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En el capítulo III, refiriéndose a las ideas corrientes de la ciencia política, como ya, en el

capítulo anterior, se había referido a las de la teoría económica, Weber define los diversos
fundamentos de legitimidad de las diferentes formas de poder. Se reconocen tres tipos de poder
legítimo: el poder legal (racional), que "se apoya en la creencia en la legalidad de
ordenamientos establecidos"; el poder tradicional, que "se apoya en la creencia diaria en el
carácter sagrado de las tradiciones válidas desde siempre"; y el poder carismático, que "se apoya
en la entrega extraordinaria al carácter sagrado de una persona". En el breve capítulo IV, último
de la primera parte, se distinguen y aclaran los conceptos de casta y clase, y especialmente los
de situación de casta (condicionada por el modo de vida, por la educación, por el prestigio) y
situación de clase (condicionada económicamente).
La segunda parte del tratado, "La economía en relación con las ordenaciones y fuerzas sociales",
se dedica al análisis de la relación bidireccional (de condicionamiento recíproco) que existe
entre la economía y las diferentes formas de relación social. La comprensión del sentido y de la
medida de este condicionamiento es el objetivo que se propone Weber en el curso del análisis
de las diversas formas de comunidad y asociación: la comunidad doméstica y sus derivaciones
(capítulo III), la comunidad étnica (IV), la comunidad religiosa (V), la comunidad de mercado
(VI), las relaciones jurídicas (VII) y la comunidad política (VIII).
Como resultados de este estudio sistemático se deducen algunos fenómenos sociológicos típicos
del mundo occidental (por ejemplo, el abandono del sistema de cobertura del presupuesto,
propio de la comunidad doméstica y de las comunidades de ella derivadas, con la consiguiente
disolución de la familia; o el abandono de una postura religiosa que implica la negación del
mundo y su substitución por una ascética mundana que se empeña en una transformación ética
de la vida económica), fenómenos que establecieron condiciones necesarias o favorables para el
desarrollo de la economía capitalista moderna. Este examen permite a Weber plantear y resolver
el problema de la individualidad del capitalismo moderno, que se había venido colocando en el
centro de sus intereses.
El punto culminante de este análisis se produce, en Economía y sociedad, en el noveno y último
capítulo de la segunda parte ("Sociología de la dominación") y particularmente en el último
apartado del capítulo, titulado "La institución estatal racional y los partidos políticos y
parlamentos modernos (Sociología del Estado)". Weber trabaja teniendo en cuenta,
particularmente, dos grandes experiencias: la de la funcionalidad parlamentaria británica y la del
autoritarismo bismarckiano; es decir, tomando como referencia dos polos opuestos, el cesarismo
de un Bismarck y una eficiente democracia representativa como la inglesa.

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