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DEBERES ESPIRITUALES
INTRODUCCIÓN
Las epístolas del Nuevo Testamento son las que dan la doctrina para la
Vida de la Iglesia; Hechos traza la aplicación de esa doctrina en la iglesia
primitiva
2Ped. 3:16…entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales
los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras,
para su propia perdición, Pedro hace referencia cuando qué pasa con los
no preparados
Pablo a Timoteo - “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto
encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”
(2 Ti. 2:2)
no es negociable,
es inalterable
inamovible a lo largo del tiempo.
“comunión de los santos” (2 Co. 13:13; Ef. 2:19– 22; 1 Jn. 1:3).
Las reuniones de oración, por otra parte, atraen solo a unos pocos fieles.
Esa, sin duda, es la razón de gran parte de la debilidad en la Iglesia
contemporánea.
Conclusión
En resumen, los cuatro elementos que Lucas menciona en este versículo (v.
42) aparecen relacionados a la adoración pública:
CARÁCTER ESPIRITUAL
Una iglesia que cumple los deberes espirituales descubre que estos
producen carácter espiritual.
Si la Iglesia cumple con su deber espiritual de estar en la Palabra su
carácter será ser una Iglesia bíblica y así pasa con los demás deberes de
una Iglesia Viva
El testimonio de una iglesia viva eso es lo que les lleva a tener un temor de
reverencia
Los cristianos no caminamos ante los ojos del hombre sino delante de Dios
que somos un elemento para su gloria. En ningún momento somos nosotros
el objeto de Adoración o somos el fin del evangelio.
El creyente está puesto para glorificar a Dios. Ese debe ser el objetivo
principal que produce toda acción:
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios” (1 Co. 10:31).
Quien tiene a Dios como Padre y a Jesucristo como Salvador, debe
reflejar el carácter de Dios en él, “pues como Él es, así somos
nosotros en este mundo” (1 Jn. 4:17).
Esto se traslada a la Iglesia, cuando se dice: “manteniendo buena
vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que
murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en
el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” (1 P.
2:12).
Debemos recordar en los días del ministerio terrenal del Señor, las personas
que oían a Jesús veían que sus palabras de poder iban acompañadas de
hechos poderosos. Luego de su ascensión, los apóstoles enviados por Él
para llevar el evangelio, acompañan el mensaje con hechos de poder
semejantes a los que hizo Jesús.
Y así como los milagros de Jesús cuando estuvo en la tierra eran “señales”
del reino de Dios, aquellos llevados a cabo a través de sus apóstoles
compartían el mismo carácter (cf. 3:6)
Estas señales acreditaban ante todos que Jesús había resucitado, puesto que
todos esos prodigios se hacían en Su nombre.
Alabando a Dios
Esta alabanza es espiritual, esto es, al impulso de Espíritu Santo (Gá. 5:16).
Un cristiano podrá ser perseguido por su fe, pero no debe permitir que
nadie hable mal de él por su mal testimonio (1 P. 4:4, 14–16).
INFLUENCIA ESPIRITUAL
y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia
los que habían de ser salvos. (2:47b)
Los deberes y el carácter en ellos les concedieron favor con todo el pueblo
Los primeros creyentes demostraron que eran ciertas las palabras de Jesús
en Juan 13:35: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros”.
Los creyentes que viven una vida de alabanza a Dios, son reconocidos y
estimados por el pueblo.
Ese mismo favor del pueblo, es ya una forma de alabanza a Dios (5:13).
Algunas de las razones de que la iglesia primitiva hallara favor con las
personas comunes se puede discernir de la apología escrita por el filósofo
Arístides a principios del siglo II:
En cuanto a sus siervos y siervas, con sus hijos si los hay, los
persuaden a volverse cristianos; y cuando lo hacen, los llaman
hermanos sin distinción.
Cuando uno de sus pobres se va del mundo, cada uno provee para su
sepultura según su capacidad. Si oyen que alguno de sus miembros
está preso u oprimido por causa del nombre del Mesías, todos
proveen para las necesidades del afectado y, si es posible redimirlo,
lo liberan.
Con toda esa virtud para elogiarlos no es de extrañar que conformaran una
iglesia atractiva.
Que el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos nos
recuerda que Dios es soberano en cuanto a la salvación (cp. 5:14).
El tiempo imperfecto del verbo traducido añadía, junto con la frase cada
día, indica que las personas continuamente se salvaban al observar la
conducta diaria de los creyentes.
Estaban tan unidos, alegres y llenos del Espíritu que su misma existencia
era un testimonio poderoso de la verdad del evangelio.
Es el Espíritu Santo quien vincula a cada uno de los salvos con el Señor,
Cabeza de la Iglesia, por tanto quienes creen son añadidos a los otros
creyentes para formar un cuerpo en Cristo.
Lucas dice que el Señor, que había prometido edificar su Iglesia (Mt.
16:18), lo está llevando a cabo, con las conversiones diarias de personas
que alcanzadas por la gracia, pasan a engrosar el número de redimidos que
son, en esta dispensación, miembros de la Iglesia
La verdadera evangelización fluye de la vida de una iglesia sana. Este
breve atisbo de la primera hermandad proporciona una valiosa perspectiva
de lo que conforma una iglesia sana y creciente digna del nombre.
A estos se les califica como “los que iban siendo salvos”, es decir, los que
se salvaban. Algunas versiones traducen aquí la expresión como los que
habían de ser salvos.
Dios salva; sólo Él lo hace; sólo Él capacita para salvación (Sal. 3:8; Jon.
2:9; 1 P. 1:2). La gloria de los que iban siendo salvos corresponde total y
absolutamente a Dios. El Espíritu actuaba de día en día, tanto en la plenitud
de los creyentes, como en la salvación de los inconversos.