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CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONES DE LA IGLESIA

ANA MARÍA DÍAZ CASTRO

SEMINARIO BIBLICO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS


CATEDRA ASAMBLEISTA I
PS. DAVID ALEJANDRO PERILLA SOTO
IBAGUÉ
2020
INTRODUCCIÓN

La Eclesiología es el estudio de la iglesia en su naturaleza, ordenanzas, ministerio,


misión y gobierno. En tiempos recientes ha habido un renovado interés en el estudio
de la doctrina de la iglesia. Cada era ha tenido su particular énfasis doctrinal.
Nuestra era no es una excepción.

Muchos teólogos y doctos bíblicos contemporáneos, están diciendo que


necesitamos volver a estudiar la doctrina de la iglesia a fin de poder entender lo que
es la iglesia, y cuál es su misión hoy en día. Varios movimientos contemporáneos
tales como el ecuménico y el carismático han contribuido a un resurgir del interés
en el modelo de la iglesia del Nuevo Testamento. El avivamiento del espíritu de
alabanza entre las iglesias pentecostales ha sido acompañado por un fuerte interés
en entender mejor la vida, ministerio, y liderazgo de la iglesia del Nuevo Testamento.

Ya que la iglesia es el cuerpo divinamente constituido mediante el cual el evangelio


es predicado y los creyentes son nutridos, el estudio cuidadoso y entendimiento
claro de ella son obviamente importantes. La mejor manera de entender este tema
es a través del estudio de la iglesia y sus definiciones.
¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA?

Hechos 2:42 puede ser considerado como una declaración del propósito de la
iglesia, “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con
otros, en el partimiento del pan y las oraciones”. Así que, de acuerdo a esta
Escritura, el propósito o actividades de la iglesia deben ser; (1) Enseñar la doctrina
bíblica, (2) proveer un lugar de compañerismo para los creyentes, (3) celebrar la
Cena del Señor, y (4) orar.

Enseñar doctrina
La iglesia debe enseñar la doctrina Bíblica, a fin de que podamos ser arraigados en
nuestra fe. Efesios 4:14 nos dice, “para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que
para engañar emplean con astucia las artimañas del error”.

Compañerismo
La iglesia está para ser un lugar de compañerismo, donde los cristianos puedan
convivir fraternalmente y honrarse unos a otros (Romanos 12:10), instruirse unos a
otros (Romanos 15:14), ser benignos y misericordiosos unos con otros (Efesios
4:32), animarse unos a otros (1 Tesalonicenses 5:11), y lo más importante, amarse
unos a otros (1 Juan 3:11).

Celebrar la Cena del Señor


La iglesia debe ser un lugar donde los creyentes puedan celebrar la Cena del Señor,
recordando la muerte de Cristo y Su sangre derramada por nosotros (1 Corintios
11:23-26). El concepto de “partir el pan” (Hechos 2:42) también conlleva la idea de
comer juntos. Este es otro ejemplo del compañerismo promovido por la iglesia. El
propósito final de la iglesia, de acuerdo a Hechos 2:42 es orar. La iglesia es un lugar
que promueve la oración, enseña la oración, y practica la oración. Filipenses 4:6-7
nos anima a hacerlo, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz
de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

Proclamar el evangelio
Otra “comisión” dada a la iglesia es el proclamar el Evangelio para la Salvación, a
través de Jesucristo (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8). La iglesia es llamada a compartir
fielmente el Evangelio a través de su palabra y hechos. La iglesia está para ser un
“faro de luz” en la comunidad, guiando a la gente hacia nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. La iglesia está tanto para promover el Evangelio como para preparar a
sus miembros a proclamarlo (1 Pedro 3:15).

"Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había
ordenado. Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó
y les habló diciendo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto,
id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen."
Mateo 28:16-20

Discipular
“La gran comisión” en el Evangelio de Mateo encargaba a la iglesia de enseñar a
las naciones (Mt.28:20). La palabra griega traducida “enseñar” es matheteuo, de
mathetes que significa “discípulo.” Una misión de la iglesia es aquella de “haced
discípulos a todas las naciones” (Mt. 28:19). Discipular es más que enseñar. Uno
puede enseñar comunicando un sistema de preceptos. Uno discípula a otro
demostrando la verdad con ejemplos.

Es posible decirles a otros cómo ser victoriosos; pero aquel que hace discípulos de
otros les demuestra, por ejemplo, la vida victoriosa. Aquellos que meramente
enseñan tienen alumnos; aquellos que hacen discípulos hacen seguidores de Jesús
primero, luego del maestro. Pablo dijo, escribiendo a los tesalonicenses:

Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en


poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos
entre vosotros por amor de vosotros. Y vosotros vinisteis a ser imitadores de
nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo
del Espíritu Santo, de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia
y de Acaya que han creído (I Tes. 1:5–7).

Alabanza
Jesús dijo que el Padre busca la adoración de aquellos que le adoran en espíritu y
en verdad (Jn. 4:23). Una misión importante de la iglesia es promocionar y sostener
una atmósfera que conduzca a la adoración, la oración, y la alabanza: “Los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también
el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Jn. 4:23).

En el Antiguo Testamento, la adoración a Dios generalmente era acompañada por


la ofrenda de sacrificios de animales. La iglesia del Nuevo Testamento ofrece a Dios
un sacrificio de alabanza: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él,
sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre” (Heb.
13:15).

Es una de las obras del Espíritu Santo ayudar al creyente en la oración, intercesión
y alabanza: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos indecibles” (Rom. 8:26).

Una ayuda importante en la alabanza para el creyente lleno del Espíritu es su


lenguaje de oración, por el cual puede alabar más perfectamente a Dios que con el
solo medio del intelecto humano: “Porque el que habla en lenguas no habla a los
hombres, sino a Dios … aunque por el Espíritu habla misterios … El que habla en
lengua extraña, a sí mismo se edifica” (I Cor. 14:2, 4a). Un espíritu de adoración,
oración y alabanza, casi sin excepción, ha traído avivamiento, renovación y
crecimiento a la iglesia.

Las Necesidades Materiales.


La iglesia primitiva tenía un sincero interés por las necesidades materiales de los
hombres, especialmente de la familia cristiana. Este interés social surgió, sin duda,
de la enseñanza de Jesús, vea Mt. 25:34–46; Lc. 10:25–37. La iglesia no tiene el
encargo de predicar un “evangelio social”, pero la iglesia no puede escapar de las
implicaciones sociales del evangelio bíblico.

La iglesia en Jerusalén mantenía un servicio de comida para las viudas, y en tiempo


de crisis elegía un liderazgo especial entre los hombres más espirituales para
resolver los problemas, Hch. 6:1–7. Cuando murió Dorcas de Jope, cuya obra era
coser ropa para los pobres y las viudas, Pedro la levantó de los muertos,
regresándola a su obra de caridad, Hch. 9:36–42.

En tiempo de escasez en Judea, los cristianos de Antioquía mandaron asistencia


financiera, Hch. 11:27–30. Durante una crisis posterior, Pablo y sus obreros tomaron
ofrendas en todas las iglesias gentiles para los pobres santos de Jerusalén. Mucho
del libro de II Corintios relata acerca de estas ofrendas. El pasaje, “Dios ama al
dador alegre” (II Cor. 9:7b), tiene referencia a dar para las necesidades materiales,
vea II Cor. 8:9.

Se dan instrucciones especiales para el cuidado de las viudas en la carta de Pablo


a Timoteo, I Ti. 5:3–10. La obra de redención de Cristo es para la persona entera:
espíritu, alma y cuerpo.

La iglesia es el instrumento del Señor para implementar su bendición provista. La


iglesia, al igual que los creyentes individuales, deben reflejar la compasión de Jesús,
la cual es a menudo mejor expresada en compartir con los menos afortunados.
Santiago escribió: Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen
necesidad del mantenimiento de cada día, y algunos de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo,
¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma
(Stg. 2:15–17).

Propósitos Varios
Algunos propósitos finales de la iglesia son dados en Santiago 1:27, donde leemos
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los
huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”.
La iglesia está para ministrar a aquellos que están en necesidad. Esto incluye no
sólo el compartir el Evangelio, sino también proveer para sus necesidades físicas
(comida, ropa, hospedaje) como sea necesario y apropiado. La iglesia está también
para equipar a los creyentes en Cristo con las herramientas que ellos necesitan para
vencer al pecado y permanecer libres de la contaminación del mundo. Esto se logra
por medio de la enseñanza bíblica y el compañerismo cristiano.
Así que, con todo lo que hemos dicho, ¿cuál es el propósito de la iglesia? Pablo da
una excelente ilustración a los Corintios en 1 Corintios 12:12-27. La iglesia es el
“cuerpo” de Dios somos Sus manos, boca y pies en este mundo. Estamos para
hacer las cosas que Jesucristo haría si Él estuviera aquí físicamente en el mundo.
La iglesia está para ser “cristiana” es decir, “como Cristo” y para ser seguidores de
Cristo.

Jesús es la cabeza de la iglesia


"Que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la
esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia
en los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los
que creemos, según la acción de su fuerza poderosa. Esta fuerza operó en Cristo,
resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero. Y sometió todas las
cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la
cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo." Efesios 1:18-23

La iglesia tiene la bendición de Jesús


"Ya no estoy en el mundo; pero estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo,
a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como
nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a
los que me diste, yo los guardé y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición,
para que la Escritura se cumpliera…. Pero no ruego solamente por estos, sino
también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean
uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para
que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que me diste, para
que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean
perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has
amado a ellos como también a mí me has amado." Juan 17:11-23

La unidad de la iglesia es importante para su función en el mundo


"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. De la manera
que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen
la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros." Romanos 12:3-5

"Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo, porque por un solo
Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, tanto judíos como griegos, tanto
esclavos como libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu." 1 Corintios
12:12-13
"Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijera el pie: “Como no
soy mano, no soy del cuerpo”, ¿por eso no sería del cuerpo? Y si dijera la oreja:
“Porque no soy ojo, no soy del cuerpo”, ¿por eso no sería del cuerpo? Si todo el
cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el
olfato? Pero ahora Dios ha colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como
él quiso, pues si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?" 1
Corintios 12:14-19

La iglesia es una comunidad de amor, así como lo es una familia


"Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: Éstos son mi madre y mis
hermanos, pues todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos,
ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Mateo 12:49-50

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en


el partimiento del pan y en las oraciones. Sobrevino temor a toda persona, y muchas
maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído
estaban juntos y tenían en común todas las cosas: vendían sus propiedades y sus
bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Perseveraban
unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con
alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo.
Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos." Hechos 2:42-
47

En la iglesia es un lugar para juntos aprender y madurar en la fe


"La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos
a otros con toda sabiduría. Cantad con gracia en vuestros corazones al Señor,
con salmos, himnos y cánticos espirituales." Colosenses 3:16

"Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras,
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca." hebreos 10:24-
25
BIBLIOGRAFÍA

- Biblia versión Reina Valera 1960


- Biblia concordancia exhaustiva NVI
- Biblia de estudio NTV

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