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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD
“HUGO CHAVEZ FRIAS”
PNF: OPTICA Y OPTOMETRÍA. 1ER TRAYECTO
MATERIA: NUEVA CIUDADANÍA

HABILIDADES COGNITIVAS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

TALLER III

Docente Grupo Nº 2
Danny Figueredo Audilia Osorio CI: 6.287.959
Yolanda Osorio CI: 6.792.136
Mileidy Nuñez CI: 14.142.849
Yorman Romero CI: 27.150.007
Víctor Alas CI: 27.172.669

CARACAS, 07 DE MARZO DE 2022


HABILIDADES COGNITIVAS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

La misión de estudiar en cualquiera de los niveles académicos no es


solamente enseñar al alumno un montón de conocimientos que pertenecen a
campos muy especializados, sino ante todo, aprender a aprender, procurar que
el estudiante llegue a adquirir una autonomía intelectual. Para lograrlo es
necesario atender el desarrollo de destrezas de orden superior como las del
pensamiento crítico. Su perfeccionamiento va más allá del entrenamiento de
habilidades cognitivas; se puede distinguir, por las disposiciones que cada
persona aporta a una tarea de pensamiento, rasgos como una mente abierta, el
intento de estar bien y la sensibilidad hacia las creencias, los sentimientos y el
conocimiento ajeno y la manera en que se enfrenta a los retos de la vida.

Sobre este tema el concepto de pensamiento crítico fue desarrollado por


dos corrientes filosóficas importantes una de ellas la crítica epistemológica de
Immanuel Kant en sus obras; Crítica de la Razón Pura y Crítica de la Razón
Práctica donde su aporte más importante fue en el ámbito de la epistemología,
allí introduce la idea de evaluar las condiciones de valor en la construcción del
conocimiento humano; su objeto de estudio no es el conocimiento en sí, sino el
proceso de razonamiento y los límites de la razón humana. Para el la palabra
crítica no fue utilizada en sentido ordinario, sino que se remontó al significado
griego, que se refiere al estudio o investigación de algo. (Marx, 1975)

De esta manera al hacer referencia al estudio o investigación de algo,


Kant hace referencia específica al estudio o investigación de la razón, a las
formas y categorías del conocimiento, y busca determinar sus condiciones de
validez y su valor cognitivo. Así pues, la otra corriente filosófica es la de Karl
Marx (1818-1883) quien otorga al pensamiento una nueva cualidad y una
nueva misión que es transformar el mundo. Kant critica a los filósofos y
científicos anteriores, quienes solamente se preocuparon de interpretar al
mundo, cuando la verdadera misión de la ciencia es tener un alcance práctico
en el mundo real.

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Continuando con estas que son las bases del pensamiento crítico
nombraremos a otro estudioso, su nombre es Löic Wacquant, sociólogo francés
que afirma que el pensamiento crítico más productivo surge exactamente de la
unión de las dos tradiciones antes mencionadas, estas permiten realizar la
crítica intelectual, la historia de los conceptos, el examen lógico de los
términos, la genealogía social de los discursos, la arqueología de sus
presupuestos culturales, así como también el conocimiento de los
determinantes sociales del pensamiento, algo fundamental para su liberación.
(Wacquant, 2005).

Al igual que los antes mencionados, algunos autores consideran el siglo


XX como la edad de oro del pensamiento crítico motivado al desarrollo de ideas
políticas, sociales y culturales transformadoras. Surge entonces en la Escuela
de Frankfurt la teoría crítica, impulsada por Adorno, Habermas, Horkheimer,
Fromm, Marcuse y otros. También se desarrolló el pensamiento crítico en los
movimientos universitarios inspirados por las ideas críticas de los intelectuales:
anarquismo, existencialismo, marxismo. (Ornelas, 2014).

Siguiendo con la epistemología del pensamiento crítico, Habermas


buscó nuevas orientaciones a la teoría crítica y se dirigió a la hermenéutica y el
análisis del discurso, rescatando los objetivos originales de la teoría crítica: la
emancipación intelectual, la liberación y la crítica al positivismo: estudia la
intersubjetividad, mediatizada por el lenguaje, replantea el paradigma
materialista del marxismo y formula su “teoría de la acción comunicativa”
(Frankkenberg y Moreira, 2009). Posteriormente se suman ideas nuevas
aportadas por el concepto de El Pensamiento Complejo de Edgar Morín
vinculado con la transdiciplinariedad de las diversas áreas del conocimiento
con las actuales disciplinas que han surgido como la cibernética, la informática,
la teoría de sistemas, la física cuántica, el internet de las cosas entre otras.

Este gran pensador Edgar Morín propone una redefinición del


pensamiento proyectada hacia la complejidad del mundo real identificando las
condiciones actuales de la vida del ser humano como una unidad compleja,
como una oposición al reduccionismo del pensamiento vigente. En este sentido
Ornelas (2014) asume que no todo pensamiento cuestionador es un

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pensamiento crítico, según ella “El objetivo del pensamiento crítico conlleva a la
transformación, evolución y desarrollo del ser humano y su entorno”

Existe autores como Ennis (2013), Facione y Gittens (2015) y Betancourt


(2015) que hacen una diferenciación de dos dimensiones complementarias en
el desarrollo del pensamiento crítico que son, las habilidades cognitivas y las
disposiciones de actitudes. Entre esas habilidades mencionadas están la
interpretación, el análisis, la evaluación, la inferencia, la explicación y la
autorregulación. En cuanto a las disposiciones, caracterizan a la persona que
piensa críticamente como: inquisitiva, sistemática, juiciosa, buscadora de la
verdad, analítica, de mente abierta y confiada en el razonamiento. En otras
palabras, las disposiciones hacen referencia a la motivación para utilizar y
desarrollar las habilidades del pensamiento crítico. Expresan las actitudes,
compromisos y tendencias de actuación.

Otros autores entre ellos Sainz y Fernández- Rivas (2008) hacen una
definición del pensamiento crítico como “…un proceso de búsqueda de
conocimiento a través de las habilidades de razonamiento, la solución de
problemas y la toma de decisiones, que nos permite lograr, con la mayor
eficacia, los resultados deseados”. Esas tres dimensiones conforman el núcleo
del pensamiento crítico, donde Betancourt (2015) agrega la motivación,
indicando que es aquello que pone en funcionamiento a las habilidades
cognitivas, y el metaconocimiento, que dirige, organiza y planifica dichas
habilidades. En ese mismo orden, Merchan, (2012), desarrolló un estudio que
relaciona al pensamiento crítico con la educación en ciudadanía social para
una vida democrática.

En este mismo orden de ideas entre algunas de las habilidades del


pensamiento crítico se mencionarán las que fueron recopiladas por el Dr. Peter
Facione en 2010: Habilidad de interpretar: es la capacidad de comprender el
significado o la importancia de datos, juicios de valor, opiniones, afirmaciones,
vivencias y sucesos. Pero también de convenciones (sociales o empresariales),
creencias, normas o procedimientos. ¿Eres capaz de extraer la idea principal
de un texto, dejando de lado las ideas derivadas? ¿Sabes entender las
intenciones de una persona según la expresión de su cara? La habilidad de
interpretar te añade contexto a la información que has recibido.
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Cuando hablamos de interpretar en general estamos englobando
también la capacidad de categorizar o etiquetar el contenido, entender el
significado y despejar las posibles dudas o ambigüedades del discurso.
Algunas preguntas que puedes hacerte para saber si eres capaz de Interpretar
la información que recibes pueden ser: ¿Qué acaba de decir? ¿Por qué lo ha
dicho? ¿Por qué ahora? ¿Qué sentido tiene? ¿Qué ha pasado?

Habilidad de Analizar: Fundamentando que Analizar es el proceso por el


cual se identifican las relaciones explícitas o implícitas en un argumento que se
emite con intención de expresar motivo, juicio, creencia, opinión, y en general,
información. Al analizar, unimos las piezas para determinar el propósito de la
información que hemos recibido. Para esto se pueden usar algunas preguntas
que ayudan en el proceso de analizar ¿Por qué dice/ cree eso? ¿A qué se
refiere? ¿En qué se basa? ¿Por qué supone que es así?

Habilidad de Evaluar: consiste en medir o valorar la credibilidad de las


afirmaciones o descripciones que hace una persona cuando habla o escribe
acerca de su experiencia, creencias o convicciones; y en general, cuando
expresa su opinión. De esta manera podemos medir la objetividad del
razonamiento. Posiblemente la habilidad de Evaluar sea una de las más
importantes ya que nos permite conocer y reconocer los factores que usamos
para asignar nuestros indicadores de credibilidad de las personas. Algo que
aplicamos no sólo a sus afirmaciones, sino a las conclusiones a las que llegan
con su razonamiento. Para evaluar podemos aplicar algunas preguntas como:
¿Es un hecho, o una suposición? ¿Cómo lo sabe? ¿Cree lo que dice? ¿Por
qué crees lo que dice una persona? ¿Estás seguro? ¿Y él?

Habilidad de Inferir: este es el proceso por el cual somos capaces de


identificar aquellos elementos esenciales (como datos,
afirmaciones, evidencias, juicios y otros) que hay que tener en cuenta para
generar conclusiones razonables, o al menos, formular hipótesis; esto supone
nuestra capacidad para encontrar y listar evidencias (cuya naturaleza por
definición está ligada a la certeza indudable, y por tanto, objetiva), de llegar a
conclusiones o de proponer alternativas a las mismas. Algunas preguntas que
ayudan en el proceso de Inferir pueden ser: ¿Qué pasaría si esto no fuese
cierto? ¿Cambiaría la forma de entenderlo? ¿Es necesaria más información
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para extraer conclusiones? ¿Puede extraerse un patrón de la información
disponible? ¿Hay alternativas sin explorar? ¿Qué implicaciones se derivan de
esta evidencia?

Habilidad de Explicar: Una vez que hemos hecho el proceso de


Interpretar, Analizar, Evaluar e Inferir, el siguiente paso es expresar de forma
clara y coherente los resultados de nuestro razonamiento. Para ello, hay que
acostumbrarse a justificar nuestros razonamientos y conclusiones reflejando
siempre las evidencias en las que se apoya, y todos los aspectos
metodológicos, normas, criterios establecidos y demás en los que se sustenta.
Pero no basta con mostrar que el razonamiento no es producto de la
arbitrariedad, también debemos ser capaces de expresarlo de
forma convincente. Algunas preguntas que nos ayudan a explicar nuestro
proceso de pensamiento: ¿Sabrías explicar el proceso de análisis? ¿Cuáles
han sido los principales resultados del análisis? ¿Cómo se ha llegado a la
conclusión? ¿Por qué esa es la mejor alternativa?

  Autocontrol: El Autocontrol es una metahabilidad. Es la habilidad


de pensar sobre nuestra forma de pensar, de repasar nuestro proceso mental y
corregir, no sólo el proceso sino sus resultados. Y para hacerlo, aplicamos las
habilidades de Interpretar, Analizar, Evaluar e Inferir, pero sobre las
conclusiones a las que hemos llegado.

En general, hay dos disciplinas de autocontrol: La capacidad


de examinarnos. Por ejemplo, de saber cómo nuestro sesgo o intereses han
afectado a nuestro punto de vista, y si por ello la conclusión a la que hemos
llegado resulta la más acertada; y La capacidad de corregirnos. Vamos, de ser
capaces de darnos cuenta de la falta de objetividad en un argumento, o de
haber juzgado algo de manera errónea, y poder llegar a otras conclusiones.

Habilidad de Comunicarse: cuando interactuamos en diferentes entornos


colaborativos ya sean de trabajo, amistades o familiares es necesario la
habilidad de ser capaz de explicar tus argumentos o ideas con claridad;
asegurándote de que tus interlocutores han entendido lo que tú esperabas que
entendieran. En el proceso de la comunicación dos personas pueden estar
delante del mismo hecho, y tener dos percepciones completamente diferentes;

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porque nuestra visión del mundo depende de nuestra educación, nuestros
valores, nuestros principios, nuestra experiencia, etc. Incluso de todo lo que
tengamos en la cabeza en un momento dado.

Es por ello que la primera habilidad básica que necesitas para pensar en
grupo es comunicarte. Y para ello no basta que sepas expresarte de forma
clara, concisa, a ser posible breve, y sin ambigüedades. Se puede procurar
conocer los mapas mentales de otras personas, y que otras personas
conozcan los nuestros como habilidad para mejorar nuestra comunicación.

En conclusión el pensamiento crítico ha evolucionado desde sus


desarrolladores Immanuel Kant y Karl Marx pasando por Edgar Morín y otros y
llegando a los ya conocedores de esta habilidad como muchos otros por
ejemplo el Dr. Peter Facione; de tal manera que hoy en día es posible
estudiarlo, desarrollarlo y ponerlo en práctica en todos los ámbitos de nuestra
vida, sabiendo recurrir a cada uno de sus aspectos al interpretar, analizar,
evaluar, inferir, explicar, mantener el autocontrol y la habilidad de comunicarnos
con la habilidad cognitiva de un pensamiento crítico adecuado a los nuevos
tiempos.

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