Está en la página 1de 5

“Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
CURSO
DERECHO AMBIENTAL
DOCENTE
Jenny Juana BARRAZA TORRES
TEMA
“LOS DELITOS AMBIENTALES A CONSECUENCIA DEL ESTADO DE
EMERGENCIA (COVID-19)”

ALUMNOS:
FLORES NINASQUE Luis
GUISADO RAMIREZ Ruth
CHAPARRO ORTEGA Graciela
HUALPARUCA SERVA Luz María Eva
SAUÑE SANTOS Mirella
RIVAS QUINTANILLAS Christian
ORE YAURI Edgar Edison
ROMERO DEPAZ María Belén
PALOMINO SALGADO Angélica
YATACO ORTIZ Jhonatan Vladimir
CICLO V

SEDE – CAÑETE

2021-II
“LOS DELITOS AMBIENTALES A CONSECUENCIA DEL ESTADO DE
EMERGENCIA (COVID-19)”
Desde el inicio del Estado de Emergencia en Perú, el 16 de marzo, se han realizado

2.000 intervenciones contra delitos ambientales, el 60% de ellos por minería ilegal. En

esta columna el experto en derecho ambiental pide estar alertas a la flexibilización de

los estándares ambientales y no bajar la guardia contra el crimen en la extracción de

recursos naturales.

 Durante la pandemia, se dispararon los delitos ambientales en la Amazonía y otros

importantes ecosistemas de Latinoamérica.

 La minería ilegal, la tala indiscriminada, el narcotráfico y hasta el asesinato

selectivo de defensores ambientales fueron temas constantes en el 2020.

El COVID-19 impuso grandes retos para el medio ambiente durante el 2020. En un

principio se llegó a pensar que las cuarentenas y demás medidas restrictivas durante la

emergencia sanitaria traerían un alivio para los bosques y, en general, para la

biodiversidad latinoamericana.

Sin embargo, rápidamente creció la preocupación por el aumento de las actividades

extractivas como la tala de madera, la minería y la explotación petrolera. El gran

problema no era solo la industria legal sino también los delincuentes que aprovecharon

que los gobiernos invertían mucho de su tiempo, personal y dinero en atender la

emergencia de salud, dejando atrás otros sectores como el ambiental.

La pandemia ha puesto en evidencia que el crecimiento económico y los ahorros del

país han servido para atender parcialmente la urgencia, pero no para planificar y tener

servicios públicos decentes que nos permitan enfrentar ahora esta crisis de manera

adecuada.
La tala indiscriminada de bosque para el aprovechamiento ilegal de la madera, el

acaparamiento de tierras, el cultivo de grandes monocultivos o la ganadería extensiva no

estuvieron de cuarentena.

Para agosto de 2020 las fiscalías ambientales de tres regiones peruanas investigaban a

funcionarios forestales de Ucayali por presuntos nexos con mafias que blanqueaban

madera ilegal. Al día salían aproximadamente 40 camiones de madera y la pandemia

impidió que el personal del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de

Fauna Silvestre (Osinfor) verificara la legalidad de estos cargamentos en los últimos

meses.

Ese es el caso, por ejemplo, de las actividades ilícitas. En plena pandemia  la

ilegalidad no se ha detenido en la Amazonía ; sino veamos cómo en Madre de Dios a

pesar del estado de emergencia la minería ilegal ha continuado operado. En este

tiempo el Ministerio Público ha realizado 50 operativos de persecución e interdicción

de la minería ilegal. Lo mismo ocurre con el tráfico de madera. 

En Ucayali, en las provincias de Pucallpa y Atalaya en estas semanas la  madera

ilegal está siendo transportada hacia centros de procesamiento, pues en esta temporada

los stocks de madera talada son altos y necesitan sacarlos por río, de lo contrario será

imposible transportarlos. Una situación similar se observa en la pesca ilegal, que no ha

dejado de operar en nuestra costa, y Chimbote es un caso emblemático; así también la

minería ilegal en Casma. 

El recuento de los hechos de destrucción del ambiente y los crímenes en la Amazonía

y otros territorios del país desde que comenzó la emergencia es largo. Solo desde el

inicio del Estado de Emergencia (16 de marzo) se han realizado 2.000 intervenciones
contra delitos ambientales en todo el Perú, el 60% de ellos por minería ilegal. Esto se

explica por la alta rentabilidad del oro en estos días. La proyección del precio de la

onza (28,3 gramos) era de US$ 1.500, pero esta ha sido superada largamente y hoy

supera los US$ 1.702. 

La situación es compleja y preocupante, pues a mayor precio del oro mayor también

será la incidencia sobre su explotación ilegal, que no solo destruye ecosistemas y

afecta a la salud de la gente, sino a la sociedad misma. El transporte interno de

productos de primera necesidad no está restringido y hay información de la policía de

que se estaría usando para movilizar el “oro” de zonas ilegales. 

ES LA OPORTUNIDAD PARA COMENZAR A CONSTRUIR UN PAÍS MÁS

SOSTENIBLE

Lo mismo ocurre con el transporte de insumos usados en esta actividad en varias

regiones, como el caso del cianuro y explosivos. La Fiscalía Especializada en Materia

Ambiental y de la Policía Nacional han intervenido insumos que estaban destinados al

cerro El Toro en La Libertad, donde hay mucha presencia de minería ilegal.

A inicio de la cuarentena los compradores de oro de Madre de Dios aprovecharon el

contexto y pagaban el gramo a 80 soles, cuando el precio real era de más de 198 soles.

Durante estas semanas han acopiado el oro y tienen stocks importantes, y buscan

venderlo. 

Salir de esta crisis debe llevarnos a replantear hacia adelante políticas públicas más

eficaces contra el crimen, pensando en el uso sostenible de nuestros recursos, pero en

beneficio de todos, respetando en todo sentido, el ambiente.


Sin embargo, debemos estar alertas de que ciertos grupos económicos formales, y

también asesores vinculados a mineros informales e ilegales, empiecen a exigir -

poniendo de excusa la crisis social y económica- la flexibilización de normas y

estándares, bajo el argumento de que “impiden dinamizar los proyectos y la

economía”.  

La pandemia nos debe llevar a reflexionar que la opción de la flexibilización

ambiental solo afectará más nuestra vida y ambiente. Es una oportunidad, para que

cambiemos, y comencemos a construir un país más sostenible, donde se garantice la

calidad de vida en un ambiente más sano.

También podría gustarte