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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA

FACULTAD DE HUMANIDADES - DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA


SEMINARIO DE RECURSOS OCEÁNICOS
NAHUEL MONTES

C ICLO L ECTIVO 2020


T R A B A J O S P R Á C T I C O S
F ICHAS DE T EXTOS Y T EMAS

Conceptos y estrategias analíticas

En esta sección intentamos agrupar textos bastantes diferentes pero que tienen sin embargo en
común la voluntad por exponer cuestiones de tipo teórico metodológico, en unos casos, y cuestiones
relativas a definiciones de conceptos, en el conjunto del material. De manera que el eje que
pensamos posible para que vertebre este conjunto de textos es el abordaje de objetos ligados a los
espacios marítimos a través de la operacionalización de conceptos claves. Con Guillermo pudieron
ver que en un trabajo de investigación existe una relación entre la teoría y la producción de datos
para que sea lo más fluido posible el tránsito entre la abstracción de la teoría y el nivel de los datos
empíricos que generamos. Ese camino se realiza a través de la operacionalización, la cual permite
que nuestros conceptos puedan establecer dimensiones y utilizarse en función de los problemas que
nos planteamos.
En este sentido, el texto de Guillermo sobre la teoría de los Actores Sociales nos aporta
elementos para comprender cómo se organiza una relación social y nos muestra el camino hacia la
aplicación en una investigación de una situación concreta y determinada; nos da como ejemplo de
escenario en dónde se desenvuelven ciertos actores a los espacios litorales en una ciudad balnearia.
No voy a comentarlo porque el profesor va subir algunas clases referidas exclusivamente a esto. Sólo
quiero agregar -para que pongamos en perspectivas los textos acá agrupados- que los conceptos ahí
explicados nos pueden ayudar a organizar los datos empíricos que vamos generando, acortando la
distancia que existe a veces entre una Gran Teoría y la situación que queremos explicar. Esta
conclusión es extraída de la evaluación acerca de cómo los Actores construyen sus juegos y cuáles
son sus limitaciones concretas para la acción.
Pueden ver en el material de lectura un texto muy cortito. Se trata del trabajo de Andrade
Johnson. Lo pusimos para realizar algunos contrapuntos entre autores dado que los conceptos que
son definidos dependen de los objetivos de cada estudio y de la aproximación analítica que quiera
realizarse. Este autor intenta conceptualizar las unidades de análisis referidas a los espacios que nos
competen para integrar la variable ambiental en la planificación territorial. De esta manera
denomina zona costera a la entidad espacial con características propias vinculadas a la interacción de
procesos marinos, terrestres y atmosféricos, sometida a una creciente intervención antrópica. Nos
advierte acerca de la fragilidad y vulnerabilidad medioambiental. Pueden ver que para la Región de
Valparaíso define una faja costera de 80 metros sobre el nivel de marea alta, con una zona de
protección comprendida entre la línea de costa y la curva de nivel de +10 metros.
Por otro lado, Suárez de vivero realiza un análisis de la ley de costas española y sostiene una
crítica a las definiciones imprecisas que allí se vierten. Comienza su artículo con una aproximación a
los que se entiende en la literatura científica por costa y litoral. La Costa, según el autor, es un
término muy difundido pero carece de precisión. Se suele aludir a la franja de tierra que bordea el
mar o la zona de contacto entre el medio marino y el medio terrestre. La imprecisión de la definición
de costa es extensible a un conjunto de vocablos que hacen referencia de manera general al mismo
ámbito. Así tenemos por ejemplo litoral, orilla o ribera. El autor nos va a decir que igualmente hay
algunos significados prevalentes. El término costa suele hacer referencia al medio terrestre, mientras
que el término litoral, suele aplicarse al medio marino. Vamos a ver enseguida que esta no es la
opinión o el uso que destaca Villar para argentina.
De todas maneras, ambas nociones hacen referencia a franjas de dimensiones variables. La
literatura existente enfatiza la condición de interfase que poseen estos espacios. También se recalca
su dimensión zonal, lo cual implica una consideración volumétrica resultado de la conjunción en ese
ámbito de la litósfera, la hidrósfera y la atmósfera. De manera que se comprende un espacio amplio,
una zona de interacción que incluye la alta mar y las regiones del interior de las tierras. La ley
referida define una zona marítimo-terrestre comprendida entre la línea de bajamar y el límite donde
alcanzan las olas en los mayores temporales. Tal vez sea necesario aclarar a que se refiere el texto
con la idea de mareas vivas equinocciales: se llaman mareas vivas al momento en que las mareas
están influenciadas por el alineamiento que se produce entre el sol, la luna y la tierra; a su vez las
mareas vivas más altas se dan en los equinoccios, es decir, cuando el sol se encuentra en el plano del
ecuador. La crítica que realiza Suárez de Vivero es la confusión de términos que se incluyen en esta
zonificación que engloba marismas, albuferas, esteros y terrenos bajo inundables. La definición
coincide con una parte de playa pero integra al sistema estuarino.
Por último, tenemos al texto que quería llegar, dado que es el que me parece más reflexivo
sobre las condiciones en las cuales se definen los términos. Villar discute el alcance de ciertos
conceptos que pueden ser operacionalizados para trabajar con espacios que se definen a partir de la
interposición de ámbitos diferentes. Así por ejemplo, la noción de Litoral es definida como espacio
que integra ámbitos cuya singularidad radica en el contacto y la interposición entre tierra, agua y
aire. Esta originalidad que detenta este espacio le confiere una exigüidad espacial de la cual resultan
las tensiones a la que es sometido. El objeto de su trabajo es reflexionar sobre un proceso
metodológico que se ajuste a las problemáticas que le interesan con la intención de definir fronteras
terrestres internas de lo costero en algunos tramos del litoral bonaerense.
La autora se pregunta sobre la conveniencia del uso de los términos costa y litoral. Ambos
resultan ambiguos, como también resultan para Suárez de Vivero; a veces se usan como sinónimos y
otras son diferenciados por los sujetos que los emplean. El término costa es utilizado históricamente
en Argentina. Quienes recorrieron estas tierras utilizaron esta forma de nominar para referirse a la
franja terrestre que linda con una orilla del mar de río. Esta costumbre persiste cuando nos referimos
hoy a Costa del Río de la Plata o Costa Atlántica. Existe una dimensión importante para la definición
de estas unidades que se relaciona con las escalas temporales, las experiencias y las relaciones que
se establecen entre un interior territorial y la costa. De hecho, parece existir una relación
proporcional entre las distancia que separa al binomio interior-costa y la extensión espacial
adjudicada a lo que se evoca como costa. Como ejemplo podemos aportar que un jujeño considera a
toda la ciudad de Mar del Plata como integrante de la Costa pero, en cambio, no todos los
marplatenses se sienten costeros.
La palabra litoral es escasamente utilizada en nuestro país. Las pautas culturales que fueron
forjadas en el proceso histórico de producción del espacio nacional le han otorgado al concepto la
representación de espacios relacionados con algunas provincias de Noreste argentino. De todas
maneras, su conceptualización suscita cierta importancia para interpretar un espacio que es una
interfase entre un mundo acuático y uno continental. Esta yuxtaposición genera
complementariedades pero también rupturas, tanto en el orden físico como en el social, en virtud de
que la organización espacial a menudo lineal puede hallar discontinuidades entre las actividades más
ligadas al mar y aquellas ligadas al interior continental. Toda región situada sobre la influencia directa
e indirecta del mar se trata de una interfase que tiene un espesor que incluye tanto una porción de
tierra cercana al agua como una porción cercana la tierra.
En la comparación, podemos incluir el término ribera. El mismo refiere al contacto directo entre
el mar y la tierra. Es la zona directamente sometida a la acción de las mareas comprendida entre la
línea de alta y la de baja mareas. La Costa acá es definida como la zona de relieve positivo situada por
encima del nivel de mareas altas a partir del estrán, o intervalo entre la pleamar y la bajamar.
Teniendo en cuenta lo anterior, el litoral, entonces, se nos aparece como una zona de mayor
amplitud que contiene porciones de tierra y agua. Y la costa, como una zona de menor desarrollo con
perfil terrestre subsumido dentro del ámbito litoral. Con lo cual, la hipótesis del trabajo es que el
litoral es una franja de dimensiones imprecisas debido a las características inherentes a su frontera
interna terrestre que se presenta cambiante en espacio y tiempo. Comprende artefactos producidos
por el hombre y determinados por el medio social.
El litoral es un espacio diferenciado cuyo contenido varía según la finalidad que se le asigna. Los
problemas de delimitación devienen de su condición de interposición de dominios. Excede
largamente los procesos morfogenéticos (aquellos elementos que moldean el relieve) e incluye
actividades influenciadas por la presencia del mar. Si pensamos en uno de sus ejes representado por
el que corresponde al eje perpendicular a la costa, podemos interpretar la complejidad de establecer
sus límites, sujetos a consensos o construcciones metodológicas. Sus fronteras vacilantes lo son en la
misma medida que lo son sus componentes. El litoral está afectado por numerosas dinámicas físicas
y sociales. Como lugar de encuentro entre una porción de mar y una porción de tierra nos conduce a
los conceptos franceses de Avant-Pays y de Arriere-Pays. El primero delimita al espacio litoral sobre
su faz marina que incluye interrelaciones orilla y áreas marinas, y cuyos exteriores son de espesor
variable. El arriere-pays delimita el espacio litoral sobre su faz terrestre a través de las interrelaciones
que se producen entre las orillas y las áreas terrestres con interiores de espesor variable. El ejemplo
por antonomasia para definir estos espacios está constituido por los puertos, dado su capacidad
para ligar actividades de dominios diferentes.
En síntesis, la visión amplia o restringida de la extensión del área litoral depende de la selección
del criterio utilizado conforme a los objetivos planteados. El concepto de litoral es más vasto que el
de costa, aunque ambos comprenden confines indeterminados a priori. Su delimitación, concluye la
autora, debería utilizarse de manera temporal y provisional en virtud de establecer criterios
operativos para trabajar con un concepto en permanente proceso de redefinición de sus límites.

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