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URBANIDAD Y BUENAS COSTUMBRES

Unidad Educativa Vicente Campo


Elías Anaco Edo. Anzoátegui
Rif: J-30348489-
1 PD01240301

Anaco, 21 de febrero de 2022

Asignatura: URBANIDAD Y
BUENAS COSTUMBRES
Año: 4to “A” y “B”
Objetivo # 4
Lapso: II
Valor: 15%
Prof.: Marielis González

Tema: Urbanidad y buenas


costumbres en la vida
cotidiana.

Con el pasar del tiempo, el ser humano y la sociedad en la que se encuentra inscrito han ido
evolucionando de manera constante, no solamente en un ámbito tecnológico, sino además ideológico
o de pensamiento. Cada nueva generación desarrolla determinadas aptitudes y actitudes que sus
antepasados no tenían, además de poseer una visión particular del mundo.
La urbanidad se define como aquel conjunto de normas que permiten tener una actitud social
adecuada, en la que priman valores como el respeto y la prudencia, de manera que permita tener una
convivencia armónica dentro de la sociedad, entre compañeros de trabajo, familia y amigos y, de esa
manera, tener un comportamiento idóneo como individuo (Definición MX, 2018).
El concepto presentado en el párrafo anterior responde a un criterio netamente conceptual sobre la
urbanidad, sin embargo, más allá de aclarar el significado adjudicado a dicho término, es necesario
establecer el peso que tienen las normas de urbanidad dentro de un contexto social y poder inferir la
relación que tiene ésta con el desarrollo equilibrado de las relaciones interpersonales.
¿Qué pasaría si en un momento dado las personas dejaran de saludarse? ¿Qué pasaría si la
sociedad empezara a ser descortés y antipática? ¿Qué pasaría si se perdiera el respeto por completo
a padres, profesores y demás autoridades? La respuesta a estas preguntas lleva a una conclusión
general: empezarían a surgir conflictos interpersonales, así como un desequilibrio en las relaciones
sociales; de repente, ese proceso de paz que se ha ido desarrollando en la historia de la humanidad
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se desaparecería poco a poco.


La sociedad actual ha ido perdiendo ciertos valores o costumbres de urbanidad que se habían
establecido en años anteriores. De repente, los niños y jóvenes han empezado a omitir el saludo y la
despedida. Personas profesionales por su parte, han olvidado parte de su cortesía y educación; al
parecer, en el siglo actual se está desarrollando un proceso involutivo de urbanidad dentro de la
comunidad.
Dentro del concepto de “urbanidad” se establecen los buenos modales que el individuo debe poseer
para poder tener una relación comunicativa y de respeto con los demás integrantes de la sociedad.
Acciones como no entrometerse en conversaciones ajenas, saludar, hablar con el tono adecuado de
voz, usar los cubiertos de forma correcta en la mesa, no hablar con la boca llena, respetar el punto
de vista del otro, entre otros son fundamentales para que cada persona pueda tener estabilidad con
los demás.
El uso de los buenos modales se convierte en la carta de presentación de cada individuo, las
personas juzgan a los otros por la abundancia o carencia de los mismos; éstos permiten fortalecer
aquellos valores éticos y morales, además de construir la imagen de la persona frente a los otros.
Es por esto, que cada individuo debe practicar diariamente determinadas reglas dentro de su
entorno social y familiar. Los niños y jóvenes en el país deben acoplarse a los manuales de
convivencia de sus instituciones educativas, para poder mantener un correcto comportamiento
dentro de las mismas y evitar faltas que perjudiquen su imagen como estudiante. Así mismo, deben
mantener una relación de respeto hacia personas mayores a ellos como sus padres, profesores,
hermanos mayores, entre otros. Por su parte, el estudiante universitario debe ser capaz de manejar
su carácter y temperamento dentro de su alma máter y fuera de ella, además de reflexionar de forma
consciente sobre sus actitudes y las consecuencias de las mismas. Finalmente, personas
profesionales deben saber que el título académico no es sinónimo de educación, sino un requisito
legal para desempeñarse dentro de un determinado cargo laboral, razón por la que, no deben olvidar
normas de urbanidad y buenos modales con todas las personas que forman parte de su entorno.
La urbanidad, por lo tanto, no es una disciplina cualquiera; al contrario, ésta se enfoca en generar
relaciones armónicas dentro de la sociedad, a través de la práctica de los buenos modales, de
manera que, las relaciones de respeto y comunicación dentro de una comunidad fluyan sin mayores
inconvenientes, reduciendo el grado de conflicto y resaltando valores éticos y morales inherentes a
cada individuo. Esta área ha pasado por un proceso de cambios a lo largo del tiempo, desde el
momento en que era demasiado rígida y estricta con el ser humano, hasta ahora que, ha flexionado
ciertas normas y ha cambiado conforme a las necesidades actuales, sin perder la esencia
fundamental con la que se estableció, ni sus valores básicos como el respeto y la prudencia; pese a
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que las nuevas generaciones han preferido, en muchos casos, omitir dichas normas.

Las normas de urbanidad sirven para regular el comportamiento de las personas y así, garantizar
una mejor convivencia en la sociedad. Por eso, es muy importante que las tengas muy en cuenta a la
hora de actuar y relacionarte con otros ya que aplicándolas construyes vínculos duraderos y
respetuosos.

Aquí te compartimos diez normas básicas que debes considerar y aplicar en todo momento:

Saluda y despídete al entrar y salir de un lugar, especialmente, si se trata de tu oficina o de un


sitio en el que conozcas a varias personas.

Evita gritar o hablar demasiado alto en lugares públicos como bibliotecas, restaurantes o
iglesias.

No estornudes ni tosas encima de otras personas. Para estos casos, la mejor opción es utilizar
un pañuelo de tela o papel.

Mientras estás en la mesa procura no hablar con la boca llena ni hacer ruidos al masticar los
alimentos. Tampoco apoyes los codos en el comedor.

Respeta el carácter, las opiniones y las costumbres de otras personas y no hagas referencia a
ellas de modo despectivo.

Escucha atentamente a otros cuando te hablan y no los interrumpas.

Piensa antes de hablar evitando hacer comentarios que puedan molestar a otras personas.
Esto implica ser prudente y no divulgar los secretos que te cuentan ni hacer demasiadas
preguntas sobre temas personales.

Procura que el vocabulario que uses al dirigirte a otros sea siempre respetuoso. Evita emplear
malas palabras, sobre todo, cuando te sientas irritada.

Sonríe en cada oportunidad que tengas. Una sonrisa tiene una influencia positiva en ti y en los
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demás. También, contribuye a que tengas una mejor relación con ellos.

Evita hacer comparaciones de cualquier tipo ya que puedes herir los sentimientos de otros y
afectar su autoestima.

Recuerda que la clave para tener una mejor convivencia en tu vida diaria es tratar a los demás
como quieres que te traten.

Éxito y Bendiciones….

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