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Artículo 45. RENDICION DE CUENTAS.

Los administradores deberán rendir cuentas comprobadas de su gestión


al final de cada ejercicio, dentro del mes siguiente a la fecha en la cual se
retiren de su cargo y cuando se las exija el órgano que sea competente
para ello. Para tal efecto presentarán los estados financieros que fueren
pertinentes, junto con un informe de gestión.

La aprobación de las cuentas no exonerará de responsabilidad a los


administradores, representantes legales, contadores públicos,
empleados, asesores o revisores fiscales.

HISTORIA DE LA REVISORIA

1. PRIMERAS LEYES
La primera ley que habló del Revisor Fiscal fue la Ley 58 de 1931, la cual
creó la Superintendencia de Sociedades Anónimas. Esta Ley se refirió al
Revisor Fiscal en su Articulo 26 para establecer sus incompatibilidades en
los siguientes términos:
“El contador o Revisor Fiscal de la sociedad no podrá en ningún caso tener
acciones en esta, ni estar ligado, dentro del cuarto grado civil de
consanguinidad, o segundo de afinidad, con el gerente, con algún miembro
de la administración, con el cajero o con el contador”.
“El empleo del contador es incompatible con cualquier otro empleo de la
sociedad”.
El Articulo 40 de la misma Ley estableció su responsabilidad frente a la
sociedad indicando que “que los miembros de la administración y los
fiscales y revisores son solidariamente responsables para con la sociedad,
de los daños que causen por violación o negligencia en el cumplimiento de
sus deberes”.
El Articulo 41 fijo la responsabilidad del Revisor Fiscal frente a los
accionistas, así: “Los miembros de la administración y los fiscales o
revisores son solidariamente responsables para con cada uno de los
accionistas y acreedores de la sociedad de todos los daños que les
hubieren causado por faltar voluntariamente a los deberes que les imponen
sus funciones respectivas.
No obstante ser esta la primera Ley que hablo del Revisor Fiscal no fue la
primera en adquirir vigencia o aplicación, puesto que su vigencia se
postergó indefinidamente y la misma no vino a empezar a regir a partir de
septiembre de 1937.
Esta misma Ley en su Articulo 46 autorizaba a la Superintendencia de
Sociedades Anónimas para establecer la institución de los Contadores
Juramentados, fijándoles las siguientes funciones principales:
1. revisar los balances y los libros de contabilidad de las sociedades
anónimas en los casos en que considere necesario la Superintendencia.
2. Desempeñar los cargos de liquidadores comerciales de las sociedades
anónimas en liquidación o en quiebra .
3. Servir de peritos oficiales en los casos en que se requieren conocimiento
técnicos especiales, y desempeñar las demás funciones que sobre el remo
de sus conocimientos le fije la Superintendencia de Sociedades Anónima.
Como se puede apreciar, este Articulo no establecía que la Revisoría Fiscal
era función privativa o recomendable para el contador juramentado. Todavía
el legislador no vislumbró que el contador era la persona mas indicada para
ejercer el cargo de la Revisoría Fiscal. En la, practica los cargos de
Contador, Revisor, Auditor, Contralor, etc., de las entidades oficiales, los
bancos, las compañías de seguros, las sociedades anónimas o firmas
comerciales venían siendo ejercidas por personas de diferentes profesiones
o diferentes especialidades.
La primera Ley que describió a cabalidad la Revisoría Fiscal fue la Ley 73
de 1935 la cual en su Articulo 6° dispuso que toda sociedad anónima
tendría necesariamente un Revisor Fiscal con las siguientes funciones:
a) Examinar todas las operaciones, inventarios, actas, libros,
correspondencia y negocios de la compañía, comprobantes de las cuentas;
b) Verificar los arqueos de caja por lo menos una vez a la semana;
c) Verificar la comprobación de todos los valores de la compañía y de los
que ésta tenga bajo su custodia;
d) Cerciorarse que la operaciones que se ejecutan por cuenta de la
compañía están conforme con los estatutos y con las condiciones de la
Asamblea General y de la Junta Directiva;e) Dar oportunamente cuenta por
escrito, a la Asamblea General de Accionistas, a la Junta Directiva y al
Gerente, según los casos de irregularidades que note en los actos de la
compañía;f) Autorizar con su firma los balances mensuales y semestrales; y
g) Los demás que se le imponga la Asamblea General de Accionistas,
compatibles con las señaladas en los apartes anteriores.
Para darle fuerza a esta función del Revisor Fiscal, el Decreto N° 1946 de
1936, en su Articulo 1° ordeno que para practicar o renovar la inscripción de
las sociedades anónimas, distintas de los bancos y compañías de seguros
en el Registro Publico de Comercio, era requisito esencial que en los
documentos presentados a la respectiva Cámara de Comercio aparecería
que la sociedad tiene un Revisor Fiscal, con su suplente, nombrado por la
Asamblea General de accionistas, que cumpla la funciones enumeradas en
el Articulo 6° de la Ley 73 de 1935.
Como la Ley 73 de 1935 empezó a registrar antes de la Ley 58 de 1931,
con la vigencia de esta última quedaron coordinadas las funciones con las
incompatibilidades y responsabilidades.
El Articulo 7° de la Ley 73 de 1935, establecía que: el Revisor será
nombrado por la Asamblea General de Accionistas para período igual al
gerente, pudiendo ser reelegido; tendrá un suplente que lo reemplazará en
sus faltas absolutas, temporales o accidentales.
Al ser este funcionario nombrado privativa y exclusivamente por la
Asamblea General de Accionistas se la dio una relativa independencia, la
cual era indispensable para el fiel desempeño de sus funciones. Sin
embargo, la descripción de sus funciones que hacía la ley 73 de 1935
señalan claramente de que se estaba pensando en un empleado, con cierta
autonomía, para salvaguardar los principales bienes de la compañía que en
esa época eran las operaciones de efectivo en caja y para cuya función
estipulaba que debería hacer arqueos semanales.
En el literal a), donde se hablaba de examinar todas las operaciones,
inventarios, actas, libros, correspondencias y negocios de la compañía y
comprobantes de las cuentas, se está señalando claramente que debería
ser una persona ante la que debían pasar todas las operaciones de la
sociedad, función posible en compañías de actividades reducidas como las
de esa época. El literal g) hablaba de que debía autorizar con su firma los
balances mensuales y semestrales, pero como la práctica de la Contaduría
no estaba desarrollada en Colombia para esa fecha, no indicaba qué trabajo
era necesario para autorizar estos balances. De todas maneras, si esta
persona debía cumplir con las funciones que se indicaban en el literal a)
estaba lo suficientemente familiarizada para firmar sin ningún problema un
balance que se suponía era el resumen de las operaciones de la compañía,
revisadas previamente por ella.
2. CALIDAD DE CONTADOR PARA DESEMPEÑAR LA REVISORIA
FISCAL
Aun cuando las funciones que les imponía el Articulo 6° de la Ley 73 de
1935 a los Revisores Fiscales todas eran de carácter contable y en el país
ya se conocía la profesión o, mejor dicho, las actividades que venían
desarrollando los Contadores, y no obstante que los Artículos 40 y 41 de la
Ley 58 de 1931 les imponía sanciones cuando estas obligaciones o deberes
no se habían ejercido con idoneidad, en ningún momento los legisladores
pensaron en que el contador o la persona con conocimientos contables y
legales era la más capacitada para desempeñar este cargo.
Desde 1936 un grupo de Contadores de Cartagena se empezaron a reunir
para integrar una Asociación de contadores, labor que se cristalizó con la
creación de la Asociación Colombiana de Contadores en 1937. Esta
Asociación a través de su revista El Contador, cuyo primer número apareció
en octubre de 1938, divulgo lo que era la profesión del Contador. Como
veremos en seguida la profesión de Contador se empezó a tener en cuenta
para el ejercicio de la Revisoria Fiscal en los Decretos y Leyes promulgados
posteriormente.
En 1941 la Superintendencia de Sociedades dictó la Resolución No. 531,
aprobada por el Decreto 1357 del mismo año, mediante el cual se
reglamentaron las funciones de los Contadores Juramentados consagradas
en el Articulo 46 de la Ley 58 de 1931. En el Articulo 17, numeral 6, se hizo
mención de la Revisoría Fiscal para los Contadores Públicos, así:
Art. 17 - Son funciones de los Contadores Juramentados:
1. Revisar los balances y los libros de contabilidad de las sociedades
anónimas o cualquier entidad oficial, cuando lo exija la Ley;
2. Desempeñar los cargos de liquidadores comerciales de las sociedades
anónimas en liquidación o declaradas en quiebra;
3. Desempeñar las comisiones especiales que en caos particulares les
encargue la Superintendencia de Sociedades Anónimas, dentro de su
profesión y las atribuciones de esta entidad;
4. Servir de peritos oficiales en los casos que se requiera conocimientos
técnicos especiales;
5. La Superintendencia por medio de resoluciones posteriores, señalará las
demás funciones que sobre el ramo de sus conocimientos deban
desempeñar los Contadores Juramentados y sobre los cuales su atestación
haga fe pública, como verificaciones de cifras en las declaraciones de
impuestos, confesión de balances, liquidación de sucesiones en los casos
en que le nombramiento corresponda al funcionario o juez, o así lo
acuerden las partes;
6. Los Contadores Juramentados podrán dar certificaciones, atestaciones,
etc., sobre estados financieros, declaraciones de impuestos, balances, etc.
Los Contadores Juramentados están en capacidad de confeccionar estudios
y prospectos técnicos comerciales sobre organización de compañías y
sobre técnica de contabilidad de las mismas.
Tanto en el Artículo 46 de la Ley 58 de 1931 como el Decreto 1357 de 1941
fueron demandados ante la Corte Suprema de Justicia por
inconstitucionales, y efectivamente todo el Decreto Reglamentario fue
declarado inexequible así como parte del Artículo 46 de la Ley 58 de 1931.
Dentro de los argumentos que se exponían sobre la inconstitucionalidad de
estos artículos veamos que se exponía en relación con numeral 6° del
Artículo 17 del Decreto 1357.
“Acuso la regla 6° del Artículo 17 del Decreto, que dice lo siguiente:
6a. Los Contadores Juramentados serán tenidos especialmente en cuanta
para provisión de los cargos de Revisores Fiscales de las Sociedades
Anónimas.
Esa disposición excede la potestad reglamentaria y viola, además, la regla
primera del Artículo 69 de la constitución, por lo siguiente:
1. El Artículo 46 de la Ley reglamentaria dice que los Contadores
Juramentados tendrán, entre otras funciones, la de revisar los balances y
los libros de contabilidad de las sociedades anónimas en los casos en que
lo considere necesario la Superintendencia; pero la disposición acusada
consagra una preferencia excesiva en favor de los Contadores
Juramentados en la provisión del cargo de Revisor Fiscal de cualquier
sociedad anónima y de manera general; cosa distinta es que los Contadores
Juramentados puedan ser Revisores Fiscales de sociedades, a consagrar,
con fuerza de Ley, que solo ellos deben serlo o que deban ser preferidos ,
puesto que la obligación de preferir impone la exclusión de los otros
revisores que no sean Contadores Juramentados.
2. El Artículo 69, regla 1a, de la Constitución, dice que sólo el congreso
puede, por medio de Leyes, reformar otras Leyes. La Ley 73 de 1935,
Artículo 6°, había establecido la obligación en que están las sociedades
anónimas de tener un Revisor Fiscal, sin exigir condiciones especiales para
el desempeño de esa función. El mismo Artículo 46 de la Ley 58 de 1931,
tampoco las exige.
De modo que ha venido a ser el Decreto que acuso el que diga
expresamente que para ser Revisor Fiscal de sociedades anónimas se
requiere ser Contador Juramentado o, al menos, que debe preferirse a
éstos, con lo cal reformo el Artículo 46 de la Ley 73 de 1935, cose que sólo
otra Ley podría hacer”.
Como se desprende de la argumentación anterior se estaba acusando al
numeral 6° del Artículo 17 del Decreto Reglamentario no porque no fueran
Contadores Públicos las personas más facultadas para desempeñar este
cargo, sino porque la Ley a la cual está reglamentado este Decreto no había
mencionado nada en relación con esta necesidad. Sin embargo, el mismo
acusador decía que otra Ley sí podría establecer este requisito que fue lo
que ocurrió más tarde cuando se aprobó el Decreto 2373 de 1956, en el
cual se impone como condición que los Revisores Fiscales sean
Contadores Públicos.
Muy a pesar de que desde la década de 1930 en Colombia había firmas de
Contadores Públicos y de que en la década de 1940 se estaba
desarrollando en instituciones de algún prestigio la carrera y otorgando
títulos, las actividades de los Contadores Públicos eran pocos conocidas y
las personas que venían desempeñando las Revisorías Fiscales en las
sociedades anónimas en su mayoría no tenían esta calidad, la cual todavía
en la opinión pública aparecía como ejercida por personas con poco
conocimiento y baja calidad técnica. Esto se puede demostrar comprobando
que cuando se hizo un llamado a personas con algún conocimiento empírico
para otogarle la calidad de Contador Juramentado, la mayoría rehusaba
este llamado porque no consideraba necesario este título y es probable que
en su interior pensaran que éste, en lugar de darles un prestigio, podría
desacreditarlo.
3. LA REVISORIA FISCAL EN EL CEDRETO 2521 DE 1950
El Decreto 2521 de 1950, el cual reglamentó toda la legislación que existía
relativa a sociedades anónimas, se refirió a la revisoría Fiscal en los
siguientes artículos:
Art. 134. - Todas sociedad anónima tendrá necesariamente un Revisor
Fiscal con su respectivo suplente, elegido por la Asamblea General de
Accionistas, para un periodo igual al del gerente, que pueden ser reelegidos
indefinidamente. El Revisor será siempre una persona natural.
El suplente reemplazará al principal en sus faltas absolutas, temporales o
accidentales.
Lo nuevo de este artículo en relación con la legislación anterior está en que
el Revisor Fiscal será siempre una persona natural; sin embargo en la
practica no era nuevo, ya que por vía de doctrina se había indicado que las
responsabilidades contenidas en los Artículos 40 y 41 de la Ley 58 de 1931
no podían ser elegidas por personas jurídicas puesto que estos artículos
consagraban responsabilidades de carácter civil y también penal; y como
las personas jurídicas no delinquen, para que esa responsabilidad no se
diluya y los derechos tanto de los accionistas como de la sociedad y de los
terceros estén suficientemente garantizados, es menester hacerla recaer en
una persona natural.
Art. 135. - Los nombramientos del Revisor Fiscal y su suplente deberán
registrarse en la Cámara de Comercio, con base en las actas de la
Asamblea General.
Este Artículo tampoco trajo nada nuevo en relación con la legislación
anterior puesto que el Artículo 1° del Decreto 1946 de 1936 exigía que para
practicar o renovar la inscripción de las sociedades anónimas en el Registro
Público del Comercio, era indispensable que en el extracto notarial que se le
presentara apareciera que la sociedad tenía un Revisor Fiscal, con su
suplente elegido por la Asamblea General de Accionistas y con sus
funciones enumeradas en el Artículo 6° de la ley 73 de 1935.
Art. 136. - El Revisor Fiscal no podrá en ningún caso tener acciones en la
misma sociedad, ni estar ligado dentro del 4° grado civil de consanguinidad
o 2° de afinidad con el gerente, con alguno de los miembro del Consejo de
administración, o Junta Directiva, con el cajero, o con el Contador. El cargo
de Revisor es incompatible con cualquier otro cargo o empleo de la rama
jurisdiccional o del Ministerio Público o de la misma sociedad.
Estas incompatibilidades del Revisor Fiscal son las mismas contenidas en el
Artículo 26 de la Ley 58 de 1931, con excepción de la parte que menciona el
cargo o empleo de la rama jurisdiccional o del Ministerio Público.
Art. 137. - Son funciones del Revisor Fiscal:
a) Examinar todas las operaciones, inventarios, actas, libros,
correspondencia y negocios de la sociedad y comprobantes de las cuentas;
b) Verificar el arqueo de Caja por lo menos una vez en cada semana;
c) Verificar la comprobación de todos los valores de la compañía y de los
que ésta tenga en su custodia;
d) Examinar los balances y demás cuantas de la sociedad;
e) Cerciorarse de que las operaciones que se ejecuten por cuenta de la
compañía están conformes con los estatutos, con las decisiones de la
Asamblea General de Accionistas, a la Junta Directiva o al Gerente, según
los casos, de las irregularidades que anote en los actos de la compañía;f)
Autorizar con su firma los balances mensuales y semestrales; y
g) Los demás que se le imponga la Asamblea General de Accionistas,
compatibles con las señaladas en los apartes anteriores.
h) Las demás que le señalen los estatutos o la Asamblea General de
Accionistas, compatibles con las indicadas en los apartes anteriores.
Art. 138. - La firma con que el Revisor Fiscal autorice los balances de la
sociedad debe ir precedida de la declaración de que ellos están fielmente
tomados de los libros y de que las operaciones registradas en éstos se
conforman con los mandatos legales y estatutarios y con las decisiones de
la Asamblea General y de la Junta Directiva.
Este artículo trae una noción nueva en relación con la firma del Revisor
Fiscal, la cual señala, debe ir precedida de una opinión. Pero esta opinión
es simple y puede ser emitida por cualquier persona sin tener la calidad de
Contador Público, puesto que la misma no dice otra cosa que los balances
fueron tomados de los libros y que las operaciones están conformes con los
mandatos legales y estatutarios y con las decisiones de la Asamblea y la
Junta Directiva, y no se requiere la calidad de Contador Público para poder
decir esto.
Art. 139. - Los Revisores Fiscales son responsables conforme al Artículo
121 de este Decreto.
El Artículo 121 no hace otra cosa sino reproducir las disposiciones
contenidas en los Artículos 40 y 41 de la Ley 1931, en cuya virtud los
Revisores Fiscales son solidariamente responsables con los
administradores de los daños que le ocasionen a la sociedad por los
perjuicios que le ocasionen si faltan voluntariamente a los deberes que sus
cargos les imponen.
Art. 140. - En caso de oposición del Revisor Fiscal a un acto u operación de
los administradores, respecto de su conformidad con la leyes, los estatutos
o las decisiones de la Asamblea, deberán someterse el acto u operación al
estudio de la Asamblea.
Este Artículo aparentemente sencillo de la legislación puede ser un artículo
polémico a partir de 1960 en que el Revisor Fiscal se le exigió la calidad de
Contador Público, al entrar a diferenciar que es una opinión independiente y
que es un acto administrativo, porque la verdad es que con esto
aparentemente el Revisor Fiscal tiene carácter de administrador, porque la
verdad es que con esto aparentemente el Revisor Fiscal tiene el carácter de
administrador y en la practica lo era el tener que aprobar las operaciones
individuales; pero hay un tremendo vacío en cuanto a que ocurre si la
Asamblea está de acuerdo con la opinión de las otras personas o los
administradores y no con la del Revisor Fiscal. Aparentemente no ocurre
nada y al Revisor Fiscal no le queda otra alternativa que presentar la
renuncia de su cargo.
Art. 141. - Los Revisores Fiscales podrán ser sancionados con multas
sucesivas hasta de $100.00 cuando, requeridos por la Superintendencia de
Sociedades Anónimas, no dieren cumplimiento a sus obligaciones legales y
estatutarias.
Este artículo no hace otra cosa que imponer sanciones pecuniarias por
faltas del Revisor Fiscal o más bien por incumplimiento de sus funciones;
adicionalmente a esta multa pecuniaria se ha debido tratar de establecer
sanciones disciplinarias; indudablemente esto no se hizo por que quien
podía imponer estas sanciones disciplinarias era la profesión misma y como
todavía no se está exigiendo la calidad de Contador Público, mal se podría
imponer estas sanciones al Revisor Fiscal.
4. LA REVISORIA EN EL DECRETO 2373 DE 1956
A partir del año de 1950 los Contadores Públicos empezaron a preocuparse
por darle una reglamentación legal a su profesión. A pesar de que desde el
año 1936 se venían presentando algunos brotes e inquietudes de personas
que estaban ejerciendo funciones de Contadores para organizarse, las que
se cristalizaron con la fundación de Asociación Colombiana de Contadores
en la ciudad de Cartagena ( posteriormente la sede de esta Asociación se
traslado a Bogotá donde se extinguió), los demás brotes de Asociación
Seccionales tuvieron vida efímera.
En el año de 1951 se creó el instituto Nacional de Contadores Públicos,
agremiación esta que agrupó a los principales contadores de la época. Con
la creación de esta nueva agremiación se despertó en sus miembros el
interés por legislar acerca de la profesión del Contador Público y se dijeron
los pasos para redactar el primer Proyecto de Ley que se presentó a la
consideración del gobierno nacional y fue aprobado en septiembre de 1956,
bajo el número 2373, por medio de la cual se reglamentó el ejercicio de la
Contaduría Pública en Colombia.
Los artículos de este decreto que se refirieron al Revisor Fiscal fueron:
Art. 6°. - Se requerirá haber sido inscrito como Contador Juramentado,
conforme a los artículos anteriores, para todas aquellas actividades en que
la leyes exijan dicha condición, y especialmente para las siguientes:
1° para desempeñar el cargo de Revisor Fiscal de sociedades para las
cuales la Ley exija la provisión de ese cargo, o un equivalente, sea
denominación u otra similar.
Si bien era cierto que en algunas compañías el cargo de Revisor Fiscal o su
equivalente seguía siendo desempeñado ya para esta época por
contadores, este artículo impuso la obligación para que los Contadores
Públicos estuviesen al frente de estos cargos.
Para darle fuerza a este numeral el Artículo 7° impuso sanciones cuando se
violara el mismo, como se leerá a continuación:
Art. 7°. - Los funcionarios públicos que acepten documentos 1que deben ser
autorizados por un contador inscrito, sin esa autorización, o que designen
como peritos personas que no sean contadores inscrito, en los casos que
deben serlo, incurrirán en multas de cien pesos ($100.00) a quinientos
pesos ($500.00), por primera vez, y en pérdida del cargo o empleo, en caso
de reincidencia.
Las sociedades que estén legalmente obligadas a tener Revisor Fiscal o
Auditores y que designen para tales cargos a personas que no sean
contadores inscritos, incurrirán en multas de doscientos pesos ($200.00) a
mil pesos ($1000.00), que se doblará en caso de reincidencia o de renuncia
en hacer una designación ajustada en este decreto.
Art. 15. - La atestación o firma de un Contador Público en los casos que las
leyes se lo exijan hará presumir, salvo prueba en contrario, que el acto o
documento respectivo se ajusta a los requisitos legales de forma lo mismo
que a los estatutarios, cuando se trate de personas jurídicas.
Tratándose de balances la presunción se extenderá, además, al hecho de
que han sido tomados fielmente de los libros, de que éstos se ajustan a las
normas legales, y de que las cifras registradas en ellos reflejan en forma
fidedigna la situación financiera en la fecha del balance.
De la lectura de este artículo podemos concluir que efectivamente no se
está haciendo otra cosa que ajustarse a la legislación anterior sobre las
firmas de los Revisores Fiscales en los balances.
Art. 47. - La Revisoría Fiscal, Auditoría, o Interventoría de cuentas en las
sociedades o entidades que estén obligadas legalmente a la provisión de
tales cargos podrá organizarse en forma de departamento, con las
secciones (técnicas, legales, contables, etc.), que fueren necesarias, y ser
desempeñadas por profesionales de cada ramo, en calidad de jefes de tales
secciones. Para la sección o parte contable de la misma deberá estar
siempre a cargo de un Contador.
Art. 48. - La firma con que un Contador juramentado expresa su concepto
sobre un balance general. Como Revisor Fiscal, Auditor o Interventor de
cuentas, ira acompañada de un informe sucinto que deberá mencionar por
lo menos:
1. Si ha obtenido todas las informaciones necesarias para cumplir sus
funciones.
2. Si se siguieron durante el curso de la revisión los procedimientos
convenientes y necesarios aconsejados por la técnica de la Interventoría de
Cuentas.
3. Si, en su concepto, la sociedad o institución lleva su contabilidad
conforme a las normas legales y a la técnica contable y si la ,operaciones
registradas se ajustan a los estatutos y a las decisiones de la Asamblea
General o Juntas Directivas.
4. Si el balance y el estado de pérdidas y ganancias han sido tomados
fielmente de los libros; si en su opinión, el balance presenta en forma
fidedigna, de acuerdo con las normas de contabilidad generalmente
aceptadas, la situación financiera de la sociedad al terminar el período
revisado, y si el estado de pérdidas y ganancias refleja el resultado de las
operaciones en dicho período;
5. Las reservas o salvedades a que estuviere sujeta su opinión sobre la
fidelidad de los estados financieros, si las hubiere.
Con este decreto y concretamente con el Artículo 48, se inicia la era
profesional del Revisor Fiscal. En el se indica que la Revisoría Fiscal debe
ser exclusiva del Contador Público y, lo que es más importante, se
establece que la misma se debe ejercer mediante la realización de un
trabajo profesional de acuerdo con los procedimientos aconsejados para
hacer una Auditoría o Interventoría de Cuentas. Por otra parte, se exige que
la firma del Revisor Fiscal debe ser acompañada de un dictamen para el
que la profesión dispone de normas sobre su Contenido y de la
responsabilidad que el Contador Público asume en el mismo.
Este decreto tuvo vigencia hasta el año 1960, cuando se expidió la Ley 145
de 1960, que lo derogo.
5. INTERVENTORIA DE CUENTAS
Conviene detenernos para referirnos a un nuevo término usado en el
Artículo 47 y en el numeral segundo del Artículo 48 cual es el de
Interventoría de Cuentas. Este termino, empleado por primera vez en el
Decreto 2373 de 1956, se continuará usando como la veremos
posteriormente en la Ley 145 de 1960 y en Código de Comercio que nos
rige actualmente. Pero lo particular es que, hasta donde se ha investigado,
ninguna entidad o profesional se ha ocupado de definir este concepto que
nos rige porque, en parte, pienso que la mayoría de los contadores
consideró el termino como sinónimo de Auditoría, éste sí ampliamente
tratado en texto y eventos profesionales.
Sin embargo, lo particular del caso es que en 1979 la Superintendencia de
Sociedades inició la revisión de papeles de trabajo a los Revisores Fiscales
y a pronunciarse acerca de que éstos, en muchos casos, en el recurso de la
revisión, no seguían los procedimientos aconsejado por la técnica de la
Interventoría de Cuentas. De inmediato se inició un gran debate en torna a
cuales eran esos procedimientos, cuando se habían promulgado y definido.
Ante estas circunstancias consideré que era necesario dar respuesta al
interrogante no en una forma subjetiva, sino consultando autores que se
hubieren ocupado del tema; pero no resultó fácil conseguir libros que se
refiriesen a las revisiones con ese nombre; tan solo obtuve uno que se editó
por primera vez en 1942 por la UTEHA: Introducción a la Interventoría de
Cuentas por Andrew Nelson, LLB CPA - Versión al español por Germán
Sergio San Miguel y Pages C.P., este ultimo Contador Público de Cuba. De
este libro saqué el resumen que se Presenta a continuación, el cual puede
ilustrar al lector acerca de lo que constituye la Interventoría de Cuentas.
Con finalidades prácticas podemos definir la Interventoría de Cuentas
diciendo que es un examen sistemático de los libros y anotaciones
contables de una corporación, sociedad o comerciante con objeto de:
1. Comprobar ciertas situaciones de hecho.
2. Descubrir o prevenir fraudes.
Aspectos variables de la Interventoría de Cuentas. - El proceso de
Interventoría es sistemático y se realiza con objeto de comprobar
situaciones, hechos y otros datos en los que se basan las opiniones que se
ofrecen. Virtualmente en toda Interventoría de Cuentas se encontrarán
situaciones peculiares a la empresa y período que se interviene, en tanto el
alcance de la Intervención determinará la extensión del examen o
comprobación a realizar. Estas consideraciones han de sugerir la naturaleza
de la labor del interventor, quien, de acuerdo con las circunstancias,
sistemáticas realizará sus comprobaciones. Resulta obvio decir que el
procedimiento a seguir estará determinado por las circunstancias o
condiciones peculiares que ocurran en cada caso.
No es medida sabia tratar de establecer reglas rígidas de procedimiento en
las cuentas a que deba ajustar el interventor en la comprobación de los
estados financieros. Tarea tan enorme no es inconveniente ni factible. No
obstante, los interventores están de acuerdo en cuanto a los puntos
principales que deben cubrirse en un Interventoría de Cuentas, que se
realiza en circunstancias normales.
Es de suponer, y así supone, que el todo que considere “interventor
capacitado”, ha de realizar la labor que corresponde tal especialista; esta
labor, cualquiera que fuere, ha de ajustarse a los procedimientos o prácticas
ya aceptados.
Alcance de una Intervención Máxima. La Intervención más extensa se
conoce por el nombre de “Intervención Máxima”. Su finalidad es de
resguardo y como tal proyecta evitar los fraudes; implica, Además, la
necesidad de efectuar una investigación de las medidas, contra posibles
fraudes, que el cliente haya podido adoptar en el desenvolvimiento normal
de su negocio, y también, como es natural, descubrir cualquier fraude que
se haya cometido. Unido a este aspecto de la Intervención Máxima, se
encuentra la comprobación de el balance general al cierre del período que
cubre la Intervención, y una comprobación del estado de pérdidas y
ganancias y la cuenta de Superávit para el período terminado en la fecha de
dicho balance general. Para llevar a cabo la Intervención Máxima, el
interventor tendrá que comprobar, naturalmente, todas las operaciones de la
empresa durante el período que examine, y muy especialmente, aquéllas
que representen ingresos y egresos de efectivo.
Al comprobar los ingresos y egresos, el interventor tendrá que tratar de
cerciorarse de que los ingresos han sido contabilizados y de que todos los
egresos están amparados por comprobantes debidamente autorizados.
Además, deberá comprobar los cargos y créditos hechos alas cuentas
reales y nominales en su origen y también comprobar los saldos de dichas
cuentas a final del período.
Alcance de la Interventoría de Estado de Balance. - En constante con la
extensión de una Intervención Máxima existen otras clases de
intervenciones de limitado alcance. La primera por su importancia, entre
estas últimas , es la “Intervención de Estado de Balance” o “examen de
situación financiera”. Esta intervención se realizan principalmente por
razones de crédito; su principal objetivo es la comprobación de el balance
general en una fecha dada. Incidentalmente, cubre también una
investigación o estudio en cuanto al sistema de comprobación interna y un
examen superficial del estado de pérdidas y ganancias. Es de suponer que
un trabajo que se realiza dentro de límites tan estrechos no es suficiente
para poner al descubierto las irregularidades que se puedan haber cometido
en el estado de pérdidas y ganancias y por consiguiente no debe efectuarse
esta clase de Intervención cuando el fin que se persigue es descubrir
irregularidades. La Intervención de Estado de Balance se limita a la
comprobación de los saldos de las cuentas del activo, del pasivo, y de
capital al finalizar el período.
El procedimiento, en cuanto a las cuentas del balance general, ésta limitado
solamente a la comprobación de saldos. El saldo de cada una de estas
cuentas deberá analizarse y cada una de las partidas que lo forman será
comprobada e investigada desde su origen. Se hará también un examen de
las operaciones realizadas en o alrededor de la fecha del balance general,
para asegurarse de que todas las que afectan a las cuentas del balance
general han sido anotadas y reflejadas en el balance que se revisa e
investiga. La Intervención de Estado de dos, y que la participación e interés
de los propietarios en la empresa, tal como se ha presentado, está de
conformidad con las Leyes y los hechos.
Los saldos de las cuentas del estado de pérdidas y ganancias al cierre del
período son analizados únicamente en cuanto afecten a los activos y
pasivos presentados en el balance general. Por ejemplo, la cuenta de
interés pagados será examinada exhaustiva y cuidadosamente para
determinar las principales obligaciones sobre las que se han pagado
interese durante el período, con el fin de averiguar si existen obligaciones
que no se han reflejado como pasivo o que se hayan hechos figurar por
menor cantidad.
Normas fijas subjetivas y objetivas. - Toda Intervención requerirá un examen
o revisión analítica de aquellos puntos dentro de su alcance.
La forma en que el interventor enfoca estos problemas y los procedimientos
que sigue en el análisis e investigación de los datos e informes que se
someten a su consideración, son los que han de determinar, en gran parte,
la actividad de la Intervención. Por otro lado, la eficiencia de la Intervención
depende en mucho de la eficiencia y competencia, del interventor. Seria
tonto señalar reglas o normas fijas de eficiencia y competencia, toda vez
que estas son cualidades subjetivas del interventor. La practica y habilidad
que el interventor adquiere a través de variadas experiencias, son las que
producen esas cualidades. Debemos, por consiguiente, tener presente en el
procedimiento de análisis e investigación, que el interventor se guiará por su
experiencia y conocimientos; pero el plan para ese análisis e investigación,
es algo que se determinara por las condiciones objetivas de la empresa que
se interviene. Este plan de interventor podemos denominarlo “Métodos de
Intervención”.
Papeles de trabajo. - Los papeles de trabajo del interventor constituyen una
buena prueba de su carácter. Si están preparados inteligentemente le serán
de gran ayuda para discutir en el futuro cualquier fase de intervención. Si se
llama a declarar como testigo en cualquier juicio en que esté envuelto el
cliente, sus papeles de trabajo tienen un valor incalculable en los litigios
sobre impuestos en las intervenciones subsiguientes.
Una síntesis de lo que se consideraba como Interventoría de Cuentas en
esa época es la siguiente:
…“El termino Intervención, tal como se usa en sentido profesional, podemos
definirlo como el procedimiento por medio del cual una persona se
compromete a emitir juicio u opinión en cuanto a la exactitud de las cuantas
y estados financieros, previo el examen de esas cuentas, comprobantes,
documentos, etc., comunicándose por correspondencia, si es necesario, con
terceras personas, que son independientes, e interrogando personalmente a
los funcionarios y empleados”.
“La intervención pude hacerse en relación con los estados financieros de un
período determinado y las transacciones financieras de ese período que
culminan en los referidos estados, o puede hacerse solamente se emite en
relación con los saldos al final de un período cualquiera”.
“Usualmente se emite un informe al finalizar la intervención o examen. El
informe contiene el resultado del trabajo efectuado por el interventor y sus
conclusiones, y puede contener la opinión del interventor, expresada por
medio de lo que comúnmente se denomina certificado, bien como parte del
informe o bien unido a los estados financieros”.
Como se puede observar en el resumen anterior, el término Interventoría de
Cuentas para el Contador Público es sinónimo de Auditoría y, por lo tanto, la
expresión “si en el curso de la revisión se siguieran los procedimientos
aconsejados por la técnica de la Interventoría de Cuentas”. Los
procedimientos de Auditoría si han sido ampliamente estudiados y
debatidos por la profesión tanto a nivel internacional como a nivel nacional,
y de los cuales nos ocuparemos en esta obra en el Capitulo VI.
6. LA REVISORIA FISCAL EN LA LEY 145 DE 1960
Art. 8. - Se necesitará la calidad de Contador Público en todos los casos en
que las leyes le exijan, y además en los siguientes:
1. Para desempeñar el cargo de Revisor Fiscal de sociedades para las
cuales la Ley exige la provisión de o uno equivalente, ya con la misma
denominación o con la de Auditor u otra similar.
Art. 9. - La atestación y firma de un Contador Público hará presumir, salvo
prueba en contrario, que el acto respectivo se ajusta a los requisitos legales,
lo mismo que a los estatutarios en el caso de personas jurídicas.
Tratándose de balances, se presumirá además que los saldos se han
tomado fielmente de los libros, que éstos se ajustan a las normas legales y
que las cifras registradas en ellos reflejan en forma fidedigna la
correspondiente situación financiera en la fecha del balance.
Art. 10. - El dictamen de un Contador Público sobre un balance general,
como Revisor Fiscal , Auditor o Interventor de Cuentas, irá acompañado de
un informe sucinto que deberá expresar por lo menos:
1. Si ha obtenido las informaciones necesarias para cumplir sus funciones.
2. Si en el curso de la revisión se siguieron los procedimientos aconsejados
por la técnica de la Interventoría de Cuentas.
3. Si, en su concepto, la contabilidad se lleva conforme a las normas legales
y a la técnica contable y si las operaciones registradas se ajustan a los
estatutos y a las decisiones de la Asamblea General o Juntas Directivas en
su caso;
4. Si el balance y el estado de pérdidas y ganancias han sido tomados
fielmente de los libros; si en su opinión el primero presenta en forma
fidedigna, de acuerdo con las normas de contabilidad generalmente
aceptadas, la respectiva situación financiera de la sociedad al terminar el
período revisado, y el segundo refleja el resultado de dicho período;
5. Las reservas o salvedades a que estuviere sujeta su opinión sobre la
fidelidad de los estados financieros, si las hubiere.
Esta Ley en lo que se relaciona con la Revisoría Fiscal no merece
comentario especial, puesto que no agregó nada nuevo a lo que sobre este
cargo establecía el Decreto 2373 de 1956.
LA REVISORIA FISCAL EN EL NUEVO CODIGO DE COMERCIO
El Titulo I del libro Segundo del Actual Código de Comercio le dedicó el
Capitulo VIII al Revisor Fiscal, cuyo articulado se comenta a continuación:
Art. 203. Deberán tener Revisor Fiscal:
1°) Las sociedades por acciones;
2°) Las sucursales de compañías extranjeras, y
3°) Las sociedades en las que, por la Ley o por estatutos, la administración
no corresponda a todos los socios, cuando así lo disponga cualquier
número de socios excluidos de la administración que represente no menos
del veinte por ciento del capital.
Este artículo precisó las compañías que requieren la Revisoría Fiscal
obligatoria y determino la forma como debe establecer el cargo en las
sociedades que por Ley no la requieran.
Art. 204. - La elección del Revisor Fiscal se hará por la mayoría de votos
absoluta de la asamblea o de la junta de socios.
En las comanditarias por acciones, Revisor Fiscal será elegido por la
mayoría de votos de los comanditarios.
En las sucursales de sociedades extranjeras lo designará el órgano
competente de acuerdo con los estatutos.
Este artículo conservó el espíritu de la legislación anterior al asignar su
nombramiento al órgano supremo de la sociedad. De acuerdo con el
Artículo 203 en las sociedades en nombre colectivo, en comandita simple y
de responsabilidad limitada, la decisión de la Revisoría Fiscal puede ser
acordada por cualquier número de socios excluidos de la administración que
representen no menos del 20% del capital social; pero la elección según el
Artículo 204 corresponde privativamente a la Junta de Socios, por mayoría
absoluta.
Art. 205. - No podrán ser Revisores Fiscales:
1°) Quienes sean asociados de la misma compañía o de alguna de sus
subordinadas, ni en éstas quienes sean asociados o empleados de la
sociedad matriz.
2°) Quienes estén ligados por matrimonio o parentesco dentro del cuarto
grado de consanguinidad, primer civil o segundo de afinidad, o sean
consocios de los administradores y funcionarios directivos, el cajero, auditor
o contador de la misma sociedad, y
3°) Quienes desempeñen en la misma compañía o en sus subordinadas
cualquier otro cargo. Quienes haya sido elegido como Revisor Fiscal, no
podrá desempeñar en la misma sociedad ni en sus subordinadas ningún
otro cargo durante el período respectivo.
El Artículo 205 señalo incompatibilidades nuevas al Revisor Fiscal en los
numerales 1° y 3°, al establecer incompatibilidades no solo con un cargo
diferente sino también en el ejercicio de la Revisoría Fiscal de unas
sociedad matriz y sus subordinadas. Incompatibilidad ésta que no tiene
ninguna razón de ser, si se considera que el Revisor Fiscal es un
profesional independiente de la administrador. Esta incompatibilidad es
contraria a la práctica moderna de los negocios en que los inversionistas
prefieren por muchas razones que una misma firma le efectúe.
Art. 206. - En las sociedades donde funcione Junta Directiva, el período del
Revisor Fiscal será igual aquélla, pero en todo caso podrá ser removido en
cualquier tiempo, con el voto de la mitad más una de las acciones presentes
en la reunión.
El Artículo 206 indica que el Revisor Fiscal debe ser nombrado para un
período igual al de la Junta Directiva, pero dejó un vacío en las sociedades
donde no hayan Junta Directiva; en estos caos se presumirá el período
debe ser igual al del gerente de la sociedad, como se contemplaba en la
Ley 73 de 1935 y como se viene presentando en la práctica.
Art. 207. - Son funciones del Revisor Fiscal:
1° Cerciorarse que las operaciones que se celebren o cumplan por cuenta
de la sociedad se ajustan a las prescripciones de los estatutos, a las
decisiones de la Asamblea General y de la Junta Directiva.
2° Dar oportuna cuenta, por escrito, a la Asamblea o Junta de Socios, al
Junta Directiva o gerente, según los casos, de las irregularidades que
ocurran en el funcionamiento de la sociedad y en el desarrollo de sus
negocios.
3° Colaborar con las entidades gubernamentales que ejerzan las inspección
y vigilancia de las compañías, y rendirles los informes a que haya lugar o le
sean solicitados.
4° Velar por que se lleve regularmente la contabilidad de las sociedades y
las actas de las reuniones de la Asamblea, de la Junta de socios y de la
Junta Directiva , y por que se conserven debidamente la correspondencia
de la sociedad y los comprobantes de las cuentas, impartiendo las
instrucciones necesarias para tales fines.
5° Inspeccionar asiduamente los bienes de la sociedad y procurar que se
tomen oportunamente las medidas de conservación o seguridad de los
mismos y de los que ella tenga en custodia a cualquier otro título.
6° Impartir instrucciones, practicar las inspecciones y solicitar los informes
que sean necesarios para establecer un control permanente sobre los
valores de la sociales.
7° Autorizar con su firma cualquier balance que se haga, son su dictamen o
informe correspondiente.
8° Convocar a la Asamblea, Junta de Socios a reuniones extraordinarias
cuando lo juzgue necesario, y
9° Cumplir las demás atribuciones que le señalen las leyes o los estatutos y
las que, siendo compatibles con las anteriores, le encomiende la Asamblea
o junta de Socios
Parágrafo. - En las sociedades en que sea meramente potestativo el cargo
de Revisor Fiscal, éste ejercerá las funciones que expresamente le señalen
los estatutos o las Juntas de Socios, con el voto requerido para la creación
del cargo; a falta de estipulaciones expresas de los estatutos y de
instrucciones concretas de la Junta de Socios o la Asamblea General,
ejercerá las funciones indicadas en este artículo; no obstante, si no es
Contador Público, no podrá autorizar con su firma balances generales, ni
dictaminar sobre ellos.
El Artículo 207 mejoró las funciones del Revisor Fiscal que se trían desde el
Artículo 6° de la 73 de 1935 y que se repitieron en el Artículo 137 del
Decreto 2521 de 1950.
El Artículo 207 eliminó por fin la verificación del arqueo de caja por lo menos
una vez a la semana. Aunque en la práctica esta función se había eliminado
por considerarse que venía de una época (1935) en que las actividades de
los negocios se desarrollaban en escala más pequeña y que por lo tanto no
era de ninguna aplicación práctica y que por otra parte su aplicación no
conducía a nada.
Si bien es cierto que se elimino el arqueo semanal de caja, se incluyó en el
numeral cinco de inspeccionar asiduamente los bienes de la sociedad, lo
cual parece ser tan fuera de época como el célebre arqueo semana.
Asiduamente quiere decir: frecuentemente. Puntual y perseverante,
términos que son muy subjetivos, y por lo tanto de interpretación libre de
cada Revisor Fiscal.
Los numerales 5 y 6 del Artículo 207 le imprimen al Revisor Fiscal un sello
de distinción en relación con el Auditor Externo, al exigírsele funciones de
control y vigilancia para asegurar que la administración cumpla con las
leyes, estatutos, disposiciones de la Asamblea y con los procedimientos y
medidas de control interno de la sociedad.
El parágrafo del mencionado artículo abre las puertas para que algunas
sociedades tengan Revisores Fiscales que sean Contadores Públicos, pero
estos funcionarios sin títulos no autorizar balances ni dictaminar, o sea que
no pueden cumplir las funciones más importantes que la Ley prevé para los
Revisores Fiscales.
Art. 208. - El dictamen e informe del Revisor Fiscal sobre los balances
generales deberá expresar por lo menos:
1. Si ha obtenido las informaciones necesarias para cumplir sus funciones.
2. Si en el curso de la revisión se han seguido los procedimientos
aconsejados por la técnica de la Interventoría de Cuentas.
3. Si en su concepto la contabilidad se lleva conforme a las normas legales
y a la técnica contable, y si las operaciones registradas se ajustan a los
estatutos y a las decisiones de la Asamblea o Junta Directiva en su caso.
4. Si el balance y el estado de pérdidas y ganancias han sido tomados
fielmente de los libros; y si en su opinión el primero presenta en forma
fidedigna, de acuerdo con las normas de contabilidad generalmente
aceptadas, la respectiva situación financiera al terminar el período revisado,
y el segundo refleja el resultado de las operaciones en dicho período, y
5. Las reservas o salvedades que tenga sobre la fidelidad de los estados
financieros.
El Artículo 208 es el mismo 48 del Decreto 2373 de 1956, el cual siguió
conservándose en el Artículo 10 de la Ley 145 de 1960.
Art. 209. - El informe del Revisor Fiscal a la Asamblea o Junta de Socios
deberá expresar:
1. Si los actos de los administradores de la sociedad se ajustan a los
estatutos y a las órdenes o instrucciones de la Asamblea o Junta de Socios.
2. Si la correspondencia, los comprobantes de las cuantas los libros de
actas y de registro de acciones, en su caso, se llevan y se conservan
debidamente, y
3. Si hay y son adecuadas las medidas de control interno, de conservación y
custodia de los bienes de la sociedad o de terceros que estén en poder de
la compañía.
El Artículo 209 establece que además del dictamen sobre los estados
financieros de la compañía, el Revisor Fiscal debe informar acerca de los
puntos Contenidos en este artículo.
Esta es una responsabilidad que se presenta por primera vez en la historia
de la Revisoría Fiscal, y cuyo Contenido se explicará más ampliamente en
el Capítulo VI donde se hable del informe del Revisor Fiscal.
Art. 210. - Cuando las circunstancias lo exijan, a juicio de la Asamblea o de
la Junta de Socios, el Revisor podrá tener auxiliares u otros colaboradores
nombrados y removidos libremente por él, que obrarán bajo su dirección y
responsabilidad, con la remuneración que fije la Asamblea o Junta de
Socios, sin perjuicio de que los revisores tengan colaboradores o auxiliares
contratados y remunerados libremente por ellos.
El Revisor Fiscal solamente estará bajo dependencia de la Asamblea o de
la Junta de Socios.
Este artículo trajo claridad sobre el funcionamiento del departamento de
Revisoría Fiscal en las empresas que lo requerirán, lo cual no quedo bien
definido en Artículo 47 del Decreto 2373 de 1956 copiado en el Capítulo
anterior.
El Artículo 210 estableció que los subalternos obran bajo la responsabilidad
del Revisor Fiscal y que pueda ser empleados de la Compañía o del propio
Revisor Fiscal. Además en este artículo la ley reconoció que en algunos
casos resulta físicamente imposible que una sola persona natural cumpla a
cabalidad su función de Revisor Fiscal.
Art. 211. - El Revisor Fiscal responderá de los perjuicios que ocasione a la
sociedad, a sus asociados o a terceros, por negligencia o dolo en el
cumplimiento de sus funciones.
Art. 212 El Revisor Fiscal que, a sabiendas, autorice balances con
inexactitudes graves, o rinda a la Asamblea o a la Junta de Socios informes
con tales inexactitudes, incurrirá en las sanciones privativas en el Código
Penal para la falsedad en documentos privados, más la interdicción
temporal o definitiva para ejercer el caro de Revisor Fiscal.
Los Artículos 211 y 212 tratan de la responsabilidad y de las sanciones del
Revisor Fiscal. A pesar se que el Artículo 212 contemplan sanciones
drásticas, no se presentarán en la practica ya que para las mismas exigen
dos elementos subjetivos y difíciles de comprobar, como son los elementos
a sabienda y el que la inexactitud sea grave.
Art. 213. - El Revisor Fiscal tendrá derecho de intervenir en las
deliberaciones de la Asamblea o de la Junta de socios y en las Juntas
Directivas o Consejos Administración, aunque sin derecho a voto, cuando
sea citado a éstas. Tendrá, así mismo, derecho a inspeccionar en cualquier
tiempo los libros de contabilidad, libros de actas, correspondencias,
comprobantes de las cuentas y demás papeles de la sociedad.
Las facultades que se contemplan en el Artículo 213 se venían ejerciendo
en la práctica y en estas deliberaciones es donde muchos revisores han
excedido su calidad de profesional independiente tomando medidas
puramente administrativas. O sea que la facultad otorgada al Revisor Fiscal
para intervenir en las deliberaciones de los órganos administrativos de las
sociedades debe ser manejada con mucha prudencia.
Los derechos a inspeccionar los libros, comprobantes y demás papeles, no
necesitaban de ningún artículo puesto que esto es necesario para que el
Revisor Fiscal pueda cumplir con sus funciones.
Art. 214. - El Revisor Fiscal deberá guardar completa reserva sobre los
actos y hechos de que tenga conocimiento en ejercicio de su cargo y
solamente podrá comunicarlos en la forma y casos previstos expresamente
en las leyes.
El Contador Público está regido por un Código de Etica severo y estricto el
cual prohibe revelar la reservas comercial de los libros, papeles o
informaciones de personas o entidades a cuyo servicio hubiera trabajado o
de los que hubiese tenido conocimiento por razón del ejercicio del cargo o
de funciones públicas.
Hay sanciones disciplinarias por violación del secreto profesional, la
utilización o comunicación a cualquier persona de secretos del negocio y
que se ha conocido en el ejercicio de sus funciones, al aprovechamiento
directo o por interpuesta persona de las informaciones que se han obtenido
en desempeño de su misión, etc.
Sus informes a sus accionistas no los debe suministra a accionistas
individuales o grupos de accionistas sino ante la Asamblea General, reunida
con el quórum necesario para deliberar, o ante la Junta Directiva que
sesione en las mismas condiciones.
Este Artículo señala además que puede hacer denuncias en la forma y en
los casos previstos expresamente en la leyes, pero la leyes no hagan
reglamentado esta norma.
Art. 215 - El Revisor Fiscal deberá ser Contador Público. Ninguna persona
podra ejercer el cargo de Revisor Fiscal en más de cinco sociedades por
acciones.
Con todo, cuando se designen asociaciones o firmas de Contadores como
Revisores Fiscales, ésta deberán nombrar un Cantador Público para cada
Revisoría, que desempeñe personalmente el cargo, en los términos del
Artículo 12 de la Ley 145 de 1960. En casos de falta del nombrado,
actuarán los suplentes .
la restricción de que habla el Artículo 215 es arbitraría y no tiene ningún
fundamento en establecer un número de cinco sociedades. Pues en algunos
casos cinco sociedades son muchas para una persona como en otros serán
pocas para mantenerlo ocupado permanentemente, ya que lo que cuenta
acá es el tamaño de la compañía y no el número de ellas. Ahora el Revisor
Fiscal puede tener un equipo de auxiliares y colaboradores como se
contempla en el Artículo 210, lo que deja sin peso este artículo.
La restricción de las cinco Revisorías Fiscales se refiere a la actuación y no
a la calidad de Revisor Fiscal principal. O sea que una persona puede
aparecer nombrado como Revisor Fiscal principal en más de cinco
compañías y no ejercer las funciones sino en cinco, que es la restricción
legal, lo que hace más polémico este artículo.
El segundo párrafo del Artículo 215 tiene una contribución tremenda al
permitirse el nombramiento de una firma como Revisor Fiscal y exigírsele
como se le viene exigiendo el registro ante la Cámara de Comercio y de la
Superintendencia de Sociedades de las personas naturales designadas por
la firma para desempeñar el cargo de Revisor Fiscal; si esto tiene que
hacerse, de nada sirve nombrar a una firma de Contadores.
Además, la responsabilidad que se derive por infracciones de la Ley penal
cometidas por el Contador que desempeñe una Revisoría Fiscal por
designación de una firma de Contadores, recaerá sobre dicho Contador,
puesto que las personas jurídicas no son sujetos pasivos de la acción penal.
Art. 216. - El revisor Fiscal que no cumpla las funciones previstas en la Ley,
o que las cumpla irregularmente en forma negligente o que falte a la reserva
prescrita en el Artículo 214, será sancionado con multa hasta de veinte mil
pesos, o con suspención del cargo, de un mes a un año, según la gravedad
de la falta u omisión. En caso de reincidencia se doblarán las sanciones
anteriores y podrá imponerse la interdicción permanente o definitiva para el
ejercicio del cargo del Revisor Fiscal, según la gravedad de la falta.
De este artículo lo más importante es que se contempla la sanción
profesional cuando el Revisor Fiscal no cumpla con sus funciones.
Art. 217. - Las sanciones previstas en el artículo anterior serán impuestas
por la Superintendencia de Sociedades, aunque se trate se trate de
compañías no sometidas por la Superintendencia Bancaria, respecto de
sociedades controladas por ésta.
Estas sanciones serán impuestas de oficio o por denuncia de cualquier
persona.
Por ser las superintendencia las entidades a cuyo cargo está la vigilancia de
las sociedades que requieren el cargo de Revisor Fiscal, quizás se pueda
enterar más fácil de las fallas o negligencias de los Revisores Fiscales, pero
no deberá ser la entidad encargada de imponer las sanciones y mucho
menos de para las disciplinarias puesto que los Contadores Públicos tienen
en la Junta Central de Contadores la entidad disciplinaría de la profesión.
La Superintendencia de Sociedades y la superintendencia Bancaria
deberían mejor notificar a la Junta Central de Contadores, las violaciones
que conocieren de los Revisores Fiscales para que ésta imponga la sanción
pertinente.
LA REVISORIA FISCAL EN LA LEY 43-90(Adicionó la Ley 145-60)
En el art.13 Parágrafo 2o. determinó que todas las Sociedades Comerciales
cuyos activos brutos sean o excedan el equivalente a 5000 salarios mínimos
y/o cuyos ingresos brutos sean o excedan a 3.000 salarios mínimos, al 31
de Diciembre del año anterior, obligatoriamente deben tener Revisor Fiscal.
Creó el Consejo Técnico de la Contaduría, quien puede promulgar
“DISPOSICIONES profesionales” , las cuales deben ser cumplidas por los
contadores públicos dentro el ejercicio de Contaduría Privada y Pública y
más aún cuando ejerce el cargo de Revisor Fiscal, con base en
obligaciones primordiales, que le impone el art. 8 , así:
1) Observar las normas de ética profesional;
2) Actuar con sujeción a las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas
en Colombia;
3) Cumplir con las normas legales vigentes, así como las disposiciones
emanadas de los organismos de vigilancia, dirección y control de la
profesión; y
4) Vigilar el registro e información contable, la cual se fundamente en
principios de contabilidad generalmente aceptadas en Colombia.
Para el efecto, esa Ley formalizó las siguientes normas:
Art. 6o- Determinó que las normas de contabilidad también se le pueden
denominar principios de contabilidad generalmente aceptados como el
conjunto de conceptos básicos y de reglas que deben ser observados al
registrar e informar contablemente, sobre los asuntos y actividades de
personas naturales o jurídicas.
Art. 7o- Formalizó las normas de auditoría generalmente aceptadas en
Colombia, como las cualidades profesionales del Contador Público, con el
empleo de su buen juicio en la ejecución de su examen y en su informe
referente al mismo.
Art. 9o- Mediante Papeles de Trabajo, el Contador Público dejará
constancia de las labores realizadas para emitir su juicio profesional. Tales
papeles, son propiedad exclusiva del Contador Público, se prepararán
conforme a las normas de auditoría generalmente aceptadas, no obstante
podrían ser examinados por las entidades estatales y por los funcionarios
de la rama jurisdiccional.
Art. 37- Señaló los principios básicos de ética profesional, con base en el
Código de Etica Profesional creado por esta Ley( desde l.964 no existía
Código de esta naturaleza por haberse considerado inexequible por el
Consejo de Estado), dentro del capítulo IV, título I.
Específicamente relacionado con el Revisor Fiscal, adicionó dentro del
Código de Etica nuevas inhabilidades e incompatibilidades enmarcadas en
la Sección 220 “De las Relaciones del Contador Público con los Usuarios
del Servicio” dentro de los artículos 41 al 51, así:
a) Que el Contador Público, en el ejercicio de sus funciones, no es
responsable de los actos de los administradores (art.41);
b) Que no prestará servicios que interfieran el libre y correcto ejercicio de la
profesión (art.42);
c) No aceptará trabajos cuando no se considere idóneo (art.43);
d) Se puede interrumpir la prestación de servicios, por:
1) Exclusión por atención de otro profesional,
2) Que el usuario incumpla las obligaciones convenidas (art.44);
e) No se expondrá a riesgos injustificados (art.45);
f) Fijará los honorarios por escrito;
g) Cuando haya sido funcionario del Estado y hubiera intervenido en la
Empresa, no puede recomendar (6meses mínimo) (art.47);
h) No puede prestar servicios donde hubiere intervenido como funcionario
público o como Revisor Fiscal (l año como mínimo) (art.48);
i) No puede ejercer influencias o recibir dádivas dentro de la empresa que
ejerza;
j) Inhabilidades adicionales a las de parentesco de consanguinidad y
afinidad de las anteriores leyes, adicionándolo en “ vínculos económicos,
amistad íntima, enemistad grave, intereses comunes u otra que le reste
independencia u objetividad (art. 50); y
k) Cuando haya actuado como empleado no puede ser Revisor Fiscal
(mínimo 6 meses) (art.51)
CONSEJO TECNICO DE LA CONTADURIA PUBLICA
El Revisor Fiscal tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir las
DISPOSICIONES PROFESIONALES (antes llamados Pronunciamientos),
cuyos documentos se han emitido, los siguientes:
DISPOSICIONES No.1- Dictamen del Revisor Fiscal sobre Estados
Financieros ajustados
por Inflación;
2- Prólogo a los pronunciamientos sobre normas de auditoría y de ética;
3- Código de Etica Profesional;
4- Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas;
5- Papeles de Trabajo;
6- Normas Relativas a la Rendición de Informes sobre Estados Financieros;
7- Sobre REVISORIA FISCAL;
8- Estado de Flujos de Efectivo;
9- Estado de Cambios en la Situación Financiera; y
10- Cambio del nombre de Pronunciamientos por el de Disposiciones
Profesionales.
RESUMEN
La Revisoría Fiscal tiene en Colombia una larga vida institucional; nació en
el creciente desarrollo comercial y financiero de las empresas en la segunda
mitad del siglo XIX, fue reglamentada mediante la Ley 73 de 1.935 y
asignada al contador público como función privativa por medio del decreto
2373 de 1.956.El legislador asignó esta función al contador público porque
comprendió que el cargo requería de suficientes conocimientos técnicos
para poder evaluar con eficiencia la gestión de la administración y de una
capacidad de análisis profunda para evaluar, en forma adecuada, los
controles de las entidades; luego incluyó que un tercero debía velar que las
transacciones se reflejaran en la contabilidad en forma adecuada y oportuna
para que la administración proyectara el desarrollo de las empresas;
finalmente, examino las calidades morales de quién poseía los
conocimientos técnicos mencionados y concluyó que éstas eran de alta
estima y que debía relievarlas exigiéndole independencia mental respecto
de quien recibiría el fruto de sus cualidades y capacidades. Entonces, no
dudó en confiar al contador público tan trascendental responsabilidad.
Con qué el objetivo fue creada la revisoría fiscal?; con el mismo que existe
hoy, que unos profesionales idóneos, de aquilatada honradez, integridad y
responsabilidad, investidos de la representación permanente de los
inversionistas, la comunidad y el gobierno, les informaran regularmente
cómo había sido manejada la entidad, cómo han funcionado los controles, si
los administradores cumplen con sus deberes legales y estatutarios, y si los
estados financieros reflejan fielmente la situación financiera de la entidad
sus resultados económicos. Todo lo anterior, expresado en breves palabrs
aparentemente parece simple, pero qué tarea ten inmensa representa y
sobre todo, qué responsabilidad!.
En la vida de la revisoría fiscal no hay duda de que se han dado cambios
importantes en los enfoques y alcance de trabajo, en precisar sus funciones
y en comunicar el resultado de su trabajo, propiciados por los encuentros,
congresos y simposios de revisores fiscales. Pero estos cambios han sido
lentos y han respondido más bien a la nuevas exigencias de los usuarios y
de las entidades encargadas del control y vigilancia de las sociedades que a
una decisión de la contaduría pública.
Todos estamos de acuerdo en que el mundo está cambiando y es necesario
que respondamos con eficiencia a este reto.
Con el presente pronunciamiento, el Consejo Técnico de la Contaduría
Pública hace un llamado a la profesión para que se produzca una
transformación inmediata y profunda en la revisoría fiscal que responda al
derrotero que se viene dando en las entidades a las que se encuentra
vinculada por mandato legal.
A medida que nos acercamos al siglo XXI lo único con que podemos contar
es con la certeza de que el cambio acelerado desafiará nuestro
entendimiento y removerá las bases del mundo que nos rodea, en todos los
aspectos.
Cualquier actividad que emprendamos y donde quiera que la realicemos,
estará cambiando a un ritmo vertiginoso: estilo de trabajo, tecnología,
estructuras de las sociedades, comunicaciones globales, normas de vida,
responsabilidades ambientales, etc.
También cambia lo que es necesario saber y la manera de actuar para tener
éxito. Los antiguos métodos que daban buen resultado en un mundo de
ritmo más lento ya no son eficaces.
Para adelantarnos a tales cambios, al incremento de la competencia y a la
complejidad de estos tiempos, necesitamos una nueva forma de
pensamiento, una forma que constituya un alejamiento radical del pasado.
Se necesita una nueva mentalidad, que sea tan radical como la magnitud, el
nivel y el ritmo de las transformaciones actuales.
El Consejo Técnico consciente de los cambios inmediatos que tiene que
asumir la revisoría fiscal en el mundo actual de los negocios fundamenta
este pronunciamiento en el concepto de auditoría integral, entendiendo
como tal una auditoría financiera, una auditoría de cumplimiento, una
auditoría de gestión y una auditoría de control interno, que proporcione valor
agregado a los servicios de la revisoría fiscal, en el lugar de convertirse en
una carga para la entidad.
Igualmente el pronunciamiento define y enmarca la revisoría fiscal como
debe ser en el idioma nacional e internacional de la contaduría pública
evitando dar definiciones, objetivos y funciones confusas que traerían
desorientaciones en lugar de un verdadero aporte a su ejercicio.
al tener la revisoría fiscal funciones de supervisión, revisión y evaluación del
control interno, el pronunciamiento recoge el concepto moderno de control
interno adoptado internacionalmente por la profesión después de un estudio
de varios años.
La comunidad financiera, profesional y de negocios de orbe fue
ampliamente informada en Washington D.C. con ocasión de la celebración
en octubre de 1992 de XIV Congreso Mundial de Contadores, sobre la
terminación del estudio integral de control interno. El estudio duró tres años
para definir el concepto de control interno y proveer una guía práctica que
las empresas puedan usar para evaluar y mejorar su sistema de control; el
estudio fue patrocinado por la “national Commision on Fraudulent Financial
Reporting”, llamada “Treadway Commision” y el título del mismo es “Control
interno un Marco de Trabajo Integrado” (Internal Control - Integrated
Framework).
El estudio fue realizado por un comité de la organizaciones patrocinadoras
conformado por cinco organismos de gran prestigio profesional y
empresarial en el ámbito mundial, que integraron la llamada Comisión
Treadway, también identificada como Comité de Organizaciones
Patrocinadoras (Committe of Sponsoring Organizations), y por sus iniciales
en ingles COSO.
Los organismos que integran COSO son; el Instituto Americano de
Contadores Públicos Certificados (AICPA), las Asociación Americana de
Contabilidad (AAA), El instituto de Auditores Internos (IIA), El Instituto de
Ejecutivos de Finanzas (FEI) y el Instituto de Contadores Gerenciales (IMA).
La firma Coopers & Lybrand dirigió el estudio y preparó el informe.
La dedicación, el rigor metodológico y el tiempo invertido por COSO en el
estudio, tuvo como propósito fundamental conseguir un entendimiento más
generalizado de parte de todos los interesados en la administración de las
empresas acerca de lo que significa el control interno.
El Consejo Técnico de la Contaduría Pública considera que ha escogido el
camino apropiado para determinar el alcance y enfoque del trabajo del
revisor fiscal, al armonizarlo con la noción de fiscalización consignada en la
nueva Constitución política de Colombia la cual es su artículo 267 asigna a
la Contraloría General de la República la función pública del control fiscal, la
cual debe ser ejercida en forma posterior y selectiva e incluir el ejercicio de
un control financiero, de gestión y de resultados, fundado en la eficiencia, la
economía, la equidad y la valoración de los costos ambientales.
La Ley 42 de 1993, en desarrollo del artículo 267 de la constitución
Nacional, en el Capítulo I establece los principios, sistemas y
procedimientos técnicos en los siguientes términos, que consideramos
convenientes transcribir como complementarios por estar en armonía con el
presente pronunciamiento.
Artículo 9. - Para el ejercicio del control fiscal se podrían aplicar sistemas de
control como el financiero, de legalidad, de gestión, de resultados, la
revisión de cuentas y la evaluación del control interno, de acuerdo con lo
previsto en los artículos siguientes.
Parágrafo. - Otros sistemas de control, que impliquen mayor tecnología,
eficiencia y seguridad, podrán ser adoptados por la Contaduría General de
la República, mediante reglamento especial.
Artículo 10. - El control de legalidad es la comprobación que se hace de las
operaciones financieras, administrativas, económicas y de otra índole de
una entidad reflejan razonablemente su situación financiera el resultado de
sus operaciones y los cambios en su situación financiera, comprobando que
en la elaboración de los mismos y en las transacciones y operaciones que lo
originaron, se observaron y cumplieron las normas prescritas por las
autoridades competentes y los principios de contabilidad universalmente
aceptados o prescritos por el contador general.
Artículo 11. - el control de legalidad es la comprobación que se hace de las
operaciones financieras, administrativas, económicas y de otra índole de
una entidad para establecer que se hayan realizado conforme a las normas
que le son aplicables.
Articulo 12. - El control de gestión es el examen de la eficiencia y eficacia de
las entidades en la administración de los recursos públicos, determinada
mediante la evaluación de sus procesos administrativos, la utilización de
indicadores de rentabilidad pública y de desempeño y la identificación de la
distribución del excedente que éstas producen, así como de los
beneficiarios de su actividad.
Articulo 13. - El control de resultados es el examen que se realiza para
establecer en que medida los sujetos de vigilancia logran sus objetivos y
cumplen los planes, programas y proyectos adoptados por la
administración, en un período determinado.
Artículo 18. - La evaluación de control interno es el análisis de los sistemas
de control de las entidades sujetas a la vigilancia, con el fin de determinar la
calidad de los mismos, el nivel de confianza que se les puede otorgar y si
son eficaces y eficientes en el cumplimiento de sus objetivos.
El Contralor General de la República reglamentará los métodos y
procedimientos para llevar a cabo esta evaluación.
Artículo 19. - Los sistemas de control a que se hace referencia en los
artículos anteriores, podrán aplicarse en forma individual, combinada o total.
igualmente se podrá a cualquier otro generalmente aceptado.
El nuevo enfoque de la revisoría fiscal, que presenta este pronunciamiento,
se basa en el conocimiento integral de la entidad a la cual presta sus
servicios, con una metodología de trabajo moderna.
El Consejo Técnico de la Contaduría Públicos presenta a la profesión este
pronunciamiento e invita a los contadores públicos y especialmente a los
revisores fiscales a una profunda reflexión y un cambio de actitud para se
aplicación; esperando comentarios sugerencias y aportes para su
enriquecimiento.
RELACION DE LEYES ADICIONALES, CIRCULARES Y RESOLUCIONES
DE ENTES DE VIGILANCIA Y CONTROL.
·Superintendencia de Sociedades, Circular 14-97- La Revisoría Fiscal en las
Entidades Vigiladas.
·S.S. concepto 241-1221 Ene-93- Alcance de la expresión “año del
inmediatamente anterior”.
·DIAN- Concepto 43507 Junio-95- El Revisor Fiscal nombrado está obligado
a cumplir con todas las disposiciones legales.
·Junta Central de Contadores -Concepto Nov-16-94- En la Loterías.
·S.S. oficio 220-21427 Oct.-93-En las Sociedades de Economía Mixta.
·Ley 45-90 y D. E. 663-93 (Estatuto Financiero)- Vigiladas por la
Superbancaria y Supervalores
·D.R. 1529 art. 3 ordinal g)- Asociaciones, Fundaciones e Instituciones de
Utilidad Común.
·J.C.C. conceptos 175 y 221-97- Revisor Fiscal en las Copropiedades de
Edificio.
·Ley 79-88 y D.R. 1480, 1481, 1482, 1489 de 1.989- Para las Cooperativas,
Fondos de Empleados y otras del sector solidario.
·D.2206-98-En Fogacoop.
·J.C.C. Concepto 173 -96- Para prestarse como personas jurídicas en
Cooperativas.
·Ley 21-82- Cajas de Compensación Familiar.
·Ley 80 del 80- Instituciones de Educación Superior.
·D.2968-60- Fondos Mutuos de Inversión.
·Ley 23-82- En Asociaciones de Autores
·D.R. 1196-85- En Asociaciones Gremiales Agropecuarias.
·D.R. 1520-78- En las Cámaras de Comercio
·D. 561 -89- En las Empresas Comunitarias.
·D.776-96- En los clubes Deportivos Profesionales.
·Ley 100-93- En las Entidades Promotoras de Salud E.P.S. e Instituciones
Prestadoras de Servicios de Salud I.P.S.
·D. 1601-96 .I. S.S.
·D.R. 1724-94- Fondo de Pensiones
·D.R. 2150-95- El Revisor Fiscal y el reconocimiento de algunas personas
jurídicas de Derecho Privado.
·Resolución 412 -96 Superindustria- Libros que deben llevar las Cámaras de
Comercio para la inscripción del Revisor Fiscal de las Entidades sin Animo
de Lucro.
·DIAN concepto 82925 Nov-98- Revisoría Fiscal y el Control Interno en las
Entidades Públicas.
·DIAN Concepto 61231 Ago-96- Los ajustes integrales por inflación deben
considerarse en la obligatoriedad o no tener Revisor Fiscal.
·D.2150-95- No requiere presentación personal en la posesión del Revisor
Fiscal ante los organismos de control.
·Circular Externa 7-96- Posesión de Revisores Fiscales en entes vigilados
por la Superbancaria.
·Circular Externa 4-98-Cajas de Compensación Familiar - Criterios para la
elección del Revisor Fiscal
·D.1295-94- Circular Externa 78-98 Posesión del Revisor Fiscal en
entidades vigiladas por la Supersalud.
·Circ. Externa 44-97 Supersalud- Remoción del Revisor Fiscal en Empresas
Solidarias de Salud -ESS.
·Res. 4252 Minsalud- Posesión en las I.P.S.
·J..C.C. Concepto 95 Marzo-95- Período del revisor fiscal en entidades sin
ánimo de lucro.
·Cir.020-91- Superbancaria - Instrucciones acerca de la Revisoría Fiscal
desempeñada por una firma de Contadores Públicos.
·S.S. oficio 241-1221 Enero 21-93- Nombramiento de revisor fiscal en
sucursal de sociedad extranjera puede recaer en persona natural o jurídica.
· Art. 205 del C.de Co.- No pueden ser revisores fiscales
·Ley 222-95 Art. 164- Inhabilidad del Revisor Fiscal para ser Liquidador
·C.T.C.P. Conc 5 mar-97- Desempeño de los cargos de contador y revisor
en compañías relacionadas.
·S.S. Concepto 40265 Sep-96- Incompatibilidad del revisor fiscal en
entidades sin ánimo de lucro.
·DIAN, Comcepto 46988 Julio-95- Efecto de la firma del revisor fiscal en las
declaraciones tributarias, cuando éste presente inhabilidad para ejercer el
cargo.
·J.C.C. Concepto 108 Mayo l8-95- Inhabilidad para ser Revisor Fiscal
siendo copropietario de un centro comercial.
·J.C.C. oficio A14060539-94- Inhabilidad para ser Revisor Fiscal Suplente
por haber sido empleado en la Empresa.
·S.S. oficio OR-5406, Marzo-86- Ejercicio de la Revisoría Fiscal y de
Auditoría Externa en la misma sociedad.
·Superbancaria oficio OJ-135-85- No es posible ser auditor interno y revisor
fiscal.
·S.S. oficio SL-17135 de Sep-87- Pueden pactarse incompatibilidades
adicionales.
·J.C.C. concepto 137 de Marzo-96- Ejercicio de la Revisoría Fiscal en dos
empresas que realizan la misma actividad.
·S.S. concepto 220-2870 de Dic-98- El Revisor Fiscal de una Sociedad no
puede ser al mismo tiempo ser un asesor jurídico.
·JCC concepto 8 de sep.95- Límite para el ejercicio de la revisoría fiscal
·Art. 215 del C. de Co.- Restricción en el número de Revisorías Fiscales por
parte de un Contador Público.
·S.S. oficio AO-1669 de Feb-72- Como se aplica la prohibición legal de
ejercer el cargo de Revisor Fiscal en más de 5 sociedades por acciones.
·JCC concepto 164 de Jul-96- Inhabilidad de una Sociedad Anónima de
Contadores Públicos para ejercer la Revisoría Fiscal de una asociación sin
ánimo de lucro, de la cual el gerente de la primera es asociado.
·Superbancaria, concepto OJ 594- 87- Persona Jurídica como Revisores
Fiscales.
·S.S. oficio OA 8940 de Julio-72- La limitación del art. 215 del C.de Co.
Afecta al suplente que realmente esté desempeñando el cargo.-
·S.S. oficio OA 4817 de Marzo-80- La Revisoría de Sucursales Extranjera
no deben computarse para efectos del art. 215.
·Ley 79-88 Art. 43- El Revisor Fiscal no puede ser asociado de la
Cooperativa o del ente solidario.
·D.2206-98- El Revisor Fiscal no puede ser miembro de la Junta Directiva
de Fogacoop.
·JCC Oficio -A1421 de agosto-94- El Revisor Fiscal puede ser empleado de
la Cooperativa pero no asociado de la misma.
·Superbancaria, oficio jurídica 86, Dic.90, Junio 93 - Responsabilidades de
los Auxiliares del Revisor Fiscal.
·JCC concepto 283 de Feb-99- Los socios de las Cooperativas Financieras
pueden ser auxiliares del Revisor Fiscal.
·Superbancaria, consulta con radicación 91012397-1- Obligaciones de los
auxiliares del Revisor Fiscal
·Ley 43-90 Art. 39- El Contador Público tiene derecho de recibir
remuneración.
·S.S. concepto 314 de Enero-95- Calidad laboral del Revisor Fiscal
·JCC concepto 299 de Feb-99- Relación laboral del Revisor Fiscal
·CTCP concepto 8 de Jul-96- Honorarios para el Revisor Fiscal por firmar la
declaración de renta.
·Ley 45-90. Art.22- Apropiaciones para la gestión del Revisor Fiscal en
entidades vigiladas por la Superintendencia Bancaria y de Valores.
·DE 663-93- Remuneración del Revisor Fiscal en empresas industriales y
comerciales y en Sociedades de Economía Mixta.
·S.S. concepto 7898 de Marz-98- Apropiación para la gestión del revisor
fiscal en sociedades comerciales.
·DR 1089-92- Remuneración máxima para personas jurídicas designadas
como Revisor Fiscal.
·Circ. Externa 009 -93 Supervalores- Apropiación para la gestión del revisor
fiscal.-
·Circ. Externa No7 del 96 Superbancaria- Ejercicio del suplente del Revisor
Fiscal en entes vigilados por la Superbancaria.
·JCC concepto 234 de Sep-97- El Revisor Fiscal suplente puede ser una
persona natural o jurídica.
·CTCP concepto 162 de Feb-98- Una persona jurídica que haya sido
designada inicialmente como Revisor Fiscal principal no puede ser al mismo
tiempo suplente.
·Art. 207 del C.deCo.- Funciones del Revisor Fiscal para las Sociedades
Comerciales.
·JCC concepto 12 de Nov.94- Funciones del Revisor Fiscal.
·Superbancaria, consulta 90069682-1 - Facultad de los Revisores Fiscales
sustituidos para certificar hechos que no corresponden al período de su
gestión.
·S.S. oficio IN -16410 de Ago-80- Función del Revisor Fiscal frente a la
Contabilidad y a las actas de la Sociedad.
·S.S. oficio 220-28933 Nov.94- Las funciones del Revisor Fiscal son
diferentes a las del auditor interno de la Ley 87-93.
·Art.191 Inc.1o del C.deCo.- Función del Revisor Fiscal para impugnar
decisiones.
· Art. 192 del C.de Co.- Función del Revisor Fiscal de ejercer la acción de
indemnización por las responsabilidades derivadas de decisiones
declaradas nulas.
·Ley 222-95 art. 25- Función del Revisor Fiscal de ejercer la acción social de
responsabilidad contra los administradores.
· Art.432 del Co de Co.- El Revisor Fiscal enviara a la Superintendencia
dentro de los 15 días siguientes de realizada la asamblea o junta de socios.
·S.S.concepto 19993 de Sep94- Filmación de las asambleas generales o
junta de socios por parte del Revisor Fiscal.
·DR 1000 -97 art 6- Requisitos especiales en el impuesto sobre las ventas.
·DR 1000-97 art.18- Requisitos especiales en devoluciones de saldos a
favor en el IVA.
·D1288 96- Certificación en Proyectos de Ejecución de construcción de
vivienda de interés social.
·D1242-1244-96- Certificaciones del Revisor Fiscal para exenciones
tributarias y de gravámenes arancelarios.
·D.124-97- Certificación para la solicitud de calificación del Régimen
Tributario Especial.
·DR1514-98 Certificación del R.F. en el Mandato.
·C.E.Secc.cuarta Sent.Dic.11-98 Exp. 11001-0327-000-1998-01119-00-Los
contadores y revisores fiscales no deben certificar sobre temas que exceden
el campo contable.
·Circular 7-96- Superbancaria - Funciones del Revisor Fiscal de impartir
instrucciones y deber de colaboración para entidades vigiladas por la
Superbancaria., suscripciones de acciones, actas de sorteos de
capitalización e información con destino para la superbancaria, venta de
divisas de las casas de cambio, rendición de cuentas de entidades
fiduciarias, control de los almacenes generales de depósito.
·D.663-93 - Funciones del contralor de las entidades financieras.
·Circ.100-95 Superbancaria - Deber del Revisor Fiscal en el control en la
valoración y contabilización de derivados
·Circ 7-96 Informe y dictamen del Revisor Fiscal.
·CTCP- Disposición Profesional No. 7 - Sobre Revisoría Fiscal
Autor: Sandra Almeira Rivera

ORDENANZAS DE BILBAO

« Rendición de cuentas: condición necesaria, aunque no suficiente, para un adecuado control de


las cuentas públicas
El cantautor Pepe Extremadura, propuesto para la Medalla de Extremadura »
Las Ordenanzas de Bilbao de 1737, la Real Compañía Guipuzcoana de
Caracas, ejemplos de “derechos históricos”, ni amparados
ni respetados
28 abril, 2010 por josemarigorordo

(I)
La Junta General de Comercio de Bilbao, celebrada el 13 de septiembre de 1735, acordó

nombrar redactores de las Ordenanzas, a “seis personas de los Comerciantes de la Villa, los más

prácticos e inteligentes y los de mejor concepto”. Fueron Juan Bautista de Guendica y Mendieta,

Luis de Ibarra y Larrea, José Manuel de Gorordo, Antonio de Alzaga, José de Zangroniz y

Emeterio Tellitu, vecinos y comerciantes todos ellos de la Villa, “de los de primer celo e

inteligencia”[1], en quienes confían procederán con la rectitud que acostumbran al bien común.

Desde siempre, en el área geográfica de Bilbao, se habían gobernado en su Comercio y

Jurisdicción, y, a partir del siglo XVI, por las Ordenanzas, en base a la Real Cédula expedida

en Sevilla el 22 de junio de 1511, cédula a la que se adjuntaba la librada previamente por los

Reyes Católicos, Isabel y Fernando, en Medina del Campo el 21 de julio de 1494.

La reforma era debida a la necesidad de que “la mutación de los tiempos y nueva ocurrencia de

casos” que se iban experimentando, reclamaban providencias “más expresivas y claras”. Para

ello, de acuerdo con todos los antecedentes[2] y tomándose todo el tiempo que fuere menester,

se les encargó que redactasen nuevas Ordenanzas, que regulasen “todos los casos y cosas que

en lo natural y regular del comercio pudiesen ofrecerse, para que, propuestos con distinción y

por capítulos, quedase en cada uno de ellos prevenido y prescrito el orden, forma y modo de

entenderle, y lo que se debería ejecutar, que quedase establecido el modo y gobierno más útil,

justificado y provechoso al bien común“.

El equipo de redactores se dedicó a la reforma desde el 15 de septiembre de 1735, hasta el 12

de diciembre de 1736, fecha en la que acabaron el encargo y lo firmaron, en 29 Capítulos, con

expresión de lo que en cada uno se trataba y con división de números para la más clara

comprensión.

La Junta General de Comercio abrió un plazo para que los redactores, junto con una

representación de dicha Junta[3], las examinasen de nuevo, añadiesen o quitasen como tuvieran

conveniente, “tomando consejo de las demás personas de ciencia, conciencia y experiencia”.

Como consecuencia de ello, fueron aprobadas, y confirmadas por Felipe V en 1737.

Las Ordenanzas de Bilbao de 1737 regulaban competencias sobre:


 – Jurisdicción mercantil propia entre comerciantes,compraventa, seguros,

etc.; procedimiento especial para evitar retrasos y dilaciones; apelaciones ante el

Corregidor, “que fuese de esta Villa y no de ninguna otra parte”;

– “factores”, obligados a venir a la Villa y también podían hacerles venir a dar cuentas de sus

negocios a las Ferias de Medina del Campo;

– control gubernativo y de gestión sobre los puertos, fletamentos, etc.; 

– capacidad legislativa, a través de las Ordenanzas; y

– poder ejecutivo, para exigir su cumplimiento (potestad sancionadora).

Las Ordenanzas de Bilbao de 1737, estuvieron en vigor y fueron Código de Comercio en más de

diecinueve países de Iberoamérica, hasta bien entrado el siglo XIX

(II)
En Guipuzcoa, el Consulado de San Sebastián se fundó en 1682, aunque abundaban las

cofradías y hermandades mucho antes, siendo la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas 

(1728) la institución mercantil que tuvo auténtica fuerza y proyección, compitiendo, desde la

iniciativa privada-corporativa, con el Sur Peninsular, con más apoyo público (Sevilla y Cádiz)

como centro comercial de relación con las Américas (Ramón de Basterra, 1925, Ronald Hussey,

1934, Montserrat Garate Ojanguren, 1990).


(III)
La Constitución española de 1978, en su Disposición adicional primera, determina que “ampara

y respeta los derechos históricos de los territorios forales”, aunque, en el segundo

párrafo, constriñe su actualización al marco de la Constitución y del Estatuto de Autonomía.

Bueno es recordar que los representantes de la mayoría vasca no quedaron nada conformes  con

este texto constitucional, razón por la cual unos decidieron optar por la abstención (el entorno

del PNV), y otros, por el voto en contra (lo que hoy se puede considerar el mundo de Batasuna).

Por consiguiente, aunque la Constitución se aprobó en referéndum, el total de votos afirmativos

fue algo menos que el 30% del total del censo, muy inferior al resto de nacionalidades o

regiones del Estado español, cuestión aún no analizada ni revisada con una suficiente dosis de

imparcialidad y sin prejuicios.

Para Francisco Letamendía, del Grupo (entonces) de Euskadiko Ezkerra, reconocer los derechos

forales e históricos del pueblo vasco, pero dentro de los límites de la Constitución,

“es una contradicción en sus propios términos porque estos derechos forales son

negados explícitamente en la Constitución”.

Federico Zabala Alcíbar, del Grupo de Senadores Vascos, señaló que

“el tratamiento de los derechos históricos no ha podido ser más desafortunado…; formula

un reconocimiento de la existencia de los derechos históricos, pero sólo a los efectos de

producir una novación de los mismos, de forma que, pasando de ser unos derechos

emanados y originarios del pueblo vasco y apoyados en él, pasen a constituir mas bien

una proclamación retórica de un texto constitucional y, a partir de esta novación, tales


derechos históricos queden vinculados a la suerte de la Constitución y no a la voluntad

del pueblo vasco”.

Monreal Zía, por su parte, tras recordar que

“la ambigüedad es el fundamento mismo del consenso, planteaba: “¿Por qué no cabía que se

hubiera aceptado alguna ambigüedad en la Disposición adicional si con ella se hubiera

conseguido la integración institucional de un amplio sector del pueblo vasco?”.

Juan María Bandrés Molet, dijo que

“… al día siguiente de ser promulgada esta Constitución, se abren dos importantes batallas

políticas: la primera … conseguir un Estatuto de Autonomía lo más amplio posible; la segunda,

que en un futuro que yo deseo próximo, se recupere esa ocasión que hoy se ha perdido y

se vuelva a dar el que seamos capaces de estructurar un modelo de Estado más acorde

con la realidad plurinacional del Estado español y ello a través de un procedimiento que el

propio texto incluye: el de la reforma constitucional”.

(IV)
Entre los varios textos alternativos para la Disposición adicional, que se barajaron en las

negociaciones “en el último minuto”, el Grupo de Senadores Vascos, por medio

de Manuel Irujo (que había sido ministro de la República) presentó uno, claro y transparente:

“La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales cuya

reintegración y actualización se realizará de acuerdo con las instituciones

representativas de dichos territorios”.

El Senador Aguiriano Fornies, en nombre del Grupo Socialista, defendió un texto que en su

primer párrafo decía:

“La Constitución reconoce y garantiza los derechos forales de las provincias de Álava, Guipuzcoa,

Vizcaya y Navarra, cuya reintegración se llevará a cabo de acuerdo entre las máximas

instituciones representativas de dichos territorios y el Gobierno, a través del Estatuto”.

Y, en su intervención, el Senador del PSE-PSOE dijo

“ …votamos en la Comisión Constitucional del Senado a favor de la enmienda del Partido

Nacionalista Vasco… aún a sabiendas de que no era una enmienda que pudiese ser aceptada por

este Pleno, con ello pretendíamos, fundamentalmente, forzar una negociación

que posibilitase el llegar a un acuerdo entre las fuerzas mayoritarias del País…”.


(V)
Del otro lado, terció en el debate Abril Martorell, Vicepresidente segundo del Gobierno (UCD):

“…nos encontramos en unos supuestos en los que… no cabe ningún tipo de ambigüedades[4]…;

nuestras líneas mantienen una congruencia básica: no hacemos cuestión de gabinete de los

textos, pero tienen que estar inequívocamente dentro de la Constitución… …. la línea que

nosotros manteníamos ayer era que los Estatutos estarán de acuerdo con lo establecido en la

Constitución. Esta posición, que derivaba y se diferenciaba muy poco –simplemente le metía

dentro de la Constitución- de la posición oficial mantenida por el portavoz del Partido

Nacionalista Vasco en el Congreso no fue aceptada. Y también se trabajó en una segunda línea,

la del art. 150 bis:

“El Estatuto de Autonomía de los territorios forales podrá llevar a cabo el reconocimiento y

actualización de sus derechos históricos, respetando en todo caso los límites de competencia que

resultan del art. 148 y concordantes y los principios de igualdad y solidaridad de todos los

españoles…” .

(VI)
El Tribunal Constitucional se ha encargado de interpretar: en la STC 11/1984, de 2 de febrero de

1984, aunque admite la posibilidad de su actualización, sienta una doctrina relativa al concepto

“derechos históricos” que restringe considerablemente la aplicación de la Disposición

Adicional 1.ª, la vacía de contenido, al pretender actualizar un derecho histórico con normas

del presente, sin permitir, de hecho, la acreditación por medio de la investigación

histórica, del ejercicio de una competencia, lo que refleja un contrasentido y, sobre

todo, elude lo esencial, esto es, que la Disposición Adicional Primera también es

Constitución.

(VII)
Ante las tres posibilidades que hay de actualización de unos derechos originarios que en

la Constitución se dice amparar, esto es, sólo lasinstituciones vascas que

planteó Irujo, instituciones mixtas paritarias, bilaterales (vascas y españolas, como recoge

el Proyecto de Ibarretxe) o sólo la Constitución, bueno sería que en las Cortes Generales se

revisaran posiciones y se acercaran a las propuestas que mantenían y votaron a favor en los

debates constitucionales quienes hoy siguen siendo mayoritarios,  para que se afronte, con rigor

y profundidad, la ocasión perdida por los constituyentes de entonces y se replantee, en toda su


extensión y calado, el debate en los términos en los que, por ejemplo, el Senador Mitxel

Unzueta (PNV) dejó dicho en 1978, explicando certeramente el sentido de las varias propuestas

que hicieron:

“…que aparezca con toda claridad, el procedimiento de resolución del problema de

la reintegración y actualización, procedimiento paccionado que es precisamente un

esquema de actuación consustancial a los derechos históricos…; hemos aceptado

plenamente el que este procedimiento, este pacto del acuerdo que, en definitiva, no es más que

el trasplante al Estado moderno del viejo pacto con la Corona, quede sometido a un

procedimiento de ratificación democrático que es el referéndum, y a un voto de ratificación de

las Cortes Generales”.

Es decir, el senador Mitxel Unzueta hace 20 años anticipa la idea de la bilateralidad, subraya lo

fundamental de la actualización, esto es, el pacto, que, como dice el DRAE, es un “concierto,

acuerdo o tratado entre partes, que se comprometen a cumplir lo estipulado“.

En mi libro “La política de otra manera“(1993) decía que la Disposición Adicional Primera de la

Constitución, aclarándola, ampliándola o interpretándola correctamente encierra mucho del

posible milagro en la solución vasca; y añadía:

 “bastaría para ello que la mayoría vasca precisara el concepto “derechos históricos” y éstos

fueran respetados por el Estado” (“La política de otra manera“, 1993, pág. 345).

Lo que es lo mismo, el respeto a la expresión de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos

vascos.

(VIII)
La actualización de los derechos históricos de los territorios forales es una asignatura

pendiente y sigue abierta en toda su complejidad (soberanía como nación en un Estado

plurinacional, confederación , federación asimétrica, etc.) y conflictividad.

En una entrada anterior me refería al derecho (histórico) de los territorios forales a disponer de

unos órganos fiscalizadores externos, los tribunales de cuentas, con todas las competencias de

fiscalización (ingresos y gastos), así como a la jurisdicción contable.

Pero el amparo y respeto de los “derechos históricos” a que se refiere la Disposición Adicional

Primera de la Constitución no se acaba ahí.

Por lo que respecta al caso concreto en lo económico, la actualización de unos derechos tan

claros y tan acreditados como fueron el ejercicio de competencias plenas de los


Consulados, y durante siglos (en particular, las Ordenanzas de Bilbao de 1737, la Real

Compañía Guipuzcoana de Caracas y otras disposiciones legales), debe servir para devolver a los

entes más cercanos las competencias de los puertos, de las grandes infraestructuras, como

aeropuertos, etc., y, en general, todo lo que se refiere al sector público vasco, a las políticas

públicas (activas y pasivas) de empleo, seguridad social, jubilaciones, etc., lo que en

otra entrada anterior he calificado como espacio económico y social vasco.

Lo que se viene frustrando cada vez que se crea o modifica una norma común en el Congreso de

los Diputados, con tendencia, cada vez más clara, a la uniformización de las competencias.

Rechazo aún más evidente cuando, desde el Parlamento Vasco se aprobó un Nuevo Estatuto de

Autonomía y fue rechazado de plano en el Congreso de los Diputados, sin ni siquiera debatirlo.

¿Dónde queda la bilateralidad, lo paccionado, el pacto?

ARTICULO 207
ARTÍCULO 207. <FUNCIONES DEL REVISOR FISCAL>. Son funciones del revisor fiscal:

1) Cerciorarse de que las operaciones que se celebren o cumplan por cuenta de la sociedad se ajustan a las
prescripciones de los estatutos, a las decisiones de la asamblea general y de la junta directiva;

2) Dar oportuna cuenta, por escrito, a la asamblea o junta de socios, a la junta directiva o al gerente, según
los casos, de las irregularidades que ocurran en el funcionamiento de la sociedad y en el desarrollo de sus
negocios;

3) Colaborar con las entidades gubernamentales que ejerzan la inspección y vigilancia de las compañías, y
rendirles los informes a que haya lugar o le sean solicitados;

4) Velar por que se lleven regularmente la contabilidad de la sociedad y las actas de las reuniones de la
asamblea, de la junta de socios y de la junta directiva, y porque se conserven debidamente la
correspondencia de la sociedad y los comprobantes de las cuentas, impartiendo las instrucciones necesarias
para tales fines;

5) Inspeccionar asiduamente los bienes de la sociedad y procurar que se tomen oportunamente las medidas
de conservación o seguridad de los mismos y de los que ella tenga en custodia a cualquier otro título;

6) Impartir las instrucciones, practicar las inspecciones y solicitar los informes que sean necesarios para
establecer un control permanente sobre los valores sociales;

7) Autorizar con su firma cualquier balance que se haga, con su dictamen o informe correspondiente;

Concordancias
8) Convocar a la asamblea o a la junta de socios a reuniones extraordinarias cuando lo juzgue necesario, y

9) Cumplir las demás atribuciones que le señalen las leyes o los estatutos y las que, siendo compatibles con
las anteriores, le encomiende la asamblea o junta de socios.

10) <Numeral adicionado por el artículo 27 de la Ley 1762 de 2015. El nuevo texto es el siguiente:> Reportar
a la Unidad de Información y Análisis Financiero las operaciones catalogadas como sospechosas en los
términos del literal d) del numeral 2 del artículo 102 del Decreto-ley 663 de 1993, cuando las adviertan dentro
del giro ordinario de sus labores.

PARÁGRAFO. En las sociedades en que sea meramente potestativo el cargo del revisor fiscal, éste ejercerá
las funciones que expresamente le señalen los estatutos o las juntas de socios, con el voto requerido para la
creación del cargo; a falta de estipulación expresa de los estatutos y de instrucciones concretas de la junta de
socios o asamblea general, ejercerá las funciones indicadas en este artículo. No obstante, si no es contador
público, no podrá autorizar con su firma balances generales, ni dictaminar sobre ellos.

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