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Por:

Rossana Barragán, Betford Betalleluz Meneses,


Nicanor Domínguez Faura, Laura Gotkowitz, Marta lrurozqui,
César ltier, Carmen Beatriz Loza, Cecilia Méndez Gastelumendi,
Paul Rizo-Patrón, Jeanette Sherbondy, Raúl Torres

interna de la comunidad en los Andes centrales,


BONILLA, Hcraclio (comp.). Los Andes en la mientras que la segunda se orienta hacia el estudio
encrucijada. Indios, comunidades y Estado en de la articulación política entre las comunidades
el siglo XIX. Ediciones Librimundi -FLACSO- indígenas, el latifundio y el Estado. A pesar de esa
scde Ecuador, Quito 1991. división, en la mayoría de los artículos que com-
ponen esta antología ambas temáticas se entre-
Este libro reúne gran parte de los textos pre- mezclan, dejando de manifiesto tanto la diversi-
sentados en el IX Simposio de Historia Económi- dad regional y nacional de las comunidades, su
ca organizado por la Comisión del Consejo Lati- variada articulación con su entorno y las diferen-
noamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y cias sociales que se desligan de ello, como la ex-
la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales plicación de los distintos "reconocimientos" que
(FLACSO) en Quito en 1989. Su contenido se hacen los gobiernos republicanos de las comuni-
centra en los cambios internos de las comunidades dades campesinas. Si bien el mundo rural de
campesinas de los Andes. Cambios que están Bolivia, Perú y Ecuador es el protagonista central
referidos tanto a su estructura interna como a su de las ponencias, sus contradicciones, resistencias
relación con el Estado, lo que permite una evalua- y transformaciones cobran sentido ante la política
ción de las consecuencias que tuvieron los mis- de protección o ruptura impuesta por los "Estados
mos en el rediseño del conjunto de las sociedades Nacionales". Y es en este contexto donde el com-
rurales andinas. Se trata de un trabajo y diálogo in- pilador, Heraclio Bonilla, remarca el papel crucial
terdisciplinario entre antropólogos, economistas que tuvo el siglo XIX en el destino agrario de la
e historiadores que pretende comprender la trans- región andina.
formación de las comunidades campesinas en el Centrado en Bolivia y en concreto, en la expe-
contexto republicano del siglo XIX y XX. riencia de Cha yanta a comienzos del siglo XIX, el
Las doce ponencias se organizan en dos partes. trabajo de Enrique Tandeter estudia el impacto
La primera incide en los aspectos de la estructura demográfico de la crisis de subsistencia de 1800-

Nº 1, julio 1992 247


Reseñas

1805. A partir del estudio de censos parroquiales texto de Perú es analizada primero por Alejandro
que permiten un análisis comparativo de la demo- Diez, quien, a través del caso especial de las
grafía indígena en un medio tanto rural como comunidades de Catacaos y Sechura en la costa
urbano, ubica dicha crisis en relación con el dete- norte, insiste en los procesos de " recreación" de
rioro de los recursos disponibles para las comuni- éstas en el siglo XX y en la necesidad de replantear
dades indígenas y en coincidencia con la crisis dicho concepto en términos "políticos". Por su
minera que alteró los mercados urbanos de mer- parte, Carlos Contreras cuestiona una noción muy
cancías y trabajo . Por otro lado, el trabajo de difundida en la literatura sobre los Andes acerca
Xavier lzko sobre las comunidades de Sasaka y de una fuerte solidaridad en las comunidades en
Kirkyawi, en el norte de Potosí, se concentra en la sus relaciones internas y entre ellas mismas. Dado
dimensión estrictamente "interémica" de los con- que la solución a los conflictos ínter-comunales
flictos comunales referidos a la existencia de fue casi siempre la fragmentación, su propósito es
dinámicas segmentarías contrapuestas que no han reconocer que dicha solidaridad ha sido una cons-
sido resueltas en alianzas . Y estos pleitos entre trucción cambiante según los tiempos y las cir-
comunidades servirán, a su vez, de pretexto a las cunstancias . A su vez, el estudio de Luis Miguel
autoridades es tatales para afirmar la identidad G!ave documenta para el caso de los Canas en el
republicana. Los conflictos de tierras también Cuzco cómo el proceso de recreación perman ente
fueron endémicos en la sociedad del sur bolivia - de una memoria colectiva sirvió de estrntegia al
no. Estos no sólo involucraban casos entre hacien- campesino de un a memoria colcciv a sirv i6 de
das y comunidades, sino, también disputas intra- estrategia al campesino indígena frene a la arre-
comunales y luchas sobre tierras entre los no-in- metida mestiza y la subordinación neoco lonial.
dígenas. De ahí, que los pleitos entre comunida- Por último, Heraclio Bonilla intenta ilustrar la
des indígenas bolivianas del siglo XIX sean tam- experjencia ayacuchana del siglo XIX a través de
bién discutidos por Erick Langer. Este autor insis- la vinculación de los campesinos de la región con
te en que el alcance de la expansión de las hacien- el Estado peruano.
das difiri ó en la regióndeChuquisaca de la produ - La relación entre Estado y comunidad en
cida en el densamente poblado altiplano norte, Ecuador durante el siglo XIX está examinada por
con lo que introduce matices regionales al trabajo los artículos de Marth a Moscoso, Silvia Palome-
de Erwin Grieshaber. El período de Melgarejo que y Galo Ram ón. La primera se centra en la
parece haber tenido mayor efecto en el sur que en antigua provincia de Cuenca a partir de la pregun-
el norte porque las comunidades del sur tenían ta sobre cómo el indígena lograba mantener su
poco poder efectivo para recuperar la tierra que estatuto de subordinado y de generador de exce-
había sido vendida conforme indicaba la ley de dentes a pesar de su resistencia y protesta. La
Ex-vinculación. El resultado fue la pérdida de segunda, basándose también en el caso de Cuen-
cohesión interna como grupos étnicos de la mayor ca, trata de explicar por qué causas se mantienen
parte de ayllus pequeños y medianos, aunque no las autoridades comunales, "varas". Galo Ramón
de los grandes . Hecho que hace residir la explica- inicia igualmente su texto con preguntas referidas
ción de la supervivencia de algunas comunidades . al modo en que los indios de Cayambc entendie-
En esta misma línea de matizaciones regionales se ron y participaron en el proyecto republi cano na-
inscribe el trabajo de Gustavo Rodríguez sobre las cional, es decir, en un proyecto que no nacía de su
comunidades campesinas del valle bajo de Co- iniciativa. Como cierre, el artículo de Florencia
chabamba. Pretende desmentir la afirmación que Mallan compara la experiencia campesina de la
hace del "modelo altiplánico", es decir, de la sierra central del Perú y de los campesinos mexi -
extensión del latifundio, un acontecimiento na- canos de Puebla, y lo hace dentro de contextos
cional y general. Frente a ello, en el modelo bélicos que les obligaron a insertarse violenta-
valluno se da una ruptura del monopolio terrate- mente en la política nacional e internacional de sus
niente y el aumento de pequeños propietarios respectivos países. Como resultado, los campesi-
como consecuencias de las restricciones impues- nos terminaron en guerra civil tratando de reiv in-
tas al mercado interno boliviano ante la compe- dicar Jo que, para ellos, debería haber sido el
tencia de los productos chilenos. Esto es, a dife- resultado justo de su participac ión en la resisten-
rencia del altiplano paceño, la ley de Ex-vincula- cia nacional.
ción produjo en el valle bajo una extensa campe- En general, Los Andes en la encrucijada
sinización de las comunidades indígenas. encierra diversas y desiguales versiones y explica-
La experiencia de las comunidades en el con- ciones sobre el modo en que, a lo largo del siglo

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XIX y XX, se fueron transformando las comuni- estas ediciones decimonónicas, la obra de Cieza
dades campesinas y, con ellas, el conjunto del resultaba, para las Guerras Civiles, prácticamente
paisaje rural andino. inaccesible, a pesar del loable esfuerzo de Carme-
M.I. lo Sáenz de Santa María, quien editó en 1984-85
la obra completa de Cieza en tres inmensos volú-
menes (29 x 21.5 cms.), parte de la "Monumenta
(sic) Hispano-Indiana" del madrileño Instituto
CIEZA DE LEON, Pedro de. Crónica del Perú. "Gonzalo Femándezdeüviedo". Esta 'faraónica'
Vol. I: Guerra de Las Salinas. Edición, prólogo publicación reúne las tres primeras Partes de la
y notas de Pedro Guibovich Pérez. Fondo Edito- Crónica en el volumen I, los tres libros de las
rial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Guerras Civiles en el volumen II, y el importante
Lima 1991. XLV+ 437 pp. estudio de Sáenz de Santa María (¡junto con las
notas críticas y los índices analíticos de los volú-
"La quarta parte es mayor scriptura que las tres menes anteriores!!) en el volumen III, convirtién-
dichas, y de más profundas materias. Es diuidida dola así en una edición sumamente incómoda de
en cinco libros: y a estos intitulo las guerras ciuiles trabajar. Además, la versión de las Guerras Civi-
del Perú. Donde se verán cosas estrañas que en les se basa en un manuscrito que contiene los tres
ninguna parte del mundo han passado entre gente libros, y que existe en la Hispanic Society de
tan poco y de vna misma nación". Con estas pala- Nueva York. A pesar de ser lUl manuscrito del
bras presentaba Cieza a sus lectores la parte final siglo XVI, el editor prefirió basar su edición
del proyecto de la gran obra que, bajo el título crítica en las versiones impresas de "Las Salinas"
común de Crónica del Perú, empezaba a editar (ed. 1877), "Chupas" (ed. 1881) y "Quito" (ed.
en Sevilla en 1553. Cieza sólo publicó la Primera 1909), corrigiendo los errores de esas ediciones
Parte, y dejó prácticamente listas para la imprenta no-críticas en base a los manuscritos disponibles
la Segunda y Tercera Partes (como se ve en los (el de la Hispanic Society y el de Palacio Real).
manuscritos autógrafos que Francesca Cantu Esto resulta inadmisible en un trabajo de crítica
encontró en la Biblioteca Vaticana; publicó en textual. ¡El aslUlto debió hacerse exactamente al
1979 la 3a. Parte, "Descubrimiento y Conquista revés!
del Perú"). De los cinco libros de la Cuarta Parte
sólo habrían sido redactados los tres primeros, ******
como se desprende de la lectura del testamento de "El primero libro destas guerras ciuiles, es de
Cieza, conocido gracias a la acuciosidad de Mi- las guerras de salinas tracta ( ... ) las causas porqué
guel Maticorena. Muerto Cieza en julio de 1554, la guerra se comenc¡:ó entre los gouemadores Pic¡:a-
su obra circuló manuscrita y fue malamente usada rro y Almagro ( ... ) donde con gran crueldad y
por otros cronistas (en especial Antonio de Herre- mayor enemistad se dio la batalla en las Salinas,
ra). Sólo a fines del siglo XIX las partes inéditas que es media legua del Cuzco". Así continuaba
de la Crónica empezaron a ser progresivamente Cieza la presentación de la Cuarta Parte en el
publicadas: Jiménez de la Espada publicó la "Prohemio" de 1553. Hoy, casi cuatro siglos y
"Guerra de Quito" (3er. libro de la 4a. Parte) en medio después, contamos con una versión confia-
1877, y el "Señorío de los Incas" (la 2a. Parte) en ble del Primer Libro de las Guerras Civiles. Con-
1880, en base a manuscritos hallados en la Biblio- tinuando conlapublicaciónde laobracompletade
teca del Palacio Real (del que en 1909 Manuel Cieza, iniciada en 1984 con la edición de la Prime-
Serrano y Sanz hizo una segunda edición más ra Parte, la Universidad Católica y la Academia
completa que la de Jiménez) y en la del Monaste- Nacional de la Historia ponen a nuestra disposi-
rio de El Escorial, respectivamente. De manera ción la "Guerra de Las Salinas", en una cuidada
simultánea, el Marqués de la Fuensanta del Valle versión crítica encargada a Pedro Guibovich Pé-
y José Sancho Rayon dieron a publicidad la "Guerra rez. La seriedad y erudición del editor están res-
de las Salinas" (ler. libro de la4a. Parte) en 1877, paldadas por la pulcritud de sus anteriores trabajos
y la "Guerra de Chupas" (2º libro de la dicha 4a. de transcripción y edición de fuentes manuscritas.
Parte) en 1881, como parte de la "Colección de Su edición de "Las Salinas" continúa esta rigurosa
Documentos Inéditos para la Historia de España costumbre suya de ofrecemos versiones sobre las
(la popular Codoin, basándose en un manuscrito que podemos trabajar con toda confianza, sin
que contenía los tres libros de las Guerras Civiles, temor a una malinterpretación de las fuentes en
hoy desaparecido. Más de un siglo después de base a erróneas lecturas y transcripciones descui-

N2 1, julio 1992 249


Reseñas

dadas de editores muchas veces apresurados. encumbrados de su tiempo. Los autores se preocu-
La edición de "Las Salinas" que comentamos pan en subrayar el hecho de estar su libro escrito
se basa en el manuscrito de la Hispanic Society, "desde el punto de vista de los conquistadores, no
cotejado con la edición de 1877, lo que asegura un de los vencidos en el brutal enfrentamiento entre
correcto trabajo de crítica textual. Sin embargo, dos mundos hasta entonces separados".
llama la atención que no se haya cotejado también Los Cook inician la historia de Francisco
la poco manejable edición de Sáenz de Santa Noguerol de Ulloa en la década de 1520, con la
María. Con todo, confiamos en la meticulosidad orfandad paterna y el matriarcado férreo al que se
del trabajo de editar 200 fojas de este texto cieza- ve sujeta su familia. Fue el hecho de verse obliga-
no, que es precedido por una breve introducción do por su madre a contraer matrimonio con quien
de Guibovich, útil para introducir al lector profa- no era de su agrado Jo que llevó a don Francisco a
no en la obra. Es una somera síntesis de su vida, embarcarse hacia América y a ser posteriormente
obra e importancia de Cieza, en la que el editor partícipe de la conquista del imperio inca. Su
resalta la "modernidad" del cronista que muestra habilidad para colocarse oportunamente al lado de
sus fuentes e información al lector, en buscar de los vencedores en cada una de las rivalidades y
dar verosimilitud a sus argumentos y a la presen- guerras internas que sacudieron al bando español
tación de su relato. Sin duda, un evento editorial en aquella época, le valieron la obtención y la
relevante la edición que comentamos, y que espe- confirmación de la propiedad de la encomienda de
ramos se culmine pronto y sin las demoras que, los Ubinas, primero, y de los Collaguas, después,
por desgracia, han impedido completar el proyec- logrando con ello una posición de importancia en
to de tener al alcance la obra del "príncipe de los la naciente ciudad de Arequipa. Pero fue cuando la
cronistas". fortuna parecía sonreirle irrevocablemente que
N.D.F. recibi9 noticias de sus hermanas desde España,
anunciando la muerte de su mujer y conminándo-
le a retomar a la península -con sus riquezas recién
COOK, Alexandra Parma y Noble David. Good adquiridas- a hacerse cargo de su madre enferma.
Faith and Truthful lgnorance. A Case of Tra- Lejos de moverse, permaneció Noguerol varios
satlantic Bigamy. Duke University Press, 1991. años más en estas tierras, valiéndole la noticia de
su viudez la libertad para contraer segundo matri-
Producto inesperado de las pesquisas de Ale- monio con la opulenta viuda del licenciado Juan
xandra Parma y Noble David Cook en el Archivo Lisón de Tejada.
General de Indias, el estudio que ahora nos ofre- No sería sino hasta 1555 en que Noguerol
cen parte de una narrativa biográfica desde la cual volvería a España con su nueva mujer, para darse
se explican diferentes aspectos históricos de con la amarga sorpresa que su primera esposa no
España y del Perú durante el período de la con- sólo no había muerto sino que había iniciado en su
quista y colonización temprana de estas tierras . contra un juicio por bigamia, pretendiendo la
El interés de los autores en el tema surgió en el recuperación de su marido y la participación en su
transcurso de sus investigaciones sobre los habi- fortuna indiana. El pleito se prolongaría por déca-
tantes del valle del Colea en el siglo XVI, Juego de das, sobreviviendo al propio Francisco Noguerol
toparse accidentalmente con una voluminosa y y concluyendo en un pacto entre ambas mujeres
cautivante documentación sobre el caso judicial recién en 1583.
que envolviera a un protagonista secundario de la Es este el embrollo judicial y sentimental que
gesta conquistadora y a su familia. ocupa a los esposos Cook, decididos a revelar
El libro, cuyo título podríamos traducir en todas las implicancias sociales, económicas, reli-
Buena fe y verdadera ignorancia. Un caso de giosas y jurídicas del caso en un siglo tan impor-
bigamia trasatlántica, procura hacemos entender tante en la historia de España y el Perú. El conte-
la mentalidad y ambiciones de los españoles de nido del trabajo tendría semejanza, al decir del
hace cuatro siglos, ejemplificados en Francisco profesor Wodrow Borah, con las novelas picares-
Noguerol de Ulloa y sus esposas doña Beatriz de cas de la época. Pero los autores se apresuran en
Villasur y doña Catalina de Vergara. Su historia remarcar que ellos no son novelistas y que la
pretende reflejar la de un segmento de la sociedad riqueza de información, por anecdótica que parez-
española que podría considerarse como "nobleza ca, provino toda de la abultada documentación
menor", tarea ardua allí donde ya resulta difícil la consultada, así como del esfuerzo tanto de los
reconstrucción de las vidas de los personajes más antiguos escribanos como de los archiveros espa-

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ñoles, quienes "permitieron la reconstrucción de
las vidas de gente ordinaria en una era extraordi- DA VILA DE CANGAS, Diego; OT AZU, Barto-
naria". lomé de (1568-1570]. Visita a los valles de Son-
qo. ed. John Murra. Instituto de Cooperación
Los editores se refieren a esta obra como vin-
culada al tratamiento que Cario Ginzburg y Nata- Iberoamericana, Sociedad Estatal Quinto Cente-
nario, Instituto de Estudios Fiscales.(Monografías
lie Zemon Da vis dan a los temas por ellos tratados
(en El queso y los gusanos y El regreso de Quinto Centenario). Madrid, 1991, 687 pp.
Martín Guerre, respectivamente), ya que de
similar manera Good Faith and Truthful Igno- Uno de los problemas esenciales de la demo-
rance "ilumina un período histórico desde el grafía histórica andina del siglo XVI es la carencia
fascinante y extraño relato de la vida de un hom- de publicaciones de series documentales con da-
bre (y sus dos esposas)". tos de población. Hasta el presente, disponemos
únicamente de informaciones instantáneas (Chu-
El enfoque nos resulta particularmente atracti- cuito, Huánuco, Collaguas). La Visita de los valles
vo, pues poniendo al descubierto aspectos de la de Sonqo nos ofrece la posibilidad de tener dos de
realidad del pasado a partir de la dimensión de un esas imágenes en una sola publicación. En efecto,
hombre o de un grupo pequeño de individuos, se trata de la reproducción completa de los proto-
permite entender hechos históricos que van más colos de un pleito por la rebaja del tributo en coca
allá de la "pequeña historia", haciéndolos más sostenido entre un encomendero, García de Alva-
vívidos al lector contemporáneo. Recordemos el rado (mediada por los administradores) y los
esfuerzo de James Lockhart en Men of Cajamar- aymaras de los valles del norte de La Paz: Sonqo,
ca ( 1972), cuyo objeto de estudio se sitúa en la Challana y Chacapa.
misma época que el de los esposos Cook y que, Los papeles elegidos forman un volumen im-
rescatando la individualidad de distintos partici- portante: el corpus de dos inspecciones ordenadas
pantes en la Conquista, logró que la empresa se por la Audiencia Real de los Charcas (La Plata,
nos hiciera más palpable y cercana. hoy Sucre): la visita de 1558 (p.15-247) y la
No en vano ha sido el género biográfico uno de posterior revisita hecha entre 1569 y 1570 (p.249-
los más exitosos y recurridos en la historiografía 562). A fin de posibilitar una comprensión amplia
universal, aún cuando se le haya querido opacar de la información, el editor ha elaborado un profu-
en este siglo en beneficio de los análisis científi- so aparato de notas y varios índices (geográfico,
cos de mayor alcance. Pero ya Lawrence Stone onomástico y de términos y conceptos andinos).
(The Past and the Present, 1981) piensa quepo- Le preceden cuatro ensayos: sólo los de John
siblemente el tiempo haya llegado para que el his- Murra (p.653-674), Rolando Mellafe y María
toriador vuelva a darle importancia a lo concreto, Teresa González (p.633-651) permanecían hasta
a lo particular y a lo circunstancial al igual que al ahora inéditos y se consagran al estudio de la
modelo teórico general. Asimismo defiende el fuente (p.633-671). Luis Miguel Glave (p.583-
"renacer de la narrativa", basándolo, entre otras 608), Ruggiero Romano y Genevieve Tranchand
razones, en la importancia de hacer accesibles los (p.609-632) abordan la importancia de la tributa-
hallazgos de los historiadores a un público inteli - ción y el tráfico de coca en el siglo XVI a partir de
gente aunque no experto. Advierte, sin embargo, otros documentos.
sobre la diferencia con los historiadores narrati- J.V. Murra a través de su ensayo etnológico
vos tradicionales, ya que el análisis deberá seguir "Los cultivadores aymara de la hoja de coca: dos
a la par con la descripción, las fuentes empleadas disposiciones administrativas [1568-1570)" com-
actualmente son más numerosas, el relato se hace para el cultivo y uso dela hoja en Sonqo, Challana,
con la influencia estilística de las novelas moder- Chacapa con otras regiones andinas (Huánuco,
nas, y la historia de una persona es contada no por Quivi, Yucay), mostrando que los cocales no
ella misma sino para entender los desarrollos pertenecían a ninguna "sociedad foránea, serra-
internos de culturas y sociedades pasadas. Es na", pero que sus pobladores mantenían relacio-
teniendo todo ello en cuenta que consideramos la nes con otras sociedades de puna: "queros" y
labor de Alexandra Panna y Noble David Cook "collas" para que cosechen y transporten la coca.
cumplida a plenitud y el suyo un valioso aporte Luego, nos introduce a la "organización local en
para la comprensión de la historia de España y el Sonqo", enfatizando el aporte de la publicación
Perú en el siglo XVI. para la comprensión del rol de los yana ("criados",
P. R.-P. según la fuente), su filiación a los hogares de las

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Reseñas

autoridades y su acceso a la tierra, comprendida los cierta incertitudes en los criterios censales em-
campos de coca. pleados por Dávila de Cangas y Otazu, visitado-
El caso de Sonqo permite sugerir a Murra que res. Así, resulta riesgoso considerar el "pueblo"
"bajo la etiqueta yana encontramos grupos y perso- pre-toledano como base de futuras comparaciones
nas de diversos antecedentes, estatus y longitudinales. La presencia de nuevos pueblos en
funciones"(p.668). Posiblemente la Visita a los 1570 (Uriba y Cesytaco) y la ausencia de otros
valles de Sonqo será una de las últimas inspeccio - (Nacara, Macachaya) influyen en el conocimien-
nes que consagre información directa a ese respec- to de la filiación y el domicilio real de ciertos in-
to. Por ejemplo, las revisitas post-toledanas hechas dividuos.
a los valles quiruas, al este de La Paz, no eviden- Pero las diferencias no sólo se producen en las
cian laexistenciade tales yana en los hogares de las divisiones internas creadas en los valles de Songo
autoridades. Más bien, la de niños y jóvenes huér- Challana y Chacapa., también en las unidades que
fanos (waqchas y uta-wawas) que justifican su estos albergan. En 1568, el criterio elegido para
presencia en términos parentales. censar es el de "casa por casa", o más bien domi-
El ensayo de demografía histórica de R. Mella- cilio por domicilio; mientras que en 1570 una
fe y M.T. González es una" Aproximación prelimi- unidad de facto que podemos denominar unidad-
nar a la estructura de los pueblos de Sonqo, Challa- fiscal será puesta en valor. De ahí que pretender
na y Chacapa" para el año 1568. Los autores nos realizar un análisis de la "familia" resulta muy
muestran una población de 1662 habitantes repar- delicado y polémico (p.642-644), puesto que la
tidos en 12 Jugares poblados, entre los cuales nu- visita nos está planteando la variación entre la
méricamente los más importantes son Songo, unidad doméstica real y la unidad-fiscal.
Challana., Chacapa. En su conjunto, esta población El problema de la variabilidad de criterios
se halla en un proceso de descomposición estructu- censales,"no debe hacemos perder de vista que las
ral, reflejada en el desequilibrio de sexo en las informaciones disponibles se presentan bajo la
pirámides de edades : más mujeres que hombres. forma de datos transversales que reflejan realida-
Este desequilibrio es atribuido a la conquista, las des de un momento dado. En ese sentido, no
guerras civiles y las epidemias. podemos inferir afirmaciones que se inscriben en
La Visita a los valles de Sonqo aporta datos en una perspectiva longitudinal . Resulta prematuro
abundancia sobre casi todos esos puntos señalados hablar de una destrucción de la familia en Songo
en ambos ensayos. Pero el valor de esa información o de tendencias de comportamiento matrimonia-
es desigual y ciertas distorsiones pueden tener les a partir de los datos de 1568.
efectos profundos y peligrosos sobre la imagen En resumen, la presente publicación nos intro-
reconstituida a partir de ese documento. duce -a través de centenares de fragmentos biográ-
La Visita a los valles de Sonqo puede preciarse ficos- al mundo de la coca (producción, rendi-
por la extensión de dominios que cubre, pero hay mientos, usos, entre otros) como núcleo central de
aspectos demográficos que permanecen descono- las visitas . En este sentido resulta difícil compa-
cidos entre la información de 1568 y la obtenida rarla con la Visita de Huánuco (Perú Central)
entre 1569-70. De una parte, la composición de la (p.634)(*), que es menos circunscrita y nos da
población difiere entre esas fechas : no hay indicios cuenta excepcionalmente de la actividad econó-
de una continua permanencia de sus habitantes a mica a diversos niveles.
pesar de haberse afirmado que "la gran mayoría de La Visita a los valles de Sonqo nos plantea el
las personas entrevistadas aparecen en ambas desafío de llegar a recuperar a través de un análisis
inspecciones"(p.10). Debemos considerar que es- de cada componente del sistema social, los frag-
tamos frente a una población que en su seno retiene mentos de vida y las acciones individuales de los
individuos no cristianizados, es decir, grupos que productores de coca. A la vez de invitamos a
mantienen cierta fluidez frente a los mecanismos reflexionar sobre la pertinencia de la escala del
de control de la administración colonial (posibili- análisis en el cual las dimensiones temporales y
dades de fuga, mimetismo, cambios de nombre o biográficas deberán ser tomadas en cuenta.
estatuto, etc.}. Este aspecto nos alerta sobre la C.B.L.
necesidad de profundizar en varios puntos referen-
ciales de los fragmentos biográficos de los cultiva- (*) ORTIZ DE ZUl\'IGA, lñigo l 15621 , Visita de la
dores de coca. Provincia de León de Huánuco en 1562. ed. John
Más importante para el estudio cronológico de Murra, Universidad Nacional Hennilio Valdiz.án, 2
vols. Huánuco 1967-1972/
la población y su evolución a largo término, son

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lector (nadie pretendería un análisis válido del
KRIST AL, Efraín. Una visión urbana de los An- contenido social de una obra literaria fuera de su
des: Génesis y desarrollo del indigenismo en el contexto político; por otro lado, ¡nadie podría
Perú 1848-1930. Instituto de Apoyo Agrario, afirmar que el indigenismo es producido por los
Lima, 1991. 224 pp. indios!). Pero los argumentos se toman confusos
y contradictorios a medida que el autor intenta
En un libro de fácil lectura, Efraín Kristal probar su hipótesis. Según Kristal, "el indigenis-
propone dos hipótesis igualmente simples. La mo fue una creación de políticos e intelectuales
primera, que el indigenismo nace más temprana- que creían que la oligarquía terrateniente feudal
mente de lo que "se pensaba"; es decir, al prome- era una barrera al progreso o una fuente de injus-
diar el siglo XIX, y no en las primeras décadas del ticia ... " (p.29). Sin embargo, asegura también, que
veinte. La segunda, que la literatura indigenista en "hasta la década de 1860, la visión predominante
el Perú, entre 1848 y 1930, reílejó a la vez que sobre el indio fue la de la oligarquía terrateniente"
influyó en la formulación de los diversos proyec- (p.26), puesto que hasta entonces "la explotación
tos políticos de las elites de poder. del indio se justificaba con o sin el desprecio por
La primera hipótesis no acarrea mayores pro- la raza indígena" (p.27). El autor no sólo resta
blemas, porque no se trata de una idea novedosa. fuerza a su argumentación, de un temprano indi-
Otros, como Tord, Tamayo y Basadre, señalaron, genismo; minimiza igualmente el triunfo liberal
con anterioridad a Kristal, que la preocupación en el problema de la contribución indígena ( 1854-
por el indio en la literatura peruana se manifiesta 56), que él mismo se encarga de presentar, y pasa
ya en El Padre Horán, de Narciso Aréstegui por alto los importantes debates parlamentarios de
(Cusco, 1848), obra que igualmente inaugura la 1849 sobre el voto indígena, que terminaron en el
producción novelística en el Perú. Pero si de triunfo, con amplia ventaja, de los liberales parti-
antigüedad se trata, los límites cronológicos de darios de esta medida. Pero estas no son sino
Kristal quedan cortos. Basadre definió cierta retó- críticas menores frente al problema mayor en esta
rica independentista como un primer indigenis- argumentación. Kristal no logra identificar para el
mo; otros, como Porras, hablaron de incaísmo, lector a esa "oligarquía terrateniente feudal", a la
con alusiones particulares a la poesía de la eman- que alude tan insistente como difusamente. Si su
cipación. Aún podríamos remontarnos más atrás: predominio fue omnímodo "hasta 1860", ¿quié-
la retórica de la defensa del indio es tan antigua nes, qué corrientes, qué obras o ensayos la llega-
como la explotación de éste, y tiene una continui- ron a representar? El autor llega a afirmaciones tan
dad en la vida colonial. Entre los historiadores gruesas como el sugerir la existencia de un "orden
recientes, debemos a Macera las primeras incur- oligárquico", ¡para la década de 1840! (p.29). No
siones en el estudio del indigenismo colonial. La conozco a un solo historiador que se atrevería a
preten sión de novedad con que el autor presenta avalar semejante afirmación.
sus "hallazgos" podrían sorprender a un poco Son dos, desde nuestro punto de vista, los
informado lector. problemas que están en la base de éstas y otras
Quizá, entonces, el aspecto más polémico del deficiencias en los argumentos de Kristal. El pri-
libro es el que se refiere a la segunda hipótesis. mero es la pobreza de su información histórica,
Kristal sugiere que en el periodo que abarca su sobre todo la que corresponde al período postinde-
estudio (1848-1930) se habrían sucedido tres pendentista. Kristal se vale de manuales nortea-
grupos de poder: la "oligarquía terrateniente" mericanos de historia latinoamericana, una que
(cuyo predominio llegaría hasta 1860?) la "oligar- otra tesis norteamericana de los setenta y estudios
quía exportadora" (representada por el Partido de síntesis que sostienen tesis dependentistas hoy
Civil, que nace en la década de 1870, y la "elite ampliamente cuestionadas. Esta deficiencia que-
industrial", que emergería en la post-guerra daría parcialmente justificada considerando que
(décadas de 1880 y 1890). Para Kristal, estos tres el libro es la traducción de una tesis sustentada en
sectores representaban opciones políticas enfren- Estados Unidos en 1985 (lo que no quita que su
tadas entre sí y estos conflictos se expresaron en revisión de la literatura historiográfica acequible
la producción literaria; ésta a su vez, habría influi- hasta ese momento sea superficial, como él mis-
do en la elaboración de dichos proyectos. Enun- mo, probablemente, admitirá). Pero es un segundo
ciada genéricamente, la hipótesis no parece des- problema lo que representa un impase quizá aún
cabellada; más bien, muchas de las afirmaciones mayor: el extremo reduccionismo de sus plantea-
del autor resultan tan obvias que subestiman al mientos. El autor sacrifica toda la complejidad de

Nº 1, julio 1992 253


Reseñas

la producción literaria en su afán por hacer coin- ponden también a una época y a una sensibilidad
cidir tal o cual novela o ensayo siempre con un que va evolucionando en función de determinadas
"proyecto", ya sea de la "oligarquía exportadora" experiencias históricas (aun dentro de una misma
o de la "elite industrial". Es así por ejemplo, que clase), y donde entran en juego, más allá de
según él, "la violación y el asesinato de la mucha- proyectos racionalmente concebidos, temores,
cha [en El Padre Horán] sirven para argumentar ilusiones, miedos, fantasías . El tiempo y la subje-
que individuos que abusan del sistema feudal tividad son factores relegados en un análisis cuyo
constituyen una barrera al comercio" (p.54 ). Afir- reduccionismo sorprendería menos si no provi-
mación tan categórica como caprichosa -¡es lo niera de un especialista de la literatura.
menos que podemos decir en honor a Aréstegui!- Con todo, el libro no deja de tener algunas
' y creo que ni siquiera hay que haber leído la virtudes . Cumple una función divulgadora al dar a
novela para percibir que algo aquí anda mal. conocer novelas desconocidas para nosotros pero
Similares planteamientos reduccionistas, con res- conocidas para los lectores de la Revista de Lima
pecto a otras obras, se observan alo largo del libro. de la década de 1870. Y acierta en algunas intui-
El tratamiento del civilismo en la literatura es ciones, por ejemplo, al notar que la época caudi-
igualmente defectuoso. El civilismo, de acuerdo a 11 ista resulta más imponante de lo que muchos han
Kristal, representaba la opción política de la "oli- pensado para entender el discurso republicano
garquía exportadora", según el autor, opuesta a la sobre el indio. La presentación del debate en torno
"elite industrial". Y, mientras el primer sector al indio, posterior a la guerra con Chile, resulta
estaría representado por las novelas indigenistas ilustrativa, aunque contrasta con la asombrosa
que aparecieron en los años setenta en la Revista fragilidad de su análisis del periodo leguiísta (¡tan
de Lima, el segundo estaría encamado en las importante en el debate del indigenismo!). En
novelas de Clorinda Matto (Aves sin Nido, Indo- suma, se.trata de un libro útil, por la actualidad del
le ... ). Una lectura que contrastara más libremente tema tratado, y por la información a la que even-
los textos sugeridos, encontrará con seguridad, tualmente nos puede conducir, más que por sus
más semejanzas en la visión del indio, allí donde propias hipótesis. El lector no especializado ten-
Kristal sugiere antagonismos. drá que ser receloso, en todo caso, con los conte-
Acaso las deficiencias centrales del libro se nidos del libro, pues es a él a quien parece dirigirse
hubieran salvado si el autor hubiese optado por un el autor.
tratamiento más sensible del tema: tanto en su C.:\1.G .
razonamiento histórico como en el campo de lo
subjetivo. Simplemente no es posible decir: tal
fue la visión del indio de la "oligarquía exponado- MAMANl CONDORI, Carlos. Taraqu 1866-
ra" (el civilismo) y oponerla categóricamente a la 1935. Masacre, guerra y "renovación" en la
de la "elite industrial". Porque el propio proyecto biografía de Eduardo L. Nina Qhispi. Edicio-
civilista, por sólo poner un ejemplo, evolucionó, nes Aruwiyiri- Taller de Historia Oral Andina, La
representando cosas distintas en distintos perio- Paz, 1991.
dos. Mientras con Manuel Pardo en el poder
(1872-1876), elcivilismo representaba la alterna-
tiva de modernización del país, a comienzos de El libro de Carlos Mamani Condori, miembro
siglo había devenido en una fuerza política más del Taller de Historia Oral Andina, inaugura una
bien conservadora: su visión del indio evolucionó nueva editorial, ARUWIYlRI, "el que incendia la
igualmente. Podría decirse que a medida que los voz", que se califica como "una casa abierta a
civilistas se sentían más confiados en el poder, diversas corrientes del pensamiento andino". Hay
veían a un indio más remoto, más lejano y más que felicitar iniciativas como ésta y desear, ante
estático, más -literalmente- arcaico. todo, que logren sus objetivos.
Contrástese sino las opiniones de Manuel Pardo Escribir una reseña del libro de C. Mamani es
sobre el indio en los años 1860 y 1870 (reprodu- grato porque nos muestra no sólo el nivel de
cidas en la reciente tesis de Carmen McEvoy), con algunas tesis de licenciatura sino también la fuer-
las de Francisco García Calderón en Le Pérou za de una "nueva" historiografía que al revelar,
Contemporain (1907). Las discrepancias en la citando a C. Mamani, la otra cara de la historia
visión del indio no pueden pues plantearse tan criolla-boliviana, no sólo la desnuda de su ropaje
simplistamente en función de "clase" o "proyecto sino que constituye también un verdadero desafío
político" (cuya importancia no negamos). Corres- a la sociedad actual.

254 Revista Andina, Año 1O


En esta reseña primeramente ubicaré el libro general que explica los capítulos subsiguientes. El
de C. Mamani en el ámbito de las investigaciones segundo trata por ejemplo de la resistencia, el
afines. Luego me referiré a su contenido para fi- tercero de la "guerra interna" en el marco de la
nalmente realizar un balance de los temas tratados guerra del Chaco y el cuarto, la "renovación"
y las líneas de investigación que se desprenden de propuesta por Nina Quispe.
su trabajo. El primer capítulo nos introduce paulatina-
La investigación de Carlos Mamani se inscri- mente al proceso de agresiones de 1866 y Melga-
be en un período en que después de los trabajos rejo; Ley de Ex-Vinculación de 1874 y revisita de
pioneros de S. Rivera, T. Plan, E. Griesehaber y 1881. En 1868 encontramos las sayaoos del ayllu
G. Rodríguez, se está profundizando el tema de la Ch' iwu rematadas. La masacre de T araqu de 1869
expansión del latifundio de fines del siglo XIX y se explicaría precisamente por la reacción frente a
principios del XX relacionándolo con las rebelio- este despojo, por la negativa de asumir la condi-
nes y sublevaciones de la primera mitad de este ción de colonos y por impugnar el procedimiento.
siglo. Desde 1984, año de la publicación del libro Estas experiencias "legales" constituirían elemen-
de S. Rivera, Oprimidos pero no vencidos, se tos importantes que explican la rearticulación de
han difundido otros trabajos, principalmente por la capacidad defensiva y luego ofensiva de los
historiadores de origen aymara: es el caso de R. ayllus. Pero el "ensayo imperfecto de 1866" cul-
Choque ( 1985, 1987) que es además autor de una minó con la Ley de 1874 y la Revisita de 1881. Es
tesis de maestría inédita sobre el tema; de E. entonces que se asiste a una expropiación masiva
Ticona o del propio equipo del THOA. Sabemos en la que los mecanismos de usurpación no fueron
también de las investigaciones en curso como la "excepciones" sino reglas. Según el autor, la adju-
de Marcelo Femández, Seemin Qayum y Brooke dicación de títulos en forma pro-indiviso, lejos de
Larson. Un artículo de T. Plan publicado recien- preservar a las comunidades significó la agiliza-
temente en la revista Autodeterminación toca ción expropiatoria. Las tierras de Taraqu pasaron
también un tema candente, el "Liberalismo y el así, en 1881, a poder del gran terrateniente Goitia.
etnocidio". Porotra parte, el libro de René Arzede La enajenación de las tierras implicó la transfor-
1987 sobre los conflictos internos que Bolivia mación de los comunarios en colonos. Para el
vivió durante la Guerra del Chaco es también, sin autor la falacia de la modernización liberal radica-
duda alguna, un trabajo precursor. El autor desta- ría precisamente en que los "industriosos criollos"
có precisamente la figura de numerosos líderes y se basaron no sólo en la mano de obra servil sino
movimientos entre los que se encuentra Nina también en la tecnología y saber de los ayllus. Pero
Quispe. Es entonces en esta nueva incursión y el rechazo a transformarse en colonos se expresó
manera de encarar la historia contemporánea que también en la migración de los comunarios "lan-
se sitúa el libro que comentamos. zados". La Paz constituyó en este sentido un
C. Mamani partió de la idea de escribir la verdadero refugio, situación que puede entender-
biografía de Eduardo Leandro Nina Quispe. se por la existencia de ayllus en las parroquias de
Rápidamente rebasó el marco que se había traza- San Pedro, San Sebastián y Santa Bárbara. Las
do, abocándose má~ bien a una historia del "pro- reuniones en Chuquiago de una red de apoderados
ceso" de agresiones que sufrieron las comunida- generales que buscaban nada menos que revertir la
des del departamento de La Paz y a una historia de situación previa a 1874 tuvieron sus resultados: la
la resistencia india desde 1866 hasta 1935. promulgación de la ley de 1883 que estipulaba la
La primera y más vívida impresión que se tiene exención de las operaciones de revisita para lasco-
leyendo el libro de C. Mamani es que hubo algo munidades que disponían de títulos otorgados por
que podemos llamar una "guerra latente e intermi- la Corona Española. La búsqueda de títulos y su
tente" entre los comunarios por una parte y las reconocimiento constituirán entonces los objeti-
clases terratenientes y el Estado criollo por otra. vos centrales vinculando a la red de apoderados de
Es por ello que el proyecto de Nina Quispe no 1889 con la posterior de Santos Marka T'ula.
puede entenderse sin el marco de la "Masacre y El siglo XX, tratado básicamente en el segun-
Guerra". Su propuesta de "Renovación" consti- do capítulo marca la tercera etapa del largo proce-
tuiría precisamente una respuesta ante el largo so expropiatorio. Para Taraqu significó la conver-
proceso. Nada más adecuado entonces que el sión de sus ayllus en haciendas cuyos propietarios
subtítulo del libro, "Masacre, guerra y renova- eran en gran parte miembros del partido liberal, lo
ción", temas que marcan la organización del libro que les permitió utilizar ampliamente los poderes
en 4 capítulos. El primero proporciona el marco represivos del Estado. El ejemplo más ilustrativo

Nº 1, julio 1992 255


Reseñas

fue sin duda el del propio presidente Montes . Es interesante la inclusión de cuadros esquemáticos
en este contexto que C . Mamani sitúa la rebelión de la estn.1ctura de los ayllus de Taraqu y otras
de Pacajes de 1914 convertida en una resistencia comunidades, principales protagonistas del libro.
general con la participación conjunta de comuna- Su ausencia ocasiona que los lectores que no
rios de ayllu, de hacienda e indios lanzados, que conocemos mucho sobre estas regiones nos perda-
demandaban un deslinde general de tierras o una mos de vez en cuando, dado que además el término
revisita. En la década de 1920, con el advenimien- comunidad se aplica tanto a Taraqu o Waki como
to del partido republicano y la lucha legal por a cada uno de sus ayllus. Finalmente, la lectura se
recuperar sus tierras aparece Nina Quispe. Los facilitaría con la inclusión de mapas sucesivos de
comunarios, que seguían juicio a Goitia, fueron ubicación de las haciendas, comunidades y ayllus
acusados de "usurpadores" y debieron enfrentar por una parte, y de las redes de apoderados por
no sólo el imperio de la ley del Estado sino otra.
también la de sus intermediarios, cuadrillas de Por otra parte y aunque el tema no forma parte
mayordomos e indios fieles llamados sotas. de su trabajo, leyendo el libro me he preguntado
En el capítulo 3, utilizando la caracterización por el destino de los caciques de sangre. Este es
de "guerra interna" de René Arze para el período indudablemente un tema que se desprende de la
de la guerra del Chaco, el autor nos va mostrando investigación de Carlos Mamani . Me pregunto por
lo que ella significó para las comunidades: una ejemplo por el origen de los apoderados que
serie de nuevos atentados como el reclutamiento fueron sucediéndose en distintos momentos. Esto
forzado, el aumento de la contribución territorial, nos condujo a interrogamos sobre el carác ter co-
las colectas forzadas y la creación de la Legión lectivo y enraizamiento del liderazgo en las nor-
Cívica a la que califica como la fuerza armada del mas de autoridad de los ayllus y comunidades que
estado en el frente interno, nuevo instrumento de el autor remarca. ¿Cuáles eran en el siglo XIX y
opresión colonial. XX? Estas interrogantes complejizanel panorama
Es en este marco histórico, el de la rebelión de y la existencia de líderes "nuevos" podría, en su
1927 y los inicios de la guerra del Chaco que Nin a caso, estar relacionado a la tenenecia de la tierra.
Quispe desplegó su labor. Como "indio lanzado" De aquí llegamos a otro punto: el grado de com-
se instaló en La Paz entablando estrechas relacio- promiso asumido por la población india en es ta
nes con el gremio de matarifes a cuyos hijos les larga guerra. En este sentido y si bi en la pertenen-
enseñó a leer y escribir. En agosto de 1930 fundó cia de la población indígena a comunidades o
la Sociedad Centro Educativo Kollasuyo que buscó hacienda~ determinaron en gran parte su afiliación
la instalación de escuelas en comunidades y ha- en la lucha emprendida, la situ ación de clase pudo
ciendas juntan1ente con la creación de filiales . también ser determinante. Así, la existencia de
Carlos Mamani muestra que el paralelismo entre indios fieles tal vez no sólo se explica por conílic-
la temática educativa y la reivindicación de tierras tos de linderos aprovechados por las haciendas o
revelaría el proyecto de N ina Quispe: una práctica por una desventaja de fuer zas, sino también por la
"civilizadora"pero que encubría una propuesta de presencia de una realidad agraria, inclusive comu-
cambio contenida principalmente en su escrito nitaria. no tan homogénea. Y de la misma forma
titulado "De los títulos de la composición de la que no hubieron indios sotas, como Carlos Mama-
Corona de España" y que constituye la otra cara de ni nos hace conocer, existieron también, aunque
la masacre y la rebelión. Nina Quispe planteó en escasos es cierto, mestizos, corregidores e incluso
la "Renovación" la transformación de la sociedad intelectuales que apoyaron la pelea comunaria.
colonial en manos de una minoría criolla a una Otro aspecto que nos llama la atención es el
nueva sociedad multiétnica. Su tarea fue truncada relacionado a la venta de tierras comunitarias
al ser acusado de comunista y luego apresado en cuando Taraqu recibió sus títulos en forma pro-
1933. Liberado sólo tres años más tarde, murió indiviso. ¿Qué factores internos lo explican? Me
poco tiempo después. parece que si bien la oposición dicotómica entre
Con el contenido expuesto podemos allora in- comunidades y población india versus Estado y
tentar realizar un balance del trabajo de C. Mama- criollos está muy bien analizada, del lado "comu-
ni. Señalemos en primer lugar algunas observa- nitario" tengo la impresión que los conílictos y la
ciones. Creemos que el libro se hubiera enrique- heterogeneidad han sido sacrificados. El mundo
cido enormemente con la presentación de un indio que nos presenta aparece a veces demasiado
panorama sobre la tenencia de la tierra en T araqu, idílico en períodos en los que precisamente debie-
Waki y Tiwanaku. Por otra parte, hubiera sido ron discutirse varias propuestas, estrategias, etc.

256 Revista Andina, Año 1O


Pero más allá de estas interrogantes me parece genas. Notas sobre la estructura agraria boli-
importante destacar los aportes que en mi opinión viana de la segunda mitad del siglo XIX". En:
son los más significativos en su trabajo. En primer Cambios en el agro y el campesinado boli-
lugar, me parece un logro importante el que tanto viano. MUSEF. La Paz. 1982.
la venta de tierras de 1866, la ley de Ex-Vincula-
ción y la propia revisita de 1881 sean conceptua- RIVERA, Silvia."La expansión del latifundio en
lizadas como un proceso de agresiones y no meras el altiplano boliviano: elementos para la carac-
coyunturas puntuales como pretendía la historio- terización de una oligarquía regional". En:
grafía tradicional con la figura de un Melgarejo Avances 2, La Paz. 1978.
"demoníaco". Por otra parte, la aplicación del
concepto "colonial" a la sociedad y política de "Oprimidos pero no vencidos". Luchas del
entonces hacia las comunidades me parece muy campesinadoaymarayqhechwa 1900-1980.
adecuado y útil para futuras investigaciones en la HISBOL-CSTUCB, La Paz. 1984.
medida en que puede explicar no sólo las aparen-
les contradicciones de la "república" sino también PLATT, Tristan. Estado boliviano y ayllu andi-
la articulación entre las posiciones de clase y la no. I.E.P., Lima. 1982.
elnicidad.
Finalmente, hay que resaltar otros aportes como "Liberalismo y etnocidio en los Andes del
el grado de violencia intrínseco al intento de "mo- sur". En: Revista Autodeterminación. La Paz.
dernización" del campo y la relación y vincula- 1991.
ción entre los movimientos de rebelión y resisten-
cia de los comunarios "lanzados" y "amenaza- TALLER DE HISTORIA ORAL ANDINA
dos". Concluyo recalcando lo que Carlos Mamani (fHOA). El indio Santos Mar ka T'ula, caci-
señala en su libro: que la utopía de una sociedad que principal de los ayllus de Qallapa y apo-
multiélnica no ha muerto y debemos agradecerle derado general de las comunidades origina-
por recordarlo brindando a su vez un homenaje a rias de la república. Ediciones THOA, La
las generaciones que lucharon . Paz. 1988.
R.B.
TICONA, Esteban. "Conceptualización de educa-
REFERPiCIAS ción y alfabetización en Eduardo Leandro Nina
Quispe". Ponencia presentada al I Encuentro
ARZE, René. Guerra y conflictos sociales. El de Estudios Bolivianos, Cochabamba. 1989.
caso rural boliviano durante la campaña
del Chaco. CERES, La Paz. 1987.
MANNHEIM, Bruce. The Language ofthe Inka
CHOQUE, Roberto. "Sociedad República del Co- sin ce the European Invasion. University ofTexas
llasuyo: 1930". En: Boletín Chitakolla nº25, Press. Austin, 1991, 326 pp.
La Paz. 1985.
El libro de Bruce Mannheim reúne, completa
La masacre de Jesús de Machaca. Chitako- y profundiza anteriores trabajos del autor sobre la
lla. La Paz. 1987. historia externa e interna del quechua sureño
peruano entre la época incaica y la nuestra, sen-
Los contenidos ideológicos y políticos de las tando nuevas bases empíricas para una discusión
rebeliones indígenas de la pre-revolución sobre las condiciones del cambio lingüístico. Logra
de 1952. Inédito. 1991. ser a la vez un verdadero aporte a la lingüística
general y una contribución al conocimiento de las
GRISEHABER, Erwin. "Survival of Indian sociedades andinas prehispánicas y coloniales en
Communities in Nineteenth Century Bolivia. un lenguaje accesible a todos los estudiosos no
A Regional Composition". En: Journal of lingüistas de las mismas.
Latin American Studies. Vol. 12, Part 2, La primera parte (capítulos 2, 3 y 4) tiene por
Cambridge. 1980. objetivo "contribuir a un entendimiento de cómo
la variación y el cambio lingüísticos pueden ser
RODRIGUEZ, Gustavo. " Expansión del latifun- enmarcados en un contexto extralingüístico"
dio o supervivencia de las comunidades indí- (p.32). El capítulo 2 muestra que como conse-

Nº 1, julio 1992 257


Reseñas

cuencia del sistema de archipiélagos ecológicos nes viven esencialmente dentro del primero, es
las lenguas y dialectos de la sierra sur del Perú decir dentro de una "ecología social del lenguaje"
ocupaban territorios no contúmos, tendencia re- fundamentalmente idéntica a la prehispánica, la
forzada por los desplazamientos de población en variación lingüística dentro del espacio quechua
la época incaica. Grupos humanos de hablas dis- hablante meridional pasa desapercibida o es asig-
tintas coexistían en un mosaico lingüístico de nada a diferencias locales y la hipercorrección no
"diferenciación estable", es decir sin dejar de ser es factor de cambio fonológico, constatación par-
fieles a la lengua de su etnia de origen. La comu- ticularmente importante a nivel teórico. En estas
nicación supra étnica estaba asegurada por un comunidades el impacto del castellano sobre el
bilingüismo más o menos generalizado con dis- quechua permanece débil. Para los bilingües urba-
tintas lenguas francas, entre las cuales diferentes nos, al contrario, la diferencia lingüística es em-
variedades del quechua chínchay. Esta peculiar blema de la posición social y tratan de amoldar su
"ecología social del lenguaje" propició fenóme- fonología y el orden de los constituyentes de la
nos de convergencia lingüística entre lengua étni - frase sobre el modelo castellano.
ca y lengua franca, lo cual explica en gran parte el La segunda parte del libro está dedicada al
acervo que tienen en común idiomas de orígenes cambio lingüísti co desde un punto de vista inter-
tan distintos como el quechua, el aymara y el no. El capítulo 5 comprende una reconstrucción
puquina. El arqueólogo y el etnohistoriador de las del sistema fonológico del "sureño común", an-
sociedades prehispánicas encontrarán ahí abun- cestro directo del ayacuchano y cuzqueño moder-
dante materia para su reflexión. nos. El siguiente viene a ser una introducción al
El capítulo siguiente reconstituye la historia estudio crítico de las fuentes lingüísticas colonia-
de los debates coloniales sobre política lingüísti - les . Es a nuestro entender el menos necesario y
ca, propone algunas hipótesis de interpretación denso d.el libro . Mannheim plantea primero que la
del "renacimiento literario quechua" del siglo problemática filológica quechua descansa alter-
xvm y del fracaso de los esfuerzos borbónicos nativamente en "exuberancias" y "deficiencias"
por eliminar las lenguas indígenas. Insiste, a nues- fonológicas en la interpretación que criollos y
tro parecer de manera demasiado esquemática, en españoles hicieron de la lengua al escribirla. Pre-
las continuidades entre el debate colonial y el senta luego trece textos para los cuales señala
actual ("hispanismo" versus "asimilacionismo algunos de los problema5 que deberán tratarse
suave"). Tal vez esto se deba a que el libro busca para utilizar estas fuentes como testimonios de un
esencialmente dar una idea sintética del problema estado de lengua. Dichos problemas son aborda-
a un público norteamericano no especialista en dos más detenidamente en otros capítul os .
temas peruanos. El séptimo capítulo es un balance de lo que
El cuarto capítulo contrasta la estructura socio conocemos sobre las sibilantes del sureño del
lingüística colonial con la que se describió en el siglo XVI, y algunos factores que condicionaron
segundo. Con la Conquista se establece una jerar- su evolución.
quía idiomática en laqueelcastellano se convien e Junto con el noveno y el décimo, el octavo
en la lengua de los sectores dominantes, mientras capítulo es el que presenta las evidencias empíri-
se promueve, para el sector dominado, a algunas cas de mayor interés para el lingüista interesado en
lenguas generales en perjuicio de la diversidad de investigar el tema del cambio fonológico . Mann-
las lenguas y variedades étnicas. La homogenei- heim muestra que la adquisición por el dialecto
dad lingüística actual de las regiones del Perú cuzqueño de las series de oclusivas laringalizadas
donde se habla chínchay sureño, es fruto del características del aru se explica en última instan-
régimen colonial. Mannheim advierte que hasta cia por el panorama socio lingüístico descrito en el
hoy se puede percibir en cada acto lingüístico de capítulo 2. El "contacto estable" favorece con
la vida diaria de los quechua hablantes la perma- relativa rapidez las convergencias fonológicas y
nencia de una situación de hegemonía y jerarquía sintácticas así como los préstamos masivos de
lingüística. Esta crea una significativa separación formas individuales. Y en efecto existen ev iden-
en dos esferas idiomáticas de la experiencia del cias de que, en una primera etapa de su contac to
campesino. Vive enfrentando dos órdenes políti- con el aymara en tierras cuzqueñas, el quechua
co económicos: el suyo, basado en la reciprocidad asim iló un buen caudal de lexemas de esta lengua
(Mannheim muestra de paso como esta noción dotados de una oclusiva laringal izada. Mannheim
estructura parte del léxico e incluso de la morfo - observa que la distribuci ón no fortuita de las
logía quechuas) y el nacional peruano. Para quie- aspiraciones y glotalizaciones en el léxico actual

258 Revista Andina, Año 1O


del cuzqueño permite inferir que éstas se expan- <lamente la etnicidad como algo que constante-
dieron por el léxico heredado esencialmente mente se vuelve a negociar y definir entre los
mediante dos procesos no excluyentes: la onoma- actores de una sociedad. Contrariamente a una
topeya y la influencia lexical por asociación. Para idea asumida hoy por la mayoría de los intelectua-
demostrarlo hace primero un balance de lo que les del Perú y Bolivia, no creernos que en este
sabemos de los diversos grados y diversas mane- momento exista ninguna "nación" en la sierra de
ras en que las formas fonológicas pueden ser estos países. Ahora, no es imposible que a media-
motivadas. A continuación proporciona abundan- no plazo, la prédica indianista de individuos no
tes ejemplos de lexemas en los cuales la aspira- campesinos logre crear tal "conciencia" en am-
ción refleja de manera onomatopéyica una expul- plios sectores de la población quechua hablante,
sión de aire en lo designado y la glotalización la por lo menos siempre y cuando las condiciones
agudeza y la violencia. Con la "influencia por aso- estén propicias para que éstos encuentren algún
ciación" no se establece una analogía directa entre interés en ello. En todo caso, el papel de los
el son ido y el significado sino que se favorece la lingüistas y científicos sociales en general en la
semejanza fónica entre dos palabras afines para sociedad debe ser crítico con respecto a las co-
los hablantes, sea por algún parecido semántico, rrientes ideológicas dominantes, sin pretender por
sea por asociación frecuente en el discurso. Las eso negar su legitimidad a las distintas representa-
evidencias, muy convincentes, proporcionadas ciones que de su identidad puedan elegir los sec-
por el autor están luego comparadas en sus alcan- tores populares en un momento u otro de la histo-
ces teóricos con las de otras investigaciones sobre na.
el cambio fonológico en general y sobre el papel C.I.
de la "influencia lexical por asociación" en parti-
cular. El capítulo siguiente hace la historia del de-
bilitamiento de las consonantes sílabo finales . El RAPPAPORT, Joanne. The Politicsof Memory:
último analiza las condiciones morfosintácticas Native Historical lnterpretation in the Colom-
de este cambio. La progresión dentro de la palabra bian Andes. Cambridge University Press, Cam-
del mencionado debilitamiento siguió su estruc- bridge, 1990, 223 pp.
tura interna, de derecha a izquierda: empezó en los
enclíticos, se propagó luego a los sufijos deriva- Este trabajo constituye un aporte significativo
cionales e infleccionales para alcanzar finalmente al estudio de la historia intelectual de los pueblos
la raíz. indígenas. Examina la conciencia histórica del
Por su riqueza, el libro de Bruce Mannheim pueblo páez durante tres siglos (desde el siglo
quedará como referencia, no sólo entre los lin- XVIII hasta el siglo XX). Los sesenta mil páez
güistas dedicados a los idiomas andinos sino entre viven en la Cordillera Central del valle del Cauca
los lingüistas en general y todos los estudiosos de (Colombia). Rappaport analiza la interpretación
las sociedades prehispánicas ycolonialesdel Perú. histórica que han hecho los intelectuales páez en
Las páginas introductorias, en parte dedicadas el contexto de la historia de las relaciones entre los
a trazar un perfil socio cultural de los hablantes, páez y la sociedad dominante.
nos inspiran algunas reflexiones personales. Es necesario aclarar que éste no es un estudio
Mannheim presenta a los quechua hablantes ac- ,post-modernista ni deconstructivista. De hecho,
tuales del sur del Perú "como partes de una nación abre nuevas fronteras en la antropología histórica
nacida en la subyugación al imperio español y a y la historia, presentando un estudio de la cons-
las repúblicas andinas modernas" (p. l ). En efecto, trucción de una visión de su pasado por parte de
la homogeneización lingüística impuesta por el los propios intelectuales páez dentro del contexto
régimen colonial a las poblaciones andinas hu- de un análisis político de las relaciones del poder
biera generado una "nación quechua consciente de Tierradentro . La autora compara las declara-
de sí misma" (p. 28). Nuestra experiencia nos ciones hechas por los historiadores páez con la re-
permite dudar de que los individuos aludidos se construcción histórica que ella ha hecho del pasa-
reconozcan en estas palabras, cuando en la región do de este pueblo. Dentro deestecontexto, analiza
cuzqueña, más todavía que en cualquier otra par- las tácticas políticas de los historiadores indíge-
te, buscan al contrario deshacerse de una indiani- nas, las cuales revelan la manera en que realizaban
dad que los inferioriza y marginaliza. El marco su visión histórica en la práctica.
socio lingüístico planteado en la introducción Profesora de etnología de la Universidad de
ganaría sin duda mucho en considerar más deteni- Maryland, Baltimore County, Joanne Rappaport

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Reseñas

es una diestra investigadora de la etnografía y de solamente en aquellos pueblos que vieron la nece-
la historia. Ha trabajado durante muchos años sidad de formar una organización política más
estudiando la vida política e intelectual de los comprensiva para poder confrontar al Estado, sea
pueblos indígenas del sur de Colombia y del norte éste un Estado precolombino, colonial español o
de Ecuador. Este libro es primordialmente etno- una de las actuales naciones latinoamericanas.
histórico y toma como sus fuentes tres tipos prin- Por consiguiente, Rappaport evita la tipología
cipales de documentación: los títulos de los res- que contrapone el mito a la historia para así
guardos del siglo XVIII, los tratados publicados y examinar la manera en que unas modalidades
las historias orales de personajes sobresalientes culturales específicas para la interpretación de la
de los siglos XIX y XX. historia se expresen en términos de la interacción
El libro se divide en tres partes. La primera está política entre dos culturas: la indígena, y la nacio -
dedicada al estudio de la creación de una ideología nal .
del cacique en la época colonial. La base de su J.S.
enfoque es el famoso caso del cacique don Juan
Tama de Vitoncó y sus esfuerws para convertirse (*) Out of Time . Cambridge University Prcss, Cam-
en caudillo durante la transición de la época colo- bridge.
nial a la republicana. Aquí, su estudio se apoya en
el tratado político En defensa de mi raza, escrito RODRIGUEZ OSTRIA, Gustavo y SOLARES
en los años 30 por el líder indigenista Manuel SERRANO, Humberto . Sociedad oligárquica,
Quintín Lame, y publicado en 1971 por el Comité chicha y cultura popular. Editorial Serrano,
de Defensa del Indio. Un estudio de las interpre- Cochabamba 1990.
taciones históricas contemporáneas forma la ter-
cera parte, con un énfasis especial en los trabajos
de Julio Niquinás, discípulo de Lame y político de El interesante libro de Gustavo Rodríguez y
gran influencia. Humberto Solares analiza la importancia de la
Este estudio es único entre las investigaciones chicha en la cultura y economía cochabambinas a
etnohistóricas porque demuestra y analiza clara- fines del siglo XIX y principios del siglo XX . El
mente los eslabones de la cadena que ha transmi - principal argumento del libro es que el dinámico
tido una visión histórica de una generación de mercado de la chicha creció en esta región durante
historiadores a otra. Rappaportevita aquellas tram- el período estudiado, sustentó la economía regio-
pas de la antropología histórica criticadas por nal en época de crisis y fue el baluarte de los
Nicolas Thomas (1991 )(*). Ella analiza el desa- procesos de modernización en la ciudad de Cocha -
rrollo cronológico de la creación de la conciencia bamba. Los autores enfatizan la aparente contra-
histórica de un pueblo, sin convertirlo en una tipo- dicción de que, a través de las patentes y de los
logía evolucionaría ahistórica. De hecho, su capí- impuestos municipales, la chicha, símbolo de la
tulo introductorio ofrece una excelente exposi- cultura popular, produjera una subvención que
ción teórica de las cuestiones más importantes facilitaría la urbanización y el desarrollo de obras
para la definición de una conciencia histórica no públicas en la ciudad de Cochabamba. Analizando
occidental. La autora explora la división concep- en detalle dichos documentos municipales, Rodrí-
tual entre la historia y la leyenda. guez y Solares describen el precario balance entre
Su argumento principal es que la historia es el aprovechamiento de la "economía de la chicha"
una expresión del poder en el presente y no repre- para subvencionar tales obras y los deseos de
senta una reflexión objetiva del pasado. La me- suprimir/esconder la chicha para construir una
moria histórica se ubica en el presente y en el sociedad "moderna".
futuro y no en el pasado. La historia confiere el El libro representa una importante contribu-
poder en el presente manteniéndolo, o se convier- ción no solamente a la historia cochabambina,
te en un vehículo que posibilita el cambio. sino también a los debates sobre el regionalismo y
Más específicamente, Rappaport establece que a la casi inexplorada historia de la cultura de la~
el carácter del Estado determina el nivel de la elites bolivianas. En el primer capítulo, los autores
conciencia histórica del pueblo páez. Con el revisan los trabajos más importantes sobre el des -
aumento del poder del Estado, era necesario que arrollo socioeconómico de esta excepcion al re-
el pueblo páez formulara una visión histórica más gión que se distingue de las demás regiones boli-
universal. Concluye la autora que este proceso no vianas por la consolidación de una economía
ocurrió en todas las comunidades indígenas, sino parcelaria/campesina a fines del siglo XIX, el

260 Revista Andina , Año 1O


notable debi litamiento de los latifundistas y un regiones menos ligadas a la economía de la chicha.
largo y profundo proceso de mes tizaje. Los auto- En este sentido, cabe mencionar el reciente libro
res sostienen, además, que el sector de campesi - de Rossana Barragán, Espacio urbano y dinámi-
nos independientes fue el baluarte de una econo - ca étnica en el cual la autora muestra cómo la
mía regional de la chi cha aunque, desde luego, urbanización paceña, área con fuerte presencia de
algunos hacendados también participaron en ella las comunidades indígenas y no tan mestiza como
y sus representantes políticos la defendieron. la cochabambina., tampoco presentó una rígida
Uno de los objetivos princ ipales del libro es división entre lo urbano y lo rural, lo étnico y lo
explicar los efectos culturales de estas peculiari- moderno. ¿Podría ser, entonces, que las cualida-
dades sociocconómicas coc habambinas . Las de- des que Rodríguez y Solares identifican con una
talladas y vívidas descri pciones de la política y región tuvieran , además, aspectos nacionales?
prác tic a de la chicha que se presentan evocan, por Por último, los autores ven la imposibilidad de
ejemplo, una co mpleja imagen de la cultura de las suprimir la chicha como efecto de la lucha de
elites cochabambinas. Algun as veces son porta - clases, del triunfo de las clases populares y de la
doras de una nueva cultura "moderna" y europea cultura popular sobre los esfuerzos oligárquicos
siendo protagonistas de campañas contra la chi- por suprimirla. Refiriéndose al análisis de Bakhtin
cha, en otras participan de la cultura popular. Para sobre el carnaval, los autores ven a la chichería y
entender esta aparente con tradicción, Rodríguez a las ferias en términos de un "mundo al revés"
y Solares proporcio nan tres posibles explicacio- donde todos son iguales, donde la autoridad y las
nes. jerarquías del mundo real no tienen vigencia.
La primera se basa en la lógica económica: los Los autores ofrecen interesantes discusiones
au tores sostienen que el apoyo a la chicha por de las formas en que las chicheras resistieron
parte de las elites coc habambinas (en contraste medidas tendientes a suprimir la chicha a través de
con la mayor consistencia de los paceños quienes las campañas de salud pública a fines del siglo
la rechazaban totalm ente ) se debe, en parte, a la XIX y, a la vez, de los discursos políticos que las
dependencia de las elites cochabambinas del elites cochabambinas plantearon en favor de la
mercado de la chi cha después de la Guerra del chicha a pesar de estas campañas sanitarias . Pero,
Pacífico cuando, co mo se sabe, se abrió las puer- lamentablemente, no se citan las fuentes en que se
tas a importaciones chilena~ y argentinas que ba5 an las descripciones de las prácticas culturales
debilitaron e l mercado tri guero coc habambi no. de es tas elites. La falta de acceso a fuentes prima-
La región, sin embargo, no decayó por completo rias parece haber impedido un mayor tratamiento
ya que se expand ió el mercado maicero cuyo de- del mundo interior de las chicherías y las relacio-
rivado más importante era la chicha, producto nes concretas entre grupos étnicos, clases y sexos.
destinado principalmente al mercado regional. En efecto, si las elites modernizantes trataban de
Influidas por ideologías modemizantes, las elites suprimir la chicha, cabría preguntarse, ¿hasta qué
cochabambinas "escondieron" la chicha en las punto quedarían las chicherías fuera de las relacio-
áreas periféricas de la ciudad, lejos de sus casas y nes de poder y serían espacios populares o de
mundos privados. No obs tante, defendieron sus refugio? ¿No puede haberse dado, en cambio, una
cualidades saludables en el Senado y aprovecha- "politización" de las chicherías?
ron su prod ucción como fuente de impuestos El argum ento explícito del libro es que los
municipales. dueños del mundo igualitario de las chicherías, las
En seg undo lugar, los autores ven la sobrev i- clases populares, resistieron las tendencias del
vencia de la chi cha dentro de la ciudad de Cocha- proceso liberal de suprimirlas. Pero, el sugerente
bamba en términos del regionalismo, síntoma de análisis contiene además otro punto de vista: quizá
las peculi aridades culturales de los valles. En este en el mismo proceso de formación del estado
contex to, el proceso de expansión y contracción liberal, que trajo consigo esfuerzos de suprimir la
de la chicha en el área urban a es representativo del chicha en ciertas esferas (y a la vez, una nueva
peculiar patrón cochabambino de urbanizac ión, industria., la cervecería), se produjo una nueva
donde los límites entre el campo y la ciudad, lo índole o idea de chichería, ves tida de igualdad.
étnico y lo moderno, son fluidos y a veces indefi - Parece que con el liberalismo aumentó no simple-
nidos. Es posible, sin embargo, que por centrarse mente la cantidad de chicha producida, sino,
únicamente en la chicha como símbolo popular/ también, la importancia de la chicha como súnbo-
étnico, los autores hayan dejado de lado otros lo en la identidad de las clases dominantes y de la
súnbolos que quizás se des tacaban más en otras nación.

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Reseñas

Este libro apunta nuevos rumbos y preguntas, Como comentario global, decimos, enfática-
enriqueciendo nuestro entendimiento de la for- mente, que es un libro que vale la pena leer. Ha
mación de espacios culturales durante una época sido escrito con pasión y Juego de una extensa
de profundos cambios sociales y mostrando cómo reflexión. A pesar de compartir los objetivos
fueron disputados estos espacios. Documenta, generales, este comentarista tiene más puntos de
además, cómo, en el lento proceso de formación discrepancia que de coincidencia en el tratamien-
del estado boliviano, los símbolos y las prácticas to detallado de los temas; aunque quizá sea por
étnicas/populares no fueron eliminados, sino que esta razón que nos parece tan interesante.
se convirtieron en sustancia de nuevas identida- En la primera parte, en el capítulo sobre Estado
des regionales y nacionales. y Sociedad, llama la atención la definición del
L.G. objetivo de la sociedad como democrática y socia-
lista. En estos tiempos , una opción de esta natura-
leza. con todo lo que tradicionalmente implica,
V arios Autores.Por una Bolivia diferente. Apor-
como un régimen planificado, requiere de un a
tes para un proyecto histórico popular. Cuader-
sólida argumentación que no encontramos en el
nos de investigación 34. Centro de Investigación
y Promoción del Campesinado (CIPCA). La Paz, texto.
Destaca asimismo en este primer capítulo la in-
1991. 268 pp., mapas, cuadros.
teresante introducción de Nac ión Subestatal y el
explícito reconocimiento de las repercusiones
Luego de un período de gestación de tres años, internacionales de la propuesta de Estado plurina-
iniciado en 1988, el Centro de Investigación y cional . Ambos asuntos se hallan interrelaciona -
Promoción del Campesinado de Bolivia, CIPCA, dos . La utilización de esta nueva categoría se
ha reunido en este volumen sus experiencias y realiza.justamente, para haceroperativa la idea de
debates sobre la problemática del campesinado y Estado plurinacional.
del desarrollo en Bolivia. En este nuevo Estado se podría ser miembro,
Se indica con claridad al inicio del texto que la con los mismos derechos y obligaciones, a la vez
propuesta no está completamente desarrollada, de la nación boliv iana y de la quechua. aymara,
constituyendo aportes para que maduren con el c hiri guana, etc .. Asimismo, la nac ión aymara, por
debate. ejemplo , ha estado asentada, desde siempre, en un
Llega en momento oportuno al Perú, puesto territorio ahora dividido entre Bolivia y el Perú.
que nos aprestamos a revisar la constitución vi- Esta situación, al igual que otras simi lares con
gente, y los temas tratados en este libro se refieren otras naciones, plan tea interesantes problemas
a problemas y asuntos que deberemos discutir en internacionales, que aunque se tr atan só lo sucinta-
breve plazo. mente, se dicen con claridad y lucidez. Nos parece
El Ji bro contiene una propuesta general para el absolutamente necesario co ntinuar explorando
desarrollo de Bolivia, esto es, objetivos de largo y estos problemas.
mediano plazo. estrategias y criterios para orientar En el segundo capítulo de la primera parte,
la acción, en los tres campos siguientes: el de Economía y Campesinado, se trata solamente de
Estado y Sociedad, el de Economía y Campesina- la producción agropecuaria. Esta nos parece una
do y el del Política Cultural. de las limitaciones más grandes del libro. No es
Estos capítulos de propuesta constituyen la posi ble hablar de desarrollo sin hablar ele indus-
primera parte del libro, la que abarca la quinta tria. Más aún, no es posible hablar ele agricultura
parte del volumen. En una segunda parte, titulada sin referir este asunto al conte xto global ele la
"Aclaraciones y Debate", se presentan notas que economía y a la industria. Los problemas de la pro-
amplían Jo tratado y las opiniones de una treintena ducción agropec uaria, y sus soluciones , no se
de personalidades bolivianas, tanto simpatéticas encuentran conten idos dentro de sí misma ni dentro
como abiertamente '-Títicas. Por último, en seis de lo rural. Se necesita un a visión de conjun to .
anexos se presentan materiales de base sobre los Dentro del can1po agropecuario, el elemento
siguientes temas: nación y clase, mecanismos de principal es la "seguridad alimentaria", asociado a
representación en el nuevo Estado, territorios y una preocupación por la importación de alimen-
delimitación administrativa del país, territori os tos . Así pues, el tratamiento de este campo nos
indígenas, conceptos fundamentales a ser tratados parece insuficiente. Con es ta entrada al tema no se
en la futura legislación y, un comentario global al toman en cuen ta una gran cantid ad de problemas.
documento por una personalidad boliviana. En especial, el ele la productividad y el del uso de

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los recursos naturales. Destaca sí, aunque no nos reducciones y estaban exceptuados del servicio de
convence, un tratamiento relativamente extenso la mita, pero eran aún miembros de su comunidad
de la planificación. Por último, el tema de la coca de origen. En la práctica, los forasteros y sus
merece un apartado especial en el libro, el cual nos descendientes entablaron diversas relaciones con
parece adecuado por su realismo y visión de las comunidades indígenas establecidas y asumie-
futuro . ron una gran variedad de identidades sociales.
El tercer capítulo de la propuesta, denominada Además de la conflictiva definición del estatus
Política Cultural, nos parece el más sólido, aun- indígena relacionado a un variado rol de obliga-
que visto en conjunto, opinamos que otorga exce- ciones y tributos, la confusión legislativa y el
siva importancia a lo étnico y geográfico en detri- entrampamiento burocrático contribuyeron tam-
mento de lo ideológico. Como lo muestra la histo- bién al fracaso de las reducciones. Sin contar con
ria actual, los vínculos basados en la política y la la más común y efectiva manera de defraudar a la
religión pueden ser tan fuertes como los de la Real Hacienda y la mita de minas, al identificar
sangre y la tierra. indios tributarios como yanaconas de españoles.
Por último, queremos señalar un tema que El intento más serio de ordenar esta confusión
creemos fundamental y debe tratarse con clari- la realizó el Duque de la Pal ata ( 1681-1689), quien
dad: el del conocimiento, es to es, la ciencia y la propuso la identificación de los indios por la
tecnología y su relación con la sociedad y el residencia y no por la comunidad de origen. Así,
desarrollo. Luego de ser insinuado en la primera tanto originarios como forasteros debían asumir el
parte, no recibe la consideración que merece. Así tributo y la demanda de la mita en forma semejan-
por ejemplo, en la tercera parte, en las nueve te. Su sucesor, virrey Conde de la Moncloa, no
páginas dedicadas al tema de la educación sólo es continuó la labor.
mencionado tangencialmente, señalándose que A pesar de este y otros intentos, los criterios
entre los valores a difundirse con el sistema edu- para la definición y diferenciación oficial de la
cativo está el de "sentido crítico y científico". sociedad indígena, giraban en tomo a la comuni-
Para entusiasmar a los posibles futuros lecto- dad ancestral. Mas, esta dicotomía originario-
res, sólo diremos que las otras partes del libro son forastero en la práctica no llegó a prosperar, pues
igualmente densas y tan interesantes como la una sostenida migración incrementó el tamaño del
primera, de lo cual esperamos haber dado una sector forastero. Y su incorporación en las comu-
muestra con estas notas. nidades establecidas produjo nuevas y extralega-
R.T. les formas de identificación social.
La rigidez de la estructura toledana y la ince-
sante movilidad indígena se resolvió a inicios del
WIGHTMAN, Ann M. lndigenous Migration siglo XVII] por una crisis demográfica sin prece-
and Social Change. The Forasteros of Cuzco, dentes (1720), que obligó a una modificación en
1570-1720. Dulce University Press, Durham, 1990, los padrones, al uniformizar al originario con el
315 pp. forastero con tierras. De ahí en adelante, el acceso
a recursos económicos determinó la identidad
legal y obligaciones del indio.
El proceso de migración interna y el surgi- En la segunda parte del trabajo, la autora discu-
miento de un alto porcentaje de indios forasteros te los motivos de la migración indígena y realiza
en Cuzco de 1520 a 1720 es el tema estudiado por una nueva aproximación demográfica a la pobla-
Ann Wightrnan. En este sentido, los forasteros ción forastera del Cuzco. Para Wightman, las
son la causa y la consecuencia de un cambio causas principales fueron la evasión del pago del
histórico en los Andes y la autora analiza el rol tributo y la mita. En el siglo XVIII, aparece un
activo de ese sector en la transformación de la sector de forasteros sin tierras, es decir, indígenas
sociedad indígena bajo el colonialismo hispano. migran tes que no pudieron acceder a tierras y que
En la primera parte del trabajo, la autora des- fueron la base del posterior colonato en las hacien-
cribe el proceso del establecimiento y posterior das.
fracaso de las reducciones toledanas. Estas sólo El impacto demográfico es más notorio en el
contenían inicialmente a indios originarios y campo. Así, en las ciudades el porcentaje de
yanaconas, mas no incorporaron otros grupos forasteros fue el 27.6% y en el campo el 95%. La
emergentes como los forasteros, quienes técnica- ubicación estuvo relacionada con aquellos lugares
mente eran individuos que vivían fuera de las en donde los pobladores originarios habían decre-

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Reseñas

cido o en sitios vinculados a circuitos mercantiles. precoloniales y contribuyó a la alienación del


Enelsiguientecapítulo, Wightmanexaminael trabajo de la tierra.
impacto de la migración indígena en la estructura Un aspecto resaltante del trabajo de Wightman
y parentesco de la comunidad en la zona rural. Y es la rigurosidad de sus estadísticas -influencia de
menciona que además de la migración, la presen- TePaske-, pues revisó protocolos notariales para
cia de yanaconas y mitmaq jugó un rol importante registrar los contratos laborales, el origen de los
en el debilitamiento de los Jaros de parentesco indios y la naturaleza de los fiadores . Procesó
comunales, desarrollándose nuevas formas de también el Censo de 1890 del obispado del Cuzco
membrecía y relaciones sociales. En este sentido, y revisó los registros parroquiales de Yucay para
observa un cambio en el ayllu andino . De ser un reconstruir los patrones de parentesco .
grupo de parentesco con un ancestro común, se En lo que respecta a los datos sobre población
convierte a inicios del siglo XVIII en una villa con y migración, el análisis del sector forastero y sus
tierras comunales. Para Wightman, este es el prin- vinculaciones con la urbe y el campo, terminan
cipal e inicial paso en la progresión de una socie- siendo deformados por la visión simplista de la
dad de castas a una sociedad de clases . autora . Es decir, el afán de explicar y reducir los
En la siguiente parle, Wightman analiza la cambios ocurridos en dos siglos como el paso de
importancia de la población migranle en la urbe una sociedad de castas a una de clases, creemos
cuzqueña, luego de ofrecemos una página innece- que es un aspecto que oscurece el estudio, ya que
saria acerca de sus impresiones turísticas sobre la cada cambio registrado en la organización del
ciudad. Establece que los forasteros se concentra- ayllu es para la autora un paso más en la confirma-
ron básicamente en los sectores transporte(48.8%) ción de su hipótesis .
y servicios (30.9% ). Señala además que dentro de Defecto común en el análisis de algunos histo-
estas categorías, los contratantes desarrollaron riadores, es querer comprobar teorías preconcebi -
lazos ocupacionales que fueron reemplazando a das. Y no darse cuenta que los resultados de sus
los familiares y comunales. Además, en la ciudad investigaciones apuntan en otra dirección.
la identificación por ayllus fue lentamente sucedi- Otro punto que nos parece discutible se refiere
da por la emergencia de gremios urbanos, la crea- al uso de categorías. Es decir, las fuentes nos
ción de lazos ocupacionales y el énfasis creciente ofrecen categorías fiscales que generalmente poco
en la familia nuclear. Para la autora, este cambio tienen que ver con la realidad. En este sentido, nos
de lealtades y afiliaciones de un grupo de paren- hubiera gustado que la autora utilizara otro tipo de
tesco hacia un sector ocupacional, es otra impor- fuentes para tener una aproximación más fidedig-
tante fuerza que explica el progresivo cambio de na a las categorías étnicas.
una sociedad de castas a otra de clases. Por último, nos llama la atención la ausencia en
En el capítulo siguiente, discute las formas en la bibliografía de algunos trabajos importantes.
que la migración indígena urbana y rural alteró las Por ejemplo, cuando se refiere a las rebeliones
relaciones de producción tradicionales y colonia- sureñas del siglo XVIII, omite mencionar el estu-
les. Así, cuando los migrantes dejaron sus ayllus, dio de Scarlett O'Phelan mientras sí cumple con
perdieron el acceso a tierras y los beneficios del citar otros trabajos aparecidos posteriormente.
trabajo comunal. En este sentido, la necesidad En conclusión, el trabajo de Wightman es
más inmediata fue el dinero, pues estaban ligados definitivamente importante, pues pone de relieve
a cuotas por concepto de tributo, además de satis- los cambios en la organización comunal indígena
facer necesidades básicas. A ello se añade la pro- ocurridos por las migraciones en el Cuzco. Empe-
gresiva y creciente venta de tierras comunales que ro, el uso de sus categorías analíticas nos parece
impulsó más aún la migración. discutible.
Finalmente, la fuerta asalariada urbana y rural B.B.M.
representó un quiebre de las relaciones laborales

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