Está en la página 1de 2

22 de febrero de 2022

El mapa no es
el territorio.
Que el mapa no es el territorio, significa, en definitiva, que la interpretación de
la realidad es siempre subjetiva.
La interpretación del mundo (el territorio), está filtrada no sólo a través de
nuestros sentidos, sino también por la experiencia que hemos acumulado a lo largo de
nuestra vida. También influyen nuestros valores, creencias, educación, entorno cultural
e incluso nuestro estado de ánimo. El lenguaje también es muy importante a la hora de
dibujar nuestro mapa, ya que la palabra da el nombra a un objeto, pero no es el objeto
en sí.
Las interpretaciones del mundo son únicas e intransferibles: es nuestro mapa
mental de nuestra realidad. Cada persona tiene, por tanto, su propio mapa mental, y ve
las cosas de forma diferente. Ninguno de estos mapas mentales corresponde a la
realidad objetiva del mundo: EL MAPA NO ES EL TERRITORIO.
La realidad o territorio se interpreta de forma diferente por cada persona, por lo
que por mucho que presumamos de percibir las cosas objetivamente, somos incapaces
de hacerlo, ya que tenemos filtros distintos. Por ejemplo, puedes pensar que esa persona
que conoces es alguien presumido y prepotente, mientras que otra persona puede pensar
que es alguien con seguridad en sí mismo. Lo que para alguien tiene toda la lógica del
mundo, para otros es completamente absurdo o irracional. Cada persona se mueve en su
propio mapa, en una visión de la realidad, como la viésemos a través del ojo de una
cerradura. Otro ejemplo sería pedirle a varias personas que relaten un hecho que han
presenciado o una película que han visto ¿Verdad que no hay dos personas que lo
cuenten igual?
El hecho de que filtremos la realidad de
forma diferente, crea problemas de
comunicación, y hace que a veces sea difícil
conectar con otros. ¿Cuántas veces has dicho
“es imposible hablar con esa persona”?
A veces, los diferentes mapas pueden
conducir a conflictos graves. Tenemos que
entender que las personas toman decisiones y
actúan en función de su mapa. Si conseguimos
comprender las interpretaciones que los demás
tienen del territorio, sus “mapas mentales”,
podemos comunicarnos mejor, “llegar mejor a
ellos”.
También aprendemos a no juzgar a las personas ni imponerles nuestro propio
mapa mental porque es inútil (¿has visto alguna vez en un debate político que alguien
consiga convencer al otro de algo?).
Las personas actúan según su
visión de la realidad, así que ampliar
nuestro mapa es la única solución
posible.
Si nuestro estado de ánimo es
negativo o depresivo, nuestros filtros
están seriamente distorsionados,
“emborronan” y limitan aún más nuestro
mapa. Si practicamos el pensamiento
positivo podremos enriquecer nuestro
mapa y expandir nuestra percepción de la
realidad. Podremos ver las cosas más claramente y a ver más opciones para conseguir lo
que queremos.

También podría gustarte