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Como Perdonar
Como Perdonar
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LA SOBERBIA
• Siempre que existe un apego hacia la propia
importancia, hacia el qué dirán, surge la
soberbia como arma defensiva para
mantener a otros a distancia y no permitir
que atenten contra la idealizada imagen de
nosotros mismos que queremos proyectar.
“Olvídalo”
“No hablemos de eso en la mesa”
“Vamos, hablemos de lago más agradable”
“¿Por qué no quemas la escuela?”
“Hemos pasado por esto antes”
DESCUBRIR Y DECIR LA
VERDAD
PAUSA Y REFLEXIÓN
• Trae de nuevo a tu mente la situación en la que
pensaste mientras hacías el ejercicio de completar
frases. Reflexiona sobre las siguientes preguntas:
• Esta situación, ¿me ayuda a crecer?
• ¿Logro mantener el sentido de mi propia valía o esta
situación me hunde?
• ¿Recibo de los demás el apoyo suficiente para
sentirme una persona fuerte y amada’
• ¿Tengo un límite de tiempo o comportamiento con
respecto a los que consiento en aceptar?
Ábrete a la comprensión
No te desquites
Devuelve bien por mal
Ora por la persona que te lastimó
Lucha por olvidar la ofensa
Empieza todo el proceso cuantas veces
haga falta
LAS DOCE ETAPAS DEL
PERDÓN AUTÉNTICO
7. Comprender al ofensor.
8. Encontrarle un sentido a la ofensa.
9. Saberse digno de perdón y ya perdonado.
10. Dejar de obstinarse en perdonar.
11. Decidir acabar con la relación o
renovarla.
12. Celebrar el perdón.
LA DECISIÓN DE NO VENGARSE
• La venganza es un movimiento instintivo que
se experimenta después de una ofensa
inmerecida.
• La sed de venganza es mala consejera.
• La venganza enfoca tu atención y tu energía
hacia el pasado. Te impide gozar de la paz y
la tranquilidad necesarias para la curación de
tu herida y su cicatrización.
• Nos gozamos en la idea de que el otro pague
por lo que nos hizo, pero este gozo es
pasajero y deja una terrible cruda moral.
LA DECISIÓN DE NO VENGARSE
• La venganza puede producir en quien la practica, la
momentánea satisfacción de haberse desquitado de lo
que le hicieron, pero a la larga solo conduce a una
nueva ola de violencia, de resentimiento, y de más
deseos de venganza. Esto no tiene fin. Como
cristianos estamos llamados a vivir: