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Danza Movimiento Terapia y Cáncer de Mamá. Recuperar el placer del movimiento y la salud.

¿De que se trata la danza movimiento terapia?

Es el uso psicoterapéutico del movimiento y la danza en un proceso que busca la integración


psíquica y corporal del individuo.
¿Por qué es terapéutico el movimiento? El movimiento es vida. Comenzamos a movernos
desde el momento en que nacemos. La etapa pre-verbal de un niño está centrada en el cuerpo
antes que aparezca la palabra. Todo sucede a través del cuerpo, siendo un mediador él y su
mundo circundante.
¿Porque dejamos de prestarle atención?
En nuestras sociedades, donde se privilegia lo racional desde, el cuello hacia abajo solemos
desvincularnos de lo que sucede, por dentro, bajo la piel.
Escindimos nuestra identidad, lo cual nos acarrea dolores, malestar y síntomas. Solo cuando el
cuerpo “grita” recordamos que está y nos necesita.
Existe una diferencia fundamental entre la danza terapéutica y la danza movimiento terapia.
Aunque el movimiento es terapéutico eso no implica que cualquier persona es un terapeuta
calificado y que se ha capacitado adquiriendo ciertas habilidades verbales y no verbales, para
llevar a cabo una sesión de danza movimiento terapia. De hecho la formación es larga y
rigurosa.
Aun no existe en Costa Rica de forma reglada.
La DMT y las terapias psicocorporales potencian en los individuos la expresión de necesidades
y sentimientos tanto a nivel verbal como no verbal, ayudando a las personas a reconectar con
su cuerpo, especialmente tras la extirpación del tumor.
Si cambiamos nuestros patrones de movimiento, que reflejan nuestra personalidad, estamos
influyendo en nuestras emociones y podemos producir también cambios en la manera de
relacionarnos con nosotros mismos y el entorno.
No es importante saber bailar sino permitir que el nuestro cuerpo se exprese lo más libre
posible para explorar otras maneras de ser y de sentir, que generen una nueva experiencia de
estar en el mundo. A menudo el cuerpo expresa con claridad lo que la boca calla.
La relación del paciente/cliente con el danzaterapeuta o terapeuta psicocorporal , es vital para
la efectividad y los buenos resultados del proceso. Es quien sintoniza empáticamente,
interactuando a través del movimiento, ayudando a poner palabras, a simbolizar y descifrar los
mensajes subyacentes que nos envía el cuerpo. Gestos y posturas tienen un relato subyacente.
Expandirse y respirar, no es lo mismo que contraerse, un patrón opuesto, casi siempre,
sinónimo de malestar y dolor. El contacto corporal es otro punto que se abordará
gradualmente. Tanto con el propio cuerpo como con el de las compañeras. ¿Tengo
dificultades? ¿Deseos que oculto porque los vivo como peligrosos? No me animo a ser yo
mismo… ¿Temo me rechacen si me muestro tal cual soy?
Comprender el significado de los síntomas es como bucear dentro de nuestro cuerpo para
poder acompañarlo y cubrir las necesidades a veces soslayadas. Así conseguir atravesar las
incomodidades y temores que produce toda enfermedad.
El creciente número de estudios de DMT en mujeres con cáncer de mama, realzan su
importancia al ser un acercamiento integrador que mejora la calidad de vida de la paciente.
La DMT fortalece el sistema inmune a través de la activación de diversas respuestas fisiológicas
y, elimina la tensión excedente y el estrés de una manera orgánica y directa.
El concepto de “empatía kinestésica” tan central en nuestro trabajo, se refiere a la resonancia
motriz producida por las “neuronas espejo” del cerebro, que se activan tanto cuando el sujeto
actúa, como cuando observa a otro realizar una acción. Se trata de una cierta imitación de
movimientos simples en algunos momentos de la sesión. La empatía permitirá al terapeuta
“introducirse” en la experiencia del paciente, permaneciendo, sin embargo, emocionalmente
independiente.

Otros beneficios.

La reducción del aislamiento, el apoyo y la gestión de las emociones permite mejorar nuestra
actitud hacia la adversidad.
Comienza una sesión y las pacientes son invitadas a revisar o chequear su cuerpo: como se
sienten, como llegaron, que sensaciones aparecen y como se plasman en las diferentes partes
de su cuerpo. Afinando la motricidad, dando importancia a los detalles.
Cuando suena la música o bien en el silencio, nos trasladamos y movemos en el espacio,
explorando texturas, reavivando sensaciones táctiles, cinestésicas. Descubrimos diversas
maneras de estar en el espacio (el mundo) tanto personales como relacionales y participativas.
Caminar y recorrer ese espacio puede ser una de las distintas maneras y dinámicas de ir
entrando en clima, observar y sensibilizar
Usamos distintas técnicas sensoriales para iniciar y aproximarnos a la toma de conciencia con
el cuerpo: recursos de relajación, lúdicos, estiramientos… Encontramos maneras y ritmo:
rápido, lento, libre (como quiero sentirme) suave, ligero (como cuando estoy contento),
pesado (como la enfermedad) Límites, cuando no puedo decir NO. Asociaciones que
contribuyen a hacer conscientes las interferencias y bloqueos que retienen nuestra energía, o
nos inhiben, en lugar de que dispongamos de ella. Se exploran los aproximaciones y distancias,
se ensayan acercamientos de forma paulatina. Surgen gradualmente movimientos más
espontáneos y auténticos. Puede asemejarse a un proceso: irse despojando de estereotipos y
formas que a veces son solo la cáscara de un mundo interno que apenas ha podido asomar.
Mejorar la relación con nosotras mismas.
Alguien menciona estar “cansada” de luchar para no recaer, o de estar siempre contenida:
cansada de luchar para no recaer de nuevo en una depresión. Se anima a llorar y reconocer su
vulnerabilidad. Luego se tranquiliza: “cuando me muevo y danzo aparto esa sensación” y
expresa sentirse liberada. La ansiedad tuvo su cauce, su vía de salida. Encontró la resonancia
entre sus pares quienes también están pasando o han ya superado parte de la enfermedad.
Se trata de “descongelar” las vivencias que quedaron “atrapadas “en la memoria del cuerpo
representadas en corazas y contracturas crónicas que inhiben el movimiento. Reafirmar
nuestra identidad femenina, empoderarse, crecer.
Palabras como: “fragilidad”, “flexibilidad”, “fortaleza”, “dureza” y “rigidez”, adquieren otro
sentido al poder vivenciarse y resignificarse.
Algunos objetos como telas, balones, aros, tubos, son recursos que utilizamos para facilitar
La comunicación . A veces no nos animamos a pedir un abrazo, pero sí a tocar al otro a través
de un balón. O compartimos una tela que representa una placenta, una cobertura, la
flexibilidad…etc. Pero otras el objeto adquiere un uso simbólico y deja de verse como tal para
proyectar en él otros significados. Tal cual lo hacen los niños.
El grupo es un lugar de soporte, de refugio, de descubrimiento. En donde no hay juicios y cada
uno puede sentirse libre, acompañado. Esta experiencia de por sí es sanadora.
Utilizamos los gestos, las posturas, los estímulos sonoros propios o externos. La gran amplitud
de herramientas y creatividad de las que nos servimos contribuyen a diseñar procesos a
medida comprendemos al cada ser humano como único y diferente. Contemplamos sus
requerimientos y necesidades y acompañamos esa exploración hasta tanto la persona
reestablezca su bienestar y equilibrio para decirnos ¡hasta siempre!

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