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4.1 LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL SISTEMA DE UTRECH.

LOS PACTOS DE FAMILIA

El estamento de Carlos II estuvo determinado por el afán por salvaguardar la integridad territorial de la Monarquía
Católica, convirtiendo así a Felipe de Borbón en su heredero; pero la desconfianza de las potencias aliadas ante la
posible unión Francia-España inició la guerra. En 1702, la Gran Alianza de la Haya (que apoyaba al archiduque Carlos
de Austria, formada por Inglaterra, Austria y Holanda) declaró la guerra al eje borbónico. En la península ibérica
Castilla apoyó a los Borbones (por una política más centralista) y la Corona de Aragón apoyó a los Habsburgo (para
continuar con los fueros). La injerencia de Luis XIV en la política española desencadenó la guerra, que acaba al ser
Carlos elegido emperador de Alemania tras la muerte de su hermano, por lo que Inglaterra presionó para firmar la
paz (paz de Utrech entre 1712 y 1714), por lo que Felipe renunció a todo derecho a la sucesión francesa y cedió sus
territorios europeos a Austria. Inglaterra controlaba Gibraltar y Menorca y aseguró el monopolio del Asiento de
negros y el Navío de permiso. Este cambio produjo un acercamiento a Francia plasmado en los Pactos de Familia. La
política exterior de Felipe V se dirigió a la recuperación de los territorios italianos, pero se alió con Francia (Primer y
Segundo Pacto de Familia, 1734-1743), donde Felipe V consiguió que el infante Carlos fuera coronado Rey de
Nápoles. Con Fernando VI se adoptó una política exterior neutralista para hacer reformas navales y Carlos III firmó el
Tercer Pacto de Familia (1761), que implicó la participación de España en la guerra de los Siete Años (1761), y ante la
victoria británica y portuguesa se firmó el Tratado de París (1763). La política exterior de Carlos IV estuvo marcada
por la Revolución Francesa.

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