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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
DOCENTE: NAHUEL MONTES
CICLO LECTIVO 2022

LA ELABORACIÓN DEL PROBLEMA

Ejes:
-Tema y problema -Planteo del problema –Antecedentes y Estado de la cuestión -–Elaboración de los objetivos
Teoría y Marco Teórico -La función de los conceptos en la investigación -Fuentes de un trabajo científico -Las
hipótesis

La investigació n científica es un proceso que involucra un conjunto de decisiones y prá cticas. De esa
manera definíamos al diseñ o como el esquema de esas decisiones que tomamos acerca de acciones futuras
previas al control observacional. El objeto de esas decisiones es conocer algunas situaciones de interés.
Ahora bien, la definició n y delimitació n de estas situaciones de interés forma parte de un proceso de
construcció n y es la parte má s importante y fundamental del diseñ o. Conocer, en este sentido, puede
significar: describir, analizar, explicar, comprender o interpretar.
Como habíamos visto, distintos autores tienen diversas maneras para nominar y agrupar las fases que
hacen al proceso de investigació n y a la elaboració n del Problema. En todo caso, podemos decir que
cuando planteamos un problema lo que hacemos es relacionar conceptos relevantes con interrogantes. De
esta manera se define la situació n de interés. En primer lugar, esto implica localizar un problema, es decir,
situar un recorte de la realidad para estudiar. Una buena estrategia es contar con un buen título, dado que
el mismo cuando lo reconvertimos en pregunta resulta el interrogante principal al que le queremos dar
solució n. Este interrogante debe ser formulado de la manera má s clara y precisa posible.
Un buen problema debe poder ser inserto dentro de una estructura ló gica. Esto quiere decir que lo
relacionamos coherentemente con categorías analíticas en el contexto de un marco teó rico. Sin embargo,
no termina ahí la coherencia buscada, dado que en el armado de un diseñ o es imprescindible la
vinculació n de todos los elementos que componen el plan de trabajo. No puede estar desconectado el
planteo del problema de mis conceptos principales, ni de las hipó tesis de trabajo que voy elaborar, ni de
las variables que construyo a partir de ellos, ni de las formas que utilizo para medirlas de alguna manera.
No obstante, la coherencia también se logra con la relació n que hacemos de nuestro problema con los
problemas creados por otros investigadores y con discusiones en el campo disciplinar. Es por eso que un
punto importante lo constituye el hecho de que el problema sea reconocible para los demá s. Para tal fin
sirve realizar un Estado de la cuestión. Esto refiere a la acumulació n teó rico-prá ctica que podamos
realizar, aunque no se trata de juntar cosas así nomá s, sino de ordenar estudios previos que nos sirvan
para dialogar con nuestro trabajo. Las indagaciones preliminares que haremos a partir de lecturas
generales sobre el tema nos ayudará a identificar aspectos problemá ticos e ir delineando preguntas
específicas. Avanzaremos, de esta manera, sobre nuestro Estado de la Cuestió n (Estado del arte o
antecedentes). El mismo es un aná lisis relativo al estado de conocimiento sobre el problema en cuestió n,
nos previene de no investigar problemas ya trabajados y colabora en la tarea de encontrar puntos oscuros
que necesitan explicació n.
La dimensió n que refiere al reconocimiento que pueden hacer otros de nuestro problema, por lo
general, es manifestado de manera explícita en la justificació n que realizamos. En los protocolos de
investigació n tiene ítems específicos (aporte de los resultados e impacto de los resultados). Es ahí donde
explicamos qué contribuciones al conocimiento hacemos al resolver un determinado problema, en una
subdiciplina, en las ciencias sociales y qué impacto –econó mico, social, de gestió n- puede tener en la
comunidad.
Dicho lo anterior, queda claro que un buen comienzo para localizar un problema, o darle forma, es
realizar una revisió n de la literatura. En las disciplinas existen temas trabajados y otros menos
recurrentes. Hay tres aspectos bá sicos para evaluar esto: su contenido empírico, su enfoque teó rico y su
diseñ o metodoló gico. Hay temas que ya establecidos por la tradició n son parte de una agenda de
investigació n de la disciplina. En las Ciencias Econó micas, los siguientes temas son parte del acervo
disciplinar: desocupació n, empleo, desarrollo, comercio internacional, sistema financiero, inflació n, entre
otros. Cada disciplina, en la conformació n histó rica de su campo ha definido problemas y líneas de
investigació n reconocidos por la comunidad científica. No obstante, puede suceder que un problema
transgreda esas normas y se erija sobre pilares novedosos. Esto es porque en las Ciencias Sociales
hablamos de problematizar, lo cual en estas disciplinas puede incluir cualquier aspecto de la realidad.
Muchas veces se trata de atacar el sentido comú n cristalizado para construir el conocimiento. En todo
caso, no hay que olvidar que el contexto institucional en donde se pretende hacer la investigació n influye
tanto en temá ticas elegidas como en las perspectivas metodoló gicas escogidas.
Como decíamos, si tenemos en cuenta la literatura sobre el tema que va a conformar nuestro Estado de
la Cuestió n, podemos reconocer un gran problema y dentro del mismo ubicar nuestro problema má s
específico. Una posible estrategia para realizar esto es ir de lo general a lo particular. Desmenuzamos el
gran problema, lo descomponemos hasta hacerlo manejable segú n nuestras posibilidades y recursos, y
tomamos una parte constituida por un sub problema derivado del problema mayor. En otras palabras, lo
recortamos y lo convertimos en el problema de nuestra investigació n. Su descripció n puede obedecer a
este tipo de operació n en un proceso que sigue la siguiente ló gica: comenzamos por definiciones
generales, luego realizamos precisiones temporales y espaciales, seguimos con las discusiones al respecto,
avanzamos sobre la caracterizació n que hacemos del problema y luego manifestamos los interrogantes
que nos planteamos y có mo vamos a abordarlo. Si podemos tener en claro lo antedicho, estaremos en
condiciones de redactar correctamente las preguntas, los objetivos y la justificació n y viceversa.
Especificando un poco má s, conviene que diferenciemos las nociones de TEMA y de PROBLEMA.
Podemos pensarlo como un recorrido, dado que el tema podría ser nuestro primer recorte de la realidad,
en donde establecemos los conceptos principales. Para hacerlo operativo convertimos al tema en
problema. El Tema es má s general que el segundo término y no es directamente investigable debido a su
cará cter abstracto. Un tema tiene que dar lugar a una pregunta o a un conjunto estructurado de preguntas
que se pueden abordar empíricamente. En ese caso, ya hemos construido nuestro problema.
Las propiedades conceptuales que identifiquemos y vayamos especificando en el camino de
construcció n del problema van a constituir el foco de observació n empírica y fijará n los límites espacio
temporales, en el marco de los cuales será n analizadas las propiedades conceptuales. El problema siempre
se define a partir de un tema má s amplio que iremos especificando. A un tema le pueden corresponder
innumerables problemas, pero de un problema no se derivan innumerables temas, ya que el tema nos da
la directriz. La manera de construir el problema exige un determinado tipo de estrategia metodoló gica. Es
decir, nos condicionará el resto de nuestro trabajo.
Todos los autores coinciden que los objetivos son parte de la formulació n del problema. Los mismos
establecen lo que queremos conocer y nos indican las metas a alcanzar y el conocimiento a obtener. Se
expresan como resultados en direcció n a la solució n del problema. Suelen plantearse como oraciones con
verbos en infinitivos (analizar, comparar, establecer, definir) para subrayar su cará cter de guías de la
investigació n. Dado que los mismos son una orientació n acerca de lo que queremos conocer y có mo
queremos hacerlo. En escala de complejidad decreciente, los dividimos en generales y particulares o
específicos. Los primeros nos informan el motivo esencial por el cual desarrollamos el proyecto. Se
recomienda no realizar má s de dos, dado que tratan de captar lo primordial y no debe dar lugar a
dispersió n.
Ej.
 El objetivo de este estudio es ____________ (describir, analizar, explicar, interpretar,
comprender) el ____________ (tema y objeto de estudio) en _______________ (contexto tiempo- espacio ).

En cambio, los objetivos específicos tienen un cará cter má s operativo y responden a los que necesitamos
conocer para alcanzar el objetivo general. Estos deben estar articulados coherentemente y en funció n del
objetivo general. Mediante los mismos nos acercamos a los datos que necesitamos y está n relacionados
con las preguntas de investigació n, mediante las cuá les desgranamos el problema. Un buen texto sobre su
redacció n es el texto de Wainerman sobre los errores comunes en la formulació n de objetivos;
recomiendo leerlo.
Los problemas pueden ser formulados como preguntas. Decíamos al comienzo que una pregunta
principal nos brinda el interrogante principal al que le queremos dar solució n. La respuesta que daremos
al interrogante será empírica. Los objetivos será n el medio para llegar a dicha respuesta empírica, en tanto
que nos guían hacia lo que necesitamos conocer. Una vez establecido de esa manera el problema,
delineamos nuestra estrategia y construimos nuestros instrumentos para cumplir los objetivos.

Uno de los elementos esenciales en la investigació n es la teoría. Tanto es así que incluso se puede
sostener que ningú n saber puede considerarse como científico si no está sustentado de alguna manera en
teorías. Las distintas definiciones que podemos encontrar nos remiten a términos como: esquemas,
hechos, aplicaciones de métodos, conocimiento especulativo, enunciados universales, conjeturas,
proposiciones, leyes, conjunto de hipó tesis, punto de vista, sistema de ideas, explicaciones. Resulta difícil
establecer una definició n unívoca, dado que se trata de un concepto que cuenta con una variedad y
multiplicidad de sentidos. Con un poco de humor, fijémonos en la paradoja que resulta del hecho de que el
término teoría es definible en el marco de una teoría.
Este concepto polisémico en el discurso científico refiere indistintamente al pensamiento de un
autor o una corriente (teoría marxista, psicoaná lisis, economía neoclá sica); a la obra de diversos autores
relativa a una temá tica particular (teoría de la democracia, teoría de la dependencia, teoría del
consumidor); a los contenidos metodoló gicos de la teoría (teoría general, de alcance medio, teoría
sustantiva); o a la cosmovisió n del mundo en términos paradigmá ticos. Sin embargo, podemos tratar de
encontrar un hilo comú n a las diversas definiciones y que se traza alrededor de la idea de una teoría en
tanto acercamiento a la realidad con el fin de hacerla explicable. Este acercamiento explicativo quiere
decir que buscamos que la realidad pueda ser descripta, explicada, interpretada, o bien, en funció n de las
operaciones ló gicas mencionadas, actuar sobre la misma mediante las predicciones que las teorías nos
permite forjar. Simplificando: su funció n es conceptualizar la realidad.
Hay un sentido comú n instalado que predica que la especulació n teó rica nos aleja de la acció n y la
prá ctica. Má s adelante vamos a tener oportunidad de ver que esto no es así, dado que la construcció n
teó rica que seamos capaces de hacer viabiliza la investigació n al indicar conceptos centrales que mediante
el camino metodoló gico los pondremos a producir datos. Esto refiere, en verdad, a falsas antítesis entre
teoría y prá ctica, teoría y acció n, o teoría y realidad. Si somos capaces de lograr teorías satisfactorias, éstas
colaborará n en realizar buenas indagaciones junto a fuentes originales y sujetos a nuestra interpretació n
de los resultados. De ser así, de seguro es que podamos producir mejor relatos sobre la realidad e, incluso,
actuar sobre ella.
En el mismo sentido de encontrar cuestiones en comú n a las diversas acepciones del término
teoría, tratemos de esbozar algunas características que deben poseer en las ciencias fá cticas –recuerden:
aquellas que tienen por objeto el estudio de hechos con los cuales podemos confrontar nuestros
postulados-. Estas se tejen alrededor del principio de conexió n de elementos:
*En primer lugar, los conceptos tienen que estar ló gicamente interconectados. Principalmente esto
requiere que no haya contradicciones entre las hipó tesis fundamentales. Si así ocurriese, advertiríamos
inconsistencias en la construcció n teó rica y la misma caería por falencias en su organizació n interna y no
por el veredicto de la observació n.
*Los conceptos interconectados coherentemente nos tienen que servir para que podamos formular
hipó tesis específicas o de investigació n que, a su vez, nos conduzcan a realizar generalizaciones empíricas.
*Los elementos comunes de las teorías, como vemos, son las categorías conceptuales y las propiedades
conceptuales que tienen las mismas. Las hipó tesis, no son otra cosa que las relaciones generalizadas entre
las categorías y sus propiedades. Quedará esto má s claro cuando avancemos un poco má s.
*Esto nos lleva a plantear que Tiene que poder ser puesta a prueba, es decir, expuesta al veredicto de la
observació n o ser contrastadas. El procedimiento es comprobar las consecuencias observacionales que se
desprenden (deducen) del orden de las hipó tesis teó ricas y someterlas a experiencias u la observació n
para probar su verdad o falsedad, en el camino de corroboració n o refutació n de teorías.
*Está demá s, pero hay que expresarlo: las hipó tesis que conforman la teoría no deben contener
tautologías (afirmació n obvia y redundante), ya que éstas nada agregarían de nuevo sobre la realidad que
estudiamos.
Si bien las distintas ideas de teoría difieren en la forma de asumir el proceso ló gico de su
generació n (deductivo o inductivo), en la manera en que se da su evolució n (por acumulació n o ruptura) y
en el rol que cumple, el lugar de la teoría en la investigació n social es consecuente en interpretar
relaciones entre fenó menos que no son objeto de la experiencia inmediata. La Teoría juega un rol
importante en la investigació n empírica, el cual podemos sintetizar de la siguiente manera: -Orienta la
investigación: provee preguntas y señala las hechos -Ofrece un sistema conceptual: permite la representación
simbólica de datos y hechos -Ofrece un sistema de clasificación: posibilita la distinción de clases, tipos y
objetos ordenados por semejanza o diferencia. Da sentido a los datos aislados. -Sistematiza los hechos:
mediante generalizaciones empíricas y relaciones entre proposiciones. -Permite la predicción de hechos: en
cuanto trasciende lo singular estableciendo generalidades. -Indica áreas no exploradas: señala lagunas del
conocimiento y la necesidad de buscar hechos adicionales, señalando lo que ha sido observado.
Así mismo la investigació n empírica tiene funciones con respecto a la teoría, ya que inicia la
teoría, refuerza o rechaza la teoría o la esclarece y da precisiones. Las ciencias fá cticas estudian hechos y
éstos son la materia prima principal de las ciencias fá cticas. Insistimos en que no basta só lo con los
hechos, si no que se los trasciende. Su organizació n y clasificació n es una operació n tan necesaria como
importante. De lo contrario, corremos el riesgo de quedarnos con una marañ a de informació n sin sentido.
Los hechos son los ladrillos de una casa, pero al igual que los ladrillos, en una construcció n se requiere de
un plano arquitectó nico que los acomode en determinado orden, en la ciencia este plano lo brinda la
teoría.
Uno de los sentidos fundamentales de la teoría y del conocimiento que los científicos siempre
buscaron fue producir leyes. Má s allá de las discusiones alrededor de esto y que veíamos a propó sito de
las posibilidades de realizarlas de formas má s restringidas en las Ciencias Sociales, la noció n de ley está
relacionada con la conceptualizació n que hacemos de la teoría. Es por eso que nos referimos al concepto
de ley científica como un enunciado general que afirma una conexión esencial o una conjunción constante,
simple o estadística, entre ciertos fenómenos, situaciones, propiedades o cosas científicamente comprobadas
a través de la investigación sistemática. Estas conexiones se han comprobado en pruebas de contrastació n.
Las leyes en Ciencias Sociales adquieren otra dimensió n del concepto “fuerte” má s propio de las Ciencias
Naturales. En Ciencias Sociales las leyes cobran sentido dentro de una estructura y no son transhistó ricas,
diríamos que no cuentan con el atributo de universalidad que buscan las ciencias naturales.
En todo caso, la teoría es entendida como una formulació n de tipo general, dado que el hecho
singular nos interesa si es parte de una clase que lo integra. El hecho asilado no tiene sentido, lo cual no
debe confundirse con hecho individual e irrepetible. Los enunciados generales expresan relaciones entre
fenó menos. Ya establecimos que trascendemos los hechos problematizá ndolos, conforme a la mirada
analítica que producimos.
Si para definir el planteo del problema decíamos que los objetivos nos indicaban qué necesitamos
conocer para responder a un interrogante, ahora agregamos que para responder a esos interrogantes
necesitamos estar armados de algú n tipo de construcció n conceptual. El Estado de la Cuestió n también
nos aporta elementos, dado que lo elaboramos mediante un proceso de síntesis por el cual identificamos
lo que otros han escrito sobre el tema que nos convoca. Armamos nuestro problema a partir de lecturas. El
marco teó rico está implicado en estas lecturas que nos ayudan a definir nuestros antecedentes. Veamos de
qué manera.
El desarrollo de los Antecedentes se realiza a través de la lectura bibliográ fica sobre el tema. La
lectura tiene que poder hacerse respondiendo a qué se ha dicho, quién lo ha dicho, có mo lo ha dicho, en
primer lugar, pero agregando dó nde y cuá ndo (esto ú ltimo refiere a las circunstancia en que fue
expresado). Se supone que el Estado del Arte o Estado de la Cuestió n abordan cuestiones má s concretas y
empíricas, antes que cuestiones teó ricas y má s abstractas. Para nuestros objetivos son sinó nimos
Antecedentes, Estado del Arte y de la Cuestió n. En todo caso se trata de un balance del conocimiento sobre
cierta á rea temá tica en la cual se encuentra nuestro problema. Los elementos que podemos articular para
armar el estado actual de un tema son: sus ramas má s cercanas en el tiempo, el balance para establecer
aportes, perspectivas y nuevos rumbos y propuestas para seguir.
Podemos plantearnos tres etapas en la confecció n de los antecedentes con los que pretendemos
relacionar nuestra investigació n. Una de tipo heurística, es decir, de acumulació n de conocimiento, y de
bú squeda y selecció n de autores y perspectivas. Otra etapa, que podemos llamar hermenéutica, se trata de
la comprensió n que hacemos del material seleccionado. Por ú ltimo, tenemos una etapa de tipo
comunicativa en la cual, expresamos y presentamos analogías y diferenciaciones entre los autores que
seleccionamos. Con estos tres filtros que aplicamos a los materiales que encontramos podemos situar bien
nuestro problema a partir de otros autores y dilucidar qué interrogantes intentaron responder, qué
perspectivas teó ricas utilizaron, qué conceptos tuvieron como herramientas analíticas para aplicar en
contextos determinados, qué tipo de conflictos abordaron, qué métodos y técnicas son las que colaboraron
a trazar el camino de la investigació n que produjeron, qué fuentes utilizaron y có mo presentaron los
datos. Es decir, que analizamos el proceso de investigació n que llevaron a la prá ctica a través del producto
final que nos presentan los autores.
Estos elementos listados nos dan pautas para construir nuestro marco teó rico. El estado de la
cuestió n ademá s de relacionarnos con una discusió n sobre un tema e integrarnos de alguna manera a la
misma colabora para que tomemos, usemos y reformulemos categorías, conceptos, y modos de proceder
que nos son indispensables para intentar comprender nuestro referente empírico. Recuerden que el
problema era científico si podíamos integrarlo en una red de conceptos. Esto no quiere decir que nos
llenemos con cantidades de pá ginas que no podemos manejar, sino que debemos leer atentamente las
discusiones producidas en un campo de conocimientos para seguir el trazo de autores a los que nos lleva.
Tampoco se trata de tirar así nomá s lo leído, sino que lo articulamos en funció n de la importancia que le
damos para alumbrar nuestro problema. Hacemos una lectura intencional que luego usaremos para afinar
nuestro marco teó rico. De manera que éste, entonces, selecciona categorías y conceptos para aplicarlos a
nuestro objeto de estudio. Estos conceptos pueden venir de una teoría o de varias, pero a condició n de
que las hagamos dialogar coherentemente. Con lo cual el marco no debe ser la transcripció n literal de una
teoría, sino que se trata de adecuarla a nuestros fines y de buscar las categorías que nos sirvan para
explicar el pedazo de realidad escogido. Es una especie de caja de herramientas a la que echamos mano.
Vamos a tomar como sinó nimos Marco Teó rico, Marco Referencial o Marco Conceptual. La noció n
importante a destacar es que tiene el propó sito de dar a la investigació n un sistema coordinado y
coherente de conceptos y proposiciones que permitan abordar el problema. Se trata de integrar al
problema dentro de un á mbito donde éste cobre sentido, incorporando los conocimientos previos
relativos al mismo y ordená ndolos de modo tal que resulten ú til a nuestra tarea. El fin que posee esta
operació n es la de situar al problema dentro de un conjunto de conocimientos, que permita orientar
nuestra bú squeda y nos ofrezca una conceptualizació n adecuada de los términos que utilizaremos. Un
bastó n primordial en esta tarea son los conceptos. Los mismos definen tipos de fenó menos. Las categorías
son las especificaciones de esos conceptos en una situació n dada, y dado que hay diversas definiciones,
nosotros tomaremos a éstas como el concepto y sus atributos, siguiendo en buena medida el usa que se
hace del término en las investigaciones cualitativas. En definitiva, mediante el marco teó rico definimos
teó ricamente, valga la redundancia, las categorías principales que vamos a utilizar para luego, en el
camino metodoló gico que nos trazamos, hacerla operativa a mi investigació n. Esto no es otra cosa que el
camino que nos lleva de los conceptos a las variables. Los conceptos o categorías, recorren el tema
(porque van a estar indicando el recorte de la realidad), el problema y los objetivos (en donde le damos un
contexto a esos conceptos) y las variables (que será n esos conceptos operacionalizados, como veremos
má s adelante). El marco tiene que estar cercano a los datos de una manera flexible en tanto, como veíamos
en la metá fora del tallado artesanal de los conceptos que propone Renato Ortiz, debe ser pensado
especialmente para nuestra investigació n.

Podemos definir a las hipó tesis como las explicaciones tentativas del fenó meno investigado que se
formulan en forma de proposiciones. La cualidad que poseen de “tentativas” resulta de que las
proposiciones (recuerden: algo que puede ser verdadero o falso) van a ser sometidas a un proceso de
“prueba” mediante la verificació n empírica. Es decir, tenemos una idea que nos parece viable acerca de
có mo funciona un aspecto de la realidad, luego veremos si esa idea se adecua al modo de funcionamiento
de un fenó meno, proceso o a la manera que tiene un objeto de manifestarse. Es un enunciado conjetural
sobre la relació n entre variables o dimensiones analíticas y nos da elementos de prueba acerca de có mo se
relacionan.
La recolecció n de hechos relevantes para una investigació n se realiza de acuerdo a un armado
conceptual. Las hipó tesis nos van a guiar en tanto estén bien relacionadas con el problema que supimos
construir. El problema implica la posibilidad de que sea sometido a prueba empírica. Esto es factible
cuando contiene implicaciones para probar las relaciones que establecemos, cuando podemos medir,
evaluar, cualificar de alguna manera. En este sentido, conviene recordar que una teoría cuenta con
hipó tesis de punto de partida, con sus consecuencias ló gicas y observacionales. Las hipó tesis son de
alguna manera los instrumentos de trabajo de la teoría. El sentido de teoría en este caso se relaciona con
la generalizació n empírica que utilizamos para explicar. De las teorías es que derivamos nuestras
hipó tesis. La explicació n en un sentido amplio ubica a un hecho dentro de las deducciones de los
principios o leyes de una teoría. Por tanto, se intenta inscribir a la proposició n que aborda un hecho en
una teoría. Es por eso que también decimos que una teoría aporta elementos para la verificació n o
refutació n de hipó tesis. La diferencia estriba en que las relaciones establecidas en la teoría nos brindan
supuestos con alto grado de generalidad. En la investigació n debemos deducir de las teorías hipó tesis má s
específicas que expliquen la situació n que estamos queriendo estudiar.
Podemos pensar la cuestió n del siguiente modo: las hipó tesis son una especie de relevo de los
objetivos que a su vez está n condicionadas por estos. Armados con los objetivos formalizamos el
problema, identificamos el interrogante principal, lo expresamos en términos de metas a alcanzar y lo
desagregamos en objetivos particulares que resultan las dimensiones del problema que nos permiten
vincularnos con las técnicas de recolecció n de datos; las hipó tesis, en funció n de estos elementos que
construimos, son el medio con el cual conjeturamos sobre el fenó meno social que nos interesa siguiendo
las pautas que desarrollamos en los objetivos. Con la investigació n sometemos a prueba nuestras
hipó tesis.
Cierto es que algunas disciplinas sociales trabajan sin hipó tesis, como tampoco lo hacen las
investigaciones exploratorias sobre un tema novedoso que intentan captar las características de un
fenó meno. Sin embargo, podemos ampliar la idea de hipó tesis como punto de partida para avanzar en el
conocimiento y dar respuesta tentativa a nuestra pregunta problema. Ahora bien ¿Có mo se formulan las
hipó tesis? En primer lugar, podemos decir que son proposiciones, es decir, algo sobre lo cual podemos
establecer su veracidad o falsedad. La forma que debe tener es la de una oració n en la que se establece una
relació n. Es decir, son proposiciones relacionales que utilizamos para probar una determinada relació n
entre variables o dimensiones analíticas, segú n el enfoque (cuantitativo o cualitativo) en que estemos
parados.
Tomemos un ejemplo de hipó tesis explicativas en donde la relació n entre las variables es de
causalidad, por tanto está conformada por una variable independiente y una variable dependiente. En ese
caso, la variable independiente es la causa, por ejemplo, la variable “calor”; y la variable dependiente es el
efecto, por ejemplo, la variable “dilatació n”. El objeto o unidad de aná lisis acá podría ser el metal. Nos
quedaría: el calor dilata el metal. Podemos complejizar este sencillo ejemplo: los mayores niveles de stress
provocan mayores comportamientos adictivos. O bien, en ejemplos má s conocidos para ustedes: cuando el
precio de un bien aumenta, disminuye la cantidad demandada de ese bien; cuando el precio de un bien
aumenta, también lo hace la cantidad ofrecida del mismo. Claro que acá nos falta el á mbito de la hipó tesis
que defina mejor nuestro referente empírico para que sea una hipó tesis de investigació n y no un supuesto
teó rico, pero bien nos sirve para ilustrar algunas cosas.
Ahora bien, sucede que la causalidad en las Ciencias Sociales tiene algunas dificultades. O son posibles
con operaciones de simplificació n del tipo Ceteris Paribus. Tienen su funcionalidad, pero todo depende de
la manera en que queremos estudiar los fenó menos. En Ciencias Sociales tratamos con hechos que son
multicausales; sin embargo, aislamos aspectos para poder estudiarlos, porque difícilmente podamos
estudiar el todo. Volviendo al ú ltimo ejemplo, imaginemos que el bien en cuestió n es el tomate, entonces la
relació n entre el precio del tomate y la cantidad demandada de ese bien puede estar cruzada por otras
variables no tenidas en cuenta en la hipó tesis: gustos, dinero disponible, oferentes, clima. Para que se de
esa relació n que planteá bamos, tiene que mantenerse todo constante. Esto sirve para hacer un
modelamiento de la realidad, pero tenemos que ser conscientes de que se trata de una simplificació n.
Con las dimensiones cualitativas pasa algo similar. Podemos establecer explicaciones tentativas de
igual modo, só lo que tratamos con agregados mayores que denominamos procesos. Por ejemplo, tomando
en cuenta el texto de Cicalese que tienen en la bibliografía: el tipo de relació n del gobierno kirchnerista
con las organizaciones sociales provocó la ampliació n de su base de sustento político. En términos
formales podemos plantear que existe una relació n de causalidad: tipo de relació n (causa), ampliació n de
base de sustento político (efecto). Sin embargo, con esta hipó tesis tenemos otras dificultades a resolver,
que son distintas a los ejemplos que dimos y se relacionan con la objetivació n de las dimensiones
analíticas determinas por la definició n que demos al “tipo de relació n” y a la “ampliació n de la base de
sustento”.
Entre las características que deben tener las hipó tesis destacamos que refieran a una situació n real,
que posea variables comprensibles, lo mismo para la relació n entre las mismas; también, que los términos
y relaciones de las hipó tesis sean observables y medibles (esto hace referencia a la factibilidad de un
proyecto de investigació n) y que estemos provistos de las técnicas adecuadas para que las variables que
definimos puedan medirse. Tienen una funció n descriptiva y explicativa, en tanto que nos provee de
proposiciones acerca de un fenó meno; también tendrá la finalidad de probar teorías o sugerir una nueva.
En suma, las hipó tesis deben ser claras y debe estar bien descripto su referente empírico y las fuentes que
utilizamos, puesto que de lo contrario no tendríamos la posibilidad de corroborar lo que tentativamente
sostenemos.
Con respecto a los elementos estructurales que componen las hipó tesis, en primer lugar,
destacamos las Unidades de análisis, que definimos como el objeto en dó nde se expresan las variables y
también el objeto global de la investigació n. Constituyen las realidades que se pretenden observar y
referido a estas realidades es que vamos a obtener los datos empíricos. Estas pueden ser: personas,
instituciones, acontecimientos, etc. Es posible que diferenciemos Unidades de observació n de Unidades de
aná lisis con fines analíticos. En el estudio que realiza Susana Torrado nos dice que las unidades de
análisis son las unidades significativas que se definen en el marco conceptual. En cambio, las unidades de
observación será n las unidades mediante las cuales se recaba la informació n y éstas dependen del modo
de recabarla.
Las hipó tesis expresan relaciones entre variables referidas a Unidades de aná lisis determinadas.
Por lo cual, las propiedades que poseen las unidades son las variables; este es el segundo elemento de las
hipó tesis que destacamos. Las características en tanto variables son propiedades que pueden variar y cuya
variació n puede medirse u observarse. Podemos definirlas conforme a una doble noció n. En primer lugar,
son características observables susceptibles de adoptar diferentes valores. En segundo lugar, estas
características están ligadas entre sí en su variació n con una relació n determinada. El tercer elemento que
destacamos refiere a los Términos de relación de las hipó tesis; esto es la manera de unir y relacionar
Unidades y Variables y, también, Variables entre sí. Estos elementos de las hipó tesis resultan importantes,
porque será n el medio que vamos a poseer para desglosar la hipó tesis, aplicarla y restringirla a un aspecto
medible o cualificable.
Con el objeto de seguir profundizando podemos tomar la clasificació n que las divide en: H de
investigació n, H nulas, H alternativas e H estadísticas. Las primeras responden a la definició n de hipó tesis
propuesta. Las nulas son algo así como el reverso de las de investigació n con el objeto de refutarlas y, en
este mismo sentido, las alternativas son una especie de bú squeda intermedia entre las H de investigació n
y las H nulas. Por ú ltimo, las H estadísticas son las que transforman a las anteriores en símbolos
estadísticos. Van a poder encontrar en el material que las H de investigació n se clasifican en Descriptivas,
Correlacionales, de Diferencia entre grupos y de Causalidad. Esto se relaciona con el alcance de nuestra
investigació n.
Deberíamos poder hacer, llegado a un punto de la investigació n, un cuadro comparando objetivos,
hipó tesis y fuentes, para poder evaluar la consistencia y la coherencia metodoló gica de nuestro diseñ o. Las
hipó tesis deben ser verosímiles, por lo cual es necesario ir afinando esto conforme vamos construyendo
los conceptos de nuestra investigació n. Tenemos que demostrar de alguna manera que hemos leído lo
suficiente y hemos evaluado las fuentes en las que se basa nuestro proyecto. La intuició n o la simple
observació n puede ayudar, pero éstas son mejores si son portadoras de trabajo acumulado. Sin embargo,
vamos a ir dá ndole espesor a nuestra intuició n primera. Tomemos una hipó tesis sencilla tomada de una
observació n má s o menos fundada y del sentido comú n: podemos pensar que la desocupació n es causa de
un modelo tecnificado que no necesita mano de obra. Luego tenemos la posibilidad de ir afinando nuestras
ideas a partir de las preguntas que nos hacemos: ¿cambió la relació n de la composició n orgá nica del
capital, es decir, la relació n entre capital constante y capital variable? Si así no fuera, uno tendría que
ensayar otras hipó tesis relacionadas para evaluar al tratar el caso argentino de los ú ltimos añ os. Tal vez
habría que ver si la gestió n de los ú ltimos añ os, al llevar adelante una política de enfriamiento de la
economía, sumado a la elecció n de un modelo de valorizació n financiera del capital, tuvo como efecto una
menor demanda agregada. Como vemos, en el proceso se van afinando los conceptos y la verosimilitud de
mis hipó tesis. Esto es lo que le otorga mayor coherencia y consistencia a nuestro proyecto y demuestra a
los eventuales evaluadores que poseemos mayores grados de solidez.

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