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12+la Religion Egipcia
12+la Religion Egipcia
“¿MVNDO
ANTÎGVO 12
LA REUGIOM EGIPCIA
Esta historia, obra de un equipo de cuarenta profesores de va
rias universidades españolas, pretende ofrecer el último estado
de las investigaciones y, a la vez, ser accesible a lectores de di
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
ORIENTE
Director de la obra:
Julio Mangas Manjarrés
(Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad Complutense
de Madrid)
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
Págs.
Bibliografía....................................................................................................................... 63
La religión egipcia 7
do las líneas generales del sistema relación con Horus. De menos exten
religioso egipcio tal como lo enco n sión, pero importante ya al comienzo
tramos durante toda su historia y que de la historia son: Apis de Menfis,
sólo sufrirá las variaciones propias de H crishef de Heracleópolis, Hathor,
una cultura en desarrollo. C u and o se Khenty-Imentyu de Abydos, Mehit de
unifica el país, el dios suprem o es Hieracompolis, Mefdet, Min de C op
Horus, dios del firmamento del cual tos, Nekhbet, Neith de Sais, Thot, etc.
el faraón es la hipostasis en la tierra. Es decir los más im portantes d io
Scth. dios de Om bos parece ser la dei ses y diosas del panteón egipcio. Poco
dad de los indígenas neolíticos, m ien sabemos del culto, pero los datos que
tras que Horus sería el de los con tenemos nos autorizan a pensar que
quistadores, aunque todo ello no pase había templos de madera y en ellos se
de hipótesis indemostrable. La lucha celebraban numerosos festivales, re
de las divinidades será tema de mitos gistrados en la Piedra de Palermo.
posteriores. A su lado h a b ía otros
dioses mayores como Re, de Heliopo
lis, dios del sol, que en la II D in as La religión del
tía se funde en un culto co m ún con Imperio Antiguo
Re-Hataktes. Ptah de Menfis es pro
b a b le que se r e m o n te a la I D i A finales de la IV Dinastía empieza a
nastía. Osiris, aunque menos exten destacar el culto de Re como dios tu
dido, está testiguado ya en E poca telar de la realeza. El faraón se llama
Tinita, lo mismo que Isis y puestos en «hijo de Re» sin duda por influencia
La religión egipcia 11
do por un sacerdote egipcio. De allí mundo con una sotcriología más acor
pasa a Atenas. Más tarde a toda G re de con los nuevos tiempos. Teodosio
cia, Epiro. Delos, Tracia, Macedonia. a fines del siglo IV m andó cerrar to
De Délos y otros lugares los cultos dos los templos paganos, y tiene un
egipcios pasaron a Italia. La segunda profundo significado histórico el he
mitad del siglo II a.C., los itálicos p a r cho de que este Em perador occiden
ticipan en los cultos isíacos de Délos. tal tomara esta drástica decisión y no
Otra vía de penetraión fue Sicilia, no lo tiene menor el que el único templo
por Agatocles como se creía antes, si pagano que perm aneció abierto al
no a fines del siglo III a.C. Por estos y culto fuera el de Isis de Philae. Y per
otros muchos puntos de contacto los maneció abierto hasta Justiniano quien
cultos egipcios llegan a Puteoli antes lo m andó cerrar encarcelando a sus
del 105 a.C. C am pan ia es el centro de sacerdotes, aunque el último texto
difusión que alcanza a Roma, y desde dedicado a Isis es del 473 d.C.
16 Aka! Historia del M undo Antiguo
I. El panteón egipcio:
principales divinidades
dad, etc., fom entarán los contactos gicamente como «el tiempo del dios»).
entre los diversos centros del culto, Parece que lo que caracteriza más
iniciándose los intercambios y trans claramente a los dioses son sus facul
formaciones de las divinidades. Así tades o poderes sobrehum anos. En
algunas llegarán a adquirir un carác realidad la noción más simple que se
ter nacional, como por ejemplo aqué hace de lo divino es aquello que tie
llas vinculadas a ciudades que se con ne poder, lo cual aparece n o rm a l
vierten en capitales o que jugaron un mente expresado con el término hk3w
importante papel político-administra que viene a significar «magia» o «po
tivo, o las que se consagran como deres mágicos» y que se manifiesta
protectoras de la realeza faraónica. en la multiplicación o ampliación de
Se dieron indudablem ente esfuerzos los principios espirituales básicos: a
de ordenación teológica interesantes diferencia de los simples mortales, los
que contribuyeron a establecer una dioses tienen varios Ba y hasta cator
mínim a estructuración, a veces sólo ce Ka. En definitiva la simple noción
genealógica, entre determinados dio
ses, y de los que resultan, por ejem
plo, la aparición de Eneadas (en prin
cipio, grupos de nueve dioses entre
los cuales se establece una vincula
ción) o, a un nivel más modesto, de
triadas, norm alm ente muy vincula
das a un santuario o ciudad concreta.
Antes de presentar a las principales
divinidades o grupos de ellas que des
tacan en el panteón habría que p lan
tearse que es lo que los egipcios en
tendían por «dios», su noción de lo
divino. De mom ento hay que decir
que el término que lo traduce, ntr,
ayuda bastante poco; hay discusiones
en torno a su origen e incluso sobre lo
que representa. Parece que se trata
del estandarte que señalaba el em pla
zamiento sacro donde se supone que
reside o está presente la divinidad (S.
Morenz). C ontem plando atentam en
te es fácil apreciar que los dioses egip
cios no aparecen esencialmente dife
rentes a los hombres: como éstos, han
tenido un principio, estaban consti
tuidos por un cuerpo y unos princi
pios o entidades espirituales (el Ka, el
Ba, etc.), actuaban según las pasiones
h u m anas, envejecían e incluso p o
dían pasar por la experiencia de la
muerte, yendo a residir en el más allá
celestial o subterráneo. Incluso se re
cuerda que algunos de ellos habían
cumplido su misión sobre la Tierra
en calidad de reyes (época dorada a
la que los egipcios se referían nostál Imhotep
18 Aka! Historia del M undo Antiguo
de poder, podríam os decir tam bién a muchos dioses que en principio te
de eficacia, nos parece perfectamente nían una naturaleza muy diferente.
propia para servir de den om in ad o r Se ha resaltado justam ente «el inago
com ún al inmenso abanico de las di table significado que para los egip
vinidades egipcias (S. Morenz). Segu cios poseía el sol como encarnación
ramente en un primer mom ento los de lo divino» (H. Frankfort) y según
egipcios asim ilaron estas potencias M. Eliade, «más que ninguna otra, la
con determinados objetos o animales, religión egipcia ha estado dom inada
como ya vimos, para hacerlos en al por el culto solar, lo cual no es algo
guna forma comprensibles, tangibles; tan extendido en las religiones uni
la posterior evolución natural hacia versales como generalmente se pien
la personalización y antropomorfiza- sa». Y realmente esto no puede resul
ción de los dioses, unida al carácter tar extraño para todo el que conozca
típicamente conservador del egipcio y la geografía egipcia. F.1 sol es el ele
a su capacidad para arm onizar ele mento natural que junto con el Nilo
mentos. dio como resultado la fisono marca el paisaje de esta tierra y deter
mía tan llamativa (híbrida de ser hu m ina la vida de sus habitantes; país
m ano y animal) que ostentan en las sin nubes y de atmósfera límpida, el
representaciones artísticas. disco solar destaca espléndido en la
inm ensidad del cielo. C om o tierra co
lindante con desiertos, las transicio
Principales divinidades nes diarias son muy breves y m arca
Vamos a detenernos solamente en al das: el alba y el crepúsculo son cortos
gunas de las más notables y que al y dan paso a un tiempo diurno y noc
ca n zaro n a lo largo de la historia turno con muy acusados contrastes
egipcia una posición central. Serán de temperatura y hum edad. La salida
dioses que se vincularon a las gran del sol era saludada por los egipcios
des cuestiones o problemas que in con gran júbilo, suponía el fin de la
quietaban a los seres hum anos: el ori oscuridad, de la inseguridad de la no
gen del mundo, o de los mismos dio che, el renacimiento cotidiano de la
ses y los hom bres, el destino final vida. El ciclo solar fue objeto de obras
más allá de la muerte y la suerte que literarias de notable unción religiosa
corren los difuntos, o en fin la justifi (por ejemplo, en la época de Tell El-
cación del orden del m undo y de la Am arna) e influyó fuertemente, como
organización h u m an a o estado (aquí veremos, en las creencias funerarias.
entran las deidades tutelares de la El gran centro del culto solar, a
realeza faraónica y del país egipcio partir del cual se produjo su difusión
en general). por todo el país, era Iwnw, al que los
Un dios que participa de b u en a griegos llamaron justam ente Helio-
parte de estos aspectos universales, y polis, localidad próxima a Menfis, de
que aparece citado con u n a frecuen cuya condición de capital se benefi
cia superior a cualquier otro (a excep ció sin duda. Es probable que Helio-
ción de Osiris) es Re, la divinidad so polis hubiera jugado algún papel en
lar. que asume un papel principal, tiempos prcdinásticos; en cualquier
como creador, padre y jefe del m u nd o caso posteriormente queda como una
de los dioses. Su personalidad ofrece ciudad sagrada, llena de edificios re
múltiples facetas, de tal forma que, ligiosos (de los que hoy no queda por
como veremos, hay varios entes divi desgracia casi nada) y con un clero
nos que se asimilan al astro rey. Ade que realizó una notable elaboración
más los egipcios, con esa facilidad teológica.
que les caracteriza, acabaron po r dar Según el sistema heliopolitano en
un carácter solar, vinculándolos a Re, el inicio existía el N un, término bajo
La religión egipcia 19
el cual se entendían las aguas prim or tos y narraciones religiosas de forma
diales, el abismo, el caos informe. En personalizada.
él estaba el principio de un primer Hay algunas interpretaciones de
ente divino, Atón (dios local de He notable elevación teológica, evidente
liopolis y evidentemente uno de los mente producidas y destinadas a gen
aspectos más antiguos de la divini tes cultivadas (el estamento sacerdo
dad solar) que, en un acto de volun tal, por ejemplo), que presentan a estos
tad autocreadora, se elevó del N un y primeros dioses como partes o miem
apareció brillante como el sol Re. Hay bros del propio cuerpo de Atón. El
distintas versiones acerca de cómo se dios los crea nombrándolos, por me
produjo el nacimiento solar, pero nor dio de la emisión de la palabra, algo
malmente se le presenta surgiendo de muy típico en las concepciones egip
una colina primigenia, u n a elevación cias, que entendían que el nombre
de tierra que se yergue sobre el nivel formaba parte esencial del ser, y que
de las aguas del caos y creada por el por lo tanto su enunciado podía con
mismo Atón, sobre la cual brilla el sol tribuir a mantenerlo fuerte y vivo.
por vez primera. El recuerdo de ello Señor de la creación, Re se estable
se conserva en el lugar quizás más sa ció en la tierra (es decir, en Egipto) de
grado de Heliópolis, la piedra Ben- la que será el prim er rey del linaje di
ben, el sitio supuesto de esa aparición vino que precedió a las dinastías h u
primera, y de una forma más general manas; de esta forma se enlazaban
en los obeliscos cuya punta piram i estas últimas con la deidad solar. Se
dal, recubierta de metal, recibe tem han conservado varias narraciones
pranam ente los rayos del nuevo sol. relacionadas con el reinado terrenal
Otra variante, también muy célebre, de Re, que aparece con una fisono
presenta a Re como un niño que sur mía y actitudes profundam ente pró
ge de una flor de loto que se alza so ximas a las hum anas: uno de estos re
bre el océano primitivo. latos lo muestra ya anciano y enfer
Presente ya en el m undo, pero solo, mo engañado por Isis, la maga por
el dios solar crea a continuación a excelencia, que por medio de una es
Shu (el aire, la atmósfera) y a Tefnut tratagema logra arrancarle el secreto
(la hum edad, en realidad un desdo de su nom bre auténtico y oculto y,
blamiento femenino del anterior), se con ello, de su poder. En otra historia
gún unas versiones por medio de una Re, cansado de la ingratitud de los
polución, lo que acentúa la asimila hombres, determ ina su destrucción
ción de la idea de crear con engen para lo cual les envía como un azote
drar, y según otras estornudando y a la diosa Hathor, que adopta la figu
expectorando, muy claramente en re ra guerrera y sanguinaria de una leo
lación con el carácter de esos dos dio na; movido a piedad, el dios perdona
ses. De ellos, surgen las restantes gran rá finalmente a la hum anidad, pero
des deidades cósmicas, Geb, la tierra, ab and on ará su trono terrestre y se re
masculino, y su pareja Nut, el cielo, tirará a las regiones celestes desde
separados ambos por Shu. Hijos su donde continuará vigilando su obra.
yos serán Osiris, Isis, Seth y Neftys La trayectoria diaria del sol indujo
que forman ya el enlace con el m u n a los egipcios a elaborar una vertiente
do de los hombres y el país egipcio. de ultratum ba en su imagen mítica y
Todos ellos junto con su creador Re en su culto, re lacio nán dolo con el
forman la llam ada G ra n E neada (los problema de la muerte y determ inan
nueve) heliopolitana, u n a de las enti do su inclusión en el arte y los textos
dades de más prestigio y poder dentro de contenido funerario. La cotidiana
del panteón, a la que incluso en oca desaparición del sol en el crepúsculo
siones se hace entrar en escena en m i y su infalible renacimiento matutino
20 A k a l Historia del M undo Antiguo
eran entendidos por los egipcios co plendor del mediodía, el sol aparece
mo una cíclica participación de la como un hom bre m aduro en la pleni
muerte y de la victoria sobre ella. El tud del ser, el dios Re por excelencia.
mito solar se convierte así en el m o Todo este recorrido lo hará en su b ar
delo y garantía de la pervivenda en el ca, que para el egipcio es el tipo de
más allá y de la resurrección gloriosa transporte principal y casi único.
del difunto, en principio sólo el rey, y La vinculación de Re con la idea
luego generalizado para el resto de la de muerte y renovación explica el que
población. Según esta peculiar con lo encontrem os en ocasiones como
cepción, la divinidad se articula aquí juez del difunto, pesando sus actos en
en tres dioses que corresponden a los la balanza. En su calidad de presi
tres grandes momentos de la trayecto dente del tribunal ante el que tienen
ria solar. El sol poniente, el sol del que justificarse los muertos antes de
crepúsculo que ha completado su via poder disfrutar plenam ente del más
je diario y que «muere» en el hori allá, Re es considerado padre de Maat,
zonte será Atón; esta misma palabra divinidad que encarna el principio de
significa «el completo». En los textos la justicia, la equidad y la arm onía
egipcios se alude de una m anera muy universal.
sugerente a «Atón en el horizonte» o Es realmente innecesario justificar
«en su horizonte», y se le representa el que tras haber presentado a la dei
en ocasiones como un hom bre ancia dad solar, abordemos ahora a Osiris
no. La noche es el tiempo en el que el como el otro gran dios que centra el
m undo de los vivos, la tierra, carece universo espiritual egipcio, aunque
de iluminación porque el sol realiza con una personalidad muy bien defi
su cam ino a través de las regiones nida y diferenciada. Antes de que los
subterráneas, el m u ndo de los m uer estudios m odernos elevaran los cono
tos, a los que lleva luz y aliento; en es cimientos sobre la civilización (y la
tos inquietantes parajes el viaje del religión) egipcia hasta el nivel en que
sol y su cortejo de dioses no es fácil. se encuentran hoy día, se pensaba en
Debe superar peligros y vencer ene Osiris como el jefe indiscutible del
migos, como la serpiente Apofis, que panteón, junto con su pareja Isis. Ello
am enaza con devorarle. se debe fundam entalm ente a la he
Ello acentúa el dram atism o y la es- rencia de la tradición clásica; en el
pectación por su renacimiento. Al al m u n d o greco-romano, que siempre
ba efectivamente el sol, ya purificado, experimentó una atracción muy fuer
asciende bajo la forma de un niño te hacia lo egipcio, estos dos dioses
que aparece sobre u n a flor de loto, gozaron de un enorme favor y acepta
como en el prim er día de la creación, ción, exportándose su culto de pro
o más frecuentemente como el dios vincia en provincia, estando bien ates
escarabajo Khepri. El escarabajo es tiguado, por ejemplo en la Península
un símbolo solar para los egipcios Ibérica. Hoy podemos tener una im a
que son sensibles a la analogía entre gen mucho más ajustada y que real
el insecto que forma una bola, de la mente confirma la relevancia de su
que nace la vida, y la arrastra, y el veneración.
curso cotidiano del sol, igualmente Dios de enorme popularidad a tra
fecundador. Además, está el sutil ju e vés de toda la tierra egipcia, Osiris
go de palabras a las que tan aficiona tendría varias sedes o localidades que
dos son los egipcios: Kheper significa, le estaban consagradas. O c u p an d o
escarabajo, pero igualmente «llegar a u na posición central en el Delta se
ser», «devenir», lo cual concordaba encuentra Busiris (Pr-Wsir = «Casa
perfectamente con la idea de renaci [o Templo] de Osiris»), tam bién lla
miento matutino. Por último en el es m ada en egipcio Ddw, topónimo reía-
La religión egipcia 21
Adoración a Osiris
26 AkaI Historia d el M undo Antiguo
Ptah com o creado r del mundo: (Así se rindió justicia al) que efectúa lo
la teología m enfita grato (e injusticia al) que ejecuta lo desa
gradable. Así se con ced ió vida al que tiene
C obró ser com o el corazón y co b ró ser c o paz y muerte se dio al que tiene pecado.
m o la lengua con la form a de Atón. El Gran Así se hizo todo trabajo y todo arte, la a c
Poderoso es Ptah, que in fu nd ió vida a to ción de los brazos, el m ovim iento de las
dos los dioses, así com o (a) sus Ara, por piernas y la actividad de cada m iem bro,
m edio de este corazón, gracias al cual H o con form e a (este) m andam iento que pe n
rus se convirtió en Ptah, y por m edio de só el corazón, que salió por intervención
esta lengua, gracias a la cual Thot se co n de la lengua y que valoriza todo.
virtió en Ptah. (Así) o c u rrió lo que se d ijo de Ptah:
(Así) aconteció que el corazón y la len «Quien hizo todo y dio ser a los dioses». Es
gua dom inaron cada m iem bro del cuerpo, en verdad Ta-Tenen, que edujo las d e id a
m ediante la enseñanza de que él está en el des, pues todo surgió de él: alim ento y
cuerpo y en la boca de todos los dioses, provisiones, las ofrendas de los dioses y
todos los hom bres, todos los ganados, to toda cosa buena. Así se de scub rió y se
das las cosas que reptan y (todo) lo que vi co m p ren dió que su poder es m ayor que
ve, al pensar y ordenar cuanto desea. (el de los dem ás) dioses.
Su Eneada se halla en su presencia con Y por tanto, se c o n s id e ró satisfecho,
(la apariencia de) dientes y labios. O sea después de hacer todo, así com o toda la
(el equivalente de) el sem en y las manos estirpe divina. Había form ad o a los dioses,
de Atón. Em pero, la Eneada de Atón nació hecho ciudades, establecido nomos, pues
de su sem en y de sus dedos; sin em bargo, to las deidades en sus altares, instituido
la Eneada (de Ptah) son los dientes y los sus ofrendas, señalado sus santuarios y
labios de la boca que pro nu nció el nom bre dado form a a sus cuerpos com o aquello
de todo, de la que brotaron Shu y Tefnut, y (con lo que) sus corazones se contenta
que form ó la Eneada. ron. Por ello los dioses penetraron en los
La vista de los ojos, el oído de las orejas cuerpos de cada (especie de) madera, de
y el oler el aire con la nariz inform an al c o cada (especie de) piedra, de cada (espe
razón. Esto hace que salga cada (c o n c e p cie de) arcilla, o en cuanto puede crecer
to) com pleto, y la lengua enuncia lo que el en él, en que adquirieron form a. Así todos
corazón piensa. los dioses, con sus ka, se congregaron en
Así fueron form ados todos los dioses y él, contentos y asociados al Señor de los
su Eneada quedó com pleta. Ciertamente, Dos Países.
la categoría divina co b ró ser a causa de lo
que pensó el corazón y ordenó la lengua.
De esta suerte se hicieron los espíritus ka y
los espíritus hem sut, que proveen a todo
y cuidan de todo alim ento, por obra de (Tom ado de J.B. P ritchard, La Sabiduría
aquel hablar. d e l A ntig uo O rien te, Barcelona, 1966)
lados a ella). Sin embargo, en ocasio bilidades de esta obra abordar todos
nes es una diosa terrible, que se trans los demás «grandes dioses» del p a n
forma en feroz leona, como en el mito teón. Muchos de ellos podrían mere
de la destrucción de la hum anidad, cer nuestra atención, com o Sobek,
donde recibe de Ra ese encargo. En Neith, Montu, Min, etc. Solamente
fin, también se vinculará con la reale quisiéramos hacer algunas referen
za faraónica, especialmente con las cias a Amón, dios de modestos oríge
reinas, que asum irán puestos im por nes pero que alcanzó una posición de
tantes en su culto. Fue enormemente prestigio y poder incluso político, di
popular, llegando a sob rep asar las fícilmente com parable. Era uno de
fronteras de Egipto, por ejemplo en los oscuros dioses primordiales de la
dirección Siria-Palestina, donde, en O gdoada de Hermópolis, de donde
Biblos tendrá un templo importante emigra a Tebas para convertirse en
y se la considerará señora del lugar. dios-patrono. La mayoría de sus ras
Queda fuera del plan y de las posi- gos distintivos los toma de Min de
28 AkaI Historia del M undo Antiguo
Coptos (como las dos altas plumas jetos de la vida cotidiana, o Tueris, la
que coronan su tocado) y de Montu, diosa protectora de los alu m bram ien
dios local de Tebas antes que él. A u n tos, sugestivamente representada co
que se le menciona ya en los textos de mo una hipopótam o encinta. F inal
las Pirámides y en algunas inscrip mente, conocemos tam bién el caso de
ciones de fines del Imperio Antiguo, algunos hom bres (al margen de los
su celebridad le viene dada a partir faraones) que adquirieron tal celebri
de la XI y XII Dinastías, por el ascen dad y prestigio que se les admite en el
so político de Tebas, que se convierte panteón y se les acaba rindiendo h o
en capital, y de una familia real que nores como a los demás dioses; tal es
lo tiene como dios tutelar. En el Im el caso de Amenhotep, hijo de Hapu,
perio Nuevo es el dios nacional, pro que ocupó importantes funciones d u
tector y prom otor del imperialismo rante el reinado de Am enhotep III, y
egipcio, identificado a Re, y un o de sobre todo de Imhotep, ministro de
los principales beneficiarios del auge Djeser (III Dinastía), inspirador del
político y económico durante la XVIII conjunto funerario de Saqquarah, lo
y XIX Dinastías, acum ulando rique que fomentó el respeto y la venera
zas y propiedades y y llegando a compe ción de que gozó; se le relacionará
tir incluso con la autoridad del faraón. con Ptah, en calidad de hijo suyo, y
Además de los grandes dioses, los por ello su culto se centró en princi
egipcios tenían todo un m un do de di pio en la zona M enfis-Saqquarah, ex
vinidades inferiores o genios que te tendiéndose luego a todo Egipto; los
nían un enorme arraigo p o pular fun griegos lo identificaron con Escula
dam entalm ente por su franco carác pio, y en general se le consideró pro
ter benefactor y profiláctico, com o tector de los escribas, de las artes y
por ejemplo Bes, el enano de grotesca a rq u ite c tu ra y en definitiv a de la
apariencia tan reproducido en los ob- sabiduría.
La religión egipcia 29
tasi II, 9, 2-10: «Piloto que conoce el cen: ‘da respiro, A m ón’...».
agua, oh Amón, el... remero, c¡ que da Bastan estos textos para demostrar
para el que no lo tiene, que mantiene que Am ón es el protector de los des
vivo al criado de la casa. No tomaré a validos, generalmente de los pobres;
un noble corno protectory no me aso pero cuando las desgracias son u ni
ciaré a un hom bre acaudalado»... «mi versales, Amón protege a todos los
señor es mi ayuda. Yo conozco su hombres que lo necesitan. Todos in
fuerza, (es decir, un protector) de fuer vocan su nom bre y su ayuda.
te brazo. Sólo él es caliente, Amón A Thot, dios de la escritura se le pi
que conoce la compasión». U na ple den muchas cosas, pero hay algunas
garia de rico contenido religioso es la plegarias típicas en Anastasi V, 4, 9,
que se dirige a Amón en un año de es como por ejemplo: «Ven a mí y ensé
casez (Anastasi IV, 10. 1): «Ven a mí, ñame y hazm e experto en tu llam a
oh Amón, sálvame en este año de ne da». Es decir, que le enseñe a escribir
cesidad. Ha ocurrido que el sol no bien, porque así será un hombre de
amanece, que el invierno viene en ve provecho.
rano. los meses vienen al revés, y las Citaremos ahora otra plegaria a Thot
lunas están revueltas. El grande te lla que ha despertado gran interés entre
ma, Amón, el pobre te desea, y los los comentaristas. Es la del papiro
que están en brazos de las niñeras di- Sallier I, 8, 2-8: «El jefe de los regis
40 Aka! Historia del M undo Antiguo
tradores del Tesoro del faraón (v.p.s.). la explicación de los términos usados,
Smenemone habla al escriba Pentwr. pero no concluye nada que podamos
Esta carta se te envía al efecto si considerar com o vivencia personal
guiente: Oh, Thot, ponm e en K hnum de la religión. Por nuestra parte no
(Hermópolis), ciudad placentera para podemos resistirnos a la tentación de
vivir en ella, cuidando de mí con pan co m parar este texto con el salmo:
y cerveza y guardando mi boca de h a Q uemadmodum cervus desiderat fon-
blar. ¡Qué Thot esté detrás de mí m a tes aquarum ita anima mea desiderat
ñana! ¡Ven, oh palabra divina, cu a n faciem Dei.
do yo haya estado ante el dios, mi En otros trabajos F. D aum as m an
señor, para que salga justificado de tiene la opinion de que la vida reli
voz! Tú, gran palm era dum de 60 co giosa egipcia alcanzó los primeros
dos, en la que hay cocos y en los co grados de u na verdadera mística, que
cos huesos y en los huesos agua. Tú casi llega al «vivo sin vivir en mí» de
sacas agua de un lugar lejano, ven a Santa Teresa. En otro orden de cosas,
rescatarme, a mí, el silencioso, oh este autor destaca la frase «el dios
Thot. Tu fuente, agradable al hom bre que está en ti» de Pahesi de El-Kab y
sediento en un desierto. Cegada para la estela de Neferaku procedente de
el que encuentra su palabra, abierta Deir el’ M edina en la que se contiene
para el silencioso. El silencioso viene una bellísima plegaria dirigida a Mert-
y encuentra el pozo...». seger («la que am a el silencio»), una
Como puede verse fácilmente por diosa local de la aldea de los obreros
la traducción que damos, el texto no de la necrópolis tebana. En el gran
carece de dificultades, no sólo sintác him no de Leyden se plantea el tema
ticas y semánticas, sino tam bién de de la incognoscivilidad de dios, refe
interpretación desde el punto de vista rida a Amón. La idea fundamental es
religioso. Parece evidente que la ple que el hom bre no debe atreverse a co
garia del escriba se refiere a Thot per nocer a dios cara a cara, porque su
sonificado en la palmera, y el agua presencia le anonadaría, lo que, con
que se forma en sus cocos un sím bo las debidas salvedades, nos recuerda
lo. F. D aum as ha dedicado un bello lo que decíamos antes de la magia,
estudio a este pasaje y su interpreta que puede ser peligrosa para el h om
ción puede resumirse así: (La p alm e bre. El texto en cuestión dice: «Se
ra) «se tomó como símbolo de la difi caería al instante muerto de espanto
cultad de la intimidad divina. De la si se pronunciase su nom bre secreto
misma m anera que es difícil recoger que nadie puede conocer». D aum as
las escasas gotas de agua que están en lo relaciona, y con razón, con el pasa
el interior de los cocos, también el pe je del Exodo cuando Dios dice a M oi
netrar cerca de la fuente divina para sés: «El hom bre no puede verme y
calm ar la sed mística presenta gran vivir».
des dificultades». «El silencio será el Com o testimonio elocuente de la
camino para acceder a ella». No to religiosidad personal de época tardía
dos están de acuerdo con esta forma diremos algo sobre los textos de la
de entender el texto. Keimer entiende tum ba de Petosiris, un sacerdote de
que D aum as exagera el sentido místi T h o t en el tem plo de H erm ópolis,
co, y destaca como esencial el valor que vivió en época de Filipo Arrideo,
del silencio, expresión del dom inio es decir, a fines del s. IV a.C. En
sobre sí mismo, uno de los preceptos sus num erosas inscripciones se ex
corrientes de la religiosidad egipcia. presa un sentido de la vida que en
Por lo demás hace u n a interpretación parte continúa la antigua tradición
naturalista de todo el texto. El exten egipcia, pero que en m uchos aspectos
so comentario de Fecht se centra en ofrece novedades propias de la época.
La religión egipcia 41
Portadora de ofrendas
Uno de los aspectos más llamativos y representado como un pájaro con ca
espectaculares de la civilización egip beza de hom bre (el rostro del difun
cia y que forma un apartado eviden to), que se suele presentar revolotean
temente especial de la religión es el do en las proximidades de la tumba
de las creencias relacionadas con la para visitar el cuerpo del muerto glo
vida de ultratumba, así como las m a rificado. Más difícil de definir es el
nifestaciones materiales y prácticas Ka; no sólo los hombres, sino tam
con ella relacionadas. Los egipcios, bién el rey, los dioses, incluso objetos
que convivían con la proxim idad de materiales, están dotados de él. La
un desierto que suponía sequedad, mejor docum entación de que dispo
esterilidad y muerte en oposición a la nemos se refiere a la figura del sobe
fertilidad y fuerza generadora de la rano: su Ka nace con él, es moldeado
tierra del valle, tuvieron una expe por Khnum , el dios morueco, en el
riencia muy intensa de lo que signifi mismo torno de alfarero que el rey ni
caba el fin de la vida. Pueblo funda ño y, tiene su misma fisonomía; es
mentalmente optimista, que conside por ello que se le ha asimilado a un
ra b a que vivía en el m ejor de los «doble» (G. Maspero) especie de es
mundos, protegido por los dioses, se píritu protector o genio personal que
negaron a aceptar la muerte como el guarda y vigoriza al individuo, pero
fin de todo y, creyeron en la con tinua que es diferente a él. Moret lo asocia,
ción de la existencia (y de sus necesi de u na forma muy general, con la
dades materiales), en un deseo evi fuerza básica vital que alimenta todo
dente de prolongar en el más allá los lo que está anim ado y dotado de po
placeres y com odidades que se p o der; por ello los dioses —los seres su
dían disfrutar en la tierra de los vivos. periores más poderosos— m ultipli
Para entender lo que los egipcios can sus Ka. En fin, considerando la
pensaban de la muerte hay que partir complejidad de principios que cons
de la concepción que tienen del ser tituyen al hombre, la muerte se enten
humano, que para ellos es el resulta derá como la dislocación m om entá
do de la unión estrecha de una reali nea de la arm onía entre ellos. Todo el
dad material, el cuerpo (A/), y una se conjunto de rituales y prácticas fune
rie de entidades espirituales de difícil rarias está destinado a recom poner
traducción e interpretación. Entre ella esa relación y a garantizar su nueva
destacan el Ba, que equivaldría al al existencia conjunta que ha de ser esta
ma de la persona, convenientemente vez eterna.
La religión egipcia 43
Las concepciones acerca de la vida ción de este país que se oculta en las
de ultratumba distan m ucho de ser en tra ñ as del universo ad quiere en
unitarias y claras. Adivinamos la mez ocasiones tonalidades misteriosas y
cla de varias tradiciones y creencias terribles: comarcas plagadas de seres
cuando los textos y las representacio extraños, surcadas por las aguas de
nes artísticas nos plasm an el universo un Nilo inferior (el egipcio no puede
del más allá y el destino de los di concebir una tierra sin un curso de
funtos. agua ordenador), por donde el sol na
Po: un lado, el lugar de reposo de vega en las horas de la noche, ilumi
los bienaventurados (o el paraíso) se nando a los difuntos.
sitúa en el cielo; la contemplación del A todo este conjunto de creencias
firmamento nocturno cuajado de es de por sí complejas y heterogéneas
trellas, siempre las mismas y en las
mismas posiciones, hizo que los egip
cios las identificaran con las almas
de los muertos, que ascenderían allí
tras una auténtica apoteosis. Según
esta concepción la diosa del cielo Nut,
representada como una mujer desnu
da con el cuerpo estrellado (imagen
que suele decorar la cara interior de
la tapa de los sarcófagos) será la pro
tectora y receptora de los difuntos. La
ascensión de éstos al cielo se solucio
na adoptando la forma de un ave, o a
través del hum o (del incienso de las
ofrendas, por ejemplo), o incluso se
supone la existencia de un camino,
una rampa o escala, celosamente guar
dada por Seth o Sekhmet, que sólo
permiten el acceso a los bienaventu
rados. En ese cam ino glorioso hay
que atravesar una masa de agua, una
laguna o mejor un río, que constituye
una especie de barrera que da paso al
país de los muertos.
El más allá se identifica también
tradicional mente con el poniente. La
desaparición cotidiana del sol h u n Enterramiento predinástico
diéndose en las entrañas de la tierra
sensibiliza evidentemente al egipcio se superponen las doctrinas osiria-
para considerar el occidente (el Imen- nas, que ya co m en ta m o s anterio r
tet) como el destino último de los di mente. Seguir fielmente el ritual que
funtos. La imagen del cuerpo muerto rodeó la recomposición y revitaliza-
sumergiéndose en la tierra contribuye ción del cuerpo de Osiris y las prác
al carácter subterráneo de esta región. ticas funerarias y mágicas que sobre
Surgen así dioses como Khenty-Iment- él a p lica ro n Isis, H o ru s y A nubis
yu «el que está al frente de los occi constituía el recurso para asimilar al
dentales», luego asimilado a Osiris, o difunto al dios muerto y resucitado
Anubis, el chacal que merodea en hasta tal punto que se convierte en
torno a los túmulos, que excava el un nuevo Osiris: el muerto glorifi
suelo buscand o restos. La descrip cado será «el Osiris tal (el nombre
44 Akal Historia del M undo Antiguo
Barca funeraria
presión que ha sido y es aún objeto siones asistido por Isis y Neftys. y de
de estudio y discursos en cuanto a su una corte de 42 jueces divinos, Horus
traducción exacta y sentido último). o Anubis introducen al difunto cuyo
Se puede deducir que el muerto pasa corazón es pesado en una balanza,
por algún tipo de juicio o prueba de uno de cuyos platillos sostiene una
la que debe salir airoso para conse imagen de la diosa M aat (la justicia y
guir acceder a la glorificación en el armonía) o la plum a que la simboli
más allá. Parece que en esta creencia za; Thot, patrono de los escribas y se
confluyen concepciones heliopolita- cretario de los dioses, toma nota del
nas y osirianas. Así, en algunos docu resultado. Si éste es desfavorable, el
mentos de notable antigüedad el tri difunto es destinado a una situación
bunal será presidido por el dios-tierra bien triste, sin los beneficios ni place
Geb (quizá sea una analogía con res res de la vida de un justificado, e in
pecto a ia diosa del cielo Nut, que es cluso destruido y aniquilado por una
la que acoge al difunto justificado); terrible criatura mezcla de cocodrilo.
con más frecuencia ese papel lo ejer león e hipopótamo, que parece asistir
ce el dios solar Ra-Haraktes y en este al juicio con un interés peculiar. Para
sentido no olvidemos que será ante el inclinar a los jueces en su favor, exis
tribunal de Heliópolis donde se aca ten toda una serie de fórmulas que se
bará de dirimir el conflicto entre Seth suponía tenían gran fuerza persuasi
y Osiris y su hijo Horus, que resul va o incluso mágica, de entre las que
tarán efectivamente justificados. En hay que destacar la célebre «confe
fin, la forma definitiva y, con mucho sión negativa», uno de los pasajes
más com ún del juicio al difunto ten más repetidos de la literatura funera
drá lugar delante de Osiris, que se ria, por medio de la que el muerto re
convierte en juez supremo. El proce chaza el haber cometido actos pun i
so general y los detalles aparecen re bles y declara obstinadam ente la pu
petidos una y otra vez en los textos y reza de su corazón. Pese a tener un
las representaciones de las tumbas: valor ético indudable, este formulario
delante de Osiris, que aparece en oca- tiene más de repetición ritual de enun
46 AkaI Historia del M undo Antiguo
Mastaba de la I Dinastía
canales, donde labra alegre u na tierra sonas queridas y los lugares conoci
que da cosechas extraordinarias, se dos, gozar de la belleza del paisaje
refresca ju n to a una fuente o a la del Nilo, como una sombra, un ave o
sombra de un árbol, o glorifica a los cualquier otro anim al cuya forma de
dioses. En ocasiones la vida que lleva see tomar. Puede, como dicen los tex
en esa tierra de promisión es la de un tos, «salir a la luz» y disfrutar de su
gran terrateniente que dedica su tiem tumba, auténtica casa de eternidad
po a inspeccionar sus tierras y g an a do n d e en c u en tra alim entos p ro c e
dos, atendidos por innum erables sier dentes del culto funerario, e incluso
vos que velan porque nada falte al un ja r d ín con estan q u e do n d e re
gozo eterno de su señor, que a veces crearse. En definitiva, puede gozar de
aparece entreteniendo sus ocios en un a existencia eterna, grata y feliz.
La religión egipcia 47
Una carta al difunto: el papiro de to. C uando estaba a d ie stra ndo oficiales
Leyden 371 (S ele cció n ) para el ejército y la caballería del Faraón,
hice que ellos vinieran y se postraran so
Al excelente espíritu ‘A nkh ere’ ¿Qué mal te bre sus vientres delante tuya, trayendo to
he hecho para haber llegado al lam entable da clase de bienes para depositarlos d e
estado en el que estoy? ¿Qué es lo que te lante tuya... Te escribo para com unicarte lo
he hecho?... ¿Desde que yo vivía contigo que estás haciendo. C uando enferm aste
com o m arido hasta este día qué es lo que de la dolencia que tuviste, yo hice traer un
yo com etí que tenga que ocultar?... Voy a físico (un m édico) que te trató, y él hizo to
enviar una queja contra ti con palabras de do aquello que tú le dijiste. Y cuando seguí
mi boca delante de la Divina Eneada del el Faraón hacia el sur... pasé los ocho m e
Oeste, y se de cid irá entre tú y yo por m e ses sin com er ni beber com o un hombre.
dio de este escrito... ¿Qué te he hecho? Te Cuando llegué a Menfis, solicité a b an do
hice esposa cuando yo era aún joven. Es nar al Faraón y corrí al lugar en que tú es
tuve contigo cua nd o ocu p a b a todo tipo de tabas y lloré intensam ente, junto con mi
cargos. Estuve contigo y no te envié lejos. gente, en mi barrio... Y, mira, he pasado
No perm ití que tu corazón se afligiera, y lo tres años viviendo solo sin entrar en una
hice cuando era joven y ocu p a b a todo tipo casa, aunque no era de justicia que uno
de im portantes cargos para el Faraón, sin com o yo hiciera eso, y lo hice por ti. Pero
alejarte sino diciendo: «Ella está siem pre no conocerás el bien a través del mal. Se
conm igo...» «...Y ahora, mira, no perm ites juzgará entre tú y yo...».
que mi corazón se reconforte. Seré juzga (Tomado de A.H. G ardiner y K. Sethe,
do contigo, y se separará lo malo de lo jus- Egiptian Letters to the Dead, 1928)
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tán encargados de los recitativos y con la nariz y oídos; los ojos se con
fórmulas imprescindibles en todo m o servaban en su sitio, aunque a partir
mento, así como un conjunto de auxi de la XXI Dinastía se introduce la
liares especialistas en las técnicas costumbre de cubrirlos con postizos
quím icas o quirúrgicas que deben de obsidiana o pasta vitrea. El trabajo
aplicarse al cuerpo. Toda la labor se más importante se realiza en el tron
lleva a cabo no en un centro perm a co: se hace una incisión en el costado
nente o en un edificio especializado izquierdo y a través de él se extraen el
para estos procesos, sino en una cons paquete intestinal y el conjunto de
trucción eventual, en m uchas ocasio visceras exceptuando el corazón, que
nes una tienda, que se erigía en las se conserva cuidadosam ente en su si
proximidades de la tumba. tio (debe responder de la vida virtuo
La idea básica de la momificación sa del difunto), y en ocasiones tam
es evitar la corrupción del cuerpo. Se bién los riñones. El interior así v a c ia -.
comienza por la extracción del cere do se lavaba y se ungía con aceites y
bro, bien por un orificio trepanado en especias. El cuerpo purificado era so
la base de la cabeza o más c o m ú n metido seguidamente a un tratam ien
mente en las fosas nasales; la cavidad to de salazón, que du ra n te m ucho
craneana era lavada en ocasiones con tiempo se creyó que se realizaba por
un líquido corrosivo y finalmente se inm ersión (excepto la cabeza, para
rellenaba con bandas de lino impreg evitar el deterioro de la epidermis fa
nadas de resina al igual que se hacía cial y los cabellos) en una solución
La religión egipcia 49
salina, pero que hoy día se piensa que aunque en ocasiones eran reintrodu-
se realizaba en seco, entre capas de cidas en el vientre.
natrón en las que reposaba el cadáver La momia se colocaba finalmente
durante varias semanas. Era muy im en el sarcófago, que en las épocas
portante el lograr una desecación to más antiguas es simplemente una ca
tal, para lo que se ha pensado en una ja, con una decoración que imita los
exposición al calor del sol, o quizá rasgos de un palacio en el caso de al
por medio de fuego, de lo que parece gunos reyes, y que posteriormente, a
qu ed a r evidencias en algunas tu m partir del Imperio Medio, se hace más
bas. El cuerpo reseco recuperaba su sofisticada, haciéndose antropom or
flexibilidad por medio de enérgicas fa, llena de decorados, textos y símbo
aplicaciones de resina, natrón nueva los osirianos. El proceso total de em
mente y algún tipo de grasa animal, balsam amiento duraba entre 40 y 70
con lo que quedaba dispuesto para días. De ahí la fórmula repetida a m e
los tratamientos finales: se rellena el nudo de «una hermosa sepultura te
abdom en para volver a darle el volu llega en paz, tras h ab e r pasado 70
men original, para lo cual se utiliza días en el lugar de embalsamamiento».
ban bolas de lino im pregnadas de re Técnicamente podría haber sido más
sina, o bien serrín am algam ado con corto, pero el ritual indispensable lo
Amuletos
mara funeraria, cubierto por una su tiene al atardecer. Sin embargo, re
perestructura maciza de ladrillo, de cientemente se ha apuntado la posi
paredes en talud y techo plano. Hay bilidad de que la mastaba y su evo
que destacar en una de las paredes la lución hacia la pirámide expresen el
colocación de la «falsa puerta», por cam ino ascendente del difunto hacia
la que se supone que el difunto puede el sol, o hacia el firmamento lleno de
franquear el umbral que separa esta estrellas que, no olvidemos, repre
tierra del más allá y ante la cual se s e n ta n las a lm a s de los m u e rto s
cum plimenta el culto funerario y las (Badaway).
ofrendas. Poco a poco, este sencillo También se hace alusión norm al
plan se va haciendo más complejo, mente a la colina primitiva sobre la
abriéndose una serie de habitaciones que surgió el sol primigenio y la crea
en la superestructura, av anzándose ción como el elemento mítico que se
hacia el concepto de tumba-casa, co quiere recordar con estas construc
mo dijimos. Concebidas en principio ciones. El último tipo de sepulcro que
como tumbas reales, la pirámide, cons hay que m encionar es el hipogeo, que
trucción que tiene su origen en la su carece prácticamente de superestruc
perposición de mastabas en forma es tura y consiste en una estancia o con
calonada (Saqquarah), será utilizada junto de estancias excavadas en la ro
a partir del Imperio Medio por sim ca, norm alm ente en los acantilados
ples particu lares, a u n q u e n a t u r a l del Medio y Alto Egipto. En esle tipo
mente con dimensiones mucho más se hacen las grandes y ricas tumbas
reducidas. Se ha discutido m u ch o de los faraones del Imperio Nuevo
acerca del sentido simbólico de la (Valle de los Reyes, Valle de las Reinas).
forma de estos m onum entos funera El sarcófago conteniendo el cuerpo
rios: la pirámide parece tener una sig del difunto no es lo único que contie
nificación solar clara, como se evi ne la tumba; las mismas creencias re
dencia en que sean el remate de los ligiosas im ponían un ajuar funerario
obeliscos, el punto donde primero da abundante y rico, destinado a satisfa
el sol matutino y más tiempo se m a n cer las necesidades o deseos del per-
sonaje allí enterrado: joyas, muebles, bienestar en el más allá. Hay que pro
alimentos, armas, etc. Mención espe porcionar alimentos diariamente a la
cial merecen las estatuas y represen persona allí enterrada, lo que en p rin
taciones del difunto que tienen una cipio se realizaba depositándolos a n
función concreta similar a la del cuer te la estela de falsa puerta, ante una
po momificado como soportes m ate de sus estatuas o sencillamente a la
riales del Ka o del alma. Aparte de entrada del sepulcro. Desde tiempos
ello hay todo un conjunto de peque muy antiguos se introdujo la costum
ños objetos de valor mágico-protec bre de sustituir total o parcialmente el
tor, amuletos en definitiva, que repre aporte efectivo de productos por su
sentan elementos sacros, como el ojo reproducción en las pinturas o relie
de Horus, el célebre Escarabeo (en ves de las estelas y paredes de la tum
ocasiones inscrito con fórmulas fune ba; un elemento muy típico será la
rarias), o bien los símbolos osirianos mesa de ofrendas en la que se repre
(el nudo de Isis, el pilar dd de Osi sentan, en piedra, los alimentos que
ris, etc.). Llamativas en cuanto a su debían ser depositados realmente. Los
muchos relatos los dioses adquieren cam po más apropiado para ello. En
caracteres o limitaciones hum anas, y la medicina egipcia se mezcla la ob-
por ello están sometidos a peligros y una serie de conjuros para echar el
asechanzas. Para librarse de ellos re mal fuera del enfermo.
curren a la magia como único reme No podemos pasar po r alto un fe
dio. El ejemplo más claro lo encon nóm eno que se produce con especial
tramos en la Disputa de Horus y Seth, incidencia durante el Imperio Nuevo.
texto en el que los trucos de Isis con La religión se teologiza p r o f u n d a
tra la Eneada rezum an un tono festi mente, y surge poderosa la piedad
vo, pero representan un estado m en personal. Paralelamente, y por múlti
tal aceptado por todo el mundo. En ples razones, se desarrolla la magia
tono más serio podemos citar el libro en sus manifestaciones más vulgares,
de Apophis. En los templos se recita como lo demuestra la literatura con
ban diariamente conjuros contra Seth. los textos mágicos y el arte con la pro
Hans Bonnet, a quien seguimos es liferación de los amuletos.
pecialm ente en este apartad o, cree
que a pesar de estos entrecruzamien- Modos de acción de
tos entre magia y religión, hay algo
que las distingue de una m anera cla la magia
ra; es la voluntad, la situación aním i Dicho lo anterior sobre la caracteri
ca del que realiza las m anipulaciones zación general de la magia, debemos
mágicas y las religiosas. El primero tratar ahora sobre su ám bito y modos
ordena, el segundo implora. de acción. El poder mágico se extien
En Egipto la magia tuvo una im de a todo lo que teme o desea el h o m
portancia decisiva, tanto que E rm an bre en esta vida o en la otra. Ya he
afirma que casi toda la religión está mos visto que incluso puede estar al
teñida de magia, y un h om bre de la servicio de la religión, y de hecho al
sensibilidad religiosa de S. Schott lle canza al cam po de la política. Se trata
ga a decir que «la magia es un cáncer de u na magia superior que se m a n i
desarrollado en el cuerpo de la reli fiesta frente a u n a m agia inferior.
gión egipcia». A esto añade A.A. Barb A m bas son legítimas y justificadas
«hay una proclividad congénita h a por la religión, porque no existe el
cia este tipo de cáncer en la m anera concepto de magia negra, obra del
egipcia de p ensar, d o n d e m o ral e diablo, concepto creado por la teolo
imagen eran realistas, no sólo sím bo gía medieval europea. Esto no quiere
los». Aunque podrían aparecer exa decir que en Egipto no haya una m a
gerados estos juicios, se puede adm i gia prohibida; recuérdese el proceso
tir que magia y religión en su desa por la conspiración de finales del rei
rrollo dialéctico conducen a una de nado de Ram sés III. C om o magia
gradación de la religión como se evi profana consideram os la magia de
dencia a lo largo de la historia de divertimento, tal como aparece en el
Egipto especialmente en la Baja Epoca. Papiro Westcar, que no tiene más fi
Hay un campo típico de influencia nalidad que testimoniar la fuerza del
de la magia, y es el propiam ente cien mago. Carece de contenido religioso,
tífico. Es s a b id o p o r e tn ó lo g o s y y en m uchos casos es u n a ficción
antropólogos que en el origen de la literaria.
ciencia estuvo siempre la religión y El mago opera basándose en dos
por ende la magia. Ahora bien, en los principios básicos. Por u n lado la
estadios primarios la diferencia entre fuerza creadora de la palabra, y por
magia, religión y ciencia no se sentía otro el valor evocador de la imagen.
como tal, y en gran m edida éste es el La palabra, el nombre, es para el pri
caso de Egipto. La m edicina es el mitivo la esencia de la cosa, y pro-
La religión egipcia 57
58 A k a l Historia del M undo Antiguo
servación más apurada posible de la eficaz en cuanto que obra por sí mis
realidad anatóm ica y fisiológica con mo; tiene el poder en sí y basta llevar
nunciarlo equivale en m uchos casos lo para estar protegido; no necesita
a crearlo. Así hace el demiurgo c u a n del m ago p ara que el p o rta d o r se
do crea el mundo. Asimismo la im a sienta protegido sin necesidad de con
gen, es decir, la representación a d juro. Esta es la causa de su a b u n d a n
quiere una realidad completa. Este cia. La crux anxatci Cnh da la vida, las
principio lo conocemos desde el p a coronas reales dan fuerza, la misma
leolítico superior, y hay que adm itir que produce el cartucho real que pro
que, desacralizado, co n tin ú a hasta tege el nom bre del faraón. Frecuentí
nuestros días. Apoderarse de la im a simo es el wd3t, el ojo de Horus; sím
gen es apoderarse del objeto o perso bolo del triunfo del dios de la luz, uno
na representados, y cualquier m ani de los amuletos preferidos desde el
pulación mágica de la imagen recae Imperio Antiguo, se encuentran a do
rá sobre la persona u objeto. Las fór cenas en las tumbas. Es símbolo de la
mulas mágicas se fundan en el pri protección divina y tiene poder apo-
mer principio y las actuaciones sobre tropaico. El pilar dd, vinculado a Osi
las imágenes en el segundo. Ejemplos ris, símbolo de la estabilidad, es un
de lo primero son abundantísim os en fetiche. Típico es el escarabeo, espe
Egipto, el más conocido de los cuales cialm ente los llam ad o s «del c o ra
es la damnatio memoriae de los p ro zón», con versículos del Libro de los
pios faraones como Hatshepsut, o in Muertos. Decíam os antes que el te
cluso de los dioses como Am ón d u mor a la enfermedad y a la muerte ha
rante la persecución am árniea. Un sido y es la gran preocupación de la
ejemplo especial lo constituyen los hum anidad. En Egipto adquiere di
llamados «Textos de execración» que mensiones especiales. Por una parte
pueden ser simples letreros escritos desarrolla una medicina precicntífica
en cerámica {ostraka) significando el que se expresa en términos objetivos
nombre del enemigo. Estos tejos se y propone remedios, pero que no pu
rom pían en pedazos para provocar la do librarse de las com ponentes mági
desgracia del n om brado en ellos. Pe cas, como la idea de que la enferme
ro tam bién se escribían en figurillas dad es producto de voluntad hostil de
con lo cual se auna b an los dos princi un dios o de un demonio, verdaderos
pios: palabra e imagen. causantes del mal. Es un caso típico
El fin fundamental de la magia es de la historia del pensamiento m á
la protección del hom bre y de los dio gico en evolución al científico, que
ses de los peligros que los am enazan, en Egipto n u n ca dio el paso deci
como decíamos más arriba, tanto en sivo, como lo hará, siglos más tar
esta vida como en la otra. No otra co de. la m edicina hipocrática griega.
sa son los Textos de las Pirámides desti Para conseguir su fin, el mago acu
nados a proteger al faraón muerto en de a múltiples procedimientos, cuya
su ascensión hacia los dioses y su in descripción minuciosa, en la medida
tegración en ellos. Más tarde los Tex en que nos son conocidos excede las
tos de los sarcófagos y el Libro de los metas de este ensayo. P ueden reducir
Muertos cumplirán el m ismo com eti se a la transferencia, por la cual el m a
do para el com ún de los mortales. go echa el mal a un animal que se co
Aquí encaja la teoría de los in n u m e loca al lado del enfermo. Es la técnica
rables amuletos mágicos que llenan universalmente conocida que tiene su
museos y colecciones privadas. Los máxim a expresión en el bouc émissai
hay de oro. de bronce, de piedra, de re, que se aplica no sólo a la medicina
vidrio y sobre todo de pasta vitrea. La sino también a la liberación de los
del amuleto es la magia más barata y pecados. Otro método muy corriente
La religión egipcia 59
ocurre con M afdet p ara evitar las de los dioses puede ser perjudicial pa
mordeduras de serpientes. Se invocan ra los hombres.
nombres secretos o en idiomas extra Volviendo a nuestro tema, el recita
ños, o se dice que el escrito fue encon do del conjuro se hacía en voz alta,
trado de m anera misteriosa en grutas acom pañándose de gestos y acciones
peligrosas o de noche para d ar más que aum en tab an su eficacia.
o s c u r id a d a los p o d e re s m ágicos. Los conjuros mejor conocidos son
Bonnet aduce el ejemplo de un con de época helenística, que constan de
juro de Isis: «este escrito fue encon varias partes perfectamente caracteri
tra d o de n o che, d e p o s ita d o en el zadas. 1) la ofrenda (επίζυμα), que
patio del tem plo de C optos com o consiste siempre en cosas simpáticas
secreto de esta diosa (Isis) po r el sa al ser conjurado y relacionadas con él
cerdote lector de este templo. La tie de m an era insoluble e interna; se
rra yacía en la oscuridad, pero en este quem an resinas o especies, con el h u
libro brillaba la luna en toda su ca mo que asciende se agrada al dios o
rrera. Fue llevado como maravilla al demonio. No se em plean ofrendas
rey Keops». La misma idea subyace sangrientas, pero sí piedras mágicas.
en una historia de época helenística, Se utilizaron narcóticos, cuyo hum o
escrita en un papiro demótico, cono aspirado m areaba al mago o al me
cida por el nom bre de «Historias del dium y facilitaba la respuesta del dios.
setne Khamwas». Desde el punto de 2) la fórmula (λογο ^ άοιδή), por la
vista histórico-religioso puede servir que se m enciona el verdadero n o m
de paradigma de un aspecto del p e n bre del dios, sólo conocido del mago,
samiento mágico egipcio. Khamwas por lo que adquiere fuerza sobre él.
es un personaje legendario, cuarto h i En este aspecto Isis «la rica en m a
jo de Ramsés II, sacerdote setem de gia» se las ingenia mejor que nadie
Ptah que adquirió fama de sabio, cu para conocer el verdadero nom bre se
ya sabiduría tiene necesariamente un creto de los dioses. Es curioso que los
gran componente mágico. «El prínci nombres egipcios no se puedan tra
pe Khamwas, hijo de Ram sés II y ducir al griego. 3) la m anipulación
gran sacerdote de Ptah en Menfis, era mágica (πράξι^ι). Aquí entra toda la
un escriba muy instruido y un mago fabricación de muñecos, dibujos, carac
que p a sa b a su tiem po e stu d ia n d o teres mágicos. 4) Desenlace (απόλυσιζ).
monum entos y libros antiguos». Des Si el dios accede a lo que se le pide
taquemos cómo se presentan unidas debe mostrarlo, borrando milagrosa
la ciencia y la magia, p redom inando mente caracteres, nombres, etc.
al final la segunda. Se trata de un ca El mago debe ir purificado como el
so asimilable al de Im hotep y Amen- sacerdote y protegido por amuletos,
hotcp, hijo de Hapu. El caso es que pues el espíritu o el dios pueden re
Khamwas se entera de la existencia volverse contra él y causarle daños
de un libro mágico escrito por el mis irreparables.
mo Thot y guardado en la tum ba de Finalmente hemos de decir que se
un príncipe llam ado Naneferkaptah, emplean una serie de materias rela
enterrado en la necrópolis de Menfis. cionadas directamente con la magia,
Khamwas fue en su busca y vio el li que los griegos llam an ουσία o m ate
bro mágico que irradiaba una luz vi ria prima mágica. C om prende las co
vísima, pero el espíritu de N anefer sas más variadas, generalmente del
kaptah y el de su mujer Ahwere se cuerpo hum ano: cabellos, uñas, san
levantaron para defender su estimada gre, saliva, sudor, esperma, orina y
posesión y causaron toda clase de hasta excrementos. A veces se em
desgracias al curioso buscador. La plean objetos en contacto directo con
moraleja del cuento es que la magia los dioses o las personas, como los
La religión egipcia 61
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