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Tres argumentos en contra

del incompatibilismo de van Inwagen

Resumen

En este artículo se presentan tres argumentos en contra del incompatibilismo de

van Inwagen, se prueba que el sistema filosófico de van Inwagen no es lo

suficientemente poderoso para demostrar que haya incompatibilidad entre el

determinismo y el libre albedrío. Por un lado, su definición de leyes naturales no

permite postular leyes que regulan nuestro comportamiento mental y en consecuencia

el determinismo según van Inwagen no puede probar la verdad del incompatibilismo;

por otro lado, su visión de un mundo determinista no es suficiente para concluir la

versión minimalista del libre albedrío que él mismo propone; por último, la forma en la

que formula la necesidad del pasado presupone la verdad del incompatibilismo, y aun

cuando no lo hiciera, el argumento depende de presupuestos que no necesariamente

forman parte del determinismo. Se concluye que los argumentos de van Inwagen no

son lo suficientemente fuertes para demostrar el incompatibilismo, pero que negar su

incompatibilismo no nos hace necesariamente compatibilistas, más bien nos

compromete a proponer un argumento a favor del incompatibilismo o del

compatibilismo que respete los principios con los que se critica la postura de van

Inwagen.
1. Introducción

Este trabajo es sobre el incompatibilismo de van Inwagen, se exponen tres críticas

que hacen su incompatibilismo inviable. Peter van Inwagen es un filósofo

estadounidense nacido en 1942. Su trabajo está enfocado en temas de metafísica,

filosofía de la acción y filosofía de la religión. Su libro de 1983 An essay on free will

contribuyó a reavivar el debate acerca de la compatibilidad entre el determinismo y el

libre albedrío en el siglo XX (Kane 23; Vihvelin, sec.1). En este libro, así como en otros

trabajos, van Inwagen defiende que los conceptos de determinismo y libre albedrío son

incompatibles: ambos no pueden ser ciertos en el mismo mundo posible.

En este escrito presentamos tres argumentos en contra del incompatibilismo de

van Inwagen, probamos que el sistema filosófico de van Inwagen no es lo

suficientemente poderoso para demostrar que haya incompatibilidad entre el

determinismo y el libre albedrío: por un lado, su definición de leyes naturales no

permite postular leyes que regulan nuestro comportamiento mental y en consecuencia

el determinismo según van Inwagen no puede probar la verdad del incompatibilismo;

por otro lado, su visión de un mundo determinista no es suficiente para precluir la

versión minimalista del libre albedrío que él mismo propone; por último, la forma en la

que formula la necesidad del pasado presupone la verdad del incompatibilismo, y aun

cuando no lo hiciera, el argumento depende de presupuestos que no necesariamente

forman parte del determinismo.

Para tal fin, primero explicamos qué es el problema del libre albedrío y cómo lo

enfrenta van Inwagen; luego exponemos nuestros argumentos en contra de este;

finalmente, incluimos algunas conclusiones y resaltamos que rechazar el

incompatibilismo de van Inwagen no nos hace compatibilistas y por ende no hace falta

un defensa del compatibilismo.


2. El problema del libre albedrío

Una manera de formular el problema del libre albedrío es la siguiente: ¿son el libre

albedrío y el determinismo causal compatibles en algún mundo posible? Es decir, dado

un mundo posible donde el libre albedrío sea cierto, ¿es posible que este mundo sea

causalmente determinado?; o dado un mundo posible determinado causalmente, ¿es

posible que en el mismo sea cierto el libre albedrío? (Vihvelin, sec.1, párr. final). Dar una

respuesta al problema del libre albedrío no implica comprometerse ni con la verdad del

libre albedrío ni con la del determinismo causal. Una respuesta simplemente supone la

verdad o bien del libre albedrío o del determinismo causal y demuestra si estos dos

conceptos son compatibles.

Las respuestas que se le dan al problema del libre albedrío normalmente se

clasifican en compatibilistas e incompatibilistas. Un compatibilista, como Leibniz o

Davidson, afirma que hay por lo menos un mundo posible donde el libre albedrío es

cierto y este mundo está determindo causalmente (Leibniz; Davidson). Un

incompatibilista como van Inwagen niega que exista un mundo posible determinista en

el que sea cierto el libre albedrío (van Inwagen, An Essay on Free Will); una

incompatibilista como Steward niega que exista un mundo posible donde sea cierto el

libre albedrío y este mundo esté determinado causalmente (Steward). 1

1
Desde el 2010 se ha venido consolidando una alternativa de respuesta adicional, denominada
imposibilismo, según la cual no hay mundos donde el libre albedrío sea cierto. Es distinto del
incompatibilismo en tanto este afirma que si bien hay mundos posibles donde el libre albedrío es cierto,
ninguno de estos es determinista. Para más información acerca del imposibilismo, ver Vihvelin (sec.1)
2.1 El incompatibilismo de van Inwagen

Peter van Inwagen es uno de los mayores exponentes del incompatibilismo de

los últimos años. En An essay on free will, van Inwagen defendió un argumento a favor

del incompatibilismo que ha sido ampliamente discutido. 2

El argumento de van Inwagen a favor del incompatibilismo es:

If determinism is true, then our acts are the consequences of the laws of nature

and events in the remote past. But it is not up to us what went on before we

were born, and neither is it up to us what the laws of nature are. Therefore, the

consequences of these things (including our present acts) are not up to us (van

Inwagen, An Essay on Free Willv, 15, 63).

van Inwagen sustenta este argumento de tres maneras distintas. Estas son

explicadas y criticadas en los tres apartados siguientes.

3. Leyes de la naturaleza y leyes psicológicas: en contra del

primer argumento

En esta sección buscamos demostrar que el que van Inwagen no trate a las leyes

que rigen nuestro comportamiento mental como leyes de la naturaleza hace que los

eventos mentales no estén sujetos al determinismo causal y, por lo tanto, no es posible

afirmar el incompatibilismo. El primer argumento busca demostrar que, si suponemos

como verdadero el determinismo, actuar de manera distinta a la determinada haría que

las leyes de la naturaleza fueran falseadas, pero esto es imposible, luego, actuar de

2
En años posteriores, van Inwagen ha cambiado ligeramente su postura, pues ha pasado a afirmar que el
libre albedrío no es ni compatible ni incompatible con el determinismo causal (van Inwagen, «Free Will
Reamains a Mystery»). Nuestra preocupación aquí es simplemente demostrar que sus presupuestos
metafísicos no son suficientes para afirmar el incompatibilismo.
manera distinta a la determinada es imposible. Para comprender el argumento de van

Inwagen necesitamos las nociones de: proposición, estado del mundo en un instante y

leyes de la naturaleza.

van Inwagen define las proposiciones como portadores no lingüísticos de un valor

de verdad (van Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.3). Estado del mundo en un instante

es una noción que cumple con dos condiciones: (1) del estado del mundo en un instante

no se sigue nada. Si describimos el estado del mundo en un instante t podemos decir

´hay una pelota azul a 2 metros del piso´ pero de ese estado del mundo no se sigue que

´en 2 segundos la pelota caerá´, la información proporcionada por el estado del mundo

en un instante no es suficiente para saber si en dos segundos la pelota caerá, explotará o

saldrá volando. (2) este concepto no debe estar separado de lo que es observablemente

verdadero, por ejemplo, si hay un estado donde ´la pelota está a 2 metros del piso´ y

otro en donde todo es exactamente igual pero ´la pelota está a 1 metro del piso´ son dos

estados diferentes por más que compartan la mayoría de características (van Inwagen,

An Essay on Free Will, párr.3.3).

La definición de leyes naturales tiene su núcleo en el principio de re que establece

que “[i]t is necessary that, for every person x and every proposition y, if y is a law of

nature, then x cannot render y false” (van Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.3). Las

leyes de la naturaleza son proposiciones verdaderas sobre las cuales no tenemos ningún

poder para cambiar su valor de verdad. Por ejemplo, la proposición ´nada viaja más

rápido que la luz´ es una ley de la naturaleza, es imposible que haya un ser humano que

pueda manipular los objetos concretos a su alrededor de manera que cambie su valor de

verdad; en cambio, una proposición como ´la Casa Blanca es blanca´, aunque es

verdadera, no es una ley natural, porque tenemos el poder de cambiar su valor de

verdad, simplemente debemos alterar los objetos alrededor (pintar la Casa Blanca de

rojo) para que cambie su valor de verdad.


van Inwagen examina si el concepto leyes de la naturaleza debe ser lo

suficientemente amplio como para incluir las leyes psicológicas. A lo que responde que

no, la razón es que las leyes psicológicas admiten contraejemplos, mientras que, por el

principio de re, las leyes de la naturaleza no. Si suponemos que tenemos libre albedrío,

se sigue que puede haber contra ejemplos para las leyes psicológicas y si estas tienen

contraejemplos no cumplen con la definición de leyes naturales.

Por ejemplo, supongamos que un psicólogo descubre que todo aquel que haya

recibido entrenamiento moral de tipo A en su niñez, nunca esparce rumores sobre sus

colegas (van Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.3). La pregunta que se hace van

Inwagen es si esto significa que tales personas no pueden esparcir rumores de sus

colegas. Su intuición, que nos parece acertada, es que si bien lo que dice el psicólogo es

cierto aún es posible falsear esa proposición. Van Inwagen se inclina a pensar que la ley

descubierta por el psicólogo no es una ley natural. Parece que las personas que han

recibido entrenamiento moral del tipo A no esparcen rumores de sus colegas porque

entienden que eso está mal y no se debe hacer. Pero que lo entiendan y no lo hagan no

significa que pierdan la habilidad para esparcir rumores de sus colegas. Aunque es

verdadera la proposición de que ese grupo de gente no esparce rumores, sigue siendo

posible que se manipule el mundo de manera que esa proposición se vuelva falsa, pues

siguen teniendo la habilidad de falsear dicha ´ley´. Si esto es así, no podemos incluir a

las leyes psicológicas dentro del conjunto de leyes naturales, pues incumplen el

principio de re.

De lo anterior, podemos concluir que van Inwagen considera que a lo que se le

llama ley psicológica es una proposición verdadera con un patrón regular, pero no una

ley. Tras esta explicación, van Inwagen toma las leyes naturales como proposiciones

que aplican no trivialmente a cosas que no sean agentes racionales (van Inwagen, An

Essay on Free Will, párr.3.3). Esta nueva definición de leyes naturales nos deja
inconformes. Pues al afirmar que las leyes naturales no aplican a los agentes racionales

está afirmando que el determinismo no puede regir el dominio mental. Por lo que

dentro del determinismo planteado hay cabida para el libre albedrío, por lo menos en

los actos mentales.

A pesar del hueco explicativo en el argumento de van Inwagen, creemos que su

argumento se puede salvar con una teoría de lo mental adecuada. Para este propósito,

recurrimos a su ensayo Causation and the Mental. Dicho trabajo nos da luces acerca de la

relación que tiene la mente y el cuerpo para van Inwagen. A continuación, presentamos

algunos aspectos de su postura acerca de la mente para ver qué consecuencias traen

para su argumento de la incompatibilidad.

van Inwagen acepta que “my extreme ideas about ontology also imply either the

falsity or the mere vacuous truth of the so-called identity thesis –the thesis that every

mental event is a physical event” (van Inwagen, «Causation and the Mental» 158). van

Inwagen se inclina más por aceptar la tesis de la identidad. Afirmamos esto por los

siguientes motivos:

1. van Inwagen defiende que si una persona y su contraparte estuvieran físicamente

organizados de exactamente la misma manera, sus propiedades mentales también

serían exactamente iguales. Las propiedades mentales supervienen de la

distribución de la materia y radiación en el espacio-tiempo (van Inwagen,

«Causation and the Mental» 160), si cambia alguna propiedad física, también

cambia una propiedad mental. Es imposible estar físicamente organizados de la

misma manera y tener propiedades mentales distintas.

2. Para van Inwagen, hablar en términos físicos o mentales no son más que maneras de

hablar («Causation and the Mental» 160). Cuando decimos que Mario está celoso

porque Paula está con otro, estamos diciendo lo mismo que cuando un físico
omnisapiente describe todo lo que está pasándole físicamente a Mario. Lo físico y

lo mental se refieren a lo mismo, solo están expresados de manera distinta. De igual

manera que podemos decir que ´Barack fue presidente de E.E.U.U` y que ´Obama

fue presidente de E.E.U.U´ y estar diciendo exactamente lo mismo.

Si lo anterior es correcto y van Inwagen acepta que todo lo mental es físico,

entonces podemos cerrar el hueco explicativo en su argumento del incompatibilismo.

Parece que, si todo lo mental es físico, necesariamente la mente y los agentes racionales

estarían en el dominio de las leyes naturales y su argumento podría seguirse de manera

que concluya que el determinismo y el libre albedrío son incompatibles.

A pesar de esto, nos sigue pareciendo extraño que introduzca la noción de leyes

psicológicas en la discusión si cree que estás no existen o, en el mejor de los casos, son

solo una manera de hablar. También se le podría plantear la pregunta por si puede existir

el libre albedrío en un mundo enteramente físico. La postura del autor respecto a la

relación de lo físico y lo mental es lo que le permite que su argumento funcione, pero

podría ser descartado por personas que no compartan una postura similar frente a lo

mental.

4. Posibilidades no actualizadas: en contra del segundo

argumento

En esta sección pretendemos demostrar que el segundo argumento de van

Inwagen no es suficiente para afirmar que el incompatibilismo sea cierto. El segundo

argumento de van Inwagen demuestra la incompatibilidad del determinismo y el libre

albedrío suponiendo el determinismo y demostrando que este no es compatible con la

forma más débil de formular el libre albedrío, por lo que cualquier otra manera de
definir el concepto sería incompatible con un mundo determinado causalmente

(Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.7).3

El segundo argumento de van Inwagen requiere de lo siguientes elementos:

 La noción de mundo posible;

 El mundo actualizado (the actual world);

 La propiedad de ‘compartir un tajada con’, la cual se da entre pares de mundos

posibles: Sxy ;

 La propiedad de ‘ser nomológicamente congruente con’, la cual se da entre pares

de mundos posibles: Oxy ;

 La propiedad de ‘tener acceso a’, la cual se da entre agentes y mundos posibles:


Hxy ;4 y

 La propiedad de ser causalmente determinado (deterministic): Dx .

Lo primero es la noción de mundo posible. Siguiendo a Plantinga, para van

Inwagen los mundos posibles son “members of the class of ways things might be or

possible ways things might be arranged or, simply, possibilities” (Inwagen, An Essay on

Free Will, párr.3.6). Sin embargo, no cualquier posibilidad es un mundo posible: para

que una posibilidad sea un mundo posible debe ser una posibilidad comprensiva;

respecto de cualquier otra posibilidad, la primera debe incluir o excluir la segunda. Una

posibilidad incluye a otra cuando es imposible que la primera se actualice mientras que

la segunda no lo haga; una posibilidad excluye a otra cuando es imposible que ambas se
3
A menos que se especifique lo contrario, el argumento y las definiciones que se expone en esta sección
son tomados de (Inwagen, An Essay on Free Willsecs. 3.9-3.10)
4
Debe tenerse en cuenta que ‘T ’ no es la tradicional ‘ R ’ usada en lógica modal alética para representar
relaciones de accesibilidad entre mundos posibles, se trata de una relación introducida por van Inwagen
que existe entre agentes y mundos posibles. Más adelante se trata con algo más de detalle .
actualicen. Toda posibilidad es un objeto abstracto, por lo que todo mundo posible es

un objeto abstracto.

Para van Inwagen, la noción del mundo actual es una descripción definida que

designa un objeto abstracto tal que es una posibilidad comprensiva actualizada. Es una

posibilidad que incluye o excluye cualquier otra posibilidad y es el caso. Por otro lado,

la propiedad ‘ S’ es una propiedad que comparten dos mundos posibles cualquiera que

sean indistinguibles en un instante; así como la propiedad ‘ O ’ es la equivalencia que

existe entre dos mundos que tengan las mismas leyes de la naturaleza. Dos mundos

posibles no tienen esta propiedad si (1) no comparten exactamente las mismas leyes de

la naturaleza (i.e. un mundo en donde no exista la ley de la gravedad no es

nomológicamente congruente con el mundo actual) o (2) tienen las mismas leyes, pero

con distintos valores (i.e. la gravedad no tiene un valor de 9.8 m/ s 2 sino de 3.8 m/s 2).

Por último, ‘T ’ expresa una relación atemporal entre agentes y mundos posibles,

es decir, ‘Txy ’ se lee como ‘x tuvo, tiene o tendrá (en algún momento de su vida) acceso

a y’. Por otro lado, ‘D’ es una propiedad de un mundo posible si ese mundo posible es

el único con el cual comparte una tajada y es nomológicamente congruente. 5

El incompatibilismo que van Inwagen presenta en An essay on free will supone el

determinismo causal y de ahí su incompatibilidad con el libre albedrío. Así, tras

exponer los términos que utiliza en su argumento, van Inwagen pasa a afirmar que el

determinismo puede ser representado satisfactoriamente como la expresión ‘ DA ’, la

cual afirma que el mundo actual es determinado. Esto no debe leerse como ‘nuestro

mundo actual es determinado’, se trata más bien de definir el determinismo, no de

afirmar que nuestro mundo es determinista. El punto de un incompatibilista como van

5
Esta última definición puede resultar más clara si introducimos la formalización que van Inwagen
propone: Dx ❑df ∃ y ( Sxy ) ∧ ∀ y ( ( Syx ∧ Nyx ) → y =x )
Inwagen es que en todos los mundos posibles actualizados, comprensivos y

determinados es imposible que exista el libre albedrío.

Para probarlo, van Inwagen proporciona una definición mínima de libre albedrío.

Si logra probar que el determinismo es incompatible con esta definición, el

determinismo es incompatible con cualquier otra versión del libre albedrío. La

definición mínima es: por lo menos un agente tuvo, tiene o tendrá acceso a un mundo posible

distinto al mundo actual.

Así, van Inwagen afirma que la negación de la definición mínima de libre albedrío

se sigue si afirmamos (1) que el mundo actual es determinado (‘ DA ’) y (2) los principios

metafísicos MAA y MAB:

 MAA: Cualquier mundo al que una persona pueda acceder debe ser indistinguible

del mundo actual por lo menos en algún instante.

 MAB: Ninguna persona tiene acceso a un mundo en el cual las leyes de la

naturaleza sean distintas a las del mundo actual.

van Inwagen deriva su incompatibilismo de la siguiente manera: supongamos que

el mundo actual es determinado (DA) y que alguien, Daniela, en efecto tiene acceso a un

mundo posible. Ese mundo posible compartiría una tajada con el mundo actual y sería

nomológicamente congruente con el mundo actual, por los principios MAA y MAB. Si

un mundo determinado comparte una tajada con cualquier otro mundo y es

nomológicamente congruente con dicho mundo posible, ambos mundos posibles son el

mismo, por la definición de mundo posible determinado. Si el mundo actual es

determinado, entonces el mundo al que tiene acceso Daniela es el mundo actual, pues

comparte una tajada con el mundo actual y es nomológicamente congruente con este.

De esta manera es posible generalizar y decir que para cualquier mundo posible al que
un agente pueda acceder es el mundo actual. Así concluimos que, si el mundo actual es

determinado, cualquier mundo al que un agente pueda acceder es el mundo actual.

Esto no es otra cosa, dice van Inwagen, que decir que, si el mundo actual es

determinado, nadie tiene acceso a un mundo no-actualizado. Esto es la negación de la

definición mínima del libre albedrío: por lo menos una persona tuvo, tiene o tendrá

acceso a un mundo posible distinto al mundo actual.

Si bien el argumento de van Inwagen es bastante bueno, hay contraejemplos a

este. Un contraejemplo es probar que alguien tiene acceso a un un mundo posible no

actualizado. Si no está actualizado, es distinto al mundo actual, pues el mundo actual

está, por definición, actualizado. Para nosotros, el contraejemplo está en el acceso que

tenemos a algunas posibilidades futuras. Dentro de las posibilidades no actualizadas

están tanto mundos posibles pasados que nunca fueron el caso (por ejemplo, la

posibilidad en la que Julio César no cruzara el Rubicón) como mundos posibles futuros,

estados de cosas del mundo actual que no han llegado a ser el caso ¿es el argumento de

van Inwagen capaz de demostrar que no tenemos acceso a estas dos clases de

posibilidades no actualizadas?

Creemos que no: el argumento de van Inwagen es suficiente para probar que no

podemos acceder a formas en las que el mundo pudo ser, pero nuestra capacidad de

acceder a mundos posibles futuros prueba que el libre albedrío en sentido mínimo es

compatible con el determinismo de van Inwagen. De esta manera, es posible afirmar

que un mundo posible determinado y actualizado es compatible con el libre albedrío en

sentido mínimo.

Cualquier posibilidad futura es, por definición, distinta del mundo actual, pues

una posibilidad futura no está actualizada. Tomemos ‘ FA ’ y ‘ A ’ para referirnos

respectivamente a un estado futuro del mundo actual y al mundo actual, tal como van
Inwagen lo define. Dado que ‘ FA ’ es simplemente ‘ A ’ en un instante posterior, las leyes

de la naturaleza de ‘ FA ’ son las mismas que en ‘ A ’, pues por el principio MAB,

cualquier mundo posible al que tenga acceso tendrá las mismas leyes de la naturaleza

que el mundo actual

Así, podemos defender que ‘ FA ’ es nomológicamente congruente con ‘ A ’. Además,

podemos decir que ‘ FA ’ y ‘ A ’ comparten una tajada, pues al fin y al cabo ‘ FA ’ es solo

una versión futura de ‘ A ’, debe haber por lo menos un instante en el que sean

indistinguibles. Si esto es así, ‘ FA ’ es distinto a ‘ A ’, pero comparten una tajada y es

nomológicamente congruente con `A´.

Si esto es así, de cualquier mundo actualizado posible se puede afirmar que la

versión futura del mundo actualizado es nomológicamente congruente y comparte una

tajada con el mundo actual, pero es distinto de este. Por lo tanto, para cualquier mundo

actualizado que sea determinado, su versión futura es nomológicamente congruente,

comparten una tajada, pero son distintos.

Ahora bien, el incompatibilismo afirma que en ningún mundo posible el

determinismo es compatible con el libre albedrío. Pero bien, en algunos mundos

posibles actualizados determinados es posible acceder a alguna versión futura de ese

este: si alguien conoce las leyes de la naturaleza de ese mundo, podrá predecir el estado

futuro de ese con total precisión. Esto es, acceder a un mundo posible determinado,

nomológicamente congruente con el mundo actual y que comparte una tajada con este

último. Por lo tanto, este agente podría acceder a un mundo posible distinto al mundo

actual a pesar del determinismo del mundo en el que vive.

Así, es posible afirmar que lo mínimo que se necesita en un mundo posible para

que sean compatibles el determinismo y el libro albedrío (en sentido mínimo) es las

leyes de la naturaleza puedan ser conocidas por los agentes de ese mundo. Por
supuesto, esto vale para las definiciones de determinismo y libre albedrío propuestas

por van Inwagen. Sin embargo, de ser esto cierto, se sigue que en los términos de van

Inwagen no es posible construir una posición incompatibilista, pues sus definiciones y

principios metafísicos permiten la existencia de mundos posibles donde son

compatibles su determinismo con su libre albedrío en sentido mínimo.

5. La necesidad del pasado: en contra del tercer argumento

En esta sección queremos fijarnos en el tercer argumento. Si bien este ha recibido mucha

atención y ha sido objeto de debate por cuenta de su manejo de la lógica modal, 6 la

crítica que queremos hacerle va dirigida a su forma de tratar el pasado, la cual parecería

implicar una cierta necesidad.

El tercer argumento se parece mucho al primero, particularmente en dos aspectos:

por un lado, busca mostrar que una consecuencia lógica del determinismo es que nadie

tuvo en ningún momento la capacidad de elegir ninguna cosa; por otro lado, este

argumento utiliza las nociones de P0 para referirse a un estado de cosas pasado, L para

la conjunción de todas las leyes naturales y P para designar una verdad del presente.

Pero a estos elementos añade un cuarto, el operador modal Np, el cual es definido como

una abreviación de ‘p y nadie puede, y nunca ha podido, hacer nada de tal manera que

si lo hiciera, p sería falsa’ (van Inwagen, «Free Will Reamains a Mystery» 98-99). 7 van

Inwagen sólo define dos reglas lógicas para el uso de dicho operador:
6
Para un recuento de tales críticas, ver (Vihvelin, sec.5).
7
La definición original dada por van Inwagen en An essay on free will, es “‘p and no one has, or ever had,
any choice about whether p’” (Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.10). van Inwagen concede que esta
definición permite que el operador se aglomere, lo cual es universalmente inválido (Inwagen, «Free Will
Reamains a Mystery» 93-94). En el cuerpo del ensayo incluimos la versión corregida de la definición de
van Inwagen. Para más información sobre el concepto de aglomeración y su relación con el argumento de
van Inwagen, ver (Slote); para más información sobre la crítica al operador N en su definición original a la
que van Inwagen responde, ver (McKay y Johnson); para más información sobre cómo van Inwagen
corrige su definición, ver (Inwagen, «Free Will Reamains a Mystery»).
(α )  p ⊢ Np

( β ) N(p ⊃ q), Np ⊢ Nq (van Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.9)

(α ) dice que de la necesidad de algo podemos deducir que nadie tiene ni ha tenido

elección al respecto. Por su parte, ( β ) afirma que si nadie tiene o ha tenido elección sobre

que de una cosa se siga otra, y nadie tiene o ha tenido elección sobre si se da la primera,

nadie tampoco la tendrá sobre la segunda. Ya con esto establecido, podemos exponer el

tercer argumento:

1. (( P0 & L) ⊃ P)

2. ( P0 ⊃ (L ⊃ P)

3. N( P0 ⊃ (L ⊃ P))

4. N P0

5. N(L ⊃ P)

6. NL

7. NP

La conclusión, según van Inwagen: no tenemos elección sobre el estado actual de

cosas (An Essay on Free Will, párr.3.10).

Aquí está usando sólo tres premisas (1, 4 y 6), las cuales merecen ser explicadas. 8

La número 1 es la definición del determinismo: es necesario que de un estado de cosas

pasado y de las leyes de la naturaleza se siga el estado presente de cosas. La necesidad

aparece en esta premisa ya que todas las posibilidades terminan por ser una sola, la

única posible dados el pasado y las leyes de la naturaleza. La premisa número 6 dice

que no tenemos, ni hemos tenido, ninguna elección sobre las leyes de la naturaleza. Esto
8
Por motivos de claridad mantendré la numeración propuesta por van Inwagen.
funciona por el principio de re. Finalmente, está la premisa número 4, que es en la que

nos vamos a concentrar: esta dice que nadie tiene, ni ha tenido ninguna elección sobre el

pasado.

van Inwagen, al defender esta premisa de posibles objeciones, parece apelar a dos

cosas. Por un lado, recurre al sentido común, diciendo simplemente que si P0 fuera la

distribución y el momento de átomos y partículas en un pasado remoto, “surely, no one

has any choice about whether P0” (van Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.10).

Además de esto remite a la fundamentación que ha hecho de los equivalentes de N P0

en los otros dos argumentos, por lo que debemos estudiar la premisa (5) del Primer

Argumento y MAA en el caso del Segundo (Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.10).

En nuestra opinión ninguna de estas dos premisas sirve para fundamentar N P0, sino

que por el contrario lo presuponen, por lo que si hay un error en N P0, también lo habrá

en el de estas dos premisas.

El primer argumento plantea el escenario de un sujeto J cuyas acciones son

determinadas por el pasado y las leyes de la naturaleza. Si pudiera hacer otra cosa, eso

implicaría que debería poder cambiar el pasado o las leyes naturales. La premisa (5) de

este argumento dice que: “If J could have rendered the conjunction of P0 and L false,

then J could have rendered L false” (Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.5). Esto es

equivalente a N P0, pues en caso de que un agente pudiera hacer falsa la conjunción de

una proposición que describa un estado pasado de cosas y otra que describa las leyes de

la naturaleza, sólo podría hacerlo cambiando las leyes, ya que no tiene elección sobre el

pasado. Ahora bien, dice van Inwagen que el principio general en el que se basa la

premisa (5) es “If q is a true proposition that concerns only states of affairs that obtained

before s’s birth, and if s can render the conjunction of q and r false, then s can render r

false” (van Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.5). La demostración de este se basa en

cuatro constantes:
 q: Una proposición verdadera acerca del estado de cosas previo al nacimiento de un

sujeto (s)

 r: Alguna proposición

 H: La conjunción de todas las proposiciones verdaderas sobre el pasado

 a: Un estado de cosas que s puede actualizar y que, junto con W, resultaría en la

falsedad de la conjunción q & r (Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.5)

Por definición, de H se puede deducir q, ya que la primera es la conjunción de

todos los estados pasados y q es uno de estos. Esto implica que de la conjunción ‘H & a‘

se puede deducir q. Pero esta misma conjunción, por la definición de a, implica ‘¬(q &

r)’. Ahora, teniendo q y ‘¬(q & r)’, podemos deducir que r debe ser falsa, si s actualizara a

(Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.5).

Tomemos como ejemplo el caso de una niña estudiando la historia de María Reina

de Escocia. En los libros de historia escocesa (H) está contenido el relato de la ejecución

de dicha reina (q), relato que le produce mucha tristeza a la niña (r). Si ella quisiera

cambiar este estado de cosas, es decir, la conjunción ‘(María Reina de Escocia fue

ejecutada) & (La niña está muy triste por la muerte de la Reina María)’, sólo podría

hacerlo volviendo falsa la segunda proposición, ya que la situación de la que parte (la

historia, H) contiene dicha ejecución. Por lo tanto, el único poder causal que tiene es

sobre su tristeza.

van Inwagen dice que esto es lo que ocurre en el caso del determinismo, al estar el

pasado implicado en las situaciones en las que actuamos, no nos es posible hacer algo

que lo afecte. Pero esto es problemático. La definición de la noción de estado del mundo,

este no puede hacer referencia al estado del mundo en ningún otro instante (van

Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.5). Dado esto, es extraño el uso de H en su


demostración, que en sí no se sigue del estado actual del mundo. Así, al suponer un

estado previo de cosas, del cual se sigue q, más que estar demostrando que el pasado no

se puede cambiar, está presuponiéndolo. Por tanto, en vez de fundamentar un

equivalente de N P0, lo estaría dando por sentado.

Pasando al segundo argumento, el principio MAA dice que sólo tenemos acceso a

mundos con los que compartamos al menos una tajada, en la cual serían indistinguibles

del mundo actual en un instante dado (Inwagen, An Essay on Free Will, párr.3.9). Resulta

un poco curioso que diga que esta premisa es lo mismo que decir que el pasado no se

puede cambiar. Nuestra interpretación de esto es que, ya que no está en nuestro poder

cambiar el estado de cosas del pasado, no podemos hacer que el mundo actual deje de

compartir una tajada con el otro; en otras palabras, no tenemos acceso ni podemos

elegir actualizar ningún mundo que no haya compartido en el pasado alguna tajada con

el actual. Al igual que con la premisa anterior, decir esto sería presuponer que no

podemos cambiar el pasado, por lo que tampoco MAA nos ofrece un ejemplo de cómo

fundamentar N P0, sino sería una especie de equivalente derivado de presuponer que no

tenemos elección sobre el pasado.

Ahora bien, dicha presuposición parece relativamente fácil de conceder. A fin de

cuentas, no tenemos elección sobre los eventos que ocurrieron en el pasado, ni los

podemos cambiar. Pero aun así esto es problemático, ya que N P0 no se limita a decir

esto. Dada la forma en la que van Inwagen define este operador, está implicando que el

pasado es, en un cierto sentido, necesario. Recordando lo que decíamos más arriba, N P0

quiere decir que nadie tiene ni ha tenido elección sobre el estado del mundo en un

punto determinado del pasado. Como señala Campbell (106), esto ha sido

fundamentado de dos formas diferentes:


(a) N P0 because P0 is a true proposition about the past and ‘no one can change

the past’

(b) N P0 because P0 is a true proposition about the remote past, ‘before there

were any human beings’ (Campbell 106)

En otras palabras, (a) fundamenta N P0 apelando a que P0 es pasado, mientras que

(b) lo fundamenta apelando a que es un pasado remoto (por pasado remoto se entiende

un pasado previo a la existencia del ser humano). Ahora bien, dar el paso de (a) a (b) es

necesario porque el operador N no sólo hace referencia al presente (“nadie tiene

elección sobre si p”), sino también al pasado (“nadie ha tenido elección sobre si p”), lo

que introduciría la necesidad del pasado. (a), formalizable como ‘Pp ⊢ Np’, significa que

si algo es pasado entonces nadie tiene ni tuvo elección al respecto. Esto, en ciertos casos,

no resulta evidente a menos de que se presuponga el incompatibilismo. Se puede usar

como ejemplo el caso de un conductor ebrio que atropella a un transeúnte.

Estando el conductor ante un juez, se intenta defender apelando a que como dicho

evento ocurrió en el pasado, no tiene ni ha tenido elección sobre si pasaría o no (Pp ⊢

Np): como instantes antes del accidente él no era capaz de hacer nada al respecto dado

su estado de embriaguez y la velocidad a la que conducía, el accidente era inevitable.

Pero es claro que esta no sería una defensa válida, aunque es verdad que en ese

momento se cumple la primera parte del operador N (no está en su control decidir si

atropelló al transeúnte), la segunda parte no resulta tan clara (que no estuvo en su

control), debido a que en puntos previos al accidente sí pudo haberlo evitado tomando

otras decisiones (como no beber o no conducir) (Campbell 106-107). Por casos como

este, la fundamentación de N P0 resulta insuficiente, lo que obliga a recurrir a factores

externos para fortalecerla.


Por esto se pasa a fundamentar N P0 por medio de (b), recurriendo a un pasado

remoto, previo a la existencia de los seres humanos, lo que hace imposible que estos

hayan podido tener algún papel en el estado del mundo. Esto es explícito en el Primer y

Segundo Argumentos, que hablan del estado del mundo antes del nacimiento del sujeto

en cuestión y del estado de átomos y partículas miles de años en el pasado,

respectivamente. Pero así se está introduciendo un factor adicional al argumento, pues

el tener un pasado remoto es contingente que, además, no es esencial para la tesis

determinista (Campbell 109).

En otras palabras, no podemos afirmar que todos los mundos posibles tengan un

pasado remoto, ni siquiera que todos los que sean deterministas lo tengan. Esto implica

que hay que añadirles una premisa adicional a los tres argumentos, como por ejemplo

que el mundo posible en cuestión tiene un pasado remoto, u otra tesis por el estilo

(Campbell 110). Pero tal adición puede ser la responsable de que el libre albedrío resulte

imposible en ese caso, sin que el determinismo de por sí sea incompatible con la

libertad. Este punto es importante porque, aunque el argumento en este estado podría

demostrar que el mundo actual es determinista y carece de libre albedrío, no es capaz

de demostrar la postura más fuerte del incompatibilismo, según la cual no hay ningún

mundo posible que contenga tanto determinismo como libre albedrío (Vihvelin).

6. Conclusión

En este escrito hemos expuesto tres críticas al incompatibilismo de Van Inwagen,

sin embargo, no hemos dado ningún argumento a favor ni del incompatibilismo ni del

compatabilismo. Esto nos ha llevado a preguntarnos si rechazar una versión del

incompatibilismo implica afirmar la verdad del compatibilismo, y si eso implicaría que

estemos obligados a defender tal postura.


Creemos que la respuesta es no. Lo que hicimos fue criticar una versión de

incompatibilismo, la de van Inwagen. Esto no nos hace compatibilistas, todo lo

contrario, se podría defender el incompatibilismo y esto es coherente con lo presentado

aquí mientras que no se utilicen los argumentos de van Inwagen para defender el

incompatibilismo.

Sin embargo, lo que nuestra crítica a van Inwagen sí implica es que cualquier

defensa que queramos dar de la incompatibilidad o compatibilidad entre el libre

albedrío y el determinismo causal tiene que ser coherente con los principios metafísicos

que hemos utilizado contra van Inwagen. Es decir, en caso de que decidamos dar una

respuesta al problema del libre albedrío, esta respuesta debe ser coherente con tesis

como la posibilidad de acceder a mundos posibles no actualizados o la independencia

del determinismo causal respecto de la existencia de un pasado remoto.


Referencias

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2, 2007, pp. 105-111.

Davidson, Donald. «Freedom to Act». Essays on Actions and Events, Oxford University

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Philosophy of Alvin Plantinga, Eds. Kelly James Clark y Michael Rea, Oxford

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Kane, Robert. A Contemporary Introduction to Free Will. Oxford University Press, 2005.

Leibniz, Gottfried Wilhelm. Discurso de metafísica. Editado y traducido por Julián

Marías, Alianza Editorial (Publicado originalmente en 1686), 1686/2017.

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Slote, Michael. «Selective Necessity and the Free- Will Problem». Journal of Philosophy,

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Steward, Helen. A Metaphysics for Freedom. Oxford University Press, 2012.

Vihvelin, Kadri. «Arguments for Incompatibilism». The Stanford Encyclopedia of

Philosophy, Ed. Edward N. Zalta, Fall 2018,

https://plato.stanford.edu/archives/fall2018/entries/incompatibilism-arguments/;

Metaphysics Research Lab, Stanford University, 2018.

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