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Hola bella personita que me lees!

Si llegaste hasta aquí, mi pequeño rinconcito de fantasía, es porque al igual


que yo amas al Taekook. Y sabes que estás historias son ADAPTACIONES.

Antes de que leas quiero dejar claro un par de cosas:


TODOS sabemos quién es la autora original, lo increíble escritora que es y lo
hermosas y adictivas que son sus obras. No pretendo de ningún modo
robarme créditos del trabajo de Alessandra, ésta solo es una manera de amar
un poquito más éstas bellas historias, de identificarnos y sentirnos más cerca
de los personajes, compartiéndola y leyéndola con nuestra parejita más
amada “Taekook”

Espero que quede completamente claro el motivo de estas adaptaciones, es


únicamente como un hobby, dirigido para lectura de un grupo de fans en
particular. Espero sinceramente que disfruten las historias que adapte con
tanto amor.

⚠ Esta es solo una adaptación de la Saga La Realeza De Calluvia: Ese


Sentimiento Extraño.

⚠ TODOS LOS CRÉDITOS A LA AUTORA: Alessandra Hazard.


SINÓPSIS

Desterrado por sus padres al tercer planeta en el sistema Sol, el Príncipe


Jungkook'ngh'chaali del Segundo Gran Clan está completamente fascinado
por sus habitantes. Asumiendo el nombre humano de “Jungkook”, intenta
hacerse pasar por un humano para sobrevivir, pero ser humano es mucho
más difícil de lo que Jungkook esperaba. Los humanos son tan confusos.

Kim Taehyung no está buscando el amor. Financieramente seguro y atractivo,


está en un buen lugar en su vida. No quiere enamorarse del hombre peculiar
que trabaja en la cafetería cerca de su oficina. Jungkook es ridículo… y
ridículamente entrañable. Usa camisetas feas y flores en su cabello, y tiene
una palabra amable para todos. Taehyung cae duro y rápido.

Poco sabe que Jungkook no es lo que parece y cualquier cosa entre ellos es
imposible.

El amor estelar cruzado entre un hombre humano y un príncipe alienígena de


un mundo a media galaxia de distancia.

⚠ ADAPTACIÓN SIN FINES DE LUCRO HECHA DE FANS PARA FANS.

⚠ TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL HECHAA POR Hana Kimi.


CAPÍTULO 1

Planeta Tierra.

Jungkook amaba a los humanos. Todo acerca de ellos era tan fascinante.
Incluso sus nombres eran refrescantemente cortos e interesantes, no como
los nombres en casa.

Toma el nombre de Jungkook, por ejemplo. Bueno, el punto era, no era su


verdadero nombre. Su verdadero nombre era muy difícil de pronunciar para
los humanos. Las propiedades musculares de las lenguas humanas eran
limitantes para ciertos tipos de articulación fonética, incluida la lengua
materna de Jungkook.

A Jungkook le gustaba su nombre humano elegido más que el verdadero, de


todos modos. "Jungkook" era lo suficientemente similar a su nombre de pila
y sonaba tan bonito e inusual. No pudo evitar sonreír cada vez que alguien se
dirigía a él como Jungkook. Los humanos tendían a mirarlo de forma extraña
cuando los miraba alegremente, pero a Jungkook no le importaba. Había
leído en Internet que estaba bien ser extraño y peculiar siempre y cuando
uno no fuera demasiado extraño. Ojalá no lo fuera.

—Uh, amigo, ¿vas a sonreírme todo el día o finalmente me vas a dar mi


dinero?
Arrancándose de sus reflexiones, Jungkook sonrió serenamente al gran
hombre rosa que le fruncía el ceño. (Jungkook no entendía por qué los
humanos llamaban a los rosados "blancos" y a los marrones "negros". ¿Los
humanos eran ciegos al color? ¿Por qué importaba tanto el color de la piel,
de todos modos? ¿No eran personas solo personas? Los humanos eran tan
confusos.)

—Claro, amigo, —dijo Jungkook, imitando los patrones de habla del hombre.
Su investigación dijo que los humanos respondieron positivamente a imitar
su comportamiento. Jungkook era muy bueno en eso. Le gustaba el acento
del hombre.

El ceño fruncido del hombre se hizo más profundo. Miró a Jungkook.— ¿Te
estás burlando de mí? —Se tronó los nudillos por alguna razón.

—¿No? ––Jungkook dijo, confundido, y le dio su cambio.

El hombre lo fulminó con la mirada, agarró su café y su cambio, y se fue, la


campana tintineando suavemente mientras salía de la cafetería.

Jungkook trabajaba en este pequeño lugar llamado ‘Star Coffee'. ¡Él lo amó
absolutamente! Dejando de lado el nombre apropiado, era tranquilo y
encantador, y también era el único lugar dispuesto a contratarlo. Jungkook
había descubierto que para sobrevivir en este planeta necesitaba dinero, y la
forma más fácil de ganar dinero era encontrar un trabajo.
Desafortunadamente, también había descubierto que para un hombre joven
sin educación, las opciones de trabajo eran muy limitadas. Jungkook todavía
estaba un poco enojado con sus padres por darle solo documentos de
identificación falsos con el nombre que había elegido y una pequeña cantidad
de dinero humano antes de dejarlo en una ciudad del planeta Tierra llamada
Seúl hace dos meses.

“Te enseñará una lección", le habían dicho. "Te hemos echado a perder
demasiado. Tal vez la experiencia finalmente te haga crecer".

Jungkook estaba secretamente complacido en ese momento. Si sus padres


pensaban que era un castigo, no lo conocían en absoluto. Siempre había
soñado con salir de su planeta y ver el universo. Los humanos, o los terranos,
como los llamaban en casa, siempre lo habían fascinado. Su sociedad aún no
había alcanzado el nivel tecnológico y cultural requerido para el contacto,
pero ahora no era mucho tiempo, tal vez mil años como máximo a menos
que los humanos se destruyeron a sí mismos antes de eso. Por ahora, la
Tierra se usaba solo para viajes cortos o educativos.. o cuando los padres
querían castigar a sus hijos por hacer cosas malas como leer las mentes de
otras personas sin permiso (Jungkook le había dicho a sus padres que no lo
había hecho, pero, lamentablemente, nadie le creyó.)

Como sea, tener un trabajo real y humano fue fascinante. A Jungkook no le


importaba trabajar en ‘Star Coffee'. Su jefe había aceptado amablemente
darle su salario en efectivo y a Jungkook ni siquiera le importó que parecía
ganar menos que los otros empleados. Se enorgullecía de la pequeña pila de
dinero humano que recibía cada mes. Ya no había dinero físico en Calluvia,
no lo había sido durante unos pocos miles de años.

Trabajar en la cafetería le convenía mucho. Era un trabajo que no era


sospechoso para un joven humano de dieciocho años. Esa era su edad según
sus documentos falsos. Jungkook no tenía en realidad dieciocho años; tenía
veintitrés años en los años de Calluvia, pero como el año de Calluvia era más
corto que un año terrano, probablemente tenía alrededor de dieciocho o
diecinueve años. Jungkook no estaba seguro; las matemáticas nunca habían
sido su punto más fuerte.

—Oye.

Arrancándose de su sueño despierto de nuevo, Jungkook miró al siguiente


cliente.

Era un hombre joven con un traje oscuro. Su piel no era tan rosada como la
del hombre anterior. Era más dorado que rosa. Tenía unos ojos muy oscuros,
muy bonitos. A Jungkook le gustaban los ojos oscuros. Eran tan raros en
Calluvia, a diferencia de los propios ojos violeta de Jungkook.

—Hola, —dijo Jungkook, lanzándole una sonrisa amistosa al humano. Había


aprendido que los humanos le daban propinas más grandes cuando hacía
eso. Jungkook se sintió un poco mal por explotarlo, pero un hombre tiene
que comer, como dicen los humanos.

El humano le devolvió la sonrisa, entregándole un billete de cinco libras.— Un


cappuccino, por favor.

Cuando Jungkook regresó con su café, el chico dijo:— Gracias, Jungkook.

—¡Oh! —Dijo Jungkook, sonriéndole.— ¿Como sabes mi nombre?

El humano le dirigió una mirada extraña.— Está en tu etiqueta.


—Oh, —dijo Jungkook, sonrojándose. «Qué vergüenza.»

La sonrisa del chico se ensanchó, algo así como diversión parpadeando en sus
ojos. Jungkook quería saber los pensamientos del humano tan mal que tuvo
que hundir los dedos en sus palmas para distraerse. «Mal, mal Jungkook», se
reprendió a sí mismo. A sus padres no les divertiría si descubrieran que
estaba explotando su telepatía nuevamente (Jungkook nunca tuvo malas
intenciones. Simplemente tenía una mente curiosa. Literalmente).

—Quédate con el cambio, amor, —dijo el hombre.

Jungkook decidió que le gustaba este humano. Le gustaban todos los


humanos, de verdad, pero este era muy agradable. Tal vez sería un buen
amigo.

Jungkook se alegró ante el pensamiento. Había querido hacer amigos desde


su llegada, pero en las primeras semanas no había tenido la suficiente
confianza en su capacidad de pasar por un humano y no se había atrevido.
Tal vez era hora de intentarlo. Jungkook estaba seguro de que era un
humano muy convincente. Claro, la gente pensó que era extraño, pero nadie
sospechó la verdad.

—¿Cómo te llamas? —Jungkook dijo con entusiasmo.

Las cejas oscuras del humano se levantaron un poco.— Adam, —dijo


sonriendo.
—¿De Verdad? —Jungkook dijo, complacido de saber algo sobre el nombre y
no habría silencios incómodos en la conversación.— ¡Así se llamaba el primer
humano!

El chico lo miró fijamente.

Jungkook se desinfló un poco. ¿Se había equivocado?

—Sí, —dijo después de un momento.— Algo así.

Aliviado, Jungkook sonrió con más fuerza.— ¿Ya encontraste a Eva?

“Adam” parpadeó y ladeó la cabeza hacia un lado, mirando a Jungkook.— No


exactamente, —dijo al fin.— Me temo que no bateo para ese lado. Y… en
realidad mi nombre es Taehyung.

Jungkook frunció el ceño, confundido una vez más. Su chip de traducción


debe haber funcionado mal. Taehyung no parecía asustado, y Jungkook no
entendía qué tenía que ver como bateaba Taehyung, con su estado civil,
¿Qué no era eso un deporte?— ¿Bateas para ese lado?, —dijo, esperando
que su confusión no pareciera demasiado extraña.

—¿Eres extranjero? —Taehyung dijo, riendo suavemente.

Jungkook asintió, complacido de que hubiera una explicación plausible para


su ignorancia.
—Raro, —dijo Taehyung.— Tu pronunciación es muy buena.

—Soy muy bueno con los idiomas, —dijo Jungkook con sinceridad. Su chip de
traducción solo podía llevarlo hasta el momento. No le ayudó mucho con los
acentos y la jerga.— Entonces, ¿qué quisiste decir?

—Quise decir que no me gustan las mujeres de esa manera. Me temo que no
hay una “Eva” para mí.

—Oh, —respiró Jungkook. Cuando Taehyung comenzó a fruncir el ceño,


sonrió.— ¡Esto es genial! Nunca he conocido a una persona homosexual en
mi vida!

—Lo dudo. Probablemente lo hayas hecho, simplemente no te diste cuenta.


Nos parecemos a los heterosexuales. Tan desconsiderado de nosotros.

Taehyung lo había dicho seriamente, pero Jungkook no fue engañado.

Él hizo un puchero.— Sí, búrlate de un extranjero que lucha con tu cultura y


tu idioma.

Taehyung se rió, golpeando ligeramente a Jungkook en la nariz.— Lo siento,


no pude resistirme… eres adorable, niño.

Jungkook frunció la nariz.— No soy un niño. Tengo ve..dieciocho años.


—Bueno, tengo veintiséis años, —dijo Taehyung, mirando su reloj.— Y me
tengo que ir.

Jungkook frunció el ceño.— ¿Ya?

No pudo ocultar su decepción, y Taehyung le sonrió.— ¿Estas decepcionado?

—Sí, —dijo Jungkook.

Taehyung se rió entre dientes.— Mi hora de almuerzo está por terminar.

—¿Cuál es tu trabajo?

—Soy un analista financiero en el banco al otro lado de la calle, —dijo


Taehyung con una sonrisa que hizo que Jungkook sospechara que lo estaba
humillando.

—Eso suena interesante, —dijo Jungkook.

—No realmente, —dijo Taehyung.— Pero paga bien, y supongo que no


puedo quejarme. Realmente tengo que irme. Fue un placer conocerte,
Jungkook.

—Igualmente, —dijo Jungkook con seriedad.— ¡Ven aquí de nuevo!


—Lo haré, —dijo Taehyung antes de estirar la mano y tocar la flor escondida
detrás de la oreja de Jungkook.— Sabes, en cualquier otro tipo esto parecería
extraño, pero te queda bien.

Jungkook le sonrió.— ¡Gracias! —Le gustaba la forma en que se veía la flor


morada en su cabello castaño. Casi hacía que sus ojos parecieran morados.

Jungkook observó un poco triste cuando Taehyung tomó su café y se fue.

Esperaba que no fuera la última vez que lo viera.

Taehyung regresó a la cafetería dos días después. No estaba solo esta vez.

Jungkook observó con curiosidad mientras Taehyung y su compañero


hablaban, bebiendo sus bebidas. Él no había sido quién tomó su orden, Hani
lo había hecho mientras él estaba en un descanso, y ahora Jungkook no sabía
que hacer. ¿Debería ir a decir hola? Taehyung no había mirado en su
dirección ni una sola vez. Tal vez no se acordaba de Jungkook.
—¿Qué pasa con esa cara triste, Kookie? —Hani dijo.

Kookie. Los apodos humanos eran fascinantes.

Jungkook le contó sobre su dilema.— ¿Debo ir a decir hola?

Hani volvió a mirar a la pareja.— Mejor no. Tal vez estén en una cita.

—¿Una cita?

Hani se encogió de hombros.— Sí. Ambos son calientes, y me parecen


bastante cómodos.

Desconcertado, Jungkook volvió su mirada hacia Taehyung y su compañero


masculino. Parecían bastante acogedores. El compañero de Taehyung era un
joven de piel blanca, que poseía un rostro simétrico con rasgos simétricos,
que se consideraba universalmente hermoso. Pero Jungkook no estaba
seguro del atractivo sexual del hombre de la forma en que los humanos lo
sabrían. A veces las diferencias entre sus especies eran tan frustrantes.

—¿Crees que la cita de Taehyung es atractiva?, —Dijo Jungkook. Taehyung


era su amigo (con suerte). Jungkook quería que fuera feliz.

Hani se encogió de hombros nuevamente.— Es muy guapo. Aunque, en mi


opinión, tu Taehyung está fuera de su liga.

Jungkook sonrió. Él sabía lo que esa expresión significaba.


—¿Lo crees?, —Dijo, tratando de mirar a Taehyung objetivamente. Pero era
tan difícil. La sexualidad de Calluvia era muy diferente a la de los humanos. La
sexualidad humana más cercana en la que podía pensar era en la
demisexualidad*, y eso tampoco era del todo exacto. Hasta que el vínculo de
la infancia de Jungkook con su prometida se convirtiera en un vínculo
matrimonial cuando cumpliera veinticinco años, -en dos años-, su deseo
sexual no existiría, e incluso entonces solo se sentiría atraído por su
compañero de unión. Bueno, hubo susurros de que a veces las personas
tenían relaciones sexuales sin un vínculo, pero Jungkook pensaba que era
absurdo. Todos sabían que tu pareja te completaba y que el enlace telepático
hacía que el sexo fuera perfecto. Los Calluvianos habían estado practicando
lazos matrimoniales durante miles de años. Se demostró científicamente que
un vínculo era superior a la forma en que se habían hecho las cosas en el
pasado. Todos los niños de Calluvian estaban vinculados telepáticamente a
otro y crecieron conociendo a su compañero desde una edad muy temprana.
Jungkook pensó que era muy inteligente.

Pero ahora presentaba un problema, ya que Jungkook realmente no podía


ver a los humanos de la misma manera que otros humanos.

Jungkook podía ver que Taehyung, con su figura alta y atlética, cabello oscuro
y ojos oscuros era estéticamente agradable a la vista, pero no pudo juzgar
adecuadamente su atractivo sexual. Joder, Jungkook no sabía qué era el sexo,
o más bien, solo lo sabía en teoría.

—Sí, es caliente, —dijo Hani con un suspiro de ensueño.— Esa mandíbula


cincelada ... esa mirada ... esa oscuridad ardiente ... mmm ... ¡Delicioso!
Jungkook se echó a reír. En momentos como este, estaba tan contento de
que no podía hacer el ridículo por cosas como la lujuria. Le parecía tan
ridículo.

Su risa hizo que Taehyung volviera la cabeza. Taehyung le asintió con una
sonrisa. Jungkook saludó alegremente. La sonrisa de Taehyung se ensanchó,
volviéndose divertida y ... algo más. Le dijo algo a su compañero y se dirigió
al mostrador.

—Oye, Jungkook, —dijo, inclinándose contra el mostrador. Jungkook se


preocuparía por su traje inmaculado, pero sabía que el mostrador estaba
impecablemente limpio. Él mismo lo había limpiado.

—¡Hola! —Dijo Jungkook.— ¿Cómo va tu cita?

Taehyung resopló.— Yoongi no es una cita. Es mi amigo y colega. ¿Crees que


soy una cita tan barata como para llevar mi cita a esta cafetería?

—Oye, —dijo Jungkook con un puchero.

Taehyung sonrió.— Sólo bromeo, bebé. Este es un establecimiento de


primera categoría. Cualquier persona se sentiría honrada de ser traída aquí
en una cita.

Jungkook asintió muy importante.— Exactamente. —Bebé. Taehyung le había


llamado un bebé. Era un poco extraño, porque no era un bebé, pero
Jungkook ya sabía que los humanos a menudo no se referían a cosas en el
sentido literal. Bebé. Decidió que le gustaba que le llamaran "bebé".
Recordando que se suponía que debía estar trabajando, dijo:— ¿Querías
algo?

—En realidad no, —dijo Taehyung, mirando a su amigo, que los observaba
con las cejas levantadas.— Sólo me acerque a decir hola.

Jungkook le sonrió.— Hola a ti. He estado pensando en ti, en realidad..


preguntándome si vendrías otra vez. Me gustaste mucho y esperaba que
pudiéramos ser amigos.

Taehyung lo miró fijamente por un momento.— No tienes un hueso tímido


en tu cuerpo, ¿verdad?, —Murmuró, sacudiendo la cabeza, pero sus ojos
sonreían.— Está bien, dame tu teléfono, te daré mi número.

Jungkook se desinfló.— No tengo un teléfono móvil, —admitió en voz baja.


Incluso él sabía lo inusual y extraño que era la falta de un teléfono móvil para
un humano.

Taehyung parpadeó.— ¿De Verdad?

Jungkook asintió. Supuso que podía mentir y decirle a Taehyung que había
perdido su teléfono, pero odiaba mentir y no era muy bueno en eso.—
Realmente no conozco a mucha gente en este país, así que nunca pude
comprar uno. —Jungkook se encogió de hombros con una sonrisa
avergonzada.— De todos modos, no tengo dinero de sobra para uno.

Las cejas de Taehyung se juntaron.— ¿Eres huérfano?


—¡No! —Jungkook dijo rápidamente, el mero pensamiento de la muerte de
sus padres lo estaba molestando enormemente.— Mis padres están de
vuelta en casa. Normalmente son muy comprensivos, es solo que ... —Se
mordió el labio.— Hice algo malo y se enojaron conmigo. Dijeron que debería
aprender cómo ser un adulto responsable, así que me desterraron. No me
mires de esa manera. Es solo temporal. Lo van a superar. Ellos me aman. Soy
su hijo menor.. el bebé de la familia.

Sonriendo, Taehyung le pellizcó la mejilla.— Eso lo puedo creer.

Sin pensarlo, Jungkook le tocó la mano…

“Eres la cosa más entrañable que he conocido.”

«Oh no.»

Jungkook realmente no quiso hacerlo. ¡El no lo hizo! Simplemente olvidó que


los humanos, como especies no telepáticas, estaban completamente
desprotegidos contra la telepatía táctil, la forma más simple de telepatía que
podía ser bloqueada por un escudo mental básico que incluso los niños
dominan fácilmente en casa. Pero él no estaba en casa. No tenía derecho a
violar la privacidad de los humanos al espiar sus pensamientos. Sus padres
estarían tan enojados con él si se enteraban.

—Lo siento, —dijo Jungkook, retirando sus dedos y haciéndolos girar detrás
de su espalda. Sin embargo, no pudo evitar sentirse contento de que
Taehyung pensara que era entrañable. Significaba que eran amigos,
¿verdad?— ¡De todos modos! —dijo, ignorando la extraña mirada que
Taehyung le estaba dando.— Si no estás saliendo con Yoongi, ¿dónde está tu
segunda mitad?

Taehyung dijo:— En ninguna parte. Estoy casado con mi trabajo, me temo.

—Eso es muy malo, —dijo Jungkook, triste en nombre de Taehyung. Sabía


que los humanos eran seres sociales.— Todo el mundo necesita un fuerte
vínculo emocional.

Taehyung le dirigió una mirada divertida.— Suenas como mi abuela. ¿Y


cuántos lazos emocionales has tenido, oh sabio?

—Te estás burlando de mí. —Jungkook hizo un puchero.— Te haré saber que
ya conozco a la persona con la que voy a estar por el resto de mi vida.

La sonrisa divertida de Taehyung se esfumó.— Esa es una afirmación muy


seria, viniendo de un joven de dieciocho años, —dijo después de un
momento.— ¿Y quién es la afortunada?

—Su nombre es ... —Jungkook dudó por un momento. Odiaba mentir, pero
no había manera de que él pudiera decirle a Taehyung el verdadero nombre
de su compañero, Leylen'shni'gul, por la misma razón que él no podía dar el
suyo. Así que eligió uno que sonaba lo suficientemente cerca en un idioma
terrano.— Su nombre es Lisa. Nos conocemos prácticamente toda nuestra
vida.

—Wow. —Taehyung dijo, una arruga apareciendo en su frente.— ¿Y la amas


tanto que estás seguro de que estarás con ella toda tu vida?
Jungkook reprimió un suspiro. Era muy difícil explicar cómo funcionaba el
vínculo a un humano.

—Compartimos un vínculo especial, —dijo Jungkook tentativamente. Lo


hacían. Él y su compañera habían estado vinculados desde que tenían dos
años.— Ella siempre está en mis pensamientos y yo estoy en los de ella. —
Jungkook sonrió, complacido de no haber mentido una vez hasta ahora.
Tenían una conexión telepática, aunque él no podía sentirla en la Tierra
debido a la distancia física entre ellos.— Estamos comprometidos y ... nos
casaremos en dos años, —agregó, orgulloso de haber encontrado
equivalentes humanos al estado de su vínculo.

Taehyung sonrió débilmente.— Eso es muy joven para casarse.

Jungkook se encogió de hombros.— No realmente. Esa es la edad en que las


personas se casan en casa.

—¿Y dónde estaría ese hogar? —Dijo Taehyung.— No me has dicho de dónde
eres.

Jungkook se congeló por un momento antes de recordar el consejo que su


mejor amigo le había dado: "Si te preguntan, solo dile a los terranos que eres
un extraterrestre. Nunca te creerán y solo pensarán que estás siendo
gracioso".

Jungkook dijo en tono de conversación:— En realidad soy un extraterrestre


del sistema estelar en la constelación de Sagitario.
—Ah, —dijo Taehyung con una sonrisa.— Eso explica tus espeluznantes ojos
alienígenas.

—¡Qué! ¿Qué pasa con mis ojos?

Taehyung le lanzó una mirada extraña.— Son de color violeta oscuro,


Jungkook. ¿Seguro que te das cuenta de que es bastante inusual?

Las esquinas de la boca de Jungkook se movieron hacia abajo. ¿Por qué nadie
le había dicho que sus ojos no eran muy humanos? Podría haber usado lentes
de contacto de colores. Había visto un anuncio en la televisión.

—Hey, —Dijo Taehyung, levantando la cara de Jungkook con el pulgar. Estaba


frunciendo el ceño.— ¿Estás molesto? No seas tonto. Tus ojos son muy
hermosos, inusuales pero hermosos.

Sonrojándose, Jungkook le sonrió.— ¡Eres muy amable conmigo! Me gustas


mucho. ¿Te gustaría ser mi amigo? Me encantaría tenerte como mi amigo.

Taehyung se rió entre dientes.— ¿Cómo eres incluso real? —Murmuró,


pasando su pulgar sobre la mejilla de Jungkook.— Sí, me encantaría ser tu
amigo, amor.

Jungkook le sonrió, el calor y la felicidad llenaban su pecho mientras miraba


los sonrientes ojos oscuros de Taehyung. Extrañaba esto… tener una
conexión con otra persona. Puede que no sea telepático, como estaba
acostumbrado, pero se sintió bien. Por primera vez desde su llegada a la
Tierra, Jungkook se admitió a sí mismo que había estado un poco solo aquí.
Solo un poco.
Pero ya no.

*Demisexualidad: Es un término para referirse a la atracción sexual que se


manifiesta exclusivamente hacia personas con las que previamente se
han desarrollado lazos emocionales fuertes, estables o de cierta
duración. Antes de ello, la persona demisexual se comporta como un
asexual e incluso puede llegar a identificarse como tal.

En general, las personas demisexuales no se sienten sexualmente


atraídas por ninguno de los géneros. Sin embargo, cuando se
conectan emocionalmente con alguien más (si los sentimientos son de
amor romántico o de amistad profunda), experimentan entonces
atracción sexual, pero únicamente hacia personas específicas.
CAPÍTULO 2

—Oye, —dijo Yulhe, metiendo la cabeza en la oficina de Taehyung.— Estoy a


punto de salir. Voy a ese pequeño lugar italiano a la vuelta de la esquina.
¿Quieres ir conmigo?

—Sí, —dijo Yoongi.— Me muero de hambre. Hoy me salté el almuerzo.

—Lo siento, no puedo, —dijo Taehyung, apagando su computadora.

Yoongi bufó.— Taehyung tiene una reunión muy importante en esa cafetería
al otro lado de la calle.

Taehyung le lanzó una mirada desinteresada y tomó la caja de su escritorio


antes de salir.

Pero Yoongi no se desanimó.— En serio, hombre, —dijo, alcanzando a


Taehyung.— ¿Por qué no le pides al niño que salgan? ¿Qué te detiene? Claro,
él es casi un cebo para la cárcel, pero no es como si fuera ilegal o algo así. Ya
estoy harto de verte comerlo con tus ojos. Es nauseabundo.

—No lo como con mis ojos, —dijo Taehyung.

—Por favor. Te vi todo babeando el otro día cuando el niño te sonrió. Si


fueras un perro, habrías estado moviendo tu cola y lamiendo toda su cara.
Taehyung suspiró con los dientes apretados.— Déjalo ir, Yoongi. Jungkook es
un amigo, eso es todo. Nada puede salir de eso.

—¿Por qué no?

Taehyung dijo bruscamente:— Porque es heterosexual y comprometido.

Y no era la única razón.

Jungkook era ... demasiado bueno para alguien como él. Jungkook era tan
brillante, todo bueno, feliz y amable, todo lo que podía desear, todo en uno.
Taehyung a veces tenía que pellizcarse para asegurarse de que no había
soñado a Jungkook: era una de esas personas raras que eran hermosas por
dentro y por fuera.

Es solo un estúpido enamoramiento, él se dijo a sí mismo. Un estúpido


enamoramiento juvenil de un niño. Jungkook podría haber sido legal, pero a
veces parecía tan ingenuo e inocente que hizo que Taehyung quisiera
envolver a Jungkook en sus brazos y ocultarlo del mundo cruel y sucio. Él era
sucio también, porque a pesar de todo el afecto y la protección que sentía
por el chico extraño, todavía quería. Quería enterrarse en la dulzura de
Jungkook y ensuciarlo con sus codiciosas manos y boca, joderlo y arruinarlo.
Taehyung se sintió como un maldito pervertido por querer eso, porque
Jungkook realmente pensaba que eran amigos, y lo eran. Por supuesto que lo
eran. No era culpa de Jungkook que quisiera más.

—Lo siento, hombre, —dijo Yoongi, dándole una palmada en el hombro.

Taehyung se encogió de hombros. No quería hablar de eso.


Tras despedirse de Yoongi, Taehyung se dirigió a la cafetería familiar al otro
lado de la calle.

La campana sonó alegremente cuando empujó la puerta para abrirla.


Jungkook levantó la vista y le sonrió. Taehyung le devolvió la sonrisa y caminó
hacia el mostrador.

La cafetería estaba bastante ocupada esa noche y había un par de clientes


frente a él. Taehyung aprovechó la oportunidad para mirar a Jungkook
mientras servía a los demás.

Jungkook tuvo su cabello castaño peinado hacia atrás esa noche. Su piel de
porcelana se veía tan impecable y suave como siempre. Sus ojos violetas eran
amables y atentos mientras Jungkook escuchaba a la anciana delante de él,
sus labios rosados sonreían rápidamente cuando ella le daba una propina
generosa. Taehyung podía identificarse. Últimamente gastó más dinero en
esta pequeña cafetería de lo que probablemente era sano.

La anciana finalmente se despidió, y dos niñas pequeñas, gemelas de unos


seis años, se adelantaron, señalando con entusiasmo la tarta de chocolate.—
Danos el pastel, por favor, —dijeron juntas y comenzaron a vaciar sus
bolsillos para revelar lo que era probablemente el total de sus ahorros, con
las monedas rodando por todas partes, incluso en el suelo.

Jungkook sonrió a las niñas pequeñas, luciendo completamente encantado


en lugar de molesto cuando comenzó a contar las monedas.— ¿Es tu
cumpleaños?
Las chicas negaron con la cabeza.— Simplemente nos gusta el chocolate. —
dijo una de ellas.

—Y el pastel, —dijo la otra.

—Así que estamos matando a dos pájaros de un tiro, —la primera le impartió
una mirada importante.

Jungkook parpadeó ante ellas. Taehyung podía decir que estaba un poco
confundido, probablemente no sabía ese lenguaje tampoco, pero Jungkook
sonrió ampliamente a pesar de su confusión y les dio el pastel.— Aquí está,
amores.

Taehyung podía decir que el dinero de las chicas no era suficiente para el
pastel y trató de no sentirse completamente encantado cuando Jungkook
sacó algo de dinero de su bolsillo y lo agregó a las monedas de las niñas.

El siguiente cliente era un hombre de la edad de Jungkook.

—Lo siento, amigo, pero ¿qué llevas puesto? —dijo con una risa.

Jungkook frunció un poco el ceño y se miró a sí mismo. Taehyung sonrió


levemente. En las últimas tres semanas desde que conoció a Jungkook, se
había acostumbrado a las peculiaridades del chico, y había dejado de darse
cuenta de lo extraño que Jungkook se vestía. Era bueno que el dueño de la
cafetería no pareciera creer en los uniformes.
Este día llevaba un par de jeans viejos y una camisa de gran tamaño debajo
de su delantal. La camisa era de color naranja brillante con toques de verde y
azul. Era realmente horrible, pero en Jungkook parecía de alguna manera
lindo.

—No entiendo. —Jungkook le dijo al cliente parpadeando.

El chico resopló.— No me atraparían muerto con esa cosa naranja que llevas
puesta. ¡Demonios, ni siquiera a mi abuela la sorprenderían con esa cosa!

Taehyung sintió una oleada de irritación hacia el chico cuando la cara de


Jungkook cayó.

—Oh, —dijo Jungkook, tocándose la camisa.— La compré con mi primer


sueldo.

—Lo siento, pero es horrible, —dijo el chico.— Café negro, por favor.

Jungkook lo sirvió en silencio y se despidió con una sonrisa educada.

—No lo es, —dijo Taehyung en el momento en que estuvieron solos.— No es


horrible, Kook. Te ves adorable en eso.

Jungkook le sonrió y acarició la tela de nuevo.— No tienes que mentir, —dijo,


agitando la mano con desdén.— Sé que mis gustos parecen raros y ... sí. —
Agarró un trapo y limpió el impecable mostrador.
—Oye, —dijo Taehyung, poniendo una mano en el hombro de Jungkook.
Cuando este lo miró, Taehyung dijo:— No estoy mintiendo, bebé. Joder a ese
idiota. Para ser honesto, la camisa es un poco monstruosa, pero estás
arrasando totalmente.

Jungkook se echó a reír, sus ojos finalmente se iluminaron.— Es muy suave,


—admitió.— Por eso la compré. Pero no pensé que el color fuera terrible ni
nada. Me encanta. Me alegra en los días grises y lluviosos, ¡y aquí hay
muchos días así!

—Mientras te encante, a joder lo que todos los demás piensan, —dijo


Taehyung.— Pero por todo lo que vale, creo que te ves muy bien. —
«Siempre lo haces.»

Jungkook se rio entre dientes.— Gracias. —Le entregó a Taehyung su orden


habitual.— ¿Algo más?

—Sí, en realidad, —Taehyung puso la caja que había traído de su oficina en el


mostrador.— Esto es para ti.

Jungkook miró de la caja a Taehyung, con sorpresa en su rostro.— ¿Para mí?


¿Como un regalo?

—Sí, —respondió Taehyung.

Jungkook miró el calendario en la pared, frunció un poco las cejas.— No sabía


que esta era una ocasión para dar regalos, —dijo con incertidumbre.
—No lo es. —Taehyung se encogió de hombros.— Simplemente me gusta dar
regalos a todos mis amigos, no se requiere ninguna razón, —mintió,
esperando que Jungkook no le dijera a Yoongi sobre esto, nunca escucharía el
final de ello. Taehyung casi podía escuchar a Yoongi. burlándose. ¿Dónde está
mi regalo, Kim?

—Oh, —dijo Jungkook, mordiéndose el labio.— Pero no tengo un regalo para


ti.

—No importa, Kookie, —dijo Taehyung.— Vamos, ábrelo mientras no haya


clientes.

—En realidad, se supone que ya estamos cerrando, —dijo Jungkook,


caminando hacia la puerta y cerrándola. Regresó al mostrador, con la cara
brillante de emoción al agarrar la caja. No debería haber sido tan atractivo,
Jesús.

Taehyung vio a Jungkook abrir la caja con cuidado y examinar su contenido.

—Es un teléfono móvil —Jungkook dijo después de un momento, con una


extraña expresión en su rostro.

—Espero que te guste.

—Me gusta, —dijo Jungkook suavemente. Miró la marca y frunció los labios,
vacilación titilando en sus ojos.— ¿Pero no es caro? Creo que lo he visto en la
televisión.
Como el último modelo de Samsung de su teléfono estrella, ciertamente no
era barato, pero Jungkook no necesitaba saber eso.

—No te preocupes, no afectó mis ahorros, —dijo Taehyung. No fue una


mentira. Como soltero confirmado, no tenía muchas personas para gastar su
dinero. Ayudó financieramente a sus padres, pero vivían en el campo e
insistieron en que no necesitaban mucho, por lo que su cuenta bancaria
estaba cómodamente llena.

Jungkook le dio una mirada.— No soy un idiota, Taehyung. Sé que este


teléfono no es barato. No puedo aceptarlo.

Parecía tan cariñosamente obstinado que Taehyung quería besar el pequeño


ceño fruncido entre sus cejas y luego sus fruncidos labios rosados.

Taehyung reprimió una mueca. Lo tenía tan mal que ya no era divertido.

—No puedo devolverlo, —dijo.— Y ya tengo un teléfono móvil. Supongo que


malgasté el dinero por nada.

Jungkook se echó a reír.— Eres terrible, lo sabes, ¿verdad? —Jungkook se


acercó y lo besó suavemente en la mejilla.— Muchas gracias. En serio. ¡Ahora
puedo ser como cualquier humano normal!

—Eres un bicho raro, —dijo Taehyung con cariño, diciéndose que su mejilla
no estaba hormigueando por el contacto inocente. Él no era tan patético.
—Lo soy. —Jungkook encendió el teléfono con la mirada más linda de gran
concentración en su rostro. A veces, Taehyung pensaba que, dondequiera
que estuviera la casa de Jungkook, no podía ser muy avanzado
tecnológicamente, Jungkook constantemente parecía vacilante e inseguro
con todo tipo de dispositivos tecnológicos. Taehyung había intentado varias
veces preguntar por la casa de Jungkook, pero Jungkook solo repitió la misma
respuesta que le había dado la primera vez, que era un extraterrestre, antes
de reír y cambiar de tema. Eso hizo que Taehyung se preguntara. Era extraño
que un joven de dieciocho años viviera en otro país aparentemente sin apoyo
ni supervisión. Pero él no empujó. Jungkook hablaría cuando estuviera listo.

—¿Puedo tener tu número?, —Dijo Jungkook con una sonrisa complacida,


como si le hubiera gustado decirlo.

—Ya lo puse ahí, —dijo Taehyung.— Así que puedes llamarme o enviarme un
mensaje cuando quieras.

Jungkook parpadeó rápidamente antes de asentir con la cabeza y


volteándose.— Me estaba preguntando ... —dijo con voz entrecortada.—
¿Estás libre ahora? ¿Te gustaría venir a mi casa, ver una película o algo?
¡Conseguí Netflix ayer! ¿Podríamos tener Netflix and Chill?*

Taehyung se atragantó con su café y comenzó a toser.

Jungkook estaba a su lado inmediatamente.— ¿Estás bien? —dijo, dando


palmaditas a Taehyung en la espalda. La cara de Jungkook era
completamente inocente. Por supuesto que lo era. Jungkook no tenía ni idea.

Taehyung se aclaró la garganta, aflojándose un poco la corbata.— Estoy bien.


—Entonces, ¿qué pasa con Netflix?

Él debería decir que no. Realmente no debería pasar más tiempo con este
tipo heterosexual, tomado y comprometido. Era positivamente masoquista.

Pero Jungkook lo estaba mirando con una expresión tan esperanzada, con
sus ojos violetas grandes y serios, y joder, este niño ya lo tenía
completamente envuelto alrededor de su dedo meñique.

—Está bien, —dijo Taehyung.— Pero… Realmente necesitas buscar lo que


‘Netflix and Chill' significa. No querría que la gente se haga una idea
equivocada, Kook.

Cinco minutos más tarde, Jungkook salió de la habitación trasera, con el


rostro rojo escarlata.

—¿Listo para irnos? —Taehyung dijo, sacando las llaves de su coche.

Jungkook solo asintió.

—Le pregunté a Hani qué significaba 'Netflix and Chill', —dijo cuando tomó el
asiento del pasajero en el auto de Taehyung.— Estoy tan avergonzado.

Taehyung resopló, arrancando el motor.— Tienes suerte de haber cometido


el error conmigo y con nadie más. Alguien más pensaría que te estabas
insinuando.
Jungkook se rió entre dientes, presionando sus manos contra sus mejillas
enrojecidas.— Menos mal que te tengo para decirme cuando soy un
extranjero tonto.

—Bueno, me dijiste que eras un extraterrestre. Para un extraterrestre, tu


entendimiento del idioma es excelente.

—Gracias, —dijo Jungkook con una expresión que Taehyung no pudo leer.

—Entonces, ¿dónde está tu lugar?, —Preguntó Taehyung.

Jungkook le dio la dirección y Taehyung ingresó en el sistema de navegación.

El viaje no duró mucho. Veinte minutos más tarde, Jungkook lo dejaba entrar
a su apartamento.

La primera impresión de Taehyung fue la diminuta dimensión. El


apartamento consistía en una pequeña cocina y una pequeña habitación que
era apenas lo suficientemente grande como para acomodar un viejo sofá
marrón, una pequeña mesa de café y una televisión. No había cama.
Taehyung miró el sofá pequeño y duro y reprimió una mueca cuando se
imaginó a Jungkook durmiendo en el. Parecía más que un poco incómodo.

—No es mucho, —dijo Jungkook, pareciendo un poco tímido.


—Deberías haber visto mi primer apartamento en Seúl, —dijo Taehyung con
una risita, sentándose en el sofá. Era tan incómodo como parecía.— Era más
grande, pero tenía tres compañeros de piso.

—Conseguiré palomitas. ¿Elige algo para ver?

Taehyung zumbó de acuerdo y Jungkook salió de la habitación,


desapareciendo en la cocina. Taehyung miró a su alrededor, un poco
inquieto. El piso era francamente claustrofóbico.

Pero no dijo nada cuando Jungkook regresó con un tazón de palomitas de


maíz y dos Coca-Cola de dieta. Jungkook se veía tan emocionado y
complacido. Taehyung no quería arruinar su estado de ánimo haciéndolo
sentir avergonzado. El alquiler era caro en Seúl. Era admirable que Jungkook
pudiera arreglárselas solo.

Jungkook se dejó caer junto a Taehyung y extendió una manta sobre sus
piernas, colocando el tazón con palomitas de maíz entre ellos.

Taehyung cerró los ojos por un momento. Fue una lucha mantener su cuerpo
relajado. El sofá era demasiado jodidamente pequeño.

—¿Por qué no elegiste una película?, —Dijo Jungkook.

—Quería que lo hicieras.

—Está bien, ¡pero no te quejes si no te gusta!


Taehyung observó a Jungkook hojear Netflix, tratando de reprimir el impulso
de poner un brazo alrededor de los hombros de Jungkook y acercarlo aún
más.

En un intento de distraerse, tomó la pila de DVD de la mesa de café y levantó


las cejas cuando vio los títulos.— ¿Te interesa la ciencia ficción?

¿Jungkook se estaba sonrojando?

—Hani es una gran fanática de la ciencia ficción, —dijo Jungkook.— Me


prestó un par de películas que no estaban en Netflix. Parecían interesantes.

—No pensé que “War of the Worlds” era el tipo de película que disfrutarías.
Es bastante violenta y asquerosa. —Jungkook había mencionado que no le
gustaba la violencia en las películas.

Jungkook frunció el ceño al ver el DVD en la mano de Taehyung.— No me


gustó mucho. La trama no tenía sentido para mí. Es ridículo que los
extraterrestres quisieran invadir la Tierra. ¿Para qué? ¡Hay millones de
planetas sin vida sensible!

Taehyung lo miró con leve sorpresa.— No sabía que te sentías tan


apasionado por eso, —dijo, un poco divertido.— ¿Realmente crees en los
alienígenas, Kook?

Jungkook lo miró. —¿Tú no?


Taehyung se encogió de hombros.— Realmente nunca pensé en ello. —Alisó
la arruga entre las cejas de Jungkook con su pulgar.— Pero quién sabe. Creo
que es estadísticamente imposible que la vida inteligente solo pueda
desarrollarse en la Tierra cuando hay miles de millones de estrellas allá
afuera. Sería bastante arrogante de nosotros pensar así.

Jungkook asintió.— La vida inteligente es bastante rara en el universo ... —


Hizo una pausa.— Quiero decir, creo que es bastante raro, —se corrigió,
bajando la mirada.— Pero no puede ser tan raro, ¿verdad? Hay cien mil
millones de estrellas solo en esta galaxia. Claro, no todas las estrellas tienen
planetas, y no todas son habitables, pero las probabilidades siguen siendo
muy buenas de que haya miles de civilizaciones inteligentes solo en esta
galaxia.

—¿Pero cuántos de ellos estarían alrededor lo suficiente como para


desarrollar un viaje interestelar? —Taehyung murmuró, fascinado por el
fuego en los ojos de Jungkook. Por alguna razón, Jungkook realmente se
sentía fuertemente sobre el tema.

—Es cierto, —dijo Jungkook asintiendo.— La verdad es que muchas


civilizaciones se destruirían a sí mismas si su nivel tecnológico fuera lo
suficientemente alto. —Jungkook se metió un puñado de palomitas de maíz
en la boca.— De todos modos, ¡basta de eso!, —Dijo agarrando otro DVD.—
¿Qué hay de este? Creo que es una secuela de la película que vi ayer. Me
gusto mucho.

—Hmm, he visto la primera película, pero no la secuela, —dijo Taehyung.

Así fue como terminaron viendo Star Trek en la Oscuridad.


La película estaba bien, pero, de nuevo, Taehyung pasó la mayor parte de la
película viendo a Jungkook y escuchando sus comentarios, por lo que no
podía estar tan seguro.

—Este primer directivo tiene mucho sentido, —dijo Jungkook en algún


momento.— Interferir en el desarrollo natural de otra civilización es una muy
mala idea. Puede tener consecuencias realmente desafortunadas. No
entiendo por qué Spock aceptaría ese plan loco en primer lugar.

Taehyung se echó a reír, pasando sus dedos sobre la mejilla de Jungkook.—


Bebé, es solo una película. No te lo tomes tan en serio. Los extraterrestres no
son reales, ¿recuerdas? Bueno, tal vez lo sean, pero todavía no los
conocemos.

Jungkook lo miró con los ojos bien abiertos antes de reírse torpemente.—
Soy un extraterrestre, ¿recuerdas?

Taehyung puso los ojos en blanco con una sonrisa cariñosa y volvieron a
mirar la película.

Pero pronto, Taehyung se dio cuenta de que Jungkook se había quedado muy
callado.

Taehyung apretó el hombro de Jungkook.— Oye, ¿estás bien?

Jungkook se estaba mordiendo el labio, su mirada distante y pensativa.


Taehyung rara vez lo había visto tan sombrío.
—¿Crees que mentir está bien?

Taehyung frunció el ceño, desconcertado por la pregunta al azar.— Creo que


depende de las circunstancias, —dijo, mirando a Jungkook.— A veces mentir
es la mejor opción.

Jungkook asintió. Todavía no miraba a Taehyung.

—¿Qué pasa, amor? —Dijo Taehyung.

Jungkook tragó y forzó una débil sonrisa.— No me hagas caso. He estado de


un humor extraño últimamente. Creo que solo estoy extrañando el hogar.
Nunca he estado fuera de casa por tanto tiempo. —Él sonrió torcidamente.—
Supongo que realmente soy un bebé, —Miró alrededor de la pequeña
habitación.— Me encanta aquí, pero se siente solo, ¿sabes? Me da un poco
de miedo quedarme solo. Hasta que llegué aquí, apenas tomé decisiones en
mi vida y ahora las tomo todos los días. ¿Pero sabes que es lo más raro? Me
gusta. Creo que voy a extrañar la libertad de tomar mis propias decisiones.
No será posible en casa.

Taehyung se quedó mirando su cabeza inclinada. Cuanto más aprendía sobre


la casa de Jungkook, menos le gustaba.— Kook, —dijo.— ¿Está ... la situación
de tu hogar está bien?

Jungkook parpadeó antes de reír.— No es tan malo. Mi vida en casa es muy


... Cómoda y tranquila. No tengo que trabajar un día de mi vida si no quiero.
Quiero decir, se esperan ciertas cosas de mí, pero no estoy obligado a hacer
la mayoría de ellas. Mi familia me adora y yo también los adoro. —Jungkook
suspiró.— Los extraño mucho. —Jungkook tecleó su nuevo teléfono sin hacer
nada.— Me gusta aquí, pero hasta que te conocí, me sentí un poco solo.
Extraño tener ... conexiones con personas. Ahora entiendo por qué mis
padres eligieron esto como un castigo. —Él se rió entre dientes.— No
deberías haberme dado este teléfono. Es tu culpa si te molesto cada vez que
me sienta solo en mi cabeza.

—Puedes molestarme cuando quieras, Kook, —dijo Taehyung, estudiándolo.


Nunca lo había visto tan mal.— Oye. ¿Quieres un abrazo?

Jungkook parpadeó hacia él.— ¿Un abrazo?

Sonriendo, Taehyung abrió los brazos.— Ven aquí.

Jungkook se mordió el labio antes de moverse y acurrucarse en el regazo de


Taehyung.

Taehyung se quedó quieto. Esto definitivamente no era lo que había tenido


en mente.

Después de un momento, envolvió sus brazos alrededor de la espalda de


Jungkook y apretó, con la esperanza de que solo irradiara confort y confianza
amistosa y no pareciera un posesivo espeluznante que quería llevar a este
chico dentro de su piel y esconderlo del mundo. «Mío.»

—Mmm, —murmuró Jungkook, enterrando su rostro en el hueco del cuello


de Taehyung.— Esto se siente bien. Nadie me ha abrazado desde que era un
niño.
La frente de Taehyung se arrugó.— ¿Qué? —Honestamente, mientras más
aprendía sobre la casa de Jungkook, más preocupado estaba.— ¿Qué hay de
tus padres?

Jungkook no dijo nada por un tiempo.— Las cosas son diferentes en casa, —
dijo.— nosotros preferimos ... la cercanía espiritual en casa más que la física.

Taehyung resopló.— Suena como un grupo de hippies.

—¡Hey! —Dijo Jungkook.— ¿Qué tiene de malo ser un hippie?

—Nada, —dijo Taehyung, acariciando la espalda de Jungkook y


permitiéndose enterrar su nariz en el cabello de Jungkook. Olía a algo dulce.
«míomíomío».

Taehyung logró quitarse de su mente los pensamientos posesivos


espeluznantes, pero sus brazos todavía se apretaban alrededor de Jungkook
hasta que no quedaba espacio entre ellos. Jungkook hizo un ruido de
satisfacción, presionando más profundamente hacia él y actuando como un
mono pegajoso. Parecía hambriento de contacto. No era de extrañar si no
había sido abrazado en años.

Taehyung dejo caer un beso en la parte superior de la cabeza de Jungkook, el


afecto se apoderó de él, abrumadoramente en su intensidad.

Y luego vino el miedo.


Porque el joven acurrucado en sus brazos no era suyo, no importaba cuán
mal lo deseara. Había algo en Jungkook que parecía irreal, como si un día
Jungkook podría desaparecer de su vida tan repentinamente como había
ingresado.

*"Netflix and chill" es un término de jerga de Internet que se usa como


invitación para ver Netflix juntos o como un eufemismo para alguna forma de
sexo, ya sea como parte de una asociación romántica o como una llamada
para un polvo.
CAPÍTULO 3

Jungkook le había dicho la verdad a Taehyung: habían pasado años desde que
alguien lo había abrazado. Recordaba haber sido abrazado cuando era niño,
pero a medida que creció, su familia comenzó a darle espacio, como era
costumbre. En casa, el abrazo se consideraba una invasión de la privacidad,
ya que el contacto físico aumentaba las posibilidades de transferencia
telepática.

Jungkook debe haber olvidado lo bien que se sentía, porque rápidamente se


convirtió en su cosa favorita en el mundo. Estaba un poco avergonzado por lo
mucho que lo quería, pero a Taehyung no parecía importarle que él estuviera
constantemente en todo su espacio personal, deseando ser abrazado y
acurrucado. Al principio, abrazar había sido solo un sustituto de la evidente
ausencia de sus vínculos telepáticos con su familia y su compañero de unión,
pero a estas alturas, Jungkook temía que fuera más que un poco adicto a ello.

Taehyung era un increíble abrazador. Jungkook se sintió cálido, querido y


adorado cada vez que el cuerpo fuerte de Taehyung rodeaba al suyo. Fue
increíble, realmente, cómo un simple abrazo podría hacer que se sintiera
mucho mejor, poniendo un resorte en los pasos de Jungkook durante la
mayor parte del día. El único inconveniente era que Jungkook había tenido
que esforzarse por fortalecer sus escudos mentales, cuidando de no leer la
mente de Taehyung sin su permiso. Jungkook no era un santo. Siempre había
sido naturalmente curioso, y realmente, realmente tenía curiosidad sobre lo
que Taehyung pensaba de él, pero no quería explotar su telepatía. Se sentía
deshonesto. Taehyung no se merecía eso.

—¿Tu novio viene hoy? —Dijo Hani, alejándolo de sus pensamientos.


Jungkook la miró con el ceño fruncido.— ¿Qué?

Hani sonrió.— Vamos, Kook, no te hagas el tonto. ¡No soy estúpida!

—No entiendo, —dijo Jungkook lentamente.— ¿De qué estás hablando?

Hani puso los ojos en blanco.— ¿Alto, piel dorada y guapo, viene aquí todos
los días como un reloj? ¿Te da propinas obscenamente grandes? ¿Suena
alguna campana?

Jungkook se rio.— ¿Taehyung? No seas tonta, ¡no es mi novio! Es un amigo.

Hani lo miró fijamente.— ¿Me estas tomando el pelo?

Jungkook se tragó la confusión, no entendía qué tenía que ver el pelo de Hani
con la conversación, pero el contexto era bastante claro, por lo que no
preguntó y dijo:— No, no lo estoy. Hablo en serio. Taehyung es mi mejor
amigo. Tengo.. una prometida en casa. —Sin mencionar que los calluvianos
no tenían novios o novias. Tenían compañeros y Taehyung, obviamente, no
era el suyo.

Hani lo miró extrañamente.— Jungkook, te sientas en su regazo cuando no


hay otros clientes, —entonó ella.

Jungkook frunció el ceño.— ¿Y que? —dijo a la defensiva.— ¡Me gusta y a


Taehyung no le importa!
La expresión de Hani se volvió escéptica.— Mira, estoy a favor de que los
hombres expresen sus emociones y se sientan cómodos con el contacto
físico, es el siglo XXI, pero tienes que admitir que se ve bastante extraño
cuando te sientas en su regazo durante media hora y te aferras a él como un
bebé koala.

Jungkook frunció los labios, empezando a enojarse.— ¿Estás insinuando que


no es normal para los amigos en este país?

—Realmente no lo es, —dijo Hani con una mirada pellizcada.— Lo siento,


pero ¿cómo puedes ser tan inepto socialmente, Kook?

Jungkook miró hacia abajo, tomando un brownie en el plato delante de él.


Odiaba sentirse tan estúpido y socialmente torpe. Tenía amigos en casa y
ciertamente no los abrazaba (los adultos no se abrazaban en Calluvia), pero
pensaba que era normal para los humanos. Taehyung era su único amigo
aquí. ¿Cómo se suponía que supiera que su amistad era extraña según los
estándares humanos? ¿Por qué Taehyung no le había dicho que se estaba
comportando de manera extraña y que estaba siendo demasiado pegajoso
para un amigo? Jungkook sabía que Taehyung tenía una debilidad por él,
pero ¿Seguramente eso no le impediría decirle a Jungkook que fuera menos
idiota?

—No lo sabía, —murmuró Jungkook, su estado de ánimo arruinado. Había


estado tan ansioso por el final de su turno (usualmente Taehyung también
aparecía en esa hora) y ahora lo temía, terriblemente avergonzado.

¿Por qué no le dijo Taehyung?


La pregunta lo molestó por el resto de su turno.

Cuando escuchó el timbre de la campana cuando su turno se acercaba a su


final, Jungkook no necesitaba voltearse para saber que era Taehyung. Él lo
sabía, de alguna manera.

Jungkook respiró hondo varias veces, tratando de combatir el sentimiento de


mortificación y fallando.

—Ey, bebé, —dijo Taehyung.

A regañadientes, Jungkook se dio la vuelta.

La sonrisa fácil en los labios de Taehyung se desvaneció.— ¿Estás bien, Kook?

Normalmente, en este punto, Jungkook se acercaría a él, apoyaría la cabeza


en el hombro de Taehyung y se apoyaría contra él, pidiendo en silencio un
abrazo. Taehyung lo complacería, asegurando sus brazos alrededor de
Jungkook, y conversarían un rato, hablando sobre sus respectivos días, o
simplemente charlarían sobre todo y nada. Jungkook no se había dado
cuenta de lo extraño que era, o lo mucho que lo quería hasta que no pudo
hacerlo más.

—¿Por qué no me dijiste que estaba siendo un amigo terrible? —Dijo


Jungkook.

La expresión de Taehyung no cambió.— ¿Qué?


—Hani me dijo que los amigos no se abrazan tanto, —Jungkook dijo, bajando
su mirada hacia el mostrador.— Que soy demasiado pegajoso.

Silencio.

Luego, Taehyung rodeó el mostrador y levantó la cara de Jungkook con los


dedos.— Oye, no seas tonto. No eres un amigo terrible. Estoy más que feliz
de abrazarte si eso es lo que quieres.

El estómago de Jungkook cayó.— ¿Pero qué hay de lo que tú quieres?

Una extraña mirada apareció en el rostro de Taehyung.— Me gusta disfrutar


abrazando. —Él se rió, sus dientes brillando.— ¿De verdad pensaste que solo
estaba soportándolo? Tengo muy poca paciencia para eso.

—Pero no abrazas a Yoongi y él también es tu amigo, —señaló Jungkook,


dándose cuenta de repente de que nunca había visto a Taehyung abrazar a
Yoongi.

Taehyung levantó las cejas.— ¿Cómo lo sabes? Tal vez nos acurruquemos
todo el tiempo cuando no nos ves.

Una sensación extraña y desagradable se instaló en el estómago de


Jungkook. No estaba seguro de lo que era, pero no le gustó.— ¿Lo haces? —
dijo, tratando de no pensar en Yoongi envuelto en los brazos de Taehyung. Se
sintió mal, de alguna manera.
Taehyung resopló.— No. Yoongi pensaría que estoy enojado si tratara de
acurrucarlo.

Bueno. No quería que Taehyung abrazara a nadie más que a él.

—¿Ves? —Jungkook dijo, confundido por sus propios pensamientos. ¿De


dónde viene este sentimiento propietario? Siempre había sido bueno
compartiendo.

Taehyung le dio una mirada larga e ilegible.— Jungkook, si quieres que deje
de abrazarte, solo dilo.

—No, —dijo Jungkook, agarrando la corbata de Taehyung y jugando con ella


nerviosamente.— Por favor, no te detengas.. pero siempre y cuando tú lo
quieras también.

Taehyung le sonrió, esa sonrisa suave y ligeramente torcida que parecía


reservar solo para Jungkook, y dijo:— Lo hago.

Jungkook sonrió un poco y, colocando sus brazos alrededor del cuello de


Taehyung, apoyó su mejilla en el hombro de Taehyung. Suspiró feliz cuando
los brazos largos y firmes de Taehyung lo envolvieron con fuerza, haciéndolo
sentir cálido, seguro y tan bien. Era una sensación tan adictiva.

Jungkook aflojó la corbata de Taehyung, desabotonó el botón superior de la


camisa y apoyó la cara contra la garganta de Taehyung, respirando hondo y
codicioso. Amaba tanto el olor de Taehyung. Deseaba poder embotellarlo y
ponerlo en su almohada para poder dormir mejor. Zumbó de placer cuando
los fuertes dedos de Taehyung le masajearon la nuca y los omóplatos, le
dolían un poco después de su largo turno. A veces pensaba que Taehyung
también era un telépata. Taehyung siempre parecía saber lo que necesitaba.

—¿Estas libre? —Jungkook murmuró, acariciando con su nariz la garganta de


Taehyung con los ojos cerrados.— ¿Noche de películas? ¿Quieres? —Era un
poco vergonzoso lo incoherente que se ponía cuando se acurrucaban. A
Taehyung le parecía divertido y le había dicho a Jungkook que solo estaba
hambriento de contacto. Jungkook no estaba tan seguro de eso, pero de
cualquier manera, era vergonzoso.

Taehyung suspiró.— Lo siento, Kook, no puedo.

—¿Porque no?, —Jungkook dijo, sus sueños de pasar un par de horas felices
acurrucado contra Taehyung rompiéndose en mil pedazos.

—Tengo una cita esta noche, —dijo Taehyung.

Jungkook abrió los ojos.— ¿Una cita? —él Repitió.— ¿Con quien?

—Alguien a quien conocí en el trabajo, —dijo Taehyung, dejando caer sus


brazos y alejándose de Jungkook.— Tengo que irme a casa y cambiarme
ahora o llegaré tarde, en realidad.

—Oh, —dijo Jungkook, sintiendo frío de repente.— No dejes que te retenga.

—Nos vemos mañana, —dijo Taehyung, rozando sus labios contra la sien de
Jungkook.— Adiós, bebé.
—Adiós, —dijo Jungkook sin su alegría habitual. No entendía por qué su
estado de ánimo cayó en picada.

Regresó a su apartamento una hora después y se sentó frente a la televisión.


A Jungkook normalmente le encantaba, encontraba la tecnología humana
encantadoramente anticuada aunque a veces frustrante, pero esta noche no
podía atraer el interés por nada en la televisión.

Suspirando, Jungkook fue a la cocina y sacó un poco de helado del


congelador. Taehyung había insinuado que los humanos comían helado
cuando se sentían decaídos y supuestamente eso ayudaba. Jungkook
también tomó una cuchara, regresó al sofá y se puso a cavar.

Media hora después, el helado se había ido, pero Jungkook no se sentía


particularmente mejor, solo incómodamente lleno. O bien el helado
funcionaba solo en humanos, o él había malentendido a Taehyung. Esto
último sucedió con bastante frecuencia.

Jungkook tomó el control remoto y comenzó a navegar por los canales. Pero
nada pudo mantener su interés, y después de una hora, se dio por vencido y
decidió irse a dormir. No tenía ganas de comer, todavía lleno del helado.

El sofá se sentía más incómodo de lo habitual, crujiendo cada vez que se


movía.

Jungkook se preguntó si debería encontrar otro trabajo mejor pagado para


poder pagar un piso mejor, pero le encantaba la cafetería. Además, la oficina
de Taehyung estaba al lado de la cafetería.
Pensar en Taehyung hizo que el estómago de Jungkook se revolviera
incómodo y se obligó a cambiar la dirección de sus pensamientos.

Jungkook pensó en su casa, en sus padres y hermanos. Ya llevaba meses en la


Tierra. Sin la presencia de Taehyung, Jungkook no podía ignorar el fuerte
silencio en el fondo de su mente. No sabía que el silencio podía ser tan
ruidoso. Ahora entendía por qué sus padres habían elegido un planeta tan
lejano para enviarlo: no había duda de que querían que comenzara a apreciar
sus vínculos familiares en lugar de usarlos para satisfacer su curiosidad. La
gente tendía a dar las cosas por sentado y las valoraba más después de
perderlas. Estar solo en su cabeza era tan inquietante. Cuando Taehyung
estaba con él, era mucho mejor.

Suspirando, Jungkook se dejó caer sobre su estómago. Era terrible en no


pensar en Taehyung. Tal vez debería hacer más amigos. El problema era que
resultó que Jungkook no era muy bueno para hacer amigos humanos. A los
humanos parecía gustarles, pero también parecían encontrarlo demasiado
extraño y socialmente inepto. Jungkook a menudo no entendía los chistes
humanos o se reía en momentos inapropiados, ofendiendo a la otra persona.
Sólo Taehyung parecía encontrar su torpeza social entrañable en lugar de
ofenderlo.

—Eso es un minuto entero, no pensando en Taehyung, —dijo Jungkook con


otro suspiro. Él realmente era terriblemente pegajoso, ¿no?

Un repentino estallido de música lo sobresaltó. Jungkook tardó un momento


en darse cuenta de que era su celular. Jungkook extendió la mano y lo tomó
de la mesa de café.
—Oye, —dijo junJungk, sonriendo a la oscuridad. No necesitaba ver el
identificador de llamadas, solo podía ser una persona.

—Hey bebé, —dijo Taehyung. Su voz sonaba un poco extraña.— ¿Como


estas?

—Mucho mejor ahora que llamaste. —dijo Jungkook.

Taehyung se rió entre dientes.— Dios, realmente no tienes un hueso tímido


en tu cuerpo, ¿verdad?

Jungkook frunció el ceño. No entendía por qué su tendencia a decir lo que


pensaba era tan inusual. Creía que la comunicación era clave en todas las
relaciones.

—Sigues diciéndolo como si fuera algo malo, —dijo Jungkook.

—Nada malo. —¿Taehyung sonaba cariñoso?— Eres una especie en


extinción, Kook.

Sus palabras fueron un poco confusas.

Jungkook arrugó la nariz.— ¿Estás borracho?

—Sólo un poco achispado, —admitió Taehyung.


—¿No estás en una cita? —Dijo Jungkook. Apenas era un experto en citas,
pero incluso él sabía que no era apropiado emborracharse en una cita.

—Sólo estoy achispado, —insistió Taehyung. Jungkook no estaba seguro de


creerle. La voz de Taehyung nunca había sonado así: lenta y pesada.

—De todos modos, es aburrido, —dijo Taehyung.— Habla aburrido. Se ve


aburrido. Sus ojos también son aburridos.

Jungkook se mordió el labio para no reírse. ¡El discurso de Taehyung fue un


tanto gracioso!

—¿Todavía estás en la cita?

—Sí, pero ahora estoy en un baño, —dijo Taehyung.— Quería llamarte,


escuchar tu voz. ¿Alguien te dijo que tu voz es como una melodía?

Jungkook sonrió. Sabía que su voz sonaba melódica para los oídos humanos,
las cuerdas vocales de Calluvia eran diferentes.— Sí, pero es muy dulce de tu
parte decirlo.

Taehyung se rió, el sonido un poco vacío.— ¿Dulce? Realmente no. Tu eres él


único dulce. Tan dulce que podría comerte.

Jungkook se echó a reír.— Realmente estás borracho, no achispado.

—No, —dijo Taehyung.— Yo diría cosas mucho peores si estuviera borracho.


—¿No tienes que volver a tu cita? —Dijo Jungkook. No es que quisiera que
Taehyung lo hiciera, pero después de su conversación con Hani, estaba
decidido a ser un mejor amigo.

—Supongo que debería, —dijo Taehyung. No sonaba tan emocionado por la


perspectiva.

—¿Quieres venir a mi casa? —Jungkook soltó antes de que pudiera


detenerse. Era oficial: era un amigo horrible.— Podemos ver una película
juntos. — «Y acurrucarnos.»

Hubo un silencio en la línea.

Entonces Taehyung dijo:— A la mierda. Estaré allí dentro de media hora.

Jungkook sonrió.

Cuando el timbre de la puerta sonó media hora después, Jungkook abrió la


puerta y abrazó a Taehyung con fuerza. No pudo evitarlo. A pesar de su
resolución de no ser pegajoso, se sentía ... necesitado. No pudo explicarlo ni
racionalizarlo.

—¿Como estuvo tu cita? —dijo con retraso.— ¿Fue realmente tan mala?

Taehyung suspiró, su aliento rozando la mejilla de Jungkook.— No quiero


hablar de eso, —dijo. Su voz ya no era tan arrastrada como lo había sido en el
teléfono (el aire fresco debe haber ayudado), pero era obvio que no estaba
del todo sobrio.

Jungkook consideró discutir antes de darse cuenta de que tampoco quería


hablar de la cita de Taehyung.— Hani me prestó la serie original de Star Trek,
—dijo Jungkook en su lugar, uniendo sus manos y tirando de Taehyung al
sofá.— ¡Deberíamos verlo! ¡Los efectos especiales son divertidos!

Ellos hicieron eso. Se quedaron dormidos en el sofá durante el tercer


episodio.

Cuando Jungkook abrió los ojos a la mañana siguiente, fue recibido por la
vista de la cara dormida de Taehyung. Deben haberse movido mientras
dormían, porque Jungkook estaba tendido encima de Taehyung ahora, con
sus caras a centímetros de distancia.

Un repentino deseo de hacer algo confundió a Jungkook. No entendía


exactamente lo que quería. Solo sabía que le gustaba mirar a Taehyung, y
que no era suficiente.

Vacilante, Jungkook levantó la mano y acarició la mandíbula cincelada de


Taehyung. El rastrojo oscuro le raspó la palma de la mano. Se sintió extraño.
Aunque no mal. Una repentina imagen brilló en su mente: el rastrojo de
Taehyung arañando la piel sensible de la barriga de Jungkook, el estómago
de Jungkook se apretó.

—¿Kook?
Jungkook levantó la mirada y sonrió levemente cuando vio que Taehyung lo
observaba con ojos adormecidos y pesados. Tuvo suerte de que Taehyung no
fuera un telépata y no podía saber qué extraño pensamiento había tenido.

—Bájate de mí, Kook, —dijo Taehyung, con voz áspera.

Jungkook frunció el ceño, se apartó de él y lo miró con preocupación.—


¿Tienes resaca? ¿Sientes que la cabeza se parte en dos? —Así era como se
describía una resaca en el libro que Jungkook había leído hacía unos días.

—No, —dijo Taehyung, cerrando los ojos. A pesar de sus palabras, sonaba
dolorido.— Solo dame un minuto.

Sacudiendo la cabeza, Jungkook se dirigió al baño, desconcertado.

Nunca entendería a los humanos.


CAPÍTULO 4

—Odio este lugar, —dijo Taehyung dos semanas después.

Jungkook, que estaba abriendo la pizza que habían pedido, levantó la vista.

Taehyung se lamió los labios. Se preguntaba cuándo finalmente dejaría de


tener ganas de besar cada centímetro de la piel de porcelana de Jungkook
cada vez que este lo miraba. Ese día no pudo llegar lo suficientemente
rápido.

—¿Odias mi apartamento? —Dijo Jungkook.

Taehyung se encontró con su mirada herida constantemente, negándose a


ser movido por ella. Aunque sabía que a Jungkook le gustaba este lugar, no
iba a seguir fingiendo que era agradable solo para mantener a Jungkook feliz.

—¿No crees que es claustrofóbico, Kook? —Dijo Taehyung.— Es pequeño,


oscuro y demasiado húmedo. Realmente odio dejarte aquí cuando voy a
casa.

Con los labios fruncidos, Jungkook miró alrededor de la pequeña


habitación.— Esto es todo lo que puedo pagar.

Taehyung frunció el ceño. Eso no podría ser cierto. Le dio a Jungkook


propinas ridículamente grandes con la esperanza de que Jungkook usara el
dinero para conseguir un lugar mejor.— Que haces con las propinas que
ganas?

—Hay un hombre ciego sin hogar que se sienta a la vuelta de la esquina de la


cafetería, —dijo Jungkook.— Él necesita ese dinero más que yo.

Mirando la cara seria de Jungkook, Taehyung no tuvo el corazón para decirle


que el hombre no estaba ciego en absoluto.

Taehyung se pellizcó el puente de la nariz. No era culpa de Jungkook pensar


lo mejor de todos. No estaba enojado con Jungkook. Estaba enojado con el
imbécil que usó la amabilidad de Jungkook para estafarlo.

—Kook, —dijo.— ¿Te gustaría vivir conmigo? Tengo un cuarto libre. Y te


llevaré al trabajo para que no tengas que usar el metro.

Jungkook lo miró fijamente.— ¿De Verdad?

Taehyung sonrió a Jungkook, tratando de ignorar la voz en la parte posterior


de su cabeza que seguía diciendo que estaba cometiendo un gran error.— De
Verdad.

—Solo si me dejas pagarte por la habitación, —dijo Jungkook.

—Claro.
Una pequeña sonrisa apareció en la cara de Jungkook antes de convertirse en
una cegadora.— Gracias. —dijo antes de lanzarse repentinamente hacia
adelante y abrazar a Taehyung.— Eres mi persona favorita, —dijo
suavemente contra el cuello de Taehyung.

La garganta de Taehyung se apretó. Se dijo a sí mismo que no debía leer


demasiado en eso.

—Tú también eres la mía. —No estaba seguro de cuándo había sucedido,
cuando este extraño y ridículo chico se había arrastrado hasta su corazón y se
había establecido allí. Joder, a veces no podía creer que solo habían pasado
seis semanas desde que conocía a Jungkook. Antes de Jungkook, Taehyung
siempre había pensado que era un cliché cuando la gente decía que se sentía
como si hubieran conocido a alguien de toda la vida.

—Me alegra que mis padres me hayan enviado aquí, —murmuró Jungkook,
rozando sus labios contra la garganta de Taehyung.— Tú eres mi mejor
amigo.

«Cierto.»

—Sí, —dijo Taehyung, mirando a la pared detrás de Jungkook.

«Cierto.»
CAPÍTULO 5

Jungkook era un compañero de piso terrible.

Era desordenado, era terrible lavando la ropa, puso los pies sobre la mesa de
café, dejó sus cosas por todo el apartamento y monopolizó la televisión para
ver Discovery Channel.

Jungkook también creía que era un decorador de interiores. Obtuvo


pequeñas cosas raras en una venta de garaje y decoró el apartamento,
alegando que el lugar carecía de carácter.

Un día, Taehyung llegó a casa para ver una pintura gigante en la sala de estar
que mostraba algo que se parecía vagamente al vómito de alguien.

—¿Qué es esto, Kookie? —Dijo Taehyung, dividido entre reírse y besarlo.

Jungkook le sonrió.— Es arte, tonto. ¿No es maravilloso? ¡El artista me lo


vendió por solo diez dólares!

A veces, Taehyung estaba casi seguro de que Jungkook estaba burlándose,


pero al mirar la expresión sincera y abierta de Jungkook, sabía que no lo
estaba. Cristo, Taehyung no sabía que era posible adorar a una persona tan
ridícula.
El día que Jungkook descubrió el yoga fue lo peor. Le pidió a Taehyung que
fuera con él a comprar una esterilla de yoga y luego no pudo decidirse entre
uno marrón "sensible" y uno rosa "alegre". Al final, él compró el marrón y
Taehyung le compró el rosa. Después de conseguir las esterillas de yoga,
Jungkook miró tutoriales en video y aparentemente decidió que tenía que
hacer yoga todas las noches con nada más que un par de diminutos shorts
blancos que no dejaban nada a la imaginación.

Taehyung lo odiaba. Odiaba las piernas de Jungkook, sus rodillas de forma


extraña y sus ridículos shorts blancos.

Excepto que él realmente, realmente no lo hacia.

—Eres un masoquista, amigo, —le dijo Yoongi un día, un mes después de que
Jungkook se había mudado con él.

Él y Yoongi estaban descansando frente al televisor de Taehyung, viendo un


partido de la Champions League. Jungkook, que no entendía el tema del
fútbol, estaba en la cocina, canturreando algunas canciones y cocinando, lo
cual era su última obsesión. Jungkook era bastante bueno en eso, en
realidad, a pesar de que todo lo que hacía era demasiado picante.

Taehyung dijo:— Solo somos amigos. Déjalo.

Ignoró la mirada de lástima en la cara de Yoongi y centró su atención en el


partido.
Jungkook asomó la cabeza por la puerta de la cocina.— ¿Alguien quiere
helado? ¡Hice helado!

—Claro, amor, —dijo Taehyung.

—¿De qué sabor? —Preguntó Yoongi, lanzándole a Taehyung una mirada que
él ignoró.

—Limón, —respondió Jungkook.

—Hmm, no, gracias, —dijo Yoongi. Cuando Jungkook desapareció de nuevo


en la cocina, Yoongi miró a Taehyung.— ¿Desde cuándo te gusta el helado de
limón?

—Cállate, —dijo Taehyung sin mucha emoción.

Jungkook regresó con un tazón de helado y unas cucharas. Se los dio a


Taehyung y se acurrucó contra él.— ¿Quién va ganando? —dijo sin mucho
interés, deslizando un brazo alrededor de la cintura de Taehyung.

—Barcelona, —dijo Taehyung, ignorando la mirada de Yoongi, y cavó en el


helado. Se llevó la cuchara a la boca, tragó y reprimió una mueca. Realmente
no era fanático de los limones.
—No te gusta, —dijo Jungkook, con la cara caída.

—No, es bueno, —dijo Taehyung.— Simplemente no me gustan mucho los


limones.

Las esquinas de la boca de Jungkook giraron hacia abajo.— ¿Por qué no lo


dijiste? —Murmuró Jungkook.— ¿Cuál es el punto de mi aprendizaje para
cocinar si no te gusta?

Taehyung lo miró fijamente.— ¿Estás aprendiendo a cocinar para mí?

—Por supuesto, —dijo Jungkook, mirando a Taehyung como si fuera un


estúpido.— Dijiste que te gustaba la comida casera, y yo quería... —Él desvió
su mirada, mordiéndose el labio.— Haces tanto por mí. Quería devolver algo.

Con el pecho apretado de afecto, Taehyung le dio un beso en la nariz.— No


tienes que hacerlo, amor.

—Pero me gusta, —dijo Jungkook en voz baja. Todavía no estaba mirando a


los ojos de Taehyung, un ligero rubor en sus mejillas.— Me gusta hacer cosas
por ti. Me hace sentir bien.

Taehyung de repente se preguntó si era la razón por la que Jungkook insistió


en lavar su ropa, a pesar de ser bastante terrible en eso.
—Esta bien, —Dijo Taehyung, metiendo un mechón del cabello de Jungkook
detrás de su oreja. El cabello de Jungkook siempre lo había fascinado. Era tan
suave y brillante que se sentía inhumano, como la seda más fina. El pelo no
era lo único sobre Jungkook que parecía etéreo: su piel era
extraordinariamente impecable y suave al tacto, sus ojos eran
antinaturalmente violetas y profundos. Taehyung tenía que evitar
constantemente tocarlo y acariciarlo por todas partes.

—Necesitas un corte de pelo, bebé, —dijo Taehyung, pasando sus dedos por
el cabello de Jungkook. Intentó no mirar la pequeña boca rosada de
Jungkook.

Jungkook cerró los ojos, apoyándose en el tacto.— He estado pensando en


dejarlo crecer. ¿Qué piensas?

—Es tu cabello, Kook, —dijo Taehyung, levantando un poco las cejas.


Últimamente, Jungkook había estado pidiendo su opinión sobre su apariencia
todo el tiempo. Taehyung no estaba seguro de qué pensar al respecto. Si no
lo conociera mejor, pensaría que Jungkook quería verse bien para él, lo cual
... era bueno saberlo mejor. Amigos. Solo eran amigos.

—Sé que es mi cabello, —dijo Jungkook, rodando los ojos con una sonrisa.—
¿Pero crees que me vería bien con el pelo largo? Intenté dejármelo crecer
una vez cuando tenía doce o trece años, porque quería ser como mi hermano
mayor, pero me veía ridículo. Pero ahora en realidad tengo pómulos, así que
tal vez pueda hacerlo ahora. ¿Qué piensas?
Taehyung rozó su pulgar sobre dichos pómulos.— Te verías bien, —dijo,
quitando su mano cuando notó que Yoongi los estaba mirando.— Pero
también te ves bien ahora.

Una hora después, mientras seguía a Yoongi hasta la puerta, Taehyung


dijo:— No lo hagas.

Yoongi lo miró con gravedad.— Solo ten cuidado, hombre. Parece un tipo
realmente agradable, pero los amables suelen ser los peores. No te das
cuenta cuando te apuñalan en la tripa porque estás muy distraído por sus
sonrisas.

Taehyung no dijo nada. Tenía la sensación de que era demasiado tarde para
él de todos modos.

—A Yoongi no le gusto, ¿verdad? —Jungkook dijo cuando Taehyung volvió a


la sala de estar.

Taehyung suspiró interiormente. Probablemente había sido demasiado


esperar que Jungkook no se diera cuenta. Jungkook podría ser muy
perceptivo para alguien que estaba completamente ajeno a ciertas cosas.

—Solo está un poco celoso, —mintió, sentándose junto a Jungkook.— Solía


ser mi amigo más cercano. Solíamos pasar el rato todo el tiempo.
Jungkook miró hacia abajo, con una arruga infeliz apareciendo entre sus
cejas.

—No es tu culpa, —dijo Taehyung, pasando un brazo alrededor de Jungkook


y apretando su hombro.

—Pero lo es, —dijo Jungkook.— Tomo mucho de tu atención y tu tiempo. —


Jungkook levantó la mirada.— ¿Sabes la parte horrible?, —Dijo con las
mejillas rosadas.— No lo siento mucho. Me siento terrible porque no me
siento mal por eso. Me gusta tener toda tu atención. Eres mío, no de él.

«No leas mucho en eso.»

Taehyung se aclaró la garganta.— Puedo ser de ambos. Tuyo y suyo. No es


mutuamente excluyente. Es normal tener varios amigos íntimos.

Jungkook frunció los labios.— No lo llamas bebé.

Taehyung parpadeó.— ¿No? —¿Qué tenía eso que ver con algo?

Una pequeña arruga apareció entre las cejas de Jungkook.— Mientras sea tu
único bebé, él también puede ser tu amigo, supongo.
Taehyung soltó un bufido.— Gracias por tu permiso, pequeño tirano.

Jungkook rió, teniendo la gracia de parecer avergonzado.— Lo siento, estoy


siendo horrible. No sé por qué lo estoy haciendo tan mal. Yoongi es muy
amable, pero ... —Envolvió su brazo alrededor de la cintura de Taehyung y
escondió su rostro contra su pecho.— Nunca tuve un amigo como tú, —
confesó en voz baja.— Tengo muchos amigos en casa, pero esto es diferente.
Eres diferente. Yo ... —Levantó la cabeza para mirar a Taehyung a los ojos.—
Estoy tan feliz de haberte conocido. Me haces muy feliz, todo cálido y
mareado por dentro.

Taehyung se dijo a sí mismo que era la barrera del idioma. Jungkook


simplemente tuvo problemas para expresarse y no entendía cómo sonaban
sus palabras.

—Me alegra que nuestra amistad te haga feliz, —dijo Taehyung, besando a
Jungkook en la sien.— Entiendo lo que quieres decir: es raro encontrar una
persona con la que te sientas tan bien.

Jungkook asintió.— Gracias, —dijo, tirando de la camiseta de Taehyung.—


Por aguantar mi rareza, —aclaró con una sonrisa tímida, tirando de la
camiseta de Taehyung de nuevo.

—¿Qué estás haciendo? —Dijo Taehyung.— ¿Te está ofendiendo mi camiseta


o algo?

—Me gusta cuando usas camisas de vestir con botones, simplemente puedo
desabrocharte los botones superiores y poner mi cara allí y olerte.
Taehyung lo miró fijamente. Por supuesto que había notado el hábito de
Jungkook de deshacer el botón superior de su camisa cuando se abrazaban,
pero siempre había pensado que era solo una de las extrañas peculiaridades
de Jungkook.

Jungkook arrugó la nariz y se echó a reír.— ¿Volví a decir algo raro? Dije algo
raro, ¿no?

Cristo, él era tan jodidamente lindo. Taehyung odiaba y amaba la falta total
de filtro de Jungkook.

—¿Te gusta cómo huelo? —Dijo con una voz más ronca de lo que le hubiera
gustado.

Jungkook asintió, frunciendo el ceño un poco.— Al principio pensé que era tu


colonia. Lo probé, pero no huele igual. Es tu piel. Huele muy, muy bien. —
Miró la camiseta de Taehyung con frustración antes de suspirar y poner su
cabeza en el hombro de Taehyung con un puchero. Hubiera sido adorable si
Taehyung no estuviera ocupado tratando de controlar su cuerpo. No quería
imaginarse a Jungkook frotándose la cara contra su pecho desnudo,
acariciándolo como un gatito, luego besando su piel, lamiendo sus pezones…

Taehyung cerró los ojos, tratando de pensar en las cosas más repugnantes y
horribles para reprimir su excitación.

—Jungkook, —dijo.
—¿Mmm? —Jungkook dijo, presionando su nariz contra el lado del cuello de
Taehyung.

Taehyung apretó los dientes mientras los labios de Jungkook se frotaban


contra su piel. Su polla comenzó a endurecerse, a pesar de sus mejores
esfuerzos por no reaccionar.

—Kook, suficiente, —logró decir, mirando fijamente la horrible pintura en la


pared.

—¿Pero por qué?

—Porque soy solo humano.

Jungkook levantó la cabeza y lo miró, desconcertado.

Y joder, Taehyung ya no podía hacerlo.

—Soy gay, Jungkook, —dijo, apartando a Jungkook y poniéndose de pie.—


¿No lo entiendes, joder? Soy gay. Eres un tipo atractivo.

Jungkook lo miró fijamente, parpadeando, pareciendo perdido.


Jodido infierno. ¿Cómo podría ser Kook tan ingenuo? ¿La posibilidad de que
Taehyung lo deseara era tan descabellada que ni siquiera se le había
ocurrido? Nunca había sido tan obvio que Jungkook simplemente ni siquiera
lo veía como un ser sexual. Y maldita sea, fue un golpe para su ego ...
Taehyung estaba dispuesto a admitir que siempre había sido un poco
arrogante. No sonaba engreído, pero sabía cómo se veía. Nunca había tenido
problemas para conseguir a quien quisiera, a excepción de este extraño,
ridículo y encantador chico por el que tenía sentimientos reales. Taehyung
estaba bastante seguro de que había ironía en esto, en alguna parte.

—Yo ... —dijo Jungkook, con los ojos muy abiertos.— No puedes.. sabes que
no.. sabes que no puedo.. no es porque tú ...

Taehyung se rió entre dientes.— No soy yo, ¿eres tú? No te molestes, Kook.
Lo entiendo. —Se dio la vuelta y se fue a su habitación.

Media hora más tarde, hubo un golpe tentativo en la puerta.

—Vete, Jungkook, —dijo Taehyung, sin abrir los ojos. Yoongi tenía razón.
Debía poner cierta distancia entre él y Jungkook, dibujar algunos límites
saludables.

—Taehyung, por favor, —dijo Jungkook.

Sonaba triste…
«No, maldita sea. Límites saludables.»

—¿Puedo entrar?, —Dijo Jungkook. Su voz se quebró.— Por favor.

«Joder»

Taehyung se levantó de la cama y se dirigió a la puerta. Sin embargo, no la


abrió porque sabía que una mirada a la cara triste de Jungkook destruiría su
resolución.

—Jungkook ve a la cama, —dijo.— Hablaremos mañana cuando ambos


estemos más tranquilos.

—Estoy tranquilo, —dijo Jungkook, sonando todo menos eso.

—No lo estas, —dijo Taehyung.

—Está bien, no lo estoy, pero no estaré más tranquilo si tengo que esperar
hasta la mañana para hablar contigo.

Taehyung suspiró y se deslizó para sentarse en el suelo, de espaldas a la


puerta.— Está bien, habla. Aunque haz que sea breve.
—¿Así? ¿A través de la puerta?

—Sí, —dijo Taehyung. Jungkook no necesitaba saber cuánto poder tenía su


rostro sobre él. Le quedaba algo de orgullo.

Escuchó a Jungkook sentarse al otro lado de la puerta.

Por un largo momento, solo hubo silencio.

—Lo siento, —dijo Jungkook al fin.— Lo siento por ser un idiota y no darme
cuenta de lo incómodo que te estaba haciendo sentir.

Taehyung frunció el ceño. Eso no era lo que esperaba.

—Yo solo, —dijo Jungkook.— He estado un poco protegido toda mi vida.


Nunca he estado tan cerca de ... personas solteras sexualmente activas,
mucho. Así que nunca había sido un problema antes, ¿sabes? Por eso no se
me había ocurrido que pudieras ... sentirte atraído por mí. —Todavía había
una nota de desconcierto en la voz de Jungkook, como si no pudiera creerlo
completamente.

A pesar de sí mismo, Taehyung sonrió. Jungkook era tan extraño. ¿No se


había visto en el espejo? A veces realmente era como un extraterrestre,
porque sus estándares parecían ser muy diferentes de los normales.
Taehyung se pellizcó el puente de la nariz.— No es tu culpa, Kook, —dijo con
un suspiro.— Este es mi problema, y ya sé cómo lidiar con eso.

—¿Cómo? —dijo Jungkook.

—Habrá reglas. Ambos las seguiremos.

—¿Qué tipo de reglas?

—Seremos amigos como Yoongi y yo somos amigos.

Casi podía oír a Jungkook fruncir el ceño. Era un poco perturbador lo


vívidamente que podía imaginarlo.

—Pero.. pero, —Jungkook tartamudeó, sonando aplastado positivamente.

—Jungkook, —dijo Taehyung, cerrando los ojos.— Por favor, no lo hagas más
difícil.

Jungkook se quedó en silencio por un largo tiempo.


Por fin, dijo, sonando completamente desinflado,— Bueno. Si eso es lo que
quieres. —Taehyung lo escuchó levantarse e ir a su propio dormitorio, la
puerta se cerró silenciosamente detrás de él.

—Eso quiero, —repitió Taehyung antes de reír, el sonido áspero y feo en el


silencio de la habitación. No, eso no era lo que él quería. Pero apenas
importaba.
CAPÍTULO 6

—Taehyung se siente atraído por mí, —dijo Jungkook.

Hani dejó de limpiar el mostrador y levantó la cabeza.— ¿Y?

Jungkook frunció el ceño, sin entender por qué no estaba sorprendida.— Eso.
Taehyung se siente atraído por mí.

Ella arqueó las cejas.— ¿Se supone que eso es algo nuevo para mí? ¿Por qué
crees que lo he estado llamando tu novio? Él te mira como si fueras su sol
personal.

Jungkook frunció el ceño. Ella estaba equivocada. Taehyung no lo miraba de


esa manera. Sentía que Taehyung apenas lo miraba últimamente.

Jungkook negó con la cabeza.— Como lo entiendo, es solo atracción física. Él


es gay y me considera físicamente atractivo. —No es que él entendiera bien
el concepto de atracción física. En momentos como este, Jungkook sentía
más que nunca que no pertenecía a este mundo.

Hani puso los ojos en blanco.— Claro, y yo soy la reina. ¿Cuál es el problema,
Kookie? El tipo es increíblemente atractivo y sexy, bueno, agradable, no sin
sentido del humor, y te adora. Estoy prácticamente verde de envidia. —Ella
sonrió de lado.— Apuesto a que es genial en la cama. Se ve como que es
genial en la cama.
Frotándose detrás de su cuello, Jungkook se rió entre dientes.— No seas
ridícula. Taehyung es mi amigo, no un… —Se sonrojó al pensar en la
intimidad física fuera de un vínculo matrimonial. La actitud casual de los
humanos hacia el sexo todavía lo desconcertaba un poco. Cuando descubrió
que los humanos podían tener relaciones sexuales como a los doce años, se
había quedado absolutamente estupefacto. En casa, la mayoría de las
personas no tenían relaciones sexuales antes de su ceremonia de unión a la
edad de veinticinco años. El sexo fuera de un vínculo era un tabú en casa que
se sentía avergonzado incluso de pensar en ello. No era que los calluvianos
fueran puritanos con el sexo. Era solo ... hasta la ceremonia de unión, se
suponía que los calluvianos no estaban interesados en el sexo. Había rumores
de que a veces, cuando el vínculo de la infancia era débil, era posible sentir
atracción sexual por alguien que no fuera el compañero de enlace, pero
Jungkook no estaba seguro de cuán veraces eran esos rumores. Su vínculo de
la infancia siempre había sido perfectamente fuerte y nunca había sentido ni
siquiera un atisbo de atracción sexual hacia nadie. Nunca le había molestado.
No había tenido razón para sentirse molesto por algo que era incapaz de
sentir… aún.

Pero ahora él tenía curiosidad. Quería entender a Taehyung. Por primera vez
en la historia, Jungkook se preguntó si se estaba perdiendo algo debido al
vínculo.

Habían pasado más de cuatro mil años desde que los Calluvianos habían
comenzado a practicar los vínculos de la infancia. La práctica había sido
puesta por una razón.

Todo comenzó cuando un miembro menor del Primer Gran Clan secuestró a
la reina del Tercer Gran Clan y forzó un vínculo arcaico e inquebrantable.
Aunque había habido precedentes de vínculos forzados en el pasado, nadie
había intentado forzar un vínculo inquebrantable en el gobernante de un
gran clan. El alboroto había sido enorme. Ese tipo de vínculo se había vuelto
obsoleto por una razón, era imposible de disolver, entonces un violador
mental se convirtió en un consorte real a pesar de los esfuerzos mentales de
los adeptos más inteligentes para romper el vínculo. Eventualmente la reina
tuvo que renunciar a favor de su hermano. Para empeorar las cosas, el
Primer Gran Clan se negó a hacerse responsable de las acciones perjudiciales
de sus miembros contra la Tercera Casa Real, a pesar de que estaban
legalmente obligados a hacerlo. Como resultado, el escándalo político se
convirtió en un conflicto militar, que eventualmente involucró a todos los
grandes clanes en la guerra más grande del planeta en la historia de Calluvia
que casi acabó con toda la población cuando las armas biológicas usadas en
la guerra afectaron la salud de la población y la capacidad reproductiva.

La Gran Guerra terminó años después, cuando todos se dieron cuenta de lo


cerca que estaban de la extinción. Tomó décadas recuperarse de esa guerra
devastadora y sus consecuencias.

Para evitar que algo así volviera a suceder, el Consejo de los Grandes Clanes
había ideado el camino para unir los núcleos telepáticos de los niños desde
temprana edad. Un vínculo infantil funcionó de manera diferente a cualquier
otro vínculo telepático, profundizando en la psique del niño y haciendo
imposible que alguien fuerce un vínculo matrimonial. En cualquier otro
momento, una propuesta de este tipo habría llevado a un debate sobre
temas de consentimiento, ya que los niños no podían dar su consentimiento,
pero después de años de derramamiento de sangre y décadas de
reconstrucción, nadie quería que algo así volviera a suceder y casi todo el
mundo se había sentido aliviado por la solución. Bueno, no todos. Algunas
personas se habían negado a seguir la ley y dejaron a sus grandes clanes,
pero no era apropiado reconocer su existencia en la comunidad educada.
Renegados, fueron llamados en susurros. Los renegados no reconocieron la
autoridad de ningún gran clan. Eran efectivamente queridos forajidos, pero
nadie sabía dónde vivían. Algunos dijeron que vivían en un lugar alto en las
Grandes Montañas, pero Jungkook no creía que fuera cierto. ¿No los
encontraría la tecnología moderna si ese fuera el caso?

De todos modos, los Renegados eran las únicas personas en Calluvia que no
tenían vínculos de la infancia. Jungkook siempre había pensado que los
Renegados estaban equivocados. El hecho de que no hubiera habido
conflictos como ese nuevamente demostró que la Ley de Vinculación estaba
en lo cierto. Se había comprobado científicamente que la unión de los
núcleos telepáticos de los niños hacía que su telepatía fuera más estable y su
temperamento más moderado. Los sociólogos insistieron en que los lazos de
la infancia básicamente habían salvado a su sociedad de la autodestrucción,
algo que le sucedió a demasiadas civilizaciones avanzadas.

Pero, ¿cómo podría explicárselo a Hani? Sobre todo porque Jungkook no


entendía completamente cómo funcionaba el vínculo. Había muy poca
información sobre el vínculo en la base de datos pública. ¿Por qué el vínculo
impedía que las personas sintieran atracción? ¿Por qué algunas personas
vinculadas eran capaces de sentir cierta atracción sexual mientras que otras
no podían sentir nada hasta la ceremonia de vinculación? ¿Qué pasaba
durante la ceremonia de unión? ¿Cómo se convertía un vínculo de la infancia
en un vínculo de matrimonio? Jungkook le había preguntado a su hermano
una vez, pero Nam había dicho que Jungkook realmente no quería saber.
Cuando Jungkook le preguntó a su madre, ella simplemente le dio una
mirada extraña y cambió de tema. Fue tan raro, ¿Por qué estaban tan
callados sobre esto? ¿Qué estaban escondiendo? ¿Por qué?

—Estoy comprometido, ¿recuerdas? —Dijo Jungkook por falta de algo mejor


que decir.
—Por favor, —dijo Hani con una burla.— En todo el tiempo que has
trabajado aquí, ella nunca te ha llamado, Jungkook. ¿Qué tipo de relación es
esa?

Jungkook hizo una mueca. Odiaba no poder defender a Lalisa'shni'gul. Pero


revelar que no era humano y hacer un contacto no autorizado con los
terranos sería una violación de una de las más importantes leyes
intergalácticas. Incluso si Jungkook no fuera arrestado por eso, no tenía
dudas de que el escándalo sería usado como arma por los enemigos políticos
de su madre. Si su madre no lo mataba por ponerla en una posición tan débil,
el hermano de Jungkook lo haría.

—No es culpa de Lisa que no pueda mantenerse en contacto, —dijo


Jungkook. Eso era cierto. Últimamente apenas podía sentir el vínculo entre
ellos. Su conexión telepática había desaparecido inmediatamente después de
su llegada a la Tierra, pero todavía podía sentir su vínculo en el fondo de su
mente, como una presencia tranquilizadora constante. Sin embargo, a
medida que pasaba el tiempo, el vínculo se había debilitado gradualmente, y
Jungkook temía que se desvaneciera por completo pronto, al igual que sus
vínculos con su familia lo habían hecho a su llegada. Por supuesto, nunca
había oído hablar de un vínculo de la infancia que se desvaneciera
completamente. Era bastante común que las conexiones telepáticas más
débiles se desvanecieran si la distancia física era demasiado grande para
mantenerlas, pero el vínculo de infancia era demasiado fuerte para eso. Por
lo que Jungkook sabía, nunca sucedió. Y, sin embargo, su mente estaba muy
callada últimamente por primera vez en su vida. Junto con la distancia entre
él y Taehyung, esto era lo más deprimido que Jungkook se había sentido en
su vida.

Jungkook suspiró al pensar en Taehyung.


—No lo compro, —dijo Hani.

Jungkook tardó un momento en recordar de qué estaban hablando. Cierto.


La "negligencia" de su compañera hacia él.

—No me molesta, —dijo Jungkook sacudiendo la cabeza. ¿Por qué no pudo


Hani concentrarse en el problema real?— Taehyung se siente atraído por mí.
¿Qué debo hacer?

Ella le dio una mirada.— ¿Qué quieres decir? Si no lo quieres, solo díselo y
muévete de su apartamento.

—No. —Jungkook dijo, sus cejas dibujándose juntas. Él no quería mudarse. Le


encantaba vivir con Taehyung, y quería vivir con él todo el tiempo que
pudiera.. y mientras pudiera. Sus padres podrían hacerlo regresar cualquier
día ahora.

Su estómago se anudó ante el pensamiento. Echaba mucho de menos a su


familia, pero la idea de dejar a Taehyung lo hacía sentir enfermo y asustado.

Al darse cuenta de la extraña expresión en el rostro de Hani, Jungkook dijo:—


¿Qué?

—Jungkook, dijo ella lentamente. —Entiendes que debe ser ... incómodo
para él, ¿verdad? La atracción no correspondida no es una broma. Debe ser
difícil para él vivir contigo.
—Yo… —Jungkook tragó.— Lo hago. Es por eso que estoy pidiendo consejo.
No quiero hacerle daño.

Hani suspiró.— No sé qué decir. Esa es una situación difícil. ¿Estás seguro de
que no te sientes atraído por él en absoluto? Cuando te veo con él, su
atracción por ti realmente no parece no correspondida.

Jungkook se rio entre dientes.— ¡No seas tonta!

—¿Tonta? —Ella dijo, su voz llena de exasperación.— Kook, muestras los


signos clásicos de atracción: inclinas tu cuerpo hacia él, sonríes mirándolo a
los ojos, estás constantemente encima de él, encuentras las más lamentables
excusas para tocarlo. Hace solo unos días, te vi acariciándole el cuello con tu
nariz y parecía como si te fueras a correr solo con eso! Francamente, el hecho
de que no te atraiga es más sorprendente para mí. ¿Estás seguro de que no
lo estás?

—Yo.. yo, —balbuceó Jungkook, con su mente acelerada.— ¿Eso creo?

Ella lo miró fijamente.— ¿Cómo puedes no saberlo?

Jungkook se preguntó qué diría ella si le dijera que era un extraterrestre con
una composición biológica completamente diferente. En este punto,
probablemente sería más creíble que su olvido e inexperiencia.

—Soy algo que probablemente llamarías demisexual, —dijo con cuidado.—


Estoy más cerca de ser asexual. Realmente no siento atracción. Tengo que
estar ... conectado emocionalmente con la persona para sentir cualquier
atracción sexual. —Necesitaba estar conectado telepáticamente, lo que
obviamente no lo estaba, al menos no con Taehyung.

Hani tenía una expresión de pellizco en su rostro.— Jungkook, —dijo ella


lentamente.— ¿Estás diciendo que no te sientes emocionalmente conectado
con Taehyung? Porque esa es la mayor cantidad de tonterías que he
escuchado.

Jungkook la miró, sintiéndose completamente perdido.

—¿Puedes describir cómo se siente la atracción? —Dijo vacilante,


lamiéndose los labios.— Es probable que sea una pregunta estúpida, ¿pero
me haces un favor?

Hani le sonrió.— No es una pregunta estúpida si te identificas como


demisexual o asexual. —Ella parecía pensativa.— Bueno, no soy un hombre,
pero cuando me siento atraída por alguien, me siento emocionada cerca de
él, quiero tocarlo todo el tiempo, sonrío más alrededor de él, quiero
complacerlo, quiero lucir bien para él, quiero que piense que soy graciosa e
interesante. Obviamente hay signos físicos...

—¿Qué signos físicos?

Ella lo miró fijamente.— ¿Realmente quieres saber lo que siento cuando


estoy excitada?

Jungkook luchó contra el sonrojo. Esto era increíblemente vergonzoso. Pero


él necesitaba saberlo, porque todo lo que ella había descrito sonaba muy
familiar. Confusamente familiar.
Mordiéndose el labio, Jungkook asintió. No era un bebé. Podía hablar de
sexo. No era un gran problema para los humanos y se suponía que era un
humano.

—De acuerdo, —Hani se sonrojó.— Mi piel se estremece cuando me toca.


Tengo una sensación de calor en la parte baja de mi estómago. Quiero sus
manos sobre mi cuerpo. Quiero estar cerca de él para que no haya espacio
entre nosotros. Quiero sus labios sobre mí, en todas partes.— Ella estaba roja
ahora.— Me mojo si realmente me siento atraída por el tipo, pero
obviamente es diferente para los hombres. Los hombres se ponen duros. —
Ella sonrió un poco.— No esperaba tener esta conversación hasta que tuviera
hijos adolescentes.

Jungkook no le devolvió la sonrisa. Aunque algunas de las cosas que ella


había dicho no se aplicaban a él, algunas cosas eran más que un poco
familiares. Siempre quería estar cerca de Taehyung, apretar su cuerpo contra
él. Quería tener las manos de Taehyung sobre su cuerpo todo el tiempo.
Nunca había imaginado la boca de Taehyung sobre su cuerpo, pero ahora
que lo hizo, el pensamiento no era ... desagradable. Hizo que su corazón
latiera más rápido y su piel se calentara.

Pero no entendía del todo lo que el mojarse o lo duro tenía que ver con
sentirse atraído por alguien. Bueno, él entendía la mecánica del sexo, pero
como nunca lo había experimentado, era difícil de imaginar.

—Supongo que podrías llamar a mis padres ... Puritanos, —dijo Jungkook,
eligiendo sus palabras con cuidado. Sabía que su ignorancia debía parecer
extraña en la era de Google.— No están de acuerdo con el sexo fuera del
matrimonio. Nunca me hablaron sobre el sexo y me desanimaron de
aprender sobre eso.
Los ojos de Hani se ensancharon.— ¿De verdad?

Jungkook asintió, sintiendo una punzada de culpa por mentir. Sus padres no
eran realmente así de puritanos. Los Calluvianos simplemente no discutían el
sexo a menos que fuera necesario.

—... ¿Jungkook?

Parpadeando, Jungkook volvió a mirar a Hani.— Lo siento, ¿qué?

Ella negó con la cabeza.— No entiendo algo. Si nunca te has sentido atraído
por alguien, ¿cómo puedes comprometerte con esa chica? —Ella se burló.—
Por favor, no me digas que es un matrimonio arreglado. Pero después de lo
que dijiste sobre tus padres, eso no me sorprendería.

—Es un matrimonio arreglado, —reconoció Jungkook, aunque nunca había


pensado en su vínculo de infancia en esos términos.— Pero me gusta mi
prometida. Ella es agradable.

—Honestamente, —dijo Hani.— ¿De dónde eres otra vez? ¿Del siglo quince?
Es positivamente medieval.

Jungkook se rió entre dientes, preguntándose qué diría si supiera que la


gente de Jungkook estaba en realidad miles de años por delante de los
humanos tecnológicamente. Pero era bastante curioso que las costumbres
de su gente estuvieran más cerca de las costumbres que los humanos habían
practicado hace varios siglos.
—Entonces, ¿te sientes atraído por Taehyung o no? —Hani dijo.

Jungkook desvió su mirada. La respuesta que debería haber sido simple fue
cualquier cosa menos. Tenía algunos sentimientos extraños hacia Taehyung
que nunca había sentido antes. Él se sentía extrañamente atraído por
Taehyung. ¿Pero era ese tipo de atracción?

No, probablemente estaba confundido. No sé ponía ni "mojado" ni "duro"


alrededor de Taehyung. Eso tenía que significar que no se sentía atraído por
él, ¿verdad?.

—No, —respondió Jungkook.— No creo que me sienta atraído por él. —Se
frotó la nariz con un suspiro.— Necesito saber qué hacer. No me gusta la
solución de Taehyung.

—¿La solución de Taehyung?

Jungkook sintió que las comisuras de su boca bajaban.— Ha sido diferente en


los últimos días.

—¿Diferente?

—Él es, como, amigable, pero está distante. —Jungkook atrapó su labio
inferior entre sus dientes y miró sus manos. Dijo en voz baja:— No me ha
llamado ‘bebé o ‘amor’ en dos días.
Silencio.

—Déjame aclarar esto, Kook, —dijo Hani, con un tono muy seco.— Quieres
que te llame amor y nene, y te molesta que ya no lo haga.

—Bebé, —la corrigió Jungkook, frunciendo el ceño.— No nene.

Ella le dirigió una mirada extraña antes de reírse.— Dios, eres muy raro,
Jungkook. —Pero entonces, ella se puso seria.— ¿Quieres mi consejo?
Averigua lo que sientes por él antes de que sea demasiado tarde. Tal vez sea
solo yo, pero no me enojo porque mi mejor amiga no usa términos cariñosos
en mi.

Jungkook abrió la boca y la cerró.

Ella tenía razón. No debería haberlo molestado. Nadie en su familia lo


llamaba así y Jungkook no dudaba del amor de su familia. Pero era diferente
con Taehyung. Le encantaba ser el amor de Taehyung y el bebé de Taehyung.
Quería que Taehyung lo llamara amor y bebé, lo cual era ... probablemente
algo extraño para querer de un amigo.

Jungkook hundió la cara en sus manos, gimiendo en una mezcla de vergüenza


y frustración.— Ya no entiendo nada.

Hani simplemente se rió.


CAPÍTULO 7

Las palabras de Hani aún estaban en su mente cuando Jungkook se subió al


auto de Taehyung después del final de su turno.

—Oye, —dijo Taehyung con una sonrisa neutral. Parecía cansado y menos
inmaculado de lo habitual, su rastrojo de barba tan espeso que casi podía
llamarse barba. Probablemente sería duro al tacto.

Jungkook miró hacia otro lado, curvando los dedos en su regazo y resistiendo
la tentación de besar a Taehyung en la mejilla. Cuanto más tiempo estuvo sin
contacto físico con Taehyung, más difícil se volvió reprimir los impulsos como
esos.

—¡Hola! —Jungkook dijo, tratando de sonar alegre. Por el bien de Taehyung,


él había estado tratando de actuar como si la distancia entre ellos no le
molestara. Jungkook esperaba que fuera convincente, pero no estaba seguro.

—¿Cómo estuvo tu día?, —Dijo Taehyung, saliendo del estacionamiento.

Jungkook intentó no fruncir el ceño. Debió haber sido “¿Cómo estuvo tu día,
amor?”, con Taehyung pasando los dedos por el cabello de Jungkook o
acariciando su nuca mientras Jungkook se acurrucaba contra él.

—Bien, —respondió Jungkook, frotándose las palmas de las manos sobre los
muslos. Odiaba no poder tocar a Taehyung. Si la amistad de Taehyung con
Yoongi era así, no era de extrañar que Yoongi hubiera estado celoso.—
¿Como estuvo el tuyo?

Taehyung murmuró algo no comprometido, sus ojos en el tráfico.

Un silencio un poco incómodo se instaló entre ellos durante el resto del viaje.
Jungkook odiaba cada segundo de ello.

—¿Podemos hablar? —Jungkook dijo cuando llegaron a casa.

Taehyung se quitó la chaqueta y levantó la cabeza.— ¿Qué? —él dijo. Su


rostro no revelaba nada.

«¿Me odias ahora?»

Jungkook abrió la boca, pero no salió nada. Perdió su nervio. Él no podía


preguntarlo. Tenía miedo de preguntar. Siempre estaba en el fondo de su
mente que ni siquiera tenía que preguntar si realmente quería saber. Él
podría encontrar fácilmente lo suficiente. Nunca había tenido más miedo de
usar su telepatía en su vida.

Jungkook se humedeció los labios.— ¿Quieres que me mude? —dijo con voz
entrecortada.— Puedo mudarme si eso es lo que quieres.

Taehyung sacudió la cabeza rígidamente, sus hombros tensos mientras


desabotonaba los botones superiores de su camisa sin mirar a Jungkook.—
No seas tonto, Kook.
Jungkook se quedó mirando el pecho medio desnudo de Taehyung. Deseó
poder enterrar su cara allí, respirar la esencia de Taehyung y quedarse ahí
como por siempre.

Un sentimiento fuerte y desconocido se apoderó de él. Se sentía un poco


como mareado, pero era casi agradable. ¿Tal vez había atrapado algún bicho
alienígena? Aunque había recibido todos los disparos adecuados antes de
abandonar su planeta, siempre había una pequeña posibilidad.
Probablemente debería irse a acostarse. Por si acaso.

Jungkook murmuró que no tenía hambre y se dirigió a su habitación. Su


estómago cayó cuando Taehyung ni siquiera intentó detenerlo. Tal vez
realmente debería mudarse.

Fue su último pensamiento cuando Jungkook cayó en un sueño extraño y


agotado tan pronto como su cabeza tocó la almohada.

Soñaba con el silencio, algo estirándose y rompiéndose con un chasquido. De


repente, se estaba quemando de adentro hacia afuera, sintiéndose sediento,
hambriento y demasiado sensible…

Jungkook se despertó sobresaltado, su respiración era pesada e inestable, su


corazón latía con agitación.

Se sentó, sin saber con qué había estado soñando. Respiró dentro y fuera,
tratando de calmarse.
Pero no pudo. Había algo mal. Había algo mal con él. Se sintió apagado,
inestable, su control sobre su telepatía se hizo pedazos. Podía sentir débiles
ecos de los pensamientos de otras personas. Un piso más abajo, una mujer
estaba enojada con su marido por ver futbol y no ponerle e ella atención, y
su esposo se preguntaba cuándo se quedaría dormida para que él pudiera
escaparse para encontrarse con otra mujer.

Jungkook respiró hondo, tratando de controlar su telepatía. Supuso que


debería estar agradecido de que era de noche y que no había muchas
personas despiertas. Las personas dormidas no emitían pensamientos claros,
solo un zumbido de fondo que podía ignorar más fácilmente.

Jungkook presionó sus manos contra sus sienes y cerró los ojos,
concentrándose en reconstruir sus escudos mentales.

Se puso rígido cuando se dio cuenta de que algo estaba mal en su mente.
Algo faltaba. Su vínculo. Su vínculo con Lalisa'shni'gul se había ido, cada
remanente débil de él.

Pero eso no era todo. Sus sentidos nunca habían sido tan fuertes. Podía oír
mejor. Podía escuchar incluso las respiraciones constantes de Taehyung en la
otra habitación.

Taehyung.

Un anhelo lo golpeó con tanta fuerza que Jungkook se estremeció. Tenía que
llegar a Taehyung. Necesitaba a Taehyung.
Jungkook salió de la cama y salió de su habitación. Se detuvo unas cuantas
veces, sorprendido por lo aguda y vívidamente que podía sentir el frío suelo
bajo sus pies descalzos. Todo parecía más vivo: las sensaciones, los olores, los
sonidos.. la extraña hambre dentro de él.

Temblando, Jungkook abrió la puerta de Taehyung y caminó hacia su cama.


Debería haber sido imposible ver tan claramente en la oscuridad, pero, para
confusión de Jungkook, podía ver bastante bien.

Taehyung estaba durmiendo boca arriba, su largo y musculoso pecho subía y


bajaba constantemente.

Estaba medio desnudo.

Jungkook no estaba seguro de por qué estaba tan obsesionado con ese
hecho, pero de repente eso era todo en lo que podía pensar mientras miraba
a Taehyung. Necesitaba ... necesitaba algo. El quería algo. Quería
desnudarse, meterse en la cama de Taehyung y frotar su piel desnuda contra
la de Taehyung.

Jungkook tragó, confundido y escandalizado por sus pensamientos pero


incapaz de detenerlos. Sintió de nuevo un extraño y agradable vértigo, y
luego un fuerte dolor en la parte inferior de su cuerpo.

—¿Jungkook?

La voz ronca y adormecida de Taehyung le hizo cosas extrañas.


—Sí, soy yo, —Jungkook se las arregló para decir. Su propia voz sonaba
extraña, gruesa y sin aliento.

Taehyung se sentó, entrecerrando los ojos en la oscuridad.— ¿Qué pasa?


¿Qué estás haciendo aquí?

—Yo... —dijo Jungkook.— Necesitaba verte.

—¿En medio de la noche? —Taehyung dijo, acercándose a la lámpara de


noche. Cuando la luz suave iluminó la habitación, Taehyung mantuvo sus ojos
en el rostro de Jungkook, evitando cuidadosamente mirar su cuerpo.

Jungkook inhaló y exhaló profundamente, intentando y fallando en dar


sentido al cambio en su cuerpo. Al menos había logrado controlar su
telepatía, pero era un pequeño consuelo cuando todo su cuerpo parecía
estar mal.

—Creo que ... creo que estoy enfermo, —gruñó Jungkook. Tal vez realmente
había atrapado un bicho alienígena después de todo.

—¿Qué? —Taehyung estaba inmediatamente a su lado, con la mano en la


frente de Jungkook.— Estás un poco caliente, —dijo, frunciendo el ceño. Sus
largos dedos acariciaron la mejilla de Jungkook.

Jungkook se estremeció, una extraña sensación recorría su cuerpo. El dolor


palpitante en su mitad inferior se intensificó. Jungkook dejó escapar un
pequeño sonido cuando el dedo de Taehyung rozó su oreja.
—Estás temblando, —dijo Taehyung. Su otra mano ahuecó la mejilla de
Jungkook.

Jungkook se apoyó en el toque de Taehyung. Extrañaba las manos de


Taehyung. Quería que Taehyung lo tocara todo el tiempo.

—¿Bebé?

Jungkook gimoteó, presionando su cara contra el pecho de Taehyung y


acariciando con la nariz. Bebé. Él era el bebé de Taehyung.

—Sí, —murmuró, envolviendo sus brazos con fuerza alrededor de Taehyung.


Se sentía tan bien, pero el dolor en la parte inferior de su cuerpo en realidad
incrementaba, volviéndose casi insoportable.— Te necesito.

—Mierda, —dijo Taehyung.— Kook… estás duro.

Jungkook abrió los ojos y parpadeó. ¿Qué?

Mirando hacia abajo, Jungkook miró fijamente.

Su ropa interior hacia una “tienda de campaña”. Su polla estaba erecta.

Eso no era todo. Sus calzoncillos se sentían un poco pegajosos. Algo.. una
especie de mancha, se estaba escapando de su agujero.
Es ... nunca le había pasado antes. Por supuesto Jungkook sabía lo que
significaba, pero no debería haber ocurrido. No debería haber sido posible.

Pero era inútil negarlo: esto era atracción sexual. Excitación. Su cuerpo quería
sexo. Su cuerpo quería a Taehyung. Debería haber sido imposible. Él no
estaba unido a Taehyung.

No, él no estaba unido a nadie. Lo había olvidado. Su vínculo se había ido.


Con el vínculo roto, esto era probablemente normal. Probablemente. No
estaba seguro.

—Jungkook, —dijo Taehyung bruscamente. Su rostro estaba de repente tan


cerca. Sus labios pasaron por la esquina de la boca de Jungkook, solo el roce
de labios más tenue, más breve, más enloquecedor, y su respiración era
aguda y caliente, y sus manos temblaban un poco cuando revoloteaban sobre
la espalda de Jungkook, como si no estuviera seguro. Jungkook soltó un
sonido, una súplica impotente, desesperada y ahogada, porque lo necesitaba
más cerca, y Taehyung estaba de repente allí, sus caderas presionadas contra
las de Jungkook, y su cuerpo se sentía largo, duro y perfecto, justo allí.

La respiración de Taehyung era irregular.— Vete ahora si no quieres esto. —


Los labios de Taehyung rozaron contra el lóbulo de su oreja, y Jungkook gimió
silenciosamente, clavando sus uñas en los omóplatos de Taehyung. Quería a
Taehyung más cerca, más apretado, quería más. Le sorprendió una repentina
necesidad de saber cómo sabría la boca de Taehyung.

Taehyung dejó escapar un sonido bajo y dolorido y arrastró sus labios a


través de la línea de la mandíbula de Jungkook. Su boca estaba tan cerca.—
¿Estás seguro, bebé?
Jungkook no estaba seguro de nada, pero quería que este dolor de hambre
desapareciera y tenía la sensación de que solo Taehyung podía saciarlo.

Él asintió aturdido, separando sus labios justo a tiempo para la lengua de


Taehyung. Gimió, disfrutando del sabor de la boca de Taehyung, de su
rastrojo raspándole la barbilla. Se sintió tan bien. Muy bueno. Los dedos de
Taehyung se enterraron en el cabello de Jungkook, manteniéndolo quieto
mientras Taehyung le daba un beso rudo tras otro, besándose como si
quisiera escalar dentro de Jungkook y vivir allí, y Jungkook quería que lo
hiciera.

—Joder, eres tan dulce, —Taehyung dijo en tono duro entre los besos
adictivos, inclinando la cabeza de Jungkook como él quería con manos
fuertes pero suaves.

Jungkook se fundió con él, sus pensamientos se confundieron con un placer


nebuloso mezclado con la necesidad. No importaba cuán duro Taehyung lo
besara, no parecía aliviar el dolor necesitado en la parte inferior de su
cuerpo. En todo caso, lo empeoró. Le dolía terriblemente, deseando.

—Te necesito, —murmuró Jungkook contra la boca de Taehyung, tratando de


besar a Taehyung con más fuerza.— Por favor.

—Sí, —dijo Taehyung, empujándolo hacia la cama.

Jungkook cayó sobre el colchón sin gracia, haciendo un sonido frustrado


cuando perdió el contacto físico con Taehyung. Pero antes de que pasara
mucho tiempo, Taehyung estaba detrás de él, besando su cuello con los
labios separados, dejando rastros húmedos, sus grandes manos vagando por
todo el pecho de Jungkook, su estómago tembloroso…
Jungkook se estremeció cuando las manos de Taehyung amasaron sus
muslos. Tan cerca..

Como si escuchara sus pensamientos, Taehyung le quitó la ropa interior y


envolvió una gran mano alrededor de la palpitante polla de Jungkook.
Jungkook jadeó, su boca se abrió cuando Taehyung comenzó a acariciar su
polla lentamente. Se sentía tan bien pero tan frustrante, y en poco tiempo,
Jungkook estaba lloriqueando, retorciéndose constantemente y tratando de
aliviar el dolor en su interior. No entendía lo que necesitaba, pero esto no era
suficiente. Quería.. quería ...

Quería dejar de sentirse vacío. Quería que la cosa dura se presionara contra
su culo.. la polla de Taehyung. Sí, eso era lo que él quería.

Jungkook estiró su mano hacia atrás y lo agarró. Era grueso, y largo, y pesado
en su mano. Se sentía perfecto. Lo quería, lo quería dentro, quería que lo
llenara.

Lo empujó entre sus piernas, pero su objetivo falló, y la polla de Taehyung se


frotó contra su muslo interno.

Taehyung contuvo el aliento.— Kook ... —dijo en la nuca de Jungkook,


apretando su polla contra el culo de Jungkook por un momento antes de
juntar los muslos de Jungkook y atrapando su polla que goteaba entre ellos.

Jungkook jadeó cuando la polla de Taehyung se frotó contra la piel sensible


del interior de sus muslos y rozó sobre su agujero. Esto no era lo que quería,
quería a Taehyung dentro de él, pero sus palabras murieron en sus labios
cuando Taehyung comenzó a empujar, jodiendo sus muslos.

Jungkook no podía decidir si lo odiaba o lo amaba. Gimió débilmente cada


vez que la polla de Taehyung rozaba su agujero, tan cerca, tan bueno, no lo
suficiente. Estaba casi sollozando de frustración antes de que Taehyung
finalmente tomara la polla de Jungkook de nuevo en su mano y comenzara a
bombearla fuerte a ritmo con sus embestidas. Esto era mejor, pero aun así
no era suficiente, quería ser llenado, quería que el dolor desapareciera,
quería…

La polla de Taehyung se golpeó con fuerza contra su agujero, casi atrapando


el borde. Jungkook gritó, su boca se aflojó cuando el placer se derramó sobre
su cuerpo. Su polla se suavizó en la mano de Taehyung, la exigente
palpitación en su agujero finalmente disminuyendo. Se sentía tan bien, como
si estuviera flotando en una nube.

—¿Bueno? —Taehyung dijo, su voz tensa y apenas reconocible. Giró a


Jungkook sobre su espalda.

Jungkook asintió soñadoramente y miró a través de sus pesados párpados


mientras Taehyung se incorporaba, tomaba su propia polla en su mano y
comenzaba a bombearla con fuerza y rapidez, sus ojos oscuros vagaban por
todo el cuerpo de Jungkook.

—¿Puedo correrme en ti, Kook? —Taehyung gruñó.

Jungkook asintió, aunque no estaba del todo seguro de qué era lo que estaba
aceptando. No importaba; en el momento dejaría que Taehyung hiciera lo
que quisiera. Él podría siempre dejar que Taehyung hiciera lo que quisiera.
Observó a Taehyung apretar la mandíbula, observó cómo su magnífico
cuerpo se tensaba y se ponía rígido antes de que se escuchara un gemido
bajo en la garganta de Taehyung y luego Taehyung se corría, su eyaculación
cubrió el pecho y los muslos de Jungkook.

—Tan jodidamente hermoso, —murmuró Taehyung, sonando borracho y


aturdido mientras miraba el cuerpo de Jungkook debajo de él.— Tan
hermoso, el más dulce, el más lindo.. jodidamente te adoro.

Jungkook sonrió, su ego elevándose un poco. Taehyung lo adoraba.


Taehyung pensaba que era hermoso y dulce.

—También te adoro, —dijo Jungkook adormilado mientras Taehyung


limpiaba su pecho y muslos con algunos pañuelos.

Bostezó y hundió su cara en el pecho de Taehyung cuando Taehyung


finalmente se estiró a su lado.

—El mejor regalo de cumpleaños de todos, —murmuró Taehyung, pasando


sus dedos por el cabello de Jungkook.

Le tomo mucho esfuerzo a Jungkook en abrir los ojos.— Espera, ¿hoy es tu


cumpleaños?

Taehyung le sonrió, lo besó en la nariz y asintió.— Tengo oficialmente


veintisiete años desde hace dos horas.
—Debiste decírmelo. No te conseguí un regalo.

—No necesito un regalo mejor, —dijo Taehyung, acariciándole la nuca.

Jungkook le sonrió adormilado.— Aún así te prepararé una cena de


cumpleaños y estaremos celebrando en casa después del trabajo.

—Está bien, —dijo Taehyung.— Ahora duerme, amor. Hablaremos mañana.

Jungkook cerró los ojos y se dejó llevar, escuchando el latido constante del
corazón de Taehyung. Se preocuparía por su vínculo y las consecuencias de
sus acciones mañana. En este momento se sentía demasiado bien para
preocuparse por nada. Estaba en los brazos de Taehyung, cálido, seguro y
querido.

Nada malo podría pasar.


CAPÍTULO 8

Jungkook se despertó sintiéndose bien y feliz. Suspiró somnoliento,


hundiéndose más profundamente en su almohada de olor increíble. Su
asombrosa almohada se movió. Jungkook hizo un puchero y se aferró más
fuerte.

—Déjame ir, Kook, —dijo Taehyung con una risita, besándolo en la sien.—
Tengo que ir a trabajar.

—No te vayas, —murmuró Jungkook, acariciando con su nariz el pecho de


Taehyung. Olía muy bien.— Es tu cumpleaños. Te mereces un día libre. No
tengo turno hoy. Podemos celebrar.

—No puedo, —dijo Taehyung, acariciando la mejilla de Jungkook con sus


dedos.— Podemos celebrar por la noche. Ahora abre tus lindos ojos para mí.

Jungkook obligó a sus ojos a abrirse y los frotó. Cuando su mirada nublada se
centró en Taehyung, su aliento quedó atrapado en su garganta. Los ojos
oscuros de Taehyung tenían tanto afecto y calor que derritieron el corazón
de Jungkook.

Entonces, se dio cuenta de que estaba tirado en el pecho de Taehyung. El


pecho muy desnudo de Taehyung. Taehyung estaba muy desnudo de todas
partes.
Jungkook se sintió sonrojar. La noche anterior parecía tan surrealista ahora.
¿Realmente había sucedido?

—Oye, —dijo Taehyung, su voz aún profunda y ronca por el sueño.

—Feliz cumpleaños, —dijo Jungkook, sintiéndose un poco tímido y


desconcertado.

—Gracias, amor, —dijo Taehyung, mirándolo con ojos encapuchados. Se veía


tan ... bien. Jungkook sintió que algo le tiraba de su estómago, sus labios
hormigueaban con el repentino impulso de presionarlos contra la línea de la
mandíbula de Taehyung. Su polla se contrajo.

—No me mires así, —dijo Taehyung con una suave carcajada.— Realmente
tengo que ir a trabajar, bebé.

Bebé. Taehyung le había llamado amor y bebé de nuevo. ¿Eso significaba que
habían vuelto a la normalidad? ¿O la noche anterior lo había cambiado todo?

Jungkook frotó su mejilla contra el pecho de Taehyung, inseguro.

¿Lo que pasó anoche ... estuvo mal? No se sentía mal.


Pero el sexo fuera de un vínculo matrimonial se consideraba incorrecto en
casa.

Técnicamente, no estaba vinculado en este momento.

Pero todavía estaba comprometido con Lalisa'shni'gul. Hubo un contrato de


matrimonio y todo.

No fue su culpa que el vínculo se hubiera disuelto.

Jungkook suspiró, dándose cuenta de que estaba discutiendo consigo mismo


como un loco.

—¿Qué pasa con esa cara? —Dijo Taehyung, levantando la cara de Jungkook
para encontrarse con sus ojos. Sus labios se apretaron brevemente.— ¿Algún
arrepentimiento?

Jungkook no sintió arrepentimiento. Y ese era el problema, ¿no? ¿No debería


sentirse culpable? ¿Era inmoral lo que había hecho con Taehyung? No estaba
seguro. Un vínculo de infancia era diferente del concepto humano del
compromiso romántico. Jungkook no sentía que había traicionado a
Lalisa'shni'gul. No le había hecho ninguna promesa, sus padres lo habían
hecho por él hacía años. Jungkook supuso que ahora podía entender por qué
los Renegados pensaban que la unión de los niños cuando no podían dar su
consentimiento estaba mal.
Jungkook sacudió la cabeza en respuesta.— No me arrepiento. Es solo que ...
sabes de Lisa.

La expresión de Taehyung se oscureció. Abrió la boca, pero luego miró el


reloj en la pared y se levantó de la cama.— Joder, estoy realmente tarde.
Hablaremos cuando regrese, ¿de acuerdo?

Jungkook asintió. Vio a Taehyung prepararse para el trabajo. En diez minutos,


Taehyung estaba listo para irse.

—¿Abrazo de despedida? —Dijo Jungkook inseguro. Quería algo más que un


abrazo de despedida, pero se sintió un poco avergonzado por los
pensamientos sin sentido que cruzaron por su mente al ver a Taehyung
vestirse. Él no se reconocía a sí mismo, y eso lo desconcertaba. ¿Era una
persona diferente sin el vínculo? ¿El vínculo cambiaba tanto a una persona?

En lugar de responder, Taehyung se acercó a la cama y atrajo a Jungkook


hacia él.

Jungkook le devolvió el abrazo con entusiasmo, sus pezones tintinearon


cuando se frotaron contra la tela del traje de Taehyung. Él separó sus labios,
queriendo un beso.

—¿Cómo se supone que debo dejar esta habitación? —Taehyung dijo,


suspirando en su mejilla.
Jungkook volvió la cara y sus labios se encontraron en un beso húmedo y
necesitado que hizo que Jungkook se mareara.

Siempre le había parecido curioso que tantas civilizaciones compartieran la


costumbre de besar románticamente con los labios. Jungkook había besado a
su compañera de enlace una vez, había sido curioso y ella también tenía
curiosidad, pero ambos habían encontrado la experiencia incómoda y sin
sentido. No había sentido nada como besar a Taehyung. Besar a Taehyung se
sintió tan natural y necesario como respirar. Él no sabía cómo parar.

En el momento en que Taehyung se alejó, las rodillas de Jungkook se sentían


como una gelatina y nuevamente estaba dolorosamente duro.

—Volveré pronto, —dijo Taehyung, sus pómulos enrojecidos y sus ojos casi
negros mientras miraba a Jungkook con una intensidad estimulante.— Tan
pronto como pueda.

Cuando la puerta se cerró después de que Taehyung salió, Jungkook se


recostó en el colchón y miró el techo sin verlo, sintiéndose sin aliento y
caliente por todo el cuerpo.

¿Qué era este sentimiento abrumador que lo hizo querer correr tras
Taehyung y pegarlos juntos? Jungkook no estaba seguro de que le gustara.
Era la cosa más intensa, y más aterradora, que jamás había sentido.

Jungkook se sintió bastante satisfecho consigo mismo.

La cena estaba lista, la mesa estaba puesta y el pastel en el que había


trabajado tanto la mayor parte de la tarde se veía delicioso (estaba un poco
torcido, pero Jungkook esperaba que no fuera obvio). Ojalá que supiera
delicioso, también.

Jungkook lo miró con ansiedad, preguntándose no por primera vez si debería


haber comprado un pastel de cumpleaños de la panadería a la vuelta de la
esquina. Le gustó la idea de hornear un pastel casero para Taehyung, pero ¿y
si no era bueno? ¿Y si Taehyung lo odiaba?

Bueno, ya era demasiado tarde de todos modos. Taehyung debería estar en


casa pronto.

Mientras se limpiaba las manos con la camiseta, Jungkook miró la mesa por
última vez, asegurándose de que todo fuera perfecto…

Sintió una sensación de cosquilleo familiar.


Frunciendo el ceño, Jungkook miró su cuerpo y se congeló, con los ojos muy
abiertos.

Un campo de fuerza blanco semitransparente comenzaba a rodear su cuerpo,


haciéndose más denso con cada segundo. Luego, una sensación familiar de
arrastre lo recorrió, y Jungkook apenas logró pensar, «No», cuando fue
arrastrado por el espacio, los blancos de las estrellas pasaban en un borrón.

Los humanos estaban equivocados al suponer que los extraterrestres


llegarían en naves espaciales. Los alienígenas, al menos alienígenas del rincón
de la galaxia de Jungkook, habían dejado de usar naves espaciales hace miles
de años, cuando ese método de transporte se había vuelto obsoleto con la
invención del Teletransportador Transgaláctico. Las naves espaciales ahora
eran usadas solo para distancias cortas por compañías turísticas y por clases
más bajas que no podían pagar el TTCI: Teleportación Transgaláctica Casi
Instantánea.

—Bienvenido a casa, Su Alteza.

Jungkook miró en blanco los altos techos y las paredes transparentes que le
eran familiares, dando la ilusión de estar afuera.

El estaba en casa.

—¿Su Alteza?
Si estaba en casa, significaba que no sabría si el pastel que había horneado
para el cumpleaños de Taehyung era bueno.

—¿Alteza?

Taehyung, que estaba a media galaxia de distancia.

Taehyung, que volvería a casa a un apartamento vacío.

Taehyung, a quien era poco probable que volviera a ver de nuevo.

Jungkook tragó, su garganta se atascó y su pecho se apretó.

—¡Alteza!

Se estremeció y miró a su alrededor. Al darse cuenta de que la voz pertenecía


a Al del palacio, se sintió tonto y extraño. Se había acostumbrado demasiado
a estar en la Tierra, a su tecnología encantadora y anticuada.

Jungkook se aclaró la garganta. tratando de deshacerse del grueso bulto


alojado allí.— ¿Sí?
—Su Majestad y el Rey-Consorte lo están esperando en el estudio de Su
Majestad.

—Gracias, Borg'gorn. —Jungkook salió de la sala del transportador y se


dirigió al estudio de su madre, sus pies pesados y su corazón más pesado.

Había estado ausente durante meses. Echaba de menos el palacio, extrañaba


a sus padres, extrañaba a sus hermanos pero no podía reunir la emoción y la
felicidad que probablemente se suponía que debía estar sintiendo ahora
mismo. Podía sentir sus conexiones familiares volviendo a la vida en su
mente, pero ahora parecían ruidosas e intrusivas en lugar de reconfortantes.

Jungkook apretó sus escudos mentales, rodeando su mente lo mejor que


pudo. Estaba fuera de práctica; no había necesitado proteger su mente de los
telépatas en la Tierra.

La Tierra, que estaba a miles de años luz de distancia.

Forzando el pensamiento fuera de su mente, Jungkook empujó la puerta del


estudio de su madre.

Sus padres volvieron la cabeza.

Jungkook puso una sonrisa y esperó a que lo reconocieran primero.


Zhoumi'ngh’chaali fue el que lo hizo.— Jungkook, —dijo su padre, mirándolo
con una cálida sonrisa.— Bienvenido a casa. Te extrañamos.

Jungkook sintió que su padre lo alcanzaba telepáticamente y bajó sus


escudos mentales, permitiendo que la mente de su padre lo abrazara.
Suspiró cuando el calor familiar y la comodidad de la mente de su padre lo
envolvieron. Había extrañado esto, pero se encontró deseando un abrazo
físico, brazos fuertes que lo sujetaban con fuerza.

Su garganta se cerró nuevamente y Jungkook parpadeó rápidamente,


tratando de deshacerse de la humedad repentina en sus ojos.

—Jungkook'ngh'chaali, salud y tranquilidad, —dijo su madre, su voz un poco


más severa que la de su padre. La reina Quian'shni'chaali siempre había sido
la madre severa, pero Jungkook supuso que venía por el trabajo de ser la
Reina del Segundo Gran Clan de Calluvia. Por supuesto que su madre era
severa; Tenía que serlo cuando era responsable de tantas personas. Eso no
significaba que ella no amaba a sus hijos; Jungkook sabía que ella lo hacía.

—Salud y tranquilidad, madre, —dijo, tratando de no sonar moderado. El


saludo tradicional parecía extraño después de los saludos informales de los
humanos.

Las cejas de su madre se fruncieron cuando su mente tocó la de él.— Estás


molesto, —dijo ella.— ¿Estás molesto porque esperabas que te llamáramos a
casa antes?
—¿Puedo volver? —A Jungkook se le escapó. Cuando sus padres lo miraron
fijamente, añadió con incertidumbre:— ¿Sólo por un momento? Estaba en
medio de algo cuando me transportaron a casa.

Sus padres intercambiaron una mirada, comunicándose telepáticamente a


través de su vínculo. El vínculo que aún no tenía en su mente. ¿Fue roto
irrevocablemente?

—¿Por qué quieres volver a Sol III?, —Dijo al fin su madre.

—Terra. —Su padre corrigió a su esposa con suavidad.

—Los humanos lo llaman Tierra ahora, en realidad, —dijo Jungkook, tratando


desesperadamente de encontrar una buena razón. Tenía miedo de que "el
cumpleaños de Taehyung" no fuera aceptado como una razón suficiente. La
teletransportación a larga distancia a un planeta que se encuentra a la mitad
de una galaxia consumía muchos recursos y era costosa, incluso para los
herederos directos de grandes clanes como Jungkook, pero no era la única
razón por la que la gente no podía usarlo por capricho. La Tierra era un
planeta pre-TTCI; cualquier visita a los planetas pre-TTCI estaba regulada por
el Ministerio de Asuntos Intergalácticos. En general, solo se permitía un viaje
por año por persona.

—Responde a la pregunta, Jungkook'ngh'chaali, —dijo su madre.

De repente odió el sonido de su propio nombre. Sonaba muy pretencioso.


Desafortunadamente, cuanto más alto fuera el rango del nacimiento, más
largo era el nombre. A Jungkook le gustaban mucho más los nombres
humanos.

Pero él no era humano. Parecía haber olvidado eso.

—Me gustaría que me llamaras Jungkook, —dijo Jungkook, mirando hacia


abajo.

—Jungkook, —repitió su madre rotundamente.

Jungkook asintió.— Me acostumbré al nombre mientras estaba en la Tierra.

—Es una especie de ... bárbaro, querido, —dijo la reina Quian.

—Creo que es encantador, —dijo Zhoumi.

Su esposa le lanzó una mirada agria. Zhoumi le sonrió inocentemente.


Jungkook casi se rió. La gente siempre decía que se parecía mucho a su
padre, y en momentos como este, podía ver de dónde venía, a pesar de que
era la viva imagen de su madre.

—No seas tonto, Zhoumi'ngh'chaali. —Su madre le dijo a su padre.—


Jungkook suena tan simple y bárbaro como los nombres de los Renegados.
Jungkook arrugó la nariz.

—No se parecen en nada a sus nombres, —dijo Jungkook, aunque no tenía


idea de si era cierto o no. Nunca antes había conocido a un Renegado.—
¡Había reyes humanos llamados Jungkook!

Su madre dejó escapar un largo suspiro de sufrimiento, pero Jungkook sabía


que había ganado.

—Muy bien… Jungkook, —dijo ella.— Ahora, ¿finalmente nos dirás por qué
quieres volver a Sol III?

Jungkook se movió de un pie al otro.— No tuve tiempo de despedirme de mis


amigos.

—¿Amigos? —dijo su madre, con las cejas volando hacia arriba.— ¿Hiciste
amigos humanos?

—¿Por qué lo dices como si los humanos fueran una especie de animales? —
Jungkook dijo a la defensiva.— No falta mucho tiempo antes de que inventen
el viaje interestelar.

—Querido, —comenzó la reina Quian con cuidado.


Jungkook odiaba, odiaba, odiaba cuando su madre lo llamaba "querido",
siempre sonaba tan condescendiente, incluso si no era la intención de su
madre.

—Querido, según las últimas estimaciones, los humanos están a al menos mil
años de desarrollar su equivalente del TTCI, —dijo su madre.

—Sin embargo, desarrollarán naves espaciales mucho antes que eso, —su
padre, lo bendiga, interrumpió.— Tal vez en quinientos años.

—Las naves espaciales son una tecnología obsoleta, —dijo la Reina Quian con
una burla.— Demasiado lentas e ineficaces. No cuentan. En cualquier caso,
no veo por qué querría ser amigo de miembros de una ... civilización tan
joven.

—¿No dicen las enseñanzas de Gul'barshyn que el orgullo es un pecado? —


Jungkook dijo deliberadamente.

Un leve rubor apareció en los pómulos de su madre.

Su padre se echó a reír, ganándose una mirada plana de su esposa.

—Muy bien, Jungkook, —dijo su padre, sonriendo.


La reina Quian no parecía en absoluto divertida.— Jungkook'ngh'chaali —ella
comenzó.

—Jungkook, —la corrigió Jungkook.

—Jungkook, —admitió su madre, pareciendo dolida.— Fuiste enviado a Sol III


como castigo por tu grave violación de la privacidad mental de otra persona
...

—Tenía curiosidad y ¡Es mi hermana, no solo una persona al azar! —dijo


Jungkook, malhumorado.— Minju no debería haberme molestado. Ella sabe
que no puedo resistir los secretos.

—Fuiste enviado a Sol III como castigo por tu grave violación de la privacidad
de otra persona, —repitió su madre, como si él no hubiera dicho nada.— No
fue un viaje turístico. Estabas destinado a aprender humildad, a aprender
que tus vínculos familiares son un privilegio, no algo para abusar porque
sientes curiosidad. —Su madre le dio una mirada.— No te enviaron a Sol III
para hacer amigos con humanos. Por lo tanto, no veo ninguna razón para que
regreses. ¿Quieres despedirte de tus ... amigos? ¿Qué dirías, en cualquier
caso? Los humanos piensan que la vida extraterrestre no existe. Tendrías que
mentir para explicar tu partida.

Los hombros de Jungkook se hundieron. La peor parte era que sabía que su
madre tenía razón. No podía explicarle a Taehyung a dónde iba o por qué ni
siquiera podían hablar por teléfono. Pero.. pero…

Jungkook miró a su padre suplicante.


—Tal vez sea lo mejor, hijo, —dijo su padre con suavidad.

Jungkook se dio la vuelta y abandonó el estudio antes de que pudiera estallar


en lágrimas, como el gran bebé que aparentemente todavía era.

Caminó hacia sus habitaciones, su visión se volvió borrosa y su pecho se


apretó dolorosamente cuando imaginó a Taehyung regresando a casa en un
apartamento vacío en su cumpleaños.

¿Cuánto tiempo esperaría Taehyung por él antes de darse cuenta de que


Jungkook nunca regresaría?
CAPÍTULO 9

El departamento estaba vacío. Jungkook no se escondía en ninguna parte


para sorprenderlo con la canción de feliz cumpleaños que Taehyung medio
había esperado cuando regresaba a casa.

Jungkook no estaba en ninguna parte.

Taehyung se quedó mirando la mesa por lo que se sentía como la centésima


vez desde su regreso a casa, al pastel de cumpleaños ligeramente torcido que
había en ella.

Revisó su teléfono de nuevo. No hubo llamadas perdidas de Jungkook, ni


mensajes de texto que explicaran por qué no estaba en casa o adónde había
ido. Jungkook había dejado su teléfono móvil en la cocina.

Taehyung se dijo a sí mismo que debía dejar de sentirse un enfermo de amor


aprensivo y controlarse. Jungkook probablemente había salido y perdido la
noción del tiempo. Se estaba preocupando por nada. Solo habían pasado
unas horas.

Diez horas más tarde, Taehyung se había quedado sin razones posibles para
la ausencia de Jungkook. No había podido dormir la noche anterior después
de darse cuenta de que todas las cosas de Jungkook aún estaban en casa,
incluido su pasaporte.
Fue casi divertido. Era casi gracioso que hubiera aprendido el apellido y la
nacionalidad de Jungkook de su pasaporte después de meses de conocerlo.

Jungkook Calluvianen. Al parecer, Jungkook era Finlandés.

Era casi gracioso. Era casi divertido lo rápido que una persona podía pasar de
la felicidad a la desesperación y la preocupación enfermiza.

Cuando se involucró con la policía, ya no había nada remotamente divertido


sobre la situación.

—Debe ser un error. —dijo Taehyung, apenas moviendo los labios.

—No hay error, señor Kim. —dijo el oficial.— El pasaporte es falso. Una
falsificación muy impresionante, pero falso sin embargo.

Taehyung se dio la vuelta y se fue, sacando su teléfono para llamar a Minjae,


un amigo suyo que trabajaba para el NIS*. Debía ser un error. Jungkook no
era -no era un maldito criminal o algo. Nunca lo creería.

Seis días después, Minjae volvió a llamar y dijo:

—No hay coincidencias en ningún país. Si no lo supiera mejor, diría que el


tipo nunca existió, Taehyung.
Taehyung se quedó mirando fijamente la horrible pintura que Jungkook había
comprado hacía un mes. Jungkook había estado tan contento consigo mismo
por haber obtenido “una ganga”.

A lo lejos, se oyó agradecerle a Minjae antes de colgar.

Luego se vistió y se dirigió al trabajo.

—¿Está todo bien, querido? —Le preguntó la señora Lee, su vecina, mientras
compartían un ascensor.

—Sí —dijo Taehyung.

—No he visto a tu amigo en una semana —dijo— El chico dulce prometió


cuidar mis flores mientras yo esté fuera. ¿Podrías recordarle eso?

Taehyung aflojó la mandíbula.

—Se ha ido. —dijo— Él te mintió. Todo lo que hizo fue mentir.

Apenas registró su aturdido rostro mientras salía del ascensor sin siquiera
despedirse. Probablemente ella estaba ofendida por su rudeza, pero
Taehyung no podía preocuparse.

No le importó.
*NIS: Servicio Nacional de Inteligencia.
CAPÍTULO 10

Planeta Calluvia.

—Su Alteza, el Príncipe Seokjin'ngh'veighli del Tercer Gran Clan desea verte,
Su Alteza, —anunció Borg'gorn.

Jungkook levantó la vista del modelo 3D de la Tierra. Se suponía que estaba


actualizando la base de datos con la nueva información que había aprendido
sobre los humanos, pero en vez de eso, había terminado mirando el modelo
3D del planeta durante aproximadamente media hora. O mejor dicho, una
pequeña isla en él.

—Déjalo entrar. —dijo Jungkook con retraso, enderezándose y mirando a la


puerta. Él no podía esperar a ver a Jin. Tenían la misma edad y habían crecido
juntos. Jungkook siempre lo había considerado su mejor amigo. Jin también
iba a ser familia en menos de dos años cuando cumpliera veinticinco años y
su vínculo de infancia con el hermano de Jungkook se convirtiera en un
vínculo matrimonial. Cuando Jungkook había regresado de la Tierra, se había
decepcionado al enterarse de que Jin estaba fuera del planeta y no regresaría
por un tiempo. Quería hablar con alguien en quien pudiera confiar
plenamente y Jin era la única persona en la que confiaba para no juzgarlo.

Sonrió cuando la puerta se abrió y Jin entró, tan elegante como siempre.
Los ojos verdes de Jin se iluminaron cuando vio a Jungkook.— Jungook'ngh.
—dijo Jin, extendiendo su mente hacia la de Jungkook.

Suprimiendo la necesidad de abrazar a su amigo, Jungkook lo abrazó


telepáticamente. La mente de Jin siempre se había sentido tan plateada
como el cabello de Jin, con un borde familiar de emoción e impaciencia. Jin
siempre estaba en movimiento, una mariposa social a la que le gustaba
conocer gente nueva y hacer muchos amigos. Si amaba, amaba ferozmente.
Si odiaba, odiaba con la misma fiereza. Siendo bastante moderado, Jungkook
siempre había pensado que debía ser agotador ser Jin, pero últimamente... lo
entendía mejor. Mucho mejor.

—Estaba empezando a pensar que habías sido secuestrado por los bárbaros
en Sol III —dijo Jin con una sonrisa.

Jungkook frunció el ceño y le dio un golpe telepático.— Los humanos no son


bárbaros. No seas un snob. Y ya he regresado hace años. No es mi culpa que
estuvieras fuera del planeta.

Jin arrugó la nariz y sonrió tímidamente.— Ugh, estaba siendo un snob.


Menos mal que te tengo para decirme cuando actúo como snob, altanero y
arrogante.

—Namjoon debe haberte contagiado. —dijo Jungkook con una pequeña


sonrisa.

Ahora fue el turno de Jin de darle un golpe telepático.— Ni siquiera bromees


al respecto. —dijo con el ceño fruncido, dejándose caer en el sofá junto a
Jungkook.— Tienes permiso para matarme el día en que comience a actuar
como Namjoon.

—Lo siento. —dijo Jungkook, sabiendo que era un tema delicado para Jin.
Palmeó el hombro de Jin.— Él no es un monstruo, ya sabes.

Jin se burló.— Él es tu hermano. Por supuesto que dirías eso. De todos


modos, no estoy aquí para hablar de ese gilipollas. —Miró a Jungkook con
curiosidad.— ¿Qué pasa, Jungkook'ngh?

—Jungkook. —dijo Jungkook.— Me acostumbré al nombre y me gusta


mucho.

Jin solo asintió.— ¿Así que, qué hay de malo? Emites algunas vibraciones
realmente negativas.

Jungkook suspiró, agitó la mano para quitar la imagen 3D de la Tierra y abrió


la configuración de seguridad de la habitación.

—¿Qué estás haciendo? —Dijo Jin.

Jungkook apagó silenciosamente las cámaras y miró a su amigo.— Ya no


tengo el vínculo con Lalisa'shni'gul.
—Qué... ¿Hablas en serio? —Dijo Jin con los ojos muy abiertos. Por supuesto
que se sorprendió. Era inaudito.

Jungkook asintió.— Sentí que se debilitaba gradualmente en la Tierra y luego


se rompió, creo. Justo la noche antes de que mis padres me hicieran volver,
en realidad. —Luchó contra un sonrojo, recordando esa noche, y dijo
rápidamente:— Pensé que el vínculo podría reconstruirse cuando regresara a
casa, al igual que mis otros enlaces telepáticos con mi familia, pero han sido
veintidós días y no ha pasado nada. No sé qué pensar.

Jin estaba frunciendo el ceño.— ¿Has hablado con Lalisa'shni'gul? ¿Todavía


siente el vínculo en su extremo?

Jungkook negó con la cabeza.— Ella todavía está en ese internado en Meniiuf
II. No se permiten comunicaciones a menos que sea una emergencia. —Él
vaciló.— No sé si debería decírselo a alguien.

Jin enarcó las cejas.— ¿Por qué no? Estoy seguro de que los adeptos de la
mente solo reestablecerán el vínculo. Quiero decir, ha estado en tu mente
por siempre; no debería ser difícil.

—Yo... —Jungkook se mordió el labio y miró alrededor de la habitación,


paranoico de que alguien escucharía.— No estoy seguro de querer recuperar
el vínculo.

Silencio.
Cuando Jungkook se atrevió a mirarlo otra vez, encontró a Jin mirándolo.

—Está bien. —dijo Jin lentamente.— ¿Quién eres y qué le has hecho a mi
mejor amigo? Siempre te burlaste de mí cuando me quejé y lloriquee por mi
vínculo con tu hermano, y ahora, de repente, ¿Tampoco quieres el vínculo?
Nunca tuviste un problema con Lalisa'shni'gul.

Jungkook suspiró.— Es solo que... —Se pasó una mano por el pelo.— Me
siento mucho mejor sin eso. Me siento como si hubiera estado medio ciego
toda mi vida. Todos mis sentidos están mejor ahora. —Era cierto. El mundo
se sintió mucho más vibrante, los colores más brillantes, sus sentidos
aumentaron, su telepatía mucho más fuerte. Se sintió mejor, más fuerte,
más. Nunca antes había estado en contra del vínculo, pero no sabía de qué
había sido privado. Y ahora no podía imaginar volver a eso.

Por otro lado, si volviera a unirse, tal vez dejaría de sentirse tan...
terriblemente adolorido por dentro. Las emociones aparentemente negativas
ahora también eran mucho más fuertes.

—No lo entiendo. —dijo Jungkook.— ¿Por qué el vínculo empeora nuestros


sentidos? Siempre nos han dicho que el vínculo nos ha mejorado.

Jin miró hacia otro lado, sus cejas plateadas se juntaron. Cuando volvió a
hablar, su voz era vacilante.

—Escuché algunos rumores cuando estuve en el planeta Bienr el año


pasado... pensé que eran mentiras, pero... tal vez no lo eran.
—¿Qué rumores?

Todavía frunciendo el ceño pensativamente, Jin jugó con un mechón de su


cabello plateado.— Tienen estas leyendas... del contacto con nuestros
antepasados. Les tenían miedo, Jungkook’ngh. Afirmaron que algunos de
nuestros antepasados podían matar con sus mentes.

Jungkook se echó a reír, pero cuando notó lo serio que era Jin, la risa murió
en su garganta.— Seguramente no es cierto. —dijo.

Jin se encogió de hombros.— Han pasado miles de años. Siempre pensé que
era jodidamente extraño que nuestros libros de historia fueran tan secretos
acerca de las décadas entre la Gran Guerra y la Ley de Vinculación. El
contacto con el planeta Bienr también sucedió en esa época.

Jungkook frunció las cejas, Jungkook lo consideró. Era cierto que los sesenta
años transcurridos entre el final de la Gran Guerra y la introducción de la Ley
de Vinculación estaban apenas documentados. Lo que era bien conocido era
el hecho de que las armas biológicas utilizadas en la guerra afectaron
enormemente a la población, lo que hacía a las mujeres estériles y
empeoraba la calidad del esperma de los hombres. Desesperados por evitar
que la población se extinguiera, los científicos de Calluvia iniciaron un
programa genético experimental que tenía como objetivo reparar los
sistemas reproductivos de las personas. Lo habían arreglado, pero debido a
las pruebas limitadas, hubo consecuencias imprevistas. Los experimentos
genéticos habían causado mutaciones de varios tipos, volviendo a traer
rasgos físicos extintos y afectando la telepatía de las personas. La base de
datos históricos no tenía mucho detalle, solo mencionando que las
mutaciones no físicas desaparecieron cuando se implementó la Ley de
Vinculación. Según los informes del Consejo, la desaparición de las
mutaciones telepáticas fue solo un efecto secundario inesperado del vínculo
infantil.

—Pero, ¿qué tiene eso que ver con el vínculo que embota nuestros sentidos?
—Dijo Jungkook, levantando las rodillas y abrazándolas. Desde su regreso a
casa, se encontró constantemente anhelando la comodidad del contacto
físico que los humanos daban con tanta libertad. Mientras los Calluvianos se
tocaban entre sí, lo hacían en su mayoría a puerta cerrada y mucho menos
frecuente que los humanos, prefiriendo el contacto telepático. Jungkook se
preguntó si este nuevo deseo de contacto físico tenía que ver con la ausencia
del vínculo. Intentó no pensar en otra razón para su necesidad de comodidad
física.

Pensar en eso dolía.

Jin zumbó, viéndose contemplativo.— La telepatía es nuestro sexto sentido.


Si el efecto secundario de la Ley de Vinculación fue la desaparición de las
mutaciones telepáticas, tiene sentido que el vínculo afectara a nuestros otros
sentidos, ¿verdad? —Los labios de Jin se adelgazaron.— Y cuando el Consejo
se dio cuenta de que el vínculo afectaba a los sentidos de las personas, por
supuesto, lo mantuvieron en secreto. Probablemente es por eso que nos
obligan a hacer el estúpido vínculo tan jóvenes: los bebés son demasiado
pequeños para recordar y darse cuenta de que algo está mal. —Él negó con la
cabeza.— Pero es un poco ridículo ir tan lejos para protegernos de los
vínculos forzados, ¿no?

Jungkook se mordió el interior de la mejilla cuando algo se le ocurrió. Dijo


lentamente:
—¿Y si es una mentira que se introdujo la Ley de Vinculación para
protegernos de los vínculos forzados? ¿Y si el vínculo se inventó
específicamente para deshacerse de las mutaciones telepáticas?

Se miraron el uno al otro.

—Si estás en lo correcto... —dijo Jin.— Si estás en lo correcto, por supuesto,


al Consejo no le importarán los pequeños efectos secundarios, como los
sentidos embotados, siempre y cuando las mutaciones también se hayan
suprimido. —Se puso de pie de un salto y comenzó a pasearse por la
habitación.— Sabía que el vínculo era estúpido, pero no tenía idea de que en
realidad estaba estropeando mi cuerpo en más de un sentido. —De repente
se detuvo y se giró, mirando a Jungkook.— ¿Crees que yo también puedo
hacerlo? ¿Ir a un planeta muy lejano como Sol III y deshacerme de mi vínculo
con el idiota de tu hermano de esa manera?

Jungkook suspiró. No le sentó bien cuando Jin habló tan mal de su


hermano.— No creo que sea tan simple. —dijo Jungkook.— Si fuera así de
simple, todos los que viajaron a planetas distantes romperían los lazos.

Jin negó con la cabeza.— La teletransportación transgaláctica se mejoró hace


solo diecisiete años. Hasta ese momento, no podíamos viajar tan lejos. Y
dijiste que tu vínculo se había roto completamente solo después de meses de
tu estancia en Sol III. No creo que ningún Calluviano haya permanecido tanto
tiempo en planetas tan distantes. Hasta ti.

Jungkook tuvo que admitir que Jin tenía razón. Hasta hace muy poco, no
podían viajar a planetas tan distantes como la Tierra utilizando la
teletransportación. Su conocimiento de la Tierra se había basado en gran
parte en lo que sus planetas aliados, que estaban ubicados más cerca de la
Tierra, sabían al respecto, y la información no se había actualizado en mucho
tiempo.

—Difícilmente puedes desaparecer durante meses. —dijo Jungkook.— Y no


tienes idea de cómo sobrevivir en la Tierra.

Jin desechó sus preocupaciones.— Si pudiste hacerlo, me las arreglaré bien.

Jungkook le dio una palmada telepática.— ¡Oye!

Jin se echó a reír.— Sabes que tengo razón. Me sorprende que no te hayas
matado o muerto de hambre. Eres demasiado ingenuo y amable para tu
propio bien.

Jungkook hizo un puchero.— No lo soy. Yo era un humano muy creíble.


¡Aprendí a usar una máquina de café en diez minutos!

Jin le dirigió una mirada en blanco.— No tengo idea de lo que acabas de


decir. —dijo.— Pero de todos modos. Está decidido: voy al Sol III, quiero
decir, a la Tierra.

Jungkook suspiró ante la expresión de absoluta determinación en el rostro de


Jin.
—Sabes, me molesta que odies tanto a mi hermano y estés dispuesto a hacer
cualquier cosa para deshacerte del vínculo con él. ¿Por qué no quieres
convertirte en su rey-consorte? Es un gran honor y realmente serás mi
familia, entonces.

La expresión de Jin se suavizó un poco.— Jungkook’ngh, no lo tomes como


algo personal, ¿de acuerdo? —Dijo— Solo trata de ponerte en mis zapatos.
¿Te gustaría estar unido de por vida a un bastardo tan frío y cruel como
Namjoon? ¿Sabes que nunca me sonríe? ¡Nunca! Él siempre me mira como si
yo fuera un pequeño insecto molesto bajo sus pies. Demonios, ¡me ignora la
mayor parte del tiempo! Es decir, a menos que me esté criticando por algo...

—Pero…

—¡Y eso no es todo! —Dijo Jin— Él me bloquea completamente de su mente.


¿Sabes todo lo que dice la gente acerca de que el vínculo es un camino a la
mente de tu compañero? Es una tontería, en lo que respecta a nuestro
vínculo. Él nunca ha tocado mi mente. Cada vez que trato de acercarme a él,
me encuentro con esa pared fea e impenetrable que me hace sentir mareado
y enfermo. ¿Por qué querría estar unido de por vida a una persona así?

Jungkook suspiró. Sí, él podía ver a lo que Jin se refería. Namjoon no era muy
fan del afecto telepático, incluso con su familia. Sus escudos mentales
estaban constantemente arriba y nunca dejaba entrar a nadie.

—Si logras que tu vínculo se disuelva, Namjoon no tendrá vínculos


nuevamente. —dijo Jungkook— Ha estado esperando hasta que alcances la
mayoría de edad.
Jin se burló.— No es culpa mía que su primer compañero muriera. Chica con
suerte.

—¡Seokjin! —Dijo Jungkook con reproche— La muerte no es broma.

Jin dijo a la defensiva:— No estoy bromeando. La muerte es preferible al


destino de ser el compañero de Namjoon. Ni siquiera había nacido entonces.
No es mi culpa que Namjoon tenga que esperar hasta que llegue a los
veinticinco. Es demasiado viejo para mí de todos modos.

—Él es sólo ocho años mayor. —dijo Jungkook— Si tu vínculo se disuelve, no


tendrá otras opciones. Todos los demás están emparejados.

Jin no parecía particularmente comprensivo.

—Él siempre puede estar unido a algún pobre bebé y esperar hasta que
crezca. Es lo que me hicieron, ¿no?

Jungkook suspiró y se rindió. No servía de nada discutir con Jin sobre


Namjoon. Y para ser totalmente honesto, Namjoon no se lo puso fácil para
defenderlo: realmente era extremadamente frío con Jin y criticó todo lo que
hizo.

—Bien. —dijo Jungkook— Digamos que encuentras una manera de llegar a la


Tierra y quedarte allí durante meses. Digamos que obtienes el vínculo con
Namjoon disuelto. ¿Qué vas a hacer entonces?
Jin lo miró a los ojos y sonrió.— No lo sé. Pero seré libre de tomar mis propias
decisiones. Estaré libre de él. Tendré la libertad de hacer lo que quiera.

Jungkook sintió una oleada de anhelo tan fuerte que le dolía el pecho. Hacer
lo que quisiera... Habían pasado veintidós días.

—¿Qué fue eso? —Dijo Jin, frunciéndole el ceño— ¿Estás bien?

Jungkook respiró hondo, tratando de controlarse mejor. Sabía que estaba


proyectando emociones negativas, lo había estado haciendo durante días.

—Conocí a alguien en la Tierra. —dijo, mirando sus manos— Nos hemos


convertido en... muy cercanos. Lo extraño tanto. —Las palabras se sentían
tan inadecuadas en comparación con el anhelo feo y feroz que estaba
torciendo y lastimando sus entrañas.

—Oh —dijo Jin. Se dejó caer en el sofá y puso un brazo alrededor de los
hombros de Jungkook. Jungkook se apoyó en el toque con entusiasmo, pero
para su decepción, la comodidad física no hizo nada para satisfacer el anhelo
que lo estaba comiendo desde adentro hacia afuera. Quería los brazos de
Taehyung, no los de Jin.

—Espera. —dijo Jin— Si ya no estás vinculado, ¿puedes sentir atracción


sexual?
Jungkook sintió que le ardían las mejillas. Miró la cara ansiosa de Jin.

—Eres descarado. No deberías estar preguntándote sobre tales cosas.

—¡Bah! —Dijo Jin— En lo que a mí respecta, es natural. Es el estúpido vínculo


que nos convirtió en seres sin sexo. —Él frunció el ceño sombríamente—
Sabes, estoy sorprendido de que el vínculo nos permita tener relaciones
sexuales. En realidad, si la tecnología de la matriz artificial ya se hubiera
inventado en ese momento, estoy seguro de que ni siquiera se habrían
molestado en devolvernos la posibilidad de tener relaciones sexuales.

Jungkook abrió la boca para decirle que no fuera ridículo, pero la cerró
cuando se dio cuenta de que Jin probablemente tenía razón. El Consejo había
realizado una única enmienda a la Ley de Vinculación quince años después de
la introducción de la ley. La ceremonia de unión a la edad de veinticinco años
no estaba en la ley original. El Consejo probablemente no había esperado
que el vínculo infantil suprimiera los centros de excitación sexual del cerebro
junto con las áreas que afectan a la telepatía y otros sentidos. Jungkook
ahora se preguntaba qué hacían los adeptos de la mente que realizaban la
ceremonia de unión para arreglar los centros de excitación sexual de la
pareja sin cambiar nada más sobre el vínculo. Sonaba complicado. ¿Era la
capacidad de sentir excitación la única diferencia entre el vínculo infantil y el
vínculo matrimonial?

—Casi me hace desear que la tecnología de úteros artificiales todavía no


existiera. —dijo Jin.— Entonces no me habrían unido a otro hombre.
Jungkook puso los ojos en blanco. Por supuesto que se trataba de Namjoon.
Jin nunca perdía la oportunidad de quejarse de su vínculo con Namjoon y de
su injusticia.

Cuando Jungkook notó la mirada curiosa que Jin le estaba dando, dijo:—
¿Qué?

—¿Es verdad que los humanos todavía tienen cosas como la


heterosexualidad y la homosexualidad?

Jungkook asintió.— La heterosexualidad es considerada la norma allí.

Jin hizo una mueca.— Eso apesta. Sin embargo, sería genial recibir opciones
en lugar de tener una relación sexual con tu compañero de enlace. Es una
pena que tu vínculo se rompiera tan tarde y no tuviste la oportunidad de
explorar tu verdadera sexualidad sin la mierda del vínculo.

Jungkook cuidadosamente evitó los ojos de Jin.

—Tal vez deberíamos ir a la Tierra juntos. —dijo Jin de repente.

El corazón de Jungkook dio un vuelco. Pero se obligó a sacudir la cabeza. De


nada servía despertar sus esperanzas.
—No seas tonto. Nadie nos dejaría ir. ¿No crees que no lo intenté? Los viajes
a los planetas pre-TTCI están regulados por el Ministerio de Asuntos
Intergalácticos. Se pueden hacer excepciones especiales, pero debe haber
una muy buena razón. Teniendo en cuenta que el Lord Canciller de la rama
del Ministerio de Calluvia es Namjoon, buena suerte al intentar convencerlo
de que tienes una buena razón para visitar la Tierra.

—Maldita sea. —Jin miró a Jungkook— ¿No puedes hablar con él? Puede que
sea un idiota de alto mando, pero es tu hermano.

Jungkook hizo una mueca. Había estado evitando a Namjoon tanto como
pudo después de su regreso a casa. Namjoon era demasiado observador. Él
era un telépata bastante fuerte, y Jungkook tenía miedo de que notara el
cambio en su telepatía, notar que el vínculo de Jungkook había desaparecido.

—Namjoon no lo aprobará si no hay una razón buena y racional. —dijo


Jungkook— Así que ni siquiera intenté hablar con él sobre eso después de
que mis padres dijeron que no.

—Todavía tienes más posibilidades de convencerlo que yo. —dijo Jin.— Al


menos él no te odia.

—Él tampoco te odia. —dijo Jungkook de manera poco convincente. En


realidad, no estaba seguro de que Namjoon no despreciara a Jin:
definitivamente mostraba su peor lado con Jin.
—Claro. —dijo Jin con un resoplido— Siempre has sido un mentiroso terrible.
Me sorprende que los humanos no sospecharan nada. Supongo que tienes
suerte de que no crean en los extraterrestres.

Jungkook intentó sonreír, pero no pudo, de repente recordó su conversación


con Taehyung sobre alienígenas.

—Algunos de ellos piensan que hay extraterrestres, pero en realidad no


creen que se parezcan a los humanos. Tienen ideas muy extrañas sobre los
extraterrestres.

—Los seres humanos se parecen a nosotros, ¿verdad? ¿Puedo pasar por un


humano?

Jungkook miró a Jin de manera crítica: sus mechones plateados, sus grandes
ojos verdes, su nariz recta y su boca carnosa. Jin era más alto que el
promedio, su cuerpo atlético y espalda ancha pero de alguna manera
delicado y elegante también. Fue considerado muy hermoso para los
estándares de Calluvia. Jungkook no podía decir que había visto a un humano
que se pareciera a Jin, pero, de nuevo, solo había visto una pequeña parte de
la Tierra.

—Creo que sí. —dijo Jungkook— Pero no importa. No vamos a la Tierra.

Jin sonrió.— ¿Quieres apostar?


Jungkook debería haber sabido que no debía apostar con Jin en nada, porque
siete días después, Jin le envió un mensaje que decía:

"Prepárate y ven a mi casa a las diez de la noche. Nos vamos."

Jungkook se quedó mirando el mensaje, su corazón latía en algún lugar de su


garganta.

Él iba a la Tierra.
CAPÍTULO 11

Planeta Tierra.

—¿Quieres venir conmigo al nuevo pub de Song? Escuché buenas cosas


sobre el lugar.

—No esta noche, Yoongi. —dijo Taehyung, con los ojos en la pantalla de su
ordenador.— Tengo trabajo que completar.

—Tonterias. —dijo Yoongi.— Seo Joon no pudo elogiarte lo suficiente esta


mañana- dijo que estabas adelantado en todas tus fechas limite.

Taehyung continuó escribiendo.— Estoy ocupado. —dijo secamente.

Yoongi dejó escapar un suspiro.— Dime que no vas a dormir aquí de nuevo.

—No duermo aquí. Sucedió un total de dos veces.


—Mira, esto no es saludable, hombre. —dijo Yoongi.— Primero te niegas a
abandonar tu departamento, ahora lo evitas como la plaga.

Taehyung no dijo nada, manteniendo sus ojos en la pantalla.

Hubo un silencio tan largo que comenzó a pensar que Yoongi se había ido.

—Han pasado meses. —dijo Yoongi en voz baja.— Él no va a volver.

Taehyung apretó la mandíbula y no dijo nada.

—Solo acéptalo y sigue adelante.

—Lo he hecho. —dijo Taehyung, muy uniformemente.— Es por eso que estoy
aquí. Trabajando.

—No estás trabajando, Taehyung. Estás trabajando por tus propios motivos.
Para fin de año, serás inmensamente rico o muerto de agotamiento. No estoy
seguro de cuál es más probable en este momento. —Yoongi hizo un sonido
de irritación— Olvídate de ese niño. Él se fue sin decir adiós. Es una pequeña
mierda ingrata...

—Vete. —dijo Taehyung.


—Vamos, amigo, sabes que tengo razón...

—Vete. —dijo Taehyung de nuevo. Debió haber algo feo en su voz, porque
Yoongi se estremeció y se fue sin decir una palabra más.

Cuando la puerta se cerró tras él, Taehyung se recostó en su silla y se pasó


una mano por los ojos cansados. Yoongi tenía razón: estaba trabajando
demasiado. Pero el trabajo era bueno. El trabajo mantenía su mente
ocupada.

Taehyung se pellizcó el puente de la nariz.

Por el amor de Dios.

Habían pasado casi dos meses. ¿Cuánto tiempo iba a sentirse como una
mierda? Sentirse como una mierda por alguien que aparentemente no
existía.

Todavía era difícil creer que todo lo que Jungkook le había dicho era una
mentira, pero los hechos no mentían: Jungkook Calluvianen no existía. Casi
hizo que Taehyung pensara que Jungkook solo había sido producto de su
imaginación. Excepto que él no era el único que había visto a Jungkook. Él era
real. Él había sido real.

El pensamiento trajo un dolor familiar a su pecho. A pesar de su ira, todavía


no podía descartar la posibilidad de que algo le hubiera pasado a Jungkook.
La gente no solo desaparecía, especialmente sin llevarse su pasaporte y sus
posesiones.

Yoongi siguió diciéndole que lo dejara ir, le decía que Jungkook era una
mierda desagradecida por irse así. Taehyung deseaba poder seguir ese
consejo, pero el problema era que no podía creerlo por completo. Después
de su enojo y dolor iniciales, Taehyung había pensado cuidadosamente en su
relación y no podía creer que Jungkook, -su sincero, dulce e inocente
Jungkook-, era en realidad una persona de mierda.

Yoongi se había burlado cuando Taehyung le había dicho eso.— ¿Sincero?


¿Inocente? ¡Él mintió incluso sobre su nombre! Vamos, sé que la estás
pasando mal por él, pero seguramente no puedes ser tan ciego. Era un zorro
que fingía ser un conejo, y tú lo compraste.

Yoongi tenía razón. Racionalmente, Taehyung lo sabía. Irracionalmente,


seguía pensando en la forma en que Jungkook le sonreía, en la forma en que
se acurrucaba contra él, en la forma en que temblaba bajo su toque, en la
forma en que respondía a sus besos, con la boca ansiosa, dulce y
jodidamente inocente. Una persona puede mentir, pero el lenguaje corporal
no puede.

¿O simplemente se estaba engañando a sí mismo?

Probablemente. Porque ninguna explicación tenía sentido.

Taehyung incluso consideró la posibilidad de que Jungkook se hubiera ido


porque se había sentido culpable por engañar a su prometida, pero eso no
explicaría el pasaporte falso y la falta de identidad. Sin mencionar que
Jungkook no habría hecho un maldito pastel para él.

El pastel aún estaba caliente cuando Taehyung había llegado a casa. Había
sido lo más enloquecedor. Literalmente podía oler el champú de Jungkook en
el aire, como si Jungkook acabara de estar allí.

Yoongi puso los ojos en blanco cada vez que trataba de argumentar que
Jungkook no podría haberse ido por su propia voluntad.

—A menos que haya sido secuestrado por extraterrestres, no hay excusa para
él. ¡Deja de ser tan ciego, hombre! Deja de inventar excusas para el pequeño
idiota. Olvídate de él. Hay un montón de peces en el mar. Qué demonios, ya ni
siquiera te reconozco.

Sí, Yoongi tenía razón.

Tenía que ser realista. Jungkook era un mentiroso. Todo lo que había hecho
era mentir. Jungkook, -si su nombre era incluso Jungkook- se había ido y no
quería que lo encontraran.

Tal vez había llegado el momento de seguir adelante.


CAPÍTULO 12

Jungkook normalmente era una persona bastante apacible, pero después del
mes pasado, estuvo muy tentado de estrangular a Jin. Le dolían los pies, le
dolían las piernas y se sentía asqueado.

—¿Cómo se suponía que supiera que este estúpido planeta era tan
estúpidamente grande?

Jungkook no dijo nada y siguió caminando. No era la primera vez que Jin se
defendía a sí mismo, aunque Jungkook nunca lo había culpado en voz alta.

No necesitaba hacerlo, considerando el hecho de que habían estado


caminando durante días desde el puerto de Grimsby a Seúl.

Era enormemente frustrante que hubieran malgastado un mes entero


tratando de ir de Los Ángeles a Seúl. Para ser justos, -y Jungkook quería ser
justo-, Jungkook sabía que en parte era culpa suya no haberle dado a Jin la
ubicación exacta, asumiendo que Jin le diría a su amigo del planeta Touscsse
que los teletransportara a Seúl. Pero, por supuesto, Jin no lo había pensado.
¿Cómo sabría Jin que Los Ángeles estaba a medio planeta de distancia de
Seúl? Jin tampoco tenía idea de que sería problemático viajar por la Tierra sin
documentos y dinero terranos. Como nunca había estado en ningún planeta
pre-TTCI, Jin había estado operando bajo la idea errónea de que los terranos
todavía estaban atrapados en algún tipo de Edad Media.
Si tan solo Jungkook no hubiera asumido que Jin se encargaría de los
aspectos prácticos. No por primera vez, Jungkook deseó tener su teléfono
móvil o al menos poder recordar el número de Taehyung. Pero, de nuevo, no
estaba seguro de encontrar el coraje para llamar a Taehyung, incluso si
pudiera.

—Ya casi estamos allí, de todos modos. —dijo Jin, consultando el mapa que
tenía en la mano.

—Nuestros padres nos matarán. —dijo Jungkook.

Jin se encogió de hombros despreocupadamente.

Jungkook se dijo a sí mismo que mantuviera la calma. Llevaban días viajando,


y ambos estaban cansados e irritados. Discutir no ayudaría en nada.

Pero, por supuesto, a Jin no le preocupaba la ira de sus padres. Jin tenía a sus
padres envueltos alrededor de su dedo meñique. Jin siempre podía salir de
problemas hablando.

—Namjoon nos matará. —dijo Jungkook.

Eso finalmente hizo que Jin pareciera un poco aprensivo.

Pero no duró mucho.


—Al infierno con Namjoon. —dijo Jin.— Para cuando nos encuentre, ya no
importará. Ya casi no puedo sentir el vínculo. —Él sonrió, luciendo
extremadamente complacido.— Nuestro vínculo nunca ha sido fuerte; no
debería tomar mucho tiempo ahora. De todos modos, deja de preocuparte.

—Es fácil para ti decirlo. —murmuró Jungkook, dejando caer su mirada.

Jin golpeó su hombro contra el de Jungkook.— Deja de pensar en ello. Lo


hecho, hecho está. No es como que disfrutaras jugando con las mentes de
esos humanos.

Jungkook hizo una mueca.— Aun así lo hice. —dijo en voz baja. No le sentaba
bien que hubiera usado su telepatía para engañar a esos humanos en la
ciudad de Nueva York para que les permitieran abordar su barco. La elección
de un barco como medio de transporte a Busan había hecho que Jungkook
fuera lo suficientemente infeliz. Si tuviera que usar su telepatía con humanos,
habría preferido usarla para subir a un avión, pero Jin se mostró inflexible en
que no confiaba en “esas cosas obsoletas” para no estrellarse y matarlo.

—No teníamos otra opción. —le recordó Jin.

Eso era bastante cierto. El comunicador de Jin no funcionaba en largas


distancias, lo que significaba que no podían enviar un mensaje al amigo de Jin
a Touscsse para que este último pudiera teletransportarlos a la ubicación
correcta. No tenían dinero ni documentos terranos. La telepatía era la única
opción.

No lo hizo bueno.
—Podrías haber usado tu telepatía para llevarnos directamente a Seúl. —
murmuró Jin.— Nunca he caminado tanto en mi vida.

Jungkook lo fulminó con la mirada.

Jin tuvo la decencia de sonrojarse.— ¡Solo digo!

—Lo odio. —dijo Jungkook.— No lo voy a hacer de nuevo.

—Personalmente, no creo que sea un gran problema. —dijo Jin.— No le


hiciste daño a nadie. Solo conseguimos un viaje gratis en ese barco. Había un
montón de espacio para cientos de personas.

—Es el principio de la cosa.

Jin resopló.— No recuerdo que estuvieras tan preocupado por la privacidad


de otras personas cuando usaste tu vínculo familiar con tu hermana para leer
su mente. ¿No fue la razón por la que tus padres te desterraron a la Tierra?

Jungkook se sonrojó.— ¡Tenía curiosidad! Y es diferente. No se trata de


privacidad. Se trata de libre albedrío. No está bien manipular a los seres
conscientes para que hagan algo. ¿Querrías que alguien se metiera con tu
mente y te obligara a hacer algo?

Jin se estremeció.— Ugh. Tienes razón. Lo siento. —Le dio a Jungkook una
larga mirada.— Ya no eres un telépata de Clase 1. ¿Te das cuenta de eso,
verdad?
Jungkook frunció los labios y asintió.— ¿Estás seguro de que tu amigo no
olvidará ponerse en contacto con nosotros dentro de tres meses?

Jin notó claramente el cambio en el tema, pero no hizo ningún comentario al


respecto.— ¿Crees que soy un idiota, Jungkook?

Jungkook sonrió un poco. Al menos algo bueno había salido de toda la


horrible experiencia: Jin se había acostumbrado a llamarlo Jungkook. No se
habían molestado en darle otro nombre a Jin, imaginando que su nombre
sonaba lo suficientemente humano.

—No. —dijo Jungkook.— Pero creo que eres muy impulsivo y un poco
irresponsable.

—¿Irresponsable? ¿Yo? Al menos no escapé de mi casa porque quería ver a


algún humano. —dijo Jin con una mirada aguda.

Jungkook desvió su mirada. Por supuesto que Jin tenía razón. Si bien Jin tenía
una razón bastante razonable para venir a la Tierra, -quería deshacerse de su
vínculo no deseado-, la razón de Jungkook no era racional en lo más mínimo.

Solo quería ver a Taehyung.

Echaba mucho de menos a Taehyung, de una manera que nunca había


extrañado a nadie más en su vida. Si era sincero, la demora de un mes lo
frustraba tanto, no porque temía la ira de sus padres, sino porque habían
pasado dos meses desde que había visto a Taehyung. Retrasarse debido a
una razón tan trivial cuando estaba tan cerca era enormemente frustrante.

No ayudaba que mientras más tiempo pasaba, más inseguro se sentía. Dos
meses era mucho tiempo. ¿Y si... y si Taehyung no quería verlo? ¿Y si estaba
enojado? ¿Y si Taehyung se había olvidado de él?

—Tengo mucha curiosidad por ese ser humano ahora. —dijo Jin.— No
entiendo por qué estás tan apegado a él.

Apegado.

Jungkook imaginó estar físicamente unido a Taehyung, -tan estrechamente


apegado que no había espacio entre ellos-, y sintió un dulce dolor que se
extendió por su cuerpo.

Jungkook se sonrojó, dándose cuenta de que estaba sintiendo un deseo


sexual además del emocional.

—Fue muy amable conmigo. —dijo Jungkook torpemente.

Todavía no podía decirle a Jin toda la verdad. Estando vinculado, Jin no lo


entendería de todos modos.

—Anímate. —dijo Jin.— No debería faltar mucho ahora. Estaremos allí antes
del atardecer.
El latido del corazón de Jungkook se aceleró ante la idea de ver a Taehyung
pronto. Taehyung, quien exigiría explicaciones, y con razón.

¿Cómo iba a explicar su desaparición? ¿Cómo iba a explicar dónde había


estado? ¿Y cómo iba a explicar la presencia de Jin?

¿Taehyung incluso lo dejaría explicar?


CAPÍTULO 13

La Tierra no era en absoluto como Jin había imaginado. Por una lado había
tanta gente. Era raro ver un planeta tan densamente poblado en estos
tiempos ya que la mayoría de los planetas tenían colonias múltiples.

Lo que también era extremadamente raro era ver a su mejor amigo como
una ruina ansioso. Jungkook siempre había sido la persona más positiva y
relajada que Jin había conocido. Pero estaba irreconocible mientras subían
en ascensor al piso de su amigo humano: Jungkook estaba increíblemente
tenso, su cuerpo rígido y se estaba mordiendo el pulgar, -un hábito de la
infancia que solía aparecer cuando Jungkook estaba extremadamente
nervioso y uno que Jin no había visto en años.

—Tranquilízate. —dijo Jin, tratando de proyectar tranquilidad y serenidad.—


¿Por qué hay que estar nervioso? Es solo un humano.

—No seas tan xenófobo. —dijo Jungkook con una mirada de desaprobación,
que era lo que Jin había buscado. Jungkook había necesitado la distracción.

—Simplemente no entiendo por qué estás tan nervioso. —dijo Jin


encogiéndose de hombros.

Y él realmente no lo hacía. Jungkook había sido extrañamente secreto acerca


de la persona Taehyung, reacio a compartir mucho, lo cual era extraño para
Jungkook. Normalmente no se callaba sobre las cosas que le gustaban.
Por eso Jin se estaba volviendo cada vez más curioso acerca de ese humano.

Finalmente, las puertas del ascensor se abrieron y Jungkook se dirigió a la


puerta de la derecha.

Jin lo siguió, mirando a su amigo con creciente preocupación. Jungkook


estaba irradiando tanta ansiedad que también comenzaba a afectarlo. ¿Qué
estaba mal con él?

Jungkook inspiró audiblemente y llamó a la puerta. ¿Estaba su mano


realmente temblando o era la imaginación de Jin? En cualquier caso, la
ansiedad y la emoción estaban saliendo de Jungkook en oleadas tan fuertes
que Jin retrocedió involuntariamente, incómodo.

Por fin, la puerta se abrió.

Jin miró con interés al humano del otro lado. Era alto y clásicamente guapo,
con interesantes ojos oscuros, su mandíbula firme y masculina. Era
encantador de mirar, -o lo sería si no fuera por los círculos oscuros bajo sus
ojos.

El humano se puso rígido cuando vio a Jungkook. Ni siquiera miró a Jin. Sus
ojos oscuros se centraron en Jungkook.

—Hola. —gruñó Jungkook con voz temblorosa.

Jin lo miró con sorpresa. Pero Jungkook tampoco lo miró, sus ojos bebían con
avidez en el humano, casi desesperadamente.
El humano miró a Jungkook por lo que pareció una eternidad, con la
mandíbula apretada.— Así que estás vivo. Es bueno saberlo. —Su tono era
frío y duro.

Jungkook se veía positivamente aplastado.— Taehyung. —dijo, y su voz se


quebró.

El humano maldijo por lo bajo, agarró a Jungkook y lo aplastó contra su


pecho.

Y Jungkook... Jungkook se derritió absolutamente en los brazos del hombre


con un alto gemido.

Jin lo miró fijamente.

Observó confundido mientras Jungkook se aferraba al humano, haciendo


pequeños ruidos felices mientras el humano acariciaba su cabello y
murmuraba algo en la oreja de Jungkook.

Observó las manos del hombre acariciar la espalda de Jungkook y finalmente


asentarse en la espalda baja de Jungkook. Jungkook prácticamente
ronroneaba.

Jin se aclaró la garganta.— ¿Um, Hola?


El humano -Taehyung-, se puso rígido y levantó la cabeza de donde estaba
acariciando con su nariz el cabello de Jungkook. Miró por encima del hombro
de Jungkook a Jin.

—¿Quién es ese? —Dijo Taehyung.

—Es solo Jin, —murmuró Jungkook, su voz amortiguada por la camisa del
humano.

—¿Y quién es Jin? —Dijo Taehyung, su mirada recorriendo a Jin de manera


evaluadora.

La mirada hizo que Jin se sintiera un poco incómodo. Jin siempre había sido
más empático que telépata. Podía sentir olas de hostilidad saliendo del
humano sin siquiera intentar leer su mente.

—Es mi amigo de la infancia, —dijo Jungkook.

Jin asintió.— Me voy a quedar con Jungkook aquí por un tiempo.

Las cejas de Taehyung se juntaron.— ¿Es eso así? ¿Y quién dice que Jungkook
es bienvenido a quedarse aquí?

Jin pensó que era una cosa ridícula decir eso considerando que el chico tenía
a Jungkook en un fuerte abrazo.
Jungkook suspiró. Finalmente, dejó de aferrarse al humano y dio un paso
atrás.— Lo siento por irme así, —dijo en voz baja, tomando la mano del
humano y mirándolo a los ojos.— Te he echado tanto de menos.

Alguna emoción cruzó la cara de Taehyung antes de que se cerrara.—


Hablemos en la cocina. —Miró a Jin brevemente.— Puedes esperar en la sala
de estar.

Jin asintió y los siguió al interior del departamento. Se dejó caer en el sofá,
contento de esperar. Él no querría estar en los zapatos de Jungkook en este
momento. Su amigo tenía muchas explicaciones que hacer, y no solo a
Taehyung.
CAPÍTULO 14

Jungkook observó la distancia entre él y Taehyung, -estaban demasiado


separados para su gusto-, antes de centrarse en el rostro de Taehyung. Era
imposible de leer.

Taehyung dijo secamente:— Habla.

Jungkook se mordió el labio.

La mirada de Taehyung se dirigió a su boca por un momento antes de que


Taehyung lo mirara a los ojos.— Estoy esperando.

—No sé qué decirte, —admitió Jungkook.

—La verdad sería una buena idea, —dijo Taehyung lacónicamente.

Si pudiera decirle a Taehyung la verdad, lo habría hecho hace años.

Interpretando correctamente la mirada miserable en la cara de Jungkook,


Taehyung resopló.— Correcto. —Se pasó la mano por el pelo y se dio la
vuelta, con los hombros y la espalda tensos por la frustración.

—¿Es Jungkook incluso tu nombre? —Dijo al fin.

El corazón de Jungkook dio un vuelco.— Sí. —A todos los efectos, él era


Jungkook. Incluso sus padres y su mejor amigo lo llamaban Jungkook ahora.
—Jungkook Calluvianen no existe, —dijo Taehyung rotundamente.

El estómago de Jungkook cayó. Entonces Taehyung sabía que su pasaporte


era falso.

—¿Te importa explicarlo? —Dijo Taehyung.— Aparentemente, no existes. —


Cuando Jungkook no dijo nada, Taehyung se rió.— ¿Fue todo lo que me
dijiste una mentira?

—¡No! —Dijo Jungkook, dando un paso adelante. Deseaba poder contarle


todo a Taehyung, pero él y Jin tendrían muchos problemas por su viaje no
autorizado a un planeta pre-TTCI como estaban. Si infringieran más leyes,
incluso sus posiciones sociales no los salvarán. El Ministerio no podía ocultar
nada: había Dalvars, -una especie que podía detectar mentiras-, trabajando
para el Ministerio y sabrían si Jungkook intentaba mentir al respecto.

—Tu pasaporte es falso, Jungkook.

—Sí, pero ... lo juro, ¡no soy un criminal o algo así! Yo solo no podría usar mi
nombre real aquí.

Taehyung no dijo nada, todavía de espaldas a él.

—Por favor, créeme. —Jungkook se acercó a Taehyung y le tocó el brazo de


forma tentativa.

—No, —Taehyung mordió.— No puedo pensar cuando me tocas.

Suspirando, Jungkook apoyó la mejilla contra la espalda de Taehyung y


murmuró:— Si pudiera decirte la verdad, lo haría, pero no puedo. — «Es mas
grande que yo. Más grande que nosotros. Romperé múltiples leyes
internacionales si lo hago.»

Taehyung se echó a reír.— Pareces un agente secreto en una mala película de


espías.

Jungkook sonrió.— Sería un terrible agente secreto.

Taehyung dejó escapar un suspiro, sus músculos se relajaron un poco.—


Tienes que darme algo, Kook.

—Me fui porque mis padres enviaron por mí. No me dieron tiempo para
despedirme. Traté de convencerlos de que me dejaran hablar contigo, pero
fue inútil.

—¿Así que estuviste en casa todo este tiempo? —Dijo Taehyung.

—Sí.

—Con tu prometida, —dijo Taehyung sin ninguna inflexión.

Jungkook frunció el ceño.— No. Ella ha estado fuera en un internado.

Silencio.

Finalmente, Taehyung se dio la vuelta. Miró a Jungkook a los ojos y dijo:—


¿Sigue siendo tu prometida?
La respiración de Jungkook quedó atrapada en su garganta. Dudó, sin saber
cómo responder a la pregunta, -sin saber cuál era la respuesta.

Por un lado, ya no había vínculo. Por otro lado, todavía no había hablado con
Lalisa'shni’gul. Hasta que él hablara con ella, no pensó que responder
negativamente a la pregunta de Taehyung sería correcto. Sin mencionar que
sus padres habían firmado un contrato de compromiso legal en su nombre.
Incluso si el vínculo se había ido, legalmente no era libre.

Jungkook se encogió de hombros un poco.

Los ojos de Taehyung brillaron oscuramente.— ¿Por qué volviste, Jungkook?

—Yo ... yo te extrañé, —dijo Jungkook, un poco tímido y confundido. ¿No fue
obvio? Ya le había dicho eso a Taehyung.

—Pero todavía tienes una prometida en casa, —dijo Taehyung, y había algo
muy feo en su tono, una emoción desagradable que Jungkook casi podía
sentir a pesar de sus apretados escudos mentales.— ¿No te sentiste culpable
por extrañarme mientras tenías una prometida?

—No es lo que piensas, —dijo Jungkook, entrecortado.— No lo entiendes.

—Eso es correcto, —dijo Taehyung.— Yo no lo hago. No entiendo quién eres


o por qué estás aquí, ¿y sabes la peor parte? —Él se rió sin humor.— A una
parte de mí no le importa una mierda. Quiero mantenerte con todas tus
mentiras y verdades a medias. —Él apoyó la frente contra la de Jungkook, sus
manos acunando la cara de Jungkook.— ¿Que mierda me hiciste? Debería
jodidamente echarte de aquí. Debería llamar a la policía. No debería quererte
todavía.

Jungkook apenas registró sus palabras, el calor se esparció por su cuerpo,


delicioso y dulce. Después de meses de distancia, teniendo a Taehyung tan
cerca fue abrumador.

—Estás temblando, —dijo Taehyung, sus dedos acariciando la mejilla de


Jungkook, su cuello, haciendo que Jungkook se estremeciera cada vez que
tocaba su piel.— Mírate, —dijo Taehyung, con un borde en su voz.— ¿Se
supone que debo creer que tienes una prometida? Eres mío.

Jungkook no podía hablar, balanceándose en el toque de Taehyung, y


necesitaba ...

—No, —dijo Taehyung contra su oído, su respiración áspera e irregular.—


Ahora no. Tenemos a tu amigo esperando en la sala de estar. Quitó sus
manos de Jungkook y dio un paso atrás.

Jungkook lo miró anhelante. Entonces, sus palabras finalmente se


registraron. Cierto. Jin. Se había olvidado completamente de él.

Taehyung metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones de chándal.—


Hablando de tu amigo, —dijo, aclarándose un poco la garganta. Parecía
enojado, pero cuando Jungkook miró hacia abajo, pudo ver a Taehyung
ajustando el bulto en sus pantalones de chándal.

Jungkook se lamió los labios.— ¿Qué hay de Jin?


—¿Qué está haciendo aquí?, —Dijo Taehyung.

—Jin me ayudó a escapar de mi casa, —dijo Jungkook antes de que pudiera


detenerse, su mente aún confusa.

Taehyung le dirigió una mirada extraña.— ¿Te escapaste de casa? ¿Por qué
necesitarías escapar? —De repente se puso rígido, sus ojos se volvieron más
fríos.— Jungkook, ¿tu familia es ... abusiva?

—¡No! —Dijo Jungkook rápidamente.— Mis padres son solo… muy


tradicionales. Realmente quieren que me case con mi novia, y no quiero
hacerlo. —Jungkook bajó la mirada antes de mirar a Taehyung por debajo de
las pestañas.— Quiero estar contigo, por el tiempo que pueda. ¿Puedo?

Una mezcla de emociones conflictivas parpadeaba sobre el rostro de


Taehyung.

—¿Por tanto tiempo como puedas? —Repitió, con una expresión en blanco.

Jungkook hizo una mueca, pero estaba decidido a ser honesto al respecto.—
Quiero quedarme, pero ... —el amigo de Jin había quitado sus chips de
identificación y los reemplazó por otros temporales para que solo él pudiera
contactarlos y teletransportarlos a casa, -si querían irse a casa. Esa era la
única precaución que Jin había acertado. Pero eso no significaba que no los
encontrarían de todos modos.
—No puedo decirte más que esto. —Jungkook se encontró con los ojos de
Taehyung.— Sé que no es suficiente. Entiendo si ya no confías en mí. Si
quieres que me vaya, me iré.

La mandíbula de Taehyung se apretó. Él miró a Jungkook antes de


repentinamente tirar de él, inclinándose y chupando con fuerza el cuello, su
boca caliente y posesiva.

—No vas a ninguna parte, —dijo con dureza antes de salir de la habitación.

Jungkook lo miró fijamente, sin aliento.


CAPÍTULO 15

Taehyung pidió pizza, porque no había nada comestible en la cocina. Apenas


había estado allí desde la desaparición de Jungkook, prefiriendo pedir comida
para llevar y comer en la sala de estar. Ver su cocina vacía, ver todos los
pequeños aparatos innecesarios que Jungkook había insistido en comprar, lo
había hecho sentir miserablemente enfurecido. Así que había evitado la
cocina como una plaga.

Pero ahora Jungkook estaba de vuelta.

Jungkook estaba de vuelta.

Taehyung apenas podía apartar sus ojos de él mientras comían sus pizzas.
Tenía que recordarse a sí mismo que Jungkook no era tan inocente y genuino
como parecía, que no debía perdonarlo tan fácilmente. Pero no podía dejar
de mirarlo fijamente, hambriento por la vista de él.

Sus ojos se encontraron a través de la mesa, y Jungkook le sonrió, sus


pómulos se volvieron un poco rosados. Taehyung quería besarlos, luego
lamer hasta esa boca rosada hasta que Jungkook estuviera temblando de
nuevo y haciendo esos pequeños ruidos suyos.

—Mmm, ¡esto es lo mejor que he comido aquí! ¿Cómo es que no me has


hablado de la pizza? —Dijo Jin antes de tomar otro bocado de pizza y gemir
con aprecio.
Jungkook arrugó la nariz.— Porque he visto a gente en la televisión decir que
no es saludable comerla.

Taehyung los miró con diversión. Había pensado que el extraño olvido de
Jungkook sobre tantas cosas obvias era solo una peculiaridad de él, pero su
amigo parecía compartirlo. Jin era tan raro como Jungkook.

Y al igual que Jungkook, parecía un personaje que se había escapado de un


cuento de hadas de Disney. Era etéreamente hermoso con una piel
extrañamente blanca, un brillante cabello plateado y profundos ojos verdes.
Parecía un jodido príncipe. También había algo... fuera de su aspecto. No era
el color del cabello; Jin no era el primer tipo que Taehyung había visto que se
teñía el pelo con colores extraños. No, era otra cosa. Alguna cualidad que
Jungkook tenía también.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar aquí? —Dijo Taehyung, mirando a Jin.

Jin se detuvo a medio masticar. Él intercambió una larga mirada con


Jungkook. Casi parecía como si estuvieran comunicándose sin hablar. Deben
haber sido muy cercanos.

—Espero que esté bien que me quede con ustedes hasta que encuentre un
trabajo. —dijo Jin y tomó un sorbo de té.

Taehyung reprimió un resoplido. Le sería imposible responder negativamente


sin verse como un imbécil. Este tipo no era tan despistado socialmente como
Jungkook tendía a serlo.

—Tendrás que compartir con Jungkook. —dijo Taehyung.— No hay


habitación libre. A menos que quieras dormir en el sofá.
—Él puede tomar mi habitación. —dijo Jungkook, mirando a Taehyung por
debajo de sus pestañas— Puedo compartir contigo.

Taehyung se humedeció los labios y asintió.

Jungkook bajó la mirada de nuevo.

Mientras tanto, Jin se atragantó con su té y comenzó a toser, con los ojos
como platos.— ¿Vas a compartir una cama con Taehyung? —Dijo, mirando a
Jungkook como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

Jungkook miró su pizza como si fuera la cosa más interesante del mundo.—
Prefiero compartir una cama con Taehyung que contigo. Ni siquiera sabes
cómo acurrucarte.

Jin lo miró con una mirada vagamente escandalizada. Taehyung se habría


reído si no estuviera ocupado tratando de no mostrar cuánto le afectó la
mera idea de que Jungkook durmiera en su cama. Dormir. Cierto.

—Está bien. —dijo Jin, dándole a Jungkook la mirada de “hablaremos más


tarde”.

—¿Así que cuánto tiempo hace que se conocen? —Dijo Taehyung,


compadeciéndose de Jungkook, que parecía que estaba a punto de estallar
en llamas. No debería haber sido tan entrañable. Cristo, era jodidamente
imposible permanecer enojado con esa cara.
—Tanto que parece desde siempre. —dijo Jin, haciendo que Taehyung se
estremeciera y apartara los ojos de Jungkook.

Cuando volvió a mirar a Jin, lo encontró estudiándolo con curiosidad.

Cierto. Le había hecho una pregunta a Jin.

—¿De verdad? —Dijo Taehyung, después de aclararse la garganta.

—Nuestros padres son viejos amigos y su hermano mayor es mi prometido,


por lo que nos vimos obligados a socializar. —dijo Jin. Él sonrió.— Si no lo
fuéramos, no habría sido amigo de una magdalena tan ingenua. Me
sorprende que no se matara mientras estaba solo aquí.

—No soy tan despistado. —dijo Jungkook con un puchero.— Deja de


exagerar.

—Espera. —dijo Taehyung.— ¿Jin está comprometido con tu hermano? Me


dijiste que yo era la primera persona gay que conocías.

Los ojos de Jungkook se ensancharon. Intercambió una mirada de pánico con


Jin.

—No soy gay. —dijo Jin.— Soy.. soy, bisexual...

—¡Demisexual! —Dijo Jungkook al mismo tiempo.


Se miraron el uno al otro.

Taehyung sonrió sin alegría.— Debieron hacer un esfuerzo para coordinar sus
historias.

Jungkook dejó caer su cara en sus manos y gimió.— No te mentí. —murmuró


entre sus manos.— Realmente eres la primera persona homosexual que he
conocido. La sexualidad de Jin es... complicada. —Asomó su mirada hacia
Taehyung a través de sus dedos.— Estás enojado conmigo, ¿verdad?

Él debería estarlo. Pero a pesar de las mentiras descaradas de Jungkook, no


parecían maliciosas, o quizás Taehyung era un terrible juez de carácter.

—Por supuesto que estoy enojado. —dijo Taehyung. Lo estaba, pero


principalmente con sí mismo por no estar lo suficientemente enojado. Puede
que no esté tan enojado con Jungkook como las mentiras constantes de
Jungkook se merecían, pero eso no significaba que estaba bien. Porque no
estaba bien. Una parte de él no podía creer que estuviera listo para perdonar
a Jungkook tan fácilmente. Si fuera alguien más, les habría dicho que se
fueran a la mierda. Él ni siquiera los habría dejado entrar en su
departamento.

La cara de Jungkook cayó.

—Oh, por el amor de... ¡Él no te odia, Jungkook! —Dijo Jin, poniéndose de pie
con un resoplido exasperado.— No entiendo por qué te vuelves tan estúpido
alrededor de este.. hombre. —Él fingió bostezar.— De todos modos, estoy
cansado. ¿Muéstrame tu habitación? —Dijo, lanzándole a Jungkook una
mirada significativa.
Jungkook ni siquiera lo miró, sus ojos aún en Taehyung.— ¿Realmente no me
odias?

—Jungkook. —dijo Jin con impaciencia.

—No lo hago. —dijo Taehyung y suspiró.— Ve. Muéstrale tu habitación,


bebé.

La cara de Jungkook se iluminó.— ¿Todavía soy tu bebé?

Taehyung sonrió, recordando la firme insistencia de Jungkook en ser su único


bebé, lo que sea que eso significara.— Si quieres serlo.

Jungkook estaba fuera de su silla y en su regazo en un instante.— Quiero


serlo. —murmuró en el oído de Taehyung, su cuerpo presionando
fuertemente contra el de Taehyung.— Quiero ser tu bebé. Siempre.

Taehyung sintió que su cuerpo se tensaba en respuesta. Tiró de Jungkook con


más fuerza hacia él y mordisqueo la suave piel debajo su oreja, respirándole.
Joder, no podía estar enojado con él.

Jungkook dejó escapar un feliz suspiro.— Extrañé esto demasiado. —dijo, su


voz ronca con honestidad.— Tus brazos rodeándome. Tú.

—Sí — Taehyung murmuró. Jodido infierno, lo había extrañado. El olor de


Jungkook, la forma en que encajaba contra el cuerpo de Taehyung, la mezcla
embriagadora de deseo y adoración que llenaba su cuerpo cada vez que se
tocaban: había echado de menos todo eso.

Jungkook enterró sus dedos en el cabello de Taehyung, empujando la boca


de Taehyung más cerca de su cuello, respirando con jadeos cortos. Taehyung
hundió sus dientes en la piel de Jungkook, chupando suavemente. Jungkook
jadeó e inclinó su cabeza hacia un lado, dándole un mejor acceso, sus dedos
recorriendo arriba y abajo los bíceps de Taehyung mientras Taehyung cubría
su cuello con marcas. Jungkook. Su bebé, su ángel, su ser humano favorito, su
niño bonito...

Un sonido ahogado hizo que Taehyung recordara que tenían audiencia.

Tensándose, Taehyung miró por encima del hombro de Jungkook, su boca


aún presionada contra el delicado cuello de Jungkook.

Jin los estaba mirando con los ojos muy abiertos.

—Jungkook —dijo Jin.— Hablemos.

Jungkook no se movió del regazo de Taehyung.

—Ahora. —dijo Jin.

Jungkook miró a Taehyung anhelante.

—¡Jungkook! —Jin gritó.— Necesito hablar contigo. Ahora.


Jungkook suspiró y se bajó del regazo de Taehyung.— Volveré pronto. —dijo,
sus ojos suaves y vidriosos.

Taehyung asintió, observándolos irse y reprimiendo el impulso paranoico de


agarrar a Jungkook y nunca perderlo de vista.

Se echó hacia atrás en su silla y suspiró. Por el amor de Dios, Jungkook solo
iba a otra habitación.

Taehyung miró su reloj. Era cerca de la medianoche y mañana tenía que


levantarse temprano. Una ducha sonaba como una buena idea mientras
Jungkook hablaba con su amigo.
CAPÍTULO 16

—¿Estás loco? —Dijo Jin en cuanto entraron en la antigua habitación de


Jungkook.— Si hubiera sabido de esto, nunca te hubiera traído a la Tierra
conmigo.

El estómago de Jungkook se sacudió con nervios. Cruzó los brazos sobre su


pecho.— No sé de qué estás hablando.

Jin le dio una bofetada telepática.

Jungkook apretó sus escudos mentales y lo fulminó con la mirada.

Jin le devolvió la mirada.— No te hagas el tonto. ¿Qué estás haciendo,


Jungkook?

Jungkook desvió su mirada.— No sé a qué te refieres.

—Correcto. —Jin suspiró.— Sabes que es inútil. No importa lo apegado que


estés a este humano, nunca podrás ser tú mismo con él. Nunca se te
permitirá quedarte aquí. No se nos permite permanecer indefinidamente en
los mundos pre-TTCI.

—Nadie sabe dónde estamos, excepto por tu amigo. —dijo Jungkook con
fuerza.
—No te engañes. Puede que no lo sepan ahora, pero eventualmente lo
descubrirán. —Jin negó con la cabeza, mirándolo con tanta pena que le
revolvió el estómago a Jungkook. — No te apegues demasiado a él,
Jungkook'ngh. Trata de mantener una distancia razonable. Ya eres demasiado
cariñoso con él. —Jin le dirigió una mirada aguda.— ¿Era realmente
necesario sentarte en su regazo y dejar que te besara el cuello? ¿Es otra
costumbre humana que no conocía?

Jungkook parpadeó. ¿Realmente Jin no se había dado cuenta de que su


relación con Taehyung era menos que platónica? ¿Era él genuinamente
ajeno? Era difícil de creer. Pero, de nuevo, Jin estaba vinculado y las áreas de
su cerebro responsables de la atracción sexual fueron suprimidas por el
vínculo. A pesar de la audaz conversación de Jin, no tenía experiencia en lo
que respecta al sexo y las relaciones. Jin no tenía idea de cómo se sentía la
atracción. Tal vez él no podía reconocerla.

Jungkook casi lo envidiaba. Las cosas habían sido mucho más fáciles cuando
su cuerpo no se comportaba de forma tan extraña, atraído por Taehyung
como un imán. Había sido adicto al toque de Taehyung y a la atención de
Taehyung mucho antes de que se rompiera su vínculo, pero ahora era mucho
peor. Ahora había otra dimensión en sus sentimientos, una que era más
difícil de suprimir.

—Prométeme que pondrás algo de distancia entre él y tú. —dijo Jin,


mirándolo fijamente.

—Lo prometo, —dijo Jungkook, sintiéndose como el peor tipo de mentiroso.


Haría lo mejor que pudiera, pero sabía que era demasiado débil en lo que a
Taehyung se refería.

Para alivio de Jungkook, después de eso, Jin cambió de tema.


Jin pasó la siguiente hora preguntándole a Jungkook sobre las costumbres
humanas y algunas cosas que Taehyung había mencionado que lo
confundían. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, dejó ir a
Jungkook. Jungkook tomó una ducha rápida en el baño y se puso ropa limpia,
feliz de descubrir que Taehyung no había quitado su ropa de su guardarropa.

Para cuando abandonó su antigua habitación, el resto del apartamento ya


estaba oscuro.

Jungkook abrió la puerta del dormitorio de Taehyung y entró. Taehyung


había dejado las ventanas francesas abiertas y la luz de la luna iluminaba
bastante bien la habitación. Junto con la mejoría de la vista de Jungkook,
podía ver todo perfectamente.

Taehyung parecía dormir rápido, su pecho subía y bajaba uniformemente.


Solo estaba en sus bóxer.

Jungkook apartó los ojos y se quitó la ropa tan silenciosamente como pudo,
quedando solo con su ropa interior. Estaba un poco decepcionado de que
Taehyung estuviera dormido, pero tal vez fue lo mejor. No creía que pudiera
cumplir su promesa a Jin si Taehyung estaba despierto y lo tomaban desde
donde lo dejaron la última vez.

Jungkook se metió en la cama y se puso de costado, mirando a Taehyung.

Miró el hermoso perfil de Taehyung y sintió que su garganta se cerraba.


Taehyung era humano. En la oscuridad y la tranquilidad de la noche no había
escapatoria de ese hecho.

Taehyung era humano.

Y Jungkook no lo era.

Jungkook podría odiarlo, pero las preocupaciones de Jin eran válidas. Su


relación con Taehyung tenía fecha de vencimiento. Él no sería capaz de
permanecer en la Tierra por tiempo indefinido. Tarde o temprano, él y Jin
serían encontrados y deportados.

Su familia nunca lo dejaría quedarse con Taehyung, incluso si el Ministerio no


estuviera en la foto. Sus padres nunca aprobarían o aceptarían su relación
con Taehyung. Probablemente estarían horrorizados.

Taehyung era humano, un miembro de una civilización pre-TTCI.

Mientras que Jungkook pensaba que los humanos eran interesantes y


realmente fascinantes, era consciente del hecho de que las personas en casa
no compartían su opinión. En el mejor de los casos, las civilizaciones pre-TTCI
eran miradas con desdén. En el peor de los casos, eran despreciadas. Tener
una relación íntima con un miembro de una civilización pre-TTCI era algo
inaudito. A los ojos de la sociedad, una relación de este tipo no se
consideraría mejor que la de los humanos modernos si se considerara una
relación con un neandertal. Por lo que Jungkook sabía, incluso antes de
ingresar a la Unión de Planetas y estar sujeto a las leyes del Ministerio, su
planeta tenía muy pocas relaciones con las civilizaciones anteriores al TTCI.
Los Calluvianos se enorgullecían de ser una de las civilizaciones más antiguas
de la galaxia y tendían a despreciar a las civilizaciones más jóvenes como la
Tierra. Jungkook siempre había pensado que tal actitud era de muy mal
gusto, pero era consciente de que la mayoría de la gente en casa pensaba de
manera diferente. Sus padres dijeron que era ingenuo. Su hermana dijo que
era demasiado idealista. Namjoon dijo que era demasiado suave.

Ellos nunca entenderían o aprobarían.

Tragando, Jungkook se movió más cerca de Taehyung, solo un poco.

Taehyung frunció el ceño mientras dormía, sus cejas se juntaron antes de que
sus párpados se abrieran.

—¿Kook? —Murmuró, alcanzando a Jungkook.— Ven aquí.

Jungkook se dio la vuelta hasta que su cara estuvo contra el hombro desnudo
de Taehyung. Estaba tan aliviado de que Taehyung ya no parecía estar
enojado con él.

—¿Qué hora es? —Dijo Taehyung, con una ronca capa de sueño todavía en
su voz.

—Veinte minutos después de la una. —respondió Jungkook, cerrando los


ojos. Arrastró su nariz sobre la curva de los bíceps de Taehyung, inhalando
profundamente.— Amo tanto tú olor. Lo echaba de menos. Nada huele tan
bien como tú.

Taehyung resopló.— Estoy seguro de que hay algo que huele mejor.
«No para mí.»

Jungkook negó con la cabeza. Había algo en Taehyung que lo hacía sentir
tan... primitivo. Cuando estaba con Taehyung, no se sentía como un príncipe
de una civilización antigua. Se sentía como un esclavo de su cuerpo y sus
impulsos. Se sintió como empujaba su cara contra la axila de Taehyung y
respiraba su olor masculino y sudor.

«Mío. Mi hombre.»

Tenía ganas de rogarle a Taehyung que lo marcara en todas partes. Sentirse


como de Taehyung, en todas las formas posibles.

Una sonrisa torcida retorció los labios de Jungkook.— Quiero oler tanto a ti
que creo que felizmente te dejaría mearme. —Estaba bromeando. Más o
menos.

Taehyung soltó una risa tensa.— No puedes decir cosas así.

—¿Por qué no? —Dijo Jungkook, besando suavemente el hombro de


Taehyung.

—Porque solo soy un hombre de sangre roja. —dijo Taehyung.— Y estás


comprometido con alguien, pero dices que quieres oler a mí. ¿Te das cuenta
de cómo se ve, Jungkook?
—¿Bastante mal? —Dijo Jungkook, frotando su cálida mejilla contra el
hombro de Taehyung. Él entendía que, desde el punto de vista de Taehyung,
Jungkook estaba comprometido con alguien, tenía una relación romántica
con alguien, por lo que estaba mal que él quisiera a Taehyung. Pero no era
así. Jungkook deseaba poder explicárselo a Taehyung, pero no sabía cómo.
Taehyung no era Hani. No podía decirle a Taehyung que era un matrimonio
arreglado sin que Taehyung le hiciera preguntas más incómodas, preguntas
que no podía responder honestamente.

—Probablemente piensas que soy una persona terrible. —dijo Jungkook. Se


podría pensar que era una persona terrible si estuviera en el lugar de
Taehyung y tuviera la misma información limitada que él tenía.

Taehyung dejó escapar un suspiro.— Simplemente no puedo conciliar las


cosas que sé sobre ti con las cosas que veo.

—¿Qué ves?

Taehyung se apoyó en un codo, mirando a Jungkook.

Estaban muy cerca.

Jungkook se humedeció los labios, su corazón latía con fuerza contra su caja
torácica. Puso su mano sobre el pecho de Taehyung. El corazón de Taehyung
también latía rápido, su piel cálida bajo la palma de Jungkook. La
temperatura del cuerpo humano era un poco más alta que la de los
Calluvianos, y Taehyung siempre se sentía maravillosamente cálido. Se sentía
aún más cálido ahora.
—Veo... —Taehyung se fue apagando, sus nudillos acariciaron la mejilla de
Jungkook, luego bajaron por su cuello. Jungkook se estremeció, la piel de
gallina corría sobre su piel. Se apoyó en el toque de Taehyung, tomando una
respiración cuando la mano de Taehyung bajó por su pecho. Se humedeció
los labios y miró fijamente a la boca de Taehyung con avidez, una necesidad
ahora familiar en su cuerpo. Él quería. Quería atacar la boca de Taehyung con
la suya: besarla, morderla y lamerla. Quería tirar a Taehyung encima de él,
extender sus piernas y rogarle a Taehyung que lo haga sentir bien con su
polla, como la última vez.

Cuando la mano de Taehyung se movió para acariciar su estómago


tembloroso, Jungkook no pudo soportarlo más.

—Vamos a tener sexo. —soltó.— Quiero tener sexo contigo. Demasiado.

Taehyung hizo un ruido extraño y estrangulado que sonaba como medio risa,
medio gemido, su cuerpo rígido, sus músculos casi vibrando de tensión.—
Kook..

—Por favor. —dijo Jungkook, deslizando su mano en los bóxer de Taehyung y


sacando su polla. La acarició con avidez. Se sentía increíble en su mano, tanto
dura como sedosa.

Una parte de él no podía creer su propia audacia. Esa parte de él le dijo que
se avergonzara de lo mucho que lo quería, -quería tener relaciones sexuales
con alguien que no era su compañero de vínculo, con un miembro de otra
especie, con un hombre que la raza de Jungkook consideraría poco mejor que
un bárbaro-. Pero esa parte de él era muy pequeña y se debilitaba con cada
minuto que pasaba. A Jungkook no le importaba. No le importaba lo que la
gente en casa pensaría de él si pudieran verlo ahora. Quería a Taehyung,
quería todo lo que pudiera conseguir, -quería tener a Taehyung dentro de él,
quería que Taehyung lo follara. La palabra “follar” siempre le había parecido
sucia y vulgar a Jungkook, en ambos idiomas tanto en Calluviano como en el
Terrano, pero ahora pensaba que encajaba en el concepto porque quería
quemar su cuerpo. Quería ser follado. Quería que Taehyung lo follara. Lo
quería con una desesperación que empeoraba al saber que su tiempo con
Taehyung era limitado.

—Vamos a tener sexo. —dijo Jungkook, apretando la polla de Taehyung.— Te


deseo demasiado.

Taehyung maldijo y de repente rodó sobre él, sujetándolo al colchón con su


cuerpo largo y pesado. El muslo de Taehyung se presionó entre sus piernas,
contra su dura polla, y Jungkook gimió. Envolviendo sus piernas alrededor de
las caderas de Taehyung, se levantó y lo besó torpemente, lamiendo su boca.

Taehyung gimió y le devolvió el beso, su lengua empujando dentro de la boca


de Jungkook a un ritmo que Jungkook deseaba que hiciera con su cuerpo.
Retorciéndose, Jungkook se movió contra la polla de Taehyung, intentando y
no aliviar el dolor en su ingle.

—Taehyung. —susurró contra la boca de Taehyung.

—¿Qué, bebé? —Taehyung murmuró entre los besos largos, húmedos y


vertiginosos.

—Lo necesito. —dijo Jungkook, retorciéndose infructuosamente debajo de


Taehyung, tratando de acercarlo más.— Te necesito.

Taehyung giró su cabeza contra el oído de Jungkook, su respiración


inestable.— ¿Qué necesitas, Kook?
Las cejas de Jungkook se fruncieron. ¿No lo había dejado claro ya?—
Necesito que me folles.

Taehyung respiró hondo.— ¿Estás seguro? —Dijo, su voz tan profunda que
era casi irreconocible.

Jungkook asintió aturdido, agarrando las nalgas de Taehyung.— Quiero


sentirte dentro de mí.

Taehyung emitió un sonido bajo y gruñó antes de arrastrar su boca húmeda


por el cuello de Jungkook.— Sí. —dijo con voz áspera, chupando mordidas de
amor en la piel de Jungkook.— Sí. Solo necesitamos... —Taehyung se arrancó
con una maldición ahogada y alcanzó el cajón. Revolvió en él por unos
momentos antes de maldecir de nuevo.— Tengo condones, pero no tengo
lubricante.

Jungkook parpadeó, sin saber de qué estaba hablando.— No importa. —


murmuró, tratando de jalar a Taehyung hacia él.

Taehyung se rió con dureza.— Necesitamos lubricante, Kook. Necesito


prepararte, abrirte para mi polla.

«La polla de Taehyung.»

Jungkook se estremeció, su propia polla palpitaba y su agujero goteaba, tan


vacío. Sacudió la cabeza.— No lo necesito. —logró decir.— Estoy listo, lo juro.
Podía ver el ceño fruncido de Taehyung mientras lo miraba en la oscuridad.—
Jungkook…

—Estoy listo. —casi se quejó Jungkook, agarrando la mano de Taehyung y


metiéndola en su ropa interior. Sin pasar por su dura polla, Jungkook
presionó los dedos de Taehyung contra su agujero resbaladizo y gimió ante el
contacto.

Taehyung respiró bruscamente.— ¿Te preparaste para mí antes de ir a la


cama? —Él empujó dentro un dedo y Jungkook se estremeció. Sí, esto era lo
que tanto había necesitado. A distancia, se dio cuenta de que Taehyung
estaba preguntando algo y asintió, esperando que fuera la respuesta
correcta. No le importaba, mientras Taehyung lo mantuviera lleno.

Taehyung acarició el interior del agujero de Jungkook con dos dedos,


haciendo movimientos de tijeras. Se sentía tan bien, pero no era suficiente.
Jungkook quería más. Jungkook quería, -él quería... Miró la polla de
Taehyung, erecta, gruesa y larga, y su agujero se apretó alrededor de los
dedos de Taehyung.

—La quiero. —dijo Jungkook, inclinándose y agarrando la polla de Taehyung


de nuevo. Era aún más dura ahora. Jungkook gimió, imaginando lo bien que
se sentiría, llenándolo y estirándolo hasta el límite.— Ponla adentro.

Taehyung maldijo por lo bajo, apartó la mano de Jungkook y rápidamente


hizo rodar algo sobre su polla.

—Abre las piernas para mí, bebé. —dijo, acomodándose entre los muslos de
Jungkook.
Jungkook lo hizo y observó con impaciencia cómo Taehyung guiaba su polla
dentro de él. Jungkook dejó escapar un suspiro tranquilo y feliz mientras la
dura longitud lo llenaba lentamente. Demasiado lento. Frunciendo el ceño,
Jungkook movió sus caderas, tratando de profundizarlo.

Taehyung siseó.— Kook, despacio. Te vas a lastimar. —A pesar de sus


palabras racionales, sonó desesperado, sus manos acariciando los muslos de
Jungkook y su polla comenzó a moverse dentro de Jungkook.

—No quiero lento. —logró decir Jungkook, gimiendo cuando Taehyung


comenzó a empujar más fuerte.— Se siente bien. No sabía que el sexo se
sentiría tan bien.

Taehyung dejó que su peso presionara a Jungkook en el colchón.— Soy tu


primera vez. —murmuró en el cuello de Jungkook, agarrando los muslos de
Jungkook con fuerza mientras se estrellaba contra él.— Nadie te ha hecho
esto nunca. Solo yo. Sólo mío.

La posesividad en la voz de Taehyung envió una emoción loca a través del


cuerpo de Jungkook. Jadeando, se movió para encontrarse con los empujes
de Taehyung. Quería más, más duro, más profundo pero por alguna razón,
Taehyung seguía cambiando el ángulo y la profundidad de sus embestidas.
Jungkook gimió de frustración, agarrando la espalda de Taehyung, tratando
de empujarlo más profundo.

—Shhh —dijo Taehyung.— O tu amigo nos oirá.

Jungkook se sonrojó, recordando que Jin estaba al otro lado de la pared. Pero
su vergüenza no lo detuvo de querer más de la polla de Taehyung, y se
mostró entusiasmado al encontrarse con los empujes de Taehyung, su
agujero apretándose en la polla de Taehyung. Se sentía tan bien dentro de él,
demasiado bien, grueso y perfecto, pero quería más.

—Joder, no puedo encontrar tu próstata —Taehyung se quejó, los músculos


tensos y las cejas fruncidas en concentración mientras continuaba cambiando
el ángulo de sus empujes.

—¿Próstata? —Gruñó Jungkook, sin entender.

—Cristo —Taehyung medio rió medio gimió, arrastrando los labios sobre el
cuello de Jungkook mientras su polla entraba y salía de Jungkook.— Siento
que soy un asaltacunas. Pero - te - quiero - demasiado —Cada palabra estaba
marcada por un fuerte empuje.— Tócate, bebé. —dijo Taehyung.— Acaricia
tu polla por mí. Eres tan bonito, tan hermoso, te sientes tan maravilloso.

Jungkook prácticamente sonrió por el elogio. Hizo lo que le dijo, deslizando


su mano entre ellos y agarrando su polla abandonada. El alivio fue inmediato.
Dejó escapar un largo gemido y comenzó a mover su mano con fuerza y
rapidez, al mismo ritmo que las embestidas de Taehyung. Pero aún
necesitaba más.

—Más fuerte. —susurró con voz quebrada, apretando la espalda de


Taehyung con sus piernas.— Quiero más fuerte -necesito- por favor.. —
Estaba tan, tan resbaladizo, dolorido por dentro, sollozando cada vez que
Taehyung sacaba su polla. Sabía que no le dolería, no importaba lo duro que
Taehyung fuera con él; solo quería más y más profundo.— ¡Más!

Taehyung salió, haciéndolo gimotear. Puso a Jungkook en sus manos y


rodillas antes de empujar contra él, profundo y duro. Jungkook gritó, sus ojos
humedeciéndose. «Sí, justo ahí.» Se sintió tan bien, tan satisfactorio. Ya no le
importaba que Jin probablemente pudiera escucharlo, gimiendo sin sentido
con cada empuje profundo. Taehyung también gemía, el colchón crujía
debajo de ellos, la cabecera golpeaba contra la pared con la fuerza de los
empujes de Taehyung.

—Dios, joder, joder, joder —gruñó Taehyung, mordiendo la espalda de


Jungkook, cerrando la mano alrededor de la polla de Jungkook y apretándola
con fuerza.— Tan jodidamente apretado, tan bueno, tan perfecto para mí...
—Su polla golpeó algo dentro de él.

Jungkook sollozó y sintió que su mundo explotaba, inmensas olas de placer


mecían su cuerpo y le quitaban el aliento. Cayó sobre el colchón, sintiéndose
deshuesado, con la cabeza dando vueltas de placer. Podía sentir las manos de
Taehyung vagando sobre su piel, acariciando, frotando suavemente,
guiándolo a través de las réplicas, incluso mientras Taehyung continuaba
empujando en él. Aunque Jungkook se sentía satisfecho, los empujes de
Taehyung aún se sentían bien y no quería que Taehyung se detuviera nunca.

Pero finalmente se detuvo, gimiendo, su cuerpo se puso rígido sobre él.

Jungkook suspiró decepcionado cuando Taehyung salió de él.— Podrías


haberte quedado en mí.

Taehyung se rió entre dientes, rodó sobre su espalda y atrajo a Jungkook a


sus brazos.— Insaciable. —murmuró, su voz ya somnolienta.— Nunca pensé
que serías tan controlador en la cama.

Jungkook no sabía qué decir a eso. ¿Era malo? ¿O fue un cumplido?

Antes de que pudiera preguntar, sintió que Taehyung se quedaba dormido.


Sonriendo, Jungkook hundió su rostro en la axila de Taehyung e hizo lo
mismo, sintiéndose seguro y amado en los brazos de Taehyung.

Casa. Esto se sentía como casa.


CAPÍTULO 17

Taehyung siempre había pensado que era algo espeluznante ver a alguien
dormir. Nunca había entendido la necesidad de hacerlo.

Pero esa mañana, mientras veía a Jungkook dormir acurrucado contra él con
la mejilla apoyada en su pecho, Taehyung entendió perfectamente el
sentimiento. No podía alejar sus ojos. No estaba seguro de poder alejar sus
ojos ni por todo el dinero del mundo.

Jungkook se veía aún más hermoso cuando dormía, su piel de porcelana un


contraste sorprendente con sus pestañas oscuras y cabello castaño -y el
pecho bronceado de Taehyung.

Él era tan jodidamente hermoso.

Y él era suyo.

«¿De verdad?» Dijo una voz sarcástica en el fondo de su mente que sonaba
muy parecida a la de Yoongi. «Ni siquiera sabes si su nombre es realmente
Jungkook. Sabes una mierda sobre él. Excepto por el hecho de que él tiene
una prometida en casa.»

Taehyung apretó sus labios juntos.


Era cierto que había demasiadas cosas sobre Jungkook que simplemente no
cuadraban.

Era tan inocente e ingenuo a veces que era difícil creer que Jungkook fuera
capaz de mentir -mentirle durante meses. Y si Jungkook realmente tenía una
prometida, ¿qué decía de él como persona que estaba tan ansioso por la
polla de Taehyung? (O sobre Taehyung, para el caso. Siempre había pensado
que era un hombre mejor que eso).

Y luego estaba el sexo. Había sido...

Tratando de ignorar su erección matutina, Taehyung se obligó a pensar


racionalmente sobre el sexo.

La noche anterior había habido algo que le molestaba en el fondo de su


mente, pero su excitación le había impedido pensar en ello.

El hecho de que Jungkook se hubiera preparado para el sexo anal antes de


irse a la cama estaba tan fuera de lugar para él. Esa fue la misma persona que
se sonrojó ante las insinuaciones, la misma persona que no sabía qué era una
próstata. Y se suponía que Taehyung debía creer que Jungkook se había
estirado y se había deslizado tan a fondo que había permanecido
maravillosamente hábil durante todo el sexo. Entonces, o bien Jungkook
estaba fingiendo ser ingenuo e inexperto, o...

¿Cuál era la alternativa?

—Buenos días.
Taehyung volvió sus ojos hacia Jungkook y lo encontró parpadeando con una
sonrisa suave y adormilada.

Cristo, Taehyung quería jodidamente consumirlo, besarlo desde su cabeza


despeinada por el sueño hasta sus impecables dedos pálidos.

—Buenos días. —dijo Taehyung, aclarándose un poco la garganta.— ¿Has


dormido bien?

Jungkook asintió, bostezando.— No he dormido tan bien en años.

—Bien. —dijo Taehyung, inclinándose.

Su alarma se disparó, haciéndolo detenerse.

«Mierda. Trabajo.» Si empezaba a besar a Jungkook ahora, definitivamente


llegaría tarde.

Suspirando, Taehyung se extrajo de los brazos de Jungkook y se levantó de la


cama, ignorando estoicamente el puchero de Jungkook.

—Necesito estar en el trabajo antes de lo habitual. —dijo Taehyung con una


mueca, agarrando un par de bóxer nuevos y dirigiéndose rápidamente hacia
el baño.
Hizo una pausa, notando una extraña expresión en el rostro de Jungkook.—
¿Todo bien?

Jungkook bajó las pestañas.— Yo solo... ya te extraño. No quiero que te


vayas. —Él se rió entre dientes, frotándose la nuca.— Sé que es una tontería.

Taehyung deseaba poder reírse y decirle a Jungkook que realmente estaba


siendo tonto, pero a decir verdad, en el fondo de su mente, todavía existía el
temor persistente de que Jungkook desapareciera nuevamente. Sin importar
lo que se dijera a sí mismo, no podía convencerse completamente de que no
volvería a casa a un departamento vacío esa noche.

—No es tonto, amor. —dijo Taehyung, riéndose interiormente de su propio


apego. Si hace medio año alguien le hubiera dicho que estaría tan mal por
alguien, los habría llamado locos.— Yo también te extraño ya.

Jungkook le sonrió. Taehyung tuvo que alejar sus ojos por la fuerza y hacer
que sus pies se movieran hacia el baño. Cristo. Se sentía como un
adolescente con su primer enamoramiento. ¿Qué le había hecho ese chico?

Cuando salió del dormitorio, recién salido de la ducha y vestido para el


trabajo, encontró a Jungkook en la cocina, frunciendo el ceño ante el
contenido de la nevera.

—No hay comida. —dijo Jungkook.— Así que estoy calentando la pizza
sobrante. —Se volvió hacia Taehyung con una mirada perpleja.— ¿Por qué
no tienes comida?
Taehyung no respondió. Caminó hacia Jungkook, lo apretó contra la nevera y
apretó sus labios contra los de Jungkook. Jungkook tembló y abrió la boca
con impaciencia, convirtiendo el suave beso en uno sucio mientras chupaba
la lengua de Taehyung con pequeños ruidos felices. Hizo que Taehyung se
imaginara qué ruidos haría Jungkook con la boca llena de su polla, y gimió,
besando a Jungkook con más fuerza.

Alguien se aclaró la garganta.

Jungkook saltó lejos de Taehyung, con las mejillas rosadas y sin aliento, -y tan
hermoso. Le costó un esfuerzo apartar la mirada de él. Pero la apartó.

Jin los estaba mirando fijamente, sus ojos pasaban de Jungkook a Taehyung y
de regreso. Había una expresión muy extraña en su rostro cuando Jin clavó
sus ojos en Jungkook. Jungkook, que parecía estar evitando estudiadamente
la mirada de Jin.

—¡Pizza! —Dijo Jungkook, girándose hacia el microondas.

Taehyung notó con ligero desconcierto que Jungkook continuaba evitando


los ojos de Jin durante el desayuno. De hecho, Jungkook apenas habló con
Jin, mientras que Jin pasó la mayor parte del tiempo mirando a Jungkook
como si le hubiera crecido una segunda cabeza. Casi parecía como si
estuviera tratando de comunicarle algo a Jungkook, pero Jungkook no lo
había notado o decidió ignorarlo.

—Oye, Taehyung. —dijo Jin, finalmente cambiando su mirada a la cara de


Taehyung.
Taehyung se sirvió una taza de café y lo miró.— ¿Qué?

Jin clavó sus ojos en los de Taehyung. De repente, un dolor de cabeza sordo
comenzó a crecer en su cabeza y Taehyung frunció el ceño, frotándose las
sienes. Por lo general, no era del tipo de tener dolores de cabeza.

—¡Jin! —Jungkook dijo bruscamente.

Jin se estremeció, pero Taehyung ya no le prestó atención. Se quedó mirando


a Jungkook. Nunca había visto a Jungkook enojado, mucho menos furioso.
Pero ahora estaba innegablemente furioso, enrojecido y fulminando con la
mirada a su amigo, que de repente parecía culpable y defensivo. Qué carajo...
Estos dos eran tan jodidamente extraños.

—No hagas eso. —Jungkook mordió, todavía frunciendo el ceño a su amigo.

—Está bien, ¿qué está pasando? —Dijo Taehyung, sintiéndose más que un
poco harto de todo el secreto entre estos dos. Al menos su dolor de cabeza
había desaparecido.

—Nada. —dijo Jin después de un largo momento de él y Jungkook mirándose


el uno al otro. Él suspiró.— Estás cometiendo un gran error, Jungkook. —dijo,
su voz más suave ahora.— Tus padres te matarán. —Él se rió entre dientes,
sacudiendo la cabeza.— No tenía idea de que lo tuvieras en ti. ¿Es incluso
legal hacer eso con él cuando estás...?

Jungkook se sonrojó y se puso de pie.— Vas a llegar tarde al trabajo si no te


vas ahora. —le dijo a Taehyung, agarrando su brazo.
Taehyung frunció el ceño y miró a Jin, que tenía una expresión casi
compasiva en su rostro mientras miraba a Jungkook.

—Taehyung, vamos. —dijo Jungkook.— Te lo explicaré más tarde.

Taehyung lo estudió.

Jungkook se estaba mordiendo el labio, sus ojos violetas muy abiertos y


suplicando.

—Bien. —dijo Taehyung, soltándose. Pero solo porque no tenía tiempo


ahora.

Exigiría respuestas por la noche.

Ya era suficiente.

Estaba cansado de secretos y mentiras.


CAPÍTULO 18

—No. —dijo Jungkook tan pronto como estuvieron solos en el apartamento.

Jin negó con la cabeza.— Jungkook.

—Y no te atrevas a hacerle eso a Taehyung otra vez. —dijo Jungkook,


mirándolo fijamente.— Fue una violación de su privacidad. No tenías derecho
a leer su mente.

Antes de que Jin pudiera decir algo, Jungkook se volvió y desapareció en la


habitación de Taehyung.

Jin suspiró y se masajeó la cabeza, tratando de deshacerse del dolor de


cabeza que había desarrollado cuando Jungkook le dio un golpe telepático
enorme por entrometerse en la mente de Taehyung. Jin todavía no estaba
acostumbrado a lo fuertes que se habían vuelto las habilidades telepáticas de
Jungkook después de que su vínculo se había roto. Jin siempre había sido el
telépata más fuerte y empático entre los dos, y su cambio de rol lo tomó por
sorpresa. Claro, Jin había visto a Jungkook usar sus recién descubiertos
poderes sobre los humanos, pero recibirlos era diferente. Por primera vez, Jin
se sintió un poco carente de confianza. Ahora entendía mejor por qué
Jungkook estaba tan perturbado por sus mayores habilidades.

Las razas telepáticas siempre habían sido consideradas con cierta cautela y
sospecha por otras razas en la galaxia. Pero todos sabían que no todos los
telépatas eran igualmente peligrosos. La prueba telepática estándar fue
inventada por el Ministerio para clasificar a los telépatas, siendo la Clase 1 la
más inofensiva y la Clase 7 la más peligrosa. Jungkook había sido un telépata
de Clase 1 en el STT, la clase telepática más débil además de t-nulls
(habilidades telepáticas nulas), pero la cabeza de Jin aún zumbaba por la
fuerza del golpe telepático de Jungkook, ¡y él tenía sus escudos mentales
encendidos! Jungkook era al menos clase 3 ahora.

Por lo menos.

Lo hizo sentir un poco incómodo, porque Jin estaba clasificado como Clase 2,
incluso con el vínculo que restringía su núcleo telepático. Trató de no pensar
en cómo se clasificaría en el STT cuando finalmente se rompiera su vínculo
con Namjoon. También trató de no pensar en los antiguos Calluvianos que
podían matar con sus mentes. Era probablemente una leyenda urbana de
mierda, pero si fuera cierto... esos mutantes habrían sido clasificados como
Clase 7.

Jin apartó el pensamiento con una risita. Estaba siendo tonto. Los telépatas
de clase 7 ya no existían en la galaxia. Todo el mundo sabía eso.

Tenía cosas más apremiantes de las que preocuparse de todos modos.

Como el hecho de que su mejor amigo había claramente perdido la cabeza.

Jin sintió que su piel se calentaba al recordar lo que había visto en la mente
de Taehyung antes de que Jungkook lo empujara. Incluso con los recuerdos
de Taehyung y todo el ruido que había escuchado la noche anterior, aún era
difícil creer que Jungkook realmente se hubiera involucrado en ... relaciones
sexuales con su humano.
Había una parte de Jin que alegremente animó a Jungkook por ir en contra de
todas las arcaicas y sofocantes tradiciones de su gente. Esa parte de él tenía
una inmensa curiosidad por lo que se sentía. Esa parte de él estaba decidida
a probar el sexo tan pronto como su estúpido vínculo finalmente se
rompiera. Pero, a diferencia de Jungkook, él no tenía la intención de quedar
tan atontado de un miembro de una civilización pre-TTCI.

¿Cómo podía ser Jungkook tan estúpido? Ya estaba demasiado apegado a su


humano. Añadir sexo encima de eso fue una idea terrible.

Es posible que Jin no entienda por completo el amor romántico, pero tenía
una buena idea de cómo era, por sus amigos de otros planetas. Si lo entendía
correctamente, el apego intenso y la atracción sexual eran los componentes
principales del amor romántico para los seres sensibles sexuales. Jungkook ya
había estado demasiado apegado a su humano. Agregar sexo a la mezcla
había aumentado exponencialmente sus posibilidades de lastimarse cuando
sus padres inevitablemente los encuentren y los arrastren a casa. Las leyes
del Ministerio les prohíben tener una residencia permanente en planetas
pre-TTCI. Jungkook y su humano no tenían futuro.

Jin negó con la cabeza. Él no sabía lo que Jungkook estaba pensando.

Si él estaba pensando en absoluto.

Suspirando, Jin se dirigió a la habitación de Taehyung y llamó poco antes de


abrir la puerta.

Jungkook estaba tumbado de espaldas en la cama. Sus ojos se posaron en Jin


y un ceño fruncido apareció en su rostro. Pero no dijo nada, esperando que
Jin hablara primero.
Jin se acercó y se sentó en la cama.

Se miraron el uno al otro.

—Sabes, cuando estuve en el planeta Sivaxu el año pasado.. —comenzó


Jin.— Intentaron enseñarme sus costumbres. No eran religiosos, sino
creyentes. Creían que todos tenían un camino escrito en las estrellas. Sin
importar lo que hicieras, no podrías cambiar tu camino de manera
significativa si el cambio no estaba ya escrito en las estrellas.

Jungkook frunció los labios.— No entiendo.

—Sabes que no puede terminar bien, —dijo Jin con cuidado.— Él es un


humano y tú eres tú. Sabes que es inútil. Él tiene su propio camino para
viajar, Jungkook. Nunca fuiste destinado a cruzarlo o cambiarlo. Termínalo
antes de que sea demasiado tarde. Él no es para ti. Él no es tuyo y nunca será
tuyo.

Jungkook bajó la mirada, sus largas y oscuras pestañas sospechosamente


húmedas contra sus pálidas mejillas. Hizo que el pecho de Jin doliera, pero
sabía que era necesario decir las palabras. Jungkook era un alma tan gentil.
Solía ignorar la dura realidad, determinado a creer en el mejor resultado, sin
importar lo poco realista que fuera.

—¿Crees que es tan fácil? —Jungkook susurró con fuerza.— ¿Apagar tus
emociones? ¿Terminar las cosas cuando todo lo que quieres es él?
Jin abrió la boca y la cerró sin decir una palabra. La verdad era que realmente
no tenía idea de lo que Jungkook estaba pasando. No tenía idea de cómo se
sentía querer estar con alguien. Y él estaba tan, tan curioso.

Jin le dio un codazo a la rodilla de Jungkook.— ¿Cómo es? —Dijo, adoptando


un tono más ligero. Había cumplido con su deber y le había advertido a
Jungkook; se le permitía satisfacer su curiosidad.

Jungkook parpadeó y luego se sonrojó cuando Jin sonrió.

—Vamos, Jungkook. —dijo— ¡Sueltalo! ¿Es el sexo tan bueno como dicen?

—Es muy privado, ¿no te parece?

—¡Oh vamos! —Dijo Jin, haciendo pucheros.— No era muy privado cuando
estabas gimiendo y rogándole a Taehyung que te lo hiciera más duro anoche.

Jungkook se sonrojó y se cubrió la cara con una almohada.— ¡Cállate!

Jin sonrió.— ¿Qué? ¡Tengo orejas! ¡No es mi culpa que seas una puta en la
cama!

Jungkook le dio una patada.— Te odio. —murmuró en su almohada.— Y tal


vez eres más una puta en la cama que yo. Simplemente no lo sabes todavía.
—Jungkook levantó la almohada de su cara y sonrió inocentemente a Jin.—
Le preguntaré a Namjoon después de tu noche de bodas.
Esa pequeña mierda.

Jungkook comenzó a reírse al ver la cara de Jin.

—Nunca va a suceder. —Jin mordió, levantando la barbilla.

Sobre su cadáver.
CAPÍTULO 19

Jungkook genuinamente trató de esperar el regreso de Taehyung del trabajo,


pero para las once de la mañana ya era un caos de emociones necesitado. Las
palabras anteriores de Jin, -que Taehyung no era realmente suyo y nunca
sería suyo-, formaron un nudo de ansiedad en la boca del estómago.

Quería ver a Taehyung.

Así fue como terminó en la oficina de Taehyung antes del almuerzo.

En retrospectiva, probablemente no fue su mejor idea.

Apoyado contra el escritorio de la oficina de Taehyung, Jungkook trató de


ignorar la conversación de Yoongi y Taehyung.

El intentó.

De verdad.

Pero con sus sentidos intensificados, su silenciosa discusión no fue silenciosa


para él en absoluto. No pudo evitar escucharlo.
—¿Estás jodidamente bromeando, hombre? —Yoongi siseó furioso, mirando
a Jungkook sobre su hombro antes de volverse hacia Taehyung.— ¿Lo estás
perdonando? ¿Solo así?

Taehyung estaba apoyando su hombro contra la pared del fondo, sus brazos
cruzados sobre su pecho. Su postura era relajada y confiada, pero sus ojos
entrecerrados revelaban que no estaba nada relajado.

Sus hombros se veían tan increíbles en esa camisa azul, la tela acentuaba su
ancho.

Jungkook se retorció. Desde que tuvieron sexo, -o quizás, desde que su


vínculo se rompió,- se seguía atrapado en ese tipo de pensamientos cada vez
que miraba a Taehyung. No era que viera a Taehyung de una manera
diferente. Era solo que... además de querer ser sostenido en los brazos de
Taehyung, él también seguía mirando esos brazos. Quería pasar sus manos
sobre esos brazos, deslizar sus manos debajo de la ropa de Taehyung y
sentirlo en todas partes, sentir su piel cálida y sus músculos duros.

—Sí. —dijo Taehyung, su voz tranquila pero firme.— Sé cómo se ve, pero no
conoces a Jungkook. Yo lo hago.

Yoongi enarcó las cejas.— ¿Tú sí? —Él resopló.— ¡Por el amor de Dios,
Taehyung! ¡No entiendo cómo puedes ser tan ciego sobre él! Ese pequeño
imbécil te ha estado mintiendo todo el tiempo, desaparece sin previo aviso y
luego reaparece meses después sin explicación, ¿Y lo perdonas? ¿Solo así?
¿Es tan bueno chupando tu polla?

Un músculo saltó en la mandíbula apretada de Taehyung. Se inclinó hacia


Yoongi y murmuró algo en voz muy baja para que Jungkook no lo escuchara.
Jungkook miró hacia abajo, tratando de no sentirse ofendido por las
acusaciones de Yoongi. Entendió por qué Yoongi estaba enojado. Desde el
punto de vista de Yoongi, Jungkook se veía... no bien.

Pero no le gustaba que Yoongi hiciera que Taehyung se sintiera mal y


enojado.

—Si tienes un problema conmigo, deberías hablarlo conmigo. —dijo


Jungkook amistosamente.— Estoy aquí, ya sabes.

Yoongi se volvió hacia él con el ceño fruncido.— Mira, no me malinterpretes.


—dijo.— No tenía nada contra ti. Pero entonces hiciste un acto de
desaparición, y mi mejor amigo era un gilipollas miserable cuando te fuiste..

—Yoongi. —dijo Taehyung, una advertencia en su tono.

—Bien. —dijo Yoongi, levantando las manos con un resoplido.— Estoy


callando. ¿Pero no tienes tú una prometida o algo así?

—Yo... —dijo Jungkook.— Es complicado.

—Increíble. —dijo Yoongi, sacudiendo la cabeza.— Como sea. —Miró a


Taehyung.— No me digas que no te advertí cuando te joda otra vez.

Salió de la oficina de Taehyung, murmurando algo enojado en voz baja.


Silencio cayó sobre la habitación.

Jungkook miró a Taehyung vacilante. No le gustaba la expresión en su cara.

—La cosa es que... —dijo Taehyung con una sonrisa sin humor.— Yoongi
tiene razón.

El estómago de Jungkook cayó.

Taehyung se acercó a Jungkook, la expresión de su rostro casi sombría.


Poniendo sus manos sobre el escritorio a ambos lados de Jungkook,
Taehyung lo miró fijamente.— Vas a joderme. —dijo, su tono muy suave,
contradiciendo la mirada sombría y sin sonrisa en sus ojos.— ¿No es cierto,
bebé?

Jungkook tragó, lamiendo sus labios.

Taehyung se inclinó y presionó su nariz contra la mejilla de Jungkook,


acariciándola.— Sí, lo harás.

Jungkook sacudió la cabeza aturdido.

—Lo harás. —dijo Taehyung de nuevo, dejando caer un beso apenas allí en la
comisura de la boca de Jungkook. Jungkook hizo un pequeño sonido y separó
sus labios ansiosamente, persiguiendo la boca de Taehyung con la suya.
—Joder. —dijo Taehyung, acunando la cara de Jungkook en sus manos. Besó
la otra comisura de la boca de Jungkook.— ¿Cómo estás tan jodidamente...?
Es como si fueras creado para joderme. Me has estado mintiendo… todavía
me estás mintiendo, pero a una parte de mí no le importa una mierda. Y me
enoja. —Finalmente besó a Jungkook de verdad, sus labios codiciosos pero
suaves. Jungkook le devolvió el beso, hambriento, tan hambriento, deseando
tragarse a Taehyung, deseando tenerlo, llevarlo dentro de sí mismo y nunca
dejarlo salir. Quería ser besado más fuerte, más profundo, para siempre. Él
quería tanto. Hasta Taehyung, nunca supo que era posible querer tanto a una
persona, desearla, querer estar físicamente unido a ella. Ya estaba tan duro,
duro y dolorido. Quería, -quería-, quería que Taehyung lo empujara sobre el
escritorio, lo llenara y los completara.

Taehyung gimió y rompió el beso, apoyando su frente contra la de


Jungkook.— No aquí. —dijo tersamente antes de zambullirse por otro beso.

Demasiado pronto para el gusto de Jungkook, Taehyung se retiró de nuevo.


Gimoteando, Jungkook trató de juntar sus bocas de vuelta.

Taehyung se rió con voz ronca y prácticamente saltó lejos de él.— Maldición,
Kook. —dijo, su respiración inestable, sus mejillas sonrojadas y ojos oscuros
vidriosos. Se aflojó la corbata y desvió la mirada.— No me mires así.

—¿Así cómo? —Dijo Jungkook, frotándose los hinchados y muy sensibles


labios.

—Como si quisieras que te follara en mi escritorio.

—Pero quiero. —Jungkook cruzó las piernas con fuerza y puso una mano en
el bulto de sus pantalones, tratando de aliviar el dolor.
Taehyung gimió, pasándose la mano por el pelo.— No digas eso. —dijo.
Parecía dolido.— ¿Cómo se supone que debo trabajar cuando me miras de
esta manera?

—Puedo irme. —ofreció Jungkook, aunque era lo último que quería. Él no


quería estar lejos de Taehyung. Miró a Taehyung con anhelo. Deseaba que
pudieran unirse físicamente todo el tiempo, -deseaba poder sentir a
Taehyung en su mente.

—No quiero meterte en problemas. —dijo Jungkook cuando Taehyung no


dijo nada.— Puedo irme.

Taehyung se pellizcó el puente de la nariz y suspiró.— Sí, probablemente es


mejor si lo haces. No puedo concentrarme en nada contigo aquí. Vete antes
de que me despidan. Podemos encontrarnos durante mi hora de almuerzo.

—Está bien. —dijo Jungkook, saltando del escritorio de Taehyung.— Te


espero en la cafetería.

Taehyung asintió enérgicamente.

Ninguno de ellos se movió. Se miraron el uno al otro.

Taehyung rió y se dio la vuelta.— Joder, esto es ridículo. Vete. Ahora.

Jungkook se fue, sonriendo para sí mismo.


En el pasillo, se detuvo y luego corrió adentro para besar a Taehyung una vez
más. Solo una.

Se fue veinte minutos después, sintiéndose completamente besado, mareado


y amado.

Jungkook se rió entre dientes, presionando sus dedos contra sus labios
hinchados, demasiado sensibles.

Realmente estaban siendo ridículos. Solo serían unas horas.

¿Qué podría pasar en unas cuantas horas?


CAPÍTULO 20

El tiempo se arrastraba cuando esperabas algo, notó Jungkook, suspirando


para sí mismo.

—¿Algo está mal con tu café, Kook?

Jungkook miró su café intacto antes de sacudir la cabeza.— Está bien. —dijo,
sonriendo a Hani. Ella había estado realmente enojada con él cuando lo había
visto por primera vez (¿Cómo pudiste solo desaparecer así? ¡Estaba
preocupada, imbécil!), Pero afortunadamente ella lo había perdonado.— Solo
estoy... —Jungkook se retorció cuando ella le lanzó una mirada de
complicidad.

—Oh, Dios mío. —dijo ella, sonriendo.— Finalmente lo follaste.

La campana sonó.

—Yo... —dijo Jungkook antes de darse cuenta de que los ojos de Hani
estaban en otra parte.

—Santa mierda. —murmuró ella, mirando algo detrás de Jungkook.— Mira


ese buenorro, Kook.

Curioso, Jungkook se volvió...


Y se congeló.

Un hombre alto y ancho de hombros estaba junto a la entrada, barriendo una


mirada fría de ojos plateados alrededor de la cafetería. Su largo cabello azul
medianoche estaba atado hacia atrás y no hizo nada para suavizar el corte
afilado de su mandíbula firme o el acero en su mirada mientras sus pálidos
ojos se encontraron con los de Jungkook.

Jungkook trató de hacerse más pequeño.

—¡Te está mirando, Jungkook! —Hani susurró emocionada.— ¿Cómo eres


tan afortunado? Primero Taehyung y ahora...

—Es mi hermano. —dijo Jungkook con un suspiro, mirando con resignación


cómo Namjoon se dirigía hacia él.

Namjoon estaba enojado. Podría parecer tranquilo y sereno, pero Jungkook


sabía que en realidad estaba enojado. No era que pudiera leer los
pensamientos de Namjoon. Nunca pudo, y, para su sorpresa, Jungkook
todavía no podía penetrar los escudos mentales de Namjoon a pesar de sus
habilidades telepáticas, que habían mejorado mucho. No es que se estuviera
esforzando mucho. Técnicamente, estaría cometiendo un crimen si lo hiciera.

Pero conocía a Namjoon. No necesitaba leer su mente para poder decir que
su hermano no estaba contento con él. Para ponerlo ligeramente.

—¿¡Hermano?! —Hani exclamó justo cuando Namjoon los alcanzó.


—Jungkook. —dijo Namjoon con cuidado.

Jungkook pensó que era la primera vez que Namjoon realmente lo llamaba
Jungkook. No estaba sorprendido. Namjoon podría ser un rigorista de las
reglas en casa, pero como Lord Canciller del Ministerio de Asuntos
Intergalácticos, estaba bien versado en las costumbres de otros planetas y
nunca haría algo que traicionara que no eran humanos. Incluso la forma en
que estaba vestido era impecablemente humana. Mientras Jungkook no
tenía esperanzas en la moda humana, Namjoon llevaba un traje oscuro de
aspecto caro que no era tan diferente de los que Taehyung usaba.

Al pensar en Taehyung, Jungkook entró un poco en pánico. El descanso de


Taehyung iba a comenzar pronto. Taehyung podría entrar en la cafetería en
cualquier momento ahora.

—Hola. —dijo Jungkook, tratando frenéticamente de decidir qué hacer.


Presentar a Taehyung a Namjoon podría ser una terrible idea. Pero no podía
simplemente irse con Namjoon. Jungkook había prometido esperar a
Taehyung. Sin mencionar que Jungkook tenía miedo de que si se iba con
Namjoon, nunca volvería a ver a Taehyung de nuevo. No dejaría a Namjoon
teletransportarlo a casa tan pronto como estuvieran fuera de la vista de los
humanos.

Hani se aclaró la garganta intencionalmente y Jungkook finalmente recordó


sus modales.

—Esta es Hani, mi ex compañera de trabajo. —dijo, gesticulando entre ella y


Namjoon.— Mi hermano, Namjoon.
Mierda. ¿Debería haber inventado un nombre más humano para Namjoon?
¿Sonaba Namjoon lo suficientemente humano?

Namjoon le lanzó una mirada no impresionada, pero asintió cortésmente a


Hani.— Encantado de conocerte. —murmuró.

Ella se sonrojó, tocándose el pelo y mirando a Namjoon por debajo de las


pestañas.— El placer es todo mío. —dijo ella, su voz sonaba un poco rara.

Por primera vez, Jungkook entendió el significado de la vergüenza ajena. Ya


no estaba tan despistado en tales asuntos y podía ver que Hani se sentía
atraída por Namjoon. Deseaba poder decirle que no se molestara.

Si Namjoon notó que ella estaba coqueteando con él, él no lo demostró, sus
ojos se movieron de vuelta hacia Jungkook.— ¿Dónde está él?

—¿Quién? —Jungkook chilló. ¿Namjoon sabía sobre Taehyung?

—Seokjin —dijo Namjoon, dándole una mirada extraña.

Cierto.

Antes de que Jungkook pudiera contestar, el timbre sonó de nuevo, y algunos


clientes entraron a la tienda.

—Lo siento, tengo que volver al trabajo. —dijo Hani con pesar.
—¡Puedo ayudar! —Dijo Jungkook rápidamente, saltando a sus pies.

Excepto que Namjoon lo agarró de la muñeca y lo sentó.

—Él no puede. —le dijo a Hani en un tono vagamente de disculpa, sin parecer
una disculpa en lo más mínimo.

Tan pronto como ella asintió y los dejó solos, Namjoon dijo en voz baja:—
Explícate, Jungkook'ngh.

Jungkook se hundió en su asiento en derrota.— ¿Cómo me encontraste?

Namjoon le dio una mirada plana.— ¿Realmente pensaste que no lo haría?

—Pero Jin consiguió que nuestros chips de identificación fueran removidos.


—dijo Jungkook. Esperaba que su familia lo encontrara eventualmente, pero
no esperaba que sucediera tan pronto.

Algo parpadeó en los ojos de Namjoon. Se encogió de hombros.— No fue


difícil averiguar que podrías estar en Terra después de que intentaste
convencer a Madre de que te dejara volver. Además, todos nuestros vínculos
familiares contigo se cortaron de nuevo, lo que hace que sea obvio que
estabas en un planeta lejano. —Una mueca desdeñosa torció los labios de
Namjoon.— No me sorprende que Seokjin no haya tenido la previsión de ver
esto, pero esperaba algo mejor de ti. ¿Es contagiosa la estupidez?

—No seas mezquino. —dijo Jungkook, frunciendo el ceño ante el tono frío y
cortante de su hermano. Nunca entendió el abierto desdén que Namjoon
tenía por Seokjin. Namjoon era usualmente imperturbable, pero era
absolutamente malo con Seokjin.— No es amable hablar de esta manera
acerca de tu compañero de unión.

Una mirada agria cruzó la cara de Namjoon ante el desagradable recordatorio


de que Seokjin no era solo el mejor amigo de Jungkook sino también su
compañero de unión.

Por primera vez, Jungkook entendió completamente por qué Seokjin quería
romper su vínculo con Namjoon tanto. Jungkook tampoco querría estar
unido de por vida a alguien que lo despreciaba.

Sin mencionar que claramente había algo defectuoso en el vínculo de


Namjoon y Jin, porque no era normal que los compañeros de unión no se
gustaran el uno al otro. El vínculo usualmente lo impedía. Deben ser
realmente incompatibles si ni siquiera el vínculo podía hacer que se
encariñaran entre sí.

—¿Amable? No soy amable, Jungkook'ngh. —dijo Namjoon con leve


diversión en su voz.— Tú eres el único que es delirante al respecto.

—No estoy delirante. —dijo Jungkook.— Sé que pretendes ser cruel, pero en
el fondo te importa mucho.

Namjoon solo negó con la cabeza, mirando a Jungkook como si fuera la


criatura más tonta que jamás había visto, pero todavía era cariñoso en contra
de su buen juicio. ¡Lo que demostró que Jungkook tenía toda la razón!
¿Verdad?
—No sé cómo diablos estás relacionado con nuestra madre o conmigo. —dijo
Namjoon, torciendo los labios.— Eres como un pollo saliendo del cascarón en
un nido de k'hlers.

—Ahora estás siendo malvado contigo mismo y con Madre. —dijo Jungkook.
Claro, su madre y Namjoon podían ser severos y despiadados, pero no se
parecían en nada a los k'hlers, -los venenosos depredadores Calluvianos
similares a las serpientes terranas, solo que con alas.

—Estoy siendo honesto, no malvado. —murmuró Namjoon antes de clavar


sus ojos plateados en los de Jungkook.— ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué
querías volver a la Tierra?

Jungkook se lamió los labios secos. Antes de que pudiera decir nada, el
timbre de la puerta volvió a sonar y Taehyung entró en la tienda.

Jungkook se congeló.

Taehyung le sonrió antes de que su mirada se dirigiera a Namjoon, quien


todavía tenía su mano alrededor de la muñeca de Jungkook. La sonrisa de
Taehyung desapareció, sus hombros se tensaron visiblemente.

Caminó con decisión hacia la mesa, sus ojos seguían fijos en la mano de
Namjoon en Jungkook.

Como si sintiera algo, Namjoon se giró justo cuando Taehyung los alcanzó.
—¿Quién es este, Jungkook? —Dijo Taehyung, pasando a Namjoon por
encima del hombro y poniendo una mano en la nuca de Jungkook.

Ambos hombres intercambiaron una mirada fría sobre Jungkook, la expresión


de Taehyung vagamente hostil y la de Namjoon vagamente sospechosa.

Jungkook se mordió el labio, mirándolos cautelosamente. Ellos eran de altura


y construcción similares. Jungkook no estaba seguro de cuál de ellos ganaría
si hubiera un altercado físico.

Tentativamente, extendió sus escudos mentales a Taehyung, protegiéndolo


de las intrusiones telepáticas. No es que pensara que Namjoon podría
hacerlo, -después de todo era un crimen,- pero no lo dejaría pasar. Namjoon
podría ser absolutamente poco ético si pensaba que era necesario. Jungkook
sabía que su hermano era un poco hipócrita en ese sentido. Él insistía en que
todos debían seguir las reglas y leyes, pero parecía que él no tenía ningún
problema en pasar por alto las reglas si le convenía.

Jungkook esperaba que Namjoon no intentara entrometerse en la mente de


Taehyung. Si lo hiciera, encontraría el escudo de Jungkook, lo que haría que
Namjoon fuera más que sospechoso. Un telépata de Clase 1 no debería haber
sido capaz de extender sus escudos mentales a otra persona, y se suponía
que Jungkook era de Clase 1.

—Este es mi hermano, Nam. —dijo Jungkook.

Atrapando la mirada incrédula de Namjoon, Jungkook se dio cuenta de que


se había inclinado en el toque de Taehyung. Se apresuró a enderezarse.
—¿Hermano? —Dijo Taehyung.

—Namjoon, —corrigió Namjoon secamente.— ¿Y tú eres?

Taehyung miró a Jungkook antes de regresar sus ojos oscuros a Namjoon.—


Kim Taehyung. —dijo, su tono aún frío.

—Él es mi compañero de piso. —dijo Jungkook rápidamente.

Sintió que Taehyung se ponía rígido e hizo una mueca por dentro. Tenía
tantas explicaciones que hacer.

—Compañero de piso. —repitió Namjoon, mirando la mano de Taehyung en


el cuello de Jungkook. Su rostro era completamente inescrutable.

—Sí. —dijo Taehyung con voz cortada.

—Seúl es caro. —dijo Jungkook, rompiendo el tenso silencio.

—Estoy seguro de que lo es. —murmuró Namjoon antes de sonreír


amablemente. Fue un poco desconcertante. Namjoon rara vez sonreía
amablemente sin una razón.— Pero ahora estoy aquí y ya no tienes que
preocuparte por eso. Me encargaré de ello.

Jungkook sintió la irritación de Taehyung. Antes de que pudiera decir algo,


Namjoon dijo, mirando a Jungkook:— Madre está ansiosa por tu regreso.
Vamos a buscar a Seokjin y nos iremos.
Taehyung chupo una respiración.

Jungkook agarró la mano de Taehyung y no se movió de su silla.

—Jungkook. —dijo Namjoon, sus ojos pálidos se clavaron en él.

Jungkook respiró hondo, miró la cara sombría de Taehyung y negó con la


cabeza.— No voy a ir. —dijo, mirando a Taehyung.

La tensión en la mandíbula de Taehyung disminuyó un poco.

—¿Perdón? —Dijo Namjoon irritado.

Jungkook se puso de pie y miró a Namjoon. Casi se estremeció ante la


expresión en el rostro de su hermano.— Quiero quedarme. —dijo
vacilantemente, dando un paso hacia Taehyung hasta que su espalda fue
presionada contra el pecho de Taehyung. Se calmó considerablemente tan
pronto como Taehyung puso una mano en su cadera, anclándolo.— Quiero
quedarme aquí. —dijo, esta vez más firme.

Namjoon lo miró fijamente antes de que su mirada cayera lentamente sobre


la mano de Taehyung en la cadera de Jungkook. Jungkook sintió que se
sonrojaba. Si Namjoon tenía alguna duda acerca de la naturaleza de su
relación con Taehyung, deben haberse ido ahora con seguridad.
Y entonces Jungkook lo sintió, -un pesado toque telepático que deshizo todos
sus escudos mentales en cuestión de segundos. Nunca había sentido algo así
y solo podía mirar a Namjoon. No fue solo una inmensa violación de la
privacidad; debería haber sido imposible. Jungkook era al menos un telépata
de Clase 3 ahora que su vínculo había desaparecido. Todos los Calluvianos
modernos supuestamente no eran más fuertes que la Clase 2. Namjoon no
debería haber sido capaz de hacer esto. Debería haber sido imposible.

“¿Dónde está tu vínculo?” La voz de Namjoon sonó en su mente, fría y


áspera.

Jungkook negó con la cabeza aturdido. Él no entendió. ¿Cómo había hecho


esto Namjoon? Namjoon estaba unido. Su telepatía no debería haber sido
tan fuerte.

“Respóndeme, Jungkook'ngh.”

Jungkook se estremeció, un dolor de cabeza dividiendo su cabeza. “Para,


duele.” pensó para Namjoon.

Inmediatamente, la presión disminuyó, pero Namjoon continuó mirándolo.

“Te lo explicaré más tarde.” le dijo Jungkook a Namjoon telepáticamente. “Lo


prometo.”

“Más tarde no. Ahora. Deshazte del humano o te arrastraré fuera de aquí por
la fuerza.”
Jungkook le dio a Namjoon una mirada suplicante, pero su hermano no se
conmovió.

Suspirando, Jungkook se volvió hacia Taehyung.— Tengo que volver a tu


apartamento con mi hermano. —dijo, mirando sus dedos enredados. Los
dedos de Taehyung eran mucho más oscuros que los suyos. Parecían casi
marrones contra su piel clara. Su mano también empequeñeció a Jungkook.
Hizo que Jungkook se sintiera extraño. Quería esconder su mano dentro de la
de Taehyung. Quería esconderse bajo la piel de Taehyung y quedarse allí para
siempre.— Quiere ver a Jin. Están comprometidos. —aclaró en caso de que
Taehyung lo hubiera olvidado, jugando con los dedos de Taehyung.

—Jungkook. —dijo Taehyung.

Mordiéndose el labio inferior, Jungkook levantó los ojos hacia los de


Taehyung. La cara de Taehyung estaba extrañamente quieta y en blanco.—
No te vas a ir. —declaró.— ¿O si?

Namjoon se aclaró la garganta detrás de Jungkook, impaciente.

Jungkook lo ignoró, su mirada fija con la de Taehyung.

Quería decirle a Taehyung que no iría a ninguna parte, que lo estaría


esperando cuando regresara a casa esta noche.

Pero… ¿podría él hacer tal promesa? Por la ley de Calluvia, no era libre de
hacer lo que deseaba. No se le permitiría quedarse en un planeta como la
Tierra. Los planetas Pre-TTCI estaban fuera de los límites para vivir, y solo se
permitían visitas ocasionales. La ley prohibía interferir con el desarrollo de las
civilizaciones jóvenes o compartir con ellos conocimientos y tecnología
superiores. Jungkook entendía por qué la ley era necesaria. Antes de que se
introdujera la ley, en el pasado hubo muchos precedentes catastróficos, con
sociedades incapaces de manejar sabiamente las ventajas tecnológicas. Así
que sí, Jungkook lo entendía.

No significaba que estuviera bien con eso.

—Yo.. —dijo Jungkook.— Yo... —Buscó algo que decir, algo que tranquilizara
a Taehyung, -a ambos,- que no era la última vez que se veían. Pero miró el
rostro pétreo de Namjoon y no pudo pensar en nada que le permitiera
permanecer en la Tierra. Namjoon podría amarlo, pero Jungkook no tenía
muchas esperanzas de convencer a su hermano para que lo ayudara.
Namjoon nunca lo entendería. Namjoon probablemente lo atraparía a él y a
Jin y los devolvería a casa, donde los adeptos de la mente restablecerían el
vínculo de Jungkook con Lalisa'shni'gul.

Básicamente, era imposible.

—Yo.. —gruñó Jungkook, con la garganta apretada con alguna terrible


emoción que no pudo nombrar mientras miraba los ojos oscuros de
Taehyung.

—Jungkook, suficiente. —dijo Namjoon, su tono feroz.— Vámonos.

Jungkook tragó, mirando la impaciente y poco impresionada cara de


Namjoon. Miró de nuevo a Taehyung, su visión nadando. El pánico aumentó
rápidamente, amenazando con ahogarlo. Él no podía respirar. Él no podía
respirar.
—Bebé. —dijo Taehyung, su expresión sombría se convirtió en una de
preocupación.— ¿Estás bien?

Un fuerte sonido salió de la garganta de Jungkook y estrelló su cara contra el


pecho de Taehyung, aferrándose a él con todas sus fuerzas, silenciosas
lágrimas corrían por sus mejillas y mojaban la camisa de Taehyung. Él no
podía respirar.

A lo lejos, podía escuchar la voz de Namjoon, pero era como un ruido blanco.
Todo lo que podía escuchar era la voz baja y suave de Taehyung,
susurrándole al oído mientras las manos de Taehyung le acariciaban la
espalda, tratando de calmarlo.

Jungkook trató de calmarse, pero no pudo porque, -porque finalmente se dio


cuenta de que esta era la última vez que Taehyung lo sostendría, la última
vez que oiría la voz de Taehyung, la última vez que respiraría el aroma de
Taehyung o sentiría la fuerza del cuerpo de Taehyung a su alrededor, contra
él.

Fue golpeado con otra ola de pánico aplastante, y se aferró más fuerte a
Taehyung, sin querer dejarlo ir nunca.

Le tomó a Jungkook un tiempo darse cuenta de que estaba murmurando


algo.— No quiero ir, no me hagas ir, te necesito, no me hagas ir, te necesito.

“Jungkook'ngh.” la voz de Namjoon llenó su cabeza. “Cesa esto


inmediatamente. Estás hablando en Calluviano.”
Jungkook cerró la boca pero no pudo calmarse sin importar cuán duro lo
intentara. Su corazón latía rápido en su pecho, sus dedos apretados en la
camisa de Taehyung, no queriendo soltarse. Él no lo estaba dejando ir. Él no
lo estaba. Él nunca lo haría.

—Cariño. —dijo Taehyung, pasando sus dedos por el cabello de Jungkook.—


Mírame. Por favor. Vamos, muéstrame tus lindos ojos.

Jungkook dejó que Taehyung levantara su rostro de su pecho. Apenas podía


ver a Taehyung a través del borrón de las lágrimas, así que le tomó unos
momentos darse cuenta de que Taehyung lo estaba mirando de forma
extraña.

—Jungkook. —dijo.— Tus lágrimas son rosas.

Jungkook parpadeó, tratando de entender por qué eso era significativo.


Detrás de él, oyó a Namjoon suspirar.

“Las lágrimas humanas son incoloras, Jungkook'ngh.” la voz de Namjoon


sonó en su cabeza. “Buen trabajo. Buena suerte explicándolo.”

Pero Jungkook no pudo obligarse a que le importara. No podía sentir nada


más que el aplastante, anhelo doloroso y la sensación de pérdida inminente.

—¿Qué demonios...? —Murmuró Taehyung, desconcierto sobre todo su


rostro cuando tocó la mejilla de Jungkook para limpiar sus lágrimas.— ¿Estás
sangrando en algún lugar?
Jungkook volvió la cabeza para besar sus dedos.

“Jungkook'ngh.” la voz de Namjoon rompió en su mente.

Jungkook lo ignoró, acariciando la mano de Taehyung.

—Jungkook. —dijo Taehyung, pero no se estaba alejando, rozando su mano


sobre la mejilla de Jungkook, dejando que este lo acaricie.

Jungkook levantó los ojos para encontrarse con los confusos oscuros de
Taehyung, y luego susurró:— Te amo.

Taehyung tomó una respiración brusca. Jungkook también escuchó a


Namjoon hacer un ruido agudo, pero sus ojos permanecieron en Taehyung.
Mientras Taehyung permaneció en silencio, más le dolía el pecho a Jungkook.

—Kook, no puedes simplemente… necesito una jodida explicación por una


vez, oh, joder. —Taehyung se lanzó y lo besó, su boca hambrienta, húmeda y
tan perfecta.— Yo también, bebé. —murmuró contra la boca de Jungkook.—
Te amo.

Jungkook se derritió en el beso, su cuerpo haciendo esa cosa ridícula donde


trataba de moldearse en el de Taehyung. Todo lo demás desapareció, solo
había Taehyung en todas partes, y no lo suficiente de Taehyung...

Fue arrancado lejos de Taehyung. Abriendo los ojos, Jungkook se encontró


mirando el rostro pétreo de Namjoon.— Nos vamos. —dijo Namjoon, muy
uniformemente.
Jungkook se estremeció. Un Namjoon aparentemente tranquilo era mucho
peor que uno enojado.

Antes de que pudiera decir algo, Namjoon lo arrastró hacia la salida.

Jungkook volvió a mirar a Taehyung, esperando que los detuviera, pero


Taehyung no lo hizo, quedándose muy quieto. Había algo muy extraño en él:
su mirada estaba desenfocada y confundida, como si no tuviera idea de lo
que estaba sucediendo o dónde estaba. Ni siquiera miró en dirección a
Jungkook, frotándose las sienes con una expresión de pellizco en la cara.

Con creciente horror, Jungkook se dio cuenta de que Namjoon le había hecho
algo.

—¿Qué le hiciste? —Dijo Jungkook, tratando de liberarse del agarre de


Namjoon.— ¿Qué hiciste?

Namjoon no respondió, su cara se endureció mientras lo arrastraba hacia un


taxi. Empujó a Jungkook dentro y le dijo al conductor la dirección de
Taehyung con voz dura.

—¿Cómo sabes la dirección de Taehyung? —Dijo Jungkook, mirando hacia


atrás a la cafetería.— ¡Déjame volver! Por favor, Namjoon.

El conductor miró inseguro entre ellos.


—Conduzca. —dijo Namjoon, y por supuesto, su aire de autoridad hizo que el
conductor obedeciera.

Jungkook abrió la boca para hacer más preguntas, exigir que Namjoon lo
devolviera a Taehyung, pero la mirada con la que Namjoon lo apuntó, le hizo
cerrarla. Namjoon emitió tanta ira y desaprobación que le revolvió el
estómago a Jungkook.

Jungkook dejo caer las manos sobre su regazo y se giró hacia otro lado, la ira
y el resentimiento quemaron su interior. Él no sabía cómo lidiar con ellos.
Nunca había sentido tal ira, especialmente hacia su propio hermano.

Pero había otra emoción más fuerte incluso que su ira: el sentimiento
aplastante de pérdida.

Sentía como que había dejado una parte de sí mismo en la cafetería.

Una parte de él que nunca regresaría.


CAPÍTULO 21

Tan pronto como llegaron, Namjoon salió del auto y dijo fríamente:— Espero
que no esperes que te arrastre como un niño otra vez. Camina.

Jungkook caminó, mirando a la espalda de Namjoon pero sin atreverse a


hablar. Por primera vez, comprendió por qué la actitud de la gente hacia
Namjoon iba desde el desprecio al miedo.

Jin abrió la puerta con una sonrisa que desapareció tan pronto como vio a
Namjoon. Él palideció y luego rápidamente se sonrojó.

—No voy a ir. —fue lo primero que dijo Jin, con una expresión testaruda
apareciendo en su rostro.

—Me encargaré de ti más tarde. —Namjoon pasó junto a él en el


departamento con un tenso:— Cierra la puerta, Jungkook'ngh.

Jungkook cerró la puerta y cruzó los brazos sobre su pecho.— Yo tampoco


voy a ir.

Namjoon se dio la vuelta, mirándolos a ambos con una mirada tan asesina
que hizo que Jungkook diera un paso más hacia Jin. Tuvo que recordarse a sí
mismo que este era su hermano, no un extraño. Pero por más que lo
intentara, no podía olvidar la fuerza de la telepatía de Namjoon, las cosas que
Namjoon podía hacer y que no debería haber sido capaz de hacer. Tal vez
Namjoon era un extraño después de todo.

—¿Sabes qué? —Dijo Jin, acomodando su cabello plateado detrás de su


oído.— Me niego a ser tratado como un niño culpable. Si tienes algo que
decir, deja de intentar intimidarnos y solo dilo.

—Si no quieres ser tratado como un niño, deja de comportarte como uno. —
dijo Namjoon, con una mueca torciendo los labios por un momento mientras
miraba a Jin antes de mirar a Jungkook.— Explícate.

Jungkook lo fulminó con la mirada.— ¿Por qué? Ya lo sabes todo. Tú viste


todo en mi mente, sin pedir permiso.

—¿Qué? —Dijo Jin, girando bruscamente la cabeza para mirar a Jungkook.—


Él… pero ¿cómo?

Por supuesto que Jin estaba confundido. Jin sabía cuánto más fuerte se había
vuelto la telepatía de Jungkook. Jungkook deseaba saber la respuesta a la
pregunta de Jin.

Namjoon se desabotonó la chaqueta y la arrojó al sofá.— No vi todo. —


dijo.— Yo estaba demasiado sorprendido por el hecho de que mi hermano
supuestamente vinculado y comprometido mantenía relaciones sexuales con
un miembro de una civilización pre-TTCI.
Jungkook se sonrojó.— No tenías derecho a entrometerte en mi mente de
esa manera. ¡Has violado la ley!

—Creo que el Consejo me disculparía en este caso. —dijo Namjoon.— No


hubiera entrado en tu mente si no te hubieras comportado como un
desvergonzado con ese humano. ¿Qué pasó con tu vínculo?

—Mi vínculo se rompió hacia el final de mi última estancia en la Tierra. —dijo


Jungkook.— No lo quiero de vuelta. Mis sentidos están mucho mejor sin eso.

Namjoon le dio una mirada plana.— Estoy seguro de que esa es la razón por
la que no quieres tu vínculo de vuelta.

Jungkook frunció los labios.— Mi telepatía nunca ha sido más fuerte.

—Sí. —dijo Namjoon, su tono muy seco.— Vi cómo la usaste para llegar a
esta ciudad.

—Eres un hipócrita. —dijo Jin cuando Jungkook apartó la mirada con


culpabilidad.— No tienes derecho a juzgar a Jungkook por eso cuando tú
violaste su privacidad de la peor manera posible. —Sus ojos verdes se
estrecharon.— Por cierto, ¿cómo es posible? Jungkook es al menos Clase 3
ahora. Tú eres supuestamente clase 2. Supuestamente.

—No te he dado permiso para hablar. —dijo Namjoon, lanzando una mirada
fría a Jin.— Mantente fuera de esto. Este es un asunto de familia.
Jin le sonrió dulcemente y le lanzó un beso.— Pero soy prácticamente familia,
¿No es así?

Un músculo se contrajo en la mandíbula de Namjoon.— Aún no.

—Jamás. —lo corrigió Jin.— Si te entrometiste en los recuerdos de Jungkook,


sabes por qué vine a la Tierra. También quiero deshacerme del vínculo.

La cara de Namjoon no traicionó absolutamente ninguna emoción.— Tengo


asuntos más importantes con los que lidiar en este momento que tus
berrinches. Ve a otra habitación y espera hasta que haya terminado con
Jungkook’ngh’chaali.

Jin se sonrojó.— Tú… no puedes simplemente.. ¡no puedes tratarme así! —Se
enderezó en toda su estatura y fulminó con la mirada a Namjoon.— Soy el
príncipe Seokjin'ngh'veighli del Tercer Gran Clan, no tu maldito esclavo.

—Entonces actúa como tal. —dijo Namjoon antes de mirar a Jungkook


bruscamente.— Deja de preocuparte por el humano. Él estará bien.
Simplemente quité su recuerdo de tu pequeño colapso.

Jungkook apretó los labios.— No te creo. —dijo.— Júrame que no borraste


sus recuerdos de mí. —dijo, expresando el miedo que lo había estado
atormentando desde que Taehyung ni siquiera lo miró cuando habían salido
de la cafetería.
Namjoon se quedó callado por unos momentos, su cara era difícil de leer.

—No lo hice, pero hubiera sido lo mejor, ¿no? —Dijo al fin.— Es mejor para
todos los involucrados si él no te recuerda. Él nunca te verá de nuevo.

Jungkook sintió que sus ojos ardían, un bulto grueso formándose en su


garganta. Miró a Namjoon suplicante.

La expresión de Namjoon seguía siendo pétrea.— Consigue tus cosas, ambos.


No dejes nada atrás. No vas a volver. Nos vamos.

El pecho de Jungkook dolía. Dolía, dolía tanto, como si alguien hubiera


retorcido su corazón en sus manos como un trapo para escurrirle toda la
sangre.

Jin hizo un sonido de simpatía y puso un brazo alrededor de los hombros de


Jungkook, mirando ceñudo a Namjoon.— ¿Cómo puedes ser tan jodidamente
insensible con tu propio hermano? ¡Bastardo!

Los labios de Namjoon se torcieron en una sonrisa burlona.— Si no lo supiera


mejor, pensaría que eres un hijo de baja raza de una puta Sarvakhu, no un
hijo de reyes. Cuidado con tu sucia lengua, niño.

Jin frunció el ceño.— ¡No me llames niño!


—¿Cómo debería llamar a un niño mimado?

Jungkook dejó de escuchar. En cambio, miró fijamente el rostro pétreo de su


hermano y se dio cuenta de que no había ningún cambio en su mente.
Namjoon había tomado una decisión. Jungkook nunca volvería. Él nunca
regresaría.

Nunca volvería a ver a Taehyung de nuevo.

—Lo amo. —susurró Jungkook.— ¿No importa?

Namjoon y Jin dejaron de discutir y volvieron la cabeza hacia él.

Jin suspiró.— Lo siento mucho, Jungkook.

Pero Jungkook no lo miró. Miró el rostro inexpresivo de su hermano.— ¿No


importan mis sentimientos? —Jungkook odiaba cómo su voz se rompió en la
última palabra, pero era difícil tragarse que su hermano mayor, -el que le
había enseñado a montar zhylk'ki y lo consolaba cada vez que se había caído,
el que lo había dejado seguirlo como un cachorro cuando Jungkook era un
niño- que a Namjoon no le importaba su felicidad. Dolía. Dolía de una
manera diferente al dolor que sentía al pensar que nunca volvería a ver a
Taehyung.
La expresión de Namjoon cambió, solo un poco.— Tú no lo amas. —dijo
molesto.— Lo que sientes es un enamoramiento. No estás acostumbrado a la
ausencia del vínculo. Todo es nuevo para ti. Tienes demasiados sentimientos
que no sabes cómo manejar. Pasará.

Jungkook negó con la cabeza.— Lo necesito. —dijo, mirando a Namjoon a los


ojos.— Lo necesito con mi mente, con mi corazón y con mi cuerpo.

A su lado, Jin se atragantó, pero Jungkook no se sonrojó. Esto era demasiado


importante para él como para avergonzarse.

La mandíbula de Namjoon se apretó. Parecía claramente incómodo, como si


no esperara que Jungkook fuera tan directo y descarado.

—Estás confundiendo la lujuria con el amor. —dijo Namjoon.— Eres


demasiado joven e inexperto para saber la diferencia.

—Espera. —Jin cortó bruscamente.— ¿Qué se supone que eso significa?


¿Cómo sabes la diferencia?

—Eso no es de tu incumbencia —Namjoon no lo miró, sus ojos plateados


todavía estaban en Jungkook.— ¿Crees que te ama, Jungkook'ngh? —Dijo.—
Vi su mente.

Jungkook lo miró boquiabierto. ¿Taehyung no lo amaba de vuelta?


—Está bastante enamorado de ti. —admitió Namjoon, con bastante
renuencia.— Pero la persona de la que está enamorado es un lindo y extraño
humano que conoció en una cafetería, no un freaky alíen telepático. —La
mirada que Namjoon le dirigió fue casi compasiva.— Subestimas cuánto la
verdad podría cambiar sus sentimientos por ti.

—No sabes eso. —dijo Jin.

—Lo hago. —dijo Namjoon, todavía mirando a Jungkook.— He sido testigo de


bastantes contactos con civilizaciones aisladas como los terranos. La mayoría
de las veces fue terriblemente mal. Aparte de la xenofobia, las razas no
telepáticas tienden a ser muy desconfiados con los telépatas. No les gustan
los aliens que pueden meterse con sus mentes y hacer que cumplan sus
órdenes.

—Estoy seguro de que el hecho de que te metieras con la mente de


Taehyung no ayudaría ahora —dijo Jin sarcásticamente.

—No, no lo haría. —dijo Namjoon.— Así que incluso si te dejara decirle, su


reacción te aplastaría, Jungkook'ngh’. No quiero que te lastimen.

—Ya me estás lastimando. —dijo Jungkook en voz baja. Incluso si Namjoon


tenía razón, incluso si la reacción de Taehyung a la verdad fuera horrible, no
podría ser peor que este horrible sentimiento de pérdida y culpa que retorcía
sus entrañas. Quería a Taehyung. Quería verlo, apoyarse contra él y
esconderse en sus fuertes brazos. Quería que Taehyung lo besara detrás de la
oreja, lo llamara su bebé y le dijera que todo estaría bien, que Taehyung lo
tenía. En el peor de los casos, Jungkook quería tener la oportunidad de
explicarlo todo y despedirse. Taehyung se lo merecía. Taehyung merecía una
explicación.

—Por favor. —dijo Jungkook, mirando a Namjoon a los ojos y abriéndole la


mente, dejando que Namjoon lo viera.

Haciendo una mueca, Namjoon rompió el contacto visual y dijo:— Esta


conversión no tiene sentido. No puedes permanecer sin vínculo. Necesitamos
restaurar tu vínculo con Lalisa'shni'gul lo antes posible.

—¿Por qué?

Namjoon suspiró, una expresión de preocupación cruzando su rostro.— Tu


compañera de enlace y sus padres vinieron al palacio poco después de que te
fueras. Informaron que Lalisa'shni'gul dejó de sentirte en su mente. Ella
todavía tiene el vínculo, pero es defectuoso y débil ahora. Les aseguré que
era simplemente debido a la distancia entre tú y ella, pero se están poniendo
nerviosos y sospechosos, sobre todo porque nadie sabe dónde estás.
Necesitamos restaurar tu vínculo antes de que puedan informarlo al Consejo.

—¿Por qué? —Dijo Jungkook, mirando a Jin, que ahora estaba extrañamente
callado. Jin estaba mirando a Namjoon con una extraña mirada en su rostro.

—Porque no pueden descubrir que su vínculo está roto. —dijo Namjoon.—


¿Qué crees que pasará si lo hacen?
Jungkook cruzó los brazos sobre su pecho.— No creo que puedan arrestarme
por accidentalmente deshacerme de mi vínculo. Y técnicamente, no pueden
volver a vincularme con Lalisa'shni'gul, porque la Ley de Vinculación solo
afecta a niños pequeños.

Namjoon se pasó una mano por la cara, sacudiendo la cabeza.— No seas


ingenuo. Por supuesto que pueden. —Miró a Jungkook.— Todavía tienes un
contrato de compromiso de vínculo con Lalisa'shni'gul. ¿De verdad crees que
el Consejo te dejará tranquilo? ¿El único telépata potencialmente de alto
nivel en medio de ellos mientras su propia telepatía es suprimida por el
vínculo?

Jungkook se dejó caer en el sofá, frunciendo el ceño profundamente.— Estoy


bastante seguro de que voy a aprobar como Clase 3 como mucho. No soy tan
peligroso.

Namjoon le dio una mirada pellizcada.— ¿Y crees que solo tomarán tu


palabra? —Él se rió entre dientes.— ¿Puedes nombrar muchas civilizaciones
con telépatas registrados más altos que la Clase 3?

Jungkook se mordió el labio. Podía ver el punto de Namjoon. Podía pensar en


solo dos razas que estaban clasificadas como Clase 4 en el Examen Telepático
Estándar.

—Yorgebs y Tajickssu —dijo Jungkook.

—¿Y realmente crees que solo hay dos razas en toda la galaxia que tienen
telépatas de Clase 4? ¿O que ya no hay telépatas de nivel superior?
—Es posible engañar a la prueba del Ministerio. —dijo Jin en voz baja antes
de que Jungkook pudiera responder.— Probablemente sea más fácil
engañarlo cuanto más fuerte sea el telépata.

Namjoon asintió enérgicamente.— Nunca te creerán que solo eres Clase 3.


Serás vigilado todo el tiempo, por lo menos. Un pequeño delito menor será
usado en tu contra como una excusa para procesarte o usarte como una
herramienta para su lista.

—¿Qué lista? —Dijo Jungkook.

Algo frío golpeó en los ojos de Namjoon.— Ciertos miembros del Consejo
insisten en que la prueba del Ministerio es cuestionable y que tener un
telépata a cargo de un Gran Clan no debería permitirse, porque podría dar
lugar a un abuso de poder y supuestamente es “injusto” para los miembros
telepáticamente nulos del Consejo.

Las cejas de Jungkook se fruncieron. Siempre había habido algo de tensión


entre los Calluvianos telepáticos y telepáticamente nulos, y Jungkook estaba
consciente de que últimamente había sido peor, pero ¿seguramente eso no
pasaría?

—Pero la mayoría de los miembros influyentes de los grandes clanes son


telépatas.
Namjoon le dio una mirada plana.— Los miembros influyentes de los grandes
clanes no son las únicas personas en el Consejo. ¿Debo recordarte que las
casas reales solo tienen veinticuatro votos y el resto de los votos pertenecen
a miembros elegidos, la mayoría de los cuales son telepáticamente nulos?

Cierto.

—¿Y crees que ellos me usarían para promover su lista? —Dijo Jungkook.

—No lo creo. —dijo Namjoon.— Sé que lo harán. Ya usaste tu telepatía


contra los humanos. Un caso como este es la excusa perfecta que han estado
buscando. Es por eso que no puedes permanecer sin vínculo, Jungkook'ngh.

El corazón de Jungkook se hundió. Si lo que Namjoon estaba diciendo era


verdad, no tenía otra opción. Nunca se perdonaría a sí mismo si su madre
perdía el trono por su culpa.

—Los telepáticamente nulos deberían haber empujado por la revocación de


la Ley de Vinculación en su lugar. —Jin refunfuñó.— Uno podría pensar que
es en su mejor interés. En lugar de estar constantemente amargados porque
casi no tienen telepatía, ¿por qué no hacen algo al respecto?

Jungkook negó con la cabeza.— Porque no hay garantía de que revocar la Ley
de Vinculación mejore las cosas para ellos. Deben tener miedo de que los
telépatas se vuelvan aún más poderosos si se eliminan sus vínculos.
—Sí. —dijo Namjoon.— Algunos creen que sin el vínculo, las personas que
ahora son telepáticamente nulas se convertirían en telépatas de Clase 1, pero
los telépatas podrían convertirse en... algo mucho peor.

Jungkook hizo una mueca. En cierto modo, podía entender por qué los
Calluvianos telepáticamente nulos estaban asustados. Los telépatas de alto
nivel supuestamente podrían borrar y reemplazar completamente la
memoria de una persona. Podrían hacerte creer que tu madre era una
extraña. Podrían hacerte creer lo que quisieran. Ningún escudo mental
podría protegerte de ellos. Podrían dañar o bloquear áreas de tu cerebro,
dejándote paralizado o sordo. Podrían hacerte pensar que estabas siendo
torturado. Los telépatas de clase 7 supuestamente podían matar con sus
mentes, apagando tus órganos vitales con tan solo un pensamiento.

Era comprensible por qué los miembros telepáticamente nulos del Consejo
se sentían incómodos con la posibilidad de tener telépatas tan poderosos
entre ellos. Y Jungkook dudaba que incluso los telépatas en el Consejo
podrían apoyar la revocación de la Ley de Vinculación. Algunos de ellos
probablemente se verían tentados por la perspectiva de poder ilimitado,
pero si revocaban la ley y rompían todos los vínculos, ¿dónde estaba la
garantía de que serían los únicos poderosos? La revocación de la ley podría
revisar completamente la jerarquía social, lo que obviamente no era el mayor
interés para el Consejo. La gente en el poder nunca quiere el cambio a menos
que les beneficie. La Ley de Vinculación nunca sería revocada. Y Jungkook
sería considerado una amenaza si el Consejo descubriera su falta de vínculo.

Jungkook se recostó contra el sofá.— ¿Qué opciones tengo? ¿Además de


regresar y restaurar mi vínculo con Lalisa'shni'gul?

La mirada que le dio su hermano fue casi comprensiva.— Ninguna.


—Tonterías. —dijo Jin.

Jungkook volvió la cabeza.— ¿Qué?

La mirada de Jin estaba fija en Namjoon.— No estás unido a mí, ¿no es así?

Jungkook frunció el ceño. ¿De qué estaba hablando Jin?

Miró a Namjoon y encontró su expresión cuidadosamente en blanco.

—No tengo idea de lo que estás hablando. —dijo Namjoon uniformemente.

Jin se echó a reír.— ¿Tú piensas que soy estúpido? Cuando describiste los
síntomas de Lalisa'shni'gul, ellos sonaron muy familiares. No te siento en el
otro extremo del vínculo, y mi vínculo es débil y defectuoso. —Él inclinó la
cabeza hacia un lado.— Así que, ¿qué tan alto nivel eres? Clase 4? ¿Clase 5?
¿Peor? ¿O debería decir mejor? Supongo que ahora sabemos por qué eres un
imbécil tan astuto.

Un músculo comenzó a palpitar en la mandíbula de Namjoon.

Sin embargo, él no negó nada.


Jungkook miró a su hermano.— ¿Namjoon? ¿Es eso cierto?

Namjoon barrió una mirada calculadora de Jungkook a Jin.

—Ni siquiera pienses en borrar nuestros recuerdos. —dijo Jin, tensándose.—


Mis escudos mentales son demasiado intrincados y personalizados para que
puedas reconstruirlos perfectamente. Sabré que se han metido con ellos y
voy a pensar en adeptos. No querrás que ellos descubran lo que hiciste, o el
estado de mi vínculo, en realidad.

Los labios de Namjoon se adelgazaron, demostrando que realmente había


estado considerando borrar sus recuerdos. Jungkook no podía creerlo.

Jin sonrió sin humor.— Así que puedes ir sin un vínculo, pero Jungkook no
puede, ¿eh? Jodido hipócrita.

—Es diferente. —dijo Namjoon.

Jin enarcó las cejas.— Ilumínanos, ¿por qué es diferente?.

—Nuestro vínculo nunca se completó. —dijo Namjoon, su voz más lenta,


como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado.— No estoy
completamente seguro de por qué. Tal vez fue debido a nuestra diferencia de
edad o al hecho de que yo era mucho mayor que la edad a la que los niños
eran vinculados. Tal vez la muerte dolorosa de mi primer compañero de
vínculo dañó mi capacidad para formar un nuevo vínculo. De cualquier
manera, nuestro vínculo había sido defectuoso desde el principio. Nunca me
pudiste sentir a través del vínculo, así que no sabías que no era normal. El
vínculo de Lalisa'shni'gul con Jungkook'ngh’ había sido perfectamente
funcional, y ella, obviamente, puede darse cuenta de que algo está mal con el
vínculo ahora. Nunca podrías notar la diferencia.

—Así que usaste mi ignorancia contra mí mientras toda mi vida me


preguntaba si algo estaba mal conmigo. —La voz de Jin vaciló un poco, pero
Jungkook no creyó que Namjoon lo notara. Jin se rió entre dientes.—
Agradable. Y aquí yo pensaba que no podía odiarte más. Solo por curiosidad,
¿qué ibas a hacer dentro de dos años? ¿Falsificar la realización del vínculo?
¿Joder con mi cabeza y hacerme pensar que nuestro vínculo estaba bien?

La cara de Namjoon estaba terriblemente en blanco. Jungkook tenía una


horrible sospecha de que Jin no estaba equivocado.

—No he tomado una decisión todavía. —dijo Namjoon.— Pero esa fue una
de las opciones.

Jin palideció de furia.

Ignorándolo, Namjoon movió su mirada hacia Jungkook.— En cualquier caso,


es irrelevante para ti. Lalisa'shni'gul definitivamente se daría cuenta, ella ya
lo ha hecho. Y antes de que preguntes, ella no está unida a mí, así que no
puedo exactamente ‘joder con su cabeza' y hacerle creer que su vínculo está
bien, al menos no indefinidamente. No es factible.
Los hombros de Jungkook se desplomaron. Meterse con la cabeza de
Lalisa'shni'gul sería una cosa terrible para hacer de todos modos. Jungkook se
dijo que estaba contento de que no era una opción.

Namjoon dijo:— Si no regresas, sus padres irán al Consejo. Las


consecuencias... ni siquiera puedes imaginarlas. No tienes elección,
Jungkook.

Jungkook.

Por alguna razón, el uso de su nombre humano por su hermano dolió.


Finalmente lo hizo real. Él estaba volviendo. No tenía elección.

Jungkook se tragó el nudo en la garganta y dijo:— Solo déjame escribirle una


nota, entonces. No puedo desaparecer sin una palabra de nuevo. No puedo
hacerle eso, Namjoon.

Su hermano lo estudió por un largo momento antes de asentir.— Sé breve.


No digas nada que pueda meterte en problemas. Date prisa. Estamos
perdiendo el tiempo.

Jungkook se dio la vuelta y desapareció en la habitación de Taehyung. Tomó


un bolígrafo y un trozo de papel del cajón de la habitación de Taehyung. Tuvo
que concentrarse mucho para asegurarse de que su letra estaba en Coreano.
El chip de traducción era un poco impredecible cuando se trataba de escribir.
No ayudaba que su visión estuviera borrosa por las lágrimas y que le
temblara la mano mientras escribía un mensaje corto e inadecuado.

Al final, Jungkook apenas podía ver las letras, o cualquier otra cosa, para el
caso.

Dejó caer el papel en la cama de Taehyung y se secó los ojos.

Mirando alrededor de la habitación, su mirada cayó en la fotografía de


Taehyung con sus brazos alrededor de sus padres. Él estaba sonriendo
ampliamente, guapo y feliz.

Los ojos de Jungkook se llenaron de lágrimas de nuevo.

Jungkook se mordió el tambaleante labio antes de quitar la imagen de su


marco, doblándola cuidadosamente y ocultándola en su bolsillo.

—¿Estás listo, Jungkook'ngh’? Nos vamos. —dijo Namjoon desde la puerta.


Jin estaba de pie junto a él, con una expresión hosca en su rostro, su muñeca
firmemente agarrada de la mano de Namjoon.

—Toma mi mano. —ordenó Namjoon, ofreciéndole a Jungkook su otra mano.

Jungkook lo miró fijamente.


Miró alrededor de la habitación por última vez, a la nota en la cama, y dio un
paso hacia su hermano.

Si Namjoon notó que sus ojos estaban húmedos, no hizo ningún comentario
al respecto, mientras sus manos se tomaban con fuerza y el mundo, la Tierra,
se desvanecía y se los llevó.

Esta vez para siempre.


CAPÍTULO 22

Taehyung golpeó la puerta con impaciencia. Cuando no hubo respuesta, se


dijo a sí mismo que debía controlarse. No había razón para estar ansioso.

Pero sin importar lo que se dijera a sí mismo, la persistente sensación que le


había estado molestando durante toda la tarde solo aumentaba. Taehyung
culpaba al hermano de Jungkook. Todo el encuentro había sido apagado, un
poco extraño, en realidad. Taehyung no podía recordar por qué dejó que
Jungkook se fuera con su hermano cuando había estado determinado a no
hacerlo. Solo podía recordar a Jungkook prometiéndole que lo esperaría en
casa. Jungkook le había dicho eso.

Taehyung sacó sus llaves y abrió la puerta.

Sus dedos estaban firmes. Su estómago no estaba atado en nudos duros. No


tenía ninguna razón para sentirse así. Tal vez Jungkook estaba en la ducha.
Tal vez tenía los auriculares puestos y no podía escuchar sus golpes.

Taehyung abrió la puerta.

La sala de estar estaba vacía.

La cocina también estaba vacía.


Una sensación enfermiza de déjà vu le hacía difícil respirar.

—¿Jungkook? —Gritó ásperamente, su pecho se apretó cuando el silencio


fue la única respuesta.

Con pasos largos se dirigió a la vieja habitación de Jungkook. Estaba vacía.

Con el corazón latiendo en algún lugar de su garganta, Taehyung fue a su


habitación.

Estaba vacía, también. No había rastro de Jungkook en ninguna parte.

La mirada de Taehyung cayó sobre el trozo de papel sobre la cama.

Lo miró por unos segundos antes de cruzar lentamente la habitación.

Él lo recogió.

La escritura era inestable e irregular, las letras inclinadas a la izquierda en


lugar de a la derecha.
Querido Taehyung,

Lo siento. Espero que algún día puedas perdonarme y, mirando atrás, decir
que fuiste feliz de haberme conocido. Sé que yo lo soy. Fuiste lo mejor que me
ha pasado. Me siento muy afortunado de haberte conocido. Solo deseo...
deseo muchas cosas, pero supongo que no importa. Por favor, créeme cuando
digo que nunca en ningún momento te mentí sobre mis sentimientos. Me
hiciste sentir muy feliz y amado.

Por favor no te enojes conmigo. O enójate conmigo si eso es lo que necesitas


para sentirte mejor.

Te amo. Te amo mucho. Espero que vivas una vida larga y feliz llena de risas y
amor. Espero que cuando seas un hombre viejo, mires hacia atrás y recuerdes
al tonto y raro chico que una vez amaste con un poco de cariño en lugar de
ira. Sé que siempre te recordaré.

Sé feliz. Por favor.

Tuyo,
Jungkook.
CAPÍTULO 23

Planeta Calluvia.

Jungkook se había preguntado dónde Namjoon incluso encontraría un


adepto a la mente dispuesto a restaurar el vínculo de Jungkook y mantener la
boca cerrada, pero esa pregunta fue respondida cuando Namjoon lo hizo él
mismo tan pronto como llegaron a casa, con facilidad y habilidad que hizo
que Jin frunciera el ceño con desconfianza hacia Namjoon. El hecho de que
Namjoon ni siquiera hubiera necesitado la presencia de Lalisa'shni'gul para
hacerlo era ciertamente para desconfiar, pero Jungkook realmente no tenía
ganas de interrogar a su hermano. Se alejó de Namjoon y Jin, dejándolos en
su discusión.

Tener el vínculo de vuelta se sintió... extraño. Se sentía apagado, como una


camisa incómoda y ajustada que había usado durante años y que le había ido
bien porque no había conocido nada mejor. Pero ahora lo hacia, y la
sensación de que era un error era enloquecedora, como una picazón que no
podía rascarse.

Jungkook casi había esperado que el vínculo lo hiciera incapaz de extrañar a


Taehyung, pero ahora se daba cuenta de lo ridículo que había sido. Había
empezado a tener sentimientos por Taehyung mucho antes de que su vínculo
con Lalisa'shni'gul se hubiera roto. Parecía que era completamente posible
sentir amor romántico sin la capacidad de sentir atracción sexual. Incluso con
el vínculo bloqueando las partes de su cerebro responsables de la atracción,
el amor de Jungkook por Taehyung todavía no se parecía en nada a su amor
por su familia. Estaba teñido de necesidad cruda y anhelo vacío por algo,
pero era como si hubiera una desconexión entre su cerebro y su cuerpo. Se
sentía como la sensación de sed que no podía satisfacer porque ya no tenía
boca para beber. Fue muy frustrante.

Jungkook apresuradamente bloqueó a Lalisa'shni'gul de su mente; de lo


contrario ella supondría que algo andaba mal con él. Tampoco quería que ella
sintiera el resentimiento que sentía hacia ella. Nada de esto era su culpa.
Jungkook lo sabía. Él no debería sacar su frustración sobre ella. Ella no se lo
merecía.

Con eso en mente, Jungkook incluso se las arregló para sonreírle a


Lalisa'shni'gul cuando se encontró con ella y sus padres durante la cena
formal esa noche.

—Me alegro de que hayas vuelto. —dijo ella, sonriéndole a través de la mesa.

Jungkook la miró fijamente. Ella era hermosa y de voz suave. Habían tenido
una relación amistosa toda su vida. Cómoda. Eso era lo que habían sido.
Jungkook trató de imaginar tocarla y tener intimidad con ella. Él no pudo. De
hecho, se sentía bastante mareado ante la perspectiva.

Eventualmente, Jungkook se rindió y se enfocó en la comida, apenas


registrando las conversaciones a su alrededor. Apenas podía oírlos de todos
modos. Por un momento, se preguntó si había algo mal en su audición. Cada
sonido parecía amortiguado y distante. Pero luego, cuando se puso una
cucharada de sopa en la boca y apenas la saboreó, Jungkook recordó la
razón: el vínculo estaba suprimiendo todos sus sentidos, no solo el
responsable de su telepatía o su capacidad de sentir excitación.
Jungkook suspiró. Eso llevaría un tiempo acostumbrarse.

La fatiga y apatía comenzaron un mes después de su regreso a casa.


Jungkook nunca había sido una persona enfermiza, por lo que su falta de
apetito lo sorprendió un poco, pero pensó que era inevitable ya que apenas
podía comer la comida blanda. Intentó que nadie se diera cuenta de que no
se sentía tan bien. Él no quería el escrutinio de su familia.

Jungkook todavía no tenía idea de lo que sus padres sabían. No le habían


hablado en profundidad sobre su viaje no autorizado a la Tierra. Para ser
justos, tampoco lo había hecho Minju: su hermana solo sacudió la cabeza y
dijo que estaba contenta de que hubiera recuperado el sentido. Pero, de
nuevo, Minju no estaba mucho por ahí, desde que vivía con su esposo en una
colonia espacial de investigación a pocos años luz de distancia. Sus padres no
tenían esa excusa. Jungkook podía sentir la decepción y la desaprobación de
su madre cada vez que lo miraba, pero ella le había hablado muy poco al
respecto. Su padre le había dicho en tono de broma que no fuera un mocoso
y les advirtiera la próxima vez que decidiera desaparecer.

La falta de castigo había sorprendido a Jungkook, pero él se había encogido


de hombros. Todavía no sabía lo que Namjoon les había dicho a sus padres, y
no le importaba mucho. De hecho, Jungkook encontró que era difícil para él
preocuparse por casi nada. Se sentía apático. Entumecido. Todo parecía
apagado. El mundo estaba apagado. La comida era insípida. Los colores eran
incoloros.

Racionalmente, Jungkook entendió que debió haber sido el vínculo


embotando sus percepciones, pero no hizo nada para cambiar cómo se
sentía. Racionalmente, podría haber comprendido que había vivido con el
vínculo durante la mayor parte de su vida y que había estado bien, pero
después de saber cuánto mejor y más claro podía ser todo, era difícil
acostumbrarse a la suavidad de todo, de su vida. El vínculo solo se sentía mal.
También se sentía como si lo hubieran armado mal.

Por lo tanto, considerando el estado general de su estado de ánimo en estos


días, su fatiga y apatía no le preocuparon a Jungkook. Probablemente solo
estaba aclimatándose. Se pondría mejor.

Tenía que hacerlo.

Pasaron los meses. La sensación de que lo armaron mal solo aumentó, el


vago anhelo se convirtió completamente en dolor. Algo le dolía
profundamente dentro de él, retorciéndolo en nudos. Su falta de apetito era
imposible de ocultar ahora, y Jungkook no podía reunir suficiente energía
para fingir que estaba bien.

El no estaba bien.

—Creo que me estoy muriendo. —dijo Jungkook un día cuando Jin preguntó
por qué se veía tan pálido y enfermizo. Jungkook se preguntó si había
atrapado algo en la Tierra y eso lo estaba matando lentamente.

Jin pareció horrorizado al escuchar eso, por alguna razón.

—¿Qué demonios te pasa? —Dijo, golpeando a Jungkook en la cabeza.—


¿Cómo puedes simplemente decirlo como si no te importara?

Jungkook lo miró y se dio cuenta con cierta sorpresa de que realmente no le


importaba. No le importaba si vivía o moría.

Probablemente era malo. ¿No es así?

—¡Ni siquiera te reconozco ya! —Dijo Jin, poniéndose de pie.— Solías ser la
persona más positiva que he conocido, siempre tan nauseabundamente
optimista sobre la vida, y ahora eres... —Se cortó, sus ojos verdes se
estrecharon.— Por supuesto. Namjoon debe haberlo jodido cuando restauró
tu vínculo.
Antes de que Jungkook pudiera decirle que estaba equivocado y que el
vínculo era perfectamente funcional, Jin salió casi corriendo de la habitación
de Jungkook.

Jungkook suspiró y se preguntó si debería ir tras él, pero requeriría


demasiada energía. Energía que ya no podía reunir.

No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado antes de que la puerta se


abriera de nuevo.

—¡Sólo míralo! —Dijo Jin.— ¡Ni siquiera parece que se haya movido de ese
sofá desde que lo dejé en la mañana! ¿No ves que no es normal?

Namjoon lo siguió dentro de la habitación con una expresión decididamente


poco impresionada en su rostro. Jungkook estaba algo sorprendido de que Jin
hubiera encontrado a Namjoon en absoluto. Jungkook apenas había visto a
Namjoon últimamente. Namjoon siempre estaba ocupado, lo cual no era
sorprendente, considerando sus innumerables deberes.

—No deberías haberte metido con su mente. —dijo Jin.— No eres un adepto
profesional de la mente. ¡Sin duda lo jodiste y ahora él está todo raro y
enfermizo!

—No 'jodí' nada, como lo dijiste con tanta elocuencia. —dijo Namjoon, pero
luego frunció el ceño, mirando a Jungkook.— ¿Jungkook’ngh?
Jungkook tardó unos momentos en darse cuenta de que le estaban
preguntando algo.

—¿Qué? —Dijo tardíamente.

—¿Ves? —Dijo Jin.

Los ojos plateados de Namjoon se estrecharon. Estudió a Jungkook


cuidadosamente.

—Borg'gorn, realice una exploración médica completa sobre el Príncipe


Jungkook'ngh. —dijo Namjoon.

—Se inicia el escaneo. —dijo la IA.

Jungkook se encogió de hombros, sintiéndose vagamente molesto de que su


opinión ni siquiera fuera preguntada, pero en el fondo sabía que
probablemente era una buena idea. Algo debía estar mal con él.
Últimamente sentía que había estado... desapareciendo de la existencia.

—¿Y bien? —Dijo Namjoon, mirando a Jungkook con atención mientras Jin
paseaba por la habitación.
La IA del palacio respondió:— ¿Le gustaría escuchar los resultados ahora, Su
Alteza?

—Tan pronto como Seokjin'ngh'veighli se vaya.

—No voy a ninguna parte. —Jin caminó hacia Jungkook, se sentó a su lado y
puso un brazo alrededor de sus hombros.

Jungkook trató de no encogerse y alejarse del toque. El afecto físico no era


característico para Jin, para toda su raza, y sin embargo, recientemente, Jin lo
había estado tocando tan a menudo. Hizo que Jungkook se sintiera un poco
humillado. No quería la lástima de nadie.

Él no quería nada.

Quería que todos lo dejaran en paz.

Jungkook hizo una mueca, tratando de sacudirse el mal humor. Jin tenía
razón: esto era muy diferente a él. Él no era esta persona de mal humor,
pesimista.

—Puedes proceder, Borg'gorn —dijo Jin.


—Pido disculpas, Su Alteza, pero no puedo recibir órdenes de usted. Solo el
Príncipe Heredero tiene autorización para acceder a los registros médicos de
los miembros del Segundo Gran Clan, además de la Reina y el Rey-Consorte.

Suspirando, Jungkook se frotó la cara.— Deja que se quede Jin, Namjoon.


Borg'gorn, adelante, dime qué me pasa.

—¿Con su permiso, Príncipe Namjoon? —Dijo Borg'gorn.

Namjoon le lanzó a Jin una mirada de disgusto, pero asintió.— Adelante.

—No hay virus extraños en el sistema del príncipe. Sufre de desnutrición


severa y depresión.

—¿Así que estoy bien? —Jungkook interrumpió la IA. No le gustaba tanto la


naturaleza intrusiva de los escáneres de la IA.

—Yo no diría eso, Su Alteza. —dijo la IA.— La malnutrición y la depresión son


simplemente síntomas del problema, no el problema en sí.

—¿Qué quieres decir? —Dijo Namjoon.


La IA respondió con su voz cuidadosa:— A juzgar por su actividad cerebral y
sus niveles hormonales, parece que la condición del príncipe
Jungkook'ngh'chaali se deriva del hecho de que es un retroceso.

Jin se puso rígido contra Jungkook.

Las cejas de Namjoon se fruncieron.— ¿Perdón?

Jungkook frunció el ceño, confundido. Por supuesto que sabía lo que era un
retroceso, pero siempre había sido un hecho inútil en lugar de algo relevante.

No era bien sabido que un pequeño porcentaje de su raza compartía rasgos


biológicos con los surl'kh'tu, su ancestro primitivo que vivió hace alrededor
de un millón de años. El gen de retroceso se manifestó por primera vez
después de los mismos experimentos genéticos que causaron las mutaciones
telepáticas, pero a diferencia de la telepatía, los cambios fisiológicos no se
podían cambiar al vincular el núcleo telepático de la persona, así que todos
fingieron que el problema no existía. Lo que implicaba ser un retroceso no
era algo discutido en una organización educada, y por una razón. Jungkook
sabía mucho acerca de los retrocesos solo porque era uno.

Biológicamente, los retrocesos eran bastante diferentes de los Calluvianos


modernos. Los surl'kh'tu habían sido intersexuales y, aunque los retrocesos
no eran intersexuales, conservaban la habilidad de producir lubricación
natural cuando estaban excitados. Siempre había sido un pequeño hecho
irrelevante para Jungkook. Todavía no entendía qué tenía que ver con nada.
—No veo cómo es relevante para el tema en cuestión. —dijo Namjoon, como
si leyera los pensamientos de Jungkook. Por lo que Jungkook sabía, bien
podría ser.

—¿No es obvio? —Murmuró Jin, su cuerpo muy quieto contra Jungkook.— Se


ha comprobado científicamente que los surl'kh'tu fueron muy selectivos.
Tenían una sola pareja durante toda su vida. Los científicos creen que por eso
finalmente se extinguieron, eran demasiado selectivos. Si su pareja moría, no
tomaban otro compañero.

El corazón de Jungkook dio un vuelco. Parpadeó, sus oídos zumbaban


mientras miraba a Jin. Él no entendía.

—En efecto. —dijo Borg'gorn.— Además, los científicos del Instituto Rivixu
han demostrado que después del primer acto de apareamiento, el cuerpo de
un surl'kh'tu produce una cierta hormona que los hace... físicamente
necesitan a su pareja. —La IA en realidad sonaba incómoda.— Un mecanismo
biológico fascinante que aseguraba la reproducción y la supervivencia. Se ha
teorizado que este rasgo evolutivo se formó como una respuesta a una
población en rápido crecimiento de derv'kh'tu, una subespecie telepática de
los Calluvianos arcaicos, que se mudaron dentro de su hábitat. Pero no fue
suficiente, como todos sabemos, el derv'kh'tu eventualmente desplazó al
surl'kh'tu. Se pensó que los surl'kh'tu fueron superados y se extinguieron
antes de que el derv'kh'tu evolucionara a los Calluvianos modernos, pero la
existencia de retrocesos sugiere que las dos subespecies se cruzaron en cierta
medida.

Jungkook negó con la cabeza, su mente tambaleándose. Las palabras de


Borg'gorn no tenían sentido.
—Pero él no era… es un terrano. —Ni siquiera podía decir el nombre de
Taehyung.

Borg'gorn dijo cuidadosamente.— No creo que importe, Su Alteza. Aunque


no ha habido precedentes de cruce de razas entre Terranos y Calluvianos, los
cruces deben estar dentro de los límites de la posibilidad.

Jungkook se lamió los labios, por un momento, permitiéndose imaginar niños


con la sonrisa de Taehyung y los ojos oscuros. Su pecho dolió, porque nunca
pasaría.

—¿Seguramente no crees que tenga algo que ver con Jungkook'ngh? —Dijo
Namjoon bruscamente.— Mi hermano no es un surl'kh'tu. Están extintos
desde hace mucho tiempo. Simplemente tiene algunos rasgos comunes con
ellos.

Borg'gorn dijo:— Sabemos que los rasgos surl'kh'tu no son igualmente


fuertes en todos los retrocesos. Algunos retrocesos son apenas diferentes de
la mayoría de los Calluvianos, mientras que otros comparten un número
inusualmente alto de rasgos con el surl'kh'tu. No es imposible para Su Alteza
compartir ese rasgo biológico particular con sus antepasados...

—Tonterías —dijo Namjoon.— El surl'kh'tu podría haber necesitado


literalmente a sus compañeros, pero no hay pruebas científicas de que los
retrocesos compartan ese rasgo con ellos. No ha habido precedentes.

Jin se burló.— Por supuesto que no ha habido precedentes. A diferencia de


nosotros, los surl'kh'tu en realidad eligieron a sus compañeros. Los retrocesos
nunca tuvieron la misma oportunidad, porque la Ley de Vinculación se
introdujo poco después de que se documentaron los primeros retrocesos.

—Nadie pidió tu opinión. —dijo Namjoon.

Jin se sonrojó con furia y lo fulminó con la mirada.— Te odio tanto. —dijo con
sentimiento.— No puedo esperar para ser libre de ti.

Por primera vez desde su regreso a casa, Jungkook recordó el estado


unilateral del vínculo de Jin con Namjoon. Como Jin no le había dicho a nadie
sobre la telepatía de Namjoon, debían haber llegado a algún tipo de acuerdo.
Probablemente. Jungkook no estaba seguro. No le había importado lo
suficiente como para preguntar, y eso extendió la sensación de frío terror a
través de su cuerpo. Si ni siquiera le importaba el futuro de su mejor amigo y
el de su hermano, ¿qué decía sobre el estado de su mente?

—Pero Jin tiene razón. —dijo Jungkook, tratando de pensar. Fue difícil.
Pensar era difícil. Era tan difícil concentrarse.— ¿Cuáles son las
probabilidades de estar vinculado a la persona que habrías elegido si no
estuvieras vinculado? Probablemente extremadamente pocas.

—Tal vez. —concedió Namjoon, sin siquiera mirar a Jin. Miró a Jungkook.—
Volvamos al tema que nos ocupa. ¿Se supone que debo creer que
Jungkook'ngh no puede vivir sin ese terrano?

Un dolor abrasador quemó el interior de Jungkook ante la simple mención de


Taehyung. Jungkook luchó por concentrarse en la conversación.
—Como no hay precedentes, solo puedo suponer una hipótesis. —dijo
Borg'gorn— Pero las lecturas del príncipe Jungkook'ngh son muy
preocupantes. Puede que no necesariamente muera, pero sí creo que su
salud física y mental seguirá deteriorándose. —Una pausa.— ¿Puedo hablar
libremente, príncipe Namjoon?

Namjoon asintió con la cabeza.

—Iba a informarle esta noche que tenía preocupaciones sobre la salud del
príncipe Jungkook'ngh. Me he tomado la libertad de observar al joven
príncipe desde su regreso de Sol III. Me he dado cuenta de que su
concentración se ha ido deteriorando a un ritmo alarmante. Ayer pasó seis
horas y media sin moverse, sin mirar a nada que pudiera ver. Tuve que decir
su nombre siete veces para que reaccionara. Si la conciencia del príncipe de
su entorno sigue deteriorándose a este ritmo, es muy probable que
eventualmente caiga en un estado de coma, tal vez con una conciencia muy
limitada de su entorno. Recomiendo inyecciones diarias de los supresores de
hormonas surl'kh'tu para hacerlo estar más alerta y concentrado, pero no
puede ser una solución a largo plazo. Eventualmente dejarán de funcionar.

Jin le apretó el hombro a Jungkook, la preocupación se deslizaba en oleadas.


Jungkook estaba más preocupado por el hecho de que no se sentía muy
preocupado.

—¿Y está absolutamente seguro de que la causa es el gen de retroceso? —


Dijo Namjoon.
—Siempre hay un margen para el error, pero estoy noventa y nueve punto
dos por ciento seguro. —respondió la IA— Además de la hormona ya
mencionada en su sistema, hay cambios significativos en el herovixu del
joven príncipe, el área del cerebro que es específica para los retrocesos.

Los labios de Namjoon se doblaron en una línea delgada antes de que sus
ojos se fijaran en Jungkook.

—Háblame, niño. ¿Es realmente así de malo?

Jungkook se humedeció los labios secos.— Yo... yo no lo sé. Ni siquiera me he


dado cuenta de que me he desconectado por horas. Pero siento... —Luchó
por explicarlo.— Siento que hay un agujero en mí que me está chupando
desde adentro hacia afuera.

La cara de Namjoon era sombría.— ¿Y eso es por él? ¿El terrano?

Jungkook se estremeció, acurrucándose en sí mismo. No quería hablar de


Taehyung. Incluso pensar sobre Taehyung dolía. No estaba seguro de poder
hablar sobre Taehyung sin romperse y rogarle a Namjoon que le permitiera
regresar a la Tierra. No podía ser tan egoísta. No sería tan egoísta. No
arruinaría a su familia con su egoísmo. Sería inútil, de todos modos, porque
Namjoon había tenido razón: el Consejo y el Ministerio nunca lo dejarían vivir
en la Tierra, y él no podría, -no lo haría,- no seguiría engañando a Taehyung
cuando no podía permanecer en la Tierra permanentemente. Sería egoísta.
Taehyung merecía algo mejor. Taehyung se merecía a alguien que pudiera
hacerle feliz. Alguien que pudiera ser honesto con él.
Entonces, ¿qué sentido tenía hablar de eso?

—¿Importa? —Dijo Jungkook, apenas moviendo los labios.

Los ojos de Namjoon se estrecharon. Todo lo que tomó fue una mirada, y los
delegados escudos mentales de Jungkook se derrumbaron, permitiendo que
su hermano entrara. Jungkook no se resistió. No pensaba que podría hacerlo
aunque quisiera.

Finalmente, momentos u horas después, Namjoon dejó su mente.

La mandíbula de Namjoon se apretó, su expresión vagamente enferma.— Tu


mente es un desastre. Algunas partes de él no reaccionan a los estímulos en
absoluto. Borg'gorn tiene razón. Tu mente se está muriendo, Jungkook'ngh.

Jungkook miró a su hermano sin comprender.

Jin acercó a Jungkook más, proyectando confort y protección.— Vas a hacer


algo para ayudarlo, ¿verdad? —Dijo mirando a Namjoon.

Jungkook negó con la cabeza. ¿Qué podría hacer Namjoon? Namjoon podría
ser el Príncipe Heredero de su Gran Clan y el Lord Canciller de la rama del
Ministerio de su planeta, pero no tenía el poder de protegerlo del Consejo o
del Ministerio. Nadie lo tenía.
Dejando a un lado los problemas legales, el escándalo solo destruiría a su
familia si otros Calluvianos se enteraran sobre Taehyung.

—No te preocupes por mí. —dijo Jungkook.— No voy a deshonrar a nuestra


familia.

Namjoon cerró los ojos por un momento.— Jungkook’ngh...

—Lo sé —dijo Jungkook, mordiéndose el labio para evitar que temblara. Él


estaba un poco asustado de morir, después de todo, pero casi le dio la
bienvenida al miedo. Era mejor que la apatía embotada y el hambre sin
nombre.

—¿Pero no podemos simplemente llevarlo de contrabando a la Tierra? —Dijo


Jin.— ¿Como yo lo hice?

—¿Y luego qué? —Dijo Namjoon fríamente.— Es imposible borrar el historial


del teletransportador. Tarde o temprano, jungkook'ngh sería encontrado y
las consecuencias serían mucho peores. E incluso si no lo encontraran, nunca
sería capaz de poner un pie en su planeta natal y ver a su familia. ¿Es ese el
tipo de vida que quieres para él? ¿Crees que él estaría feliz de vivir así, sin
todos sus vínculos familiares? Los telépatas no están destinados a vivir sin
comunicación telepática durante largos períodos de tiempo. Él sería
miserable.

La barbilla de Jin se levantó.— Al menos estaría vivo y sano. ¡Debemos hacer


algo!.
Namjoon se quedó muy quieto.— No haremos nada. —dijo irritado.— Irás a
casa y mantendrás la boca cerrada sobre todo lo que has escuchado.

—¿Cómo puedes ser tan despiadado? —Exclamó Jin, poniéndose de pie.—


¡Es tu hermano!

—Sí —dijo Namjoon.— Es mi hermano, y este es un problema familiar. Tú no


eres familia. Vete. Te quedaste demasiado tiempo de lo que eres bienvenido.

Jin se sonrojó con furia y humillación antes de salir casi corriendo.

—¿Por qué siempre eres tan desagradable con él? —Murmuró Jungkook.

La cara de Namjoon se cerró.— Eso es irrelevante. Tenemos cosas más


importantes que discutir.

—¿Qué cosas importantes? —Dijo Jungkook, mirando sus manos.

¿Qué había para discutir, de verdad? Se estaba muriendo o iba a convertirse


en un vegetal. Jungkook casi esperaba poder morir; esa parecía ser la mejor
opción. No quería ser una carga para su familia.
De todos modos, nunca volvería a ver a Taehyung. No había podido
despedirse de él en persona, y ahora nunca lo haría. Taehyung nunca sabría
que Jungkook se había ido. A Taehyung probablemente no le importaría, de
todos modos. Taehyung probablemente lo odiaba. Por supuesto que
Taehyung lo odiaba. Taehyung probablemente ya lo había olvidado.
Taehyung probablemente se había enamorado de alguien más. Alguien
humano. Alguien normal. Alguien que…

—Jungkook’ngh —dijo Namjoon.— Respira. ¡Jungkook!

La orden en la voz de su hermano le hizo darse cuenta de que le dolían los


pulmones. Jungkook abrió la boca y la cerró. Él respiró.

Lo intentó.

La expresión de Namjoon se suavizó. En unos largos pasos, estaba al lado de


Jungkook. Y luego sus brazos estaban alrededor de él.

Jungkook se aferró a su hermano, sus ojos se cerraron con fuerza. Namjoon


no lo había abrazado en años.

Cuando Namjoon se retiró, su expresión era sombría y dura. Levantó la cara


de Jungkook y lo miró a los ojos.
—No puedo prometerte que será fácil, Jungkook. —dijo Namjoon.— No lo
será. Pero te prometo que encontraré una solución. —Algo frío y feo
parpadeaba en sus ojos.— Por cualquier medio necesario.
CAPÍTULO 24

Namjoon estaba más o menos satisfecho cuando abandonó la oficina de la


reina. Se sorprendió gratamente de no haber tenido que influir en las mentes
de sus padres para hacerlos más... abiertos de mente acerca de la situación
de Jungkook’ngh. Parecía que él no era el único en la familia con una
debilidad por su miembro más joven. Concedido, la Reina no había estado
feliz de escuchar las noticias, pero en general, todo fue más suave de lo que
Namjoon había esperado. La preocupación de sus padres por Jungkook'ngh
había superado su consternación por la situación. Jungkook’ngh iba a
necesitar el apoyo incondicional de sus padres mientras Namjoon resolvía el
problema del vínculo de Jungkook con Lalisa'shni'gul y el hecho de que
legalmente Jungkook no podía tener una relación con el humano.

Namjoon apretó los labios. Todavía no podía decir que estaba feliz con el
hecho de que Jungkook literalmente necesitaba a su humano.

Inicialmente, había estado escéptico de la evaluación de Borg'gorn de la


situación hasta que él mismo comprobó la mente de Jungkook.

Lo que había visto en la mente de Jungkook era más allá de inquietante. La


mente de Jungkook siempre había sido cálida y brillante, llena de
pensamientos felices, aunque ingenuos. Ahora era gris y sombrío, sin vida y
sin ninguna emoción. El cerebro de Jungkook estaba confundido y lento, su
núcleo palpitaba con una necesidad tan cruda que casi hizo que Namjoon se
enfermara. Jungkook estaba también en inmenso dolor, pero su cerebro no
parecía funcionar correctamente para que lo sintiera completamente. El
vínculo en torno al núcleo telepático de Jungkook no mejoró las cosas,
metiéndose con la mente y el cuerpo que ya sufrían. Namjoon no podía
imaginar vivir constantemente con ese tipo de dolor y necesidad insatisfecha.
No creía que Jungkook pudiera durar mucho sin volverse loco o que su
cerebro finalmente se apagara.

Así que, independientemente de sus propios pensamientos sobre el asunto,


tendría que conseguirle a Jungkook lo que necesitaba: ese humano suyo.

Namjoon apretó los dientes y se dirigió hacia su oficina.

Estaba molesto por la situación. Aunque, tal vez molestia no era la palabra
correcta. La rabia fría encajaba mejor. Quería matar a ese humano.
Jungkook’ngh todavía era un niño. El problema no era la edad de
Jungkook'ngh, -Namjoon había estado en cientos de planetas y era muy
consciente de que la mayoría de edad en Calluvia, era considerada bastante
mayor para los estándares de la mayoría de las razas. Jungkook’ngh tenía
veintitrés años, lo suficientemente mayor como para tomar sus propias
decisiones. No, el problema no era la edad de Jungkook’ngh, en sí; era la
ingenuidad y la confianza de Jungkook'ngh. Jungkook’ngh había estado
demasiado protegido toda su vida. Ni siquiera había asistido a una escuela
fuera del planeta, como hicieron la mayoría de los príncipes de Calluvia. Sus
padres siempre habían mimado y sobreprotegido demasiado a Jungkook'ngh
y él había crecido asquerosamente ingenuo y agradable.

Namjoon no había tenido la oportunidad de observar a Kim Taehyung por


mucho tiempo, pero estaba familiarizado con el tipo: el tipo guapo y confiado
que jodía todas las cosas atractivas.

Jungkook’ngh se merecía algo mejor.

Pero no importaba ahora, ¿verdad?


Namjoon presionó su mano contra el escáner y la puerta de su oficina se
abrió de golpe.

—Borg'gorn, la información que solicité. —dijo, sentándose detrás de su


escritorio.

Un holograma apareció frente a él.

La AI respondió:— Los datos no están completos, pero la investigación inicial


indica que el veintitrés por ciento de los Lords Cancilleres del Ministerio
quisieran que las leyes con respecto a las razas Pre-TTCI se suavicen. El
cuarenta y seis por ciento no tiene sentimientos particularmente fuertes al
respecto. El treinta y uno por ciento está firmemente de acuerdo con la ley.

Namjoon tarareaba pensativamente. El veintitrés por ciento fue mejor de lo


esperado. Él podría trabajar con eso.

—¿Ha aceptado mi invitación la Reina Consorte del Sexto Gran Clan?

—Sí, su Alteza. Ella estará aquí en breve.

—Bien —Namjoon se recostó en su silla y cerró los ojos. Su mente corría con
posibilidades, considerándolas y descartándolas rápidamente.

Deseó no tener que elegir esa ruta.

Por un momento, se preguntó de nuevo si hubiera sido más fácil


simplemente llevar de contrabando a Jungkook’ngh a la Tierra como lo había
sugerido Jin, pero descartó la idea nuevamente. Para hacer eso, habría
tenido que someter completamente las voluntades de los técnicos de
teletransportadores, borrando sus recuerdos una y otra vez cada vez que
vieran en el historial del teletransportador en que Jungkook’ngh se había
teletransportado a la Tierra. Incluso si fuera factible, -y no lo era, ya que
Namjoon estaba demasiado ocupado-, no había nada que pudiera haber
hecho para mantener fuera de sus mentes a los técnicos de compañeros de
vínculo; habrían notado inmediatamente que algo andaba mal.

No, la ruta política era más segura y menos complicada a largo plazo.

Había tomado la decisión correcta.

—La Reina Consorte del Sexto Gran Clan está aquí, Su Alteza —dijo
Borg'gorn.

Namjoon abrió los ojos y se enderezó en su silla.— Déjala entrar.

La puerta se abrió y la Reina Consorte Zeyneb'shni'waari entró con confianza.

Namjoon no se puso de pie. Sería lo más educado, pero ciertamente no se


requería o esperaba de él. Como el Príncipe Heredero del Segundo Gran Clan
y el futuro rey de su clan, la posición social de Namjoon era más alta que la
de Lady Zeyneb y ambos lo sabían. Lady Zeyneb no era ni amiga ni aliada, -
todavía-, y cualquier falsa cortesía solo la haría sospechar. Él no podía
parecer demasiado ansioso.

—Namjoon'ngh'chaali —dijo con una sonrisa.— Me sorprendió gratamente


recibir su mensaje, dado que se negó a respaldar mi propuesta de ley la
última vez.

—¿Eras tú? —Namjoon murmuró, mirándola a los ojos. Una mirada rápida a
sus pensamientos no reveló nada que él no hubiera esperado: ella estaba
curiosa y ansiosa por aprovechar esta oportunidad para promover sus
objetivos políticos. Ella también estaba cautelosa de él. No confiaba en él.

Bueno. Ella no era completamente tonta. No necesitaba aliados tontos.

—En realidad es la razón por la que solicité esta reunión. —dijo Namjoon.—
Estoy dispuesto a reconsiderar mi postura.

Zeyneb ladeó la cabeza hacia un lado.— ¿Y qué cambió tu mente?

Namjoon sonrió.

Ella se deslizó, viéndose un poco intranquila.

—Tu hermano adoptivo es el Lord Canciller del Planeta Kiwufhi. —dijo él.—
He oído que va a proponer un proyecto de ley en la próxima sesión del
Ministerio.

Ella frunció el ceño, pareciendo confundida pero intrigada. Namjoon sabía


que ella no estaba demasiado interesada en la política intergaláctica.

—¿Qué tipo de ley? —Dijo ella.

—Derogación de la ley del Ministerio número 156. —dijo Namjoon.

Ella lo miró fijamente.— Estoy segura de que debes haber oído mal. —dijo
ella lentamente.— Eso sería un suicidio político y social. Nunca pasaría.

—Al igual que el proyecto de ley que tu quieres proponer en el Consejo. —


dijo Namjoon amistosamente.— Pero la política puede ser tan impredecible.
Nunca sabes.

Sus ojos se estrecharon. Ella le dirigió una larga y evaluadora mirada.

—Tal vez. —ella dijo al fin.— Tal vez deberíamos hablar claramente para
evitar confusiones.

Namjoon sonrió y se recostó en su silla.— Si tu hermano adoptivo propone el


proyecto de ley que mencioné en la próxima sesión del Ministerio, la Reina
apoyará el proyecto de ley que pretendes proponer en la próxima sesión del
Consejo.

Sus fosas nasales se ensancharon. Namjoon no necesitaba leer su mente para


saber que estaba interesada.

—Tu madre, la reina, es muy influyente. —dijo Lady Zeyneb lentamente.—


Pero incluso eso no será suficiente para que la propuesta de ley pase. Hay
demasiados cobardes telepáticamente nulos en el Consejo.

Namjoon la miró fijamente.— Déjame preocuparme por eso.

Ella lo estudió. Parecía un poco escéptica, pero sabía que era mejor no
cuestionarlo. Eso le daría una negación verosímil si él fuera atrapado.

Y ella quería que la propuesta de ley pasara, demasiado. Lo que era


difícilmente un secreto. Lady Zeyneb había estado presionando por la
enmienda a la Ley de Vinculación durante años. Sus motivos eran
transparentes: ella actuaba a favor de su hijo, quien estaba vinculado al
antiguo heredero del Quinto Gran Clan. El emparejamiento había sido
perfectamente elegible, excepto que el compañero de su hijo había
desaparecido hacía décadas, presumiblemente secuestrado por los
renegados. Sin embargo, nada fue confirmado. Aunque el chip de
identificación del príncipe perdido había sido desactivado, el vínculo con el
hijo de Lady Zeyneb permanecía, sugiriendo que el príncipe perdido estaba
vivo... en algún lugar. En cualquier caso, el hijo de Lady Zeyneb necesitaba
deshacerse del vínculo si se fuera a casar con el Rey del Planeta Zicur, a quien
había conocido en la escuela fuera del planeta en la que había estudiado y
que lo había estado cortejando durante años, lo que fue la fuente de chismes
sin fin en la sociedad. Si el Rey de Zicur no fuera un soltero tan elegible, la
situación habría sido mucho más que escandalosa, ya que técnicamente el
hijo de Lady Zeyneb estaba aún vinculado. No era de extrañar que Lady
Zeyneb quisiera romper el vínculo de su hijo con el príncipe ausente y casarlo
con su prestigioso pretendiente. Namjoon haría lo mismo.

Así que esperó pacientemente a que ella aceptara sus condiciones. Ella no se
negaría.

Por fin, lady Zeyneb asintió y se puso de pie.— Muy bien. Me pondré en
contacto con mi hermano. Estoy deseando escuchar buenas noticias tuyas.

—Lo harás. —dijo Namjoon, poniéndose de pie por cortesía.

Ella le sonrió y se fue.

Cuando la puerta se cerró tras ella, Namjoon se sentó. Cerrando los ojos,
llegó con su mente hacia la de la mujer. Como ahora estaba sola y
supuestamente a salvo de cualquier intromisión telepática, sus escudos
mentales estaban abajo y su mente era un libro abierto.
“Parece demasiado interesado en derogar la ley 156. Esa es una debilidad
que puedo explotar. Tal vez debería exigir más cosas de Namjoon a cambio
del apoyo de mi hermano. Hmm.”

Si Namjoon tuviera alguna duda persistente, -no es que tuviera alguna-,


sobre lo que estaba a punto de hacer, se habrían ido ahora.

Cuidadosamente, él plantó un pensamiento en el fondo de su mente. Nada


radical. Nada que ella podría notar o consideraría poco característico para
ella. Era simplemente una sugerencia de que ella debería hacer lo que
Namjoon quería por el momento y que siempre podría cambiar la situación
contra Namjoon en algún momento en el futuro, -un futuro muy remoto-.

Ella no notó nada.

Pero, de nuevo, ¿por qué lo haría ella, cuando todos sabían que era imposible
plantar pensamientos sin contacto visual?

Namjoon sonrió.

«El poder infinito corrompe», dijo una voz mordazmente en el fondo de su


mente. Una voz que sonaba sospechosamente como la de Seokjin.

Namjoon frunció el ceño y comprobó sus escudos mentales, pero eran


impenetrables como siempre. Lo había imaginado.

O tal vez era la voz de su conciencia que creía que ya no tenía.


Presionando sus labios juntos, Namjoon descartó el pensamiento. No tenía
tiempo para esto. Tenía un día ocupado por delante. Más gente que
necesitaba persuadir.

Persuadir era una buena palabra. Podría significar una serie de cosas.

Namjoon tamborileo sus dedos sobre el reposabrazos.

Pero primero, tenía una reunión especial antes de poder regresar a las
negociaciones políticas.

—Borg'gorn, ¿ya está lady Lalisa'shni'gul aquí?

—Sí, su Alteza.

Namjoon amaestró su rostro en una expresión amistosa mientras la puerta se


abrió de nuevo, admitiendo a la pareja de vínculo de Jungkook'ngh.

Namjoon la estudió. Era agradable a la vista, agradable en apariencia y


modales. Jungkook’ngh era afortunado. Ella definitivamente era menos
molesta que Seokjin.

Un destello de irritación ante el pensamiento de Seokjin hizo más difícil


poner una sonrisa para la chica.

—Lady Lalisa'shni'gul —dijo.— Por favor tome asiento.


Ruborizándose ligeramente, ella lo hizo.— Su Alteza. ¿Hay alguna razón por
la que solicitaste mi presencia?

—La hay —dijo Namjoon, bajando la mirada. Por un momento, consideró


simplemente obligarla a cumplir sus órdenes, pero rechazó la idea. Eso
podría ser demasiado arriesgado. Un adepto experto en la mente podría
descubrir que estaba siendo influenciada, -y si todo salía como lo había
planeado, un adepto experto en la mente iba a examinar su mente por una
razón muy específica.

—Me temo que no tengo mucho tiempo, así que hablaré con franqueza. —
dijo Namjoon, suavizando su voz.— En unos pocos meses, se aprobará una
enmienda a la Ley de Vinculación. A partir de entonces, cualquier persona
que llegue a la mayoría de edad podrá ser capaz de solicitar la disolución de
su vínculo. Llegas a la mayoría de edad en tres meses.

Ella lo miró fijamente. Prácticamente él podía ver su mente trabajando. No


era una chica estúpida.

—¿Quieres que solicite la disolución de mi vínculo con tu hermano? —Dijo


lentamente.— ¿Por qué habría de hacer eso? Estoy perfectamente contenta
con mi vínculo.

Por supuesto que lo estaba. Mientras que ella era de sangre noble, y su
familia era propietaria de uno de los depósitos más grandes de korviu, el
elemento químico invaluable necesario para el uso de los
teletransportadores transgalácticos, la posición social de su familia no era
muy alta. Un príncipe era un partidazo para ella. Nunca disolvería
voluntariamente el vínculo con Jungkook’ngh.
No por primera vez, Namjoon deseó poder simplemente romper el vínculo de
Jungkook'ngh con la chica él mismo, -él era más que capaz de hacerlo-, pero
eso no resolvería el problema de Jungkook’ngh. No lo haría libre ante los ojos
de la ley.

Namjoon también deseó poder simplemente esperar hasta que Jungkook'ngh


cumpliera la mayoría de edad y pudiera solicitar la disolución del vínculo él
mismo, pero después de ver el estado de la mente de su hermano, no creyó
que Jungkook’ngh tuviera tanto tiempo. Por supuesto, Namjoon podría haber
presionado para una derogación completa de la Ley de Vinculación, pero el
Consejo nunca votaría por ella, y sería altamente sospechoso si todos
repentinamente cambiaran de opinión.

Así que negociar con Lalisa'shni'gul era la única opción.

Afortunadamente, Namjoon sabía algo por lo que ella estaría más que
dispuesta a romper su vínculo.

Namjoon se encontró con los ojos de la chica.— ¿Y que si me ofreciera en el


lugar de mi hermano?

Sus ojos se ensancharon. Ella se sonrojó.— Yo... yo me temo que no


entiendo, Su Alteza. Pensé que estabas vinculado al príncipe
Seokjin'ngh'veighli.

Suprimiendo otra oleada de molestia, Namjoon forzó una mirada agradable


en su rostro.

—Pronto, no lo estaré.
Ella sonrió.
CAPÍTULO 25

Calluvia no tenía inviernos. No tenía desiertos ni terrenos baldíos. El clima era


perfecto la mayor parte del año. La superficie era verde y exuberante,
árboles ridículamente altos por todas partes.

Jungkook siempre había amado esto sobre su planeta natal, pero ahora no
podía evitar notar lo artificial que era. Todo esto fue diseñado genéticamente
a partir de restos de plantas extintas, y millones de robots agrícolas lo
cuidaron. El planeta se veía vibrante y perfecto en la superficie, pero no era
natural.

Jungkook se preguntó cómo se vería Calluvia si su gente no interfiriera con el


orden natural de las cosas. El encantador árbol de gevishku bajo el que
estaba sentado se había extinguido hace un millón de años antes de que los
genetistas decidieran traerlo de vuelta solo porque era muy bonito. ¿Estaba
bien?

De manera similar, el gen de retroceso que llevaba no habría existido si los


genetistas no hubieran interferido con el orden natural de las cosas. Los
surl'kh'tu se extinguieron hace mucho tiempo, pero aquí estaba él, un
retroceso a los tiempos antiguos.

Jungkook apoyó la mejilla contra el tronco liso del árbol y cerró los ojos. Se
preguntó si el árbol también estaba vacío por dentro.

¿Estaba solo, porque en realidad no pertenecía aquí? ¿Podría sentir dolor?


¿O ya estaba entumecido?
—…¡Jungkook!

Jungkook se estremeció y miró hacia arriba.

Su padre lo miraba con el ceño fruncido, con una expresión de gran


preocupación en sus ojos, lo que hizo que Jungkook se preguntara cuánto
tiempo su padre había estado tratando de llamar su atención. Había estado
pasando mucho últimamente.

Con demasiada frecuencia.

Un escalofrío recorrió la espina de Jungkook. ¿Algún día iba a desaparecer


dentro de su cabeza y nunca volvería? Esperaba que no terminara de esa
manera. No quería ser algún tipo de vegetal.

La muerte sería preferible.

Para su alivio, su padre no comentó sobre su falta de reacción. Se sentó al


lado de Jungkook en el banco y miró la fuente frente a ellos.

Se sentaron en silencio por un rato.

—Fuiste una sorpresa para nosotros. —dijo su padre por fin, su voz tranquila
y contemplativa.— Cuando tu madre se enteró de que estaba embarazada,
no te quería. Ella argumentó que ya teníamos al heredero, y Minju era el
repuesto. Ella insistió en que no tenía tiempo para otro hijo. —Su padre
sonrió.— Pero yo la conozco. Ella simplemente fue lanzada fuera de balance.
Sabes que a tu madre le gusta calcular sus acciones antes de tiempo. Los
nacimientos de Namjoon y Minju habían sido planeados meticulosamente.
Ella había elegido específicamente los rasgos principales que quería que
tuvieran, -liderazgo, inteligencia superior, voluntad fuerte-, y su desarrollo
fetal fue supervisado por los mejores genetistas del Centro de Reproducción.
Fuiste muy poco planeado, su único hijo natural, el único que ella cargo bajo
su corazón durante diez largos meses. —Su padre le sonrió a Jungkook.— Tú
eres diferente de tus hermanos. Puede que no tengas sus cualidades de
liderazgo, pero tienes un corazón bueno y amable.

Jungkook tragó.— ¿Por qué me estás diciendo esto?

Su padre le apretó el hombro.— No hay necesidad de esconderse en los


jardines, Jungkook. Puede que tu madre no lo muestre, pero te ama más que
a cualquiera de sus otros hijos. Es posible que ella no apruebe tus elecciones
y puede que no esté feliz sobre la... situación, pero todo lo que quiere es que
seas saludable y feliz. Eres su bebé y siempre lo serás. Estoy bastante seguro
de que no te rechazará incluso si asesinas a alguien. —Su padre se rió entre
dientes.— No le digas que te dije eso. Ella siempre dice que te mimamos
demasiado.

Jungkook le devolvió la sonrisa temblorosa y escondió su rostro en el hombro


de su padre.— Gracias. —dijo con voz ronca.— Te amo, padre.

Su padre le dio unas palmaditas en la cabeza.— Yo también te amo, niño.


Solo resiste. Tu hermano está trabajando en una solución mientras
hablamos. —Él se rió entre dientes.— Supongo que debemos estar
agradecidos ahora de que Namjoon fue creado para tener éxito, no importa
lo imposible que pueda parecer.

El heraldo político de Calluvia


Unión Intergaláctica Fecha: 18768.038

... Hay fuertes rumores de intensa conspiración sucediendo en el Consejo. Si


los rumores han de ser creídos, Lady Zeyneb'shni'waari, la Reina Consorte del
Sexto Gran Clan, va a proponer un proyecto de ley con enmiendas a la Ley de
Vinculación. No es la primera vez que expresa tales ambiciones, pero si los
rumores son un indicio, esta vez el proyecto de ley tiene la oportunidad de
pasar.

El heraldo político de Calluvia


Unión intergaláctica Fecha: 18768.108

¡Noticias de último minuto! Se ha propuesto una derogación de la ley 156 en


la 2311a sesión del Ministerio.
La ley 156a del Ministerio, conocida coloquialmente como “ley Pre-TTCI” es la
ley sobre civilizaciones que no han alcanzado el nivel tecnológico requerido
para el Contacto. Actualmente, la ley prohíbe a los ciudadanos de la Unión de
Planetas tener una residencia permanente en planetas pre-TTCI o tener
relaciones interpersonales con miembros de civilizaciones pre-TTCI.
Si la ley fuera derogada, los ciudadanos de la Unión podrían ser capaces de
visitar y permanecer en cualquier planeta pre-TTCI sin la sanción del
Ministerio. También significaría que un matrimonio con un miembro de una
civilización pre-TTCI sería reconocido por la ley de la Unión.

Sin embargo, los expertos creen que es improbable que la ley 156a sea
derogada. Hasta el momento, solo un cuarto de los Lord Cancilleres parecen
estar a favor de la propuesta.

Chismes de la Sociedad Calluviana


Unión Intergaláctica Fecha: 18768.122

En medio de todas las conversaciones políticas de los últimos meses, ha


pasado desapercibido en gran medida que el Príncipe Jungkook'ngh'chaali del
Segundo Gran Clan apenas ha sido visto en la sociedad. El oficial de prensa de
la Segunda Casa Real nos informó que el príncipe Jungkook’ngh había estado
centrado en estudiar y que tenía poco tiempo para la vida social. Sin
embargo, nuestros informantes descubrieron que el Príncipe Jungkook'ngh ya
casi no sale de sus habitaciones. Si hay que creer los rumores, él está enfermo
y ha estado enfermo durante mucho tiempo. Nosotros los Chismes de la
Sociedad Calluviana deseamos que el joven príncipe se recupere rápidamente,
pero no podemos evitar preguntarnos por qué la Segunda Casa Real está
siendo tan hermética sobre la enfermedad del Príncipe Jungkook’ngh.
Diario de Calluvia
Unión Intergaláctica fecha: 18768.163

¡Noticias de último minuto! ¡La enmienda a la Ley de Vinculación aprobó!


Ahora, al alcanzar la mayoría de edad, cualquier Calluviano puede presentar
una petición para disolver el vínculo de la infancia. Sin embargo, no todas las
peticiones serán necesariamente aprobadas.

Chismes de la Sociedad Calluviana


Unión Intergaláctica fecha: 18768.165

¡Escándalo en la segunda Casa Real!


Como informamos ayer por la mañana, Lady Lalisa'shni'gul presentó una
petición para disolver su vínculo con el príncipe Jungkook'ngh'chaali. En ese
momento pensábamos que la chica estaba loca, pero a la luz de lo que
acabamos de averiguar, podríamos cambiar nuestra opinión.
Tarde la noche pasada, otra petición fue presentada por un miembro de la
Segunda Casa Real: nada menos que el Príncipe Heredero
Namjoon'ngh'chaali. ¡Nuestro Lord Canciller también desea romper su vínculo
con su compañero!
Ahora, nunca especularíamos o daríamos a entender que las dos peticiones
están conectadas, pero uno se pregunta, ¿cuál es la prisa? ¿Han tenido el
Príncipe Namjoon y la encantadora Lady Lalisa'shni'gul un cariño secreto por
todos estos años? Si ese es el caso, ¿qué hay sobre el príncipe Jungkook’ngh,
que se rumorea que está enfermo? Uno también se pregunta si la Tercera
Casa Real se ofenderá en nombre del abandonado príncipe
Seokjin’ngh’veighli...
Diario de Calluvia
Unión Intergaláctica Fecha: 18768.183

En todo el alboroto causado por la enmienda a la Ley de Vinculación, la


próxima sesión del Ministerio casi ha sido olvidada. Sin embargo, si se
aprueba el proyecto de ley respecto a la derogación de la ley 156, las posibles
consecuencias podrían ser alterar la vida cuando se modifique la Ley de
Vinculación.

El heraldo político de Calluvia.


Unión Intergaláctica fecha: 18768.206

¡Noticias de último minuto! ¡La ley Pre-TTCI revocada por un margen muy
estrecho!
Cuando empezó a parecer que los oponentes de la derogación prevalecerían,
el Lord Canciller del Planeta Stuxz tuvo un cambio de corazón y votó a favor
de la derogación.

“De repente, se me ocurrió que la ley 156 no puede seguir existiendo en su


forma actual.” el Lord Canciller dijo: “Todavía no estoy del todo convencido
de que se necesite una derogación completa, pero tal vez haré enmiendas y
sugeriré una nueva ley más suave en la próxima sesión del Ministerio.”

Sus antiguos aliados no se impresionaron por su repentino cambio de


corazón.
“Creo que la votación se arregló de alguna manera.” insistió Lord Canciller
Aimanu. “Hay telépatas entre los Lords.”

Sin embargo, tales sospechas fueron desestimadas por la seguridad del


Ministerio.

“La Cámara de los Lords está protegida por los mejores escudos de la galaxia.
No es posible la interferencia electrónica ni telepática. Los resultados son
legítimos.”
CAPÍTULO 26

Planeta Tierra.

Masticando su pasta, Yoongi miró a Taehyung a través de la mesa.—


Entonces, ¿llevas a Rowoon a una segunda cita? —Dijo. Se había estado
preguntando sobre eso toda la mañana, pero no había tenido la oportunidad
de preguntarle a su amigo. Taehyung no había mencionado su cita con
Rowoon en absoluto.

El tenedor de Taehyung se detuvo. Levantó la vista de su plato.

—¿Cita? —Dijo suavemente.— Me lo follé, hm. Era un polvo decente. Eso es


todo. No hubo citas involucradas.

—Ah. —Yoongi volvió su mirada a su pasta. Maldita sea. Le gustaba Rowoon


y había esperado que fuera diferente de todos los otros tipos con los que
Taehyung se había acostado. Demasiado para eso.

Yoongi reprimió un suspiro. No podía decir que le gustaba lo fríamente


promiscuo que su amigo se había convertido en el último año. Claro,
Taehyung nunca había tenido problemas para tener polvos, pero nunca había
sido del tipo “jódelos y déjalos”. Taehyung solía conocer a sus parejas
sexuales al menos un poco antes de acostarse con ellos. En estos días, Yoongi
no estaba seguro de que Taehyung se molestara en aprender el nombre del
chico antes de follarlo.
Y pensar que todos esos meses atrás, Yoongi se había sentido aliviado
cuando Taehyung finalmente logró controlarse y comenzó a salir y tener sexo
de nuevo. Pensó que significaba que el viejo Taehyung había regresado. No
podría haber estado más equivocado.

Yoongi en realidad prefería el caparazón sin afeitar y deprimido hombre que


Taehyung había sido después de que la pequeña mierda lo había dejado de
nuevo, que el gilipollas cínico de corazón frío que era Taehyung ahora. Al
menos en aquel entonces, Taehyung había mostrado cierta emoción real,
incluso si era rabia, pena y dolor. Ahora no había nada.

Yoongi solo podía maldecir el día en que Taehyung había conocido a ese
niño. Incluso si Taehyung había realmente superado al pequeño gilipollas
mentiroso, como insistió, era obvio que la relación había dejado cicatrices
demasiado profundas para que sanaran completamente, para sanar bien.

Había pasado un año, por el amor de Dios. Yoongi quería a su amigo de


vuelta. Porque el hombre que estaba sentado frente a él no era su viejo
amigo, sin importar cuán bien recuperado se viera. Los antiguos ojos de
Taehyung nunca habían sido tan fríos y cínicos. El viejo Taehyung no había
tenido el borde cruel que este Taehyung tenía. El viejo Taehyung nunca
habría usado a un buen tipo como Rowoon como una follada sin sentido y
luego lo habría descartado tan fácilmente.

Yoongi quería a su mejor amigo de vuelta.

—¿Algo en mi cara? —Dijo Taehyung, limpiándose la boca con una servilleta.


—No. —dijo Yoongi, apartando su plato.— Volvamos o llegaremos tarde.

Taehyung asintió y le hizo una seña al mesero para que le diera la cuenta.

Mientras se dirigían a la oficina, alguien gritó:— ¡Taehyung!

Yoongi y Taehyung se detuvieron y dieron la vuelta. Yoongi reprimió otro


suspiro cuando vio quién era. Bogum, el joven interno que había estado
haciendo ojitos a Taehyung toda la semana.

—Oye, —dijo Bogum, sonriendo a Taehyung bajo sus pestañas.— Me


preguntaba si estabas libre esta noche...

—No lo está. —Yoongi lo interrumpió cuando vio que Taehyung estaba


empezando a asentir.— Después, niño. —dijo con una sonrisa falsa,
agarrando el brazo de Taehyung y casi arrastrándolo hacia la oficina.

Excepto que Taehyung no era un hombre fácil de manejar. Liberó su brazo


del agarre de Yoongi y le lanzó una mirada molesta.— ¿No lo estoy?

Yoongi frunció el ceño.— ¡Ese chico está medio enamorado de ti, hombre!
Habrías roto su corazón.

—No soy un monstruo o algo así.

Yoongi se burló.— Por supuesto que no. Lo habrías jodido y luego echado.
Taehyung apretó sus labios juntos.— Tal vez lo quería.

—Claro. Ni siquiera te gustan los chicos de su tipo.

Taehyung sacó un cigarrillo y lo encendió. Yoongi hizo una mueca y se dijo a


sí mismo que Taehyung era un hombre adulto. Si quería morir de cáncer de
pulmón, era su jodido asunto. Era solo uno de los muchos malos hábitos que
Taehyung había adquirido en el último año.

Taehyung dio una larga calada y dejó salir el humo lentamente.— Tal vez
ahora me gustan. La gente cambia.

—Sí. —dijo Yoongi.— Ciertamente lo hacen.

—¿Qué? —Dijo Taehyung, sin mirarlo.

—Dijiste que lo habías superado. —Dijo Yoongi.

Taehyung giró la cabeza y lo miró a los ojos. No había emoción alguna en sus
oscuros ojos.— ¿Superado a quién?

Yoongi negó con la cabeza. Claro.

Taehyung dio otra calada y miró su reloj.— Deberíamos regresar. —dijo e


hizo exactamente eso.
Suspirando, Yoongi lo siguió.
CAPÍTULO 27

Seis horas más tarde, cuando Taehyung entró en su apartamento, se


preguntó si debería haber llevado al pequeño interno lindo a casa después de
todo, a pesar de lo que Yoongi había dicho.

Dejando caer su maletín en el suelo, Taehyung suspiró molesto. Deseaba que


Yoongi finalmente saliera de su espalda. Primero, Yoongi lo había molestado
constantemente, tratando de convencerlo de que saliera y tuviera sexo, y
cuando había hecho eso, Yoongi comenzó a molestarlo porque lo hacía con
demasiada frecuencia. Era jodidamente ridículo, considerando que Taehyung
había tenido sexo hacía todos esos meses solo para sacar a Yoongi de su
espalda, porque aparentemente necesitaba acostarse con alguien para
demostrar que estaba bien.

Él estaba bien. Su palabra debería haber sido suficiente. Estaba bien en ese
entonces y estaba más que bien ahora. Había pasado un año. Él estaba bien.
Le molestan que Yoongi siguiera insinuando que aún no había superado a
Jungkook. Por supuesto que había superado a Jungkook.

Apenas recordaba el color de los ojos de Jungkook. O la forma en que


Jungkook sonrió felizmente cuando estaba maravillado o emocionado por
algo. O la forma en que Jungkook se acurrucó en él, como una flor hacia en el
sol.

Apretando la mandíbula, Taehyung se aflojó la corbata. Jungkook había sido


una pequeña mierda mentirosa que lo había jodido tanto que le había
llevado meses recuperarse. Casi había perdido su trabajo por Jungkook. Su
madre había tenido que venir a Seúl y gritarle por ser un jodido deprimido
antes de que finalmente pudiera controlarse.

Había pasado un año. Un año largo y de mierda, pero un año que lo había
cambiado mucho. Al parecer el tiempo curó todas las heridas. El dolor y el
mal de amores y el sentimiento de traición habían desaparecido por mucho
tiempo, dejando solo rabia fría y nada más.

Taehyung se quitó la corbata y comenzó a desabotonarse la camisa. Él giró su


cuello de lado a lado, tratando de aliviar algo de su tensión. Estaba
desabrochando su cremallera cuando un golpe tentativo rompió el silencio
en el departamento.

Taehyung frunció el ceño y se dirigió a la puerta.

Giró la cerradura, abrió la puerta… y se quedó muy quieto.

Porque frente a él estaba de pie Jungkook, sus ojos violetas muy abiertos,
cautelosos y hambrientos al mismo tiempo.

Algo en él se sacudió.

Olvidó el color exacto de sus ojos.

—Hola —dijo Jungkook.

«Que jodido atrevimiento»


Taehyung cerró la puerta en su cara.

Apoyó la frente contra ella, tratando de calmarse. Todo su cuerpo temblaba,


-con rabia y algo más-, y no podía jodidamente pensar.

Jungkook estaba allí. Jungkook estaba allí.

Taehyung no podía recordar cuántos meses había esperado que Jungkook


regresara. ¿Tres? ¿Cuatro?

Y ahora, un jodido año más tarde, la pequeña mierda se atrevió a volver,


viéndose todo bonito y atractivo, y esperaba que él... hiciera ¿qué
exactamente?

¿Qué diablos quería?

Apretando la mandíbula, Taehyung volvió a abrir la puerta.

Jungkook todavía estaba parado al otro lado, viéndose pálido y abatido. No


parecía que se hubiera movido una pulgada.

—¿Qué quieres? —Dijo Taehyung con dureza, tratando de no mirar a


Jungkook a los ojos. Le molestaba que esos ojos todavía tuvieran tanto poder
sobre él, a pesar de todo.

—Yo... —dijo Jungkook, parpadeando.


En serio. Parecía una muñeca de porcelana, no un hombre de verdad. ¿Cómo
podría él querer eso? Jungkook ni siquiera era tan guapo. Era lindo y bonito,
pero objetivamente, su rostro era demasiado extraño para llamarlo guapo.

—Yo... —dijo Jungkook, su voz ronca y su expresión aturdida.

Siguiendo la mirada de Jungkook, Taehyung se dio cuenta de que Jungkook


estaba mirando su pecho desnudo y su bragueta medio abierta. La cruda
necesidad en sus ojos era difícil de confundir con cualquier otra cosa.

Taehyung se echó a reír.— ¿En serio?

No podía jodidamente creerlo.— ¿Es por eso que viniste? ¿Mi polla?

Jungkook se sonrojó.— Tú n-no lo entiendes.

—Tienes razón: no lo hago. —Taehyung gruñó antes de darse la vuelta y


dirigirse al sofá. Se sentó en él y miró a Jungkook, quien lo había seguido
aturdido en el apartamento.

La pequeña mierda todavía miraba su entrepierna, como si contuviera todas


las respuestas en el mundo. La rabia fría burbujeaba por las venas de
Taehyung. Casi se había emborrachado hasta el olvido debido a Jungkook,
pero aparentemente todo lo que Jungkook quería era su polla. Bonito.
—¿Es eso realmente por lo que viniste? —Dijo Taehyung y apenas reconoció
su voz, de tan fea que era.

Jungkook se lamió los labios.— Yo...

—¿Sabes qué? —Dijo Taehyung, tirando de su cremallera abierta.— Bien. —A


pesar de la rabia dentro de él, él estaba duro. Por supuesto que lo estaba
cuando Jungkook estaba mirando su polla como si estuviera atragantado por
ella. Si Jungkook había venido para una jodida rápida y sucia, ¿quién era él
para negarle eso? Tal vez eso finalmente lo haría olvidar la última y única vez
que habían hecho el amor.. -habían follado-. Habían follado. Eso fue todo lo
que había sido.

—¿Quieres mi polla? —Taehyung se recostó contra el sofá, mirando duro a


Jungkook.— Ven y siéntate.

Jungkook literalmente se balanceó sobre sus pies, sus ojos aún fijos en la
entrepierna de Taehyung. Cristo, parecía casi drogado, su expresión
necesitada y sus ojos vidriosos.

—Yo... —dijo Jungkook, dando un paso hacia el sofá, y luego otro.—


Necesitamos hablar. —Y, sin embargo, a pesar de sus palabras, estaba a
horcajadas sobre el regazo de Taehyung y tomando la polla de Taehyung en
sus manos temblorosas.

Mierda.

Taehyung respiró con los dientes apretados, incapaz de creer que Jungkook
realmente estaba haciendo esto.
Sus manos se crisparon y agarró el sofá para evitar tocar a Jungkook. Joder,
se sentía como un hombre hambriento que se obliga a no comer el festín que
se le presenta. El festín solo era engañosamente dulce. Era jodidamente
venenoso. Apenas se había arreglado la última vez. No lo estaba haciendo de
nuevo.

Taehyung siseó cuando Jungkook apretó su polla con ambas manos.

—R-realmente necesitamos hablar. —Jungkook tartamudeó, sonando


completamente fuera de sí, antes de repentinamente lloriquear y esconder
su rostro en el pecho de Taehyung.— Lo siento... lo siento… no puedo… lo
necesito demasiado. —Acarició la mejilla en el pecho desnudo de Taehyung
antes de agarrarse a su pezón y chupar hambrientamente, sus manos
acariciando la polla de Taehyung con avidez. Taehyung se mordió el labio con
fuerza, sus dedos se enterraron en el cabello de Jungkook mientras este
chupaba su pezón como un bebé hambriento, gimiendo y retorciéndose en el
regazo de Taehyung, tratando de sacarse los pantalones deportivos, o al
menos lo que parecían pantalones deportivos, pero estaba hecho de una tela
extraña suave.

Finalmente, Jungkook lo logró y se sentó a horcajadas sobre su regazo de


nuevo, desnudo por debajo de la cintura, y apretó el culo contra su polla.

Taehyung siseó. Jungkook se quejó.

Taehyung se mordió el interior de la mejilla, tratando de recuperar algo de


control. Debería empujar lejos a Jungkook y echarlo de su apartamento.
Debería, en lugar de pensar dónde conseguir condones y lubricante. Pero
mientras miraba la cara enrojecida y aturdida de Jungkook, las duras palabras
que habían estado en la punta de la lengua de Taehyung se atoraron en su
garganta.

Antes de que Taehyung se diera cuenta de lo que estaba sucediendo,


Jungkook se estaba hundiendo en su polla.

Los ojos de Taehyung se ensancharon. Maldijo entre dientes. Estaba limpio,


pero todavía era irresponsable como el infierno. No deberían estar haciendo
esto. No deberían estar haciendo esto por tantas razones. Buenas razones.
Una de ellas era que joder sin lubricante nunca fue una buena idea.

—Espera, Kook... —Pero Jungkook no estaba seco. Él ya estaba tan


jodidamente resbaladizo, la tensión húmeda envolvía su polla cuando
Jungkook gimió, una expresión destrozada en su rostro, labios rosados flojos
y ojos vidriosos.

«¿Qué mierda? ¿Cómo? ¿Por qué…?»

Taehyung intentó preguntar, trató de hablar, trató de pensar, pero todo


pensamiento racional abandonó su mente cuando Jungkook comenzó a
montarlo. Todo lo que podía pensar era en Jungkook, Jungkook, Jungkook, y
querer, querer, querer.

Solo podía mirar a Jungkook, sintiéndose drogado y sin palabras ante la vista.

Jungkook se estaba mordiendo los labios, con una expresión casi dolorida en
su rostro mientras montaba a Taehyung torpemente, su respiración era
entrecortada, jadeando, sus hermosos muslos temblando por el esfuerzo.
Sus ojos se encontraron.

—Taehyung. —dijo Jungkook sin aliento, deslizando sus manos por el pecho
de Taehyung y curvándolas alrededor del cuello de Taehyung.— Por favor.

—¿Qué? —Gruñó Taehyung, sintiendo que sus barreras bajaban una tras otra
a medida que Jungkook lo miraba.

—Por favor —dijo Jungkook de nuevo, tirando de la cabeza de Taehyung


hacia la suya hasta que sus frentes se presionaron juntas mientras se retorcía
en la polla de Taehyung.— Necesito. Te necesito. Te extrañé.

Maldita sea.

Taehyung mordió la boca floja de Jungkook, jadeando, y luego una y otra vez,
hasta que los besos mordaces se convirtieron en húmedos y profundos.
Jungkook estaba gimiendo felizmente en su boca, y Cristo, Jungkook.
Jungkook, Jungkook, Jungkook. Taehyung empujó a Jungkook en el sofá y
estaba encima de él antes de que la espalda de Jungkook incluso golpeara el
sofá. Empujó su polla de vuelta dentro del agujero resbaladizo de Jungkook,
provocando un largo y feliz gemido de Jungkook. Apoyándose en sus codos,
Taehyung le dio a Jungkook lo que quería: él lo tomó.

Jungkook se volvió absolutamente loco debajo de él, arañando la espalda de


Taehyung, sus uñas clavándose en su piel incluso a través de la camisa de
Taehyung y las piernas envolviendo las caderas de Taehyung, instándolo a
seguir.
Taehyung no necesitaba que se lo instara. Nunca había jodido a nadie así:
como si lo necesitara en su sangre, como si muriera si no metía su polla lo
suficientemente profundo en Jungkook, como si esto fuera para lo que él
vivía. Ambos gemían, el sonido resbaladizo de su polla entrando y saliendo
del agujero de Jungkook era el único otro sonido en la habitación. El sexo se
sentía tan jodidamente sucio en el mejor sentido de la palabra.

Pronto, Jungkook estaba sollozando, arqueándose debajo de él y


murmurando algo incoherente.. -algo que ni siquiera parecía coreano-.

—Coreano, bebé —dijo Taehyung, chupando besos hambrientos en el cuello


pálido de Jungkook mientras golpeaba contra él.

—Por favor córrete dentro de mí. —murmuró Jungkook, rodando las caderas
para encontrarse con los empujes de Taehyung.— Quiero que te vengas en
mí.

Taehyung se estremeció, la extraña petición haciéndole cosas a su lado


primitivo. Mierda. Él lo quería. Quería correrse dentro de Jungkook, llenarlo
con su corrida hasta que la barriga de Jungkook estuviera llena y Jungkook
continuara goteando la corrida de Taehyung durante horas...

Un gemido salió de su garganta cuando comenzó a venirse, tambaleándose


por la oleada de placer. Estaba empujando profundamente dentro de
Jungkook con cada ola de eso, dibujándolo en algo abrumador. Jungkook
gritó, arqueándose debajo de Taehyung y sollozando de alivio mientras
llegaba al orgasmo, su agujero apretándose alrededor de la suave polla de
Taehyung.

Mierda.
Taehyung dejó caer su cara al lado de Jungkook, sus miembros débiles y su
mente felizmente en blanco.
CAPÍTULO 28

Permanecieron recostados así durante mucho tiempo, con los cuerpos


sudorosos enredados en el sofá.

Taehyung no tenía idea de cuánto tiempo había pasado cuando levantó la


cabeza y miró la cara enrojecida y llena de placer de Jungkook. Tan
malditamente hermoso. Tan bonito. Jungkook.

Un pensamiento persistente de duda murmuró en el fondo de su mente, la


sensación de que había olvidado algo, pero flotaba en los bordes de la
memoria.

Taehyung frunció el ceño, recordando finalmente lo más peculiar.

Extendiendo la mano hacia abajo, tocó la extraña mancha en los muslos


internos de Jungkook. Era incoloro e inoloro, similar al lubricante, pero...
Incluso si Jungkook se había preparado a sí mismo antes de venir aquí, lo cual
era difícil de creer, esta cosa se había escapado de Jungkook sin parar.
Taehyung recordaba claramente que Jungkook se estaba volviendo más
resbaladizo cuanto más habían follado, lo cual... no debería haber sido
posible. No debería haber sido jodidamente posible.

Sus cejas se fruncieron, Taehyung levantó los ojos hacia Jungkook, sin saber
qué pensar.

Jungkook miraba a Taehyung con cautela.


—Yo... —dijo.— Puedo explicarlo. Voy a explicar todo lo que no pude explicar
antes. Voy a explicar por qué me fui.

Los labios de Taehyung se apretaron. Se apartó de Jungkook y se sentó.


Ahora que su cerebro no estaba lleno de deseo, sí recordaba que estaba
enojado con Jungkook. Pero si Jungkook realmente iba a explicar todo, lo
escucharía.

—Vamos —dijo con frialdad.

—Yo... —dijo Jungkook, retorciéndose las manos antes de mirar hacia abajo y
sonrojarse cuando se dio cuenta de que estaba desnudo de cintura para
abajo. Jungkook se sentó y tiró de su camisa para cubrir su entrepierna. Se
aclaró la garganta y miró a Taehyung con aprensión.— Soy un extraterrestre.

Cristo, qué anticlímax.

Taehyung soltó una dura carcajada.— Ya no es divertido. —Había pensado


que realmente estaba recibiendo una explicación. Demasiado para eso.

Jungkook frunció el ceño.— No estoy tratando de ser gracioso. Soy un


extraterrestre. Como en, desde otro planeta. Esa es la verdad.

—Correcto. —dijo Taehyung. No podía creer que Jungkook estaba


reduciendo todo a una broma de nuevo en lugar de darle una respuesta
honesta por una vez.
—Soy un extraterrestre. —insistió Jungkook, una nota de desesperación
creciendo en su voz.

—Está bien. —dijo Taehyung, metiéndose y abrochándose los pantalones.


Estaba tan harto de esto.

—¡Taehyung!

—¿Qué? —Taehyung gruñó.

Jungkook le sonrió temblorosamente.

—Estoy diciendo la verdad. Mira mi boca. ¿Ves? Esta es la prueba de que


estoy diciendo la verdad.

Taehyung se burló. Pero luego se detuvo y miró fijamente.

La boca de Jungkook no se movía. Y sin embargo, podía oír la voz de


Jungkook perfectamente.

—Soy un extraterrestre. Un extraterrestre telepático. —dijo la voz de


Jungkook mientras la boca de Jungkook no se movía ni una pulgada.— Es por
eso que no pude quedarme contigo. Por eso no pude decirte mucho sobre
mí. Te mostraré.

Antes de que Taehyung pudiera siquiera pensar qué podría haber querido
decir, había en su mente una imagen de un planeta verde y azul. Se parecía
un poco a la Tierra, pero claramente no lo era. Era mucho más verde, para
empezar. Tenía un solo continente.

—Este es mi planeta natal. —dijo la voz de Jungkook en su mente antes de


que la imagen desapareciera.

Taehyung sacudió la cabeza lentamente. Estaba viendo cosas. Debe haber


estado alucinando. No había otra explicación.

Tal vez estaba soñando y Jungkook ni siquiera estaba allí.

—No estás soñando, Taehyung. —dijo Jungkook en voz alta, sonriéndole con
incertidumbre.— Estoy realmente aquí.

Taehyung lo miró fijamente.— ¿Estás leyendo mi mente?

Jungkook se mordió el pulgar.— Lo siento. Solo quería demostrarte que te


estaba diciendo la verdad.

—Y la verdad es que eres un extraterrestre. —dijo Taehyung sin ninguna


inflexión.

Jungkook asintió con una mirada esperanzada.— ¿Me crees ahora?

Taehyung se levantó, caminó hacia la ventana y la abrió, permitiendo que el


aire fresco de la noche entrara en la habitación.
Cerró los ojos, tratando de darle sentido a todo. Una parte de él todavía
estaba seguro de que esto debía haber sido una broma, que Jungkook iba a
reírse en cualquier momento y decir que estaba bromeando. Pero había oído
la voz de Jungkook en su mente. Había visto el planeta de Jungkook en su
mente. A menos que se estuviera volviendo loco, tendría que considerar
seriamente la posibilidad de que Jungkook estuviera diciendo la verdad.. que
era un extraterrestre.

Un extraterrestre.

Joder, la mera idea era ridícula, pero Taehyung se obligó a considerarla


seriamente. Un extraterrestre. Eso sin duda explicaría algunas cosas sobre
Jungkook. Más que unas cuantas cosas.

Taehyung se mordió el interior de la mejilla mientras pensaba en el hecho de


que su amigo del NIS no pudo encontrar a una persona que se ajustara a la
apariencia de Jungkook en ningún país, o el hecho de que Jungkook parecía
tan completamente ajeno a la mayoría de las cosas básicas que cualquier
humano simplemente sabría. O el hecho de que Jungkook siempre había sido
evasivo cuando hablaba de su hogar y su familia. O el hecho de que Jungkook
aparentemente produjo una lubricación natural cuando se excitó. O el hecho
de que los huesos en la rodilla de Jungkook tenían una forma extraña. O el
hecho de que Jungkook tenía la piel de porcelana más inusual que a veces ni
siquiera parecía humana. O el hecho de que el cabello de Jungkook siempre
había parecido suave como la seda. O el hecho de que Jungkook tenía unos
ojos violetas muy inusuales. O el hecho de que Jungkook siempre había sido
inusualmente apasionado por los extraterrestres y la forma en que fueron
representados en los medios de comunicación.

O el hecho de que Jungkook le había dicho literalmente que era un


extraterrestre después de que se conocieran.
Taehyung abrió los ojos y se dio la vuelta.— Por favor, dime que en realidad
no eres de un sistema estelar en la constelación de Sagitario. —dijo con una
mirada apretada.

Jungkook le dio una sonrisa tímida.— ¿No? Nosotros no lo llamamos


Sagitario.

—Pero realmente eres un extraterrestre de la constelación de Sagitario. —


dijo Taehyung sin tono.

Jungkook asintió.— Nosotros no lo llamamos así. —dijo de nuevo.— Las


estrellas se ven diferentes desde los diferentes planetas.

—Nosotros. —repitió Taehyung.— ¿Quién es nosotros?

Jungkook inclinó la cabeza hacia un lado y lo miró con recelo.— Calluvianos.


—dijo— O para ser precisos, Cal'luv'vians, pero el nombre del planeta se
estandarizó cuando nos convertimos en parte de la Unión de Planetas,
porque la mayoría de las otras razas ni siquiera podían escuchar la palabra
completa. —Jungkook se cortó.— Lo siento. Estoy balbuceando.
Probablemente no sea interesante para ti. ¿Realmente lo estás tomando bien
o vas a hacer esta cosa que los humanos a menudo hacen cuando te ríes sin
ninguna razón?

—No lo sé. —dijo Taehyung con una sonrisa torcida.— Probablemente.

Jungkook hizo un puchero.— Pensé que me creías.


Suspirando, Taehyung se pasó la mano por el pelo.— Te das cuenta de lo loco
que todo esto suena, ¿verdad? —Se pellizcó el puente de la nariz.— Está
bien, digamos que te creo. Eres un extraterrestre. Estupendo. ¿Qué estás
haciendo aquí?

—¿Aquí? —Jungkook miró a su alrededor y luego a su cuerpo semidesnudo,


Taehyung estaba tratando muy duro de no mirar. No podía darse el lujo de
distraerse. Ya era lo suficientemente difícil como para envolver su mente
alrededor de todo esto.

—En la Tierra. —aclaró Taehyung antes de reírse.— ¿Estamos siendo


invadidos o algo así?

Jungkook le dio una mirada decepcionada.— Realmente no entiendo por qué


los humanos están tan obsesionados con la idea de que los extraterrestres
estén interesados en invadirte. Pensé que te dije mis pensamientos sobre
esto.

—Ah, sí. —dijo Taehyung, no sin sarcasmo.— Recuerdo que discutimos el


tema totalmente hipotético de los extraterrestres.

Jungkook, para su crédito, tuvo la gracia de parecer avergonzado.

—Nunca quise mentirte. —dijo en voz baja.— Simplemente no podía decirte


nada. Hay leyes, ya sabes. La Tierra aún no ha alcanzado el nivel tecnológico y
cultural requerido para el Contacto.
Taehyung reprimió la necesidad de mirar alrededor en busca de algunas
cámaras ocultas. A pesar de la telepatía, a pesar de todo lo que Jungkook le
había dicho, una parte de él todavía no podía creer que lo que Jungkook le
estaba diciendo era real.

Jungkook, el chico lindo y peculiar que había conocido en la cafetería y del


cual se enamoró, no podía ser un extraterrestre. Se suponía que los
extraterrestres eran feos, con grandes cabezas grises y ojos negros
espeluznantes. Se suponía que los extraterrestres eran malvados y
espeluznantes, no... no amables y ridículamente entrañables.

Su Jungkook no podía ser un extraterrestre.

Su Jungkook.

Jungkook.

—Dijiste que tu nombre era realmente Jungkook. —dijo Taehyung, cerrando


los ojos por un momento.— ¿Eso fue otra mentira?

Jungkook negó con la cabeza.— Se podría decir que es un apodo para mi


nombre. Me gustó tanto que le dije a mi familia que me llamara Jungkook. Es
mi nombre ahora. Lo juro.

—¿Y cuál es tu nombre de pila, entonces?

Jungkook hizo una mueca.— Los humanos no pueden pronunciarlo. Ni


siquiera estoy seguro de que escuches todo eso.
Apoyándose contra el alféizar de la ventana, Taehyung cruzó los brazos sobre
su pecho.— Entonces, ¿qué es? —Captó los ojos de Jungkook deteniéndose
en los músculos de sus brazos y el pecho y casi se echó a reír cuando su polla
se contrajo en respuesta a la apreciación en los ojos de Jungkook. Maldito
infierno. Jungkook le estaba diciendo que era un extraterrestre, pero al
parecer a su cuerpo malditamente no le importaba.

Jungkook dijo algo suavemente. Sonaba como la música.

—¿Qué? —Dijo Taehyung.

Jungkook lo repitió más despacio.— Jungkook'ngh'chaali. Ese es mi nombre


completo.

Las cejas de Taehyung se fruncieron. Eso fue completamente un bocado.— ¿Y


qué significa?

—Bueno, se podría decir que Jungkook es mi primer nombre, supongo,


aunque no realmente. Es difícil explicarlo en términos humanos. Chaali es el
nombre de mi clan. El 'ngh' significa... alto, supongo.

—¿Alto? —Dijo Taehyung.

Jungkook se encogió de hombros.— Algunas cosas son difíciles de traducir.


Supongo que podrías decir que significa real o noble, tal vez. —Jungkook
frunció el ceño, luciendo bastante frustrado por su incapacidad para
explicarlo.
Taehyung parpadeó lentamente.— ¿Real?

Jungkook frunció la nariz.— Mi madre es una reina.

—Una reina. —repitió Taehyung.— ¿Como, la reina del planeta?

—¡No! —Dijo Jungkook con una risa.

«Gracias, joder.»

—Nuestro planeta tiene doce grandes clanes. —dijo Jungkook.— Que son
como reinos, supongo. —Frunció el ceño de nuevo.— A veces el chip de
traducción es tan inútil. Nunca llamaría a nuestros Grandes Clanes reinos,
pero eso es lo que viene como la mejor opción.

—¿El chip de traducción?

—Sí, es un chip que tenemos debajo de nuestra piel. Nuestros chips están
conectados a nuestros cerebros y nos ayudan a aprender idiomas extranjeros
rápidamente, pero no es impecable. —Jungkook se rió entre dientes.—
¡Deberías haber visto cómo sonaba el primer día en la Tierra! ¡Nadie me
podía entender! Pero para el tercer día, por fin conseguí ser muy bueno en tu
idioma.

—¿Aprendiste Coreano en tres días? —Dijo Taehyung. Por alguna razón, eso
fue más alucinante que cualquier otra cosa.
Jungkook asintió.— Mis padres siempre decían que tenía una habilidad
natural para los idiomas. —dijo, no sin orgullo, y sonrió.

Taehyung se preguntó cómo era posible estar tan enojado con alguien y
también quererlo tanto al mismo tiempo.

Por dentro, se rió de sí mismo. Aparentemente, incluso el hecho de que


Jungkook era un extraterrestre no cambió nada. Un año de diferencia, y
todavía lo tenía tan mal.

Un año.

—Ha pasado un año, Jungkook. —dijo Taehyung.— ¿Por qué te fuiste? ¿Por
qué volver ahora?

—No sé por dónde empezar. —dijo Jungkook lentamente.

—Por el principio sería bueno.

Jungkook se mordió el labio.— En pocas palabras, mis padres originalmente


me enviaron a la Tierra como castigo por mi delito menor. Utilicé mi vínculo
familiar con mi hermana para averiguar su secreto y fui atrapado.
Técnicamente, fue un crimen. Mis padres estaban enojados. Me enviaron a la
Tierra para “aprender algo de responsabilidad” —Jungkook lo miró.— Tienes
que entender que no podía decirte que era un extraterrestre. Existen.. hay..
leyes que lo prohíben. Te dije la verdad: la primera vez que me fui, mis
padres simplemente me hicieron transportar de vuelta sin previo aviso.
—¿Y ni siquiera pudiste decir adiós?

Jungkook negó con la cabeza.— No sabía que me iban a teletransportar de


vuelta. El TTCI, el teletransportador transgaláctico, toma solo unos segundos.
Se fijó en mi chip de identificación y me transportó de vuelta.

Taehyung le dio una mirada dudosa.

Los hombros de Jungkook se hundieron en derrota.— No me crees.

—Lo hago. —dijo Taehyung con un suspiro.— Es bastante difícil envolver mi


mente alrededor de extraterrestres, teletransportadores, chips de
identificación y... —Negó con la cabeza.— Sigue. Así que tus padres te
transportaron de vuelta. ¿Por qué volviste? ¿Con ese amigo tuyo?

—Te lo dije, Seokjin me ayudó a llegar aquí. Mis padres me habían prohibido
volver a la Tierra. Y legalmente, no podía visitar un planeta pre-TTCI más de
una vez al año. Así que Seokjin tuvo que pedirle a su amigo de otro planeta
que nos colara.

—¿Y por qué Seokjin te acompañó? —Dijo Taehyung.

Jungkook hizo una mueca.— Quería deshacerse de su vínculo.

—¿Su vínculo?
—Es una larga historia. —dijo Jungkook.— Podría mostrarte, ¿si quieres?
Sería más rápido y más fácil. Prometo que no voy a entrometerme en tus
pensamientos.

Taehyung estudió la expresión seria en su rostro. Después de algunas dudas,


él asintió rígidamente.

Jungkook le sonrió.— Sólo mírame a los ojos.

Taehyung se preparó, pero aún no estaba preparado para el repentino


ataque de pensamientos y recuerdos que no eran suyos. Mierda. Había tanta
información sobre la cultura de Jungkook, sobre el tema del vínculo, sobre
cómo limitaba los sentidos de la raza de Jungkook y obstaculizaba su
telepatía.

—Espera. —dijo Taehyung, parpadeando e interrumpiendo la avalancha de


información.— ¿Usaste tu telepatía en humanos? ¿Para engañarlos?

—Fueron solo esas pocas veces. —dijo Jungkook a la defensiva.— Jin y yo no


teníamos ningún documento ni dinero para ir de Los Ángeles a Corea.

—¿Alguna vez has usado tu telepatía conmigo?

—¡No! —Dijo Jungkook.

Taehyung lo miró. Su corazón insistió en que Jungkook nunca se lo haría a él,


pero la fuerza de esa creencia lo hizo desconfiar.
—Siempre te he querido demasiado. —dijo Taehyung lentamente.— Quería
protegerte y cuidarte desde el momento en que te vi. Siempre pensé que era
malditamente extraño lo mucho que quería proteger a un tipo que apenas
conocía. Siempre te sentiste como mío, incluso en aquel entonces. Fue muy
diferente a mí enamorarme de alguien tan duro y tan rápido.

Jungkook se sonrojó y pareció muy satisfecho por un momento antes de


fruncir el ceño y sacudir la cabeza.— Juro que no te influencié de ninguna
manera. Lo juro, Taehyung.

Apretando la mandíbula, Taehyung miró hacia otro lado.

—Vamos. —dijo.— Así que regresaste la primera vez porque tu amigo quería
romper su vínculo.

—Y porque te extrañé. —dijo Jungkook.

Taehyung frunció los labios.— ¿Y entonces qué? ¿Tu hermano te encontró y


los llevó de vuelta? ¿No pudiste convencerlo de que te dejara quedarte?

—No podía quedarme. Se enteró de nuestra relación y estaba furioso de que


pusiera a nuestra familia en tal riesgo.

—¿Qué riesgo? —Taehyung dijo tersamente. Todavía no estaba seguro de


creer que Jungkook nunca lo había influenciado de ninguna manera. Quería
creerle a Jungkook. Él lo quería demasiado.
Eso lo hizo desconfiar.

No pudo evitar recordar las palabras de Yoongi. “No entiendo lo que ves en él.
Él es lindo, sí, pero hay muchos chicos lindos por ahí. Nunca te había visto tan
mal por un tipo antes.”

—Namjoon estaba enojado, porque rompí varias leyes intergalácticas y de


Calluvia, —respondió Jungkook, alejando a Taehyung de sus pensamientos.—
No podía quedarme en la Tierra. Tarde o temprano, me habrían encontrado,
y las ramificaciones para toda mi familia no habrían sido bonitas. Dejando de
lado los problemas legales, la posición social y política de mi familia habría
sido destruida si alguien se enterara de nosotros.

—¿Por qué? —Dijo Taehyung, erizado.— Sé que los humanos no tenemos


lujosos chips de identificación ni teletransportadores, pero difícilmente
somos bárbaros.

—Lo sé. Yo sé eso. Pero... —Jungkook hizo una mueca.— Mi especie puede
ser un poco... arrogante.

—Sí —dijo Taehyung.— Conocí a tu hermano.

Jungkook hizo una mueca.— Namjoon puede ser un poco altivo, pero es una
buena persona en el fondo.

De alguna manera, Taehyung lo dudaba.


—Todavía no cambia el hecho de que te fuiste debido a la puta política. —
dijo. No sabía si reír o enfurecerse.

—No es tan simple. —dijo Jungkook, con una mirada de preocupación


cruzando su rostro.— El panorama político en mi planeta es muy inestable.
Hay una facción creciente de políticos telepáticamente nulos tratando de
derrocar a los telépatas de los tronos de los grandes clanes.

—Pensé que toda tu raza era telepática. —dijo Taehyung.

Jungkook negó con la cabeza.— Los Calluvianos telepáticamente nulos no son


del todo no telepáticos como tú. Tienen cierta capacidad pasiva, pueden
estar vinculados y tener vínculos familiares, pero son bastante inútiles. No
pueden usar su telepatía activamente, por lo que no están clasificados como
telépatas. Los t-nulos solían ser una minoría, pero en los últimos dos siglos se
han convertido en la mayoría. —Sus cejas se fruncieron.— Existe una
preocupación real de que podrían derrocar a las familias reales actuales. Solo
necesitan una excusa para hacerlo. Si permaneciera sin vinculación, si
continuara como un telépata de Clase 3, me hubieran declarado peligroso y
habrían usado mi caso para probar que los telépatas no son adecuados para
posiciones de poder. Así que fui a casa con Namjoon antes de que alguien se
enterara. —Jungkook lo miró Implorante.— Por favor di algo.

Taehyung caminó hacia el mini bar y abrió una botella de whisky.— Entonces
siempre supiste que teníamos una fecha de vencimiento. Debe ser agradable.
—Él no trató de suavizar su voz. No estaba de humor para evitar herir los
sentimientos de Jungkook. Se sentía usado de la peor manera posible.
Mientras se enamoraba de Jungkook, Jungkook siempre había sabido que no
tenían futuro.
—Yo…

—¿Por qué estás aquí, entonces? —Taehyung mordió y tomó un trago de


whisky.— Para joderme, joderme otra vez, ¿y luego regresar a tu planeta más
desarrollado? ¿Qué pasó con desearme felicidad y un nuevo amor? —Él se
rió, pensando en la nota que Jungkook había dejado. Odiaba la maldita cosa.
La odiaba por saberla de memoria.

—Nunca pensé que volvería. —dijo Jungkook en voz baja.— Pensé que nunca
te vería de nuevo. Cuando regresé a casa, Namjoon restauró mi vínculo con
mi compañera antes de que alguien pudiera averiguarlo. Pensé que podría
aprender a vivir con eso otra vez. Pero yo... estaba equivocado.

Algo en la voz de Jungkook hizo que Taehyung se diera la vuelta.

Jungkook miraba hacia abajo a sus manos.— Por favor, no pienses mal de mi
hermano. Él no es una mala persona. Si no fuera por él, no estaría aquí. Estoy
aquí solo porque Namjoon trabajó arduamente para hacerlo posible. —
Jungkook atrapó su labio inferior entre los dientes, vacilación parpadeando
en su rostro.— Si no fuera por Namjoon, podría haber muerto.

Taehyung sintió sus músculos tensarse y tuvo que relajarlos


conscientemente. Jungkook estaba allí. Jungkook estaba bien.

—¿Qué quieres decir?

Jungkook presionó su mejilla contra el respaldo del sofá, sus pestañas


ocultando su expresión.
—Hace unos pocos miles de años, hubo una guerra mundial contra Calluvia.
Se utilizaron algunas armas biológicas realmente terribles. Para cuando
terminó la guerra, la población era en su mayoría estéril. Nuestros genetistas
lo resolvieron, pero la terapia genética experimental tuvo efectos
secundarios inesperados.

—Lo sé —dijo Taehyung. Había visto algo al respecto cuando Jungkook le


había explicado el vínculo en su mente.— Has dicho que causó mutaciones
telepáticas.

Jungkook asintió.— No solo eso. Algunas mutaciones fueron físicas. Después


de la terapia genética, comenzaron a nacer bebés que compartían un gen
específico con nuestro ancestro extinto, el surl'kh'tu. —Jungkook miró a
Taehyung.— Tengo el gen.

Taehyung estaba empezando a tener un mal presentimiento.— ¿Y?

Jungkook se encogió de hombros, luciendo ligeramente nervioso.— Es


diferente para todos nosotros, pero por lo general significa que las personas
con el gen… nosotros los llamamos retrocesos… están biológicamente
equipadas para tener relaciones sexuales con cualquier género.

La frente de Taehyung se arrugó. Parecía extraño, pero explicaba por qué


Jungkook producía lubricación natural.

—¿Qué tiene que ver con que casi mueres?


Jungkook se pasó una mano por el pelo.— Cada retroceso es diferente.
Algunos comparten más rasgos con el surl'kh'tu, mientras que otros son
apenas diferentes de los Calluvianos modernos. Se teorizó durante siglos que
si no fuera por el vínculo que nos unía a una persona específica, los
retrocesos podrían haber conservado otros aspectos de la biología de nuestro
antepasado. —Jungkook se sonrojó.— Como el hecho de que después de su
primer apareamiento, los surl'kh'tu comenzaban a necesitar a su pareja
físicamente. Supuestamente era un mecanismo natural que aseguraba la
procreación, porque se aparearon de por vida.

Jungkook tragó saliva y dijo en voz baja:— Algún tiempo después de llegar a
casa, empecé a sentirme mal. Todo se sentía mal. Me sentí mal. Vacío. —
Jungkook se frotó el pecho distraídamente, como si ahuyentara el persistente
dolor fantasma.— No sé si realmente hubiera muerto, pero estaba perdiendo
la cabeza. Para ser sincero, realmente no recuerdo muy bien los últimos
meses. Todo fue un borrón. No podía pensar. Solo te necesitaba.

Taehyung se mordió el interior de la mejilla.— Lo que estás describiendo


suena como una enfermedad. — «Enfermedad, no sentimientos.»

—Lo fue, más o menos.

Correcto. Jungkook no había regresado porque lo extrañaba. Regresó por


algún imperativo biológico.

Taehyung tomó otro trago de whisky.

Ajeno a la sensación de enfermedad en el estómago de Taehyung, Jungkook


continuó:— Namjoon restableció mi vínculo con Lalisa'shni'gul, pero no
sentía lo mismo. Podría suprimir mis sentidos, pero no podía suprimir mi
biología. Cuando Namjoon se dio cuenta de que tenía que volver contigo,
lanzó una campaña política no solo en nuestro planeta sino también en el
Ministerio...

—Qué amable de su parte. —dijo Taehyung, mirando la botella en su


mano.— Ahora vete.

Silencio.

—¿Qué? —Jungkook susurró.

—Me escuchaste. —dijo Taehyung. Sabía que su voz sonaba fría y mezquina.
No hizo ningún intento de cambiarlo.— Vete. Tienes lo que has venido a
buscar. Ahora vete.

Podía escuchar a Jungkook inhalar y exhalar temblorosamente.

—¿Tú... ya no me quieres?

Taehyung llevó la botella a sus labios.— Por supuesto que te quiero, —dijo,
intencionalmente malinterpretando las palabras de Jungkook. Miró a
Jungkook a los ojos.— Te follé, ¿verdad?

La boca de Jungkook se abrió. Una pequeña arruga apareció entre sus


cejas.— Estás siendo malo. —dijo, pareciendo más perplejo que herido.— No
eres malo.
Taehyung tomó un pequeño trago de la botella.— La gente cambia. Así es la
vida. Deberías irte. Ha sido un largo día. Estoy hecho polvo.

Jungkook lo miró fijamente.

—¿Qué? —Dijo Taehyung.— Tu viaje no está aquí todavía? ¿El


teletransportador tiene que recargar? Lo siento, solo soy un humano
bárbaro, bueno solo para follar. No tengo idea de cómo funciona tu
tecnología sofisticada.

Jungkook inclinó la cabeza hacia un lado, estudiándolo como un pájaro. Un


pájaro muy bonito que quería besar por todas partes.

Taehyung cerró los ojos por un momento. Por el amor de Dios.

—Vete. —gruñó, más enojado consigo mismo que con Jungkook.

No vio a Jungkook irse.

Lo sintió más de lo que lo escuchó cuando Jungkook se fue.

Taehyung miró alrededor de la tranquila sala de estar. No se veía diferente.


No se veía más oscura o más vacía. No le hacía sentirse solo. No le hacía
sentir nada.

No sintió nada.
Taehyung se dejó caer en el sofá y se llevó la botella a los labios de nuevo,
mirando el techo sin verlo realmente.

Podía recordar el día en que había conocido a Jungkook tan claramente. Lo


gracioso era que, por lo general, iba a la cafetería a la vuelta de la esquina y
nunca iba a la cafetería en la que trabajaba Jungkook, no le gustaba mucho.
Si su cafetería favorita no hubiera estado tan llena ese día, probablemente
nunca habría conocido a Jungkook.

Deseaba nunca haberlo hecho.

Taehyung tomó otro trago de la botella, saboreando la quemadura, y luego


otro.

Se detuvo con la botella en sus labios cuando la puerta se abrió de golpe.


Jungkook volvió a entrar, con una inusualmente expresión testaruda en su
cara.

—No te dejaré hacer esto. —dijo Jungkook, caminando hacia Taehyung.

Taehyung solo podía mirarlo fijamente. Antes de que recuperara la capacidad


de hablar, Jungkook se sentó a horcajadas sobre su regazo y sujetó los
hombros de Taehyung a la parte posterior del sofá con las manos. Taehyung
podría haberlo empujado fácilmente. Estaba demasiado aturdido para
moverse.

—Me niego a creer que ya no sientes nada por mí. —dijo Jungkook,
mirándolo atentamente a los ojos.— Sé que todavía sientes algo. Lo sentí. Lo
sentí durante el sexo.
Taehyung puso una cara en blanco.— El sexo es solo sexo. No lo
malinterpretes por otra cosa. Me dijiste que te superara. Lo hice.

El labio de Jungkook tembló.— Estás mintiendo. Solo estás herido por


haberte mentido. Yo no quería. Lo siento. En serio, en serio lo siento.

Jesús jodido Cristo. Esos ojos deberían haber sido ilegales. Por supuesto que
eran inhumanos.

—No quiero tus disculpas. —dijo con frialdad. Se dijo a sí mismo que era lo
correcto. Jungkook nunca lo había amado como él lo amaba. Jungkook había
regresado solo por un imperativo biológico, por el amor de Dios. Jungkook le
había mentido durante mucho tiempo y nada le impediría volver a mentirle.
Jungkook podía desaparecer cuando quisiera, siempre que no necesitara la
polla de Taehyung. Su relación siempre había sido demasiado sesgada, con
Taehyung siempre esperando que Jungkook regresara y se quedara. Tuvo que
reducir sus pérdidas, sin importar cuánto quisiera envolver a Jungkook en sus
brazos, llenarlo y tragarlo entero, probar y marcar y memorizar cada
centímetro de él, esconderlo en algún lugar al que solo él tuviera acceso y
respirarlo siempre.

—No estoy mintiendo. —dijo Taehyung, mirando a Jungkook a los ojos y


esperando que Jungkook no estuviera leyendo su mente.— Me dijiste que te
olvidara. Ha sido un año. Ya te olvide. Numerosas veces. He estado con otras
personas. —El hecho de que se sintiera culpable demostró lo jodido que aún
estaba por Jungkook. Él no le debía nada a Jungkook. Jungkook lo había
usado y desechado por su familia, y tuvo el descaro de decirle que fuera feliz
en una maldita carta. No le debía nada a Jungkook.
Las fosas nasales de Jungkook se ensancharon ante las palabras de Taehyung,
sus manos apretándose sobre los hombros de Taehyung.— No amabas a
ninguno de ellos. —dijo, con voz gruesa y cargada de posesividad.— Soy tu
único bebé. Me lo dijiste. —La voz de Jungkook se quebró un poco y se
detuvo para respirar profundamente.— No creo que ya no me ames. Por
favor solo dime lo que te hizo enojar. Tal vez pueda explicar. Quiero explicar.
Quiero estar contigo. —Jungkook sonrió temblorosamente, mirándolo con
tanto anhelo y necesidad en sus ojos que Taehyung sintió responder en más
de un sentido, en contra de su mejor juicio.

Taehyung desvió su mirada por un momento, tratando de obtener el control


de su cuerpo y sus emociones.

—Lo que sientes por mí no es amor, Jungkook. —dijo.— Ese es mi principal


problema.

Una mirada de confusión se asentó en la cara de Jungkook.— ¿Qué?

—No regresaste porque me amabas. —dijo Taehyung rotundamente.— Sino


debido a alguna necesidad biológica que no pretendo entender. Sí, me
necesitabas. Necesitabas mi cuerpo. ¿Dónde está la garantía de que te
quedarás esta vez para siempre? Estoy cansado, Kook. Estoy cansado de
sentirme como la mierda cada vez que desapareces. —Él se rió entre
dientes.— Ahora que sé que ni siquiera eres de este planeta, es mucho peor.
Si vuelves a desaparecer, ni siquiera puedo seguirte. Nadie me diría si algo
sucediera. Vivir en constante duda y miedo no es divertido.

La mano de Jungkook viajó a lo largo de la mandíbula de Taehyung, suave


contra su rastrojo de barba, sus dedos recorriendo el cabello en la parte
posterior de su cuello.
—Entiendo. ¿Crees que no estoy asustado? Lo estoy. Eres una especie
completamente diferente. Te necesito, pero tú no me necesitas. Sé lo que
eres para mí, pero tú no. Podrías dejar de tener sentimientos por mí en
cualquier momento. —Las pestañas de Jungkook bajaron.— No tienes idea
de lo que es necesitar a alguien como te necesito a ti.

Taehyung se rió con dureza y levantó la barbilla de Jungkook, obligándolo a


mirarlo a los ojos.

—¿Ni idea? Soñé con tu sonrisa incluso después de convencerme de que te


odiaba. Follé a otros hombres y los odié, y me odié a mí mismo por
imaginarte en su lugar cada maldita vez. Ni siquiera pude entrar en tu
habitación durante meses sin perder la cabeza. Puede que me necesites
físicamente, pero quiero más. Necesitar no es suficiente. Estás aquí por la
puta biología. La verdad es que, si no me necesitaras literalmente, no habrías
regresado.

Jungkook lo miró por un largo tiempo antes de que una risa quebrada y
amarga saliera de su garganta.

—No podía, Taehyung. —se atragantó.— Namjoon no me hubiera ayudado si


mi vida y mi cordura no estuvieran en juego. —Jungkook negó con la
cabeza.— Lo has malinterpretado. ¿El apareamiento de por vida que hizo el
surl'kh'tu? No era solo biología. No eran una especie de animales sin sentido.
Ellos eran muy selectivos, y después de elegir a su pareja, los cortejaron
durante mucho tiempo. Los estudios demostraron que ni siquiera podían
sentir excitación si no tenían intimidad emocional con su pareja, su
sexualidad era similar a la demisexualidad humana. Solo una vez que el
surl'kh'tu se apareó físicamente, el imperativo biológico entró en acción.
Jungkook le sonrió temblorosamente.

—Te amaba y quería ser tuyo mucho antes de que incluso tuviéramos
relaciones sexuales. No era biología. Fue todo yo. Simplemente no entendí
completamente lo que quería debido a mi vínculo. —Él se rió,
sonrojándose.— ¿No recuerdas cómo siempre estuve sobre ti, deseando
mimos y abrazos y tus manos sobre mí? Amaba estar cerca de ti, amaba tu
aroma, incluso cuando venías del gimnasio y te quejabas que olías
desagradable. Amaba ser tu bebé, tu amor y tu novio.

Taehyung lo miró fijamente.

No sabía qué pensar. Qué creer.

—Siempre me encantó tocarte. —dijo Jungkook suavemente, lamiendo sus


labios. Movió sus manos de los hombros de Taehyung y las deslizó debajo de
la camisa desabrochada de Taehyung.— Incluso cuando era incapaz de sentir
excitación, aún así me sentía tan atraído por ti que sentía esa atracción a
pesar del vínculo, pero no podía entender lo que sentía hasta que el vínculo
se rompió por completo. —Jungkook miró a Taehyung a los ojos, su rostro
abierto y serio.— Fui ridículamente golpeado contigo. Eras mi sol y mi luna y
mis estrellas. Quería hacerte feliz. Quería impresionarte. Quería que me
sonrieras y me llamaras amor. Quería que dijeras que era especial para ti, tu
único bebé. Me enamoré de ti mucho antes de que fuera capaz de sentir
lujuria. —Jungkook tomó la mano de Taehyung y se la llevó a los labios.— Te
amo. —murmuró.— Siempre lo hice. El hecho de que te necesite físicamente
no niega el hecho de que te amo tanto. Porque lo hago. —Él acarició con su
nariz la mano de Taehyung como un gatito.— Te amo. Te amo más de lo que
puedes imaginar. No me importa lo que la gente de casa piense de mí debido
a nuestra relación. Quiero ser tuyo. Soy tuyo. Tu Jungkook. —Jungkook besó
la palma de Taehyung, mirándolo con un anhelo abierto en sus ojos.— Tuyo.
Por el tiempo que me tengas.

Taehyung solo podía mirarlo, su corazón latía con fuerza.

—¿De verdad? —Dijo, sus labios apenas moviéndose.

Sus ojos brillaban, Jungkook asintió.— Eres todo lo que sueño. Quiero
envejecer contigo. Quiero besar tus arrugas cuando aparezcan. Quiero tener
niños con tus ojos y tu sonrisa algún día y malcriarlos. Lo quiero para
siempre. —Jungkook besó el interior de la muñeca de Taehyung, enviando
piel de gallina por el brazo.

Taehyung se lamió los labios, tratando de sacudirse la niebla de deseo que


comenzó a nublar su mente otra vez. Frunció el ceño cuando algo se le
ocurrió. Jungkook había dicho que tenía rasgos de retroceso de su
antepasado que había sido intersexual.

—Espera. No puedes quedar embarazado, ¿verdad?

Jungkook se echó a reír, escondiendo su rostro en el hombro de Taehyung.

—¡No! Soy hombre. Tengo algunos rasgos biológicos del surl'kh'tu, pero en
realidad no puedo concebir. —Hizo una pausa, apareciendo una arruga en su
frente.— Bueno.. estoy bastante seguro de eso.
—Dice que está bastante seguro. —dijo Taehyung secamente, divertido a
pesar de sí mismo. Después de todo lo que Jungkook le había dicho, un
embarazo masculino no habría sido lo más impactante.

Jungkook le sonrió, sus ojos un poco húmedos mientras buscaban los de


Taehyung.

—¿Así que me perdonas? ¿Me crees? —Jungkook tragó.— Todavía me amas,


¿verdad? —Su voz se quebró un poco, y Taehyung no pudo más.

Ya no podía seguir luchando.

Aplastó a Jungkook en sus brazos, abrazándolo fuertemente y enterrando su


cara en su cabello castaño.

—Por supuesto que sí, Kook. —murmuró, con la garganta apretada de


emoción.— Nunca me detuve y creo que nunca lo haré. —Besó a Jungkook
en la sien.— Te amo, cariño.

Sintió a Jungkook sonreír contra su hombro antes de que Jungkook levantara


la cabeza.

—Bebé. —corrigió a Taehyung con una sonrisa antes de estrellar sus bocas.

Taehyung se rió y lo besó.


EPÍLOGO

Jungkook estaba profundamente dormido cuando alguien llamó suavemente


a la puerta.

Taehyung estuvo tentado a ignorarlo, reacio a liberarse del abrazo de


Jungkook, pero los golpes no se detuvieron.

Taehyung rozó sus labios contra los de Jungkook. Jungkook sonrió mientras
dormía. Taehyung se obligó a alejarse, dándole a Jungkook una almohada
para abrazar en su lugar. Un pequeño ceño apareció en la cara de Jungkook,
como si no hubiera sido engañado por el reemplazo, pero finalmente su
respiración se volvió a igualar.

Taehyung se puso una camisa y un pantalón de chándal antes de dirigirse a la


puerta.

Su estado de ánimo relajado cambió de inmediato cuando vio al hombre que


estaba parado al otro lado.

—No lo llevarás lejos, —dijo Taehyung, bloqueando la puerta. Sabía que su


voz era tensa y cortante. No le importaba lo que Jungkook había dicho; Este
hombre fue el que le había quitado a Jungkook, la razón por la que Taehyung
no lo había visto en un año.
Los extraños ojos plateados de Namjoon se encontraron con los suyos. Eran
imposibles de leer.— Yo fui quien lo entregó aquí. ¿Creías que lo dejaría ir a
este planeta solo en su estado? Apenas era coherente. Apenas podía caminar
o hablar.

Taehyung tuvo que recordarse que Jungkook estaba bien ahora. Jungkook
estaba durmiendo en su cama, sano y feliz. Jungkook estaba bien. Jungkook
era suyo.

—Ahora está mejor, —dijo Taehyung, con la voz cortada.— Puedes regresar a
tu planeta. —Incluso decirlo todavía era jodidamente extraño.— Cuidaré de
él.

«Él es mío para cuidarlo.»

Namjoon lo miró a los ojos y no dijo nada.

—Sal de mi cabeza, —dijo Taehyung, acentuando cada palabra.

Namjoon no parecía desconcertado en lo más mínimo. El asintió.— Ya vi todo


lo que necesitaba ver. —Se giró para irse, pero se detuvo y miró hacia
atrás.— Él estará contigo por el momento. La situación política en nuestro
planeta es muy inestable en este momento. Volveré por él cuando todo se
estabilice.

Taehyung se puso rígido y apretó los puños.


—Tiene un hogar y una familia, —dijo Namjoon.— El escándalo se extinguirá
eventualmente. No puede esconderse aquí para siempre. Va a ser difícil, pero
se reintegrará a la sociedad. Es un hijo de reyes, no un chico de cafetería.

Taehyung encontró su mirada de frente.— No voy a dejar que te lo lleves de


nuevo.

—No te lo quitaré… si sigues tratándolo bien. —Namjoon sonrió. La sonrisa


no tocó sus ojos.— No quieres saber qué te haré si no lo haces.

Taehyung le lanzó una mirada no impresionada.— No necesitas amenazarme.


Si solo lees mi mente, sabes que mataría por él. —Ni siquiera estaba
exagerando.

—Lo sé, —dijo Namjoon.— Si no lo hiciera, no lo dejaría aquí. —Por primera


vez en su breve amistad, Namjoon le dirigió una mirada que casi parecía
amistosa. Casi.— Hazlo feliz, —dijo con rigidez.

—Lo haré, —dijo Taehyung.

Namjoon asintió y se tocó la muñeca. Inmediatamente, una extraña niebla


casi transparente lo cubrió, espesándose en una impenetrable mancha
blanca.
Y luego se fue.

Taehyung miró el lugar vacío en el que Namjoon acababa de estar y luego se


echó a reír. Malditos extraterrestres. No podía creer que esta fuera su vida
ahora.

Su mente seguía tambaleándose cuando volvió a meterse en la cama.

Jungkook murmuró adormilado,— ¿Quién es?

Taehyung lo recogió en sus brazos.— Tu hermano, —dijo, sus dedos


acariciando la suave piel de la espalda de Jungkook.— Ya se fue.

Jungkook parpadeó y abrió los ojos y lo miró.— Te ves fuera de lugar. ¿Fue
un imbécil?

—No. —Taehyung se rió entre dientes.— Yo solo ... lo vi literalmente


desaparecer en el aire, Jungkook. Como, en realidad, verlo ... lo hizo todo
real, supongo.

Frunciendo el ceño, Jungkook se mordió el pulgar.— ¿Te molesta? ¿Que no


soy humano, que soy un extraterrestre?

Taehyung rio.
—No entiendo, —dijo Jungkook con el puchero más lindo.— Es una pregunta
seria. ¿Por qué te ríes de mi?

—Porque la respuesta debería ser obvia. —Taehyung miró a Jungkook a los


ojos fijamente.— Kook, no me importa si eres un chico de cafetería o un
príncipe de otro planeta. —Se inclinó y besó la nariz de Jungkook y luego sus
suaves labios rosados. Dios, él jodidamente lo adoraba.— Tú eres Jungkook.
Eres mío. Eso es todo lo que me importa.

—Me gusta esta respuesta, —dijo Jungkook, enterrando los dedos en el


cabello de Taehyung y devolviéndole el beso con fuerza.

Se besaron durante lo que parecieron horas hasta que Taehyung se sintió casi
mareado por el amor, el deseo y la felicidad, y Jungkook jadeaba y susurraba
sin aliento, “Te amo” entre los besos. Joder, esto era ... loco. Este
sentimiento.

—Entonces, —dijo con voz ronca, mirando a los ojos vidriosos de Jungkook.—
Soy curioso. ¿Hay realmente extraterrestres con grandes cabezas grises y
ojos negros espeluznantes?

Jungkook suspiro.

—Tengo una confesión que hacer, —dijo vacilante.— En realidad, así es como
nos vemos. Simplemente nos metemos con las mentes de los humanos y les
hacemos pensar que nos vemos como tu. Es una ilusión.
Taehyung lo miró fijamente.

Una risita escapó de los labios de Jungkook antes de estallar en carcajadas.

—¡Pequeña mierda! —Taehyung saltó sobre él y comenzó a hacerle


cosquillas. Rodaron sobre la cama, riendo y luego besándose de nuevo.
Joder, no podía tener suficiente.

Cuando finalmente dejaron de reír, Taehyung presionó sus frentes juntas.—


¿Cómo digo “te amo mucho" en tu idioma? Pregunto por un amigo.

Jungkook se rio entre dientes.— Tu amigo nunca podrá pronunciarlo, —


murmuró, frotando su nariz contra la de Taehyung. Le dio a Taehyung una
pequeña y feliz sonrisa.— Pero dile que no importa.

Quizás no lo hacía.

Fin.
⚠ Extracto del siguiente libro de la saga, pero lo dejaré como un extra
para darle un cierre a esta pareja.

Jungkook estaba nervioso.

No había visto a su familia en más de un mes. Bueno, había visto a Namjoon


una vez, hace unas semanas terranas cuando su hermano había venido a ver
cómo estaba, pero la visita había sido breve y Namjoon había parecido
distante y distraído, su comportamiento aún más frío de lo habitual.

No es que Namjoon pareciera más accesible ahora.

Jungkook miró a su hermano con preocupación, observando su postura recta,


la tensión de su mandíbula y la vibra de 'mantente alejado' que irradiaba.

—Taehyung viene conmigo, Namjoon —dijo Jungkook, tan firmemente como


pudo. No tenía la naturaleza combativa y obstinada que tenían sus hermanos
mayores, pero esto no era algo de lo que se estaba moviendo.

—Sí, lo hago —dijo Taehyung con voz dura, poniendo su brazo alrededor de
Jungkook y acercándolo.
Jungkook se inclinó hacia él, tratando de ocultar el estallido de felicidad
dentro de él. No era el momento ni el lugar ponerse "empalagoso" como
Namjoon los había llamado hace unas semanas durante su visita. Jungkook
no creía que ellos estaban todos "empalagosos", -simplemente estaba feliz
con Taehyung- pero Namjoon había estado extrañamente irritado por la
simple vista de él y Taehyung abrazados en el sofá mientras miraban la
televisión, como si fuera una ofensa personal a él. Había sido extraño. A
pesar de todo el distanciamiento de Namjoon, normalmente no era alérgico a
la felicidad de las personas. Jungkook esperaba que el malhumor de Namjoon
no tuviera nada que ver con él, pero probablemente lo hacía. Solo podía
imaginar cómo la sociedad había tomado la noticia de Jungkook yendo a la
Tierra y Namjoon casándose con Lalisa.

Esto último era algo de lo que Jungkook todavía no estaba seguro de qué
pensar. Sabía que Namjoon y Jin nunca habían estado en el mejor de los
términos y que Jin había querido romper su vínculo durante años, pero
Jungkook todavía se sentía raro por eso, -y culpable- por cargar a Namjoon
con esa carga. Namjoon nunca admitiría que era un sacrificio de su parte,
pero eso no significaba que no lo fuera. Lalisa nunca sería la elección de
Namjoon si le dieran una opción.

Jungkook se preguntó si esa era la razón del humor oscuro de Namjoon. Si lo


fuera, Jungkook difícilmente podría culparlo.

—No —dijo Namjoon secamente, alejando a Jungkook de sus reflexiones.—


Tu apareciendo en mi boda con un miembro de una civilización pre-TTCI es lo
último que necesitamos.

Antes de que Jungkook pudiera estar en desacuerdo, Taehyung le espetó.—


No me importa —dijo, tirando de Jungkook más fuerte hacia él— No voy a
dejar que Jungkook regrese sin mí.
Por dentro, Jungkook hizo una mueca. Taehyung era... un poco paranoico de
que alguien lo obligara a quedarse en Calluvia y nunca volvería con él.
Jungkook podía entender: si no regresaba a la Tierra, Taehyung no tenía
medios para contactarlo o ir tras él. Si algo le sucediera mientras estaba en
Calluvia, Taehyung nunca lo sabría. Debe ser increíblemente frustrante para
Taehyung sentirse tan indefenso, y Jungkook podía entender totalmente por
qué Taehyung no quería dejarlo ir sin él.

Jungkook tampoco quería irse sin él.

—Podemos hacerlo funcionar —dijo Jungkook, mirando a su hermano


suplicante— Me has dicho que hay muchas especulaciones sobre la razón de
mi estancia en la Tierra y que hay todo tipo de rumores desagradables al
respecto. ¿No sería mejor aparecer con Taehyung en lugar de ocultarlo? Tú
mismo me has enseñado que si me comporto como si no hubiera nada de
qué avergonzarme, la gente no me avergonzará por ello.

Namjoon tenía una expresión agria en su rostro.— La ley pre-TTCI podría


haber sido derogada, pero eso no significa que haya borrado el prejuicio que
la sociedad tiene contra de las relaciones con los miembros de las
civilizaciones pre-TTCI —Miró a Taehyung.— Serías tratado como una
curiosidad en el mejor de los casos. ¿Puedes tolerar que te miren hacia
abajo?

Taehyung se rió entre dientes.— Si no te he golpeado por eso, creo que


puedo manejarlo. Jungkook es más importante para mí que la opinión de un
grupo de snobs xenófobos.
Namjoon le dio una mirada pellizcada.— No me desagradas por ser miembro
de una civilización pre-TTCI. No me agradas por poner a mi hermano en tal
posición. También será tratado como una curiosidad.

—No me arrepiento de amar a Taehyung —dijo Jungkook, levantando la


barbilla y mirando a Namjoon a los ojos.— Si me respetas en absoluto, no lo
culpes por mis decisiones. Lo amo y estoy feliz con él, y eso es lo único que
debería importar.

Namjoon miró hacia otro lado por un momento, su expresión extraña.

—Eres un tonto —dijo irritado— Pero bien. Trae a tu humano contigo,


conviértete en el hazmerreír de la sociedad. No me importa.

Jungkook frunció el ceño, mirando a su hermano pensativamente. Había algo


casi frágil en Namjoon en ese momento, como si estuviera tan apretado que
estuviera a punto de romperse. Parecía estresado, mucho más estresado de
lo que normalmente estaba. Fue extraño. Jungkook no podía recordar que su
hermano se viera todo menos imperturbable, independientemente de la
insana presión sobre él o la cantidad de deberes que tenía.

¿Qué pasó?

—Bien —dijo Taehyung, ajeno al extraño humor de Namjoon.— Ya hemos


empacado y estamos listos para partir si tú lo estás.

Namjoon solo asintió, y Taehyung se fue para traer su maleta del dormitorio.
Jungkook miró a su hermano.— ¿Estás bien? ¿Está todo bien en casa?

Una mirada en blanco se asentó sobre las características de Namjoon.


Jungkook literalmente podía sentir los escudos mentales de Namjoon
subiendo hasta que ninguna emoción pudiera filtrarse.

—Todo es como debe ser.

Jungkook le lanzó una mirada escéptica, pero antes de que pudiera


interrogarlo, Taehyung regresó con su maleta.

Namjoon silenciosamente puso sus manos sobre sus brazos y activó el TTCI.

Jungkook apenas logró lanzarle una sonrisa alentadora a Taehyung, que


parecía un poco aprensivo, antes de que el mundo a su alrededor
desapareciera.

***

—¿Estás seguro de que quieres hacerlo? —Dijo Jungkook, mirando a


Taehyung con el ceño fruncido mientras caminaban hacia la cámara en T que
los llevaría al baile.

Taehyung le dio una sonrisa irónica.— Deja de preocuparte por mí, amor. Si
sobreviví a conocer a tu madre, sobreviviré a un baile elegante.
Jungkook hizo una mueca. Su madre no había sido exactamente cálida y
amigable cuando ella y el padre de Jungkook habían conocido a Taehyung
ayer. Había sido perfectamente educada, pero había sido tan
extremadamente fría con Taehyung, que probablemente hubiera sido
preferible la grosería absoluta.

—Todos te mirarán —dijo Jungkook, frunciendo los labios con tristeza.— No


creo que haya habido un extraterrestre pre-TTCI en Calluvia —Su mayor
preocupación era que todos trataran a Taehyung como si fuera un bárbaro
inculto, y como Taehyung ya había recibido un chip de traducción, él
entendería todos sus insultos.

—Al menos estoy haciendo historia —dijo Taehyung secamente.

Jungkook tomó su brazo, deteniéndolo.— ¿Estás realmente seguro de que


quieres hacer esto? —Dijo. Taehyung se veía tan confiado y guapo,
mostrando una bella figura con ropas de Calluvia, su corbata blanca
complementaba su piel dorada y su mandíbula firme, pero Jungkook podía
sentir que también estaba preocupado, aunque su preocupación parecía ser
principalmente por Jungkook, no por él mismo.

—No tenemos que hacerlo —dijo Jungkook, inclinándose un poco hacia


Taehyung y respirando con avidez su aroma. Eso lo calmó.— Podemos volver
a la Tierra. No quiero que pases por esto. Mi gente... pueden ser crueles.

—Puedo manejarlo, Kook —dijo Taehyung con firmeza, sosteniendo su


mirada— Sé que no tenemos que hacerlo, pero esta es tu casa. No quiero
que seas rechazado por tu propia gente. Estamos haciendo esto.
Jungkook le sonrió, sintiéndose tan ridículamente enamorado que se sentía
sin aliento.

—Te amo.

Los oscuros ojos de Taehyung se suavizaron.

—Yo también —Taehyung se inclinó y lo besó, largo y profundo.

—Date prisa, o llegaremos tarde —dijo una voz familiar.

Namjoon.

Se separaron a regañadientes y se encontraron con la vista de los padres de


Jungkook deliberadamente sin mirarlos. Lalisa miraba a Taehyung con
interés, mientras que Namjoon solo parecía impaciente y vagamente
irritable. Todavía tenía el mismo aire herido a su alrededor.

Jungkook los miró a todos.

—¿Minju no se une a nosotros? —Dijo, sintiéndose un poco herido. Echaba


de menos a su hermana y quería que ella conociera a Taehyung.

—Tu sobrino tiene fiebre, Jungkook —dijo su padre con suavidad— Minju
llamó para decir que no asistiría al baile y que vendría a verte mañana.
—Llegar tarde difícilmente ayudaría a la situación —dijo la reina tensamente
y se dirigió hacia la cámara en T principal.

Reprimiendo un suspiro, Jungkook deslizó su mano en la mano de Taehyung y


siguió a su madre. Le entristecía que su madre lo estuviera tomando tan mal,
pero no había esperado menos. La reina tenía un carácter difícil en el mejor
de los casos. Ella no iba a estar mágicamente bien con la situación. Ella lo
toleró porque lo amaba, pero eso no significaba que tuviera que gustarle.

—¿Estará Jin en el baile? —Dijo Jungkook, rompiendo el tenso silencio


mientras todos entraban en la cámara en T.

Delante de él, vio que los hombros de Namjoon se tensaban. No fue muy
obvio, pero Jungkook lo notó, y se preguntó.

—Probablemente —dijo el Rey-Consorte cuando Namjoon no respondió—


Hablando de Seokjin'ngh'veighli, he oído que él también se ha
comprometido, creo que con el Embajador Denev. Es un buen partido. Es uno
de los políticos más prominentes de su planeta, y mis fuentes dicen que tiene
muchas posibilidades de convertirse en presidente. ¿Crees que es probable,
Namjoon? Estás mucho mejor versado en política exterior que yo.

Jungkook miró a su hermano y notó que su espalda estaba absolutamente


rígida por la tensión.

Pero las puertas de la cámara en T se abrieron en ese momento y Namjoon


salió sin decir una palabra.
—Hay algo raro en él —murmuró Taehyung al oído de Jungkook.— Él parece
realmente en el borde.

Jungkook asintió, frunciendo el ceño. Si incluso Taehyung, que no conocía a


Namjoon tan bien, lo notó, algo estaba realmente mal.

Miró a Namjoon cuidadosamente mientras se unían a él en las puertas del


salón de baile principal del Undécimo Palacio Real, pero la cara de Namjoon
era una máscara en blanco una vez más.

Finalmente se anunció su llegada, y Jungkook se preparó cuando entraron en


el salón de baile.

Murmullos ondulaban entre la multitud.

Jungkook casi podía sentir físicamente las miradas sobre él y Taehyung, en


sus dedos entrelazados. Su madre había estado en contra de tales
demostraciones descaradas de afecto, llamándolo vulgar, pero Namjoon
inesperadamente lo había apoyado, diciendo que si estaban haciendo esto,
era mejor no dejar lugar a la ambigüedad y la especulación.

Jungkook levantó su cabeza con orgullo. Él no estaba haciendo nada malo.


Estaba con el hombre que amaba. La ley pre-TTCI había sido derogada. Ya no
estaba vinculado a Lalisa. Todas estas personas no tenían derecho a mirarlos
de esa manera.

Pero los prejuicios estaban muy arraigados en su sociedad, y Jungkook no


pudo evitar notar las miradas escandalizadas y las muecas. A su lado, el
rostro de Taehyung mostraba una expresión de interés cortés y nada más,
pero Jungkook podía sentir la tensión en su cuerpo. Sabía que Taehyung
estaba enojado. La sensación de ser visto como si fuera un bárbaro
incivilizado debe haber sido extremadamente ofensivo para Taehyung: era un
hombre muy exitoso y respetado en la Tierra, y no estaba acostumbrado a
ser menospreciado. Jungkook lo odiaba. No le importaba lo que toda esta
gente pensara de él, pero le importaba cómo trataban a Taehyung. Su
Taehyung no se lo merecía. Taehyung era increíble, y Jungkook tuvo suerte
de ser amado por él.

Intentó extender sus escudos a Taehyung, con la esperanza de protegerlo de


cualquier intromisión telepática, pero Namjoon negó con la cabeza.

—Me encargaré de eso —dijo brevemente, sus ojos plateados escaneando la


habitación.— No te preocupes por él.

—Gracias —dijo Jungkook, su voz más gruesa de lo que le hubiera gustado.

“Nada de eso” dijo Namjoon en su cabeza. “Mantén la cabeza alta y actúa


como si no te importara lo que piensan. Él lo está haciendo bien, Jungkook. Lo
está manejando sorprendentemente bien.” Una pausa. “Tal vez estaba
equivocado acerca de él.”

Jungkook le sonrió, sintiéndose feliz de que alguien de su familia finalmente


aceptara a Taehyung. No había esperado que fuera Namjoon. El apoyo de su
hermano significaba todo para Jungkook; siempre lo hizo.

—Su Majestad —dijo alguien, alejando a Jungkook de sus pensamientos.


Miró al hombre que hacía una reverencia a su madre y sintió que su
estómago se hundía. Era lord Bleyver. Era un viudo y un libertino que tenía la
reputación de dormir por ahí. Lo más preocupante es que era conocido por
su mente aguda y su lengua igualmente aguda. A pesar de su
comportamiento escandaloso, era muy respetado y su opinión tenía mucho
peso en la sociedad.

La reina inclinó ligeramente la cabeza.— Bleyver —dijo con neutralidad.


Bleyver era en realidad uno de sus súbditos; él era el jefe de un clan que
formaba parte del Segundo Gran Clan.

Bleyver se volvió y se inclinó ante Namjoon.— Su Alteza —dijo, sus agudos


ojos marrones se encontraron con la fría mirada de Namjoon.

Namjoon solo asintió antes de despedir completamente al hombre y regresar


su atención a la habitación en general; Namjoon tenía poca paciencia para los
libertinos.

Jungkook observó con cierta inquietud cuando Bleyver se inclinaba ante su


padre antes de finalmente volverse hacia él.

—Su Alteza —dijo con una sonrisa, inclinándose ligeramente.— Es muy


agradable verle con buena salud. Veo que el aire terrano fue bueno para
usted —Su mirada se desvió hacia Taehyung por primera vez, pasando sobre
él de pies a cabeza.— Veo que ha encontrado un buen espécimen nativo
mientras estaba allí.

Jungkook dudó, inseguro de cómo se suponía que debía responder a eso.


Bleyver no estaba exactamente insultando a Taehyung o a sí mismo, pero
había un tono condescendiente en su voz que a Jungkook no le importaba.
—El espécimen nativo puede hablar por sí mismo —dijo Taehyung, muy
secamente.— Sí, soy un nativo de la Tierra, y estoy aquí con el Príncipe
Jungkook'ngh'chaali. ¿Eso es todo lo que querías saber?

Jungkook reprimió una sonrisa dolida. Pronunciar los nombres completos de


Calluvia no era fácil incluso con el chip de traducción, pero el nombre de
Jungkook había salido de la boca de Taehyung como si lo hubiera estado
diciendo toda la vida. Taehyung debe haber practicado mucho para lograr
una pronunciación tan buena.

Lord Bleyver miró a Taehyung por un momento antes de sonreír.— ¿Porque?,


sí. Gracias.

Antes de que Jungkook pudiera exhalar de alivio, Bleyver se volvió hacia él.—
Perdóneme por ser tan directo, Su Alteza, pero ¿significa esto que no le
importa que su hermano se case con su antigua compañera de vínculo?

Jungkook sonrió inseguro. No era un buen mentiroso, y todavía no estaba


seguro de aprobar que Namjoon se casara con Lalisa en su lugar.

—Le deseo a mi hermano nada más que felicidad —dijo. No fue una
respuesta directa, pero fue honesta.

—¿Y supongo que su terrano es la razón de su fácil aceptación? —Dijo


Bleyver.
Jungkook vaciló. Estrictamente hablando, no era asunto de este hombre,
pero habían acudido al baile para detener toda especulación y tratar de
salvar lo que quedaba de su reputación. Jungkook no tenía intención de
mentir sobre la importancia de Taehyung para él. No quería que nadie
pensara que no era serio con Taehyung.

—Sí, lo es —dijo Jungkook.— Nos estamos cortejando —Él mantuvo su


cabeza en alto mientras susurros corrían a través de la multitud.

Lord Bleyver sonrió.— Para ser honesto, Su Alteza —murmuró en voz baja
que no fue lo suficientemente baja como para que nadie lo escuchara.— No
pensé que lo tenías en ti, pero parece que realmente lo hiciste, en más de un
sentido.

Jungkook se sonrojó, absolutamente sin palabras. Había oído hablar de los


escandalosos comentarios de lord Bleyver, pero nunca había estado en el
extremo receptor de ellos. Una mirada a Taehyung confirmó que Taehyung
no había entendido bien el doble sentido de Lord Bleyver; el chip de
traducción no era perfecto y ciertos matices del lenguaje no se traducían.
Jungkook conocía el sentimiento: había habido tantas veces que los giros en
el habla de los humanos lo confundían por completo y le hacían sentir que se
había perdido algo.

En este momento, Jungkook se sintió muy agradecido de que el chip de


traducción no fuera perfecto. Taehyung tendía a ser sobreprotector con él, y
lo último que necesitaban era que Taehyung se ofendiera en su nombre y
golpeara a Lord Bleyver.

Pero Jungkook olvidó que Taehyung no era la única persona alrededor que
podía ser sobreprotector de él.
—Me resulta desconcertante que te atrevas a hablarle a tu príncipe de esa
manera —interrumpió Namjoon, su voz como hielo, aguda y fría.

Jungkook parpadeó y miró a su hermano con sorpresa. Aunque Lord Bleyver


no había sido exactamente tan respetuoso como debería haber sido con un
príncipe de su propio gran clan, Jungkook no había pensado que su
comentario mereciera la atención de Namjoon. Lord Bleyver era conocido
por sus comentarios escandalosos y su comportamiento igual de
escandaloso. Namjoon generalmente ignoraba al hombre por completo, sin
considerarlo digno de su atención. Era extraño que Namjoon se pusiera
exaltado por un simple comentario atrevido.

Pero, de nuevo, pensó Jungkook, recordando la extraña tensión que


Namjoon había estado cargando. Tal vez no era tan raro, después de todo.
Namjoon había estado en el borde últimamente, y esto era probablemente la
última gota. Lord Bleyver probablemente era solo una salida conveniente
para su frustración.

—Usted malentendió, Su Alteza —dijo Lord Bleyver suavemente, sus agudos


ojos fijos con cautela en Namjoon.— No quise ofender.

La cara de Namjoon permaneció pétrea.

—Lo hiciste —dijo.— No insultes mi inteligencia pretendiendo lo contrario.


Pide disculpas.
Jungkook hizo una mueca. En este punto, todos en el salón de baile los
miraban fijamente, escuchando con avidez la conversación. Tanto por no
causar un escándalo. ¿En qué estaba pensando Namjoon?

Al parecer, su madre compartía sus preocupaciones y dijo:— Namjoon.

Pero Namjoon ignoró a la Reina, todavía mirando a Lord Bleyver hacia abajo.

—Discúlpate con tu príncipe.

Jungkook podía sentir que Bleyver no se sentía tan tranquilo como sugería su
postura perezosa y relajada. También podía sentir que, si bien Bleyver estaba
muy incómodo por desafiar abiertamente a Namjoon, tampoco quería perder
la cara en público de esa manera. Eso sería un golpe para su posición social.

Bleyver sonrió.— Con el debido respeto, Su Alteza, no sé por qué debo


disculparme.

Un músculo palpitó en la mandíbula de Namjoon, sus ojos se estrecharon.


Jungkook hizo una mueca, preparándose. La energía tensa que había sentido
bajo la piel de Namjoon empeoró de alguna manera, como si estuviera a
unos momentos de atacar y aplastar algo, o alguien.

—Namjoon —dijo una voz familiar mientras una mano pálida tocó el brazo de
Namjoon.

La tensión no sangró exactamente del cuerpo de Namjoon, pero,


imposiblemente, se acomodó bajo su piel.
La mirada de Jungkook siguió a la de Namjoon.

Jungkook sonrió al ver a Jin, lo había extrañado mucho, pero Jin no lo estaba
mirando. Estaba mirando a Namjoon, una advertencia en su mirada.
“Tranquilízate”, murmuró, su voz extrañamente suave.

Jungkook nunca lo había escuchado sonar tan suave con Namjoon. Pero, de
nuevo, Jin ya no estaba vinculado y probablemente podía sentir lo cerca que
estaba Namjoon del borde.

Lo que era definitivamente extraño era el hecho de que Jin estaba tratando
de calmar a Namjoon. Desde que Jungkook podía recordar, Jin tuvo el efecto
contrario en Namjoon. Demonios, Jin solía ser la fuente principal de la ira de
Namjoon.

Pero aparentemente, "solía ser" eran las palabras imperativas, porque por
alguna razón funcionó.

Funcionó.

El aire alrededor de Namjoon perdió su borde asesino, sus ojos se suavizaron


un poco mientras sostenían los de Jin, aunque la tensión en su cuerpo
parecía cambiar a otra cosa en lugar de desaparecer por completo.

—Estoy seguro de que Lord Bleyver no lo quiso decir de esa manera —dijo
Jin, su mirada aún fija en la de Namjoon.— Él nunca haría una cosa así. ¿No
es así, lord Bleyver?
—Por supuesto, Su Alteza, nunca lo haría —dijo Lord Bleyver con suavidad, la
tensión abandonando sus hombros.

—Y también estoy seguro de que Lord Bleyver se disculpará de todos modos


por cualquier ofensa que haya causado inadvertidamente —dijo Jin
intencionadamente, aunque todavía no estaba mirando a nadie más que a
Namjoon.— ¿No es así, Lord Bleyver?

Después de un momento, Bleyver pareció tragarse su orgullo y se inclinó ante


Jungkook.

—Por supuesto. Pido disculpas si le ofendí inadvertidamente, Su Alteza. No


fue mi intención.

Taehyung estaba tenso a su lado, ahora claramente entendiendo la esencia


de la ofensa de Lord Bleyver.

Jungkook pegó una sonrisa y apretó la mano de Taehyung en señal


advertencia.— Estoy seguro de que no lo fue. De todos modos, estás
perdonado.

Lord Bleyver se enderezó, pero se detuvo e hizo una reverencia a Namjoon.

—Su Alteza, espero que esté satisfecho ahora que este malentendido se ha
aclarado —dijo con cautela.
La mirada de Namjoon se dirigió hacia él por un momento, el tiempo
suficiente para que él le diera a Bleyver un asentimiento brusco con la
cabeza, antes de que su mirada regresara a Jin.

Jin, que parecía darse cuenta de que la atención de todos estaba ahora en él.
Era obvio lo que estaba en la mente de todos: ¿por qué Jin calmaba a
Namjoon mientras la actual prometida de Namjoon se encontraba
incómodamente a unos pasos de distancia?

Lalisa estaba fulminando con la mirada, no a Jin, sino a Namjoon, cuyos ojos
seguían mirando a Jin.

Extraño.

Jin miró a su alrededor, su incomodidad era evidente solo para alguien que lo
conocía bien.

Jungkook decidió interferir antes de que la situación pudiera volverse aún


más incómoda.

—¡Estoy tan contento de verte! —Dijo, dando un paso adelante y


extendiendo su mente para abrazar a Jin.

Casi se estremeció cuando sus mentes se tocaron.

La telepatía de Jin se sintió mucho más fuerte de lo que había sido la última
vez que se abrazaron, pero esa no fue la parte sorprendente. Lo
sorprendente fue lo deprimido que se sentía Jin. Estaba molesto por algo,
genuinamente angustiado. También había algo como la ira y desesperación.

Frunciendo el ceño, Jungkook buscó la cara de Jin, pero no traicionó nada de


la agitación que sintió. Jin se veía tan guapo como siempre, su cabello
plateado estaba impecablemente peinado y su ropa impecable.

Jin tampoco había notado su mirada interrogativa o fingió no hacerlo.

—También estoy feliz de verte —dijo Jin con una sonrisa antes de mirar a
Taehyung. —¿Cuánto te está gustando Calluvia?

Taehyung sonrió irónicamente.— El planeta es hermoso.

Jin dejó escapar una risa.— Una respuesta muy diplomática. Por favor, no nos
juzgues a todos por las acciones de unos pocos.

—No lo hago —dijo Taehyung, su mirada se movió hacia Namjoon detrás de


Jin.— Creo que mi futuro cuñado te quiere.

La sonrisa de Jin se congeló.

Namjoon miró a Taehyung con una mirada tan fulminante que Jungkook
realmente temió por un momento por la vida de Taehyung.

Taehyung sonrió tímidamente, pasándose los dedos por el pelo oscuro.


—Lo redacté mal otra vez, ¿no? Lo siento, quise decir que mi futuro cuñado
parece querer hablar contigo. Mi error.

Jungkook miró a Taehyung escépticamente. El chip de traducción no era


perfecto, pero no era tan malo. Teniendo en cuenta que podía sentir la
diversión mal disimulada de Taehyung, claramente se estaba divirtiendo a
expensas de Namjoon.

—Sí. —dijo Namjoon después de un momento, su voz muy rígida— ¿Caminas


conmigo?

Jin todavía estaba de espaldas a Namjoon, por lo que Namjoon no podía ver
el conflicto en los ojos de Jin.

Jungkook pudo, y se preguntó por eso.

Finalmente, Jin dijo:— ¿Por qué no? —Se dirigió a la terraza que daba a los
jardines.

Después de un momento, Namjoon lo siguió.

—¿Por qué hiciste eso? —Murmuró Jungkook, volviendo su mirada confusa


hacia Taehyung.— Solo pelearán de nuevo.

Taehyung rozó sus nudillos contra la mejilla de Jungkook y le sonrió.

—Todavía eres tan ingenuo a veces, bebé.


Jungkook lo miró burlonamente pero no pudo evitar sonreír.

—Me amas.

Los ojos oscuros de Taehyung le devolvieron la sonrisa.

—Lo hago.
Gracias por leer!

Como medida de protección, si van a pasar la adaptación NO escriban el


nombre en inglés de la saga o del libro, tampoco el nombre completo de la
escritora, esto es para evitar que tumben el enlace del libro, y así más
Taekookers puedan leer las adaptaciones.

⚠ ROHIBIDO RESUBIR LA ADAPTACIÓN A PÁGINAS O BLOGS, ES


EXCLUSIVAMENTE PARA USO PERSONAL.

Gracias por su cooperación!

Atte: Hana Kimi.

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