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Tomado de: Allgemeine Rundschau (Revista General)

Publicación semanal sobre Polí ca y Cultura


Munich: editorial Kamen
El año 1914 de la “Revista General” era el 11° año
Director de la revista el año 1914 era Fernando Abel.
Número 29 del 18 de julio de 1914

Del Presidente General Consejero Eclesiás co Cipriano Froehlich, Altoe ng.

“De una ciudad muerte una ciudad de la vida”


El an guo Vesubio fumaba tranquilamente una larga pipa, mientras yo viajaba en el tren del
distrito hacia Pompeya. No expulsaba ceniza y humo hacia lo alto, como habitualmente se le
representa, sino que como un anciano sentado en su sillón, soplaba lentamente sus nubes de
humo gris claro hacia el valle sobre los poblados y villas hasta llegar al mar. Quizás re exionaba
sobre todo el desastre que su lava ardiente, su lluvia de piedras y ceniza ya habían causado,
especialmente en las dos ciudades de la an güedad Herculano y Pompeya.

Quizás estaba también disgustado porque se había vuelto a descorrer el velo de estas Sodoma
y Gomorra romanas y ahí se dan cita personas de todo el mundo. No tengan miedo. Pompeya
An gua permanece una ciudad muerta, aunque el arte y la ciencia han examinado, registrado y
diseccionado este espléndido cadáver. Puede también que miles admiren o se maravillen de
la an gua cultura pagana, puede que anhelen su exuberante ac tud e vida y sus inmorales
ejemplos o ellos mismos puedan volver a producirlos : esta cultura no guió sin embargo hacia
la vida sino hacia una muerte peor, que la de los seis habitantes de la Villa Diomede, cuyos
esqueletos desenterrados muestran la horrorosa muerte, por la cual fueron sorprendidos en el
año 79 en la erupción del Vesubio. Como los rieles en las derechas calles de esta gran ciudad
de ocho kilómetros de diámetro así también salieron las an guas ideas. Tal como sus templos
destrozados y sus dioses desaparecidos, así también el dominio de la cultura an gua
desapareció para siempre.

Aunque los modernos hermanos de Venus quieren aquí y allá erigir altares a la impura diosa,
lentamente otra mujer, más poderosa que todas, volverá a derribarlos e instalar un culto nuevo
en su lugar, tal como lo hizo hace 42 años sobre las ruinas de Pompeya: una ciudad de la vida
sobre la ciudad de la muerte, sobre Pompeya: el Valle de Pompeya.

¡Qué admirable es Dios en su obrar! Siempre, cuando sus enemigos se imaginan poder triunfar,
aparece el Señor, no como ellos, en el ruido y la masa – ambos no los necesita la verdad – sino
en el silencio y se prepara triunfos a través de personalidades desconocidas hasta el momento.

Así fue en Belén, así fue en Lourdes, así fue en el Valle de Pompeya.

Con el rosario en la mano ingresé en el Santuario del Valle de Pompeya, sin saber nada más
que aquí había un famoso lugar de peregrinación de Nuestra Señora y un establecimiento para
niños delincuentes. Por cierto razones su cientes para atraer con ín mo anhelo a quien desde
hace 25 años al servicio del Divino amigo de los niños se encuentra como amigo de los pobres
niños abandonados por sus padres. Realicé mi devoción a la Madona en compañía de cientos
de italianos de todas las condiciones sociales – eran las 10 horas, y a pesar de que era un día
Viernes sencillo, se encontraban todavía decenas delante de los numerosos confesionarios, de
cuya devoción interior me sen edi cado. Cualquier conocedor del pueblo italiano sabe bien,
que la ac tud exterior en la iglesia deja que desear, pero sabe también, que aún el pueblo
sencillo prac ca una piedad interior y una oración interior de una manera que entre nosotros
no se encuentra en todas partes. El italiano piadoso se relaciona con Dios y con sus santos
como un niño con sus padres y hermanos.
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Después de salir de la Casa de Dios vi a mi acompañante conversando con un señor, que de


inmediato captó mi atención. Aunque era de gura insigni cante, inclinado por la edad, pero
de una apariencia dis nguida y en la mano sostenía el rosario. Sus ojos estaban semicerrados y
en su rostro ascé co se veía todavía el re ejo de la piedad, que una oración fervorosa irradia
del aspecto exterior del hombre. Se podía notarle la resistencia con que había seguido el
llamado que lo sacó de su devoción. Apenas terminó la conversación, regresó rápidamente al
Santuario de la Madona. “¿Quién era el piadoso Señor?”, pregunté. “Era el abogado Bartolo
Longo, que nos va a recibir dentro de una hora”, me respondió mi acompañante.

Cuanto me alegré, de haber estado una media horita con este hombre bendecido por Dios. Si
hubiese conocido su notable camino de vida y el admirable surgimiento de la Iglesia de
peregrinos y de todo el lugar de peregrinos, habría besado con devoción la mano de este
abogado de Nuestra Señora. Por eso solo me encontraba ante él como frente a un colega de
profesión. Me presenté como el Presidente de la Obra de Caridad (Será ca), que desde hace 25
años trabaja en el mismo ámbito de la recuperación de los niños, como él. Cuando Bartolo
Longo me contó, que él recibe a todos los niños gratuitamente, pero que él recibe diariamente
2500 liras de todo el mundo tanto para sus niños como para la Iglesia, pude responderle:
“Nosotros también, buen señor, recibimos de Alemania solamente una limosna diaria similar
para más de 2000 niños, que acogemos gratuitamente en nuestros cinco establecimientos o
colocamos en otros establecimientos o familias”.

A la pregunta, si los frutos de su educación con jóvenes y niñas mostraban progresos,


respondió vivamente: “En todo caso con los jóvenes, son mucho más agradecidos; recibo
permanentemente un montón de cartas de los jóvenes que han dejado el establecimiento,
muy pocas de las niñas”. Cuánto me alegré con esta con rmación de mi propia experiencia. A
la pregunta siguiente, sobre a qué daba él, después de la educación religiosa, la mayor
importancia, me respondió, para mi mayor sa sfacción: “A la educación al ahorro, a la
ocupación y al trabajo.” Con esto sabía su ciente, y lo que vi después, me con rmó lo oído
plenamente.

Bartolo Longo posee dos grandes establecimientos, uno para niñas huérfanas, dirigido por
Dominicanas, y uno para muchachos a cargo de Hermanos de las Escuelas (Cris anas). Este
úl mo es el famoso “Asilo para hijos de delincuentes”, hijos de padres infelices, que han sido
condenados a prisión o trabajos forzados. Hace 23 años se abrió esta casa para niños de
delincuentes. En gran parte los residentes del establecimiento Casa de Francisco provienen de
estos niños, solo que también recibimos niños de delincuentes morales, que lamentablemente
no son encarcelados. El gran anhelo del buen Bartolo Longo, antes de su muerte, -él ene
cerca de 75 años- es poder erigir un establecimiento para hijas de condenados. Con palabras
conmovedoras me pidió oraciones a la Virgen de Altoe ngen por esta intención.

Los dos establecimientos en el valle de Pompeya pueden ser considerados con buena
conciencia, tanto en el aspecto de su construcción como en su aspecto higiénico y pedagógico,
como establecimientos modelos. No sabría nombrar en Alemania ninguno que se equiparara.
Aun en lo que a limpieza e instalación prác ca se re ere, no encontré nada que objetar. En
general nosotros los católicos alemanes debemos quitarnos los anteojos de prejuicios contra
Italia, la madre patria de nuestra santa fe, que además nos han puesto los enemigos, y mirar
con claridad también las grandes ventajas de esta erra y de sus habitantes. Me atrevo a
expresar osadamente, que los italianos son todavía un pueblo de cultura de primer orden y
que por su robusta salud y su numerosa bendición de hijos también lo permanecerán.

Los espacios de los establecimientos, especialmente los corredores, son elevados y aireados,
como solamente en un erra asoleada se pueden construir, donde no se necesitan estufas. En
los pasillos y museos se exhiben trabajos, especialmente dibujos y pinturas, que me hacían
creer que más bien me movía en los espacios de una Universidad Técnica que de un
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establecimiento de niños. Música y canto se cul van de manera sobresaliente, el canto de los
niños es conmovedoramente hermoso. Se prac ca deporte sano y hasta se cul va el
militarismo con ejercicios e instrucción de ro.

En el establecimiento de muchachos se encuentra una carpintería, cerrajería, herrería, taller de


zapatería y sastrería, además una encuadernación de libros e imprenta con instalación muy
moderna. Permanentemente hay siete máquinas trabajando, para diseñar e imprimir todos los
meses cientos de miles de ejemplares de publicaciones mensuales, folletos y libros, en todos
los idiomas de cultura (occidental), para enviarlos a todo el mundo. Creo que en toda Alemania
apenas una imprenta posee tales altas y amplias, aireadas y sanas salas de máquinas y de
lino pia como Bartolo Longo en su hogar para hijos de delincuentes. En resumen, los
establecimientos de Bartolo Longo son modelo y ejemplo para una educación adecuada a la
época y prác ca y, lo que es lo principal, formación para la vida. Los niños pueden permanecer
hasta los 18 años en el establecimiento y regresar al mundo totalmente formados.

¿Cómo surgió todo esto? Bartolo Longo, como él mismo dice y escribe, fue durante 30 años
“un empedernido materialista y pecador”. Pero él era y es un hombre inteligente, uno de los
más grandes abogados de Italia y en un hombre inteligente puede conectarse la gracia de Dios.
En octubre de 1872 caminaba él por las ruinas de Pompeya y re exionaba cómo podría expiar
por sus pecados y encontrar nuevamente la paz del corazón. De repente escuchó una voz
interior, como cualquiera ha escuchado alguna vez, si ene buena voluntad: “Quieres
encontrar paz, entonces propaga la devoción a mi rosario; pues quien siempre propaga la
devoción al santo rosario, no se perderá.” ¿Qué hizo el gran incrédulo y materialista? Lo que los
dos genios más grandes Saulo y Agus n también hicieron y otros miles con ellos: cayó de
rodillas entre lágrimas y sollozos y rezó. De este ex nguirse voluntario del hombre interior
surgió como el Fénix de las cenizas todo un mundo lleno de vida, que dejó poderosamente en
la sombra la vida anterior de la vecina ciudad de la muerte. Surgió un lugar de peregrinación y
una ciudad de niños pobres, la cual da vida terrena a miles de pobres y vida sobrenatural a
millones en todo el mundo. Todos los años vienen un millón de peregrinos de todo el mundo al
Valle de Pompeya, solo en algunos días de esta 50.000.

¿Cómo sucedió todo esto? Sí, esto es precisamente el milagro. Si la Madona de Pompeya no
hubiera obrado milagros irrefutables, como están descritos en el librito “El lugar de gracias de
Nuestra Señora del Santo Rosario en el Valle de Pompeya”, sería entonces el mayor milagro que
un abogado desconocido después del año 1871 en la Italia moderna, sobre las ruinas de una
ciudad pagana, pudo fundar un lugar de peregrinación. En las villas de la ciudad muerta de
Pompeya se ve una imagen con tres dioses o diosas, a cuyos pies una serpiente ex ende su
lengua venenosa hacia un huevo, símbolo de la vida. Un contraste de aquella virgen, prome da
en el Protoevangelio, que aplasta la cabeza de la serpiente, la engendradora de la
Muerte, para hacer surgir, de la ciudad de la muerte, vida sobrenatural y eterna.
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