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ESCUELA TRADICIONALISTA

“La educación tradicional es partidaria de la enseñanza directa y rígida,

predeterminada por un currículo inflexible y centrado en el profesor” (Rojas, 1998:

6).

La pedagogía tradicional comienza en el siglo XVIII cuando surge la escuela

como la institución capaz de transmitir conocimientos acumulados de la

humanidad, así como sus valores, en la cual los maestros son transmisores de

esos conocimientos y los enseñan como verdades absolutas sin centrarse en el

contexto social e histórico del alumno. La pedagogía alcanza su máxima como

ciencia en el siglo XIX.

Además en la escuela tradicional el método de enseñanza es expositivo y

reproductivo, centrado en la calificación como medida para ver cuánto aprendieron

los alumnos. La relación profesor-alumno es autoritaria con disciplina y castigos en

un verbalismo irrompible. Donde el pupilo solo es receptor de la información la

cual era el objeto de la enseñanza. Al educando se le considera un recipiente

vacío en el cual se le llenaba de información. Aunado a esto el profesor tradicional

era analítico, sintético, inductivo y deductivo. Estas eran las formas de pensar y no

de enseñar. Si tomáramos una forma de representar a la escuela tradicional o

pedagogía tradicional quedaría así: maestro es el que tiene el conocimiento, por

tanto es un sujeto activo, el cual transfiere sus conocimientos al alumno, que es un

sujeto pasivo que es considerado ignorante. Aquí se aplica el magistrocentrismo.


Por otro lado, en las diversas teorías del conocimiento el “objeto

(conocimiento)” y el “sujeto (individuo)” han sido punta de lanza para profundizar

sobre ellos, desde un punto de vista “sujeto-objeto” nada más, hasta las

concepciones de Kant que el plantea que el “sujeto construye el objeto”, y Hegel y

el materialismo dialéctico que el “objeto es inherente al sujeto”. Estas afirmaciones

fueron fundamentales para futuras teorías en la psicología, la filosofía, la

sociología, entre otras.

Según Kant y su examen kantiano reconocía tres formas de relación sujeto-

objeto: la primera decía que el conocimiento hace al sujeto (facultad de

conocimiento). La segunda es causal si realmente se quería aprender (facultad de

deseo) y por último como el objeto afecta al sujeto (facultad de sentimiento, placer

o pena).

También podemos agregar que la escuela tradicionalista es aquel método

de enseñanza que observa a la educación como un arte y al docente como el

artesano en el que las piezas son los alumnos. Los alumnos son vistos como

páginas en blanco o cajas vacías que necesitan ser llenadas de conocimientos,

saberes, habilidades, destrezas, y competencias nuevas que les ayuden a

explorar y entender el entorno que los rodea. Los saberes transmitidos son

tomados como verdades absolutas por los pupilos.

El objetivo de enseñar se ha venido modificando según el tiempo, la

evolución y pensamiento del hombre, así como las circunstancias del entorno. Una

de estas modificaciones o cambios en las formas de enseñar, es que el estudiante

aprenda a través de condiciones favorables dadas, para que pueda expresar con
libertad sus necesidades en medio de un clima afectivo de comprensión,

aceptación y respeto. Por ello su aprendizaje es el resultado, de haber cubiertos

sus necesidades. En este tipo de educación las acciones son resultado de las

circunstancias de la conducta, que prevalezcan en un momento dado, volviendo

mecánico su actuar y el aprendizaje queda motivado por la repetición de

actividades reforzadas, “La falla a un conductismo en la explicación mecanicista

de la compleja acción humana” (Rodríguez, 2013:1).

Contrario a la escuela tradicional el paradigma humanista viene a replantear

el autoritarismo absoluto y a dar sentido al “ser”, para redirigir la enseñanza

enfocada a los aspectos humanos. Las conductas de los individuos no son

fragmentadas sino integradas en la satisfacción de las necesidades personales de

cada alumno, las cuales deben ser cubiertas para poder avanzar, aunque

intrínsecamente hay necesidades que son inherentes a ellos, por ejemplo su sexo,

su sexualidad, sus deseos, entre muchas otras que también debe tomar en cuenta

el docente.

Nunca sobra una comparación para replantearse las formas de enseñanza,

y es ahí donde la educación humanista o pedagogía humanista juega un papel

importante, en el contraste de la educación. Por un lado la rigidez y unilateralidad

de la enseñanza tradicional que contrapone la flexibilidad y la bidireccionalidad de

la pedagogía humanista donde el profesor ve al alumno como un ser humano con

oportunidades de aprendizaje enfocado en su autorealización y su

autoaprendizaje, que lo lleva a integrarse en un entorno real y dinámico donde


pone en práctica lo aprendido y no solo se queda con memorizaciones repetidas

sin un sentido práctico y real que era el objeto de la escuela tradicional.


REFERENCIAS

Rodríguez, 2013, Una mirada a la pedagogía tradicional y humanista, 5.

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