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4 MENTIRAS QUE LOS CRISTIANOS CREEN SOBRE ISRAEL.

MENTIRA N°1. LA TEORÍA DE REEMPLAZO: LA IGLESIA ES EL ISRAEL ESPIRITUAL:


Esta es la doctrina que enseña que la iglesia ha sustituido a Israel en todos los pactos
y las promesas de YAHWEH(DIOS), que en el tiempo en que Israel fue pueblo de
YAHWEH terminó con la resurrección del MESÍAS y por tanto todas las promesas que
se le aplicaban a los Israelitas, ahora sólo se aplican a la iglesia gentil.
Es una ideología satánica implantada en el concilio de nicea en el año 325 después de
CRISTO y los padres de la iglesia, si consideramos esta doctrina satánica como algo
cierto, entonces estamos diciendo que YAHWEH es un mentiroso, que prometió algo
que no planeaba cumplir, pero entendemos que los pactos de ELOHIM SON ETERNOS
y que cuando ÉL prometió a Abraham que haría de él una nación grande y lo
bendeciría y engrandeció su nombre.
Genesis 12:1-3
1.Ahora YAHWEH dijo a Avram: 'Vete de tu país, lejos de tu familia y lejos de la casa de tu padre,[45] y
ve a la tierra que Yo te mostraré.

2. Yo te haré una gran nación, Yo te bendeciré, engrandeceré tu nombre; y tú serás bendecido.

3. Yo bendeciré a aquellos que te bendigan, pero maldeciré a cualquiera que te maldiga;[47] y por ti
todas las tribus de la tierra serán bendecidas.'

Estas promesas y todas las demás recibió Abraham y sus hijos son pactos eternos,
Pablo lo define claramente en el evangelio de Romanos 11:28, 29.
28. Con respecto a las Buenas Noticias ellos son enemigos por causa de ustedes. Pero con respecto a
ser escogidos, ellos son amados por causa de los Patriarcas.

29. Pues los dones gratuitos de YAHWEH y su llamado son irrevocables.

Hay que entender que la promesa que le hizo YAHWEH le hizo a Abraham no tiene
nada que ver con salvación, Pablo dice que en cuanto al evangelio hay enemistad
porque los descendientes de Abraham por la carne son salvos también, pero en
cuanto la elección de YAHWEH, los hijos de Abraham por la carne tienen una herencia
irrevocable, por lo tanto, eso demuestra en que aunque no todos los Judíos que no
creen en YAHSHUA de todos modos son bendecidos, eso es porque los dones y los
llamamientos son irrevocables, la garantía física de las bendiciones del pacto es
independiente de cualquier condición espiritual, sea obediente o no.
Que gran hombre tuvo que ser Abraham, que su fe y obediencia fue suficiente para
bendecir no solo a sus descendientes en la sangre sino a todas las naciones del
mundo, Galatas 3:6-9
6. Fue el mismo Avraham: 'El confió en YAHWEH, y le fue fiel, y le fue contado por justificación.

7. Estén seguros, por tanto, que aquellos que viven confiando con llenura de fe, son realmente los hijos
de Avraham.

8. También el Tanaj(antiguo testamento), anticipando que YAHWEH consideraría a los Gentiles


justificados cuando ellos viven confiando con llenura de fe, dio las Buenas Noticias de antemano cuando
dijo: 'Por medio de ti, todos los Goyim(gentiles) serán benditos. °

9. De modo que aquellos que se apoyan en la confianza y en la llenura de fe son benditos con Avraham,
quien confió con llenura de fe.

Hay algo muy importante que


debemos comprender respecto a los
pactos de ELOHIM, para con su pueblo
es que NO SE CANCELAN
MUTUAMENTE, es decir, el pacto que
YAHWEH le dio a Abraham no canceló
el pacto que YAHWEH había hecho
con noé, el pacto de noé NO canceló
en que hizo con Adam de la misma
forma los pactos que vienen luego de
Abraham como el que se hizo con
Isaac, Jacob, con las 12 tribus en el
Sinaí NO fueron traídos para abrogar el
pacto que les precedia.

Entendamos los pactos que ELOHIM


hace, como laminas transparentes de
un proyector antiguo, al poner una
sobre otra no borran sino que se van
acomodando para dejarnos ver la imagen completa de las cosas, de la misma manera cuando ELOHIM
cada vez le daba un pacto a su pueblo lo hacía para mostrarles un aspecto más profundo de su promesa
culminando con el pacto de la sangre de YAHSHUA que perfecciono todos los pactos anteriores, Mateo
26:28. Pues ésta es mi sangre, que ratifica el Nuevo Pacto, Mi Sangre derramada a favor de muchos,
para que ellos puedan tener sus pecados perdonados.

MENTIRA N°2

EL ISRAEL DE LA BIBLIA SON SOLO LOS JUDÍOS.

Si conociéramos el termino Judío no diríamos lo mismo, Judío es una persona de LA TRIBU DE JUDA,
son los descendientes del 4to hijo de Jacob y mas adelante luego de la deportación a Babilonia fue el
gentilismo usado para referirse a los nacidos en el REINO DEL SUR, es decir el reino de Juda, luego los
romanos llamaron Judía a la región donde vivian los Judíos, en el tiempo del Brit Hadassah(nuevo
testamento) la mayoría de los descendientes de Jacob eran de LAS TRIBUS DE JUDA Y BENJAMÍN,
que junto con algunos de levi y muy pocos de los que se les habían integrado de las TRIBUS DEL
NORTE, (Casa de Israel o también llamada Efraín), conformaban el REINO de JUDA, la gran mayoría de
los descendientes de las otras 10 TRIBUS fueron destruidos por los asirios y los pocos sobrevivientes se
asimilaron entre las naciones gentiles, la palabra Judío ni siquiera se menciona en la TORAH, su primera
mención en la BIBLIA viene en el libro de Esdras, que fue escrito luego del regreso de los exiliados a
Babilonia, dice la Palabra de Esdras 4: 23 Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue
leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén
a los judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia.

MENTIRA N°3
LA TORAH FUE DADA SOLO A LOS JUDÍOS.

Cuando moises entregó los mandamientos al pueblo en el monte Sinaí, allí se


encontraba TODA LAS TRIBUS (NACIONES), Exodo 20:18-22.
18.Todo el pueblo sintió los truenos, los relámpagos, el sonido del shofar, y la montaña humeando.
Cuando el pueblo lo vio, ellos temblaron. Parados a la distancia,

19. ellos dijeron a Moshe: 'Tú, habla con nosotros; y nosotros escucharemos. Pero no dejes que
ELOHIM hable con nosotros, o moriremos.'

20. Moshe respondió al pueblo: 'No tengan temor, porque ELOHIM solamente ha venido para probarlos
y hacer que le teman a El, para que no cometan pecados.'

21. Así que el pueblo se paró a la distancia, pero Moshe se acercó a la oscuridad densa donde estaba
ELOHIM.[89]

22. YAHWEH dijo a Moshe: 'Aquí está lo que dirás a la casa de Ya'akov y reportarás a los hijos de
Yisra'el: 'Ustedes mismos han visto que Yo hablé con ustedes desde el cielo.

LAS TRIBUS DE ISRAEL se


conformaban por los
descendientes de los 12
HIJOS DE JACOB, por lo
tanto cuando YAHWEH les dio
la TORAH(instrucciones,
leyes, mandamientos) lo hizo
a todos los descendientes
como ya hemos escudriñados
en la escritura, JUDÁ ES
SOLAMENTE 1 DE LAS 12
TRIBUS, por lo cual NO ES
CORRECTO asumir que
solamente ellos tienen la
obligación de guardar sus
mandamientos, de ser así,
ningún otro descendiente en
cualquier tiempo de la historia
de Israel hubiera estado bajo
la TORAH, ni saúl que era de
Benjamín, ni Josué que era de
Efraín, ni siquiera Moises y
Aaron que era de Leví y
hubieran estado regidos por la ley de YAHWEH.

MENTIRA N°4

LAS FIESTAS DE YAHWEH, SÓLO SON FIESTAS JUDÍAS.

Una vez más, de la misma forma en que la TORAH (Instrucciones, leyes, mandamientos) no fue dada
sólo a los Judíos, las fiestas fueron dadas a todos los Israelitas, dice en Levítico 23:1-2.

1.Habló YAHWEH a Moisés, diciendo:

2. Habla a los hijos de Israel y diles: LAS FIESTAS SOLEMNES DE YAHWEH, las cuales proclamaréis
como santas convocaciones, serán estas:
LAS FIESTAS NO SON de Israel, NO SON de los Judíos. No son de nadie terrenal, SON LOS MOADIN
(FIESTAS SEÑALADAS) DE YAHWEH.

Es como cuando hacemos una fiesta en nuestra casa por nuestro cumpleaños, invitamos a nuestros
amigos, de la misma forma YAHWEH ha dicho que son sus fiestas y nosotros estamos llamados a asistir
a ellas.

Entonces, ¿Quién es realmente Israel?

Israel es la nación descendiente de los 12 hijos


de Jacob, DIVIDIDO ENTRE LA CASA DE
EFRAÍN O TAMBIEN LLAMADA CASA DE
ISRAEL QUE ESTA DISPERSA ENTRE LOS
GENTILES Y LA CASA DE JUDA QUE SON
LOS JUDÍOS EL DÍA DE HOY.

Esta profetizado que cuando el Mesias regrese


por segunda vez, Israel volverá a ser restaurado
completamente bajo el gobierno del REY DE
REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

Ezequiel:37:17. Finalmente, tráelos juntos a un


solo palo, para que se conviertan en uno en tu
mano.

18. Cuando los hijos de tu pueblo te pregunten


qué quiere decir todo esto,

19. diles que YAHWEH dice esto: 'Yo cogeré el palo de Yosef, el cual está en la mano de Efrayim, junto
con las tribus de Yisra'el, que están unidas con él, y las pondré juntas con el palo de Yahudáh y los haré
un solo palo, para que se hagan uno en mi mano.'

20. Los palos donde tú escribes estarán en tu mano mientras ellos miran.

21. Entonces dile a ellos que YAHWEH ELOHIM dice: 'Yo cogeré la casa de Yisra'el de entre las
naciones adonde han ido y los juntaré de todos los lados y los traeré de regreso a su propia tierra.

22. Yo los haré una nación en La Tierra, sobre las montañas de Yisra'el; y un rey será rey para todos
ellos. Nunca más serán dos naciones, y nunca más estarán divididos en dos reinos.[178] °

23. 'Ellos nunca más se profanarán a sí mismos con sus ídolos, Yo los libraré de todas sus
transgresiones con las que han pecado, y Yo los salvaré de todos los lugares donde han estado viviendo
y pecando; y Yo los lavaré, para que sean mi pueblo, y Yo sea su ELOHIM. °

24. Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un Pastor; ellos caminarán en mis
ordenanzas y guardarán y observarán mis juicios.[179]

25. Ellos habitarán en La Tierra que Yo di a Ya'akov mi siervo, donde sus padres vivieron; ellos
habitarán allí – ellos, sus hijos, y sus nietos para siempre; y David mi siervo será su gobernante para
siempre.

26. Yo haré un Pacto de Shalom con ellos, un Pacto eterno. Yo les daré a ellos, aumentaré sus
números, y pondré mi Lugar Kadosh entre ellos para siempre.

27. Mi Tabernáculo estará con ellos; Yo seré su ELOHIM, y ellos serán mi pueblo.

28. Las naciones sabrán que Yo soy YAHWEH, quien aparta a Yisra'el como Kadosh, cuando mi Lugar
Kadosh (SANTO) esté con ellos para siempre.
¿Quién ES EFRAÍN?
https://www.lacasadeisrael.org/estudios-biblicos/la-casa-de-israel/indice-de-capitulos/

Descubre tus raíces hebreas y el legado que por Ley te pertenece. Encontrarás los
pasajes en los que la Biblia enseña que todos los que siguen a YAHSHUA (Jesucristo)
pertenecen a Israel. Aquí doy respuesta a las interrogantes que son esenciales:
Quién eres en realidad, de dónde vienes y adónde vas.

Deuteronomio 29:29. 'Las cosas que están escondidas pertenecen a YAHWEH


nuestro ELOHIM. Pero las cosas que han sido reveladas nos pertenecen a nosotros y
a nuestros hijos para siempre, para que podamos observar todas las palabras de la
Toráh (leyes, decretos, estatutos, mandamientos).

Existe un pasaje en la Biblia el cual late y pulsa como el corazón de toda la Escritura.
Sin él la Palabra simplemente no tendría sustento ni explicación.
Es el corazón de la Biblia porque todos los Escritos –pasado, presente y futuro–
conforman un antes y un después de este, es decir, confluyen y convergen en el
suceso que describen. En ese pasaje básicamente YAHWEH (DIOS) clama
amorosamente:
“VUELVE A MÍ”
Allí encontramos que El Señor llama a todo su pueblo perdido en la dispersión: sus
ovejas perdidas.

Casi un siglo después de que los asirios se llevaran a las diez tribus para dispersarlas
entre las naciones, al profeta Jeremías se le ordenó voltear su rostro hacia la tierra
desolada del norte –donde alguna vez habitó Israel– y hacer el Llamado que hasta el
día de hoy sigue resonando en los corazones del pueblo de YAHWEH disperso por
toda la tierra. Durante generaciones ese Llamado ha persistido y es el mismo al que
todavía hoy los Hijos del Altísimo siguen respondiendo:

“El Señor me dijo: «La rebelde Israel es menos culpable que la infiel Judá. Ve y anuncia
este mensaje mirando hacia el norte:» El SEÑOR afirma: « ¡VUELVE A MÍ, REBELDE ISRAEL!
No te recibiré de mal modo ni mantendré mi enojo por siempre, porque soy bondadoso.
Yo, el SEÑOR, doy mi palabra. Reconoce tan solo tu maldad, y que fuiste rebelde contra el
SEÑOR tu ELOHIM; que corriste en busca de amores extraños debajo de todo árbol
frondoso, y que no obedeciste mis órdenes. Yo, el Señor, lo afirmo».” Jeremías 3:11-13
DHH
Por generaciones El Padre Celestial ha estado haciendo un Llamado Urgente
(Jeremías 3:21-22) a los corazones de su pueblo esparcido alrededor de todo el
mundo para que regresen a Él.
Si hacemos una búsqueda en cualquier enciclopedia acerca de las tribus perdidas de
Israel encontraremos más o menos lo siguiente:

«En el año 853 a. C. Salmanasar III de Asiria y posteriormente Sargón II en el 722 a.


C. conquistaron uno de los dos reinos en los que el Israel original se había dividido:
el del norte. La capital de ese reino, Samaria, fue destruida y la mayoría de los
habitantes, incluyendo la clase dirigente, fueron esparcidos hacia otras tierras
ocupadas por el imperio asirio. Con el paso de los siglos, dispersados entre otras
naciones, asimilados en nuevas culturas, los descendientes de las diez tribus
originales que ocupaban el país del norte llegaron a perder su identidad original.
Nunca volvieron, como pueblo, a la tierra de Israel, hoy a aquellas diez tribus se les
conoce como las tribus perdidas de Israel.»

Es bien conocido el hecho de que las diez tribus de Israel no fueron el único pueblo
de la antigüedad que fue esparcido. Muchos fueron los pueblos que perdieron su
identidad original tras ser conquistados y disueltos entre otras naciones. Pero
estarás de acuerdo que al hablar de Israel no lo estamos haciendo de un pueblo
cualquiera. El caso es que para aquel legendario pueblo del norte, supuestamente ya
desaparecido, hay una Promesa en las páginas de la Biblia aguardando cumplirse.
Tal Promesa dice que no obstante YAHWEH en su ira algún día arrojó a su pueblo
por diferentes naciones, al final de los tiempos El SEÑOR no se olvidará de sus
descendientes y que aunque los tales hubieran ido a parar hasta las tierras más
lejanas, hasta allá El SEÑOR irá a buscarles (Deuteronomio 30: 4-5), los encontrará y
los devolverá a su lugar que por culpa de sus ancestros nunca conocieron (Jeremías
31: 29-30 / Ezequiel 18: 2-20).

¿Dónde están las tribus perdidas de Israel?

Es mi esperanza que cuando el pueblo de Dios acceda a la información que aquí


presento y por fin se entere cuál es el asombroso e invaluable legado que por siglos
le había sido ocultado -pero que por Voluntad Divina le pertenece- entrará en una
nueva dimensión de santidad y espiritualidad.

En estas páginas encontrarás una desafiante propuesta para entender


completamente no solo tu Biblia, sino quiénes somos en realidad, a dónde
pertenecemos y por qué estamos aquí.

Por supuesto que mi trabajo no será del agrado de algunos, sobre todo de quienes
llevarán ya tiempo enseñando los dogmas tradicionales y habiendo adquirido cierto
prestigio en ello no tendrán la disposición de rectificar. Pero esta obra no fue escrita
con el objetivo ni de complacer ni de hacer simpatizantes, sino de informar, pues a
fin de cuentas eso es evangelizar, publicar las buenas noticias de gran gozo
concernientes al Reino (Lucas 2:10) ¡Y estas que te presento aquí vaya que lo son!
A través de los libros de la Biblia corre un enigmático hilo conductor: la misteriosa
historia de las tribus de Israel y el supuesto fin de diez de ellas.

Luego de la Creación y los primeros hombres en la Tierra, tal hilo nos lleva desde la
Promesa para las tribus hecha a Abraham (Génesis 15:5) y pasando por su dramática
dispersión entre las naciones nos revela que luego de una serie de acontecimientos
dramáticos al final de los tiempos tendrán una milagrosa y feliz restitución (Jeremías
16:14-15 / Jeremías 30: 3-4 / Ezequiel 37:21:22 / Apocalipsis 21:12).

Porque debes saber que la Biblia no solo es un registro del pasado, sino también
del presente y futuro del pueblo elegido: Israel. Lo señalo ya que es importante
que sepas que a pesar de que durante miles de años el pueblo de Israel se ha
extendido a través de numerosas naciones, algún día todos los integrantes del
pueblo de YAHWEH volveremos a la tierra que le fue dada a Abraham (Isaías 27:12-
13).

Sin embargo tal vez habrá quien lea estas líneas y aún se pregunte ¿Qué tiene eso
que ver conmigo? Y ahí está precisamente lo emocionante de la investigación que
aquí te entrego, pues pongo al descubierto ante ti todo lo que eso tiene que ver con
quienes hemos decidido seguir al Mesías Verdadero de Israel: YAHSHUA (Nombre
Hebreo). Sabemos que los nombres no se traducen.

EL PUEBLO DE YAHWEH QUE VAGA PERDIDO Y SIN MEMORIA ENTRE LAS NACIONES
“¡Ah Israel, vuélvete a mí! ¡Cómo quisiera que te volvieras a mí! ¡Cómo quisiera que
quitaras de mi vista tus actos repugnantes, y no anduvieras de acá para allá! —Palabra del
SEÑOR”. Jeremías 4:1
Quizá no lo sabías, pero durante miles de años multitud de personas han vagado
por este mundo sin saber que son descendientes de los habitantes de un reino que
existió hace mucho tiempo y de cuyo esplendor hoy solo quedan, si acaso,
algunas piedras.

Tal reino es la antigua y legendaria nación que, al dividirse el país de David y


Salomón en dos, quedó situada al norte de otro reino, el de Judá. A ese reino del
norte nuestros ancestros lo conocieron como Israel (1 Reyes 12:1-24).Es a los
descendientes de los que habitaron aquella nación que precisamente por esa
condición de extravío YAHWEH les llamó por medio de sus profetas las ovejas
perdidas de la Casa de Israel.

Desde hace siglos existe una muy importante interrogante al respecto que no ha
podido ser contestada a satisfacción por el hombre: ¿QUÉ FUE DE LAS TRIBUS
PERDIDAS DE ISRAEL? ¿SERÁ, COMO AFIRMAN ALGUNOS, QUE LAS TRIBUS
QUE SE PERDIERON, PERDIDAS PARA SIEMPRE ESTÁN?
La Biblia da contestación a ello y nos muestra que aunque ese linaje efectivamente
permanece oculto entre las naciones algún día será restaurado y devuelto a su lugar
de origen (1 Pedro 2:9).

Esforzándote en ahondar en las profecías encontrarás que los descendientes de las


tribus perdidas son un ente real, pero por una poderosa razón han permanecido
ocultos a los ojos de los hombres. Tal cual lo afirma la Escritura, son personas reales,
hombres y mujeres que están diseminados por todo el mundo. Pero un Enviado
Divino incansablemente se ha estado ocupando en encontrarles.

Y de la misma forma que el propietario pone un sello personal en las ovejas de su


rebaño para diferenciarlas de otros rebaños ajenos, el Propietario de las ovejas de
Israel pone una señal, su Espíritu (Isaías 66:19), a cada una de las personas
pertenecientes a su pueblo elegido que va hallando, pues son sus ovejas, las ovejas
perdidas de la Casa de Israel, legítimas herederas de todas las promesas hechas a
Abraham para los últimos días (Génesis 22:17 / Apocalipsis 7). Todo cae en su sitio

« YAHSHUA respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa
de Israel». Mateo 15:24

Ahora bien, si te concentras todavía más en entender las profecías, entonces podrás
darte cuenta de que tal Enviado no puede ser otro sino aquel que el mundo
occidental conoce como Jesucristo y las ovejas que estaban perdidas y han sido
encontradas son aquellos que le siguen, ¡los que el mundo llama cristianos! (Hechos
11:26)

«Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes
las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles».
Jeremías 50:6. « ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de
ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta
encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a
casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he
encontrado mi oveja que se había perdido». Lucas 15:4-6
Mateo 10:6«…sino id antes a las ovejas perdidas de la Casa de Israel».

Hay un descomunal malentendido humano que por una grave y lamentable


desatención a la Escritura se ha extendido a través de los siglos y hasta nuestros días
ha satán se ha salido con la suya, ya que el vino a matar, confundir y destruir y se
extendió durante miles de años, que al referirse al cristianismo se piensa
erróneamente que es algo aislado de las profecías, que los Judíos son una cosa y los
gentiles otra, algo que brotó loca, espontáneamente y sin razón. Algo que YAHWEH
no esperaba pero que sucedió y sin más remedio se debe aceptar y afrontar. Pero,
¿acaso al Señor se le salen las cosas de control? ¡Claro que No! El hecho de que los
gentiles una vez habiendo creído comenzaran a seguir al Mesías prometido a Israel,
en efecto, fue un evento inesperado, pero solo para algunos humanos, no todos,
pues al menos, por lo que dejaron escrito, sabemos que los dirigentes del nuevo
Camino estaban al tanto de que el arrepentimiento y la conversión de los gentiles ya
habían sido anunciados siglos atrás por los profetas, comenzando por el mismo
Moisés (Deuteronomio 30:1-6 / Oseas 4:6 / Romanos 9:25:26 / Santiago 1:1 / 1
Pedro 2:10) y que no era otra cosa sino, como veremos a continuación, el comienzo
del muy anunciado retorno de la Casa de Israel de entre los gentiles.

Si no te has dado cuenta todavía. Como un seguidor de YAHSHUA, ¡Tú eres parte de
Israel! Tú has sido injertado a la comunidad de Israel y te has hecho participe de los
pactos de promesa!

Como ya dije, en la Biblia existe el registro de cómo es que a través de los siglos
diez de las tribus de Israel se perdieron entre las naciones para luego ser halladas,
restauradas y reincorporadas al pueblo elegido. En este trabajo nos ocupamos de
demostrar con la Escritura que tal registro se refiere a los cristianos.

Tal como nos muestra el Génesis (Génesis 1:1-4), El Señor primero esclarece las
tinieblas para enseguida comenzar a ordenar el caos, por lo que podemos confiar en
que este cumplimiento no será la excepción, ya que al final de los tiempos, también
acorde a las profecías, las tribus de Israel serán manifestadas y separadas en forma
gloriosa a los ojos de todos. Evento para el cual ya deberíamos estar preparándonos
(Marcos 13:33).

«Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo


diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla;
pero recoged el trigo en mi granero». Mateo 13:30
«Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero,
y quemará la paja en fuego que nunca se apagará». Mateo 3:12
En esta obra que estás a punto de comenzar a leer podrás darte cuenta del sentido
tan actual de la milenaria profecía y el urgente Mensaje que al respecto Dios ha
mandado a la humanidad: ¡A ti que has estado leyendo estas líneas y si conoces que
nada obra por casualidad, entonces sabrás que probablemente El Señor te haya
traído hasta aquí porque perteneces, sin haberlo sospechado siquiera, a una de las
antiguas tribus perdidas de Israel!

Si ese fuera el caso, si tu corazón te dice que has encontrado algo que era tuyo
(Mateo 13:45), entonces necesitas estar al tanto de ciertas cosas de las cuales debes
esperar su cumplimiento (la mayoría de las cuales hablamos aquí mismo) y
disponerte a hacer tu parte en este mover entre Su pueblo que El Poderoso de Israel
ha preparado para estos últimos tiempos.

Casa de Judá que tribu de Judá, ya que el primer término -Casa de Judá-, como


acabamos de decir, nos describe el linaje, o sea los descendientes de aquellos que
ocuparon el reino del sur, el cual a la división del reino de Salomón quedó
conformado por las tribus de Judá, Benjamín y Leví. Es a los descendientes de
estas tres tribus pertenecientes al reino del sur a los que el mundo actualmente
conoce como judíos.

Si conociéramos el termino Judío no diríamos lo mismo, Judío es una persona de LA


TRIBU DE JUDA, son los descendientes del 4to hijo de Jacob y más adelante luego
de la deportación a Babilonia fue el gentilismo usado para referirse a los nacidos en
el REINO DEL SUR, es decir el reino de Judá, luego los romanos llamaron Judía a la
región donde Vivian los Judíos, en el tiempo del Brit Hadassah(nuevo testamento) la
mayoría de los descendientes de Jacob eran de LAS TRIBUS DE JUDA Y BENJAMÍN,
que junto con algunos de Leví y muy pocos de los que se les habían integrado de
las TRIBUS DEL NORTE, (Casa de Israel o también llamada Efraín), conformaban el
REINO de JUDA, la gran mayoría de los descendientes de las otras 10 TRIBUS fueron
destruidos por los asirios y los pocos sobrevivientes se asimilaron entre las naciones
gentiles, la palabra Judío ni siquiera se menciona en la TORAH, su primera mención
en la BIBLIA viene en el libro de Esdras, que fue escrito luego del regreso de los
exiliados a Babilonia, dice la Palabra de Esdras 4: 23 Entonces, cuando la copia de la
carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus
compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar
con poder y violencia.

Lo mismo sucede con la Casa de Israel, o descendencia del antiguo reino de


Israel, reino el cual a su vez quedó conformado por las diez tribus del norte
restantes, las cuales comenzaron a ser esparcidas entre las naciones en el 722 a.C.,
fecha de la caída de Samaria, capital de Israel, a manos de los asirios.

El olivo, símbolo del pueblo de Israel, junto con todas sus partes, como lo son ramas,
injertos, renuevos, palos y hasta derivados como los cayados, son usados como
figuras para anunciar que la Casa de Judá y la Casa de Israel volverán a ser una sola
nación.

Como ya sabemos, el árbol de olivo ha de ser siempre por excelencia un emblema


de Israel pues sus raíces, su tronco, sus ramas, su sabia, sus retoños y su fruto
simbolizan al pueblo elegido. Enseguida explicaré por qué es así.

«Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó El Señor tu nombre. A la


voz de recio estrépito hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas.
Porque El Señor de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa
de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome a
ira con incensar a Baal». Jeremías 11:16-17
El pasaje se refiere a las calamidades que sufrieron la Casa de Israel y la Casa de
Judá debido a su constante idolatría. La primera, Israel, como hemos venido
exponiendo, sufriendo el destierro a manos de los asirios (722 a.C.) y la segunda,
Judá, con el cautiverio en Babilonia (587 a.C.)

El olivo, por supuesto, simboliza a Israel y las ramas arrancadas son los
descendientes de ambos pueblos que perdieron su linaje.

Tal como en este pasaje, en el que se nos dice que -por incensar a Baal- el infortunio
en forma de rayo cayó sobre el olivo hermoso desmembrando sus ramas con el
estallido, la Biblia constantemente nos habla de las tribus de Israel en términos de
varas, cayados, palos, etc., porque todos estos -pedazos de madera al fin- se
desprenden de un tronco. Tal tronco, que es de olivo, simboliza a nuestros padres
Abraham, Isaac y Jacob; en tanto que las ramas son las doce tribus de Israel.

En la antigüedad se insertaban ramas de olivo


silvestre en el tronco de olivo doméstico y
viceversa. Siempre con el objetivo de obtener un
olivo más sano y fructífero.

Pablo se refiere a los gentiles como ramas


silvestres, es decir aquellos que no están en la
propiedad al cuidado del amo, sino abandonados
en la naturaleza. Esa es precisamente la condición
en la que YAHWEH encuentra a quienes forman
parte de las tribus perdidas de Israel, pues si bien son legítimos hijos de la Promesa
(Génesis 26:4 / Gálatas 3:7-8), igual que el hijo que dilapidó su herencia (Lucas 15:
11-14) vagan derrochando su herencia -la vida eterna- por las naciones paganas,
hasta que cobran conciencia de lo que en verdad son (Lucas 15:17-20) y
arrepentidos se convierten del mal camino emprendiendo el camino de retorno al
Padre, el cual vuelve a recibirles gozoso (Lucas 15:20-24).

Apacenté, pues, las ovejas de la matanza, esto es, a los pobres del rebaño. Y tomé
para mí dos cayados: al uno puse por nombre Gracia, y al otro Ataduras; y apacenté
las ovejas». Zacarías 11:7

Los pastores del antiguo oriente portaban con frecuencia dos callados, uno
semejante a una vara larga y puntiaguda, utilizada para mantener alejado a las
fieras, y otro como un báculo, con la función de guiar a las ovejas descarriadas. La
vara, llamada "Gracia" alude a Cristo el Buen Pastor, que expresa el amor y la gracia
de Dios mediante la dirección tierna y el cuidado permanente de Su pueblo, tal y
como se nos menciona en el libro de Marcos 6:34. El báculo, llamado "Ataduras", en
cambio, se refiere al ministerio unificador para juntar a la casa dispersa de Israel en
un solo rebaño.

«Tomé luego mi cayado Gracia, y lo quebré, para romper mi pacto que concerté con
todos los pueblos». Zacarías 11:10

Hablando de la Gracia, recordemos que antes del pacto con Israel, El Creador
mantenía una relación con todos los hombres que CONOCIENDO SU NOMBRE le
invocasen, sin importar su linaje (Génesis 4:26 / Números 22:1-12, Job 1:1). Pero
tales naciones -como la Arqueología lo confirma- comenzaron a incensar
(entiéndase obedecer) a otros muchos dioses. Así que Dios decidió romper ese
vínculo y escoger para Sí solo un pueblo -Israel- de la dinastía de Abraham a fin de
continuar su relación con el género humano (Amós 3:2).

Sin embargo como veremos enseguida, lastimosamente también los descendientes


de Abraham comenzaron a incensar a Baal y otros dioses (Jeremías 11:16-17 / Amós
5:26 / 1 Reyes 16:33).

Por tanto, el cayado Gracia, al referirse al cumplimiento espiritual de la Ley,


concierne también a las naciones que existían antes de las tribus de Israel y las
tablas de piedra -la Ley- dadas a Moisés. Naciones éstas que invocaron el Nombre
del Señor (Génesis 4:26) y de entre las cuales tenemos como ejemplo a Noé, Enoc,
Job y Abraham, entre otros.

«Quebré luego el otro cayado, Ataduras, para romper la hermandad entre Judá e
Israel». Zacarías 11:14
Igualmente anotaremos muy brevemente que esta profecía habla -entre otras cosas-
sobre la ruptura en dos del reino que se había confiado a Salomón, y a su vez sobre
la dispersión entre las naciones del reino del norte, cuyos descendientes hoy
conforman la Casa de Israel.

Mientras que el profeta Zacarías habla del cayado Ataduras que es roto en dos
partes simbolizando la ruptura entre Judá e Israel, el profeta Ezequiel habla de un
palo que simboliza a las tribus de la Casa de Israel y otro que simboliza a las de la
Casa de Judá.
Ambos palos serán puestos juntos a fin de que naturalmente se adosen uno al otro
haciéndose uno solo.

Esta figura no es otra que la del injerto, el cual Pablo retoma para ejemplificar que
aquellas varas que en su momento fueron arrancadas, la Casa de Israel, serán
injertadas de vuelta en el olivo.

No obstante, El Señor en su infinita Misericordia, tomará cada uno de los palos para
unirlos y los hará uno en su mano:

«…diles: Así ha dicho El Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano
de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y
los haré un solo palo, y serán uno en mi mano». Ezequiel 37:19

los profetas ilustraron la unión futura, gloriosa y milagrosa de las genuinas tribus de
Israel y con ellas explica lo siguiente:

«Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has


sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica
savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú
a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese
injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie.
No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a
ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad [Gracia] y la severidad de Dios; la
severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad [Gracia] para
contigo, si permaneces en esa bondad [Gracia]; pues de otra manera tú también
serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados,
pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que
por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen
olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio
olivo?» Romanos 11:17-24.
En la antigüedad se insertaban ramas de olivo silvestre en el tronco de olivo
doméstico y viceversa. Siempre con el objetivo de obtener un olivo más sano y
fructífero.

Algo que siempre deberás tener en cuenta es que debido al enorme lapso de
tiempo transcurrido desde aquella primera dispersión (27 siglos) y al constante
desplazamiento de los grupos humanos, es altamente probable que actualmente en
el árbol familiar de cualquiera en América, Europa o el Cercano Oriente pudieran
aparecer no solo miembros de las tribus de Judá, Benjamín y Leví -la Casa de Judá-
(los que, repito, el mundo llama judíos) tal como últimamente se ha venido
confirmando gracias a los avances de la Genética, sino incluso de alguna de las otras
diez tribus esparcidas por el mundo. De hecho no es algo descabellado contemplar
la posibilidad de que el árbol genealógico de alguien incluso esté lleno de ancestros
pertenecientes a más de una tribu de cualquiera de las dos Casas, Judá o Israel.

¿Qué nos dice ésto? Que si bien es una bendición incomparable el llevar la sangre
de nuestros ancestros israelitas -nuestros padres-, nunca debemos perder de vista
que la propia Escritura nos muestra que LA SALVACIÓN ETERNA DE ISRAEL es
conforme a la PROMESA y no conforme a la carne. Es decir, nuestra salvación no
depende de nuestros genes, de la sangre de nuestros antepasados que habita en
nosotros (Mateo 3:9), sino del Espíritu Santo -Promesa Santa- (Ezequiel 37:14), pues
ésta, la Promesa Santa, es la que nos hace LEGÍTIMOS hijos de Dios (Romanos 9:6-8).
«Israel será salvo en El Señor con SALVACIÓN ETERNA; no os avergonzaréis ni os
afrentaréis, por todos los siglos». Isaías 45:17

Si bien la salvación eterna se prometió exclusivamente para Israel paradójicamente


no debe malentenderse como algo excluyente. ¡Todo lo contrario! Pues al
dispersarse entre las naciones las tribus perdidas de Israel se mezclaron con los
gentiles quedando así abiertas las puertas de la salvación literalmente para todo el
mundo.

¡Una parte de Israel ha permanecido oculta entre la gentilidad! Por ello es que se les
llama las ovejas perdidas de la Casa de Israel. Todos aquellos que de entre la
gentilidad han salido a la luz creyendo en Jesucristo lo han podido hacer porque sin
saberlo pertenecían a Israel.

«El Señor los dispersará entre las naciones, y entre todas ellas solo quedarán
esparcidos unos pocos. Allí ustedes adorarán a dioses de madera y de piedra,
hechos por seres humanos: dioses que no pueden ver ni oír, ni comer ni oler.
Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma, lo encontrarás. Y al cabo del tiempo, cuando hayas vivido en medio de todas
esas angustias y dolores, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz. Porque el
Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se
olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados».
Deuteronomio 4:27-31 NVI

Esa es precisamente la promesa que El Señor le hizo a Abraham:

«En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste
a mi voz». Génesis 22:18
Deberás tener en cuenta ello en todo el transcurso de tu lectura por esta obra.

«Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que LA PROMESA sea firme
PARA TODA SU DESCENDENCIA; no solamente para la que es de la ley, sino también
para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros». Romanos
4:16
«Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham». Gálatas 3:7
«Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según
la promesa». Gálatas 3:29

La Sangre de YAHSHUA nos reintegra a Israel


mediante la Sangre del Señor Jesucristo los nuevos creyentes van siendo
reintegrados al pueblo santo

Como ya te lo he mostrado, las profecías anuncian que al final de los tiempos las
tribus perdidas de la Casa de Israel serán halladas, restauradas y reunidas con sus
hermanos de las tribus de la Casa de Judá para formar UN SOLO PUEBLO
(Deuteronomio 30:1-6 / Isaías 66:19-21 / Jeremías 23:7-8 / Jeremías 30:3-4 /
Ezequiel 37:21-22). Y no es otro sino el Ungido (Mesías en hebreo; Cristo en griego)
el Señalado para llevar a cabo ese glorioso portento que asombrará al mundo
entero (Ezequiel 20:34 / Ezequiel 28:25 / Apocalipsis 11:11-12).

También ya mencioné que Dios, mediante sus profetas, anunció que antes del fin
esas tribus, perdidas entre las naciones, serían rescatadas por un Enviado, que cual
pastor tras su rebaño desbalagado, se encargaría de recolectar hasta lo último de la
tierra a todas las ovejas perdidas (Ezequiel 34:6-12 / Ezequiel 34:22-24 / Juan 10:16 /
Mateo 15:24 / Deuteronomio 30: 6).
«Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu
SOBRE LA CASA DE ISRAEL, dice el Señor». Ezequiel 39:29
El derramamiento del Espíritu Santo sobre los
gentiles
El libro de Hechos nos da testimonio de que el Espíritu Santo -conforme a la
Promesa- había sido derramado sobre los descendientes de Jacob (Hechos 2:1-4).
Sin embargo, no mucho tiempo después algo totalmente inesperado (para los
humanos, mas no para Dios) comenzó a suceder: El Espíritu Santo también se
derramaba sobre LOS GENTILES que creían.
«Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de
que TAMBIÉN SOBRE LOS GENTILES se derramase el don del Espíritu Santo». Hechos
10:45
Tal como ya te lo había comenzado a explicar párrafos atrás, Dios prometió dar el
Espíritu Santo a Israel a fin de que pudiera cumplir sus Mandatos, es decir, su Ley.
Esto con el propósito de que su pueblo no volviera nunca más a incurrir en falta
(pecado) y sufrir de vuelta las consecuencias (el destierro).

Estos acontecimientos desafiaron la fe de más de uno de aquellos quienes primero


anunciaron el evangelio (Hechos 10). A los creyentes judíos les turbó que también el
Espíritu viniese sobre los gentiles porque AQUELLOS MEJOR QUE NADIE SABÍAN
que la promesa estaba hecha EXCLUSIVAMENTE para Israel (Jeremías 31:33 /
Ezequiel 36:17-24) y los gentiles nada tenían que ver con Israel, ¿o sí..?

En medio de todo ese comprensible desconcierto, es al apóstol Pablo a quien se le


hace una revelación gigantesca cuya clave resuelve todo el rompecabezas: aquellos
gentiles que creen en el Nombre de Jesucristo (Juan 1:12-14) SON LAS TRIBUS
PERDIDAS DE ISRAEL ( 2 Reyes 17:23-24), quienes habiendo sido dispersas y
asimiladas por el mundo, ahora milagrosamente han sido encontradas y rescatadas
por Jesucristo, el Enviado Prometido (Ezequiel 34:6-12 / Ezequiel 34:22-24 / Ezequiel
36: 21-24).

«…que POR REVELACIÓN ME FUE DECLARADO EL MISTERIO, como antes lo he


escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el
misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los
hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por
el Espíritu: QUE LOS GENTILES SON COHEREDEROS Y MIEMBROS DEL MISMO
CUERPO, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio».
Efesios 3:3-6
«Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo,
según la REVELACIÓN DEL MISTERIO que se ha mantenido oculto desde tiempos
eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los
profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas
las gentes [gentiles] para que obedezcan a la fe». Romanos 16:25-26
«…para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a
fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu«. Gálatas 3:14
«Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según
la promesa». Gálatas 3:29
«Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me
fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para
que no me enaltezca sobremanera…» 2 Corintios 12:7

La sangre de Jesús es su Espíritu Santo


Igual que, terrenalmente hablando, aquellos que en la carne llevan la misma sangre
son llamados hermanos, nosotros los creyentes, espiritualmente hablando,
compartimos la sangre de Cristo -su Espíritu Santo- en nuestro interior, por eso
somos HERMANOS en Cristo siendo Él el primogénito de todos (Juan 1:12-14 /
Efesios 2:12-14).

«Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos». Romanos 8:29
La Palabra nos muestra que la sangre es la vida interior -el espíritu- de todo ser:

«Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para


hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación
de la persona». Levítico 17:11
«Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano CLAMA a mí
desde la tierra». Génesis 4:10
«…a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que HABLA mejor
que la de Abel». Hebreos 12:24
Por esto es que la sangre derramada por el Señor Jesucristo es su Ser interior:
su Espíritu Santo.
«El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero». Juan 6:54
La sangre de Cristo (su Vida interior, su Espíritu Santo) fue derramada para que al
beberla -dicho esto en sentido espiritual- tengamos vida eterna.
«Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a BEBER de un mismo Espíritu».
1 Corintios 12:13
Ese Espíritu Santo, esa Sangre o Vida interior, ahora está en nosotros los que somos
hechos hijos de Dios.

«Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama: ¡Abba, Padre!» Gálatas 4:6
Por ello es que la sangre del Nuevo Pacto es LA PROMESA del Espíritu:

«He aquí que vienen días, dice El Señor, en los cuales haré NUEVO PACTO con la
casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el
día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron
mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice El Señor. Pero este es el pacto
que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice El Señor: Daré MI LEY
EN SU MENTE, Y LA ESCRIBIRÉ EN SU CORAZÓN; y yo seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo». Jeremías 31:31-33
«Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy El Señor Dios, y no hay
otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado. Y después de esto
DERRAMARÉ MI ESPÍRITU [SANGRE] sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos
y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Y también sobre los siervos y sobre las siervas DERRAMARÉ MI
ESPÍRITU [SANGRE] en aquellos días». Joel 2:27-29
«Y les dijo: Esto es MI SANGRE [ESPÍRITU] del NUEVO PACTO, que por muchos es
DERRAMADA». Marcos 14:24
Como ya sabemos, el Primer Pacto estaba escrito en tablas de piedra (Éxodo 32:15-
16 / Éxodo 31:18), pero ahora el Nuevo Pacto está escrito en nuestros corazones con
la sangre preciosa del Señor Jesucristo, que es su Santo Espíritu:

«Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro
de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra». Ezequiel 36:26-27
Así, es mediante el Espíritu de nuestro Señor Jesucristo el cual es su Sangre, que
hemos sido devueltos a las tribus de Israel.

«Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles EN CUANTO A LA
CARNE, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en
la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y
ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora
en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos
cercanos POR LA SANGRE [ESPÍRITU] DE CRISTO. Porque él es nuestra paz, que de
ambos pueblos [Casa de Judá y Casa de Israel] hizo uno [Israel], derribando la pared
intermedia de separación». Efesios 2:11-14
«…ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será
llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de
Dios, sino que los que son hijos SEGÚN LA PROMESA son contados como
descendientes». Romanos 9:7-8

El Señor Jesucristo y nuestro regreso al


Padre
«De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por
Salvador a Israel». Hechos 13:23
«Con todo eso, El Señor quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando
haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y
la voluntad de El Señor será en su mano prosperada». Isaías 53:10
Una vez más recordemos la Promesa del Señor de no olvidar en el desamparo a sus
ovejas esparcidas entre las naciones. Él mismo irá en su búsqueda y las recolectará
una a una.

«Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en
toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni
quien preguntase por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra de El Señor: Vivo yo, ha
dicho El Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron
para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis
ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis
ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de El Señor. Así ha dicho El Señor: He
aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré
dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues
yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida. Porque así ha
dicho El Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como
reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así
reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el
día del nublado y de la oscuridad». Ezequiel 34:6-12
El Altísimo ha Elegido y Ungido a un Siervo (Isaías 42: 1) con la misión de rescatar a
las ovejas desvalidas y perdidas entre los gentiles y no es otro que El Señor
Jesucristo el Designado para llevar a cabo tal portento. Nuestro Salvador, Príncipe
en medio de ellas (1 Pedro 5:4), las busca hasta los confines de la Tierra y una vez
encontradas, las sella con su Espíritu para en su momento colectarlas y llevarlas ante
el Padre celestial.

«Yo SALVARÉ a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y
oveja. Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a MI SIERVO DAVID, él
las apacentará, y él les será por pastor. Yo El Señor les seré por Dios, y MI SIERVO
DAVID príncipe en medio de ellos. Yo El Señor he hablado». Ezequiel 34:22-24
A fin de entender la profecía del libro de Ezequiel con respecto al Ungido (Mesías /
Cristo), a continuación deberemos hablar un poco acerca del nombre hebreo
de David y su significado.
El significado del nombre David
Todos los nombres en la antigüedad poseían un significado. Los nombres bíblicos
son apelativos cuyo significado podía entenderse claramente al pronunciarlos. Hoy
día tenemos nombres como Soledad, Amado, Clemente, Victoria, Inocencia,
Margarita, Rosa, Blanca, Flor, etc.; nombres los cuales podemos notar que tienen un
significado comprensible al pronunciarlos, pues evocan algo que conocemos. ¡Así
eran todos los nombres en épocas bíblicas, tanto de personas como de lugares e
incluso deidades! Por ejemplo el nombre arameo Yeshúa el cual en nuestras Biblias
aparece como Jesús, traducido adecuadamente es Salvador o Libertador. Lo mismo
ocurriría, por ejemplo, con el nombre de la localidad donde nacieron el rey David y
nuestro Señor Jesucristo: Belén; vocablo que proviene de las palabras hebreas Bet –
Casa y Lajem – Pan. Es decir Casa del Pan (o proféticamente hablando, «Lugar donde
nacerá el Pan de Vida», refiriéndose por supuesto a nuestro Señor Jesucristo).

Digo esto porque el nombre que leemos como David en realidad debería traducirse
como Amado, pues en hebreo el nombre David  (Strong H1732 / H1730) significa
precisamente eso: Amado.
Con esta información leamos el siguiente pasaje traducido del griego:

«Y hubo una voz en los cielos, que decía: Este es mi hijo AMADO, en quien tengo
complacencia». Mateo 3:17
Al decir AMADO, debemos entender que la voz decía ESTE ES MI HIJO DAVID,
aludiendo al cumplimiento de todas las profecías mesiánicas, entre ellas la que
acabamos de leer en el capítulo 34 de Ezequiel.
Al respecto del cumplimiento de la profecía de Ezequiel, nuestro Señor Jesucristo
dice de Sí mismo:

«También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer,
y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor». Juan 10:16
Las ovejas a las que se refiere El Señor y que no son del mismo redil son los gentiles,
la Casa de Israel.

Comparemos el versículo anterior con este otro en el que se nos dice que Judá e
Israel seguirán a Jesucristo y al final de los días, luego de la Batalla decisiva [*] del
Armagedón (Apocalipsis 16:16-) resucitarán:

«Y se congregarán los hijos [descendientes] de Judá y de Israel, y nombrarán UN


SOLO JEFE [Jesucristo], y subirán de la tierra [resucitarán]; porque el día de
Jezreel [Armagedón] será grande». Oseas 1:11
[*] En el Valle de Jezreel, al norte de Israel, se encuentra la Montaña de Megido, o Ar-
Megiddó, que al español se deformó en Armagedón. Ahí es donde se librará la batalla
decisiva entre el ejército del Falso Mesías (Anticristo) y el de Jesucristo el Mesías
Verdadero de Israel.

La sabia del olivo y su relación con la


sangre y el Espíritu del Señor
Volvamos a la Sangre del Señor que, como verás a continuación, es comparada por
Pablo con la savia del árbol de olivo:

«Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido
injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia
del olivo». Romanos 11:17
El olivo al que Pablo alude es el pueblo de Dios (cuya raíz es Dios mismo) -la Casa
de Israel y la Casa de Judá-. La rica sabia de tal olivo es su fluido vital, símbolo de la
sangre del Señor Jesucristo, su Espíritu Santo el cual fluye entre todo su pueblo y no
solo le une sino también le hace vivir.

Con esta comparación, Pablo nos explica cómo hemos sido injertados en el pueblo
de Dios: mediante la sangre del Señor Jesucristo, el Espíritu Santo, el cual ha sido
DERRAMADO sobre nosotros quienes hemos creído Y AHORA FLUYE A TRAVÉS
NUESTRO para de esa manera hacernos parte de las tribus de Israel, ¡El pueblo
elegido y santo de Dios!

Pablo se refiere a los gentiles como ramas silvestres, es decir aquellos que no están
en la propiedad al cuidado del amo, sino abandonados en la naturaleza. Esa es
precisamente la condición en la que Dios encuentra a quienes forman parte de las
tribus perdidas de Israel, pues si bien son legitimos hijos de la Promesa (Génesis
26:4 / Gálatas 3:7-8), igual que el hijo que dilapidó su herencia (Lucas 15: 11-14)
vagan derrochando su herencia -la vida eterna- por las naciones paganas, hasta que
cobran conciencia de lo que en verdad son (Lucas 15:17-20) y arrepentidos se
convierten del mal camino emprendiendo el camino de retorno al Padre, el cual
vuelve a recibirles gozoso (Lucas 15:20-24).

«Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto,
y ha revivido; se había perdido, y es hallado». Lucas 15:32
Seremos un solo pueblo en la resurrección y la
restauración de las tribus de Israel
«…y les dirás: Así ha dicho El Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre
las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su
tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a
todos ellos por rey; Y NUNCA MÁS SERÁN DOS NACIONES, NI NUNCA MÁS SERÁN
DIVIDIDOS EN DOS REINOS». Ezequiel 37:21-22
«Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el
reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o
las sazones, que el Padre puso en su sola potestad». Hechos 1:6-7
Si bien en esta tierra los cumplimientos de la Ley por parte de las dos casas es
diferente, tanto la Casa de Israel -los cristianos genuinos (Mateo 7:22-24)- como la
Casa de Judá -los judíos genuinos (Apocalipsis 3:9)- serán hechos un solo pueblo en
la resurrección.

Por ello es que nuestro Señor Jesucristo, Ungido como Pastor de todo el rebaño nos
dice:

«También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer,
y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor». Juan 10:16
En la resurrección ya no habrá gentil ni judío, hombre ni mujer, porque seremos
como los ángeles: asexuados; y puesto que ya no habrá sexos para distinguir entre
hombre y mujer, tampoco habrá circuncisión para distinguir entre judío y gentil.

«Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento,


sino serán como los ángeles que están en los cielos». Marcos 12:25
«Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque
todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». Gálatas 3:28
«…donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita,
siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos». Colosenses 3:11
«Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la
carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en
la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y
ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora
en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos
cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, QUE DE AMBOS
PUEBLOS [Casa de Judá y Casa e Israel] HIZO UNO [Israel], derribando la pared
intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo
y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos
en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas
nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por
medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios…» Efesios 2:13-15
Así, todas las tribus de Israel esperamos la resurrección (Hechos 26:7), en la que no
solo tendremos un cuerpo nuevo y eterno, sino que volveremos a la tierra de
nuestros padres, donde no habrá lloro ni lamento y seremos felices para siempre.

«Cuando El Señor hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que
sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho El Señor con éstos.
Grandes cosas ha hecho El Señor con nosotros; Estaremos alegres». Salmo 126:1-3
«Por tanto, di: Así ha dicho El Señor: Aunque les he arrojado lejos entre las
naciones, y les he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño
santuario en las tierras adonde lleguen. Di, por tanto: Así ha dicho YHWH El
Señor: Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales
estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel». Ezequiel 11:16-17
Para una mejor comprensión del texto que acabas de leer, a continuación te dejo
una lista de las partes del olivo explicando muy brevemente los respectivos
significados simbólicos que encontramos en la Biblia.

Olivo
El concepto de árbol genealógico o árbol familiar nos viene de tiempos muy
antiguos. Se le llama árbol familiar porque es una gráfica en la que aparecen las
diferentes ramificaciones de una línea familiar o linaje (Mateo 1: 1-17). Para hablar
del árbol familiar de Israel se utiliza el olivo, puesto que con el aceite de su fruto, la
oliva, se honra tanto a Dios como a los hombres (Jueces 9:8). Por supuesto, el olivo
simboliza al pueblo de Israel que sirve y honra al Dios Altísimo.
Tronco
Está conectado directamente a la raíz y sostiene las ramas. Mientras más fuerte sea
en su base más frondoso podrá ser su ramaje. Hablando de los árboles familiares
antiguos el tronco representaría a los patriarcas de un clan o tribu. El tronco de
Israel correspondería a Abraham, Isaac y Jacob (Deuteronomio 1:8).

Savia
Es el fluido que circula por todo el árbol y le da vida. Nutre desde la raíz pasando
por el tronco, las ramas, las hojas e incluso llega al fruto, las olivas, para después ser
transformado en aceite. En sentido figurado, Pablo habla de la rica savia de la cual
se nutre todo el árbol (Romanos 11:17). Simboliza la sangre del Señor Jesucristo, la
cual también es su Espíritu.

Aceite
La savia atraviesa todo el árbol de olivo y se transforma depositándose finalmente
en el fruto que son las olivas, mismas de las se extrae el aceite. En tiempos bíblicos,
el aceite se usaba principalmente como alimento (Éxodo 29:2); como combustible
para las lámparas con las que se alumbraba en la oscuridad (Salmo 119:105), incluso
en el templo (Levítico 24:2); como jabón (Éxodo 29:7); y como medicamento (Lucas
10:34). Por todo ello simboliza El Espíritu del Señor.

Fruto
El fruto del olivo son las olivas o aceitunas. El Señor habla de los frutos con respecto
a nuestras obras (Mateo 3:8 / Mateo 7:16 / Mateo 7:18 / Mateo 7:20 / Mateo 21:43).
Al igual que en un árbol, el fruto brota de nosotros y produce vida, por eso los
frutos simbolizan las buenas obras (Filipenses 4:17).

Ramas
Pablo alude a Jeremías cuando habla de las ramas del buen olivo, que son las doce
tribus de Israel (Romanos 11:17 / Jeremías 11:16).

Injertos
En tiempos bíblicos se acostumbraba injertar ramas de olivo silvestre en olivos
domésticos. Pablo usa esta figura para describir a los que, aunque son gentiles, sus
ancestros pertenecieron a Israel y se les da la oportunidad de volver a ser parte del
pueblo santo (Romanos 11:17).

Palos y cayados
En tanto que Zacarías habla de cayados que son quebrados (Zacarías 11: 7-14) y
Jeremías de ramas que son arrancadas (Jeremías 11:16), Ezequiel lo hace
de palos que se unen (Ezequiel 37: 15-17). Esta figura alude al injerto, mediante el
cual dos ramas se adosan y con el tiempo se entrelazan volviéndose una sola.
Significa que las dos Casas de Israel al final de los días serán un solo pueblo.
Las palabras hebreas schébet (Strong H 7626) y matté (Strong H 4294) se traducen
como vara, bastón y cayado. Schébet tiene el significado de bastón, palo o vara,
aludiendo a un palo que se usa para apoyarse, pero también se traduce como
cayado, que es el palo curvado en el extremo que el pastor del rebaño usaba para
dirigir a las ovejas, corregirlas e incluso auxiliarlas en caso de hallarse en dificultades,
como estar atoradas por ejemplo. Se traducía así porque el mismo palo que se
usaba como cayado también tenía otros usos, como por ejemplo apoyarse, para
defensa, como vara de corrección (castigo) o hasta para golpear las ramas de los
olivos a fin de hacer caer su fruto.
Las palabras schébet y matté también se traducen como tribu, clan o familia
posiblemente debido a que el cayado era un símbolo de autoridad ya que al clan,
tribu o familia se le consideraba como un rebaño y a su jefe como un pastor.
Retoño, vástago o renuevo
Es el tallo nuevo que brota del árbol de olivo. Los profetas lo aplican al descendiente
del rey David que será el Ungido (Cristo; Mesías) de Israel (Jeremías 23:5 / 33:15 /
Zacarías 6:12 / Isaías 11:1). Es El Señor Jesucristo.

Raíz
Lo que está por debajo y nadie puede ver pero da vida y sustenta a todo el árbol. La
raíz simboliza a un personaje a partir del cual comienza una dinastía importante o
monárquica. (Isaías 11:1 / 11:10). En general los profetas usan la figura de la raíz del
olivo para el rey David cuyo retoño, vástago o renuevo es El Señor Jesucristo.

Pablo habla de otra raíz la cual sustenta las ramas (Romanos 11:16-18). La raíz de
todo el árbol en realidad es el propio Señor Jesucristo, quien ya existía antes de
Abraham (Juan 8:58 / Marcos 12:37 / Juan 1:1). Jesucristo es por tanto descendiente
de David, pero también su ancestro o raíz (Apocalipsis 22:16).
¿las profecías de la restauración de
la Casa de Israel se refieran a los cristianos y que más bien ellos son ese linaje
del antiguo Israel esparcido entre las naciones?. LA BIBLIA DICE ASI. la gran
Babilonia que significa confusión,

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