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Universidad de La Sabana

Seminario Benito Espinosa


Juliana Ocampo Guzmán
Juana Rojas Mayol

Tratado de la Reforma del Entendimiento

A partir del texto del Tratado de la Reforma del Entendimiento, específicamente los parágrafos 1-49
y 91-104, escrito por Benito Espinosa en sus años de juventud (1632-1677) realizamos la siguiente relatoria
que consta de dos partes: 1) La exposición de la tesis y los argumentos que la sustentan y 2) una sección
crítica y especulativa en donde se busca defender la idea de que la tesis que Espinosa sustenta en el texto
puede llevar a algunas consecuencias que, probablemente, serían indeseadas por el autor. A continuación,
tome asiento y disfrute.

I. Tesis y los argumentos que la sustentan

La tesis central del texto es: la idea verdadera del ser perfectísimo es el instrumento innato más
adecuado y es la base del cuál se derivan todos los otros instrumentos intelectuales necesarios para el
conocimiento de la Naturaleza. Expondremos los dos pilares que sustentan la tesis; en primer lugar, qué es la
idea verdadera y cómo se puede entender en contraste con otros conceptos en la lectura y, en segundo lugar,
expondremos por qué el ser perfectísimo es la idea verdadera más adecuada para el método propuesto por el
autor.

Para poder entender la tesis explicamos qué es la idea verdadera. Espinosa afirma que “El
entendimiento, con su fuerza natural, se forja instrumentos intelectuales, con los que adquiere nuevas fuerzas
para realizar otras obras intelectuales, y con estas consigue nuevos instrumentos, es decir, el poder de llevar
más lejos la investigación” (TRE §31). Parece ser que la idea verdadera es la fuerza natural, pues también se
le atribuye ser innata, primera y la base de los demás instrumentos intelectuales. La idea verdadera es
diferente del objeto pero igual a la esencia objetiva del objeto y, además, es certera. Parece ser que todas las
ideas de objetos poseen una esencia formal y una esencia objetiva, dado que su esencia formal es distinta a
su esencia objetiva puede haber una segunda idea que “capture” en su esencia objetiva la esencia formal de
la primera idea y este proceso se puede continuar hasta el infinito. Espinosa cree que no es necesario llevarlo
hasta el infinito, pues la primera idea de un objeto es ya una idea verdadera y certera del objeto. Tomemos el
ejemplo de Bogdan; Bogdan es un objeto real con una esencia formal, y de este objeto existe una idea
verdadera. La idea verdadera “captura” en su esencia objetiva la esencia formal de Bogdan y, dado que la
idea verdadera no necesita de otro signo de verdad, basta con tener la idea verdadera de Bogdan para que sea
certera. Dado que la idea verdadera de Bogdan tiene objetivamente todo lo que Bogdan tiene formalmente no
es necesario entender la idea de la idea verdadera de Bogdan para entender a Bogdan. En el dibujo ilustramos
la explicación de este párrafo.

En el planteamiento del método Espinosa propone que debe haber una idea verdadera que sea innata
y que fundamente la búsqueda de todo el conocimiento verdadero. Se pregunta, entonces, por cuál es la
mejor manera de realizar el método y cuál es esta idea verdadera, responde que el método más perfecto es
aquel que se fundamenta en la idea del Ser Perfectísimo. Para entender cómo llegó a esta conclusión es
necesario explicar como se relacionan las ideas entre sí y con la Naturaleza. Dice Espinosa:

“La idea, en cuanto objetiva, se comporta exactamente igual que su objeto, en cuanto real. De ahí
que, si existiera en la naturaleza algo que no tuviera comunicación alguna con otras cosas su
esencia objetiva (aún cuando existiera), como debería convenir exactamente con la esencia formal,
tampoco tendría comunicación alguna con otras ideas, es decir, que no podríamos sacar ninguna
conclusión de ella. Por el contrario, aquellas cosas que tienen conexión con otras, como sucede con
todas las que existen en la Naturaleza, serán entendidas, y sus esencias objetivas tendrán esa misma
conexión unas con otras; es decir, que de ellas serían deducidas otras ideas que tendrán, a su vez,
conexión con otras, con lo que aumentan progresivamente los instrumentos para adelantar en el
conocimiento, que es lo que me proponía demostrar” (TRE §41).

Las relaciones de las esencias objetivas son las mismas que las relaciones entre las esencias formales
porque, como ya hemos visto, las esencias objetivas de las ideas contienen toda la esencia formal del objeto.
Y, dado que, las esencias formales, es decir, todo lo que está en la Naturaleza, surgen del Ser Perfectísimo,
entonces, si nuestra idea verdadera (base del método) es la del Ser Perfectísimo de ella podemos derivar
correctamente todas las esencias objetivas (ideas). Una vez se ha establecido al Ser perfectísimo como la idea
verdadera base del conocimiento, todo lo que entendemos después de esto lo entendemos con el cuarto modo
de percepción. (El cuarto modo de percepción es, según Espinosa, aquel “en que una cosa es percibida por su
sola esencia o por el conocimiento de su causa próxima” (TRE §19)) ¿Por qué?, porque la idea objetiva del
Ser Perfectísimo que tenemos nosotros incluye toda la esencia formal del Ser Perfectísimo y toda la esencia
formal del Ser Perfectísimo incluye todas las esencias formales de la Naturaleza. Por consiguiente, cuando
conocemos algo que se sigue de ésta idea verdadera lo conocemos ordenadamente y de manera más perfecta
(pues surge de ella en el mismo orden que surgió del Ser Perfectísimo) que de cualquier otro modo de
percepción1, lo conocemos esencialmente y podemos entender la Naturaleza y, por lo tanto, nuestra propia
naturaleza.

II. Critica y especulación.

La pregunta que surge es: ¿La idea verdadera del Ser Perfectísimo se debe entender como una
estructura mental innata (como un recipiente al que se le añade información) o se debe entender como un
contenido innato en nuestro entendimiento? Por un lado, si es un contenido que es innato no se explica por
qué algunas personas pueden tomar otras ideas -como el honor, la gloria o la riqueza- y establecerlas como
las ideas verdaderas base de su conocimiento. Es decir, si la idea verdadera ya tiene un contenido innato y
ese contenido innato es el del Ser Perfectísimo (que contiene toda las esencias formales que existen en la
Naturaleza) una persona no debería poder reemplazar esa idea por otra idea verdadera que haya adquirido de
forma inadecuada por medio de algunos de los tres primeros modos de percepción. Se dice más al respecto
posteriormente.

Por otro lado, si se entiende la idea verdadera como una estructura mental 2 a la que se le puede
añadir cualquier contenido, no habría un problema al pensar en alguna persona que no ponga la idea
verdadera del Ser perfectísimo (como contenido) como la base de su conocimiento sino a cualquier otra idea.
Pero pensar en esta posibilidad nos lleva a una contradicción. Si suponemos que la idea verdadera del Ser
Perfectísimo es una estructura mental innata (con una “programación” que es suficiente para conocer todo
verdaderamente y a la perfección), entonces todas las personas tendrían que pensar correctamente, pues
cualquier contenido que haya sido adquirido por la percepción, sea cual sea, resultaría perfectamente
ordenado y conocido en consonancia con la Naturaleza. Sin embargo, vemos que este no es el caso pues el
mismo Espinosa asegura que hay gente que conoce equívocamente. Si éstas personas poseen también la
misma estructura mental innata y, aún así, conocen equivocadamente, debemos aceptar que, aún cuando
tienen la estructura mental no la utilizan para conocer correctamente. Y, esto último, no parece tener ningún
sentido, pues si tenemos la idea verdadera del Ser Perfectísimo como estructura mental innata y dado que,
todo lo que percibimos tiene necesariamente que pasar por la estructura mental -puesto que no hay otra
estructura que pueda recibir percepciones 3- entonces, no sería posible que haya gente que conozca
equívocamente. Sin embargo, la hay. La contradicción es la siguiente: si hay personas que se equivocan en el

1 El primero es la percepción que tenemos por oído, el segundo es la percepción que obtenemos por la experiencia
vaga, el tercero es el de la deducción de una esencia a partir de otra pero no es un deducción adecuada y el cuarto es la
percepción “en que una cosa es percibida por su sola esencia o por el conocimiento de su causa próxima”. (TRE §19-
24)
2 https://grabcad.com/library/marble-machine-spoon-elevator-1
conocimiento es porque no tienen esta estructura, y dado que esta estructura debe ser innata,
es imposible que alguien no la tenga. Puesto que parece imposible que la idea verdadera innata sea entendida
como estructura, debemos pasar a considerar si puede ser entendida como un contenido innato.

Otra posible respuesta es entender la idea verdadera del Ser Perfectísimo como contenido innato. Si
aceptamos esto debemos poder responder a por qué, entonces, sucede que algunos toman otras ideas
verdaderas como las ideas bases de su conocimiento y por qué conocen equivocadamente. Se puede pensar,
en favor de Espinosa, que es posible decir que del hecho de que sea innata no se sigue que este “revelada”.
En otras palabras, que tengamos la idea verdadera del Ser Perfectísimo como contenido innato no es
condición suficiente, aunque sí necesaria, para que conozcamos a la perfección. Parece que hace falta develar
dicha idea. Para develar dicha idea podríamos aplicar, según lo que Espinosa ha explicado, el método más
perfecto, y así establecerla como fundamento de todo conocimiento verdadero. Está tarea parece imposible.
Espinosa deja claro que es sólo a partir de la normatividad que dona la idea verdadera del Ser Perfectísimo
que podemos hacer deducciones correctas y conocer las cosas en sí mismas o en su causa próxima, es decir
podemos conocer a la perfección a partir del cuarto modo de percepción. En este método es necesario tener
ya la idea verdadera del Ser Perfectísimo como base del método y, si es necesario conocer lo que aún no
conozco para poder conocer, parece que es un trabajo imposible. Espinosa no dice que debemos usar el
mismo método para revelar esta idea verdadera, sin embargo, no explica tampoco cómo podemos llegarla a
entender y establecer como base, y cómo es posible que, siendo innata, algunos conozcan equivocadamente.

Otra posibilidad de entender la idea verdadera del Ser Perfectísimo como contenido innato es pensar
que no es necesario revelarla sino que una vez dada la tenemos y la entendemos, tal como explica Espinosa
cuando habla de la relación entre las esencias objetivas y formales. Si nada más por tener la idea ya la
entendemos, y dado que esta idea es innata, entonces necesariamente la tenemos y, por tanto, la entendemos.
Tomemos el ejemplo del honor. Si Bogdan quiere conocer la idea verdadera del honor y tiene ya
(innatamente) la idea verdadera de Ser Perfectísimo, -teniendo en cuenta que ésta tiene ya todas las esencias
formales que hay en la Naturaleza- como base de su pensamiento parece imposible que conozca
equivocadamente la idea verdadera del honor puesto que la esencia formal de esta idea ya esta dentro de la
esencia objetiva de la idea verdadera del Ser Perfectísimo que Bogdan ya tiene y entiende. Finalmente,
volvemos al mismo problema y es poder explicar como es que hay gente que conoce equivocadamente
cuando tienen innatamente la idea verdadera del Ser Perfectísimo.

Es posible que exista otra manera de entender la idea verdadera, que no sea como contenido ni como
estructura mental que no hayamos contemplado. Es probable que Espinosa tenga otra opción de entender esta
idea y con la cuál todo su texto pueda ser sustentado, de lo contrario parece que su tesis no puede ser
sostenida exitosamente.

3 Recordemos que la idea verdadera del ser perfectísimo lo es todo y por mismo si es una estructura es la única
estructura posible.
¡Espinosa, auxilio!

Referencia:

Spinoza, B. (1988). Spinoza: Tratado de la reforma del entendimiento Principios de filosofía de Descartes
Pensamientos metafísicos (1st ed., pp. §§ 1-49 y 91-104). Madrid: Alianza editorial, S. A.

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