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¿Cuándo argumentamos? ¿En qué situaciones? La respuesta es simple: argumentamos cada vez
que tenemos necesidad de defender un punto de vista, una idea, una creencia, etc. Así, la
argumentación puede estar presente en muchos momentos de la vida cotidiana, laboral o
académica.
Para reconocer argumentos, la pista clave es determinar si el texto o discurso contiene la defensa
de una idea sobre la base de otras ideas. Tal defensa está basada en un conjunto de datos, puntos
de partida. A estos se les llama PREMISAS. Las premisas son los datos previos o las bases en
las que se funda la aceptación o no de aquello que en el argumento se intenta justificar.
Aquello que pretendemos que quede justificado sobre la base de las premisas se llama
CONCLUSIÓN. La conclusión de un argumento es aquello que se pretende resulte aceptable por
medio de todo el discurso. El propósito de todo argumento es lograr que la conclusión resulte
aceptable.
La conclusión es aquel enunciado cuya verdad se pretende sostener en el argumento. Podríamos
afirmar que la conclusión es la razón de ser del argumento, pues la finalidad de este es
defenderla sobre la base de las premisas.
A partir de las definiciones propuestas, podemos deducir que los elementos que constituyen un
argumento son, de manera general, enunciados, proposiciones u oraciones. Sin embargo, esta
caracterización de los componentes de un argumento es insuficiente, pues no todos los
enunciados que lo conforman cumplen el mismo papel o función.
Las premisas son aquellos enunciados que se presentan para sustentar la conclusión, para
convencer a un posible interlocutor de que la conclusión es aceptable e incluso verdadera. Esto
no significa que las premisas de un argumento sean suficientes para defender la conclusión, pues
hay argumentos malos, débiles, incorrectos o inválidos.
En un argumento inductivo, las premisas siempre están referidas a casos particulares, hechos
concretos, situaciones específicas o ejemplos; mientras que la conclusión sostiene que lo que
sucede en esos casos específicos es generalizable a todos los casos o aplicable a un caso nuevo.
En un argumento deductivo, al menos una de las premisas contiene una afirmación aplicable a
todos los casos a los que se alude en el argumento. De ahí que el paso a las conclusiones es una
operación deductiva, y sobre todo formal.
VALIDEZ
CORRECCIÓN
Precisamente, descubrir los mecanismos que hacen la diferencia entre un argumento válido y un
argumento inválido es el objetivo de la Lógica.