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Nota:

Este manual es para aquellos que están luchando con la


autodisciplina, para aquellos que quieren más de la vida
que simplemente mirar las redes sociales todo el día, para
aquellos que se respetan a sí mismos lo suficiente como
para esforzarse por un mejor presente y futuro.

Este no es un libro con 200 páginas. Es corto, específico y


va al grano para que no te aburras.

En el fondo, sabes que eres capaz de lograr mucho más de


lo que has logrado hasta ahora, pero te acosa la tentación
y la falta de autodisciplina.
Introducción

“Al amanecer, cuando te cueste levantarte de la cama, dite


a ti mismo: 'Tengo que ir a trabajar, como ser humano. ¿De
qué me tengo que quejar si voy a hacer aquello para lo que
nací, aquello para lo que fui traído al mundo? ¿O es esto
para lo que fui creado? “¿Para acurrucarme bajo las
mantas y mantenerme caliente?” -Marco Aurelio

“A través de la disciplina llega la libertad” - Aristóteles.

¿Sabes cómo vive la mayoría de las personas sus vidas?

Evitando 4 o 5 años de autodisciplina y trabajo duro que


los habría hecho libres para siempre.

Todos estos años, la gente ha estado observando de cerca


a las personas exitosas y se ha preguntado: “¿Qué tienen
ellos que yo no tenga?”.

Han estado buscando esa píldora mágica que podría


cambiar drásticamente su calidad de vida.

Pero la verdad es que no hay ninguna píldora mágica que


pueda mejorar la calidad de tu vida de la noche a la
mañana.

Entonces, ¿cuál es el secreto que tienen estas personas


exitosas?

Tienen una serie de principios. Pero ese no es el secreto.


Cualquiera puede buscar rápidamente en Google y
descubrirlos. El secreto reside en el nivel de compromiso.
La indomable Autodisciplina.

Por ejemplo:

Para mejorar la calidad de tus pensamientos, lee, escribe y


medita regularmente.

Para tener la mente despejada, dedica tiempo a no hacer


“nada”.

Para estar en forma, ve al gimnasio y ayuna con


regularidad.

Para ser económicamente independiente, invierte en una


visión a largo plazo con personas con las que puedas
mantener relaciones a largo plazo.

La mayoría de la gente conoce estos principios de “éxito”.

Pero saber no es suficiente. Hay que pasar a la acción de


manera coherente.

La acción requiere autodisciplina.

La autodisciplina es una batalla eterna. Una batalla contra


la debilidad. En esta batalla, no hay victoria final. No hay
un final para la lucha. Son los momentos individuales del
día en los que uno sale victorioso o se queda atrás.

La autodisciplina fluye del propósito. Surge de forma


natural una vez que entiendes lo que estás haciendo y por
qué lo estás haciendo.
La autodisciplina es, de hecho, una decisión.

Decidir despertarse en lugar de volver a dormir cuando


suena la alarma. Decidir ir al gimnasio en lugar de no
hacerlo.

Decidir comer sano en lugar de comida rápida.

Decidir leer unas cuantas páginas de un libro en lugar de


simplemente navegar por las redes sociales.

La combinación de todas estas decisiones individuales te


construye o te destroza.
¿Por qué necesitas autodisciplinarte?

Los seres humanos somos un producto de las emociones.


En nuestra vida diaria, hacemos un sinfín de cosas sólo
porque nos apetece hacerlas.

Sin embargo, todas esas acciones pueden no ser


beneficiosas para tu crecimiento y propósito. Peor aún,
algunas de esas acciones impulsadas únicamente por las
emociones pueden ser en realidad negativamente
efectivas para tu propósito.

Para que lo entiendas mejor, supongamos que quieres


tener un físico fuerte y atractivo. Investigaste
cuidadosamente y descubriste que necesitas llevar una
dieta saludable todos los días para alcanzar tu objetivo
deseado. Pero cada vez que te sirven verduras, tu mente
grita y sugiere que una hamburguesa con papas fritas sería
más sabrosa.

Aunque en el fondo sabes que comer una hamburguesa


significará retroceder en vez de avanzar hacia tu objetivo,
no puedes resistir la adrenalina que invade tu mente al
pensar en una deliciosa hamburguesa.

En tales circunstancias, sólo la autodisciplina puede


salvarte.

La autodisciplina es el estado mental que derrota todas las


distracciones emocionales hacia tus objetivos. Los
mayores contratiempos hacia tus objetivos y crecimiento
son las acciones no beneficiosas del deseo emocional.
La autodisciplina es el factor de poder que te permite
hacer lo que es útil para tu crecimiento general.

Te ayuda a progresar de forma consistente y a manifestar


tus verdaderas fuerzas internas, permitiéndote superar
todos los retos que te acechan en cada paso de la vida.

Toda persona que tiene una ambición de crecimiento y


metas para lograr un propósito mayor como tú necesita
autodisciplinarse.

¿Pero qué tan importante es la autodisciplina para ti?

La respuesta se encuentra en lo mucho que quieres lograr


tus objetivos y crecer en todos los aspectos de tu vida, ya
sea personal, profesional, financiera o incluso espiritual.
¿Por qué es difícil autodisciplinarse?

Estás entusiasmado y quieres transformar tu vida para


bien.
Estás dispuesto a comer saludablemente, hacer ejercicio
intenso, levantarte temprano para trabajar duro, sólo para
poder ser el ganador que quieres ser.
El vídeo de motivación que viste la noche anterior te hizo
sentir que todo es posible y que sólo tienes que hacer los
cambios adecuados.

Así que, haces los cambios. Comes bien, te ejercitas y


haces lo que sea necesario... sólo para abandonar una
semana después porque es demasiado difícil. No parece
que merezca la pena sacarte el jugo. Sientes que estás
destinado a ser mediocre o incluso inferior al promedio
porque no tienes lo que hay que tener.

Pero, ¿es esto cierto? ¿O simplemente no eres consciente


de lo que realmente hace falta para transformar tu vida?

Un rasgo común de todos los grandes triunfadores: Son


autodisciplinados, y todos han superado las luchas de ser
disciplinados. No será diferente para los demás.

La autodisciplina es claramente una fase de crecimiento en


la que tienes que salir de tu zona de comodidad y negarte
a hacer todas las actividades divertidas que harías en otras
ocasiones.

Y fuera de la zona de comodidad, todo es procesado en


nuestra mente y considerado como dificultades y
amenazas. De hecho, es un instinto natural de todo ser
humano desde el principio de su existencia.
Este instinto era y sigue siendo un mecanismo de defensa
útil para que una persona se mantenga a salvo de
cualquier potencial adversidad.

Sin embargo, a medida que la civilización humana avanzó


y nos volvimos más inteligentes con cada amanecer que la
humanidad ha presenciado, ahora somos capaces de
distinguir entre los desafíos y las amenazas reales.

Evolucionamos para ser completamente capaces de


determinar lo que podemos lograr en la vida y aprovechar
nuestro verdadero potencial para hacer que nuestro
propósito vea la luz del día.

Merece la pena mencionar aquí que no todo lo que


nuestra mente ve como una amenaza está destinado a ser
una amenaza real.

Por ejemplo, si normalmente te duchas con agua caliente


y un día decides ducharte con agua fría, tu mente
confunde esta desviación repentina con una amenaza
potencial para la salud y un malestar absoluto. Y esos son
exactamente los momentos en los que luchas con la
autodisciplina.

Esa desviación de tus actividades normales, esos desafíos


inesperados que te golpean cuando sales de tu zona de
comodidad y te limitas a hacer cosas divertidas, son las
razones por las que luchas con la autodisciplina.

Con demasiada frecuencia, el espíritu está dispuesto, pero


la carne es débil. Alguien podría tener las mejores
intenciones, pero carecer de la fortaleza para seguir
adelante debido a que tiene una falsa percepción de lo
duro que será el camino.

Algunas simples razones por las que la autodisciplina


parecer ser imposible de alcanzar son:

1. No hay atajos: Cuando estás en tu viaje de


autodisciplina, rara vez puedes usar atajos. Al igual que el
ave fénix resurge de sus cenizas, para convertirte en un
“nuevo tú” el viejo tú tiene que morir, y este es un proceso
doloroso. No puede hacerse de la noche a la mañana. La
gente suele preguntarse cuando están desarrollando
autodisciplina: “¿cómo me levanto temprano por la
mañana?”, “¿cómo me contengo del consumo excesivo de
gaseosas?”, “¿cómo me concentro en la tarea que tengo
entre manos?”, etc.,

Pues bien, la mayoría de las veces no hay guías de “cómo”


hacer algo.

Sólo tienes que hacerlo. Sólo necesitas dormir a tiempo


para levantarte temprano. Sólo tienes que decir no y no
comprar más gaseosas. Sólo necesitas concentrarte
cuando necesitas concentrarte.

La falta de atajos para hacer la mayoría de las tareas es el


motivo por el que la autodisciplina parece ser una difícil
lucha, pero comprender que los que cultivan
autodisciplina son inmensamente recompensados.

2. La constancia es aburrida: Uno de los elementos


centrales de la autodisciplina es la consistencia. Los
esfuerzos constantes aportan automaticidad a tus hábitos
productivos que te ayudan a alcanzar tu propósito
deseado.

Sin embargo, hacer algo fuera de tu zona de comodidad de


manera consistente, especialmente cuando estás
empezando a construir tu autodisciplina, puede ser
desalentador.

El aburrimiento de esta consistencia, que a veces puede


sentirse como una carga, es lo que no nos gusta en
absoluto, pero tienes que estar decidido a mantenerlo.
Aspirar a un 1% de mejora diaria es más que suficiente
para transformar tu vida, aunque no parezca mucho.
Tendrás que hacer cambios graduales cada día.

Porque los pequeños progresos realizados de forma


constante durante un periodo de tiempo más largo son los
que dan lugar a logros y experiencias masivas.

Tienes que restringirte a ti mismo de cosas divertidas: Las


hormonas de la adrenalina desempeñan algunas funciones
interesantes en los seres humanos. Las sustancias y
actividades de diversión nos emocionan. Es entonces
cuando se segrega adrenalina. Cuanto más nos
involucramos en una actividad de diversión, más emoción
sentimos y más adrenalina segregamos. Este impulso de
adrenalina hace que estemos dispuestos a mantenernos
involucrados en esa actividad durante algún tiempo más.
Y luego durante más tiempo. Hasta que nos enredamos
completamente en un ciclo del que, sin conciencia, no
podemos salir de él.

Esa conciencia es tu autodisciplina.


Si no tienes dinero, descubrirás que controlar tus hábitos
de gasto es una tarea difícil.

Si tienes sobrepeso y tratas de comer sano, tendrás


antojos de alimentos azucarados y comida chatarra.

Si estás tratando de ser productivo, sentirás


constantemente la presión de mirar las redes sociales o de
ver series en Netflix.

Desarrollar la autodisciplina es, en efecto, una lucha al


principio, pero tu determinación para lograr el objetivo
final definirá si puedes vencer esas luchas más o menos
insignificantes.

Es sólo cuestión de tiempo paraque la disciplina sea


automática en ti, lo que significa que te levantarás
temprano automáticamente. Disfrutarás de la ducha fría.
Las cosas que antes te costaba hacer se convertirán en tu
nueva zona de comodidad, pero ahora, con autodisciplina
en ella.

3. La motivación se desvanece: El autor Jim Rohn dijo una


vez: “La motivación es lo que te hace empezar. El hábito es
lo que te mantiene en marcha”.

Esto se relaciona estrechamente con el punto anterior.


Una vez que la motivación inicial para empezar comienza
a desvanecerse, el proceso se convertirá en una rutina.

Tendrás que centrarte en crear los hábitos necesarios para


alcanzar tus objetivos y aspirar a un cumplimiento del 85%
al 95%. Tratar de alcanzar el 100% de cumplimiento es
difícil porque es inevitable cometer errores de vez en
cuando. La clave es corregirse después de un error y seguir
adelante.

Por lo tanto, ser consciente de que el proceso de


desarrollo de la autodisciplina es relativamente largo y
riguroso te hará comprender que estás en esto a largo
plazo. Estas en una maratón y no en una carrera de 100
metros.

4. Tu entorno no te ayuda: A veces, necesitarás cambiar


tu entorno para ayudarte a mantener la disciplina.

Si estás tratando de construir tu negocio durante los fines


de semana, cuando estás libre, puede que quieras evitar
salir con amigos a los que les gusta ir a las discotecas y
fiestas.

Si estás intentando perder peso, tu cocina deberá estar


libre de alimentos y aperitivos poco saludables, para que
no tengas la tentación de darte un capricho.
¿Te estás incapacitando?

La autodisciplina es difícil. No se puede negar. De hecho,


el legendario orador motivacional, Jim Rohn, dijo una vez:

“Todos debemos sufrir uno de los dos dolores: el dolor de


la disciplina o el dolor del arrepentimiento. La diferencia
es que la disciplina pesa unos gramos, mientras que el
arrepentimiento pesa toneladas.”

Él sabía que incluso los mejores de nosotros lucharemos


por construir y mantener la autodisciplina.

Es una batalla de por vida, pero se hará más fácil con el


tiempo, cuando la practiques a diario. Desarrollar la
autodisciplina ya es una tarea monumental, pero algunas
personas la hacen aparentar más difícil de lo que es en
realidad.

Se sabotean a sí mismos de varias maneras:

Siguiendo consejos a ciegas: Todos somos individuos


diferentes. Cuando intentas crear buenos hábitos (que es
de lo que se trata la autodisciplina), lo mejor es hacer lo
que es correcto para ti.

Un área común donde la mayoría de la gente se equivoca


tiene que ver con la pérdida de peso. Hay diferentes
maneras de perder peso que te hacen elegir.

Si todo el mundo que conoces sigue la dieta keto y decides


probarla (porque tus amigos te dicen que es genial), pero
detestas absolutamente consumir tanta grasa con tus
comidas, el proceso será una lucha.
Sin embargo, puede que prefieras el ayuno de agua
durante 48 horas, una vez a la semana.

Este método puede resultarte más fácil. En este caso, es


mejor que ayunes en lugar de forzarte a hacer lo que no te
gusta.
Será más fácil desarrollar el ayuno como parte de tu
autodisciplina en lugar de luchar con tu dieta keto.

Lo mismo se aplica a otros hábitos.

Algunas personas trabajan mejor por la mañana


temprano. Otras prefieren trabajar a última hora de la
noche. Si te obligas a levantarte temprano sólo porque
otros dicen que funciona, estarás luchando contra tu
propio ritmo circadiano.

Es mejor que seas disciplinado y trabajes con tus


inclinaciones naturales en lugar de luchar contra ti mismo.

Intentar hacer demasiadas cosas demasiado pronto:


Centímetro a centímetro, la vida es fácil. Metro a metro, la
vida es difícil.

Puede que sientas que puedes progresar más rápido


haciendo cambios radicales en tu vida. En realidad, esto es
contraproducente y sólo tropezarás.

Intentar cambiar tu dieta de la noche a la mañana te hará


tener antojos incontrolables de comida.
Hacer ejercicios intensos podría causarte dolores
musculares e incluso lesiones.
Trabajar excesivamente te dejará exhausto y agotado.
No has desarrollado los “músculos y la resistencia”
necesarios para las tareas que te propones realizar. El
resultado final es que sigues cediendo a las tentaciones a
la hora de comer, o te saltas los entrenamientos o
postergar trabajar. Estas interrupciones te harán sentir
culpable, y tirarás la toalla.

Es mejor avanzar poco a poco y hacer pequeños cambios


positivos que puedas manejar diariamente. Será mucho
más probable que te mantengas en el camino y, con el
tiempo, transformarás toda tu vida.

No hacer un seguimiento de tus progresos: Lleva un diario


y anota los hábitos que quieres inculcarte. Esto le ayudará
a hacer un seguimiento de tu progreso.

Date unos 60 días para crear un hábito y, cada día, pon una
marca al lado del hábito. El objetivo es tener una cadena
de marcas de verificación que no se rompa.

Si te saltas un día, vuelve a empezar al día siguiente y


apunta a otros 60 días.

Abandonar demasiado pronto: El progreso lleva tiempo, y


la mayoría de la gente sobreestima lo que puede conseguir
en poco tiempo.

En realidad, tomará más tiempo del que crees.


Si eres impaciente y esperas resultados irreales en un
tiempo récord, te sentirás abatido si tus esfuerzos no dan
fruto en unas semanas o un mes.
NO te rindas sólo porque los resultados tardan en llegar.
La autodisciplina consiste en mantener el rumbo y el
progreso (aunque sea lento) hasta alcanzar el objetivo.

Dejar que los tropiezos te desvíen del camino: Tarde o


temprano vas a tener un desliz. Eso SIEMPRE ocurre, y le
pasa a todo el mundo. Esto no es un signo de flojera o de
falta de determinación.

Romper con los viejos hábitos es un trabajo duro, y


siempre encontrarás resistencia. El fallo ocasional es
inevitable porque todos somos humanos. No lo veas como
un fracaso y CON deseos de abandonar el proceso. Corrige
el rumbo y sigue adelante.

La autodisciplina tomara tiempo en cultivarse. Mientras te


des ese tiempo y no trabajes contra ti mismo, desarrollarás
el dominio sobre tus pensamientos y acciones en el futuro.

“Las pequeñas disciplinas que se repiten con constancia


todos los días conducen a grandes logros que se obtienen
lentamente con el tiempo.” - John Maxwell.
¿Es la autodisciplina una auto-prisión?

La autodisciplina es el proceso de controlar tus actividades


a corto plazo de forma que no obstaculicen tus objetivos a
largo plazo. De hecho, la disciplina es la energía que hay en
ti que te permite alcanzar tu propósito sin aprisionarte y
sin privarte de tus deseos.

Como humanos, todos tenemos “deseos”. Y seamos


realistas, necesitamos algún tipo de diversión para
mantener nuestra salud mental. Eliminar todas las fuentes
de refresco te hará morir mentalmente en poco tiempo.
Eso es auto-encarcelamiento.

Tener disciplina te permite tener todos los momentos de


diversión que quieras, pero te impide excederte porque
también tienes algunos objetivos mayores que perseguir.
Hay una gran diferencia entre la autodisciplina y el
autoencarcelamiento.

Encerrarse en una habitación para trabajar todo el día y no


ver nunca la luz del sol en el exterior es
autoencarcelamiento.

Salir de vez en cuando para disfrutar de la naturaleza y de


la vida que te rodea, pero volver a tu tarea después de un
tiempo determinado, es autodisciplina.
Es tu autodisciplina la que mantiene el equilibrio entre lo
que quieres hacer y lo que necesitas hacer. Gracias a esta
noble virtud, puedes ver el programa que te gusta y
asegurarte de que no estás obstaculizando tus objetivos y
propósitos más importantes en la vida.
Tu disciplina hará un seguimiento de tus acciones y las
alineará según sea necesario.
Construir la disciplina: 5 áreas en las que
trabajar

Construir la autodisciplina es un proceso continuo. No


importa si eres el CEO de una corporación multinacional o
un monje que está meditando en la cima de una montaña
siempre te encontrarás con obstáculos cuando se trata de
la autodisciplina.

La pregunta que tendrás que hacerte es “¿Por qué estoy


tratando de construir la autodisciplina?”. Tienes que
conocer el objetivo final. La claridad te ayudará a
concentrarte en lo que importa.

La autodisciplina no existe de forma separada. Necesita ser


aplicada.

Tus objetivos desempeñarán un papel importante a la


hora de determinar dónde tienes que aplicarla.

A continuación, encontrará 5 áreas con las que la mayoría


de las personas necesitan ejercer la disciplina:

Tu rutina: Tener un régimen diario es un DEBER. Si vives


cada día como viene y al azar, poco a poco, tu vida será un
desastre.
Es ineludible.

Una vez que tengas una estrategia para tu vida, debes


tener una rutina diaria que se alinee con tus objetivos.
Si estás intentando convertirte en escritor, tu día puede
empezar con una sesión de escritura de 30 minutos (todos
los días).
Tus hábitos: Una vida mejor sigue a unos hábitos mejores.

El objetivo de la autodisciplina es romper los malos hábitos


y sustituirlos por los buenos. Progresar es fácil si lo haces
gradualmente en lugar de intentar hacer demasiado y
demasiado pronto.

Controla tus hábitos, controla tu vida.

Plazos: Una persona autodisciplinada cumple sus plazos.


Ser productivo es tener una fecha límite.

La Ley de Parkinson afirma que el “trabajo se expande de


forma que llena el tiempo disponible para su realización”.

Un ensayo que debe entregarse en 3 meses tardará 3


meses en completarse. Uno que deba entregarse dentro
de una semana sólo tardará una semana.

Desafíate a encontrar 10 minutos al día para un hábito


positivo y, por muy ocupado que estés, conseguirás
hacerlo todo.

Compromisos: Se necesita un nivel extraordinario de


autodisciplina para mantenerse comprometido con algo a
largo plazo, especialmente cuando se necesita un plazo
mucho más largo para obtener resultados.

El amor surge del compromiso con las relaciones a largo


plazo.
La salud proviene del compromiso con los buenos hábitos
a largo plazo.
La riqueza proviene del compromiso con las inversiones a
largo plazo.

La paz proviene del compromiso con la autorreflexión a


largo plazo.

El talento proviene del compromiso con los esfuerzos


enfocados a largo plazo.

La vida es generosa con las personas que actúan a largo


plazo. Los jugadores comprometidos a largo plazo son los
únicos ganadores.

Gestión del tiempo: El tiempo es nuestro activo más


valioso. La forma en que empleamos nuestro tiempo hoy
determina dónde estaremos en el futuro.

Cuando lo utilizas sabiamente, te da más de sí.

Cuando lo desperdicias, nunca tendrás suficiente.

La autodisciplina te asegurará que lo gastes sabiamente en


lugar de malgastarlo en actividades irrelevantes.

Hoy en día, la gente pasa horas en las redes sociales,


desperdiciando un tiempo valioso que podría haber sido
utilizado de forma mucho más productiva.

Charles Darwin dijo,

“Un hombre que se atreve a perder una hora de tiempo no


ha descubierto el valor de la vida”.
Así que sé autodisciplinado y gestiona tu tiempo de forma
responsable. El tiempo vuela, pero tú estás al mando.
Asegúrate de que tu destino merece el viaje.

Estos 5 puntos son sólo algunos de los muchos en los que


deberías centrarte cuando intentes disciplinarte. Tu vida
será grandiosa y gratificante si puedes manejar bien estos
cinco. Empieza a trabajar en ellos ahora mismo.
11 pasos para forjar tu autodisciplina

La autodisciplina es la diferencia clave entre los


profesionales y los aficionados. Ser disciplinado es como
una habilidad. Cuanto más la practiques, mejor lo harás. Al
igual que todas las habilidades, tendrás que seguir un
sistema para dominar la autodisciplina. Hay muchos libros
sobre este tema y muchas maneras de hacerlo. En general,
los fundamentos son los mismos independientemente del
libro que leas. Este libro te simplificará el proceso para que
puedas empezar hoy mismo sin tener que leer un libro de
200 páginas.

1. ¿Cuáles son tus objetivos?: Si no sabes a dónde vas, no


llegarás a ninguna parte. Para que ejerzas la autodisciplina,
necesitarás una meta que te desafíe, y la mayoría de las
metas que valen la pena lo harán. ¿Quieres perder peso?
¿O quieres tener libertad financiera? ¿Quizás quieras ser
mejor padre o madre? ¿O convertirte en un autor famoso?
El objetivo no importa tanto como tener uno en mente.
Enumera algunas metas que siempre hayas querido
alcanzar.

2. Céntrate en lo que importa: Una vez que tengas la lista,


es el momento de centrarte en un objetivo. Si eres
ambicioso, puedes centrarte en dos o tres objetivos. Pero
no debes morder más de lo que puedes masticar. La
autodisciplina requiere fuerza de voluntad y energía
mental. Dado que nuestra energía diaria es finita para
todos nosotros, intentar hacer demasiado te agotará.
Cuando tu energía es baja, tendrás menos autodisciplina y
serás más propenso a cometer errores. Por eso, es mejor
centrarse sólo en uno o dos objetivos a la vez y dar lo mejor
de nosotros mismos a la hora de ser disciplinados.

3. Conoce tu “por qué”: Es importante saber por qué


quieres alcanzar las metas que te has propuesto.
Profundiza y averigua la razón emocional que hay detrás
de tu deseo. Por ejemplo, si estás intentando perder peso,
puede que sea porque quieres parecer atractivo para el
sexo opuesto.

Si estás desesperado por tener tu propio negocio, podría


ser porque odias tu trabajo, y odias aún más a tu jefe. No
hay respuestas correctas o incorrectas en este caso, pero
es imprescindible que conozcas tu “por qué” para lograr el
objetivo. Cuando las cosas se pongan difíciles, tendrás que
mirar por qué estás haciendo lo que estás haciendo y esto
te motivará a mantenerte disciplinado, para que logres tu
objetivo.

4. Arregla lo que está roto: Muy a menudo, si no estás


donde quieres estar, es porque algo está roto en tu vida
diaria. Casi siempre se trata de tus hábitos. Tal vez estés
comiendo demasiada comida chatarra, lo que explica tu
exceso de peso. Tal vez estás gastando de forma
incontrolada y por eso estás endeudado. Analizar tu
situación te mostrará lo que está mal. A continuación,
tendrás que saber qué nuevos hábitos necesitas crear para
superar el problema y ayudarte a conseguir tu objetivo.
Una vez que sepas qué hábitos necesitas, es cuestión de
aprovechar la autodisciplina para conseguirlos.

5. Entrenar la incomodidad: En nuestra vida cotidiana, la


mayoría de las veces elegimos el camino fácil en lugar del
difícil. Comprar la comida en lugar de hacerla fresca en
casa; conducir una distancia corta en lugar de caminar;
pulsar el botón de posponer en lugar de levantarse;
sentarse en el sofá a ver Netflix en lugar de ir al gimnasio;
jugar con el móvil en lugar de entablar relaciones
significativas; pedir comida para llevar en lugar de hacer
una comida fresca y saludable, y la lista es interminable.

Llegamos al punto; nos adiestramos a diario para tomar la


opción fácil y nos preguntamos por qué no podemos ser
disciplinados a la hora de seguir una nueva dieta, un
régimen de fitness o alcanzar nuestros objetivos. Nos
pasamos la vida huyendo de las cosas difíciles e incómodas
para hacer las fáciles y conocidas.

Si quieres mantenerte disciplinado en un proyecto, en tu


negocio o en tu forma física, tienes que empezar a hacer
que la vida sea incómoda de forma rutinaria de alguna
manera. Es el entrenamiento de la disconformidad, algo
que he hecho sin saberlo a lo largo de los años antes de
darme cuenta de que estaba desarrollando mi músculo de
la autodisciplina.

Puedes hacer el entrenamiento de la incomodidad en


cualquier momento y en cualquier lugar. Cuando tengas
dos o más opciones para hacer algo, elige la más difícil.

Mantener una conversación incómoda con alguien cara a


cara en lugar de enviarle un mensaje de texto; preparar
una comida saludable desde cero en lugar de comer al
microondas o comida para llevar; caminar hasta las
tiendas en lugar de conducir dos minutos hasta allí; tomar
una ducha fría en lugar de una ducha caliente normal; salir
a correr al aire libre bajo la lluvia en lugar de ver la
televisión.
Cuando eliges la opción más desafiante, es más
beneficiosa para tu salud y tu desarrollo personal. Así que
acostúmbrate a elegir la opción más difícil; aumentará tu
autodisciplina, mejorará tu salud y tu crecimiento personal
y, probablemente, ¡también te ahorrará algo de dinero!

6. Pasos de bebé: Una de las principales razones para


procrastinar y abandonar proyectos es que la tarea a la
que te enfrentas parece demasiado grande e intimidante
y te sientes abrumado. Cuando trabajes en un proyecto
grande o en una tarea compleja, céntrate en la siguiente
pequeña acción que puedes realizar fácilmente entre 5 y
20 minutos. Esta estrategia no sólo mejora tu disciplina,
sino también tu productividad general.

Siempre es mejor hacer mejoras pequeñas y graduales.

Por ejemplo, cuando escribas un artículo de 1000 palabras,


escribe 100 palabras al día porque escribir las 1000
palabras en un día puede parecer una tarea gigantesca.
Esto se conoce como “ fragmentación” y es un excelente
truco de productividad y eficiencia, que funciona con la
mayoría de las cosas de la vida.

¿Quieres correr 5 km? Concéntrate en correr durante 5


minutos cada vez, o incluso un paso más allá. Sólo tienes
que ponerte la ropa de correr. Naturalmente, te esforzarás
más una vez que te hayas puesto la ropa de correr o
después de haber corrido los primeros cinco minutos. Esta
es la clave para desarrollar la autodisciplina.

Si das pequeños pasos diariamente hacia tus objetivos,


acabarás por alcanzarlos. Así pues, construye la
autodisciplina completando primero pequeñas tareas.
Luego, poco a poco, sigue buscando la mejora hasta que
seas imparable.

7. Tener un plan diario: Tener un plan significará saber lo


que tienes que hacer diariamente. Una rutina es crucial
para el éxito. A tu mente le encanta la estructura. Si le das
un plan diario que seguir, crearás los hábitos que necesitas
para alcanzar tus objetivos. La autodisciplina es más fácil
cuando tienes una rutina diaria. A medida que pasen los
días, seguirás los movimientos sin mucho esfuerzo. Estos
esfuerzos se acumularán y alcanzarás tu objetivo mucho
más rápido.

8. Cumplimiento y responsabilidad: Intenta cumplir entre


el 85% y el 95% de tus rutinas y hábitos. Por muy
disciplinado que sea, cometerás algún error y caerás en la
tentación de vez en cuando. Si tu cumplimiento es del 85%
o más, definitivamente estarás en camino de lograr tus
objetivos.

9. Perdónate a ti mismo: La fuerza de voluntad puede


fallar a veces. Puede que de repente te des un capricho por
la noche porque no puedes controlar tus ansias de comer.
O puedes saltarte un entrenamiento porque acabas de
pelearte con tu pareja y no estás de humor. O tal vez te
hayas pegado un maraton de series de Netflix y hayas
dejado de hacer tu trabajo porque la serie te ha
enganchado.

Estas cosas pasan. Debes perdonarte a ti mismo y seguir


adelante. Mucha gente comete un error garrafal al aspirar
a la perfección. En el momento en que cometen un error,
sienten que han fracasado y que todo el objetivo se ha
echado a perder. Entonces deciden dejarse llevar y seguir
con los malos hábitos y abandonar su objetivo. Todo
porque han tenido un tropiezo y creen que se ha acabado
el juego. No es así. Todavía te queda camino por recorrer.
Reconoce tu error y analiza por qué te has equivocado. Tal
vez debas eliminar todos los snacks de tu cocina para no
darte un capricho por la noche. O tal vez debas hacer
ejercicio a primera hora de la mañana, para no saltarte las
sesiones de entrenamiento. Una vez que descubras una
forma de rectificar los errores futuros, aumentarás tu
cumplimiento y evitarás futuros tropiezos. La
autodisciplina es más fácil cuando las condiciones son
adecuadas.

10. Programa descansos y recompensas: Si trabajas a tope


en cualquier cosa en algún momento, lo más probable es
que hagas una pausa. Puede tratarse de una dieta, un
proyecto, ir al gimnasio, ahorrar dinero, levantarse
temprano o trabajar para lograr cualquiera de tus
objetivos. Si rompes, hay más posibilidades de que no
vuelvas a empezar lo que estabas haciendo. Todos hemos
estado ahí, yendo de maravilla con una alimentación
saludable pero sin planear un día en el que se produce un
descuido. Entonces ocurre un día estresante, o se cede a
la tentación, y se come en exceso, pero como no era la
intención, uno se siente culpable y decepcionado y se
castiga por ello. Entonces, vuelve a caer
permanentemente en sus antiguos hábitos alimenticios.

Un descanso y una recompensa programados harán que te


concentres más en la actividad porque sabes que tienes
una grieta o una propina por delante. Es un descanso físico
y mental de tu entrenamiento.
Sobre el tema de las recompensas, no te premies con algo
perjudicial para lo que estás tratando de lograr. ¿Qué
significa esto?

Después de entrenar duro en el gimnasio o de seguir una


dieta estricta, la mayoría de la gente se recompensa
comiendo comida chatarra o comiendo mucho más de lo
que normalmente se permite. Esto está deshaciendo parte
del excelente trabajo que has realizado.

En lugar de eso, tu recompensa debería ser la compra de


ropa nueva para el gimnasio o un excelente libro de dietas
para registrar tus comidas o calorías y o la compra de algún
equipo nuevo que te ayude en tu negocio cuando hayas
alcanzado un objetivo.

11. Mantén el rumbo: Todos los objetivos que merecen la


pena tardan en alcanzarse.
El esfuerzo constante a lo largo del tiempo crea grandeza.
Si fuera rápido y fácil, todo el mundo lo haría. La
recompensa viene de la forma en que se establecen las
cosas. Debes pagar el precio de tu objetivo. Ese precio es
el sudor, el esfuerzo, el tiempo, la constancia, la paciencia
y la autodisciplina. Si pierdes la paciencia, acabarás
abandonando y perdiendo la batalla. Así que mantén el
rumbo aunque te lleve varios meses o años. Cuanto más
grande sea el objetivo, más tiempo te llevará. Ten en
cuenta estos 11 consejos cuando intentes ser
autodisciplinado. La disciplina es hacer lo que hay que
hacer, incluso cuando no quieres hacerlo. No será fácil...
pero valdrá la pena.
Los aspectos de la autodisciplina que se
pasan por alto

La autodisciplina no es tan fácil como parece. Requiere una


dedicación total, así como ensayos constantes sobre el
bien y el mal. Sin embargo, esta autodisciplina puede tener
un costo que te resultará difícil de soportar.

Sociabilidad controlada: La disciplina implica todo lo que


es bueno para ti de forma sistemática.

Cortar con las personas tóxicas de la vida, no dejar que el


mismo error te queme dos veces, confiar demasiado en la
gente, cuidar demasiado de los demás, permitir que otros
rompan tus límites, etc.

Debes tener control sobre estas cosas.

La disciplina puede desempeñar un papel activo en el


manejo de todas ellas. Pero necesita tiempo y paciencia
para conseguirlo.

Al principio te sentirás débil, vulnerable y solo, pero al final


te sentirás fuerte, completo y satisfecho.

La disciplina también te enseña a ser selectivamente


social. Esto te hace ser consciente de ti mismo, no
antisocial. No te dice que evites las relaciones sociales.
Sólo limita las innecesarias.

Restringe las emociones insanas: La mayoría de la gente


sufre de depresión, ansiedad y desamor. Esto se debe a
que las personas se apegan fácilmente cuando ven algún
tipo de conexión.
Esto tampoco es culpa de ellos.
La gente tiende a creer más cuando las emociones están
involucradas. Las personas con intenciones crueles
pueden tener otra cosa en mente.
Hay que seguir algunos pasos para que la naturaleza divina
de la emoción no pueda causarnos ningún problema.

No te enamorarás de nadie fácilmente si te disciplinas


dominando tus emociones y los deseos de tu mente.

¿Eso te hace menos emocional?

No, no lo hace. Te hace ser consciente de tu entorno


emocional.

Cuando la gente intente influir en ti emocionalmente,


serás consciente de sus intenciones y podrás limitar el
acceso a ti, evitando la fatiga de la vida.

La vida es frágil, así que aprende a cuidar mejor sus partes


frágiles, como las emociones.

Las emociones controladas son una bendición. Y las


emociones descontroladas no lo son.
Las recompensas de la autodisciplina

La autodisciplina puede parecer una tarea cuando


empiezas a construirla. Dependiendo de los hábitos que
intentes inculcar, tratar de ser disciplinado puede
parecerte que te está “acorralando”.

Sólo es cuestión de tiempo que te des cuenta de que tu


autodisciplina está dando sus frutos.

Consigues lo que realmente quieres: Abraham Lincoln dijo


una vez,

“La disciplina es elegir entre lo que quieres ahora y lo que


más quieres”.
Puede parecer que ser disciplinado te roba la alegría y que
es un dolor de cabeza. Sin embargo, lo que te estás
perdiendo o sacrificando son meros placeres temporales.

Esta negación de la autogratificación te llevará a obtener


maravillosas recompensas.

Por ejemplo, al frenar tu dieta y evitar los alimentos


perjudiciales, podrás deshacerte de los kilos de más y
conseguir el cuerpo que siempre has deseado. Esto
significará que ya no te preocupa el sobrepeso. Tendrás
mucha más libertad para ponerte ropa que favorezca tu
figura. Notarás que más cabezas se giran para mirarte
cuando caminas.
Todos estos beneficios se acumulan DESPUÉS. La libertad
viene después, y nada te sabrá tan bien como la sensación
de estar en forma.

Esto es sólo un ejemplo. El mismo principio se aplica a


cualquier otro objetivo que merezca la pena.

Los sacrificios que hagas serán insignificantes en


comparación con lo que obtendrás a cambio... pero
siempre llega más tarde.

Libera tu tiempo: El emprendedor en línea que pasó años


sacrificando la diversión y el entretenimiento para
construir su negocio puede ahora ser financieramente
libre. Ahora tiene la libertad de vivir la vida según sus
deseos. Ya no tiene que rendir cuentas a un jefe en el
trabajo o hacer el viaje diario al trabajo.

Todas esas horas sacrificadas antes, han dado lugar a la


conquista de su objetivo de libertad real. Lo mismo ocurre
con otros objetivos.
Una vez que esté delgado después de perder su exceso de
peso, tu metabolismo será más alto, y serás capaz de
comer más sin ganar peso de forma incontrolada.
Mantener tu peso será más fácil que la lucha que tuviste
para perder todo el exceso de peso.

Cualquier otro objetivo que consigas con autodisciplina


será más fácil de mantener una vez que lo consigas. La
lucha siempre está en el proceso.

Una vez que está hecho, está hecho y eres libre de


perseguir otras metas mientras mantienes tus logros
actuales.
Tienes menos problemas: La obesidad conlleva una mala
salud. Con las deudas llegan las tensiones financieras o
incluso la bancarrota. Con la falta de habilidades viene un
salario más bajo y un trabajo que es la perdición de tu
existencia.

La autodisciplina te librará de la mayoría de estos


problemas.

Estarás más sano cuando tu peso esté bajo control.

Con unas buenas finanzas, los deudores no llamarán a tu


puerta.

Dedicar tiempo a aprender nuevas habilidades que


aumenten tu valor en el mercado te permitirá conseguir
un mejor trabajo y vivir bien.

Ganarás confianza en ti mismo: Ganarás un montón de


confianza en ti mismo una vez que empieces a conseguir
tus objetivos. Ahora sabes que cumples tus promesas a ti
mismo. Te respetas a ti mismo. Esto por sí solo es un
beneficio que no tiene precio y que viene con la
autodisciplina.

Empiezas a vivir tus imposibles: La libertad que obtienes


con la autodisciplina no se puede medir.

Obtendrás más felicidad, tranquilidad y satisfacción


cuando seas disciplinado.

Conseguirás tus objetivos con más facilidad porque la


disciplina es el puente entre los objetivos y los logros.
Una vez que alcances tus objetivos, te sentirás estimulado
a fijarte metas más grandes y desafiantes. Esto hará que tu
vida sea más gratificante y exitosa. Ya no tendrás que mirar
atrás.

La autodisciplina te hará imparable y te dará más libertad


de la que nunca creíste posible.

“A menos que cambies tu forma de ser, siempre tendrás lo


que tienes”. - Jim Rohn.
Conclusión

La disciplina se ve a menudo como algo inhumano; a


algunos les recuerda a los SEAL de la Marina de los Estados
Unidos cada vez que piensan en la disciplina. Pocos se fijan
en los enormes beneficios que la disciplina aporta a su vida
en general. Y pocos la pasan por alto.

Construir la disciplina es como aprovechar el poder de


hacer que cualquier cosa y todo sea posible en la vida.

El camino de la autodisciplina es diferente para cada


persona, pero los fundamentos son idénticos.
Independientemente de su camino, el siguiente paso para
encontrar la disciplina comienza con la planificación y la
priorización de los objetivos, que en última instancia te
llevarán a una vida más sana, más rica y más feliz.

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