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Las ideas antivacunas vienen desde hace relativamente poco tiempo siendo
parte de nuestra realidad, algo que hace varias décadas atrás era un chiste o
una ideología que nadie se lo imaginaba, actualmente es un problema que va
lentamente escalando en gravedad, ya que esa decisión individual de no
vacunarse puede afectar a un grupo inmenso. Desde la variedad de
argumentos y lógicas que plantean, hasta cómo fue que inició y hoy en día hay
grupos de gente grande que aceptan ésta idea, descubriremos esta realidad de
una forma de vivir lentamente más peligrosa.
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Índice:
Historia
Argumentos
Lo peligroso
Conclusión
Galería
Bibliografía
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Historia:
El miedo a lo desconocido es de donde surge realmente todo. Hace 150 años,
a fines del siglo XIX con la creación de la vacuna, en ese momento creada por
Edward Jenner1 como cura a la viruela, nació también un grupo personas,
principalmente religiosos, que rechazaron desde el primer momento la creación
de esta herramienta, argumentando que “si Dios nos envió este virus, es
porque debemos sufrirlo, naturalmente vamos a encontrarle una cura en
nuestros sistemas”. Saieron a las calles en oposición a las vacunas obligatorias
contra la viruela, habiendo arrestos, multas y algunas personas incluso fueron
enviadas a la cárcel. Se repartieron pancartas que exigían “Revocar las leyes
de vacunación, la maldición de nuestra nación” y aseguraban que era “Mejor
celda de prisión que bebé envenenado”.
Lo que ocurrió durante los próximos 100 años fue una pelea entre las
autoridades y un grupo escéptico y a veces agresivo. En Gran Bretaña, una
sucesión de leyes hizo que las vacunas fueran gratuitas y luego obligatorias, lo
que era respaldado por multas e incluso penas de prisión. Si bien hubieron
protestas en algunas ciudades, hubo una oposición más moderada. Para una
población cada vez más alfabetizada, se produjeron panfletos con títulos como
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Edward Jenner (1749 – 1823) era un investigador y es es llamado «el padre de la inmunología» por su
creación.
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Kristin Hussey (1981) es una historiadora de medicina, divulgadora científica y profesional de
colecciones.
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“Vacunación: sus falacias y males”, “Vacunación, una maldición” y “Horrores de
la vacunación”, entre otros.
Para organizar mejor todo este movimiento en contra de las vacunas, nació la
Leicester Anti-Vaccination League (Liga antivacunas de Leicester) en 1869, y
tiempo más tarde, en 1877, proponían una estrategia contra los
descubrimientos de casos de viruela, un método irónicamente médico:
obligatoriamente se reportaban todos los casos, por lo que se aislaba al
paciente, ponía en cuarentena a la familia y desinfectaban (a veces se
quemaban) sus pertenencias. Así fue cómo se creó el llamado "método
Leicester", que prontamente se tornó en un desafío creciente.
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En Leicester, el número de procesados por no vacunarse aumentó de dos en
1869 a 1.154 en 1881 y alrededor de 3.000 en 1884. Las cifras para la segunda
mitad de 1883 mostraban que de 2.281 nacimientos en esa ciudad, solo 707
bebés fueron vacunados. Los casos judiciales proporcionaron publicidad
incendiaria para el movimiento antivacunas. El gobierno aplicó fuertes multas
ante éstas acciones que tomaban, causando mucho revuelo y violencia en las
calles, incluso terminando con personas dañadas. En octubre de 1884, la Junta
de Guardianes de Leicester solicitó a las autoridades de Londres que aflojaran
con los procesamientos, a la luz del método Leicester. La solicitud fue
rechazada, lo que preparó el escenario para una protesta masiva en la ciudad,
en 1885. Los profesionales médicos temían por la ciudad no vacunada,
prediciendo que “una terrible némesis la alcanzaría, en la forma de una
epidemia desastrosa”, y aunque años más tarde apareció la viruela de vuelta
en la ciudad, fue mucho menos grave de lo que se preveía: con 370 casos (una
tasa de 20,5 casos por cada 10.000 habitantes), resultando en 21 muertes. Fue
una cifra mucho más baja que la de algunas ciudades con buenas tasas de
vacunación, como Warrington (125) y Sheffield (144). Los antivacunación se
sentían triunfantes, alegando que se había comprobado la eficacia del método
Leicester, aunque a la larga el método se volvió insostenible, ya que
aumentaron los casos, siendo que Leicester tuvo la mayor proporción de casos
en menores de 10 años. Con el tiempo, tanto los protestantes como la gente
empezaron a cambiar y a empezar a informarse más con respecto a las
enfermedades, siendo que en 1898, una nueva Ley de Vacunación introdujo
una cláusula que permite a las personas optar por no vacunarse por razones
morales, y al año siguiente, la notificación de diversas enfermedades
infecciosas, incluida la viruela, se hizo obligatoria. Y aunque la viruela regresó a
Reino Unido a principios del siglo XX, jamás volvió a ser una amenaza como
tal, siendo controlada y, lentamente, el movimiento Antivacunas también, o al
menos por un buen tiempo.
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Andrew Jeremy Wakefield (1953) es un exinvestigador británico y médico.
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llegando a la conclusión de que había una conexión entre el autismo y la
vacuna triple viral, siendo que ésta investigación fue muy divulgada en todos
lados y, para cuando la comunidad médica salió a refutar la investigación,
siendo que era una muestra muy pequeña para la comprobar lo investigado,
había causado un impacto mediático tal que reapareció el grupo antivacunas
en el Reino Unido, causando que en la siguiente década el índice de
vacunación bajó un 7% y hubo un brote de casos de sarampión, a su vez que
distintas figuras famosas salieron a defender no sólo a Wakefield, también al
mismo movimiento, llevando a qué mucha más gente empezara a desconfiar
en las vacunas. Lentamente, Wakefield se convirtió en la figura más importante
del movimiento. En 2004, varios coautores de la investigación de Wakefield
retiraron su firma, The Lancet salió a pedir disculpas públicamente y se
retractaron de la investigación, ocultándola de todas maneras, el Consejo
General Médico de Reino Unido prohibió a Wakefield de seguir ejerciendo su
profesión, por tener una actitud anti profesional, y por último, en 2011, salió a la
luz, gracias a la investigación de Brian Deer4, que Wakefield había planeado
todo, el causar un impacto grande y miedo a las vacunas, para así crear su
propia vacuna y un kit médico de diagnóstico para la enterocolitis autística…
una condición médica que no existe. En Dinamarca se realizó un estudio
parecido a la investigación, con 600.000 chicos, el resultado fue que las
vacunas no causan autismo. La investigación de Wakefield es considerado uno
de los fraudes médicos más grandes de la historia. A pesar de todo, ya habían
pasado unos años de la publicación y ya se había divulgado en todas partes, el
movimiento ya había resurgido otra vez y, a pesar de toda la información
médica verificada sobre que las vacunas son seguras y necesarias, mucha
gente sigue desconfiando en las vacunas por razones distintas, ya sea por sus
ideologías o por información falsa que les hacen llegar.
Argumentos:
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Brian Deer es un periodista, destapó todo el plan de Andrew Wakefield.
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Primeramente, tenemos que saber que los argumentos salen de distintos
pensamientos, similares pero que nacen de una ideología distinta: los
naturalistas, que dicen que todos los productos químicos e industriales,
incluyendo no sólo las vacunas, también pastillas y toda la medicina incluso,
diciendo que el cuerpo humano va a fortalecer su propio sistema inmunitario a
su propia manera y ritmo. Por el otro lado, están los conspiranóicos, que
dicen extravagancias y buscan explicar con algo más grande, de nivel mundial,
como que cierto país o cierto político implanta algo en las vacunas para
controlarnos o erradicar cierra población, entre varias cosas.
Ahora sí, los argumentos y el por qué éstos mismos están erróneos:
Aunque sea parcialmente verdad, hay que entender dos cosas: las vacunas
funcionan mandando restos de la enfermedad ya muerta o debilitada, para que
el cuerpo lo reconozca y sepa a qué hay que atacar, reforzando al mismo
sistema, y segundo, nuestro cuerpo genera anticuerpos naturalmente hasta
cierto punto de nuestras vidas, es más seguro que generes más anticuerpos en
tu juventud que en tus cuarenta o cincuenta años, por cuestiones de que tu
cuerpo empieza a envejecer. Por lo tanto, sí, es posible que nuestro cuerpo
genera anticuerpos, pero depende de cada cuerpo, ya que cada sistema
inmunológico es distinto, por lo tanto no es posible que todos generemos los
mismos anticuerpos, a cada uno las enfermedades nos ataca distinto, optar por
pasar la enfermedad es arriesgarse a que te ataque más fuerte por el hecho de
una carencia de anticuerpos, y aunque la vacuna pueda tener efectos adversos
te asegura los anticuerpos, aunque eso es caso de otro argumento.
El que las vacunas tengan esas sustancias es porque las tienen esas
sustancias en una dosis moderada, además ingerimos esas sustancias en
nuestro día a día sin darnos cuenta y, mayormente, sin darnos cuenta, como el
caso del aluminio, que comúnmente, a través de distintas bebidas y comidas,
consumimos entre 24 a 50 mgs. por día, siendo que ellos dicen que el que
vengan 0.125 mg es peligroso. Algo parecido pasa con el mercurio, que sí,
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vienen en las vacunas, sin embargo ésta no es la misma que la que se
encuentra en el ambiente, ya que al entrar en contacto se vuelve etilmercurio,
sustancia que también se encuentra en las comidas, que es mucho menos
probable que te cause algún daño, incluso consumimos más etilmercurio en
nuestro día a día que lo que vienen en las vacunas.
Sí existe un negocio como tal de las vacunas, las farmacéuticas venden éstas a
hospitales, algo común y que de por sí no tiene nada de malo porque así es la
economía, la problemática es que las vacunas hacen que ahorres gastos, ya
que su efecto curadero hace que evites comprar pastillas o distintas medicinas,
sustancias que son más caras y les sirve más que les compres a las
farmacéuticas, por lo tanto, es ilógico creer que nos sacan más dinero, cuando
la realidad es que hacen que gastemos menos.
Como último argumento, es notable resaltar a este ya que es algo que se dice
no sólo como argumento conspirativo, sino también argumento contra la
aprobación del aborto. Claramente no hay ningún estudio que compruebe la
afirmación porque las vacunas no contienen las sustancias que se dice tener,
simplemente es un argumento extravagante contra las vacunas.
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Movimiento Antivacunas en Argentina:
Desde los últimos años, el movimiento volvió a tener fuerza e impacto en la
sociedad, desde que la ola feminista logró que se apruebe la ley de aborto
legal, seguro y gratuito, y que la ESI (Educación Sexual e Integral) es un tema
de debate público, salieron muchos grupos de conservadores y religiosos
conservadores apoyando la ideología antivacuna, acusando con el último
argumento escrito y desmentido.
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Wright Hamer es un exmédico homeópata alemán.
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Actualmente, en el 2021, no hubo mucho impacto mediático sobre el
movimiento Antivacunas, aunque siempre están en la mira, porque nadie sabe
qué es lo que van a hacer.
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Lo peligroso:
La OMS (Organización Mundial de la Salud) declaró a los antivacunas como
una de las amenazas actuales, siendo que hace décadas atrás ni siquiera
rondaban en el imaginario colectivo. Incluso pidieron a las grandes redes
sociales, como Instagram, Facebook y YouTube, que dejen de publicitar
anuncios antivacunas.
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Notícias falsas.
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Conclusión:
Es normal y común que algo nuevo nos genere miedo e incertidumbre, siempre
va a pasar con lo nuevo y desconocido, en el caso de las vacunas porque
desconocemos su efecto real, si sirve como defensa o para evitar contagiarse,
y sus efectos adversos, qué nos puede generar en nuestro sistema. Sin
embargo, eso no significa que se tiene que prohibir el uso de las vacunas, ya
hay cientos de estudios que comprueban su efectividad y veracidad, no es tan
complicado buscar cuidarse y tener una buena salud. Sólo el tiempo dirá si este
movimiento va a llevar a algo peor, o si va a quedar en la nada, como ya pasó
antes. Por lo mientras, busquemos cuidarnos y evitar llevarnos por información
falsa.
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Galería:
Andrew Wakefield.
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Gisela Barreto.
Eduardo Yahbes.
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Chinda Brandolino.
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Movimiento Antivacunas en Latinoamérica.
Bibliografía:
18
• Wakefield, Andrew (1998) “Early Report”, Reino Unido. Recuperado de
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140673697110960/
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