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Existe un consenso mundial alrededor de la educación como un elemento fundamental para

garantizar el goce pleno de los derechos humanos. Por lo cual, durante el transcurso de este siglo,
la comunidad internacional a contraído unos acuerdos comunes en este campo, como lo evidencia
el compromiso de lograr la educación básica para todos los ciudadanos y todas las sociedades
adquirido en El Foro Mundial sobre la Educación, celebrado en Dakar (Senegal) durante abril de
2000. En donde se establece como una de las estrategias para lograr esta meta: Mejorar la
condición social, el ánimo y la competencia profesional de los docentes y en el desarrollo de esta
se reconoce el papel determinante que desempeñan los educadores para promover la calidad de
la educación y la necesidad de que estos puedan tener acceso a formación, promoción y apoyo
continuos de su carrera profesional. (UNESCO 2000)

De igual manera en el año 2015 la ONU aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en
ella, se establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental
de los 193 Estados Miembros que la suscribieron (Naciones Unidas (2018), La Agenda 2030 y los
Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-
P/Rev.3), Santiago.). La Agenda define 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Y el número 4
aspira a garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y a promover oportunidades de
aprendizaje permanente para todos.

El ODS 4 tiene diez metas y, en una de ellas, los Estados priorizan la preparación de los docentes y
se comprometen, para el 2030, en aumentar sustancialmente la oferta de profesores calificados,
entre otras cosas mediante la cooperación internacional entre los países más desarrollados y
aquellos en vías de desarrollo.

En 2013 la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe publicó un informe en el
que diagnosticó el estado de avance de los países de América Latina y el Caribe respecto del
cumplimiento de los seis objetivos de educación para todos establecidos en el Marco de Acción de
Dakar en 2000. Y nuevamente se hace un reconocimiento a los profesionales de la educación
estableciendo que sus capacidades son el pilar fundamental de la calidad educativa: “si los
alumnos no se encuentran en sus aulas con docentes capaces de generar mayores oportunidades
de aprendizaje, no se producirá un genuino mejoramiento de la calidad educativa”
(OREALC/UNESCO Santiago). Además de plantear la obligación facilitar su formación y
capacitación profesional.

Colombia cuenta entre sus políticas públicas con el Plan Nacional Decenal de Educación como hoja
de ruta para avanzar, precisamente, hacia un sistema educativo de calidad alineado con los
compromisos estatales anteriormente descritos. La construcción del plan se realizó a partir de los
ejercicios participativos con la comunidad interesada y desde su experiencia y conocimiento, la
Comisión Académica propuso 10 desafíos de la educación en Colombia e incluyo en estos la
construcción de una política pública para la formación de educadores y los lineamientos que
desarrollan este desafío apuntan a la elaboración de planes, programas y acciones dirigidas
mejorar y enriquecer su conocimiento disciplinar y sus prácticas pedagógicas. Además, pretende
“garantizar en la formación inicial, continua y avanzada de educadores el enfoque de educación
inclusiva, el enfoque de derechos, el uso pedagógico de las TIC y el desarrollo de competencias
socioemocionales y ciudadanas, para la construcción de paz y equidad” (MEN,2017).
Por otro lado, El mundo entero se está recuperando del proceso que le tocó experimentar frente
al giro copernicano que le presentó la pandemia (COVID 19) en el que el confinamiento generó
inseguridad, estrés y pánico colectivo.

Las instituciones educativas y todos los miembros de sus comunidades no fueron ajenas a esta
situación sin precedentes, si no que por el contrario se encuentran entre los más afectados por la
suspensión de clases y/o a la alternancia a la que se vieron obligados, afectando a más de
1.500.000.000 de estudiantes, y que aun después de pasado más de un año del inicio de la
pandemia afecta al 50% de los educandos del mundo según cifras de la UNESCO. (Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 2021).

En América Latina la situación no es menos preocupante como lo deja ver la UNICEF en el informe
Análisis del cierre de las escuelas en donde pone de relieve que 14 países del mundo
permanecieron cerrados en gran medida desde marzo de 2020 hasta febrero de 2021. Dos
terceras partes de esos países se encuentran en América Latina y el Caribe, y casi 98 millones de
niños en edad de asistir a la escuela resultaron afectados (Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia [UNICEF], 2021).

Colombia es un digno representante de esto, pero en respuesta al cierre de las escuelas se inició la
transición hacia la educación en escenarios virtuales. Lo cual ha sido un proceso complejo porque
no se cuenta con las condiciones ni con la capacitación de una parte de los docentes.

En el caso de las instituciones del municipio de Soledad a pesar del apoyo y orientaciones dadas
desde el MEN y la secretaría de educación municipal respecto a la implementación de plataformas
educativas, el uso de la colección g-suite y otras herramientas tecnológicas para hacer el paso de
lo presencial a los espacios asistidos por la tecnología, Se evidenció rápidamente dificultades en el
desempeño laboral de los docentes asociadas al poco manejo de las herramientas tecnológicas y al
no desarrollo de sus competencias digitales a causa de que la capacitación recibida durante su
formación profesional no se enfocó en el manejo de las Tics y en algunos casos por la reticencia
de docentes frente al cambio.

Todo este proceso generó de parte de los padres y estudiantes quejas frecuentes sobre el
desarrollo de las clases; desmotivación de las estudiantes hacia los procesos educativos y
preocupación en las instituciones por la posible deserción escolar y el bajo rendimiento académico
de las estudiantes.

Por lo cual se plantea en el presente trabajo de investigación la realización de talleres de


capacitación para desarrollar las competencias digitales y habilidades en el manejo de las
herramientas tecnológicas. Con la intención de fortalecer el rol del docente, las experiencias
pedagógicas y en consecuencia la calidad de la educación del municipio. Pensando a futuro en
impulsar la generación de contenidos digitales y la construcción de un repositorio municipal de
estos.

Las consideraciones expuestas nos llevan a plantear el siguiente interrogante:


¿Cuál es la relación que existe entre el desempeño laboral y capacitación docente en las
instituciones del municipio de Soledad Atlántico?

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