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MOR, ENO
INCUMPLIMIENTO
DEL CONTRATO
Y LUCRO CESANTE
INCLUYE LIBRO
ELECTRÓNICO
THOMSON REUTERS
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INCUMPLIMIENTO DEL
CONTRATO Y LUCRO
CESANTE
& J S THOMSON
CIVITAS
PATROCINA LA REVISIÓN
DEL LÉXICO JURÍDICO DEL
D I C C I O N A R I O DE LA
REAL ACADEMIA
lia ESPAÑOLA
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I. INTRODUCCIÓN 17
A. OBJETO DE ESTEESTUDIO 17
1. La expresión responsabilidad contractual: una precisión termi-
nológica 18
2. Diferencias entre la responsabilidad contractual y la extracon-
tractual 18
3. El lucro cesante como objeto de estudio separado 22
4. Problemas de prueba y problemas de imputación objetiva 24
5. Escaso tratamiento del problema 28
B. INCUMPLIMIENTO Y LUCRO CESANTE 29
1. Noción de incumplimiento 29
2. Incumplimiento e indemnización del lucro cesante 30
3. Clasificación de los lucros cesantes 33
a) Intrínsecos y extrínsecos 33
b) Previsibles y no previsibles 34
C. LÍMITE TEMPORAL EN LA INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE 35
1) El uso de la cosa 61
2) Frutos y productos de la prestación 64
a) El concepto de frutos como expresión jurídica de
la productividad de ciertos bienes 65
b) El lucro cesante manifestado en la privación de los
frutos de la cosa 67
c) El lucro cesante por la pérdida del beneficio deri-
vado de la incorporación del bien o servicio a un
proceso de producción 68
3) Ganancia obtenida por la venta del bien 71
4) Servicios de asesoramiento y lucro cesante 75
2. El interés en el cumplimiento en los contratos de colaboración 16
3. Excurso: Lucros cesantes típicos de algunos contratos 76
a) La sociedad 77
b) El mandato 80
1) El fin de protección del mandato 81
2) El mandato referido a un acto concreto: mandato de
compra o de venta 81
3) Mayor implicación del mandatario en la satisfacción de
los intereses del mandante 82
4) Consideración de un caso 83
c) El mutuo 84
d) El transporte de cosas 86
C. EL INTERÉS DE CONSERVACIÓN 87
1
Sobre esta materia, exponiendo las opiniones mantenidas en derecho español, recien-
temente, DÍEZ-PICAZO, «Commodum ex negotiatione», ADC, 2007, pp. 1601-1617. PANTALE-
ÓN es partidario de atribuir al acreedor el commodum ex negotiatione: «El artículo 1186 CC
ha de considerarse aplicable, no sólo al commodum ex re, sino también al commodum ex nego-
tiatione. Lo que significa, en esencia, que si el deudor enajena a un tercero la cosa debida, el
acreedor podrá optar por exigir de aquél, con apoyo en el mencionado precepto, la cesión de
la pretensión a la contraprestación debida por el tercero, o la entrega de lo ya satisfecho por
éste» («El sistema de responsabilidad contractual», ADC, 1991, p. 1022). Posteriormente PAN-
TALEÓN insiste en ello, y cita, como autores que sostienen tal solución, a J. ROCA JUAN,
LACRUZ/DELGADO ECHEVERRÍA, y en contra a R. MOLINER NAVARRO y BADOSA (PANTALEÓN, «Las
18 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
nuevas bases de la responsabilidad contractual», ADC, 1993, p. 1737). «La tesis contraria
—también recuerda DÍEZ-PICAZO— ha sido mantenida por A. CARRASCO [en: M. ALBALADEJO,
Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales, tomo XV, vol. I, p. 668], quien afir-
ma, categóricamente que, salvo que una disposición particular determine lo contrario, no exis-
te principio alguno en virtud del cual el deudor deba el beneficio o enriquecimiento que obtie-
ne con el incumplimiento» (DÍEZ-PICAZO, ADC, 2007, pp. 1602, 1603).
2
Ratificada por España: Instrumento de adhesión de 17 de julio de 1990 de España a la
Convención de 11 de abril de 1980 de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraven-
ta internacional de mercaderías, hecha en Viena.
3
Es recogida en los PECL (Principies ofEuropean Contract Law, editados por la COM-
MISSION ON EUROPEAN CONTRACT LAW) y en los Principios Unidroit.
4
Sobre la justificación del uso del término responsabilidad contractual que propongo,
vid. MORALES MORENO, La modernización del derecho de obligaciones, 2006, pp. 19 ss.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 19
las ventajas que cada contratante tiene derecho a obtener de él, frustrados por el
incumplimiento. He dicho fundamentalmente porque en la responsabilidad con-
tractual también está presente el interés de integridad o de conservación, como
explicaré más adelante. La responsabilidad extracontractual, en cambio, consi-
dera exclusivamente el interés de conservación de los bienes de un sujeto. Se
orienta a la reparación del daño proveniente de la lesión de dichos bienes. En ese
daño se incluye la pérdida del beneficio económico proveniente de los mismos
(lucro cesante).
Esta diferente función justifica que sean también distintas las reglas aplica-
bles a una y otra, tanto en cuanto a cuándo se debe responder (an respondetur),
como a qué daños se deben indemnizar (quantum respondetur).
a) En el Derecho comparado encontramos suficientemente asentada la
idea de que la razón o causa por la que se responde es distinta en la responsa-
bilidad contractual que en la extracontractual. Dos ejemplos elocuentes de reco-
nocimiento de esa diferencia podemos encontrarlos en el Common Law5 y en el
Derecho alemán6.
5
En el Derecho inglés la diferencia resulta clara. Las cuestiones relativas a cuándo un
sujeto responde (debe indemnizar) de los daños causados por el incumplimiento de un contra-
to (breach ofcontract) pertenecen a lo que se denomina the Law ofcontract. Las cuestiones
relativas a cuándo un sujeto debe responder de los daños causados a otro sujeto en el ámbito
extracontractual se enmarcan en the Law oftorts. Lo cual no excluye que puedan hacerse afir-
maciones como ésta: «Damages in the vast majority of cases are the pecuniary compensation,
obtainable by success in an action,/or a wrong which is either a tort or a breach ofcontract...»,
MCGREGOR, On damages (2003) 1-001, p. 3.
6
El derecho de daños del BGB —destaca MEDICUS— se caracteriza por la separación
entre causa y contenido de la obligación de indemnizar daños. En lo que se refiere a las cau-
sas, establece una separación entre las de la responsabilidad contractual y las de la extracon-
tractual. El BGB regula separadamente las causas de la obligación de indemnizar, fundadas en
la lesión del derecho de crédito, correspondientes a cualquier relación obligatoria (unilateral o
bilateral) (§§ 280-283, 286) o a alguna relación obligatoria particular (§§ 536a, 536c II BGB),
y las causas de la obligación de indemnizar referentes a los actos ilícitos (§§ 823 ss. BGB),
MEDICUS, Schuldrecht I, AT, 17.a ed., (2006), RN 583, 584.
7
La tesis clásica en Derecho francés fue la de la dualidad [VINEY, Responsabilité: con-
ditions, 1982, núm. 162]. Se atribuye a PLANIOL haber impulsado, con matices, la tesis de la
unidad, posteriormente seguida por otros autores, entre ellos MAZEAUD y CHABAS
[FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Les obligations, 3. Le rapport d'obligation, 3 .a ed., 2004, núm.
174 ss.]. Un estudio detallado de la evolución del Derecho francés, que incluye el siglo XIX,
con interesantes reflexiones, podemos encontrarlo en: DÍEZ-PICAZO, Derecho de daños (1999),
pp. 247 a 249; vid. también: GRANDMOULIN, De Vunité de la responsabilité ou nature délictue-
lle de la responsabilitépour violation des obligations contratuelles, Thése de doctorat, Rennes
20 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1892 [citado por: CAPITANT, Introduction á l'étude du droit civil: notions genérales, 1898, pp.
320, 321]; JOURDAIN, «Reflexión sur la notion de responsabilité contractuelle", en: «Les méta-
morphoses de la responsabilité», Publications de la Faculté de droit et de sciences sociales
de Poitiers, tomo 32, Poitiers 1997; LARROUMET, «Pour la responsabilité contratuelle»,
Mélanges Cátala, París 2001; LETOPURMY, «La responsabilité delictuelle des contractant»,
RTD civ, 1998; PIZARRO WILSON, «La influencia del Code en el derecho de obligaciones.
¿Existe responsabilidad contractual?», en: El Código Civil francés de 1804 y el Código Civil
chileno de 1855. Influencias, convergencias y divergencias, Santiago de Chile 2004; PIZA-
RRO WILSON, Étude critique de la responsabilité contractuelle en droitpositif chillen, Tesis,
París II, 2003; REMY, «La responsabilité contractuelle: histoire d'un faux concept», en RTD
civ (2) 1997; SAVAUX, «La fin de la responsabilité contractuelle?», RTDciv, 1998; TALLÓN,
«L'inexecution du contrat: pour un autre présentation», RTDciv, 1994; TALLÓN, «Pourquoi
parler de faute contractuelle?», Écrits en hommage á Gerard Cornu, 1994; VINEY, «La res-
ponsabilité contractuelle en question», en Etudes offertes a Jacques Ghestin. Le contrat au
debut du XXIe siécle, París 2001.
8
DÍEZ-PICAZO , Derecho de daños (1999), pp. 250 a 268.
9
Es oportuno recordar lo que afirma DÍEZ-PICAZO: «En nuestra opinión, la única mane-
ra correcta de resolver el problema de la concurrencia de las normas de la responsabilidad con-
tractual y de la extracontractual es considerar que siempre que entre las partes existe una rela-
ción contractual y el daño es consecuencia del cumplimiento defectuoso o del incumplimiento
de cualquiera de los deberes contractuales que de dicha relación derivan, sean obligaciones
expresamente pactadas o deberes accesorios de conducta nacidos de la buena fe, o de los usos
de los negocios, la responsabilidad es de carácter contractual y los tribunales deben declararlo
así haciendo uso en lo necesario de la regla iura novit curia una vez despejado el camino a tra-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 21
14
Cfr. LANGE, Schadensersatz (1979), pp. 79 ss.; RAISER, Th., Haftungsbegrenzung nach
dem Vertragszweck, Dissertation 1962.
15
ZIMMERMANN, The Law of ObUgatiotis. Román Foundation ofthe Civilian Tradition
(1996), p. 827, nota 297 (infme).
16
MEDICUS , Id quod interest, Studien zum rómischen Recht des Schadensersatzes (1962),
p. 308, n. 5; STOLL, en v. CAEMMERER/SCHLECHTRIM, Kommentar zum Einheitlichen UN-Kau-
frecht (1990), art. 74, RN 15.
17
«[P]erte qu'il a faite», «gain dont il a été privé».
18
«entgangenen Gewinn».
19
El § 252 BGB indica que el daño indemnizable comprende el lucro cesante. Sin
embargo, la obligación de indemnizar el lucro cesante surge del § 249 BGB (PALANDT,BGB 64 ,
§ 252, 1). Se afirma que la función del § 252 BGB es, fundamentalmente, facilitar la prueba
del lucro cesante (MEDICUS, Id quod interest, 308, n. 5); sin excluir la prueba directa del mis-
mo, permite utilizar medios objetivos, fundados en lo normal y esperable (PALANDT, BGB64,
§252,5).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 23
Esto, sin duda, ocurre porque el daño emergente y el lucro cesante son, en
el plano económico, las dos maneras de manifestarse los daños. Tenerlas en
cuenta nos aporta un medio útil para concretar el círculo completo de los mis-
mos. A la postre, es la mejor forma de referirse, de modo concreto, a los
daños 20 .
20
MOMMSEN, Beitrage zum Obligationenrecht. Zweite Abtheilung: zum Lehre von dem
Interesse (1855), p. 11.
21
LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der mittelalterlichen Rechtstheorie (1955),
pp. 32 ss.
22
ZIMMERMANN, The Law of Obligations. Román Foundation ofthe Civilian Tradition
(1996), p. 827, nota 297.
23
«Sed usura tripliciter in iure accipitur: Primo large pro accessione vel augmento suc-
cessivo fortis in quantitate consistentis, ex quacumque causa, etiam alias quam ex mutuo debi-
tae, puta ex causa venditionis et traditionis rei...», MOLINEO, Tractatus commerciorum et usu-
rarían, reditiumque pecunia constitutorum et monetarum, Venecia (1576) núm. 4. Para
ESCRICHE, lucro es «la ganancia o provecho que se saca de alguna cosa, especialmente del
dinero. Hay lucro cesante y lucro naciente. Lucro cesante es la ganancia o utilidad que se regu-
la podría producir el dinero en el tiempo que ha estado dado en empréstito o mutuo. Lucro
naciente es la ganancia o utilidad que produce el dinero en manos del que le ha tomado en
empréstito o mutuo» (Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, nueva edición,
1851, sv. Lucro).
24
«Where two parties freely agree on a contract involving, say, a simple exchange of
money for goods, the seller does so because he think he will be better off with the money then
24 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
Una vez establecido que el deudor debe indemnizar los daños causados por
su incumplimiento al acreedor (lo que depende del sistema de imputación subje-
tiva de responsabilidad utilizado por el ordenamiento) 26 , se plantean, tanto en
cuanto al daño emergente como al lucro cesante, dos tipos de problemas: a) los
relacionados con la prueba de la existencia de los daños, y b) los relativos a la
determinación de cuáles, entre los causados, deben ser indemnizados por el deu-
dor. Estos segundos son los problemas de imputación objetiva. Aunque en este
libro sólo me voy a ocupar de los segundos, conviene que delimite el campo
de unos y otros.
with the goods, and the buyers does so because he prefers to ha ve the goods than the money.
Both parties thus emerge from the exchange "better off' (in one sense) than they were before,
and since society's wealth is made up of the total wealth of its members, even a simple exchan-
ge of this kind can improve social wealth». ATIYAH, An Introduction to the Law of Contract
(1995), p. 4.
25
CASTÁN, Derecho Civil III9, 1958, p. 176.
26
Vid. arts. 1101, 1105 CC; 79 CISG.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 25
Conviene insistir en que una cosa es la prueba de los daños causados y otra
su imputación jurídica (imputación objetiva), conforme a la regla o criterio que
justifica el deber de indemnizarlos.
27
OETKER, en: Kommentar BGB, II a, Schuldrecht Allemeiner Teil, 5.a ed. (2007) § 252,
RN 1.
28
HEINRICHS, en PALANDT, BGB (2008) § 252, RN 5.
29
OETKER, en Kommentar BGB, II a Schuldrecht Allemeiner Teil, 5.a ed. (2007) § 252,
RN3.
30
La STS 26-09-2002, en un contrato de prestación de servicios (programación en exclu-
siva de salas de exhibición cinematográfica a cambio de un porcentaje de los ingresos netos de
taquilla), reconoce al prestador del servicio, como indemnización por lucro cesante, la ganan-
cia que hubiera obtenido, durante el tiempo de duración previsto en el contrato, de no haber
tenido que resolverlo como consecuencia del incumplimiento de la otra parte.
31
Rec. 5049/2000. También se refiere a la prueba la STS 31-10-2007 (Rec. 3537/2000).
32
En su fundamento de derecho segundo podemos leer: «Sintetiza la Sentencia de esta
Sala de 29-12-2000 la doctrina jurisprudencial sobre el lucro cesante en los siguientes térmi-
nos: "Dice la de 30-12-1977 (con alusión a las de 17-11-1954 y 6-5-1960) que la exigencia del
lucro cesante no puede ampararse sin más y exclusivamente en la dicción genérica del art. 1106
CC, sino que es preciso probar que realmente se han dejado de obtener unas ganancias concre-
26 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
tas que no han de ser dudosas y contingentes". Y señala la de 22-6-1967 que el lucro cesante
o ganancia frustrada ofrece muchas dificultades para su determinación y límites, por participar
de todas las vaguedades e incertidumbres propias de los conceptos imaginarios, y para tratar
de resolverlas el Derecho científico sostiene que no basta la simple posibilidad de realizar la
ganancia, sino que ha de existir una cierta probabilidad objetiva, que resulte del decurso nor-
mal de las cosas y de las circunstancias especiales del caso concreto, y nuestra jurisprudencia
se orienta en un prudente sentido restrictivo de la estimación del lucro cesante, declarando con
reiteración que ha de probarse rigurosamente que se dejaron de obtener las ganancias, sin que
éstas sean dudosas o contingentes y sólo fundadas en esperanzas, pues no pueden derivarse de
supuestos meramente posibles pero de resultados inseguros y desprovistos de certidumbre, por
lo que esas pretendidas ganancias han de ser acreditadas y probadas mediante la justificación
de la realidad de tal lucro cesante. La doctrina expuesta se recoge y desarrolla en la moderna
jurisprudencia (entre otras, Sentencias 17-12-1990; 30-11- 1993; 7-5 y 29-9-1994 y 8-6-1996),
que resalta la apreciación restrictiva o ponderada y la necesidad de probar con rigor ("al menos
razonable", dicen las Sentencias de 30-6- 1993 y 21-10-1996) la realidad o existencia ("apli-
cando criterios de probabilidad de acuerdo con el curso normal de los acontecimientos", Sen-
tencias 16-6 y 22-12-1993 y 15-7-1998), pues el lucro no puede ser dudoso o incierto, de ahí
que se deban rechazar las ganancias contingentes o fundadas en meras esperanzas, o expecta-
tivas sin sustento real (S. 2-10-1999), y que no se pueda fijar subjetivamente por el juzgador
con fundamento en la equidad (S. 6-9-1991). También se pone de relieve la necesidad de exis-
tencia de un nexo causal (Sentencias 17-12-1990 y 5-11-1998, entre otras) que "en realidad no
es otra cosa que la posibilidad de haber podido obtener las ganancias en caso de no haberse
producido el evento".— En la misma línea que la anterior, señala la Sentencia de 14-7-2003
que "a diferencia del daño emergente, daño real y efectivo, el lucro cesante se apoya en la pre-
sunción de cómo se habrían sucedido los acontecimientos en el caso de no haber tenido lugar
el suceso dañoso; y añade esta sentencia que el fundamento de la indemnización del lucro
cesante ha de verse en la necesidad de reponer al perjudicado en la situación en que se halla-
ría si el suceso dañoso no se hubiera producido, lo que exige, como dice el art. 1106, que se le
indemnice también la ganancia dejada de obtener. Y la Sentencia de 8-7-1996, citada en la ante-
rior, señala que "las ganancias que pueden reclamarse son aquellas en que concurre similitud
suficiente para ser reputadas como muy probables, en la mayor aproximación o su certeza efec-
tiva, siempre que se acredite la relación de causalidad entre el evento y las consecuencias nega-
tivas derivadas del mismo, con relación a la pérdida del provecho económico".—En definiti-
va, como gráficamente señala la Sentencia de 5-11-1998 y las que después la citan (Sentencias
de 28-10-2004 y 7-7-2005, entre otras), el lucro cesante "no incluye los hipotéticos beneficios
o imaginarios sueños de fortuna"» —. Sobre el carácter restrictivo insisten las SSTS 27-06-2007
y 01-06-2009.
33
Sobre la problemática de la causalidad jurídica, ya Cossfo, en «La causalidad en la
responsabilidad civil: Estudio del Derecho español», ADC, 1966, pp. 527-554, 530 ss. Como
indica este autor, la causalidad jurídica presupone aislar, dentro de un complejo causal, una
o varias condiciones como, jurídicamente relevantes, presupone, por tanto, un juicio previo
de valor que se funda en razones jurídicas y no meramente naturales» (p. 533). Y añade: «La
causalidad del daño es una relación de carácter objetivo que no basta por sí sola para deter-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 27
minar la imputación del mismo a un sujeto, ya que ésta depende, además, de la concurrencia
de otros requisitos jurídicos que, unidos al de causalidad, constituyen al agente en responsa-
ble civil» (p. 636).
34
LARENZ, Hegels Zurechnungslehre und der Begriffder objektiven Zurechnug, Inaugu-
ral-Dissertation, Góttingen, 1926, p. 60.
35
LARENZ, Hegels Zurechnungslehre und der Begriffder objektiven Zurechnug, Inaugu-
ral-Dissertation, Góttingen, 1926, p. 61.
36
Además de otros autores que utilizan el concepto de imputación objetiva en nuestro
Derecho, a los que me referiré posteriormente, un estudio general sobre la imputación objeti-
va en la responsabilidad civil puede verse en: GARCÍA-RIPOLL, Imputación objetiva, causa pró-
xima y alcance de los daños indemnizables, 2008.
37
Rec. 1494/1990.
38
Ponente XIOL RÍOS.
28 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
39
SOLER PRESAS lamenta la «falta de una doctrina suficientemente consolidada que des-
arrolle el contenido de los criterios sustantivos de delimitación» del lucro cesante; esto, a su
juicio, explica «el cómodo recurso de los Tribunales al expediente de la incertidumbre o con-
tingencia de las pérdidas», en La valoración del daño en el contrato de compraventa, 1998,
p. 73.
40
«In bonae fidei autem iudiciis libera potestas permitti videtur iudici ex bono et aequo
aestimandi, quantum actori restitui debeat» (Inst. 4,6,30).
41
Cfr. ZIMMERMANN, The Law of Obligations. Román Foundation ofthe Civilian Tradi-
tion, 1996, p. 826 (coincidiendo con MEDICUS y HONSELL/MAYER-MALY, citados por él).
42
CASTÁN, Derecho Civil II, I (1939) 32, 33.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 29
1. Noción de incumplimiento
43
Principies of European Contract Law, Parts I and II, publicados por THE
COMMISSION ON EUROPEAN CONTRACT LAW, editados por Ole Lando y Hugh Beale (2000); Parts
III, publicados por THE COMMISSION ON EUROPEAN CONTRACT LAW, editados por Ole Lando, Eric
Clive, André Prüm y Reinhard Zimmermann (2003).
44
Lo encontramos en los arts. 45 y 61 CISG.
45
Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacio-
nal de mercaderías, hecha en Viena el día 11 de abril de 1980, ratificada por España (Instru-
mento de Adhesión de 17 de julio de 1990).
46
Saneamiento por evicción (arts. 1475-1482), saneamiento por gravámenes ocultos (art.
1483), saneamiento por defectos de la cosa vendida (arts. 1484-1499), acciones fundadas en
diferencias de cabida del inmueble vendido (arts. 1469-1472).
47
Arts. 1100, 1101.
48
Arts. 1182-1185.
49
Art. 1124.
30 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
50
Cf.art. 1: 103[4] PECL.
51
SOLER PRESAS critica la STS 09-05-1984 (reclamación de abogado por el «descrédito»
de no haber sido incluido su nombre en la guía telefónica), que se ampara en un presunto daño
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 31
moral para suplir la falta de prueba del daño, en: Valoración del daño en el contrato de com-
praventa, 1998, p. 73. Sobre esta sentencia cita los comentarios de IGARTUA, CCJC, 1984,
pp. 1631 ss. y PANTALEÓN, ADC, 1991, pp. 1023-1024.
52
El término «perjuicio», según ESCRICHE, conforme al sentido tradicional, se refiere
al lucro cesante; aunque el Diccionario de la Real Academia lo considere sinónimo de daño:
Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, nueva edición, 1851, sv. Daños y per-
juicios.
53
La STS 01-06-2009 considera el lucro como un incremento patrimonial: «...esta
Sala viene declarando en aplicación del art. 1.106 CC la procedencia de indemnizar, como
"ganancia que haya dejado de obtener el acreedor", los incrementos patrimoniales que el mis-
mo esperaba obtener y que se han visto frustrados por la actuación de la parte contraria»;
cita: SSTS 16-03-2009 y 05-05- 2009.
54
OCTKER, MünchKomm-BGB, 4.a ed. München 2003, Bd. 2a, § 252, RN 5.
55
DELGADO, en LACRUZ, Elementos de Derecho Civil, II-l, 1994, p. 210: «"Ganancia
dejada de obtener" son las ventajas cuya adquisición por el acreedor ha sido frustrada, pre-
cisamente, por el incumplimiento: el incremento patrimonial neto que el dañado habría con-
seguido mediante el empleo de la prestación incumplida o negociando con ella (no, como se
ha dicho, el valor actual de la prestación que no recibe)»; DE ÁNGEL YÁGÜEZ, en MINISTERIO
DE JUSTICIA, Comentario del Código Civil, II 1991, art. 1106, p. 50; DÍEZ-PICAZO conecta el
lucro cesante a «los flujos monetarios que el contrato hubiera generado», Fundamentos del
Derecho patrimonial civil, II, Las relaciones obligatorias (2008), p. 791; vid. también STOLL
en: v. CAEMMERER/SCHLECHTRIM, Kommentar UN-Kaufrecht, art. 74, München 1990, RN 15.
56
Luís DE MOLINA define así el lucro cesante: «Id quippe quod de novo quis sua indus-
tria acquirit, lucrum nuncupatur: quando autem ab eo acquirendo déficit, cessare dicitur», De
iustitia et iure, Opera omnia, tomo II (1783) Coloniae Allobrogum, Disputatio CCCXIV,
núm. 2.
57
En la responsabilidad extracontractual la privación del uso es un daño. En la res-
ponsabilidad contractual se aproxima más a un lucro cesante (beneficio que se hubiera obte-
nido de haberse cumplido el contrato).
58
LARENZ, Lehrbuch des Schuldrecht, IAT (1987), pp. 495 ss.; MEDICUS, Schuldrecht
7AJ, 2006, RN 632.
32 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
El acreedor puede obtener, por dos vías distintas, los lucros del contrato: por
la vía del cumplimiento y por la vía de la indemnización. En el interés del acree-
dor podemos diferenciar dos tipos de contenidos genéricos 59 .
Cuando se cumple el contrato, corre a iniciativa y riesgo del acreedor obte-
ner lucros a partir del cumplimiento. El acreedor ejercita así su libertad en el
ámbito económico. No existen más límites para obtener lucros que los que
impongan las normas jurídicas. Cuando no se cumple el contrato, el lucro que el
acreedor puede obtener por medio de la indemnización no es todo el que él hubie-
ra podido conseguir de haberse cumplido el contrato, sino sólo el garantizado por
el contrato 60 . El lucro cesante indemnizable es necesariamente un lucro limita-
do. Depende del fin de protección del contrato.
La idea de indemnización integral de los daños, o la que define el daño como
la diferencia entre dos situaciones patrimoniales, la existente y la que hubiera
existido si se hubiera cumplido el contrato, o la que considera función de la
indemnización colocar al acreedor en la misma situación en la que se encontra-
ría de haberse cumplido el contrato, no son más que meras ideas aproximativas
que requieren la aplicación previa de los criterios jurídicos necesarios para impu-
tar objetivamente los daños. No todas las ventajas que el acreedor hubiera podi-
do obtener, de haberse cumplido el contrato, son daño indemnizable.
3. El lucro que anteriormente he considerado es el lucro que el acreedor
hubiera obtenido de haberse cumplido el contrato. Pero la STS 31-05-2007 61 con-
59
SUSANNE WÜRTHWEIN, Schadensersatzfür Verlust der Nutzungsmoglichkeit einer Sache
oderfür entgangene Gebrauchsvorteile?, 2001, p. 260.
60
La obtención de la prestación permite al acreedor satisfacer, mediante ella, su inte-
rés subjetivo en el cumplimiento del contrato. La indemnización, en cambio, no permite al
acreedor satisfacer íntegramente ese interés subjetivo. El interés satisfecho está más objetiva-
do. La obtención de la prestación se logra a través de la pretensión de cumplimiento; pero tam-
bién atribuyendo al acreedor la suma necesaria para que gestione por sí mismo la obtención
de la prestación. Aunque esa suma la obtenga en concepto de indemnización, su función es
permitir al acreedor obtener la prestación. Esto es lo que tradicionalmente ha facilitado el
Derecho inglés y lo que facilita el sistema de la CISG. Sobre la ventaja que implica para el
acreedor obtener la prestación, ATIYAH/SMITH, Introduction to the Law of Contract, 6.a ed.,
2005, p. 401; DANIEL FRIEDMAN, «Economic Aspects of Damages and Specific Performance
Compared» en: SAIDOV/CUNNINGTON, Contract Damages Domestic and International Perspec-
tives, 2008, pp. 65 ss.
61
El demandante celebró un contrato de permuta de fincas con las demandadas (la suya
rústica, las de las demandadas objeto de un convenio urbanístico). Las partes se hicieron entre-
ga de los inmuebles, pactándose el momento del otorgamiento de la escritura. Las demandadas
no cumplieron la obligación de otorgar escritura pública, por lo que el demandante procedió a
resolver el contrato y reclamar la indemnización de daños, entre los que incluyó el lucro cesan-
te por haberse visto privado de la utilización de la finca. El TS, casando la sentencia de instan-
cia, condena a las demandadas a indemnizar «en el valor del lucro cesante sufrido por aquél [el
demandante] al dejar de poseer su finca desde el día 14 de marzo de 1995 hasta que se produz-
ca la entrega».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 33
a) Intrínsecos y extrínsecos
Esta clasificación considera la conexión del lucro cesante con el objeto y fun-
ción del contrato.
La exigencia de cierta conexión entre el daño indemnizable y el contrato ha
estado siempre presente en el debate sobre la indemnización de los daños, en la
responsabilidad contractual. Tal conexión puede concretarse de diferentes mane-
ras. Así lo ponen de manifiesto los antecedentes históricos.
62
Lo que equivale a «los frutos que el poseedor legítimo hubiera podido percibir», en la
expresión del art. 455 CC.
63
Lo que equivale a «los frutos percibidos», en la expresión del art. 455 CC.
64
Vid. los criterios de clasificación de los daños que, a otros efectos, utiliza GEBAUER,
Hipothetische Kausalitat und Haftungsgrund (2007), pp. 202 ss.
34 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
b) Previsibles y no previsibles
65
«A nuestro juicio —afirma Diez-Picazo—, el problema es que mientras que los lucros
interiores son indemnizables siempre, en los exteriores la cuestión depende de lo que antes
hemos llamado el fin de protección de la norma, la distribución contractual de los riesgos y fac-
tores análogos». DÍEZ-PICAZO, Fundamentos del Derecho patrimonial civil, II. Las relaciones
obligatorias (2008), p. 792.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 35
El lucro cesante es una ganancia que en unos casos puede ser obtenida de una
sola vez y en un momento próximo al incumplimiento del contrato (p. ej., reven-
ta a mejor precio de la cosa comprada), pero que, en otros, se proyecta hacia el
futuro, de modo continuado y sin límites temporales ciertos (p. ej., la ganancia
que pueda proporcionar el alquiler del piso comprado).
La determinación de los lucros cesantes indemnizables se cierra con la sen-
tencia estimatoria de la acción correspondiente. Pero esto no significa que la sen-
tencia no pueda condenar a indemnizar daños futuros68. No sólo son indemniza-
bles los lucros cesantes posteriores al momento del incumplimiento 69 , aunque en
66
En relación con la doctrina de MOLINEO, vid. LEÓN GONZÁLEZ, «De nuevo sobre el ar-
tículo 1107 del Código civil: Los daños previstos o previsibles», en: Estudios de derecho de
obligaciones homenaje al profesor Mariano Alonso Pérez, coordinador Eugenio Llamas Pom-
bo, 2006, pp. 134 ss.
67
No cuando se utiliza para designar al daño indemnizable y al no indemnizable.
68
El art. 9:501 (2) (b) PECL prevé la posible indemnización de daños futuros, en los que
hemos de situar los lucros cesantes: «future loss which is reasonably likely to occur».
69
Cuando la ley permite utilizar un sistema abstracto de determinación de los lucros
cesantes, como hace el § 252 BGB, el momento en que ha de situarse el juzgador para estable-
36 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
este momento aún no sean conocidos, sino también los posteriores al momento
de la sentencia, con tal de que su certeza o probabilidad esté suficientemente acre-
ditada. Esto abre el camino a indemnizaciones excesivamente elevadas en su
cuantía.
Una regla de buen sentido nos indica que no es posible que el deudor garan-
tice, indefinidamente, la obtención de las ganancias que el acreedor hubiera podi-
do obtener en caso de cumplimiento del contrato, aunque las mismas sean cier-
tas o muy probables, estén dentro del fin de protección del contrato y fueran
previsibles en el momento de contratar 70 . Surge, por ello, una pregunta impor-
tante: ¿con qué medios cuenta el ordenamiento para limitar la indemnización de
lucros cesantes y especialmente de los futuros?
Me voy a referir, a continuación a ellos. No todos limitan directamente el
tiempo de consideración de los lucros, pero todos contribuyen, de una manera u
otra, a reducir la posibilidad de su indemnización.
1) En primer lugar, el propio contrato (art. 1107.1), adecuadamente inter-
pretado e integrado, aporta un criterio para delimitar en el tiempo los lucros
cesantes indemnizables. El fin de protección del contrato no sólo hemos de refe-
rirlo al tipo de daños, sino también al período en el que los mismos han de pro-
ducirse.
Por ejemplo, un contrato de sociedad celebrado por tres años, denunciado
indebidamente por uno de los socios, da derecho a las ganancias netas que hubie-
ran podido obtener los demás socios, durante el tiempo restante de duración del
contrato. Un arrendamiento de un local de negocio por cinco años, resuelto anti-
cipadamente por el arrendatario por incumplimiento del arrendador, da también
cer qué lucros hubiera podido obtener el acreedor, en caso de cumplimiento, conforme al cur-
so regular de los acontecimientos, es el momento del incumplimiento. Sin perjuicio de que si,
antes del proceso, el curso real pone de manifiesto otra cosa, el deudor pueda probarlo. Por
ejemplo: el incendio de la fábrica, posterior al incumplimiento, impide obtener los lucros que
normalmente hubiera producido. Por el contrario, en un sistema concreto de determinación de
los lucros cesantes, que exige prueba de los mismos, aunque sea por presunciones de hecho, el
momento que debe tomarse en consideración es el momento en que los mismos se hubieren
producido. Vid. LARENZ,Lehrbuch des Schuldrecht, IAlgemeiner Teil (1987) § 29II b), pp. 492,
493; OETKER, en Münchener Kommentar, 5.a ed., 2007, § 252, RN 41 ss.
70
El TS, en Sentencia de 30-01 -2008, rechaza la perpetuidad en la atribución de las ven-
tajas del contrato: «En suma, la demanda ha de ser íntegramente desestimada porque lo único
que podía pedir la actora era una indemnización de los daños y perjuicios derivados de la extin-
ción del contrato por denuncia unilateral de la parte contraria y, sin embargo, ni los hechos de
tal demanda ni la actividad probatoria desplegada por la parte se han referido en absoluto a esos
hipotéticos daños y perjuicios y sí totalmente, en cambio, a las comisiones devengadas tras la
extinción del contrato, insistiendo en definitiva en la perpetuidad rechazada por esta Sala ya en
1985». Se trataba de un contrato calificado por la demandante como «corretaje», celebrado
entre una empresa española (Ebro) y una empresa libanesa, por virtud del cual ésta debía de-
sarrollar actividades de gestión, dirigidas a la venta de tractores en Siria.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 37
Hay otros casos en los que el período de tiempo en que, conforme al con-
trato, el acreedor insatisfecho puede pretender indemnización de lucros perdi-
dos es más amplio y en los que la indemnización de este daño resulta más pro-
blemática. Pensemos, por ejemplo, en un contrato de sociedad pactado, con
ánimo de lucro, por un largo período de tiempo, por ejemplo, veinte años 75 ,
denunciado indebidamente por uno de los socios al segundo o tercer año. ¿Tie-
nen los demás socios derecho a obtener indemnización por los lucros perdidos,
al haber terminado anticipadamente la sociedad? Respondiendo a esta cuestión,
creo que en este caso, aunque el contrato pudiera justificar la indemnización del
lucro no obtenido, esa regla no nos aporta la solución definitiva, pues son apli-
cables otros criterios que limitan el lucro cesante indemnizable. Son los crite-
rios que estudio más adelante.
71
Art. 23, Ley 12/1992 de 27 mayo 1992, Contrato de Agencia.
72
Art. 25, Ley 12/1992 de 27 mayo 1992, Contrato de Agencia.
73
La STS 16-05-2007 (rec. 2310/2000), que casa la de instancia, condena al empresa-
rio, en un contrato de agencia, a una «indemnización por perjuicios derivados de la pérdida de
comisiones durante el plazo de preaviso que no fue respetado». Los daños que genera la omi-
sión del deber de preaviso no son necesarios y han de ser probados; así la STS 28-09-2007 (rec.
4137/2000): «[L]os daños efectivamente causados al agente por no haberle avisado anticipa-
damente el empresario de su voluntad de denunciar la relación contractual pueden ser indem-
nizados conforme a las normas generales de los contratos y, claro está, tras probar su realidad,
dado que la omisión del preaviso no los genera de modo necesario (...)».
74
Así, por ejemplo, STS 04-03-2009 (rec. 535/2004): «Esta Sala ha repetido que los
contratos que se concluyen por tiempo indefinido, como es el que ahora nos ocupa, pueden
ser resueltos ad nutum siempre que se respeten las condiciones pactadas (SSTS de 27-11-2006,
20-07-2007,4-12-2007, 23-12-2008, entre muchas otras). Por lo tanto, reconocido por ambas
partes que el contrato se resolvió respetando el plazo de preaviso pactado, no se ha produci-
do ninguna situación de abuso por parte de F., ni tampoco se le puede imputar una actuación
de mala fe, que no se ha conseguido probar durante todo el procedimiento y la buena fe se
presume».
75
«Naturalmente, ese plazo no puede ser excesivo (v.gr.: cuarenta años). Las vincula-
ciones opresivas determinan la nulidad de la cláusula de duración» (CÁNDIDO PAZ-ARES, en:
MINISTERIO DE JUSTICIA, Comentario del Código Civil, II, 1991, art. 1680, p. 1410). Esa nuli-
dad permite denunciar el contrato (salvo contravención de lo dispuesto en los arts. 1706,1706
y 1707 CC) y no da derecho a indemnización de lucros cesantes.
38 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
76
GÓMEZ POMAR extiende el círculo de intereses considerados en la responsabilidad con-
tractual. Al considerar los «distintos instrumentos que un sistema jurídico pone a disposición
de un acreedor insatisfecho para reaccionar frente al incumplimiento del contrato», se refiere,
en segundo término, a la indemnización del daño a la confianza. Ahí incluye, «al menos en teo-
ría», el coste de oportunidad, entendido como «el beneficio de las oportunidades que [el con-
tratante insatisfecho] perdió precisamente por contratar con [el contratante incumplidor]» [Pre-
visión de daños, incumplimiento e indemnización (2002) p. 41].
77
Cuando hablo de contratos de prestación de servicios estoy pensando en el modelo de
los Principies ofEuropean Law: Service Contracts, editados por: BARENDRECHT / JANSEN / Loos
/ PINNA / CASCÁO / GULIJK (2007). El contrato de servicio se define como «contrato en el que
una parte, el proveedor del servicio, debe prestar un servicio a la otra parte, el cliente, a cam-
bio de una remuneración» (art. I 1:101 (1) PEL SC). En esta categoría se agrupan figuras con-
tractuales tipificadas separadamente en el Código civil, que tienen en común la prestación de
un servicio.
40 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
servicios y es desfavorable para el contratante que los obtiene. Una subida pro-
duce el efecto inverso. El momento establecido para el cumplimiento del con-
trato es, por tanto, el relevante para fijar qué contratante obtiene la ventaja del
intercambio.
El interés en obtener el beneficio o ventaja del intercambio se satisface si
el contrato se cumple; también, si se ceden, ventajosamente, los derechos de-
rivados del mismo. Por el contrario, el incumplimiento del contrato lesiona
este interés y nos sitúa ante el problema de los posibles remedios para satisfa-
cerlo.
La lesión al interés del intercambio se manifiesta, en ocasiones, como un
lucro cesante. Para el contratante que transmite bienes o presta servicios a un pre-
cio superior al del mercado, la pérdida de esa ventaja es, en alguna medida, un
lucro cesante, intrínseco al intercambio del contrato. No es un lucro obtenible con
posterioridad al cumplimiento del contrato, sino un lucro que le proporciona el
propio contrato y se satisface con el cumplimiento del mismo. De modo pareci-
do sucede al contratante que obtiene bienes o servicios a un precio inferior al del
mercado.
Pensando en un análisis más detenido, voy a distinguir, a continuación, tres
maneras distintas de manifestarse el interés relacionado con la ventaja o la des-
ventaja del intercambio.
a) El contratante favorecido por la ventaja del intercambio tiene interés en
obtener o realizar la prestación al precio establecido en el contrato. Por ejem-
plo: el que vende una cosa a diez tiene interés en obtener ese precio, aunque en
el momento de cumplimiento del contrato valga cinco. Igualmente, el que com-
pra una cosa a diez tiene interés en obtenerla a ese precio, aunque en el momen-
to de cumplimiento valga quince.
b) El interés en la ventaja del intercambio puede, en algunos casos, ir más
allá del interés en obtener la cosa al precio del contrato. Puede incluir, además
de la obtención del bien, el interés en incorporar al patrimonio (patrimonializar)
un determinado valor: el valor que tenía la cosa en el momento en que debió ser-
le atribuida al acreedor.
Pondré un ejemplo. El que compra unas acciones a un precio de diez, para
que le sean transmitidas un mes después, momento en el que su precio es de quin-
ce, tiene interés en patrimonializar esos quince. No satisface ese interés, aunque
sí el de obtener las acciones (de existir), si, entregadas con retraso, valen diez en
el momento de la entrega.
c) El interés relacionado con el intercambio tiene otra posible manifesta-
ción, referida no tanto a la obtención de un beneficio cuanto al límite del perjui-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 41
78
Árdele 7.4.5: Proof of harm in case of replacement transaction: «Where the aggrieved
party has terminated the contract and has made a replacement transaction within a reasonable
time and in a reasonable manner it may recover the difference between the contract price and
the price of the replacement transaction as well as damages for any further harm».
79
Article 9:506: Substitute Transaction: «Where the aggrieved party has terminated the
contract and has made a substitute transaction within a reasonable time and in a reasonable man-
ner, it may recover the difference between the contract price and the price of the substitute trans-
action as well as damages for any further loss so far as these are recoverable under this Sec-
tion».
80
3:706: Substitute transaction: «A creditor who has terminated a contractual relations-
hip in whole or in part under Section 5 and has made a substitute transaction within a reason-
able time and in a reasonable manner may, in so far as entitled to damages, recover the dif-
ference between the valué of what would have been payable under the terminated relationship
and the valué of what is payable under the substitute transaction, as well as damages for any
further loss».
81
En una subasta de venta de un bien, en la que el primer postor no paga el resto del
precio por él debido y el vendedor resuelve el contrato, podemos considerar como operación
de reemplazo la venta al posterior postor. El lucro cesante del vendedor es la diferencia entre
el precio de la primera venta y el de la segunda. A este daño se pueden añadir los intereses por
el retraso en obtener el vendedor la suma equivalente al precio de la primera venta (a través del
precio cobrado en la segunda venta y la indemnización complementaria por el menor precio
cobrado). Un caso así es resuelto por la STS 23-07-2007. Pero en esta sentencia la Audiencia
no reconoce al vendedor (un Ayuntamiento) indemnización por la diferencia entre la primera
y segunda postura y ese criterio no es modificado por el TS. La Audiencia admite, en cambio,
que es posible la indemnización del lucro cesante consistente en «no disponer el Ayuntamien-
to del dinero ofrecido por Hogar y Jardín, S.A., desde el momento en que... hubiera tenido que
pagar el resto del precio..., hasta el en que... se otorga finalmente la escritura de compraven-
ta», a favor del segundo postor. Pero no llega a conceder esa indemnización porque los intere-
ses «no exceden del importe de la fianza incautada».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 43
82
Article 9:507. Current Price: «Where the aggrieved party has terminated the contract
and has not made a substitute transaction but there is a current price for the performance con-
tracted for, it may recover the difference between the contract price and the price current at the
time the contract is terminated as well as damages for any further loss so far as these are reco-
verable under this Section».
83
Article 7.4.6. Proofofharm by current price: «(1) Where the aggrieved party has ter-
minated the contract and has not made a replacement transaction but there is a current price for
the performance contracted for, it may recover the difference between the contract price and
the price current at the time the contract is terminated as well as damages for any further harm.
(2) Current price is the price generally charged for goods delivered or services rendered in com-
parable circumstances at the place where the contract should have been performed or, if there
is no current price at that place, the current price at such other place that appears reasonable to
take as a reference».
44 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
te de la ejecutada, más valiosa que ésta. Por ello queda lesionado el interés en la
equivalencia (subjetiva) del intercambio.
El remedio de la reducción del precio (acción quanti minoris o estimatoria) 84
puede servir para corregir («indemnizar») la lesión al interés de la equivalencia
(subjetiva, pactada) del intercambio, con tal que la disminución del precio no
aplique directamente el precio del mercado, y sea proporcional 85 . Es decir, per-
mita disminuir el precio pactado en la proporción existente en el mercado entre
el precio de la cosa conforme al contrato y el de la no conforme. Ése es el crite-
rio que parece seguir el art. art. 1486 I CC 86 y el que siguen, de forma más cla-
ra, los arts. 50 CISG 87 , 9:401 (1) PECL.
No es éste, sin embargo, el único criterio posible, utilizado tanto en los ante-
cedentes históricos 88 como en el Derecho comparado. En lugar de una reduc-
ción del precio, que proporcionalmente adapte el precio pactado, bajo el presu-
puesto de la conformidad de la prestación, a la circunstancia del defectuoso
cumplimiento, se puede conceder al acreedor directamente la diferencia entre
el precio pactado y el que tiene en el mercado una cosa no conforme. Con este
sistema el comprador puede perder la ventaja de haber comprado a un precio
inferior al de mercado; pues si ha pagado por la cosa sin defectos un precio infe-
rior al que en el mercado tiene una cosa defectuosa, no habría lugar a reducir
el precio.
La CISG [art. 45 (2)] y los PECL [art. 9:401 (3)] permiten que el remedio de
la indemnización de daños, distinto del de la reducción del precio, pueda ser alter-
nativamente 89 utilizado, en caso de prestación no conforme. El acreedor recibe
84
MORALES MORENO, «El alcance protector de las acciones edilicias», ADC (1980), pp.
594 a 623.
85
VERDA BEAMONTE (en un interesante libro sobre el saneamiento) admite que la acción
estimatoria atribuye al comprador la «posibilidad de imponer al vendedor (...) una reducción
proporcional de precio pactado». Pero cree que «la cuantía de la reducción debe estar encami-
nada (...) a determinar el precio de mercado de la cosa defectuosa en el momento de ser ven-
dida...», Saneamiento por vicios ocultos. Las acciones edilicias, 2004, pp. 250, 251. Esto no
parece ser una reducción proporcional. ¿Procedería reducir el precio pactado si fuera menor que
el de mercado? Si la reducción es proporcional tendría que proceder, en la medida adecuada.
86
El art. 1486 I permite al comprador «rebajar una cantidad proporcional del precio, a
juicio de peritos». Igualmente, el art. 1484 toma en cuenta que el comprador «habría dado
menos precio» por la cosa, lo cual significa que se mueve en los parámetros de la equivalen-
cia subjetiva.
87
HUBER, en: v. CAEMMERER/SCHLECHTRIEM, Kommentar zum Einheitliches UN-Kaufrecht
(1990), Art. 50, Rn. 2, 3. La Convención de Viena ha transformado la acción estimatoria en un
derecho potestativo del comprador, remedio generalizable a otros contratos de intercambio.
88
Vid. MORALES MORENO, «El alcance protector de las acciones edilicias», ADC (1980),
pp. 605, 606.
89
Lo cual supone que no se pueden acumular ambos remedios con esta finalidad (art.
9:401 [3] PECL).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 45
en este caso la diferencia entre el precio que pagó por la cosa (cosa conforme al
contrato) y el que tiene en el mercado la cosa recibida.
90
Caso parecido al caso inglés, Croudace Construction v. Cawoods Concrete Products
[1978] 2 Lloyd's Rep. 55, en: MCGREGOR, On Damages, 2003, 20-037.
48 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
La resolución del contrato evita, sin duda, que el contratante insatisfecho ten-
ga que soportar el efecto desfavorable de la evolución del precio del mercado. Y
a partir de ella puede realizar una operación de reemplazo, a precio de mercado,
más favorable para él (en el supuesto que considero) que el precio del contrato.
Al otro contratante, incumplidor por su retraso, la resolución le impide benefi-
ciarse de la ventaja del intercambio.
Esto no excluye que en algún caso pueda producirse un daño. Por ejemplo,
el retraso en la entrega de unos muebles comprados para su reventa por un comer-
ciante minorista le causará un daño (no comprendido en el riesgo que ha de asu-
mir conforme al contrato) si, por efecto de la crisis económica, han bajado los
precios de tal modo que se ve obligado a revenderlos a un precio inferior al de
su adquisición; y, además, no le es posible mitigar ese daño mediante una ope-
ración de reemplazo. En este caso, el daño habríamos de considerarlo en aten-
ción a la pérdida en las ventas, pero no en el puro interés en el intercambio.
91
En la CISG se combinan ambos sistemas, el de la resolución por incumplimiento esen-
cial y el de la resolución previa concesión de plazo (art. 49 CISG). Pero este segundo sistema
sólo es posible cuando hay falta de cumplimiento, no cumplimiento defectuoso.
92
En el supuesto del art. 76 CISG sí existe un daño, el mayor precio pagado o el menor
precio recibido en la compra o venta de reemplazo. Ese daño no se produce en nuestro caso.
93
«When selling building materials to a contractor for delivery on building site, the dif-
ference in the valué of the materials is, as a matter of common sense, wholly irrelevant. If bet-
ween the date when the goods should have been delivered and the date when they were in fact
delivered, there is a fall in the valué, that is a matter of commercial reality, of supreme indif-
ference to the contractor and in no real sense does he suffer any loss or damage as a result of
the fall». Croudace Construction v. Cawoods Concrete Products, [1978] 2 Lloyd's Rep. 58, col.
2 cit. en: MCGREGOR, On Damages, 2003, 20-037.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 49
B. E L INTERÉS EN LA PRESTACIÓN
1. Contratos de intercambio
94
Los deberes de cuidado o de protección forman parte del contenido obligatorio del
contrato. El BGB lo ha consagrado definitivamente, tras la reforma de 2002 (Schuldrechts-
moderniesierung 2002), en § 241 (2). Los materiales, textos y documentos pueden encontrar-
se en CANARIS, Schuldrechts-moderniesierung 2002 (2002).
50 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
nización del lucro cesante: ¿qué lucros perdidos por el acreedor deben serle
indemnizados y cuáles no?
Ha de ayudarnos a resolver adecuadamente la cuestión, conforme al criterio
del art. 1107 I, hacer una clasificación de las manifestaciones típicas del lucro
obtenible por el acreedor. Eso es lo que voy a intentar hacer a continuación.
95
Tal es el caso de la STS 30-11-2006: contrato de suministro de agua a una urbaniza-
ción, de los pozos existentes en la finca del suministrador. El suministrador pretende ser indem-
nizado por el lucro cesante, al haber dejado de consumir el agua la urbanización; pero su deman-
da no prospera por la ilegalidad administrativa del contrato celebrado.
96
Si en el contrato hay una cláusula de revisión de la renta conforme al IPC, no surge
el problema de tener que aplicar índices aún desconocidos, porque abonamos en el presente una
renta futura cuando el valor del dinero aún no se ha alterado.
97
Son problemáticos de calcular los gastos de la cosa (p. ej., gastos comunes no repercu-
tibles) y los gastos de gestión posteriores al momento de liquidación del daño en la sentencia.
52 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
98
La medida del art. 455, que obliga al poseedor de mala fe a abonar «los frutos que el
poseedor legítimo hubiera podido percibir», es una medida indemnizatoria. La de descontar del
lucro cesante indemnizable los beneficios que el acreedor hubiera podido obtener, cumpliendo
el deber de mitigar el daño, también tiene ese carácter. Indemniza el daño que causa al deudor
el incumplimiento de ese deber. Ese daño sólo se produce si el deudor está obligado a indem-
nizar. Ese daño podemos evitarlo si reducimos la cuantía de la indemnización, en la medida de
los daños mitigables o evitables.
99
La renta permite indemnizar el lucro cesante (beneficio neto) y los gastos.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 53
por el arrendador, tras serle restituida. Como ha señalado el TS, no toma en cuen-
ta que el arrendador «haya podido explotar el local o concertar un nuevo arren-
damiento en condiciones económicas satisfactorias» (STS 30-10-2007, rec.
4330/2000). Tampoco considera la aminoración del daño fundada en el deber de
mitigarlo. Lo razonable es entender que, en cuanto a esos aspectos, se aplica el
régimen general. ¿Cuál es, pues, la razón de ser del art. 56 LAU 1964? No es
fácil aventurarlo. Quizá, como contrapeso a la prórroga forzosa y las consecuen-
cias de ésta, desfavorables para el arrendador, refuerce la vinculación del arren-
datario por el tiempo pactado. Quizá, por no tener muy claro el legislador cuál
es el daño indemnizable, se adopta la solución más simple: equipararlo a las ren-
tas no cobradas. No creo que exista propósito de castigar especialmente al arren-
datario.
100
Así SSTS 30-11-1992,28-02-1995,13-02-1996,26-06-2002,20-06-2005,entre otras,
citadas por la STS 30-10-2007.
101
En esta misma dirección cita SSTS 02-07-1984, 15-06-1993, 25-01-1996, 28-02-
1996, 17-10-1998,25-03-1999,23-05-2001,15-07-2002, 11-11-2002, 15-12-2004.
102
«[L]a pretensión indemnizatoria, cuantificada en todas las rentas frustradas del pri-
mer contrato —es decir, las correspondientes al período entre el desalojo voluntario y la termi-
nación del contrato — , [se convertiría] en notoriamente desproporcionada, y por consiguiente
abusiva (arts. 9.°, párrafo segundo, LAU/1964, y 7.2 CC) y no conforme a las exigencias de la
buena fe con que han de ejercitarse los derechos (arts. 9.°, párrafo primero, LAU 1964,7.1 CC,
11 LOPJ, y actualmente también 247 LECiv/2000» (SSTS 06-2006, 30-10-2007).
54 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1. En el Código civil hay una serie de contratos típicos que, a pesar de estar
regulados separadamente, pueden ser agrupados como contratos de prestación de
servicios. En esa categoría genérica podemos incluir los siguientes contratos: el
arrendamiento de servicios (arts. 1542,1544), concebido con la amplitud que exi-
ge la economía actual; el arrendamiento de obra (arts. 1544,1588), exceptuando
los aspectos que se refieren a la transmisión de los materiales (art. 1588); el man-
dato retribuido (arts. 1709,1711); el depósito retribuido (arts. 1758,1760,1766);
el contrato de transporte; el de hospedaje... En todos ellos un contratante presta
un servicio al otro contratante y recibe por ello una retribución, normalmente
pecuniaria.
Los Principies of European Law, Service Contracts103 (PEL SC) contienen
una regulación general de los contratos de servicios, completada con las reglas
particulares aplicables a algunos tipos 104 . Los PEL SC definen así los contratos
de servicios: «Contratos en virtud de los cuales una parte, el proveedor del ser-
vicio, se obliga a prestar un servicio a la otra parte a cambio de una remunera-
ción» (art. I: 1:101 PEL SC) 105 . Para designar a los contratantes, el DCFR utili-
za la denominación de proveedor (prestador del servicio) y cliente (art. IV. C.
1:101 DCFR). Voy a utilizar esta terminología, que me permite evitar el proble-
ma de las diferentes denominaciones de las partes en cada uno de los contratos
de prestación de servicios.
2. En los contratos de servicios, la remuneración del servicio, desconta-
dos los gastos, es el lucro que obtiene el contratante que presta el servicio. Este
103
Principies of European Law: Service Contracts, editados por BARENDRECHT / JANSEN
/ Loos / PINNA / CASCÁO / GULIJK, 2007.
104
«This chapter applies to contracts for construction, processing, storage, information,
and treatment unless provided otherwise in Chapters 2 to 7» (art. I: 1.101 [2] PEL CS).
105
De modo parecido, el DCFR: art. IV. C.-l: 101: Supply of a service: «(1) This Part of
Book IV applies: (a) to contracts under which one party, the service provider, undertakes to
supply a service to the other party, the client, in exchange for a price; and (b) with appropria-
te adaptations, to contracts under which the service provider undertakes to supply a service to
the client otherwise than in exchange for a price. (2) It applies in particular to contracts for cons-
truction, processing, storage, design, information or advice, and treatment».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 55
lucro está incluido de modo directo y típico en el fin de protección del con-
trato, aunque la determinación de su cuantía, a efectos indemnizatorios, pueda
exigir, según los casos, una prueba más o menos compleja (tiempo pendiente,
gastos) 106 .
En caso de incumplimiento del contrato por parte del cliente, el lucro corres-
pondiente a la prestación del servicio puede exigirlo el proveedor a través de dos
remedios contractuales: la pretensión de cumplimiento y la pretensión indemni-
zatoria. La utilización de uno u otro remedio depende de en qué haya consistido
el incumplimiento. El incumplimiento puede consistir en no pagar la retribución
debida o en impedir u obstaculizar el desarrollo completo del contrato.
a) Si la retribución del servicio es ya debida, porque el servicio se ha pres-
tado o porque en virtud del contrato debe anticiparse su pago, la pretensión de
cumplimiento permite al proveedor del servicio patrimonializar directamente el
lucro del contrato 107 . El lucro lo proporciona, directamente, la contraprestación
del cliente. El prestador del servicio no necesita utilizar el remedio indemniza-
torio; salvo, en caso de retraso, para obtener el interés correspondiente a la suma
adeudada (art. 1108 CC), o salvo que existan otros daños.
b) En los casos en los que el incumplimiento del cliente no consiste en la
falta de pago del precio del servicio, sino en obstaculizar o impedir el desarrollo
normal del contrato, que proporcionaría al proveedor el beneficio (p. ej., impide
la prestación del servicio), el proveedor tendrá que utilizar la pretensión indem-
nizatoria para obtener el lucro perdido 108 .
No teniendo el proveedor un interés distinto del de obtener la retribución del
servicio (y el abono de los gastos realizados), no es una medida adecuada, tanto
desde el punto de vista práctico como económico, que le imponga al cliente la
ejecución completa del contrato. En otras palabras, le obligue a recibir servicios
en los que el cliente ha dejado de estar interesado. Es mucho más conveniente
que el proveedor del servicio obtenga, por vía indemnizatoria, su interés en el
contrato. La indemnización comprende: la indemnización por los gastos realiza-
106
Si el servicio se presta por una empresa no habrá lugar a la indemnización (como daño
emergente) de los gastos de personal que no se hayan producido, por no haberse prestado el
servicio. Si el servicio se presta personalmente por el deudor (p. ej., cuidador de un enfermo,
docente), ¿puede considerarse beneficio o lucro la retribución que deja de recibir?, ¿o se ha de
descontar el valor de la ventaja de recuperar el tiempo libre? Creo que este supuesto beneficio,
en principio, no se ha de descontar.
107
Bien es cierto que esa patrimonialización se halla sometida a la posible resolución
del contrato por el cliente.
ios p o r ejemplo: en un contrato de prestación de servicios sanitarios (caso de la STS 14-
11-2006); en un contrato celebrado con técnicos de la edificación para realizar el proyecto y
dirección de una obra, que se resuelve injustificadamente (o del que se desiste), se reconoce a
los referidos técnicos la utilidad dejada de obtener (STS 08-11-2006, rec. 30/2000).
56 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
dos y el lucro cesante («la utilidad que pudiera obtener» del contrato, vid. art.
1594).
Esta regla general no resulta aplicable en los casos en los que el prestador
del servicio tenga, conforme al contrato, interés en que el contrato se ejecute. Por
ejemplo: el artista al que se le ha encargado una escultura, para situarla en un
lugar público, tiene un interés en la ejecución del contrato, más amplio que el de
obtener el beneficio.
3. Los PECL, en supuestos como el que nos ocupa, privan, en determina-
dos casos, al contratante obligado a «prestar» bienes o servicios, del derecho a
imponer al otro contratante, el cliente, el cumplimiento del contrato (art. 9:101
PECL) 109 . Cumplimiento que implicaría que el cliente tendría que recibir los ser-
vicios contratados, justificando así el proveedor la obtención de la contrapresta-
ción. Esa privación del derecho a imponer el cumplimiento (la ejecución del con-
trato) va acompañada de un reconocimiento expreso del derecho del acreedor de
la contraprestación (en nuestro caso el proveedor) a obtener indemnización de
los daños (art. 9:103 PECL) 110 .
Los PEC SC aplican esta regla, de modo general, a los contratos de servi-
cios: El cliente puede poner término al contrato en cualquier momento. En ese
caso el proveedor tiene derecho a ser indemnizado 111 .
4. La consideración del derecho del proveedor del servicio a obtener el
lucro del contrato exige distinguir algunos supuestos.
109
Article 9:101: Monetary Obligations. — «(1) The creditor is entitled to recover money
which is due. (2) Where the creditor has not yet performed its obligation and it is clear that the
debtor will be unwilling to receive performance, the creditor may nonetheless proceed with its
performance and may recover any sum due under the contract unless: (a) it could have made a
reasonable substitute transaction without signifícant effort or expense; or (b) performance
would be unreasonable in the circumstances».
110
Article 9:103: Damages Not Precluded.— «The fact that a right to performance is
excluded under this Section does not preclude a claim for damages».
111
Article 1:115: Cancellation of the Service Contract.— «(1) The client may cancel the
contract at any time. (2) If the contract is cancelled under this Article the service provider is
entitled to damages to put the service provider as nearly as possible into the position in which
the service provider would have been if the contract had been duly performed. Such damages
cover the loss which the service provider has suffered and the gain of which the service provi-
der has been deprived. (3) In determining the position into which the service provider is to be
put under paragraph (2), regard is to be had, among other things, to the following rules: (a) if
payment of a price was agreed, the service provider is entitled to that price minus the expen-
ses that should reasonably have been saved and the benefit that could reasonably have been
earned using the capacity that has become available; (b) if payment of a fee based on a parti-
cular rate was agreed, the service provider is entitled to payment of the fee on the basis of that
rate, to the extent that the service has already been performed; and (c) if payment of a fee based
on a "no cure no pay" basis was agreed, the service provider is entitled to payment of both the
reasonable costs incurred, to the extent that the service has already been performed, and to the
gain of which the service provider has been deprived as a result of the cancellation».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 57
a) Hay casos en los que el cliente tiene derecho a poner fin a la relación
contractual sin indemnizar al proveedor del servicio 112 . Esto significa que el pro-
veedor no tiene garantizada por el contrato la obtención de un beneficio o lucro
total del mismo, sino sólo el correspondiente a los servicios prestados o que haya
comenzado a ejecutar (vid. art. 279 CCo).
b) Hay otros casos en los que el contrato vincula al cliente durante un
tiempo determinado o para unos servicios determinados (p. ej., la ejecución
de una obra inmobiliaria). Como consecuencia, el prestador del servicio tiene
garantizado obtener el lucro total del contrato, a través del desenvolvimiento
ordinario del mismo o por medio de una indemnización. Pero esto no signifi-
ca que la relación contractual deba completar su ejecución, en contra del inte-
rés manifestado en contrario por el cliente (vid. art. 1594 CC). En este caso,
normalmente (si el interés del prestador del servicio se circunscribe a obtener
la retribución), no resulta necesario imponer al cliente la ejecución del contra-
to (recibir el servicio) para satisfacer el interés del proveedor del servicio. Tal
interés puede obtenerlo, de modo completo, por medio de la pretensión indem-
nizatoria.
112
Así en el caso resuelto por la STS 13-11-2008: comisión mercantil consistente en un
encargo de venta de una promoción inmobiliaria. La empresa promotora pone fin al encargo,
como consecuencia de la venta del solar, y el comisionista pide indemnización del lucro cesan-
te. Tal indemnización no se le concede. El TS sostiene que el comitente tiene la facultad de
poner fin al contrato celebrado (art. 279 CCo).
113
Cfr. STS 19-02-1997: «Nada en contra de lo dicho supone que el apoderamiento gene-
ral se haya dado por cuatro años, porque no vincula al poderdante la fijación de ese plazo en
el sentido de que no pueda hacer uso de su facultad de revocación, que es libre, a salvo de las
acciones que pudiera tener el apoderado contra el poderdante, pero la revocación surte sus efec-
tos propios, extinguiendo el poder (arts. 1732.1 y 1733 C.c.)».
114
Cfr. STS 15-11-2000: el comitente, recurrente en este caso, sostiene que la libre revo-
cación es esencial a la comisión mercantil, como mandato que es, incluso si se hubiese estipu-
lado un plazo determinado. Con ello pretende evitar la condena a indemnizar daños. Pero el TS
desestima el motivo: al haberse pactado un plazo, la revocación sólo es posible si existe justa
causa.
58 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
c) Existe otro grupo de casos en los que el cliente tiene derecho a poner
fin a la relación contractual, dando al proveedor preaviso por un tiempo deter-
minado. Si el cliente no respeta el deber de dar preaviso, el proveedor del ser-
vicio tiene derecho a obtener el lucro que le hubiera podido proporcionar el con-
trato durante el tiempo de preaviso no respetado. Salvo que otra cosa acepte el
cliente, lo razonable es que el prestador del servicio materialice ese beneficio
por vía indemnizatoria, no imponiendo la continuidad de una relación llena de
fricciones.
d) En los casos en los que el cliente utilice abusivamente su derecho a
poner fin a la relación contractual habrá que tener en cuenta las peculiaridades
de cada caso (vid. p. ej.: arts. 1700 4.°, 1705 II, 1706). El lucro del que priva al
prestador del servicio, fraudulentamente o en contra de la buena fe, deberá
indemnizarlo.
5. La indemnización del lucro cesante, en los casos en que proceda, debe
tener en cuenta los siguientes criterios:
a) En principio, el lucro cesante indemnizable es aquel del que ha sido pri-
vado el proveedor del servicio por no haber sido ejecutado de modo completo el
contrato (utilidad del contrato: art. 1594 CC).
Es el beneficio neto. Se calcula descontando los gastos. Sin embargo los gas-
tos ya realizados, no recuperables de otro modo, serán también objeto de indem-
nización (art. 1594 CC).
b) Puesto que se trata del ejercicio de una pretensión indemnizatoria y no
de una pretensión de cumplimiento, la cuantía del lucro cesante indemnizable (y
la de los otros daños) debe ser reducida en la medida en que el deber de mitigar
el daño imponga al proveedor realizar una operación de reemplazo y ésta pueda
mitigar efectivamente el daño. No mitiga el daño la operación de reemplazo cuan-
do la oferta del proveedor no es limitada y la operación perdida reduce el volu-
men total de operaciones 115 .
6. Tras las consideraciones anteriores, es oportuno preguntarse si el art.
1594, que otorga al comitente, en el contrato de obra, la facultad de desistir libre-
mente del contrato 116 , con indemnización del daño causado (incluida la «utilidad
que pudiera obtener»), es una excepción propia del contrato de obra o puede ser
hoy considerado como una regla extensible a otros contratos de servicios, en los
que el prestador del servicio no tenga un interés especial en la ejecución del con-
trato.
115
PANTALEÓN, «Resolución por incumplimiento e indemnización», ADC (1989), pp.
1143 ss.; NIEVES FENOY, CCJC, número 80 (2009) sentencia 2114, pp. 571-590.
116
Sin tener que invocar causa (SSTS 20-02-1993, 28-06-2000, 25-11-2002).
1
117
En cambio, con anterioridad, la STS 10-06-1975 rechaza la aplicación del art. 1594
CC al contrato de arrendamiento de servicios. Así califica el contrato por el que un arquitecto
se obliga a la dirección de unas obras.
60 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
118
Por ejemplo, STS 08-05-2008: arrendamiento de industria en el que, finalizado el con-
trato, el arrendatario se retrasa en la restitución del local, lo cual «impide al arrendador el dis-
frute del mismo»; la indemnización se fija en consideración al precio del arriendo (renta que
el arrendador venía obteniendo), por el tiempo de disfrute del arrendatario.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 61
1) El uso de la cosa
119
La STS 12-12-2006, referida a un supuesto de retraso en el cumplimiento de la obli-
gación de restituir unas máquinas recreativas, que estaban en poder del demandado como con-
secuencia de un contrato celebrado con el demandante, admite que es indemnizable el lucro
cesante del demandante (acreedor de restitución), aunque no conceda indemnización por no
haberse probado ese daño. Fundamenta la posibilidad de la indemnización en los arts. 1106 y
1107, frente al demandante que la fundamentaba en las reglas restitutorias de la posesión (po-
seedor de mala fe).
120
Así por ejemplo, en Transfield Shiping Inc v. Mercator Shiping Inc, el retraso en la
restitución de un barco arrendado priva al arrendador, en un nuevo contrato celebrado, de la
ventaja de la subida de los fletes en el mercado. El supuesto es tratado como un incumplimien-
to de contrato y se aplica la doctrina de la previsibilidad del daño en el momento de celebrar
el contrato.
121
Por razón del interés lesionado: en la responsabilidad contractual es el interés en la
prestación (interés positivo), en la extracontractual es el interés en mantener la integridad de
nuestros bienes.
122
Sobre la discusión en la doctrina alemana: WÜRTHWEIN, Schadensersatzfür Nutzungs-
móglichkeit einer Sache oderfür entgangene Gebrauchsvorteile? 2001; entre nosotros ofrece
el panorama de la doctrina alemana SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de com-
praventa, 1998, p. 168.
123
En nuestra doctrina lo admite SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de
compraventa, 1998, pp. 167 ss.
62 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
124
WÜRTHWEIN, Schadensersatz für Nutzungsmóglichkeit einer Sache oderfür entgan-
gene Gebrauchsvorteile?, 2001, p. 260.
125
Así expresamente, § 100 BGB.
126
No es objeto de indemnización la pérdida de la posibilidad abstracta de usar la cosa,
sino la privación de un uso concreto que el acreedor hubiera hecho de la cosa, WÜRTHWEIN,
Schadensersatz für Nutzungsmóglichkeit einer Sache oderfür entgangene Gebrauchsvorteile?,
2001, p.385.
127
Mayores precisiones sobre el cálculo de la indemnización en: WÜRTHWEIN, 444 ss.,
en particular pp. 450 ss.; también, SOLER PRESAS, La valoración del daño en el contrato de com-
praventa, 1998, pp. 171 ss.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 63
128
La mora en la entrega de las viviendas adquiridas «privó a los compradores del dis-
frute que de las mismas les correspondía por imperativo de lo preceptuado en el art. 1468 del
CC, disfrute que bien se exteriorizara haciendo de ellas sus moradas, o bien mediante la per-
cepción del precio cierto que reportara su arrendamiento, tiene un contenido económico pecu-
niariamente evaluable cuya acusada privación a los compradores es determinante de una lesión
patrimonial de tan notoria realidad que le releva de toda otra prueba, siendo, además, induda-
ble que eran de todo punto previsibles por parte del vendedor, en el caso promotor-constructor
de viviendas».
129 privación del uso de un vehículo que se incendia en período de garantía.
no g] j s c a s a i a se ntencia de instancia y condena a los demandados a indemnizar a los
actores por la privación del uso de sus respectivos garajes, desde la fecha efectiva de su clau-
sura por el Ayuntamiento, en las cantidades equivalentes al valor económico del alquiler men-
sual de similares plazas en la zona donde se encuentra ubicado el edificio que los alberga, por
todo el tiempo que continúe la privación de su utilización efectiva.
131
Como en general requiere el daño, PANTALEÓN, Comentarios M J, Art. 1902, II, p.
1991.
64 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
132
Por todos: FENOY PICÓN, Falta de conformidad e incumplimiento. Evolución del orde-
namiento español, 1996; recientemente la misma autora en: «La entidad del incumplimiento
en la resolución del contrato: Análisis comparativo del artículo 1124 CC y del artículo 121 del
Texto Refundido de Consumidores», ADC (2009) pp. 258-267.
133
En la STS 05-12-2008 (rec. 270/2004) el adquirente de un complejo turístico recla-
ma al vendedor el lucro cesante del que se ve privado por el incumplimiento, consistente en no
haber podido arrendar ni vender los apartamentos; pero ese daño no se estima probado.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 65
134
Se utiliza en los siguientes artículos: 164, 165, 186, 197, 275, 334, 354, 355, 356,
399,451,452,455, 469,471, 472, 474, 475,486, 490, 504, 524, 527, 651, 654, 760, 797, 800,
847,882,884,1049,1063,1095,1120,1026,1295,1303,1307,1347,1349,1381,1408,1439,
1468, 1478, 1501, 1519, 1533,1571,1575,1576,1577,1578,1611,1613,1614,1624,1630,
1634,1656,1657,1674,1678,1687,1708,1741,1877,1881,1882,1885,1896,1922, 1926.
135
Por ejemplo, art. 1381.
66 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
que se trate. Los demás factores de producción son considerados gastos 136 . El CC
no contempla, en cambio, la productividad asignable a otros bienes o servicios
que intervienen, como factores, en un proceso de producción: el capital, fijo (p.
ej., maquinaria) o circulante (p. ej., materias primas), o los servicios. En defini-
tiva, el CC conecta los frutos a la productividad de ciertos bienes y no a los pro-
cesos productivos en los que diversos bienes y servicios intervienen como fac-
tores de producción y cada uno de ellos contribuye, en cierta medida, a la
obtención del producto.
Con todo lo discutible que pueda ser el criterio del Código civil desde el pun-
to de vista teórico, tiene, en la materia que me ocupa, un valor práctico. La uti-
lización del concepto de fruto de un bien facilita la concreción de los lucros o
provechos que pueden obtenerse del mismo, los hace previsibles en el momento
de contratar, facilita la imputación objetiva y el cálculo del lucro cesante. Por eso
voy a utilizar, en la medida de lo posible, el concepto de frutos.
136
Arts. 356,452,470,527.
137
Éste es el caso contemplado en la STS 01-12-2006 (rec. 463/2000). Se vende una
empresa, dedicada al negocio de cafetería, mediante la transmisión de la totalidad de sus accio-
nes. El negocio se desarrolla en un local comercial arrendado a un tercero. El arrendamiento
termina antes del tiempo garantizado en el contrato de compraventa de la empresa. El adqui-
rente de la empresa reclama al vendedor indemnización de daños: entre las partidas incluye el
lucro cesante. Pero la indemnización no procede porque la causa de extinción del arrendamien-
to es imputable a los compradores. Si la extinción del arrendamiento no hubiera sido imputa-
ble a ellos, estando garantizada la productividad de la empresa vendida en el contrato de com-
praventa, ¿qué régimen indemnizatorio hubiéramos aplicado a los lucros perdidos en el
desarrollo de la actividad empresarial? Los lucros cesantes, sin duda, serían indemnizables, pero
forzosamente estarían limitados en cuanto al tiempo de consideración. El tiempo sería el com-
•1
se transmite una empresa, pero el bien que se vende o arrienda está destinado,
conforme al contrato, a desarrollar una actividad empresarial (p. ej., venta de
local comercial, arrendamiento de local comercial).
Sin embargo, siempre vamos a encontrar un límite en la aplicación extensi-
va del concepto de fruto. Por ejemplo, es imposible entender que una materia pri-
ma, que ha de ser utilizada en un proceso de producción, produzca frutos, aun-
que su utilización genere beneficios. Y lo mismo ocurre con una máquina
incorporada a un proceso de producción.
Para poder hablar de frutos hace falta que el bien al que se atribuyen pueda
ser considerado como el factor esencial en la obtención de los mismos, y no un
factor más en el proceso de producción de esos beneficios. No es, en cambio, pre-
ciso que dicho bien sea el único factor utilizable/utilizado en la obtención del pro-
ducto. El CC lo reconoce en su concepto de frutos industriales (vid. art. 355 II:
«a beneficio del cultivo o del trabajo»).
Lafungibilidad del bien objeto de la prestación no excluye que su beneficio
económico pueda ser considerado fruto (cfr. p. ej.: arts. 499,884 CC), si ese bene-
ficio puede ser atribuido directamente al bien.
prendido entre la paralización del negocio, por la pérdida del local arrendado, hasta que se
hubiera realizado, o hubiera podido realizarse razonablemente, una operación de reemplazo que
permitiera a los compradores sustituir el local arrendado por otro y continuar la explotación del
negocio. El vendedor, además, debería pagar la diferencia entre la renta del primer arrendamien-
to y la del segundo, de ser ésta superior, junto con otros posibles gastos (traslado, gastos del
segundo contrato...).
68 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
138
En el caso de la STS 11-06-2007, el arrendatario de un local de negocio, no informa-
do de que el edificio se halla afectado por un expediente de ruina, desalojado el local, reclama
al arrendador los gastos de instalación y el lucro cesante por no haber podido desarrollar la acti-
vidad durante el tiempo de duración del contrato. En primera instancia se le concede indemni-
zación por los gastos de instalación, pero no por el lucro cesante. Lo mismo ocurre en segun-
da instancia. En casación no se discute este extremo.
139
Por ejemplo, el arrendamiento de una gasolinera: STS 06-06-2008; en este caso,
aunque el arrendatario se ve privado de la misma por ejecución de una hipoteca, el TS, a dife-
rencia de la Audiencia, no le reconoce indemnización, porque conocía la existencia de la
hipoteca.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 69
140
Por ejemplo, el proyecto de un arquitecto es un servicio que se incorpora al proceso
de producción que implica la promoción de una edificación. La paralización o retraso en la eje-
cución de la obra imputable al arquitecto puede dar lugar a daños, incluidos lucros cesantes. Esta
cuestión la plantea, sin éxito, porque «el actuar del arquitecto fue correcto», la Promotora, en el
caso resuelto en STS 02-03-2007. Si se leen atentamente los daños que invoca la Promotora en
el suplico de la reconvención (frente a la reclamación de honorarios del arquitecto) se observa
el escaso rigor económico de su reclamación. Pide daños por: congelación de la inversión efec-
tuada en el solar (impide una inversión alternativa: colocación en letras del Tesoro Público),
supuesta pérdida de valor del solar, por la paralización de la obra durante cuatro años, ganancia
dejada de obtener como consecuencia de no poder efectuar el negocio del edificio.
141
Inserción de folleto publicitario en un periódico: STS 25-01-2007. Admitiendo que
el lucro cesante es indemnizable (ganancia que se hubiera obtenido por la publicidad), la difi-
cultad de prueba conduce a indemnizar el daño emergente (gasto inútil, al no producirse la difu-
sión del folleto). También la STS 13-11-2006 (rec. 804/2000) se refiere a un caso de incumpli-
miento de un contrato de difusión de publicidad. Se reclama el lucro cesante, pero la demanda
no prospera por problemas relacionados con la determinación de los sujetos que celebraron el
contrato.
142
Rec. 671/1999.
143
Así STS 18-02-1982. Éste es un caso de incumplimiento del contrato celebrado entre
un armador y unos astilleros para la construcción de un buque de pesca. El buque, una vez fina-
lizado y entregado, adolece de serios defectos, lo que hace necesario que sea reparado en otros
astilleros. El demandante (armador) reclama los gastos de dicha reparación y el lucro cesante
correspondiente al período en que el barco ha permanecido inmovilizado. En primera instan-
cia no se admite su reclamación. La Audiencia sí estima su demanda. Condena a la entidad
demandada no sólo al pago del coste de la reparación del buque sino también al lucro cesante.
En la sentencia de casación no se discute sobre la oportunidad de la condena al lucro cesante.
El debate se orienta hacia la negación de la existencia de responsabilidad.
70 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
4. Para que el deudor sea responsable, conforme a la regla del art. 1107 I
CC, hace falta que el contrato tome en cuenta el destino que ha de recibir la pres-
tación, como factor concurrente incorporado al proceso de producción del acree-
dor, y que resulte garantizado por el contrato el riesgo de que el incumplimien-
to impida obtener el beneficio de ese proceso productivo (art. 1107 I).
Fuera de los casos en que el contrato contenga una previsión expresa, para
determinar que tal garantía resulta del contrato hemos de interpretarlo. Es impor-
tante precisar si la utilidad de la cosa que se contempla en el contrato correspon-
de al destino que pretende darle o le ha dado el acreedor (p. ej., semilla selecta
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 71
144
SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de compraventa, 1998, pp. 138 ss.
145
Informa sobre ello SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de compraven-
ta, 1998, pp. 141 a 147. Recuerda esta autora que el TS se ha mostrado enormemente restric-
tivo en conceder indemnización por la pérdida del lucro de la reventa, utilizando el argumen-
to de la falta de prueba. El TS a veces aduce que no se ha demostrado que la compradora
adquiriera el objeto (una finca) para revender (STS 16-6-1993). En ocasiones no ha considera-
do suficiente la prueba del precio del mercado (STS 7-5-1990), aunque éste se haya incremen-
tado (SSTS 31-10-1946,1-4-1996). Es cierto, sin embargo, que admite la indemnización de este
daño en un caso en el que se acredita que, por la demanda existente en ese momento, estaba
asegurada la reventa de la mercancía (carbón) (STS 3-10-1958).
146
Ya me referido a los antecedentes históricos. Sobre las restricciones en los tribuna-
les ingleses y americanos, SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de compraventa,
1998, p. 141.
74 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
147
SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de compraventa, 1998, pp. 139,
140.
148
Vid. SAN MIGUEL PRADERA, Resolución del contrato por incumplimiento y modalida-
des de su ejercicio, 2004, pp. 305 ss.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 75
149
Sobre esto: SOLER PRESAS, Valoración del daño en el contrato de compraventa, 1998,
pp. 139, 140.
150
Es diferente el problema considerado por PANTALEÓN, «Resolución por incumpli-
miento e indemnización», ADC (1989), pp. 1143 ss.; SOLER PRESAS, Valoración del daño en
el contrato de compraventa, 1998, p. 148; NIEVES FENOY, CCJC, número 80, sentencia 2114,
pp. 571-590.
151
Rec. 436/2000.
152
La STS continúa: «[P]ues, por las razones que sean, le puede interesar más no litigar
que litigar pese a la solidez de sus razones para lo segundo, o no recurrir una sentencia desfa-
vorable que recurriría pese al porcentaje de éxito que le augure su abogado».
76 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
153
Vid. p. ej. MENÉNDEZ (director), Lecciones de Derecho mercantil (2006), pp. 603 ss.
154
En los contratos en los que procede la indemnización por clientela, en la práctica se
plantea con frecuencia la cuestión de la compatibilidad de la indemnización por clientela con
la del lucro cesante, cuando éste es indemnizable. La STS 01-06-2009 admite la compatibili-
dad «con el concepto de lucro cesante, al responder a perspectivas distintas». La STS 15-01-
2008 exige «probar la efectiva aportación de clientela y su potencial aprovechamiento por el
concedente». Sobre la indemnización por clientela: CÁNDIDO PAZ ARES, «La terminación de con-
tratos de distribución», Revista de Derecho Mercantil, n.° 223, 1997, pp. 7-58; el mismo, «La
indemnización por clientela en el contrato de concesión», en Estudios de Derecho mercantil:
homenaje al profesor Justino F. Duque, II 1998, pp. 1287-1304.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 77
a) La sociedad
158
El actor reclamaba veinte millones de pesetas por todos los conceptos y recibió dos.
159
«Si a la sociedad se le originan daños y perjuicios por no poder emplear esos bie-
nes, ni aprovecharse de sus frutos o de las ganancias obtenidas mediante ellos, vendrá obliga-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 79
do a indemnizarlos el socio que dejó de aportar los bienes indicados, porque por un acto suyo
o por su culpa se dio ocasión a ello», MANRESA, Comentarios al Código civil español (1931)
XI, p. 293.
160
En el caso de la STS 17-02-1993, dos de los tres componentes de un grupo musical
(«Duncan Dhu»), que bajo el mismo nombre explota también una marca, deciden la disolución
de la sociedad, constituida por ellos por tiempo indeterminado, y la venta de la marca. El ter-
cer componente del grupo se opone. En este caso el TS considera que se han cumplido las con-
diciones necesarias para la denuncia del contrato de sociedad.
161
GARRIGUES, Curso de Derecho mercantil, II 4.a ed. (1962), p. 264.
80 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
b) El mandato
162
La partición de los bienes de la sociedad permite a los socios que aportaron bienes
recuperar recursos económicos con los que obtener ganancias. La finalización de la sociedad
permite al socio industrial recuperar su libertad (vid. art. 1708).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 81
4) Consideración de un caso
164
Rec. 1438/1997.
84 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
c) El mutuo
165
En el pensamiento escolástico contrasta el rigor con que es tratada la usura (intere-
ses pactados) con la amplitud con que se admite la indemnización, en caso de incumplimiento
del mutuo.
166 MOLINA, De iustitia et iure, Opera omnia, tomo II (1783) Coloniae Allobrogum, Dis-
putado CCCXV.
167
«Quando quis mutuo dat invitus, exigere licere potest interesse lucri ea de causa ipsi
cessantis ante terminum solutioni destinatum, atque de eo pascisci», MOLINA, De iustitia et iure,
Disputarlo CCCXV, núm. 1.
168
«Dicendum tamen est, eo ipso, quod aliquid mutuo datur ad certum terminum, tene-
ri mutuatarium ad damnum emergens, atque ad lucum ex eo mutuanti cesans, quod in termino
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 85
praefixo solutio non fiat: idque esto absque mutuatarii culpa solutio non fiat...», MOLINA, De
iustitia et iure, Disputatio CCCXV, núm. 6.
169
«Ut si quis destinatam habeat certam pecuniae copiam ad negotiandum hoc anno, ex
qua sperat lucrum centum aureorum, et alius mutuo illa ab eo petat solvendam post annum,
utrum mutuans pacisci tune possit, ut mutuatarius, ultra fortem ei reddat, quantum lucrum illud
aestimabitur, dum adhuc est in spe, juxta ea, quae disputatione sequenti dicenda sunt. Simile
exemplum est, si quis pecuniam habet paratam ad emendum annuos reditus, el alius eam petat
mutuo, impedimentoque sit: ne eos emat: ne eos emat, utrum pacisci cum eo possit de lucro
eorum annuorum redituum, quod sibi ob mutuum cessat, quanti aestimabuntur, justa probabi-
litatem, quae est, ut illos inveniat, et justa alias circunstantias concurrentes», MOLINA, De ius-
titia et iure, Disputatio CCCXV, núm. 9; también Disputatio CCCXIV, núm. 4.
86 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
d) El transporte de cosas
170
GARRIGUES, Curso de Derecho mercantil, II 4.a ed., 1962, pp. 263.
171
Es el criterio que utiliza HEVIA y BOLAÑOS en el transporte marítimo: «Los daños cau-
sados por culpa del Maestre de la Nave en las cosas de ella, se han de estimar conforme ellas
valían, o podían valer al tiempo que podían llegar, según un texto, Pedro Santerna y Straca»
(Curia Fhilipica, Madrid 1715, lib. III, cap. XXII, núm. 39, p. 510, col. 2.a).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 87
sólo el valor mercantil de la cosa transportada» 172 . Con ser esto exacto, hemos
de reconocer que ese valor mercantil tomado en cuenta permite indemnizar un
lucro cesante típico: el que se hubiera podido obtener en el lugar de destino,
mediante la reventa de la mercancía. Lucro estrechamente conectado al objeto
transportado y, por tanto, a los criterios que pueden ser tomados en cuenta por el
porteador al establecer el precio del transporte; lucro que, de otro lado, está tam-
bién relacionado con la función que a menudo tiene este contrato: comerciar con
la cosa (cf. art. 349. 1.° CCo).
Más allá del daño (lucro cesante) típico indemnizable, pueden operar todos
los demás criterios que, conforme al art. 1107 I CC, sean aplicables para deter-
minar otros daños indemnizables (lucros cesantes), conectados a la interpretación
del contrato. Por tanto, no se excluye que los contratantes puedan pactar otra cosa
(cf. arts. 350, 9.°, 370 CCo, 1255 CC) o que la responsabilidad del porteador se
extienda en los casos de dolo o culpa lata del mismo 173 .
C. EL INTERÉS DE CONSERVACIÓN
172
GARRIGUES, Curso de Derecho mercantil, II 4.a ed., 1962, pp. 242, 243.
173
GARRIGUES, Curso de Derecho mercantil, II 4.a ed., 1962, p. 244.
174
Por ejemplo, en el caso de la STS 31-10-2007 (responsabilidad extracontractual) los
malos olores de una depuradora producen lucro cesante «por la disminución de estancias turís-
ticas durante los meses de septiembre y octubre de mil novecientos noventa y dos en el com-
plejo turístico».
175
En la STS 14-11-2006 nos sorprende cómo pudo reclamarse por la vía de la respon-
sabilidad extracontractual, indemnización por la.pérdida del beneficio que, conforme al con-
trato celebrado, debería haber procurado la prestación de unos servicios médicos. Por eso se
explica que el TS case la sentencia de instancia, que la había concedido.
176
En Francia, REMY ha cuestionado el propio concepto de responsabilidad contractual
en estos términos: «Este concepto de una "responsabilidad contractual" que tiene una función
88 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
182
Éste es el caso de la STS 29-11-2005 (rec. 671/1999).
183
Vid. Jakson v. Royal Bank of Scotland pie, en: TETTENBORN, «Hadley v. Baxendalle.
Foreseeability a Principie Beyond its Sell-by Date», Journal of Contract Law (2007), pp. 120
a 147.
184
El problema está presente desde el Derecho romano: «Iulianus libro quinto décimo
inter eum, qui sciens quid aut ignorans vendidit, differentiam facit in condemnatione ex emp-
to: ait enim, qui pecus morbosum aut tignum vitiosum vendidit, si quidem ignorans fecit, id
tantum ex empto actione praestaturum, quanto minoris essem empturus, si id ita esse scissem:
si vero sciens reticuit et emptorem decepit, omnia detrimenta, quae ex ea emptione emptor tra-
xerit, praestaturum ei: sive igitur aedes vitio tigni corruerunt, aedium aestimationem, sivepéco-
ra contagione morbosi pecoris perierunt, quod interfuit idónea venisse erit praestandum» (D.
19, 1, 13 pr., Ulpianus libro 32 ad edictum), KASER/KNÜTEL, Rómisches Privatrecht, 17.a ed.
2003, § 41, VI, 4, RN 47, p. 272. La diferencia entre el vendedor que conoce y el que no cono-
ce los defectos de la cosa aparece también en otros textos: POMPONIO D. 19,1,6,4; MARCIANO
D. 18, 1, 45. KASER, Das Romische Privatrecht, I 1971, § 117,1, 2, c), nota 17.
90 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
oración del contrato, «responde» de este daño (quod interfuit idónea venisse erit
praestandum)1*5 en el marco del contrato de compraventa.
El incumplimiento de los deberes precontractuales de información ha tenido
y continúa teniendo tratamiento jurídico precontractual, canalizado a través del
dolo (causal o incidental), el error o la culpa in contrahendo, con efectos tam-
bién diversos. Pero este tratamiento no es el más adecuado, cuando la informa-
ción precontractual se proyecta sobre el objeto o contenido del contrato y gene-
ra problemas de cumplimiento 186 . Lo más razonable en estos casos es atraer a la
responsabilidad contractual tanto la lesión del interés en el cumplimiento como
la del interés de integridad 187 . Por ejemplo, si el vendedor de un cuadro engaña
al comprador sobre la autenticidad del mismo, no sólo comete dolo in contra-
hendo sino que incumple el deber de prestación: entregar el cuadro presupuesto
en el contrato (tenido como auténtico) 188 . O el vendedor que, dolosamente, ocul-
ta al comprador la enfermedad del animal vendido no sólo incumple su deber de
prestación, entregar un animal sano, sino que pone en riesgo el interés de inte-
gridad del comprador conectado a la correcta ejecución del contrato. Por eso res-
ponde, en la vía contractual, de la muerte, por contagio, de los demás animales
del comprador. Y se le aplica el artículo 1107 II 189 .
cho inglés. Esto explica la afirmación de Lord DENNING: «In contract the damage are limited
to what may reasonably be supposed to have been in the contemplation of the parties. In fraud
they are not so limited. The defendant is bound to make reparation for all the actual damage
directly flowing from the fraudulent inducement... It does not lie in the mouth of fraudulent
person to say that they could not reasonably have been foreseen» (cit.: TRIETEL, The Law of
Contract, 2003, p. 362).
190
Del art. 1590 CC podemos extraer algunas pautas en el tratamiento del problema que
nos ocupa. Prevé el caso de que la obra se ejecute con materiales del dueño y puede extender-
se a aquellos otros en los que la obra consiste en reparar o tratar una cosa del comitente. Pre-
supone una situación en la que, como consecuencia de la ejecución de la obra, ciertos bienes
del comitente son puestos en riesgo. Está implícita la obligación del ejecutor de la obra de infor-
mar al comitente sobre el riesgo que corren esos bienes (SALVADOR CODERCH, en: MINISTERIO
DE JUSTICIA, Comentario del Código Civil, 1991, II, Artículo 1590, p. 1188). Si no se cumple
esa obligación, y los materiales o el objeto que debía ser reparado se destruyen, el contratista
no sólo no cobra el precio de la obra, aspecto que regula el art. 1590, sino que tendrá que indem-
nizar el daño que sufra el comitente por la pérdida de los materiales o del objeto que debía ser
reparado. Si, por el contrario, el contratista cumple con el deber de informar y el riesgo es acep-
tado por el comitente, el contratista no tiene que indemnizar los daños que supongan dicha pér-
dida. La puesta en riego está prevista en el contrato.
92 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
191
«... [U]na relación obligatoria nacida de contrato no deja de ser contractual, ni deja
de ser contractual en sentido estricto la responsabilidad originada por su incumplimiento, por
el hecho de que se halle prevista en una norma legal o reglamentaria, aunque se trate —lo que
será, evidentemente, excepcional— de una norma de derecho imperativo». PANTALEÓN, La res-
ponsabilidad civil de los auditores: extensión, limitación, prescripción, 1996, pp. 40, 41. Esta
afirmación, que comparto, es compatible con esta otra idea: si la norma imperativa contiene
previsiones especiales, distintas de las del régimen de la responsabilidad contractual (p. ej., en
cuanto a daños indemnizables o plazos de ejercicio de la reclamación), habremos de tener en
cuenta esas prescripciones. Por ejemplo: aplicación del régimen de responsabilidad por pro-
ductos a una compraventa realizada por el fabricante (arts. 128 ss. Real Decreto Legislativo
1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General para
la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias. La vis atractiva de
la responsabilidad contractual, como recuerda PANTALEÓN, se ha defendido por él mismo, ante-
riormente, en «El sistema de responsabilidad contractual», ADC 1991, pp. 1025-1032, así como
por: CARRASCO PERERA, Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales, XV-1.°, Eder-
sa, 1989, pp. 725,739-741; GARCÍA RUBIO, La responsabilidadprecontractual en Derecho espa-
ñol, 1991, p. 248. Esta misma solución ha sido defendida por DÍEZ-PICAZO, Derecho de daños
(1999), p. 268.
192
Empezaré recordando cuál es la diferencia derivada de aplicar unos u otros criterios.
Si aplicamos el criterio propio de la responsabilidad contractual, hemos de utilizar la limita-
ción establecida en el artículo 1107 I CC. Por el contrario, si aplicamos el criterio propio de la
responsabilidad extracontractual, no podemos aplicar esa regla de limitación del daño (de sumi-
sión de su indemnización a la autonomía de la voluntad).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 93
193
En el momento actual, incluso se utiliza este concepto en la aplicación del § 249 BGB,
aunque este § esté redactado bajo las pautas de la teoría de la diferencia: PALANDT/HEINRICHS,
BGB, 67 ed., Vorbemerkungen § 249, RN 2.
194
El concepto de fin de protección de una ley (norma) lo utiliza el § 823 II BGB para
extender la responsabilidad extracontractual a intereses distintos de los tipificados en el § 823
I BGB, que sólo contempla la protección de intereses correspondientes a derechos absolutos.
En el § 823 II BGB, la imputación del daño se basa en haber sido causado como consecuencia
de la violación de la norma de protección. El sujeto dañado debe hallarse en el círculo perso-
nal de protección de esa norma y el daño causado debe corresponder a los daños contempla-
dos en ella: PALANDT/SPRAU BGB 67 ed., 2008, § 823, RN 58.
195
TRIMARCHI, Causalitá e danno, 1967, p. 45.
94 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
La doctrina del fin de protección del contrato, recuerda Honoré 196 , fue desen-
vuelta en los años veinte y treinta, del siglo pasado, de manera independiente,
por Green 197 , en USA, y por Rabel 198 , en Alemania 199 . Rabel la formula de modo
bastante preciso, refiriéndose al Sinn und Zweck des Vertrags. Es útil detenerse
en la construcción de Rabel.
2. Rabel afirma:
«El contrato indica las obligaciones, señala qué intereses del acreedor han de
ser satisfechos y explica qué consecuencias, de las producidas por el incumpli-
miento sobre el patrimonio del acreedor, debe reparar el deudor. El deudor que
ha lesionado el interés del acreedor, responde frente a él, no, sin más, por todas
las consecuencias imaginables de su conducta contraria al contrato, sino sólo por
las pérdidas que se irroguen a los intereses del acreedor protegidos por medio del
contrato»200.
Rabel sugiere, con acierto, que la idea fundamental que encierra la doctrina
del fin de protección del contrato se puede expresar en clave de atribución de ries-
go, preguntándonos «si el deudor tiene que soportar, conforme a la interpreta-
ción del contrato, el riesgo de ciertos daños» 201 .
En cuanto al método para determinar el fin de protección del contrato en cada
caso concreto, se advierte en Rabel la influencia del criterio de la previsibilidad,
en la formulación del Common Law. Considera que hay que indemnizar los daños
que estuvieran en la contemplación de las partes al tiempo en el que el contrato
fue celebrado 202 . Lo expresa en los siguientes términos:
«[E]l vendedor tiene en cuenta en el cálculo del precio un riesgo ligado (conec-
tado) a su eventual incumplimiento. Con ello, en la medida en que no le resultan
conocidas particulares circunstancias del comprador, él cuenta con el riesgo que
normalmente llevan consigo contratos del mismo tipo al del contrato de que se tra-
te. El comprador puede protegerse contra elriesgode tener que soportar por sí mis-
196
HONORÉ, «Causation and Remoteness of Damage», International Encyclopedia of
Comparative Law, vol. XI, Torts, capítulo 7, pp. 7-97.
197
GREEN, Rationale ofProximate Cause, 1927.
198
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unveran-
derte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 495.
199
Si bien es preciso advertir que este autor nos aporta otros datos en los antecedentes
de esta teoría: RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unve-
randerte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 453, nota 1.
200
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unverán-
derte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 496.
201
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unverán-
derte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 497.
202
«Such damages were in the contemplation of the parties at the time when the con-
tract was made», BOWEN J.L., en Cabb v. Great Western Railway Co. (1893). RABEL, Das Recht
des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unveranderte Neudruck der Ausgabe
von 1936), Berlín 1957, p. 495.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 95
203
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unveran-
derte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 497. De la lectura de este texto se extrae
que para RABEL, sin duda por la influencia del Derecho angloamericano, el conocimiento del
deudor le imputa directamente responsabilidad.
204
MEDICUS, Schuldrecht 1AT, 2006, RN 599, p. 221.
205
«Die Schutzbereichslehre ist ais Spezialfall der teleologischen Auslegung methodisch
abgesichert und daher zweifelsfrei richtig», MEDICUS, Schuldrecht IAT, 2006, RN 600, p. 222.
96 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
do para determinar qué daños deben ser indemnizados y cuáles no; o, si se pre-
fiere, expresándolo en nuestra terminología, cómo se puede concretar, conforme
a los diferentes métodos que encontramos en la Historia o en el Derecho compa-
rado, el fin de protección del contrato. Este estudio resulta de gran utilidad para
abrirnos las posibilidades de interpretación del art. 1107 I. Es el estudio que rea-
lizo a continuación.
206
Se han ocupado de los antecedentes históricos del art. 1107 CC: PANTALEÓN, «El sis-
tema de responsabilidad contractual (materiales para un debate)», ADC 44-4, 1991, pp. 1073
ss.; CARRASCO, en Comentarios al Código civil y compilaciones forales, Revista de Derecho-
Privado, XV, 1,1989, artículo 1107,1; LEÓN GONZÁLEZ, «Acotaciones históricas al artículo 1107
del Código civil», en Estudios jurídicos in memoriam del profesor Alfredo Calonge, II 2002,
pp. 579 ss.; LEÓN GONZÁLEZ, «De nuevo sobre el artículo 1107 del Código civil: Los daños pre-
vistos o previsibles», en Estudios de derecho de obligaciones, en homenaje al profesor Maria-
no Alonso Pérez, coordinador Eugenio Llamas Pombo, 2006, pp. 133 ss.; MONTES PENADÉS,
«Sobre la responsabilidad del deudor de buena fe en el art. 1107 CC», en Estudios de Derecho
mercantil en homenaje al profesor Manuel Broseta Pont, vol. 2, 1995, pp. 2428 ss.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 97
1. Derecho romano
a) Aspectos generales
207
Una completa referencia y estudio de los mismos puede encontrarse en: BELOW, Die
Haftung für lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964.
208
Información en: BELOW, Die Haftung für lucrum cessans im rómischen Recht, Mün-
chen 1964, pp. 1 ss.; LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der Mittelalterlichen Rechts-
theorie, 1955, p. 34.
209
Todos ellos en BELOW, Die Haftung für lucrum cessans im rómischen Recht, Mün-
chen 1964.
210
El Derecho común, precisamente, más allá de las particularidades del tipo de acción,
construirá una doctrina generalizable. LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der Mittelal-
terlichen Rechtstheorie, 1955, p. 35.
98 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
211
Como ejemplo, los autores nos remiten a PAULO y TRIFONINO, D. 19, 2, 7 y 8, frag-
mento según el cual «el arrendatario a quien no se entrega la cosa arrendada puede exigir como
resarcimiento lo que hubiera él debido pagar a su subarrendatario», JÓRS/KUNKEL, Derecho Pri-
vado Romano, 1937, p. 245, nota 6.
212
JÓRS/KUNKEL, Derecho Privado Romano, 1937, p. 245.
213
BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 127.
214
«Imperator Justinianus. Cum pro eo quod interest dubitationes antiquae in infinitum
productae sunt, melius nobis visum est huiusmodi prolixitatem prout possibile est in angustum
coartare.— 1. Sancimus itaque in ómnibus casibus, qui certam habent quantitatem vel naturam,
veluti in venditionibus et locationibus et ómnibus contractibus, quod hoc interest dupli quan-
titatem minime excederé: in alus autem casibus, qui incerti esse videntur, iudices, qui causas
dirimendas suscipiunt, per suam subtilitatem requirere, ut, quod re vera inducitur damnum, hoc
reddatur et non ex quibusdam machinationibus et immodicis perversionibus in circuitus inex-
tricabiles redigatur, ne, dum in infinitum computatio reducitur, pro sua impossibilitate cadat,
cum scimus esse naturae congruum eas tantummodo poenas exigi, quae cum competenti mode-
ratione proferuntur vel a legibus certo fine conclusae statuuntur.— 2. Et hoc non solum in dam-
no, sed etiam in lucro nostra amplectitur constitutio, quia et ex eo veteres quod interest statue-
runt: et sit ómnibus, secundum quod dictum est, finis antiquae prolixitatis huius constitutionis
recitatio».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 99
Como podemos ver, esta decisión del Emperador se enfrenta con el espino-
so problema, presente hasta nuestros días, de delimitar el daño indemnizable en
el incumplimiento de un contrato. Lo resuelve con una simplificación absoluta,
que ha merecido severas críticas. Tratando de explicar esta regla de Justiniano,
se ha advertido que con ella el Emperador pretende limitar una sanción, pues en
la indemnización subyace la idea de sanción 216 . También se ha intentado desta-
car cómo el Emperador, habiendo tenido en su mano cambiar el sistema de
indemnización romano de períodos precedentes, no lleva su propósito hasta el
final; sino que, por el contrario, respeta los fragmentos del Digesto que mantie-
nen un criterio diferente al de su Constitución 217 . El valor atribuible a estos frag-
mentos del Digesto, frente a la contundencia de la Constitución de Justiniano, va
a plantear posteriormente interrogantes difíciles de resolver 218 .
Creo que puede bastar el esbozo anterior para advertir de la complejidad del
problema que me ocupa en el Derecho romano.
A continuación voy a centrar mi atención exclusivamente en aquellos textos
del Corpus Iuris que contemplan un problema de indemnización de un lucro
cesante, conectado a lo que en el derecho actual puede considerarse un incum-
plimiento de un contrato.
215
En los demás casos, de naturaleza incierta, le corresponde al juez determinar el daño
que, en realidad, se ha producido. La Constitución de JUSTINIANO pretende, aun en estos casos,
poner límite al daño indemnizable.
216
BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 129.
217
Así RATTI, cita en BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, Mün-
chen 1964, p.130.
218
En relación con la Glosa, LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der Mittelalter-
lichen Rechtstheorie, 1955, p. 36.
100 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1) El contrato de compraventa
219
D 21.2.8, Iulianus libro 15 Digestorum, «Venditor hominis emptori praestare debet,
quanti eius interest hominem venditoris fuisse. Quare sive partus ancillae sive hereditas, quam
servus iussu emptoris adierit, evicta fuerit, agi ex empto potest: et sicut obligatus est venditor,
ut praestet licere habere hominem quem vendidit, ita ea quoque quae per eum adquirí potue-
runt praestare debet emptori, ut habeat».
220
BELOW, Die Haftungfur lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 86.
Según este autor, la idea que representa D 21,8,2 está totalmente de acuerdo con la doctrina
clásica del lucro cesante (p. 87).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 101
221
BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 88.
222
19.1.31, Neratius libro tertio membranarum: pr. «Si ea res, quam ex empto praestare
debebam, vi mihi adempta fuerit: quamvis eam custodire debuerim, tamen propius est, ut nihil
amplius quam actiones persequendae eius praestari a me emptori oporteat, quia custodia adver-
sus vim parum proficit. Actiones autem eas non solum arbitrio, sed etiam periculo tuo tibi praes-
tare debebo, ut omne lucrum ac dispendium te sequatur».
223
«1. Et non solum quod ipse per eum adquisii praestare debeo, sed et id, quod emptor
iam tune sibi tradito servo adquisiturus fuisset».
224
19.1.23 Iulianus libro 13 Digestorum: «Si quis servum, quem cum peculio vendide-
rat, manumiserit, non solum peculii nomine, quod servus habuit tempore quo manumittebatur,
sed et eorum, quae postea adquirit, tenetur et praeterea cavere debet, quidquid ex hereditate
liberti ad eum pervenerit, restitutu iri. Marcellus notat: illa praestare venditor ex empto debet,
quae haberet emptor, si homo manumissus non esset: non continebuntur igitur, quae, si manu-
missus non fuit, adquisiturus non esset».
102 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
En el pasaje final de este texto del Digesto se recoge una opinión de Marce-
lo que contiene una generalización. Según ella, el vendedor está obligado ex emp-
to por lo que obtendría el comprador si el esclavo no hubiera sido manumitido
(illa praestare venditor ex empto debet, quae haberet emptor, si homo manumis-
sus non esset: non continebuntur igitur, quae, si manumissus nonfuit, adquisitu-
rus non esset). La manumisión es el acto del deudor que provoca el incumpli-
miento.
6. Como podemos ver, en los casos anteriores el lucro cesante indemniza-
ble es el relacionado con los provechos ciertos, que el comprador hubiera podi-
do obtener directamente de haberse hecho propietario del objeto comprado.
b) El lucro de la negociación
225
Una cuestión distinta es la que podemos encontrar en D. 19,1,12 Celsus 27 dig. Con-
templa un caso de «emptio spei» en el que el vendedor incumple, pues no echa la red, y el com-
prador pierde la oportunidad de obtener el fruto de la pesca. El lucro cesante se refiere, en rea-
lidad, a la prestación del vendedor. El texto indica que se ha de estimar algo incierto. No indica
cómo se ha de estimar. Lo que se estima es el objeto de la prestación. BELOW, Die Haftungfür
lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 104.
226
«3. Cum per venditorem steterit, quo minus rem tradat, omnis utilitas emptoris in aes-
timationem venit, quae modo circa ipsam rem consistit: ñeque enim si potuit ex vino puta nego-
tiari et lucrum faceré, id aestimandum est, non magis quam si triticum emerit et ob eam rem,
quod non sit traditum, familia eius fame laboraverit: nam pretium tritici, non servorum fame
necatorum consequitur. Nec maior fit obligatio, quod tardius agitur, quamvis crescat, si vinum
hodie pluris sit, mérito, quia sive datum esset, haberem emptor, sive non, quoniam saltem hodie
dandum est quod iam olim dari oportuit».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 103
En esa regla se utiliza la categoría de daño circa ipsam rem, como criterio de
delimitación del daño indemnizable en caso de incumplimiento del contrato. A
partir de ella se construirá, posteriormente, la distinción entre daño inmediato y
daño mediato 227 .
2. Si el caso al que me acabo de referir se refiere a la ganancia que ha deja-
do de obtener el comprador negociando con la cosa, otro texto del Digesto, D.
18,6,20 Hermogen. 2 iuris epit.22S, contempla la ganancia que ha dejado de obte-
ner el vendedor por la mora del comprador en el cumplimiento de la obligación
de pagar el precio. En este caso el comprador está obligado a pagar intereses, el
daño típico, pero no el lucro cesante concreto del vendedor, por no haber podi-
do negociar con el dinero.
227
BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 98.
228
D. 18.6.20 Hermogenianus libro secundo iuris epitomarum: «Venditori si emptor in
pretio solvendo moram fecerit, usuras dumtaxat praestabit, non omne omnino, quod venditor
mora non facta consequi potuit, veluti si negotiator fuit et pretio soluto ex mercibus plus quam
ex usuris quaerere potuit».
229
«De sumptibus vero, quos in erudiendum hominem emptor fecit, videndum est: nam
empti iudicium ad eam quoque speciem sufficere existimo: non enim pretium continet tantum,
sed omne quod interest emptoris servum non evinci. Plañe si in tantum pretium excedisse pro-
104 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
2) El contrato de arrendamiento
ponas, ut non sit cogitatum a venditore de tanta summa (veluti si ponas agitatorem postea fac-
tum vel pantomimum evictum esse eum, qui minimo veniit pretio), iniquum videtur in mag-
nam quantitatem obligari venditorem».
230
Doctrina en la que subyace también la idea escolástica, «nihil volitum nisi praecog-
nitum».
231
RABEL, Das Recht des Warenkaufs. Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unverán-
derter Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 485.
232
D. 19,2,24,4 Pul. ad ed.: «Colonus, si ei frui non liceat, totius quinquennii nomine
statim recte aget, etsi reliquis annis dominus fundi frui patiatur: nec enim semper liberabitur
dominus eo quod secundo vel tertio anno patietur fundo frui. Nam et qui expulsus a conduc-
tione in aliam se coloniam contulit, non suffecturus duabus ñeque ipse pensionum nomine obli-
gatus erit et quantum per singulos annos compendii facturus erat, consequetur: sera est enim
patientia fruendi, quae offertur eo tempore, quo frui colonus alus rebus illigatus non potest.
Quod si paucis diebus prohibuit, deinde paenitentiam agit omniaque colono in integro sunt, nihil
ex obligatione paucorum dierum mora minuet. ítem utiliter ex conducto agit is, cui secundum
conventionem non praestantur quae convenerant, si ve prohibeatur frui a domino vel ab extra-
neo quem dominus prohibere potest».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 105
3) El mandato
233
«Nam et si colonus tuus fundo frui a te aut ab eo prohibetur, quem tu prohibere ne id
faciat possis, tantum ei praestabis, quanti eius interfuerit frui, in quo etiam lucrum eius conti-
nebitur».
234
«4. Iulianus scripsit mandati obligationem consistere etiam in rem eius qui manda-
tum suscipit ex eo máxime probad, quod, si pluribus heredibus vendentibus uni mandavero, ut
rem hereditariam emeret, etiam pro ea parte, qua heres sit, obligatur mandati actione et obli-
gat: et sane si ille propter hoc extraneo rem non addixerit, quod mandatum susceperat, ex bona
fide esse praestare ei pretium, quanti venderé poterat: et contra si emptor ad emptionem rei sibi
necessariae idcirco non accesserat, quod heredi praecepisset se ei empturum, aequissimum esse
mandati iudicio praestare quanti eius interfuit emptam rem habere».
235
BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, pp.
115,116.
106 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
4) Otros casos
236
De «sorprendente» califica BELOW la decisión de este caso, Die Haftungfür lucrum
cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 116.
237
BELOW, Die Haftungfür lucrum cessans im rómischen Recht, München 1964, p. 118.
238
En el ámbito de la responsabilidad extracontractual en D. 9,3,7 Dig. 9.3.7 Gaius 6 ad
ed. provine, la indemnización comprende el importe del trabajo que no podrá realizar el daña-
do, al haber quedado inútil (praeterea operarum, quibus caruit aut cariturus est ob id, quod
inutilis factus est).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 107
2. Glosadores y Comentaristas
239
«Si commissa est stipulatio ratam rem dominum habiturum, in tantum competit, in
quantum mea interfuit, id est quantum mihi abest quantumque lucrari potui».
240
Algunas particularidades en LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der Mittel-
alterlichen Rechtstheorie, 1955, pp. 35 ss.
241
LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der Mittelalterlichen Rechtstheorie, 1955,
pp. 35,36.
242
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253,
255, Rn. 12, nota 52. En «Lo Codi» (1150), con referencia a la compraventa, podemos encon-
trar la idea de lucro cesante: interesse est proficuum quod haberet, si res esset traditae (citado
por JANSEN).
243
Paulus D. 19,1,21,3.
108 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
extra rem abarca otros daños que traspasan el interés en la cosa. Esta distin-
ción, aplicada al ámbito de la responsabilidad contractual —señala Jansen—
tiene una función limitadora del daño indemnizable, semejante a la que más tar-
de cumplirá la idea de previsibilidad del daño 244 . Pothier, al construir su doc-
trina sobre la previsibilidad, trata de ofrecer un nuevo significado del daño in
re ipsa (propter ipsam rem non habitam), acorde con el principio de autono-
mía de la voluntad.
El método utilizado para establecer el valor de la cosa o estimar el interés
indemnizable conduce a otra distinción medieval, entre interésse conventum (que
resulta del precio acordado), interesse commune (que corresponde al precio del
mercado) e interesse singulare (equiparable al valor de afección). Esta distinción
probablemente proviene de Placentino y está relacionada con algunos textos del
Digesto 245 .
Los Comentaristas y la doctrina posterior siguen utilizando la bipartición de
la Glosa entre damnum emergens y lucrum cessans. Y se plantean la cuestión de
si la Constitución de Justiniano (C. 7, 47) introdujo un cambio, con respecto al
derecho anterior, consistente en que el lucro cesante sea siempre indemnizable 246 .
Bartolo, expresando la communis opinio, contesta que esa Constitución no intro-
duce una solución unitaria sobre indemnización del lucro cesante, sino que la
solución depende de cada pasaje 247 .
Con objeto de sistematizar los diferentes pasajes de las fuentes y sus solu-
ciones, los Comentaristas utilizan numerosas subdistinciones. Bartolo, tomando
como base la distinción entre causa próxima y remota, distingue entre lucrum
contingens circa ipsam rem y ex ipsa re. El primero se refiere al aumento de valor
de un objeto corporal que no ha sido transformado. Este lucro lo considera indem-
nizable, tanto iure hodierno como antiguo. El segundo (lucrum ex re) puede ser
de dos tipos. Puede ser un lucro unido a la cosa (p. ej., herencia del esclavo). En
este caso lo considera indemnizable conforme al antiguo y al nuevo derecho. O
un lucro que no obtiene cualquier poseedor de la cosa. En este caso, su indem-
nización tiene restricciones. Se reconoce sin restricciones si el lucro es conse-
cuencia de la actuación de la naturaleza más que de la industria del poseedor
(naturaplus operatur quam hominis industria). Si, por el contrario, el factor pre-
ponderante en su producción ha sido la industria del sujeto, considera que no se
244
Así lo destaca JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB,
§§249-253, 255, RN 13.
245
Paulus D. 19,1,1 pr; D. 9,2,33; D. 35, 2, 36, según JANSEN, en: ZIMMERMANN, His-
torisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253, 255, Rn. 12, nota 66.
246
Hasta el límite del duplo.
247
LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der Mittelalterlichen Rechtstheorie, 1955,
p.40.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 109
3. La doctrina iusnaturalista
248
LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der mittelalterlichen Rechistheorie, 1955,
p.41.
249
LANGE , Schadensersatz und Privatstrafe in der mittelalterlichen Rechistheorie, 1955,
p.42.
250
LANGE, Schadensersatz und Privatstrafe in der mittelalterlichen Rechistheorie, 1955,
p.42.
251
LANGE , Schadensersatz und Privatstrafe in der mittelalterlichen Rechistheorie, 1955,
p.42.
252
Cfr. MOLINA, De Iustitia et Iure, disp. 724. Vid. JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-
kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253, 255, RN 17, nota 9 3 .
110 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
253
Vid. JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-
253, 255, RN 16, 17.
254
Y a continuación añade: «..., quod sit reddendo ille idem numero, in quo fuit defrau-
datus ac laesus» (MOLINA, De lustitia et Iure, disp. 715, nr. 1). La consecuencia es ésta: «.. .qui
causa est inuista damni... teneatur ea omnia restituere, quorum ita est causa inuista» (MOLINA,
De lustitia et Iure, disp. 726, nr. 1). Vid. JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kom-
mentar zum BGB, §§ 249-253, 255, RN 18, nota 101.
255
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253,
255,RN18,notal01.
256
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253,
255, RN 18, nota 103.
257
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253,
255, RN 18, nota 111.
258
«Qui vero de actu tenetur, simul tenetur de his quae illum ex actus vi sunt consecu-
ta», GROCIO, De iure belli acpacis, París 1625, lib. 2, cap. 17, núm. 12. GROCIO, en otro lugar,
admite la indemnización integral en caso de evicción: «In case of eviction by legal process, the
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 111
buyer has his choice whether he will demand back the valué of the ting, as it was at the date of
sale, or his whole interest in not being evicted», GROCIO, The jurisprudence of Holland. The
test translated with brief notes and a commentary by Robert Warden Lee, vol. I. Texto, traduc-
ción y notas reimpreso en 2.a ed. Oxford 1953, 1977 Scientia Aalen, 3, 15,4.
259
«Fur et raptor tenentur rem subtractam reddere cum suo incremento naturali, et cum
sequente damno aut cessante lucro...», GROCIO, De iure belli ac pacis, París 1625, lib. 2, cap.
17,núm. 16.
260
«Sed et spes lucri ex nostro aestimabitur, non ut illud ipsum, sed secundmum propin-
quitatem ad actum, ut in sementé spes messis», GROCIO, De iure belli ac pacis, París 1625, lib.
2, cap. 17,núm. 5.
261
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253,
255, RN 21, nota 130.
262
«Damnum a demendo dictum est ... cum quis minus habet suo, sive illud suum ipsi
competit ex mera natura, sive accedente facto humano, puta dominio, aut pacto, sive ex lege».
GROCIO, De iure belli ac pacis, París 1625, lib. 2, cap. 17, núm. 2. Vid. JANSEN, en: ZIMMER-
MANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253, 255, RN 21, nota 135.
263
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historisch-kritischer Kommentar zum BGB, §§ 249-253,
255.RN22.
264
En el caso en que la indemnización se refiera a los frutos que se han dejado de per-
cibir, hay que descontar los gastos que requeriría su obtención. Así: «bien entendue toujours,
que pour ne pas s'enrichir aux dépends d'autrui, on fasse auparavant une déduction exacte de
frais qui on été nécessaires pour la recolte», PUFENDORF, Droit de la Nature, Basilea 1732, lib.
III, cap. I, §3,p.299.
112 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
4. La doctrina de Pothier
265
La influencia de POTHIER y del Derecho francés se constata en THEODORE SEDGWICK,
A Treatise on the Measure of Damages, Or, an Inquiry into the Principies wich Govern the
Amount of Pecuniary Compensation Awarded by the Courts of Justice. 3. a ed., Nueva York
1858, pp. 56 ss. Esta obra, en una edición anterior a la que he consultado, es mencionada en la
fundamentación del famoso caso Hadley & Anor v. Baxendale & Ors [1854] EWHC, Exch J70
(1854) 9 Ex Ch 341; 156 ER 145.
266
Cfr. PANTALEÓN: «El sistema de responsabilidad contractual: Materiales para un deba-
te», ADC 1991, pp. 1019 ss.; GÓMEZ POMAR, Previsión de daños, incumplimiento e indemniza-
ción, 2002.
267
MOLINEO desarrolla su doctrina sobre el daño indemnizable en caso de incumplimien-
to de un contrato al explicar el significado de las dos reglas de la Constitución de JUSTINIANO,
contenida en C. 7,47,1. El criterio de delimitación del daño indemnizable está en la voluntad
del sujeto que se obliga. La previsibilidad del daño en el momento de contratar es presupues-
to necesario de existencia de la voluntad de asumir o aceptar la indemnización del mismo.
Cuando el interés dañable (indemnizable) está determinado en el contrato, en su cuantía y natu-
raleza, la indemnización no debe traspasar el límite de ese interés. Cuando el interés no está
así determinado (interés extrínseco), la indemnización no debe exceder los límites verosímiles
al tiempo de contratar: lo tácitamente asumido. Así sucede, por ejemplo, en el caso de pérdida
del vino echado en una vasija que, conforme al contrato, no es apta para ese uso («Tractatus de
eo quod interest», en: Omnia quae extant opera, tomo II, París 1681, n. 60, p. 443).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 113
268
ROBERT JOSEPH POTHIER (1699-1772), Oeuvres de Pothier, nueva edición, publicada
por M. Siffrein..., París 1821-1824, tomos I y II, Traite des obligations (1821).
269 POTHIER, Traite des obligations, núm. 159.
114 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
riesgo está delimitado a través del destino de la cosa previsto en el contrato 274 .
Y nos propone un ejemplo.
Si un carpintero ha vendido unas vigas para apuntalar un determinado edifi-
cio y el comprador las utiliza para apuntalar un edificio mayor, siendo insuficien-
tes para éste, el carpintero no responde del daño que el mal estado de las vigas
provoque en este edificio, con tal que las vigas fueran adecuadas para apuntalar
el edificio pequeño, tomado en consideración en el contrato. Sólo indemnizará
los daños resultantes de la ruina del edificio mayor, hasta la concurrencia con el
valor del edificio pequeño, pues el carpintero sólo ha entendido asumir el riesgo
correspondiente a este edificio 275 .
274
Si el edificio se derrumba por defecto de las vigas compradas, que están podridas, la
responsabilidad del vendedor no profesional, de buena fe (ignora el defecto), se limita a la
reducción del precio. Pero si el vendedor es un profesional, por ejemplo un carpintero, respon-
de del daño sufrido por el comprador, pues su ignorancia no es excusable. POTHIER entiende
que, al venderme las vigas «en su condición de carpintero, se considera que se ha hecho res-
ponsable de que las mismas serían adecuadas [para sostener mi edificio] y se ha hecho cargo
del riesgo de mi edificio, si no lo eran». POTHIER, Traite des obligations, núm. 163. Sobre esta
materia, MORALES MORENO, «El dolo como criterio de imputación de responsabilidad al ven-
dedor por los defectos de la cosa», ADC 1982, pp. 660 ss.
275 POTHIER, Traite des obligations, núm. 163.
276 POTHIER, Traite des obligations, núm. 162.
277
POTHIER, Traite des obligations, núm. 162.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 117
imputables al deudor incumplidor, alcanzan, por una serie de circunstancias posteriores, con-
currentes, una cuantía elevada, imprevisible para el deudor en el momento de celebrar el con-
trato. Y es en estos casos en los que POTHIER justifica la limitación de la indemnización, por
razón de la imprevisibilidad del daño. Esto supone que modera la cuantía de los daños indem-
nizables con instrumentos propios de la autonomía de la voluntad. Un daño no previsible al
contratar no está asumido por la voluntad del obligado. Para constatar el funcionamiento de
esta regla conviene recordar los ejemplos de aplicación de la misma que POTHIER nos propone,
cosa que hacemos en el texto.
281 POTHIER , Tra ité des obligations, núm. 163.
282 POTHIER, Traite des obligations, núm. 163.
283 POTHIER, Traite des obligations, núm. 165.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 119
284 POTHIER, Traite des obligations, núm. 164. POTHIER articula en este caso un sistema
de moderación judicial de la cuantía de los daños, cuando éstos resultan excesivos. Atiende al
mismo problema al que intentó dar solución Justiniano en la ley 7 del Codex; pero por una vía
menos automática, más adaptada a la autonomía de la voluntad. Para ello utiliza la idea de
imprevisibilidad. Hay daños que, siendo por su causa imputables al deudor incumplidor, alcan-
zan, por una serie de circunstancias posteriores, concurrentes, una cuantía tan elevada, que era
imprevisible para el deudor en el momento de celebrar el contrato. En estos casos POTHIER
encuentra justificada una reducción de la cuantía de la indemnización, por ser imprevisible la
cuantía del daño. Un daño de cuantía no previsible al contratar no está asumido por la autono-
mía de la voluntad.
285 POTHIER, Traite des obligations, núm. 164.
286 POTHIER, Traite des obligations, núm. 164.
120 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1. Según Pothier, cuando los daños provienen del dolo del deudor no se
aplica la regla general que acabo de exponer, sino el principio de indemnización
de todos los daños. En este caso, no es la autonomía de la voluntad (contrato),
sino la ley, la que ordena la imputación objetiva del daño: «El que comete dolo
se obliga velit, nolit a la reparación de todo el daño (tort) que este dolo causa-
rá» 288 . Ésta es una idea que Pothier toma de Molineo 289 .
2. El daño que considera Pothier en caso de dolo del deudor (así lo pone
de manifiesto el ejemplo que utiliza) es un daño que se refiere al que antes he
denominado el interés de conservación del acreedor. Conviene tenerlo en cuen-
ta, pues nos puede ayudar a entender mejor el art. 1107 II CC.
3. Pothier, aunque, existiendo dolo del deudor, parte de la regla de indem-
nización integral del daño, va a intentar limitar el alcance de esta regla, para evi-
tar que la cadena de los daños indemnizables resulte ilimitada. Para ello utiliza
el criterio de la proximidad de la causa y cuestiona la indemnización de las con-
secuencias dañosas más alejadas de la acción dolosa y más indirectas (plus éloig-
né et plus indirecte du dol)290.
Como es habitual en él, propone un ejemplo. Un vendedor vende una vaca
afectada de una enfermedad contagiosa (pecus morbosus), con conocimiento de
ello y sin hacérselo saber al comprador (dolo). Como consecuencia se producen
los siguientes daños: 1) El daño en la propia vaca vendida, objeto de su obliga-
ción. 2) La muerte, por contagio, de los otros animales del comprador; entre los
que se encuentran los bueyes con los que labra sus campos. 3) El lucro cesante
por no haber podido cultivar sus tierras, al haber muerto los bueyes. 4) El embar-
go y venta a precio vil de los bienes del comprador, por sus acreedores, como
consecuencia de no haber podido pagar sus deudas, al no haber obtenido el pro-
vecho de sus tierras 291 .
Para Pothier no hay duda de que el vendedor está obligado a indemnizar los
daños de los apartados 1) y 2), «pues es el dolo de este marchante el que me ha
causado todo este daño» 292 . En cambio, se cuestiona la indemnización de los
daños incluidos en los apartados 3) y 4). Descarta los comprendidos en el apar-
tado 4) y muestra serias dudas con respecto a los del apartado 3). Al final, en
cuanto a éstos, adopta una solución matizada en la que toma en consideración
argumentos que hoy podríamos encuadrar en el «deber de mitigar el daño», pero
que él conecta con la causalidad.
4. En los apartados dudosos utiliza argumentos basados en la relación de
causalidad: la proximidad o lejanía del efecto (el daño considerado) en relación
con el dolo del vendedor.
a) El marchante vendedor no está obligado a indemnizar los daños que el
comprador ha sufrido como consecuencia del embargo y la pérdida de sus bie-
nes, pues no sólo se trata de una consecuencia alejada del dolo sino que, además,
no es una consecuencia necesaria293: puede tener otras causas. Es una consecuen-
cia lejana y muy indirecta. En este modo de tratar esta cuestión coincide con
Molineo 294 .
b) La falta de cultivo de las tierras puede ser considerada, en principio, una
consecuencia del dolo (venta de la vaca infectada) «menos lejana» que el embar-
go y venta de los bienes; esto podría justificar su indemnización. Pothier, sin
embargo, cree que el vendedor no debe responder de este daño: porque no se tra-
ta de una «consecuencia absolutamente necesaria de la pérdida de los animales»
y es, además, un daño que el comprador hubiera podido evitar 295 . Aquí aparece
la idea de la mitigación del daño.
5. Pothier utiliza como argumento el deber de mitigar el daño. Cree que el
acreedor pudo evitar ese daño, comprando o arrendando otros animales, o dan-
do en arrendamiento sus tierras. Si no lo hizo, su omisión es la causa próxima
del daño. El dolo del vendedor (que provoca directamente la muerte de los bue-
291
POTHIER , Traite des obligations, núms. 166, 167.
292 POTHIER, Traite des obligations, núm. 166.
293
Sobre el origen de esta expresión, en DOMAT, LEÓN GONZÁLEZ, «De nuevo sobre el
artículo 1107 del Código civil: Los daños previstos o previsibles», en: Estudios de derecho de
obligaciones en homenaje al profesor Mariano Alonso Pérez, coordinador Eugenio Llamas
Pombo, 2006, p. 133.
294 POTHIER, Traite des obligations, núm. 167.
295 POTHIER, Traite des obligations, núm. 167.
122 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
«El deudor no está obligado [a indemnizar] más que los daños e intereses que
han sido previstos o que se han podido prever en el momento del contrato, cuan-
do no es por su dolo por lo que la obligación no se ha cumplido» 298 .
298
La jurisprudencia francesa tiene establecido que la previsión y previsibilidad se refie-
re a «los elementos constitutivos del daño, y no al equivalente pecuniario destinado a reparar-
lo» (previsibilidad del daño y no de su evaluación) AUBERT/SAVAUX, en FLOUR et al., Obliga-
tions 3.4 174.
299
Art. 1151 CCfr: «Dans le cas méme ou l'inexécution de la convention resulte du dol
du débiteur, les dommages et intéréts ne doivent comprendre á l'égard de la perte éprouvée
par le créancier et du gain dont il a été privé, que ce qui est une suite immédiate et directe de
l'inexécution de la convention».
300
«Les dommages et intéréts dus au créancier sont, en general, de la perte qu'il a faite
et du gain dont il a été privé».
301
TERRÉ/SIMLER/LEQUETTE, Droit civil, Les obligations, 2005, núm. 564.
124 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
las excepciones de los artículos 1150 y 1151 CCfr (saufles exceptions et modi-
fications ci-aprés)302. El supuesto de estas excepciones comprende todos los
casos posibles de incumplimiento. Además, tanto el artículo 1150 CCfr303 como
el 1151 CCfr304 formulan las excepciones en términos que parecen propios de la
regla.
Todo esto hace pensar que el artículo 1149 CCfr, más que consagrar el prin-
cipio de indemnización integral del daño que no tiene campo de aplicación, orde-
na el reparto de la carga de la prueba. El acreedor prueba todos los daños que se
le han seguido del incumplimiento, incluidos en el art. 1149 CCfr, y el deudor se
exonera conforme a los artículos 1150 y 1151 CCfr.
302
FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Droit Civil, Les obligations, 3. Le rapport d'obliga-
tion, 2004, núm. 231.
303
«... le debitew n'est tenu que...».
304
«... les dommages et intéréts ne doivent comprendre... que...».
305
ISABELLE SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, Défense et illustration
de Varticle 1150 du Code Civile, Tesis de doctorado, 1979, 2 vols.
306
Vid. SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 2.
307
MAZEAUD, H.L. / MAZEAUD, J. / CHABAS, F„ Traite de la responsabilité civile, 6.a ed.,
núm. 2391.
308
Sobre ello, FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Droit Civil, Les obligations, 3. Le rap-
port d'obligation, 3.a ed., 2004, núm. 174.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 125
309
Como recuerda SOULEAU, la teoría de la causalidad moral justifica e incluso impone
que no sean reparados los daños imprevisibles, extracontractuales o contractuales. La exclu-
sión se asienta en un doble postulado: que la imprevisibilidad del daño implica necesariamen-
te ausencia de culpabilidad del autor, en cuanto a este daño, y que no puede haber causalidad
jurídica si no está fundada en una culpabilidad moral. Esta autora incluye en esta dirección a
los siguientes autores: ESMEIN, «Trois problémes de responsabilité civile», en RTDC, 1934, pp.
320 ss.; PLANIOL/RIPERT, T. VI 2.a ed., editada por SMEIN, n.° 541 ss; ESMEIN, note au JCP, 1959.11
11026; SAVATIER, Traite de responsabilité civile en droit frangais, tomo II, 2.a ed., n. 470 ss.;
HEBRAUD, Notes au S. 19422.41 y 1946.1.57. También, aunque con matices, a CARBONNIER.
Información en SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 225.
310
Teoría importada al Derecho francés del Derecho alemán. Sobre su penetración en
Derecho francés vid. SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, pp. 269 ss.
311
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 8.
312
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, pp. 2, 3.
313
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, pp. 399, 400.
314
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 401.
126 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
315
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, pp. 399, 400.
316
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 403.
317
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 405.
318
LARROUMET, Obligations III, 2003, núm. 657.
319
FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Droit Civil, Les obligations, 3. Le rapport d'obliga-
tion, 3.a ed., 2004, núm. 218.
320
TERRÉ/SIMLER/LEQUETTE, Droit civil, Les obligations, 2005, núm. 563.
321
SOULEAU, La prévisibilité du dommage contractuel, p. 8.
322
FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Droit Civil, Les obligations, 3. Le rapport d'obliga-
tion, 3.a ed. 2004, núm. 218.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 127
gios, porque el deudor discute más la valoración de los daños que se le imputan,
que la imputación de los mismos 323 .
5. Otra importante cuestión es la referente al objeto o contenido de la pre-
visibilidad. En la doctrina francesa se han diferenciado tres aspectos: la causa del
daño (cause), la magnitud o importancia del mismo (quotité) y su valoración
monetaria (évaluation)324. Un ejemplo, extraído de la jurisprudencia francesa,
puede servirnos para entender esta distinción. Pensemos en la pérdida de una
maleta transportada, que contiene una colección de joyas, sin conocimiento del
transportista. Es previsible que esa pérdida (acto de incumplimiento del transpor-
tista) causará daños a bienes del patrimonio del acreedor: la maleta y los objetos
contenidos en ella. El problema de la previsibilidad se plantea, en cambio, en
cuanto a la magnitud de ese daño. Si no es previsible para el transportista que el
cargador vaya a perder las joyas contenidas en la maleta, porque ignora su exis-
tencia, la indemnización por la pérdida de éstas no queda cubierta por la respon-
sabilidad contractual, sino sólo el contenido normal de una maleta. Si es previ-
sible para el transportista que el contenido de la maleta son joyas, nos situamos
ante un problema distinto: el del valor de éstas. En el momento actual se admite
que la previsibilidad se refiere a la causa y a la magnitud del daño, pero no a la
valoración 325 .
323
LARROUMET, Droit Civil, Les Obligations, Le Contrat, tomo III, 5.a ed., 2003, núm.
657.
324
Estos tres aspectos aparecen separados en FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Droit
Civil, Les obligations, 3. Le rapport d'obligation, 3.a ed., 2004, núm. 218.
325
FLOUR/AUBERT/FLOUR/SAUVEUX, Droit Civil, Les obligations, 3. Le rapport d'obliga-
tion, 3.a ed., 2004, núm. 218; TERRÉ/SIMLER/LEQUETTE, Droit civil, Les obligations, 2005, núm.
564.
326
Así lo destaca la doctrina, en general. Vid., entre otros, CARBONNIER, Droit civil, 4.
Les Obligations, 1992, pp. 299, 300.
327
PLANIOL, Traite Élémantaire II9, núm. 249. LARROUMET, Les obligations III5, núm.
660.
128 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
328
CARBONNIER, Droit civil, 4. Les Obligations, 1992, p. 395.
329
PLANIOL, Traite Élémantaire II9, núm. 249; LARROUMET, Les obligations III5, núm.
660, p. 734.
330
CARBONNIER, Droit civil, 4. Les Obligations, 1992, p. 300. También excluyen el carác-
ter punitivo del art. 1151 CCfr (pena privada que enriquece al que se aprovecha de ella),
MALAURY/AYNÉS/STOFFEL-MUNCK, Les obligations, 3.a ed., 2007, p. 521.
331
Como la del 1107 II CC.
332
VINEY/JOURDAIN,Les conditionsde la responsabilité,3.aed., 2006,pp. 194,195. Tam-
bién resalta CHARTIER el hecho de que, aun siendo el art. 1151 CCfr un texto propio del dere-
cho de contratos, la jurisprudencia lo ha convertido en un principio general y ha extendido su
aplicación al ámbito de la responsabilidad extracontractual, La reparation dupréjudice, 1996,
p. 19.
333
PLANIOL, Traite Élémantaire II9, núm. 249.
334
LARROUMET, Les obligations III5, núm. 660, 660 bis.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 129
2. El Common Law
335
VINEY/JOURDAIN siguen una vía intermedia: tratan de conciliar las aportaciones de la
doctrina de la «equivalencia de las condiciones» y la de la «causalidad adecuada», Les condi-
tions de la responsabilité, 3.a ed., 2006. Sin embargo, en el plano que importa, estas doctrinas
son difícilmente conciliables, en cuanto cada una de ellas define de modo diferente la causali-
dad relevante.
336
TERRÉ/SIMLER/LEQUETTE, Obligations9, núm 592.
337
TERRÉ/SIMLER/LEQUETTE, Obligations9, núm 592.
338
En este plano se sitúa la doctrina alemana. La probabilidad de la causación del daño
se aprecia en función del conocimiento real de las circunstancias que tiene el sujeto responsa-
ble o del conocimiento que le es exigible (imputable) desde el parámetro objetivo aplicable
(«optimalen Beobachter», «erfahrenen Beobachter»): vid. MEDICUS, Schuldrecht I Allgemeiner
Teil, 2006, p. 220.
130 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
339
Vid. Black's Law Dictionary, 6.a ed., 1990, s. v. Damages (Consequential damages).
340
Los términos remote damages y consequential damages, decía THEODORE SEDGWICK,
«are not... necessarily synonymous, or to be indifferently used. All remote damages are con-
sequential, but all consequential damages are by no means remote», A Treatise on the Measu-
re of Damages, Or, an Inquiry into the Principies wich Govern the Amount of Pecuniary Com-
pensation Awarded by the Courts ofJustice. 3.a ed., Nueva York 1858, p. 56.
341
«It were infinite for the law to judge the causes of causes, and their impulsión one on
another. Therefore, it contenteth itself with the immediate cause, and judgeth of acts by of acts
by that without looking to any further degree», Lord BACON, Maxims ofthe Law, Regula I, cit.
THEODORE SEDGWICK, A Treatise on the Measure of Damages, Or, an Inquiry into the Princi-
pies wich Govern the Amount of Pecuniary Compensation Awarded by the Courts ofJustice.
3.a ed., Nueva York 1858, p. 57.
342
MCGREGOR, On damages, 17.a ed., 2003,4-022, 6-002, 6-144.
343
[(1854) 9 Ex 341-354].
344
La influencia de la doctrina de POTHIER no sólo se advierte en la propia regla formu-
lada en Hadley v. Basendale, sino que aparece citada en los antecedentes de este fallo. Esa
influencia seguramente se produce gracias a la importante obra de THEODORE SEDGWICK, que,
en sus primeras ediciones, de fecha anterior a la del caso, estudia con detenimiento a POTHIER
y a los autores franceses de la primera mitad del siglo XIX: A Treatise on the Measure of Dama-
ges, Or, an Inquiry into the Principies wich Govern the Amount of Pecuniary Compensation
Awarded by the Courts ofJustice. 3.a ed., Nueva York 1858, pp. 57 ss.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 131
345
TREITEL, The Law ofContract, 11 .a ed., 2003, p. 965.
346
FARNSWORTH, Contracta (2004) § 12.14.
347
MCGREGOR, On damages, 2003,6-146. THEODORE SEDGWICK, en la tercera edición de
su tratado, posterior a la fecha de Hadley v. Baxendale, se hace ya eco de este caso: A Treati-
se on the Measure of Damages, Or, an Inquiry into the Principies wich Govern the Amount of
Pecuniary Compensation Awarded by the Courts ofJustice. 3.a ed., Nueva York 1858, p. 77.
132 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
348
MCGREGOR , On damages, 2003,6-147.
349
Para designar a los primeros se ha utilizado el término «general»; para los segundos
el término «especial». Esta distinción tiene también sus consecuencias procesales: la indemni-
zación de los segundos debe ser especialmente pedida: FARNSWORTH, Contraéis* (2004) § 12.14,
p.793.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 133
350 [1949]2K.B.528,CA.
351
§249IBGB.
352
«(1) It is well settled that the governing purpose of damages is to put the party who-
se rights have been violated in the same position, so far as money can do so, as if his rights had
been observed: Wertheim v. Chicoutimi Pulp Co. This purpose, if relentlessly pursued, would
provide him with a complete indemnity for all loss de facto resulting from a particular breach,
however improbable, however unpredictable. This, in contract at least, is recognized as too
harsh a rule».
353
«(2): In cases of breach of contract the aggrieved party is only entitled to recover such
part of the loss actually resulting as was at the time of the contract reasonably foreseeable as
liable to result from the breach».
134 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1. Durante cierto tiempo, recuerda Farnsworth 357 , tanto los tribunales ingle-
358
ses como los americanos fundaron la imputación de los daños en un acuerdo
354
«(3) What was at that time reasonably foreseeable depends on the knowledge then
possessed by the parties, or, at all events, by the party who later commits the breach».
355 «(4) p o r m j s p U I pose, knowledge "possessed" is of two kinds - one imputed, the other
actual. Everyone, as a reasonable person, is taken to know the "ordinary course of things" and
consequently what loss is Hable to result from a breach in that ordinary course. This is the sub-
ject-matter ofthe "first rule" in Hadley v. Baxendale, but to this knowledge, which a contract-
breaker is assumed to possess whether he actually possesses it or not, there may have to be
added in a particular case knowledge which he actually possesses of special circumstances out-
side the "ordinary course of things" of such a kind that a breach in those special circumstan-
ces would be Hable to cause more loss. Such a case attracts the operation of the "second rule"
so as to make additional loss also recoverable».
356
«(5) In order to make the contract-breaker Hable under either rule it is not necessary
that he should actually have asked himself what loss is Hable to result from a breach. As has
often been pointed out, parties at the time of contracting contémplate, not the breach of the con-
tract, but its performance. It suffices that, if he had considered the question, he would as a rea-
sonable man have concluded that the loss in question was Hable to result: see certain observa-
tions of Lord Du Parcq in Monarch Steamship Co., Ltd. v A/B Karlshamns Oljefrabriker
([1949] 1 All ER 19). (6), Ñor, finally, to make a particular loss recoverable, need it be proved
that on a given state of knowledge the defendant could, as a reasonable man, foresee that a bre-
ach must necessarily result in that loss. It is enough if he could foresee it was Hkely so to result.
It is enough, to borrow from the language of Lord Du Parcq in the same case, if the loss (or
some factor without which it would not have occurred) is a "serious possibility" or a "real
danger". For short, we have used the word "Hable" to result. Possibly the colloquialism "on the
cards" indicates the shade of meaning with some approach to accuracy».
357
FARNSWORTH, Contraéis4, (2004) § 12.14.
358
Así la afirmación de BOVILL, C.J., en British Columbia etc, Saw Mili Co. v. Netless-
hip L.R. 3 C.P. 499, 506 (1868): El daño «must be something which could have been foreseen
and reasonably expected, and to which he has assented expressly o impliedly by entering into
the contract». FARNSWORTH, Contraéis4, (2004), p. 794, nota 9.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 135
tácito (tacit agreement) de asumirlos. Pero, tras esta primera fase, el tacit agree-
ment test ha sido generalmente rechazado, por ser demasiado restrictivo y con-
siderarse doctrinalmente incorrecto. Es explícitamente rechazado en los comen-
tarios del Uniform Commercial Code359. Esto no significa para Farnsworth que
no se pueda encontrar algún ejemplo reciente de aplicación del mismo, del cual
da cuenta este autor 360 .
2. La evolución del test de la previsibilidad en el Common Law, con pos-
terioridad al caso Hadley v. Baxendale se ha distanciado bastante de la idea de
Pothier, referida a lo acordado expresa o tácitamente en el contrato. En el senti-
do de que la previsibilidad se refiere a cada contratante, es unilateral, y opera
como contrapeso necesario del punto de partida que se adopta: el principio de
indemnización integral de los daños 361 . El test de la previsibilidad evita la dure-
za excesiva de este principio 362 .
La previsibilidad, tal como ha llegado a ser entendida en el Common Law,
es un instrumento razonable de limitación de responsabilidad, que permite a cada
contratante predecir y calcular el coste de su incumplimiento contractual y le inci-
ta, al mismo tiempo, a modificarlo en la negociación del contrato, cuando ese cos-
te le resulta excesivo. Es un instrumento que hace controlables los riesgos de la
actividad empresarial 363 . De este modo el conocimiento, efectivo o imputado, del
contratante sobre las consecuencias dañosas de su incumplimiento y, en su caso,
el pacto modificativo, son, en definitiva, los factores de imputación del daño
indemnizable. El conocimiento imputa objetivamente daños (ipso iure), al mar-
gen de la voluntad; aunque la voluntad puede excluirlos.
3. Farnsworth atribuye cinco caracteres a la regla de la previsibilidad. Estos
caracteres reflejan la evolución de la regla de la previsibilidad en el Common
Law. Debo advertir, de nuevo, que en estos momentos se está produciendo cier-
ta revisión en el estado de cosas que refleja Farnsworth, que expondré más ade-
lante.
a) La previsibilidad opera al tiempo de la celebración del contrato.
359
UCC 2-715 cmt. 2.
360
FARNSWORTH , Contraéis4, (2004), p . 494, nota 11.
361
«The statement of the general rule from which one must always start in resolving a
problem as to the measure of damages, a rule equally applicable to tort and to contract, has its
origin in the speech of the Lord Blackburn in Livinstine v. Rrawyards Coal Co. He there defi-
ned the measure of damages as - "that sum of money which will put the party who has been
injured, or who has suffered, en the same position as he would have been in ifhe had not sus-
tained the wrong for which he is now getting his compensation or reparation". - This state-
ment has been consistently referred to or cited with approval, or restated in similar language».
[MCGREGOR on Damages (2003) 1-021].
362
Así ASQUITH, L. J., en Victoria Laundry v. Newman [1949] 2 K.B. 528 CA.
363
FARNSWORTH, Contraéis4, (2004) § 12.14.
136 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
b) Lo que debe haberse previsto o ser previsible es sólo que el daño podría
producirse si se incumple el contrato. No se requiere que sean previsibles, el
modo concreto en que el incumplimiento vaya a producirse o la manera particu-
lar en que el daño haya de suceder.
c) La previsibilidad se predica únicamente de la parte incumplidora, la que
debe responder, y se refiere a su conocimiento 364 . Esto implica la superación de
la idea de acuerdo tácito de las partes.
d) El requisito de previsibilidad del daño se cumple si existe «probabili-
dad» de que el daño se produzca en caso de incumplimiento; no requiere que el
daño deba ser tenido por necesario o cierto 365 .
Conviene insistir en alguno de los extremos anteriores. Como ha señalado
Tettenborn, en Hadely v. Baxendale la previsibilidad se refiere solamente al tipo
de daño, pero no a su extensión, intensidad o cuantía 366 . Por ejemplo, si se ven-
de un camión defectuoso (no conforme), basta que sea previsible para el vende-
dor, en el momento de contratar, que los defectos del camión disminuirán las
ganancias del comprador (lucro cesante). No hace falta, en cambio, que sea pre-
visible el período que vaya a durar esa pérdida de beneficios 367 .
4. Una característica del modelo de imputación objetiva del Common Law
es su enorme capacidad de imputar objetivamente daños. Al no construirse la
imputación objetiva a partir del contrato y su función, lo que inicialmente limi-
taría los daños indemnizables, y al tener como punto de partida la regla de indem-
nización integral de los daños, efectivamente producidos y probados, con el úni-
co límite de la imprevisibilidad en el momento de contratar, este modelo llega a
imputar todos los daños previsibles al tiempo de contratar, no excluidos por la
voluntad del obligado.
5. Sin embargo su aplicación ha encontrado, en la práctica, en bastantes
casos, vías de restricción de los daños indemnizables, que actúan junto a la limi-
tación que supone la imprevisibilidad del daño.
En todos los casos en los que es posible una operación de reemplazo, los
daños vienen a cifrarse en la diferencia entre el precio establecido en el contra-
to y el precio de mercado, si tal diferencia es perjudicial para el acreedor. Si a
ello añadimos la facilidad que el Common Law ofrece al acreedor insatisfecho
364
FARNSWORTH, Contracts4, (2004) §12.14, p. 795.
365
FARNSWORTH, Contracts4, (2004) § 12.14, p. 795.
366
Cfr. TETTENBORN Journal of Contract Law (2007), p. 120.
367
La Federal Court of Australia ha dado a este tipo de casos una solución diferente; ha
aplicado la previsibilidad al período de duración del daño: Burns v. Man Automotive (aust) Pty
Ltd. (1986) 161 CLR 653; 69 ALR [cit.: TETTENBORN, Journal of Contract Law (2007), p. 120,
nota 4].
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 137
para satisfacer por sí mismo, mediante la operación de reemplazo, por vía indi-
recta, su derecho de crédito 368 , podemos comprender que en un gran número de
casos el sistema tienda a estimular la utilización de métodos abstractos y restric-
tivos de cálculo del daño indemnizable, en lugar de métodos concretos, adecua-
dos al interés de cada acreedor insatisfecho 369 .
No es extraño, por ello, que Rabel encontrara en el Common Law un ejemplo
del modelo de valoración abstracta de daños (abstrakte Schadenberechnug)310, ins-
pirador de las operaciones de reemplazo en la CISG, en contraposición al modelo
de valoración concreta.
368
No sometiéndole a la necesidad de ejercitar judicialmente la pretensión de cumpli-
miento.
369
Lo destaca FARNSWORTH, Contraéis4, (2004) § 12.14, pp. 796-799.
370
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung (Unveran-
derte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, § 59, pp. 454 ss.
371
Journal ofContract Law (2007), pp. 120 a 147.
372
Recientemente ANDREW ROBERTSON, profesor de la Universidad de Melbourne, criti-
ca la idea de que la regla de imputación de daños (remoteness rule) en el incumplimiento se
funde en el pacto, o lo que es igual, la distribución de riesgo realizada implícitamente por las
partes. Para este autor la regla es más un modo de distribuir riesgo los tribunales, que una regla
interpretativa. No se basa en el criterio de que el demandado asumió (voluntariamente) respon-
sabilidad por el riesgo en cuestión, sino más bien en el de que debió tener una oportunidad razo-
nable para considerar los riesgos que pudieran surgir del incumplimiento y poner los medios
para evitarlos. ROBERTSON, «The basis of the remoteness rule in contract», en: Legal Studies,
vol, 28, núm. 2, junio 2008, pp. 172-196.
138 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
373
[2008]UKHL48.
374 TETTENBORN, «Hadley v. Baxendalle. Foreseeability a Principie Beyond its Sell-by
Date», Journal ofContract Law (2007), pp. 120 a 147.
375 TETTENBORN , Journal of Contract Law (2007), p. 147.
376 TETTENBORN , Journal of Contract Law (2007), pp. 122, 128.
377
Así en Jackson v. Royal Bank of Scotland pie. [2005] 1 WLR 377.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 139
Cuarto.— Son también cuestionables para Tettenborn las ventajas que, des-
de el punto de vista económico, se han atribuido a la regla de la previsibilidad.
la idea de que el deudor debe responder de todos los daños subsecuentes, excep-
tuados los imprevisibles, por la de que responde en la medida en que su incum-
plimiento priva al acreedor del beneficio que debía proporcionarle el contrato, el
beneficio o beneficios comprendidos en la promesa incumplida. Se trata de esta-
blecer si un daño está comprendido dentro del objeto de la promesa 385 . La impu-
tación del daño se funda positivamente en el contrato, más que en algo externo
como es la previsibilidad del daño, criterio este inadecuado, tanto si el daño es
previsible pero está fuera del ámbito de la promesa del demandado, como si es
imprevisible, pero está dentro de ese ámbito 386 .
El contrato es el fundamento del derecho primario al cumplimiento y del
secundario a la indemnización de los daños. Así, por ejemplo, el compromiso del
transportista de transportar determinados bienes, a un lugar, en un determinado
momento, incluye el que puedan ser vendidos al precio de ese momento. La pér-
dida de esta posibilidad, por el incumplimiento, está en el ámbito de la obliga-
ción del deudor, lo cual justifica la indemnización.
La fundamentación de la indemnización en el contrato y no en la previsibi-
lidad, traslada a la responsabilidad los límites inherentes a la promesa 387 ; evita
al deudor tener que pagar costes derivados del modo en que el acreedor adminis-
trar sus negocios, daños no causados por el incumplimiento del demandado (p.
ej., la venta, previsible, a un precio muy superior al del mercado).
5. Otra crítica dirigida a la regla de la pre visibilidad, entendida en el sen-
tido de imputar responsabilidad por los daños que el contratante previo o pudo
prever en el momento de contratar, está fundada en el postulado de la «propor-
cionalidad» que debe existir en el contrato entre la cuantía de los daños indem-
nizables y la contraprestación recibida por el obligado. Esta crítica la hace Gor-
dley, autor que ha profundizado en las bases histórico-filosóficas de la
construcción del contrato 388 , en un trabajo orientado a la armonización de los
derechos europeos 389 .
Gordley considera que no existe razón por la que un comerciante deba ser
responsable, automáticamente, por el mero hecho de que el otro contratante le
haya manifestado su posible daño. Puede ser que ese comerciante no sea la par-
te más idónea para soportar ese riesgo. Es más, si no ha cobrado un mayor pre-
cio por ello, no ha sido compensado por asumir ese riesgo y sería injusto hacer-
390
Sobre la base histórica y filosófica de esta idea, GORDLEY, «The Forseeability Lima-
tation on Liability in Contract», en: Towards a European Civil Code, 3.a ed., 2004, pp. 224 ss.
La relación entre responsabilidad asumida y precio cobrado, la destaca, como recuerda GOR-
DLEY, LUIS DE MOLINA, vol. 2, disp. 353.
391
GORDLEY, «The Foreseeability Limitation on Liability in Contract», en: Towards a
European Civil Code, 3.a ed., 2004, p. 227.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 143
tiembre de 2003. Los nuevos arrendatarios podían resolver este contrato si el bar-
co no les era entregado antes del 8 de mayo. El retraso en la restitución del buque
obligó a los propietarios a renegociar este contrato en un momento en el que el
precio de los fletes había bajado. Se vieron obligados a reducir la cuantía diaria
del flete por el tiempo del nuevo contrato.
Los propietarios del barco reclaman daños a los arrendatarios. Calculan el
daño sobre la reducción del flete total cobrado, provocada por el retraso. Recla-
man 8.000 US$ por cada día de duración pactada del nuevo contrato, lo que
asciende a 1.364.583,37 US$. Los demandados, por el contrario, entienden que
sólo se les podía reclamar la diferencia entre el precio del flete en el mercado y
el del contrato (de su contrato), por los días de retraso; lo cual ascendía a una
cifra notablemente inferior: 158.301,17 US$.
Sometido el caso a arbitraje, los arbitros lo resolvieron, mayoritariamente, en
favor de los propietarios, aplicando la primera regla de Hadley v. Baxendale, por-
que el daño reclamado por los propietarios surge naturalmente, de acuerdo con
el curso normal de las cosas, del incumplimiento del contrato.
Éste no es, sin embargo, el criterio utilizado por los operadores de ese sec-
tor del tráfico, como explican los letrados expertos. En este mercado la indem-
nización por retraso en la restitución de un barco se limita a la diferencia entre
el flete pactado en el contrato y el del mercado, por el tiempo de retraso en la
restitución del barco. El arbitro disidente, sin negar la previsibilidad del daño,
excluye su indemnización, de acuerdo con el criterio de ese sector de tráfico. Lo
justifica así: «[U]n hombre razonable, en la posición de los arrendatarios, no
habría entendido que estaba asumiendo el riesgo de ese tipo de daños». Y consi-
dera que cualquier desviación de esta regla generaría un riesgo real de incerti-
dumbre comercial que la industria consideraría no deseable.
Apelado el laudo ante la Cámara de los Lores, ésta admite la apelación.
3. Resulta de enorme interés recordar cómo Lord Hoffmann aborda el plan-
teamiento de este caso. En su disyuntiva aparecen nítidamente perfiladas las dos
grandes maneras de entender la previsibilidad. Su síntesis sirve no sólo para cen-
trar el debate de esta cuestión en el Common Law, sino en el Derecho compara-
do y en cualquier ordenamiento. Transcribo, a continuación, sus palabras:
«El caso (...) plantea una cuestión fundamental en el derecho de los daños con-
tractuales: la regla según la cual una parte puede obtener indemnización de los
daños previsibles, ¿es una regla jurídica externa, impuesta a las partes en cada
contrato, en defecto de una provisión en contrario, o una asunción,prima facie, de
lo que puede entenderse que han querido las partes, aplicable, sin duda, en la gran
mayoría de los casos, pero susceptible de rechazo en los casos en que el contexto,
las circunstancias presentes o el criterio general del mercado relevante ponen de
144 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
El sistema del BGB es, a primera vista, diferente del francés o el español y
del angloamericano en lo que se refiere a las reglas de imputación objetiva del
392
Lord HOFFMANN afirma: «The question of principie has been extensively discussed in
the literature. Recent articles by ADAM KRAMER ("An Agreement-Centred Approach to Remo-
teness and Contract Damages"), in COHÉN and MCKENDRICK (ed.), Comparative Remedies for
Breach of Contract (2004), pp. 249-286, ANDREW TETTENBORN ("Hadley v. Baxendale Fore-
seeability: a Principie Beyond its Sell-by Date")», (2007) 23, Journal of Contract Law 120-
147), ANDREW ROBERTSON ("The basis of the remoteness rule in contract") (2008) 28, Legal Stu-
dies 172-196) are particularly illuminating».
393
«They show that there is a good deal of support in the authorities and academic wri-
tings for the proposition that the extent of a party's liability for damages is founded upon the
interpretation of the particular contract; not upon the interpretation of any particular language
in the contract, but (as in the case of an implied term) upon the interpretation of the contract
as a whole, construed in its commercial setting» (Lord HOFFMANN).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 145
394
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historischer-kritischer Kommentar zum BGB, II-1, 2007,
§§249-253, 255 RN 43.
395
MOMMSEN, Zur Lehre von dem Interesse, 1855, pp. 165 ss.
396
MOMMSEN, Zur Lehre von dem Interesse, 1855, p. 166, nota 30.
397
MOMMSEN, Zur Lehre von dem Interesse, 1855, pp. 165-166.
398
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historischer-kritischer Kommentar zum BGB, II-1, 2007,
§§249-253, 255 RN 43.
399
«Die Haftung des Schuldners wegen Nichterfüllung erstreck sich nicht auf den Ersatz
desjenigen Schadens, dessen Entstehung nach der Kenntnis der Umstánde, welche der Schuld-
ner hatte oder haben musste, auBerhalb des Bereichs der Wahrscheinlichkeit lag», Prot. I, p.
292; Entw. II 215, RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtsvergleichende Darstellung
(Unveránderte Neudruck der Ausgabe von 1936), Berlín 1957, p. 486.
146 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
400
JANSEN, en: ZIMMERMANN, Historischer-kritischer Kommentar zum BGB, II-1, 2007,
§§249-253, 255 RN 43.
401
Entre ellos está el § 252 BGB, referido a la prueba del lucro cesante y no a la impu-
tación objetiva del mismo.
402
MEDICUS , Schuldrecht I Allgemeiner Teil, 2006, RN 585.
403
El § 249 II BGB regula la transformación del deber de reparar in natura en una
indemnización pecuniaria.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 147
saria (condicio sine qua non) para la producción del mismo; o, dicho de otro
modo, sin su conducta no se hubiera producido el daño, pues las demás causas
no hubieran sido suficientes. Por ejemplo, la destrucción de un edificio a conse-
cuencia de un incendio no es imputable (objetivamente) al prestador del servicio
de prevención de incendios, contratado, que ha incumplido el contrato (pues no
ha utilizado efectivos suficientes), si, por las características del incendio, la des-
trucción se hubiera producido, igualmente, de haberse cumplido el contrato.
La teoría de la equivalencia se asienta, sin paliativos jurídicos, en la causa-
ción natural, en términos muy amplios. No considera el mayor o menor peso o
influencia de las causas concurrentes en la producción del daño; su proximidad
o preponderancia; la prospectiva que pueda hacerse acerca de la probabilidad del
daño, desde un punto de vista objetivo o desde la visión del sujeto responsable.
4. Una aplicación rigurosa del principio de indemnización integral de los
daños imputa al deudor un riesgo desproporcionado, lo cual es especialmente gra-
ve cuando se trata de un lucro cesante. Sería indemnizable cualquier lucro que
el acreedor hubiera podido extraer, efectivamente, del cumplimiento del contra-
to, perdido por el incumplimiento. Ese daño sería imputable con independencia
de la conexión existente entre esa pérdida y la función del contrato.
Esta es la situación a la que tuvieron que enfrentarse la doctrina y la juris-
prudencia alemanas, tras la entrada en vigor del BGB, para tratar de corregir las
consecuencias a las que podía conducir la regulación del mismo 404 .
404
Así lo puso de relieve, tras la entrada en vigor del BGB, la doctrina y la jurispruden-
cia. Se trataba de evitar la indemnización de las consecuencias inusuales, RABEL, Das Recht
des Warenkaufs, § 6 1 , 6 , p. 486, nota 2. Ahí cita los trabajos de: RÜMILIN, Archivfür die zivi-
listische Praxis, 90, 171; TRAEGER, «Der Kausalbegriff im Straf- und Zivilrechts, J904», en
Festgabe für Enneccerus, Marburg 1913.
148 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
Esta regla, aunque tome en cuenta la impre visibilidad del daño, sólo aparen-
temente nos aproxima a la doctrina de Pothier; en realidad existen importantes
diferencias con ella, sea cual fuere el modo en que entendamos la doctrina de
Pothier 406 . La doctrina de Pothier tiene por función delimitar el fin de protección
del contrato: el interés indemnizable; la regla del § 254 II BGB se sitúa en otro
plano; se sitúa en el plano de la causación, para excluir la indemnización de daños
inusuales.
406
Conviene recordar que la doctrina de POTHIER se ha entendido de un modo que, a mi
juicio, es inadecuado. Se ha fundamentado en ella una construcción unilateral de la previsibi-
lidad, a partir de lo que conoce el contratante al celebrar el contrato. A mi modo de ver, la doc-
trina de POTHIER se asienta en el contrato; o mejor, en la interpretación del contrato. De esto me
he ocupado anteriormente, al estudiar a este autor.
407
La norma del § 254II BGB ha merecido la crítica de PANTALEÓN porque «permite (...)
que el deudor responsable del incumplimiento pueda tener que pechar con ese daño extraordi-
nariamente alto, a causa de una información proporcionada con posteridad a la celebración del
contrato, sin derecho a exigir del acreedor un adecuado incremento de la contraprestación pac-
tada». PANTALEÓN, «El sistema de responsabilidad contractual (materiales para un debate)»,
ADC 44-4, 1991, p. 1028.
150 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1. Como hemos visto, todos los mecanismos a los que me acabo de referir,
utilizados en el Derecho alemán para restringir los daños indemnizables, no sir-
ven para delimitar el interés del acreedor jurídicamente garantizado por el con-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 151
408
LARENZ, Lehrbuch des Schuldrecht, I Algemeiner Teil (1987), p. 440: OETKER, en:
Münchener Kommentar, 5.a ed., § 249, RN 118.
409
§823 II BGB.
410
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, § 61, 8, pp. 495 ss.
411
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, p. 502.
412
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, p. 495.
413
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, § 61, 6, p. 486.
414
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, § 6 1 , 6 , p. 486.
152 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
415
Se afirma, con razón, que el § 823 I BGB, utiliza un sistema concreto o típico de
determinación del daño indemnizable, que puede contraponerse al de cláusula general que uti-
liza nuestro CC (art. 1902). Y esto ha de decirse, en mayor medida, con respecto al § 823 II,
en el que el daño surge de la infracción de una norma protectora de otro sujeto.
416
Sobre la penetración de la doctrina de RABEL en el Derecho alemán, vid. RAISER, Th.,
Haftungsbegrenzung nach dem Vertragszweck, Dissertation, 1962, pp. 15 ss.
417
OETKER, en: Münchener Kommentar, 5.a ed. (2007) § 249, RN 118, nota 471; SCHACK,
«Der Schutzzweck ais Mittel der Haftungsbegrenzung im Vertragsrecht», en Juristen Zeitung,
1986, p. 306, nota 29.
418
Cfr. SCHACK, «Der Schutzzweck ais Mittel der Haftungsbegrenzung im Vertragsrecht»,
en Juristen Zeitung, 1986, p. 306, nota 29.
419
OETKER, en: Münchener Kommentar, 5.a ed., § 249, RN 112 (vid. citas de doctrina en
notas 445 y 447).
420
Vid. SCHACK, «Der Schutzzweck al Mittel der Haftungsbegrenzung im Vertragsrecht»,
en Juristen Zeitung, 1986, p. 307.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 153
el interés protegido en cada caso por el contrato, cuya lesión, por el incumpli-
miento, es fuente de responsabilidad. Nos sitúa en un plano previo al de la cau-
salidad.
5. La doctrina del fin de protección del contrato ha servido en el Dere-
cho alemán para paliar las consecuencias de la inexistencia en el BGB de un
precepto semejante al art. 1150 CCfr o 1107 CC.
4. La Convención de Viena
421
Es muy importante la obra de RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtverglei-
chende Darstellung (Unveranderter Neudruck der Asgabe von 1936), 1957, pp. 495 ss, que
refleja el estado del Common Law en su momento.
422
Artículo 74 CISG: «La indemnización de daños y perjuicios por el incumplimiento
del contrato en que haya incurrido una de las partes comprenderá el valor de la pérdida sufri-
da y el de la ganancia dejada de obtener por la otra parte como consecuencia del incumplimien-
to. Esa indemnización no podrá exceder de la pérdida que la parte que haya incurrido en incum-
plimiento hubiera previsto o debiera haber previsto en el momento de la celebración del
contrato, tomando en consideración los hechos de que tuvo o debió haber tenido conocimien-
to en ese momento, como consecuencia posible del incumplimiento del contrato». Entre no-
sotros se ha ocupado de comentar este artículo PANTALEÓN, en: DÍEZ-PICAZO, La compraventa
internacional de mercaderías. Comentario de la Convención de Viena, 1998, pp. 579-609. Del
problema de la delimitación del daño se ocupa en pp. 603 ss.
154 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
423
STOLL, en: v. CAEMMERER/SCHLECHTRIM, Kommentar zum Einheitlichen UN-Kaufrecht
(CISG), art. 74, núm. 18.
424
STOLL, en: v. CAEMMERER/SCHLECHTRIM, Kommentar zum Einheitlichen UN-Kaufrecht
(CISG), art. 74, núm. 26, la relaciona con la «contemplaron» de ambas partes. Esto es discu-
tible o, al menos equívoco. El art. 74 CISG sólo considera el conocimiento del deudor. Si no
existiera este artículo, que imputa responsabilidad en la medida de la previsibilidad, ni media-
ra pacto, ¿podríamos imputar al deudor, del mismo modo, los daños para él previsibles, que
están fuera de la esfera típica de protección del contrato? Es dudoso. En STOLL se advierte la
influencia de las ideas de RABEL, Das Recht des Warenkaufs, Eine rechtvergleichende Darste-
llung (Unveránderter Neudruck der Ausgabe von 1936), 1957, p. 495.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 155
D. A MODO DE CONCLUSIÓN
ría indemnizar ciertos lucros cesantes, lo que no ocurre, según hemos podido
ver. La limitación de la indemnización al valor de la cosa es una consecuencia
del tipo de acción que se ejercita; se produce en las acciones de derecho es-
tricto.
1. El artículo 11071 CC
425
La distinción del art. 1107 entre deudor de buena fe y deudor doloso no tiene otra
función que separar dos sistemas diferentes de imputación de los daños en la responsabilidad
contractual. La función de este precepto no es establecer los presupuestos subjetivos (culpa o
dolo) de la responsabilidad contractual. Le atribuye un sentido diferente Cossío, «La causali-
dad en la responsabilidad civil: Estudio del Derecho español», ADC, 1966, p. 536.
426
PANTALEÓN, «El sistema de responsabilidad contractual (materiales para un debate)»,
ADC, 1991, p. 1026.
158 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
427
No se puede extraer de la previsibilidad del art. 1107 I, cuya función es establecer la
regla de protección del acreedor, la exigencia de previsibilidad del daño, en el momento de eje-
cutar el acto dañoso, correspondiente a la teoría de la adecuación. No obstante, Cossfo extrae
de esta artículo esa exigencia [«La causalidad en la responsabilidad civil: Estudio del Derecho
español», ADC, 1966, p. 537]; claro es que lo hace en un momento en el que no se había estu-
diado suficientemente la función del art. 1107 I. También ALBALADEJO considera que la previ-
sibilidad prevista en el art. 1107 I no se sitúa exclusivamente en el momento de contratar, por-
que está pensando en la previsibilidad correspondiente a la teoría de la adecuación. «Me parece
— afirma— que como el espíritu del precepto debe ser que quien incumple haya podido tener
a la vista los perjuicios que con ello causa, no es razón para que no se indemnice el daño que
si bien no era todavía previsible al constituirse la obligación, sí lo es antes del cumplimien-
to», Derecho Civil II, Derecho de Obligaciones, 2004, p. 205.
428
El que la previsibilidad del daño se sitúe en el momento de contratar y no en el
momento de la acción dañosa, el incumplimiento, es inherente a la función del art. 1150 CCfr.
y del 1107 I CC, a la que más arriba me he referido en el texto.
429
MANRESA, Comentarios (art. 1107) (1929), p. 96. CARRASCO estima que «"daño pre-
visible" y "consecuencia necesaria" del incumplimiento no están en el mismo plano». Pero más
adelante añade: «Diremos que "consecuencia necesaria" de un incumplimiento imputable al
deudor es el daño o la serie concreta de sucesos dañosos que constituyen la realización típica
del riesgo creado por la conducta ilícita que es la falta de cumplimiento. Tratándose de Dere-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 159
cho de contratos es la propia obligación contractual la que realiza esta selección de riesgos
mediante el expediente de delimitar cuáles son los intereses del acreedor que ha de salvaguar-
dar el deudor en su actividad de prestación» {Comentarios al Código Civil y Compilaciones
Forales, Edersa, XV.l, 1989, art. 1107: II 4 y III 3).
430
Así, por ejemplo: SSTS 25 noviembre 1902,20 abril 1902 (destaca que no exige que
sea consecuencia directa, sino sólo necesaria), 20 abril 1915, 26 mayo 1924, 15 marzo 1934,
4 abril 1941, 16 julio 1982. Exige que sea consecuencia necesaria del incumplimiento: STS 29
marzo 2001.
431
Así lo señala, con razón, PANTALEÓN, «El sistema de responsabilidad contractual
(materiales para un debate)», ADC 44-4, 1991, p. 1037.
432
GARCÍA-RIPOLL, Imputación objetiva, causa próxima y alcance de los daños indem-
nizables, 2008, p. 147.
433
GARCÍA-RIPOLL ha afirmado previamente: «Los conocimientos especiales del agen-
te pueden determinar que su responsabilidad se extienda a daños que, en otro caso, no com-
prendería su responsabilidad. Lo cual se basa precisamente en que la previsibilidad del que
sabe más es mayor», Imputación objetiva, causa próxima y alcance de los daños indemniza-
bles, 2008, p. 146. Seguramente está pensando en los daños al interés de integridad o de con-
servación, más que en los otros intereses que envuelve la responsabilidad contractual, más
específicos de ella. Y la previsibilidad conectaría en ese caso con el deber de no dañar a otro,
más que con la determinación del fin de protección del contrato. Por ello se pregunta, a modo
de conclusión: «¿Hay entonces imputación objetiva en la responsabilidad contractual? Y res-
ponde: A nuestro juicio no. Los daños indemnizables pueden depender de los conocimientos
del deudor, lo que aumenta su previsibilidad; la imputación ya no es objetiva sino subjetiva»
(p. 148).
434
Si, olvidándonos de cuál fue la verdadera intención de GARCÍA GOYENA, entendemos
la expresión legal, «consecuencia necesaria», en el sentido que le atribuye el art. 1151 CCfr,
refiriéndose al caso del deudor doloso, pierde en buena medida sentido utilizar el criterio de la
previsibilidad. Los límites impuestos por la regla de la previsibilidad quedan fácilmente sobre-
pasados por el otro criterio, ser «consecuencia necesaria» de la falta de cumplimiento. Y, como
se ha reconocido, «la cuestión de qué otros daños causados por el incumplimiento hayan de
imputarse al deudor no es fácil de responder». Así lo reconocen LACRUZ y otros; y, puestos a
limitar los daños imputables bajo este segundo criterio («consecuencia necesaria»), se ven obli-
gados a encomendar al juez la tarea delimitadora de los daños imputables («La dicción legal
proporciona al juez la posibilidad de excluir los que considere demasiado alejados o remotos»)
o a utilizar, de nuevo, el criterio de la previsibilidad («Tratándose de deudor de buena fe, como
estos últimos serán normalmente imprevisibles en el momento de contratar, será de ordinario
el requisito de la previsibilidad el que señale el límite») (DELGADO ECHEVERRÍA, en LACRUZ y
otros, Elementos de Derecho Civil II-1, 1994, pp. 213-214).
160 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
Cuando García Goyena redacta el artículo 1016 del Proyecto de 1851, ante-
cedente directo de art. 1107 I CC, advierte de la dificultad de esta materia 437 y
señala el peligro que implica utilizar la redacción del Código francés. Porque, a
su juicio, «cada contrayente dirá que él previo los daños de diferente manera» 438 .
Sin duda no había entendido bien el verdadero sentido del Código francés, de
acuerdo con la doctrina de Pothier. Por eso, desviándose del texto francés, aun-
que sin pretender alterar la regla, redacta el artículo 1016 I del Proyecto de 1851
en los términos siguientes: «En el resarcimiento de los daños y perjuicios, sólo
se comprenderán los que fueren consecuencia inmediata y necesaria de la falta
de cumplimiento del contrato».
Ha utilizado una redacción parecida a la empleada en el artículo 1151 CCfr,
para el caso de dolo del deudor {«ce qui est une suite inmédiate et directe de
Vinexecution de la convention»). García Goyena no es consciente del alcance
que podría atribuirse a este cambio de redacción; no piensa que esa nueva redac-
ción, entendida literalmente, podría significar una ruptura con la tradición de
Pothier, que construye la imputación en torno al que hoy denominamos el «fin
de protección del contrato» (con independencia de cómo se delimite éste) y po-
dría basar la imputación en la causación próxima. Pero está claro que no es eso
lo que pretende. Él no quiere introducir el criterio de la causalidad próxima, sino
mantenerse en la tradición del Derecho romano (reajustada por Pothier, basán-
dose en la autonomía de la voluntad), que circunscribe la responsabilidad con-
tractual a la «utilitas quae circam rem consistit».
435
Explicable en los casos en los que existen varias maneras de expresar la idea, con
cierto arraigo en los antecedentes.
436
«Sustancia de la cosa que fuere objeto del contrato» (fórmula de arraigo histórico) se
equipara a «aquellas condiciones de la misma [la cosa] que principalmente hubieren dado moti-
vo a celebrarlo [el contrato]».
437
«Materia es ésta difícil de fijarse por reglas generales y claras», GARCÍA GOYENA, Con-
cordancias, art. 1016.
438
«La dificultad de estimar el cuánto del daño está íntimamente enlazada con la de fijar
los límites de la responsabilidad; las palabras del artículo francés para el caso de no haber dolo,
no dan una idea clara: ¿qué es lo que se previo o pudo preverse? Cada contrayente diría que él
previo los daños de diferente manera», GARCÍA GOYENA, Concordancias, art. 1016.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 161
439
Su fuente de inspiración es el Código civil italiano (art. 1128) y el Anteproyecto bel-
ga de Laurent (art. 1154). PEÑA, El Anteproyecto del Código Civil Español (1882-1888), Madrid
1965,pp.347,348.
440
El art. 1107 I la recoge con algún retoque, pues mientras el Proyecto 1851 exige que
la consecuencia sea «inmediata y necesaria», el CC sólo exige que sea «necesaria».
441
La entiende mejor ESCRICHE: «.. .exige la equidad que no se condene al contrayente
deudor sino en aquellos daños y perjuicios que se previeron o pudieron prever al tiempo del
contrato, cuando no ha dejado de cumplir su obligación por su dolo o engaño; y aun en el caso
de dolo, no deben comprenderse en la condenación otros daños y perjuicios que los que fue-
ran consecuencia inmediata y directa de la inejecución o de la mala ejecución del contrato»:
Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, nueva edición, 1851, sv. Daños y per-
juicios.
162 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
ler a las de la ley 2 1 , párrafo 3 , título 1, libro 19, del Digesto, utilitas quae cir-
co, ipsam rem consistit»442. Y para aclarar el significado de la expresión emplea-
da, utiliza algunos casos de este texto del Digesto 4 4 3 . Con esos ejemplos se disi-
pa cualquier duda.
«[C]ompré vino y no se me entregó: no se reputará daño o lucro cesante, que no
habría podido venderlo y negociar con su precio, porque la ganancia es incierta y
lejana, y hasta pude dejar de negociar».
«Compré trigo, y por no habérseme entregado murieron de hambre mis escla-
vos: yo no puedo pedir como daño el precio de ellos, sino el precio mayor que tuvo
el trigo o vino desde que debió ser entregado, porque esta mayor utilidad circam
rem ipsam consistit, y su pérdida, son una consecuencia inmediata, necesaria,
inevitable del contrato; la muerte de los esclavos es una cosa extrínseca, acciden-
tal, ajena del contrato, y que además pude evitar».
442
GARCÍA GOYENA rechaza la redacción del art. 1150 CCfr porque no entiende adecua-
damente el significado de la previsibilidad en este artículo, conforme a la doctrina de POTHIER.
Piensa en una previsibilidad puramente subjetiva y unilateral, conforme a lo que pueda prever
cada contratante, idea que, con razón, rechaza. Me atrevo a pensar que si GARCÍA GOYENA hubie-
ra entendido adecuadamente el significado de la previsibilidad en el art. 1150 CCfr, conforme
a la doctrina de POTHIER, no hubiera rechazado la expresión de este artículo.
443
Este texto, como ya he señalado, admite que «omnis utilitas emptoris in aestimatio-
nem venit, quae modo circa ipsam rem consistit», pero excluye, expresamente, la indemniza-
ción del lucro cesante que hubiera podido obtener el comprador, mediante la negociación de la
cosa (p. ej., vino). No es «circa ipsam rem».
444
La cita del Digesto está equivocada. En realidad se refiere a D. 18.6.20. Hermoge-
nianus libro secundo iuris epitomarum: «Venditori si emptor in pretio sol vendo moram fecerit,
usuras dumtaxat praestabit, non omne omnino, quod venditor mora non facta consequi potuit,
veluti si negotiator fuit et pretio soluto ex mercibus plus quam ex usuris quaerere potuit».
445
GARCÍA GOYENA, Concordancias, art. 1016.
446
GARCÍA GOYENA , Concordancias, art. 1016
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 163
Una vez que hemos llegado a la conclusión de que el supuesto de hecho del
art. 1107 I es unitario, y que se refiere al fin de protección del contrato, procede
preguntarse qué naturaleza jurídica tiene la regla contenida en este precepto,
según la cual el deudor de buena fe responde de los daños previstos o que se
hayan podido prever al tiempo de constituirse la obligación.
447
Compárese art. 1266: «Sustancia de la cosa que fuere objeto del contrato, o sobre
aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo». La
doctrina indica que la segunda formulación absorbe a la primera.
164 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
1) Norma dispositiva
do sobre el daño que debe ser indemnizado. En este caso es necesario acudir a la
interpretación del contrato para determinar cuál es su fin de protección y qué
daños deben ser indemnizados.
2. Esta manera de entender el art. 11071 es la que se corresponde con la doc-
trina de Pothier, que ya he expuesto. Recordaré, no obstante, brevemente, sus
aspectos esenciales, pues ha de ayudarnos para entender el artículo 1107 I.
a) Para Pothier la voluntad es el fundamento de las obligaciones que nacen
del contrato, tanto de la de prestación como de la de indemnizar los daños que
resultan del incumplimiento. El deudor, en virtud del contrato, asume la obliga-
ción de indemnizar los daños que resulten del incumplimiento del mismo.
b) Daño previsto es, para Pothier el que resulta indemnizable, por la volun-
tad expresa o tácita de los contratantes (especialmente del obligado).
c) A falta de pacto expreso, Pothier, inspirándose en la idea romana del
daño «propter ipsam rem non habitam» (ya que utiliza el modelo de las obliga-
ciones de dar o entregar cosas), delimita el daño indemnizable teniendo en cuen-
ta la función o finalidad típicas del contrato celebrado 448 . El acuerdo de los con-
tratantes puede ampliar la responsabilidad del deudor, más allá de estos
contenidos típicos 449 .
d) En Pothier también aparece, de modo reiterado, la idea de imprevisibi-
lidad del daño, con una función excluyente. Imprevisible es el daño que, pudien-
do considerarse, en principio, comprendido entre los daños indemnizables con-
forme al fin del contrato («previsto en el contrato»), queda excluido de la
indemnización porque en el momento de contratar era imprevisible para el deu-
dor. Puesto que el fundamento de la indemnización está, según Pothier, en la
voluntad, la impre visibilidad de un daño excluye su indemnización, porque no
se puede entender querido lo no conocido 450 .
448
Tal daño no se limita al valor de la cosa (aestimatio rei). Comprende el interés del
acreedor (comprador, arrendatario) en obtener o mantener la cosa. Lo que obliga al vendedor
a indemnizar al comprador por el aumento de precio de mercado de la cosa no entregada, o al
arrendatario, que pierde por evicción la casa arrendada, el gasto de traslado a otra casa y el
mayor precio del nuevo arrendamiento. Comprende igualmente el interés del acreedor en obte-
ner los productos de la cosa objeto de la prestación, mediante el uso conforme al derecho adqui-
rido, o un uso previsto en el contrato. Por ejemplo, si el inmueble se arrienda para establecer
un comercio será indemnizable el daño en el ejercicio de esa actividad. Comprende también el
interés en mantener la integridad de otros bienes del acreedor, cuando ese riesgo se imputa al
deudor, por su condición de perito.
449
Por ejemplo, una cláusula expresa del contrato puede garantizar el lucro cesante del
canónigo que no puede tomar posesión del beneficio por el retraso en la entrega del caballo
comprado. O el arrendar un inmueble para actividad de tienda o alberge le da derecho al arren-
datario a obtener en caso de evicción el lucro perdido.
450
Los ejemplos de daño imprevisible que propone POTHIER son éstos: los muebles per-
didos por la ruina del edificio, cuya existencia en él no sea previsible; el extraordinario incre-
166 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
Tras esta breve exposición de las dos hipótesis interpretativas del artículo
1107 I, es conveniente hacer una consideración de tipo práctico.
Desde un punto de vista teórico podemos encontrar diferencias significati-
vas entre una y otra. Pero desde un punto de vista pragmático, las diferencias
seguramente han de ser menores, ya que en ambas, producido el daño, el de-
sacuerdo de las partes obligará al juez a interpretar el contrato, para determinar
si el daño está implícitamente excluido, en el caso de la primera hipótesis, o si
está implícitamente incluido, en el caso de la segunda. Con justificación dife-
rente en uno y otro caso, el juez se enfrentará con la tarea de reconstruir el fin
de protección del contrato. Esto puede explicar las dudas que, en el Common
Law, suscita la verdadera naturaleza de regla de la foreseeability.
Segundo, porque esta solución ofrece también un método más adecuado para
establecer, en cada caso, el fin de protección del contrato y determinar así el daño
indemnizable. Permite, por medio de la interpretación, reconstruir una solución
razonable, según las particularidades de cada caso. Evita el peligro de imputar
daños, por el mero hecho de ser previsibles, en casos en los que el contrato, ade-
cuadamente interpretado, no justificaría esa imputación.
mentó de valor del viñedo perdido por evicción, como consecuencia de la construcción de un
canal de navegación; el precio inmenso del licor perdido en el tonel defectuoso vendido; las
joyas y muebles valiosos perdidos en la ruina del edificio.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 167
Las expresiones, daños previstos y daños que se hayan podido prever, utili-
zadas por el artículo 1107 I, son literalmente equívocas. Pero cobran sentido al
ser entendidas conforme a la doctrina de Pothier.
1. Daños previstos no son los que prevé, unilateralmente, el deudor al tiem-
po de contratar, como posible consecuencia de su incumplimiento. La expresión
daños previstos se refiere a los daños contemplados en el contrato. Es equivalen-
te a «daños previstos en el contrato».
Sin embargo, como sabemos, no es normal que en un contrato podamos
encontrar una previsión expresa sobre los daños indemnizables en caso de incum-
451
PANTALEÓN, ADC, 1991, p. 1029.
452
La interpretación nos obliga a combinar el principio de la voluntad con e! de respon-
sabilidad por la confianza.
168 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
453
MEDICUS, aunque se mueve en las coordenadas dogmáticas del Derecho alemán,
admite que puede ser indemnizable un daño imprevisible, comprendido en elfinde protección
de la norma, Schuldrecht IAT, 17.a ed., RN 600, p. 222.
454
LANGE, Schadensersatz, 1979, p. 79.
455
LANGE, Schadensersatz, 1979, p. 99 (ahí cit. RABEL, REISER).
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 169
Si los contratantes no están de acuerdo sobre los daños que han de ser indem-
nizados, la tarea de interpretar el contrato deberá realizarla el tribunal al que
sometan su controversia. El tribunal ha de utilizar, como en cualquier otro caso,
todos los medios de interpretación oportunos. En relación con la cuestión que nos
ocupa, conviene recordar algunos criterios de interpretación especialmente opor-
tunos para determinar los daños imputables.
457
LARENZ/WOLF, Allgemeiner Teil des Bürgerlichen Rechts, 9. a ed., München 2004, pp.
522 ss.
458
CASTRO, El Negocio Jurídico, Madrid 1967, § 112 d), pp. 88, 89.
172 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
2. El artículo 1107IICC
a) Su función
La razón de ser del art. 1107 II es ésta: el dolo de un contratante, que acom-
paña a un acto de incumplimiento del contrato, impide que le sea aplicable, de
manera exclusiva, el sistema ordinario de imputación objetiva de daños de la res-
ponsabilidad contractual, establecido en el art. 1107 I. El sistema ordinario con-
figura, a partir del contrato, adecuadamente interpretado, el interés protegido, y
limita a la lesión de ese interés el daño indemnizable causado por el incumpli-
miento. Pero cuando el incumplimiento supone (además de incumplimiento) un
acto doloso de un contratante (el deudor), que daña bienes o intereses del otro
contratante distintos de los incluidos en el fin de protección del contrato, no pode-
mos limitar la indemnización a estos últimos. Estamos traspasando los límites
ordinarios del fin de protección del contrato.
La regla del art. 11071 supone atribuir carácter neutro al incumplimiento. Así
se explica que este precepto pueda denominar al deudor incumplidor, «deudor de
459
Resulta interesante recordar una afirmación de Lord HOFFMAN en Transfield Ship-
ping Inc (Appellants) v. Mercator Shipping Inc. «12. It seems to me logical to found liability
for damages upon the intention of the parties (objectively ascertained) because all contractual
liability is voluntarily undertaken. It must be in principie wrong to hold someone liable for
risks for which the people entering into such a contract in their particular market, would not
reasonably be considered to have undertaken».
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 173
buena fe» 460 , para contraponerlo al deudor doloso 461 . El incumplimiento no mere-
ce más reproche subjetivo que el de no haber ejecutado el contrato 462 ; ni siquiera
el incumplimiento que implica omisión de la diligencia debida (culpa) 463 merece
un reproche añadido distinto del propio del incumplimiento 464 . El incumplimien-
to no determina más consecuencia que la de indemnizar los daños correspondien-
tes al fin de protección del contrato (si no existe causa de exoneración).
Cuando el incumplimiento del deudor no es neutro (no es el mero hecho de la
falta de ejecución del contrato)465 sino que, por existir dolo, constituye, además, un
acto por sí mismo reprobable, hemos de enjuiciar esa conducta como una fuente de
responsabilidad sobreañadida, distinta de la del mero incumplimiento; y hemos de
establecer un sistema diferente de imputación de daños. Es decir, tenemos que
ensanchar el ámbito de imputación de los daños indemnizables, por la reprochabi-
lidad del acto doloso y la lesión que produce a intereses no comprendidos en el fin
de protección del contrato. Ésa es la función de la regla del art. 1107 II.
460
LEÓN GONZÁLEZ recuerda que «los ejemplos con que tanto MOLINEO como POTHIER
ilustran su teoría [sobre previsibilidad]... formulada con pretensiones de generalidad, es decir
para cualquier caso de incumplimiento, la mayoría de ellos se refieren al saneamiento por evic-
ción o por vicios ocultos». Materia en la que «constantemente se está utilizando la contraposi-
ción entre deudor de buena fe y el que, por el contrario, obra scienter, es decir dolosamente,
pues conoce y lo oculta que la cosa vendida no le pertenece o tiene un vicio o defecto» («De
nuevo sobre el artículo 1107 del Código civil: Los daños previstos o previsibles», en: Estudios
de derecho de obligaciones en homenaje al profesor Mariano Alonso Pérez, coordinador Euge-
nio Llamas Pombo, 2006, p. 143). Esta observación es interesante, pero hay que tener en cuen-
ta que el término «conocidamente» del art. 1107 II, que no está en el art. 1151 CCfr, no lo
entiende así GARCÍA GOYENA («conocidamente ocasionado por el dolo», Concordancias, art.
1116, P-1851). Un estudio histórico y de Derecho comparado sobre el dolo del deudor puede
verse en: LUPOI, // dolo del debitore nel diritto italiano efrancese, 1969.
461
Cosa que ha dado lugar a interesantes reflexiones: vid., por ejemplo, DÍEZ-PICAZO,
Fundamentos del Derecho civil patrimonial. I. Introducción, Teoría del contrato, Las relacio-
nes obligatorias, 1.a ed., 1970, p. 702.
462
Sobre la problemática de una construcción de la responsabilidad jurídica vid. HONO-
RÉ, «Responsability and Luck,The Moral Basis of Strict Liabiliy», en: Responsibility and Fault,
1999, pp. 14-40.
463
Antes del Código civil se define así la culpa: «Culpa es todo acto indeliberado por
el cual se perjudica injustamente a alguno», GÓMEZ DE LA SERNA/MONTALBÁN, Elementos del
Derecho civil y penal de España, II 1986, p. 191.
464
BADOSA intenta diferenciar entre buena fe y culpa: «Buena fe sólo indica negación de
dolo sin ulterior caracterización, mientras que culpa es además ilicitud, ya que se funda en una
infracción de la diligencia exigible. La culpa es una buena fe cualificada por la ilicitud» {La
diligencia y la culpa del deudor en la obligación civil, 1978, p. 711). Esta distinción, sin duda
aguda, resulta innecesaria si utilizamos un concepto unitario de incumplimiento. La culpa (omi-
sión de la diligencia debida) es un incumplimiento.
465
Incluyendo la omisión de la diligencia debida (culpa).
174 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
doble dimensión jurídica: la del incumplimiento del contrato y la del dolo que
reviste. Hemos de anticipar que dolo no significa en el art. 1107 II, simplemen-
te, incumplimiento voluntario.
466
Art. 9:503 PECL.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 175
467
CARRASCO parece combinar dos nociones de dolo en el art. 1107 II: «Entiéndese por
deudor de mala fe en el sentido de esta norma el deudor que incumplió por dolo... [E]l artícu-
lo 1107 II no se refiere únicamente al deudor que incurre en dolo en el cumplimiento (artículo
1101), sino a todo deudor que por dolo esté sometido a las resultas del resarcimiento (art. 1270,
II)», en: Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales, en Revista de Derecho Priva-
do, XV.l, 1088 a 1124, Madrid 1989, artículo 1107, VI, 1.
468 p u e s p ^ a i m p U t a r daños en el ámbito de protección del contrato no es necesario el
art. 1207 II. Los daños causados en ese ámbito serán indemnizables por virtud del art. 1107
I. Únicamente habrá que tener en cuenta que, por el dolo, no es posible la exoneración del
deudor.
176 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
que la regla general (art. 1107 I) no sea suficiente para justificar la indemniza-
ción del daño atribuible al dolo. No es necesaria cuando el daño causado por el
dolo sea indemnizable, aplicando la regla ordinaria de imputación de daños por
incumplimiento. Sobre este punto voy a insistir enseguida.
d) El daño indemnizable
469
El art. 1107 II se considera «una norma absurda» (CARRASCO, Comentario Edersa,
art. 1107, VI, 5).
470
«En este segundo párrafo [en caso de dolo] nos apartamos también del artículo 1151
francés, y damos mayor extensión que él a la responsabilidad: la citada ley del Código [C. 47.7]
no ponía tasa o coto a los delitos», GARCÍA GOYENA, Concordancias, art. 1016.
471
GARCÍA GOYENA, Concordancias, art. 1016.
472
«Pero, aun después de todo lo expuesto, será preciso convenir en que el prudente arbi-
trio del juez es casi tan lato en estimar las causas u ocasión del daño como en fijar su tanto; y
178 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
en el fondo le asigna al juez el papel de moderador de los daños, con lo cual pre-
tende limitar, a través de la discrecionalidad judicial, el amplio alcance de la regla
de imputación del art. 1016 P-1851.
para lo primero es necesario tacto más fino y mayor sagacidad que para lo segundo: puede ver-
se a POTHIER, números 160,169 y siguientes, tomo primero, De la venta». GARCÍA GOYENA, Con-
cordancias, art. 1016.
473
A esta conclusión llega también PANTALEÓN: «En materia de imputación objetiva del
daño, el contratante que incumple dolosamente no debe ser tratado de distinta manera que un
extraño que, sin relación contractual previa con el dañado, ocasione intencionadamente un
evento dañoso análogo. O dicho de otra forma: en la hipótesis de dolo del responsable, las solu-
ciones a los problemas de imputación objetiva del daño han de ser las mismas en materia de
responsabilidad contractual y extracontractual». (ADC, 44-4,1991, p. 1036). En el mismo sen-
tido, DELGADO ECHEVERRÍA: «[N]O hay razón alguna para imputar a este deudor [deudor dolo-
so] daños más allá de los que impondrían los criterios aplicables a la responsabilidad extracon-
tractual...» (en LACRUZ y otros, Elementos de Derecho Civil II-1, 1994, p. 214). También DE
ÁNGEL YÁGÜEZ, en MINISTERIO DE JUSTICIA, Comentario del Código Civil, II, 1991, art. 1107, p.
54: «El deudor doloso responde con la misma extensión que en la responsabilidad extracon-
tractual».
474
CARRASCO, que considera absurdo interpretar literalmente el art. 1107 II, no cree, sin
embargo, que el criterio de imputación utilizado en dicho precepto coincida con el de la res-
ponsabilidad extracontractual {Comentario Edersa, art. 1107, VI, 3). La dificultad está en bus-
car un criterio diferente del de la responsabilidad extracontractual. Ésta es su opinión: «[P]ues-
to que el art. 1107 es una norma absurda, hay que interpretarla de la manera en que mayormente
pudiera tener sentido. Y sólo lo tendría de interpretar "conocidamente" como "probadamente";
el acreedor tendría que justificar que el daño deriva "probadamente" del incumplimiento, y
habría que considerar no satisfecha la prueba cuando el daño fuese "too remóte". En estos casos,
no estaría dada la prueba» {Comentario Edersa, art. 1107, VI, 5). El intento de restringir los
daños imputables es plausible, pero la solución trata como un problema de prueba de la rela-
ción de causalidad lo que es un problema de determinación de una regla de imputación, para
el que no se ofrece una clara solución. Al final será el juez el que tendrá que establecer, cada
caso, la lejanía o proximidad, sin una regla que lo determine adecuadamente.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 179
475
Habría que recordar aquí las instrucciones dadas por la Ley de Bases del Código civil
en materias que, como ésta que me ocupa, están afectadas por las construcciones dogmáticas
de cada momento: «estableciendo los principios consagrados por las legislaciones modernas»
(art. 20 Ley de Bases CC). Este mandato puede justificar una readaptación interpretativa de los
preceptos, conforme a la evolución del sistema de instrumentos dogmáticos que utilizamos para
aplicar el derecho.
476
PANTALEÓN reconoce la utilidad del criterio de la «adecuación», aunque no le atribu-
ye el valor que yo le atribuyo en el texto, «Causación e imputación objetiva: Criterios de impu-
tación», en: ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE DERECHO CIVIL, Centenario del Código civil, 1990,
II, p. 1590.
477
Éste es el momento que ha de ser tenido en cuenta, puesto que el supuesto de respon-
sabilidad, aunque esté tratado en el marco de la responsabilidad contractual, tiene rasgos de la
responsabilidad extracontractual.
180 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
El deber de mitigar el daño 478 , como ha dicho Ana Soler Presas, «exige al
acreedor del resarcimiento la adopción de todas aquellas medidas que, atendidas
las circunstancias del caso, se estimen razonables para evitar o paliar la propa-
gación de las consecuencias del daño causado» 479 ; e, incluso, podríamos añadir,
para evitar que el daño llegue a producirse 480 .
El deber de mitigar el daño no está expresamente contemplado en el Código
civil 481 , pero puede afirmase que está vigente en nuestro ordenamiento. Lo
encontramos regulado en el artículo 77 CISG. Un sector de la doctrina lo invo-
ca 482 . Y en la jurisprudencia del TS podemos encontrar casos resueltos confor-
me a él, aunque no sea mencionado de manera expresa 483 ; algunos de estos casos
son, precisamente, de indemnización de lucros cesantes. Es, además, una regla
que, bajo formulaciones diversas, podemos encontrar en el Derecho comparado
y que tiene cierta proyección histórica. Se ha utilizado por los romanistas para
478
«Reducir el daño» es la expresión utilizada en la STS 03-03-1998.
479
SOLER PRESAS, ADC, 1995, p. 960.
480
El comprador que recibe la comunicación del vendedor de que no podrá entregarle a
tiempo la mercancía, puede evitar que el daño de la falta de entrega puntual se produzca, com-
prándosela a otro proveedor.
481
PANTALEÓN considera conveniente incorporar al Código civil normas relativas al deber
de mitigar el daño, ADC (1993), p. 1743.
482
DE ÁNGEL, Tratado de responsabilidad civil (1993), p. 847; PANTALEÓN, en: MINIS-
TERIO DE JUSTICIA, Comentario, p. 1993. De modo parecido: DÍEZ-PICAZO, SOLER PRESAS y
CARRASCO.
483
Así, por ejemplo, la STS 15-11-1994 justifica la reducción de la indemnización del
daño causado por un banco a su cliente, al haberle privado indebidamente de la tarjeta de cré-
dito y del correspondiente seguro de accidentes, en la concurrencia de causas o de imprevisio-
nes; pues el cliente no contrató en el viaje en el que sufre el accidente mortal un seguro. Vid.
SOLER PRESAS, «El deber de mitigar el daño (Apropósito de la STS, 1 .a, de 15 de noviembre de
1994)», ADC, 1995, pp. 951 ss.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 181
explicar la solución de algún pasaje del Digesto 484 . Pothier la utiliza, sin men-
cionarla, cuando trata de delimitar los daños indemnizables en caso de dolo del
deudor 485 . Todo esto nos permite sostener que el deber de mitigar el daño expre-
sa un criterio de racionalidad jurídica, que en nuestro ordenamiento puede conec-
tarse con las exigencias de la buena fe 486 .
La aplicación del deber de mitigar el daño tiene especial importancia en la
indemnización del lucro cesante producido por el incumplimiento, por el peligro
de que este tipo de daño se extienda excesivamente. Para el acreedor insatisfe-
cho supone que tiene que tomar medidas (razonables), de diversa índole, para evi-
tar o reducir el lucro cesante. Y para el deudor supone sustituir la indemnización
del lucro cesante mitigable por la indemnización del coste de las medidas adop-
tadas para evitarlo o reducirlo. Su efecto es excluir (o sustituir) la indemnización
del daño evitable o mitigable, o reducir la cuantía de la misma 487 .
Las situaciones sobre las que actúa el deber de mitigar el daño pueden ser
diferentes.
En ocasiones no es posible mitigar directamente el daño causado por el
incumplimiento, por ejemplo, mediante una operación de reemplazo que permi-
ta al acreedor obtener la ganancia frustrada por el incumplimiento. Así sucede
cuando la prestación incumplida tiene un objeto específico, y no se puede obte-
ner otro en el mercado. En ese caso, el incumplimiento del vendedor, que, por
ejemplo, no entrega el cuadro vendido, por habérselo transmitido a un tercero,
impide definitivamente al comprador obtener el provecho; pensemos en la reven-
ta de ese cuadro a un precio superior al de adquisición. Ocurre algo parecido
cuando la operación de reemplazo, realizada por el acreedor tras el incumpli-
miento, no subsana la pérdida de volumen en la serie de operaciones que podría
haber realizado el acreedor en el correspondiente período de tiempo. El acreedor
queda privado de la ganancia adicional que debería haberle proporcionado el con-
trato incumplido y resuelto (venta, prestación de servicios), porque la ganancia
484
RABEL, Das Recht des Warenkaufs, p. 476; BELOW, Lucrum cessans, München 1964,
p. 124.
485
Aun en caso de dolo del deudor, que amplía los daños indemnizables, POTHIER exclu-
ye aquellos que hubiera podido evitar el acreedor (dañado) poniendo los medios oportunos. Si
no puede cultivar la tierra por la muerte de sus bueyes (a causa de la vaca infectada que dolo-
samente le han vendido), ese lucro cesante puede mitigarlo comprando o arrendando otros bue-
yes o dando en arrendamiento las tierras, POTHIER, Traite des Obligations, núm. 167.
486
Así DÍEZ-PICAZO, Fundamentos II (2008), p. 783.
487
Un ejemplo en POTHIER, Obligations, núm. 167; o en STS 28-01-2000.
182 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
frustrada era compatible con la nueva que produce la operación de reemplazo rea-
lizada 488 .
En otras ocasiones el lucro cesante es evitable o reducible, adoptando medi-
das de mitigación. Si el lucro cesante considerado, objeto de mitigación, es un
lucro que el acreedor obtiene de una sola vez (p. ej., la reventa de la cosa) y es
posible la mitigación por una operación de reemplazo, la práctica de ésta impide
que la pérdida del lucro se produzca 489 . Si se trata de un lucro que había de pro-
ducirse de modo continuado, durante cierto tiempo o por tiempo indefinido (p. ej.,
arrendamiento, sociedad, contratos de colaboración), la consideración del deber
de mitigar el daño también permite establecer el límite temporal de indemniza-
ción del daño 490 . Porque no es adecuado que los acreedores descansen indefini-
damente en la responsabilidad del deudor, sin reajustar su situación económica.
488
Sobre este problema, PANTALEÓN, ADC (1989), p. 1144 ss.
489
Por ejemplo, el comprador que reclama indemnización al vendedor, que no le entre-
ga la cosa comprada, por la pérdida del beneficio de la reventa, puede verse privado de esa
indemnización, si en las circunstancias concretas era razonable adquirir otra, cobrando el mayor
precio de adquisición al vendedor.
490
Por ejemplo, el arrendatario de un local de negocio que se ve privado de él por cau-
sa imputable al arrendador no puede pretender que el arrendador le abone los lucros netos que
hubiera obtenido durante el tiempo de duración del contrato, siendo posible arrendar otro local
y continuar en él el negocio con un lucro parecido.
491
HARRIS , Benjamín 's Sale of Goods, 4.a ed., 1992, 16-044 ss.
492
PANTALEÓN advierte sobre los peligros de la generalización de la regla, ADC (1993),
p. 1743.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 183
493
El criterio se utiliza también en la STS, Sala 3. a , 06-02-2007, para determinar la
indemnización procedente en caso de expropiación, que provoca el cese de actividad de una
industria. «[S]igue el criterio jurisprudencial de delimitar el ámbito a la evaluación de los bene-
ficios dejados de percibir (lucro cesante) durante el tiempo exclusivo de traslado y los gastos
de explotación que resultan inevitables durante ese período (daño emergente), y en atención al
tiempo estimado de cuatro a seis meses para llevar a cabo el traslado de la industria, fija como
lucro cesante por cese de la actividad durante ese tiempo la cantidad de 28772.560 ptas.».
184 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
¿En qué momento tiene que proceder el acreedor a adoptar las medidas palia-
tivas del daño y, en particular, la operación de reemplazo?
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 185
El carácter flexible de la regla de mitigación del daño (buena fe, criterio razo-
nable) impide fijar de antemano el momento de la adopción de las medidas palia-
tivas (operación de reemplazo) y establecer, de modo cerrado, las que han de ser
adoptadas. La determinación depende de las circunstancias de cada caso. Y ha
de tenerse presente cuál es la actitud adoptada por el deudor ante su propio
incumplimiento.
En lo que se refiere a la oportunidad de ejecutar una operación de reempla-
zo, habrá que tener en cuenta si el acreedor ha ejercitado, adecuadamente, un
remedio que justifique el no realizar, por el momento, la operación de reempla-
zo. Si el acreedor resuelve el contrato, conforme a la CISG tendrá que proceder,
de inmediato, a realizar una reparación de reemplazo que evite el incremento del
lucro cesante. Pero si el acreedor da un plazo al deudor para que proceda a la sub-
sanación del cumplimiento defectuoso, durante ese plazo no es procedente rea-
lizar una operación de reemplazo (cfr. 47 CISG). Si ese plazo contiene la adver-
tencia de que, de no ser atendido, el acreedor procederá a encargar la
subsanación a un tercero, la subsanación que gestiona el acreedor deberá produ-
cirse en tiempo razonable, a partir del momento en que el deudor deje de aten-
der el plazo que le ha sido dado.
El hecho de que la operación de reemplazo deba ser ejecutada bajo presu-
puesto de razonabilidad o conforme a las exigencias de la buena fe permite valo-
rar la conducta del deudor para poder establecer si es oportuno reprochar al acree-
dor el incumplimiento del deber de mitigar el daño. Si el deudor, admitiendo su
incumplimiento, reconoce al acreedor la facultad de procurarse, por sí, por vía
sustitutoria, la satisfacción del crédito y el acreedor acepta esa propuesta, la fal-
ta de ejecución de la medida oportuna o el retraso en su adopción impide al acree-
dor reclamar al deudor el lucro cesante que se podría haber evitado. El hecho de
que el deudor no reconozca su incumplimiento (o cumplimiento defectuoso que
requiera subsanación) no excluye, por sí mismo, que el acreedor deba adoptar las
medidas oportunas para mitigar el daño. Pero habrá que tener en cuenta en qué
medida la confianza que genera en el acreedor la actitud del deudor sobre la sub-
sanación del incumplimiento justifica el retraso del acreedor en adoptar medidas
oportunas para paliar el daño.
2. Resolución e indemnización
494
Por ejemplo: por los defectos de la lavadora comprada se estropeó la ropa del com-
prador. La reparación de la lavadora subsana el defectuoso cumplimiento, pero el vendedor está
obligado a indemnizar al comprador el valor de la ropa.
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 187
interés positivo. Es ésta, además, una regla que prevalece en el Derecho com-
parado. Incluso ha sido introducida en el Derecho alemán, tras la reciente re-
forma del BGB. El Derecho alemán fue hasta esta reforma una significativa
excepción.
En nuestro ordenamiento, es cierto, algunos autores han sostenido que, en
caso de resolución, sólo procede la indemnización del interés negativo, lo cual
excluye la indemnización del lucro cesante producido por el incumplimiento del
contrato 495 . Pero, frente a este criterio, Fernando Pantaleón puso de relieve en el
año 1989 las sólidas razones que justifican que, en caso de resolución, el acree-
dor insatisfecho pueda reclamar indemnización del interés positivo 496 . Muy
recientemente, Diez-Picazo ha insistido en la misma idea. Entiende que la indem-
nización prevista en el art. 1124 «debe considerarse referida a los parámetros del
art. 1106»497; es decir, a los parámetros de la responsabilidad contractual.
2. La indemnización del interés positivo en caso de resolución podemos
justificarla como una consecuencia de la función de la resolución en el marco del
nuevo modelo de construcción dogmática del incumplimiento del contrato y sus
efectos 498 .
El efecto desvinculador de la resolución libera a los contratantes de sus obli-
gaciones, en lo que se refiere al cumplimiento, y genera deberes de restitución,
pero no puede afectar al núcleo esencial de la relación obligatoria: la garantía,
asumida por el deudor, de satisfacer el interés del acreedor justificado en el con-
trato. Lo que sucede es que este interés, tras la resolución, se satisface por medio
de la pretensión indemnizatoria, si el daño persiste.
La resolución es hoy un remedio jurídico que permite al acreedor insatisfe-
cho sustituir la vía natural de satisfacción de su interés, a través del cumplimien-
to puntual del deudor (prestación), por la vía de la indemnización, considerado
el deber de mitigar el daño. La indemnización está dirigida, en este caso, tanto a
permitirle la satisfacción de su interés en obtener o realizar la prestación, al pre-
495
Una exposición y crítica de esa doctrina en PANTALEÓN, «Resolución por incumpli-
miento e indemnización», ADC (1989), p. 1148.
496
PANTALEÓN se apoya en argumentos de Derecho comparado, donde la indemniza-
ción del interés positivo es la solución dominante (con la excepción, en ese momento, del
Derecho alemán, hoy ya no, § 325 BGB) y de Derecho uniforme, así como en la jurispru-
dencia del TS [«Resolución por incumplimiento e indemnización», ADC (1989), pp. 1149-
1151, 1155 ss.].
497
DÍEZ-PICAZO, Fundamentos del Derecho patrimonial civil, II. Las relaciones obliga-
torias (2008), p. 876.
498
Podría pensarse que DÍEZ-PICAZO tiene un punto de vista diferente en, Fundamentos
del Derecho patrimonial civil, II. Las relaciones obligatorias (2008), pp. 871, 872. Pero en
realidad DÍEZ-PICAZO se está refiriendo a los deberes de prestación y no al deber de indemni-
zación.
188 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
trato sinalagmático (sobre el que opera la resolución), que el precio cobrado por
el contratante obligado a la prestación de bienes o servicios incluye no sólo el
valor atribuido a la prestación, sino la estimación del riesgo asumido, en caso de
incumplimiento, por los daños que deba reparar 499 . Pero esta consideración plan-
tea, aparentemente, alguna dificultad en caso de resolución del contrato.
La resolución permite al contratante insatisfecho liberar los recursos econó-
micos destinados al cumplimiento de la obligación, mientras que al contratante
que ha incumplido el contrato no le libera del todo: le libera del deber de pres-
tación pero no del deber de indemnizar; y hay que tener en cuenta que el cum-
plimiento del deber de indemnizar puede ser para el deudor más costoso que el
cumplimiento de la obligación inicial. Esto nos plantea una importante cuestión:
¿el contratante incumplidor queda obligado a indemnizar al otro contratante el
interés en el cumplimiento del contrato (interés positivo) sin recibir nada a cam-
bio, como consecuencia del efecto liberatorio/restitutorio de la resolución?
Si esto fuera así, la indemnización por incumplimiento, en caso de resolu-
ción, dejaría de estar justificada en la lógica del contrato, basada en la voluntad
y en la conmutatividad (prestación a cambio de contraprestación o responsabili-
dad), y tendríamos que justificarla, exclusivamente, en un deber impuesto por la
ley; algo más propio de la responsabilidad extracontractual que de la contrac-
tual 500 . Desde la lógica del contrato en la que hemos de encuadrar la responsa-
bilidad contractual, la indemnización implicaría una ventaja para el acreedor
(enriquecimiento justificado por la ley). El acreedor insatisfecho que paga para
satisfacer su interés por medio del cumplimiento de la contraprestación, nada ten-
dría que pagar para satisfacerlo por la vía de la indemnización. Y hay que tener
en cuenta que el interés lesionado por el incumplimiento no es, como el interés
de conservación, un interés previo del acreedor que deba ser respetado, sino un
interés que surge del contrato y se fundamenta en la causa de éste. Siendo ésta
onerosa, tiene su justificación en la contraprestación dada por el acreedor. En la
lógica de la responsabilidad contractual no es posible, por tanto, imponer al deu-
dor el deber de satisfacer el interés del acreedor, por medio de la indemnización,
sin compensación económica alguna, obtenida por la vía de la contraprestación
o por otra vía.
499
Ese riesgo traspasa los límites del valor de la prestación.
500
DE ÁNGEL YÁGÜEZ es contrario a fundar la responsabilidad contractual en el pacto
(convención tácita), «por cuanto la responsabilidad es una consecuencia legal del incumpli-
miento, no susceptible de ser eliminada en sus efectos por una simple presunción (la de que se
previeron los daños); más correcto parece buscar el fundamento de la norma en una excepción
al principio general de que quien causa un daño debe procurar su reparación integral... [El]
artículo 1107 I hace pensar en un trato de favor al deudor de buena fe que incumple y su fun-
damento se encontraría en una exigencia de equidad», en: MINISTERIO DE JUSTICIA, Comentario
al Código Civil, II, 1991, art. 1107, p. 58.
190 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE
La respuesta que hemos de dar a la cuestión que nos ocupa es que la resolu-
ción no impide al deudor mantener la ventaja del mayor precio percibido para
cubrir el riesgo de la indemnización por incumplimiento. La resolución, aunque
priva al deudor, obligado a indemnizar, del derecho a obtener la contraprestación,
no le impide reducir la indemnización en la cuantía del precio recuperado por el
acreedor; o, dicho de otro modo, el precio recuperado por el acreedor insatisfe-
cho se descuenta de la indemnización. El efecto económico de ese descuento es
equivalente al que se hubiera producido si el deudor hubiera obtenido el precio
que cobró por garantizar la satisfacción del interés del acreedor.
1. Tanto los provechos que le sean restituidos al acreedor como los rete-
nidos por él (definitivamente atribuidos) por consecuencia de la resolución han
de ser tomados en cuenta a la hora de liquidar la situación; y, de existir, han de
compensarse con la cantidad debida en concepto de indemnización del deño, por
tanto también del lucro cesante. Como ya he dicho, la función de la indemniza-
ción no es enriquecer al acreedor, y éste se enriquecería si de la indemnización
no se descontara la ventaja que, directamente, le haya producido la resolución
del contrato.
La ventaja que de modo directo produce al acreedor el efecto liberatorio o
restitutorio de la resolución no tiene una causa propia que pueda justificar que
el acreedor se enriquezca con ella. En cambio, la ventaja indirecta que pueda
proporcionar la resolución al acreedor, por ejemplo, el poder vender, de nue-
vo, la cosa a un precio superior al de la venta resuelta, es una ventaja respecto
de la cual puede cuestionarse si ha de ser tenida en cuenta para reducir la
indemnización. No debe ser tenida en cuenta si se ha producido gracias a su
capacidad de negociación, porque tiene una razón que justifica su apropiación.
Es dudoso que no sea tomada en cuenta cuando no existe esa razón de apropia-
ción; por ejemplo, se debe a la evolución de los precios en el mercado.
2. Para ilustrar las consideraciones anteriores voy a poner un ejemplo.
Supongamos que el comprador de un complejo turístico resuelve el contrato por
el incumplimiento esencial del vendedor. La resolución del contrato le obliga no
sólo a restituir al vendedor el complejo turístico que le fuera entregado, sino los
beneficios que ha obtenido durante el tiempo de explotación. Y el vendedor debe
restituirle el precio recibido con los intereses. Pero al mismo tiempo, el incum-
plimiento del vendedor le obliga a indemnizar al comprador, durante cierto tiem-
po, los lucros que le garantiza el contrato. La indemnización del lucro cesante
del comprador debe tomar en cuenta en este caso el beneficio que obtiene el com-
ANTONIO MANUEL MORALES MORENO 191
prador al recibir, por vía restitutoria, los intereses del precio pagado (desde que
lo pagó hasta que le es restituido).
Si, en lugar de proceder de este modo, nos limitásemos a considerar compen-
sados globalmente (de modo abstracto) los frutos con los intereses, sin conside-
rar la cuantía de unos y otros, no estaríamos atendiendo adecuadamente a la exi-
gencia de indemnización del comprador: no estaríamos calculando
adecuadamente el lucro cesante del comprador.
El art. 1486 II 501 nos plantea la cuestión de si, conforme al CC, es compati-
ble el ejercicio de la acción estimatoria con la indemnización del lucro cesante.
Pues, entendido en sus propios términos, sólo reconoce al comprador derecho a
la indemnización «si optare por la rescisión».
501
Como el art. 1408P-1851.
192 INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y LUCRO CESANTE