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Pensamiento 1

"El más excelso acto de amor que puedes realizar no es un acto de ser­
Orar con los cinco sentidos
vicio, sino un acto de contemplación, de visión. Cuando sirves a las perso­
nas, lo que haces es ayudar, apoyar, consolar, aliviar su dolor ... Cuando las
ves en su belleza y bondad interiores, lo que haces es traniformar y crear".

Anthony de Mello
Orar con los cinco sentidos

Vamos tan deprisa por la vida

que apenas si nos damos cuenta de las maravillas


que se encierran en nuestro propio cuerpo.
Orar con la vista
Se puede mirar de muchas maneras...
La maravilla de ver. ..
Pero sólo una es la adecuada.
La maravilla de oír.. .

¡Aprender a mirar
La maravilla de gustar..
La maravilla de oler... es un ejercicio imprescindible!

La maravilla de tocar..
En la mañana y durante el día, cae en la cuenta de cómo usas
Durante unas semanas vas a prestar atención a cada uno de tus tus ojos, tu mirada.

cinco sentidos para caer en la cuenta del uso que haces de cada uno Luego, mientras pasan las horas, fíjate en cómo lo haces, cómo
de ellos: si los llevas, por llevar, o si pueden ser cinco fuentes de vida, miras, qué m.iras... Cae en la cuenta que puedes ver muchas cosas, per-
de felicidad, y hasta de encuentro con Dios. sonas, situaciones ... , pero no mirarlas auténticamente. Junto a miradas
de cariño y compasión, puedes sorprenderte con otras de desprecio,
dominio o indiferencia.

Este entrenamiento te ayudará, también, en el campo de la fe,


donde el mirar con atención jugará un papel esencial. A modo de
ejemplo, puedes consultar el salmo 123 (122) y ver cómo oran los
afligidos, levantando, precisamente, sus ojos hacia Dios. También pue­
des aprender de Jesús en algunas escenas en las que se destaca precisa­
mente su modo de mirar: a los que no son bien vistos por otros (Le
7, 44), a sus discípulos (Mt 9,9; Le 22, 61-62), a personas sencillas (Le
21, 1-2), a personas enfermas (Le 13, 12), etc.Y pídele que te ens6ie a
mirar como Él.

En la noche, recuerda cómo te han dejado tus miradas: ¿Te que­


das en paz y contento/a? ¿Te atraen las cosas y las personas? ¿Te fijas,
de verdad, en lo que miras? ¿Tu modo de mirar te deja tranquilo/a, o
más bien inquieto/a o preocupado/a?Y si te has dejado sorprender por
las miradas de Jesús.

Tal vez, a partir de hoy, te hayas convencido de la importancia de


tu mirada y te sientas animado/a a núrar "de otra manera". Inténtalo.

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