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Planteamiento del problema

En esta investigación se abordará el tema de la obesidad infantil en puerto rico


sabemos que la obesidad infantil es un tema muy serio. El cual se define de la
siguiente manera. La obesidad significa tener demasiada grasa corporal. No es lo
mismo que sobrepeso, lo cual significa que el peso de un niño está en un rango
superior al de los niños de la misma edad y estatura. El sobrepeso puede deberse
a músculo, hueso o agua extra, así como también a demasiada grasa.

Esto sucede cuando los niños comen más alimento de lo que su cuerpo necesita
para la actividad y el crecimiento normales, las calorías adicionales se almacenan
en los adipocitos para su uso posterior. Si este patrón continúa con el tiempo, ellos
desarrollan más adipocitos y pueden presentar obesidad.

Normalmente, los bebés y los niños pequeños responden a las señales de hambre
y llenura, de manera que ellos no consumen más calorías de las que su cuerpo
necesita. Sin embargo, los cambios en las últimas décadas en el estilo de vida y
las opciones de alimentos han provocado el aumento de la obesidad entre los
niños.

Los niños están rodeados de muchas cosas que los llevan fácilmente a comer en
exceso y difícilmente a estar activos. Los alimentos que son ricos en contenido de
grasa y azúcar a menudo vienen en tamaños de porciones grandes. Estos factores
pueden llevar a los niños a ingerir más calorías de las que necesitan antes de que
se sientan llenos. Los comerciales de televisión y otros anuncios en pantallas
pueden conducir a la elección de alimentos poco saludables. La mayoría de las
veces, los alimentos en anuncios dirigidos a los niños son ricos en azúcar, sal o
grasas.

Otros factores en el ambiente del niño también pueden conducir a la obesidad. La


familia, los amigos y el entorno escolar ayudan a moldear la dieta y las opciones
de ejercicio del niño. El alimento puede utilizarse como una recompensa o para
consolar a un niño. Estos hábitos aprendidos pueden conducir a comer en exceso.
Muchas personas tienen dificultad para romper estos hábitos más adelante en la
vida.

La genética, las afecciones médicas y los trastornos emocionales también pueden


aumentar el riesgo de obesidad para un niño. Los trastornos hormonales o la baja
actividad tiroidea y ciertos medicamentos, como los esteroides o los
anticonvulsivos, pueden aumentar el apetito de un niño. Con el tiempo, esto
incrementa su riesgo de obesidad.

Un enfoque malsano en el hecho de comer, el peso y la imagen corporal pueden


llevar a un trastorno alimentario. La obesidad y los trastornos alimentarios a
menudo ocurren al mismo tiempo en niñas adolescentes y mujeres adultas
jóvenes que pueden estar descontentas con su imagen corporal.
Antecedentes

El aumento en la obesidad infantil ha sido tan grande en los últimos años que se
considera una epidemia que de no contenerse, las futuras generaciones podrían
tener una expectativa de vida menor que la de sus padres. Aproximadamente, en
Estados Unidos, según datos de los Centros de Control de Enfermedades (CDC
por sus siglas en inglés), entre las edades de 2-19 años hay cerca de 12.7
millones de niños obesos (17%). En 2011- 2012 la prevalencia (número totales de
casos) fue mayor entre los hispanos (22.4%). En Puerto Rico, se ha reportado que
en el año 2012 la obesidad infantil era 28.4%. En niños de 2-5 años del Programa
WIC el sobrepeso y obesidad en el añ0 2013 fue de 31.89%. Los datos nos
indican que la obesidad infantil es mayor entre los niños de padres con menor
educación y menor ingreso. Ante esta evidencia debemos preguntarnos, ¿Qué
estamos haciendo para combatirla?. Se deben buscar medidas para educar a la
población, particularmente a los grupos más afectados, para que conozcan y
entiendan los riesgos a los que se exponen los niños con obesidad. Las causas
para este aumento marcado se atribuyen tanto a los cambios dietéticos de esta
generación como a la falta de actividad física. Sin embargo, igual que muchas
otras condiciones su ocurrencia es producto de la interacción de varios factores,
entre los que se encuentran la genética (herencia), la conducta y el ambiente. Sin
embargo, para que ocurra esta influencia genética necesita existir conjuntamente
con factores ambientales y de conducta tales como un alto consumo de calorías.
Otras causas incluyen uso de ciertos medicamentos y otras exposiciones.

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