre~ cada di3. El tamaño alcanzado por la sociedad y-por
la administración. induso en su for: .. :i acadia, muy poco desarrollada, hacía nece-
sario el incremcnll' de la turocracia. El aumento del número de furi-..ionarios fue
un factor que influyó en el dPsarrollo de la civilización mesopotámica .
.. En el PróximL' Oricnt.: hubo 011.15 ciudades y estados importantes que man-
tm·icron contactos L"0n Acad, p':.'ro que no estaban bajo su control directo. Una
de estas ciudades iuc Tell rvJardikh. identificada como la antigua Ebla, que du-
rantt; un largo ~1criodo constituyó un importante centro situado junto a la rula
del Eufrates al 1 kditcrráneo. A pcSar de que todavía existen algunos proble-
mas de datación. las primeras inforrnac1ones, proporcionadas por l.Js rcstus cx-
crn·ados y por el estudio prelimino.:- de las más de 16.000 tablillas recuperadas,
sugieren que Eb!a fue el centro de un estado sc:::ítico que floreció aproximada-
mente al 1,1ismo 1i..--mpo que AcaLi p,Iattl,:ae, 1977). Los excavadores han descu-
bieno parte de un ::npresionan1,..,. palacio de este ;.icríodo, cuya destrucción se
sospecha fue obra de Naram-Sin. Este palacio contenía un enorme arci11vo de
textos comerciales. administrativos-. financieros, económicos, lexicográficos, his-
tóriccr v literarios. tocius ellos escritos en un lenguaje semítico (;blaíla), que
guardaba muchas afinidades con el uga:r'.üco y c011 el feni:::o, per-::· transcrito en
C"'critura cuneifr, ..mc sumeria. De esr,ecial interés son las copio.: de los acuerdos
comerciales con las ciudades vecinas de Siria, di::: norte de Mesopotamia y Je
Anrrto!ia. Es nc1..1..,ario realizar todavfa estudios adicionales pero, a partir de
cs1c material. par.__i.:e que muchas de las formas administrativas, artísticas e in-
cluso literarias consideradas como pr0r-1ias del sur de Mesopotamia pudieron ser FIGURA ;.23. bcuhura en p;;:;:lrn
originarias de Ebla o de algún otro centro sirio. Estos descubrimientos amplían de Gudca de Lagash (fotografía©
·!:le Trustccs of the British Mu-
nuestros conocimientos sobre las relacione~ int:::rnacionales en el tercer milenio seum).
y los diversos centros que participaron en el desarrollo de las primeras socieda-
des esiatales.
Al carecer de mecanismos de integración eficientes para ma:1tener unidas a
las diferentes regiones, el imperio acadio comeazó a de~:!"!1tegrarse tan pronto c1on ~ra demasiado fuerte para ser superado, o bien era demasiado deseable
como d;.;minuyó el poderío militar de sus gobernantes. Tras el reinado de Naram- como para no ser asumido. El resultado supuso su asimilación dentro del siste-
Sin. este proceso se aceleró y algunas ciudades consiguieron convertirse en esta- ma establecido, con ligeras modificaciones. La autoridad central ya había sido
dos autónomos o. al menos, ser parcialmente independientes. Bajo Sharkali-sha- derribada como consecuencia de la actividad de los guti, pero éstos no introdu-
rri. el último gobernante efectivo de la di!'astía acadia, Uruk se erigió como cen- jeron nuevos mecanismos para \Ulver a ;:omponer las diferentes piezas del vieJO
l1 o d~ ;10df'r en el ·;ur y establecié su dominio sobre gran parte di:. .'.:;umer. Los estado acadiv.
guti. el pueblo montañés de los Zagros mcn,...;onado durante el reinado dP Na- Mientras diversos gobernantes guti mantenían la supremacía en el norte. en
¡-._.,11-Sin como una amenaza, pasaron a convertirse en el principal factor de dese- las ciudades del sur los gobernadores sumerios pasaban a consolidar su autoridad
quilibrio en el imperio. Aunque la secuencia exacta de los acontecimientos no como ensis. Junto con Uruk, también la ciudad de Laeash reafirmó su indepen-
está clara. se produjo una gradual desintegración del imperio que culminó con el dencia y llegó a alcanzar un gran poderío. A partir deCgobiemo de Ur-Baba, en-
saqueo de Acad en torno al 2159 a.C. (Bottéro, 1%7). tre 2.164 y 214-1 a.C., los gobernantes de Lagash extendieron su poder hasi ... do-
A continuación se inició un r"ríodo en el cual distintas ci:..::=:.des-estado re- minar gran parte de Sumer (Bottéro, 1967). En esta ocasión no se trataba del rc-
cuperaron la autonomía. Gobernantes con nombres guti con 1 rolaron diferentes surgir de un estado militarmente potente, sino del auge de un imperio econó-
ciudades-estado del nurtc, aunque resulta difíc-; 1 determinar las conSecuencias mico. Los objetivos de lo._ ~obernantes de Lagash eran similares a los de :a dinas-
que tuvo este dominio. Son muy pocos los elementos que pueden identificar[:'2 tía acadia, pero los medios para conseguirlos fueron diferc:1tes. Esta vez, los go-
como obras de arte o arquitectura de influencia guti. Seguramente, los guti re- bernantes de Lagash intentaron monopolizar el comercio de ciertos artículos,
sultaron profundamente influidos por sus súbditos y no a la inversa. Como en el pero sin un gran aparato militar. Se perfeccionaron las técnicas comerciales y los
caso de otros invasores seminómadas de Mesopotamia, el ímpetu de la civili 7 "- agentes de los ensi viajaron a lo largo y ancho del Próximo Oriente. contratando

2ft. - RED!.1AN
402 LOS ORÍGENES DE LA CJV!UZACIÓ:·• LA POLiTJCA YLA SOCIEDAD ESTATAL
403

~5::'j
rtiut:-;';ti'~ :., ~ ;:: .:
""'"''""'"'-~-,- · _...
fE6'o
e::mios
residencíales
~
~:~~~0~agrado (~rto j/
--
Oeste

•;--

PiGUR,\ 9.25. _Planta de la dudad de Ur, con los edificios más importantes ud rrncmos O rccimo
sagrado de h ciudad (según Woolley, 1955).

mo?hü ser_un líder militar y un gobernante efectivo, y que acabó derrocando a su


ant1gu? senor. Ur:Nammu fundó una dinastía en Ur (c. 2111-209..J. a.C.) que, en
poco !Te1upo, paso a controlar toda Mesopotamia. Los motivos ecm 1ümicos de-
FIGURA 9.24. Cabeza de seu11~eñaro_n un papei Jccisivv en la farmación de este imperio, duran le e! cual se
Gudea de Lagash (cortesía realizaron mtentos para mejorar la administración del estado acadiu. Ur-Na1tunu
del Museum of Fin~ Arts, asumió el título de ((rey de Sumer y Acad)>, que expresaba la naturaleza dual del
Boslon).
s,.;; de Mesopotamia. Aunque los acadios vivieron por algún tiempo en ambas re-
giones, el ·sur todavía estaba poblado predominantemente por una pob!;.:ión de
lengua su,neria. La organización de los asuntos de estado se estableció con mu-
la adquisición de productos y de maLerias primas. L2. prosperidad de estos gober- cb1 precisión, con definicinfl.es muy claras de la autoridad v de !as conductas. se-
!::mtes está muy bien documentada gracias a las numerosas contrucciones y obras gún se evidencia en el código de Ur-Nammu, otro hito en eÍ desarrollo de los ·tex-
de arte realizadas durante este período (figs. 9.23 y 9.24). tos legales. El código estaba compuesto por un largo preámbulo y una series de
Las creaciones artísticas y arquitectónicas de los dignatarios de Lagash muc:;- leyes presentadas en forma de casos hipotéticos seguidos de la nunua adc,..,.mda.
tran una fuerte iuJuencia acadia, pc:!ro pueden entenderse en el marco de una re- Y tenía como finalidad explícita el establecimiemo de la justicia en los asuntos re~
r:upcración el~ las ideas y de la autoridad sumcrias. Extensas i11iicripciones en ~u- l<1.:ionadus con la tierra. La promulgación de dicho código puede considerarse un
merio, esculturas semejantes a las obrnc- sumerias más antiguas y piez:.1s literarias testimonio del interés de Ur-Nammu por consolidar la ;1utoridad de la Jev o. lo
semejantes a las de los primeros tiempos penniten documentar este resurgimien- que es ~ás probable, por establecer el dominio de su aparato gubernamCnt~! v
to. Según las obras de arte y de los textos escritos que se han conservado, la se- consegmr el apoyo de la población. V

gunda dinastía de Lagash parece gobernar en un periodo de gran prosperidad Y Un segundo documento que arroja luz sobre las prácticas administr:-,·:vns de
de florecimiento de las artes. la época de lü tercera dinastía d;_:, Ur es un texto hallado en un moión fronterizo.
que establece ..:on precisión las jurisdicciones de los respectivos 2obernadorcs de
las ciudades. Un ejemplo de la iniciativa y de la enerofa de Ur-ÑamP1u v de sus
La tercera di11a.\11i:1 de Ur sucesores ~sel grandiü;;J programa de construccionesllevado a cabo (figS. 9.25 y
9.26). El sistema de canales fue ampliado con la finalidad de incrementar la can-
Un gobernante de Uruk llamado Utuhengal se atribuyó la expulsión de los tida~ de tierra _de cultivo inigable y de mejorar el transporte interurbano por vía
guti de las ciudades del norte. En el marco de la consolidación de su poder, fluvial. Ademas se reconstruyeron los t':'.rnplos anteriores y se erigieron otros
Utuhcngal designó un gobernador militar para Ur, Ur-Nammu, quien p!"'lnto de- nuevos. La mayor actividad constructiva se centró en Ur, Uruk y Nippur. Ur-
40-1 LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN LA l'OlÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 405

FIGURA 9.27. Impronta moderna realizada con un cilindro-sello acaJiu, hail,n.lo en Tell Asm~,,
que representa la ceremonia anual de la fertilidad del ,,matrimonio ~a,,.rado» (fotografia proce-
dnnte del Oriental lnstitutc de la Uniwrsidad de Chicago).

Otros personajes 1 ambién detentaron un poder considernble, pero el rey po-


día retirárselo en cualquier momento. Los ensis de cada ciudad tenían jurisdic-
ción sobre sus propios asuntos: sin embargo, las decisiones políticas o los princi~
pales programas c0'1structivos debían ser aprobados por el rey. Por otr:1 parte.
el soberano tcní,1 numerosos consejeros . . n su corte. A nlt"~ rfr• torn~r hi:: rlPrii::in_
ne:,, más importantes, el rey salia también consultar a los dioses. Tales consultas
requerían a menudo de ios servicios de sacerdotes especializados en la lectura
de ¡Jresngios en las vísceras de la5 ow·jas sacnficadas. Estos adivinos eran inte-
rrogados acerca de muchas cuestiones y podían nlcanzar una ascc.,dcncia consi-
o derable sobre el rey. Otro personaje que pudo ejercer gran influencia sob(c los
gobernan 1:!s de la tercera dinastía de Ur fue '31 gran visir (sukkal-Mah) (EdzarJ,
1967b).
E! imperio presentaba una situación de es!i1bilidad general, a pesar de que
FIGURA 9.26. Planta de un reducido sector excavado en!:- wna residencial de la ciudad de Ur, aparecen registradas numerosas campaña: militares contra adversarios extranje-
correspondiente"'.. la época de la tercera dinastía (~cgtin Woollcy, 1955). ros y provincias fronterizas. A diferencia de sus ¡::-edecesores acadios, los gober-
nantes de fa tercera dinastia de Ur no se preocuparon por mantener unido al im-
perio. De hecho, una organización más eficiente, lazos económicos más fuertes y
una prosperidad material general parece:: haber a.::tuado como ;JOderosos agen-
Nammu dio la forma final al zigurat de Nanna, diosa de la luna, en Ur (Edzard, tes unificadores. Esta paz interna está bien documentada sobre todo en la segun-
1967b). Lo que originariamente, en los períodos de Urut y de Jemdet Nasr, había da mitad del reinado de Shulgi (c. 2093-'2046 a.C.). Los historiadores caracterizan
sido concebido como una plataiorma para un templo, se convirtió en un monu- al período de la tercera dinastía de Ur como una edad de oro pacífica que propi-
mento formado por platafonnas superpuestas y coronado por un santuario. Su ció un florecimiento de las artes. de la arquiteclU!". y de la literatura. Sin embar-
diseño fue concluido por los arquitectos de la tercera dinastía de Ur y desde en- go, el imperio se veía regularmente amenazado por los pueblos vecinos, er, parti-
tonces ha permanecíUv como el monumento típico de la antigua civilización me- cular por los hurritas desde el noroeste y por los pueblos montañeses de los Za-
sopotámica. gros. Por esta razón, y a fin de mantener abiertas las rutas de !as materias primas
Los gobernantes de la tercera dinastía Lle Ur ostentaron una autoridad abso- vitales, se realizaron campañas militares contrn estos insurgentes. Por otro lado.
luta en lo que pt!r1 Mesopotamia suponb un estado altamente centralizado, don- junto con el empleo de hi:, armas. los gobernantes de la tercera dinastía de Ur in-
de el rey poseía una autoridad suprema en todos los ámbitos del gobierno. Vario:; tentaron unificar su imperio por medio de alianzas r..:itrimoniales. Existen prue-
gobernante:,, íncluyendo a Shulgi, hijo de Ur-N~'."'lrnll, asumieron el título de un bas de que algunas de las hijas de los reyes de la tercera dinastía de Ur se casaron
dios, aunque se trataba de divinidades protectoras menores. Se levantaron san- con príncipes extranjews. Este mecanismo para mantener la paz obtuvo r~sulta-
tuarins de culto al rey, que controlaba por completo los diferentes elementos teo- dos des(':'.uales, para finalmente establecerse como una práctica habitual en la his-
cráticos. Aunque se trata de una cuestión no del todo confirmada, probablemen~ toria posterior.
te en estos momentos el rey desempcüaba el papel de Dumuzi (Tammuz), el La extensión de los dominios de la tercera dinastía, o de los de cualquier
amante divino de lnanna (Ishtar), durante la ceremonia anual del matrimonio sa- otro estado rnesopotámico, resulta dificil de establecer con exactitud. Es prona-
grado (fig. 9.27). ble que la mayor parte de la llanura de }desopotamia. si no en su totalidad, así
406 LOS ORiGENES DE LA CIVILIZACIÓN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 4117
como parte de las tierras altas del norte, estuvieran controladas pur los ;obi.:r- Cabe señalar la instauración de juzg~1dos para decidir sobre las disputas, en los
nantes de Ur. ~¡uc varios jueces escuc!rnban un caso y dictaban v11c1 .o.::ntencia. Las polémicas
Durante todo el gobierno de esta dinastía, la residencia real se localizó en Ur, más comunes estaban relacionada:5 .::on las le~1es sobre la familia, como el matri-
pero Uruk y Nippur fueron también ciudades i~port~n~e~. Nipp~r ~ra la ~iudad monio. !a herencia y el divorcio. No tenemos noticias acerca de que se adjudica-.
sae.rada de los sumerios. sede dd culto de Enhl, la d1vm1dad prmc1pal del pan- ran tierras en disputa para su venta, lo cual puede constituir un mdicíu adicional
teón sumerio. Los ensis ·de Nippur recibieron un tratamiento preferencial mien- de la inexistencia de propiedad privada y de transacciones de tierras, o bien de
tras el templo de Enlil detentó el máximo prestigio religioso. que tenían un ámbito de aplicación muy restringido. Incluso los esclavos tenían
Los territorios dominados por la te,.:era dinastía de Ur estaban divididos en derechos ante la ley y estaban legi!imados para plantear pleito~ ante el juzgado.
unos cuarenta distritos administrativos, cada uno de los cuales estaba gobernado No obsrnnte, sólo los esclavus que llegaban a la sen idumbre por insolvencia go-
1

por un ensi que se encargaba de los asuntos lc::ales y era responsable ante el rey. zaban de la mayor parte de los derechos concedidos a las personJs libres, r:::ien-
Algunos distrilos impc:'' .._·_ ~ - - ro ;.-'!"Oblemáticos estuvieron baj? el_ mando de go~ tras que los esclavos extranjeros apenas tenían personaitdad jurídica.
bernadores militares o shagins. La suce~ión al trono era hered1tana y los sobera- Varic fueron los faclores qc¡e intervinieron en la caída de la tercera din~.:;tía
nos de la tercera dinastía de T lr tomaron precaucirme~ para que los ensis locales de Ur. Aunque parece que la convivencia de elementos sumerios y acadios de la
no estableciesen también el mis.no tipo de sucesión. Los ensis eran asigri.:.dos a pnblación fue positiva, se conslata la i1rupción de nuevos grupos seminómadas
distritos diferentes a los de su ori!!en, e incluso <:r; tienen noticias de deportacio- .:!ne! imperio. Estos procedían de diversos lugares, aunque a menudo se les cono-
nes de poblaciones enteras por ma-ndato de los gobernantes de la tercera dinastía. ce como los martu, procedentes del norte y el noreste. Algunos se asentaron cer-
Estos primeros intentos de reducir el porl~r potencial de los grupos y de !as auto- ca de las ciudades y se integraron en la sociedad urban<>. pero muchos de ellos si~
ridades locales, con objeto de mantener un go'uierno fuertemente centralizado, se guieron siendo fundamentalmente nómadas, aunque, temporalmente, se dedica-
hicieron más frecuentes en las dinastías posteriores. ran a actividades sedentarias. Este tipo de grupos repres,..,ntaba una amena?~
Los dos centros de actividad adminb~rativa más importantes dP una ciudad periódica en épocas de escasez o de inestabiliC:id.
eran el palacio y los tc::s.;:ilos. Estas comunidades, eran práctic...t111ent~ autóno- Lm problemas internos también importunaron a Ibbi-Sin (c. 2027-2003 a.C.),
mas, poseían tierras. comerciaban y producían mauufacturas. El palacm del rey el último monarca de la tercera dinastía de Ur. Varias ciudades-estado se dcd~ra-
repre.,Pntaba el principal centro de autoridad administrativa, aunque ..:xistfan ron independientes, al tiempo que algunas autoridades locales alcanzaron ahu.s
otras .::omunidades productivas que, con frecuencia, r0cibían órdenes directa- cotas de poder. Esta tendencia culminó con lo que, según las evidencias escritas,
mente de la autoriaad central. De lo que se puede inferir a partir de los docu- parece haber sido h. t.raición a Ibbi-Sin por r--:>.rte de i:.hbi-Erra, uno de sus co-
mentos cisponibles, la tierra no se poseía a título privado, sino que en general mandantes militares (Edzard. 1967b). lshbi-Erra tuvo noticia de las incursiones
er;::. ;iropit:JaU de lo~ ~-~mplos y palacbs, aunque algunas ~ar~elas se ~rre?daba~ de elementos nómadas de los :-iueblos r::artu y solicitó el nombramiento como
de forma temporal o eran cedidas en usufrus:to. Hasta el penado babllomo anti- comandante de la ciudad de lsin. Por aquel entonces contaba con la ventaja de
guo, no se desarrolló completamente el concepto .:::~ propiedad privada d1.,; la disponer de los excedentes üc cerealc::: en los almacenes de la ciudad de lsin du-
!~~rra. rante un período de hambre generalizado en Sumer. En aquellos momentos, c1
Los recuento; ad~inistrativos efectuados por los funcionarios del palacio Y ¡:-'"ecio del"cereal se disparó en Ur, bien por el fracaso de Ja cosecha. bien porqut:
ud templo eran increíblemente detallac!os. Algunos oficiales del templ~, Jel pa- las incursiones de los nómadas interrumpieron los trabajos agrícolas. En la ciu-
l~cio y de la ciudad anotaban diariamente los bienes entregados por diferentes dad, el rey ya no tenía poder para controlar a los oficiales regiom1les y fue inca-
individuos y hacían los balances entre las ;;ecaudaciones y las entregas. La pro- p23 de desafiar a Ishbi-Erra, quien estableció un gobierno rival en la ciudad de
ducción agrícola también se registraba con detalle. Si bien gran parte ~e los int~~- Isiu que pronto consiguió controlar buena parte del sur de Mesopotamia. Ibbi-
cambios realizados en esta época seguían el sistema de trueque, también se ut1h- Sin se mantuvo en el trono de Ur clurante algunos años más, hasta que en la re-
zó la plata como valor de referencia <>n las transacciones: una mina úc plata equi- gión de Elam se desató una revuell:1 que culminó en una invasión del sur de ivle-
•:alía a 60 shckefs. Asimismo se utilizaron medidas secas de volumen, especial- ~npotamia. Ur fue saqueada y el mayor imperio sumerio, el estado modelo para
mente para el grano. Un gur equivalía a 300 sila. El valor de los bienes permane~ épocas posteriores, vivió 1m trágico final. Así pues, ni la invasión de un grupo nó•
ció constante durante la mayor parte del período de la tercera dinastía de Ur. macia ni la revuelta de algunas ciudade::.-estado por sí mismas ¡.iudieron acabar
Un mecanismo empleado para salvar las grandes distancias existentes dentro con la tercera dinastía de Ur. 1-fas bien fue la combinación de una serie de facto-
de los dominios de la tercera dinastía de Ur y para, de este modo, vincularlos cs- res desestabilízadores (los pueblos seminómadas, los 1erritorios en rebelión y la
trechamentP entre sí, consistía en mantener una buena organización de '.1s siste- debilidad del control cenlral) lo que desgastó la capacidad militar y administrati-
mas de tranf;norte. El transporte por vía lluvia! y a través de canales alcanzó un va ckl estado.
uran desarroilo, y estuvo celosamente controlado y registrado por los funciona-
~ios. Las comunicaciones entre los nficiales de las ciudades se trar:.smitían por
mr.dio de mensajeros que viajaban a pie o en burro. PROCESOS LJCNERALES EN LA APARICIÓN DE LA CIVILIZACIÓN
El sistema legal proporcionó otro mecanismo para mantener unidos los ele-
mentos dispares que formaban la sociedad de la tercera dinastía de Ur. Los có- En el proceso de desarrollo de la civilización en el Próximo Oriente, desde
digos legales, como el promulgado por Ur-Nammu, establecían pautas de com- los primeros asentamientos :,asta las primeras sociedades estatales urbanizadas,
porhmiento y, en general, defendieron lus derechos de las clases más pobres. cabe destacar dos transformaciones fundamentales: !a introducción de la agri-
408 LOS ORÍGE~ES DEL\ CIV!L!Z.\C!Ú~
LA POI. ÍTfCA Y LA SOCIEDAD ESTATAL 409
culturn "d sun:dmiento de las ciudades. a,·ances que afec·.aron a todas las socic-
parece que el control de este .:omcrcio fue Ll':_;. de los objetivos prioritarios de
daUL'S p~1stcriorLcs. La culminación Je! pr?ceso concniyó 7~n_ la consolidaci~n de
los gobernantes urbanos postcíiores. El monopolio del .:omercio de ciertos artí-
una civilización urbana productora de alimentos que pcnod1camente se umfica-
culos básicos, C0ú,o el cobre o la madera, supuso poder y riqueza. Las fuerzas
ba bajo un gobierno estatal. Las ciudades mesopot:.ímicas con~tituycron el nú-
principales que in!,,rvinicron en e! surgimiento de los estado'i nacionales sobre
cleo dd entramado de la· civilización. así como de los logros mtelectuales. las
la base de las heterogéneas ciudades mesopotámicas fueron dos: el militarismo
creaciones artísticas y el desarro!lo de la organización social.
y una administración compleja ...1.~mque en diferente medida, ambos factores
En tCrminos gene1Jles, la ciudad mcsopou.ímica ~uede describirse como un ::onstituirían los mecanismos unificadores ::iás importantes de todos los gobier-
ccntrn densamente poblado que cumplí.1 ,·arios obje!i\'us. No parecía existir una
nos estatales, tanto los mesopotá;:iicos como los rostf'riores.
planificación global de. las pr_imeras ciud_a?es. pero algur.~~s ár~as,. como los
Los cambios tZemográficos, y en especial el aumento de la población, tam-
recintos s:u¡rados, se d1ferc::c1aron esp.::c1f1camente para cumplir ciertas fun-
bién fuenm decisivos para el de:;::rrollo de la nueva organización social. Aun-
cionl.'s esL"n.._ciales. La ciudad centralizó b administración política. los cultos re-
que sigue siendo un aspecto difícil de documentar en arqueología. la población
lioinsns \' las actividades económicas. Por otra parte. su im¡:c,.tancia también
experi:nentó un crecimiento progff•sívo y generalizado durante el postpleistocc-
r~:idHi L:n la heterogeneidad de su población y en las tareas realizadas den-
no. Algunos invesligaG.Jres han sugerido que este crecimiento demográfico ac-
tro tk ellas. En consecuencia se preci::aron nuevos :ncdios para m1ntener la
tuó como variable independiente, promoviendo las innovaciones culturales
unidad v el funcionamiento de un sislema caUa v:::: más comr 1~jo. La cscriturn,
como respuesta a unas necesidades subsistencia!es también en aumento. Tanio
las !L'vl'S. e! ::rtc figurativo. los elaborados rituales. 1os gobernantes seculares
si aceptumos esta postura co,no si no, las unidades demográficas de mayor ta-
y las ·burocracias fuero11 ..1lgunac: de las respuestas a est:1 necesidad de regula-
maño conformaron el sustrato necesario para el dcsarr.::,:lo de la compleja y je-
ción. rarquizada organ;::ación social de las primeras ..:ivilizaciones. No obstante, si-
I.as primeras ciudades de .\ksopmamia no eran especialmente grandes. si
guen sin responderse pregt'.::itas como: .:,bajo qué condic!::mes actúa la presión
las L't1111pnramos con ei Lipa de urbanismo posterior en otras pan_es ~el mu.nrlo. rlemngráfica como estímulo para el cambio?, y ¿a lravé~ de q11é mecanismn<; ac-
El tannfio de la población de !o, núcleos urbé:!!0S- •:k! !r,rr"'r n1d,=,nm n,;:r·rhh•.1 túa?
cnlrc lus 10.GQ0 y los 50.000 habitames. Pese a que presentaban una gran con-
La tecnofr>gía de produccio;, de alimentos es el :"curso fundamental en el
ccntr:11·i1in v con frecuencia cstabün rodeadas por nna muralla defensiva, las ciu-
que se basa toda cívilización. La domesticación .:ficaz de plantas y <1nim~~'c.:; per-
dadc:; en s{ 111ismas ~:o eran las autér.•'c2.~ unidades económicas y políticas. Las
mitió un mavor control !-ílbre los recursos alimentarios. Los primeros c.:11npesinos
unidades territoriales de Mesopotamia 1:ran las ciudades-estado. que .::.:i,npren-
del Próximo· Oriente no tuvieron necesariamente una vida inás fácil que sus pre-
dt.in tanto el cc:>tro urbnno como las <!reas adyacentes bajo su control directo_.
decesores cazadores y rec..,lcctores, pero eran r,ipaccs de organizar su existencia
en su nwvonu tierras cultiYadas por los habi1,-. .. ;es de la ciudad. La extensión de 11n modo diferente. La <1gricultura y el almacP□ amicnto permitían (y exigían)
del :íre:i C1rcundanLc v~>riaba según el poder de la ciudad y la competencia con
el establecimiento de comunidades pennam.:iJtes. El programa de actividadf:'s
h.; ciudaLles-estado vecinas. Probablemente, las r'.';meras ciudades-estado sólo
ta:nbién cambió de la constante, aunque r..o exhaustiva, t11.ísqueda de recursos ali-
c•t~ntrolaron directamente el territorio compr.:ndido dentro de un radio de 5 o
mentar:::i.s, al esfuerw intensivo y periódico. Los ca::ipe.,,inos tenían que trabajar
10 kilúmctros en torno al propio núcleo central. Cua,,do el número de ciudades- duro durante períodos cortos. pero este esfuerzo se compensaba gracias a las eta-
estado se incrementó, paralelamente a sus ambiciones territoriales, estallaron
ras del ciclo agrícola en las que no ~:-a necesario un trabajo inte!lso. Al principio,
los rnnriictos fronterizos, lo cual tuvo como consecuencia una primera fase de
los agrici.;_!~ores segumn dedicando tiempo a la obtención de recursos sil·;estrcs,
or!.!anización 'Tiilitarista './ de concentración de la poblct.:ión en el re::!nto urbano.
pero pronto pasaron a dedicarlo a la realización de auividades artesanales y
EsLtn es lo que parece haber sucedido durante e! pcríooo dinástico antiguo en la constructivas. Cracias a la producción de alimentos. aumentó considerablemente
rc"ión de Uruk.
la cantidad de bienes materiales. mientras que la inversión en bienes de capital
~ ( 'onocemos al grupo étnico que vi\·fa en estas primeras ciudades a través de conllevó' un aumento de la productividad y, al mismo tiempo, de los bienes dis-
su knoua, el sumcrio. Sí bien las contribuciones de]:::.:; sumerios a las generacio- ponibles.
ncs pl~tcri('!'CS son fundamentales, parece que no tuYicron sucesore~ d!rectu.s,
Las c.,;tra1,o,_:;ías de proé:Jcción de alímt:ntos también se vieron modificauas.
de- acuerdo con los datos aportados por la lingüística. La notable comc1dencia
Las nuevas especies de animales y plantas permitían ~::rn mayor productividad y
de productividad y de creatividad en los sumerio~ ?el cuarto y ter~er milenios
ta adopCi..:n de la vida agrícola en regiones donde hasta entonces no había sido
sl1lll cst..í documentada por los hallazgos arqueo!ogicos. Pese a las importantes
posible. Asimismo, la introducción de una serie de técnicas incrementó la pro-
nidt.•ncias artísticas y lingüísticas que mues!nm la existencia de una culturas.u-
ductividad y amplió la extensión de tierra cultivable. Por otra parte, la irrig,1-
mcria uniforme en todas las tierras bajas de IVIesopota111ia. carecemos del m1s-
ción hizo viable el cultivo ew íe!!iones donde frecuentemente la falta .:!e lluvias
nlll nivel de información sobre su histoíia política. Las ciudades-estado, en ge-
impedía la práctica de la agricdlura de t:cc-:ino. Con el perfeccionamieuí.u de las
neral. constituíaf' las unidades políticas y sólo se unían en estados naciorn1lcs
técnicas de reg_adío. las consecuencias fueron todavía más notorias. /.demás, la
m;ís amplios durante algún tiempo. Son varias las causas para explicar los p~rí~-
irrigación y olras prácticas agricolas intensivas promo-,:.:!ron diferencias de ri-
dos de unificación bajo una autoridad centralizada. pero los factores econom1-
queza y un control desigual de los recursc,s productivos. Sin duda, este fue uno
cos son siempre recurrentes. Las tierras bajas de !vlcsopotamia carecen de ci~r-
de los factores clave para el surgimiento de la sociedad estratificada. Los benefi-
ta~ materias prim"s necesarias para su economía. La importación de estos b1c-
cios de la irrigación y de otros medios para intensificar la producción agrícola
ncs pm!o ser decisiva en el proceso de aparición del urbanismo y, de hecho.
condujeron a una estrategia adaptativa basada en el control centralizado de esta
➔ ][) LOS ORÍGE;\ES DE LA CIVILIZACIÓN LA POLiTJCA Y LA SOClEDAD ESTATAL 411

producción. Las comunidades podhn sobrevivir sin 11~a administración centrali-


znda, pero obtuvieron mejores r<"s:ultados las que se organizaron hajo una única
autoridad. Esto constituyó un factor secundario que favorcc10 la aparición de la
sociedad estratificada en clases\' de la administración centraliL<1da.
El comercio de materias primas fue practicado en el Próximo Oriente des-
de la época de las primeras aldeas agrícolas, de acuerdo con lo que conoce-
mos de la distribución de la obsidiana anatólica. y desempeñó un papel prota-
gonista en el desarrollo y la expansión de las primitivas técnicas agn·colns. E!
come1 cio result5 una actividad Yital para las primeras coml'nidades m~sopo*
támicas que no eran autosuficientes en materias pfimas básicas. Como solu-
ción a este prnblcma se ore:anizaron para acceder con regularidad a gr 1mdes
cantidaUcS de productos procedemes de diíerenks regiones. Esta circunslanLia
F!GUIU 9.28. Detalk de lll este-
favoreció la aparición de una clase administrativa cuya función consistía en ges- la de los buitres, en la que se re-
tionar el ahask:cimiento. el pago y la distrib:.1ción de los artículos, así como de presenta e! equipamiento y la orga-
una cl<L...' de funcionarios que !le\·ase a crbo las expediciones comerciales. El nización militares en !a época del
desarrollo de la actividad comercia! también propicié> la aparición de industrias dinástico antiguo (fotografía de
m<-,,lllfactureras, orientadas hacia b: producción de bienes para pagar las impor- Ju~ Museo:; Nacionales de Fran-
taciones, y. probablemente, de una clase de aventureros que, a tílulo privado, cia).
buscaban beneficios comerciales actuando ;i trnvés de las fronteras de uifícil ac-
ceso.
;::: ... "',.;'- i,i .:1:iu ... <i ..: .... : .. ., P' : .. 1era~ .,]d.?.as, se ,'._!,eneró cierto tipo de actfridad béli- estimarse. Si bien es cierto que produjo cambios demográficos que dieron luga:
ca. Parece que ya desde una fecha tan temprana como el ¡;.colítico precerámi;:;:.::, A a asentar.~:entos concentrados 1riciles de defender, uunbién resultaban muy
de Jericó, se produjeron las suficiemes amenazas de conflictos armados como atractivos para un potencial agresor. La creación de un ejército permanente con
para estimular lils inversiones en la construcción de i;npresionantes Jbras defen- su:; nropios di;-:gentes supuso Pl_ traslado de la principal fueP.te de poder en las
sivas. La guerra en la época de las primeras aldet1s no tuvo probablemente un ca- ciudades antiguas de los líderes religiosos a las manos del comandante de las
nícter onrnnizado. En eso:; momentos. las comunidades atacaban a sus vecinos en fuer.las armadas. Esta transición en la historia política nunca ha vuelto a inver-
cüso de que éstos ucapararan ciertos artículos, ;:iero sólo con la consolidación de tirse por completo.
las comunidades sedentarias, capaces de producir alimentos suficientes para El .. ,atus de las mujeres cambió de forma notable con la aparición de la
muntcner la producción de arteL¡ctos, fueron 11ecesarias las inversiones en ob:as sodedad compleja. Aunque son muy recientes las c::mtribuciones desde la ar-
defensivas a gran escala. J~ricó en el octavo mileniu y Tell es-Sawwan en el sex~o queología a este tema, podemos extraer algunas inferencias a partir de diferen-
son ejemplos de comunidades que acumularon gr2.!ldes cantidades de bienes ma- tes estudios etnográficos. Se ha propuesto que los orígenes de la agricubITa ~'
teriales en comparación con sus wcinos. Estus poblados constituyeron objetivos de la vida sedentaria en ald..:.a sur ;nen el iniL~.._, ...;._ ..... ,. . serie de cambios que
atractivos f"lrJ las incursiones y. en consecuencia, tll\'ieron que protegerse con condujeron a una creciente diferenciación del status de hombres y mujeres. A
murallas y, quizás, manteniendo un ejército. Este proceso alcanzó su plenitud du- este 11.:specto, se mencionan tres factores interrelacic:rndos como causas básicas
rante la segunda mitaá del período dinástico antiguo. para el que existen abun- para el ".ambio en el status (Conkey, 1977; Quinn, 1977): 1) la consolidación de
dantes pruebas de una activid;d beJica organizada y de una elite cuya principal las aldeas sedentarias facilitó la división entre áreas Je habitaciún y áreas de
ocupación era la dirección de ... ampañas militares. Las evidencias arqueológicas y trabajo; 2) el desarrollo de la agricultura condujo a un aumento de la respon-
los documentos escritos indican que ci militarismo desempeñó un papel muy im- sabifü!•,ct de las mujerc:s en la prcp,:;.ración de alimentas, un? actividad que
portante en la formación de las prim,..ras ciudades y estu<los. Las lisrns reales quedaría restringida a las áreas próximas al hogar, y 3) los hombres tuvieron el
muestran su prP'JCUpación pOI ias guerras. y muchos de los monumentos más no- mayor protagonismo en las redes de intercambio de bienes y de comunicación
tables del dinástico antiguo destacan por sus represemaciones de campañas mili- del conocimiento (que incluyen los rituale~ y la comunicación simbólica). Así
tares. pues, tanto el cambio en las prácticas económicas como en la organización de
La composición y el equipamier.<o del ejército de una ciudad están perfecta- las r~sas supuso una creLi..:nte diferenciación entlc los rules masculino y femeni•
mente ilustrados en el estandarte real de Ur (fig. 9.15) y en la estela d:: los buitres no en las actividades productivas y en las de organización social. Con la intensi-
(fig. 9.28). erigida por Eanatum de Lagash. Las armas, el equipo y la organiza- ficación de la agricultura y el desarrollo del urbanismu, estas divisiones se ins-
ción de 1:-i<: fuerzas miE~~ires sumerias descritos en estas dos obras evidencian una titucionalizaron mediante una serie de creencias, de costumbres e, incluso, de
maquinaria militar muy desarrollada. La disciplina y las tácticas empleadas no leyes.
son las propias de una banda tumultuosa y desorganizada, sino de una estructura La espcciah:.acié:: de las actividades y la distribución-de la riqueza son proce-
de gran complejidad. que evidencia la importancia del ejército permanente como sos difíciles de comprender en su totalidad y que constituyen los factores decisi-
desencadenante de importantes avances eulluralcs. vos en el desarrollo de la ci•.'iiización. Puede asumirse que la mayoría de las socie-
Las consecuencias del militari~mo organizado. sin embargo, no deben sobre- dades preagríco]c1c: fue.ron, generalmente, igualitarias y no existía apenas especia-
LOS ORÍGENES DE L1\ c,v,uz.,.(]()l','.

!ización interna. a exccpcíón Je la dctermin~. _;..... poí la edad y el sexo. Pu, su par-
re. las sociedudes urbanas se desarrollaron mcdianr•• una intensa especialización
del trabajo. que: ;uc pareja al establecimiento de gE1ndes diferencias en la distri-
1,ución de la riquc::a. F.11 relación a estos dos procr~rJs. rc::,u!:ó fundamental la dis-
p,1nibilidad de un excedente susceptible de ser invr:nido en actividades especiali-
7.Jdas. y que. a su vez, pcrmiticrct la manutención de las clases más poderosas.
P~Ira :1cumular estos excedentes, 1) los ag1 ;cultores debían ser inducidos a flfodu-
cir!os en grandes cantidades; 2) una ,1 uloridad '.:C;llrd.; debía supervisar su ~cumu-
!ación. y 3) las nurmas de la comunidad tení;in que :-ier modificadas de modo que
!;1 rcdisti:ibución de los excedentt:::s no diera como rtsultado una situación iguali-
taria. A partir de lo que puede infcrirs~ de los rcgi:ilros escritos y ::rgueológicos,
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Acad, 342, 358, 193-400; Naram-Sin como so-
tion and ar:ricultural dispersa! in the Old World)), en The domesticr.!!un and ex- berano de, 399 comparada con rectangular, 265-268: en el
ploitation of plants and anima!s, eds. Petcr Ucko y G. W. Dimbleby, Aldine, Chi- Adams. Robert McC.. 283-28-1. 291. 298,310, din:istico ,mti!!tll' 36S-373, 374, 386-387; en
cago. 337.:Ul,341. las primer"·' ,lkki~. 18í, 191-194, 197,213,
Zohary, D,u1iel, y Maria Hopf (1973), «Oomestication o[ pulses in the Old World>, agricultura: condiciones prcvhs para. 147; de- 219-220: epipaleo!ítica. 100-10!, 105-106,
Science, 182(4.115). pp. 887-894. • fiD'r:ión de, 123; estímulos a I¡¡ imrod11cción 110. 112: Hacilar. 241; halafiense, 256: Jar-
de. 147-! ·IS; incipiente, 99. 11-i. 130; motor mo, 214: Jericó, 110: l\·i<:'.sopotamia. 322,
Zohary, Dani'!l, y Pinhas Spiegel-Roy (1975), s(Beginnings cf fruiL growing in the Old principal en el desarrollo de. 139-141: obs- 3:.:..6, 354. 355; Samarra, 252-253; Umm Da-
World)\, Science, 187(4.174)_ pp. 3JY-J27. táculos a, 146; y el origen de b. civilización. baghiyah. 243-248; Warku, 327
Zubrow, Ezra B. W. (1973), i1Agricultural patk,ning)>, trabajo presentado en el en- 409 asentamiento. patrones de: dimístico antiguo,
cuentro de 1973 de la Society for AmerirrJ.n Archaeology, San Francisco. agricultura, hipótesis sobre el ongen de: De 373-375; e:- e! estudio de sociedades com-
Candolle, 120; l..<plicación mullicausal, 139- plejas, 312: en Ja rt:gion tic -,:,.il!h.il, 337-3-tü.
149; hipótesis de la presión demográfir:1. en las primeras aldeas, 265-268, 270: organi•
133-135; hipótc~is de la zona marginal, 135- zación de jefatur:1 265; paleolíticos, 91
138; hipótesis de la ,.ona nuck•.r. 128-131; asent:1mi, nto y sul1sistcncia, modelo para un
0

hipótesis de un nuevo cambio dimálico, sistema de.141-146


131-133 A~ikli Hüyük. 212
Ain Ghazal, 9
,;in Mallaba, 99-104, 186,264.267
aldeas: agricultura establecida .:n: A nato!ia, bandas, 262
234-242, Levank, 228-234. montes Zagros, Barda Balb, 88-89
242-2?8; epipalcolíticas, 1IS: preagricolas, Bcidha, 188. 190-196, 225. 264,266,267
186; primeras, agrícolas: en A.nato\ia, 198- Bclbasi, 85
213. en Egiplo, 223, Levante. 189-198, mon- Biblos. 232-234
tes Zagros, 213-221, patrone~ de desarrollo. Binford, Lewis. 135-137, 225
223-227, Transcaspio, 223; vida en las pri- bovino. 1•,Iase animales
mer<1.:,, 186-189 Braidwood. l?..obei! J., 85, 88, 99, 14~. :C:13: hi-
alfarería, véase cerámica pótesis de la zona nudear, 128-131. 224; y
Ali Kosh, 180,182.188, 211, 216-219, 225,226, Bruce Hnwe. 113
264; como apoyo a la hipó1esi~ '.Je !a zona
marginal, 138
almacenaje, 88,117,247 cabras. 1·éast.' animales
análisis \ocacional, 308-311 cambio cu!turnl, 20-25; en fonna de ,,rampa»,
Anatolia, 35; inventano de yacimientos en, 21: en forma «escalonada", 21
199-213, 234-242; meseta de. 57-58; nuevos cambio tecnológico: en !a antigua Mesopota-
poblados de, 234-242; primeras aldeas de, mia, 343; epipaleo!ítico, 116-117, 129-130;
198-213 paleolítico, 94-97; y el éxito de las aldeas
animales, 345. 376; bóvidos. 184. 235,345; .. :i- cnmpesinas, 230
bras. 182-183; cerdos, 18-1: domesticación Carmclo, cuevas del monte, 80-82, 83, 93, 99,
de. 174-178; en rituales, 220; mejora de. 229; 151
perros, 178-180; 1•éase tambien datos faunis- Carnciro, Robert. 288
ticos C,:atal Hüyük. 184. 234-240, 265. 268, 273, 274,
arcilla, modelado de, 114, 117, 205. 207-209, 305
214,220,237,319,320,330: rCase también 1:;ayünil, 180, 199-212, 225. 226,267.274
cerámica; figurillas cazadores-recolectores rdudados, 126
Arp:ichiyah, 256,265,269 cebada: domesticada, 163: "Silvestre, 99. 161-
arquitectura: aldeas evolucion,,das, 2.12, 234, 163
244: l:ieidha, 191-194; cambios en, 194,221. cerámica, 218,221.230, 233-234, 237,241,242,
Í'.\DICE ALFABÉTICO
441
440 LOS ORfGENF.S DE LA CIVILIZACIÓN
Hassuna. 2•:13-250, 255; yai.:i,nicnto d.-:. 244- manipulación, 123. 124, 175-176
271-272; a tórno lento, 32l, dinástico anti- Egipto: amratiense, 362; badariense, 360-362; medio ambieme, 35, 70-71; cambios en, 132;
2<!5, 268
f!U11. 367; Egip10, 361-362; halaficnse, 255, gcrzense, 362-363; neolítico, 360; primera v He!baek, I·fam. 123,251 efectos de, so\Jí'.' el origen de la agricullura,
256-257: Hassuna, 244, 249; Jcmdct Nasr, segumia dinastías, 364-366; primeras aldeas Hale, Frank, y Flannery, Kent V., 86. 97 139; reconstrucción de, 150-151
334; Samarra, 250; 'Ubaid, 319; Uruk, 325- agrícolas, 223; unificación de, 363-364 hoz con pátina de uso, 84. 113 Mellaart, James, 212,234, 2.35. 237
::::26 El Wad, 99, 102 mesolítico, 1·éasc epipa!eolílico
cereal, granos de: carncterísticas de, 159-161; elite, 29.,, 294, 304, 356, 380; religiosa {del Me5opotamia, 10,286,287,289, 2~: dinástico
mutncioncs en, 159,161,162; recolección de templo), 299,330, 354-355, 359,388; secular, industria de piedra tai!ada: aldeas annzadas, nntfo.uo, 367-393; estados nacionales en,
grano silvestre, 122, 148; trigo panificable, 380 236. 249, 258; epipaleo!ítico, qg_ 102-103. 393-407; hipótesis sobre la formación de, 52;
3-1-1 enterramientos, sepulturas, 118; de neander. 106. 110, 112. 114·. paleolítico, 7ó. 77. 78, 81, llanura aluvial de. 4ó-50: patrones dcmogní-
dud,1d, 284; de Mesopotamia, 408; definición tal, 88; en Egipto, 361; en el cementerio real 82, 83, 84, 85. 88, 89; primeras aldeas. 194- ficos en, 337-341; primer urbanismo. 294•
de, 277-279; en el dinástico antiguo, 373- de Ur, 377-381; en las primeras aldeas, ]89, 19ó. 206-207, 212,214,217,220,221 304, 314-356
375: en el origen de la civilización, 407-408 194, 206, 2]R· en Mesopotamia, 312; nalu- industria iítica de molienda, 84, 93. 99, 102. meta!, trabajo del. 209-210, 255,347 .
ciudades-estado, 388-393 fienses, 103 106. 110, 112. 113, 114, 194, 195. 21-L 217. micro!itos, 85, 91\ 102, 106,112.214, 221; ms-
civilización, 278, 358; concepto de, 279-281; epipaleolítico, 74, 84-85, 98-111, 112-116; de- trumentos compuestos. 95, 112, 117, 188,
220. 258
definición de, como conjunto de caracterís- sarrollo general, 116-118 información, flujo de, 294,299 207· introducción de, 95
ticas, 281-283; modelo sistémico-ecológico Eridtl, 317-318, 322,373 militarismo, 301. 303; véme tambiéll defensa:
instituciones organizativas, 272,299.382
de, 283-284, 294-304; procesos generales de Es-Skhul, 82 ins~~um.!ntos óseos, 103, 112, 194. 207 • .::12. guerrn
aparición de, 407-412 esclavitud, 387,407 J\4oortgat. 1\., 3S11
217. 220, :'37. 249
Clark, J. Dcsmond, 79 escri::ira, 282, 366; dinástico nntiguo, 381; e!' irrigación, 235. 238, 250,299,343. 3/6: en el Morg¡¡rJ, Lcwis henry, 279
clima. :15, '-7-40, 41~ cambios en, 94, 131-133, et estudio de las sodedades complejas, 312; des.irrol\o del urb¡_,,1isn10, 285-257: en el «molares primarios,, 26,283
l•t7, 232; en la llanura mesopotámica, 49; invención de, 348-352 origen de la civilización, 409; sisk,,la intra• muestreo arqueológico. 3íl7
lluvias, 38-39; palcoclima, 154 e~;:-'.!cia!izución artesanal y división del traba- co!T1unitario de, 341; Ur lll, 403 mujer, swtm de la. 94,411
códigos lcg;;;,;s: código de Ur-Namnm. 403; jo, 227,278, l82, 293,299,301,346; dinásti- Munhata, 189. 197,198,225,234.264
código rle Urnkagina, 392; Ur ltJ, 406 co antiguo, 376; en el origen de la civi!iza- Mureybit, 168. !86. 189. 226, 267
comt:rcio, 148, 188, 212-218, 271. 290, 365, L¡Ón, 21il, 411--U2 Jncobsen, Thorkild, 389
408-409; acadio, 395; colonias de, 377; di- estado, 259,263; aparición del, 293.294; defini- Janno.129, 1:;1 213-215, 225,243,264
n;ís11co mitiguo, 276-377; en <;atal Hüyük, ción de, 358-359; en Egipto, 365; Ur m, 404 Jet::! Aruda, l O
Naha! Oren, 106. 189,267
236; en Jericó, 108-109; t:u Meso¡.,utamia, estados nacionales, 393-407 natufienses, asentamientos. 9S-105, 274: de
jefaturas, 262-264, 265,269,297
:.C':!9-301. 346; puertos de . .J 77 estratificación ~ocia!, 254, 261, 1.'12-293, 294, tradición, Hl~ ;11: población estimada, 104
Jeitun. 223 n1:<1mh.:rtales (Homo sapicns nrnndcrrlwlc11-
culti\·o,defi;·,:..:ión de, 123-124 298, 303; dinástico antiguo, 386-387; y la Jemdel Nasr, 318, 334-335, 357
c;...'.:ura, papel de la, en el origen de la agricul- aparición de las sociedades de clases, 355- jerarquía, sociedad de, 260,269.297 sis), 95
tura. 140 356 Jericó. 10, 107-110, 131, 1 89, 225. 2?5, 2?7. nicho ecológico, 29 .. .
evolución: especifica, 24-25: gener::~. 2_A~25; 273: arquitectura ,.:e, 109-110: evidencias Nilo, va!le del rio, 67-70; paleolmco supenor
humana, 95-98 del .::omcrcio er;, 108 cn,85
Childc, V. Gordon, 149, 186, 287-288; defini- Johnson. Gree.0'"". 310,358 Nippur, 342,391.406
ció;, dt• civilización, 281-282; hipótesis del Jurramabad, VanC de. 89-90, 91 Nissen, Hans J., 3:7
oasis, 125-128 figurillas, de arcilla y pied!"'', 187, 208-209, 214, Juzi~,;án; 324-325, 342
Choga MamL 250,269,273,337 217, 221, 234, 237, 241, 249, 253, 273, 321.
362 objetos ornamentales, 103, 1 J4, 188, 194, 207,
.·mnnery, Kent V., 124, 135-138, 26.'l-269, 293; Karim Shahir. 113 255
da\i.,s faun:':'.ticos: con~nvución de, 173; en el vCasc tambie11 Hale, Fra~k y Flannery. Kent obras de arte: represcniati\'as, 103 106, 114,
kcb;,rienscs. \"acimientos, 83-84
inventario de los yacimientos. 196, 210-211, v. 118. 2':J7. 312; Cü1i10 medio <lL" r1Jmunica-
Kcnvon. Kathken, lC': ciótÍ. 381-386; cscui,ura. 333
221. 234,241.748, 252; en !a reconstrucción Frankforl, Henry, 369 KhaÍaje, 369-372
paleoambiental, 151; identificación de, 173- Fried, Morton, 19, 258-251, 297 obsidiana, 89, 10S, 188. 198, 205-207, 212,214,
Kirkbride. Diana, 190,247
174; paleolíticos, 91-92; salvaje versm do- Kish. 342. 373. 388,390,391, 39:i . .:;,,6. 397 236,241,249,271,300
méstico, 174-177 organiwción social,. 2.30; evidencias arqueoló-
Kroeber, Alfred L., 280-281 uicas de, 26.J-2t.:; Halaf. 256: modelo de
De Candolle, :.'.phonse, 120 G;rnj Dareh, 115, 116,181,220, 22..'.:, 226,243, !kung. bosquimanos, 121-122
defensa, 252, 273; l'éase también guerra; mili- 274 Fried, 258-261; modelo de Servicc, 261-263;
tnrisuaJ Garrad, Oorothy, 80, 85, 99,151 papel de, en el origen de la nFicultura, 140
determinismo ambiental, 280 generación y selección de variedad, 24 organización 1ribal, 262, 26.J-26)
Lauash, 391. 401-402
Diakonoff, Igor A., 289 Gihson, IvtcGuire, 290 Lalamne, 78-SO ovejas. 1•Casc animales
dieta, 171, 3•13-346 Gilgamcsh, 373, 380, 390 Lee. Richard. 121
dinástico anii::uo, período. 367-372, .Jdl-393; guerra, 273, 36i, 374,390,405; en el ori!_'en de Levante: aldeas campesinas scdenlarias, 231-
concepción de las ciudades en el, 374; cul- In civili7..nción, 410-411; vCase mmbié11 de- 234; análisis de los yacimientos de, SO. 89, palacio, comunidad di: '.\70-373, 400
tura material, 375-377; orgauiznción políti• fensa; militarismo 98-111, 190-198, 231-234; de tradición natu- Pn!egawra, 89, 93,179
ca, 374, 387; patrones de asentamiento, Gmium, 394, 400-401 fiense, 105-111; natuficnse, 98-lí\5; pa!coli- palc.oelnobotánica, 15_5~1.59 ..
373-375 paleolítico, 74-98; ana!is1s de yac:_mient~s, 76-
tico, 80-85: primcrns alJeas agrícolas. 189-
divinidades, 352 90; estimación demográfica, 9:i_;_ medm, 5~,
198; lüpografía oe, 58-59 80-81, 88; patrones de asentam1en10, 90-9.:.;
Habuba Kabira, 10 Lu\!.alz.agesi.391, 393
Hacilar, 189,212, 240-241, 268,273 lugÜr central. teoría del, 309-31 O superior, 81-85
Eblu, 10,400 Halaf, 243, 255-258, 265,274,336 palino\ogía, 151-154, 155
ecología humana, 28 Harlan, Jack, 122, 164, 199; y Daniel Zobary, Perli:ins. Dexter, 113
economía redislributiva, 299. ?02, 376 166
442 LOS ORÍGENES DE LA ClVJLIZACIÓN ÍNDICE ALFABÉTICO
443

Pcrrot, lean, 197, 198 potnmia, 343-347; estrategias paleolíticas, \V:>.rka, 325-334. 337-3,H, 391-39::!.. 405: pobla- aldeas. 2U-221: y el origen de la agricultu-
perspectiva ecológica, 28 92; natufienses, 104 ción c~tinrnda, 374 ra, 132 . _
pcr''pectiva evolutiva, 23 suelo~ del Próximo Oriente, tipos de, 42 Wntson, Pally Jo, y Stcvcn A. LeB!anc, 256 Zarzi (1,arcíens<'.). cultura. 85-88: yac1m1ento
perspectiva sistCmica de Ju cultura, 19, 25 S::mer, civilización, 10,275,336, 375, 396, 408; Weiss, Harvey, 10 de, 85
pinturas. 237; 11éase lambiCn obrns de arte re- estimaciones demográficas, 374; obras de Wittfogcl, Kar!, 280, 2R5-287 Zawi Chemi Shanidar. 87-88, 112-i 13. 180,
presentativas ar'.',', 381; reiigión, 352 \Voollcy, sir Leonard, 380 225,267
plantas, restos vegetales: análisis de yacimien- Susa, 324-325 Wright, Henry, 342 _ zona marginal, 135-1.38, 225
tos, 196,211,216,234,241,248,251; frutos, Wright, Hcrbert, 131. 134, 1J4 zonas medioambientales. :;s, -l-t-70: cadenas
l 70,345; frutos secos, 169-170, 345; identifi- nmnta!lnsas, 55-.J7. 66-f.7·, colinas y "Valles de
c•ción de, 158; legumbres, 167-169; natura- Tabún, cueva de, 80 montana. 54-:íi. 59-60, 6-i-66; depresiones,
leza y distribución de, 159; preservación de, Tell Chueril, 10 60-61: desiertos. 61-62: '.!nnuras a!11viales,
155-157; recogida de, por flotación, 157-158; Tell es-Sawwan, 250,269,273,274 z¡¡gro~. montes: aldeas más eYolu_do~adas, 46-50, 62-63: llanuras coskrns. 45-46, 58-59:
nilor nutritivo, 171-173; véase también ce- Tell Leilan, 11) 242-258; epipalcolítico, 112-116: inven- p\edemonle. j()-53, 63-64: tierras altas se-
bada; cereal, gran-:s de; trigo Tell Mardikh, 11éase Ebla tario de yacimientos, ~5-88._ l12-!1~, 213~ miilfidas, 53-54. 61-62, 6(1. li'J
población: cambios en, 133-138, 247, 270; di- Tell M'lefaat, !13-115 221; pa!eo!ítiro supenor. 8:,-90: pnmeras zonas nuclean.'s. 1:2.S-131, 225
nástico antiguo, 374; en Mcsopotamia, 297, templos, 292, 299, 323; comunidad del tem-
302, 409; estimaciones, 97, 104, 269; prime- plo,299, 352-35~; dinásfr:,.. antiguo, 369-373;
ras aldea~. 186: sistema abi~rto, 1.'.i6; siste- en Warka,328-331; Templo Blanco, 371-372;
ma cerrado, 136 Templo Oval, 369-370; Ur III, 404
pmkr secular, 373,381, 388-393, 412 Tepe Asiab, 114, 182
precerii,,;ico neolitico A, \léase natufienses, Tepe Gawra, 316,322
asentamientos de tradición Tepe Guran, 220-221, 243
rrecerfimico neolítico B, l'énse Levante, pri- fcpe Sabz, 3::!.4
meras aldeas agrícolas Tepe Sarab, 221
propk"1.<l, cc:-.:eplo de, 273, :;s lrJpogr::'.:'a, 34; del Próximo Oriente, 36-37;
efectos de,sobre la vegetación natural, 41
Toynbee, Amold, 1:3, :so
Oalat Jar:::o, l'éasc T1.rmo transfonnaciones en la sociedad humana, 14;
agrícola, 14, 16; en la evolufr':n de las socie-
dades urbanas, 291-294; p.. !eolítica, 14, 74,
Ramad, 10~. 197 81; revolución urbana, 17,283,284
1eah:za: en !a antigua !vfesopotamia, 390,391; transporte, sistemas de, 406
orígenes de, 388-389; Ur III, 404 trigo: escanda: dGméstica, 16&, silvestre, 165;
recur5os, base en un amplio espectro de, 93, esprilla silvestre, 163-16:i
IJ ➔, 135 Tyler, Edward B., 279
Redíle!C, Rohert, 281,306
reL"me;:.:!S íluvialcs, 55, 67~ Éufrates, 46-47,
373; Tigris, 46--47. 373; !'éase rambié11 Nilo, 'Ubaid, 315, 317-325, 335-337
valle del río Ubeidiya, 77: restos humanos en, 95
relaciones de retroalimentación, 26-27, 148- Umm Dabagniyall,.:'.4:i-L49, 268
149, 293: negativa, 26, 301; positiva, 26-27, Ur, 391; cementerio real de, 355, 377-381; Es·
230, 2~.J, 297,301 tanúarte de, 384
revolución neolítica, 120, 186 Ur JII, 393, 402-407; Ur-Nammu como rey de,
402--404
urh~nismo: definición de, ?27; hipótesis so-
salini7..ación, 34; en Mesopotamia, 48-49, 305, bre el origen de, 284-304: comercio local r
344 inlrarrcgional, hipótesis de!, 190-291, es-
Samarra, 250-65. 265,273,336 pecialización artesanal y la irrigación, hi-
santuario, 220. 404; en <;:at¡¡l Hüyilk, 236 pótesis sobre In, 287-288, factores múlti-
Sargón, 395-399 ples, hipótesis de, 291-294, hidráulica, hipó-
Sl:dentarizadón, 135,137,147 tesis, 285-287, presión y los conflictos
sellos, 237, 258; cilindros-, 326,334,367, 393; poblncionales, hipótesis de la, 288-290; in-
tipo estampilla. 274,323,326,334 vesligncion('" futuras sobre, 304-305, 339,
Service, El.;;;m, 258, 261-263, 282,297 342-343
Sh;inidar, cueva dc, 86-88; re~tos de neandcr- Uruk, período, 317, 325-333; palrón de w,enta-
tal en, 96 miento, 338-340
sistemas, leorfa de, 25; muJelos sistémicos, 26
Smith, PJ,i 1lip, y Cuyler Young, 134-135, 289
sociedad igualitaria, 258,264, 26ó i'aissel/e l,/anclte (vajilln blanca), 198
S peng!er, Oswald, 280 Vun Zeist, Willem, 131
Stcward, Julian, 283 vasijas de piedra, 102, 214-215, 220,332-333
Suherde, 174,186,213,225 vegetación, 40-44; factores que iníluyen en,
subsistencia, patrones de: en la antigua Me:.o- 40-43; zonas de, 43
442 LOS ORiGENES DE LA Cl\'IUZACIÓN fSDICE ALFABÉTICO 443

Pcrrot,Jcan, 197,198 powmia. 3.J3-347; estmtegins pa/eolÍ!icas, Wurka. 325-334. 337 ~ ...... 391-392. 405; pobla- ¡¡¡¿,,;as, 213-221; y el origen de In agricultu-
perspecliva l"!Cológica, 28 92; namfienses, 104 ción eslimada, 374 ra, 132
perspectiva evolutiva, 23 suelos del Próximo Oriente, tipos de, 42 Watson. Pally Jo, y Steven A. uBlanc. 256 Zarzi (zarciensc), cultura, 85-88; yacimiento
perspectiva sistémica de la cuhura, 19. "25 Sumer, ci\'ili7.ación, JO, 275,336, JJS, 396, 408; Wciss. Harvcv, JO de,85
pinturas, 237; 11éa.re ramhiin obras de arte re- estimaciones demográfü:115, 37.J; obras de \l,1ttfogel. KilrL 280, 285-2n Zawi Chemi Shnnidar, 87-88, 112-113, 180,
presentativas <me. 381; rdigión.352 Woo!le'\'. sir Leonard, 380 225,267
plamas, restos vegc!ales: anil!lsis de yaclmicn- Susa, 324-325 Wri!!ht: !-k:nn'. 342 zona marninal. 135-138, 225
tos, J96, 211,216,234,241,248, 25!; frutos, Wright. HerhCrt. 111, 134. l 5.:1 1.0nas mCdioambientalcs, 35, 44-70; cadenas
170,345; frutos secos, 169-170, 345: identifi- mor.•·J1losas, 55-57, 66-67: colinns y valles de
cación de, 158; !CJ!llmbres, 167-169; natura- Ttlbún, cueva de., 80 moniaña, 54-55, 59-60, 64-66; depresi?ncs,
leza ydistribucióñ de, 159; preservación de, Tell Chuern, ~O 60-61: desiertos, 6Hí2; llanuras aluvrnles,
155-157; recogida de, por flotación, L,7-158·, T... l! cs-Sawwan. 250,269,273,274 zagrn 5 . montes: <Hdeas mús evolucionadas. 46-50, 62-63; llanuras cosieras, 45-46, 58-59;
valor nutritivo, 171-173; véase mmhién ec- Tell Leilan. 10 242-258: enipaleo!ítico. 112-116; inven- piedemonte, 50-51, 63-64: tierras a]r;is se-
hada: cereal, granos de; tngo Tell Mardikl1, l'éase Eb!a ¡,,rio de vuCimientos, 85-88, IJ2-114. 213- miáridas, 53-54, 61-62, 66, 69
pobhición: cambios en, 133-138, 247, 2?'l· di- Tell M'!cfaat. 113-115 221: paJe-o!'.1ico superior, 85-90; primeras 7.om1s nucleares, 128-131, 225
n,ístico antiguo, 374; en iviesopotamia, 2lJ7, templos, 292, 299, 323; comunidad del tem-
302, -109; estimaciones. 97, 104, 269; prime- plo. 299, 352-355; dincistio antiguo,369-373;
ras aldeas, 18fi; sistema nbie,:o, 136: siste- en \Varka. 328-231; Templo Blanco, 371-372;
ma cerrac!;:i, 136 Templo Ü\·al. 369-370; Ur III, 404
poder secu!ur, 373,381, 388-393, 412 Tepe Aslab. l 1-L 182
preccr.ímico neolítico A. 1·Ca~i: natulícnscs. Tepe Gawra, 316,322
asentnrnientos de tnidición Tepe Guran. 220-221. 243
prccenimjcr, neolítico B, iúuc Levante, pri- Tepe Sahz, 32-1-
meras aldeus agrícolas Tepe Sarab. 221
propiedad, concepto de, 273,298 topograffa. 34; del Próximo Oriente, 36-37;
efectos de. sobre la vegetación natural, 41
Tovui;cc, ,,1 uu1u, 128, 28U
Oalat Jarmo, véase lurmo tra!lsformaciones en la sociedad humuna, 14;
agrícola, 14. 16; en la evolución de las socie-
dades urbanas, 291-294; paleolítica, 14, 74,
lhlmild, 189, iJ7 81: revolución urbana, 17,283, 28~
realeza: en la antigua Mesopotamia, 390, 391; trnnspone, sistemas de, 406
orfccncs de, 388-389; Ur III, 404 trigo; escanda: doméstica, 166, silvestre, 165;
n.'curSos, base en un amr 1;o espectro de. 93, espril!a sil\'estrc, 163-165
9.1, 135 Ty!er. Edward B., 279
Redfield. Robert, 281. 306
rcdmcnes fluviales, 55, 67; Í:ufn.ites. 46-47,
-373; Tigris, 46-47, 373; ,,¿ase tam/Jil'n Nilo, 'Ubaid. 315, 3! 7 -325, 335-337
valle del río Ubcidiya, 77; restos humanos en, 95
rc!;~~:ones de retroalimentación, 26-27, 148- Umm Dabaghiyah, 245-249,268
1-1-9, 293: negativa, 26,301; positiva, 26-27. Ur. 391; cementerio real de, 355, 377-381; Es-
230,295,297,301 tandarlí! de, 384
revolución neolítica, EJ, 186 Ur Ill, 393, 402-407; Ur~Nammu como rey de,
402-404
urbanismo: definición de, 227; hipótesis so-
saJinj:,,,ción, 34; en 1vfesopotamia, 48--1-9, 305, bre e! oriJ!.en de, 2,t;4..J04: comercio local e
34.¡. intrarregiÜnal. hipótesis de!, 290-291, es-
Samarr.i, 250-255, 265,273.336 peciali1.nción artesanal y ,a irrigación, hi-
santuario, 220,404; en c;,ital Hüyilk. 236 pótesis subre la, 287-288, factores múlti-
Sargón, 395-399 ples. hipótesis de, 191-294, hidráuli-::!l, hipó-
scdentarización, 135, 137, 147 i...:sis, 285-287, presión y los "Onílictos
sellos, 237, 258; cilindros-, 326, 334,367, 393; poblacionales, hipótesis de la, 288-290; in-
lipa estampilla, 274,323,326,334 vcs[ig;iciones futt; •.,:; sobre, 304-305, 339,
Ser. '..::e, Elman, 258, 261-263. 282, 297 342-3'13
Shanidar, cueva de, 86-88: restos de neander- Uruk, período, 317, 325-333; patrón de asenta-
ta! en, 96 miento, 338-340
sistemas, leoria de, 25; modelos sistémicos. 26
3mith, Phillip, y Cuy!er Young.. 134-135, 289
sociedad igualitaria, 258,264,266 1•ais.1"el!e Manche (vajilla blanca), 198
Speng/cr, Oswald, 280 Van Zeist, Willem, 131
Stewanl. Julian, 283 vasijas de piedra, 102., 214-215, 220, 332-333
Suberde, 174,186,213,225 vcgeJación, 40-A.J; factores que influyen en,
subsistencia, patrones de: en la antigua Meso- 40-43: zonas de, 43

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